Ga filosofía 2a ed

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN

Guía de aprendizaje:

Filosofía

Segunda edición

Modelo Educativo UANL/Modelo Académico de Nivel Medio Superior Ejes estructuradores: educación centrada en el aprendizaje y basada en competencias

Héctor López José Quistiano Ramón Villarreal


Jesús Ancer Rodríguez Rector Rogelio Garza Rivera Secretario General Juan Manuel Alcocer González Secretario Académico Alejandro Galván Ramírez Director de Estudios de Nivel Medio Superior Biblioteca Universitaria “Raúl Rangel Frías”, 4º piso Av. Alfonso Reyes No. 4000 Nte., Col. del Norte C.P. 64440, Monterrey, Nuevo León, México Tels: (81) 8329 4121 – 8329 4122 Fax: (81) 8329 4000, ext. 6608 e-mail: denms@uanl.mx Título de la obra: Guía de aprendizaje: Filosofía Segunda edición, diciembre 2013 © Universidad Autónoma de Nuevo León © Comercializadora y Editora de Libros, S.A. de C.V. / Ediciones DeLaurel © Héctor López Arizpe © José Viviano Quistiano Chapa © Ramón Villarreal Guajardo Portada: © Dirección de Imagen Institucional ISBN (Ediciones DeLaurel): 978-607-7967-89-7 Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción o transmisión total o parcial del contenido de la presente obra en cualesquiera formas, sean electrónicas, mecánicas o por fotocopia, sin el consentimiento previo y por escrito de la Universidad Autónoma de Nuevo León y del editor. Impreso en México Printed in México Diciembre de 2013

Ediciones DeLaurel es una marca registrada de Comercializadora y Editora de Libros, S.A. de C.V. Registro CANIEM 3680 Edición: Elizabeth Corrales ■ Asistente editorial: Diana Oviedo Cuellar ■ Diseño de interiores: Javier De Aquino B. ■ Diseño de portada y diagramación electrónica: La caja, servicios editoriales, Salem Pérez Coyoc, Javier De Aquino B.


Presentación

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entro de los rasgos distintivos de la Visión UANL 2020 se encuentra la promoción de la gestión responsable del conocimiento y de la cultura, así como dar respuesta a necesidades relevantes del desarrollo humano de manera

oportuna y efectiva con un fuerte compromiso ético. Esta Visión tiene entre uno de sus propósitos que los programas de todos los niveles operen con base en un modelo educativo que promueva la formación integral de los estudiantes, para obtener sólidas competencias que le permitan insertarse en el mundo laboral de la sociedad del conocimiento. La elaboración de la serie de guías de aprendizaje, desarrolladas y estructuradas por el cuerpo académico de la Dirección de Estudios de Nivel Medio Superior, se articulan principalmente con los ejes estructuradores del Modelo Educativo de la UANL, mismos que promueven el aprendizaje autónomo para la construcción de las competencias de este nivel de estudios y el impulso de nuevos esquemas de pensamiento que facilitan “aprender a aprender”. La presente Guía de aprendizaje: Filosofía corresponde al área de formación propedéutica del plan de estudios de Bachillerato General en el campo de las humanidades. Su finalidad consiste en propiciar el desarrollo del análisis, la reflexión y el pensamiento lógico y crítico entre los estudiantes, mediante procesos de razonamiento, argumentación y estructuración de ideas que fomenten conocimientos, habilidades, actitudes y valores en tópicos del campo filosófico, de manera que su aplicación trascienda el ámbito escolar. Su contenido se articula en torno a cuatro grandes ejes temáticos: la iniciación a la filosofía, el humanismo renacentista, la filosofía moderna y la filosofía contemporánea. Esto permitirá que el alumno comprenda, por medio de la lectura de textos y otros recursos, el pensamiento de diversos autores. Con seguridad, esta guía de aprendizaje trascenderá en la formación de un estudiante analítico, crítico, reflexivo y creativo que ayuda a constituirse como un ciudadano que busca el bien común y una persona de éxito preocupada por el entorno actual y con alto compromiso de responsabilidad social. Dr. Jesús Ancer Rodríguez Rector Educación de clase mundial, un compromiso social 3


Índice

Presentación Índice Datos generales Fundamentación Perfil de egreso de Nivel Medio Superior Competencias de la unidad de aprendizaje: Filosofía Representación gráfica de la unidad de aprendizaje Evaluación integral de procesos y productos de la unidad de aprendizaje Recomendaciones para el curso

Etapa 1. Iniciación a la filosofía Esquema de la etapa 1 Introducción a la etapa 1 Competencias de la etapa 1 Secuencia didáctica de la etapa 1 Actividades de aprendizaje Actividad diagnóstica Actividad de adquisición del conocimiento Actividad de organización y jerarquización Actividad de aplicación Actividad de metacognición Actividad integradora

Etapa 2. La filosofía renacentista Esquema de la etapa 2 Introducción a la etapa 2 Competencias de la etapa 2 Secuencia didáctica de la etapa 2 Actividades de aprendizaje Actividad diagnóstica Actividad de adquisición del conocimiento Actividad de organización y jerarquización Actividad de aplicación 4

3 4 6 6 8 16 19 20 22

23 24 25 31 33 35 35 35 36 37 38 52

54 55 56 57 59 60 60 60 61 62


Actividad de metacognición Actividad integradora

64 72

Etapa 3. La filosofía moderna

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Esquema de la etapa 3 Introducción a la etapa 3 Competencias de la etapa 3 Secuencia didáctica de la etapa 3 Actividades de aprendizaje Actividad diagnóstica Actividad de adquisición del conocimiento Actividad de organización y jerarquización Actividad de aplicación Actividad de metacognición Actividad integradora

Etapa 4. La filosofía contemporánea Esquema de la etapa 4 Introducción a la etapa 4 Competencias de la etapa 4 Secuencia didáctica de la etapa 4 Actividades de aprendizaje Actividad diagnóstica Actividad de adquisición del conocimiento Actividad de organización y jerarquización Actividad de aplicación Actividad de metacognición Producto integrador de la unidad de aprendizaje

Registro de evidencias para el desarrollo de competencias

74 75 76 78 79 79 87 88 88 89 90

91 92 93 95 97 98 98 98 99 102 103 112

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Filosofía Datos generales La unidad de aprendizaje Filosofía corresponde al área curricular de formación propedéutica en su modalidad presencial/escolarizado, y pertenece al campo disciplinar de las humanidades para el periodo que comprende de enero a junio. Las sesiones que abarca la presente unidad de aprendizaje son 48 presenciales en el aula y 28 no presenciales (extra-aula); mediante su aprobación se establecen 2 créditos para el currículo académico.

Fundamentación Para contribuir a la formación integral de los estudiantes, la unidad de aprendizaje Filosofía se ha estructurado en 4 etapas que corresponden a los contenidos señalados en el plan de estudios de bachillerato, dentro del campo disciplinar de las humanidades. Cada etapa se divide en contenidos temáticos que cumplen con las competencias disciplinarias propias de la unidad. La estructura del curso se integra por los siguientes temas: a) La filosofía griega; b) El humanismo renacentista; c) La filosofía moderna, y d) La filosofía contemporánea. De esta manera, la presente unidad de aprendizaje establece una vinculación horizontal y vertical, por sus puntos temáticos de encuentro y cruce, con disciplinas como la ética, la apreciación a las artes, la literatura y las ciencias sociales. Asimismo, el curso se dedica integralmente a la lectura, el estudio y la comprensión de textos filosóficos, acompañados de información histórica y cultural necesaria para ubicarlos en la época que les corresponde. Así, el estudiante podrá comprender y valorar desde distintos ángulos y posiciones ideológicas el pensamiento de diferentes autores. El alumno conocerá problemas y temas de interés humano a través del tiempo y la cultura que le permitirán interpretar al mundo en diversos contextos; asimismo, ubicará el surgimiento histórico de la filosofía en tanto problemática relacionada a una cosmovisión, como lo muestran las diversas líneas de pensamiento que impulsan procesos de transición en diversas épocas, entre las cuales cobran especial interés el Renacimiento, la Edad moderna y la Edad contemporánea.

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Así pues, esta unidad de aprendizaje tiene la finalidad de propiciar el desarrollo de la creatividad y el pensamiento lógico y crítico entre los estudiantes, mediante la problematización y la reflexión sobre temas que les permitan interpretar el mundo para fortalecer en ellos una visión humanista en diversos contextos. Al adquirir conciencia de temas de interés humanístico con implicaciones sociales, el estudiante identificará y reconocerá su papel en su comunidad.

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Perfil de egreso de Nivel Medio Superior Rasgos que vinculan las competencias genéricas RIEMS con las competencias generales UANL Competencias genéricas RIEMS

■ 1 ■

e conoce y valora a sí mismo y aborda problemas y retos S teniendo en cuenta los objetivos que persigue.

Atributos

•• Enfrenta las dificultades que se le presentan y es consciente de sus valores, fortalezas y debilidades.

•• Identifica sus emociones, las maneja de manera constructiva y

reconoce la necesidad de solicitar apoyo ante una situación que lo rebase.

•• Elige alternativas y cursos de acción con base en criterios sustentados y en el marco de un proyecto de vida.

Rasgos Identidad Se reconoce a sí mismo como un ser con características inherentes a su personalidad, consciente de sus valores, fortalezas y debilidades; con capacidad de enfrentar los retos que se le presentan para responsabilizarse de las consecuencias de su toma de decisiones.

•• Analiza críticamente los factores que influyen en su toma de decisiones.

•• Asume las consecuencias de sus comportamientos y decisiones. •• Administra los recursos disponibles teniendo en cuenta las restricciones para el logro de sus metas.

■ 2 ■

E s sensible al arte y participa en la apreciación e interpretación de sus expresiones en distintos géneros.

Atributos

•• Valora el arte como manifestación de la belleza y expresión de ideas, sensaciones y emociones.

•• Experimenta el arte como un hecho histórico compartido que

permite la comunicación entre individuos y culturas en el tiempo y el espacio, a la vez que desarrolla un sentido de identidad.

•• Participa en prácticas relacionadas con el arte.

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Sensibilidad Percibe emocional o intelectualmente las sensaciones, impresiones o afectos, que le permiten acercarse, entender o contar con una visión especial para manifestarse mediante diversas expresiones artísticas, con un compromiso éticosocial.


Competencias generales UANL Aplica estrategias de aprendizaje autónomo en los diferentes niveles y campos del conocimiento que le permitan la toma de decisiones oportunas y pertinentes en los ámbitos personal, académico y profesional. Atributos

•• Valora con responsabilidad los problemas y aciertos en los diferentes ámbitos de su entorno. •• Analiza diferentes alternativas que tengan que ver con las características propias de su personalidad.

•• Reconoce y solicita apoyo ante una situación que impida o restrinja el logro de sus metas. •• Elige posibles soluciones basadas en su proyecto de vida y profesión. •• Asume las consecuencias de su toma de decisiones para reordenar sus acciones.

Utiliza los lenguajes lógico, formal, matemático, icónico, verbal y no verbal, de acuerdo a su etapa de vida, para comprender, interpretar y expresar ideas, sentimientos, teorías y corrientes de pensamiento con un enfoque ecuménico. Atributos

•• Reconoce al arte con una visión manifestada en múltiples expresiones. •• Expresa ideas y sentimientos con un compromiso ético-social utilizando diversos lenguajes. •• Utiliza diferentes expresiones artísticas para comunicarse entre las personas y las culturas.

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■ 3 ■

Elige y practica estilos de vida saludables.

Atributos

••Reconoce la actividad física como un medio para su desarrollo físico, mental y social.

••Toma decisiones a partir de la valoración de las consecuencias de distintos hábitos de consumo y conductas de riesgo.

Vida saludable Adquiere una actitud positiva y reflexiva en el logro de buenos hábitos en su buen desarrollo físico y mental que le permitan una mejor calidad de vida.

••Cultiva relaciones interpersonales que contribuyen a su desarrollo humano y el de quienes lo rodean.

■ 4 ■

Escucha, interpreta y emite mensajes pertinentes en distintos contextos mediante la utilización de medios, códigos y herramientas apropiados.

Comunicación

Maneja y comprende las Tecnologías de la Información y Comunicación para Atributos aplicarlas de manera crítica • Expresa ideas y conceptos mediante representaciones lingüísticas, y objetiva, en las diferentes matemáticas o gráficas. áreas del conocimiento. • Aplica distintas estrategias comunicativas según quienes sean sus Usa códigos lingüísticos en interlocutores, el contexto en el que se encuentra y los objetivos distintos contextos lógicos y que persigue. matemáticos que le permiten expresar ideas con sentido • Identifica las ideas clave en un texto o discurso oral e infiere ético. conclusiones a partir de ellas. • Se comunica en una segunda lengua en situaciones cotidianas. • Maneja las tecnologías de la información y la comunicación para obtener información y expresar ideas.

■ 5 ■

esarrolla innovaciones y propone soluciones a partir de D métodos establecidos.

Atributos • Sigue instrucciones y procedimientos de manera reflexiva, comprendiendo cómo cada uno de sus pasos contribuye al alcance de un objetivo. • Ordena información de acuerdo a categorías, jerarquías y relaciones. • Identifica los sistemas y reglas o principios medulares que subyacen a una serie de fenómenos. • Construye hipótesis y diseña y aplica modelos para probar su validez. • Sintetiza evidencias obtenidas mediante la experimentación para producir conclusiones y formular nuevas preguntas. • Utiliza las tecnologías de la información y comunicación para procesar e interpretar información.

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Creatividad Diseña, analiza y explica proyectos aplicando creatividad e innovación en la resolución de problemas tomando como base los principios, leyes y conceptos.


Logra la adaptabilidad que requieren los ambientes sociales y profesionales de incertidumbre de nuestra época para crear mejores condiciones de vida. Atributos

•• Valora los buenos hábitos como parte importante de su desarrollo. •• Analiza posibles consecuencias de conductas de riesgo. •• Reconoce que un buen ambiente permite una mejor calidad de vida. •• Adquiere un compromiso para un buen desarrollo físico y mental. Maneja las Tecnologías de la Información y la Comunicación como herramienta para el acceso a la información y su transformación en conocimiento, así como para el aprendizaje y trabajo colaborativo con técnicas de vanguardia que le permitan su participación constructiva en la sociedad. Domina su lengua materna en forma oral y escrita con corrección, relevancia, oportunidad y ética adaptando su mensaje a la situación o contexto, para la transmisión de ideas y hallazgos científicos. Utiliza un segundo idioma, preferentemente el inglés, con claridad y corrección para comunicarse en contextos cotidianos, académicos, profesionales y científicos. Atributos • Expresa conceptos e ideas, de manera correcta de forma oral y escrita en su lengua materna. • Maneja las tecnologías de la información y comunicación de manera crítica en las diferentes áreas del conocimiento. • Utiliza representaciones lingüísticas, matemáticas o gráficas como estrategias de comunicación. • Se comunica en diferentes contextos de manera clara en un segundo idioma. Utiliza los métodos y técnicas de investigación tradicionales y de vanguardia para el desarrollo de su trabajo académico, el ejercicio de su profesión y la generación de conocimientos. Atributos • Elige los procedimientos adecuados en la resolución de un problema. • Comprende de manera reflexiva las fases que lo conducirán en el logro de su objetivo. • Elabora y diseña hipótesis tomando en cuenta los principios, leyes y conceptos. • Procesa información utilizando las tecnologías de la información y comunicación. • Formula y concluye resultados a partir de las evidencias obtenidas.

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■ 6 ■

Sustenta una postura personal sobre temas de interés y relevancia general, considerando otros puntos de vista de manera crítica y reflexiva.

Atributos • Elige las fuentes de información más relevantes para un propósito específico y discrimina entre ellas de acuerdo a su relevancia y confiabilidad.

Razonamiento Procesa ideas, conceptos y argumentos hasta llegar a una conclusión manteniendo una postura personal y responsable, para asumir las consecuencias de la misma.

• Evalúa argumentos y opiniones e identifica prejuicios y falacias. • Reconoce los propios prejuicios, modifica sus puntos de vista al conocer nuevas evidencias, e integra nuevos conocimientos y perspectivas al acervo con el que cuenta. • Estructura ideas y argumentos de manera clara, coherente y sintética.

■ 7 ■

Aprende por iniciativa e interés propio a lo largo de la vida.

Atributos • Define metas y da seguimiento a sus procesos de construcción de conocimiento. • Identifica las actividades que le resultan de menor y mayor interés y dificultad, reconociendo y controlando sus reacciones frente a retos y obstáculos. • Articula saberes de diversos campos y establece relaciones entre ellos y su vida cotidiana.

■ 8 ■

Participa y colabora de manera efectiva en equipos diversos.

Atributos

•• Propone maneras de solucionar un problema o desarrollar un proyecto en equipo, definiendo un curso de acción con pasos específicos.

•• Aporta puntos de vista con apertura y considera los de otras personas de manera reflexiva.

••Asume una actitud constructiva, congruente con los

conocimientos y habilidades con los que cuenta dentro de distintos equipos de trabajo.

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Autonomía Desarrolla y ejerce su libertad, independencia y organización, en su proceso de aprendizaje que le permita la construcción del conocimiento a lo largo de la vida. Calidad Desarrolla su proceso de aprendizaje con un alto nivel de calidad, que le permita enfrentar los retos que la sociedad demanda. Cooperación Participa en tareas asignadas, tanto de manera individual como grupal con respeto a la diversidad de ideas.


Emplea pensamiento lógico, crítico, creativo y propositivo para analizar fenómenos naturales y sociales que le permitan tomar decisiones pertinentes en su ámbito de influencia con responsabilidad social. Atributos • Selecciona las fuentes de información de acuerdo a criterios responsables. • Construye su punto de vista de acuerdo a su importancia y relevancia. • Integra y estructura conocimientos nuevos que le permitan una toma de decisiones con responsabilidad social.

Resuelve conflictos personales y sociales conforme a técnicas específicas en el ámbito académico y de su profesión para la adecuada toma de decisiones. Atributos • Elige metas de acuerdo a su proyecto de vida y profesión. • Construye su proceso de aprendizaje tomando en cuenta su propia organización y libertad. • Desarrolla técnicas de aprendizaje que le permitan, tanto en el ámbito académico como profesional, enfrentar los retos que se le presenten. • Asume las relaciones entre los conocimientos adquiridos y su entorno.

Elabora propuestas académicas y profesionales inter, multi y transdisciplinarias de acuerdo a las mejores prácticas mundiales para fomentar y consolidar el trabajo colaborativo. Atributos • Identifica los rumbos a seguir en el desarrollo de cualquier problema a través del trabajo colaborativo. • Propone sus puntos de vista a la vez que respeta los de sus compañeros. • Trabaja y participa con una actitud positiva en los diferentes roles de las tareas asignadas.

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■ 9 ■

Participa con una conciencia cívica y ética en la vida de su comunidad, región, México y el mundo.

Atributos

••Privilegia el diálogo como mecanismo para la solución de conflictos.

••Toma decisiones a fin de contribuir a la equidad, bienestar y desarrollo democrático de la sociedad.

••Conoce sus derechos y obligaciones como mexicano y miembro

de distintas comunidades e instituciones, y reconoce el valor de la participación como herramienta para ejercerlos.

•• Contribuye a alcanzar un equilibrio entre el interés y bienestar individual y el interés general de la sociedad.

•• Actúa de manera propositiva frente a fenómenos de la sociedad y

Responsabilidad social Participa de manera responsable ante la problemática social, asumiendo una perspectiva ética en la resolución de problemas. Compromiso social Es sensible a las necesidades de su entorno y establece un compromiso en la construcción de una sociedad mejor.

se mantiene informado.

•• Advierte que los fenómenos que se desarrollan en los ámbitos local, nacional e internacional ocurren dentro de un contexto global interdependiente.

■ 10 ■

antiene una actitud respetuosa hacia la interculturalidad M y la diversidad de creencias, valores, ideas y prácticas sociales.

Atributos • Reconoce que la diversidad tiene lugar en un espacio democrático de igualdad de dignidad y derechos de todas las personas, y rechaza toda forma de discriminación. • Dialoga y aprende de personas con distintos puntos de vista y tradiciones culturales mediante la ubicación de sus propias circunstancias en un contexto más amplio.

Integridad Sigue principios éticos acerca de lo que piensa, y los traduce en acciones a través de modelos y ejemplos, para vivir en armonía consigo mismo, con la sociedad y la naturaleza.

• Asume que el respeto de las diferencias es el principio de integración y convivencia en los contextos local, nacional e internacional.

■ 11 ■

ontribuye al desarrollo sustentable de manera crítica, con C acciones responsables.

Atributos • Asume una actitud que favorece la solución de problemas ambientales en los ámbitos local, nacional e internacional. • Reconoce y comprende las implicaciones biológicas, económicas, políticas y sociales del daño ambiental en un contexto global interdependiente. • Contribuye al alcance de un equilibrio entre los intereses de corto y largo plazo con relación al ambiente.

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Respeto a la naturaleza Demuestra interés hacia la naturaleza asumiendo una actitud positiva ante los problemas que se le presenten priorizando los más significativos y de importancia global.


Construye propuestas innovadoras basadas en la comprensión holística de la realidad para contribuir a superar los retos del ambiente global interdependiente. Asume el liderazgo comprometido con las necesidades sociales y profesionales para promover el cambio social pertinente. Atributos • Se informa de problemas de interés y bienestar de la sociedad en general. • Propone el diálogo como mediación en el solución de conflictos. • Aporta decisiones en la solución de problemas de interés general. • Actúa de manera responsable en la construcción de una sociedad mejor.

Mantiene una actitud de compromiso y respeto hacia la diversidad de prácticas sociales y culturales que reafirman el principio de integración en el contexto local, nacional e internacional con la finalidad de promover ambientes de convivencia pacífica. Practica los valores promovidos por la UANL: verdad, equidad, honestidad, libertad, solidaridad, respeto a la vida y a los demás, respeto a la naturaleza, integridad, ética profesional, justicia y responsabilidad, en su ámbito personal y profesional para contribuir a construir una sociedad sostenible. Atributos • Identifica la diversidad de creencias, valores e ideas sociales. • Aprende y respeta los diferentes puntos de vista. • Vive y practica valores para vivir en paz consigo mismo, la sociedad y la naturaleza.

Interviene frente a los retos de la sociedad contemporánea en lo local y global con actitud crítica y compromiso humano, académico y profesional para contribuir a consolidar el bienestar general y el desarrollo sustentable. Atributos • Reconoce las consecuencias del daño ambiental en un contexto global. • Asume con una actitud positiva lo que como adolescente le corresponde en relación al ambiente. • Diseña y promueve soluciones a problemas ambientales en los diferentes ámbitos.

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Competencias de la unidad de aprendizaje: Filosofía Competencias genéricas 4

scucha, interpreta y emite mensajes pertinentes en distintos contextos E mediante la utilización de medios, códigos y herramientas apropiados.

Atributos •• Aplica distintas estrategias comunicativas según quiénes sean sus interlocutores, el contexto en el que se encuentra y los objetivos que persigue. •• Identifica las ideas clave en un texto o discurso oral e infiere conclusiones a partir de ellas. •• Maneja las tecnologías de la información y la comunicación para obtener información y expresar ideas. 6

S ustenta una postura personal sobre temas de interés y relevancia general, considerando otros puntos de vista de manera crítica y reflexiva.

