Parte 2: Reflexión Teórica
Tradicionalmente, se ha pensado que el dominio teórico antecede al dominio práctico, razón por lo cual en la formación inicial se permitía que el profesorado en formación (estudiantado practicante) fuera a las Instituciones Educativas sólo después de cursar las asignaturas teóricas. Desde esta perspectiva, la formación docente concibe la buena enseñanza como la traducción de la teoría a la práctica (Korthagen, 2001). Es decir, hay que “saber” sobre docencia para “hacer” docencia. Una aproximación distinta plantea que el proceso de aprender a enseñar requiere comenzar con la inserción en una Institución Educativa, ya que hay que “hacer” docencia para “saber” sobre docencia. Desde esta perspectiva, el futuro profesorado se involucra desde el inicio de su formación en actividades significativas, como por ejemplo, interacciones con el estudiantado de Educación Básica Regular. Cuando se va desde la práctica a la teoría, el “valor de uso” de la teoría se vuelve más visible para guiar un análisis de las características del contexto, y sus implicancias para el trabajo profesional (Korthagen y Kessels, 1999). 3.1 Habilidades sociales: liderazgo del estudiante-practicante La variedad y cada vez más complejas demandas que la sociedad le plantea al ejercicio de la función docente hacen recomendable que el profesorado disponga en su desempeño de las competencias propias del liderazgo, que le permiten promover aprendizajes en sus alumnos, inducir el cambio y la innovación, y convocar a los participantes del proceso educativo para conformar una comunidad educativa que posibilite la consistencia y coherencia de las visiones, motivaciones, estrategias y compromisos de sus integrantes.
Dentro de este panorama emerge distintivamente la función docente ejercida por el profesional profesor Esta función la realiza el profesor en un ambiente social convulsionado, turbulento, con fuertes tensiones económicas, culturales y políticas que desafían su profesionalismo, colocándolo en una verdadera encrucijada; puesto a su vez la sociedad le exige resultados de calidad. Resultados que, muchas veces, no coinciden con la educación esperada por los diversos grupos de presión e interés que coexisten en el medio social. Por otro lado, tampoco se observa la fehaciente expresión de voluntades y esfuerzos para conformar efectivas redes de apoyo sinérgico que legitime, promocione y valore la educación como fundamental actividad humana de desarrollo personal y social.
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MÓDULO II
En la actualidad todas las profesiones han evolucionado para responder a los nuevos requerimientos y demandas que la sociedad paradigmática les impone, desafiando la filosofía, las ciencias y las teorías que las sustentan; las ciencias y las tecnologías que las instrumentalizan y la ética que las compatibiliza con el sistema de valores en que coexisten.