Ana Frank, la voz de una heroína en medio del sufrimiento. Muchas personas la consideran un signo de inspiración y representación de todos los niños que murieron en el Holocausto.
El
mundo
se
ha
sentido
conmovido
e
identificado con ella. Otros solo la consideran una historia ficticia, sin ambargo, la vida de Ana Frank fue tan real como yo escribiendo este artículo. Annelies Marie Frank nació en Fráncfort del Meno (Hesse, Alemania). Junto con su familia tuvo que mudarse a la ciudad de Ámsterdam, huyendo de los nazis. Fue entonces cuando sus padres le regalaron un diario al cumplir los trece años. Tiempo después, se vieron en la necesidad de ocultarse en un escondrijo al que le puso el “Anexo de atrás”. Allí vivieron durante la ocupación alemana, desde el 9 de julio de 1942 hasta el 4 de agosto de 1944. Durante ese tiempo, Ana redactaba en su diario el miedo que sentía a vivir escondida por años, los conflictos con sus padres y su vocación para escritora. Finalmente, fueron arrestados por la Gestapo y murieron en el campo de concentración, un mes antes de la liberación. El único sobreviviente fue Otto, su padre, quien tuvo la oportunidad de publicar el diario de Ana. Ana Frank se ha convertido en un símbolo de la promesa perdida con los niños que murieron en el Holocausto, y no solo eso, también representa una de las escasas fuentes de información y recolección de datos que podemos tener en la actualidad, gracias a esta mujer es que tenemos la oportunidad de vislumbrar, estudiar y analizar los aconteciemientos de aquel tiempo.