Magazine f:11 - nº 10 by Colectivo F:11

Porfolios 00 04 20 36 44 56

Fotografía de portada de José Gutiérrez Porfolio de “nuestros fotógrafos” con Ángel J. Pérez Porfolio del “fotógrafo invitado” con Jesús M. García Porfolio de “nuestros fotógrafos” con Colectivo f:11 Porfolio del “fotógrafos andaluces” con Javier Domínguez JADOGA Porfolio del “autor novel” con Gloria Jiménez

Artículos 16 32 36

Articulo ”La vida en un instante”. Paco Núñez Articulo “Noticias del colectivo”. Juan Miguel Alba Articulo “Las minas de Riotinto”. Gran Angular

Colaboradores Redacción y Porfolios. Juan Miguel Alba Redacción. Paco Núñez Redacción. Gran Angular Diseño y maquetación. Ángel J. Pérez

nuestros fotógrafos

Ángel J. Pérez Hoy presentamos en esta sección a Ángel J. Pérez, uno de los autores con mayor antigüedad dentro del Colectivo f:11, ingresó en él en 2008. Aunque desde entonces su capacidad de realización fotográfica no es demasiado extensa, quizás motivados como tantos otros por el trabajo y las obligaciones familiares, lo cierto es que siempre que nos presenta un nuevo trabajo tiene un toque especial con una sensibilidad y una forma de mirar a través del objetivo que hace que sus imágenes tengan especial interés. En 2011 fue el ganador del Memorial Jaime Mota. El trabajo que hoy nos presenta, “Cinco años” tiene unas connotaciones muy especiales para él, es la narración de los cinco últimos años de la vida de su propio padre, víctima del Alzheimer, tratado con una sutileza muy especial con el denominador común del blanco y negro más puro, sin artificios ni efectos y con un lenguaje directo, narrativo y que nada tiene que envidiar al de otros trabajos de fotógrafos profesionales editados en otros medios. Es una pena que no veamos con más frecuencia más trabajos de este autor, pero nos conformamos con estas pequeñas dosis que de vez en cuando nos regala, es fotografía pura en esencia. Juan Miguel Alba Fotógrafo MFIAP Esta es una muestra de diez imagenes, el trabajo completo se puede ver en www.10mm.es.

ﾃ］gel J. Pﾃｩrez

La vida en un insta PACO NÚÑEZ

Las palabras, caprichosas, nos muestran caminos engañosos en los que entramos gustosamente creyendo seguir la senda correcta. Cualquier persona que oiga una o varias de estas palabras: instante, fugacidad, naturaleza, estación, impresión, realidad, sensibilidad, se dirigirá, probablemente, sin remedio hacia una idea sobre todas las demás: fotografía. No estará equivocada, pero haría bien en no apostar todo su capital en la certeza de su respuesta. Instante, fugacidad, naturaleza, estación, impresión, realidad y sensibilidad son algunas de las claves de la composición poética japonesa más breve: el haiku. Definido como un poema conciso que expresa fielmente la sensibilidad de la persona autora, consta de 17 sílabas divididas en 3 estrofas de 5, 7 y 5 sílabas que siguen las reglas de la métrica. En su núcleo se adivina la influencia budista, pues el haiku se define a través de los conceptos de simplicidad, está exento de metáforas y artificios poéticos, transitoriedad, pues siempre hace referencia a la fugacidad de un instante, sensibilidad, que excluye el razonamiento, lo que le acerca a la meditación y conexión con la naturaleza, haciendo referencia en sus orígenes a la sutilidad con la que se nos muestran los acontecimientos temporales y los cambios estacionales. Afrontar una imagen, a veces, es lo más alejado que podemos encontrar a este poema fugaz. La técnica, reglas de los tercios, el color o su ausencia, la confrontación con la memoria, el razonamiento, la comparación y algunas más...son las armas de la persona crítica frente a una fotografía. El haiku huye de cualquier interpretación racional e intenta que su fuente sea la contemplación, obligando a la persona a no ser protagonista sino parte de un instante fugaz como simple observadora. Su finalidad es paradójica, no busca concluir sino abrir un nuevo estado de conciencia en la persona que lo lee. Para las personas que escriben haikus, la composición poética es una vía para establecer una comunión con la naturaleza a través de los acontecimientos que se suceden ante nuestros ojos.

