Comunicado de Prensa “BODAS DE PLATA DE LA CDN, UN FUTURO ENTRE LUZ Y SOMBRAS PARA LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS, SINO ACTUAMOS HOY” El 20 de noviembre de 1989 las naciones del mundo en la Asamblea General de la ONU aprobaron la Convención Sobre los Derechos del Niño, instrumento jurídico que establece los derechos y las obligaciones de los Estados respecto a los niños, niñas y adolescentes (0 a 18 años), en la cual se plantea un marco doctrinario novedoso en donde se reconoce a este grupo social humano, como sujetos y sujetas de derechos y actoras y actores sociopolíticos en la vida de las naciones. Guatemala ratificó dicho instrumento el 10 de mayo de 1990, a partir de lo cual se iniciaron una serie de luchas nacionales por la plena vigencia de los derechos establecidos en dicho instrumento internacional y de incidencia y presión social para que el Estado cumpla con las obligaciones hacia los niños, niñas y adolescentes. Es estos 25 años de la CDN, se recorrió un largo y azaroso camino en materia de derechos de la niñez y de la adolescencia, que nos llevó a confrontarnos con sectores conservadores que afirman que los niños y las niñas no son sujetos de derechos, sin embargo, logramos victorias importantes a partir de la unión de las organizaciones en el Movimiento Social Por los Derechos de la Niñez y de la Adolescencia como:
La aprobación de la Ley de Protección Integral de la Niñez y de la Adolescencia en 2003, La construcción y aprobación de la Política de Protección Integral y el Plan de Acción Nacional a Favor de la Niñez y de la Adolescencia en 2004, La integración de la Comisión Nacional de la Niñez y de la Adolescencia (CNNA) en 2004, El debate nacional y aprobación de la Ley de Adopciones en 2007, La discusión y aprobación de la Ley Contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas en 2009, entre otras.
Dichas victorias no son suficientes para vencer los problemas y graves violaciones a sus derechos, muchos de los cuales en lugar de erradicarse, se ampliaron y costaron la vida de valiosas niñas, niños y adolescentes, lo cual daña irreparablemente a sus familias y a la sociedad guatemalteca en su presente y futuro. Las niñas y los niños víctimas tienen nombre, por lo que una vida se constituye en una perdida invaluable para nuestra sociedad. Al conmemorar los 25 años de la CDN, el Estado, la sociedad, las organizaciones que trabajan por la niñez y la adolescencia, las organizaciones infanto juveniles, las organizaciones populares, campesinas, de mujeres, indígenas, los partidos políticos, los y las funcionarias de Gobierno a todo nivel, académicas y no gubernamentales, debemos reflexionar sobre nuestro papel y comprometernos a dar nuestro mejor esfuerzo para mejorar las condiciones de vida de las niñas y los niños, principalmente de aquellos y aquellas que históricamente son excluidos de las políticas del Estado y del desarrollo integral.
Las autoridades del Gobierno Central, del Congreso de la Republica y del Organismo Judicial como garantes y responsables del cumplimiento de los derechos de la niñez y de la adolescencia, deben comprometerse y destinar el máximo de recursos presupuestarios, humanos y de infraestructura, para que sus derechos sean plenamente vigentes y lograr su protección integral y su buen vivir, lo que coadyuvara a la construcción de una sociedad equitativa y verdaderamente democrática.