PRIMEROS
AUXILIOS
EMOCIONALES
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Los Primeros Auxilios Psicológicos PAP, son aceptados en la Organización Mundial de la Salud OMS.
Martha Jaramillo B. Psicóloga Conductual marthajaramillobotero@gmail.com
Ilustración Farley Montoya
A T S I V E R Primeros auxilios emocionales
EDICIÓN No.1
PRIMEROS
AUXILIOS
EMOCIONALES
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Por: Martha Jaramillo B.
Por lo tanto es normal que después de un suceso importante o tras vivir una situación de peligro las personas entren en un estado de shock, para sobrellevar estas situaciones existe una herramienta llamada PRIMEROS AUXILIOS EMOCIONALES.
Para la solución de conflictos cognitivos, emocionales y conductuales.
Ilustración Farley Montoya Una crisis emocional puede llegar como un huracán a nuestras vidas, saber manejarla a tiempo y que no derive en una depresión o en un trastorno psicológico más grave es fundamental.
Cuando una persona experimenta una crisis emocional, lo más común es que experimente una serie de fases:
1 Parálisis:
La primera y más habitual, es decir, no sabe, no se puede reaccionar ante lo que está ocurriendo, esto no es más que un mecanismo de defensa ante la situación.
2 Incertidumbre:
Tras la parálisis, llega la incertidumbre, ya que se deben tomar determinadas decisiones a raíz de lo acontecido, lgunos psicólogos denominan a esta fase o sentimiento como “ansiedad confusional”.
3 Miedo irracional:
Es decir, sufrir miedo a una situación que se cree que genera una amenaza, pero no es real, esto se debe a una desconfianza total a las personas que nos rodean e incluso al exterior.
4 Ayuda: La terapia es el rescate inmediato para recuperarse de una crisis emocional, sin embargo, la ayuda y apoyo de todos los que rodean a la persona que sufre una crisis, será clave para superarla, transmitir calma y serenidad serán los pilares de una pronta recuperación.
La que nos puede ayudar a enfrentar estos escenarios de mejor forma, disminuyendo la posibilidad de secuelas a futuro, estos se definen como una herramienta de apoyo, pensada para acompañar a aquellas personas que se encuentran en estado de crisis y que tienen como objetivo recuperar el equilibrio emocional, para prevenir la aparición de secuelas psicológicas.
A Escucha activa: Puede tomar entre 10 a 20 minutos, saber comunicarse con una persona
angustiada, ansiosa o alterada es fundamental, en este estado, la persona
puede querer o no contarle su historia; escuchar ese testimonio puede ser
de gran ayuda para calmar a la persona afectada, por lo cual es esencial dar
espacio para que ella cuente de manera espontánea lo que le está ocurriendo, pero sin presionarlo; para otras personas guardar silencio será preferible: permanecer a su lado, en silencio, puede ser de gran ayuda, lo central
de la escucha activa es ser capaz de transmitirle a la otra persona
que allí hay un ser humano que está comprendiendo lo que le pasa.
El lenguaje corporal es fundamental para transmitir comprensión y empatía, utilizar las posturas, los gestos y el contacto visual son parte esencial de esta técnica, hágale entender al afectado que está escuchándolo, resuma las causas del sentimiento utilizando el estilo del relato y considerando las palabras referidas por el afectado, tenga paciencia con el relato, sin preguntar por detalles que la persona no ha referido, tolere los espacios de silencio, de pena o de llanto.
Permanezca cerca a la persona, sentado a su lado y mirando al rostro, solo toque a la persona en actitud de apoyo si está confiado de que será bien recibido por ésta, puede preguntarle si le incomoda, utilice técnica reflejo, adoptando posturalmente una actitud similar a la del afectado, que le comunique que usted está en la misma “sintonía afectiva”, hágale saber que comprende su sufrimiento y que entiende que se puede estar sintiendo muy mal, sin ser autorreferente.
En ese primer contacto evite: Distraerse, mirar el reloj, el celular o hacia otro lado. Apresurarse a dar una solución si la persona quiere ser escuchada. Juzguar lo que la persona hizo o no hizo, sintió o no sintió. Contar la historia de otra persona. Tocar la persona si no está seguro de que sea bien recibido. Minimizar o dar falsas esperanzas cómo: “puedo asegurarle que usted va a salir adelante”, si la persona está muy angustiada primero ayúdela a calmarse.
C Priorización de necesidades: Luego de un evento traumático, un episodio de ansiedad o de pánico, es común que se produzca confusión mental y las personas tengan dificultades para ordenar los diferentes pasos que debe seguir para solucionar su problema, escuche el relato e identifique las preocupaciones del afectado, ayúdelo a priorizar sus necesidades, se le pide que distinga entre lo que necesita solucionar inmediatamente y lo que puede esperar, puede preguntarle qué cosas le han ayudado en el pasado cuando ha tenido estos episodios, y lo que no debe hacer es, decir cuáles son sus necesidades, sin prestar atención al relato del afectado y resolver las necesidades a medida que el afectado las va mencionando, sin organizar ni jerarquizar.
