Documento para su presentación en el VI Congreso Internacional en Gobierno, Administración y Políticas Públicas GIGAPP-IUIOG. Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, Madrid, del 29 de septiembre al 2 de octubre de 2015.
Ciudades inteligentes: el papel del arquitecto público de sistemas complejos
Claude Rochet, Universidad de Aix-Marsella, Institut de Management Public et de GouvernanceTerritoriale. Email: claude.rochet@univ-amu.fr Juan David Pinzón Correa. Universidad de Aix-Marsella, Institut de Management Public et de GouvernanceTerritoriale. Eail: juan.pinzon-correa@etu.univ-amu.fr
Resumen: Esta comunicación tiene por objeto ilustrar cómo la concepción de una ciudad inteligente requiere de una inteligencia especifica, que entra en la figura de lo que llamamos un “arquitecto sistémico” a cargo de una nueva actividad llamada la “integración”. Nos basamos en los desarrollos constatados en el campo de las ciencias de los sistemas complejos cuyo renacimiento viene de la mano del desarrollo de las aplicaciones informáticas de modelización: la idea central es que une ciudad es un sistema complejo cuyo valor es mayor a la suma de sus partes, lo que supone que ciertas funciones claves de la ciudad como “bien vivir”, “vivir en buena salud”, trasladarse o “envejecer en la ciudad” no son imputables a una función en particular sino que existen como resultado de la interacción entre funciones básicas. El trabajo del arquitecto sistémico – papel que los poderes públicos han de asumir– es precisamente el diseño de esta integración. Es una nueva competencia que deben adquirir tanto las empresas como los responsables del sector público.
Palabras clave: Ciudad inteligente, Smart City, Sistemas complejos, UrbanLifecycle Management
El crecimiento de la población mundial y las altas tazas de urbanización plantean una serie de problemas sociales, económicos, técnicos y organizaciones que ponen en peligro el desarrollo sostenible de las ciudades. El vertiginoso crecimiento que han experimentado numerosas urbes ha generado externalidades negativas como contaminación, problemas de movilidad y desigualdades sociales. En este contexto ha surgido un debate sobre la eficiencia de las soluciones basadas en la tecnología y de los nuevos enfoques de la planificación urbana, en la búsqueda de una ciudad viable, prospera y sostenible (Nijaki yWorrel, 2012). El concepto de ciudad inteligente se ha posicionado en el centro de este debate y aparece hoy en día como un nuevo paradigma del desarrollo urbano inteligente y del crecimiento socioeconómico sostenible. A pesar del uso cada vez más frecuente del término en ámbitos académicos y profesionales (en gobiernos y administraciones, empresas y consultoras1), a la fecha no existe una definición precisa y operante de lo que es una ciudad inteligente (Lazariou y Roscia, 2012). Además de las discrepancias semánticas en los medios académicos, existen hoy en día experiencias empíricas que pretenden demostrar qué es una ciudad inteligente.Songdo en Corea o Masdar en Abu Dhabi son ciudades que, propulsadas por grandes compañías (como Cisco en Songdo), se dicen inteligentes, en la medida en que la concepción de la urbe se apoya en cierto tipo de tecnología, pero a las que se les critica la calidad de vida que ofrecen a sus habitantes. La literatura científica sobre las ciudades inteligentes es pluridisciplinaria. En los trabajos de compendio se citan a la vez investigaciones en los campos de estudios urbanos, gobierno electrónico, ciencias de la información, ciencias de los sistemas y administración pública (Chourabi et al., 2012). El interés transdisciplinar por este objeto de estudio puede explicar la persistencia de la falta de una definición compartida.En un estudio amplio de la literatura, Neirotti et al. (2014) proponen distinguir las políticas y iniciativas llamadas inteligentes según los campos sobre los cuales éstas actúan. Se constata que las iniciativas que se focalizan en la tecnología (“techno-pushed”, a menudo bajo el impulso de grandes compañías de tecnología) constituyen hoy en día el modelo predominante de lo que es una ciudad inteligente. Como explicitaremos luego, 1
Las ciudades inteligentes representan un mercado evaluado, para las próximas tres décadas, en 350 billones de dólares estadounidenses en términos de construcción, mantenimiento y operación de ciudades en todo el mundo (Reporte del WWF “Reinventingthe City”, 2012).
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las iniciativas sobre los campos llamados duros (hard) prevalecen sobre aquellas que buscan cambios en los campos suaves (soft). Así, las ciudades inteligentes parecen tener como característica principal la presencia y la acumulación de dimensiones tecnológicas, “inteligentes” (Smart girds, Smart buldings, Smart computing, etc.). Sin embargo, otras corrientes, que definen a una ciudad como un sistema complejo, subrayan el papel central que juegan los ciudadanos en la adopción de esta dimensión tecnológica y la necesidad de integrar, de “ligar2” los diferentes subsistemas que conforman el ecosistema urbano, para así pretender constituir una ciudad inteligente. Lo que hace a una ciudad inteligente es pues la riqueza de las conexiones entre los subsistemas urbanos (Rochet, 2015). Así, en este documento 3 definiremos primero la ciudad inteligente como un ecosistema, que es mucho más que la suma de sus partes, en donde la sostenibilidad se alcanza y perpetua a través de las interacciones de las diferentes funciones urbanas. Luego, presentaremos una metodología para acompañar un desarrollo sostenible de las ciudades, el “UrbanLifecycle Management”, en donde se explicitan las funciones del sistemaciudad. Esto nos permitirá seguidamente presentar el papel del integrador, que como su nombre indica integra las funciones de una ciudad, entonces inteligente. Para terminar, se presenta una concepción de un Gobierno inteligente para una ciudad inteligente, y las nuevas capacidades que éste debería desarrollar.
