Magazine fotográfico f:11 by Colectivo F:11

Colaboradores Portfolios, Juan Miguel Alba Articulo “Exposiciones”,”Secretos Públicos”, Paco Núñez Articulo “Monocromosis adulta”, Paco Hernández Articulo “Fotografia de viajes”, Gran Angular Articulo “Mi laboratorio digital”, José Luis Moreno Gámez Diseño y maquetación. Ángel J. Pérez

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Contenido

Portada. Fotografía de Pedro Reyes Índice de contenidos Portfolio de “Nuestros Fotógrafos” de Concha Garesse Articulo “Fotografía de viajes” por Gran Angular Articulo de opinión “Monocromosis adulta”. Paco Hernández Portfolio de “Fotógrafos Andaluces” de Julio Sevillano Articulo sobre exposiciones en f:11. Paco Núñez Portfolio del “Fotógrafo Invitado” de Ferrero Villares Articulo “Mi laboratorio digital”. por José Luis Moreno Gámez Portfolio de “Fotógrafos extranjeros” de Jacqueline Roberts Articulo “Secretos públicos”. por Paco Núñez Portfolio del “Fotógrafo Invitado” de Juanma Sánchez Contraportada. Las Webs del Colectivo f:11

NUESTROS FOTÓGRAFOS CONCHA GARESSE

FOTOGRAFÍA DE VIAJES 16

ablar de fotografía de viaje implica tener que ajustar las sensaciones personales a la limitación que el espacio de la revista, afortunadamente para el lector, impone. Un viaje con la intención de hacer fotografías, como cualquier viaje que estimule, comienza desde el momento en que se elige el

escenario, se buscan los mapas, los billetes, los horarios de luz del país, los itinerarios, se reflexiona sobre la conveniencia de la compañía, se preparan las cámaras y los avíos de viaje hasta que empieza la aventura de capturar imágenes. Tuve la experiencia de un viaje al norte de Kenia, al desierto de Turkana, con propósito diferente al fotográfico, pero como siempre sucede a los que estamos disfrutando de esta afición , en la mochila cupo algún artefacto capaz de captar, mas que imágenes, sensaciones. Porque en un espacio del mundo en donde la naturaleza eludió su belleza, lo único que la cámara podía captar eran sensaciones, vivencias, miradas, sonrisas. No hay nubes dramáticas, ni neblinas de amanecer maravillosas, ni cascadas, ni siquiera agua, ni sombras sugerentes. En Turkana solo encontré lo que me habían anunciado: piedras, sol implacable, una hermosa luz y, especialmente, humanidad necesitada y expectante. Y gente entregada. Y no era poco. La propuesta fotográfica no cabía hacerla desde el punto de vista de los escenarios sino de las personas y, singularmente, de los sentimientos que transmitían a través de su manera de ser, de los movimientos, de las costumbres, la tristeza, los ritos, las palabras, de la sonrisa y de las miradas. Y también de la desesperación contenida por la miseria. La luz en este desierto desde el amanecer es ya especialmente mala para la fotografía, como si saliera el sol por encima de las cabezas, muy vertical y con sombras, aunque la delgadez de las gentes apenas si proyecta un trazo diminuto sobre las piedras. La luz aquí hay que buscarla en los rostros de los niños cuando los acaricias o les regalas un beso que es cuando se abre el sensor en toda su amplitud y capta un archivo de infinitos pixeles humanos. Un día tras otro las imágenes del ambiente son idénticas: pies desgarrados por las piedras del camino, hambre en la mirada y llagas en el corazón. Pero finalmente una esperanza en los ojos y una suplica en las manos extendidas. Y así, queridos colegas, la instantánea para el recuerdo seria dramática y representaría el fracaso de la humanidad en cuanto hermanos, así que es preferible esperar el momento de la sonrisa, la luz del atardecer en la piel y en los ojos y un contraluz que oscurezca la falta de caridad.

