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#ElEntretenimientoEstรกProhibido por @Prietasso
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TFG 2015 Alejandro Prieto Sรกnchez
INDICE
1.Descripción y motivaciones del proyecto 2.Glosario 3.Aproximaciones al concepto Cultura 3.1 Alta y Baja Cultura 3.2 Cultura de Masas y Cultura Trash 4.Sobre el gusto 5.Hacia la Alta Cultura Trash 6.Plataformas y soportes de masas para el arte 7.Referentes 8.Propuesta expositiva 8.1 Bocetos 8.2 Popuesta final 9. Conclusión 10.Bibliografía
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1. DESCRIPCIÓN Y MOTIVACIONES PROYECTO
Este trabajo, enmarcado dentro del TFG, forma parte de una investigación que llevo haciendo durante los dos últimos años, sobre la cultura.
Pero existen unos cuantos detractores del entretenimiento como forma cultural que se escudan en el mundo de la Cultura para criticar esta realidad del siglo XXI, agentes de la cultura que, como respuesta ante la velocidad y el estrés implícitos en la sociedad del show y la falta de argumentos que favorezcan el crecimiento personal, prohíben todo lo que huela a entretenimiento.
Como precedente, realicé un trabajo con el libro biográfico de Belén Esteban, escrito por Boris Izaguirre, “Ambiciosas Reflexiones”. En la pieza, que resultaba una clara sátira, trataba al libro como un objeto de arte único, permitiéndome así hacer una burla al mundo del show Mass Media y a la propia manera que tiene la Institución de aceptar algo como arte (urna, peana, contexto, etc.).
Parece ser que, efectivamente, el entretenimiento está prohibido. La propuesta expositiva constará de una instalación de diversos elementos que fingirán una exposición, en la que se verán una cantidad amplia de piezas cortas y abarcables al primer vistazo, que no requieran mucho tiempo del espectador.
Pero durante la investigación de ese trabajo, manejando datos de compra, audiencias, etc. me di cuenta de que ese mundo, al que acostumbramos a llamar despectivamente Baja Cultura (o directamente incultura), es mayoritario y, además, forma parte real de la sociedad y su manera de construir la realidad cotidiana.
Esto supondrá una actualización del lenguaje artístico visual, basándonos en la nueva manera de hacer, ver y sentir que la cultura de masas y el fenómeno Internet han creado, reclamando esta idiosincrasia propia de la Cultura de Masas o de la Cultura Trash como Cultura (a secas), verdaderamente representativa del momento y la población general.
Por ello, inmediatamente, fui a valorar la idea de “cultura” y “persona culta”. Lo primero que observé es que la verdadera cultura, si atendemos a su definición, era el libro de Belén Esteban, Facebook, Mujeres y Hombres y Viceversa, etc. Todo de lo que me había reído, considerándome culto y, de alguna manera, superior.
Habrá diferentes piezas audiovisuales y físicas. Por un lado se presentarán vídeos cortos (montajes, vines) y GIFS…en dos pantallas, que harán relación con la televisión, la publicidad e Internet, las tres plataformas de comunicación preponderantes en este siglo y, a mi parecer, susceptibles de ser considerado como artístico.
Lo segundo fue que “lo culto” englobaba unas características determinadas, escogidas hace dos siglos, heredadas, y que estaba cargado de un sentido elitista de superioridad, que cegaba a los agentes que han elegido ese camino, de poder siquiera discernir los clichés que actualmente presenta el término.
Y por último habrá expuestos objetos de merchandising de museos que utilizan como motivos obras de arte para construirlos, a modo de ready made pop.
Vivimos en un mundo de entretenimiento, show y contenidos banales, intrascendentes.
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2. GLOSARIO Este trabajo va a abordar cuestiones referidas a la actualidad, el siglo XXI, la cultura que caracteriza este tiempo y su relación con el Arte. La mayor característica cultural de esta época puede ser la velocidad de evolución de los contenidos y la volatibilidad de los mismos. Por ello, ya que se van a tratar temas de actualidad y habrá constantes referencias a Internet, su fenomenología y nuevo vocabulario, se va a adjuntar un glosario con una serie de términos poco habituales y que considero necesarios de conocer para poder comprnder las piezas que se presentan en “El entretenimiento está prohibido”.
Banner: es un formato publicitario en Internet. Esta forma de publicidad por internet consiste en incluir una pieza publicitaria dentro de una página web. Prácticamente en la totalidad de los casos, su objetivo es atraer tráfico hacia el sitio web del anunciante que paga por su inclusión. Fail: del inglés “fallar”, es un género de contenido en Internet, ya sean videos o imágenes, que consiste en una situación inesperada que acaba mal (caídas, errores en algún texto, imágenes que muestran una situación sin setido…). Gameplay: Del inglés gameplay (Reproducción de juego) Videos, popularmente colgados en Youtube, en los que se observa un videojuego en sí. El que realiza el video narra, comenta, opina y muestra el contenido del juego en tiempo real. Estos videos comenzaron a hacerse virales en la comunidad gamer ya que permitían ver la jugabilidad real de un videojuego, las opciones, el desarrollo, etc. Gamer: Jugador con gran dedicación e interés por los videojuegos que destina la mayor parte de su tiempo libre a jugar, a menudo varias horas diarias. Suele optar por juegos con una mayor dificultad y/o que requieren de mucho tiempo para completar, dedicando tiempo a dominarlos y obtener las máximas puntuaciones. Además cuenta con un conocimiento amplio de videojuegos, y participa asiduamente en la cultura gamer, leyendo medios especializados, participando en comunidades de jugadores, compitiendo contra otros jugadores, etc. Like: del inglés “me gusta”. Sistema de apreciaciones en las redes sociales. Manera de resaltar un comentario, foto o cualquier tipo de publicación. Actualmente, debido a la publicidad en las redes, la adquisición de likes (como indicador de popularidad) se ha convertido en algo importante ya que puedes llegar a ganar dinero. MAI: acrónimo inventado, Mundo del Arte Institucional. Meme: idea, concepto, situación, expresión y/o pensamiento manifestado en cualquier tipo de medio virtual que se replica mediante internet de persona a persona hasta alcanzar una amplia difusión (viral). Los memes pueden propagarse mediante n hipervínculos, foros, imageboards, sitios web y cualquier otro difusor masivo como lo son hoy en día las redes sociales. El concepto de meme se ha propuesto como un posible mecanismo de evolución cultural. Las estrategias publicitarias de mercadotecnia viral se basan en la propagación de memes para promocionar un producto o concepto.
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Merchandising: Técnica comercial para establecer correcciones o nuevos desarrollos a un producto, una vez que se encuentra en el mercado, o, directamente, conjunto de productos publicitarios para promocionar un artista, un grupo, una marca, etc. Algunos artistas y muchas producciones audiovisuaes reciben una mayor cantidad de beneficios gracias al merchandising official que a la venta de las propias películas series, libros o discos. En la era de la reproductibilidad digital resulta el medio más rentable para no perder Mercado.
Pop up: Un pop-up o ventana pop-up o ventana emergente, es una ventana nueva que aparece de repente en la pantalla de tu ordenador. Los anuncios en pop-ups se utilizan mucho para hacer publicidad en la web, aunque la publicidad no es el único uso de estas ventanas pop-up, debido a la rapidez de la información y la capacidad de engaño que ofrece la red.
Random (randomness): del inglés, aleatorio, que depende del azar y cuyo final resulta inesperado. Este adjetivo es comúnmente utilizado en la Red, ya que, de alguna manera, los contenidos en Internet se van sucediendo de manera aleatoria, en un proceso randomness, a través de links y contenido relacionado o, incluso, aconsejado por parámetros propios de la plataforma, para el usuario particular. Retwitt: RT , En la red socal Twitter, dar retweet significa copiar un tweet en tu propio perfil de Twitter. Cualquier persona que vea tu perfil puede ver el tweet junto con el nombre de usuario de la persona que originalmente lo haya escrito. Además, tus seguidores pueden ver el retweet en su secuencia privada de toda la gente que siguen. Selfie: en fotografía, anglicismo, autorretrato. El selfie se ha convertido en una moda viral, ahora que todo usuario poseé una cámara en su bolsillo, de no mala calidad. Esto, unido a las redes sociales y el gusto hedonista extendido por las mismas, han supuesto una moda que, como todo lo que se vuelve patrimonio de la masa, ha sido fuertemente criticado. El selfie ha llegado a tener tanta importancia que hasta se han construído objetos especializados para ello, como el comunmente llamado “palo de selfies”. Stan Up Comedy: es un estilo de comedia donde el comediante se dirige directamente a una audiencia en vivo. A diferencia del teatro tradicional, el comediante en vivo interactúa con el público, estableciendo diferentes tipos de diálogos.
