Siento que fue algo más que traspasar las barreras que separan el ciberespacio de la realidad. Fue un encuentro, una fiesta, una ilusión, un puñado de nervios, una interacción, muchos descubrimientos y la prueba fehaciente de que Léptica puede mutar, flotar, extenderse, acariciar, llegar y dejar huella. Cuanto más explicaba a los asistentes qué era Léptica y qué estábamos haciendo allí, más me mimetizaba con las miradas de asombro y las sonrisas de complicidad entre conocidos ydesconocidos.
Susana Armengol