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FESTIVAL STREET ART
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CÁLIDA , FAMILIAR Y DIVERTIDA , ESTA VIVIENDA DEL S.XIX ES A L A VEZ UN MAGNÍFICO CONTENEDOR DE ARTE URBANO. BAO PROYECTOS SON LOS RESPONSABLES DE TAN SINGUL AR REFORMA .
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Realización: Beatriz Aparicio. Texto: Míriam Alcaire Fotos: Patricia Gallego
M U L T I E S P A C I O D I Á F A N O Lo comparten salón, comedor y cocina. La alfombra bereber, en Rue Vintage 74, enmarca un sofá rinconero de Batavia –con cojines de Alfombras Étnicas hechos con telas peruanas– y dos butacas de Mestizo. La mesa de centro es la Alanda, una pieza de Paolo Piva de los años 80, adquirida en Modulolab. Space is the place, obra del grafitero Zeta, “gravita” sobre el conjunto. En la otra página, el famoso perrito Ballon Dog, de Jeff Koons, reposa sobre la chimenea junto a un espejo de Berenis.
ilar Barroso contesta con entusiasmo al preguntarle por esta vivienda: «Miguel Brieva y yo somos unos enamorados del arte y crear un espacio para una colección tan especial nos emocionó desde el principio». Los dos forman el estudio BAO Proyectos y recibieron el encargo de colocar esta valiosa muestra en un inmueble que conservaba muchos elementos históricos.
«Fue todo un reto –continúa la arquitecta–, porque no queríamos estancias como salas expositoras en blanco, sino que hubiera un lenguaje de tú a tú entre la casa y las piezas. El objetivo era mostrar “la verdad” de los materiales en bruto, como si las obras se exhibieran en un entorno urbano.» El ladrillo antiguo, tan plástico, les permitió ese efecto.También se eligieron un suelo de pino en espiga y molduras de techo para realzar el contraste entre aquellos acabados toscos y estos otros que evocan la esencia señorial del Madrid de los Austrias, donde se encuentra el piso. Uno de los sellos de BAO Proyectos es que todo lo que tiene valor se conserva, en este caso, las ventanas, la pared estructural del salón, las vigas de madera...
Sin embargo, el trazado original de la vivienda se modificó por completo en la reforma y la distribución se planteó con grandes superficies abiertas que comparten varios ambientes. El mejor ejemplo es el salón-comedor-cocina, un multiespacio fluido convertido en centro de reuniones familiares y sociales. Los elementos en blanco, negro y madera ponen el fondo, mientras que la decoración ofrece una propuesta más vibrante con muebles y complementos étnicos, alfombras bereber, cojines peruanos... «Nuestra clienta, una entusiasta del coleccionismo, sabía que iba a llenar la casa de color y obras de gran impacto visual,y tuvo el acierto de buscar un proyecto que potenciara un continente sobrio y clásico frente a un contenido tan potente», concluye Pilar Barroso. Nada que añadir.
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Filosofía sostenible. Todos los materiales son naturales: maderas, cerámicas, pinturas ecológicas... Además, las carpinterías de puertas y armarios se hicieron a medida con diseño de los arquitectos. Años al desnudo. La estructura constructiva original se dejó a la vista, revalorizándola como telón para exponer el arte, pero también para dar a los ambientes un tono muy actual y relajado.
A L D E S C U B I E R T O Sobre la pared en bruto se exhibe una obra del artista urbano LA2, adquirida en Maturén Art Gallery & Antiques. En la otra página, arriba, los arquitectos Miguel Brieva y Pilar Barroso, autores de la reforma de la casa. Abajo, una cómoda de nogal y palosanto reúne interesantes piezas: la serigrafía Bias by numbers, del artista Shepard Fairey, Obey, comprada online en su página; la escultura en madera policromada Tanzania football, de George Lilanga; y, en la pared, uno de los Monstruos del ilustrador Bakea.
T O N O C H I C L E En el dormitorio, un neón nos anima a hacer lo que amamos mientras el retrato Frida –en la otra página–preside el cabecero. Bajo esta obra puntillista de Fernando Bariñaga Serrano, mesilla de estilo art déco en madera de acacia lacada y latón. La lámpara suspendida es un diseño de Serge Mouille.
E N T O D A S P A R T E S El arte está presente también en el baño –abajo, izda.– con una serigrafía de Obey. El mueble de lavabo, ideado por los arquitectos en piedra caliza y enlistonado de roble, contrasta con el revestimiento negro que se escapa de los límites de la ducha. A la derecha, al fondo del pasillo, óleo Cactus, de Maturén.