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Trending Topic: tema del momento, propio de la red social Twitter, es una de las palabras o frases más repetidas en un momento concreto en Twitter. Esto se realiza a través de los hagstags (almohadilla #). Los diez más relevantes se muestran en la página de inicio, pudiendo el usuario escoger el ámbito geográfico que prefiera, mundial o localizado, o personalizadas, en función además de a quién sigue el propio usuario. La gran repercursión que están teniendo en la prensa ha provocado que esta expresión sea utilizada también para denominar un tema de gran interés, esté o no siendo comentado en la red social. Viral: contenido en internet de amplia difusión, mayormente de contenido humorístico/satírico. El formato predilecto de lo viral es el meme o el video corto. Debido a la proliferación de móviles con cámara, muchos aficionados graban estas escenas y las cuelgan en portales como YouTube. Dada la disponibilidad de programas de edición de videos es posible mejorar y distribuir grabaciones por correo, o en redes sociales, o por mensajería instantánea, como Whatsapp, entre teléfonos. Estos videos no son comerciales y la única intención de quienes los publican es compartirlos, por ejemplo, con familiares y amigos. Youtuber: Del inglés YouTube(r), persona que publica vídeos de creación propia mediante el servicio de videos online YouTube. Dentro del mundo de los videojuegos, el Youtuber es un jugador que publica todo tipo de vídeos relacionados con videojuegos en YouTube. Generalmente se trata de partidas completas a videojuegos que a menudo el propio autor comenta mientras juega (gameplays), aunque también pueden ser análisis de videojuegos, comentarios de eventos o presentaciones, etc. La popularidad de este nuevo tipo de personaje hace que algunos puedan ganarse a vida a través de la publicidad en sus respectivos canales de Youtube, ya que suponen un canal de visionado que, en algunos casos concretos, superan el de la televisión, con más de 2000 visitas diarias. Quizás el éxito de sus actuaciones se deba a la cercanía en tono y temas con el mayoritario público joven y adolescente. Algunos de los youtubers más famosos en el ámbito español son ElRubius, Mangel, Sr.Cheeto, Willyrex y Vegeta77, contando el primero con más de once millones de suscriptores (personas adscritas a su canal) y por tanto, con una enorme capacidad mediática.
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3. APROXIMACIONES AL CONCEPTO DE CULTURA
El término “cultura” sufre del mismo mal que su cercano compañero el término “arte”, es decir, nadie se pone de acuerdo en su definición, y sin embargo no deja de ser utilizado con asiduidad. Lo cual me resulta curioso, puesto que según la constitución tenemos derecho a la cultura, es decir, que tenemos un derecho aplicado a algo que no sabemos qué es. Según el diccionario de la RAE, que actúa como una especie de semiótico marco legal, cultura es:
Desde un punto de vista antropológico, la cultura es un “sistema de valores que una sociedad construye, en un contexto determinado”. “Sistema de valores que una sociedad construye, en un contexto determinado”.
Una definición amplia que anula las restricciones que la RAE parece asegurar.
“Conjunto de conocimientos, ideas, tradiciones y costumbres que caracterizan a un pueblo, a una clase social, a una época, etc”.
Muchos filósofos y teóricos, así como agentes culturales, dan sus propias definicines a la cultura, entregándonos una multitud de ellas para poder elegir. Particularmente quiero dar importancia a dos definiciones que, por afinidad e importancia de las ideas que mantienen, dejarán clara la base desde la que parto para continuar el trabajo. La primera del filósofo español, autor principal del sistema filosófico conocido como materialismo filosófico, Gustavo Bueno; y la segunda, que hace referencia el primer extracto, del escritor, crítico de cine y guionista Pepe Colubi.
así como “Conjunto de conocimientos e ideas no especializados adquiridos gracias al desarrollo de las facultades intelectuales, mediante la lectura, el estudio y el trabajo”
Interesante que la cultura sólo pueda adquirirse por contexto tradicional o mediante facultades intelectuales concretas, como el trabajo, la lectura o el estudio.
“En las sociedades europeas actuales, la cultura tiene un funcionamiento idéntico al que tenía la Gracia en el siglo XVII. Ese reino de la Gracia (o de la Cultura) sería el que uniría por encima de diferencias o conflictos, en un sentido trascendente. (…) En tanto que generadoras de «cultura», esas entidades nacionales pasaban a presentarse como las herederas de la función social de la Gracia Divina. Y ello, por supuesto, al servicio de la dominación de una minoría gobernante cuyo poder quedaba así legitimado.” Gustavo Bueno, El mito de la cultura, 1997
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“Cultura es curiosidad, a partir de ahí cualquier hecho es objetivamente culturizable, me da igual que sea la filatelia, la historia de los godos o Star Wars. (En referencia a “El mito de la cultura” de Gustavo Bueno) “Mito” lleva las mismas letras que “timo”, por lo que todo es culturizable (…)” Pepe Colubi, 2014
“Hay muchos intelectuales que ponen el mundo en tela de juicio, pero son muy pocos los que ponen en tela de juicio el mundo intelectual” Pierre Bourdieu
3.1 ALTA Y BAJA CULTURA
Conceptos anticuados o no, dentro de la amalgama indefinible del concepto cultura podemos encontrar a priori unas clarísimas diferenciaciones entre la alta cultura (aceptada, legitimada, con derecho a entrar en las enciclopedias y diccionarios) y la baja cultura (donde entran la cultura popular, la cultura de masas y la siempre moldeable contracultura).
sometida a un grado alto de exigencia para poder ser juzgada como cultura o no; jerarquizadora, ya que un determinado capital cultural sirve para legitimar y reforzar la situación social de determinadas elites sociales; y, por último, podemos decir que es carismática, ya que cuenta con una capacidad excepcional otorgada al creador y a todas las obras fruto de su trabajo, que hace que las piezas se consideren, inmediatamente, como culturales.
Tradicionalmente, desde que se instaura en Occidente la Modernidad, “el hombre elevado debía ser culto”, ya que era ello lo que le diferenciaría de los animales y las sociedades salvajes, es decir, el hombre ilustrado lo era sólo si quedaba impregnado de lo que las instituciones ilustradas permitían considerar como cultura.
La comúnmente llamada música clásica, la pintura, la literatura…en su apreciación y, preferiblemente, participación, se encuentra el camino a ser considerado “culto”, a ser sublimado como “hombre”. Por oposición, la Baja Cultura es aquella “no oficial”, en la que la motivación de las obras es la diversión/entretenimiento, conectando con el modo de vida general. No existe elevación espiritual, muy al contrario, el consumidor (y el creador) de contenido susceptible a entrar en la baja cultura está condenado. Podemos definirla diciendo que el sujeto de la Baja Cultura es el pueblo (heterogéneo), está sujeta a cambios e innovaciones y pertenece al espacio público (recordemos que los Mass Media así se consideran).
Pero resultaba innegable que, aparte de estas competencias de la institución cultural, existían otras manifestaciones culturales que no cuadraban con el ideal moderno: el modus vivendi del pueblo que no podía permitirse, por motivos dispares, acceder a la cultura de la institución. De esta manera, la Alta Cultura es la que te conduce, por vía directa a la realización como persona, como hombre (en el sentido ilustrado del término).
¿Qué es lo que convierte entonces a una obra en Alta o Baja cultura, si depende de una serie de instituciones que se remontan a la Ilustración y al desarrollo de la Modernidad?
