Mujica hablará con Putin pues hay que “tener relaciones con todo el mundo” Por Por Ana Inés CIBILS, Maria Lorente | AFP – jue, 10 jul 2014
AFP/AFP - El presidente de Uruguay, José Mujica, frente a su hogar en las afueras de Montevideo, el 9 de julio de 2014
El presidente uruguayo José Mujica, quien se reunirá con Vladimir Putin la semana próxima, aseguró el miércoles que es necesario “tener relaciones con todo el mundo” y llamó a tolerar regímenes diferentes como el cubano, en una entrevista con la AFP en la que aseguró que en el futuro habrá “formas de democracia que hoy ni siquiera podemos imaginar”. Mujica recibió a la AFP en su modesta chacra de las afueras de Montevideo, donde sostiene que tiene lo necesario para vivir, no por apología de la pobreza sino porque no quiere “complicarse la vida”. El mandatario que desde que asumió el poder en 2010 se ha convertido en referente regional y ha ganado una fuerte popularidad en el exterior, viajará la semana próxima a Brasilia para participar de una reunión de presidentes sudamericanos con sus pares del bloque BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y aprovechará la ocasión para mantener un encuentro bilateral con el presidente ruso Vladimir Putin, en momentos en que éste enfrenta a la Unión Europea que anunció sanciones a Moscú por haber anexado a Crimea.
Consultado si no es una especie de provocación, responde con su habitual estilo directo: “¿Cuando le vendemos carne o le compramos otras cosas es provocación? Nosotros no vamos a cambiar la realidades del mundo, son como son. Fuimos a hablar con (Barack) Obama y no voy a cambiar la naturaleza del imperialismo yanqui por decir lo que pienso. Creo que un país debe tener relaciones con todo el mundo, sobre todo con los que cortan el bacalao”. “Del punto de vista teórico del mundo, personalmente no estoy de acuerdo con la construcción de bloques. El movimiento mundial que existe de construcción de bloques es una lucha de poderes entre grandes potencias, me da la impresión, para intentar frenar a China”, sentenció. “Creo que la libertad es el manejo de construir una interdependencia flexible que nos permita construir la mayor cantidad de alternativas”, enfatiza. “Entonces hablamos con Putin, vemos qué puede salir, hablamos con China, hablamos con todos”, dice sonriente. - Hay que “convivir con la diferencia” Este exguerrillero de 79 años, que no dudó en tomar las armas en la década del 60 y 70 y desde que asumió la presidencia ha llamado la atención del mundo por su vida austera, sus cuestionamientos al consumismo y sus llamados a la paz en la región, fue recibido como líder regional en la Casa Blanca por su par estadounidense, en mayo de este año. “Obama me planteó el deseo manifiesto de tratar de mejorar la relación con Cuba. Me transmitió la preocupación por alguien que está preso en Cuba, de origen norteamericano”, dijo Mujica, en referencia al estadounidense Alan Gross, condenado por espionaje. Al preguntarle si el régimen cubano es una dictadura, el mandatario responde: “desde el punto de vista teórico practican lo que ellos llaman dictadura del proletariado, que es democracia de un sector tratando de eliminar las clases sociales en un futuro”. “O aprendemos a tolerar lo que es diferente y por lo tanto aprendemos a convivir con la diferencia o el mundo se hace inhabitable”, recalcó. “No quiere decir que uno esté de acuerdo. Pero en el mundo existen claves distintas”. “Yo creo que los hombres venimos luchando por la democracia y la ventaja que tiene la democracia es que nunca se considera ni terminada ni perfecta. Lo que están viviendo ustedes, los más jóvenes, el internarnos en la era digital, probablemente va a desatar formas de democracia que hoy ni siquiera podemos imaginar”, aseguró. - Una crisis ideológica Para el mandatario uruguayo, hay una crisis ideológica de la izquierda en el mundo. “Creo que está buscando sus paradigmas en un mundo que se globaliza”, sostuvo. “El hombre ha llegado a un desarrollo civilizatorio que necesita siquiera empezar a razonar como especie qué es lo que le conviene. La humanidad necesita cierta gobernanza y no hay”, destaca. Sus discursos cuestionadores de los países ricos le han granjeado una popularidad fuera de fronteras inédita para un presidente de este país de 3,3 millones de habitantes. Es “porque pega en el clavo”, dice. “Yo no descubrí nada. (...) Las posibilidades que tiene el hombre hoy son tremendas. Pero está despilfarrando los recursos y la energía y agravando los problemas”. Vehemente, defiende las iniciativas de recibir presos de la cárcel de Guantánamo -aún no concretada- y que el país acoja niños refugiados sirios, cuestionadas por la oposición política uruguaya, que lo acusan de estar trabajando para ganar el premio Nobel de la Paz, al que fue nominado por legisladores de su partido y la ONG holandesa Drugs Peace Institute. “Siempre van a decir cosas. Lo de Guantánamo a mí me pareció que era un deber”, señaló. En la misma línea defendió su plan para que llegue al país, a partir de setiembre, un centenar de refugiados sirios. “El mundo rico, así como las clases más acomodadas, pasan al lado del dolor y no lo quieren ver. Los perros de Europa y Estados Unidos comen mejor que muchísimos africanos”, indicó. “Yo creo que los pobres del mundo son del mundo entero”.