Después de completar unas cuantas tarjetas de no se cuantos gigas, el problema es el de siempre, seleccionar y, si cada vez es complicado, cuando tienes un sinfín de sentimientos almacenados, la elección de la portada del álbum del viaje se vuelve mas compleja porque, ¿como elegir entre mil peticiones, entre infinitas sonrisas, entre las mas de muchas mas miradas de esperanza?¿como poner en primer lugar un sueño de otro, una lágrima de otra? Hay viajes en los que traes imágenes muy cercanas al propósito que motivo el desplazamiento, en las que están representados los momentos mágicos que escogiste para la fotografía y de cuyo arsenal sabes de antemano cuales van a ser las que querrás enseñar, pero cuando del viaje traes mas sentimientos que archivos digitales, el recuerdo te hará modificar con otras herramientas y otros virados las imágenes de la cámara porque el corazón se encargara de editar mas sutilmente la luz, el mensaje y el reto que supone para la humanidad la contemplación del fracaso de la sociedad que hemos construido. Un viaje para hacer fotografías tiene que conllevar también transmitir al entorno que abarquemos, esas imágenes que casi nunca los ojos quieren retener porque hacen daño al corazón.

Pero volveremos otra vez y muchas mas a capturar la luz porque, en este oficio, también se inmortaliza la esperanza.

POR: GRAN ANGULAR

Articulo de opinión

Monocrom

POR: PACO HERNÁNDEZ

ace muy poco, haciendo unos deberes, tuve que preparar varias series de fotografías extraídas de algunos proyectos. Una de estas series versaba sobre cómo la pobreza modifica la infancia y condiciona para siempre la vida de quienes la padecen. Su armazón conceptual, muy manido y nada nuevo, se sustentaba prácticamente solo. Pero, en previsión de las interpelaciones que podrían surgir en el entorno académico en el que se iban a presentar, decidí plantear y contestar una batería de preguntas que podrían surgir. Era, además, un sano ejercicio para intentar dilucidar mi solvencia y mi solidez como autor. Lo más sorprendente de todo fue que la pregunta que me resultó más difícil a efectos de una respuesta coherente fue una de las que en principio parecían más fáciles: “¿Por qué son en blanco y negro?” Me sumergió en una procelosa meditación de la que todavía no

he salido por completo, a pesar de atreverme a escribir aquí mis inconclusas conclusiones. Elegir blanco y negro en la época de la fotografía (por llamarla así, si es que estamos en la postfotografía, concepto que levanta en mí no pocas ampollas) tenía un sentido claro y prosaico en la mayoría de los casos: el blanco y negro nos cedía el control sobre el proceso y eran muy pocos los que podían hacer “algo parecido” con el color, que además comportaba un coste muy superior. Pero elegir blanco y negro partiendo de un archivo digital que ha sido interpolado mediante complejos algoritmos para eliminar la ficción monocromática, supone una voluntariosa tropelía, un retroceso que ha de tener una sólida justificación. Y como yo parecía no encontrarla decidí reponer a la citada serie el color. Pero aquello no funcionaba, o así a mí me parecía. Sin embargo, al mostrar la serie a otros fotógrafos, la mayoría y principalmente los más jóvenes, se decantaban por el color, no encontraban justificación para el blanco y negro. Comencé a pensar en la formación visual y el acervo cultural de mi generación, en absoluto postfotográfica, como posible causa de esta patología monocromática. Las fotografías eran las mismas en color y en blanco y negro, no había nada que cambiase significativamente desde una

mosis Adulta perspectiva formal: no se modificaban los puntos de atención, ni el recorrido de la mirada, ni el peso o la importancia relativa de cada uno de los elementos de la imagen… Pero para mí el color les restaba “la conjunción ilógica entre el aquí-ahora y el allí-entonces” de Barthes. Y creo que ahí estaba la clave. Las fotografías de mis padres cuando eran jóvenes, las mías y de mis hermanos siendo niños y las de familiares y amigos de entonces, son en blanco y negro y han cincelado y mitificado mis recuerdos infantiles y me mienten continuamente eliminando de ellos los colores. Esas fotografías sin color forman parte consustancial del allíentonces aquí y ahora. Y creo que es por eso por lo que los niños de la serie fotográfica en blanco y negro me miran a mí como niño, ven mi pasado y emerge de mí una enorme empatía hacia ellos: permanecemos juntos, iguales, expectantes ante un mundo que se nos echa encima, esperanzados pero inermes. Cuando esos mismos niños me miran en color, no ven mi pasado, ven mi presente, como lo ven las fotografías de mis hijos o de mis sobrinos. Y yo los veo a ellos desde aquí, ahora, desde mi posición de adulto cargado de tribulación e incertidumbre. Y estoy con ellos, pero no soy uno de ellos. Nosotros miramos a las fotografías y las fotografías

nos miran a nosotros y es en ese diálogo de reflejos donde nos quedamos atrapados. Los buenos fotógrafos saben con quién han de dialogar sus fotografías. Los otros, más tozudos y más torpes, somos muchas veces incapaces de quitar nuestros reflejos.