Atributos •• Elige las fuentes de información más relevantes para un propósito específico y discrimina entre ellas de acuerdo a su relevancia y confiabilidad. •• Evalúa argumentos y opiniones e identifica prejuicios y falacias. •• Reconoce los propios prejuicios, modifica sus puntos de vista al conocer nuevas evidencias, e integra nuevos conocimientos y perspectivas al acervo con el que cuenta. •• Estructura ideas y argumentos de manera clara, coherente y sintética. 8

Participa y colabora de manera efectiva en equipos diversos.

Atributos •• Propone maneras de solucionar un problema o desarrollar un proyecto en equipo, definiendo un curso de acción con pasos específicos. •• Aporta puntos de vista con apertura y considera los de otras personas de manera reflexiva. 16


•• Asume una actitud constructiva, congruente con los conocimientos y habilidades con los que cuenta dentro de distintos equipos de trabajo.

Competencias generales Maneja las Tecnologías de la Información y la Comunicación como herramienta para el acceso a la información y su transformación en conocimiento, así como para el aprendizaje y trabajo colaborativo, con técnicas de vanguardia que le permitan su participación constructiva en la sociedad. Domina su lengua materna en forma oral y escrita con corrección, relevancia, oportunidad y ética, adaptando su mensaje a la situación o contexto para la transmisión de ideas y hallazgos científicos. Atributos •• Expresa conceptos e ideas de manera correcta, en forma oral y escrita, en su lengua materna. •• Maneja las tecnologías de la información y comunicación de manera crítica en las diferentes áreas del conocimiento.

Emplea pensamiento lógico, crítico, creativo y propositivo para analizar fenómenos naturales y sociales que le permitan tomar decisiones pertinentes en su ámbito de influencia con responsabilidad social. Atributos •• Selecciona las fuentes de información de acuerdo con criterios responsables. •• Construye su punto de vista de acuerdo con su importancia y relevancia. •• Integra y estructura conocimientos nuevos que le permitan una toma de decisiones con responsabilidad social.

Elabora propuestas académicas y profesionales, inter, multi y transdisciplinarias de acuerdo con las mejores prácticas mundiales para fomentar y consolidar el trabajo colaborativo.

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Atributos •• Identifica los rumbos a seguir en el desarrollo de cualquier problema a través del trabajo colaborativo. •• Propone sus puntos de vista a la vez que respeta los de sus compañeros. •• Trabaja y participa con una actitud positiva en los diferentes roles de las tareas asignadas.

Competencias disciplinares 1. Analiza y evalúa la importancia de la filosofía en su formación personal y colectiva. 2. Caracteriza las cosmovisiones de su comunidad. 3. Examina y argumenta, de manera crítica y reflexiva, diversos problemas filosóficos relacionados con la actuación humana, potenciando su dignidad, libertad y autodirección. 9. Evalúa la solidez de la evidencia para llegar a una conclusión argumentativa a través del diálogo.

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Representación gráfica de la unidad de aprendizaje Etapa 1 Ubica el surgimiento histórico de la filosofía como problemática humana de conocimiento y valoración para estructurar y enriquecer su cosmovisión.

Propósito Conoce problemas y reflexiones sobre temas de interés humano a través del tiempo y la cultura que le permiten interpretar al mundo, para fortalecer su visión humanista en sus diversos contextos.

Etapa 2 Distingue la transición del pensamiento medieval al renacentista para comprender la aparición y surgimiento de la Edad moderna.

Etapa 3 Analiza la filosofía de Descartes, su intención en la búsqueda de la verdad mediante el empleo de su método y la importancia del movimiento cultural de la Ilustración, para identificar las nuevas posiciones filosóficas.

Etapa 4 Interpreta el marxismo, el existencialismo y el positivismo lógico como las tres líneas de pensamiento filosófico contemporáneo más influyentes para comprender el mundo social del siglo XX.

Producto integrador Elaboración de un ensayo final en formato Word sobre un tema actual de reflexión y crítica en el ámbito de la filosofía.

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Evaluación integral de procesos y productos de la unidad de aprendizaje Para monitorear que tu desempeño a lo largo de esta unidad de aprendizaje de Filosofía se ajuste a lo que la UANL establece en su Modelo Educativo y su perfil de egreso para la educación media superior, se llevará a cabo una evaluación continua de tu trabajo. Esta evaluación consiste básicamente en una serie de actividades que deberás realizar a lo largo del semestre y que tienen dos propósitos principales: 1. que tú mismo te percates del nivel en que puedes poner en juego los conocimientos y habilidades que has adquirido en cada fase del curso, así como lo que puedes lograr con ellos; 2. permitirle a tu maestro evaluar tu proceso de aprendizaje. En estas actividades se propicia tu participación en clase, la integración del portafolio (con evidencias de aprendizaje que pueden ser trabajos escritos, esquemas, resúmenes, mapas conceptuales, reportes de proyectos y lecturas, entre otros) y distintos tipos de exámenes. Es muy importante que desde el principio del semestre lleves a cabo cada una de las actividades del curso con calidad y oportunidad. En este modelo de evaluación se involucra a todos los participantes en el proceso de aprendizaje-enseñanza, por lo que muchas de tus actividades serán valoradas de acuerdo con una o varias de las siguientes formas:

•• Evaluación por parte de tu maestro. •• Coevaluación entre compañeros. •• Autoevaluación. En congruencia con las ideas anteriores, la evaluación continua constituye una valiosa herramienta de comunicación e interacción entre tú y tu profesor.

Evaluación diagnóstica Es útil para reconocer los conocimientos previos que posee el estudiante sobre el tema. No tiene valor acreditable.

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Evaluación formativa Se desarrollará durante todo el proceso de aprendizaje del estudiante, en cada una de las actividades, tomando en cuenta todos los aspectos del currículo. Corresponde a 60% de la calificación y se compone de las actividades de aprendizaje y portafolio.

Evaluación sumativa En ésta se toman en cuenta criterios estandarizados bien definidos, mediante exámenes parciales o departamentales (indicativos) individuales. Examen global: 20% Exámenes parciales (2): 10% cada uno (20% en total) Actividades de aprendizaje y portafolio: 60% Total: 100%

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Recomendaciones para el curso Esta guía de aprendizaje basada en competencias es una herramienta diseñada especialmente para ti como estudiante de Nivel Medio Superior de la UANL. Te será de gran utilidad en tu proceso formativo, pues te permitirá adquirir conocimientos y desarrollar actitudes y valores en forma integral. Ésto lo lograrás mediante una serie de actividades y recursos didácticos relacionados con las estrategias de tu aprendizaje. Todos tus avances y logros se revisarán mediante instrumentos de evaluación, coevaluación y autoevaluación. El principal objetivo de esta guía de aprendizaje es propiciar el logro de competencias con base en actividades de aprendizaje y trabajo práctico. Ésto te permitirá enfrentarte a problemas reales evaluando el impacto de tus acciones en relación con un tema específico. “Aprender haciendo” es la base de esta estrategia, por los que tus conocimientos previos, así como el ambiente en el que te desenvuelves, serán claves para lograr un aprendizaje significativo. Esta estrategia de aprendizaje necesita de una interacción adecuada entre los estudiantes y el profesor, tanto en forma individual como en equipo. Esperamos que compartas con nosotros tus experiencias, pensamientos y reflexiones para enriquecer la experiencia de aprendizaje. Por nuestra parte, los profesores nos comprometemos a ser tus tutores o guías y a apoyarte en tus tareas de estudio, investigación y exploración, compartiendo contigo lo que sabemos. Para contribuir en tu formación integral, la unidad de aprendizaje Filosofía está estructurada en cuatro etapas o ejes temáticos, que corresponden a los contenidos del plan de estudios de bachillerato en el área de humanidades, por lo que al terminar el curso conocerás las fases o contenidos temáticos de cada unidad didáctica y habrás cumplido con el objetivo formativo y las competencias disciplinarias propias del curso.

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ETAPA 1

Iniciaci贸n a la filosof铆a


Esquema de la etapa 1 Origen y nacimiento de la filosofía

• Filosofía • Cultura • Ciencia

Campo temático y sus disciplinas

Filosofía griega

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Introducción a la etapa 1 Iniciación a la filosofía A Sofía el jardín siempre le había parecido un mundo en sí. Cada vez que oía hablar del Jardín del Edén en el Génesis, se imaginaba sentada en su callejón contemplando su propio paraíso. “¿De dónde viene el mundo?” Pues no lo sabía. Sofía sabía que la Tierra no era sino un pequeño planeta en el inmenso universo. ¿Pero de dónde venía el universo? Podría ser, naturalmente, que el universo hubiera existido siempre; en ese caso, no sería preciso buscar una respuesta sobre su procedencia. ¿Pero podía existir algo desde siempre? Había algo dentro de ella que protestaba contra eso. Todo lo que es, tiene que haber tenido un principio, ¿no? De modo que el universo tuvo que haber nacido en algún momento de algo distinto. Pero si el universo hubiera nacido de repente de otra cosa, entonces esa otra cosa tendría a su vez que haber nacido de otra cosa. Sofía entendió que simplemente había aplazado el problema. Al fin y al cabo, algo tuvo que surgir en algún momento de donde no había nada de nada. ¿Pero era eso posible? ¿No resultaba eso tan imposible como pensar que el mundo había existido siempre? En el colegio aprendían que Dios había creado el mundo, y ahora Sofía intentó aceptar esa solución al problema como la mejor. Pero volvió a pensar en lo mismo. Podía aceptar que Dios había creado el universo, pero y el propio Dios, ¿qué? ¿Se creó él a sí mismo partiendo de la nada? De nuevo había algo dentro de ella que se rebelaba. Aunque Dios seguramente pudo haber creado esto y aquello, no habría sabido crearse a sí mismo sin tener antes un “sí mismo” con lo que crear. En ese caso, sólo quedaba una posibilidad: Dios había existido siempre. ¡Pero si ella ya había rechazado esa posibilidad! Todo lo que existe tiene que haber tenido un principio…

¿Qué es la filosofía? Querida Sofía: Muchas personas tienen distintos hobbies. Unas coleccionan monedas antiguas o sellos, a otras les gustan las labores, y otras emplean la mayor parte de 25


su tiempo libre en la práctica de algún deporte. A muchas les gusta también la lectura. Pero lo que leemos es muy variado. Unos leen sólo periódicos o cómics, a algunos les gustan las novelas, y otros prefieren libros sobre distintos temas, tales como la astronomía, la fauna o los inventos tecnológicos. Aunque a mí me interesen los caballos o las piedras preciosas, no puedo exigir que todos los demás tengan los mismos intereses que yo. Si sigo con gran interés todas las emisiones deportivas en la televisión, tengo que tolerar que otros opinen que el deporte es aburrido. ¿Hay, no obstante, algo que debería interesar a todo el mundo? ¿Existe algo que concierna a todos los seres humanos, independientemente de quiénes sean o de en qué parte del mundo vivan? Sí, querida Sofía, hay algunas cuestiones que deberían interesar a todo el mundo. Sobre esas cuestiones trata este curso. ¿Qué es lo más importante en la vida? Si preguntamos a una persona que se encuentra en el límite del hambre, la respuesta será comida. Si dirigimos la misma pregunta a alguien que tiene frío, la respuesta será calor. Y si preguntamos a una persona que se siente sola, la respuesta seguramente será estar con otras personas. Pero con todas esas necesidades cubiertas, ¿hay todavía algo que todo el mundo necesite? Los filósofos opinan que sí. Opinan que el ser humano no vive sólo de pan. Es evidente que todo el mundo necesita comer. Todo el mundo necesita también amor y cuidados. Pero aún hay algo más que todo el mundo necesita. Necesitamos encontrar una respuesta a quién somos y por qué vivimos. Interesarse por el por qué vivimos no es, por lo tanto, un interés tan fortuito o tan casual como, por ejemplo, coleccionar sellos. Quien se interesa por cuestiones de ese tipo está preocupado por algo que ha interesado a los seres humanos desde que viven en este planeta. El cómo ha nacido el universo, el planeta y la vida aquí, son preguntas más grandes y más importantes que quién ganó más medallas de oro en los últimos juegos olímpicos de invierno. La mejor manera de aproximarse a la filosofía es plantear algunas preguntas filosóficas: ¿Cómo se creó el mundo? ¿Existe alguna voluntad o intención detrás de lo que sucede? ¿Hay otra vida después de la muerte? ¿Cómo podemos solucionar problemas de ese tipo? Y, ante todo: ¿cómo debemos vivir? En todas las épocas, los seres humanos se han hecho preguntas de este tipo. No se conoce ninguna cultura que no se haya preocupado por saber quiénes son los seres humanos y de dónde procede el mundo. 26


En realidad, no son tantas las preguntas filosóficas que podemos hacernos. Ya hemos formulado algunas de las más importantes. No obstante, la historia nos muestra muchas respuestas diferentes a cada una de las preguntas que nos hemos hecho. Vemos, pues, que resulta más fácil hacerse preguntas filosóficas que contestarlas. También hoy en día cada uno tiene que buscar sus propias respuestas a esas mismas preguntas. No se puede consultar una enciclopedia para ver si existe Dios o si hay otra vida después de la muerte. La enciclopedia tampoco nos proporciona una respuesta a cómo debemos vivir. No obstante, a la hora de formar nuestra propia opinión sobre la vida, puede resultar de gran ayuda leer lo que otros han pensado. La búsqueda de la verdad que emprenden los filósofos podría compararse, quizás, con una historia policiaca. Unos opinan que Andersen es el asesino, otros creen que es Nielsen o Jepsen. Cuando se trata de un verdadero misterio policiaco, puede que la policía llegue a descubrirlo algún día. Por otra parte, también puede ocurrir que nunca lleguen a desvelar el misterio. No obstante, el misterio sí tiene una solución. Aunque una pregunta resulte difícil de contestar puede, sin embargo, pensarse que tiene una, y sólo una respuesta correcta. O existe una especie de vida después de la muerte, o no existe. A través de los tiempos, la ciencia ha solucionado muchos antiguos enigmas. Hace mucho era un gran misterio saber cómo era la otra cara de la luna. Cuestiones como ésas eran difícilmente discutibles; la respuesta dependía de la imaginación de cada uno. Pero, hoy en día, sabemos con exactitud cómo es la otra cara de la luna. Ya no se puede creer que haya un hombre en la luna, o que la luna sea un queso. Uno de los viejos filósofos griegos que vivió hace más de dos mil años pensaba que la filosofía surgió debido al asombro de los seres humanos. Al ser humano le parece tan extraño existir que las preguntas filosóficas surgen por sí solas, opinaba él. Es como cuando contemplamos juegos de magia: no entendemos cómo puede haber ocurrido lo que hemos visto. Y entonces nos preguntamos justamente eso: ¿cómo ha podido convertir el prestidigitador un par de pañuelos de seda blanca en un conejo vivo? A muchas personas, el mundo les resulta tan inconcebible como cuando el prestidigitador saca un conejo de ese sombrero de copa que hace un momento estaba completamente vacío. En cuanto al conejo, entendemos que el prestidigitador tiene que habernos engañado. Lo que nos gustaría desvelar es cómo ha conseguido engañarnos. 27


Tratándose del mundo, todo es un poco diferente. Sabemos que el mundo no es trampa ni engaño, pues nosotros mismos andamos por la Tierra formando una parte del mismo. En realidad, nosotros somos el conejo blanco que se saca del sombrero de copa. La diferencia entre nosotros y el conejo blanco es simplemente que el conejo no tiene sensación de participar en un juego de magia. Nosotros somos distintos. Pensamos que participamos en algo misterioso y nos gustaría desvelar ese misterio. P. D. En cuanto al conejo blanco, quizás convenga compararlo con el universo entero. Los que vivimos aquí somos unos bichos minúsculos que vivimos muy dentro de la piel del conejo. Pero los filósofos intentan subirse por encima de uno de esos finos pelillos para mirar a los ojos al gran prestidigitador.

Un ser extraño ¿Dije ya que lo único que necesitamos para ser buenos filósofos es la capacidad de asombro? Si no lo dije, lo digo ahora: LO ÚNICO QUE NECESITAMOS PARA SER BUENOS FILÓSOFOS ES LA CAPACIDAD DE ASOMBRO. Todos los niños pequeños tienen esa capacidad. No faltaría más. Tras unos cuantos meses, salen a una realidad totalmente nueva. Pero conforme van creciendo, esa capacidad de asombro parece ir disminuyendo. ¿A qué se debe? ¿Conoce Sofía Amundsen la respuesta a esta pregunta? Veamos: si un recién nacido pudiera hablar, seguramente diría algo de ese extraño mundo al que ha llegado. Porque, aunque el niño no sabe hablar, vemos cómo señala las cosas de su alrededor y cómo intenta agarrar con curiosidad las cosas de la habitación. Cuando empieza a hablar, el niño se para y grita “guau, guau” cada vez que ve un perro. Vemos cómo da saltos en su cochecito, agitando los brazos y gritando “guau, guau, guau, guau”. Los que ya tenemos algunos años a lo mejor nos sentimos un poco agobiados por el entusiasmo del niño. “Sí, sí, es un guau, guau”, decimos, muy conocedores del mundo, “tienes que estarte quietecito en el coche”. No sentimos el mismo entusiasmo. Hemos visto perros antes. Quizás se repita este episodio de gran entusiasmo unas doscientas veces, antes de que el niño pueda ver pasar un perro sin perder los estribos. O un elefante o un hipopótamo. Pero antes de que el niño haya aprendido a hablar bien, y mucho antes de que aprenda a pensar filosóficamente, el 28


mundo se ha convertido para él en algo habitual. ¡Una pena, digo yo! Lo que a mí me preocupa es que tú seas de los que toman el mundo como algo asentado, querida Sofía. Para asegurarnos, vamos a hacer un par de experimentos mentales, antes de iniciar el curso de filosofía propiamente. Imagínate que un día estás de paseo por el bosque. De pronto descubres una pequeña nave espacial en el sendero delante de ti. De la nave espacial sale un pequeño marciano que se queda parado, mirándote fríamente. ¿Qué habrías pensado tú en un caso así? Bueno, eso no importa, ¿pero se te ha ocurrido alguna vez pensar que tú misma eres una marciana? Es cierto que no es muy probable que te vayas a topar con un ser de otro planeta. Ni siquiera sabemos si hay vida en otros planetas. Pero puede ocurrir que te topes contigo misma. Puede que de pronto un día te detengas, y te veas de una manera completamente nueva. Quizás ocurra precisamente durante un paseo por el bosque. Soy un ser extraño, pensarás. Soy un animal misterioso. Es como si te despertaras de un larguísimo sueño, como la Bella Durmiente. ¿Quién soy?, te preguntarás. Sabes que gateas por un planeta en el universo. ¿Pero qué es el universo? Si llegas a descubrirte a ti misma de ese modo, habrás descubierto algo igual de misterioso que aquel marciano que mencionamos hace un momento. No sólo has visto un ser del espacio, sino que sientes desde dentro que tú misma eres un ser tan misterioso como aquél. ¿Me sigues todavía, Sofía? Hagamos otro experimento mental. Una mañana, la madre, el padre y el pequeño Tomás, de dos o tres años, están sentados en la cocina desayunando. La madre se levanta de la mesa y va hacia la encimera, y entonces el padre empieza, de repente, a flotar bajo el techo, mientras Tomás se le queda mirando. ¿Qué crees que dice Tomás en ese momento? Quizás señale a su papá y diga: “¡Papá está flotando!”. Tomás se sorprendería, naturalmente, pero se sorprende muy a menudo. Papá hace tantas cosas curiosas que un pequeño vuelo por encima de la mesa del desayuno no cambia mucho las cosas para Tomás. Su papá se afeita cada día con una extraña maquinilla, otras veces trepa hasta el tejado para girar la antena de la tele, o mete la cabeza en el motor de un coche y la saca negra. Ahora le toca a mamá. Ha oído lo que acaba de decir Tomás y se vuelve decididamente. ¿Cómo reaccionará ella ante el espectáculo del padre volando libremente por encima de la mesa de la cocina? Se le cae instantáneamente el frasco de mermelada al suelo y grita de espanto. Puede que 29


necesite tratamiento médico cuando papá haya descendido nuevamente a su silla. (¡Debería saber que hay que estar sentado cuando se desayuna!) ¿Por qué crees que son tan distintas las reacciones de Tomás y las de su madre? Tiene que ver con el hábito. (¡Toma nota de esto!) La madre ha aprendido que los seres humanos no saben volar. Tomás no lo ha aprendido. El sigue dudando de lo que se puede y no se puede hacer en este mundo. ¿Pero y el propio mundo, Sofía? ¿Crees que este mundo puede flotar? ¿También este mundo está volando libremente? Lo triste es que no sólo nos habituamos a la ley de la gravedad conforme vamos haciéndonos mayores. Al mismo tiempo, nos habituamos al mundo tal y como es. Es como si durante el crecimiento perdiéramos la capacidad de dejarnos sorprender por el mundo. En ese caso, perdemos algo esencial, algo que los filósofos intentan volver a despertar en nosotros. Porque hay algo dentro de nosotros mismos que nos dice que la vida en sí es un gran enigma. Es algo que hemos sentido incluso mucho antes de aprender a pensarlo. Puntualizo: aunque las cuestiones filosóficas conciernen a todo el mundo, no todo el mundo se convierte en filósofo. Por diversas razones, la mayoría se aferra tanto a lo cotidiano que el propio asombro por la vida queda relegado a un segundo plano. (Se adentran en la piel del conejo, se acomodan y se quedan allí para el resto de su vida.) Para los niños, el mundo —y todo lo que hay en él— es algo nuevo, algo que provoca su asombro. No es así para todos los adultos. La mayor parte de los adultos ve el mundo como algo muy normal. Precisamente en este punto los filósofos constituyen una honrosa excepción. Un filósofo jamás ha sabido habituarse del todo al mundo. Para él o ella, el mundo sigue siendo algo desmesurado, incluso algo enigmático y misterioso. Por lo tanto, los filósofos y los niños pequeños tienen en común esa importante capacidad. Se podría decir que un filósofo sigue siendo tan susceptible como un niño pequeño durante toda la vida.

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Competencias de la etapa 1 Competencias genéricas 4

scucha, interpreta y emite mensajes pertinentes en distintos contextos mediante E la utilización de medios, códigos y herramientas apropiados.

Atributos •• Aplica distintas estrategias comunicativas según quiénes sean sus interlocutores, el contexto en el que se encuentra y los objetivos que persigue. •• Identifica las ideas clave en un texto o discurso oral e infiere conclusiones a partir de ellas. •• Maneja las tecnologías de la información y la comunicación para obtener información y expresar ideas.