1. En búsqueda de la inteligencia de las Smart cities, o la necesidad de entender la ciudad como un ecosistema urbano En la literatura, la ciudad inteligente ha recientemente sido definida como un ecosistema (Neirotti et al. 2014): un sistema en donde la totalidad es más que la suma de las partes y el cual tiene propiedades autopoieticas, es decir que tiene la capacidad de reproducirse 2
Edgar Morin, referencia del Pensamiento Complejo, recuerda a menudo la etimología de la palabra inteligencia, del latin “inter-legere”, que abarca la idea de ligar, de construir vínculos, entre elementos separados. 3 Principalmente basado en documentos publicados por el primer autor, entre los cuales Rochet C. (2015). UrbanLifecycle Management: A ResearchProgramfor Smart Government of Smart Cities. AnnualConference of theEuropeanGroupforPublicAdministration, Sciences Po Toulouse, August 26-27., y Rochet C. (2014), Les villesintelligentes, enjeux et stratégies pour de nouveaux marchésÉtuderéalisée avec le concours de CERGAM, CESAMES, et du Service de coordination à l’intelligenceéconomique (Ministèrefrançais des finances et des comptes publics).
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y mantenerse por sí mismo. El concepto de ecosistema se basa en aquel de sistema: un “conjunto dinámico de subsistemas en interacción (sistemas de gestión de energía, sistemas de transporte, de gestión del agua, sistemas sociales, ecosistemas climáticos locales, habitantes, …) y que interactúa con su entorno y es capaz de conservar su identidad y de enriquecer su diversidad interna” (Rochet, 2015) Así, el ecosistema urbano, por analogía con el concepto de ecosistema natural, se entiende como un “ecosistema construido por el hombre que integra el conjunto de los elementos constitutivos de una ciudad que interactúan de manera natural, entre ellos y con su entorno, en un estado global de equilibrio que permite la durabilidad de la ciudad dentro de sus intercambios con su entorno: retención de recursos, creación de riqueza y de bienestar, producción y reciclaje de desechos” (Rochet, 2015). Desde el punto de la arquitectura de sistemas, y entonces del arquitecto del ecosistema urbano, este enfoque implica varios elementos. Primero, el arquitecto debe definir un perímetro que comprenda todos los competentes que tienen un impacto crítico en la vida de la ciudad: las necesidades de la ciudad, la importación de productos que han podido ser producidos sin preocuparse del desarrollo sostenible 4 (contaminación, empleo infantil, explotación laboral, emisiones de carbono, etc.). Segundo, el arquitecto debe considerar el sistema como un sistema vivo, en donde el comportamiento de los habitantes determina la sostenibilidad de las propiedades ecosistémicas de la ciudad. La hipótesis que fundamenta este punto es que los sistemas materiales, junto con los inmateriales (como lo son la historia, la cultura, la antropología y el capital social), juegan un rol. Una corriente en la literatura de la economía del desarrollo, que rechaza la corriente preponderante en economía para la cual todos los territorios son relativamente intercambiables, hace hincapié en el “territorio inteligente” como un conjunto desestructurado de tradiciones, cultura e instituciones informales, capaz de formar un entorno innovador (Aydalot, 1986). Si se considera pues a la ciudad como un ecosistema,según las leyes de la teoría general de los sistemas (Ashby, 1962) puede ser representadade la siguiente manera:
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Estos costes e impactos medioambientales deben ser tomados en cuenta en la balanza de la ciudad.
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Grráfica 1. Tomada de Ro ochet(2015)): 5 Un ecosistema e u urbano tienee pues una finalidad, f un na visión esstratégica coonstruida po or los actorres públicos, económiicos y por los habitaantes de la ciudad. E Esta finalidaad es realizzada a travéés de las acttividades dee la ciudad, la cual presserva su ideentidad en medio m de laas interaccioones con su entorno. Este sistema puuede ser diividido en estructurasaarborescenttes de subssistemas, en n tres funciiones. Estass funcioness pueden seer distinguid das, según si perteneceen a los caampos “duroos” o “suavves” (hard,ssoft), como lo hacen Neeirotti et al. (2014). Laa diferencia entre amboos reside enn el rol clavve de facilitaación que pueden jugarr las TIC.Loos campos duros d incluuyen: edificcios de oficcinas y residenciales, redes de energía, e reccursos natu urales, maneejo del aguua y de la energía, manejo m de desechos, d m medio ambiiente, transp porte, moviilidad y loggística. En estos campoos, mejorar la l sostenibillidad pasa por el desarrrollo de siistemas TIC C, acompaññados de inntervencion nes públicaas apropiaddas y planeación urbanna. Por lo contrario, los campoos suaves in ncluyen áreeas como lla educació ón, el bieneestar, el cappital social, la administtración púb blica, el emppleo, las acttividades cíívicas y la economía.. En estas áreas, las TIC juegaan un rol más limitaado y no tienen t necesariamente como objettivo el procceso y la in ntegración de d informacciones en tieempo real.
