Audición del Presidente de la República, José Mujica en M24 Es un gusto queridos oyentes poder saludarlos por este espacio amigo. A lo largo de muchos años de militancia y de preocupaciones políticas, tenemos que recordar que durante varios lustros, el motivo central de todas las preocupaciones, no la única, pero sí la que estaba presente casi en todas partes, la interrogante que ocupaba todos los espacios era la ocupación, el trabajo. Este requerimiento afloraba por todos los rincones de nuestra sociedad. Esa preocupación central ha ido quedando por el tiempo, dadas las transformaciones y el crecimiento que en términos genéricos ha tenido nuestra sociedad ¿Quiere decir que la ambición humana, el interés de progreso, está detenido? No, muy por el contrario. Hoy la preocupación central desde el punto de vista de la economía de la gente es el aumento del ingreso, mejorar, precisamente, el ingreso que recibe del trabajo porque, obviamente, la gente tiende a gastar y a consumir más, y ambiciona escalones que considera de progreso. Esto es notorio. Yo diría, ésta pasa a ser una de las preocupaciones centrales que la mayoría de nuestra gente tiende a reflejar por todas partes. Pero es bueno recordar algunas cosas que de tan sabidas frecuentemente olvidamos. En nuestro afán de progreso y de mejora, solemos poner permanentemente los deseos muy por encima de las posibilidades. El trabajo humano, obviamente, es el gran instrumento que genera valor, y es esa cualidad de generar valor que tiene el trabajo humano la que determina que pueda tener en la realidad de la sociedad una cotización que es el precio que se paga, más o menos pautado por el mercado y con la incidencia de muchas otras realidades, que se transforma en salario. De ese salario vive la inmensa mayoría de nuestra gente, por lo menos en edad activa. Si bien es cierto que ese salario encierra en forma de precio, no sólo la intensidad del trabajo, sino que encierra también la calidad, la calificación que de hecho tiene ese trabajo, en general tenemos que recordar esto: cuanto más conocimiento y destreza requiere el trabajo humano que se realiza, en términos generales como tendencia, más y más alto es el precio por la cantidad de valor que genera ese trabajo. Estos son fundamentos que en realidad deben reflejar el derrotero, el camino, el rumbo hacia donde andamos. Si aspiramos a tener una sociedad con mejores y mejores y mejores ingresos, tenemos que recorrer inapelablemente este camino tedioso, lento y acumulativo de, por un lado, generar trabajos calificados. Ya no es sólo la cuestión de tener ocupada a la gente y que la gente gane algo, sino de ir acentuando en nuestra sociedad la cantidad creciente de trabajo calificado y complejo que, obviamente, necesita trabajadores más calificados, más ricos en conocimientos, en destreza, que obviamente, como consecuencia de todo ello, van a generar más valor y como tal requieren mayor ingreso porque eso se refleja en un precio mayor de su trabajo. Pero para que este fenómeno acumulativo y como rumbo sea posible, se requiere mercado y
escala. Para que sea posible ello no sólo se requieren inversiones. Las inversiones van a sobrevenir siempre y cuando exista mercado, y siempre y cuando haya esa posibilidad de mercado. Estas son cuestiones que están en la base. Bueno, estas son las razones por las que teníamos planificado en el fondo este rumbo, este viaje a Brasil, a discutir, a intercambiar, a negociar con el Gobierno de Brasil, en primer término con su señora Presidenta ¿Y por qué Brasil? El por qué de Brasil es porque obviamente es nuestro cliente natural número uno. Basta mirar lo que vendemos y mirar lo que compramos para medir la importancia que tiene Brasil en un cúmulo enorme de cosas, porque no sólo importamos autitos de Brasil, importamos productos químicos y una enormidad de cosas que vienen de Brasil. Pero a su vez, Brasil es el principal comprador de varios de nuestros productos agropecuarios como el arroz, como los lácteos, como algunas mezclas de aceite. Es un gran comprador de productos cárnicos a pesar de ser el principal exportador de productos cárnicos del mundo. Hay un mercado para productos finos caros uruguayos en la demanda brasilera. Pero, por ejemplo, la industria del plástico es increíble lo que vende y coloca en Brasil, los envases de la bebida. No sólo son los lácteos crecientemente. Esto tiende a multiplicarse si ponemos inteligencia. Nos queremos detener en este hecho: Brasil es hoy una potencia mundial importante y lo será cada día más. Los proyectos de desarrollo que derivan de su riqueza petrolera en el mar, el conjunto de caminos de generación hidroeléctrica (represas, léase) como país que tiene