ante Las filosofías orientales, alejadas del mundo material, conectan con la esencia de la realidad asumiendo que no es posible una interpretación de esta, ya que la realidad es y no es susceptible de interpretación. Una de las definiciones más acertadas del haiku asegura que es descubrir lo extraordinario en lo ordinario de la vida cotidiana. La fugacidad del haiku nos obliga a la abstracción y a despojarnos de lo artificioso para intentar vislumbrar la esencia de la realidad, por eso es un ejercicio interesante para todas las personas que disfruten con la contemplación de la naturaleza o, en nuestro caso, de imágenes aportadas desde otras percepciones distintas. La disciplina que nos impone abre el camino a la creatividad; la concisión y el carácter inconcluso hacen que sea un vehículo ideal para la emoción, una invitación a sentir para la persona que lea sus 17 sílabas. ¿Quién se atreve a escribir un haiku de alguna imagen propia? Matsuo Basho, gran maestro haijin: de Basho

Yosa Buson, discípulo

Un viejo estanque salta una rana ruido de agua.

Blanco rocío cada púa en la zarza tiene su gota.

Bajo el sombrero aguardo en silencio recolección

Sobre el puente que al día conduce cruza veloz

Ajenas vuelan en la tierra esperan madres y padres

Claustro desierto sola, la mujer lee vuelan palabras

Abancalados aguardando pacientes la primavera

Sube que sube de lunares vestida la gitanilla

fotógrafo invitado

Jesús M. García Mi nombre es Jesús M. García y me describo como un fotógrafo de Paisajes Diurnos y Nocturnos. En fotografía he tocado muchas disciplinas, pero de todas ellas, con la que más cómodo me siento es la fotografía Nocturna. Empecé fotografiando Paisajes Diurnos con la ayuda de Filtros de Densidad Neutra; esta técnica aportaba a mis imágenes cierto punto de misticismo y fue tal nexo de unión el que conseguí con ella, que me aventuré a compatibilizarla con mi otra pasión: la fotografía Nocturna. Actualmente me gusta utilizar los Filtros de densidad neutra (ND) en mis trabajos Nocturnos, acabo de llegar de New York, de realizar unas pruebas para LucrOit de unos nuevos Filtros ND de cristal, y aquí os dejo 3 de las fotografías allí realizadas. Como podéis observar la atmósfera que aportan los Filtros ND a la Fotografía Nocturna es muy interesante.

Soy una persona excesivamente metódica… ; me gusta dar la máxima calidad a mis trabajos, para ello durante años he estado investigando y creando mi propio flujo de trabajo Nocturno, desde la captura hasta el procesado final. Esta búsqueda de calidad en mis trabajos, es la que me ha aportado en estos dos últimos años, diferentes premios y menciones Internacionales, de las que más orgulloso me siento son: • “The AL-THANY International Award for Photography” .Conseguí una de las Medallas de Oro entre 90.000 obras • Primer Puesto en el Epson International Pano Awards,. He sido el primer Español en conseguirlo. Categoría: Amateur “Buildings” • Medalla de Plata FIAP, en la categoría “Patrimonio de la Humanidad”. A raíz de estas menciones fue como mi trabajo se dio a conocer y fui llamado como ponente a diversos congresos de fotografía, entre ellos el “ III Congreso de Fotografía Nocturna. #iNight_2014” con Mario Rubio. Actualmente me dedico a impartir Talleres de Fotografía Nocturna, y así mostrar todo mi flujo de trabajo Nocturno, desde la planificación, a los métodos de captura; y desde el revelado básico, hasta el procesado avanzado orientado a fotografía Nocturna. Si desean saber más sobre mí y mi trabajo os espero en mi web: www.jesusmgarcia.es

Noticias del Colectivo f:11 Exposición en Málaga, Jardín Botánico La Concepción (25 de Octubre) Juan Miguel Alba - “La Tierra que habitamos” En primer lugar Blanca Lasso de la Vega, del Patronato del Jardín Botánico La Concepción realizó la presentación del acto y a continuación se proyectaron todas las imágenes del libro con comentarios sobre las mismas por el autor. A continuación se inauguró la exposición, 37 obras en formato 40x50 y 50x60 y el autor firmó los ejemplares de los libros en dos ediciones, una limitada de pasta dura con sobrecubierta y otra en edición de tapa rústica. La muestra se encuentra abierta de martes a domingo en horario de 9,30 a 16,30 horas hasta el 21 de Diciembre.

