Todo el personal de salud del INMP que atienda a gestantes viviendo con VIH y SIDA deberá promover una cultura de respeto a los derechos humanos, con enfoque de género para eliminar el estigma y la discriminación asociada a la enfermedad. Asimismo, los profesionales de la salud deberán tener en cuenta las medidas de bioseguridad universales vigentes durante la atención de parto o cesárea independientemente de que la gestante tenga o no la infección por VIH.
La experiencia de vivir con el VIH para las mujeres reviste una complejidad de situaciones difíciles y problemáticas que van mucho más allá de la condición de salud física, por el contrario su gravedad estriba en la intersección que se da entre la infección del cuerpo y el mundo de relaciones e interacciones sociales del que ellas son parte, intersección en la que se manifiestan de la manera más cruda la discriminación, la violencia, el maltrato, el estigma, vinculados a la condición de pobreza, etnicidad, educación y género.