Exclusivo AFP - Presos de Guantánamo en Uruguay con seguridad de ciudadano común AFP – mié, 9 jul 2014
AFP/AFP - Protestantes usan vestimenta de prisioneros durante una manifestación para pedir el cierre de la cárcel de Guantánamo, el 23 de mayo de 2014 en Washington
Los seis detenidos en Guantánamo que llegarán a Uruguay tendrán la misma seguridad que cualquier ciudadano uruguayo, dijo el miércoles el presidente José Mujica en entrevista con AFP, y añadió que otros países de la región también han aceptado recibir presos. “Para nosotros serían seis ciudadanos más que trataríamos que se ubicaran en algunos lugares del país, que trabajaran si quieren y si se quieren ir que se vayan”, indicó Mujica, al explicar que serán considerados como refugiados y por lo tanto, personas libres. Su seguridad será “como la de todos los ciudadanos”, enfatizó el presidente, que había anunciado en marzo pasado que recibió un pedido del gobierno de Barack Obama para recibir algunos de los reclusos de Guantánamo.
El mandatario no pudo precisar cuándo vendrán, ya que la autorización “depende de ellos, de Estados Unidos”. Consultado sobre si otros países de la región han recibido o recibirán presos de este cuestionado centro carcelario, situado en una base naval bajo administración estadounidense, que Washington alquila a Cuba desde 1903, respondió que “hay varios” pero que no dirá cuáles. “Los que yo sé me los guardo, no lo voy a decir porque no le voy a complicar a la gente que está viviendo ahí”, sostuvo. El mandatario, que había indicado en marzo que pasaría factura a Estados Unidos por recibir a los detenidos, explicó el martes que “la factura es quedar en una posición ventajosa”. “En el sentido de pretender de Estados Unidos un apoyo en el desarrollo científico y técnico que creo es lo más valioso desde el punto de vista estratégico. Y lograr un cierto margen de apertura [comercial] para algunas cosas que son importantes”, sostuvo este exguerrillero de 79 años, segundo presidente de izquierda en la historia del país y que fuera recibido en mayo de este año con su par estadounidense Barack Obama en la Casa Blanca. Mujica consideró que “era un deber” decirle que sí al pedido estadounidense de recibir detenidos. “Porque me pasé toda la vida dándole en contra [a la cárcel] y cuando aparece un presidente que quiere hacer algo positivo ¿qué voy a hacer?, se preguntó. Un número significativo de transferencias de detenidos en Guantánamo se encuentra en preparación, dijo en junio un alto responsable del gobierno estadounidense, anunciando un “progreso sustancial este año” como para poder lograr el cierre de esa prisión. Aún restan 149 presos en Guantánamo, una cárcel que Obama se comprometió a cerrar cuando era candidato a la Casa Blanca. De esos 149, ya se aprobó la liberación de 78 de ellos sin cargos. Washington está intentando encontrar países que los reciban, ya que muchos no pueden ser enviados a sus hogares por temores sobre la seguridad estadounidense o porque allí serían perseguidos.
