Desgrabación de audición del Presidente Mujica por M24 del 16 de febrero.

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Audición del Presidente José Mujica por M24 Es un gusto amigos podernos comunicar y volcar algunas reflexiones y alguna pequeña información que ayuden a transitar con las vicisitudes que permanentemente nos presenta la realidad. Al comenzar, nuestra solidaridad con Suárez, ese pibe maravilloso en una cancha de fútbol que tantas alegrías nos ha dado a los uruguayos. Porque antes que nada lo queremos. Porque es un pibe hijo de la pobreza, que está a leguas de haber recibido una formación académica del eventual protocolo cuasi diplomático. ¡No! Es grande en una cancha de fútbol, porque tiene el milagro maravilloso de ese arte. Y no merece la presión mediática a la que lo han sometido porque sabemos claramente que no es racista, que no lo ha sido nunca, no lo será nunca, e irá aprendiendo a los golpes modales en las relaciones de la sociedad. Pero es necesario que sienta a la distancia el humano cariño que este pequeño gran Uruguay le tiene. Por eso solidaridad con Suárez. En otro orden de cosas, hay bastante ruido y preocupación ante la inminencia de algún saldo fiscal. Hay muchos dimes y diretes de cómo lo gastamos y en qué lo gastamos, y muchas opiniones hacia un lado y hacia el otro. Me parece bien, es parte de la libertad. Pero, desde nuestro ángulo, en primer término para gasta no hay apuro. De nuestra parte pensamos que es lo primero que hay que pensar y como idea genérica, como rumbo, nos gustaría -en todo lo posible- priorizar la inversión porque allí tenemos la cuestión ferroviaria, la energética. Pero démonos tiempo para pensar, hacer comparaciones frente a los dilemas y tomar las decisiones que nos resulten más sensatas pero tratando de mirarlas, si es posible, en equipo. Pensemos en el corto plazo, pensemos en el mediano plazo. En cuanto al ruido que se ha armado por la eventual autorización ambiental para plantarse un puente muy particular en la Laguna Garzón, nos hemos visto impulsado en esta decisión ante la necesidad por un lado de contribuir a expandir la industria turística, facilitarla, por la costa de ese formidable departamento oceánico, Rocha, todavía pobre, todavía con severas contradicciones en materia laboral. Y creemos que el facilitar la comunicación no solo puede contribuir a ensanchar la franja territorial que da respuesta a la industria turística y a lo que la rodea, porque tenemos que pensar no solo en los que gozan del paisaje, que en definitiva tras ese gozo son la puerta de entrada de recursos genuinos a la economía y a la vida de la sociedad. Pero los estudios pormenorizados de la Intendencia de Rocha y de la Intendencia de Maldonado, algunos de los cuales están disponibles en la


página presidencial para que la gente los pueda cotejar, nos hablan de la importancia que tiene por un lado preservar el medio ambiente; cuidar ese maravilloso medio ambiente; pero permitir que la oferta de trabajo vaya creciendo. Porque, en definitiva, la buena comunicación no tiene que ver solo con el autito de los turistas, ya que es sabido que el tráfico pesado va a ir por otro lado, sino que tiene que ver con la liviana comunicación de los trabajadores de la construcción; de los trabajadores jardineros; de los cuidadores; de los que se encargan de todos los servicios que necesita una zona turística; de los que componen las áreas de servicio eléctrico; de los que componen los servicios de la salud; del socorro; de la vigilancia. Todo ese mundo que debe de actuar con un soporte de la actividad turística, está constituido por gente humilde que tiene que recorrer a veces distancias importantes para ir a trabajar. Porque los más frecuentes no viven en la zona turística, viven a kilómetros a retaguardia y no puede expandirse el turismo sin un soporte de servicios que lo haga viable y que lo haga posible. Pero a su vez, los estudios de las intendencias son bien claros en materia de densidad, de lo que se le puede permitir de expansión a la zona y de lo que no se le puede permitir. Atrás de conservar las características fundamentales de ese territorio que es, precisamente, el gran llamador para la actividad turística. Todo tiene límite. Pero el límite no puede ser no usar las cosas, porque a la naturaleza hay que cuidarla para que sirva al hombre y el hombre ha de servir a la naturaleza cuidándola, en una relación dialéctica. No podemos vivir de espalda al tesoro de la naturaleza. No podemos hacer cualquier cosa con ella. Pero tampoco tiene sentido un paisaje natural sin hombres, sin mujeres. Porque la primera razón de cuidar de la naturaleza es la actividad humana. El arte de conciliar estas cosas es lo que está en juego y por ello hemos tomado esta decisión que tiene que ver con el progreso de Rocha, fundamentalmente. Hay que pensar que Rocha todavía está postergada. No podemos defender un tapón que no permita la explotación de la actividad turística en la costa oceánica. Tampoco debemos transformar esa costa maravillosa en un conventillo. ¡No! Todo tiene que tener límites y todo ha de tener y debe de tener su orden y su lugar. Por eso las medidas tomadas -transformar en áreas protegidas, construir un puente que permite el pasaje liviano que encaje con el entorno, preservar lo más posible la naturaleza pero para que esté para goce del hombre y para uso del hombre, respetando sus limites- nos parece la política más adecuada. Sabemos que hay gente que piensa lo contrario, que no quiere el puente y la respetamos, y creo que en su lucha ha hecho un aporte maravilloso para el