FOTÓGRAFOS ANDALUCES JULIO SEVILLANO

Exposición fotográfica “15 años de viaje”. Juan Miguel Alba

Exposiciones y Eventos de los miembros del Colectivo

F:11 36

EXPOSICIONES Exposición fotográfica “15 años de viaje”. Juan Miguel Alba El día 21 de junio, con la presencia de gran parte de los miembros del colectivo F11, se celebró la inauguración de la exposición de fotografías “15 años de viaje”, en la que Juan Miguel mostró una selección de las imágenes que componen su libro homónimo. En esta exposición se pueden ver, a través de los ojos de Juan Miguel, paisajes y personajes de paises de varios continentes: Cuba, Venezuela, República Dominicana, Perú, Haití, Marruecos, India y Vietnam. Aún conociendo las imágenes en el libro, su visión en un entorno como la Casa Fuerte Bezmiliana (Rincón de la Victoria, Málaga), con un revelado exquisito y tamaños diversos, no deja de sorprender e impresionar al espectador/a. Las fotografías han estado expuestas entre el 21 de junio y el 26 de julio.

Exposición José Luís Moreno Gámez en la Sociedad “A TRAVÉS DEL CRISTAL” en VILA-REAL. EXPOSICIÓN: del 13 al 22 de abril de 2013 INAUGURACIÓN: 10 de mayo a las 17.30 horas Nuestro compañero José Luís Moreno expone durante este mes de mayo en Vila-Real. El mejor comentario a esta exposición aparece en el catálogo de la misma: A través del cristal habla de la crisis, y hablar de la crisis a estas alturas puede resultar tedioso para quien lo hace y pesado para quien escucha. Los términos, los criterios, los posicionamientos y los enfoques se han reiterado hasta la saciedad y esto provoca que el mensaje se escurra por la superficie. Sin embargo, abordar el tema de una u otra forma resulta ineludible para cualquier persona comprometida con su tiempo y que detente un claro posicionamiento frente a la época que le ha tocado vivir. José Luís Moreno escribe con sus imágenes un ensayo sobre la crisis, un ensayo inteligente, comprometido y crítico, sin insistir en la tan manida retórica visual de la miseria y sin caer en la reiteración del mensaje. Escribe su texto con fotografías contundentes que muestran on sencilla elocuencia la desolación del fra-

caso. Son fotografías transparentes, como el cristal a través del cual han sido tomadas. La superficie de la foto (la del cristal) nos mantiene fuera, pero lejos de resultar planas nos incitan a entrar en el mundo que albergan y a buscar entre el abandono, el vacío, la soledad, el polvo y la herrumbre, y encontramos los restos materiales del fracaso que nos invitan a fantasear, a imaginar ilusiones y proyectos. La fotografía entonces se rehace en nosotros y nos lleva mucho más allá de lo que muestra, encontramos la decadencia, vislumbramos como espejismos las huellas de lo que fue y de lo que pudo haber sido. Son fotografías persuasivas por lo que enseñan más que por cómo lo hacen: composiciones en apariencia sencillas pero de encuadres activos, referentes enfocados y estáticos para los que el tiempo se ha detenido, sin recursos visuales efectistas; muestran objetos, no hay personas ni formas, pero esos objetos resonantes narran acontecimientos. Observador sutil, el autor permanece invisible detrás de su cámara y nos invi38

José Luis Moreno

José Luis Moreno ta a dar un paseo por la cotidianidad del fracaso, con sugerencias que nos conducen a la reflexión mediante la introspección y la imaginación, sin manierismos ni estridencias. Paco Hernández 39