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Lo que hace a una ciudad inteligente es la riqueza de conexiones entre los diferentescampos. Aquí hacemos referenciaa una estructura arborescente en el sentido de la arquitectura de sistemas complejos de Herbert Simon (1969), en donde el diseñador conecta los subsistemas para permitir al sistema que emerja según el objetivo deseado. En su trabajo seminal “A City isNot a Tree” (1965) Christopher Alexander, un arquitecto de formación matemática y profesor de Berkley, criticó la concepción del movimiento de planeación urbana en Estados Unidos, considerándolo una “lucha contra la complejidad”, sin conexiones entre los campos. Comparadas con las ciudades antiguas, las urbes modernas, concebidas para la circulación de automóviles, ofrecen una red de conexiones bastante pobre. Alexander formalizó su idea de ciudad concebida como una superposición rica de “bloques de construcción”en su libro “A PatternLanguage” (1977). Esta idea de considerar el conjunto como una combinación de bloques de construcciones modulares y reutilizablestuvo influencia considerable en el desarrollo de la arquitectura orientada a objetos, en el campo de la programación informática. Estas funciones operan usando herramientas y artefactos para los cuales los usuarios finales son las personas, trabajadores especializados y ciudadanos ordinarios. El punto crítico consiste en que no son las personas que deben ajustarse a las herramientas, si no que por lo contrario las herramientas y artefactos deben acomodarse a las personas, y esto se alcanzará únicamente bajo ciertascondiciones sociales e institucionales. La modelización de un ecosistema precisa responder a tres preguntas (Krob, 2009). La primera pregunta es el por qué: cuál es la razón de ser y cuáles son los objetivos de la ciudad, teniendo en cuenta quiénes son los actores y cuáles actividades se desarrollarán en ella. Comenzar con estainterrogación permite evitar la tentación de un enfoque focalizado en las posibilidades que ofrece la tecnología (tecno-pushed), basado en un determinismo tecnológico (el que encontramos en Songdo o Masdar, por ejemplo).La pregunta del por qué deriva luego en preguntas sobre el qué:qué debe hacer, cuáles son las funciones que la ciudad inteligente debe realizar para alcanzar estos objetivos. Dichas funciones son diseñadas en procesos agrupados en subsistemas, alineados con el objetivo del sistema principal.El tercer conjunto de preguntas concierne el cómo: cómo estas funciones deberán ser ejecutadas por órganos técnicos operados por los ejecutivos y empleados de la ciudad y por los habitantes y usuarios finales de la ciudad. 6
El objetivo de este enfoque no consiste en la definición de un ideal tipo de ciudad inteligente, puesto que todas las condiciones que una ciudad sea inteligente son diferentes según su contexto (Neirotti et al. 2014). Lo que busca es definir reglas de modelización para concebir y sostener el ecosistema urbano.
2. El marco global: UrbanLifecycle Management© Con la “muerte de la distancia” que significó la revolución del transporte a mediados del siglo 19, la aparición de redes e infraestructuras tecnológicas,desaparecieron varios obstáculos críticos para el crecimiento de las ciudades. Hoy día, las tecnologías digitales amplifican este movimiento, proporcionando nuevas herramientas como los teléfonos inteligentes que han facilitado a los habitantes convertirse en actores de la vida de la ciudad, permitiéndoles comunicar y coordinarse entre ellos, usar y alimentar las bases de datos. Con esto, las tecnologías digitales pueden producir lo mejor pero también lo peor. Hay que tener en cuenta que cada ciudad contiene el ADN de su propia destrucción. La infraestructura digital de las ciudades inteligentes amplifica las posibilidades de manifestación de insatisfacción. Las ciudades inteligentes corren el riesgo de convertirse en el análogo digital del diseño de la prisión panóptica de Jeremy Bentham (Townsend, 2013). Se puede asumir que las reglas de la modelización de sistemas complejas y de la arquitectura de sistemas pueden ser aplicadas a la ciudad, como también pueden serlo a los productos a través del PLM (ProductLifecycle Management), en este caso según un marco queRochet (2015) llamaUrbanLifecycleManagament © (ULM). La diferencia es que, salvo en casos excepcionales, una ciudad no muere, y debe de manera permanente renovar su fábrica social y económica, como su infraestructura. Una ciudad no inteligente crecerá interminablementede acuerdo con las leyes identificadas por G. West y I. Bettencourt (2007), las cuales revelan un rendimiento creciente de las infraestructuras que permite a la ciudad crecer indefinidamente. La complejidad aumentará y estará fuera de control, haciendo que la ciudad sea una suma de localidades heterogéneas con fuertes disparidades socioeconómicas y distrofia espacial.