10 de julio de 2014 • 14:11
Exclusiva AFP - “Lucía fue un hallazgo”, dice el presidente Mujica sobre su pasado Siguiendo un camino polvoriento, se llega a una finca simple y pequeña a las afueras de Montevideo, donde viven el presidente uruguayo José Mujica y su mujer, la también exguerrillera Lucía Topolansky, con Manuela, la ya famosa perra de tres patas. “Lucía me ha hecho la vida posible”, dice el mandatario. “¿Se arrepiente de no haber tenido hijos?”, le preguntamos. “Sí, lamento. Me dediqué a cambiar el mundo y (...) se me fue el tiempo”, responde el presidente de 79 años, quien se encuentra ya casi al final de su mandato (2010-2015) en el que alcanzó una popularidad inusitada, similar a la de una estrella planetaria. En una sala minúscula, con pocos adornos -todos regalos, dice él- hay una foto en blanco y negro de una mujer joven con vestido. “Es Lucía”, aclara el presidente y sonríe. - ¿Cómo es la vida en común de dos políticos, ambos del gobernante Frente Amplio (FA, izquierda), que se iniciaron en la lucha armada y terminaron presos? “Es una dulce costumbre. Hablamos de política, de otras cosas, miramos fútbol, somos compañeros, somos amigos”, cuenta este hombre que ha repetido en múltiples ocasiones que la “única adicción válida es el amor”. Admite que a veces puede ser complicado: “Se producen muchos cortocircuitos cuando no estás sintonizado en los mismos temas”. Pero aclara: “Nosotros somos viejos militantes y estamos adaptados”. publicidad Aunque sólo llevan más de cinco años casados, empezaron a salir poco antes de que él cayera preso por segunda vez en 1972. Mujica no volvió a ver la luz hasta 1985. Pocas horas después estaba militando de nuevo y se reencontraba con Lucía Topolansky. “Sí. Creo que sí. Y encajamos, pero ella es mucho más ordenada, (tiene) más cultura del hogar que yo. Tiene una arquitecta frustrada, vive siempre organizando cositas. Me ha hecho la vida posible”, afirma. Este presidente singular nació en un barrio obrero de la capital de Uruguay. A los siete años perdió a su padre, fue el comandante Facundo durante sus años de guerrillero en el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, estuvo dos veces preso y tiene seis heridas de bala en su cuerpo.
“Lucía vive tapando los agujeros, organizando. De vez en cuando se hace tiempo para cocinar una pizzita, hay una cara femenina del acontecer que si no existe estamos perdidos”, refiere. No cabe duda que Lucía es la que ordena y limpia su pequeña casa -no tiene más que unos 45 m2- con un techo de zinc verde en el Rincón del Cerro. Se niega a tener empleados. “Si me pongo en presidente, tengo que tener tres o cuatro sirvientas que me atiendan. No me puedo levantar de noche en calzoncillos para ir al baño, porque todo es complicado”. A lo lejos resuena una lavarropa y, en la sala, la leña tragada por el fuego. “No somos iguales, somos complementarios”. “Hay una visión femenina y una visión masculina, y la más difícil de sustituir es la femenina. He visto mujeres solas que viven decentemente. Hombres solos que viven decentemente es prácticamente imposible”, agrega. El mandatario ha reconocido que su madre, Lucy Cordano, fue una especie de mentora política. Según el libro “Comandante Facundo”, de Walter Pernas, ella siempre supo que su hijo iba a ser presidente. “Mi padre se murió a los siete años, y soy hijo de una doña muy dura, muy fuerte”, narra. “Tal vez haya quedado medio traumatizado con la figura femenina. Figura femenina que agarraba una bolsa de 50 kilos de portland (cemento) y se la ponía abajo del brazo”, bromea. ¿Es Lucía así de fuerte?, le preguntamos. “No, Lucía es delicada, es otra cosa”, responde y se queda pensando. “Fue un hallazgo que en una etapa de la vida nos encontráramos”, insiste.
