Y porque o Para que HACer EsTo
Revista Digital “La Maricada” surge por la necesidad de juntar, nombrar, posicionar y reconocer el trabajo de creadoras/creadores LGBTTTIQ+ y de la disidencia sexo-política. Analizarnos y conocernos desde nosotras, nosotres/os contra la hegemonía heterosexual que pretende evaluarnos, validarnos y clasificar nuestro trabajo, siempre imponiéndose para hablar por y de nosotras/nosotres/os. Revista Digital “La Maricada” es un espacio separatista contra la estructura racista, patriarcal, eclesiástico-religiosa, capitalista, misógina, heteroCISnormada y homonormada. Aclaramos que no aceptamos obras que alaben, respalden e inciten a mantener estas estructuras y sistemas de opresión que históricamente han aniquilado, censurado y violentado nuestras existencias. Somos un espacio inmaterial, autónomo, autogestionado y antiacadémico en constante cuestionamiento que desea construir redes colectivas con otras posibilidades de ser y habitarse NO hegemónicas. Invitamos a todas esas otras existencias con la misma necesidad de imaginarse posibles en otras realidades a crear y compartir sus obras en esta plataforma digital de creación marica, torta, trans, trava, culera, cuir, monstrua disidente.
Palmite Coco. Detalle de “Cuerpxs disidentes. Pajarería performática” (2020). Ilustración digital. Ilustraciones inspiradas en Johan Mijail, Draguéalo, Jeancé, Bryan Terrero y todxs lxs cuerpxs disidentes.
Una mirada retrospectiva de Situar lo humano en la historia de Abya Yala sigue siendo un confrontamiento constante con esta historia hetero-patriarcal, racista y capitalista. Dimensionar nuestres cuerpes en este siglo XXI, este siglo que acumula procesos plasmados en vidas y seres que trascendieron, trascienden y siguen trascendiendo la normalidad impuesta. Todavía me cuesta definir el hoy desde una lógica de espacio-tiempo, es que esas dos categorías me fueron impuestas y mí devenir espiritual-corporal no obedece a categorías occidentales, es que todes somos parte de un espiral que no tiene un orden establecido. Justo ahí, en esa llama que se prende cuando nuestras miradas disidentes sexuales se encuentran, es donde encuentro la historia de este sentir que se me desborda cuando tu boca nombra lo prohíbo. Mirá, ahí estamos vos y yo (nosotres), habitando un territorio que nos une, lo que nos han dicho que significa un norte y un sur, pero es que yo te siento, nos siento, somos el centrx. Es que nos hemos cuestionado la colonialidad que nos ha habitado, esa reforma liberal ilustrada de occidente nos marcó nuestra corporalidad, pero nos escabullimos en esas calles de Comayagüela, esas calles que pisaban los indígenas desde la época colonial, desde ese lugar prohibido que nada tuvo que ver con la construcción de un Estado-nación hetero-patriarcal.
a de nuestro evenir corporal Por: Nahil Zerón Transeúnte de la colonialidad, cuerpa disidente hondureña.
Seguramente en esa dictadura de siglo XX de Tiburcio Carias Andino nos reprimieron, nos destinaron a cárcel, encierro y entierro. Viste que el neoliberalismo llegó y seguimos siendo cuerpos consumibles por la heterosexualidad en esos callejones donde la moralidad desaparece por un placer “Heterosexual”. ¿Qué pasó? ¿Por qué me apuntás con el arma? Simplemente cedí ante tus placeres que habitan en las sombras de la normalidad consumista. ¿Por qué te molestás cuando te digo que he repensado mi sexualidad impuesta? Y me apuntás con esa misma arma que ha sido definida por la heteronorma. ¿Por qué tu masculinidad heterosexual destruye mi ser disidente? No vamos a dejar de habitar este territorio-cuerpa… Tu piel, mi piel, la de todes me sigue estremeciendo la cuerpa.
Predi-lecciones del Nacho Por: Saray Figuereo Mujer no heterosexual. República Dominicana.
Mi mamá me ama mi mamá me mima mi mamá teme por mí mi papá me quiere mi papá no sabe cómo demostrarlo. A mami le aterra que use ropa grande que me corte el pelo que me perfore las orejas y la nariz que me gusten las mujeres que deje de ir a la iglesia. Le aterra que no haya hecho maestría que no use un brassier que me ponga las tetas en el cuello. Mami no quiere que yo vaya al infierno que esté confundida que me rechacen de los trabajos mami no quiere que me equivoque que eche al caño todo el sacrificio que ella hizo pa’ que me eduque y tenga mejores oportunidades que ella. A mami le duele que me aleje de Dios Y que me deje poseer sin resistencia por los demonios de la mariconeria. pero mami, maricona o no, al infierno ya me iba. Y yo sé que no me amas menos pero sufres más y aunque parezca que me importa un bledo me duele verte llorar. Mami yo no quiero temer ni que temas yo no quiero sufrir ni que sufras no quiero alejarme ni ocultarte cosas no quiero que rechaces ni ignores mis luchas porque me apasiona luchar pero amaría más no tener la necesidad de hacerlo.
CUIR Por: Anfeerne. Gay. República Dominicana.
Represento el miedo de un afeminado niño de Santo Domingo Represento las lágrimas de un cielo negro lleno de hadas Represento el cautiverio de no creer y ser forzado Represento la depresión y las ganas de hacer nada. Represento la vida de un americano irreconocido Soy la caracterización de una llamada de larga distancia entre un macho y una hembra Represento a esa madre cuyos sueños desvanecen, pues su niñito persigue sueños diferentes. Represento el perecer. Soy un disfraz Personifico el rol de un “Payaso” confuso de acuerdo a mi director de secundaria Le doy vida a un montón de mentiras que mis compañeros de clases inventan para herirme Porque represento las heridas Estoy destruido. Represento la insolencia Soy el niño que no ganó un concurso de deletrear porque no hablaba como un hombre debe hablar El muchachito que siempre tuvo miedo de gritar porque su testosterona nunca actuó Represento la piel negra Y su discriminación. CUIR es una palabra que me representa Representa mis experiencias de niño. Representa mi llanto nocturno porque Edgar me mataría el próximo día de escuela Representa mi frustración al escuchar por horas al psicólogo decirme que yo era el problema
Representa mis oraciones madrugadoras diciéndole a Dios que me cambie Representa su silencio inexplicable Representa el acoso de los mayores Representa mi incomodidad por pesar demasiado Mi satisfacción al estar con los chicos Y mi confusión hacia las chicas.
CUIR
Palabra que odié por tanto, ahora me describe Porque representa una pelea mortal Ustedes ven una palabra, yo veo una historia cuando la leo Me veo expresando mi sexualidad Me veo frotando mis alas sin importar nada Veo mis manos tocando el cielo lleno de libertad Me veo abogando por los derechos Me veo renaciendo.
CUIR
Palabra que pude haberme tragado si tuviera la oportunidad Porque representa un combate constante La unión de una comunidad Un silencio fulminante Un orgullo total. Yo, soy la definición de Cuir.
¿Y por qué tan callada sarita? Por: Sara Tomé. Feminista lesbiana disidente. Honduras.
Porque si pudiera hablar… Si me dieran la oportunidad… Si creyera en alguien, si estuviera segura que mi realidad les importa, si creyera que van a escucharme… Entonces tendría que contar que mi mamá está triste, que mi mamá está enojada por el maltrato de mi papá. Tendría que decirles y contarles sobre cada golpe, amenaza, insulto y gritos que a diario escucho de mi papá hacia mi mamá. ¡Qué no sirve! ¡Qué no la quiere pero que no la dejará ir! ¡Qué es de él y de nadie más! Tendría que contar que mi mamá guardó silencio sobre 3 intentos femicidas de mi papá. ¡Qué no fue un accidente! ¡qué nunca fueron accidentes! Mis hermanas y yo estábamos ahí, vimos como mi papá tomó el arma y le disparó a mi mamá después de darle una golpiza. Vimos como la sangre corría por las piernas de mi mamá y nos salpicó a mí y a mis hermanas.
¡Shiiiiiiii...!
...Nos susurró mi papá.
¿Por qué tan callada sarita?
Porque si hablo tendría que contar que mi mamá guardó silencio ante la perversa intención de la iglesia, quienes pretendían encerrarla en un psiquiátrico porque según sus lecturas y sus revelaciones era ella la poseída que perturbaba al buen pastor. Porque tendría que contar que mi mamá se vio obligada a huir de este país. Abandonarnos, a mí y a mis hermanas/hermano para protegerse de mi papá, para protegernos de mi papá.
¿Por qué tan callada sarita?
Porque si hablo, les diría que se vayan a la mierda por cómplices Por no atreverse a irrumpir la sagrada familia que nos estaba matando Por no ver los golpes de mi mamá Por no escuchar nuestros gritos por ignorar las veces que nos veían correr desesperadas en la madrugada.
lía vallejo. Parte de la instalación Vía Crusis “Doceava estación: Muere en la cruz (de la serie Vía crucis)” (2019), 14 retablosd e mandera e ilustraciones de tinta sobre lienzo.
1
Rota he andado en esta ciudad que huele a muerte, a política, a mierda, enredada con los deseos que escapan del mandato patriarcal, silenciada por el miedo a lo NO normal. ¿Lesbiana? …en fuga de este “templo corporal” que no reconozco más.
2
¿Y porqué te vas? Porque te da miedo encontrarte con lo que tanto nos ha castigado… ¡No huyas! Aquí no hay castigo. Aquí no hay peligro.