Equiparada a las actividades más nobles y distinguidas, resulta una actividad restrictiva, basada en el cultivo de cualidades nobles y de carácter espiritual; canónica, ya que es
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La respuesta es sencilla: el formato. El marco. La peana. La urna. Es decir, y por poner un ejemplo sencillo, una pintura nacida de los pinceles y las inquietudes de un artista en aprendizaje será siempre mejor valorada que un buen spot publicitario que no intenta sublimar el espíritu humano, sino, más bien, todo lo contrario, por el hecho de ser una pintura.
Pero si algo hace la Alta Cultura con respecto a su hermana pequeña (ya crecidita) es tomar, absorber e incluir en su campo elementos propios de la Baja Cultura, realizando una selección excluyente y lenta. De manera que lo que fue denostado por popular pasa a ser considerado Pop en una operación de legitimación por pervivencia temporal. Es decir, la ya tan negada por los teóricos “inmutabilidad a-contextual del arte” se mantiene a efectos prácticos, enmascarada por difíciles maniobras institucionales.
Pero no culpemos de todo a la institución, ya que existe un concepto fundamental, derivado igualmente de la sociedad Moderna, y alimentado por los miembros de la alta cultura, que es clave para diferenciar qué es High y qué es Low. Esto es, la exclusividad.
La exclusividad, la supuesta trascendencia y el marco son, por tanto, los grandes diferenciadores que separan (alzan o rebajan) un objeto perteneciente a la Alta Cultura o a la Baja Cultura.
De alguna manera, en la nube de la alta cultura se teme y, por tanto, se niega, todo aquello que haya llegado a un grupo amplio y heterogéneo de públicos. Siguiendo la obsoleta estela cultural marcada por la primera modernidad, el elitismo (por entonces económico y de clases) se mantiene, transmutado a, simplemente, un elitismo de números y datos. Por ello, por ejemplo, una película de entretenimiento hollywoodiense (de masiva aceptación) no competirá jamás contra una específica película de autor independiente en su definición de culta. Esta idea de exclusivo ha sido clave de disputas entre filósofos estetas que jamás se pondrán de acuerdo y se superó, por ejemplo, en la aceptación del grabado y la reproducción gráfica como parte del High Art. Sin embargo, para que esto ocurriese, primero debía incrustarse en un marco, colgar en la pared de un museo/galería y aislar la copia agraciada del resto, en un gesto claramente excluyente. Claro que a esta idea de exclusividad se le acerca otra más complicada, la idea de “trascendencia”. El sociólogo Pierre Bourdieu la resalta en su definición de Campo Artístico. El objeto artístico es trascendente, como divino, un tratamiento compartido por su creador, el observador que la comprende e interioriza y, por supuesto, por el agente que lo haya legitimado.
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3.2 CULTURA DE MASAS Y CULTURA TRASH
Dentro de la Baja Cultura encontramos, a su vez, cuatro subcategorías: la cultura popular, la cultura de masas, la cultura trash y la contracultura.
la sociedad comercial y del espectáculo. Quizás la palabra clave de la cultura de masas sea entretenimiento y espectáculo, “quedando las relaciones humanas mediadas por imágenes y representaciones” (Guy Debord, 1967).
- La cultura popular pertenece al ámbito regional y contextual de una sociedad determinada y se desarrolla históricamente, de manera lenta y dejando el poso más poderoso de cuantos subgrupos dentro de La Cultura queramos inventarnos. Esta cultura, más unida al folk y la idiosincrasia determinada de los lugares (desde el barrio hasta el continente), supone la base de toda cultura y tiene una fuerte presencia en la Alta Cultura cuando ésta, a interés de cualquiera que forme parte del entramado de la misma, la incluye.
Podemos encontrar su origen en el siglo XV, con el invento de la imprenta y las posteriores evoluciones del concepto reproductividad en formato prensa, radio, televisión e Internet. - Cultura trash (traducido, literalmente, como basura) deriva directamente de la evolución de la cultura de masas como una vuelta de tuerca donde el entretenimiento se basa en el morbo en todas sus acepciones, que ha tomado poder hasta convertirse en un continuo de poder en la cultura de masas.
- La Contracultura es siempre minoritaria y se basa en reivindicar valores y formas opuestas a las establecidas en una determinada sociedad. Siempre necesita de algo a lo que oponerse, por lo que resulta voluble y cambiante dependiendo de la cultura imperante, necesitándola para su propia definición.
El morbo que genera, ofrece y consumimos de la cultura trash se basa en algunas de sus manifestaciones en la idea de lo prohibido. Pero me interesa especialmente el apartado en el que la cultura basura triunfa por su complicidad con el espectador, una complicidad banal y cotidiana que la Alta Cultura niega. Una complicidad basada en mostrarnos cómo somos y qué nos gusta, alejado de lo que, según la tradición Moderna imperante, se mantiene como bueno.
Pero mi interés se centra en la Cultura de Masas y la Cultura Trash. - Entendemos Cultura de Masas como aquellos rasgos culturales propia del desarrollo de la sociedad de consumo que, por sus características o formas de producción son asimiladas por una gran cantidad de públicos. Este tipo de cultura se opone de manera diametral a la cultura de élite o Alta Cultura.
Afín al imaginario popular, construye nuevos símbolos cercanos y homogeneizadores que nos eliminan la culpabilidad de insuficiencia, inmadurez y, en definitiva, frustración, que supone el ideal “culto”.
En general la Cultura de Masas se produce con fines comerciales y con un marcado y claro ánimo de lucro, por lo que necesitan de la publicidad para su supervivencia, así como de
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Lo realmente interesante de la cultura de masas y la cultura trash es que, desde la mitad del siglo XX, han moldeado la evolución social occidental y que, a estas alturas del siglo XXI, no las podemos dejar olvidadas, cuando, realmente, pertenecen a nuestra realidad y, por supuesto, son más actuales y representan mejor el siglo en el que vivimos que la Alta cultura y su lenta y endogámica evolución.
amplia y profunda, casi una falla entre placas tectónicas, pero no es más que eso, falta de comprensión entre lo antiguo y lo nuevo. Pero, ¿Por qué este interés por lo que ocurre en el ámbito de la cultura de masas? Marshall Mcluhan, filósofo canadiense centrado en estudios sobre los medios y la información, realiza un ensayo en la década de los sesenta de cómo se transforma la sociedad cuando un nuevo medio tecnológico irrumpe en ella. Su pensamiento sobre los medios de comunicación: 1. Somos lo que vemos. 2. Formamos nuestras herramientas y luego éstas nos forman.
Si bien, como ya he expuesto, culturalmente estamos anclados en los preceptos desarrollados a lo largo del siglo XX, la sociedad del siglo XXI es muy distinta a la del pasado siglo: el contexto económico ha cambiado, el contexto político se ha dado la vuelta y la aparición y aceptación del gran fenómeno de los Mass Media y más últimamente Internet, no puede pasar desapercibido. Por tanto, la nueva cultura es distinta a la que estábamos acostumbrados.
Comparaba los medios con caminos y canales, antes que con obras de valor artístico o modelos de conducta a seguir. Solemos pensar que los medios son fuentes a través de las cuales recibimos información, pero Mcluhan sostiene que los medios son como una prolongación de nuestras capacidades, son extensiones de nuestros sentidos…de esta manera Mcluhan afirma que los medios, al modificar el ambiente, cambian nuestra perspectiva, nuestra manera de percibir el mundo.
El Arte, a través de las distintas Políticas Culturales que lo manejan, como generador de Alta Cultura y por tanto partícipe activo de la actividad cultural general legitimada, debe hacerse eco de esos nuevos cambios, esa evolución vertiginosa y esa nueva manera de observar el mundo que posee el individuo del siglo XXI. Si no lo ha hecho ya, aunque se niegue a aceptarlo.
Lejos de defender el “determinismo tecnológico” (las fuerzas técnicas determinan los cambios sociales y culturales) en el que cae el filósofo y que ya ha sido tantas veces criticado, quiero hacer hincapié en la idea de que los Mass Media y todo lo que está unido a ellos forman parte intrínseca de nuestra realidad cotidiana.
