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El niño de la oca
La fuente de la plazuela de Buenos Aires vuelve a lucir su desaparecida escultura original.
Desde su instalación en 1887, la fuente de la tradicional plazuela de Buenos Aires ha constituido un elemento importante en este tradicional espacio público de la ciudad. Por tal motivo, Prolima proyectó restituir la escultura El niño de la oca, que remataba la parte alta de la pileta, desaparecida a mediados del siglo pasado.
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Se trata de la conocida escultura (existen representaciones de ella en el Louvre y en otros museos del mundo) de carácter cotidiano y anecdótico, y de estética helénica, que representa a un infante desnudo y rollizo jugando con una oca. En actitud traviesa, la sujeta rudamente del cuello, produciendo un gesto de dolor en el animal. Las esculturas de este tipo están inspiradas en El niño de la oca, del escultor Boeto de Calcedonia ( 200150 a.C.).
Como se recuerda, a inicios del siglo XX existieron ejemplares de esta escultura en el parque de la Exposición (previamente localizadas en la Plaza Mayor de Lima, según algunos autores), cuando dicho espacio público era un lugar lleno de paisajes vegetales y obras artísticas que incluían muchas esculturas. La Pila del Ganso, por ejemplo, era un estanque de aves donde se lucían estas esculturas de bronce.
Para elaborar la réplica de la obra original, los artistas del Taller de Escultores de Prolima se basaron en imágenes similares, de mármol y bronce, ubicadas en Europa, así como en los registros del catálogo de la fundición francesa Val d’Osne.
El Taller de Escultores de Prolima es un área conformada por especialistas principalmente de la Escuela Nacional de Bellas Artes, creada en el marco del Plan Maestro del Centro Histórico de Lima, para reproducir las esculturas perdidas y recuperar los múltiples elementos faltantes en esculturas, mobiliario y ornamentos públicos del CHL.
El proceso inició con el modelado en arcilla, siguiendo con el molde en yeso y el vaciado en fibra de vidrio y resina poliéster, la cual fue pulida y unida en una sola pieza. Esto se envió a la fundición, donde se realizó el vaciado en hierro fundido, se juntaron las partes y se soldó y pulió hasta obtener la figura final. Hoy se puede apreciar, ya instalada, la escultura El niño de la oca, en el remate de la pileta de la plazuela de Buenos Aires, la cual ha sido colocada con capas de protección anticorrosivas, para garantizar su conservación en el tiempo.