3
Tu piel extraño. Tu olor a vulva me habita. Tu cuerpo gordo, negro Deseo.
Yéssica Montero. “Sin título” (2019), técnica tinta sobre papel.
4
Vos no sos de aquí. No sos de este tiempo. No sos amor recetario, ni dibujado, ni mitificado. Vos sos prohibida/prohibide. Sos pecado. Sos ruptura.
5
El amor subyace en la ternura de las rebeldías. En el fuego extirpado por las disidencias En la rabia creativa del silencio En el canto en el baile, en la marginalidad de los cuerpos pluridimensionales En el hambre, en el llanto, en cada palabra que irrumpe con la normalidad En las vidas trans, maricas, tortilleras, lesbianas, cuir. En vos En mí En nosotras En nosotres.
1. 2. 3. 4. 5.
Por: Sara Tomé.
lía vallejo. “Decodificación” (2019), ilustración digital basada en documentación de performance Cuerpo sin órganos.
#Devenir Monstrua
Devenir Cuerpa
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DevenirVirus
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Por: lía vallejo. Torta disidenta. Honduras. Todos tenemos algo de virus. Somos portadores de virus, cargamos virus, habitamos virus pero nunca seremos como los virus, nunca seremos tan superiores. Los virus no tienen fronteras materiales o imaginarias que les detengan; son libres, anárquicos, casi inmateriales, no obedecen, no discriminan, no tienen dueño
e ignoran los estados de sitio, no se quedan quietos con temor, autocersenándose la existencia. Los virus siempre encuentran formas de alcanzarnos, nos crean redes con otrxs animales, con otros seres, con otras existencias, como la mía de torta, por muy asqueroso que te parezca, somos virus. Yo porto el virus marica y el VPH. Creí que solo viviéndome en cuarentena autoimpuesta podría habitarme, sin compartirme, sin hablarme, sin comunicarme, sin que nadie supiera de mí, sin que nadie me alcanzara. Luego me di cuenta que no son los virus mis limitantes, mucho menos quienes quieren aniquilarme, no son los virus que me habitan o en quienes habito los que me quieren encorazada en lo más profundo de la inconsciencia de mi ser, de mi cuerpa…
No, no son los viruses. Estos me han ayudado a mutar, a expandirme, a ser rizoma asintomática en ocasiones, pero en otras me ayudaron a esparcirme como esporas de boca en boca, de cama en cama, de vida en vida, cultivándome con las y les compas que no se anulan, que no tienen miedo a vivirse, a compartirse, a contagiarse de amor, de resistencia, de otras posibilidades de ser. Me he contagiado cada vez más de las que no discriminan esta existencia torcida con la que me soy y me toca vivir. Esto me ha dado inmunidad total contra el verdadero problema: el narcisismo de esta sociedad naturalizada, limpia, blanca, heterosexual que impera en un CIStema patriarcal, reproductivo, capitalista, estatal. ¿qué sabe el estado de cuanto quiero al negro migrante trans con quien intimamos y nos cuidamos? ¿qué le importa al CIStema que sus medidas elitistas, clasistas y utilitarias prohiban el subsistir de quienes trabajan de noche? ¿qué le importa al sistema si tan siquiera tenemos opción de desdibujarnos en una casa? porque casa no es la lápida de cemento, ladrillo o láminas donde muchas están orilladas a enclaustrarse al costo de la violencia machista.
Casa para mí es este envase de inaplazable putrefacción que porto y que odio cada vez menos, porque me quiero abortar los restos coloniales que condicionan mis percepciones en este espacio social. Casa es poder habitarme y alimentarme sin sentir culpa, poder amar a alguien que no es hombre, que me quiere por no ser mujer. Poder respirar sin que duela, poder dormir sin temer hacerlo, poder amanecer sin odiar ver la luz… Casa es el espacio no material que me permite expandirme más allá de esta superficie de intensidades porque nunca será suficiente el cuerpo que habito, porque lo entendí y no pienso olvidarlo. El estado asesino, la utopía de soberanía de esta realidad fracturada quiere culpar al virus de genocida; lo sentencian, lo nombran, mientras se lavan las manos con el 99% de alcohol que llevamos en la sangre los pobres. Quieren señalar al COVID, como señalaron a las brujas, a las ancestras, a las maricas, a las tortilleras, a les trans, a las mujeres sabias, a la misma tierra de ser nuestro propio mal Cuando no es ni el virus, ni ellas, ni elles, ni nosotres el verdadero mal. Aunque lo repitan mil veces,
aunque planeen estratégicamente otro plan para limpiarnos, erradicarnos, anularnos, hacernos responsables del cagadal de esta sociedad erguida por ellos, por su avaricia, por su moral, por su perenne colonización… Igual seguiremos aquí. Seguiré expandiéndome. Y si el virus me visita le recibiré perreando, bebiendo, abrazando, besando, tijereando, lamiendo, mimando, babeando, sin marido, sin crías, sin trabajo formal; le recibiré en la calle… Sin más paredes, sin encierro ni autoexilio social porque ya estoy cansada de negarme la existencia y mi transitoriedad por este mundo. Conocemos el sabor del miedo y el confinamiento, y para nosotras y nosotres esa no es una opción de resistencia ni de sobrevivencia, mucho menos una forma de conservarse en vida. Yo quiero ser virus que rompe paradigmas y muros, que desobedece a la existencia de este régimen que categoriza y controla los cuerpos bajo medidas en las cuales no cabemos, que no son las nuestras y en las que jamás querremos caber. Nosotres tenemos otros lenguajes que su estrategia de shock nunca podrá borrar, codificar, leer y menos entender… porque mientras ustedes ponen cruces en las puertas y ventanas, yo vivo, me comparto, amo… porque me toca y es mi derecho.
*título pendiente* Por: lía vallejo.
El cuerpo que construís la frescura que habitás me dejás desbaratarlo cuando lo pongo a temblar te volvés pedazos. Te como de a poco a mordiscos trocitos crujientes y salados te veo retorcer Te esparcís en el suelo Tocando el cielo Te untás en las paredes internas de mis labios Estas en todos lados Me alcanzás con los dedos Me jalás el pelo Me tirás tan fuerte que me vuelvo bola Me giro Te enrredo Somos garabatos No tenemos centro No tenemos comienzo No tenemos final No tenemos bordes No tenemos lineas Sos mi carne, Soy tu carne Te clavo nuevamente los dientes En un pedazo de nalga Te chorreas Me mojás entera Me arrugo Me vuelvo pasa Cambiamos papeles Ahora soy presa Y vos me devorás.
Me comés y me tragás. Caigo en tu panza, te exploro por dentro, sigo el camino. Después me cagás. Me cagás el deseo hegemónico, me cagás los miedos, me cagás la culpa, me cagás y desechás todo lo que no necesito. Lo que no me deja ser. Al salir por tu ano me traigo la grasa de tus senos, que etiquetan tu cuerpo, los espejismos de tu cuero, los hedores a complejos, los parásitos de tus miedos. Te purgué el ser, el cuerpo, los órganos. Me purgaste el ser, el cuerpo, los órganos No somos más humanidad. No somos más estos cuerpos. No somos más vos. No somos más yo. No somos norma. No somos categorías. No somos genitalidad. No somos d o l o r. Somos más que heridas Más que vulvas Más que sangre Más que huesos Somos más de lo que apenas dejamos ver Más de lo que nos piden ser Más de lo que no logran entender Somos compleja posibilidad Imaginamos soñar, Nos dormimos viéndonos Aún con hambre Al despertar tendremos que desayunar.
Yéssica Montero. “Sin título” (2019), técnica tinta sobre papel.
Por: Ana Pau. Feminista Lesbiana. Honduras. Me niego a ser silencio, a ser invisible, a perder siempre, a no ser nadie. Ya no, fueron muchos años normalizando el no existir porque dios no me había creado así, porque dios es perfecto y me creo a su imagen y semejanza para que sirviera a mi marido y sintiera todo el dolor a causa de la transgresión al parir. ¿Entonces quién soy yo? ¿Existo? ¿Me acepto yo y rechazo al dios todo poderoso? ¿Qué hago? Por mucho tiempo ignoré mi existencia, dejé que el dios que habían creado, ese dios blanco, eurocentrado, hombre y heterosexual existiera antes que yo. Nací maricona, me reconozco maricona aunque mi familia me odie y les de vergüenza que lleve su apellido, vivo la mariconada con más fuerza que el rechazo del obispo de la iglesia. Mi existencia torcida dio paso para liberar la mariconada de mi familia conservadora y reprimida, no solo soy yo a la que se le moja la canoa, conmigo vienen más tortilleras y culeros orgulloses, cuestionando al maldito sistema patriarcal, machista, clasista, racista, binario, heteronormado. Existimos, existiremos, resistiremos ante este mundo que rechaza nuestra existencia, nuestras cuerpas y nuestra diversidad.
Susy Shock
¿Qué sucederá? Por: Esmeralda García. Lesbiana. México.
¿Qué sucederá? cuando después de acumular días y noches en ausencia y duda en ilusiones y declaraciones en suposiciones y confrontaciones decidamos ser de nosotras para vivir lo que no podemos negar. ¿Qué sucederá? cuando se cierre la puerta detrás de nosotras y estemos fuera de la vista de los demás… que libere mi mente de tus conductas esquivas que seamos solo tú y yo sin personas opinando sin mordazas, ni lejanías… ¿Qué sucederá? cuando nuestros tímidos labios se aproximen lentamente se unan en un cálido beso espontáneo, sin prisas para amarnos, sin ser juzgadas ni murmuradas, ni censuradas… Te besaré de las mil formas que nacen de tus fantasías y cuando nuestros cuerpos se fundan en uno solo se morirán las horas se morirán los miedos moriremos tú y yo en la cama… Yéssica Montero. “Sin título” (2019), técnica tinta sobre papel.