La cultura del show, lo banal, lo superficial, lo vertiginoso, etc. en la que vivimos y que tanto ha sido criticada por los minoritarios colectivos más rancios, debe ser tenida muy en cuenta e introducida directamente en el serio, descarnado e importantísimo Mundo del Arte Institucional (al que llamaremos, en un acto de hermanamiento con la moda burocrática del acrónimo, el MAI). Ya que, a mi entender, lo que tenemos entre manos no es más que otra brecha gen¬eracional…una brecha
Nuestra manera de percibir el mundo. Esa es la idea clave. Todos vivimos en la era del entretenimiento y los Mass Media Trash, algunos incluso hemos nacido directamente en ella; y, aún digo más, hemos pasado ya más años en el siglo XXI que en el XX.
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El mundo del Arte, con mayúsculas, ya se ha hecho eco de esta característica cultural que rodea y modela la realidad cotidiana. El show, sin tapujos, ha llegado. Lo banal se abre camino. Veamos algunos ejemplos:
En primer lugar tenemos a Marina Abramovic, performer mundialmente conocida, aceptada de manera unánime por el MAI, activa durante más de tres décadas y que recientemente se ha descrito a sí misma como la “Abuela del arte de la performance”, nos sorprende participando en la promoción de un disco del rapero y artista (sí, artista) JayZ. En un video llamado “Picasso Baby: a performance art film”, donde, en una galería de Nueva York, un cubo blanco, el rapero versionaba la performance de Abramovic “The artist is present”, improvisando sobre una base frente a quien se le pusiera enfrente.
En segundo lugar, tenemos dos ejemplos centrados en la figura de Lady Gaga que, no contenta con trabajar siguiendo el “Método Abramóvich” (vuelve a salir al performer), trabajó mano a mano con Jeff Koons para la promoción y la portada de su disco “Artpop”, publicado en 2013.
En ambos casos los agentes del Mass Media han utilizado la unión con lo artístico para dar valor a su trabajo, como si estas relaciones aumentaran la calidad de sus productos culturales. Cuando lo cierto es que no demuestran nada más que lo considerado como artístico encaja perfectamente en el mecanismo popular y que la única diferencia poviene del cliché estabecido.
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Un último ejemplo, que no es exactamente un acercamiento del Arte al show, sino más bien una contradicción en la manera de entender un acto. En febrero de 2015 salió a subasta en la popular tienda online E-Bay unas bolsas rellenas de aire rotuladas a mano con el reclamo manuscrito “Air from Kanye show”.
La web retiró los artículos cuando se dio cuenta y en cuanto la noticia trascendió se encendieron los debates sobre el exceso, el merchandising y el fenómeno fan. A ojos de cualquiera, se estaba vendiendo aire. Es decir, nada. Sólo quiero recordar que en 1919 el artista Marcel Duchamp regaló a Walter Arensberg 50 cc de “Aire de Paris”, en una ampolla de farmacia (preciosa ante nuestros ojos, pero probablemente vulgar y común a ojos de alguien de la época). La similitud es sencilla de ver.
Se trataba de vender bolsas con aire de conciertos del rapero estadounidense Kanye West. Esta especie de merchandising, que se ha visto como excesiva, llegó a alcanzar los 55.000€ de precio que los consumidores estaban dispuestos a pagar.
A LA IZQUIERDA, “AIRE DE PARIS” DE MARCEL DUCHAMP. A LA DERECHA, “AIRE DEL CONCIERTO DE KANYE WEST”, SOUVENIR.
Según Bourriaud la problemática más candente del arte de hoy es preguntarse si es posible generar relaciones con el mundo, en un campo práctico abocado a su “representación”. Creo que esta banalización del universo artístico tan criticada por acercarse y asentarse de manera tan clara en los mecanismos de la Cultura Mediática y Trash es lo que, de alguna manera, vuelve más honesta la realidad del MAI.
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4. SOBRE EL GUSTO
Respecto al juicio de gusto, el filósofo prusiano Inmanuel Kant determina que el juicio estético es siempre bajo conceptos subjetivos, es decir, no puede haber ninguna regla objetiva que determine por conceptos lo que fuera bello. De esta manera todo juicio depende del sujeto y no del objeto.
¿Qué pasa, entonces, cuando un determinado grupo social (con unos gustos comunes) tiene, además, poder e influencia? Que la plantilla para valorar lo bueno y lo malo queda presentada y es, además, comúnmente utilizada. Así, a pesar de que programas de televisión como “Gran Hermano” (en cualquiera de sus versiones, comunes o VIP) o “Mujeres y Hombres y Viceversa” tengan los mejores datos de audiencia y un número de seguidores mayor que cualquier otra actividad cultural homóloga, son considerados programas malos. Insultando el gusto de la mayoría, basándonos en unos cánones impuestos por una minoría autodenominada intelectual que otra minoría (aunque más numerosa) de pseudointelectuales hemos decidido creernos.
Sin embargo, Kant asegura que poseemos una idea de lo bello, un modelo arquetípico según el cual juzgamos que dependen del lugar, el tiempo y la cultura del sujeto. El gran problema de que se mantengan férreamente separadas, de manera teórica, las diferentes realidades culturales que he definido no es otro que la creación de “lo bueno” y “lo malo” más allá de la decisión personal, convirtiéndose en una decisión grupal, social y cultural. La valoración de calidad de un producto es algo necesario e intrínseco, casi biológico, quizás derivado de la elección por supervivencia del alimento en buena calidad. Ahora bien toda valoración necesita una plantilla desde la que realizarse, no puedo saber si algo es bueno o malo si no lo comparo con algo que ya haya sido valorado como tal.
¿Podría ocurrir lo mismo con el fenómeno fan si enfrentamos las figuras de The Beatles y Justin Biever? Cuando el mítico grupo británico salió a la fama los adultos del momento no querían escuchar ese ruido y sin embargo las quinceañeras apostaron por ellos con sus llantos, lloros y extravagancias adolescentes; apreciando de ellos su juventud, belleza y actitud, no su ahora aceptada calidad musical y la revolución musical que supusieron. Si eliminamos esa importancia musical posterior y valoramos la pasión de los fans ¿Podría resultar una situación análoga? Porque, mientras los Beatles son un grupo de culto, el joven americano es objeto de burla. No me atrevo a responder, sólo planteo la pregunta.
Valorar correctamente un producto cultural supondría valorar la calidad del producto, la sensibilidad del público, lo útil que haya resultado al fin predefinido y los medios tecnológicos que hayan sido utilizados. Y aún así no podemos saber si es algo bueno o malo. Siempre nos queda el naive “me gusta” o “no me gusta”. Útil, sencillo… prohibido en ciertos ámbitos. En cualquier caso, un producto se valora a través del gusto personal. Según Bourdieu los gustos se desarrollan en el interior de un estilo determinado de vida, convirtiéndose en un indicador social. Por eso se dan gustos comunes entre personas con unos contextos comunes. Pero, además, advierte, que la exaltación del los propios gustos y el rechazo a los de los demás delatan un alto grado de intolerancia y violencia social. Quizás unos términos muy exagerados, pero ciertamente no desencaminados.
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Y como último ejemplo, entre otros muchos, nombraré a los performers Bartolomé Ferrando y el grupo Los Torreznos, los cuales utilizan el humor como medio para sus intervenciones.
que al final el hecho es el mismo, personas realizando un show y un público que se ríe. Todo lo demás es contexto, un contexto que hace que, por ejemplo, los stand up de Ignatius Farray, más alejados del tradicional monólogo, nunca sean considerados como performace y él no sea nombrado artista (con mayúsculas).
El humor es, probablemente, el paradigma del entretenimiento y el género cultural más denostado por ello, sin importar cuánto trabajo conceptual haya de fondo.
Sin embargo los Mass Media y la cultura que generan permiten que, a pesar de la crítica, los productos mayoritarios se mantengan. Esto supone la pérdida de los cánones, de los referentes y la dificultad de saber qué es mejor o peor, ya que se eliminarían los árbitros culturales. Los criterios de la élite cultivada ya no influyen tan decisivamente en la opinión ni contribuyen a la creación del gusto general. Lo cual, luego veremos, se potencia con Internet.