10 de julio de 2014 • 12:04
Exclusiva AFP - Florista, exguerrillero y presidente: Mujica, testimonio de una “vida extraordinaria” Fue florista, guerrillero, estuvo preso más de 13 años y ahora con casi 80 José Mujica es el presidente de Uruguay. Pero fue por impulsar leyes como la regulación de la marihuana, el matrimonio igualitario y la despenalización del aborto que alcanzó fama mundial. “Creo que nosotros fuimos sensibles a una manera de pensar que tiene el mundo nuevo, los jóvenes”, dice en una entrevista exclusiva con la AFP en su chacra en Rincón del Cerro, en las afueras de Montevideo, pocos meses antes de que acabe su gobierno. “Mi generación cuando iba a los bailes íbamos de traje azul o negro, zapatos de charol en punta, y de corbata, si no no te dejaban entrar. A las nuevas generaciones ni se les ocurre. A los políticos les cuesta registrar esos cambios tácitos que se van dando sin que nadie se los proponga”. Mujica ha conquistado al mundo con un discurso llano y una vida simple, despojada. La legalización de la marihuana lo catapultó a él y a su pequeño país de tres millones de habitantes a la fama. Durante su mandato, aceptó además acoger en Uruguay como “hombres libres” a seis presos de la cárcel de Guantánamo y decidió darle refugio a 120 sirios, más de la mitad niños que escapan de la guerra civil. Este presidente inusual sabe -sin duda alguna- que ha tenido una vida extraordinaria y siente hoy que tiene un mensaje que transmitir. “Soy desagradecido, tendría que creer en Dios. Porque he pasado tantas luces y sombras y estoy al borde de los 80 años”, apunta. “Yo nunca me arrepiento de lo que he vivido. Porque si no hubiera vivido eso no hubiera aprendido tanto. Y en la vida se aprende mucho más del dolor y las derrotas que de la bonanza”. De joven vendía flores en los barrios de clase media alta de Pocitos y Punta Carretas y más tarde en el más humilde de El Cerro, donde conquistaba a las viejitas que homenajeaban a sus muertos. Fue militante primero del Partido Nacional (centro) y luego pasó a ser guerrillero, uno de los más activos del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaro. - ¿Qué evaluación hace de la lucha armada de los años 60 y 70 ahora como presidente? “La guerra es un recurso bárbaro, prehistórico. Porque cualquiera sea la causa de la guerra siempre el costo peor lo pagan los más débiles y los que tienen menos responsabilidad en las cuestiones de la guerra”.
Pasa de un tema a otro, dispara reflexiones sin prisa ni pausa. Por su lucha armada, durante la dictadura (1973-85) Mujica pasó años aislado en una celda -sin mas compañía que roedores y una rana-, y sufrió todo tipo de torturas y vejaciones. - ¿Cómo se hace para sobrellevar tanto sufrimiento? “Hay que ser primitivo, en el sentido inteligente del término. El hombre es un animal muy fuerte. Yo me inventé mil cosas para tratar de subsistir. Lo peor fueron los nueve años de soledad, de los cuales estuve siete en que no me dejaban leer”. “Tuve que inventar una serie de disciplinas: me levantaba, caminaba, no sé cuántos kilómetros hacía para cansarme. Después dedicaba unas horas a imaginar herramientas que construía en mi cabeza”. “Tuve momentos muy malos, me estaba trolando (volviendo loco) un poco y ahí un psiquiatra me trató. No me sirvió para nada, pero me autorizaron a leer libros de ciencia y a escribir. Y empecé a repasar química, física, biología, y a escribir. Y me salvé”. “Quizás en el fondo soy un hombre de fe. Nunca dudé de que cuando saliera iba a seguir militando, nunca, en ningún momento, tuve duda de que iba a salir”. Mujica se ha hecho famoso además por su prédica contra el consumismo en la cumbre la Tierra en Río de Janeiro (2012) y en la Asamblea General de la ONU (2013). “Porque pega en el clavo. Yo no descubrí nada, esto es de una evidencia que rompe los ojos. Pero hay una impotencia de los países centrales que viven pensando en los intereses del estado nacional, de quién va a ganar las elecciones que vienen”. Madruga y se queda en la chacra hasta media mañana, cuando sale hacia su oficina en la céntrica Plaza de Independencia. Generalmente, vuelve tarde en la noche a su casa. “Yo no hago una apología de la pobreza ni de que el mundo tiene que volver a la época de las cavernas. Estoy contra la frivolidad y contra la tontería, eso es otra cosa. Porque no hay cosa más valiosa que la libertad”. “En cada esquina de la historia humana hay que intentar aprender algo y transmitírselo a los que van a venir”. “Vale la pena vivir con intensidad, y te podés caer una, dos, tres, veinte veces, pero recuerda que te podés levantar y volver a empezar. (...) Derrotados son los que dejan de luchar, muertos son los que no luchan por vivir”. - ¿Qué papel cree que va a tener después? “El de todos los viejos. Dar consejos que nadie les da pelota” (importancia).