Por: Asly Lezama. Tortillera disidenta. Me río ante las fronteras de lo hetero-normal. Honduras. Estoy en la desidia, la desgana no me deja leer ni bailar ni siquiera dormir. Aunque todavía el hastío no me vence, sigo deseando. Desearía tener tu cara entre mis piernas mientras tu lengua hace círculos, y también va más allá de toda geometría en mi clítoris. Desearía respirar el sucio olor a sexo de invertidas que en tu cuarto exhalábamos y sudábamos frente al cuadro de esa sensual silueta de mujer, que también me excitaba. Y después, únicamente yacer desnudas en la cama, sin preocupaciones ni culpas. Es extraño ahora solamente revelarnos texto a texto y no cuerpo a cuerpo. Estoy en la desidia, pero aún deseo: vos me salvas.
Andrea Fonseca. “Ride” (2017), tinta con acuarela.
Beso lésbico Por: Salma Solís. Lesbiana. México.
Traemos el infierno dentro
me decías, con tus labios temblorosos, bravos, famélicos, que tienen el poder contestatario de hacer la revolución con un beso. En un amor… salvaje, intenso, que dan ganas de quemarlo todo... hasta las penas. Dices que me amas con la misma intensidad con la que odias al mundo mientras me tomas del pelo. Y me dan ganas de besarte, más, y más... en la calle, los parques y camiones, ante la mirada libidinosa de los viejos raboverdes, y los gestos repulsivos de las señoras conservadoras. Delante de niños curiosos que cuestionan a sus padres y los «ponen en jaque». Te besaría, en primera fila ...de la misa de las ocho, mientras el cura implorando al cielo, nos vierte el agua bendita para mitigar nuestro fuego. Pero es que no hay mejor agua bendita, cariño, que la que sale de tu vagina. Y es así como digo: que un beso tuyo, es una prueba de Ⓐnarquía.
Andrea Fonseca. Detalle de la instalación “Tan libre como mi cabello” (2018). Técnica mixta. Dimensiones variables.
Personajes: Melissa: Mujer de 20 años Trabajadora Social: Mujer Madre: (Mujer de 40 años) Padre: (Hombre de 50 años) Melissa: Estoy orgullosa de las goteras de mi casa, suena muy extraño, pero es verdad. No es que me guste buscar las ollas más ondas para ponerlas en el lugar exacto de la gotera y ver que cinco minutos después se corrió y está mojando otro lugar. No es que no sueñe con todas las casas bonitas que veo en los grupos de alquiler y venta de casa en Facebook, o vea las casas de mis amigas y sueñe con tener un lugar así. Pero esta casa es mi libertad; a mis doce años tuve que decidir si vivir con papá o mamá. Mamá tenía esta casa, pequeña, rota, con fisuras, así como ella, pero muy fuerte, muy difícil que se cayera, así como ella. A mis doce años tendría esta casa de cuatro paredes para mi mamá, un gato y yo. Mi papá tenía una casa grande, con paredes pintadas, balcones, mármol, una casa hermosa, otra familia, pero una casa prisión, una casa para rezar.
Por: Laura Yanes. Lesbiana. Honduras.
Trabajadora Social: ¿Melissa dónde quiere vivir, con papá o con mamá? Dije mamá, sin saber todo lo que eso significaba. Mi mamá sabe que soy lesbiana, se enteró porque mi tía me vio entrar de la mano muy cariñosa con una chica a un bar. Mi mamá me llamo: Madre: Melissa, ¿Es cierto lo que dice su tía, a usted le gustan las mujeres? Melissa: Si mamá, es cierto. Mi mamá lloró, me dijo que porque no le había dicho antes, que si yo sufría como lo había visto en Caso Cerrado, que la gente así no era feliz, que por que lo había callado tanto, mi mamá lloró. Yo no quise hablarlo por teléfono esperamos llegar ambas a casa y mi mamá lloró más, yo no lloré, yo sabía que lo iba a entender; me preguntó:
Madre: ¿Entonces qué hago tengo que aceptarlo? Melissa: No mamá, no tiene que hacer nada, todo sigue igual y no hay nada que aceptar. Ella lo entendió. Mi madre llegó hasta 6to grado, no entiende las siglas LGBTIAQA+, pero está ahí, y me dio una casa con goteras que es mi hogar, y la valentía de ser quien soy. A veces menciona a dios, ella sabe que no creo en ello, y no tiene problema, a veces creo que menciona a dios porque se lo enseñaron en su pueblo y se le quedó, pero no va a iglesia, yo creo que ella cree en el amor que a veces encuentra en sus amigas que la invitan a la iglesia. La semana pasada visité a mi papá y me preguntó: Padre: ¿Y usted Melissa, por qué nunca le hemos conocido un chavo? Melissa: Porque no me gustan papá. Mi papá se escandalizó, los espejos finos de su casa reflejaron odio, el mármol se calentó, la casa estaba en llamas. Casualmente llovía ese día y yo pensaba ojalá la casa hubiera tenido goteras para apagar su fuego.
Melissa: Si papá, me gustan las mujeres, de hecho hace poco tenía una novia, ¿Se acuerda, usted nos encontró en el centro un día? Padre: Cállese, cállese. Mi mamá también supo de mi ex pareja, un día que me encontró llorando por ella, ella era mi primer amor y se había ido. Mi mamá me preparo café, no lo hablamos, pero me dio algo caliente y me tapó con una cobija al dormir. Padre: Dios castiga Melissa Mi papá estalló, de su boca de ingeniero salieron flechas y se mencionó también a su dios, él si lo decía con convicción, él si iba a una iglesia, él si se arrodillaba a dios. Salí de esa casa, y llovía, llovía de mí también, lluvia de dolor pero también de orgullo porque podía salir de esa casa, mirarla de lejos y saber que a mis doce años había tomado la mejor decisión, podía irme de esa cárcel blanca y preciosa, mirar de lejos el balcón donde no estaba yo esperando al príncipe azul aún si no lo quisiera. Yo tenía piernas, corría, saltaba y me llamaba a mí misma lesbiana y podía sonreír al hacerlo, porque llevo en mi alma el nombre de mi madre, mi madre se llama libertad.
Por: Le Afrx. Afrofeminista, lesbiana no mujer. Honduras. El barrio de los/las/les poetas tristes que viven en la miseria El barrio de las penurias dolientes y malolientes a corrupción El barrio de los atardeceres brillantes como los matices naranjas de la esperanza que queda El barrio de la gente color tierra que no tiene nada en los bolsillos y nada para poner en la mesa a la hora de la cena El barrio donde las/los/les amigues se tragan la rabia y se ponen encima una carga de leña para salir a vender para conseguir unos pesos El barrio donde se estrujen las almas y también los estómagos por el hambre y la tristeza El barrio de las penurias y las alcantarillas llenas de larvas y zancudos El barrio lleno de basura plástica y de las enfermedades que todavía no sabemos cómo nombrar El barrio donde se narcomenudea la mota, la coca y la piedra El barrio donde se acumulan estos restos coloniales y raciales
El barrio pobre El barrio que duele El barrio que huele a humo de la cocina de las que hacen las tortillas pa vender El barrio donde se vende el pollo chuco y donde No tenemos asco a comernos los microbios con los dedos El barrio soy yo El barrio somos estos/estás/ estés que habitamos desde acá la resistencia marginal El barrio es mi madre que sale a limpiar la casa de otrxs porque hay que comer antes de morir El barrio son mis hermanas, es mi pequeño hermano El barrio son las rimas que se nos escapan a veces El barrio es la brevedad de escribir mil letras x segundo porque no me quiero ahogar El barrio es querer respirar sin que me duela, sin que nos duela, sin que le duela a nadie El barrio es tener hambre, pero no tener para comer. El barrio es para la pobreza lo que la pobreza es para el barrio.
Por: Le Afrx. Las plantas están respirando. Parece que el agua a su paso limpia y purifica las hojas/ flores/frutos/raíces, los seres celestiales verdes, grandes, pequeños, medianos; las aves se refugian de la lluvia. Hoy se siente frío a diferencia de las noches de los meses anteriores. En alguna parte de estos barrios, colonias, aldeas, caseríos y comunidades, en alguna parte de estas periférias marginalizadas alguien muere y ese/esa alguien, aunque desconozca sus datos, a mí me duele su partida porque también vengo del mismo lugar donde se resiste al empobrecimiento y la racialización. La gente allá en el lado opuesto de este, el lado blanco, el lado rico y acomodado, privilegiado y supremacista, dicen que nosotres morimos porque queremos, que nos quejamos porque queremos, que somos haraganes, que olemos mal, que somos puercxs, cochinxs,
sucixs, mugrosxs, nacxs, piojosxs, pulgosxs, que no peinamos nuestras cabelleras i n d í ge n a s / n e g ra s / p o b r e s . También dicen que somos pobres porque queremos. ¿Qué sabe usted de lo que quiero yo? ¿Qué sabe usted porque nos morimos acá? ¿Qué sabe usted desde su privilegio blanco y blanco mestizo? ¿Qué sabe usted desde su privilegio de que no le falte nunca la comida en su plato? No sé lo que escribo, nunca lo sé hasta que regreso para revisar que las palabras tengan congruencia unas con otras, para tratar de explicar millones de emociones internas que se mueven en cada parte de mi ser y que resisten conmigo cuando bailo/rimo/fumo/cojo/gimo y me quejo... son sensaciones de libertad. Yo quiero escribir libre, que sea este mi comunicarme activo desde mis entrañas para
el mundo entero sin importar las alineaciones de la academia blanca, eurocentrista, colonialista, patriarcal, supremacista y racista. Está bien sentir esto acá dentro y escribirlo como lo sienta porque no quiero ninguna aceptación académica de ninguna índole, porque, vuelvo y repito, me importa una mierda la academia. Soy como el fuego. Me gusta arder de placer, de rabia; porque ambas resistencias me identifican y son incendiarias. Soy brava/bravo/brave como las panteras, como las/les/las panteras negras. Soy brava/ bravo/brave, soy negra/negre/negro, soy lesbianx.