Competencias generales Maneja las Tecnologías de la Información y la Comunicación como herramienta para el acceso a la información y su transformación en conocimiento, así como para el aprendizaje y trabajo colaborativo, con técnicas de vanguardia que le permitan su participación constructiva en la sociedad. Domina su lengua materna en forma oral y escrita con corrección, relevancia, oportunidad y ética, adaptando su mensaje a la situación o contexto, para la transmisión de ideas y hallazgos científicos. Atributos •• Expresa conceptos e ideas de manera correcta, de forma oral y escrita, en su lengua materna. •• Maneja las tecnologías de la información y comunicación de manera crítica en las diferentes áreas del conocimiento.

Competencias disciplinares 1. Analiza y evalúa la importancia de la filosofía en su formación personal y colectiva. 31


3. Examina y argumenta, de manera crítica y reflexiva, diversos problemas filosóficos relacionados con la actuación humana, potenciando su dignidad, libertad y autodirección.

Elemento de competencia Ubica el surgimiento histórico de la filosofía como problemática humana de conocimiento y valoración; distingue su campo temático e importancia en la cultura, considerando sus proyecciones para estructurar y enriquecer su cosmovisión. Total de horas aula: 12 Total de horas extra-aula: 8

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Secuencia didáctica de la etapa 1 Actividad diagnóstica

A partir de una lectura previa del texto “Iniciación a la Filosofía”, se fomentará una lluvia de ideas sobre los seres humanos, la vida, los filósofos y la filosofía.

Actividad de adquisición del conocimiento

Para realizar la siguiente actividad, deberás localizar la siguiente dirección en internet: http://tu.tv/videos/elespinazo-de-la-noche. Se trata del video número 7 de la serie Cosmos de Carl Sagan, titulado “El espinazo de la noche”. A partir de la proyección y en equipo, contesta las siguientes preguntas: ¿Qué son las estrellas? ¿Por qué el video se llama “El espinazo de la noche”? ¿Qué es una galaxia? ¿Cómo se llama la galaxia en la que vivimos? ¿Cómo se entiende el mundo y la naturaleza en los primeros tiempos de la humanidad? ¿Quiénes gobiernan el mundo y la naturaleza según la mitología y religión? ¿En qué parte del mundo nacen la ciencia y la filosofía? ¿Por qué nacen en este lugar? ¿Cuál es la diferencia entre la idea religiosa y mitológica del mundo, y la filosófica y científica? ¿Quiénes fueron los primeros filósofos? Una vez contestadas las preguntas, elabora una reseña de los aspectos que, a tu juicio, son más relevantes del video.

Actividad de organización y jerarquización

Apoyándote en libros de historia, de filosofía, en diccionarios filosóficos y en otras fuentes, investiga y elabora un glosario de los siguientes conceptos: filosofía, razón, logos, metafísica, ontología, epistemología, lógica, axiología, ética, estética, aforismo, ciencia, especular, mundo real, mundo ideal, espíritu, teoría, teorizar, conocimiento especulativo, expectación. Una vez definido tu glosario de conceptos, realiza la lectura de los temas “La filosofía”, “Las creaciones superiores del espíritu” y “El valor de la cultura” en tu libro de texto. Elabora un esquema de llaves donde definas el objeto de estudio de la filosofía y las ramas en que se clasifica.

Actividad de aplicación

Elabora una ficha bibliográfica sobre la vida, obra y aportes a la filosofía de Sócrates. Realiza la lectura, en tu libro de texto, del tema sobre el filósofo Platón. Elabora una ficha de trabajo para cada uno de los siguientes temas: vida, escritos, las ideas, la estructura de la realidad y la filosofía. Elabora una ficha bibliográfica sobre la vida, obra y aportes de Aristóteles a la filosofía.

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Actividad de metacognición

Ejercicio de lectura y paráfrasis del texto de Sócrates Teetetes. Enseguida, lee el “Mito de la Caverna” (libro VII de La República de Platón). En equipo identifica los párrafos que tratan sobre los siguientes temas: los mundos, el bien, lo bello, el método dialéctico. Una vez localizados los párrafos, realiza un ejercicio de paráfrasis de los mismos. Ejercicio de lectura y paráfrasis del libro I, “Del bien humano en general” de la obra Ética nicomaquea, de Aristóteles.

Actividad integradora

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Elabora un ensayo que recoja los aspectos, los filósofos y las escuelas que se formaron en los periodos denominados cosmológico y antropológico en la filosofía griega


Actividades de aprendizaje Actividad diagnóstica 1. A partir de la lectura del fragmento del libro “El mundo de Sofía”, el grupo participará en una lluvia de ideas sobre los seres humanos, la vida, los filósofos y la filosofía. 2. Recuerda mantener una actitud de respeto frente a las opiniones de tus compañeros. 3. Una vez finalizado el proceso de interacciones de la lluvia de ideas, redacta, en forma individual, uno o dos párrafos que consideres significativos y que incluyan las conclusiones de la participación grupal. 4. El escrito será entregado al profesor.

Criterio •• Identifica aspectos que definen a los filósofos y a la filosofía en el ámbito de las humanidades.

Evidencia •• Escrito.

Actividad de adquisición del conocimiento 1. Localiza la siguiente dirección en internet: http://tu.tv/videos/el-espinazo-de-la-noche 2. Se trata del capítulo 7 de la serie Cosmos, de Carl Sagan, titulado “El espinazo de la noche”. Después de verlo, contesta las siguientes preguntas con tu equipo. a) ¿Qué son las estrellas? b) ¿Por qué el video se llama “El espinazo de la noche”? c) ¿Qué es una galaxia? d) ¿Cómo se llama la galaxia en la que vivimos? e) ¿Cómo se entendían el mundo y la naturaleza en los primeros tiempos de la humanidad? f ) ¿Quiénes gobiernan el mundo y la naturaleza según la mitología y religión? 35


g) ¿En qué parte del mundo nacieron la ciencia y la filosofía? ¿Por qué nacieron en este lugar? h) ¿Cuál es la diferencia entre las ideas del mundo que se desprenden de la religión y la mitología, y las que se desprenden de la filosofía y la ciencia? i) ¿Quiénes fueron los primeros filósofos? 3. Una vez que hayan contestado las preguntas, elabora una reseña de los aspectos más relevantes del video en un documento de Word. Incorpórala a tu portafolio.

Criterios •• Respuestas a las preguntas. •• Cobertura correcta de las respuestas, según lo proyectado en el video.

Evidencia •• Reseña.

Actividad de organización y jerarquización 1. Investiga en internet y otras fuentes bibliográficas la definición de los siguientes conceptos: filosofía, razón, logos, metafísica, ontología, epistemología, lógica, axiología, ética, estética, aforismo, ciencia, especular, mundo real, mundo ideal, espíritu, teoría, teorizar, conocimiento especulativo, expectación. 2. Una vez definido tu glosario de conceptos, lee los temas “La filosofía”, “Las creaciones superiores del espíritu” y “El valor de la cultura” en tu libro de texto. 3. Elabora un esquema de llaves donde definas el objeto de estudio de la filosofía y las ramas en que se clasifica. Redacta un argumento, a manera de conclusión, en donde precises los conceptos filosofía, cultura, literatura, ciencia, tecnología. 4. Las fuentes electrónicas o bibliográficas deberán registrarse en el documento. 5. El glosario y el resumen serán entregados a tu maestro de manera impresa o en formato digital. 36


Criterios •• Claridad en el significado de los conceptos. •• Relación y vinculación de los mismos. •• Identifica y distingue las características y los aspectos estructurales de la filosofía, la cultura y la ciencia.

Evidencias •• Glosario y resumen.

Actividad de aplicación 1. En esta actividad registrarás el desarrollo y evolución del pensamiento de Sócrates, Platón y Aristóteles como los pensadores más significativos de la filosofía griega. Investiga en alguna historia de la filosofía la vida, obra y aportes de Sócrates a la filosofía. Elabora una ficha bibliográfica donde recojas estos aspectos. 2. Realiza la lectura, en tu libro de texto, sobre el filósofo Platón. Elabora una ficha de trabajo que contemple cada uno de los siguientes temas acerca de este filósofo: vida, escritos, ideas, estructura de la realidad y filosofía. 3. Investiga y elabora una ficha bibliográfica sobre la vida, la obra y los aportes de Aristóteles a la filosofía.

Criterios •• Información sobre el contexto histórico (lugar y tiempo). •• Información sobre los temas y obras de cada filósofo.

Evidencia •• Fichas bibliográficas.

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Actividad de metacognición 1. Ejercicio de lectura y paráfrasis en equipo: identifiquen en el texto los párrafos que se refieren al método de conocer propuesto por Sócrates y realicen una paráfrasis. 2. Enseguida lean el “Mito de la Caverna” (libro VII) de La República de Platón. En equipo, identifiquen los párrafos en el libro de texto que traten sobre los siguientes temas: los mundos, el bien, lo bello, el método dialéctico. Una vez localizados los párrafos, realicen un ejercicio de paráfrasis de los mismos. 3. Ejercicio de lectura y paráfrasis en equipo: identifiquen los párrafos que se refieren a la felicidad del libro I “Del bien humano en general”, de la obra Ética nicomaquea de Aristóteles, y realicen una paráfrasis.

•• A continuación presentamos un fragmento del diálogo Teetetes o de la ciencia. Por medio de él, podemos conocer el pensamiento y el método socrático denominado mayéutica, que consiste en un cuestionamiento irónico continuo, descrito por Sócrates como un asistente en el alumbramiento (partero) de las almas y del conocimiento. •• Marca todos los cuestionamientos que Sócrates hace a Teetetes, así como los pasajes en los que Sócrates define su método de conocer.

Fragmentos de Teetetes o de la ciencia Sócrates Sócrates: Si tuviese un interés particular, Teodoro, por los de Cirene, te preguntaría lo que allí pasa, y me informaría del estado en que se hallan los jóvenes que se aplican a la geometría y a las demás ramas de la filosofía. Pero, como quiero con preferencia a los nuestros, estoy más ansioso de conocer quiénes, entre nuestros jóvenes, ofrecen mayores esperanzas. Hago esta indagación por mí mismo, en cuanto me es posible, y además me dirijo a aquellos, que cerca de los cuales veo que la juventud se apresura a concurrir. No son pocos los que acuden a ti, y tienen razón porque lo mereces por muchos conceptos y, sobre todo, por tu saber en geometría. Me darías mucho gusto si me dieras cuenta de algún joven notable. Teodoro: Con el mayor gusto, Sócrates, y para informarte, creo conveniente decir cuál es el joven que más me ha llamado la atención. Si fuese 38


hermoso temería hablar de él, no fueras a imaginarte que me dejaba arrastrar por la pasión; pero, sea dicho sin ofenderte, lejos de ser hermoso, se parece a ti, y tiene, como tú, la nariz roma y unos ojos que se salen de las órbitas, si bien no tanto como los tuyos. En este concepto, puedo hablar de él con confianza. Sabrás, pues, que de todos los jóvenes con quienes he estado en relación, y que son muchos, no he visto uno solo que tenga mejores condiciones. En efecto, a una penetración de espíritu poco común, tiene la dulzura singular de su carácter, y, por encima de todo, es valiente cual ninguno, cosa que no creía posible, y que no encuentro en otro alguno. Porque los que tienen, como él, mucha vivacidad, penetración y memoria, son de ordinario inclinados a la cólera, se dejan llevar acá y allá, semejantes a un buque sin lastre, y son naturalmente más fogosos que valientes. Por el contrario, los que tienen más consistencia en el carácter, llevan al estudio de las ciencias un espíritu entorpecido, y no tienen nada. Pero Teetetes marcha en la carrera de las ciencias y del estudio con paso tan fácil, tan firme y tan rápido, y con una dulzura comparable al aceite, que corre sin ruido, que no me canso de admirarle y estoy asombrado de que en su edad haya hecho tan grandes progresos. Sócrates: Verdaderamente, me das una buena noticia. ¿Pero de quién es hijo? Teodoro: Muchas veces he oído nombrar a su padre, más no puedo recordarle. Pero, en su lugar, he aquí al mismo Teetetes en medio de ese grupo que viene hacia nosotros. Algunos de sus camaradas y él han ido a untarse con aceite al estadio que está fuera de la ciudad, y me parece que después de este ejercicio vienen a nuestro lado. Mira, si le conoces. Sócrates: Le conozco, es el hijo de Eufronios de Sunio; ha nacido de un padre, mi querido amigo, que es tal como acabas de pintar al hijo mismo; que ha gozado, por otra parte, de una gran consideración, y ha dejado a su muerte una cuantiosa herencia. Pero no sé el nombre de este joven. Teodoro: Se llama Teetetes, Sócrates. Sus tutores, a lo que parece, han mermado algún tanto su patrimonio, pero él se ha conducido con un desinterés admirable. Sócrates: Me presentas a un joven de alma noble. Dile que venga a sentarse cerca de nosotros. Teodoro: Lo deseo. Teetetes, ven aquí, cerca de Sócrates. Sócrates: Sí, ven Teetetes, para que al mirarte, vea mi figura, que según dice Teodoro se parece a la tuya. Pero, si uno y otro tuviésemos una lira, y aquél nos dijese que estaban unísonas. ¿Le creeríamos, desde luego, o examinaríamos antes si era músico? 39


Teetetes: Lo examinaríamos antes. Sócrates: Y si llegáramos a descubrir que es músico, daríamos fe a su discurso; pero si no sabe la música, no le creeríamos. Teetetes: Sin duda. Sócrates: Ahora, si queremos asegurarnos del parecido de nuestras fisonomías, me parece que es preciso averiguar si Teodoro está versado o no en la pintura. Teetetes: Así lo creo. Sócrates: Y bien, dime, ¿entiende Teodoro de pintura? Teetetes: No, que yo sepa. Sócrates: ¿Tampoco entiende de geometría? Teetetes: Al contrario, entiende mucha, Sócrates. Sócrates: ¿Posee igualmente, la astronomía, el cálculo, la música y las demás ciencias? Teetetes: Me parece que sí. Sócrates: No hay que hacer mucho aprecio de sus palabras, cuando dice que hay entre nosotros, por fortuna o por desgracia, alguna semejanza respecto a nuestros cuerpos. Teetetes: Quizá no. Sócrates: Pero si Teodoro alabase el alma de uno de nosotros por su virtud y sabiduría, el que oyera este elogio, ¿no debería apurarse a examinar al hombre por él elogiado, y descubrir sin titubear el fondo de su alma? Teetetes: Seguramente, Sócrates. Sócrates: A ti corresponde, mi querido Teetetes, manifestarte, en este momento, tal cual eres, y a mí examinarte. Porque debes saber que Teodoro, que me ha hablado bien de tantos extranjeros y atenienses, de ninguno me ha hecho el elogio que acaba de hacerme de ti. Teetetes: Quisiera merecerlo, Sócrates, pero mira, no sea que lo haya dicho en broma. Sócrates: No acostumbra hacerlo Teodoro. Así que no te retractes de lo que acabas de concederme, so pretexto de haber sido una pura broma lo que dijo, porque en este caso sería necesario obligarle a venir aquí a prestar una declaración en regla, que no sería seguramente por nadie rehusada. Así, pues, atente a lo que me has prometido. Teetetes: Puesto que así lo quieres, es preciso consentir en ello. Sócrates: Dime, ¿estudias la geometría con Teodoro? Teetetes: Sí. Sócrates: ¿También la astronomía, la armonía y el cálculo? Teetetes: Hago todos mis esfuerzos para cultivar estas ciencias. 40


Sócrates: Y yo también, hijo mío, aprendo de Teodoro y de cuantos creo hábiles en estas materias. A la verdad, conozco bastante los demás puntos de estas ciencias, pero me falta uno de poca importancia, sobre el cual estoy perplejo, y que deseo examinar contigo y con los que están aquí presentes. Respóndeme, pues. Aprender, ¿no es hacerse más sabio en lo que se aprende? Teetetes: Sin duda. Sócrates: ¿Los sabios no lo son a causa del saber? Teetetes: Sí. Sócrates: ¿Qué diferencia hay entre éste y la ciencia? Teetetes: ¿Cuál éste? Sócrates: El saber. ¿No es uno sabio en las cosas que se saben? Teetetes: Sin duda. Sócrates: Por consiguiente, ¿el saber y la ciencia son una misma cosa? Teetetes: Sí. Sócrates: He aquí justamente mis dudas, y no puedo formarme por mí mismo una idea clara de lo que es la ciencia. ¿Podremos explicar en qué consiste? ¿Qué pensáis de esto, y quién de vosotros lo dirá el primero? El que se engañe, hará el burro, como dicen los niños cuando juegan a la pelota, y el que sobrepuje a los demás, sin cometer ninguna falta, será nuestro rey y nos obligará a responder a todo lo que quiera. ¿Por qué guardáis silencio? ¿Os será importuno, Teodoro, a causa de mi afición a la polémica y del deseo que tengo de empeñaros en una conversación, que puede haceros amigos y hacer que nos conozcamos los unos a los otros? Teodoro: Nada de eso, Sócrates. Invita a algunos de estos jóvenes, porque yo no tengo ninguna práctica en esta manera de conversar, ni estoy ya en edad de poder acostumbrarme, mientras que es conveniente a ellos, que sacarán mucho más provecho que yo. La juventud es susceptible de progreso en todas direcciones. Pero no dejes a Teetetes, ya que has comenzado por él, y pregúntale. Sócrates: Teetetes, ¿entiendes lo que dice Teodoro? Supongo que no querrás desobedecerle, ni en esta clase de cosas es permitido a un joven resistir a lo que le prescribe un sabio. Dime, pues, decidida y francamente lo que piensas de la ciencia. Teetetes: Hay que responder, puesto que ambos me lo ordenáis. Pero también, si me equivoco, vosotros me corregiréis. Sócrates: Sí, si somos capaces de eso. Teetetes: Me parece, pues, que lo que se puede aprender con Teodoro, como la geometría y las otras artes de que has hecho mención, son 41


otras tantas ciencias, y hasta todas las artes, sea la del zapatero o la de cualquier otro oficio, no son otra cosa que ciencias. Sócrates: Te pido una cosa, mi querido amigo, y tú me das liberalmente muchas; te pido un objeto simple y me das objetos muy diversos. Teetetes: ¿Cómo? ¿Qué quieres decir, Sócrates? Sócrates: Nada quizá. Sin embargo, voy a explicarte lo que yo pienso. Cuando nombran el arte del zapatero, ¿quieres decir otra cosa que el arte de hacer zapatos? Teetetes: No. Sócrates: Y por el arte del carpintero, ¿quieres decir otra cosa que la ciencia de hacer obras de madera? Teetetes: No. Sócrates: Tú especificas, con relación a estas dos artes, el objeto a que se dirige cada una de estas ciencias. Teetetes: Sí. Sócrates: Pero el objeto de mi pregunta, Teetetes, no es saber cuáles son los objetos de las ciencias, porque no nos proponemos contarlas, sino conocer lo que es la ciencia en sí misma. ¿No es cierto lo que digo? Teetetes: Tienes razón. Sócrates: Considera lo que te voy a decir. Si se nos preguntase qué son ciertas cosas bajas y comunes, por ejemplo, el barro, y respondiéramos que hay barro de olleros, barro de muñecas, barro de tejeros, ¿no nos pondría más en ridículo? Teetetes: Probablemente. Sócrates: En primer lugar, porque creíamos con nuestra respuesta dar lecciones al que nos interroga, repitiendo el barro y añadiendo los obreros que en él se emplean. ¿Crees tú que, cuando se ignora la naturaleza de una cosa, se sabe lo que su nombre significa? Teetetes: De ninguna manera. Sócrates: Así pues, el que no tiene idea alguna de la ciencia, no comprende lo que es la ciencia de los zapateros. Teetetes: No, sin duda. Sócrates: La ignorancia de la ciencia lleva consigo la ignorancia del arte del zapatero y de cualquiera otro arte. Teetetes: Es cierto. Sócrates: Por consiguiente, cuando se pregunta lo que es la ciencia, es ponerse en ridículo el dar por respuesta el nombre de una ciencia, puesto que es responder sobre el objeto de la ciencia, y no sobre la ciencia misma, que es a la que se refiere la pregunta. 42


Teetetes: Así parece. Sócrates: Eso es tomar un largo rodeo, cuando puede responderse sencillamente y en pocas palabras. Por ejemplo, a la pregunta: ¿qué es el barro? Es muy fácil y sencillo responder que es tierra mezclada con agua, sin acordarse de los diferentes obreros que se sirven de él. Teetetes: La cosa me parece ahora fácil, Sócrates. La cuestión es de la misma naturaleza que la que nos ocurrió, hace algunos días, a tu tocayo, Sócrates, y a mí, en una conversación que tuvimos. Sócrates: ¿Qué cuestión, Teetetes? Teetetes: Teodoro nos enseñaba algún cálculo sobre las raíces de los números, demostrándonos que las de tres y de cinco no son conmensurables en longitud con la de uno, y enseguida continúo así hasta la de diecisiete, en la que se detuvo. Juzgando, pues, que las raíces eran infinitas en número, nos vino al pensamiento intentar el comprenderlas bajo un solo nombre, que conviene a todas. Sócrates: ¿Habéis hecho ese descubrimiento? Teetetes: Me parece que sí; juzga por ti mismo. Sócrates: Veamos. Teetetes: Dividimos todos los números en dos clases. Los que pueden colocarse en filas iguales, de tal manera que el número de las filas sea igual al de unidades de que cada una consta, las hemos llamado cuadrados y equiláteros, asimilándolos a las superficies cuadradas. Sócrates: Bien. Teetetes: En cuanto a los números intermedios, tales como el tres, el cinco, y los demás, que no pueden dividirse en filas iguales de números iguales, según acabamos de decir, y que se componen de un número de más menor o mayor que el de las unidades de cada una de ellas, de donde resulta que la superficie que la representa está siempre comprendida entre lados desiguales, a estos números los hemos llamado oblongos, asimilándolos a superficies oblongas. Sócrates: Perfectamente. ¿Qué habéis hecho después de esto? Teetetes: Hemos comprendido, bajo el nombre de longitud, a las líneas que cuadran el número plano y equilátero, y, bajo el nombre de raíz, las que cuadran el número oblongo, que no son conmensurables por sí mismas en longitud con relación a las primeras, sino sólo por las superficies que producen. La misma operación hemos hecho respecto a los sólidos. Sócrates: Perfectamente, hijos míos, y veo claramente que Teodoro no es culpable de falso testimonio. 43