la mayor cantidad de reserva de energía hidroeléctrica del mundo. Los planes de desarrollo interno conocidos como el “Plan Maior”, están señalando que Brasil tiene una frontera interior enorme, que demanda trabajo y que se lo propone llevar hacia adelante. Es para nosotros por la proximidad, un mercado cantado, pero es el lugar que abre la posibilidad de participar en la industrialización parcial de nuestro esfuerzo, para este tipo de actividades que requieran calificación, que salgan de lo tradicional, pero que exigen una escala y por lo tanto una demanda de mercado seguro para que sean posibles. Ésta es la razón por la que hemos ido a insistir en una apertura que necesitamos, pero en una apertura calificada que nos permita desarrollar actividades económicas en el Uruguay calificadas, de valor, que no sean sólo lo tradicional. No tenemos por qué renegar de lo tradicional, tenemos que deliberadamente sumar, y esa suma debe elegir ciertos capítulos por razones de escala, por la enorme asimetría que tenemos con Brasil, algunos lugares. No podemos pretender estar en el todo, ni debemos, pero necesitamos algún grado de especialidad que tenga la primera garantía del esfuerzo que es: mercado, porque es a partir de esa seguridad de mercado que podemos encontrar la forma de atraer, no sólo la inversión sino además el conocimiento básico que necesitamos para desarrollar esas actividades calificadas. Yo he comentado, porque he recibido la visita de intereses españoles, vascos particularmente, del País Vasco y de otras partes del mundo, de gente muy ligada a la industria náutica, que sabe lo que significa la columna vertebral del
Río Paraná como eje de navegación creciente y sabe la ubicación de Uruguay, ahí en la puerta de los grandes ríos y con la proximidad de los canales de navegación. Se dan cuenta que Uruguay tiene una posición muy clave desde el punto de vista geográfico para el desarrollo de estas actividades. Pero no es precisamente lo tentador el mercado interno uruguayo, por obvias dimensiones. Lo tentador es el mercado de la región, y el mercado de la región, todos sabemos que tiene eclecticismos varios por las razones que fueran. Es potencialmente enorme. Sólo Paraguay, con su sistema de navegación fluvial hacia los puertos de salida al Atlántico debe de estar manejando más de 2.000 barcazas que van y vienen, sacando los insumos y llevando los insumos para Paraguay. Eso es un esfuerzo colosal. Pero hete aquí que el “Plan Mayor” de Brasil, el desarrollo petrolero está marcando demandas y cifras de carácter fantástico, porque también supone la navegación parcial de por lo menos algunos de los grandes ríos que recorren la Amazonia como instrumento de abastecimiento, etcétera, etcétera. Es por estas razones que fuimos y tendremos que trabajar mucho, buscando acuerdos que nos permitan dar garantía a la inversión en el Uruguay de que vale la pena instalar esfuerzo en materia de actividades de categoría, y que es mucho el trabajo que tenemos por delante. Pero esto tiene una puerta de entrada y la puerta de entrada es lograr voluntad política. Esto que hemos puesto como ejemplo en un sector de la economía, para nosotros se repite en dos o tres por lo menos, importantes. Es decir, donde tenemos que encontrar una voluntad deliberada y trabajar deliberadamente. Después está el trabajo que hace espontáneamente el mercado, y que está haciendo. Ese no precisa otra cosa que le demos garantías. Por ejemplo, puedo asegurar que los productos lácteos que salen del Uruguay rumbo a Brasil tienen viento a favor. Este viaje contribuye a asegurar que las puertas van a estar abiertas, en términos generales, para ese intercambio. Esto es importante por cosas que pasan en la región, y que sencillamente, pasando, tienen que ser una preocupación del Gobierno para encausar el trabajo, no de mañana sino el trabajo que se realiza hoy. Por los planes de futuro no nos podemos olvidar de la realidad hoy. Y la realidad hoy nos obliga a tratar de ajustar un conjunto de cosas comerciales que, teniendo algunas dificultades, nuestro deber es luchar por destrabarlas. En eso andamos y encontramos recepción. Sabemos que tenemos que homologar un conjunto de certificaciones. Necesitamos que los organismos certificadores de Brasil reconozcan a los nuestros y den por válidos los certificados de organismos como el LATU de Uruguay para simplificar. Estamos en esa lucha, pero necesitamos internamente algún tipo de certificación que dé garantías por parte del Estado uruguayo, de algún tipo de exportación que hacemos que hoy no ofrece, por lo menos garantías públicas, garantías del Estado. Esto es una exigencia creciente y lo tenemos que arreglar nosotros internamente.