Palmite Coco. Detalle de “Cuerpxs disidentes. Pajarería performática” (2020). Ilustración digital. Ilustraciones inspiradas en Johan Mijail, Draguéalo, Jeancé, Bryan Terrero y todxs lxs cuerpxs disidentes.
Por: César Peralta. Performer y artista cuir en construcción. República Dominicana.
Para mí, unx no escribe contra quien se es, escribimos contra el constructo que han querido hacer sobre nuestros cuerpos, y digo, han querido, como muestra de que aún seguimos luchando; escribimos contra lo que el sistema quiere que seamos. Plasmamos imaginarios como actos de cuestionamiento sociopolítico. Existe sobre nuestros cuerpos racializados un conjunto de construcciones, que lejos de reflejar la grandeza y diversidad de nuestro ser, son regímenes heteronormativos que no dan respuestas a las a articulaciones de estos seres en constante evolución durante su devenir. Esta no es más que una construcción hegemónica sobre mí, sobre este cuerpo pigmentado de pieles negras y hermosas, sobre este espíritu cristianizado a precio de sangre y lágrimas, una edificación sobre esta ave desplumada; esta no es más que una construcción sobre estos genitales sexualizados como armas meramente reproductivas. Y es que, a mí no me conoce ni la cañuela teñida de sangre, soy el agujero negro que no todo lo succiona. No me conoce la palma ni la hormiga de esta tierra trópiconacionalista.
Soy el nacido de sol en géminis que observa mientras se yergue la luna serena. Soy la que se pierde entre los vaivenes del mar y el desamor romántico, la misma que ondula incesante entre las ficciones de este ser y su relación con otrxs. No me conoce el falo dominante ni el ano receptivo. Soy más que las bocanadas de humo que se pierden en este espacio. Soy también en esos tacones rojo encendío. Mwen pa pale kreyòl, me digo mirándome en el espejo de la puerta del baño. Soy quien no se encuentra en los linderos esta vorágine capitalista, soy quien aprende a construir el todo. Soy quien nunca está sola porque decidió cargar el peso de sus hermanas. Esta no es más que una construcción hegemónica sobre mí, sobre este cuerpo pigmentado de pieles negras y hermosas, sobre este espíritu cristianizado a precio de sangre y lágrimas, una edificación sobre esta ave desplumada; esta no es más que una construcción sobre estos genitales sexualizados como armas meramente reproductivas.
Por: César Peralta. Hoy desde mi balcón, Y en compañía de Enriquillo Sánchez, me pienso, Me pienso para resistir el encierro en mi búnker, mi propio refugio sociopolítico Me pienso en Las Mercedes o en el Parque Colón. Pienso en mi devenir fuera de la opresión del sistema capitalista y también fuera de casa. Nos pienso dentro uno del otro como un arcoíris tropical simbolizando nuestro propio taijitu, o quizás, solo dentro del Coolmado bailando al son de un pambiche o de un perreo intenso, construyendo espacios, sexualizando la reflexión, nos pienso como mecanismo de resistencia contra la dislexia que acecha Nos pienso porque a veces no hay de otra. Simplemente nos pienso. Hoy desde mi balcón en compañía de Anacaona, le leo a nuestras plantas, le leo a las nubes y ellas a cambio no me ocultan de la luna, recito unos versos al viento, cual bruja que recita hechizos en versos o en prosa, en espera de que lleguen a tus oídos y te encanten, florezcan en un frenesí y te amarren.
No resistí más y le abrí la puerta a la cordura. Lo siento, Rodrigo, pero ella fue muy insistente, todas las noches aparecía con flores carmesí y unas pipas de cristal para que fumásemos mientras llovían estrellas y caían envenenados los corruptos se disfrazó como una réplica de nuestros rituales. Me hablaba de crear rutinas diarias para encontrarme, Otras, en cambio, me dice que salga, que salga en todo este caos, a buscarte. Que salga hacia la noche y en compañía de la luna, Hacia el fuego ardiente que envuelve nuestras cinturas. Y me fastidia y salgo, recorro los astros. Salgo a navegar las olas de eso a lo que llaman lujuria sobre tus labios de espuma que se deshacen en mis memorias Salgo a construirte el alba. Yo no voy a morir, yo no salgo solo. Yo salgo hacia la lluvia de emociones intensas que me delatan, hacia el otoño, hacia la calle Colonial, hacia el verbo. Salgo a escribir en las alas de una mariposa junto a Pablo Neruda cuando la noche llega y es larga y oscura. Pero yo no voy a morir Yo salgo hacia la vida, hacia los hombres, hacia los sueños Yo salgo hacia lo negro, hacia lo eterno. Salgo por Anaisa y por Changó, Salgo a encontrarme en los caminos de Obatalá Salgo y nado como lobo marino desnudo en compañía de Yemayá, Salgo, por todas las veces que me dijeron no lo hagas y no lo hice Salgo por ti, y para que te quedes en casa Y es que yo no voy a morir, estoy seguro. Hoy, desde mi balcón y en compañía de nuestra soledad compartida, Hoy con la barba enmarañada y culpando a la cuarentena Hoy con mi camisa favorita, me pienso, nos pienso.
MemOriaS dE un GaY shOw Por: Gregory González Castro. Gay. México.
(expresión yucateca de susto). No sé dónde y cómo empezar esta serie de memorias que muchos amigos durante muchos años me han alentado a que escriba sobre mi vida, mis tristezas y mis alegrías pero siempre buscaba un pretexto para evadirlo, quizás un miedo a enfrentar a los demonios. Creo que es el momento de hacerlo, quizás ayudé, inspire o simplemente entretenga con estas sencillas pero humildes letras que salen de mi gran corazón y no lo digo por mi tamaño ya que soy un chubby, que por cierto hace poco me enteré que lo era, simplemente pensaba que solo soy un gay gordito sin pelos, ya saben que hay su onda bear. Perdón no me he presentado mi nombre es Gregory González Castro, soy de Mérida Yucatán, estudié la carrera de ciencias de la comunicación pensando que podía cambiar el mundo y no precisamente como decía un profesor “de seguro quieren estudiar esta carrera para salir en ventaneando”. No les voy a mentir me encantaba ese programa ahora prefiero ver series en Netflix y una de mis grandes pasiones el cine en toda la extensión de la palabra, hasta el porno podría ver en pantalla grande y con palomitas.
Un dato importante, actualmente tengo 37 años, si algún día me lees, no esté viejito o en mi caso haber pasado a mejor vida. Ya sé, ya sé, muchos dirán y este quién es, de dónde salió, de seguro es uno que quiere ser un influencer, la verdad no, prefiero estar tras bambalinas y la neta solo les puedo decir que la fama no va conmigo, yo simplemente les quiero compartir, en este caso el ser un hombre gay como tú. Se vale reír, llorar y también hacer corajes. Bienvenidos a esta aventura llamada “Memorias de un gay show”.
Capitulo
EL PANTALÓN APRiETA HUEVO OS
Era el año de 1998, tenía unos 15 años, fue una época donde ser gay era algo que desconocía, años después entendí la diversidad que existía. En la secundaria era el típico nerd que solo iba a la escuela, de la escuela a la casa y todas las actividades las realizaba con mis 3 hermanos siendo el mayor de los 4 con una madre y un padre muy jóvenes ya que ellos se casaron de 16 y 15 años respectivamente. Ya se imaginarán la edad, prácticamente juntos aprendimos a ser una familia. Era tan nerd y gordito que prácticamente era objeto fácil para ser bulleado por todo el salón. Todos los días escuchaba apodos como “mondongo” (comida “yucateca”), “queso de bola”, “capulina” y demás nombres relacionados con objetos grandes y redondos, hasta que un día cursando el tercero de secundaria escuché la palabra “homosexual”, para mí era algo nuevo y hasta ofensivo, lo escuchaba en algunos programas de televisión, el cine y el internet, recuerdo que esa noche encendí mi computadora que mis padres adquirieron a 36 meses con Telmex y te sentías muy afortunado porque te daban el encarta 98 de regalo, era como la Wikipedia de esos tiempos, pues me puse a buscar esa palabra y la encontré, al leer la definición me empezó a causar conflictos, empecé a sudar y ponerme nervioso como si estuviera haciendo algo malo, todo por lo que había visto una semana antes en una fiesta.