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Rochhet(2015) deefine ULM ante todo como c una herramienta h para diseñaar un ecosisstema que será coherrente con los objetivvos políticcos, socialees y econóómicos quee los os del desarrrollo sostennible: estabillidad, ciudaadanos deciidan, de acuuerdo con loos principio recicclaje de deseechos, bajo consumo de d energía y escalabiliddad controlaada, pero en n una maneera en quee permita prever p su evolución y monitoreear la trannsición entrre las diferrentes etapas de su vidaa. M tiene que contrabalanncear el carrácter llamaativo del deeterminismoo tecnológicco: en ULM el paasado, la tecnología t siempre haa eclipsado o su diseñoo intencionnal y produ ucido numeerosos resuultados no deseados. d Ell enfoque ULM U debe también moonitorear laa vida de laa ciudad inteeligente junnto con su evvolución, co omo sepreseenta en el siiguiente grááfico:
Grráfica 2. Tom mada de Ro ochet (2015)): 6 Alguunos comenttarios al resspecto: -
Una ciuddad no puedde ser pensaada por fuerra de su conntexto histórrico y culturral, el cual estáá representaado por el territorio del d cual la ciudad es lla expresión n. La ciudad inteligente embarca una u visión n estratégicca, basada en un an nálisis l activos materiales e inmateriaales del terrritorio estratégiico del conttexto y de los (GREMII, 1986). La inteligenccia de una ciudad tienne sus cimiientos en lo o que StevanD Dedijerllamóó inteligenccia social en e los añoss 1970: la capacidad para
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construir consensos en donde cada actor social se apoya en los demás para crear nuevos conocimientos. La inteligencia no puede operar en un vacío, las raíces de la inteligencia son de carácter social y cultural (1984). -
Para que sea habitable, la ciudad no debe ser una ciudad prototipo: el arquitecto del sistema debe centrarse en la tarea de integración, que debe ser fiable yproceder a partir de componentes existentes que disponen de una vida industrial y que pueden ser considerados estables y confiables, de la misma manera que el arquitecto clásico no inventa el ladrillo al mismo tiempo que diseña un inmueble. Esta tarea de integración implica coordinación entre los ciclos de innovación, como se detallará más adelante.
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El proceso llevado a cabo en los principios representados en la gráfica 1 lleva al lanzamiento de la ciudad “V.1.0,” en caso de tratarse de una nueva ciudad. Tanto para una nueva como para una ciudad ya existente, es necesario comprender cómo la ciudad vive y cuáles son las inevitables diferencias entre el diseño esperado y el resultado efectivo. Para esto, un observatorio debe ser creado, para colectar los datos que la ciudad produce. Seguidamente se realizarán las correcciones necesarias de acuerdo con los principios clásicos de la gestión de los procesos de calidad.
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De manera paralela a la vida de la ciudad, se presentarán innovaciones exógenas que el modelo de ciudad deberá ser capaz de endogenizar. Por ejemplo, en su diseño
inicial
Songdo
estaba
basada
en
aparatos
RFID
(Radio Frequency IDentification, en español identificación por radiofrecuencia) para monitorear los habitantes de la ciudad. Hoy, los teléfonos inteligentes se han convertido en las navajas suizas de los habitantes de la ciudad, haciendo obsoleto el uso de los aparatos RFID. La innovación es omnipresente en todos los subsistemas de la ciudad. Las innovaciones de los vehículos inteligentes interactúan con la arquitectura de transporte (subsistema “duro”) así como con el comportamiento humano (subsistema “blando”). Se necesitarán altos niveles de coordinación a través de marcos diversos, como departamentos de gestión de proyectos aplicados a la complejidad de la ciudad inteligente en su globalidad.
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Las innovaciones ponen en peligro el equilibro de la ciudad inteligente. No todas las innovaciones son forzosamente benéficas para la ciudad: las esferas cívicas y políticas deben evaluar las consecuencias de lasinnovaciones y moldearlas de manera que sean benéficas para el bien común y la sostenibilidad de la ciudad.
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En su ciclo de vida, la ciudad puede perder su inteligencia y esto acarrear dos consecuencias indeseables: la ciudad puede continuar a expandirse sobre una base no sostenible, llevando hacia las ciudades congestionadas de hoy en día. En caso de presentarse una disrupción en su actividad central, la ciudad puede colapsar, como ya ha sucedido cuando la complejidad es tal que imposibilita su monitoreo, como lo ha mostrado el arqueólogo Joseph Tainter (1990) para civilizaciones antiguas. Reducir la talla de la ciudad es la única solución para reducir la complejidad. Una situación similar se presenta hoy día en Detroit, una ciudad que ha perdido su objetivo y población, lo que ha llevado a la decisión de reducir su talla, la única solución para evitar la banca rota. Un patrón similarexiste con las monociudades rusas.