Mujica: el premio Nobel de la Paz “se lo van a dar al Papa” MONTEVIDEO - AFP- El presidente uruguayo José Mujica, postulado por legisladores y al menos una ONG holandesa al Nobel de la Paz 2014, dijo el miércoles a la AFP que el premio “se lo va a llevar el Papa” Francisco.
“El premio Nobel se lo va a llevar el Papa”, aseguró Mujica en entrevista con la AFP. “Y a mí no se me sube el berretín (deseo vehemente) por el premio Nobel, para lo único que serviría es para un montón de guita (dinero, ndlr) que se lo doy hasta el ultimo vintén al (plan) Juntos”, un programa promovido por el mandatario, al que dona cerca del 80% de su salario, para la construcción de viviendas para personas de bajos recursos. En febrero, los diputados de la coalición de izquierda gobernante en Uruguay, el Frente Amplio, postularon a Mujica al Nobel calificándolo de “ejemplo de vida” por sus prioridades como mandatario y su austeridad. La iniciativa se sumó a la postulación de una ONG de Holanda, Drugs Peace Institute, que busca que se premie a Mujica por impulsar en su país la legalización de la marihuana, y a un planteo de un grupo de profesores alemanes, que pidieron el Nobel para el exguerrillero por su aporte en materia de derechos humanos. Otras iniciativas promovidas por el mandatario, como aceptar recibir presos de la cárcel de Guantánamo y a niños refugiados sirios, han sido cuestionadas por la oposición política uruguaya, que lo acusan de estar trabajando para ganar el Nobel. “Siempre van a decir cosas. Lo de Guantánamo a mí me pareció que era un deber, porque me pasé toda la vida dándole en contra (a la cárcel), y cuando aparece un presidente que quiere hacer algo positivo ¿qué voy a hacer?”, señaló. En la misma línea defendió su plan de que llegue al país, a partir de setiembre, un centenar de refugiados sirios. Pienso que los pobres de África no son de África, son de la humanidad, y los gurises (niños, ndlr) que están desparramados por ahí también. El mundo rico, así como las clases más acomodadas, pasan al lado del dolor y no lo quieren ver. Los perros de Europa y Estados Unidos comen mejor que muchísimos africanos. Yo creo que los pobres del mundo son del mundo entero, frente a esos problemas tenemos responsabilidad entera”, cuestionó.
“Uruguay no va a resolver (el problema), pero lo que queremos decir al resto de los países de América es ‘vamos a hacernos cargo de algo de eso’. Me dicen: ¿por qué no te encargás de los niños pobres de Uruguay? Lo que se hace por los niños de Uruguay tal vez no será suficiente pero no están en el medio de una guerra. Nos salta el piojo egoísta de adentro”, enfatizó este exguerrillero de 79 años.
Dijo el presidente uruguayo en entrevista a AFP
Mujica: Fidel Castro es un “viejito” que sigue siendo “brillante” 9 julio 2014 |
Fidel “está actualizado del mundo entero, le leen de mañana y de noche un boletín de las noticias fundamentales de lo que pasa en el mundo, tiene un conocimiento y percepción global del mundo que asusta”, aseguró
El líder cubano Fidel Castro es “un viejito al que se le cayeron los años encima” pero que sigue estando mentalmente “brillante”, dijo el miércoles el presidente uruguayo José Mujica en entrevista con la AFP. “Los años no pasan en vano para nadie, (y Castro) era un hombre grandote cuando yo lo conocí de joven, medio gigantesco, parecía una pared”, evocó “Pepe” Mujica, un exguerrillero de 79 años que defendió en la década del 60 y 70 la lucha armada. “Ahora es un viejito al que se le cayeron los años encima. Sigue estando brillante de acá”, dice, señalando su cabeza. “No es un anciano lelo (tonto), de ninguna manera. Tiene la ancianidad en el cuerpo pero tiene eso que no es general entre los hombres y que han tenido algunos viejos en la historia humana. No conocí a Churchill pero me imagino que a los 90 años sería un viejo que estaría decrépito y todo pero por lo que he podido leer estaba brillante. Otros no tienen la suerte de tener eso”, comentó.