B La respiración: Algunas personas que han vivido una crisis pueden mostrarse ansiosas o alteradas, sintiendo confusión o encontrándose sobrepasadas por la situación, observándose temblorosas, teniendo dificultades para respirar o sintiendo su corazón muy agitado; explíquele que la forma como respiramos influye en nuestras emociones y que por eso el yoga y la meditación se trabajan con la respiración, ensayaremos la respiración que consiste en inspirar, exhalar y luego esperar un momento con los pulmones vacíos hasta volver a inspirar, lo importante es la pausa luego de vaciar los pulmones.
La forma como se respira modifica las emociones, cuando se bota el aire se relaja más que cuando se inspira, al contrario de como se suele creer, por lo que se puede entrar en un estado de calma, si se prolonga el tiempo en que los pulmones estén vacíos; indíquele al afectado que lo haga diariamente, tres veces al día y cada vez que se sienta angustiado.
D Alfabetización emocional: Dígale qué son las emociones y cómo puede aprender a manejarlas, cuéntele cuales son las estrategias y respuestas positivas ante el estrés; debe saber que todas esas sensaciones que está experimentando son muy comunes después de una experiencia así, la mayoría de las personas que han vivido una situación tan estresante las presentan por días e incluso semanas, pero luego se van yendo, no significa que esté perdiendo la cabeza o que sea débil, contarle que todas esas sensaciones que está experimentando son muy comunes después de una experiencia así; y que afortunadamente los seres humanos salimos adelante de este tipo de situaciones, por más duras que parezcan, por lo que hay confianza en que se puede superar todo esto.
Recordarle que el estar más emotivo, quizás con un poco de insomnio, no poder parar de pensar en lo que pasó, más temeroso, más irritable, por momentos más retraído… todo eso es normal, y que se ponga alerta si con los días eso no va pasando o si aparecen ganas de morir, hacerles daño a otros, si aparecen crisis de pánico repetidas, QUE BUSQUE AYUDA.
¿Cómo se puede superar una crisis emocional? No magnificando el problema, pensar que lo que se vive está en el presente no en el futuro esto aliviará la ansiedad, no permitir que sus pensamientos aumenten sus preocupaciones, aceptar la situación, dejar de luchar contra ella y vivirla, asumir lo que está pasando, observar qué es lo que lo ha llevado a esa situación, desarrollar nuevas actitudes para poder hacerle frente al problema, evita el sentimiento de culpa, cambia el enfoque, frena el enfado y por último pide ayuda, porque muchas veces no se es capaz de afrontar la crisis en solitario, pedir ayuda aliviará la presión en una situación conflictiva y atajará el problema con mayor rapidez.
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El camino de salida no será así como de un momento a otro, no es que un día se despierta y la crisis ya terminó, pues es un proceso interno de constante movimiento en el que se va sanando, superando, entendiendo, procesando y evolucionando, el cambio no se da de un día para el otro, está en una constante evolución, aunque no se dé cuenta de los pequeños momentos que lo van generando y parezca que fue de un día para otro; no permita que las circunstancias tengan tanto poder sobre sus emociones, se puede vivir el dolor, la pena, y la preocupación, pero no abandone todo sentido de paz dentro de su mente; cuando se atraviesa por una crisis, es cuando más contacto consigo mismo se ha de tener, evita escapar afuera, entra a su interior, habla consigo mismo y escúchale.
Por último, estas son las reacciones, emocionales y físicas, cognitivas e interpersonales, comunes frente a experiencias traumáticas, que el terapeuta debe conocer, para poder manejar las emociones: REACCIONES EMOCIONALES • Estado de shock • Terror • Irritabilidad • Sentimiento de culpa • Rabia • Dolor o tristeza • Embotamiento emocional • Sentimiento de impotencia • Pérdida de disfrute de actividades familiares • Dificultad para sentir alegría • Dificultad para experimentar sentimiento de amor
REACCIONES COGNITIVAS • Dificultades para concentrarse • Dificultades para tomar decisiones • Dificultades de memoria • Incredulidad • Confusión • Pesadillas • Autoestima decaída • Noción de autoeficacia disminuida • Pensamientos culposos • Pensamientos o recuerdos instructivos sobre el trauma • Preocupación • Disociación: visión túnel, estado crepuscular de conciencia, sensación de irrealidad, dificultades para recordar, sensación de separación del cuerpo
REACCIONES FÍSICAS • Fatiga, cansancio • Insomnio • Taquicardia o palpitaciones • Sobresaltos, exaltación • Incremento de dolores físicos • Reducción de la respuesta inmune • Dolores de cabeza • Perturbaciones gastrointestinales • Reducción del apetito • Reducción del deseo sexual, vulnerabilidad a la enfermedad
REACCIONES INTERPERSONALES • Incremento en conflictos interpersonales • Retraimiento social • Reducción en las relaciones íntimas • Alienación • Dificultad en del desempeño laboral o escolar • Reducción de la satisfacción • Desconfianza • Externalización de la culpa • Externalización de la vulnerabilidad • Sensación de abandono o rechazo • Sobreprotección