3. Las razones para una administración pública extendida en el proceso de integración ULM Sin importar qué tan inteligentes sean, no existen dos ciudades iguales. Sin embargo, los principios de arquitectura sistémica del ULM están basados en la hipótesis que es posible definir reglas de modelización. Una de las reglas clave consiste en comprender las interacciones entre desarrollo económico y capital humano: el desarrollo económico es crítico con el fin de extraer recursos financieros para invertir en nuevos proyectos de transporte, infraestructuras y educación. Las ciudades con mayor desarrollo económico atraen un mayor número de personas que desean aumentar su nivel de vida y que a su vez tienen más probabilidad de aumentar el capital humano de la ciudad.Cuanto más unaciudad tenga un capital humano elevado, más tendrá usuarios capaces de desarrollar, probar e utilizar nuevas herramientas que mejorarán la calidad de la vida de la ciudad (Neirotti et al., 2014). Esto es aun más cierto en la era digital, en donde el usuario final no solo es un consumidor pero también un productor-usuario (prod-user) - según la definición del sociólogo Axel Burns -, el cual está involucrado en procesos continuos de
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producción de artefactos nunca terminados. Por otra parte, la ciudad tiene que tener cuidado en no crear fracturas digitales entre su población. Las reglas de modelización están regidas por tres principios centrales: 1. Análisis estratégico: Como se muestra en la gráfica 1, la primera tarea es definir los asuntos o los campos con los diferentes actores. A partir de los asuntos se pueden definir las funciones que permitirán responder a éstos, que se atribuyen a órganos con competencias y recursos definidos, como se muestra en la gráfica 3. 2. Definición de los “bloques de construcción”: No existe una definición absoluta de lo que es una ciudad inteligente, la definición de la inteligencia de una ciudad siempre será específica a cada contexto, por ejemplo en función de la situación geográfica y climática (una ciudad expuesta a inundaciones propias al trópico o movimientos telúricos necesitará funciones que una ciudad en un espacio temperado no necesitará), de las actividades económicas (especialización, búsqueda de sinergias, posición dentro de las rutas comerciales y logísticas mundiales). La selección de estas funciones es esencial para construir una ciudad resiliente. A pesar de esta necesaria contextualización, funciones comunes existen en todas las ciudades y su organización debe proceder a partir de los patrones existentes.
Asuntos
Funciones
Recursos
Capacidades
-Definir “inteligencia” y “sostenibilidad” - Creación de riqueza - Finanzas y impuestos Control de contaminación - Equilibrio centroperiferia - Migraciones - Pobreza - Educación - Salud - Crimen - Segregación (social y espacial) - Ocio - Calidad de vida - Interacciones entre personas y con artefactos
- Empleo - Presupuesto - Transporte - Alimentación - Cuidado sanitario - Protección - Seguridad - Política de vivienda - Educación - Ocio - Beneficios sociales - Sistema sanitario Control de migraciones
- Energía - Agua - Datos - Sistemas digitales - Tradiciones - Sociología - Tecnologías como facilitadores y catalizadores - Cultura y tradiciones Instituciones y organizaciones públicas - Modelización de procesos - Software Proveedores de tecnología - Innovación abierta
- Nuevos modelos de negocio: - Públicos - Privados - Gestión de proyectos -Arreglos institucionales - El proceso cotidiano de toma de decisión en una perspectiva evolucionaria - Apoderamiento - Democracia directa - Gobernanza - Innovación social - El Estado como un ingeniero de sistemas - Dominio del ULM
Gráfica 3. Los bloques de construcción 11
3. Integrar el sistema: En el campo de la dinámica de los sistemas complejos, el comportamiento de un sistema como conjunto es el resultado de un proceso emergente. Esto quiere decir que el comportamiento de un sistema no puede ser atribuido a una función en particular, es el resultado de las interacciones ente estas funciones. La “buena vida” es la pregunta fundamental de la filosofía política desde Aristóteles. Es un asunto ético, cuya resolución resulta de debates políticos y estratégicos entre los actores. Jane Jacobs (1995) criticó el enfoque utilitario que prevalecía en el movimiento de planificación urbana de Estados Unidos. El precursor del movimiento de planificación urbana, Ebenezer Howard, concibió la ciudad inteligente como una ciudad ideal creada de la nada, una combinación entre campo y ciudad. Su idea consistía en pensar una ciudad como una interacción entre una ciudad con empleo y oportunidades pero con contaminación, y el campo con aire fresco y tierra económica pero con menos oportunidades, cada cual actuando como imanes que atraen y rebaten personas. A esos dos imanes (la ciudad y el campo), Howard añadió un tercer imán, la ciudad jardín, el cual combina los elementos más atractivos de la ciudad y del campo (Howard, 1902). La ciudad jardín equivale a la Songdo de nuestros días (Townsend, 2013), la cualestimula arquitectos, ingenieros y planificadores de la vida social en su búsqueda de un enfoque racional y comprensivo del ordenamiento urbano. El enfoque de Howard fue duramente criticado por Jane Jacobs en su texto Death and Life of Great American Cities(1961), ya que no daba lugar a la vida real: “Concibió la buena planeación como una serie de actos estáticos, en cada caso el plan debía anticipar todas las necesidades… No estaba interesado en los aspectos de la ciudad que no podían ser abstraídos, para servir a su utopía”. De hecho, la ciudad jardín, desconociendo el enfoque de la arquitectura global de sistemas, degeneró en la banal realidad de la expansión suburbana. El mismo riesgo existe hoy con las tecnologías digitales, las cuales pueden revivir la utopía de la ciudad, con el impulso de grandes actores como Cisco, IBM, Siemens, GE, que tienen intereses por que se adopte un enfoque descendiente y determinista, que reducirán las ciudades “inteligentes” a la adopción de sus tecnologías “inteligentes”. Para evitar este sesgo, la arquitectura 12