Como se verá hay cosas para mañana, cosas para hoy y cosas que eran para ayer. Es conocido los trabajos que se están llevando adelante por interconexión eléctrica con Brasil. No es que ahora a veces no estemos consumiendo energía de origen brasilero, es que tenemos que dar vuelta por el lado de intereses privados argentinos y nos sale caro. Tenemos que disponer de una forma directa, cosa que no teníamos, y es lo que estamos construyendo ¿Por qué? Buscando racionalizar, en todo lo posible, el costo de la energía eléctrica. Estos son parte de los acuerdos y de los trabajos que esta haciendo UTE, que pensamos se terminan a fines del 2013 para tener una interconexión que funcione de gran potencia con Brasil, para poder recibir desde el sur, si fuera necesario, participación en nuestro mercado, la afluencia cuando los costos lo determinan que son menores. La gente debe recordar que la energía eléctrica más barata es la que producen los grandes ríos, en el caso uruguayo Salto Grande. No hay fuente de energía que se pueda comparar con eso, pero sujeta al tiempo y al régimen de lluvia esa generación, la existencia de fluido eléctrico depende de la marcha del tiempo, que haya disponibilidad o no de agua en el lago. En este momento, por ejemplo, es bajísima. Salto Grande no debe estar produciendo ni el 15% de la posibilidad que tiene en los momentos de abundancia de agua. Es decir Salto Grande en este momento está produciendo poco, muy poco. Cuando vienen esos momentos hay que tener con qué sustituirlo y “el con qué sustituirlo” compone una cantidad de cosas complejas, donde sucesivamente van entrando a funcionar las fuentes generadoras de energía eléctrica en razón inversa al costo. Es decir, entran a funcionar primero las más baratas y quedan para el final las más caras. A veces en lugar de generar internamente, se busca comprar en la región si se logran precios menores a lo que significa la generación interna. En otros casos hay limitaciones desde el punto de vista técnico. Esto es una ecuación compleja viva que se mueve permanentemente. Cuanto más conectados estemos con distintas fuentes, más posibilidades tenemos de manejo y más racional y económico tiende a ser, a pesar de las grandes inversiones que hay que hacer. Esto es lo que está llevando adelante UTE, teniendo una buena conexión, construyendo una buena conexión con el sistema brasilero. Ahora bien, aparte de esto, sabido es que Uruguay está intentando desarrollar las formas alternativas, particularmente el desarrollo de energía eólica. Hay muchos trabajos en esa materia y hay una franja importante que UTE se auto reserva para hacer por sí mismo, es decir, construir parques de molinos. Se acordó la participación de una empresa estatal brasilera en ese proyecto por esta razón: portadora de tecnología y de conocimiento mutuamente pueden construir partes para ir incorporando no solo eventuales molinos de viento, sino ir incorporando al acervo de nuestro país la capacidad de hacerlo. Otra vuelta de tuerca acá de calificar el trabajo. Hasta ahora hemos estado importando los molinos. Es trabajo calificado que compramos en el exterior y traemos al Uruguay, ha empezado a resultar económico. Ahora queremos dar otro pasito, contribuir parcialmente aunque