Teetetes: Pero, Sócrates, no me considero con fuerzas para responder a lo que me preguntas sobre la ciencia, como he podido hacerlo sobre la longitud y la raíz, aunque tu pregunta me parece de la misma naturaleza que aquélla. Así, es posible que Teodoro se haya equivocado al hablar de mí. Sócrates: ¿Cómo no? Si, alabando tu agilidad en la carrera, hubiese dicho que nunca había visto a joven que mejor corriese y, enseguida, fueses vencido por otro corredor que estuviese en la fuerza de la edad y dotado de una ligereza extraordinaria, ¿crees tú que sería por esto menos verdadero el elogio de Teodoro? Teetetes: No. Sócrates: ¿Y crees que, como antes manifesté, sea cosa de poca importancia el descubrir la naturaleza de la ciencia o, por el contrario, crees que es una de las cuestiones más arduas? Teetetes: La tengo ciertamente por una de las más difíciles. Sócrates: Así, pues, no desesperes de ti mismo, persuádete de que Teodoro ha dicho verdad, y fija toda tu atención en comprender la naturaleza y esencia de las demás cosas y, en particular, de la ciencia. Teetetes: Si sólo dependiera de esfuerzos, Sócrates, es seguro que yo llegaría a conseguirlo. Sócrates: Pues, adelante y, puesto que tú mismo te pones en el camino, toma por ejemplo la preciosa respuesta de las raíces, y así como las has abarcado todas bajo una idea general, trata de comprender en igual forma todas las ciencias en una sola definición. Teetetes: Sabrás, Sócrates, que he ensayado más de una vez aclarar este punto, cuando oía hablar de ciertas cuestiones que se decía que procedían de ti, y hasta ahora no puedo lisonjearme de haber encontrado una solución satisfactoria, ni he hallado a nadie que responda a esta cuestión como deseas. A pesar de eso, no renuncio a la esperanza de resolverla. Sócrates: Esto consiste en que experimentas los dolores del parto, mi querido Teetetes, porque tu alma no está vacía, sino preñada. Teetetes: Yo no lo sé, Sócrates, y sólo puedo decir lo que en mí pasa. Sócrates: Pues bien, pobre inocente, ¿no has oído decir que yo soy hijo de Fenárete, partera muy hábil y de mucha nombradía? Teetetes: Sí, lo he oído. Sócrates: ¿Y no has oído también que yo ejerzo la misma profesión? Teetetes: No. Sócrates: Pues has de saber que es muy cierto. No vayas a descubrir este secreto a los demás. Ignoran, querido mío, que yo poseo este arte, y 44


como lo ignoran, mal pueden publicarlo; pero dicen que soy un hombre extravagante y que no tengo otro talento que el de sumir a todo el mundo en toda clase de dudas. ¿No has oído decirlo? Teetetes: Sí. Sócrates: ¿Quieres saber la causa? Teetetes: Con mucho gusto. Sócrates: Fíjate en lo que concierne a las parteras, y comprenderás mejor lo que quiero decir. Ya sabes que ninguna de ellas mientras puede concebir y tener hijos, se ocupa en partear a las demás mujeres, y que no ejercen este oficio sino cuando ya no son susceptibles de preñez. Teetetes: Es cierto. Sócrates: Dícese que Artemisa ha dispuesto así las cosas, porque preside los alumbramientos, aunque ella no pare. No ha querido dar a las mujeres estériles el empleo de parteras, porque la naturaleza humana es demasiado débil para ejercer un arte de que no se tiene ninguna experiencia, y ha encomendado este cuidado a las que han pasado ya la edad de concebir, para honrar de esta manera la semejanza que tienen con ella. Teetetes: Es probable. Sócrates: ¿No es igualmente probable y aun necesario que las parteras conozcan mejor que nadie si una mujer está o no encinta? Teetetes: Sin duda. Sócrates: Además, por medio de ciertos brebajes y encantamientos saben apresurar el momento del parto y amortiguar los dolores, cuando ellas quieren; hacen parir las que tienen dificultad en librarse, y facilitan el aborto, si se le juzga necesario cuando el feto es prematuro. Teetetes: Es cierto. Sócrates: ¿No has observado otra de sus habilidades que consiste en ser muy entendidas en arreglar matrimonios, porque distinguen perfectamente qué hombre y qué mujer deben unirse para tener hijos robustos? Teetetes: Eso no lo sabía. Sócrates: Pues bien, ten por cierto que están ellas más orgullosas de esta última cualidad que de su destreza para cortar el ombligo. En efecto, medítalo un poco. ¿Crees tú que el arte de cultivar y recoger los frutos de la tierra sea el mismo que el de saber en qué tierra es preciso poner tal planta o tal semilla, o piensas que son éstas dos artes diferentes? Teetetes: No, creo que es el mismo arte. Sócrates: Y con relación a la mujer, querido mío, ¿crees que este doble objeto depende de dos artes diferentes? Teetetes: No hay trazas de eso. 45


Sócrates: No. Pero, a causa de los enlaces mal hechos de que se encargan las parteras, celosas de su reputación, no quieren tomar parte en tales misiones por temor de que se las acuse de hacer un mal oficio si se mezclan en ellas. Porque, por lo demás, sólo a las parteras verdaderamente dignas de este nombre corresponde el arreglo de matrimonios. Teetetes: Así debe ser. Sócrates: Tal es, pues, el oficio de parteras, o matronas, que es muy inferior al mío. En efecto, estas mujeres no tienen que partear tan pronto quimeras o cosas imaginarias como seres verdaderos, lo cual no es tan fácil distinguir, y si las matronas tuviesen en esta materia el discernimiento de lo verdadero y de lo falso, sería la parte más bella e importante de su arte. ¿No lo crees así? Teetetes: Sí. Sócrates: El oficio de partear, tal como yo lo desempeño, se parece en todo lo demás al de las matronas, pero difiere en que yo lo ejerzo sobre los hombres y no sobre las mujeres, y en que asisten al alumbramiento, no los cuerpos, sino las almas. La gran ventaja es que me pone en estado de discernir con seguridad si lo que el alma de un joven siente es un fantasma, una quimera o un fruto real. Por otra parte, yo tengo de común con las parteras que soy estéril en punto a sabiduría, y en cuanto a lo que muchos me han echado en cara, diciendo que interrogo a los demás y que no respondo a ninguna de las cuestiones que se me proponen, porque yo nada sé, este cargo no carece de fundamento. Pero he aquí por qué obro de esta manera. EI Dios me impone el deber de ayudar a los demás a parir y, al mismo tiempo, no permite que yo mismo produzca nada. Ésta es la causa de que no esté versado en la sabiduría y de que no pueda alabarme en ningún descubrimiento que sea una producción de mi alma. En compensación, los que conversan conmigo, si bien algunos de ellos se muestran muy ignorantes al principio, hacen maravillosos progresos a medida que me tratan, y todos se sorprenden de este resultado, y es porque el Dios quiere fecundarlos. Y se ve claramente que ellos nada han aprendido de mí y que han encontrado en sí mismos los numerosos y bellos conocimientos que han adquirido, no habiendo hecho yo otra cosa que contribuir con el Dios a hacerles concebir. La prueba es que muchos que ignoraban este misterio y se atribuían a sí mismos tal aprovechamiento, habiéndome abandonado antes de lo que convenía, ya por desprecio a mi persona, ya por el hostigamiento de otro, desde aquel momento, han abortado en todas sus producciones, a 46


causa de las malas amistades que han contraído, y han perdido, por una educación viciosa, lo que habían ganado bajo mi dirección. Han hecho más caso de quimeras y fantasmas que de la verdad, y han concluido por parecer ignorantes sus propios ojos y a los de los demás. De este número es Arístides, hijo de Lisímaco, y muchos otros. Cuando vienen a renovar su amistad conmigo, haciendo los mayores esfuerzos para obtenerla, mi genio familiar me impide conversar con algunos, si bien me lo permite con otros, y éstos aprovechan como la primera vez. A los que se unen a mí, les sucede lo mismo que a las mujeres embarazadas. Día y noche experimentan dolores de parto e inquietudes más vivas que las ordinarias que sienten las mujeres. Estos dolores son los que yo puedo despertar o apaciguar, cuando quiero, en virtud de mi arte. Todo esto es respecto a los que me tratan. Alguna vez también, Teetetes, cuando veo a alguno cuya alma no me parece preñada, convencido de que no tiene ninguna necesidad de mí, trabajo con el mayor cariño en proporcionarle un acomodamiento y puedo decir que, con el socorro del Dios, conjeturo felizmente respecto a la persona a cuyo lado y bajo cuya dirección debe ponerse. Por esta razón, he colocado a muchos con Pródico y con otros sabios y divinos personajes. La razón que he tenido para extenderme sobre este punto, mi querido amigo, es que sospecho, así como tú dudas, que tu alma está preñada y a punta de parir. Condúcete, pues, conmigo, teniendo presente que soy un hijo de partera, experto en este oficio; esfuérzate en responder, en cuanto te sea posible, a lo que te propongo, y si después de haber examinado tu respuesta creo que es un fantasma y no un fruto verdadero, y si en tal caso te lo arranco y te lo desecho, no te enfades conmigo, como hacen las que son madres por primera vez. Muchos en efecto, querido mío, se han irritado de tal manera cuando les combatía alguna opinión extravagante, que de buena gana me hubieran despedazado con sus dientes. No pueden persuadirse de que yo nada hago que no sea por cariño hacia ellos, y están muy distantes de saber que ninguna divinidad quiere mal a los hombres, y que yo no obro así porque les tenga mala voluntad, sino porque no me es permitido en manera alguna conceder como verdadero lo que es falso, ni tener la verdad oculta. Intenta, pues, de nuevo, Teetetes, decirme en qué consiste la ciencia. No me alegues que esto supera tus fuerzas, porque si el Dios quiere y si para ello haces un esfuerzo, llegarás a conseguirlo. Teetetes: Después de tales excitaciones de tu parte, Sócrates, sería vergonzoso no hacer los mayores esfuerzos para decirte lo que uno tiene en el 47


espíritu. Me parece que el que sabe una cosa, siente, aquello que él sabe, y en cuanto puedo juzgar en este momento, la ciencia no se diferencia en nada de la sensación. Sócrates: Has respondido bien y con decisión, hijo mío; es preciso decir siempre las cosas como se piensan. Se trata ahora de examinar en conjunto si esta concepción de tu alma es sólida o frívola. ¿La ciencia es la sensación, según dices? Teetetes: Sí. Sócrates: Esta definición que das de la ciencia no es de despreciar; es la misma que ha dado Protágoras, aunque se haya expresado de otra manera. El hombre, dice, es la medida de todas las cosas, de la existencia de las que existen, y de la no existencia de las que no existen. Tú has leído, sin duda, su obra. Teetetes: Sí, y más de una vez. Sócrates: ¿No es su opinión que las cosas son, en relación conmigo, tales como a mí me parecen, y en relación contigo, tales como a ti te parecen? Porque somos hombres tú y yo. Teetetes: Eso es lo que dice, efectivamente. Sócrates: Es natural pensar que un hombre tan sabio no hablase al aire. Sigamos, pues, el hilo de tus razonamientos. ¿No es cierto que algunas veces, cuando corre un mismo viento, uno de nosotros siente frío y otro no lo siente, éste poco y aquél mucho? Teetetes: Seguramente. Sócrates: ¿Diremos, entonces, que el viento, tornado en sí mismo, es frío o no es frío?, o bien ¿tendremos fe en Protágoras, que quiere que sea frío para aquél que lo siente y que no lo sea para el otro? Teetetes: Es probable. Sócrates: EI viento, ¿no parece tal al uno y al otro? Teetetes: Sí. Sócrates: Parecer, ¿no es, respecto a nosotros mismos, la misma cosa que sentir? Teetetes: Sin duda. Sócrates: La apariencia y la sensación son lo mismo con relación al calor y a las demás cualidades sensibles, puesto que parecen ser para cada uno tales como las siente. Teetetes: Probablemente. Sócrates: Luego, la sensación, en tanto que ciencia, tiene siempre un objeto real y no es susceptible de error. Teetetes: Así parece. 48


Sócrates: ¡En nombre de las Cárites! Protágoras no era muy sabio cuando ha mostrado enigmáticamente su pensamiento a nosotros, que pertenecemos al vulgo, mientras que ha descubierto a sus discípulos la cosa tal cual es. Teetetes: ¿Qué quieres decir con esto, Sócrates? Sócrates: Voy a decírtelo. Se trata de una opinión que no es de pequeña importancia. Pretende que ninguna cosa es una, tomada en sí misma, y que a ninguna cosa, sea la que sea, se la puede atribuir, con razón, denominación ni cualidad alguna; que si se llama grande una cosa, ella parecerá pequeña; si pesada, parecerá ligera, y así de lo demás; porque nada es uno, ni igual, ni de una cualidad determinada, sino que de la traslación, del movimiento y de su mezcla recíproca se forma todo lo que decimos que existe, sirviéndonos, en esto, de una expresión impropia, porque nada existe sino que todo deviene. Los sabios todos, a excepción de Parménides, convienen en este punto, como Protágoras, Heráclito, Empédocles; los más excelentes poetas, en uno y otro género de poesía, Epicarmo en la comedia, Homero en la tragedia, cuando dice: el Océano, padre de los dioses, y Tetis, su madre, con lo que da a entender que todas las cosas son producidas por el flujo y movimiento. ¿No juzgas que sea esto lo que ha querido decir? Teetetes. Sí. Sócrates: ¿Quién podrá, en lo sucesivo, sin ponerse en ridículo, hacer frente a un ejército semejante, que tiene a la cabeza a Homero? Teetetes: No es fácil, Sócrates. Sócrates: No, sin duda. Teetetes; tanto más cuanto que apoyan en pruebas fuertes su opinión de que el movimiento es el principio de lo que nos parece existir y de la generación, y el reposo, el del no ser y el de la corrupción. En efecto, el fuego y el calor, que engendra y entretiene todo lo demás, son producidos por la traslación y el roce, que no son más que movimiento. ¿No es esto lo que da origen al fuego? Teetetes: Sin duda. Sócrates: La especie de los animales, ¿debe igualmente su producción a los mismos principios? Teetetes: Seguramente. Sócrates: ¡Pero qué! ¿Nuestro cuerpo no se corrompe por el reposo y la inacción, y no se conserva principalmente por el ejercicio y el movimiento? Teetetes: Sí.

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Fragmentos del Libro I, “Del bien humano en general”, de la obra Ética nicomaquea Aristóteles Todo arte y toda investigación científica, lo mismo que toda acción y elección parecen tender a algún bien; y por ello definieron con toda pulcritud el bien los que dijeron ser aquello a que todas las cosas aspiran. Siendo como son en gran número las acciones y las artes y ciencias, muchos serán de consiguiente los fines. Así, el fin de la medicina es la salud; el de la construcción naval, el navío; el de la estrategia, la victoria, y el de la ciencia económica, la riqueza. Si existe un fin de nuestros actos querido por sí mismo, y los demás por él; y si es verdad también que no siempre elegimos una cosa en vista de otra, es claro que ese fin último será entonces no sólo el bien, sino el bien soberano. A lo que creemos, el bien de que hablamos es de la competencia de la ciencia soberana y más que todas arquitectónica, la cual es, con evidencia, la ciencia política. Ella, en efecto, determina cuáles son las ciencias necesarias en las ciudades, y cuáles las que cada ciudadano debe aprender y hasta dónde. Desde el momento en que la política se sirve de las demás ciencias prácticas y legisla sobre lo que debe hacerse y lo que debe evitarse, el fin que le es propio abraza los de todas las otras ciencias, al punto de ser por excelencia el bien humano. Cada cual juzga acertadamente de lo que conoce, y de estas cosas es juez. Pero así como cada asunto especial demanda una instrucción adecuada, juzgar en conjunto sólo puede hacerlo quien posea una cultura general. Ésta es la causa de que el joven no sea oyente idóneo de lecciones de ciencia política, pues no tiene experiencia de las acciones de la vida, de las cuales extrae la ciencia política sus proposiciones y a las cuales se aplican éstas mismas. Y además, como el joven es secuaz de sus pasiones, escuchará estas doctrinas vanamente y sin provecho, toda vez que el fin de esta ciencia no es el conocimiento sino la acción. Puesto que todo conocimiento y toda elección apuntan a algún bien, declaremos ahora, reasumiendo nuestra investigación, cuál es el bien a que tiende la ciencia política, y que será, por tanto, el más excelso de todos los bienes en el orden de la acción humana. En cuanto al nombre por lo menos, reina acuerdo casi unánime, pues tanto la mayoría como los espíritus selectos llaman a ese bien la felicidad, y suponen que es lo mismo vivir bien y obrar bien que ser feliz. 50


Volvamos de nuevo al bien que buscamos, y preguntémonos cuál pueda ser. Tal nos parece ser, por encima de todo, la felicidad. A ella, en efecto, la escogemos siempre por sí misma, y jamás por otra cosa; en tanto que el honor, el placer, la intelección y toda otra perfección cualquiera, son cosas que, aunque es verdad que las escogemos por sí mismas, lo cierto es que las deseamos en vista de la felicidad, suponiendo que por medio de ellas seremos felices. Nadie, en cambio, escoge la felicidad por causa de aquellas cosas, ni, en general, de otra ninguna. Es manifiesto, en suma, que la felicidad es algo final y autosuficiente, y que es el fin de cuanto hacemos. Pues así como una golondrina no hace primavera, ni tampoco un día de sol, de la propia suerte ni un día ni un corto tiempo hacen a nadie bienaventurado y feliz. Igualmente estamos en lo justo por el mero hecho de afirmar que el fin consiste en ciertos actos y operaciones, pues de este modo el fin queda incluido entre los bienes del alma y no entre los exteriores. Con nuestra definición concuerda además la creencia que se tiene de que el hombre feliz es el que vive bien y obra bien, porque virtualmente hemos definido la felicidad como una especie de vida dichosa y de conducta recta. De lo cual se suscita la cuestión de si la felicidad es cosa de aprendizaje o de costumbre o resultado de algún otro ejercicio, o bien si nos viene por algún hado divino o por la fortuna. La solución del problema se desprende también con toda claridad de nuestra definición de felicidad, la cual, hemos dicho, es cierta especie de actividad del alma conforme a la virtud, mientras que los demás bienes unos están necesariamente comprendidos en la felicidad, al paso que otros son por su naturaleza auxiliar y útil por modo instrumental. Y todo esto está de acuerdo con lo que dijimos al principio, cuando asentamos que el fin de la política es el bien supremo; ahora bien, la política pone su mayor cuidado en hacer a los ciudadanos de tal condición que sean buenos y obradores de buenas acciones. Para la felicidad es menester, como antes dijimos, una virtud perfecta y una vida completa. En ninguna de las obras humanas encontraremos una firmeza comparable a la que tienen los actos virtuosos, más estables aún, por lo que puede verse, que nuestro conocimiento de las ciencias particulares. Por lo tanto, eso que ahora buscamos, la estabilidad, de cierto se encontrará en el hombre feliz, que será tal por toda su vida, pues siempre o casi siempre obrará y contemplará las cosas que son conformes con la virtud, y llevará los cambios de fortuna con sumo decoro, y guardará en todo una 51


perfecta armonía, como barón verdaderamente esforzado y cuadrado sin reproche. Y parece así mismo ser así por ser la felicidad un principio, pues por causa de ella hacemos todo lo demás, y a lo que es principio y causa de los bienes lo diputamos algo venerable y divino. El verdadero hombre de Estado, además, parece que ha de ocuparse de la virtud más que de otra cosa alguna, desde el momento que quiere hacer de sus conciudadanos hombres de bien y obedientes a las leyes. Y por virtud humana entendemos no la del cuerpo, sino la del alma, y por felicidad una actividad del alma. En el alma hay una parte irracional y otra dotada de un principio racional. En la parte irracional queda de manifiesto, por tanto, que existen dos aspectos: de un lado la vegetativa, que en manera alguna comulga con la razón; del otro la concupiscible y en general la desiderativa, que participa de la razón en cierta medida, en cuanto la obedece y se somete a su imperio. Y así, si de esta parte hay que decir también que posee la razón, doble será a su vez la parte racional: una, la que posee la razón propiamente y en sí misma; otra, la que escucha la voz de aquella como la de un padre. Atendiendo a esta diferencia se divide la virtud. A unas virtudes las llamamos intelectuales; a otras morales. Intelectuales son, por ejemplo, la sabiduría, la comprensión y la prudencia; morales, la liberalidad y la templanza. Y a las disposiciones dignas de alabanza las llamamos virtudes. Aristóteles (1976). Ética Nicomaquea / Política (6ª. ed.). México: Porrúa.

Criterios •• Cobertura e identificación temática. •• Uso de sinónimos.

Evidencia •• Documento de paráfrasis de los tres filósofos.

Actividad integradora 1. Realiza una investigación y consulta bibliográfica, apoyándote en alguna historia de la filosofía o diccionario filosófico. y recoge los as52


pectos, los filósofos y las escuelas que se forman en los periodos de la filosofía griega denominados cosmológico y antropológico. 2. Elabora un ensayo que registre la evolución del pensamiento filosófico griego. 3. Establece una conclusión y registra las fuentes bibliográficas.

Criterios •• Introducción, desarrollo y conclusión. •• Cobertura de las principales escuelas y sus representantes de cada periodo. •• Orden cronológico y contexto. •• Referencias bibliográficas.

Evidencia •• Ensayo.

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ETAPA 2 54

La filosofĂ­a renacentista


Esquema de la etapa 2 La filosofia renacentista

El humanismo

La cultura grecorromana

Principales humanistas

Principales corrientes filosoficas

Antropocentismo y naturalismo

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Introducción a la etapa 2 En esta segunda etapa abordaremos un periodo de grandes cambios políticos, económicos y sociales, de nuevos conocimientos geográficos, científicos y tecnológicos que comienzan a gestarse a finales de la Edad Media: nos referimos al Renacimiento y sus rasgos distintivos. La mayoría de los historiadores consideran que el Renacimiento se desarrolla en los siglos xv y xvi, y que llega a su fin ya entrado el siglo xvii. Sin embargo, existe una polémica que surge al considerar si el Renacimiento constituye una ruptura o una continuidad respecto a la Edad Media. Sabemos que todas las épocas históricas se generan a partir de otras anteriores, en las que se pueden encontrar en germen algunos indicios; esto también sucede con el Renacimiento. Los europeos del siglo xvi mantenían una clara oposición de ruptura hacia las ideas medievales, sustentada una serie de cambios sociales, políticos religiosos, económicos y culturales. Ejemplo de ello fue la desintegración de la iglesia católica y el desarrollo de la reforma luterana, que se produjeron en el marco de la consolidación de los estados nacionales. Lo anterior configuró un nuevo mapa político en Europa, asociado al desarrollo de la burguesía y su papel destacado en la expansión del comercio, lo que conduciría al principio del fin del feudalismo. El desarrollo de la cartografía, el uso de la brújula y la utilización de la pólvora fueron elementos imprescindibles para el descubrimiento y la colonización de América. Asimismo, la invención de la imprenta facilitó la propagación de las nuevas ideas y la ruptura del saber medieval. El humanismo se caracterizó por el retorno a la sabiduría grecorromana, mientras que en el Renacimiento la característica principal fue el impulso al desarrollo de la ciencia. En efecto, uno de los rasgos distintivos del humanismo es su interés por lo “antiguo”, interés en el que predomina el punto de vista de la investigación filológica; a diferencia de lo que ocurría en la época medieval, donde se reflexionaba acerca del hombre desde una perspectiva teológica, los humanistas lo valoraran desde una perspectiva mundana, como un ser natural e histórico. Por otro lado, el ideal común del Renacimiento viene definido por la esperanza de un renacer del ser verdaderamente humano, mediante las artes, la ciencia y la investigación, siempre considerando al hombre como un ser natural, en oposición a la concepción medieval. El retorno a lo “antiguo” significó volver a los orígenes de la vida y la cultura humanas. Este retorno se efectúa mediante las artes y las ciencias, no por experiencias místicas, lo que significa una búsqueda de la objetividad. 56


Competencias de la etapa 2 Competencia genérica 4

scucha, interpreta y emite mensajes pertinentes en distintos contextos mediante E la utilización de medios, códigos y herramientas apropiados.