Exposición de Juan Miguel Alba en Córdoba Galería Ignacio Barceló (6 de Noviembre) El pasado jueves día 8 de noviembre se inauguró en la Sala Ignacio Barceló de Córdoba la exposición de Juan Miguel Alba “La Tierra que habitamos”. Una pequeña muestra de 18 imágenes en formato 50x60 que corresponde al trabajo realizado por el autor durante más de 27 años, en el período 1988 a 2014 por doce países del mundo (España, Francia, Portugal, Marruecos, Cuba, Perú, Venezuela, Rep. Dominicana, India, Vietnam, Camboya y Etiopía) fotografiando paisajes y algunas de las maravillas reconocidas como Patrimonio de la Humanidad. Este trabajo está publicado en un libro “La Tierra que habitamos” que consta de 101 imágenes. Es una selección de más 100.000 imágenes a la que el autor le ha dedicado casi un año para cribar, escanear (la mayoría provienen de negativos realizados con cámaras de formato medio y panorámicas), procesar y finalmente maquetar en un libro autopublicado mediante el programa Lightroom e impreso por la editorial americana Blurb. Lugares emblemáticos como el Desierto del Thar y Taj Mahal en la India, Machu Picchu en Perú, Selva del Amazonas y Cordillera de Los Andes en Venezuela, Bahía de Halong en Vietnam, Pirineos en Francia y España, Valle de Viñales en Cuba, Sur de Etiopía y Templos de Angkor en Camboya son algunos de los lugares visitados por el autor. Todas ellas con un denominador común, el blanco y negro con un sello personal que el autor ha dejado constancia en toda su carrera, primero en la etapa argéntica y después en la digital, en la que se han incorporado nuevas imágenes desde 2007. La muestra puede visitarse en la galería Ignacio Barceló, sede de AFOCO, los lunes y los jueves en horario de 20,30 a 22,30 horas, hasta el 12 de Enero de 2015 en la calle Alcalde de la Cruz Ceballos, 7 de Córdoba.

nuestros fotógrafos

Colectivo f:11 “Minas de Riotinto” Y allá que nos fuimos. Nos “encajamos” hasta Minas de Riotinto sin tener casi en cuenta que desde la Edad del Cobre nos esperaban las magníficas escenas de la naturaleza hecha mina, transformada en pirita, en cobre, en riqueza de piedra. Nos habían ido preparando la visita los tartesos -los pobres ni nos conocían. Si lo llegan a saber....- los fenicios que casi la venden por un puñado de monedas sicilianas y, finalmente los romanos que, como siempre, llegaban para que los exclavos explotaran la tierra y extraer cobre, oro y plata de las entrañas. Eso sí, nos introdujeron en el uso de la noria como elemento tecnológico puntero de la época. Y allí estábamos, cámaras en ristre, una docena de intrépidos aficionados enfundados en botas de goma para tratar de inmortalizar lo que los almohades habían ido cuidando para extraer tintes y ungüentos medicinales hasta que los ingleses -¿recuerdan a Morgan o a Drake?- sentaran sus reales en la zona explotando hasta la saciedad la tierra conquistada económicamente. Menos mal que de esa experiencia, nos dejaron un barrio “victoriano” a la vera de una impresionante mina que parece querer tragarse el cielo desde los reflejos de las aguas tintas de sus profundidades. Si hubiésemos podido, habríamos fotografiado el tren que comunicó la mina con el puerto de Huelva allá por el siglo XIX de maricastaña pero solo quedan algunos railes que todavía no se oxidan en alguna chatarrería de la zona producto de la rapiña a la que “la hambre” y la pillería conducen. Los españoles tuvimos la propiedad y la explotación de esas fallas durante algunos años, pero los estudios de viabilidad

(¿les suena?), la ausencia de utillaje apropiados y “la caló” del largo verano de la región, aconsejaron dejar para mejor ocasión el negocio. La siesta desaconsejaba agacharse para sacar de la tierra el pan duro de cada día. Y hablando de “caló”, cómo sudamos!!, el fin de semana nos agasajó con una ola demasiado agobiante para el avanzado otoño pero no impidió que descargarámos algunos de nosotros (Juan las tarjetas solo tienen 16 Gb) mas de dos mil disparos tratando de impresionar en las retinas de las cámaras los inimaginables colores, los increíbles tonos de las aguas, las rocas y las arenas que un día fueron azufre, barita, cuarzo, manganeso…. Imposible que ningún plugin avanzado, ninguna paleta de Pantone, ningún Photoshop que se precie logre imitar, siquiera acercarse, a la belleza, el brillo, los colores extraterrestres de estas tierras y estas aguas tintas como el vino de la Rioja, como el de la Ribera, como los albariños…. Imágenes imposibles de relatar porque la mezcla de tonos, de luces, incluso de olores, aconsejan una visita a las minas para impregnarse de la belleza cromática del escenario. El cambio a localizaciones mineras más productivas, costes laborales mas bajos por abusivos y tecnologías extractivas distintas, alejaron a las compañías especializadas de esta región sumiendo la misma en una pobreza que se percibe en la edad de los habitantes, el lento manejo de las calles, la ausencia de comercios, colegios, vida en suma, produciendo un nivel de paro superior a la mitad porcentual de la centena. A pesar de todo ello, insistimos en captar imágenes de aguas de las ultimas lluvias que, en cascadas, nos obligaban a usar los filtros ND -Juan Miguel, ¿cuantos puntos hay que quitar al diafragma?- estudiar los equilibrios inestables para colocar los trípodes y, disparador en mano, pedir a quien entiende de eso, que la seda suavizara el agua lo suficiente para poder presentar ante el jurado alguna imagen apropiada que justifique los 700 kms de viaje.

