AUDICIÓN RADIAL DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, JOSÉ MUJICA, POR M24, DEL 22 DE FEBRERO DE 2013 Es un gusto saludarlos, amigos. A veces en la vida política, social y hasta familiar existen nubarrones y tormentas pero inequívocamente todo pasa. Lo único que permanece en el tiempo es el resultado, el fruto del trabajo y es esto lo que por encima de cualquier ruido tenemos que entender. Las responsabilidades que nos impone la vida no se pueden delegar, se asumen con entrega y este país —deberíamos entender todos— tiene hoy un formidable frente de trabajo. ¿Por qué? Porque sencillamente vamos a las cosas que realmente importan, de la vida de la gente. Ha bajado como nunca la desocupación. Ha caído la pobreza y la indigencia. Hay un masivo aumento del ingreso. Por momentos, hay un formidable aumento del consumo, hasta que nos crea problemas. Tenemos un récord histórico en inversión y éramos campeones en desinversión con Haití, hace pocos años. Y podríamos seguir poniendo la multitud de cosas que hemos alcanzado en ese frente de trabajo en estos años de lucha. Nada ha caído del cielo, nada ha sido un regalo. No nos convence ese factor de que hay que reconocer que hemos tenido buenos términos de intercambio y por momentos algunos años de viento a favor de la economía. Eso ha pasado hace rato, hace mucho rato, porque en el mundo está presente la crisis de Estados Unidos, el estancamiento y después la —todavía no resuelta— crisis europea que por sus dimensiones en un mundo, cada vez más globalizado y acotado, tiene incidencias por todas partes, también aquí. ¡Vaya que nos han creado problemas! Esas consecuencias negativas de lo que ha pasado en el mundo industrial… Sin embargo, a pesar de todo eso hemos cerrado un año en el que hemos vuelto a crecer y eso nos está indicando, porque nada es simple, que tenemos por delante nuevos problemas, desafíos, limitaciones, pero por encima de comentarios que pueden ser más o menos sanos, o más o menos enfermos, o más o menos interesados, porque “de todo hay en la viña del Señor”. Volvamos al principio, enfrentar el campo del trabajo con decisión. Por eso, nos cansamos con nuestro esqueleto por ir rápidamente a Montes del Plata, por lo que está pasando ahí. La más grande inversión del país llena de problemas, porque hay miles de personas trabajando. Pero no fue a contemplar a una cuestión poética que fuimos; fuimos a darle un abrazo a la gente de la empresa que combinó esfuerzo con los sindicatos, un esfuerzo conjunto con la ayuda de INEFOP y la UTU. Más de 300 trabajadores se calificaron en diversas especialidades reconocidas. Hoy tienen otras herramientas, son nuevos mecánicos de montaje industrial, de cañería industrial, de hidráulica industrial, etcétera. Multitud de oficios, y tienen otras herramientas para pelear por su dignidad en la vida. La cifra, la cantidad de mamelucos, una cosa que entusiasma y es además demostrativa de un camino de enseñanza y de docencia, aprender en el lugar donde se trabaja.
Tenemos que saludar a esas patronales que tienen ese grado de apertura y que comprenden que en esta hora no se puede esperar. Hay que ayudar y combinar los recursos públicos y privados para calificar a nuestra gente, porque de aquí en más el crecimiento del Uruguay depende de la calidad laboral de los propios uruguayos en gran medida. Pero hay penas por acá y por allá. Un puñado de gurises del fondo de la tabla social, de la población “Juntos”, de los barrios del norte de algunas ciudades. Botijas, muchos de los cuales jamás han visto el mar, están mirando otro mundo que no conocían, están ingresando y viviendo en una colonia de vacaciones para ver este mundillo que le abre perspectivas y los comprometer en el mundo de los oficios, desde el fondo de la sociedad donde les tocó nacer y desde donde tienen que juntar fuerzas porque la pobre fecundidad del Uruguay tiene un único paréntesis promisorio allí, en los barrios pobres. En el resto de los estamentos sociales estamos estancados, a punto de que no cubrimos sencillamente la tasa inevitable que impone la deposición de la vida. Solo allí en esos barrios pobres, por eso hay que esforzarse para que estos muchachos, que cada vez van a tener más gravitación en términos promedio en el futuro del país, puedan precisamente escapar de las consecuencias de la pobreza dura, de la pobreza fuerte y se incorporen a la marcha global de la sociedad. Estos son esfuerzos que no lucen, es como otras cosas que pasan en el país y tampoco lucen. Por todas partes la gente cuando anda en sus autitos por el Uruguay podrá ver los formidables rollos que hay por acá y por allá. Hay más de 2000 trabajadores