Estos performers nombrados realizan intervenciones artísticas, actos performativos, etc, sin embargo los humoristas que, por ejemplo, se dedican al stand up comedy, realizan shows. Se da por sentado que mientras unos esconden bajo la apariencia del humor algo más, los otros sólo están ahí para que el público pase un buen rato. Como público que he sido de ambas realidades, puedo decir
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5. HACIA UNA ALTA CULTURA TRASH
Aunque haya querido dejar muy clara la diferencia existente entre la Alta y la Baja cultura, y que es una diferenciación que los agentes de la cultura elevada se afanan en mantener (para diferenciarse, con sincera actitud de clase, un paso por encima de la banal plebe entretenida) ha existido y existe un curioso afán por parte de estos agentes de introducirse en los medios y canales propios de la Baja Cultura, especialmente en la Cultura de Masas, ya que supone una actividad “interclasista”, que llega a todos por igual, creando distintos tipos de públicos.
El término de “Industria Cultural” se da por primera vez en la escuela de Frankfurt por Theodor Adorno y Max Horkheimer, intentando recoger así el cambio radical que se estaba produciendo tanto en la forma de producción como en el lugar social ocupado por la cultura (¿qué cultura? Cabría preguntarse), un momento en el que ésta ya no necesitaba justificarse socialmente. Esta industria (término que actualmente tiene unas interpretaciones claramente peyorativas) se dedica a la producción masiva de los bienes culturales basándose en la lógica del mayor beneficio mediante editoriales, eventos, etc.
Esto se ha dado de dos maneras, la primera, a la que no dedicaré tiempo, es la necesidad religiosa de “convertir” a la mayoría social en cultos (según, siempre, su definición moderna del término “culto”), como un sacerdote predicador, que se sabe en posesión de la verdad. La otra manera, mucho más interesante por su aparente efectividad es el fenómeno al que podemos llamar Alta Cultura Trash (término acuñado por Jordi Costa) y que se confunde o, más bien, se funde, con el concepto “divulgativo”.
Y con esto no me refiero únicamente a la comercialización de arte, las ferias, los desorbitados precios y el cuidado juego diplomático que hay que ganar, sino tan bien al interesante fenómeno del “merchandising del arte”. Todos hemos pasado a través de la tienda de un museo, donde se nos ofrecen distintos objetos con un fin de clarísima utilidad cuyos motivos decorativos son obras que hemos podido apreciar minutos antes dentro de las paredes del museo o la propia marca del edificio e institución. Yo, por ejemplo, durante mucho tiempo, a la hora de comer posaba mis platos sobre distintos cuadros de Monet, convertidos en salvamanteles o individuales o reposa-platos por gracia del National Gallery de Londres.
De alguna manera, los canales del entretenimiento popular resultan útiles y lucrativos y no hay mejor modo de mostrar la existencia de algo que pasándolo a través de los Mass Media. La divulgación cultural, propiciada por los medios, supone un estímulo positivo para la difusión y la extensión cultural y la tarea del “intelectual predicador”. Pero esto también supone la pérdida de los centros tradicionales de cultura, creando un caos en forma de diversificación de los canales, teniendo como consecuencia la pérdida de los cánones, de los referentes y los gustos culturales. Así, los criterios de la élite cultivada ya no influyen tan decisivamente en la opinión ni contribuyen a la configuración del gusto general, aunque mantienen su poder mediático como figura de importancia cultural, a la que hacer caso, imbuida por su capacidad innata (illusio).
Pierre Bourdieu define el discurso ideológico del Campo Artístico, paladín de la Alta Cultura, desde la idea de estética pura con algunos de estos términos: la experiencia estética es pura contemplación, rescatando ideas estéticas de Kant, una pura contemplación dada desde el desinterés y el desapego desde una completa gratuidad, ya que la experiencia artística no persigue nada, ni otorga ningún beneficio; ya que el objeto observado (disfrutado) presume de una necesaria gratuidad, es decir, no es útil desde un punto de vista pragmático.
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Por supuesto, si damos por válidas las definiciones de Bourdieu, no hay nada más alejado del Arte Puro que un objeto de venta, pero esta idea que parece seguir vigente (y a mi modo de ver lo hace, creando una contradicción entre la realidad práctica comercial de la Alta Cultura y el discurso que generan para asegurar su supervivencia) en la mentalidad de la Alta Cultura no sostiene, por ejemplo, los trabajos de ready made.
similar a los que Duchamp otorgó el valor de pieza artística. A priori esto es una interesante idea, ya que hace pervivir la propia esencia del ready made; pero por otro lado supone una estrategia comercial maravillosa para que no se pierda la obra de un autor tan rentable. Si ese botellero, alrededor del cual hemos dado vueltas para admirar como se merece una pieza de bulto redondo, no es en términos cotidianos el original, sino una reproducción, ¿Por qué no podemos otorgarle el mismo tratamiento de “original” a las reproducciones de obras de arte completamente legitimadas que nos ofrecen los propios museos?
Sabemos que muchos de los ready made de Duchamp que hoy podemos apreciar en algunos museos son minuciosas reproducciones o, simplemente, objetos iguales y de época
Toalla de playa con motivos de Barbara Kruger, a la venta en la tienda online del museo Guggenheim de Nueva York.
Taza con la pipa de Magritte a la venta en la tienda online del museo LACMA. No es una taza.
En todo esto, sin duda, aparece esa idea de original y exclusivo que mantiene el campo de la Alta Cultura, así como la excusa de que ese objeto es, por un lado, útil y por otro sólo se ha creado para rendimiento económico. Da que pensar. A día de hoy sigo enorgulleciéndome de haber derramado con torpeza mis macarrones sobre un Monet original, impermeable y de sencillo lavado, claro.
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6. PLATAFORMAS Y SOPORTES DE MASAS PARA EL ARTE Esta serie de trabajos se centran en la relación entre el arte (como agente primordial de la Alta Cultura) y parte de la Cultura de Masas a través de tres bloques temáticos de vital importancia: la televisión, la publicidad/merchandising e Internet (especialmente centrado en los nuevos formatos que exigen las redes sociales y cómo cambia la relación con la información que el usuario maneja diariamente). Para ello trataré de sintetizar los modos y características, normalmente peyorativas, que se le otorgan a la Cultura de Masas desde los agentes de la Alta Cultura y hacer un símil para demostrar que no existe una línea divisoria que diferencie la pequeña élite cultural de la masa, sino que comparten contexto y sistema de funcionamiento. Unos vestidos de materiales nobles y los otros de plástico made in China.
Televisión La televisión es cultural cuando se asume a sí misma como un lugar decisivo en la construcción de los imaginarios sociales y las identidades culturales, dándose entonces como proyecto específico contribuir en el ejercicio cotidiano de una cultura.
El interés por lo televisivo desde el sector artístico se ha visto incrementado recientemente a través de las posibilidades que la red ofrece al ámbito audiovisual, cuando parece necesaria una nueva definición. Como siempre, muy a tiempo.
Es decir, la televisión ha sido el principal artífice de introducir lo popular en el ámbito general de la cultura y de difuminar las barreras entre lo privado y lo público. Los contenidos de la misma suelen ser criticados como poco provechosos ya que no dan pie a la difusión cultural. Sin embargo, como se ha explicado hasta aquí, esos contenidos forman parte de la cultura actual del siglo XXI y movidos por las empresas que utilizan esta plataforma para publicitarse, sólo se apuesta por contenidos que muevan una mayor cantidad de público.
Sin embargo este acercamiento se ha producido desde el rechazo. Los agentes de la Alta Cultura reniegan de la televisión y sólo se utiliza en dos casos: publicitarse o utilizar sus contenidos de modo apropiacionista (directo, es decir, tomando imágenes de la televisión para crear piezas audiovisuales, o indirecta, de una manera más pop, que es utilizar esas mismas imágenes extrayendo su potencial icónico). Así el arte contemporáneo no ha dejado de remitirse a la sociedad de la información, a la iconografía generada por los medios de comunicación.
Las décadas de democratización de los media (pensando en el vídeo) han llevado hasta una creación artística ya absolutamente aceptada. Seguramente se trata del formato que se ha incorporado más recientemente (tras una difícil y larga asimilación por parte de la Institución) no sólo en las coordenadas del trabajo artístico, sino también en el funcionamiento institucional y en el mercado del arte. El vídeo ha facilitado la internacionalización de las exposiciones, ya que el coste de instalación y transporte se reduce más que considerablemente. Y ahora, cuando la red es ya un espacio válido para el consumo individual (sea entendido como un consumo de información o como contexto expositivo) volvemos a replantearnos los sistemas de comunicación.