Mi única amiga era la sexy del salón a la que la llamaban la popular por alta, guapa y a pesar de sus 15 años ya tenía el cuerpo torneado, claro se llevaba conmigo porque le pasaba todas las tareas. Mi mamá cada vez que nos veía salir juntos decía que ojalá algún día fuéramos novios, como que ella ya sospechaba algo en mí. Las madres nunca fallan. Llegó el día de ir a los XV años de mi amiga, un sábado en la noche. Empiezan los bailables pero nunca había visto a tanto chavo guapo con los pantalones muy pegados como si fueran de látex y a uno de ellos se les marcaba todo y no podía dejarlo de ver, como si esa zona me estuviera diciendo “mírame”. Al terminar todos los bailables, mi amiga se acercó y me presentó a sus 4 chambelanes, uno de ellos era aquel muchachito que usaba ese pantalón tan apretado. Me puse nervioso, prácticamente me estaba bañando con mi propio sudor sudaba a mares cuando el aire acondicionado estaba a 22 grados centígrados en el salón de fiestas. A la mitad de la noche antes de retirarme me dispongo ir al baño, mientras por mi cabeza pasaban muchas cosas al recordar ese pantalón apretado, al entrar, las luces estaban apagadas y al encenderlas junto a los lavabos me percaté que aquel pantalón estaba casi a las rodillas de aquel muchacho mientras besaba a otro muchacho, solo pude decir un perdón, apagué las luces y me salí enseguida. Sentía que me temblaba todo como si hubiese visto algo perturbador, lo único que se me ocurrió fue despedirme rápidamente de mi compañera. Quizás muchos se estarán riendo en estos momentos pero en realidad eran otros tiempos y sí, era muy inocente. Fue la primera vez en que vi en vivo y a todo color a dos hombres besándose con tanta pasión como aquellas novelas de Televisa. Terminando de leer la poca información en el internet solo me surgían muchas dudas, ¿Será que soy gay? ¿Qué se sentirá besar otro hombre? ¿Por qué me causa excitación recordar aquel pantalón? No puede ser posible, es pecado según mi religión, mi familia es muy católica, apostólica y romana desde los bisabuelos. Apagué la computadora y me acosté intentando dormir y ya no pensar en ese pantalón aprieta huevos…
Una de las 1
mentía Por: Johan Mijail. Antirracista, activista de la disidencia sexual. República Dominicana.
Soy la auténtica Marilyn Monroe de Santo Domingo, la loca, la travesti del barrio, la que anda por el mundo escribiendo poemas en los preservativos de los amantes que no quieren enfermar de SIDA. La de los rituales, la incomprendida ninfómana que prende velas a los santos. La ninfa, la hipersexual, la del tigueraje. La que nació macho y el destino se encargó de volver cuasi-hembra. Un monstruo que menstrua. Entonces, comienzo el ritual: Lo primero que hago es leer el poema diez veces, desnudo, frente a un espejo que moví del baño para pegarlo a una de las paredes de la ante-sala. Desnuda, porque quería darme cuenta de que eso seguía ahí, de que no me lo había mochado, para ver al mismo tiempo como se me corría el maquillaje con las lágrimas que tenían su origen en entregar la corona de Miss Boca Chica mil novecientos noventa y cuatro, y ver-sentir dos medias deportivas dobladas simulando ser mis tetas. L.A, o sea, Los Alcarrizos se me estaba poniendo chiquito. Chiquitico. Chiquitísimo. Tan chiquito que se estaba desapareciendo, cayendo, mutando a otra cosa. Era otro barrio más. Por eso me iba a otros lugares donde los espejos de los moteles tuvieran más espejos que me 1
El libro Postales de Frank Báez ganó el Premio Nacional Salomé Ureña en 2009 y ha sido editado en Costa Rica y Argentina. Frank junto a Homero Pumarol fundó y conforma la banda de spoken word EL Hombrecito. Es editor de la revista virtual de poesía Ping Pong.
multiplicaran cuando me pusieran en cuatro y después aguantar lo que venía, que al final tó e’ ná. Ná e’ ná. Tó e’ ná cuando se tiene un culo de esponjas y una silla plástica en espera de ti, en una barra, para sentarte a beber escuchando a Zacarías Ferreira y a las amigasamigos-maricones invitando a jugar Bingo. Sí, señores, tó e’ ná, cuando se vive en esta hipocresía. En esta mentira travestida de verdad. Tó e’ ná Ná e’ tó Tó e’ coro Tó e’ coro Tó e’ tó cuando hay que ir con cuidado para que no venga Juan y te pague con un tiro. No es fácil estar aquí. No es fácil darlo todo por ser, cuando no se es lo que se quiere que es. Cuando no se es lo que es que quiere que es. No es fácil ser un mujerón, una rubia de dos pulgadas, no es fácil ser la Marilyn Monroe de una ciudad que realmente es un lobo con hambre y miserias. Santo Domingo is burning. Está cogiendo fuego por las cuatro esquinas, mientras me estoy cogiendo con otro macho. Pero no se preocupen. Yo estoy resolviendo el problema. He comenzado a salir con poetas, chiriperos, guachimanes, modelos, ingenieros, artistas plásticos, levantadores de pesas, abogados, rubios, funcionarios, toleteros, se lo mamo a los parqueadores de carros y ellos también me lo han mamado a mí, ahí mismo, en la acera y término en el último banco de la iglesia: llorando. Orando. Hablando con dios desde esta boca ataviada con un pintalabios dorado encendido de los que usaban Las Chicas del Can. Estoy estudiando inglés. Me llamaron. Están adelantando el proceso de visado. Comienzo a venderlo todo. Gasto todo el dinero. Me quedo en la calle. Ya hablo un poco. No necesito aprender demasiado porque no tengo que abrir la boca muchas veces, pretendo tenerla ocupada. Eso sí, no he dejado de escribir poemas encuera. Soy una megapoeta. Me gusta escribir poemas.
Me llamaron de nuevo: ME NEGARON LA VISA. Yo estaba fichada dos veces. Yo estoy acusada de intentar secuestrar a Anthony Ríos. Yo estuve presa en un destacamento de Villas Agrícolas, porque me encontraron varias hojas de yerba. Y fui engañada. Me habían prometido no ficharme si tiraba un polvo con el comandante. Me engañaron después de ponerlo a coger su gustazo. ¿Ahora entiendes que no miento cuando digo que esto es una mierda? La vida es una mierda Mi barrio es una mierda Mi historial delictivo La peluca Las hormonas que me inyecto en las piernas son una mierda El mundo es una mierda. Estoy en Nueva York. Pude irme con un pasaporte falsificado, macheteado, alterado, truqueado, dominicanamente he estafado a las autoridades migratorias para poder estar con mis seguidores. Con los que aman mis poemas, con los que me leen. La quinta avenida is my home La quinta avenida es la pasarela donde modelo las tetas y las nalgas que me han pagado decimeros, poetas y raperos que conocí en el Nuyorican Café. La casa más grande de Los Alcarrizos es la de mi mamá. Soy aclamada, deseada, venerada. Salgo en la prensa, salgo al escenario con ropa nueva, siempre. Me idolatran, glorifican mis poemas, me publican libros. Conocí a un moreno y me chivatió. Me apresaron y me deportaron. Soy la auténtica Marilyn Monroe de Santo Domingo Soy la auténtica Marilyn Monroe de Santo Domingo Soy la auténtica Marilyn Monroe de Santo Domingo Y entonces Frank, ¿qué se va a hacer?
Bohemie Art. “Imperio machista gay” (2020). Técnica mixta.
Bohemie Art. “Falo y poder” (2020). Técnica mixta.
Osvaldo Mariconi y la sexualidad en el futuro. Por: Grupo Mariconi2.
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“...Somos un colectivo que intenta ejercitar cruces entre imaginarios de la ciencia ficción, la historieta, la música o el cine; y posibles articulaciones con la teoría cuir...”.
No puedo dejar de pensar en palabras como confinamiento, encierro y aislamiento, y quizás sea porque me encuentro bajo sus efectos. Los 2 metros cuadrados de mi balcón son lo más cerca al exterior que experimento hace unas semanas. Mi gato se despereza y me mira, y yo en un acto autómata ya me encuentro con el celular en la mano listo para chequear mis mensajes. Tengo uno en Grindr: “Nos masturbamos por video llamada te va?” Esta invitación me enfrenta a la necesidad de experimentar la futuridad queer, una manera de evitar que el presente se convierta entonces en un futuro que nunca llegó, un futuro perdido que nos atormenta. Como dice M. Fisher, el realismo capitalista no es un tipo particular de realismo, es más bien el realismo en sí mismo. Su poder deriva parcialmente de la forma en la que subsume y consume todas las historias previas, creando una realidad en donde la única alternativa posible e imaginable es el Capitalismo. Me ayudo de mis lecturas adolescentes de Ciencia Ficción para pensar esto; de mis libros comprados en Parque Rivadavia, donde conseguí algunos usados de la Editorial Minotauro. El cruce entre homosexualidad y ciencia ficción me volvieron un sujeto que está y a la vez no, en esta sociedad. Esta posición alien también es una posibilidad. En el segundo tomo de Historia de la Sexualidad, Foucault se corre de la biopolítica y comienza a trabajar su etapa ética pensando el concepto de ascesis: un trabajo o entrenamiento en sentido atlético, un ejercicio sobre sí mismo para elaborarse, transformarse y acceder a cierto modo de ser para pensar un modo de vida diferente. Esta ascesis como ejercicio es el que me interesa pensar para sobrevivir al encierro y la imposibilidad de mantener una sexualidad, como venía manteniendo, cuerpo sobre cuerpo. Si hay imposibilidad del contactocon otrocuerpo,entonces la genitalidad debe dejarse en suspenso. Tal vez debamos pensar nuevas modalidades, el uso de los placeres, hacernos infinitamente más susceptibles a ellos e inventar relaciones que ofrezcan estrategias para refinar el placer y escapar de las formulaciones convencionales. Me viene al recuerdo Superficies de Placer de Virus, banda contemporánea a la Pandemia del SIDA, donde se cuenta el placer de un voyerista espiando por su ventana. El ojo como superficie de placer está a tono con Foucault y su uso de los placeres; supongo que se debe a un tono de época. Roberto Jacobi escribe esa canción sobre una persona tímida que, en soledad, saca fotos a unx vecinx. Un poco como me sentí yo al ver por primera vez al chonguito que protagoniza una masturbación en el video Rubí de Babasónicos.