EVENTOS Presentación del libro de Miguel Urbano “Ad libitum” Último libro realizado por Miguel Urbano sobre la llamada “Street Photography”, al igual que todos los anteriores por la editorial americana Blurb en formato 28x33 en tapas duras. Estas fotografías, según su autor fueron realizadas sin ningún plan preconcebido, sin la existencia de un proyecto previo. No hay un hilo conductor, no hay una serie, no hay una homogeneidad temática; sencillamente se ha fotografiado algo que en cierto momento ha sido capaz de captar la atención del fotógrafo de una forma espontánea. En definitiva, esta colección de fotos responde más a una elaboración en el nivel pre-consciente del autor, que a la presencia de una estricta voluntad fotográfica. No es exactamente el producto de una reflexión estética ante la presencia de lo que se va a fotografiar.

Exposiciones y Eventos POR : PACO NUĂ&#x2018;EZ

Colecci贸n permanente

FERRERO VILLARES

fotografo invitado

FOTÓGRAFO INVITADO FERRERO VILLARES

Articulo de opinión

Mi laboratorio

POR: JOSÉ LUIS MORENO GÁMEZ

n el año 1999 quedé prendado con mi primera inmersión en un laboratorio fotográfico de blanco y negro. Esa magia de cómo se creaba la imagen sobre un papel en contacto con un revelador, me pareció sorprendente. Tras unos días más de prácticas ya tenía en mente adquirir uno, y así fue, a los pocos meses mi primera ampliadora y cubetas llegaban a mi baño, para posteriormente adaptar una habitación para su uso “a tiempo parcial”. Durante varios años, el trabajo en el laboratorio fue intenso, aprendí a controlar la exposición, el contraste, las altas luces, las sombras , a dar una interpretación personal del negativo que tenía entre manos. Llegó la era digital. Ávido de conocimientos,

y con ganas de progresar comencé esta nueva andadura, sin olvidarme de mi laboratorio. Nuevas circunstancias personales y las mejoras técnicas en cámaras e impresiones fotográficas digitales, me llevaron a decantarme por lo más nuevo. ¿Se trataba de un rechazo a lo analógico?, rotundamente NO. Era la solución para seguir con la fotografía. Desde el principio trabajar con Photoshop me pareció un derroche de medios e inversión. Un software, donde el fotógrafo usa un porcentaje muy limitado de sus herramientas, para lo cual es necesario un ordenador cada vez más potente, muchos discos duros para grabar esos archivos Tiff o Psd que cada vez pesaban más, con multitud de capas y ajustes, me frenaban un poco, por no decir bastante. Si a esto unimos que la producción fotográfica con cámara digital es enorme (se dispara mucho), cada vez era más difícil escudriñar, seleccionar y tener un acceso rápido a todo “mi fondo fotográfico”.

digital Y llegó la solución: Adobe Lightroom. Este software nacido de la inquietud de muchos fotógrafos analógicos, tiene la gran virtud de aunar un módulo de revelado, con ajustes claramente análogos al trabajo en el laboratorio tradicional; y un módulo de biblioteca donde con un correcto etiquetado, podemos tener acceso de manera instantánea a cualquier imagen, esté en la subcarpeta que esté. Además podemos crear copias virtuales y tratarlas de manera independiente, crear colecciones, crear proyecciones, pdf, audiovisuales e imprimir, sin necesidad de dejar de trabajar con el raw de la cámara: ya se me olvidó lo que era trabajar con multitudes de capas en un fichero Tiff a 16 bits. Además la evolución del programa ha sido muy importante y en la actualidad presenta muchas funciones adicionales sin perder el espíritu inicial. Photoshop lo uso para contadas ocasiones, en casos muy concretos, principalmente para montajes, collages, cartelería, etc. Pero el gran

secreto de Lightroom, no está en el programa, si no en el laboratorio analógico, de donde tomaron la idea. Si conseguiste excelentes copias en papel baritado, después de una correcta elección de papel, filtros de contraste, revelador, máscaras, etc., con Lightroom también lo conseguirás y además teniendo organizado tu archivo fotográfico.

