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Es una consecuencia de la exposición continua al dolor a largo plazo

dolorosos, procedimientos de rutina, como muestras para exámenes, glucómetros, aspiración de tubo endotraqueal, entre otros, y solo un 20% recibieron alguna intervención. Como estos, hay mucho otros trabajos sobre la poca instauración y uso de guías para el manejo del dolor. Por esta razón, en las unidades se ha vuelto una prioridad minimizar estos eventos en nuestros menores y el control del dolor es un derecho básico para cualquier persona.

Fisiología del dolor

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De forma resumida, los mensajes dolorosos viajan por el sistema periférico hasta el sistema nervioso central, donde son interpretados de forma organizada en un adulto. El estímulo de dolor lleva nocioceptores, que llevan los estímulos a través de estímulos eléctricos modulados por neurotransmisores, como la betaendorfina, la encefalina, las dinorfinas y el ácido gammaaminobutírico (GABA). Así, estimula la matriz del dolor, que está formada por estructuras de la corteza espinal, el bulbo raquídeo, el tálamo y otras áreas, como la amígdala y el área cingulada. La transmisión de los estímulos dolorosos se da por dos tipos de fibras nerviosas: 1. Las fibras largas mielinizadas, también conocidas como fibras delta; y 2. Fibras C, que no están mielinizadas. Estas fibras nerviosas llevan el impulso a través de la asta dorsal de la médula espinal, llegando así al tracto espinotalámico lateral y de allí al tálamo, para así alcanzar la corteza cerebral. En esta edad, la diferencia radica en no tener un punto fijo de interpretación; por lo tanto, este estímulo se dispersa por toda la corteza, lo que explicaría el impacto de la experiencia dolorosa pasada; además, las fibras nociceptoras que llevan el impulso al sistema límbico donde se transmite un componente afectivo y emocional del estímulo doloroso.

¿Sienten dolores nuestros recién nacidos? Al nacer, aún se presenta inmadurez en muchos de los sistemas, principalmente el sistema nervioso central. Esto llevó a pensar, en un tiempo, que la expresión del dolor no es tan valedera, debido a que los recién nacidos no la recordaban. Sin embargo, fue hasta finales de 1980, cuando Anand y colaboradores refirieron que los recién nacidos no solo sienten dolor, sino que son más vulnerables, por lo que presentan, de esta forma, una respuesta más exagerada; además, someter a un cerebro en crecimiento a situaciones de estrés y dolor lleva a consecuencias a largo plazo.

La corteza cerebral se desarrolla desde la 8. a hasta la 20. a semana formando conexiones críticas entre las semanas 20 y 24. Kostovic y Rakic mostraron que hay un aumento de la densidad cortical a la 26. a semana. También a la 8. a semana encontramos receptores en el área perioral; a la 10. a semana, en la región palmar; a la 15. a semana, en la pared abdominal; después de la 16. a a la 20. a semana, ya los hallamos en todo el cuerpo. A la 20. a y 22. a semana, ya se observa la expresión facial, la respuesta autonómica y el sueño vigilia; a la 28. a semana, ya pueden sentir dolor, cuyo umbral es inversamente proporcional a la edad gestacional. A la 37. a y 40. a semana, ya modula el dolor, pero el RNPT no modula el dolor por concentraciones de dopamina, serotonina y norepinefrina disminuidas, y además las fibras inhibitorias de la zona gris periacueductal no liberan neurotransmisores hasta la semana 46; por lo tanto, los recién nacidos solo liberan neurorreceptores excitatorios con aumento de la sustancia P, bradicinina y citocinas, que en su conjunto aumentan la respuesta al dolor.

Kostovic, en el 2006, habló de 4 fases madurativas del sistema nervioso central: 1. Fase fetal, que va desde las 20 a las 23 semanas de gestación: encontramos un gran desarrollo de vías aferentes, con acumulación en las vías tálamo-corticales. 2. Fase pretérmino temprano (24 a 32 semanas): crecimiento de axones a región tálamo-cortical hacia la corteza frontal, somatosensorial, visual y auditiva. Ya hay estímulos de potenciales auditivos, pero no están sincronizados. 3. Fase pretérmino tardío (33 a 35 semanas): crecimiento hacia vías callosa y cortical, potenciales más sincronizados.

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