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El regidor retratado
Pancho Fierro inmortalizó la imagen displicente de Manuel Joaquín de Cobo.
Pancho Fierro retrataba con una displicente actitud a la élite española o criolla de Lima, a través de una postura neutral y una mirada lineal y huidiza, muy contraria a la vitalidad con la que pintó a las personas del día a día y a las más cercanas a su raíz afrodescendiente. No obstante, en este retrato de Manuel Joaquín de Cobo no perdió de vista los detalles que lo identificaron como regidor perpetuo del Cabildo y encargado de la policía de la ciudad: la varilla de mango dorado con borlas y el atuendo negro, con bicornio, casaca, chupa, calzón y medias. Se debe recordar que la policía se fundó en pleno virreinato, en 1785, para ejercer un control social y reprimir todo intento de sublevación indígena que supusiera un riesgo al poder real.
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En la imagen, Cobo desciende por una calle ligeramente empinada y es presentado con tez blanca, pelo castaño y nariz prominente. Se sabe con precisión que el regidor vivió, en efecto, en la empinada Calle del Prado n.° 318 (hoy cuadra 13 del jirón Junín, Barrios Altos) y que contaba con 66 años en 1826, lo que permite fechar esta acuarela alrededor de dicho año, durante la mocedad del pintor Pancho Fierro. (Omar Esquivel)