Atributos •• Aplica distintas estrategias comunicativas según quiénes sean sus interlocutores, el contexto en el que se encuentra y los objetivos que persigue. •• Identifica las ideas clave en un texto o discurso oral e infiere conclusiones a partir de ellas. •• Maneja las tecnologías de la información y la comunicación para obtener información y expresar ideas.

Competencias generales Maneja las Tecnologías de la Información y la Comunicación como herramienta para el acceso a la información y su transformación en conocimiento, así como para el aprendizaje y trabajo colaborativo, con técnicas de vanguardia que le permitan su participación constructiva en la sociedad. Domina su lengua materna en forma oral y escrita con corrección, relevancia, oportunidad y ética, adaptando su mensaje a la situación o contexto, para la transmisión de ideas y hallazgos científicos. Atributos •• Expresa conceptos e ideas de manera correcta, de forma oral y escrita, en su lengua materna. •• Maneja las tecnologías de la información y comunicación de manera crítica en las diferentes áreas del conocimiento.

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Competencia disciplinar 3. Examina y argumenta, de manera crítica y reflexiva, diversos problemas filosóficos relacionados con la actuación humana, potenciando su dignidad, libertad y autodirección.

Elemento de competencia Distingue la transición del pensamiento medieval al pensamiento del Renacimiento para comprender el proceso y los factores sociales, culturales y económicos que hicieron posible la aparición de la Edad Moderna. Total de horas aula: 12 Total de horas extra-aula: 8

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Secuencia didáctica de la etapa 2 Actividad diagnóstica

Elabora una reseña sobre la película El nombre de la Rosa.

Actividad de adquisición del conocimiento

Consulta en libros de filosofía, diccionarios filosóficos y en internet la definición de los conceptos que se te presentan y elabora un glosario.

Actividad de organización y jerarquización

Lee en tu libro de texto los temas señalados en la guía y elabora un cuadro de tres entradas sobre las características de las distintas etapas que se describen en la lectura.

Actividad de aplicación

Lee en tu libro de texto los temas “Corrientes divergentes del humanismo” y “Modernidad y tragedia de Erasmo”, y elabora un diario de doble entrada siguiendo el formato propuesto.

Actividad de metacognición

Redacten un documento Word donde señalen las diferencias y similitudes de ambos autores; tomen en cuenta los siguientes aspectos: • En Bacon, la experiencia, razón y fe, lo racional y la iluminación. • En Scoto, ciencia y fe, lo teorético, lo práctico y la demostración.

Actividad integradora

Elabora una presentación en PowerPoint sobre los humanistas (filósofos) más importantes del Renacimiento en el campo de las artes, la filosofía y la ciencia.

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Actividades de aprendizaje Actividad diagnóstica 1. Observa y analiza la película El nombre de la Rosa (1986), de Jean-Jaques Annaud, adaptación fílmica de la novela homónima del escritor italiano Umberto Eco. 2. Elabora una reseña tomando en cuenta lo siguiente: a) ¿En qué lugar y año ocurren los acontecimientos que se narran? b) ¿Qué acontecimientos suceden en la abadía cuando llega a ella Guillermo de Baskerville? ¿A qué orden pertenece? c) ¿Cuál es la misión de Guillermo de Baskerville respecto a los hechos? d) ¿Qué piensan los monjes de la abadía que ocurre en el monasterio? e) ¿Qué actitud asume Guillermo de Baskerville frente a los rumores de causas sobrenaturales? 3. Anexa a la reseña tus reflexiones sobre los aspectos más relevantes de la película.

Criterios •• Identifica los eventos más relevantes de la película. •• Describe el ambiente social, político, religioso y del conocimiento del mundo medieval. •• Relaciona las diversas posturas de los personajes. •• Expresa sus ideas en forma clara y coherente.

Evidencia •• Reseña.

Actividad de adquisición del conocimiento 1. Consulta en libros de historia de la filosofía, diccionarios filosóficos, internet y otras fuentes las definiciones de los siguientes conceptos.

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Humanismo Escolástica Ascética Secular Ortodoxo Monástico

Sincretismo Cosmopolita Contrarreforma Estoicismo Misticismo Dogma Silogismo

Teología Renacimiento Protestantismo Vida monástica Ciencia aristotélica Naturalismo Modernismo

Irracionalismo Nacionalismo Cortesano Gentleman Frugalidad

2. En un documento Word, escribe las definiciones y elabora un glosario siguiendo los criterios señalados.

Criterios •• Presenta claridad en el significado de los conceptos. •• Relaciona y vincula los términos. •• Organiza los conceptos en orden alfabético.

Evidencia •• Glosario.

Actividad de organización y jerarquización 1. Lee en tu libro de texto los temas “Desarrollo del espíritu humanista”, “El humanismo medieval”, “Descubrimiento del humanismo en los clásicos”, “La herencia de Grecia y Roma” y “El espíritu humanista”. 2. Elabora un cuadro comparativo de tres entradas sobre las características de las distintas etapas que se describen en las lecturas. Puedes usar el siguiente formato.

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Etapas del humanismo renacentista Siglos XII y XIII

Siglos XIV a XVI

Siglos XVII y XVIII

Criterios •• Resume la información más importante de cada etapa. •• Distingue el desarrollo de las diversas concepciones humanistas en cada periodo. •• Compara los diferentes ideales humanistas de cada etapa. •• Expresa sus ideas de forma clara y precisa.

Evidencia •• Cuadro comparativo de tres entradas.

Actividad de aplicación 1. Lee en tu libro de texto los temas “Corrientes divergentes del humanismo” y “Modernidad y tragedia de Erasmo”. 2. Elabora un diario de doble entrada en dos cuartillas, siguiendo el formato que se presenta a continuación. El trabajo se expondrá en plenaria, de acuerdo con las indicaciones de tu maestro. 62


Diario de doble entrada Corrientes divergentes del humanismo; modernidad y tragedia de Erasmo. Lado izquierdo Resumen Resumen completo de las dos lecturas.

Lado derecho Reflexiones personales Características del filósofo italiano y del alemán. Espíritu moderno. Virtudes y defectos del pensamiento de Erasmo de Rotterdam.

Criterios •• Expresa ideas de forma clara y coherente. •• Compara las características del humanismo italiano y alemán. •• Describe de manera correcta los defectos y virtudes del pensamiento de Erasmo.

Evidencia •• Diario de doble entrada.

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Actividad de metacognición 1. Realicen la lectura y el análisis de los siguientes fragmentos, el primero de Roger Bacon y el segundo de Juan Duns Scoto. 2. Subrayen las partes de los textos que les parezcan claves para entenderlos; elijan una frase de cada uno de los textos que englobe la idea principal que el autor intentó exponer. 3. Elaboren un documento de Word o escrito donde señalen las diferencias y similitudes de ambos autores; tomen en cuenta los siguientes aspectos: •• En Bacon, la experiencia, la razón y la fe; lo racional y la iluminación. •• En Scoto, ciencia y fe; lo teorético, lo práctico y la demostración. 4. Finalmente, aporten su opinión personal en el documento, que deberá ser entregado a su profesor para la evaluación.

Criterios •• Realiza la lectura tomando en cuenta los procedimientos señalados. •• En el documento se contemplan todos los conceptos indicados. •• La reflexión personal es completa y abarca los dos textos.

Evidencia •• Documento Word.

Roger Bacon: vida y obras Roger Bacon, que fue llamado por sus contemporáneos Doctor mirabili, nació cerca de Ilchester, en Dorsetshire, entre el 1210 y 1214. Estudió en Oxford, donde tuvo como maestro a Robert Grossetete; luego en París, donde permaneció desde 1244 hasta 1250 o 52, y llegó a ser maestro de teología. En 1250 o 52 volvió a Oxford, y no sabemos si antes o después ingresó en la orden franciscana. Fue protector suyo el papa Clemente IV (1265-1268), que el 22 de junio de 1266 le pedía por carta que le enviase su Opus maius. Pero algunos años después de la muerte de Clemente, en el año 1278, el general de la orden de los franciscanos, Jerónimo de Ascoli, condenaba la doctrina de Bacon y le imponía una severa clausura. No sabemos el tiempo que ésta duró. El último dato seguro que tenemos es la 64


composición del Compendio de los estudios teológicos, que se remonta al año 1292. Nada más se sabe después de esta fecha. Las obras principales de Bacon son las tituladas Opus maius, Opus minus y Opus tertium. De estas tres obras, la única completa es el Opus maius, que fue probablemente la única que Bacon envió al papa Clemente. El Opust minus y el Opus tertium han quedado en forma de esbozos. Bacon había concebido el plan grandioso de una completa enciclopedia de las ciencias, puesto que concebía la metafísica como la ciencia que encierra los principios de todas las otras. Las ciencias filosóficas se dividen en tres grandes grupos: matemáticas, física, moral, mientras que la gramática y la lógica son solamente partes accidentales de la filosofía. Pero no realizó completamente su plan. Sus investigaciones más numerosas se refieren a la física y en particular a la óptica; otras se refieren a la astronomía, las matemáticas, la historia natural y la gramática hebrea y griega. La posición de Bacon en todas sus obras es la de una resuelta libertad espiritual. Está convencido de que la verdad no se revela sino a los hombres que la buscan; de que las investigaciones deben sumarse e integrarse una con otra y que, en resumen, la verdad es obra del tiempo. Por esto, aun reconociendo el inmenso valor de Aristóteles y citando a este propósito el dicho de Averroes de que Aristóteles representa «la última perfección del hombre», considera que aquel filósofo griego no ha penetrado en los últimos secretos de la naturaleza, como los sabios de hoy ignoran muchas verdades que serán familiares a los estudiantes más noveles de los tiempos futuros.

Bacon: la experiencia Basándose en este fundamento, Bacon podía hacer poco caso o ninguno del valor de la autoridad para el conocimiento. Aunque ponga la autoridad al lado de la razón y de la experiencia entre los caminos por los cuales se puede alcanzar el conocimiento, sostiene que, en realidad, la autoridad no nos hace conocer nada, si no se da la razón de ello, que ella, por su parte, no nos da la inteligencia, sino la credulidad, y es también una de las más comunes fuentes de error. Quedan entonces dos maneras de conocer: la demostración racional y la experiencia. Pero la demostración racional, aunque concluya y nos haga resolver las cuestiones, no nos da la certeza ni elimina la duda, ya que el alma no descansa en la intuición de la verdad si no la encuentra por el camino de la experiencia. Muchos aducen argumentos racionales para sostener las cosas que saben; pero al no tener experiencia 65


de ellas, no saben discernir en sus conocimientos los dañosos de los útiles. En cambio, el que conoce la razón y la causa por experiencia, es perfecto en la sabiduría. Nada, sin la experiencia, se puede conocer de un modo adecuado. Pero si la experiencia es el único instrumento eficaz de investigación, si sólo ella da al hombre la visión directa de la verdad, todo el campo del conocimiento humano, tanto el que se refiere a las cosas naturales como a las cosas sobrenaturales y divinas, debe fundarse en la experiencia. Y así es, según Bacon. La experiencia no es solamente el fundamento de la investigación natural, sino también del conocimiento sobrenatural. La experiencia es doble: externa e interna. La experiencia externa nos es dada a través de los sentidos; la experiencia interna nos es dada a través de la iluminación divina. Bacon une aquí a su experimentalismo el principio básico de la tradición agustiniana: la teoría de la iluminación. De la experiencia externa proceden las verdades naturales; de la experiencia interna, las verdades sobrenaturales; unas y otras encaminan al hombre a su fin último, la felicidad. El carácter pragmático y utilitario de la verdad adopta en Bacon un significado ético y religioso. Admitiendo como único fundamento de la verdad la experiencia, Bacon ha quitado todo valor a la lógica aristotélica como órgano de investigación. Ha reconocido a dicha lógica sólo un valor dialéctico, en cuanto «concluye y nos hace concluir una cuestión», pero le ha negado el valor real de instrumento efectivo de investigación que concierne a la realidad, la capacidad de fundamentar la certeza, eliminar la duda y dar, por consiguiente, satisfacción total a la necesidad humana de la verdad, que busca la intuición, como es dada por la experiencia. La experiencia es, pues, para Bacon, un conocimiento inmediato, por el cual el hombre es puesto cara a cara con la realidad. Esto vale también para la experiencia interna, la cual es más bien el modelo de que se sirve Bacon para interpretar la misma experiencia sensible. La doctrina agustiniana de la iluminación, en efecto, es la típica formulación del conocimiento inmediato. Bacon distingue en la experiencia interna una triple iluminación: la iluminación o revelación general, común a todos los hombres; la iluminación primitiva o tradicional; la iluminación especial. Esta última es de orden religioso y sobrenatural y es debida a la gracia. La iluminación primitiva concierne también a las verdades de orden natural en cuanto fueron reveladas primitivamente por Dios. La primera, en cambio, es idéntica a la iluminación en el sentido de la escuela agustiniana, como condición del conocimiento humano, y consiste en el concurso divino a tal conocimiento, independientemente de la providencia universal y del concurso especial de la gracia. La iluminación común es el fundamento de 66


la filosofía. “Este camino es la sabiduría de la filosofía, la única sabiduría que está al alcance del hombre y que presupone una iluminación divina común a todos, ya que Dios es el entendimiento que actúa en todo conocimiento de nuestra alma”. En esto, Bacon une a su doctrina de la experiencia a la doctrina agustiniana de la iluminación, la doctrina aristotélica del entendimiento, según la interpretación de Avicena: “La sabiduría filosófica es enteramente revelada y dada a los filósofos por Dios, y es Dios mismo el que ilumina las almas de los hombres en toda su sabiduría. Como quiera, lo que ilumina nuestra mente es llamado ahora por los teólogos entendimiento activo, que es la palabra del filósofo en el libro III del De anima, donde distingue dos entendimientos, activo y posible, yo sostengo que el entendimiento agente es, en primer lugar, Dios, y en segundo lugar los ángeles que nos iluminan. Y de hecho el entendimiento se llama activo en cuanto influye sobre las almas humanas, iluminándolas para la ciencia y la virtud. En cierto modo, también el entendimiento posible puede decirse activo, en cuanto es tal en el acto de entender; pero el verdadero conocimiento activo es el que ilumina y ejerce su influencia sobre el entendimiento posible para conducirlo al conocimiento de la verdad. Y así, según los mayores filósofos, el entendimiento agente no es una parte del alma, sino una sustancia intelectiva diferente y separada por esencia del entendimiento posible. La influencia de Avicena es aquí evidente. Pero la identificación del entendimiento agente con Dios no era nueva: la hemos ya encontrado en Guillermo de Auvernia, en Juan de Rupella, y últimamente en Rogerio Marston, y en todos, como en Bacon, está relacionada con la doctrina de la iluminación divina. La experiencia interna, para Bacon, es el camino místico, cuyo más alto grado es el conocimiento extático. Bacon distingue siete grados de la ciencia interior. El primero es el de las iluminaciones puramente científicas. El segundo consiste en las virtudes. El tercero en los siete dones del Espíritu Santo. El cuarto en las bienaventuranzas de que nos habla el Evangelio. El quinto en los sentidos espirituales. El sexto en los frutos, entre los cuales está la paz de Dios, que supera todo sentido. El séptimo consiste en el arrobamiento y en sus modalidades, porque cada uno cae en éxtasis a su manera y ve cosas que al hombre no le es permitido expresar. «Aquél –añade Bacon– que se ha ejercitado en estas experiencias o en la mayor parte de ellas, puede tener certeza y darla a los demás, no sólo en las ciencias espirituales, sino en todas las ciencias humanas». Así, el experimentalismo de Bacon, de acuerdo con el espíritu agustiniano, del que está completamente impregnado y dominado, concluye en el misticismo. La conclusión arroja luz sobre las premisas. El 67


experimento baconiano está todavía cargado con el carácter mágico y religioso de las investigaciones de los alquimistas y de los magos. Bacon lo ha vuelto a llevar al agustinismo y lo ha interpretado a la luz de la doctrina de la iluminación divina. Pero con ello ha confirmado su carácter místico y religioso, porque le ha reconocido un fundamento trascendente, la revelación directa de Dios. Y, sin embargo, no es posible dejar de reconocer en esta extraña figura de fraile franciscano, alquimista y místico, experimentador y teólogo, el carácter de un precursor de la ciencia moderna. En primer lugar, por el valor que ha dado a la investigación experimental; en segundo lugar, porque ha reconocido que la disciplina de la investigación, su lógica interna, son las matemáticas. Todo el poder de la lógica depende de las matemáticas, según Bacon, porque todas las determinaciones (cualidad, relación, espacio, tiempo) dependen de la cantidad y la cantidad es el objeto propio de las matemáticas. Por esto solamente en las matemáticas hay la demostración verdadera y poderosa y solamente en ellas se puede llegar a la verdad plena sin error y a la certeza exenta de duda. Solamente por medio de las matemáticas pueden las otras ciencias constituirse y hacerse ciertas. Son éstas las tesis fundamentales sobre las cuales ha nacido y se ha desarrollado, desde Galileo en adelante, la investigación científica moderna.

Juan Duns Escoto: Ciencia y fe El De primo principio comienza con una oración a Dios, que es al mismo tiempo la profesión del ideal científico de Duns. “Tú eres el verdadero ser, Tú eres todo el ser; esto creo yo, esto, si me fuera posible, quisiera conocer. Ayúdame, oh Señor, a buscar este conocimiento del verdadero Ser, esto es, Tú mismo, que nuestra razón natural puede alcanzar”. Duns no pide a Dios una iluminación sobrenatural, un conocimiento completo en verdad y en extensión, sino solamente aquel conocimiento que es propio de la razón humana natural. Aun dentro de sus límites, este conocimiento es el único posible, la única ciencia para el hombre. «Además de los atributos que demuestran de Ti los filósofos, sobre todo, los católicos, te alaban como omnipotente, inmenso, omnipresente, verdadero, justo y misericordioso, providente para todas las criaturas y especialmente para las inteligentes. Pero de estos atributos hablaré en otro tratado, en el cual se expondrán los objetos de la fe (credibilia) a los cuales se da el asentimiento de la razón y que con todo son, para los católicos, tanto más ciertos cuanto se fundan no sobre nuestro entendimiento miope y vacilante, sino sobre tu solidísima verdad». Aquí el contraste es evidente entre la verdad 68


racional de la metafísica, que es propia de la razón humana y, por tanto, válida para todos los hombres, y la verdad de la fe, a la cual la razón puede solamente someterse y que tiene una certeza solidísima solamente para los católicos. Y, de hecho, la fe no tiene nada que ver con la ciencia, según Duns: pertenece enteramente al dominio práctico. «La fe no es un hábito especulativo, ni el creer es un acto especulativo, ni la visión que sigue al creer es una visión especulativa, sino práctica». Todo lo que traspasa los límites de la razón humana no es ya ciencia, sino acción o conocimiento práctico, según Duns Escoto: concierne al fin al que el hombre debe tender o a los medios para conseguirlo o las normas que, en vista del mismo, se siguen, no a la ciencia. ¿Por qué la revelación fue necesaria para los hombres? Porque, responde Escoto, el hombre no puede darse cuenta con la razón natural del fin al cual está destinado ni de los medios para conseguirlo. Que el hombre esté destinado a ver y gozar de Dios, es cosa que él no puede saber sino por la revelación. Y ¿por qué no puede saberlo por la razón natural? Porque no hay conexión necesaria entre el fin sobrenatural del hombre y la naturaleza humana, como nos consta que es en esta vida. Evidentemente, se trata de un fin que Dios ha querido libremente asignar al hombre, que no se relaciona necesariamente con la naturaleza del hombre, y por esto no puede ser demostrado como propio de tal naturaleza, en cuanto a que la demostración supondría la necesidad del mismo. Los límites que Duns descubre para el conocimiento humano no son accidentales para el conocimiento mismo, sino constitutivos. El hombre no puede conocer demostrativamente lo que Dios ha decidido en virtud de su albedrío y que, por consiguiente, no lleva ningún rasgo de aquella necesidad que hace posible el conocimiento demostrativo. El principio que mueve toda la crítica de Duns es el que él expresa a propósito de la imposibilidad de demostrar que a nuestros actos meritorios siga el premio divino. Esto es imposible de saber, porque el acto remunerativo de Dios es libre. «Esto no es cognoscible naturalmente –dice–, y de aquí resulta que los filósofos se equivocan cuando afirman que todo lo que procede inmediatamente de Dios se deriva de Él de un modo necesario». De esto nace la separación y la antítesis que dominan todo el pensamiento de Duns, entre lo teorético y lo práctico. Lo teorético es el dominio de la necesidad, por tanto, de la demostración racional y de la ciencia. Lo práctico es el dominio de la libertad, por consiguiente, de la imposibilidad de cualquier demostración y de la fe. La metafísica es la ciencia teorética por excelencia, la teología es por excelencia la ciencia práctica. El objeto de 69


la teología, de hecho, no es ahuyentar la ignorancia, sino persuadir al hombre a obrar para su propia salvación. Su fin es, en otras palabras, no teorético, sino educativo. Repite frecuentemente sus enseñanzas para que el hombre sea inducido más eficazmente a ponerlas en práctica. Si por conocimiento práctico se entiende lo que condiciona necesariamente y precede al querer recto, toda la teología debe ser reconocida como conocimiento práctico, porque condiciona y determina la voluntad y la recta acción del nombre. Aun aquellas verdades que aparentemente no se refieren a la acción, por ejemplo: «Dios es trino» y «el Padre engendra al Hijo» son, en realidad, prácticas. De hecho, la primera incluye virtualmente el conocimiento del recto amor que el hombre debe a Dios, amor que debe dirigirse a las tres personas divinas; de donde, si se dirigiese a una sola de ellas, excluyendo a las otras (como acontece precisamente en el infiel), no sería el recto amor de Dios. La segunda afirmación incluye el conocimiento de la regla por la cual el amor del hombre debe dirigirse hacia el Padre y el Hijo, según la relación que ella determina precisamente entre ellos. Por su carácter práctico, la teología no puede llamarse ciencia en sentido propio: sus principios no dependen, en efecto, de la evidencia de su objeto. Pero si se quiere considerarla como ciencia, es menester hacerle un sitio especial, ya que no está subordinada a ninguna ciencia y ninguna otra ciencia está subordinada a ella. Aunque su objeto pueda de alguna manera ser incluido en el objeto de la metafísica, sin embargo, no recibe sus principios de la metafísica, porque ninguna proposición teológica es demostrable mediante los principios del ser en cuanto tal (que es el objeto de la metafísica), o mediante alguna razón tomada de la naturaleza del ser en cuanto tal. Además, no subordina ninguna otra ciencia a sí misma, porque ninguna otra ciencia recibe sus principios de ella. «Cualquiera otra ciencia, que pertenezca al conocimiento natural, tiene su último fundamento en principios inmediata y naturalmente evidentes». Frente al carácter práctico de la teología, que por esto sólo impropiamente y en un sentido especial es ciencia, destaca el carácter teorético de la metafísica, que es ciencia en el más alto sentido. «Son por excelencia objeto de ciencia o las cosas que se conocen antes que todas las demás y sin las cuales las otras no pueden ser conocidas, o las que se conocen con la máxima certeza. El objeto de la metafísica posee en el máximo grado este doble carácter: la metafísica es, por consiguiente, ciencia en el máximo grado». Duns Escoto ha tomado de Aristóteles y de sus intérpretes árabes el ideal de una ciencia necesaria, fundada enteramente en los principios evidentes y en demostraciones racionales. Pero es el primero que se sirve de 70


este principio para restringir y limitar el dominio del conocimiento humano. Su alto concepto de la ciencia se une en él con el reconocimiento de los límites rigurosos de la ciencia humana. Lo que no es demostrable no es necesario, sino contingente, y por esto arbitrario o práctico. Puesto que el único dominio de lo contingente es la acción, lo que no es necesario es término o producto de la acción humana o divina, o bien regla de acción, esto es, fe. No hay verdaderamente una postura de escepticismo o agnosticismo en Duns Escoto. Él no concibe que el conocimiento humano pueda extenderse más allá de los límites a los cuales efectivamente se extiende. Lo que se sustrae a él está en verdad falto de necesidad intrínseca y, por tanto, es indemostrable en sí y absolutamente. No hay en él ninguna renuncia al conocimiento, más aún, su ideal cognoscitivo queda ante él sólidamente establecido. Con todo, una vez admitida la doctrina de que lo que no es demostrable racionalmente es un puro objeto de fe, esto es, regla práctica sin fundamento necesario, la investigación escolástica que desde hacía siglos renovaba su intento de reducir a un todo compacto de doctrina lógica las verdades de la fe, debía aparecer quimérica. Ya las obras apócrifas o probablemente apócrifas de Duns, por ejemplo, los Tbeoremata, presentan un impresionante aumento del número de las proposiciones indemostrables, que entran como tales a formar parte del dominio práctico de la fe. No se puede demostrar que Dios vive; que es sabio o inteligente; que está dotado de voluntad; que es la primera causa eficiente; que es necesario para la conservación de la naturaleza creada; que coopera con las criaturas en su actividad; que es inmutable e inmóvil; que carece de magnitud y de accidentes; que es infinito en el sentido de la potencia. Escoto considera imposible demostrar todos los atributos de Dios, y aun, como veremos, la inmortalidad del alma humana. Con esto la certeza de estas proposiciones se convierte en certeza práctica, esto es, fundada exclusivamente en su libre aceptación por parte del hombre. El ideal aristotélico de la ciencia demostrativa lleva aquí a rechazar definitivamente fuera del ámbito de la investigación filosófica fundamentos básicos de la religión católica. La escolástica se encamina a vaciar de todo contenido su problema central. Nicola Abbagnano (1994). Historia de la Filosofía (II). Barcelona: Hora. Recuperado de http://es.scribd.com/doc/49955017/294/ ROGERIO-BACON-VIDA-Y-OBRAS

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Actividad integradora 1. Lean los temas de la unidad 3 “Las nuevas actitudes hacia la naturaleza humana” de su libro de texto y consulten libros sobre la historia de la filosofía, así como en internet y en otras fuentes que consideren importantes. 2. En equipos, o a consideración de su maestro(a), elaboren una presentación en PowerPoint sobre los humanistas más importantes que destacaron en el periodo renacentista en el campo de las artes, la filosofía y la ciencia. 3. Tomen en cuenta sus obras y sus aportaciones; la presentación será expuesta en plenaria.