de sistemas debe estar dentro de las prioridades de la agenda de una administración pública extendida. Esta actividad puede ser resumida en cuatro puntos: a) Subsistemas duros y suaves: Los prototipos actuales de lo que sería una ciudad inteligente son dirigidos por la tecnología, techno-pushed,hacen énfasis en las posibilidades que brinda la tecnología para hacer una ciudad inteligente, pero en su mayoría olvidan a los ciudadanos. Los habitantes de una ciudad tienen un rol mayor ya que es su comportamiento y el uso (y de más en más la producción) de la información y de tecnologías que hacen que las decisiones cotidianas hagan o no que el sistema sea inteligente. La gráfica 4 representa ambas partes del ecosistema, el subsistema suave o humano y el subsistema duro, el grupo de subsistemas técnicos. La integración de estos subsistemas obedece a diferentes leyes: los subsistemas humanos son disipativos, difíciles de modelar, no obedecen a leyes físicas y tienen importantes riesgos de entropía. Para reducir su incertitud es necesario estudiar la sociología de los comportamientos, el consenso social basado en instituciones formales e informales, y prestar atención particular al diseño del sistema. Los subsistemas físicos son conservadores, pueden ser modelados según las leyes de la física, con posibilidad de reducir la entropía, pero manteniendo en mente que el que toma las decisiones es en últimainstancia es el habitante de la ciudad, quien será el usuario del subsistema. b) Adentro/Afuera. El ecosistema urbano no puede ser reducido a la ciudad en si, salvo quizás en ciertas excepciones de ciudades-estados como Singapur en donde los límites son naturales. Una ciudad debe alimentarse, tener intercambios con su periferia cercana productora de bienes y servicios (agricultura…). El diseño de un sistema está basado en la definición de la frontera del sistema. De acuerdo con las leyes de modelización de los sistemas complejos (la ley de Ashby), la complejidad inherente de un sistema debe ser adecuada a la complejidad de su entorno. Así, el ecosistema urbano deberá definir tres perímetros: el primero es la ciudad en si, dentro de la cual las sinergias y las interacciones son más fuertes y tienen el mayor 13
númeero de proppiedades eccosistémicas. El segunndo es la pperiferia: aq quí se puedde hacer refe ferencia al modelo m defiinido por Thhünen a principios del siglo 19, representand r do la ciudadd como unaa sucesión de d aros conncéntricos, desde d las actividades a c mayor rendimiento con o creciente en el centroo de la ciud dad, a las actividades a c rendim con miento decreciente en laa periferia ((Schwarz, 2010). 2 El prrimer perím metro represeenta los inteercambios entre e el ecossistema y el resto del país. p En el marco de estos interrcambios, se s debe tenner en cuen nta el impaacto negativvo de estas importacion i nes sobre la contaminacción y la em misión de carbono, c cuuyo coste debe ser calculado c y reintegraddo a los costes c sopoortados por la ciudad. El tercer perímetro es el de laa ciudad co on su entorrno exteriorr, con el cuual la ciudaad realiza inntercambioss. En un mundo m globaalizado, se trata del ressto del mun ndo: entre más m grande ssea el perím metro, mayoor será el grado g de deependencia a factores externos dee inestabilid dad y menoor será la cooherencia innterna del eccosistema.
Gráfi fica 4. La ciuudad inteliggente como un ecosisteema urbano (Rochet, 20015:10) c) Com mbinar integgración desccendiente y ascendientte. Cada inddustria tienee hoy en día su propiio modelo de d integraciión para suus actividaddes. Smart girds, g proveedores de agua, operadores de transporte, t p proveedores s de IT… tienen t 14
un modelo para la integración sistémica de sus subsistemas y para evaluar su impacto en el funcionamiento global de la ciudad. Por otra parte, se sabe que, siendo el ecosistema urbano más que la suma de sus subsistemas, se necesita otro enfoque que empiece desde arriba, es decir desde los objetivos estratégicos de la ciudad desplegados en funciones, como se representa en la gráfica 1. ¿En dónde se encuentran estos dos enfoques? Los procedimientos ascendientes encontrarán problemas de interoperabilidad, de sintaxis y semántica de datos, mientras que el enfoque descendiente es más relevante para definir los aspectos estratégicos pero tendrá que integrar todos los asuntos y funciones existentes. Una posibilidad es el almacenamiento de datos en datawarehouses comunes y completar éstos con la explotación de big data que proporcione referencias comunes. En cualquier caso, la solución provendrá de proyectos de investigación aplicada en la construcción de las ciudades. d) Definir nuevos modelos de negocio y competencias: La concepción de ecosistemas requiere que las empresas cooperen con el fin de compartir una visión estratégica común y formar una concepción de un ecosistema basada en el principio de la coopetition (cooperación y competencia). Cada empresa debe definir sus indicadores de desempeño de acuerdo con el desempeño del conjunto y no sólo de una de sus partes. La gestión pública debe seguir el mismo enfoque: con la organización en silos de la administración pública, no existe una ente encargada y capaz de una visión global de la ciudad. Este enfoque requiere nuevos modelos de negocio de empresas que incluyan no sólo los socios de la empresa pero que abarquen la cadena de valor global del ecosistema. Esto también aplica para las administraciones públicas, que deberán revisar su propia organización con el fin de desarrollar las competencias que requiere el diseño de sistemas complejos y el pensamiento estratégico. La administración pública francesa considera su estrategia industrial en términos de “filières”(canales) que constituyen la integración vertical de actividades similares (como aeroespacial, automotriz…), relevante durante el paradigma de la producción de masa, mientras que el punto crítico de la innovación disruptiva es la interacción entre diferentes industrias. 15
Otra batalla estratégica es aquella por las normas: por el momento la ciudad inteligente no ha sido definida a través de normas, indicadores y metrología. La definición de normas, en términos de estándares ISO, bloquearía la concepción de las ciudades inteligentes y modelaría los proveedores.
