VALORACIÓN Y VIGENCIA EN ORTEGA.-15 Valor: 1 punto. 1. Fue el principal responsable intelectual de la llegada de la II República a España y uno de sus máximos críticos cuando ésta empezó a ser rota por los sectarios extremistas de izquierda y derecha. Y no aceptando el problema catalán en términos de "soberanista" considerado como nacionalismo particularista, que tanta actualidad tiene hoy en España. Hubo un devastador choque parlamentario entre Ortega y Azaña sobre la autonomía catalana que hizo a Ortega disolver La agrupación al servicio de la República y abandonar la política. 2. Fue antimonárquico, considerando a la monarquía un régimen añejo, institución freno, representante de los grandes capitales, la alta jerarquía del ejército, la aristocracia de sangre y la iglesia. Pero de la República dirá: "una cosa es la República y otra el Radicalismo". 3 Así que podríamos establecer lo de acuerdo que estaría Ortega con la constitución española de 1978, con el actual sistema democrático español de monarquía constitucional, respetuoso de los derechos fundamentales, en la búsqueda de concordias y consensos, y plenamente integrada en el proceso civilizador europeo. 4- Su filosofía raciovitalista, capaz de integrar en un solo modelo la razón y la voluntad, además de promover el diálogo y la argumentación lleva a la defensa de la democracia liberal contra las imposiciones totalitarias de todo signo, justo en el momento en que Europa se despeñaba por el totalitarismo nazi y comunista. Ortega rechaza todo tipo de totalitarismo: fascismo, nazismo o bolchevique. 5. El pensamiento de José Ortega y Gasset revolucionó la Filosofía en España y buena parte de los medios intelectuales no estrictamente filosóficos. La Filosofía de Ortega marcó un hito ya que puso al pensamiento español en relación directa y de igualdad con el pensamiento filosófico que se estaba generando en Europa. Especialmente con el neokantismo( en su época alemana), el vitalismo(en especial Nietzsche), el historicismo(con Dilthey) y el existencialismo( Heidegger o Sartre). 6. Una apuesta por una España “vertebrada” integrada en Europa sin renunciar a la identidad e idiosincracia. Pidió ciencia y europeización como solución a los problemas hispanos. La salvación en España está en la seria colaboración de los intelectuales. En este sentido Ortega afirmaba que la educación tenía mucho que decir, en este sentido la universalización de la educación hasta los 16 años y apertura de los estudiantes al mundo sobre todo a Europa, (siempre que no sea sólo para solucionar el problema del paro) como ampliación e investigación. 7. La involución que el final de la Guerra Civil produjo en la Filosofía, con una vuelta a la Neoescolástica, supuso un paréntesis en la influencia de Ortega en España, pero no en América, donde residieron y enseñaron numerosos discípulos suyos donde sobresale José Gaos. 8. La Filosofía de Ortega ha sido innovadora hasta tal punto que muchos de los supuestos sobre los que se asentaba no se han dado hasta décadas después de la muerte de su autor. El triunfo de las masas, expuesto en La rebelión de las masas, se ha visto en
los tiempos presentes. La deshumanización del arte es una de las grandes pautas interpretativas de la estética contemporánea. 9. La obra de Ortega tuvo mucha influencia en el pensamiento español contemporáneo. De hecho, la denominada Escuela de Madrid, formada en la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid, está compuesta en casi su totalidad por discípulos de Ortega (hasta el punto de que algunos historiadores han propuesto cambiar la denominación “escuela de Madrid” por “orteguismo”). Entre estos se encuentran a Julián Marías, a Xavier Zubiri y María Zambrano. Marías prosiguió la labor expositiva del pensamiento en general de su maestro:la vida como realidad radical, el hombre como fruto de la historia, el problema de la libertad, Zubiri profundizó y fundamentó las intuiciones orteguianas en los abruptos terrenos de la metafísica que ya habían sido expuestas en Unas lecciones de metafísica. Y Zambrano sustituyó la “razón vital” por una razón más femenina: “la razón poética”. 