Criterios •• Describe las obras más relevantes de los artistas, filósofos y científicos del periodo renacentista. •• Reconoce las aportaciones de los principales humanistas del Renacimiento.

Evidencia •• Presentación en PowerPoint.

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ETAPA 3

La filosofĂ­a moderna

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Esquema de la etapa 3 La filosof铆a moderna

Descartes e Immanuel Kant

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La Ilustraci贸n


Introducción a la etapa 3 Las concepciones filosóficas se constituyen en función de las ideas más importantes que predominan en un momento histórico determinado. La cultura, la economía, la religión, la política, la ciencia, el arte, etcétera, le dan sustento a los sistemas filosóficos y éstos, a su vez, proporcionan sentido y dirección a la acción social que despliega una comunidad. El Renacimiento permitió una transformación social, lo que posibilitó el advenimiento de un nuevo enfoque en la manera de concebir el mundo y la sociedad. Esta nueva visión se afianza en la Edad Moderna (siglos xvii y xviii), en donde se advierte también una nueva actitud de los intelectuales frente a la ciencia, la religión y el arte. La Edad Moderna sienta las bases del desarrollo humano contemporáneo, y los sistemas filosóficos modernos prefiguran la dirección que asumirá la conciencia filosófica contemporánea. Se han elegido dos pensadores modernos para analizar los nuevos esquemas epistemológicos y cognoscitivos: Descartes y Kant. Ambos manifiestan en sus escritos esta nueva manera de acceder al conocimiento de la realidad en general. Además, también se intenta dar un panorama general de los avances científicos más importantes que se suscitan en este periodo. Ciencia y filosofía integran el andamiaje espiritual de la sociedad moderna y apuntan los esbozos generales de la época contemporánea.

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Competencias de la etapa 3 Competencia genérica 8

Participa y colabora de manera efectiva en equipos diversos.

Atributos •• Propone maneras de solucionar un problema o desarrollar un proyecto en equipo, definiendo un curso de acción con pasos específicos. •• Aporta puntos de vista con apertura y considera los de otras personas de manera reflexiva. •• Asume una actitud constructiva, congruente con los conocimientos y habilidades con los que cuenta dentro de distintos equipos de trabajo.

Competencia general Elabora propuestas académicas y profesionales inter, multi y transdisciplinarias, de acuerdo con las mejores prácticas para fomentar y consolidar el trabajo colaborativo. Atributos •• Identifica los rumbos a seguir en el desarrollo de cualquier problema a través del trabajo colaborativo. •• Propone sus puntos de vista a la vez que respeta los de sus compañeros. •• Trabaja y participa con una actitud positiva en los diferentes roles de las tareas asignadas.

Competencias disciplinares 3. Examina y argumenta, de manera crítica y reflexiva, diversos problemas filosóficos relacionados con la actuación humana, potenciando su dignidad, libertad y autodirección. 9. Evalúa la solidez de la evidencia para llegar a una conclusión argumentativa a través del diálogo.

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Elemento de competencia Analiza la importancia de la filosofía moderna en la construcción de otra concepción del mundo y la sociedad, lo cual constituyó las bases para el pensamiento actual, donde destacan: la filosofía de Descartes y su importancia en la búsqueda de la verdad mediante el empleo de su método; la importancia del movimiento cultural de la Ilustración, que propició el desarrollo de las ciencias naturales, sociales y de la nueva metafísica; la filosofía de Immanuel Kant. Total de horas aula: 12 Total de horas extra-aula: 8

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Secuencia didáctica de la etapa 3

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Actividad diagnóstica

A partir de una lectura previa del texto: “Diálogo entre un sacerdote y un moribundo”, se realizará una lluvia de ideas sobre las dos posiciones planteadas en la misma.

Actividad de adquisición del conocimiento

Elabora un resumen sobre la filosofía de Descartes, destacando las reglas de su método y las Meditaciones Metafísicas que formuló a partir de las primeras.

Actividad de organización y jerarquización

Realiza dos cuadros sinópticos: uno en donde señales el nombre de los científicos y sus aportaciones más importantes en el campo de las ciencias naturales durante los siglos xvii y xviii, y otro en donde indiques el nombre de los pensadores y sus aportaciones más importantes en el campo de la sociología en los siglos xvii y xviii.

Actividad de aplicación

Elabora una presentación en PowerPoint donde consignes el nombre de los filósofos más importantes en la Nueva Metafísica y sus aportaciones durante los siglos xvii y xviii.

Actividad de metacognición

Realiza un ejercicio de lectura y paráfrasis del texto de Kant “Idea de una historia universal en sentido cosmopolita”.

Actividad integradora

Elabora un ensayo que recoja los aspectos, los filósofos y las escuelas que se forman en el periodo de la filosofía moderna.


Actividades de aprendizaje Actividad diagnóstica 1. A partir de la lectura del fragmento “Diálogo entre un sacerdote y un moribundo”, el grupo participará en una lluvia de ideas sobre las dos posiciones filosóficas planteadas en el mismo. 2. Recuerda mantener una actitud de respeto frente a las opiniones de tus compañeros. 3. Una vez finalizado el proceso de interacciones de la lluvia de ideas, redacta en forma individual uno o dos párrafos con las conclusiones de la participación grupal. 4. El escrito será entregado al profesor o se presentará en plenaria.

Criterios •• Identifica las dos posiciones filosóficas que se advierten en el diálogo. •• Asume una posición presentando argumentos para ello. •• Tus argumentos deben ser claros y coherentes.

Evidencia •• Escrito. A continuación te presentamos el texto “Diálogo entre un sacerdote y un moribundo”. Realicen una lectura en voz alta en la que alumnos diferentes interpreten a cada uno de los personajes.

Diálogo entre un sacerdote y un moribundo Donatien Alphonse François, Marquis de Sade El Sacerdote: Llegado el instante fatal en que el velo de la ilusión sólo se desgarra para dejar al hombre reducido al cuadro cruel de sus errores y sus vicios, ¿no te arrepientes, hijo mío, de los múltiples desórdenes a los que te condujo la humana debilidad y fragilidad? El Moribundo: Sí, amigo mío, me arrepiento. 79


El Sacerdote: Pues bien, aprovecha estos remordimientos felices para obtener del cielo, en este corto intervalo, la absolución general de tus faltas, y piensa que es por la mediación del santísimo sacramento de la penitencia que te será posible obtenerla del Eterno. El Moribundo: No nos comprendemos. El Sacerdote: ¡Cómo! El Moribundo: Te he dicho que me arrepentía. El Sacerdote: Así lo oí. El Moribundo: Sí, pero sin comprenderlo. El Sacerdote: ¿Qué interpretación?... El Moribundo: Ésta... Creado por la naturaleza con inclinaciones ardorosas, con pasiones fortísimas, únicamente colocado en este mundo para entregarme a ellas y para satisfacerlas, y estos efectos de mi creación no siendo más que necesidades relativas a las primeras vistas de la naturaleza, o, si lo prefieres, sólo derivaciones esenciales de sus proyectos sobre mí, todos en razón de sus leyes, sólo me arrepiento de no haber reconocido bastante su omnipotencia, y mis únicos remordimientos sólo se refieren al mediocre uso que hice de las facultades (criminales según tú, según yo muy simples) que ella me había dado para servirla. La he resistido algunas veces, de eso me arrepiento. Cegado por tus sistemas absurdos, con ellos combatí toda la violencia de los deseos que había recibido de una inspiración más que divina, de eso me arrepiento. Coseché sólo flores cuando pude hacer una amplia cosecha de frutos... Éstos son los justos motivos de mi pesar. Estímame en algo para no atribuirme otros. El Sacerdote: ¡A dónde te arrastran tus errores, a dónde te conducen tus sofismas! Prestas a la cosa creada todo el poder del creador. ¿No ves que esas desdichadas tendencias que te extravían no son más que efectos de la naturaleza corrompida, a la cual atribuyes toda la potencia? El Moribundo: Amigo, me parece que tu dialéctica es tan falsa como tu espíritu. Quisiera que razonaras más exactamente o que me dejaras morir en paz. ¿Qué entiendes por creador, y qué entiendes por naturaleza corrompida? El Sacerdote: El Creador es el dueño del universo, es él quien lo ha hecho todo, lo ha creado todo, y quien conserva todo por un simple efecto de su omnipotencia. El Moribundo: Es un gran hombre, sin duda. Pues bien, dime por qué este hombre, que es tan poderoso, ha hecho, sin embargo, según tú, una naturaleza corrompida. 80


El Sacerdote: ¿Cuál hubiera sido el mérito de los hombres si Dios no les hubiere dejado su libre arbitrio, y qué mérito hubiesen tenido para disfrutarlo si no hubiera habido en la tierra la posibilidad de hacer el bien y la de evitar el mal? El Moribundo: Así, pues, tu dios ha querido hacerlo todo oblicuamente sólo para tentar o probar a su criatura. ¿No la conocía, pues no sospechaba el resultado? El Sacerdote: Sin duda que la conocía, pero una vez más quería dejarle el mérito de la elección. El Moribundo: ¿Para qué, desde el momento que sabía el partido que tomaría y sólo dependía de él, ya que le proclamas tan omnipotente, y sólo dependía de él, repito, el hacerla tomar el bueno? El Sacerdote: ¿Quién puede comprender los designios inmensos e infinitos de Dios con respecto al hombre, y quién puede comprender todo lo que vemos? El Moribundo: Aquel que simplifica las cosas, amigo mío, sobre todo aquel que no multiplica las causas para mejor enredar los efectos. ¿Para qué necesitas una segunda dificultad cuando no puedes explicar la primera, y desde el momento en que es posible que la naturaleza haya hecho por sí sola lo que le atribuyes a tu dios, por qué quieres buscarle un amo? La causa de que no comprendas es quizá lo más simple del mundo. Perfecciona tu física y comprenderás mejor la naturaleza, depura tu razón y entonces no tendrás necesidad de tu dios. El Sacerdote: ¡Desdichado! Sólo te creía sociniano, tenía armas para combatirte, pero veo claramente que eres ateo, y desde el momento en que tu corazón se niega a la inmensidad de las pruebas auténticas que recibimos cada día de la existencia del Creador, no tengo nada más que decirte. No se le da luz a un ciego. El Moribundo: Amigo mío, admite un hecho: de los dos, el más ciego es seguramente aquel que se pone una venda que el que se la arranca. Tú edificas, inventas, multiplicas; yo destruyo, simplifico. Tú agregas error sobre error; yo los combato. ¿Cuál de los dos es el ciego? El Sacerdote: ¿No crees, pues, en Dios? El Moribundo: No. Y esto por una simple razón. Es perfectamente imposible creer en lo que no se comprende. Entre la comprensión y la fe deben existir conexiones inmediatas; la comprensión es el primer alimento de la fe; cuando la comprensión no actúa muere la fe, y ésos que en tal caso pretendieran tenerla, mienten. Te desafío a que creas en el dios que me predicas –ya que no sabrías demostrármelo, ya que no 81


está en ti el definírmelo, y, por lo tanto, no lo comprendes– y desde el momento en que no lo comprendes no puedes suministrarme de él ningún argumento razonable, pues, en una palabra, todo lo que está por encima de los límites del espíritu humano es quimera o inutilidad. Si tu dios no puede ser más que una u otra cosa, en el primer caso sería un loco si creyera en él; un imbécil, en el segundo. Amigo mío, pruébame la inercia de la materia y te concederé el creador. Pruébame que la naturaleza no se basta a sí misma y te prometo suponerle un dueño. Hasta entonces, nada esperes de mí, sólo me rindo a la evidencia y sólo la recibo de mis sentidos; donde ellos se detienen allí mi fe queda sin fuerzas. Creo en el sol porque lo veo, lo concibo como el centro de reunión de toda la materia inflamable de la naturaleza, su marcha periódica me complace sin asombrarme. Es una operación de física, acaso tan simple como la de la electricidad, pero que no nos está permitido comprender. ¿Qué necesidad tengo de ir más lejos? ¿Cuando me hayas levantado los andamios de tu dios por encima de esto, qué habré avanzado? ¿No necesitaré hacer tanto esfuerzo para comprender al obrero como el gastado en definir la obra? Por consiguiente, no me has prestado ningún servicio con la edificación de tu quimera, has turbado mi espíritu sin iluminarlo, y debo odiarte en vez de agradecerte. Tu dios es una máquina que fabricaste para que sirva a tus pasiones, y la has hecho mover a tu capricho, pero desde el momento en que incomoda los míos permíteme que la haya derribado. En el instante en que mi alma débil tiene necesidad de calma y de filosofía no vengas a espantarla con tus sofismas, que la asustarían sin convencerla, que la irritarían sin hacerla mejor. Amigo mío, esta alma es lo que la naturaleza quiso que fuera, es decir, el resultado de los órganos que ha querido formarme en razón de sus designios y de sus necesidades; y como ella tiene una necesidad igual de vicio y de virtud, cuando quiso llevarme hacia el primero así lo ha hecho, cuando ha querido la segunda, me ha inspirado deseos por ella, y me ha entregado a ambos de igual modo. Busca sus leyes como única causa de nuestra inconsecuencia humana, y no busques a sus leyes más principios que su voluntad y su necesidad. El Sacerdote: Así pues, todo es necesario en el mundo. El Moribundo: Seguramente. El Sacerdote: Pues si todo es necesario, todo está, pues, regulado. El Moribundo: ¿Quién dice lo contrario? El Sacerdote: ¿Y quién pudo arreglarlo todo como está si no es una mano omnipotente y sabia? 82


El Moribundo: ¿No es necesario que la pólvora se inflame cuando se le aplica el fuego? El Sacerdote: Sí. El Moribundo: ¿Y qué sabiduría encuentras en eso? El Sacerdote: Ninguna. El Moribundo: Es posible, pues, que haya cosas necesarias sin sabiduría, y posible, por consiguiente, que todo derive de una causa primera, sin que haya razón ni sabiduría en esta primera causa. El Sacerdote: ¿A dónde quieres llegar? El Moribundo: A probarte que todo puede ser lo que es y lo que no es, sin que ninguna causa sabia y razonable lo conduzca, y que efectos naturales deben tener causas naturales, sin que haya necesidad de suponerle otras antinaturales, como lo sería tu dios, ya que él mismo tendría necesidad de explicación sin suministrar ninguna. Y, por consiguiente, desde que tu dios no es bueno para nada, es perfectamente inútil; y como hay gran probabilidad de que todo lo inútil es nulo y de que todo lo nulo es la nada, así pues, para convencerme de que tu dios es una quimera no tengo necesidad de otro razonamiento fuera del que suministra la certeza de su inutilidad. El Sacerdote: Sobre este pie me parece innecesario hablarte de religión. El Moribundo: ¿Por qué no? Nada me divierte tanto como la prueba del exceso de fanatismo y de la imbecilidad humana sobre este punto. Son extravíos tan prodigiosos que el cuadro, aunque horrible, a mi juicio es siempre interesante. Responde con franqueza, y, sobre todo, destierra el egoísmo. Si fuera tan débil que me dejara sorprender por tus ridículos sistemas de la existencia del ser que hace necesaria la religión, ¿bajo cuál forma me aconsejarías que le rindiera culto? ¿Quisieras que adoptara los desvaríos de Confucio más bien que los absurdos Brahama? ¿Que adorara a la gran serpiente de los negros, al astro de los peruanos o al dios de los ejércitos de Moisés? ¿A cuál de las sectas de Mahoma quisieras que me rindiese? ¿Qué herejía de los cristianos es, a tu juicio, preferible? Cuidado con tu respuesta. El Sacerdote: ¿Puede ser dudosa? El Moribundo: Dila, pues, egoísta. El Sacerdote: No, sería amarte tanto como a mí si te aconsejara lo que yo creo. El Moribundo: Y es querernos muy poco el escuchar semejantes errores. El Sacerdote: ¿A quién pueden cegar los milagros de nuestro divino redentor? 83


El Moribundo: A quien no vea en él sino al más ordinario de todos los bribones y al más vulgar de todos los impostores. El Sacerdote: ¡Dios, lo escuchas sin descargar tu ira! El Moribundo: No, amigo mío, todo está en paz porque tu dios, sea por impotencia, sea por razón, o en fin, por lo que tú quieras, es un ser al que admito por un momento sólo por condescendencia a ti, o, si lo prefieres, para prestarme a tus pequeños designios supone. El Sacerdote: ¿Cómo, las profecías, los milagros, los mártires, no son pruebas? El Moribundo: ¿Cómo quieres, en buena lógica, que pueda recibir como prueba aquello que necesita probarse? Para que la profecía sea una prueba sería necesario, primeramente, que yo tuviera la certidumbre completa de que ha sido hecha; pues, al consignársela en la historia sólo tiene para mí la fuerza de los otros hechos históricos, dudosos en sus tres cuartas partes; y si a esto agrego la apariencia más que verdadera de que me han sido transmitidos por historiadores interesados, estaría, como lo ves, más que en mi derecho para dudar de ellos. ¿Quién me asegura, por otra parte, que esa profecía no ha sido hecha con posterioridad, que no ha sido el efecto de la combinación de la más simple política como la de concebir un reino feliz bajo un rey justo, o la de la helada en invierno? Y si esto es así, ¿cómo quieres que la profecía, al tener tanta necesidad de ser probada, pueda convertirse en prueba? Con respecto a tus milagros, ellos tampoco se me imponen. Todos los bribones los han hecho, y todos los tontos los han creído. Para persuadirme de la verdad de un milagro tendría necesidad de estar muy seguro de que el acontecimiento que tú llamas de esa manera fuera absolutamente contrario a las leyes de la naturaleza, pues sólo lo que está fuera de ella puede pasar por milagro. ¿Y quién la conoce bastante para atreverse a afirmar cuál es precisamente el punto en que se detiene y cuál es el que infringe? Bastan dos cosas para acreditar un pretendido milagro, un titiritero y unas mujerzuelas. Vamos, no busques jamás un origen distinto para los tuyos. Todos los nuevos sectarios los han hecho, y, lo que es más singular, todos encontraron imbéciles para creerles. Tu Jesús no ha hecho algo más singular que Apolonio de Tiana, y, sin embargo, nadie ha pensado en tomar a éste por un dios. En cuanto a tus mártires, éste es el más débil de tus argumentos, sólo falta el entusiasmo y la resistencia para hacer mártires, y mientras la causa opuesta me ofrezca tantos como la tuya, jamás estaré lo suficientemente autorizado para creer a la una mejor que la otra, sino muy inducido, en cambio, a suponer despreciables a ambas. ¡Amigo 84


mío! Si fuera verdad que existe el dios que predicas, ¿tendría necesidad de milagro, mártir o profecía para establecer su imperio? Y si, como dices, el corazón humano fuera su obra, ¿no sería ése el santuario que hubiera elegido para su ley? Esta ley igual, pues emanaría de un dios justo, se encontraría de manera irresistible grabada igualmente en el corazón de todos, y, de un extremo al otro del universo, todos los hombres, al ser semejantes por ese órgano delicado, igualmente serían semejantes por el homenaje que rendirían al dios que le hubiera dado este corazón, no tendrían más que una manera de amarlo, más que una manera de adorarlo y servirlo y tan imposible les sería desconocer ese dios como resistir a la inclinación secreta de su culto. ¿En vez de eso, no veo en el universo tantos dioses como países; tantas maneras de servir a esos dioses como diferentes cabezas o diferentes imaginaciones hay? Esta multiplicidad de opiniones, en la cual físicamente me es imposible elegir, ¿sería, a tu juicio, la obra de un dios justo? Vamos, predicante, ultrajas a tu dios al presentármelo de esta manera. Déjame negarlo completamente, pues si existiera, entonces le ultrajaría menos mi incredulidad que tus blasfemias. Vuelve a la razón, predicante, tu Jesús no vale más que Mahoma, Mahoma menos que Moisés, y estos tres, menos que Confucio, quien, sin embargo, dictó algunos buenos principios mientras que los otros tres disparataban. Pero, en general, todos éstos no son más que impostores, de los cuales el filósofo se ha burlado, y a los cuales la canalla ha creído, y a los cuales la justicia hubiera debido ahorcar. El Sacerdote: ¡Ay de mí, sólo lo hizo con uno! El Moribundo: Era el que más lo merecía. Sedicioso, turbulento, calumniador, bribón, libertino, grosero, farsante y malvado peligroso, poseía el arte de engañar al pueblo y mereció, por lo tanto, el castigo de un reino en el estado en que se encontraba entonces el de Jerusalén. Fueron muy prudentes al deshacerse de él, y es quizás el solo caso en que mis máximas, extremadamente dulces y tolerantes por lo demás, admiten la severidad de Temis. Excuso todos los errores, salvo aquellos que pueden ser peligrosos para el gobierno en que se vive. Los reyes y sus majestades son las únicas cosas que se me imponen, las únicas que respeto, pues quien no ama a su país y a su rey, no es digno de vivir. El Sacerdote: Pero, en fin, admitirás algo después de esta vida, es imposible que tu espíritu no se haya complacido, algunas veces, en atravesar la espesura tenebrosa de la suerte que nos espera. ¿Qué sistema puede ser más satisfactorio que el de una multitud de penas para quien vivió mal y el de una eternidad de recompensas para quien vivió bien? 85


