Palabras del Presidente de la República, José Mujica, en su audición radial por M24 correspondiente al 17 de mayo de 2013 Hoy es una especie de día admirable, porque hay que reconocer que el Uruguay tiene gente, en su sistema político, de una capacidad de penetración, de visión, que realmente sorprende. A uno lo deja alelado. Y están ahí, humildemente. Componiendo la política uruguaya. Hay un cuerpo de analistas y de políticos enormemente aventajados. ¿Por qué digo esto? Antes, mucho antes de enviar al Parlamento (y por lo tanto, de colocar en conocimiento público) un proyecto de ley que tiene que ver con los servicios de comunicación audiovisual, o la llamada ley audiovisual, mucho antes de tener el texto, de poder leerlo, surgieron notables análisis críticos de algunos analistas políticos que a uno lo dejan francamente sorprendido. Y no es el único caso. No es el único caso. Ha pasado con otros. Se reitera. Y es para quedarnos realmente impresionados por la enorme capacidad de hablar, de razonar y de fundamentar en contra de algo que no se conoce, de lo que ni siquiera se ha tenido los titulares. Este proyecto de ley sobre los servicios audiovisuales no es, ni pretende ser, un desiderátum. Es un proyecto de ley que tiene muchísimos artículos, pero que recoge las orientaciones generales que surgen de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en esta materia, recoge las iniciativas de la relatoría para la libertad de opinión y expresión de la ONU. Está a leguas de cualquier cosa que pueda parecer una “ley mordaza”, ni mucho menos. Procura establecer derechos y obligaciones, claros, precisos. Procura contemplar procedimientos transparentes y respetuosos del debido proceso. Trata de que el otorgamiento de permisos para el uso de frecuencias por un tiempo sea lo suficientemente largo, tenga plazos para que se pueda desarrollar cualquier proyecto de comunicación y para que, obviamente, se pueda recuperar la inversión y lograr, como se estila en nuestra sociedad, un margen eventual de rentabilidad. Procura que, mientras se está usando la frecuencia, no aparezcan exigencias con nuevos requerimientos que están ausentes de la ley (esto es, dar seguridad, previsibilidad). No se tomarán decisiones que afecten el ejercicio de la libertad de expresión por razones de la línea editorial o informativa que se practique. Todas, todas, cada una de estas recomendaciones están contemplados en el marco normativo general uruguayo y en el proyecto de esta ley con cerca de 170 artículos que se remite al Parlamento. Trata de garantizar la diversidad y el pluralismo en el sistema de medios. Incluye la obligación de adoptar medidas adecuadas para habilitar el acceso equitativo a medios audiovisuales y trata de limitar la formación de monopolios y oligopolios.