Así empezó todo… por Sheila Guzmán 2º ESO
Ana era una niña feliz hasta que llegó al instituto. Bueno, al principio, siguió siéndolo. Le gustaba ayudar a quien lo necesitara, siempre levantaba la mano cuando preguntaban los profesores, siempre se prestaba para corregir los deberes en la pizarra... Sin embargo, en seguida se dio cuenta de que no terminaba de encajar, sentada en la primera fila de la clase sentía como sus compañeros murmuraban su nombre por detrás suyo. Los profesores no se daban cuenta. Los murmullos pasaron a ser burlas y risas cuando estaban en el recreo. No se atrevió a decirle nada a sus padres por miedo a que sus compañeros se burlasen aún más de ella. Entonces, dejó de ayudar, de levantar la mano y de ser la primera. Entonces descubrió que podía hacerse invisible. Eso la salvó de los monstruos. Pero, ¿de verdad de había salvado? No, simplemente había dejado de ser ella misma. Se convirtió en una rebelde para conseguir hacer amigos. Pero no eran amigos de verdad, porque ella no era ella realmente… Tal vez, con el tiempo, Ana se atreva a mostrarse como es y ellos ya le hayan cogido cariño y sigan siendo sus amigos; o, tal vez, ella se convierta en un monstruo y ya le dé igual.