Como presidente, Mujica visitó a Castro en Cuba en julio de 2013 y en enero de 2014, en encuentros que calificó entonces de “emotivos”. Fidel “está actualizado del mundo entero, le leen de mañana y de noche un boletín de las noticias fundamentales de lo que pasa en el mundo, tiene un conocimiento y percepción global del mundo que asusta”, aseguró. Mujica señaló este miércoles que durante su encuentro en mayo de este año con el mandatario estadounidense Barack Obama, éste le planteó “el deseo manifiesto de tratar de mejorar la relación con Cuba”. “Me transmitió la preocupación por alguien que está preso en Cuba, de origen norteamericano”, dijo además Mujica, en referencia al estadounidense Alan Gross, condenado por espionaje en La Habana.
09 de julio de 2014 • 17:21
Exclusiva AFP - Mujica: Distribución legal de marihuana en Uruguay se retrasa a 2015 La distribución de marihuana en farmacias, legalizada en diciembre de 2013 en Uruguay y prevista para arrancar a fines de este año, se retrasará hasta 2015 porque implementarla “tiene dificultades prácticas”, dijo el miércoles el presidente José Mujica en entrevista con la AFP. La venta directa a los consumidores “se va a ir al año que viene, tiene dificultades prácticas”, indicó el mandatario, que dejará el poder el 1 de marzo de 2015, tras la elección presidencial prevista para octubre de este año. Mujica admitió que el hecho de que la implementación de la venta controlada de cannabis comience poco antes o junto con el cambio de gobierno es una dificultad. “Pero si lo queremos apurar y lo hacemos mal hacemos un frangollo (un lío). Para nosotros no es quitarnos la responsabilidad y que el mercado arregle. El mercado, si lo dejamos, va a tratar de vender la mayor cantidad posible” de cannabis, refirió. Por eso es inevitable llevar adelante el proceso lentamente “si se quiere hacer las cosas bien”, añadió. Mujica, un exguerrillero de 79 años, ha conquistado al mundo con un discurso llano, una vida austera y un fuerte cuestionamiento al consumismo, pero fue la promoción de la legalización de la marihuana lo que catapultó en los últimos años su popularidad internacional. La ley que reguló el mercado de la marihuana en Uruguay dejó en manos del Estado la tarea de controlar todos los eslabones de la cadena, desde la importación de las semillas hasta la venta de la sustancia en farmacias. Solo mayores de 18 años inscritos en un registro y residentes en el país podrán comprar hasta 10 gramos semanales de cannabis (con un tope de 40 mensuales) y a un precio de entre 20 y 22 pesos por gramo (unos 0,9 dólares). “Creo que hay que hacer un ensayo muy metódico, por eso estamos demorando. Hay mucha cosa que solucionar, desde tener un software que funcione y que dé respuesta tecnológica a lo que uno precisa”, explicó. “Y hay otra presión, en Estados Unidos se está liberalizando la droga, por más vuelta que le den. Ellos la están liberalizando con un grado de irresponsabilidad que asusta”, añadió el presidente en referencia a la cantidad de estados estadounidenses donde se autoriza el uso de marihuana con fines terapéuticos. Para Mujica, el principal impulsor de la inédita norma, “hay mucha novelería” en la polémica e interés mundial que ésta ha generado.
“Lo que nos planteamos no es un fomento del consumo. Hay gente que considera que uno tiene la libertad de ‘darse la papa’ (drogarse) y quedar con los ojos extraviados, eso no tiene nada de moderno, eso existió siempre y es un peligro de la tontería humana”, sostuvo. “Pero si lo mantengo como un misterio es el mejor anzuelo para atrapar a los jóvenes cuando están saliendo del cascarón (...) porque todo lo prohibido atrae”, afirmó. El mandatario destacó que si el proyecto, que él mismo ha calificado de experimento, fracasa, “hay que ponerle marcha atrás rigurosa, como en cualquier orden de la vida, no hay que ser fanático”. El gobierno tiene previsto lanzar este mes el llamado a plantar unas cinco hectáreas de marihuana legal, la mitad de la demanda estimada, en la primera etapa de implementación de la ley. Según los cálculos oficiales, se necesitaría entre 18 y 22 toneladas anuales para abastecer un mercado estimado en 150.000 consumidores, que deberán registrarse para acceder al cannabis mediante el cultivo en clubes, el autocultivo o la compra en farmacias, eligiendo una sola opción y con límites de cantidades.