sea, a la fabricación de elementos que componen esos molinos. Esta es la razón del acuerdo que suscribimos ayer. Es el abrir puertas a desarrollos de mercados parciales que nos permitan desarrollo tecnológico, que nos lleva de la mano a calificar mejor la mano de obra uruguaya. Naturalmente yo tengo que dejar en el tintero varios capítulos que tiene esto, los más importantes que corren en la industria de los medicamentos y muy ligados a la biotecnología. Pero nos lleva de la mano a esto, a lograr colaboración y participación en la investigación y en la formación de gente calificada en los sistemas de desarrollo del conocimiento dentro de Brasil. Tenemos la obligación de meternos en esa onda, porque es una oportunidad para calificar el esfuerzo de técnicos uruguayos, de lograr especialistas en distintos centros, cosa que obviamente necesita el crecimiento y el futuro del país. Queremos sí señalar, aunque sea a vuelo de pájaro y muy resumidamente, que tenemos en nuestra memoria la historia de la discusión del Tratado del MERCOSUR que ya lleva muchos años, y nos hemos apartado totalmente de la letra y lo hemos reducido a una visión muy fenicia de que en todo caso “te vendo esto y tu me vendes aquello” y tales y cuales mecanismos, pero que en realidad el sueño MERCOSUR en el momento fue de intento de recrear un gran espacio, no donde desaparecieran las naciones, sino con fronteras totalmente permeables al trabajo de ida y de venida. La verdadera manera de engrandecer abiertamente nuestra América Latina. Eso fue quedando por obra del tiempo como capítulo de buenas intenciones, en el mejor de los casos un sueñito acariciado del cual, como tantos otros, tenemos que olvidar. Nosotros le estamos planteando al gobierno brasilero estudiar los pro, los contra, mecanismos y transformaciones para empezar a hacer práctico eso y naturalmente esto es un sacudimiento hasta los cimientos. Partimos de la base que no se logra de un día hacia el otro, pero menos se va a lograr si no existe voluntad política y si no nos ponemos a construirlo. Y aunque no lo podamos construir totalmente, es bueno el planteamiento elemental de las cosas que tenemos que hacer como pre-supuesto en materia de transformaciones mutuas y de desafíos mutuos. La construcción de una propuesta de esta naturaleza tiene que poner los ítems, las dificultades, las consecuencias y naturalmente las que tienen a favor. Pero en un país donde todo el mundo, o mucha gente dice “hay que abrirse”, “hay que multiplicarse”, a un mundo que no se abre, porque la característica del mundo actual es que hace pactos de libre comercio o de acuerdos por aquí y por allá y eso es la negación de la apertura, eso es negociar a “a cuadritos” parciales, pero no tiene nada que ver con la apertura abierta. Se da de patadas con la realidad de una parte de las necesidades del crecimiento económico de hoy. Esto dio a la inversa. Yo sé que el modelo argentino actual no va a pesar en estas cosas, lo sé perfectamente, pero sé que nosotros tenemos la obligación de vanguardizar la puesta arriba de la mesa de este asunto. Al fin y al cabo el MERCOSUR se fundó con una puntería, la creación de un gran espacio donde la mercadería y la humanidad fluya de un lado hacia el otro y hay que trabajar para ello, incluso con capítulos, con etapas puestas en el tiempo. Probablemente vamos a pedir colaboración, tenemos que pedir
colaboración, es un deber, porque este es un problema país, no es una cuestión de este gobierno, así como fue un problema país en su momento la firma de aquel acuerdo que dio origen a este maltrecho MERCOSUR. Pero con todos sus defectos menos mal que está, porque mirando las cifras me quedo impresionado por lo que le vendemos a Brasil y por lo que le compramos a Brasil. Y esto se da casi espontáneamente ¿Qué cosas se pueden multiplicar si existe además voluntad política? Entendemos que aunque las mieles van a ser para otros, el esfuerzo hay que empezarlo a hacer hoy, y esto es parte de lo que hemos estado conversando con la señora Presidenta de Brasil, que dicho sea de paso, no solo es la Presidenta de un país enorme, es una potencia económica, es una señora Presidenta por el grado de penetración y de visión hacia el futuro que denota el más elemental de los intercambios que se puede realizar con ella.