10. La Escuela de Madrid tuvo, como tal escuela, una duración muy corta. Aunque la influencia de Ortega sobre estos pensadores es anterior, solo puede afirmarse que existen como escuela a partir del año 1933, momento en que el gobierno concede a la Facultad de Filosofía y Letras la plena autonomía administrativa y académica, en el marco de la reforma universitaria llevada a cabo por la II República. La Escuela de Madrid desaparecería tres años después, en 1936, al comenzar la Guerra Civil española y dispersarse sus miembros en el exilio. Sin embargo, esto no impedirá que la influencia de Ortega siga vigente, y además contribuirá a su exportación a los países latinoamericanos, donde ejercieron la docencia universitaria muchos discípulos de Ortega en el exilio. 11. También tuvo Ortega una considerable influencia sobre los pensadores que permanecieron en España tras el final de la guerra. A partir de ese momento la filosofía académica quedó reducida a la corriente oficial defendida por el nuevo régimen franquista, esto es, a la neoescolástica interpretada desde el punto de vista nacionalcatolicista que caracterizaba al régimen. Juan Zaragüeta, que era catedrático de psicología en la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid ya antes de la guerra (compañero, por tanto, de Ortega) fue el encargado de organizar los programas de filosofía neoescolástica en todas la universidades españolas. Esto supuso, al tiempo, que se prohibiera la docencia universitaria a todos aquellos que no compartieran dicha línea (entre ellos, Ortega). I. 12. Este pensamiento neoescolástico era totalmente contrario al liberalismo y agnosticismo que representaba el pensamiento de Ortega, pero existía otra línea de pensamiento católico, conocida como “espiritualismo cristiano”, que si reclamaba la influencia de Ortega. Esta corriente provenía del sector más revolucionario de Falange, encabezado por Dionisio Ridruejo, que consideraba que la dictadura franquista no respondía al ideario falangista sino al conservadurismo de la derecha tradicional (es el planteamiento falangista de la “revolución pendiente”). A este movimiento pertenecían algunos de los más destacados intelectuales que decían tener alguna influencia de Ortega: José Luis López Aranguren (1909-1996), Pedro Laín Entralgo (1908-2001) y sobre todo Julián Marías (1914-2005) que fue colaborador directo de Ortega y fundó con éste el Instituto de Humanidades en 1948.
13. Varios autores tomarán la fecha de 1956, , como referente para hablar de una “generación del 56”, que entre otras novedades introdujo en España otras corrientes de pensamiento, fundamentalmente tres: la filosofía analítica, desarrollado en los países anglosajones desde 1910, pero que no tuvo repercusión alguna en España hasta los años 60 (sus principales representantes son Jesús Mosterín y Manuel Garrido); el pensamiento dialéctico, esto es, el pensamiento de origen marxista no oficial (siguiendo no la línea ortodoxa de la URSS, sino los desarrollos posteriores basados sobre todo en la Escuela de Frankfurt, y representada por Gustavo Bueno); y la corriente neonietzscheana, que retomaba la influencia vitalista de Nietzsche pero en un sentido postmoderno y en parte anarquizante muy diferente del vitalismo de Ortega (representado sobre todo por Fernando Savater, Eugenio Trias y Agustín García Calvo). . 14. Desde ese momento, la influencia de Ortega decayó en la filosofía española, llegando a ser considerado como un pensador anticuado y conservador asociado a las formas intelectuales del régimen franquista. La celebración del centenario del nacimiento de Ortega, en 1983, supuso un intento de recuperación de su pensamiento, y en la actualidad vuelven a publicarse muchos estudios sobre su obra, tanto en España como en el extranjero, aunque esto no ha devuelto a Ortega la posición preeminente, casi exclusiva, que tuvo en la filosofía española hasta la década de los 60. 15. Esta es la vigencia y parte del legado de Ortega y Gasset. Él ya cumplió, ahora nos toca a nosotros. De quien escribió Antonio Machado en su Proverbio y Cantar se cuestiona y nos interroga, a la vez, a nosotros: "¿Hacia qué cosas está abierto el ojo de Ortega y Gasset? A la filosofía, a los toros, la literatura, la caza, el arte, a Ibn Hazm de Córdoba y Burckhardt, la Roma Imperial, las mujeres, el amor, el mundo, los griegos, la tertulia, el viaje, el hombre, la vida...y siempre, esa España que fue su aventura y preocupación por vertebrarla y entenderla. En esos laberintos nos encontramos hoy. Esa es nuestra tarea, uno de los temas de nuestro tiempo". Sevilla, julio 2015