06 de agosto de 2013
EXCLUSIVA AFP-José Mujica: hay que evitar los choques y la violencia en América Latina El presidente uruguayo José Mujica, un ex guerrillero tupamaro de 78 años, que impresionó al mundo por su vida austera de chacarero y un discurso sin pelos en la lengua, llamó este martes a evitar los choques y la violencia en América Latina. “Son épocas que hay que evitar los choques, sobre todo violentos y armados. No nos sirve a nadie, a ninguno de los pueblos y los que pagan los platos rotos son los más débiles”, dijo este antiguo comandante de una columna de la guerrilla urbana Tupamaros en las décadas del 60 y 70 del siglo pasado, embarcado en un firme apoyo al proceso de paz en Colombia.
Mujica quiere pedir ayuda también a la Asamblea General de la ONU, pero antes quiere consultar al presidente Juan Manuel Santos en Bogotá, y considera que el Mercosur debe involucrarse todo lo que pueda. Durante una reciente visita a Cuba, el “Pepe” como lo llaman sus compañeros y compatriotas, se entrevistó con delegados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-guerrilla comunista). “Sin entrometerse donde uno no se debe entrometer, no se puede ser neutral en el fenómeno de la paz de Colombia, porque es una causa común”.
Interrogado si estaría dispuesto a recibir al líder opositor venezolano Henrique Capriles, que perdió hace tres meses por Mujica llamó además a evitar la violencia en Venezuela, a estrecho margen la elección presidencial, respondió: “A mí mejorar lo más posible la relación con Estados Unidos y ex- no me ha pedido nada Capriles, nunca me llegó nada de presó su solidaridad con todos los presos políticos, sea cual Capriles”. “Lo que me preocupa que los venezolanos lleven sea su ideología, en una conversación de una hora con la su disputa sin irse a las greñas y sin dejarse usar de afuera”. AFP. El presidente uruguayo será recibido antes de fin de año Sentado detrás de su escritorio en la Torre Ejecutiva (sede por su homólogo estadounidense Barack Obama en la Casa de la presidencia) en el centro de Montevideo, vistiendo una Blanca. campera de cuero y pantalón vaquero, Mujica enfatizó con sus ojitos chispeantes que “la lucha por la paz en Colombia Interrogado si es posible y deseable una reconciliación de como causa debe ser la cosa más importante que está pa- la izquierda de América Latina con Estados Unidos, Mujica sando en América Latina hoy y que ningún latinoamericano respondió: “No somos novios para estar peleados. Necesique quiera este continente y que quiera nuestra historia de- tamos que se reconozca nuestra identidad. También le va a bería desentenderse”. convenir” a Washington. Este viejo militante, que sufrió varias heridas de bala, prisión y tortura, cuyo gobierno se dispone a ser el primero del mundo en legalizar la marihuana y fue el segundo en América Latina en aprobar el aborto y el matrimonio de personas del mismo sexo, pidió al papa argentino Francisco que le ayudara en esta causa de la paz colombiana. “El Caribe es muy católico y me doy cuenta el valor en la gestación de la opinión pública colombiana que puede tener un conjunto de curas que en sus sermones tocan el tema de la paz”.
Tras indicar que “Estados Unidos no es solo una unidad, hay varias posiciones”, consideró que Obama “está dentro de esos sectores con los que se puede tener un diálogo, un intercambio, y un íntimo respeto, y eso es lo que más nos conviene a nosotros también”. “Hay sectores que se ven como los patrones. Si apenas unas leyes que tienen que ver con inmigración y salud se las trancan a Obama, que no nos van a trancar a nosotros. Ese es el problema, no hay un Estados Unidos, hay varios, con distintas caras, y algunos tienen una cara horrorosa”.
“Cuánto más podamos mejorar la relación, mejor”, concluyó. Mujica, que estuvo preso 13 años desde 1972, un año antes del golpe de estado militar, hasta 1985, cuando terminó la dictadura, la mayoría en aislamiento y como rehén, recibió en Montevideo en 2010 a un grupo de ex presos y de fundadoras de las damas de blanco, esposas de presos políticos cubanos, lo que le valió un enfriamiento de sus relaciones con La Habana. “Por encima de las ideologías, tengo una especie de solidaridad con la gente que está presa. Aunque puedo pensar distinto, respeto mucho”, dijo al tiempo que reconoció que a las autoridades comunistas cubanas “no les debe de haber gustado nada”. “Vivo en un mundo que no comprende. Yo no puedo renunciar a mi personalidad y me lo banco”. Cuarenta años después de la derrota de los tupamaros por los militares uruguayos, Mujica aseguró que la reconciliación con sus antiguos enemigos está sellada. “Sí, está sellada por las tradiciones del Uruguay (...), está sellada institucionalmente, pero hay heridas que continúan, hay mucha cosa que no se sabe, gente que no ha podido encontrar los restos de gente querida, esas cosas dejan heridas que son incomensurables y se arrastran por muchos años”.