Pero sigue sin aceptarse en sí misma la televisión como cultura. Sus programas, su publicidad, su producción, etc. cuando ciertas producciones televisivas se plantean nuevas formas que, posiblemente, autores y conservadores del arte incluyan en los libros y en los museos. Todo esto no consiste en resolver si la televisión es arte (Alta Cultura) o no; se trata de mostrar cómo tanto el High Art y la televisión son signos del imaginario de la modernidad, y presenciar de qué modo la imagen televisiva terminará por aceptarse sin reservas en el seno de la cultura visual, si esto no ha ocurrido ya.
Reproductores online de las dos grandes empresas de televisión estatal, Atresmedia y Mediaset, donde, a parte del contenido televisado, ofrecen otro exclusivo en la red.
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Publicidad La relación dada entre el Arte y la publicidad (nótese el uso de las mayúsculas) es de importancia vital para el desarrollo del trabajo.
Pero no podemos olvidarnos de un aspecto importante al tratar la publicidad, el tiempo. Cuando un anuncio se realiza, se piensa para la sociedad de un momento concreto, para vender un producto en un momento determinado. Fuera de esta situación, la obra queda totalmente descontextualizada, y su contenido comercial se pierde, y la imagen que tenemos del anuncio puede cambiar sustancialmente. Los anuncios de los carteles del siglo XIX no servirían para la sociedad actual, por eso quizás se exponen junto a pinturas y esculturas. Ha pasado el tiempo suficiente para que entren en el museo siguiendo esta evolución:
Según Panofsky, el único aspecto que tienen en común todos los elementos artísticos es su significación estética, ya que están realizados para ser vistos; lo cual concuerda con lo ya expuesto anteriormente, citando a Bourdieu y su definición de la estética pura. Así, toda obra de arte necesariamente tendrá que ser experimentada estéticamente, como ocurre con la publicidad que, desde sus orígenes, ha sido creada con un determinado gusto estético, siempre evolucionando con la moda imperante.
Objeto de uso objeto etnográfico objeto de arte
Pero la publicidad, ahondando en este aspecto, tiene un gran problema para tener una consideración artística, y es su fin comercial; no tiene como máxima la experiencia estética del espectador, sino la de vender un producto. Precisamente uno de los motivos oficiales por los que el merchandising del arte no es Arte, es el que expulsa a la publicidad del sacro mundo del Arte Puro y la Alta Cultura. ¿No será una estrategia más para mantener viva la imagen que la Alta Cultura quiere que tengamos de ella, escondiendo, inútilmente, sus verdaderas intenciones comerciales? Manteniendo además, de camino, su aura poética y de superioridad intelectual. Me pregunto.
Así, antiguamente, el arte fue entendido desde la visión de la alta cultura y la publicidad desde la perspectiva de la cultura popular. Sin embargo, hoy en día estos caminos convergen y en la actualidad es posible apreciar una obra de arte en un anuncio y un anuncio como una obra de arte, independientemente de distinciones culturales, aunque siempre se pueden encontrar sectores de la población que se posicionen más hacia un enfoque u otro. A lo largo del tiempo se ha podido observar que la publicidad ha sido capaz de transformar significados culturales y/o que la transformación de significados culturales ha cambiado la publicidad. De esta manera, la publicidad y el arte han aunado lo que se entendía como la alta cultura y la cultura popular, haciendo confluir ambas para ofrecer un producto cultural y un producto de consumo al mismo tiempo. Por lo tanto, se torna necesario conocer con qué se relaciona la marca que incluye arte en su publicidad. Además, es importante valorar si la perspectiva de la alta cultura sigue a la orden del día y si las marcas que incluyen arte en su publicidad son percibidas como prestigiosas y/o elitistas. A su vez, resulta fundamental saber si el target al que se dirige la marca se siente atraído por este tipo de publicidad.
pNO HAY QUE MIRAR AL INCIERTO PRESENTE PARA
ENCONTRAR UNA UNIÓN ENTRE ARTE (ACEPTADO COMO TAL) Y PUBLICIDAD
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Internet Internet es un conjunto descentralizado de redes de comunicación interconectadas que garantiza que las redes físicas heterogéneas que la componen funcionen como una red lógica única, de alcance mundial.
se cree preparado y curtido en opiniones de cualquier campo. No importa, para este trabajo, si eso es real o no; lo importante es que el nuevo espectador actúa de esa manera, desde el conocimiento. Esto ha cambiado, completamente, el contexto de la cultura popular. “¿Por qué ellos sí y yo no, si también se?”
Además, Internet ha creado, adaptándose al ritmo de vida de la sociedad actual (del primer mundo), una nueva manera de entender el ocio y ha cambiado sustancialmente los tiempos que el espectador necesita (o demanda) para disfrutarlo.
Si atendemos a los términos definidos por Elena Oliveras en su libro “Cuestiones del arte contemporáneo” circulan diferentes tipos de espectadores que responden al “ojo común”, al “snob”, al “absolutista” y al “crítico”. Para el “ojo común”, la obra debe ser fuente de placer inmediato; sólo cuenta lo tradicional (…). Acepta lo popularizado.
Comunicaciones inmediatas, expresiones reducidas a emoticonos y el mundo completo al alcance de un click. Cuando tienes un mundo entero de posibilidades para acceder no puedes permitirte el lujo de pararte durante mucho tiempo en una única cosa. El nuevo espectador no tiene tiempo. El nuevo espectador está rodeado de estímulos. El nuevo espectador debe elegir. El nuevo espectador sigue siendo, en lo más profundo, un homínido animal que atiende a ruidos, colores y elementos que, en definitiva, le hagan sentirse bien.
El “ojo snob” (…) busca sentirse cerca del arte, su contacto con la obra es superficial y sumamente vari¬able, pues tanto defiende con vehemencia lo que está de moda, como rechaza lo que cree que ya ha pasado. En esto se diferencia del espectador “absolutista” que se caracteriza por defender una sola tendencia, intransigente. Utilizando estos términos, Internet y los Mass Media, con su introducción del conocimiento en el mundo banal y del show, han acrecentado el número de espectadores “snob” y “absolutistas” que se comportan como “ojo común”, por ese exceso de información y estímulos que supone el nuevo mundo digital. Lo más importante es que el espectador, en este sistema que nos aseguran como democratizado, tiene poder de opinión y puede decidir su propio contexto cultural. Como han hecho con la MTV o Belén Esteban.
El siglo XXI podría definirse como el culmen, desarrollado, de la cultura del espectáculo y el show, que, animado por ciertos hechos históricos y periodísticos y por la fuerza divulgativa de Internet, ha creado un espectador que adora la vacuidad porque es consciente, de alguna manera, de que vive una mentira perpetua a nivel social y político. Da igual su nivel cultural o clase social (en caso de que aceptemos su existencia). Todos lo saben.
La opinión de cada individuo se publica, puede ser apreciada por millones de internautas y valorada a través de un sencillo sistema de “likes” y “retwitts” en las redes sociales.
Internet ha creado un mundo donde la información está tan cercana que el espectador
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Pero ya no sólo se trata de la opinión, más o menos vehemente, del espectador de la Red. Lo realmente interesante es la cantidad de creaciones anónimas que fluyen por las redes sociales y los Blogs personales, que son visitados por cientos de personas que, a su vez, van aportando de forma anónima sus creaciones o las creaciones de otros. Internet está plagado de humor visual, ilustraciones, gifs y pequeños juegos limitados por el me¬dio, los cuales considero como “obras de arte latente”, alejadas, simplemente, del marco adecuado.
A diferencia de lo que ocurría en el siglo XIX y a principios del XX, cuando se asientan los MassMedia, el espectador se convierte en el producto, es el espectador el que observa al espectador. Con la llegada de las cámaras digitales y los móviles multimedia, existen más productores de imágenes que consumidores, y todo ese volumen de creación anónima rompe el saco del control de producción, que, recordemos, antes pertenecía a unos pocos. Así, millones de personas al día comparten esas creaciones, disfrutan de ellas y crean un imaginario nuevo, que se asienta rápidamente y se olvida con la misma facilidad. Todos estos fenómenos son ampliamente aceptados y disfrutados, son la cultura popular actual.