freno que tenemos que tener en el uso racional de la naturaleza. No queremos cuando nos insultan responder con insultos. No cedemos a ningún empresario, de acá o de allá. Y no podemos acusar a aquellos que se oponen al puente de que están defendiendo los intereses inmobiliarios, esas costas tan caras donde están pidiendo 700, 800 dólares el metro cuadrado. ¡No! No queremos que lo hagan por interés material, aunque existen en todas partes los intereses materiales en una sociedad como la nuestra que se mueve con el acicate del mercado y el nervio del capitalismo y de la ganancia. Todo eso está, pero no creo que la gente que lucha contra el puente su factor central sea ese. De la misma manera esperamos que comprendan que nuestra decisión, en el acierto o en el error, no es ceder ante ningún capitalista. Porque no es precisamente nuestra preocupación. Si error cometemos, lo cometemos mirando en los miles de puestos de trabajo para la gente humilde que va de un lado al otro, porque vive de ganarse la vida vendiendo el trabajo de sus manos. Y no cabe duda que la actividad turística colabora enormemente en abrir horizontes de trabajo para la gente más humilde de nuestro país. ¡Y vaya que esa gente existe en Rocha! Naturalmente, que como ha surgido -por alguna frasecita que dijimos en algún encuentro- la necesidad de impulsar cambios que estamos estudiando en la DINAMA, y lo hacemos con un organismo técnico que tenemos al lado pero no tenemos ninguna decisión más que esta. Como en el Uruguay no pasaba casi nada, como en el Uruguay del 2005 la gran preocupación era el trabajo, y hoy estamos discutiendo habilitar a los muchachos menores de 18 años a que puedan trabajar y estamos discutiendo cómo habilitar a viejos jubilados que puedan volver a trabajar. Porque no había proyectos, porque no había casi inversiones y ahora tenemos una nube de proyectos y una nube de tentativas de inversiones, tenemos una DINAMA que la realidad le está pasando por arriba no por maldad o impotencia de la gente que trabaja allí, sino porque esto tiene una importancia desmesurada. Cuanto camino se haga necesita el estudio del medio ambiental, cuanta fabrica se vaya a poner necesita el estudio del medio ambiente, cuanta reforma en la costa se intente propiciar con proyectos que generan trabajo necesita el estudio del medio ambiente, etcétera, etcétera, etcétera. Y esto vino para continuar. El hombre debe de progresar y debe de impulsar el campo del trabajo. Pero debemos de aprender de los destrozos que en otras partes del mundo el hombre por no pensar precavidamente ha hecho. Entonces los cambios de la DINAMA no son para menos, son para más. Nuestra duda es por el momento si hacer una Agencia que tenga flexibilidad para contratar técnicos, porque a veces le aparecen desafíos puntuales que no


los puede atender y tiene que tener cierta libertad de conseguir aunque sea transitoriamente el personal idóneo que necesita. Y debe moverse a un ritmo que lo esta determinando la economía y debe tener una íntima relación con el Ministerio de Industria, con el Ministerio de Agricultura, con el Ministerio de Obras Públicas. Nuestras dudas son si hacer una Agencia, hacer un ministerio, no sé. Pero en todo caso lo estamos estudiando, no lo vamos a resolver a puertas cerrada. Seguramente que va a tener que haber decisión legislativa y en definitiva lo tenemos que construir, proyectar, con la Nación. Pero no es un descubrimiento que hemos hecho nosotros, es un dato de realidad. La DINAMA tiene encarpetado carpetas muertas, mudas, de problemas que tiene que atender y no los puede atender porque está superada. La realidad, como en el campo del trabajo, le está pasando por arriba. Pero entiéndase lo siguiente: no es maldad, no es tozudez, no es nada de eso. Es que se necesita darle las dimensiones que necesita el Uruguay de hoy. Y eso es lo que tenemos que construir pacientemente entre todos. Ya hablaremos con más profundidad de estas cuestiones. Queremos sí, porque el tiempo se nos escapa, queremos sí señalar aunque sea con dos frases que seguimos manteniendo nuestra voluntad política de acompañar el acuerdo que han hecho los partidos en cuanto a ciertas decisiones centrales a impulsar en el campo de la enseñanza. Y lo tenemos que hacer y mantener a pesar de las dificultades, de las dificultades de incomprensión que pueda haber en nuestra sociedad. Porque no nos creemos, por el hecho de ser Presidente, de ser los dueños del país. Porque nos parece que esto es una cuestión de larguísimo plazo donde va la suerte del Uruguay. Porque concordando o discrepando tenemos que tener en cuenta a la opinión de los piensan distinto a nosotros. Porque la enseñanza es una especialidad pero no es un feudo. Porque le va la suerte a la Nación. Pero vemos que este acuerdo no es para desplazar o aplastar a nadie, sino más bien para buscar colaborar todos, porque nos precisamos todos. Necesitamos, en primer término, colocar en el centro a los muchachos, a los que tienen que aprender; a los pibes y pibas de este país, deben de estar ubicados en el centro del problema. Después vienen los maestros y profesores, para servir al porvenir de estos. Y todos apoyando y discutiendo, preocupados de todo. Porque esto es una parte fundamental del Uruguay del futuro. Yo pediría menos prejuicio. Yo pediría menos teléfono descompuesto. Yo pediría el afán interminable que a pesar de las diferencias intentar caminar juntos para proyectar necesariamente este resorte tan importante para el Uruguay del futuro.


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