El Moribundo: ¿Cuál, amigo mío? El sistema de la nada nunca me ha espantado: es consolador y simple. Todos los otros son obra del orgullo, sólo éste lo es de la razón. Por lo demás, no es ni espantosa ni absoluta esa nada. ¿No tengo ante mi vista el ejemplo de las generaciones y regeneraciones de la naturaleza? Nada perece, amigo mío, nada se destruye en el mundo. Hombre hoy, gusano mañana, pasado mañana mosca, ¿no es siempre existir? ¿Y por qué quieres que me recompensen por virtudes cuyo mérito no tengo, o me castiguen por crímenes cuyo dueño no he sido? ¿Puedes conciliar la bondad de tu pretendido dios con este sistema, y puede él haber querido crearme para darse el placer de castigarme, y esto sólo a consecuencia de una elección de la que no he sido dueño? El Sacerdote: Lo eres. El Moribundo: Sí, según tus prejuicios. Pero la razón los destruye. Y el sistema de la libertad humana sólo fue inventado para fabricar el de la gracia que llegó a ser tan favorable a tus desvaríos. ¿Qué hombre en el mundo, si viera el patíbulo junto al crimen, lo cometería si fuera libre de no cometerlo? Una fuerza irresistible nos arrastra, y ni por un instante somos dueños de determinarnos por nada que no esté del lado hacia el cual nos inclinamos. No hay una sola virtud que no sea necesaria a la naturaleza; y, reversiblemente, ni un solo crimen del que no tenga necesidad, y toda su ciencia consiste en el perfecto equilibrio en que mantiene a ambos. ¿Podemos ser culpables del lado hacia el que nos arroje? Tanto como la avispa que clava su aguijón en tu piel. El Sacerdote: Así, pues, ¿los crímenes más grandes no deben inspirarnos ningún espanto? El Moribundo: No he dicho eso. Basta que la ley lo condene y que la cuchilla de la justicia lo castigue para que nos inspire la aversión o el terror, pero desde que desdichadamente se haya cometido, hay que saber tomar su partido y no entregarse a estériles remordimientos. Su efecto es vano, pues no pudo preservarnos de él; nulo, pues no lo repara. Es absurdo, pues, entregarse a los remordimientos, y más absurdo aun temer el castigo en el otro mundo si somos bastante dichosos de haber escapado al castigo de éste. Dios no quiera que vaya con esto a estimular el crimen, hay que evitarlo tanto como se pueda, pero es por la razón que es necesario huirle, y no por falsos temores que no consiguen nada, y cuyo efecto se destruye tan rápido en un alma firme. La razón, amigo mío; sí, sólo la razón debe advertirnos que perjudicar a nuestros semejantes no puede jamás hacernos felices, y nuestro corazón, 86


que contribuir a su felicidad es lo más grande que la naturaleza nos haya acordado en la tierra. Toda moral humana se encierra en esta sola frase: hacer a los demás tan felices como uno mismo desea serlo, y no causarles nunca un mal que no quisiéramos recibir. Éstos son, amigo mío, estos son los únicos principios que debemos seguir y no hay necesidad de religión ni de dios para apreciarlos y admitirlos: sólo se necesita un buen corazón. Pero siento que me debilito, predicante. Abandona tus prejuicios, sé hombre, sé humano, sin temor y sin esperanza, abandona tus dioses y tus religiones. Todo esto sólo es bueno para poner cadenas en las manos de los hombres, y el solo nombre de todos estos horrores ha hecho verter más sangre en la tierra que todas las otras guerras y plagas juntas. Renuncia a la idea del otro mundo, no lo hay, pero no renuncies al placer de ser feliz y de hacer la felicidad en éste. Ésta es la única manera que te ofrece la naturaleza rara duplicar o extender tu existencia. Amigo mío, la voluptuosidad siempre fue el más querido de mis bienes, le he ofrecido incienso toda mi vida, y quiero terminarla en sus brazos. Mi fin se aproxima. Seis mujeres más bellas que el día están en el cuarto vecino, las reservaba para este momento. Toma de ellas tu parte, trata de olvidar en su seno, a ejemplo mío, todos los vanos sofismas de la superstición y todos los imbéciles errores de la hipocresía. El moribundo llamó, las mujeres entraron y el predicante se convirtió en sus brazos en un hombre corrompido por la naturaleza, por no haber sabido explicar lo que era la naturaleza corrompida. Donatien Alphonse François, Marquis de Sade. Diálogo entre un sacerdote y un moribundo. Recuperado de http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/fran/sade/dialogo.htm

Actividad de adquisición del conocimiento 1. Realiza la lectura de la unidad 4, páginas 82-92, de tu libro de texto. 2. Elabora un reporte de lectura en el que destaques los siguientes aspectos de la filosofía de Descartes: a) Las reglas del método. b) Las Meditaciones Metafísicas. 3. Presenta el reporte de lectura en forma impresa o electrónica, según lo solicite tu profesor. 87


Criterios •• Identifica y distingue las reglas del método y las Meditaciones Metafísicas. •• El escrito debe ser claro en el planteamiento de los conceptos y coherente en la forma en que se conectan con el resumen.

Evidencia •• Reporte de lectura.

Actividad de organización y jerarquización 1. Realiza la lectura de la unidad 5, páginas 103-109 y 114-128, de tu libro de texto. 2. Elabora dos cuadros sinópticos: uno en donde señales el nombre de los científicos y sus aportaciones más importantes en el campo de las ciencias naturales en los siglos xvii y xviii, y otro en donde indiques el nombre de los pensadores y sus aportaciones más importantes en el campo de la sociología durante los mismos siglos. 3. Los cuadros sinópticos serán entregados a tu maestro en formato impreso o digital.

Criterios •• Señala claramente las aportaciones y los pensadores que las formularon. •• Identifica los conceptos más importantes de cada pensador.

Evidencia •• Cuadros sinópticos.

Actividad de aplicación 1. Realiza la lectura de la unidad 5, páginas 109-113, de tu libro de texto.

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2. Elabora una presentación en PowerPoint en donde consignes el nombre de los filósofos y sus aportaciones más importantes en la Nueva Metafísica de los siglos xvii y xviii. 3. La presentación en PowerPoint será elaborada en equipo y presentada en plenaria de manera impresa o en formato digital. 4. En esta actividad registrarás el desarrollo y evolución del pensamiento filosófico de la Época Moderna, por lo que también te podrás apoyar en alguna historia de la filosofía.

Criterios •• Señala claramente las aportaciones y los pensadores que las formularon. •• Identifica los conceptos más importantes de cada pensador. •• Señala la información sobre los temas y obras de cada filósofo de manera clara y precisa.

Evidencia •• Presentación en PowerPoint.

Actividad de metacognición 1. Realiza la lectura de la unidad 5, páginas 129-139, de tu libro de texto. 2. Realiza un ejercicio de paráfrasis del texto de Kant “Idea de una historia universal en sentido cosmopolita”. 3. La actividad podrá ser elaborada en equipo y presentada en plenaria de manera impresa o en formato digital.

Criterios •• Formula la paráfrasis abarcando todos los principios. •• Emplea correctamente los sinónimos. •• Presenta los enunciados de manera clara y coherente.

Evidencia •• Documento de paráfrasis. 89


Actividad integradora 1. Elabora un ensayo que recoja los aspectos, los filósofos y las escuelas que se formaron en la filosofía moderna. 2. En esta actividad registrarás el desarrollo y evolución del pensamiento filosófico de la Época Moderna, por lo que es conveniente que te apoyes en alguna historia de la filosofía. 3. El ensayo podrá ser presentado de manera impresa o digital, según lo solicite tu maestro.

Criterios •• Distingue claramente la formulación de la introducción, desarrollo y conclusión del ensayo. •• Cubre las principales escuelas y sus representantes. •• Indica el orden cronológico y el contexto. •• Señala las referencias bibliográficas consultadas para desarrollar el ensayo.

Evidencia •• Ensayo.

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ETAPA 4

La filosofía contemporánea

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Esquema de la etapa 4

Filosofía contemporánea

El marxismo

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El existencialismo

El positivismo lógico

Dialéctica materialista de Marx

Heidegger

Círculo de Viena

Teoría del materialismo histórico

Jean Paul Sartre

Bases del positivismo lógico


Introducción a la etapa 4 En esta última etapa se expondrán tres de las principales líneas del pensamiento filosófico contemporáneo, las cuales lograron impactar política y culturalmente en la cadena de acontecimientos que rodearon al siglo xx en el mundo. En primer lugar, el marxismo, que engloba la concepción dialécticomaterialista de la filosofía y que sustenta su pensamiento en la teoría del materialismo histórico y sus premisas explicativas del proceso de transformación social. Así, se conoce como marxismo al conjunto de ideas políticas, económicas y filosóficas fundamentadas en las teorías de Karl Marx y, posteriormente, en las de F. Engels, que vieron posible su experimentación en el campo social en la revolución socialista soviética rusa de 1917, la cual dio pie a la conformación de la Unión de Repúblicas Socialista Soviéticas (urss) del siglo xx. El marxismo cierra el círculo de las doctrinas sociales más importantes del siglo xix junto con el socialismo francés, la filosofía clásica alemana y la economía política inglesa. En segundo lugar, el existencialismo aparece hacia la tercera década del siglo xx; surge en Alemania y de allí se difunde por el resto de Europa, especialmente a Francia. Esta escuela podría interpretarse como una reacción ante un periodo de crisis de conciencia social y cultural. Los existencialistas afirman que el hombre es un ser «arrojado al mundo»; esta frase parece expresar el sentir europeo de aquellos años y puede ser interpretada de modo literal: los europeos se sienten arrojados en mundo inhóspito, arrojados de sus hogares destruidos y de la seguridad de sus creencias, valores e ideales. Los conceptos de existencia, esencia, libertad y sentido de vida van a cobrar especial relevancia para esta escuela filosófica. El existencialismo es una filosofía de la búsqueda de sí mismo y el significado de la vida a través del libre albedrío, la elección y la responsabilidad personal. La creencia es que las personas están tratando de encontrar quiénes y qué son a lo largo de sus vidas, a medida que toman decisiones basadas en sus experiencias, creencias y perspectivas. Las decisiones personales se tornan de esta manera únicas, sin la necesidad de una forma objetiva de la verdad. En tercer lugar, el neopositivismo o Círculo de Viena surgió en los primeros años de la década de los veinte, cuando el filósofo y físico Moritz Schlick (1882-1936) ocupó la Cátedra de Filosofía de las Ciencias Inductivas en la Universidad de Viena y se creó en torno a él un grupo de discusión sobre problemas epistemológicos, cuya pretensión era seguir el 93


camino abierto por el positivismo, cuyos puntos fundamentales apoyaban: la defensa del empirismo, el rechazo rotundo de la metafísica y una orientación unificadora de la ciencia en sus lenguajes y en sus métodos. A este grupo se agregaron posteriormente otros estudiosos como Rudolf Carnap (1891-1970) y Kurt Gödel (1906-1976). Pronto surgieron nuevos grupos en Berlín, ciudad en la que se creó la Sociedad para la Filosofía Científica, y en Inglaterra, en donde Alfredo J. Ayer (1910-1989) se convirtió en una figura destacada. Las sociedades de Berlín y de Viena mantuvieron numerosos intereses compartidos y una rica colaboración que fructificó en la publicación de la revista Erkenntnis, dirigida por Carnap. Otros grupos surgieron en Polonia, pero cuando los nacionalsocialistas subieron al poder y, tras el asesinato de Moritz Schlick a manos de un estudiante nazi, el grupo se disolvió; muchos de sus miembros emigraron a Inglaterra y a Estados Unidos, lugar en el que fueron gratamente acogidos por los teóricos del pragmatismo. Pues bien, a pesar de esta heterogeneidad de grupos, el neopositivismo, denominado también positivismo lógico o neoempirismo, se vertebró en torno a ciertas ideas compartidas, como la asunción de las principales tesis positivistas antes mencionadas y la aceptación del empirismo.

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Competencias de la etapa 4 Competencia genérica 6

S ustenta una postura personal sobre temas de interés y relevancia general, considerando otros puntos de vista de manera crítica y reflexiva.

Atributos •• Elige las fuentes de información más relevantes para un propósito específico y discrimina entre ellas de acuerdo con su relevancia y confiabilidad. •• Evalúa argumentos y opiniones e identifica prejuicios y falacias. •• Reconoce los propios prejuicios, modifica sus puntos de vista al conocer nuevas evidencias, e integra nuevos conocimientos y perspectivas al acervo con el que cuenta. •• Estructura ideas y argumentos de manera clara, coherente y sintética.

Competencia general Emplea el pensamiento lógico, crítico, creativo y propositivo para analizar fenómenos naturales y sociales que le permitan tomar decisiones pertinentes en su ámbito de influencia, con responsabilidad social. Atributos •• Selecciona las fuentes de información de acuerdo con criterios responsables. •• Construye su punto de vista de acuerdo con su importancia y relevancia. •• Integra y estructura conocimientos nuevos que le permitan una toma de decisiones con responsabilidad social.

Competencias disciplinares 2. Caracteriza las cosmovisiones de su comunidad. 3. Examina y argumenta, de manera crítica y reflexiva, diversos problemas filosóficos relacionados con la actuación humana, potenciando su dignidad, libertad y autodirección.

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Elemento de competencia •• Comprende y valora el marxismo, el existencialismo y el positivismo lógico como las tres líneas de pensamiento filosófico contemporáneo más influyentes en el mundo social del siglo xx. Total de horas aula: 12 Total de horas extra-aula: 8

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Secuencia didáctica de la etapa 4 Actividad diagnóstica

Lluvia de ideas: ¿qué sabemos del marxismo, el existencialismo y el positivismo lógico?

Actividad de adquisición del conocimiento

Realicen una semblanza de la vida y obra de los siguientes filósofos: • Karl Marx • Soren Kierkegaard • Moritz Schlick

Actividad de organización y jerarquización

Observación y análisis de video sobre las principales tesis del marxismo. Elaboración de un escrito con respuesta a interrogantes y reflexión en plenaria. Lean los textos sobre el existencialismo, donde se trata brevemente las ideas más relevantes de Heidegger y Sartre. Elaboren un organizador gráfico donde sinteticen las ideas principales de estos pensadores.

Actividad de aplicación

Artículo o editorial con identificación de aspectos y conceptos que se relacionen con la filosofía existencialista.

Actividad de metacognición

Documento de paráfrasis sobre el concepto de alienación en Marx y ejercicio de paráfrasis de la filosofía de Moritz Schlick.

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Actividades de aprendizaje Actividad diagnóstica 1. Antes de iniciar esta cuarta etapa deberás de consultar en Internet y recoger información general sobre el Marxismo, Existencialismo y el Positivismo lógico y con el apoyo de su maestro generen una lluvia de ideas y elaboren un pequeño escrito donde plasmen sus opiniones personales sobre las tres corrientes filosóficas.

Criterios •• Registra las diversas intervenciones que se ofrezcan. •• Respeta las opiniones y la participación de los demás.

Evidencia •• Escrito.

Actividad de adquisición del conocimiento 1. En equipos, y a partir de una investigación, realicen una consulta bibliográfica sobre la vida y obra de Karl Marx, Sören Kierkegaard y, finalmente, Moritz Schlick, y escriban una semblanza de cada uno de ellos. 2. La semblanza se realizará por medio de presentaciones gráficas con ilustraciones de cada uno de los filósofos y de algunas de sus principales aportaciones. El trabajo será presentado en plenaria.

Criterios •• Recopilación relevante de datos sobre la vida de cada filósofo (contexto histórico). •• Presentaciones de los aportes más significativos y la obra de cada pensador.

Evidencia •• Semblanza. 98


Actividad de organización y jerarquización 1. Organícense en equipos para analizar y observar videos sobre las principales tesis económicas, políticas y sociales del marxismo, que podrán encontrar en internet en la siguiente dirección: http://www.youtube. com/watch?v=TF9ZquC1HDU 2. A manera de guía, contesten las siguientes preguntas: a) ¿A qué se refiere Marx cuando afirma que el hombre sólo se podrá realizar bien en una sociedad libre y racional? b) ¿Qué quiere decir Marx con la idea de que “la filosofía no se debe limitar a interpretar el mundo, sino que debe preocuparse por su transformación”? c) ¿Qué significa para Marx el concepto de “fetichismo de las mercancías y la plusvalía”? d) ¿Por qué las condiciones materiales son las que determinan las formas ideológicas? 3. Una vez que hayan analizado el video y contestado las preguntas, expongan en plenaria las respuestas y reflexionen sobre las mismas. 4. Al terminar, entreguen su escrito a su maestro con una conclusión personal.

Criterios •• Da respuesta a las interrogantes planteadas. •• Expone ideas relevantes sobre el tema. •• Respeta la participación de los demás compañeros.

Evidencia •• Escrito. A continuación: 5. Lean el siguiente texto sobre el existencialismo donde se trata brevemente las ideas más relevantes de Heidegger y Sartre. 6. Elaboren en equipo un organizador gráfico donde sinteticen las ideas principales de estos pensadores. 7. Tomen en cuenta lo referente a la muerte, la existencia auténtica y la inauténtica, la conciencia, el ser en sí, el ser para sí, la libertad y la acción. 99


8. Compartan su organizador con todos los demás equipos del grupo y entréguenlo a su maestro para su evaluación.

El existencialismo Más allá de los rótulos con los que han sido calificados y de la dudosa eficacia de tantos “ismos”, Heidegger y Sartre representan un esfuerzo por reivindicar su especificidad. De ahí que lo de menos sea si Heidegger encaja en el retrato-robot del existencialista o si Sartre importa más por sus consignas filosóficas que por su compromiso moral y político. Lo importante es la medida en la que han contribuido con su trabajo a renovar la metafísica occidental.

Heidegger. Esencia y existencia El punto de partida que propone Heidegger para responder a la pregunta ¿qué es el ser? es la existencia humana. A pesar de mantener una relación privilegiada con la existencia, no es fácil desvelar su estructura, pues no se deja definir mediante el enunciado de algo concreto. La realidad humana no puede definirse, y su rasgo más característico es el de hallarse frente a un conjunto de posibilidades entre las que hay que elegir. Decir que “la esencia del hombre es la existencia” significa que la existencia está indeterminada, y esto le obliga a la acción. Existencia auténtica y existencia inauténtica Si el hombre, para comprenderse, se toma a sí mismo como punto de partida, adquiere una comprensión auténtica de su existencia. Si toma al mundo y a los demás, adquiere una comprensión inauténtica. •• Existencia auténtica: afronta abiertamente sus posibilidades, entre ellas la muerte, que le revela la verdad de la existencia y le permite pensarla como totalidad. La existencia auténtica asume que la existencia tiene que ser elegida. •• Existencia inauténtica: es un tipo de existencia que se sitúa al mismo nivel de las cosas y por eso se dice que ha caído en el mundo. La existencia inauténtica teme a la muerte, se angustia y se ve impulsada a buscar refugio en el mundo. Es incapaz de apropiarse de las cosas en su verdadera esencia.

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El hombre, ser para la muerte Heidegger aborda la idea de la muerte afirmando que la existencia no logra su totalidad mientras existe. Para él, la muerte representa una posibilidad de ser, la más genuina, hasta afirmar que el hombre es un ser para la muerte. El yo auténtico El acceso a la existencia auténtica, o yo auténtico, únicamente lo proporciona la angustia. Pero esta angustia no es miedo, sino el resultado de reconocer lo que significa estar en el mundo cuando se contempla como totalidad. Este reconocimiento es una forma de anticiparse a la muerte, vivir en presencia de la muerte. La clave de una vida auténtica consiste en vivir con la posibilidad de la muerte, no con el hecho. Sartre, el intelectual comprometido Jean Paul Sartre ha sido uno de los filósofos con una proyección social más destacada de este siglo. Fue en su momento el paradigma del intelectual comprometido. Comprometido porque su trayectoria personal está marcada por la voluntad de colaborar desde su condición de hombre público en actividades y proyectos progresistas: participación en la resistencia francesa, rechazo del premio Nobel y colaboración en el Tribunal Russell. Intelectual porque su actividad no se confina en los límites del trabajo académico, sino que se desarrolla en otros ámbitos, como el de la literatura y el teatro La conciencia Sartre destacará que la emoción es un modo de ser de la conciencia. Sin embargo, una y otra representan actitudes diferentes. La emoción emerge en circunstancias en las que la adversidad sobrepasa nuestras fuerzas, trasladándonos a un ámbito afectivo y mágico que reúne una tristeza pasiva y un abandono de la responsabilidad. La soberanía de la conciencia, en cambio, se restablece cuando se disuelve el estado emocional y se desvanecen las relaciones mágicas con el mundo. Sartre diferencia entre el ser en sí y el ser para sí: •• El ser en sí representa el ser de las cosas, independiente de la conciencia y del que no cabe esperar nada. •• El ser para sí representa al ser determinado por la conciencia, la afirmación de lo indeterminado, y funda la libertad frente al determinismo del ser en sí. 101


La libertad y la acción El hombre como tal no posee ninguna esencia determinada, sino que su esencia es la indeterminación. Por eso afirma Sartre: “Estoy condenado a ser libre”. Con esta consigna intentaba definir el contenido de la existencia humana, el proyecto fundamental que comprende todo tipo de acciones y voluntades. La libertad permanece dentro de los límites del mundo, sin por ello perder su condición de indeterminada. La libertad es, precisamente, introducir esta indeterminación del propio proyecto, de la propia elección, en el seno del ser. La nada sartreana representa lo que la existencia humana no es. Al mismo tiempo, es la esencia de la libertad manifestada en un querer ser libre, ya que la libertad no es otra cosa que realizarse a sí mismo. Lo humano en lo inhumano Nada de cuanto le ocurre al hombre merece el calificativo de inhumano. Con esta afirmación, Sartre quiere decir que no existen los hechos accidentales, que todo lo que sucede, todo lo que el hombre puede imaginar, hay que cargarlo en la cuenta de lo humano. “El existencialismo”. Recuperado de http://www.hiru.com/filosofia/el-existencialismo

Criterios •• El organizador comprende todos los temas señalados. •• Los recursos empleados son correctos. •• Existe coherencia entre los temas y los subtemas.