Ejemplo de la modernidad, en su época, de la industrialización de la zona, lo constituye el récord de haber celebrado la primera manifestación a favor de la conservación del medioambiente que, cientos de años mas tarde, nos dedicamos a deteriorar acumulando en las orillas del Rio Tinto y sus barrancos contiguos, cristales, papeles, plásticos, latas, que el producto de las minas nos facilitó fabricar. Ironías del destino devolver a la tierra, transformada en basura, la riqueza que nos ofreció desde hace mas de 3000 años de la era moderna. Quien no pudo venir se perdió esa reflexión medioambiental y también la convivencia, las risas, los chapuzones, los comentarios de cada uno ante la los reflejos, la inmensa belleza, la luz extraordinaria. Pero siempre queda la posibilidad de una visita porque la naturaleza, generosa como es, no va a privarnos del espectáculo de sus entrañas. Granangular.

fotógrafos andaluces

Javier Domínguez “JADOGA” Descarnado realismo La realidad cotidiana ofrece encuadres llenos de infinita plasticidad que habitualmente pasan desapercibidos inmersos en la propia maraña existencial. Captarlos y saber eternizarlos fotográficamente no es asunto fácil, sobre todo, porque la fotografía actual ha perdido mucho sentido enfrascada como está en procesos esquivos de dudosa artisticidad, patrocinados por agentes oscuros que sólo aportan extraños desarrollos de intereses poco claros. La obra de Javier Domínguez, JADOGA, plantea los imperecederos esquemas de la gran fotografía de siempre, aquella sin tiempo ni edad que relata, artísticamente, hechos, personajes y situaciones de un entorno susceptible de manifestar una verdad estética. Episodios de un sociedad en abierta decadencia, capítulos de una historia protagonizada por una humanidad con excesivos desajustes, escenas de un paisaje urbano con claros gestos de sordidez, esquemas vivenciales donde la soledad impera desapasionadamente; todo planteado artísticamente con una gran solvencia creativa y una entidad fotográfica que asume todos los grandes postulados de esta tendencia artística en la que lo mejor son los desarrollos de autores como JADOGA que únicamente ejercen de fotógrafo, fotógrafo. El realismo social es, probablemente, el aspecto de la fotografía que más sentido ha proporcionado, planteándose

registros de una sociedad que es mostrada sin reveses, con todas sus pasiones, sus muchas más sombras que luces, sus máculas inquietantes de esa humanidad cuyos contrastes se decantan más hacia las gamas oscuras. Todo esto son los signos convencidos y convincentes de una fotografía que JADOGA vuelve a hacer grande, sin miedos y sin complejos. Lo cotidiano, lo cercano, lo que por inmediato pasa un poco desapercibido y, junto a todo ello, los sombríos aspectos de una humanidad que sólo le queda sobrevivir. Desenlaces de un fotografía que, aquí, sigue siendo grande y con horizontes diáfanos. Bernardo Palomo - Crítico de Arte

autor novel

Gloria Jiménez “Lo invisible” Texto del proyecto En su afán de conocer la verdad de las cosas, el ser humano se parece a alguien que tratara de descubrir el mecanismo invisible de un reloj del cual sólo puede oír el tic tac y ver el movimiento de las agujas, pero no le es posible ver el interior de la caja que lo contiene. Si tiene el ingenio suficiente, podrá imaginar un mecanismo que sea capaz de reproducir todos los efectos que se observan, pero nunca podrá saber si su imagen es la única que puede explicar la reproducción de esos efectos, porque jamás podrá compararlo con el mecanismo real ni siquiera imaginar tal comparación. Statement o explicación del proyecto A través de las huellas que mi abuelo ha dejado en mi memoria, sus pertenencias, y su casa, indago en un universo que conozco y desconozco a la vez. La fotografía me conecta con el eco de su mirada, permitiéndome encontrar respuestas más allá del horizonte de lo expresable.

Gloria JimĂŠnez

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