Las tecnologías de la sexualidad, y en particular de la sexualidad homosexual, no son algo del futuro distante. Quizás hayan formado parte de un futuro anterior, una proyección de la realidad que la ciencia ficción intentó hacer por los 80’s. No dejo de acordarme de Pris la replicante de Blade Runner, un “modelo de placer”, como ese imaginario de futuro donde la sexualidad pasaba por la relación de un hombre con una máquina/androide. Hoy, ¿dónde terminan los cuerpos naturales y dónde comienzan las tecnologías artificiales? ¿Es posible una delimitación entre naturaleza y máquina? P. B. Preciado en Manifiesto Contrasexual aborda como temática al dildo y la prótesis para expresar la imposibilidad de trazar límites nítidos entre lo natural y lo artificial, entre el cuerpo y la máquina. Pensemos entonces que la prótesis desde la perspectiva clínica siempre fue concebida como un dispositivo taylorista de reemplazo de órganos esenciales para la producción capitalista, y no para sustituir órganos sexuales. La tecnología se nos presentará a sí misma como naturaleza. Los discursos científicos siguen cargados de retóricas dualistas como naturaleza/tecnología que refuerzan la estigmatización política de grupos tales como las mujeres, lxs no blancxs, lxs queer, lxs discapacitadxs, lxs enfermxs, etc., impidiendoles sistemáticamente el acceso a las tecnologías que los producen y objetivizan. Como dirá Donna Haraway, las tecnologías no son ni buenas ni malas, sino que en sí mismas albergan la potencia de fuga, de nuevos lugares de producción de placeres y de reinvención de la naturaleza. Sigo observando el mensaje de Grindr, y no puedo evitar preguntarme si mi celular será una prótesis de la sensibilidad, o si mi cuerpo se convierte en prótesis del sistema. Si la prótesis es funcional y no mimética, ¿es entonces el celular un dildo que no busca imitar al órgano sexual, sino un potenciador de nuevas formas de placer? En esta idea del uso reflexivo de los placeres, el debate puede tener que ver con la descentralización de los genitales como protagonistas de las prácticas sexo-afectivas, nuevas posibilidades de placer utilizando ciertas partes inusuales de ese cuerpo/máquina, erotizándolo; romper la idea de que todo placer viene del placer sexual. ¿De quién es el orgasmo, nuestro o de la reproducción de nuestros cuerpos en las pantallas ajenas? ¿A quién miro? ¿Maximizo mi imagen o la del otro en la pantalla? Miremos las prácticas sadomasoquistas (S/M), como nos muestran que podemos producir placer a partir de objetos muy extraños en situaciones no habituales y utilizando partes inusuales del cuerpo. Generar con el cuerpo un lugar de producción de
placeres extraordinariamente polimorfos. El S/M se convierte entonces en el uso estratégico de diferencias de poder para producir efectos de placer físico, más que efectos de dominación. Muchxs autorxs pensaron por mucho tiempo al fistfucking como la única práctica nueva del siglo XX hasta la llegada, a final de siglo, de internet, del phonesex y del cibersexo. Yo agregaría a estas los saunas, casas de baño, teteras, etc. Todo esto me sirve para pensar cuestiones sobre “una estética de la existencia” (Une esthétique de l´existence) como dice Foucault, una existencia que piense principios del uso de los placeres. El sexo como una forma de creación. La ciencia ficción también exploraba otras formas de pensar el placer y la tecnología. En la novela Neuromante de William Gibson, el consumo de drogas a través de dermos combinaba de manera directa la tecnología con el cuerpo, dónde las sustancias fabricadas en laboratorios eran de fácil acceso y de consumo legal. Halperin en San Foucault, piensa el bodybuilding como objeto de deseo, tecnología farmacopornográfica al servicio del cuerpo musculado homosexual como ejemplo de nuevos usos de placeres, la ingesta de fármacos (ingesta de hormonas) y técnicas para modificar el cuerpo (aparatos de pesas). Dice Halperin del bodybuilding gay de gimnasio: “...Para quienes lo practican con seriedad, es un ritual transformador y cotidiano que modifica las relaciones sociales de esa persona con su comunidad, es un arte de la existencia. Los músculos de los gays no son los mismos que los músculos del straight, son cuerpos diferentes, en el hetero es instrumento de poder que somete (a mujeres y a personas débiles), mientras que el cuerpo gay busca ser deseado y no como poder, son diseñados solo para la atracción erótica. Muchos gays no practican la musculación para adaptarse a los estándares straight, sino desarrollar una parte del cuerpo deseado por sus partenaires sexuales, buscan lo bizarro, la exageración de una parte para producir deseo...”. Entonces, esta tecnología sobre los cuerpos sirve para volverlo objeto de deseo y no objeto de sometimiento. Este cuerpo homosexual ejercitado, como Atlas, es el resultado de una serie de tecnologías que van desde la fusión, como diría Haraway hablando de los cyborgs, ilegítima entre hombre y máquina (aparatos de los gimnasios) hasta un aspecto más molecular con los anabólicos o demás compuestos que se ingieren para lograr mejores y más rápidos resultados. Estos son nuestros cyborgs, que constantemente reescriben su cuerpo a través de estos nuevos mecanismo de
producción y reproducción de placer, comunicándose a través de Instagram o Grindr, exponiendo su modificada musculatura para la obtención de sexo o admiración. Preciado dice en torno a esto que la prótesis como suplemento mecánico de órganos vivos transforma la estructura de la sensibilidad humana (lo poshumano), ya que la prótesis es la modificación y desarrollo de un órgano vivo con la ayuda de un suplemento tecnológico, en este caso el celular. Me imagino un poco como podría ir evolucionando este ciber-Atlas-fistfuckeador, qué tecnologías sexuales se inventarán en el futuro. Se podría pensar en el tele-placer: una serie de dispositivos que sin contacto físico podrían vincular a dos personas íntimamente. Algo así como los cascos que usan Stallone y Bullock en El Demoledor, que le permiten transferir sus “energías sexuales” sin contacto carnal, o quizás sea una píldora al mejor estilo Barbarella que nos provoque placer instantáneo sin la necesidad de una persona. Me gusta pensar también que como hoy existen bots para automatizar respuestas en Facebook, en un futuro no muy lejano, sea una inteligencia artificial a la que le paguemos por servicios sexuales. Tal vez el nuevo placer en épocas de encierro se parezca más a la película Bent. Mi memoria emotiva me lleva a esa bella escena donde lxs protagonistas, en el campo de concentración nazi para homosexuales, cargan piedras y están unx al lado del otrx pero no pueden tocarse. Será esta la escena más erótica del cine entre dos cuerpos desnutridos que desean sentir, que son vigilados y no pueden tocarse pero quieren seguir deseando otro cuerpo. A simple vista la escena parece carente de materialidad, ellxs no pueden rozarse, pero se relatan cómo se tocarían. Como dicen Deleuze y Guattari, el deseo es una máquina de producir, entonces estos susurros poseen la materialidad de la palabra erotizada, la voz cargada de libido. Llegan al orgasmo, como llegan al orgasmo en Her, esa primera noche de amor entre el protagonista y la máquina. El nazismo y sus campos de exterminio son máquina de matar, pero la alianza entre dos cuerpos abyectos pueden generar una fuga al erotizar un relato, producir un cuerpo sin órganos que devenga máquina de guerra como también sucede en El beso de la mujer araña. Y es así que de tanto pensar en ciencia ficción y futuridades posibles, perdí la noción del tiempo. Salgo a mi balcón de 2 metros cuadrados y recuerdo el principio de la novela cyberpunk:
“...El cielo [...] tenía el color de una pantalla de televisor sintonizado en un canal muerto...”
Palmite Coco. Detalle de “Cuerpxs disidentes. Pajarería performática” (2020). Ilustración digital. Ilustraciones inspiradas en Johan Mijail, Draguéalo, Jeancé, Bryan Terrero y todxs lxs cuerpxs disidentes.
Autogestión del placer Por: Wesley Rodriguez Gonzalez. Cuir. Puerto Rico.
