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Metamorfosis: realidades trans
me ta REALIDADES TRANSmor fo sis: Ariel Castillo / Foto: Christopher Villegas

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En su día comunitario, la Unidad de Salud Integral para Personas Trans aborda el tema del amor, realizando un festival donde los asistentes tuvieron la oportunidad de disfrutar de algunas canciones, comprar algunos productos y escuchar la ponencia de la investigadora Siobhan Guerrero.
Christopher Villegas, Shekinah Torres, Rafael Moreira
Es un viernes como cualquier otro, son las diez de la mañana y en una de las esquinas de la calle Plan de San Luis, se encuentra un pequeño lugar de apenas un piso, paredes blancas y barrotes guindas adornan el espacio, una puerta de cristal da la bienvenida y en lo alto, un gran letrero anuncia, Unidad de Salud Integral para Personas Trans. No es diferente a cualquier otra clínica, sin embargo en sus adentros ha logrado crear un espacio seguro para una de las comunidades más marginadas. Lo que fue una propuesta presentada por colectivos trans a la jefa de gobierno Claudia Sheimbaun, para tener un lugar especializado en la atención a dicha población, se convirtió en una realidad. Al entrar, alguien pregunta cuál es el motivo de la visita, es Frida, la recepcionista, una mujer trans de aproximadamente 40 años. “Si vienen a las actividades, anótense ahí”, menciona al mismo tiempo que entrega una pequeña lista con el registro de los nombres de los asistentes.
Sonriente, señala el itinerario del día comunitario que está en medio de dos banderas, la de las personas trans y las personas no binarias. El tema de la reunión es el amor, de 11:00 a 12:00 h es la inauguración del evento, de 12:00 a 13:00 h, una pequeña presentación musical y de las 13:00 a las 14:30 h, la investigadora Siobhan Guerrero va a desmitificar el amor romántico o por lo menos, tratará de hacerlo.
De frente, unas escaleras llevan al primer piso, hacia una sala de espera rodeada de consultorios y un pasillo con cuatro filas de sillas negras, se encuentra casi vacía. Del lado izquierdo, en la farmacia, un chico trans escucha atentamente la lista de los medicamentos que va a recibir y del lado derecho, junto a los laboratorios, sale Oyuki Martínez, la coordinadora de la unidad. “Bajemos, es hora de comenzar”, comenta mientras apresura el paso.
Al bajar, del lado izquierdo, se encuentra la sala de usos múltiples y al fondo el jardín principal, donde se observan algunos puestos, como el de Genesis, una artista que vende sus ilustraciones y stickers, “Son transexuales gordas y góticas, así defino mi arte, pueden seguirme en Instagram como @_demonia_maldita_”, afirma. Pero ella no es la única comerciante, en el lugar también hay otras chicas vendiendo postres, velas aromáticas y algunos objetos artesanales.
Inicia el evento, Oyuki Martínez da las gracias a los aproximadamente 100 asistentes, para ella y otras mujeres trans, la falta de empatía social es una realidad con la que tienen que vivir, de tal manera que desde la parte comunitaria la unidad ha formado grupos de pares, es decir mujeres y hombres trans, así como personas no binarias que se reúnen con sus semejantes, para compartir sus experiencias de vida y este día es un ejemplo de ello.
Dos chicos trans toman el micrófono y uno de ellos comienza a cantar mientras el otro toca la guitarra. “Estas canciones las escribimos cuando estábamos
Julia Hernández / Foto: Christopher Villegas


pasando por nuestro proceso de aceptación, antes de iniciar nuestra transición, por ello son importantes para nosotros, reflejan esa época donde decidimos ser felices”, explica uno de ellos, posteriormente comienzan a cantar algunos temas pop actuales, todos relacionados con el amor.
Como concierto de rock entra a escena Julia Hernández, una señora cuya presencia impone por su estilo alternativo, cabello negro, sueter de cuello de tortuga, falda con encajes, medias de red y zapatos con plataforma. Haciendo uso del bajo, toca Gotta Go Home de Boney M y enciende el escenario, los asistentes comienzan a aplaudir.
En una de las jardineras se encuentra sentada Ariel Castillo, una chica que quiere comenzar su terapia de reemplazo hormonal en la unidad, desde su adolescencia sintió que los roles que le estaban siendo asignados no le correspondian, además algunas de sus características físicas la hacían sentir incómoda, “Durante mucho tiempo me odié a mí misma, tenía transfobia interna, ya que pensaba que ser así estaba mal, busqué apoyo psicológico y me dijeron que todo estaba bien conmigo, sólo era trans”, narra.
La Unidad ofrece un servicio integral completo para la comunidad trans y no binaria que las, los y les beneficia de distintas maneras, desde el apoyo psicólogo como lo social, lo cultural y lo educativo. Los servicios incluyen el acompañamiento psicológico para las personas y sus familiares, además se hace una revisión de salud general, que incorpora rayos X, ultrasonidos, exámenes de laboratorio, que son requerimientos para el proceso de reemplazo hormonal, ya que debe ser constantemente supervisado y acompañado.
A las 14:30 h, en la sala de usos múltiples, se encuentra la investigadora Siobhan Guerrero, dando una conferencia acerca del amor y cómo la comunidad trans se ve influenciada por él desde una perspectiva cisgenero,
“Las mujeres trans tienen la necesidad de tener una pareja porque la sociedad las obliga a pensar que eso las convierte en verdaderas mujeres”, expresa mientras sostiene un libro.
Mientras ella habla, llega Elvira, una youtuber que ha narrado su transición a través sus videos, además de compartir tutoriales de maquillaje y algunas de sus experiencias, es joven y se nota conmovida, escucha atentamente a la investigadora y de vez en cuando asiente con la cabeza. “Para mi esto es nuevo, llevo mi tratamiento en un lugar privado, me considero una persona privilegiada, sin embargo esto me hace sentir arropada, jamás había convivido con mi comunidad de esta manera”, afirma mientras comienza a llorar.
Para finalizar el evento, el personal se reúne para dar las gracias, al menos el 50% de la planilla son personas trans y no binarias, algo que desde el inicio se buscaba para que quien asistiera a la unidad sintiera comodidad, empatía y respeto. Oyuki se nota emocionada, entregó algunos reconocimientos a los participantes para conmemorar el día, una ola de aplausos y abrazos inundan el lugar.
Pronto, el espacio queda vacío, durante unas horas reunió en su interior prostitutas, doctores, cantantes, licenciadas, comerciantes, artistas, para celebrar su identidad. “Que se te note lo trans”, dice uno de los stickers que se venden en el lugar, porque de lo que no se habla, no existe y lo que no existe, se margina.