Audición radial del Presidente de la República, José Mujica. (26.04.12) Es un gusto amigos, poder comunicarnos por este espacio, en estos días donde algunas cosas importantes suceden, y algunas cosas también dramáticas, mientras esa hermosa localidad del Uruguay, Nueva Helvecia, festeja una fecha de su historia, recordando a los viejos colonos que hicieron este Uruguay contemporáneo, que formaron parte de nuestra cultura, de nuestro ser y que trajeron atrás de la esperanza que brindaban las tierras de América, la pasión y el compromiso por el trabajo y los oficios desde el corazón de Europa, buscando una aventura de pan, y una aventura también de libertad. Nueva Helvecia debe ser conocida por el grueso del pueblo uruguayo. Es algo así como un monumento vivo al trabajo y al compromiso, alcanza con mirar sus calles. Pero como la vida humana tiene todas esas idas y venidas, al mismo tiempo en estos días definitivamente tomamos la decisión de suscribir un acuerdo largamente trabajado y anunciado sobre información tributaria con la República Argentina. Acuerdo que en líneas generales había sido discutido hace muchos meses con diversos actores de la realidad nacional, muy informados, y teniendo muy en cuenta las indicaciones de gente que entiende de estos temas, por aquí y por allá, nos planteaba tratando de preservar el interés del Uruguay; y eso, para nosotros, sin ninguna duda, está preservado en este Uruguay de hoy. Y no me voy a extender en esa fundamentación, porque ya a esta altura diversos especialistas que no son de mi cofradía política lo han afirmado rotundamente en distintos espacios y por allí está muy claro este acuerdo desde el punto de vista técnico. Creemos que eso es un tema agotado a esta altura, pero la razón de dar el paso no tiene nada que ver con una actitud con la República Argentina, tiene que ver con seguir el pedido de carácter internacional que en su momento se nos hizo, pidiéndonos que suscribiéramos acuerdos con países relevantes desde el punto de vista de la relación económica, y lo hicimos: y lo hicimos porque este país es chico, es pequeño, muy bien ubicado, tiene un enorme prestigio internacional. Un prestigio internacional que es una de sus formas de capital no medible hoy, en su seriedad, en su bonhomía, en que es un país de Derecho, en que es un país que funciona con garantías, y creemos que ese prestigio es lo distinto que tenemos para ofrecer en esta parte de América. No debe de integrar este país el “club de los llamados paraísos fiscales”. No podemos ni debemos aceptar, porque en definitiva, el nuestro es un país que vive de su trabajo, y para y con su trabajo, de cara al sol, y no utilizamos, no nos puede pasar por la cabeza, como he visto en algunas páginas mal escritas por ahí, que suscribir un acuerdo de esta naturaleza podría ser una forma de intercambio, casi de chantaje comercial, cuando la razón fundamental es cómo ubicamos al Uruguay en el panorama internacional. Rechazamos políticas de imponer chantajes a otros, porque también rechazamos los chantajes que se nos puede intentar hacer a nosotros. Hay que ser derechos porque sí, porque en definitiva, es a la larga el camino mejor para el Uruguay. Pero, además, rechazamos la forma de defensa de un país fraudulento, que tenga que ser refugio de evasores, o refugio de plata negra que dispara de por ahí, que no se sabe ni de dónde viene ni para dónde va. Ese modelo de Uruguay para