Esta cuarentena me tiene en esta disyuntiva de si masturbarme con normalidad o de intentar cosas nuevas. Ya llevo alrededor de 50 días encarcelado en mi casa junto con mi familia, así que el sexo es algo que tengo que practicar conmigo mismx o en alguna plataforma digital. Sin embargo, snapchat e Instagram, que son las más que uso, ya no me satisfacen porque lo que necesito ya es contacto de piel con piel, lo corpóreo, la saliva, el semen corriendo sobre mi boca. Necesito ver vellos en persona, oler sobacos, penes, anos, pechos, de todo. Estoy tan bellaco que voy a intentar, cositas nuevas. Pues comencé por darme deo, dos dedos debí decir, mientras al mismo tiempo me masturbaba; quería sentir esa combinación ya que no he tenido esa oportunidad teniendo sexo; siempre me he limitado a no tener sexo anal porque tengo issues estomacales, es decir, problemas con la mierda. Pero no importa si me estoy dando deo yo y sale mierda porque la vergüenza esta siempre atada a un otro, al colectivo… pero yo no vengo aquí a filosofar, vengo aquí a contar mi creatividad para gestionar mi placer. Así que empecé por hacer eso y estuvo súper rico, lo di todo y me vine bien cabrón, aunque noté que no se paraba bien del todo, no sé el porqué. Bueno, de un tiempo pa’ acá, desde que me volví loca con mis inseguridades y demás, he tenido dificultades, en ocasiones, para que se pare como diosita manda; bien parao y duro como roca, que palpite y haga push up, así como hacen los lagartijos cuando están
cortejando. Pero nada, luego de este intento se me ocurrió la brillante idea de volver a mis viejos hábitos: a intentar mamarmelo yo mismo. Lo intenté, pero lamentablemente no lo pude lograr, aunque cuando era más pequeño me salía mejor; ugh, tan rico que olía mi bicho todo sudado y peluito. En ese momento pensaba que, si llegaba a mamarmelo yo mismo no iba a necesitar otra boca nunca más. Una nueva criatura asexuada iba a nacer, claro que sí. Hablando de cuando era pequeño, recuerdo que tenía este deseo erótico de saber cómo tenían el pene mis compañeros de clases. Tenía este imaginario donde ponía en fila a varios nenes para verles el pipí y mamárselos uno a uno. De igual forma imaginé otros escenarios mágicos donde tenía un súper poder donde congelaba el tiempo para lograr ligar a mis compañeros y verlos desnudos. Mi imaginación no tenía límites y mi curiosidad por mi sexualidad estaba en pleno desarrollo. Fui un niño muy sexual y curioso, hice cosas que ahora de adulto hago muy poco, fue unas de mis mejores épocas en cuanto a experimentación sexual. Nunca dudemos del poder de la imaginación, esta siempre ha sido mi fiel amiga y me ayudó a escapar de la heteronormatividad muchas veces, porque es que no tenía contenido que complaciera mis deseos, todo lo que veía y oía era heterosexual, compulsoriamente todo entre un hombre y una mujer; pero mi imaginación me salvó la vida y todavía lo sigue haciendo. Inclusive, he dejado de ver porno porque
con mis imaginarios recreo mi propia porno. Una vez imaginé y, como de la imaginación a la acción hay solo un paso, comencé a hacer maromas bien mala y posiciones en donde el bicho quedara direccionado a mi cara, así que ya se podrán imaginar que casi me esnuco el cuello poniendo mis patas hacia arriba, así como una chamaca que hace yoga bien flexible, pa’ que ese chorro de semen me cayera en la cara, en los labios y poder satisfacer mis anhelos y fetiches sexuales con la leche. Pero hablando de heteronormatividad, algo muy fuerte que me sucedió fue que un día, bajo mucho miedo, concluí que iba a tener que casarme con una mujer y serle infiel con hombres, a escondidas. Sabía muy bien en mi adolescencia que me gustaban demasiado los hombres. Enclosetee muchos de mis deseos, veía las entrepiernas equivocadas y no entendía como el exceso de cabello y unas piernas velludas me excitaban tanto. Ignoré todo esto por mucho tiempo, hasta que un día viendo una porno gay, justamente en ese momento en que me vine, concluí que por siempre iba a ser patx. Nunca, pero nunca, duden del poder de una buena venía. Finalmente, aquí estoy, intentando imaginar un escenario que me complazca para masturbarme, como todas las noches antes de irme a dormir. Un día estaba en el parque y vi un corillo de hombres jugando pelota, tuve que parar y mirar cómo se movían sus miembros con cada movida, así que fruncí mis ojos y levanté mis manos con fuerza y estilo; de momento, el tiempo se detuvo y todo se congeló, menos yo obviamente, así que fui uno por uno a mirarles los pipis, los probé un poco y muy satisfecho seguí caminando mientras todo volvía a la normalidad. Así que, en cualquier momento, la vida puede sorprenderme con otra idea de cómo gestionarme yo mismo el placer, mágicamente, en esta maldita cuarentena.
Andrea Fonseca. Detalle de la instalación “Tan libre como mi cabello” (2018). Técnica mixta. Dimensiones variables.
Crónica del ritual nocturno Por: Ana Gómez Elena. Mujer cisgénero bisexual. México
Persistente, el atardecer cae una vez más. Se tinta el cielo de violetas desintegradas y naranja jugosa goteando sobre las nubes. Mis senos, expuestos sobre la cama que nunca duerme esperan tus manos, esas delgadas falanges que desean hundirse en la piel de mis piernas y de mi núcleo hirviente. Te deseo: desnuda y soleada sobre mi latente necesidad de besar tu centro y beberte. Anhelo beber tus fulgores de deseo como el becerro que mama de las ubres de su madre, insaciable; duermo hambrienta sobre del húmedo pastizal que calma hervores. Los últimos rayos del día descansan sobre tu rostro fijo y yo desvivo por pasar las yemas de mis dedos por tus cálidos rincones y abrazar los pulsos inagotables de tus paredes cuando te invado. No me niegues tus tersos pliegues, ni los sabores de tu piel dulce, aduraznada que aguarda boca abajo sobre las sábanas tibias. Ahora la sábana negra salpicada de esperma despliega sus sonidos nocturnos, con las luces tenues iluminando la distancia que nos persigue tras la ventana fría.
Tus ojos miel de agave me observan entre la enramada oscura del deseo, donde mis centelleantes caprichos se asoman. Observo tus labios que se entreabren cuando en silencio respiras; labios suaves y rosados frente a mi ávido deseo de probarlos. Entonces me veo reflejada en tu rostro y te beso. Te miro: hermosa y borrosa como cuando se mira a través de una flama pues el fuego mismo abraza tus curvas. Cuando por tu espalda desnuda cae esa cascada de hilos de seda que ciegan mi percepción en fascinación eterna, beso paciente el cruce entre tu cuello y tu rostro, me sumerjo en tu olor fresco. Te vuelves ese mar que vigoroso golpea entre mis piernas cuando lo llamo abriendo mi compás. Te vuelves esa cuna que me abraza en noches, que se lee a base de roces, lenguas que viperinas invaden labios y dedos que tocan puntos débiles a los encantos. Irradias luz cada vez que gimes, iluminas el cuarto que se apaga con mi día. Nos volvemos resplandor mientras me tocas y nuestros gemidos se acompañan, dialogando en un vaivén de besos y suspiros anhelantes. No permitas que tus gemidos se ahoguen en mi memoria. Permite saciar mi sed de la acidez que escondes, la que cada tarde adoro sin conocer, pues la noche siempre nos abraza antes de sentirte desnuda entre mis brazos.
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Obituario d
e
r
Por: Daniela Núñez García. Mujer travesti, bisexual como vehículo político y transfeminista. Costa Rica. Este debe de ser el obituario más largo del mundo, desde tu partida no dialogo con la pérdida, supongo que es más atinado decir que con tu partida, son las noches, son las sonrisas las que me recuerdan que estoy viva, las sonrisas como el recuerdo de la tuya. Hace algunos meses, varios, tal vez años escribí que ya no me quedaba nada, que ya no era escritora: Ya no soy. Le acabo de gritar a mis manos que yo no soy escritora. Ya no soy yo, ya no son mis ganas, ya no son mis lágrimas, ni mi tentativa, ya no son mis ojos pálidos en el inicio del día, Le acabo de gritar a mis manos que yo no soy escritora. Que ya no es mi hambre, ni el olor a cloro de mi espalda, ni el motel de turno, ni las piernas con una gota de sangre desgarrada desde el centro de mi ano. Ya no soy escritora. Ya no es mi vergüenza, ya no tengo venganza
de un amor
d
i
d
ya no es ni mi libido sobre expuesta, ya no son mis mentiras, ya no es la fricción de los cables de la luz asustando los pajaritos. Ya no soy escritora. Ya no son tus manos cubiertas de surcos como mares, ya no es tu mirada teñida de una ternura impotente. Ahora lo grito. Ahora lo digo, Ahora me afirmo, Ahora lo siento, Ahora lo reclamo, Ahora lo lloro, Ahora, ahora, ahora. Ahora ya no soy escritora, ni retrato el tiempo en palabras. Ahora mis lágrimas son mi enemigo, Ahora le grito, ahora me grito, ahora les grito. Yo ya no soy escritora. Yo ya no tengo ahora una sonrisa que entregar, tampoco ahora estoy, me fui en un vuelo a Valparaíso sin vuelo de vuelta. Ya no tengo nombre, ni cuerpo que desgastar. Ya no soy yo, ya no es nadie, yo no escribo nada nuevo, porque en el contemporáneo ya está
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todo dicho. Hoy le grite a mis manos que yo no soy escritora. Ya no hay revolución, ya nada se va caer, ya no hay tiempos, ni temporalidad, ni cosmogonía. Ya no hay fuerzas, no hay por que luchar. Porque la muerte ahí está inminente, Ya sé porqué resistencia y no rebelión. Porque hoy le grité a mis manos que ya no soy escritora. Ya no son los adioses, porque tampoco me despido, ya no es tu ausencia porque para ausentarse hay que estar y yo ya me fui en vuelo sin regreso hacia ningún lugar. Con cada centímetro de mi cuerpo lo digo. Yo ya no soy escritora porque mis letras, se fueron contigo. Y es entonces lo mínimo que podré hacer desde la ausencia de mis letras, recordarte, recordarme que ya no soy escritora, no para este mundo, ni está dimensión, yo ya no soy escritora. Recordarme también que nunca dejaré de ser escritora. Pero entonces vos, ya tampoco serás humana. Serás mi recuerdo, el nuestro, el de nosotras, Este mundo te debe tanto…. Yo te quedo a deber una vida y un suéter. Desde aquí y hasta allá, te amamos… AnónimA. Ilustración para el proyecto junto a Daniela Núñez “Homenaje a Tentácula” (2020). Técnica mixta.