divididos en cerca de 30 empresas enterrando la fibra por todo el país. Solo el presupuesto de este año alcanza cerca de 250 millones de dólares; 250 millones de dólares en gran medida enterrados casi para que no se vean. Pero hoy existen ya 65 mil hogares con la conexión casi en la puerta y el objetivo es que esto crezca mucho y que al llegar al 2015 no queden prácticamente hogares, en el Uruguay, sin que tengan esta conexión portentosa, que yo diría que es un signo de los tiempos que van a venir. ¿Y quién paga? Esto no lo paga Creditel, paga Antel, paga nada más ni nada menos que Antel. Está acumulando esa riqueza enterrada, generando esos puestos de trabajo y muchos más a retaguardia, con recursos propios que salieron de nosotros mismos, recursos propios que hubieran ido a parar a las arcas de alguna transnacional de carácter gigantesco y que se habrían ido del país, obviamente. Eso habría pasado si se hubiera logrado, en la década del 90, lo que se propusieron venderla, pero no pudieron. El gobierno del Partido Nacional de la época no pudo porque en este país raro existe un instrumento que se llama 'plebiscito' y, reconociendo todas nuestras debilidades y defectos el pueblo uruguayo, en definitiva dijo no. Hoy el resultado está a la vista. No se trata de que Antel sea un poema, sea perfecta y no tenga desafíos por delante, no. Antel expresa lo que somos como nación y tiene inequívocamente las limitaciones que llevamos en la maleta, pero cumple un rol de carácter
formidable y por suerte no cometimos el error de enajenarlo como le ha pasado a otros pueblos, por ahí. Entonces, tenemos esta herramienta formidable que está construyendo base material para ensanchar la democracia, porque la democracia no es una cuestión de papel, la democracia está sometida a la evolución histórica y como tal, necesidades de lujo que aparecen en un horizonte ,en el correr del tiempo, se transforman en necesidades humanas de toda la población, y la comunicación digital es un signo del porvenir, de un porvenir en el que algunos viejos como yo no van a estar, pero inequívocamente el mundo camina para ahí. Estas cosas son el complemento del Ceibal, son precisamente eso, tener una nación que masivamente tenga los instrumentos y los oficios que supone el desarrollo de la inteligencia digital. Pero Antel, además, nos va a otorgar un conjunto de profesores que sin dejar de trabajar en Antel van a arrimar su granito de arena en la capacitación de la nueva Universidad que se va a crear y sabemos que el resto de las empresas públicas van a hacer un paréntesis con lo más graneado de sus profesionales formados para dar una mano en este empuje de la nueva Universidad Tecnológica que se instala en el interior del país. Hay mucho que hacer, ese mucho que hacer indica que no hay tiempo ni circunstancias, ni penurias, ni angustias que justifiquen el bajar los brazos. Hay cosas portentosas, resolver lo más rápido que podamos los permisos de medio ambiente porque hay que hacer las cosas y cuidar el medio ambiente, porque hay que iniciar las obras de la regasificadora. ¿Por qué? Porque solo por la vía de importar gas a buen precio bajamos el costo de la energía y con ello hacemos posible el desarrollo de algunas industrias que están esperando, que están en la gatera, como la industria del arrabio que puede ser formidable y que significa, desde luego, tecnología, trabajo, buenos salarios y mejora en alguno de los rincones de este país. El propio puerto de aguas profundas y el mineroducto necesitan definición. La prospección del mar. ¿Saben los uruguayos que hay cuatro barcos que están operando, buscando, graficando lo que es la geología del fondo del mar? Porque, en síntesis, estamos buscando como nunca se hizo en la historia del Uruguay. Y todos hemos envejecido sintiendo que el Uruguay tiene petróleo, y esto y lo otro, pero nunca hemos hecho un esfuerzo portentoso como se está haciendo hoy. No se puede encontrar si no se busca. Precisamente, hay signos muy positivos que indican que existe gas y existe petróleo. Pero hay que definirlo si esa existencia es económicamente viable o no viable, y en eso está empeñado el Uruguay, y es una inversión gigantesca esta investigación. Inversión de riesgo, sí, inversión de riesgo, por eso hemos tenido que entrelazar relaciones con grandes empresas internacionales que operan no desinteresadamente en estos frentes, pero no podíamos resolver esto ni con recursos ni con capacidad nacional que no tenemos. Más bien lo contrario, tenemos que aprovechar este desafío para formar uruguayos en la cuestión petrolera y lo estamos haciendo y se está haciendo. Es parte del presupuesto de esta investigación.