3. El gobierno inteligente, la piedra angular de las ciudades inteligentes En 1613, el napolitano Antonio Serra, en un documento presentado al vice rey de Nápoles, analizó la ciudad como una ciudad en donde tienen lugar las actividades con los mayores rendimientos crecientes, con una fuerte correlación entre economía y política (Reinert S., 2011). Los frescos de AmbroggioLorenzetti expuestos en el ayuntamiento de Siena ilustran “el buen gobierno” como un equilibrio dinámico entre las actividades económicas y una vida política activa, que otorga a los ciudadanos el poder de gobernar la ciudad de acuerdo con los principios del bien común. La economía evolucionaria contemporánea ha demostrado una correlación entre la evolución de las instituciones y la de las actividades económicas (Reinert, 2012). La complejidad creciente de las ciudades y la predominancia de un enfoque descendiente en el campo de la planeación urbana han relegado al olvido las lecciones del pasado. En su análisis sobre las iniciativas actuales de ciudad inteligente, Neirotti et al. (2014) señalan la ausencia de prácticas que comprendan todos los aspectos, duros y suaves, de las ciudades. Los campos con mayor cobertura son los duros: transporte y movilidad, recursos naturales y energía. El gobierno es el aspecto con menor número de iniciativas inteligentes. Aun más, existe una correlación inversa entre la inversión en campos duros y en campos suaves, el gobierno inteligente sigue siendo relativamente escaso dentro de las iniciativas de ciudad inteligente y las ciudades que han invertido en aspectos duros no han forzosamente mejorado la calidad de vida de sus ciudadanos. De hecho, dos modelos surgen de los trabajos de Neirotti y sus colegas: uno centrado en la tecnología (con un fuerte impulso de la parte de los fabricantes de esas tecnologías), y otro focalizado en aspectos suaves. El modelo que hoy en día predomina es el primero. El problema es que no existen proveedores para los campos suaves (a parte de los ciudadanos mismos), aunque la integración sistemática está basada en éstos,
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principalmente por medio de la toma en cuenta del contexto y la valorización del capital social. Pensar la ciudad inteligente como un ecosistema debería permitir a los decidores públicos disponer de algunas líneas prácticas para integrar los aspectos duros y suaves. Para esto, se pueden pensar en tres ejes que un gobierno inteligente abarcaría: Desarrollo económico: En el pasado han existido ciudades inteligentesconstruidas sin planeamiento central (excepto en el caso de las ciudades romanas, que reflejaban el objetivo imperial del Imperio Romano), pero con un objetivo claro aunque sin formulación explicita: defensa, comercio, religión, poder, geografía… El patrón de lo que es una ciudadsurgió de interacciones entre los actores clave: el señorío, los barones, los mercaderes, comerciantes, artesanos, banqueros, el pueblo…. El diseño de las ciudades antiguas las hacia inteligentes ya que eran ecosistemas sostenidos y que se reinventaban a través del tiempo, hasta el punto en que su capacidad de reinvención llegaba a su fin cuando el corazón de su actividad estratégica alcanzaba un punto de inflexión (por ejemplo, las ciudades italianas luego del Renacimiento, las monociudades rusas de la época de la URSS, Detroit actualmente). El diseño de estas ciudades obedecía a interacciones reales de la vida económica (rutas, mercados, trabajo, industrias…) y de la vida cívica (ágora, ayuntamiento, estructura de poder). Su ecosistema global se acomoda al ideal tipo conceptualizado por J.H. Thünen a principios del siglo 19, es decir un centro en donde el corazón de la ciudad coincide con las interacciones más fuertes y en donde los rendimientos crecientes son mayores, rodeado de zonas concéntricas de actividades con rendimientos decrecientes (Schwarz, 2010). La tarea del gobierno consiste buscar actividades que produzcan los mayores rendimientos crecientes, no gracias a alta tecnología pero a través de sinergias entre actividades (Reinert, 2012), que constituirán el centro de las zonas de Thünen. Las monociudades rusas, construidas alrededor de una sola industria (carbón, petróleo, automóvil, …) pueden subsistir mientras que la industria juegue un rol preponderante, pero tienen pocas capacidades de reinventarse debido a la falta de sinergias entre las diferentes actividades económicas.