Apuntes sobre l corporalidades , Por: Li wakwara Indígena, No binarie. Honduras.
identidad
Escribo desde mi realidad, y más que un ensayo o análisis con sus formatos, son apuntes recopilados desde mi sentir, es mi ser lleno de rebeldía protestando, un cuerpo que exige no ser sexualizado. Una corporalidad una sexualidad y una identidad no binaria y disidente gritándole a la humanidad que nuestra existencia es real, que estamos aquí y que vamos a resistir y seguir luchando. En muchas ocasiones el concepto de disidencia sexual se malinterpreta y continúa con un discurso de mucho vaciado político, así como pasa con muchas categorías que de alguna u otra forma nos hemos identificado dentro de la población LGBTTIQ+ y que ha sido una respuesta a la agenda de una matriz heterosexual y esa necesidad de sentir que hay que encajar en algún lugar y por supuesto la falta de cuestionamiento. Por lo cual es necesario preguntarnos: ¿Qué es la disidencia sexual? Decimos entonces que es una propuesta, un posicionamiento político, una ruptura con la matriz heterosexual, que no responde a una triada violenta, agresiva y consumista como lo es el patriarcado, el racismo y el capitalismo, sino más bien que está en un constante cuestionamiento sobre toda norma establecida que pretende imponernos sexualidades, corporalidades e identidades binarias; es una crítica a las prácticas/discursos binarios y hegemonizados de los movimientos de la diversidad sexual en donde el epicentro de sus demandas y conquistas funciona bajo una lógica de Estado.
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e sexualidades des disidentes Es por eso que reafirmamos nuestra posición y no vamos a responder a ninguna lógica de derechos institucionalizados y heterosexuales, nos reafirmamos como almas ancestrales y subversivas que se materializan en corporalidades y sexualidades rebeldes y disidentes. Pero entonces ¿Qué es la matriz heterosexual? Es el núcleo o filtro de la heteronorma que pretende dictarnos qué para que nuestras corporalidades sean coherentes y tengan sentido debe de haber un sexo estable, expresado mediante un género estable (masculino /macho y femenino/hembra). Judith Butler nos hace importantísimos aportes teóricos a lo que ella llama “matriz de inteligibilidad heterosexual” en la que intenta visualizar la forma en la que opera la conformación y organización de identidades generizadas, así como también los desarrollos teóricos de escritoras como Gayle Rubin, Adrienne Rich y Monique Wittig, que impulsan una primera crítica radicalizada ante las discursivas que incluso el propio feminismo ha mantenido. Pero para poder comprender esta realidad que funciona bajo una lógica heteronormada es necesario también mencionar el término “homonorma” acuñado por Lisa Duggan, en la que visibiliza las conductas de personas de la diversidad sexual las cuales se adaptan a las normas sociales del heteropatriarcado, y como si fuese poco también busca sobreponer una forma de relacionarnos bajo una lógica monogámica que adopta prácticas binarias dentro de sus relaciones sexo- afectivas en las cuales se reproducen los mismos ejercicios violentos de poder de la heterosexualidad.
Esto hace reflexionar sobre todo el recorrido histórico que ha tenido la población LGTTBIQ+ y los avances o retrocesos en cuanto a reconstruir nuestras propias historias desde los pensamientos y sentires, pero ¿cómo se reconstruye la historia cuando se le niega la existencia a otras corporalidades, sexualidades e identidades disidentes? Es por eso la necesidad de nombrar todas y cada una de las violencias que nos atraviesan en todos los sentidos y posicionarnos acerca de eso también. No podemos exigir tan siquiera un cambio a la nefasta realidad cuando no estamos haciendo una revisión de nuestras prácticas y conductas, más si estas se rigen bajo una matriz heterosexual. Esto me ha llevado a pensar en la agenda política de la población LGTTBIQ+ en el mundo y en nuestro actual contexto donde la mayoría de demandas o exigencias se basan en una lógica heteronormada y Estatal, con esto me refiero a que todo el tiempo se busca la aprobación y reconocimiento por parte del Estado. Pero… ¿Cómo el Estado nos va a garantizar los derechos humanos, cuando es el mismo Estado el que afianza, reproduce y controla las normas patriarcales, racistas y capitalistas? ¿Cómo exigir justicia al ente que nos violenta y asesina? ¿Cómo funcionar bajo una lógica meramente occidental y colonialista? Lo hace mediante todos esos engranajes institucionales que quieren aparentar que les importamos y al final somos solo utilizados/utilizadas/ utilizades como campañas de marketing, como “espacios que llenar” para la cooperación internacional, para llenar esos egos enardecidos disfrazados de “inclusión” en los movimientos sociales y nos hacen ver y tratan como productos exóticos, folclóricos, que necesitan tratos especiales. Para poder librarnos de toda esta peste patriarcal, racista y colonizadora, necesitamos liberarnos de nosotras, nosotros y nosotres mismes. Renunciando a todo mandato de dominación, o como plantea Paul Preciado en “¿Qué es la contra sexualidad?” en los principios de la contra-sexualidad, donde se plantea la abolición del contrato matrimonial, la abolición de privilegios sociales y económicos derivados de una condición masculina o femenina supuestamente natural, en donde la sociedad contra sexual declara y exige
una separación absoluta de las actividades sexuales y de las actividades de reproducción, en donde se puedan encontrar y proponer nuevas formas de sensibilidad y de afecto, en donde se pueda resexualizar el ano “...el primero de todos los órganos en ser privatizados...”. Por eso la importancia de reconocernos como dildos, como seres portadores y proveedores de placer y como cuerpes parlantes, alejándonos totalmente de la idea heteropatriarcal del placer falocéntrico y genitalista. Haré mías las palabras de Preciado reconociéndome como ano y como trabajador del culo. ¿Cómo negar mi propia existencia? Para esto voy a citar a Lemebel “Hablo por mi diferencia”, hablando desde esta realidad que me atraviesa, este contexto cruel en los que estamos sometidos los pueblos de Abya Yala, donde se me niega ser, existir por ser marika, por ser indígena (o incluso a negarme que lo soy), racializade, por ser pobre, por negarme a responder a una realidad binaria y violenta donde se me ridiculiza por tener pensamiento propio y percibirme un ser libre y anarquista, y concebir una realidad en donde nadie esté por encima de nadie, donde no existan normas que nos dicten el cómo tener que llevar nuestras vidas, donde volvamos a nuestros territorios tierra/cuerpa los pueblos de Abya Yala. Pero se me niega la oportunidad de amar libremente donde se me ha condenado a que me llamen y me encasillen como “hombre” que a pesar de que grito mi existir y mi ser no binarie me seguirán diciendo “hombre” . Condenade a un cuerpo que no elegí, y no odio mi cuerpo como tal, ya pasé toda mi vida odiándome así. No lo quiero por lo que representa, por esa terrible carga que se me ha obligado a llevar, una carga de dolor y sufrimiento ancestral que también llevaron mis ancestros (pero lo tengo), cargas que se han tornado en una vida llena de depresiones y ansiedades. Pero no se equivoque, compita, no he olvidado sonreír en medio de una y mil de esas crisis. A pesar de que he intentado arrebatarme la vida de diferentes maneras aún sigo resistiendo, aún sigo viendo a la Pacha en esos lugares donde esta realidad heteropatriarcal y capitalista no ha llegado a destruir, y siento sus aires llenos de vida y sus aguas que corren y fluyen como la sangre que corre y fluye por mis venas, sangre cargada de
memoria histórica de les abueles, que nos han pretendido extinguir, eso, compita, me motiva a seguir luchando. Luchando por una realidad en la que volvamos a la comunidad y colectividad. Por eso me niego, me niego a aceptar esta realidad binaria, me niego a aceptar los desastrosos privilegios por tener una corporalidad masculina (y vaya que privilegio el odiarse toda la vida) pero seguiré aquí cantando, sonriendo, llorando, bebiendo pero sin olvidarme jamás que tengo que luchar, resistir e incomodar en esta cruel realidad. Por estas, otras y muchas más anotaciones, realidades y sentires es que debemos exigir nuestro espacio, recuperarlo, reivindicarlo y defenderlo, y no mediante un intermediario colonizador como el Estado, sino con nuestras prácticas, rebeldes, indígenas, negras, marikas, lesbianas, travas y subversivas. Por todos estos motivos y muchos más, no todas las personas de la diversidad son disidentes sexuales, pero dejando claro que las/los/les disidentes sexuales formamos parte de esa diversidad sexual. Solo que nos posicionamos políticamente y llevamos nuestras líneas discursivas a la práctica. Es necesario también mencionar (al menos en lo personal) que no es que dejemos de caer en más de alguna contradicción (a veces muchas), sin embargo tratamos ser lo más coherentes posibles, poniendo en discusión y cuestionamiento nuestras prácticas/conductas/discursos cada día, cada momento.
Obrayan Robinson. “Sin título” (2019), acrílico sobre lienzo.