FOTÓGRAFA

EXTRANJERA JACQUELINE ROBERTS

Articulo de opinión

Secretos Públicos

POR: PACO NUÑEZ

En los tiempos de la guerra fría, allá por mediados del siglo XX, había palabras que decían lo que realmente significaban y otras que no. La guerra fría no era una guerra de verdad (todavía no tengo claro si la expresión es un eufemismo, una paradoja o un oxímoron) pero los secretos si que lo eran. El único agente secreto que presumía de serlo era Bond, James Bond; todos los demás vivían entre las sombras y se escondían de la luz pública como los murciélagos de la luz solar, y no es que padecieran de fotofobia. La privacidad, la discreción y el secreto eran algo inherente a su profesión. El que salía en los papeles ya podía ir buscando destino (y bien lejano). Algunos secretos eran reales: la fórmula de la Coca -Cola o la del licor Benedictine, otros, pretendidos secretos, basados en conspiraciones: el área 51 o la falsedad de la llegada del Apolo XI a la luna. Daban mucho juego: artículos periodísticos, novelas, películas...y a todo el mundo le gustaba participar, porque lo interesante era la aportación personal al misterio. Pero el tiempo no deja de pasar y de cambiar las costumbres. La tendencia actual es la de desvelar todos los secretos y formular los componentes que hacen segura la consecución de nuestros deseos. ¿Quieres un vientre plano?: 202.000 resultados, se acabó el misterio. ¿Buscas la felicidad?: 18.000.000 de consejos.

Especifica un poco más: ¿Me puedes dar la fórmula de la felicidad? :1.430.000 resultados. Podemos conseguir una fórmula para casi todo. Por eso me llamó la atención un estudio de la Universidad de Berkeley (en colaboración con Nikon y coincidiendo sospechosamente con el lanzamiento de un nuevo modelo de cámara con conexión wi fi) en el que se hablaba de la fórmula de la fotografía “perfecta” para Facebook: P + A + (I + H + B) _______________________________________ EC (exposición correcta) – D (desenfoque) Paisaje (P) + Animal (A) + Inspiración (I) + Humor (H) + Belleza (B). Exposición Correcta (EC) - Desenfoque (D) De lo que podemos deducir (como decíamos cuando estudiábamos Matemáticas) que, para triunfar en las redes sociales, no podemos hacer retratos a personas, pero si paisajes o animales (preferentemente mascotas), imágenes que nos resulten graciosas y que resulten bellas (sugieren como ejemplo una puesta de sol) e incluyan... inspiración. Se le da importancia a la luz, nada de tinieblas, luminosidad y...¡adios desenfoques!. La curiosidad nos puede llevar a buscar la fórmula de... (redoble de tambor)... La Fotografía Perfecta: C+MP+ID / EC-DS

C= Creatividad MP= Motivo Principal ID= Instante decisivo EC= Exposición correcta DS= Desenfoque Fuente: http://www.ramoncandela.com Pero ¿no será algo presuntuoso buscar la perfección? En los paises de habla inglesa utilizan, aplicada a la música, la expresión “One hit wonder” para referirse a aquellos/as artístas que consiguen un gran éxito y luego se difuminan. Acercarse a la perfección tiene sus riesgos, el criterio con el que nuestras obras serán enjuiciadas siempre tendrá como modelo ese “hit” que nos permitió soñar con la gloria (eso podrían pensar las personas que lo hayan tenido, que no es mi caso, ya que, parafraseando a Woody Allen, la perfección me persigue, pero yo siempre corro más que ella)

Si a alguien le había inquietado la posibilidad de que se perdiera el misterio de la fotografía con la aplicación de estas “fórmulas”, le sugiero que se busque otro motivo de preocupación. Como en cualquier truco de magia, el intríngulis está en los imponderables, aquello que no se puede llegar a medir, a controlar. Esos factores tan sencillos de nombrar como la creatividad, la elección del motivo, la oportunidad y la visibilidad de la imagen. Podemos estar tranquilos, aunque todo el mundo se empeñe en destapar el secreto, seguiremos sin entender las razones de que una imagen nos emocione hasta la mudez y otra nos deje indiferentes, seguiremos perdiendo el aliento ante la inspiración y envidiando la oportunidad que permitió al autor/autora de una imagen captar ese momento irrepetible.

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