Youtube, a su vez, está cargado con gran cantidad de material, miles de performances y obras críticas que no son consideradas como tal, de nuevo, por situarse en un marco inapropiado. O bien porque la actitud de creación no era artística. Aún así, siguen siendo “obras de arte latentes”.
Son la Cultura.
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7. REFERENTES
A la hora de alzar este trabajo ha habido diferentes y, aparentemente, antagĂłnicos referentes. Algunos que pertenecen directamente al MAI y otros que alimentan el entretenimiento, comercial o underground, de la cultura del siglo XXI. En cualquier caso voy normbrar a muchos (no a todos) y a definir brevemente su influencia en mi trabajo, de manera sintĂŠtica, sin entretenerme en biografĂas, contextos, hechos notables, etc.
DADAISMO: los punks de la época entreguerras en Europa. Su actitud de rebeldía, cambio, negación, provocación y destrucción, siempre a través de la ironía, la sátira y la burla, es lo que ha movido éste y la mayoría de mis trabajos anteriores. Esta actitud desemboca en el cuestionamiento de todos los preceptos en nuestro contexto.
IGNATIUS FARRAY: humorista español, sus monólogos stand up commedy han evolucionado hasta convertirse en algo más, “indescriptibles” según los medios de difusión de humor, ya que juega con la contradicción y la reacción del público, en un ejercicio de psicología. Cualquiera con una formación en Arte y con la mente suficientemente abierta podría dudar de si denominar a sus espectáculos como shows o como performances.
Ellos se preguntan: ¿quién decide que esto es arte? ¿Por qué esto es bello y esto no, y quién lo dice? Estas cuestiones son las que hacen tambalear el arte del momento.
BELÉN ESTEBAN: Vieja gloria de la cultura popular, comenzó su fama sobre 1998, creció como personaje mediático con el nuevo siglo y a día de hoy abandera el título de Princesa del Pueblo. Casi nada.
Y, a partir de ahí es cuando yo pregunto: ¿quién dice qué es cultura? ¿Por qué esto es cultura y esto incultura? VENGA MONJAS: dúo cómico que utiliza el medio audiovisual y la plataforma YouTube para realizar sus trabajos. Para mí resultan un referente porque aúnan todas las características culturales de este siglo que pretendo destacar: entretenimiento, humor, video, redes sociales, publicidad, randomness, etc.
Belén supone un icono de la sociedad Española del siglo XXI, está fuertemente arraigada en la realidad cultural del pueblo que la apoya. Pero aun hay más, en una sociedad de datos, donde una de sus máximas es “si vende, es bueno”, los datos de venta de la biografía de Belén Esteban, escrita conjunto a Boris Izaguirre, colocan al libro al nivel de una gran obra literaria. Les ha dado a los lectores algo que, por fin, les interesa leer. Por ello, considero, es una de las representantes españolas de la Alta Cultura Trash.
MARCEL DUCHAMP: este artista francés, que he separado del apartado “dadaísmo” adrede, supone personalmente la figura que cambió el arte a partir de su momento. El ready made, que como todos conocemos, son objetos de uso cotidiano, generalmente fabricados de forma industrializada, elevados a la categoría de obra de arte por voluntad del artista, introduce el concepto nuevo de la voluntad del autor. A partir de ese momento “arte es todo aquello que el artista diga que es arte”, dando pie a una verdadera revolución conceptual que tendrá mucha influencia sobre el movimiento Pop, así como lo tiene sobre mi trabajo, en cuanto a la capacidad que otorga de tomar un objeto cotidiano y convertirlo en alta Cultura, señalando por primera vez la cotidianeidad como algo no desdeñable y poco elevada.
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JEFF KOONS: artista amado y odiado, calificado como neo-pop, supone una influencia vital en mi investigación y trabajos porque Koons realiza una inmersión directa y perfecta en el mundo del consumo mediático. De todo el gran ámbito consumista surge su obra, la cual pretende conmover y criticar a través de la sátira y el humor negro.
en la tarea), que se vuelve viral y gana importancia hasta convertirse en una especie de icono pop.
Utiliza objetos cotidianos y de valor mínimo, así como otros representativos de la clase media, para conseguir su objetivo (ready made). Sus objetos provocan una especie de burla la cual va encaminada directamente hacia la influencia de la mayoría de la población por los mass media y la publicidad, en una crítica sutil, que resulta más una descripción que una lucha.
ANDY WARHOL: el artista plástico y cineasta, importante en el desarrollo del movimiento Pop Art, supone una importante influencia en el trabajo por distintos motivos, principalmente por el uso de lo cotidiano y la ironía en el trabajo. Pero, por encima de todo, siempre me ha interesado las reflexiones que realiza sobre los medios de comunicación, que vio como una herramienta necesaria para su desarrollo en la sociedad a la que pertenecía (siglo XX). Importante también es su desarrollo de la Factory, donde se producían los trabajos en cadena, como si se tratara de una fábrica, reivindicando que la autoría no se simplificaba a la realización física de la pieza.
Todos conocían la obra, todos jugaban con ella y de repente el vocablo “ecce homo” volvía al imaginario popular. Por un error convertido en broma. Puro entretenimiento.
Sorprendentemente a través de la publicidad, la cual enmarca como provocante de la actitud de la masa, se hace un importante hueco para tratar sobre los sueños de la clase media y la búsqueda ansiada de fama, dinero y estilo de vida (algo de lo que Jeff Koons se aprovechó durante gran parte de su vida).
ELRUBIUSOMG: Es el segundo YouTuber de habla Hispana con más subscriptores, con un total de 11 millones.
Para él la clase media siempre pensó en lo efímero y lo banal, y, comprendiendo esta situación, la aprovecha al máximo. De alguna manera he querido realizar lo mismo con el contexto del siglo XXI y los gustos y maneras de su clase media, que ya no se centra en las revistas y la televisión, como sucedía en los 80’s-90’s, cuando Koons se desarrolló.
El contenido de este youtuber, enfocado a un target de adolescentes, no resulta de mayor importancia, pero su figura supone la punta de iceberg de todo un movimiento y una nueva manera de entender el día a día que no tiene precedentes, que pertenece únicamente al mundo de Internet, la reproductibilidad, el acceso libre a los contenidos y el uso de todo este nuevo movimiento para producir publicidad.
ECCE HOMO DE BORJA: en agosto de 2012, Cecilia Giménez Zueco restauró una pequeña pintura mural en el Santuario de Misericordia de Borja, Zaragoza.
Por eso deberíamos tenerlo en cuenta y yo lo incluyo en mis referentes para este trabajo concreto, donde el humor y el entretenimiento en Internet suponen la base del mismo.
El intento fallido de restauración fue recogido por un periódico local que subió las fotos a la Red. Pronto la imagen daba la vuelta al mundo, junto con diversos montajes humorísticos, haciéndose eco de la noticia medios como la BBC, Le Monde, etc. y convirtiéndose en Trending Topic. La grandeza de esta pieza, a mi modo de ver, es que supone un símil perfecto con la maniera del siglo XXI: un trabajo naive, realizado por un personaje anónimo (no especializado
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Como ya había nombrado, la parte física de este trabajo supondrá una serie de piezas individuales que conformarán una pequeña exposición fingida. En ésta encontraremos dos pantallas y algunos objetos expuestos, todos relacionados directamente con la Cultura Trash actual, el mundo Internet y comercial y la relación que encuentro con el MAI, como ya se ha explicado a lo largo del trabajo escrito. A pesar de haber tratado la televisión y la publicidad, todo lo que se presenta en esta exposición forma parte del mundo Internet, ya que, actualmente, los contenidos de televisión y publicidad se enfocan a la Red, las nuevas generaciones no necesitan de un televisor para ver la televisión y los productores de contenidos, sabiéndolo, están renfocando el modo de presentación y el canal de difusión. Por ello, en esta exposición renovadora y cercana a la Cultura de Masas, no podía hacer menos que enfocar todo lo posible al contenido virtual. “El entretenimiento está prohibido” está compuesto por piezas completamente intrascendentes y banales, pertenecientes a la realidad contextual que vivimos, sin más pretensión que una media sonrisa en el espectador, acorde a la reivindicación que supone.