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Una vida política vibrante: Con las ciudades nació la filosofía política. El analista más perspicaz de lo que constituye la grandeza de una ciudad fue sin duda Maquiavelo, quien hizo hincapié en la necesidad del bien común: “es el bien común y no el privado que hace la grandeza de una ciudad”, escribió en el Discurso en Livy. Para Maquiavelo el bien común es, siguiendo la línea de Tomas de Aquino, superior a la suma de las pates. Su equilibrio sistémico se encuentra permanentemente amenazado por las fuerzas corruptoras de la fortuna,que deben ser compensadas por la virtù del Príncipe y el dinamismo del vivere político (Rochet, 2010). Se debe resaltar la actualidad del pensamiento de Maquiavelo para comprender el carácter sistémicode la gestión pública (Rochet, 2009). La vitalidad del sistema está basada en interacciones permanentes que surgen gracias a una vida política vibrante,que permite un espacio para las controversias. Nicolás Maquiavelo elogiaba en república Romana la institución del tribunal, que gestionaba lasconfrontaciones entre el gran número de ciudadanos y el pequeño número de la clase dominante y que permitía a la República actualizar sus instituciones según los principios del interés general defendido por Cicerón. El político conservador y historiador francés François Guizotatribuyó el éxito de la civilización europea a la permanencia de la lucha de clases como un medio de construcción de compromisos políticos, una garantía de sostenibilidad, bajo la condición que no existiera una clase ganadora. En las sociedades modernas, Elinor y VicentOström desarrollaron el concepto de gobernanza policéntrica, una gobernanza organizadoracon dos ejes, uno vertical con diferentes niveles de complejidad, de superior a inferior, y un eje horizontal con superposiciones entre organizaciones (Oström, 2010). Elinor y Vicente Oströmcritican los excesos de racionalidad que llevan a definir fronteras estrictas con misiones y atribuciones a las organizaciones públicas, aunque la realidad no conoce fronteras y el carácter adaptativo de los sistemas públicos puede ser encontrado en sus superposiciones. El apoyo de la innovación abierta: En las ciudades inteligentes contemporáneas las tecnologías de la información otorgan un mayor poder a los ciudadanos, quienes utilizan y producen información, pero también aplicaciones. Las experiencias de las ciudades que han abierto sus bases de datos al público para promover el desarrollo de aplicaciones han confirmado los resultados de los enfoques descendientes: en 18
Washington DC, un concurso llamado “appsfordemocracy” incitó a los desarrolladores locales a crear programas que explotaran los recursos públicos. Por 50.000 US$ el resultado fue abrasador, con cuarenta y siete aplicaciones desarrolladas en treinta días, representando un total estimado en servicios de 2 millones de dólares, es decir un rendimiento para la ciudad de cerca de 4.000% (Townsend, 2013). Sin embargo, de esto no se debe concluir que los enfoques descendientes son la solución milagrosa: estas aplicaciones, V1.0, fueron desarrolladas por especialistas motivados por su fascinación por la tecnología, mientras que la ciudad necesita aplicaciones V. 7.0 probadas, fiables y cuyos motivos sean las necesidades reales y la resolución de problemas de los habitantes, utilizadores finales y en parte poco familiares con la tecnología. Encontramos aquí una de las leyes de la innovación que Von Hippel (1986) resaltaba: el rol clave de los usuarios en los procesos de innovación, el cual es además no solo un aspecto de la innovación en la era digital, pero una característica permanente, aunque olvidada, de los procesos de innovación en la era industrial, como lo recuerda François Caron, investigador en historia de la innovación (Caron, 20120). De la misma manera que los sistemas nacionales de innovación existen (Freeman, 1995) y proporcionan un marco que provee incentivos para la cooperación entre la industria, la investigación y los inversores para que dirijan sus actividades hacia innovaciones que tomen riesgos, la administración pública extendida puede estructurar un sistema urbano de innovación que estructurará los procesos de innovación para garantizar que la innovación, la investigación y el desarrollo de las llamadas aplicaciones inteligentes se focalicen en las necesidades reales de los habitantes de la ciudad.
Conclusión: La administración extendida como un arte de integración de sistemas A falta de definición de la manera en que una ciudad debería ser inteligente para ser sostenible,la dirección de las iniciativas contemporáneas las dicta la tecnología (technopushed), ya que son los activos tangibles de los campos duros de las ciudades inteligentes que orientan el mercado. Aunque la economía digital parece ser la piedra angular de las ciudades inteligentes, sostenemos que la verdadera piedra angular son los usuarios finales de la tecnología: los ciudadanos. Esto requiere una combinación entre 19
los campos duros y suaves que puede ser llevada a cabo a través de un trabajo de arquitectura de sistemas complejos (Godfrey, 2012), una disciplina, metodología y competencia nueva para la gestión pública, que Rochet(2015) propone de llamar UrbanLifeCycle Management. Aunque de acuerdo con la teoría de sistemas, los sistemas auto reguladores existen en la naturaleza y en sistemas humanos a pequeña escala, como los estudiados por ElinorOström para la gestión de los “commons” (Oström, 1991), los grandes sistemas complejos como las ciudades inteligentes deben contar con un marco desarrollado por un arquitecto central, para que las urbes alcancen un nivel resiliente y sostenible. El recientemente acuñado concepto de administración extendida encuentra aquí su aplicación en su intención de abarcar y diseñar la cadena de valor global de la administración pública y su interacción con, y entre, todos los actores. Esto implica un cambio radical en las competencias y el modelo de negocios de la administración pública. Este nuevo campo podrá desarrollarse a través de investigaciones participativas en proyectos de construcción de ciudades, comprendidas como ecosistemas que tiendan hacia la resiliencia en donde los humanos son los primeros en decidir cuáles son sus fines.
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