Nada de esto nos va a dar resultado en el corto plazo y a este Gobierno, pero esto es “dejarle la cena servida” a los que van a venir, porque el pueblo uruguayo así lo merece. Hay una continuidad. Por encima de todos los días y de todos los “dimes y diretes” en el horizonte, yo quiero llamar por un segundo la atención del pueblo uruguayo. Es muy probable que tengamos la más formidable cosecha de verano de la historia del país. Nunca se sabe hasta no tener la plata en el bolsillo, porque son cuestiones que están sujetas al clima y a los vaivenes internacionales, pero todo está indicando que en materia de kilos vamos a tener un desafío logístico, camiones atestando las carreteras con todo lo que significa, a veces con colas interminables en las inmediaciones de los secadores y de las plantas de asilamiento en la boca de los puertos. Va a ser así. Los precios internacionales son alentadores y esto va a suponer una de cal y otra de arena. La positiva, obviamente, un probable ingreso que va a superar el de la temporada turística, es posible, está en el terreno de las cosas posibles, simplemente en la cosecha agrícola de este año. Sin embargo esto tiene una trampa, un chorro de dólares que entra al país y refuerza esa tendencia a la suba de nuestra moneda y a la baja del dólar, problema que nos está golpeando y golpeando, y que es una consecuencia de un mundo muy tramposo donde el mundo rico trata de remendar sus debilidades imprimiendo billetes y echándolos a circular. Estamos soportando un alud que seguramente nos obliga por todas partes y esta debe ser una de las preocupaciones centrales del ahora. Tenemos una batalla sorda de un Banco Central que pelea permanentemente por sostener un dólar pero probablemente no alcance. La discusión de estos días, por encima de los “dimes y diretes”, debe centrarse en este problema, porque este es un problema de Uruguay. Porque... ¿cuál es la contracara? La contracara es la enorme dificultad que se le crea a nuestras industrias que agregan valor particularmente y que tienden a exportar en la región, crecientes dificultades para poder vender y esto nos afecta en el campo del trabajo, por eso acá no existe nada sencillo, porque el mundo está lleno de contradicciones y lo que nos hace bien por un lado, nos crea un problema por el otro, como para andar soportando las “majadeces” humanas, cuando la nación tiene estos desafíos por delante. Hay que cerrar filas, porque el país no sabe de explicaciones, sabe de resultados. El consumo por otra parte, los buenos ingresos, hay un empuje que tiende a la inflación, estamos a leguas de aquellos niveles de inflación con los cuales convivimos en nuestra juventud, pero la tendencia está y no hay que bajar la guardia. Vamos de cabeza a una Rendición de Cuentas que probablemente no va a ser cero, pero no va a ser para tirar manteca al techo porque lo único nuevo importante que hay por delante es la UTEC, es la nueva universidad y creemos que de alguna manera están los recursos relativamente disponibles. Por lo tanto, teniendo en cuenta las presiones de nuestra economía tenemos que tener en cuenta globalmente, en primer término, el espíritu de compromiso. No hay crisis, ni noticias, ni chismes que nos puedan rendir. Cada ministerio debe funcionar y va a funcionar haciendo una pequeña cabeza colectiva que tiene que funcionar regularmente, ministro y viceministro, tal vez sumando algún miembro más en esa dirección colectiva. Los gabinetes, el
Gabinete Productivo por un lado, el Gabinete Social y el Gabinete de Seguridad, cada uno de ellos debe ser el ámbito estricto donde se colectiviza las distintas ramas del Gobierno y funcionan semanalmente. En lo económico, en lo fiscal, en lo tributario y en lo monetario, en lo arancelario y en el campo de las inversiones vamos a mantener rígidamente los fundamentos que se han estado aplicando hasta hoy y que han dado resultado. Nada de cambios espectaculares. En el gasto público la línea es obviamente sobriedad para tender a corregir los efectos del déficit fiscal y la única extra es la Universidad de la República nueva que se hace en el interior. Creemos que para ello nos da la nafta con largueza. Por eso sencillamente no nos asustan los nubarrones. Todos son nuestros compañeros y, bienvenidos, con todos vamos a trabajar y más. Pero, por encima de todo vamos a trabajar con el pueblo y por el pueblo uruguayo, como nos corresponde, y no delegamos un ápice nuestras responsabilidades y nuestros deberes hasta que en el pueblo uruguayo se dé el recambio natural que se tiene que dar, por los caminos conocidos y que tenemos institucionalmente.