8. PROPUESTA EXPOSITIVA
8.1 BOCETOS
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Simulación de la exposición en su posible lugar de realización. Organización de las piezas y vista general de cómo quedaría el conjunto total.
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8.2 PROPUESTA FINAL CAMISETA Y TAZA: estos dos objetos forman una misma realidad que resume el fenómeno del merchandising del arte. He elegido particularmente estos dos porque son los más reproducidos e icónicos del nuevo merchandising de series, películas, videojuegos, etc. El consumidor de arte emula al consumidor, por ejemplo, de la serie de ficción Juego de Tronos (que tanta fama tiene últimamente); mientras el primero, tras ver una exposición, va a la tienda del propio museo a llevarse una taza y una camiseta de su artista/ obra favorita, el segundo va a la FNac tras ver una temporada de la serie a llevarse una taza y una camiseta de su casa/familia favorita. Ambos lucirán sus objetos con orgullo, demostrando sus gustos y condición cultural.
(Arriba) Taza de Jeff Koons, del Guggenheim Blbao. Original. (Izquierda) Camiseta de John Baldessari. Copia de una original del LACMA.
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Ejemplos de algunos de los cientos de memes a los que hace referencia la escultura.
PIEDAD: reproducción de “La Piedad del Vaticano” (Pietà, 1498-1499) del escultor renacentista Miguel Ángel Buonarroti realizada con dos figuras de juguete, un Spiderman haciendo las veces de Cristo y un Power Ranger rosa, con la cara recortada del actor Nicolas Cage, como Virgen María. Esta pequeña escultura es un homenaje a dos grandes memes que inundan la red y que resultan ser mis favoritos, Nicolas Cage (cuyos expresivos e ilarastes rostros son photoshopeados sobre otras escenas de cine y obras de arte icónicas) y Spiderman (escenas tomadas de la primera serie de animación del superhéroe, plagada de contradicciones y poses incomprensibles), a la vez que se realiza un vínculo entre un icono de la historia del arte pasado y otro del presente.
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YOUTUBE ENTRETIENE: En esta primera pantalla se reproducirá en bucle un video que simula varios un contenido tomado de la plataforma Youtube, realizados todos por mí. Éstos resumen los contenidos más vistos y visitados de la plataforma:
NO PRESTES ATENCIÓN: esta segunda pantalla recoge los formatos de imagen de internet, imagen fija .jpg y la imagen en movimiento .gif. Se podrán ver una sucesión de imágenes de propia creación o, mayormente, apropiadas de la Red, que simularán las típicas fotografías de Instagram (especialmente selfies), gifs populares, memes y algunos banners y pop ups. Todo ello de manera irónica y siempre en relación al MAI.
Tutorial: todo aquél que haya necesitado ayuda acerca de cómo realizar alguna actividad y lo haya buscado en Google, se habrá topado con un videotutorial, normalmente realizado por una persona centro o sudamericana. En este video se enseña cómo realizar un retrato “al estilo de Picasso” mediante una web específica que nos lo permite.
La particularidad de esta pantalla es que en un principio las imágenes pasarán una tras otra, en orden convencional, pero según avance el tiempo irán brotando otras, o las mismas, sobre la anterior, hasta que toda la pantalla esté repleta de imágenes, gifs, publicidad, etc. Con esto se simula la cantidad de información y estímulos visuales que recibimos diariamente con Internet, impidiendo, además, que el espectador pueda centrarse de algún modo en ver las propias imágenes.
Recopilatorio de fails: Youtube está cargado de videos de caídas, momentos extraños y situaciones inverosímiles y siempre hay canales dentro de la web que nos ofrece recopilatorios con los mejores. En este caso todas las imágenes de los fails pertenecen a performances.
Todo el material que se presenta en este video pasa por el filtro del humor de internet, un estilo particular y nuevo de humor, cambiante y enfocado siempre a una determinada corriente (que dura días), basado en el sinsentido y lo random.
Gameplay de un youtuber: el fenómeno de los youtubers, que ahora ha variado en contenido y calidad, por suerte para los consumidores de Youtube, comenzó con la realización de gameplays (tipo de video que aún se mantiene y que no pierde popularidad). En este video se parodia la manera de realizar un gameplay, con un juego específicamente artístico. Van Damme meets Baldessari: a principios del año 2015, el actor de películas de acción Jean Claude Van Damme colgó en Internet un video donde realizaba distintos movimientos y diálogos sobre un fondo verde de chroma key para que el usuario pudiera realizar su propio corto con el actor. En homenaje al artista californiano, este video parodia el videoarte “I’m making art”, en el que Van Damme hará las veces de Baldessari.
(Página anterior) Fotogramas de muestra de ambos videos.
Estos videos suponen una parodia poco pretenciosa, que no resultan más que “entretenidos”. La calidad de la imagen y el sonido del video recuerda que, actualmente la cantidad prima sobre la calidad. Lo importante es poder consumir más material. Imágenes en JPEG., audios en MP3., videos en WMV., etc.
Arriba, extractos de “Youtube entretene”, detalles de “GamePlay” y de “Van Damme meets Baldessari”. Abajo, dos momentos de “No prestes atención”.
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9. CONCLUSIÓN
La cultura popular avanza a un ritmo vertiginoso, evoluciona con las necesidades sociales y es, en todos los aspectos, contextual (al formar parte del mismo). Estas características se aplicaron al Arte a partir de la posmodernidad, sin embargo, por la lejanía que han mantenido los artistas, y la propia institución, de la cultura banal y real que conforma nuestro tiempo, los preceptos posmodernos se han quedado en la superficie snob de todos los problemas que ha tratado.
de la idea del luchador intelectual que se ve capaz de cambiar el mundo a través de una acción (cualquiera) que denominarán artística por contexto. Pero yo quiero ser hijo de mi tiempo. Por ello sólo cabía la posibilidad de realizar una trasformación exagerada y mostrar mi concepción de un arte en su tempo, verdaderamente contextual, que trabaje los contenidos, las relaciones y la atención del espectador al modo que éste (y yo mismo) estoy acostumbrado en mi vida cotidiana.
Alejados de la realidad cultural no saben qué afecta realmente a su tiempo, filtran desde el desconocimiento creando nuevas categorías de importancia, una jerarquía cultural falsa donde la cultura de la mayoría es denostada. Esto se ha exagerado con el nuevo siglo, la cultura del siglo XXI es joven pero ya ha dado la vuelta a grandes constructos del XX, o los ha explotado hasta reventar.
Además, como he intentado mostrar, todos vivimos en la misma realidad mediática y comercial y es este contexto cultural el que, de alguna manera, sobresale también en el cerrado círculo elitista de la denominada Alta Cultura, que yo considero extinta, innecesaria y peyorativa en su actitud, para con los contenidos de los que se han apropiado.
A lo largo de los años en la facultad de Bellas Artes he podido vivir la necesidad de otorgar una característica trascendente a cualquier trabajo que realizásemos, como si lo meramente entretenido fuese de peor calidad; incluso algún profesor llegó a decirme que “no tenía miedo al entretenimiento (como yole sugerí), sino que estaba ideológicamente en contra”. De ahí el título del trabajo “el entretenimiento está prohibido”.
Porque disfrutar de las sátiras de Rinconete y Cortadillo no prohíbe aceptar las grandezas de Los Vengadores 2: La era de Ultrón. Por ello este trabajo supone una reivindicación de lo banal, lo entretenido, lo humorístico, etc. como representantes de este momento cultural, por encima de lo que se suele aceptar como “cultura”, en una actitud incluyente, jamás excluyente; demostrando, además, que una parte de la Alta Cultura ya ha entrado, por necesidad, en el juego mediático del entretenimiento.
El Campo de la Alta Cultura, especialmente el Artístico, ha construido una muralla a su alrededor, apartándose cada vez más de la propia realidad social. Algunos agentes construyeron su muralla sobre los cimientos del elitismo snob y alrededor de las fortunas interesadas en el Arte (que resulta un medio espectacular para lavar la imagen); mientras que otros construyeron las suyas alrededor
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10. BIBLIOGRAFÍA
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