Evidencia •• Organizador gráfico.

Actividad de aplicación 1. Organizados en equipos, seleccionen un artículo o editorial de alguna revista o periódico sobre un tema social de interés general. 2. Una vez hecha la selección, los miembros leerán el artículo y harán anotaciones donde se observe la presencia de aspectos y conceptos aludidos por el existencialismo. 102


3. Tanto el artículo como el escrito con anotaciones serán entregados al profesor.

Criterios •• Identificación conceptual filosófica. •• Uso de analogías.

Evidencia •• Escrito.

Actividad de metacognición 1. Lean en equipo el siguiente texto sobre el concepto de alienación de Marx. Subrayen las ideas principales de cada párrafo; posteriormente elaboren un resumen con los conceptos más significativos que intervienen en el tema de la alienación de Carlos Marx. 2. El ejercicio será expuesto en clase a partir de las indicaciones del profesor y entregado para su evaluación.

La alienación en Marx 1. Pero esta noción de alienación, que Feuerbach restringía al ámbito religioso, Marx la extenderá a todas las esferas de la actividad humana, empezando por la actividad esencial del ser humano: la producción de bienes para la satisfacción de sus necesidades. Producir es la actividad esencial de los humanos, lo que los distingue de otras especies animales. Producir significa transformar la naturaleza, y al transformar la naturaleza el ser humano expresa su rasgo esencial. No se limita a tomar de la naturaleza, sino que deliberadamente busca modificarla. De ahí que el trabajo sea el concepto fundamental para entender al ser humano. El trabajo, como actividad productiva libre, es la actividad en la que el ser humano expresa su humanidad, su verdadera naturaleza. Todo lo producido de esta forma –un vestido, una estatua, una casa– es la esencia de la vida humana convertida en un objeto físico y, por tanto externo al productor. En la sociedad industrial, el trabajador no controla el producto de su trabajo. El producto en el que se objetiva su trabajo no le pertenece, convirtiéndose así en algo 103


extraño, ajeno al trabajador: su actividad transformadora no le pertenece, no es considerada como suya, sino que deviene propiedad de “otro”. “El objeto que el trabajo produce, su producto, se enfrenta a él como un extraño, como un poder independiente del productor... el trabajador se relaciona con el producto de su trabajo como con un objeto extraño”, dice Marx en los “Manuscritos económico-filosóficos”. Además, en la medida en que el producto se convierte en una mercancía, el trabajo objetivado en él es tratado también como mercancía, por lo que el mismo sujeto productor, cuya actividad se halla objetivada en la cosa, en el objeto producido, se ve sometido a un proceso de reificación, de cosificación, mediante el que el termina por ser considerado simplemente como cosa, como mercancía. “¿En qué consiste entonces la enajenación del trabajo? Primeramente en que el trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en que en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo, arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo, fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado, trabajo forzado. Por eso no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo. Su carácter extraño se evidencia claramente en el hecho de que tan pronto como no existe una coacción física o de cualquier otro tipo se huye del trabajo como de la peste. El trabajo externo, el trabajo en que el hombre se enajena, es un trabajo de autosacrificio, de ascetismo”.

2. El trabajo se convierte, pues, en una actividad alienada y alienante, cuando los seres humanos producen objetos sobre los cuales ya no ejercen ningún control, que no ponen de manifiesto su humanidad, ya que no resultan de su libre actividad, sino de una actividad que es “para otro”, que ya no les pertenece porque le pertenece a quien haya pagado su salario, y de la son despojados. De esta manera es el capitalista el que, con la apropiación del producto, se apropia de la actividad de los demás, resultando para ellos una actividad enajenada, alienada. Además, el objeto producido se vuelve contra su creador, puesto que sirve para enriquecer al capitalista y aumentar su poder sobre el proletario. De este modo la actividad productiva se convierte en una actividad realizada bajo “dominación, coerción y el yugo de otro hombre”. Los seres humanos en vez de relacionarse entre sí cooperativamente lo hacen competitivamente. El amor y la confianza mutua se ven reemplazadas 104


por el comercio y el intercambio de y como mercancías. Los seres humanos no reconocen en el otro una naturaleza humana común: ven a los otros como instrumentos para satisfacer sus intereses egoístas. La humanidad, bajo la explotación del trabajo asalariado, aparece escindida, separada en dos partes que no reconocen su común humanidad.

3. La explotación del trabajador se produce por partida doble; en primer lugar, el capitalista lo explota al apropiarse de la materia prima y de los medios de producción, así como de la plusvalía producida por el trabajador; pero en segundo lugar, lo explota como mercancía, considerándolo un mero apéndice de la maquinaria, una pieza más del sistema de producción. En esta segunda forma de explotación, el trabajador pierde toda autonomía personal y toda posibilidad de encontrar satisfacción en el trabajo. El capital no sólo se apropia de la plusvalía sino que se convierte en una fuerza tangible que exprime la vida misma del trabajador y que mutila sus talentos: el trabajo, su propia actividad, se convierte en el medio de su esclavitud, de su alienación. 4. Pero la alienación no sólo se da en el terreno de la actividad productiva, del trabajo. Además de la alienación económica, estructural y radical en la sociedad capitalista, derivan de ella otras formas de alienación, como la social, (a través de la división de la sociedad en clases), la política (con la división entre la “sociedad civil” y el “Estado”) de las que, a su vez derivan otras formas de alienación ideológica, (como la religiosa y la filosófica) que buscan justificar la situación real de miseria para la mayoría y, al mismo tiempo, confundir y mistificar la realidad, creando una falsa conciencia de la misma. 5. La última fase de la alienación es, pues, la alienación ideológica. En ésta el trabajador cree que es legítima la apropiación de la plusvalía por parte del capitalista. El trabajador cree que, como el capitalista posee legítimamente los medios de producción (talleres, maquinaria, fábricas...), tiene una pretensión o un derecho fundado para apropiarse una parte de su trabajo, de una parte de su actividad, de una parte de su vida. A su vez, se considera legítima la posesión de los medios de producción porque deriva de una apropiación legítima de plusvalías en etapas anteriores, construyéndose un círculo vicioso en los procesos de legitimación de la explotación. La eficacia de la explotación capitalista descansa sobre la noción de legitimidad: presentarse ante las conciencias de los explotados como moralmente justificables.

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6. La ideología es una forma de ver el mundo que satisface los intereses de los explotadores. La ideología es una falsa conciencia, una representación inadecuada de la realidad, a fin de que los explotados consideren naturales y por tanto justificables e inevitables sus condiciones de vida: “siempre ha habido ricos”, “es natural que el amo se lleve una parte de la cosecha: es el dueño de la tierra, al fin y al cabo”, son expresiones que manifiestan la aceptación de la ideología dominante por parte de los dominados. La ideología se constituye en la culminación del proceso de alienación. La filosofía de Marx. Recuperado de http://www.webdianoia.com/contemporanea/marx/ marx_fli_alien.htm

Criterios •• Identifica claramente las ideas principales del texto. •• Expresa las ideas de forma coherente. •• Aporta en su escrito opiniones personales.

Evidencia •• Resumen. 3. Lee el siguiente texto y localiza en él: a) Los planteamientos en los que se formula el “El viraje de la filosofía”. b) Los pasajes en los que se explica el proceso del conocimiento en este planteamiento filosófico. c) Los pasajes en los que se indica cuáles son las funciones de la filosofía. d) Los errores sobre la concepción de la función de la filosofía, sobre todo por parte de la metafísica, que se cometieron en el pasado. 4. Elabora una paráfrasis con las respuestas a estos planteamientos.

El viraje de la filosofía Moritz Shlick De tiempo en tiempo se crean premios para ensayos sobre los progresos que hizo la filosofía en un periodo determinado. Dicho periodo suele 106


limitarse de una parte, por el nombre de algún gran pensador, y por la otra, por “el presente”. Así se presuponía que hay cierto grado de claridad respecto del progreso filosófico de la humanidad hasta el tiempo de aquel pensador, pero que a partir de ahí es dudoso cuáles sean las aportaciones que se han agregado en los tiempos recientes. Esas interrogantes expresan claramente desconfianza respecto a la filosofía del periodo que acaba de pasar. Se tiene la impresión de estar sólo ante una formulación vergonzante de la pregunta: ¿Hizo en verdad la filosofía algún progreso en ese periodo? Porque si estuviera uno seguro de que se alcanzaron algunos logros, también se sabría en qué consistieron. Si se mira con menos escepticismo el pasado remoto y uno más bien se inclina a ver en su filosofía un desarrollo ascendente, la explicación puede estar en que la actitud de uno hacia todo lo que tiene un lugar consagrado en la historia está matizada del mayor respeto. Otro motivo es que los filosofemas antiguos, por lo menos, han demostrado su efectividad histórica. De ahí que al analizarlos se pueda tomar como base su significación histórica en lugar de su significación objetiva y ello cuando menos permita atreverse a uno a delimitar ambas en mayor grado. Todos los grandes pensadores se propusieron la reforma radical de la filosofía y la consideraron esencial. Descartes (no sin razón) consideraba que estaba iniciando algo completamente nuevo; Spinoza creía que con la introducción (ciertamente muy superficial) de la forma matemática había encontrado el método filosófico definitivo; y Kant estaba convencido de que, a base del camino que él había tomado, la filosofía seguiría al fin por la segura senda de la ciencia. Este destino peculiar de la filosofía ha sido descrito y lamentado con tanta frecuencia, que realmente resulta trivial siquiera discutirlo. Escepticismo silencioso y resignación parecen ser las únicas actitudes apropiadas a esta situación. Dos mil años de experiencia parecen mostrar que ya no pueden tomarse en serio los esfuerzos por poner fin al caos de los sistemas y modificar el destino de la filosofía. Señalar que el hombre finalmente logró resolver los problemas más obstinados, el de Dédalo por ejemplo, no proporciona ninguna tranquilidad a una persona informada, porque lo que teme es precisamente que la filosofía no llegue a constituir jamás un auténtico problema. Estoy convencido de que nos encontramos en un punto de viraje definitivo de la filosofía, y que estamos objetivamente justificados para considerar como concluido el estéril conflicto entre los sistemas. En mi opinión en el momento presente ya estamos en posesión de los medios que hacen innecesario en principio un conflicto de esta naturaleza. 107


Esos métodos se desarrollaron silenciosamente, inadvertidos por la mayoría de los que enseñan filosofía o la escriben; y así se creó una situación que no es comparable con ninguna anterior. Que la situación es única y que la nueva dirección de la filosofía es realmente definitiva, sólo puede comprenderse cuando se conocen las sendas nuevas y se contempla retrospectivamente, desde la posición a la que conducen, a todos esos esfuerzos que pasaron por “filosóficos. Las sendas tienen su origen en la lógica. Leibniz vio confusamente su principio.Gottlob Frege y Bertrand Russell abrieron tramos importantes en las últimas décadas, pero el primero en avanzar hasta el punto de viraje decisivo fue Ludwig Wittgenstein (en su Tractatus Logico-Philosophicus, 1922). Es bien sabido que en los últimos decenios los matemáticos desarrollaron nuevos métodos lógicos, primordialmente para la solución de sus propios problemas que no podían ser resueltos con el auxilio de las formas tradicionales de la lógica. Pero la lógica así surgida, desde hace tiempo ha mostrado también de otras maneras su superioridad sobre las viejas formas e indudablemente pronto las habrá desplazado por completo. ¿Me refería yo a esta lógica como el poderoso medio que en principio es capaz de elevarnos por encima de todos los conflictos filosóficos? ¿Nos proporciona reglas generales con cuya ayuda pueden resolverse por lo menos en principio todos los problemas tradicionales de la filosofía? Si fuese así, difícilmente hubiera tenido yo derecho a decir que se había producido una situación completamente nueva. Porque entonces, sólo se habría logrado un progreso técnico gradual como, por ejemplo, cuando el invento del motor de combustión interna hizo al fin posible la solución del problema del vuelo. Por mucho que deba estimarse el valor del nuevo método, es indudable que no puede producirse nada tan fundamental con la mera elaboración de un método. El gran viraje no debe, pues, ser atribuido a la lógica misma, sino a algo totalmente distinto que en realidad ella estimuló e hizo posible, pero que actúa en un plano mucho más profundo: el conocimiento de la naturaleza de lo lógico mismo. Que lo lógico es en cierto sentido lo puramente formal se ha dicho hace ya mucho tiempo y con frecuencia; pero no estaba verdaderamente clara la naturaleza de las formas puras. El camino hacia tal claridad parte del hecho de que todo conocimiento es una expresión, una representación. Es decir, expresa la situación de hecho que es conocida en ella. Esto puede ocurrir en cualquier número de modos, en cualquier idioma, por medio de cualquier sistema arbitrario de signos. Todos esos modos posibles de 108


representación deben tener algo en común, y lo que les es común es su forma lógica. Así, todo conocimiento lo es sólo por virtud de su forma. Es a través de su forma como representa las situaciones conocidas. Pero la forma misma a su vez no puede ser representada. Sólo ella es importante para el conocimiento. Todo lo demás es material no esencial y accidental de la expresión, no diferente, digamos, de la tinta con la cual escribimos un enunciado. Esta simple idea tiene consecuencias de grandísima importancia. Sobre todo, nos permite librarnos de los problemas tradicionales de la “teoría del conocimiento”. Desaparecen las cuestiones relativas a la validez y límites del conocimiento. Es cognoscible todo lo que puede ser expresado y ésta es toda la materia acerca de la cual pueden expresarse preguntas con sentido. En consecuencia, no hay preguntas que en principio sean incontestables, ni problemas que en principio sean insolubles. Los que hasta ahora se han considerado así no son interrogantes auténticas, sino series de palabras sin sentido. Sin duda alguna, vistas exteriormente parecen preguntas, ya que aparentemente satisfacen las reglas habituales de la gramática, pero en realidad consisten en sonidos vacíos, porque quebrantan las profundas reglas internas de la sintaxis lógica descubierta por el nuevo análisis. Dondequiera que haya un problema con sentido siempre se puede, en teoría, encontrar el camino que lleva a su solución. El acto de verificación en el que desemboca finalmente el camino seguido para la resolución del problema siempre es la de la misma clase: es el acaecimiento de un hecho definido comprobado por la observación, por la vivencia inmediata. De esta manera queda determinada la verdad (o la falsedad) de todo enunciado, de la vida diaria o de la ciencia. No hay, pues, otra prueba y confirmación de las verdades que no sea la observación y la ciencia empírica. Toda ciencia (en cuanto referimos esta palabra al contenido y no a los dispositivos humanos para llegar a él) es un sistema de conocimientos, esto es, de proposiciones empíricas verdaderas. Y la totalidad de las ciencias, con inclusión de los enunciados de la vida diaria, es el sistema de los conocimientos. No hay, además de él, ningún dominio de verdades “filosóficas”. La filosofía no es un sistema de proposiciones, no es una ciencia. Pero entonces, ¿qué es? Bueno; desde luego no es una ciencia, pero, no obstante, es algo tan significativo y de tanta importancia que en adelante puede ser honrada, cual en tiempos pasados, como la reina de las ciencias. Porque no está escrito en ninguna parte que la reina de las ciencias tenga que ser ella misma una ciencia. La característica positiva del viraje del presente, se halla en el hecho de que reconozcamos a la filosofía como un 109


sistema de actos en lugar de un sistema de conocimientos. La actividad mediante la cual se descubre o determina el sentido de los enunciados: esa es la filosofía. Por medio de la filosofía se aclaran las proposiciones, por medio de la ciencia se verifican. A esta última le interesa la verdad de los enunciados, a la primera lo que realmente significan; la actividad filosófica de dar sentido cubre la totalidad del campo del conocimiento científico. Es fácil advertir que la tarea de la filosofía no consiste en construir proposiciones, y que conferir sentido a enunciados no puede hacerse con enunciados. Por ejemplo, si doy el significado mediante proposiciones y definiciones explicativas, es decir, con ayuda de otras palabras, podría preguntarse el significado de estas nuevas palabras, y así sucesivamente. Este proceso no puede desarrollarse hasta el infinito. Siempre llega al final en el momento de señalarse situaciones de hecho al presentarse y mostrarse lo que se quería significar, es decir, al llegar a auténticos hechos; únicamente estos hechos no son susceptibles de una explicación ulterior ni la necesitan. La asignación final de significado siempre tiene lugar, por lo tanto, mediante actos. Esos actos constituyen la actividad filosófica. Uno de los errores más graves de los tiempos pasados consistió en haber creído que el sentido auténtico y el contenido final tenían que formularse a su vez en enunciados, esto es, que podían ser representados por medio de conocimientos. Éste fue el error de la “metafísica”. Los esfuerzos de los metafísicos se dirigían siempre a la absurda finalidad de expresar el contenido de la cualidad pura (la esencia de las cosas) mediante conocimientos, de expresar lo inexpresable. Las cualidades no pueden decirse. Sólo pueden mostrarse en la vivencia. Pero el conocimiento es bien distinto a esa vivencia. Así la metafísica se hunde no porque la realización de sus tareas sea una empresa superior a la razón humana (como pensaba Kant, por ejemplo) sino porque no hay tales tareas. Al descubrirse la formulación errónea del problema, también quedó explicada la historia del conflicto metafísico. Si en una ciencia sólidamente fundada surge en algún punto la necesidad de reflexionar de nuevo sobre el verdadero significado de los conceptos fundamentales, y con esto se consigue un esclarecimiento más profundo de su significado, ello se considerará a la vez como un logro eminentemente filosófico. Todo el mundo está de acuerdo en que, por ejemplo, la hazaña de Einstein, que arranca de un análisis del sentido de los enunciados sobre el tiempo y el espacio, fue en realidad una hazaña filosófica. Podríamos añadir aquí que los progresos decisivos de la ciencia, los que hacen época, son siempre de este carácter: significan un esclarecimiento del sentido de 110


las proposiciones fundamentales, y sólo logran resultados en ello quienes están dotados para la actividad filosófica. El gran investigador es también siempre un filósofo. Se da también muchas veces el nombre de filosofía a actividades mentales que tienen por objeto no el conocimiento puro, sino la orientación en la vida. El gran viraje de la filosofía significa también el apartamiento definitivo de ciertas sendas erróneas que se tomaron en la segunda mitad del siglo xx. Me refiero a los intentos de atribuirle un carácter inductivo y, en consecuencia, creer que consiste únicamente en enunciados de validez hipotética. La idea de atribuir sólo probabilidad a sus enunciados estaba muy lejos de los primeros pensadores. La habrían rechazado por incompatible con la dignidad de la filosofía. En eso se manifestaba el sano instinto de que la filosofía debe proporcionar al conocimiento su soporte definitivo. Pero nosotros también creemos en la dignidad de la filosofía y juzgamos incompatible con ella el reputarla incierta y únicamente probable; y nos sentimos felices de que el viraje decisivo haga imposible atribuirle ese carácter. Porque el concepto de probabilidad o incertidumbre no es aplicable a los actos de conferir significado que constituyen la filosofía. Y la tarea es puntualmente ésa, la de conferir con un carácter definitivo y final el sentido a los enunciados. O bien tenemos ese significado, y entonces sabemos lo que significa el enunciado, o bien no lo poseemos, y en este caso sólo tenemos delante palabras vacías, y aún no verdaderos enunciados. No hay una tercera posibilidad intermedia, y no puede hablarse de la probabilidad de la validez del enunciado. De este modo la filosofía muestra, después de este viraje, la última instancia de su carácter, con mayor lucidez que antes. Sin duda muchos seguirán durante siglos vagando a lo largo de las sendas tradicionales. Los escritores filosóficos seguirán discutiendo durante largo tiempo los viejos pseudoproblemas. Pero al final ya no serán escuchados; se parecerán a actores que siguieran representando durante algún tiempo, antes de darse cuenta de que el auditorio lentamente se ha ido ausentando. Entonces ya no será necesario hablar de “problemas filosóficos”, porque se hablará filosóficamente sobre todos los problemas, es decir, con claridad y con sentido. 5. Después de analizar la lectura anterior, elabora una síntesis de una a dos cuartillas en la que incluyas, al final, tu punto de vista sobre la temática estudiada.

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Criterios •• Identificación de las ideas que responden a las preguntas. •• Uso de sinónimos.

Evidencia •• Documento de paráfrasis de la lectura.

Producto integrador de la unidad de aprendizaje 1. Esta actividad consiste en la elaboración de un producto integrador, que será elaborado de forma individual. Se trata de un ensayo sobre un tema de interés en el ámbito filosófico donde se reflexione sobre asuntos que competen a la cultura y el sentido de la vida en la sociedad actual. El profesor podrá sugerir un listado de temas para que tengan varias opciones. 2. El ensayo deberá contar con los siguientes elementos: a) Portada b) Índice c) Contenido d) Bibliografía e) Anexos 3. En la portada se debe incluir el logotipo, nombre de la institución y escuela, nombre del estudiante y matrícula, nombre del maestro, título del ensayo, lugar y fecha. 4. El contenido se estructurará de la siguiente manera: introducción, desarrollo y conclusiones. 5. La bibliografía deberá incluir todas las fuentes físicas y electrónicas investigadas. 6. Se incluirán anexos, gráficas, imágenes y esquemas para fundamentar el trabajo. 7. El ensayo se entregará al maestro impreso o en formato digital.

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Criterios •• •• •• •• ••

En el ensayo delimita adecuadamente el tema. Se hace una justificación sobre la importancia del tema elegido. Todos los argumentos están vinculados a la tesis principal. Incluye una reflexión personal sobre el tema elegido. La imágenes y gráficas están bien justificadas.

Evidencia •• Ensayo.

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Registro de evidencias para el desarrollo de competencias Filosofía Dependencia:                  Grupo: Unidad de aprendizaje:            Turno: Nombre del maestro: Nombre del estudiante: Matrícula:

Etapa 1 Eval. según agente

Actividad

Auto

Coev

Hetero

Porcentaje

Diagnóstica Adquisición del conocimiento Organización y jerarquización Aplicación Metacognición Integradora Suma

Etapa 2 Eval. según agente

Actividad

Auto

Diagnóstica Adquisición del conocimiento Organización y jerarquización Aplicación Metacognición Integradora Suma 114

Coev

Hetero

Porcentaje


Etapa 3 Eval. según agente

Actividad

Auto

Coev

Hetero

Porcentaje

Diagnóstica Adquisición del conocimiento Organización y jerarquización Aplicación Metacognición Integradora Suma

Etapa 4 Eval. según agente

Actividad

Auto

Coev

Hetero

Porcentaje

Diagnóstica Adquisición del conocimiento Organización y jerarquización Aplicación Metacognición Integradora Suma

Portafolio Examen parcial Examen parcial Examen global Producto integrador TOTAL

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