Apuntes de Aquino y Descartes

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La influencia de Aristóteles en Tomás de Aquino y las características del racionalismo. Tomás de Aquino. Siglo XIII. 1. El aristotelismo de Tomás de Aquino. 1.1. Sobre la eternidad del mundo. 1.2. Dios es acto puro. 1.3. Sobre el alma. 1.4. Argumentos para demostrar la existencia de Dios. Filosofía moderna. Siglo XVII. 2. Descartes. 2.1. Características. 2.2. Teoría de las ideas. 1. El aristotelismo de Tomás de Aquino. 1.1. Sobre la eternidad. a. Respecto a la eternidad del mundo, sostuvo que el sistema aristotélico no implicaba necesariamente la eternidad del mundo ni el concepto cristiano de creación excluía la posibilidad de que el mundo fuera eterno: puede ser eterno y creado. 1.2. Dios es acto puro b. Define a Dios con categorías aristotélicas: acto puro, sin ningún tipo de potencia. La inmutabilidad se define en función del grado de actualidad, entendido el movimiento como paso de potencia a acto. Dios ha de ser inmutable porque es acto sin potencia. c. Aquino corrige el aristotelismo en un punto: Aristóteles sostuvo que el mundo no fue creado sino que éste es eterno: El primer motor o acto puro es el principio del origen del movimiento del universo y el fin hacia el que el mundo se orienta. Pero Santo Tomás afirma que, de acuerdo con el cristianismo, Dios creó el mundo. Por tanto, Dios conoce el mundo, y lo hace al tiempo que se conoce a sí mismo. 1.3. Sobre el alma. Aquino afirma que el hombre constituye una sustancia única, cuyos elementos fundamentales son el alma y el cuerpo. Como Aristóteles negaba la inmortalidad del alma, Aquino se aleja de Aristóteles en este punto y echa manos de Platón, intentando una difícil síntesis entre platonismo y aristotelismo.

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1.4. Argumentos para demostrar la existencia de Dios. Santo Tomás, como creyente y filósofo, buscó un fundamento racional a la existencia de Dios. Tomás de Aquino piensa que es posible demostrar la existencia de Dios, y que el procedimiento más adecuado es partir de los seres que existen en el mundo natural hasta llegar a la causa inicial que originó el primero de todos los antecesores. Es una demostración a posteriori, pues se remonta del efecto a la causa anterior -a priori- sería ir desde la causa hasta el efecto-. Aquino expuso un conjunto de argumentos para demostrar la afirmación «Dios existe». Todas tienen una estructura similar, en varios pasos: a) Constatar un hecho de experiencia -movimiento en la Naturaleza-. b) Aplicar el principio de causalidad al hecho constatado -todo lo que se mueve es movido por algoc) Insistencia en que es imposible una serie infinita de causas; d) Parte de que hay causas causadas para terminar en la existencia de una Causa Incausada o Acto puro. e) Existe un primer motor, «a eso le llamamos Dios», etc.-. 2. La filosofía moderna. Descartes. 2.1. Racionalismo. Características. Del latín, ratio, razón. En general, actitud filosófica de confianza en la razón, las ideas o el pensamiento, que exalta su importancia y los independiza de su vínculo con la experiencia. En este sentido de exaltación de la autonomía de la razón, el racionalismo se aplica tanto a filósofos de la antigüedad griega, como Parménides y Platón, como al pensar crítico de los filósofos ilustrados contra las ideas socialmente admitidas. En sentido estricto, es el «racionalismo moderno» que, como corriente filosófica, nace en Francia en el s. XVII y se difunde por Europa, en directa oposición al empirismo, y que sostiene que el punto de partida del conocimiento no son los datos de los sentidos, sino las ideas propias del espíritu humano. Se alinea con el espíritu de la Reforma protestante que mina el principio de autoridad doctrinal y con el método científico impulsado por la revolución científica. El racionalismo moderno, revolucionario para su época, y cuyos principales representantes son Descartes, su iniciador, Spinoza y Leibniz, representa no obstante una visión general del mundo y del conocimiento armoniosa, ordenada, racional, geométrica y estable, basada en el pensamiento metódico, la claridad de ideas (principio de evidencia) y la creencia en la estabilidad de las ideas (la doctrina sobre la sustancia), y acompañada, en el terreno de las artes, por el «clasicismo», mientras que, en el lado opuesto, el empirismo representa una visión del mundo dinámica, cambiante, interesada por la utilidad del saber, innovadora en teorías del conocimiento y de la sociedad, acompañada a su vez en el mundo del arte por el «barroco», de características opuestas al clásico. La estabilidad del ser, frente a la confusión dinámica del devenir. Las principales doctrinas racionalistas son la afirmación de: 1) La existencia de ideas innatas. Página 2


2) La relación directa -prácticamente coincidencia- entre pensamiento y realidad, que Spinoza expresó gráficamente con la frase «El orden y conexión de las ideas es el mismo que el orden y la conexión de las cosas». 3) El conocimiento es de tipo deductivo, como el que se da en las matemáticas. 4) un carácter fundamental de la sustancia. La forma característica de argumentación racionalista excluye el recurso a la experiencia y al conocimiento que proviene de los sentidos, y se remite exclusivamente a la razón, a la claridad y distinción de ideas y a la suposición de que el buen pensar coincide forzosamente con la realidad: conocer es conocer por la razón. 2.3. Teoría de las ideas innatas. Racionalismo. Descartes distingue las ideas innatas de las ideas que tienen su origen en los sentidos y en la imaginación. Son, por ejemplo, según este autor, las ideas de “pensamiento”, “infinitud”, “existencia”, “extensión”, “causa”. De ellas afirma que no se adquieren por ningún tipo de experiencia sensorial, sino que o están grabadas en el espíritu o no son más que un desarrollo de la propia capacidad de pensar. Quizá pueda interpretarse que, respecto de ellas, la experiencia, que las suscita, sea sólo la ocasión que la mente recoge para, basada únicamente en su propia potencialidad, pensarlas como ideas claras y distintas, sin necesidad alguna de que la experiencia las confirme. El gran argumento del innatismo ha sido siempre la dificultad de explicar cómo determinados conceptos -el de igualdad, ponía por ejemplo Platón- pueden surgir de la experiencia. La independencia de la experiencia les atribuye un valor epistemológico a priori: son conceptos o principios a priori no adquiridos por la experiencia, e independientes de ella, y que son necesarios para establecer los fundamentos de todo el proceso del conocimiento, en el orden teórico y en el práctico. La existencia de ideas y principios innatos fue duramente criticada por Locke, que frente a ellas levanta el principio empirista de «nada hay en el entendimiento que antes no haya estado en los sentidos». El primero en proponer la necesidad de conocimientos no adquiridos, y por consiguiente innatos de algún modo, fue Platón con su teoría de las ideas o de las formas separadas, o de las dos realidades (el de las ideas y el de las cosas) unidas por el punto de contacto del alma humana que participa de las ideas por cuanto las conoce desde siempre. Hume, al tratar del origen de las ideas, niega llanamente la posibilidad de que una idea no sea copia de una impresión. La discusión entre racionalismo y empirismo indujo a Kant a una nueva fundamentación de ideas tales como sustancia y causalidad, consideradas por él como conceptos a priori, aunque de ninguna manera innatos, del entendimiento humano. En la actualidad, el lingüista Noam Chomsky defiende un cierto innatismo de una estructura profunda del lenguaje, que es el fundamento de donde parte el niño para aprender de la experiencia reglas de transformación que le permitan proyectar aquella estructura profunda en la estructura superficial del lenguaje que aprende. Página 3


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