Magazine f:11 nº 11

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Fotografía de portada de Concha Garesse Porfolio de “Colectivo f:11” con Agustín López de Coca Portfolio del “Fotógrafo Invitado” con Jesús Jaime Mota Porfolio de “Fotógrafo Andaluz” con José Arias Porfolio del “Fotógrafo Novel” con Guillermo Seijo

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Articulo ”Elogio del fracaso”. Paco Núñez Articulo “Noticias del colectivo”. Paco Núñez Articulo “Anecdotas y peripecias de un viaje”, Gran Angular

Colaboradores Redacción y Porfolios. Juan Miguel Alba Redacción. Paco Núñez Redacción. Gran Angular Diseño y maquetación. Ángel J. Pérez

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nuestros fotógrafos

Agustín López de Coca Hoy me toca presentar los trabajos de Agustín López de Coca, otro de mis alumnos que ya alcanzó fotográficamente hablando la mayoría de edad, que ha culminado con la consecución del Premio de Honor del Memorial Jaime Mota del pasado año. Es para mí un placer y un orgullo ver a fotógrafos como Agustín que comenzó sus andadura fotográfica a través de la asistencia a mis talleres, como sus imágenes van alcanzando una depurada técnica unida a una dosis de creatividad y entusiasmo por la Fotografía. Agustín, es también fotógrafo viajero y por ello nos presenta en este libro cuatro secciones de sus últimos viajes a diferentes lugares del mundo: India, Cuba, Kenia y Etiopía. Imágenes que el autor ha seleccionado personalmente dándoles a cada una el revelado adecuado que ha creído más conveniente. He tenido la suerte de que fuera uno de mis acompañantes en uno de mis viajes, concretamente a Etiopía, donde vivimos una experiencia inolvidable, sobre todo al final cuando estuvo a punto de no poder salir del país al perder su pasaporte. He dicho suerte, porque hasta para ir de viaje a hacer fotografías tienes que tener suerte, en mis casi veinte años viajando he tenido de todo y Agustín es un acompañante ejemplar con el que seguro repetiré en algún que otro viaje. Quiero también destacar su calidad humana y sentido de la amistad, que en estos tiempos que corren no son muy frecuentes. Deseo que este sea un comienzo de nuevos y grandes proyectos para él y que este Premio le haga madurar más como fotógrafo, entusiasmo y ganas de aprender no le faltan. Juan Miguel Alba Fotógrafo MFIAP Guajiros a ritmo de son cubano bajo un sol que quema la libertad. Negro porvenir escondido entre las hojas de tabaco sometido por la revolución inacabada. Negro futuro como el humo de los habanos envuelto en sonrisa de ignorancia. Sueños de libertad, tabaco de revolución, dignidad de hombres que desafían el presente y luchan en silencio por una esperanza blanca que regalar a los hijos. Mañana vendrá sin grilletes en las ideas, sin hoces que sieguen el pensamiento, sin cárceles que apaguen la luz a la opinión. Mañana pondrá una vitola de libertad en las plantaciones y sonreirá la vida en los ojos de los hombres. Agustín López de Coca.












Agust铆n L贸pez de Coca


Elogio del fracaso PACO NÚÑEZ

“Cuando tocaba en los bares, un borracho me decía: en las cenizas del fracaso está la sabiduría” Esta pequeña muestra de la letra de una canción de Amaral era la banda sonora de un time-lapse que me envió un amigo esta semana. Fue la puntilla. Las ideas, como mariposas, revolotean de manera caprichosa e indecisa sin saber si se posarán o por cuánto tiempo lo harán. Quien haya intentado fotografiar a una mariposa lo entenderá perfectamente. Así me sentía, persiguiendo ideas que flotaban en el aire, cuando, en un arrebato de lucidez, comprendí que el significado del éxito no era, para mí, el mismo que para la mayoría de las personas que me rodeaban. No hacía mucho que un economista muy nombrado había expresado, en una entrevista, su convencimiento de que había que aprender de los fracasos. Y... ¿quién soy yo para refutar a un señor catedrático de Economía Aplicada? Sin embargo el “éxito”, aparece, con mucha frecuencia, en los medios de comunicación como una entidad diferenciada del fracaso aunque en realidad son hermanos siameses, la existencia de uno no se concibe sin la del otro. Cuando nos hablan del “éxito” lo hacen aparecer como el objetivo supremo; una sobrevaloración que implica la minusvaloración del fracaso, cuando es un paso obligatorio para alcanzar cualquier meta. No hablo de fracasos estrepitosos de esos que no se olvidan jamás, sino de los pasos inseguros que nos conducen en casi todos los aprendizajes de la vida, sea cual sea nuestra ocupación o devoción. Al hacer del “éxito” una meta, de manera implícita se obvia el proceso que permite llegar hasta él. En una carrera es muy difícil calibrar la importancia de cada uno de los pasos que la componen, la preparación debe abarcar todos y cada uno de ellos, desde el inicial y los intermedios hasta el final. La práctica, en cualquier disciplina, se compone de una sucesión de pequeños fracasos salpicada de algunos éxitos. Pero se vende el “éxito” como un producto de teletienda y se

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convierte en una entidad independiente. ¿Conocemos las potencialidades de una persona si desconocemos sus fracasos? Las grandes empresas tendrían que prestar más atención en sus entrevistas a los fracasos de las personas que aspiran a trabajar en ellas para conocer su verdadera personalidad, porque pocas cosas muestran de manera tan certera el interior de una persona como su reacción ante este tipo de situaciones. Se puede extrapolar a la vida diaria; el fracaso es una presencia continua en nuestras vidas, aunque no se muestre. Es casi como un órgano interno, nadie tiene conciencia de su páncreas, de su bazo o de su vesícula, pero de su funcionamiento correcto depende en gran medida el bienestar del cuerpo. En la última gala de entrega de los premios Goya, uno de los presentadores retransmitía su crónica desde la entrada comentando las incidencias a la vez que consultaba las redes sociales en una tableta. Este pequeño detalle muestra que se suele dar la misma importancia a la percepción subjetiva de la realidad que a la realidad misma. El “éxito” pasa a ser controlado por factores externos. La cosa no tendría demasiada importancia si no fuera porque lo que creemos modifica lo que percibimos, de manera que si nos convencen de que una obra de cualquier clase es un “éxito”, nuestra percepción sobre ella tenderá a adecuarse a esa creencia. De aquí a pocas semanas viviremos varias campañas electorales para elecciones locales y autonómicas y, las encuestas, cuando aparezcan, modificarán la conducta de todas las personas implicadas, aunque casi nadie lo reconocerá. ¿No hay nadie que reivindique el derecho al fracaso y hable de su importancia en nuestras vidas? La idolatría del “éxito” homogeiniza nuestro entorno haciéndolo más aburrido y nos muestra modelos y estilos de vida difícilmente asumibles por la mayoría de las personas. Tengo la convicción de que una persona es más dueña de sus fracasos que de sus éxitos. Además los triunfadores sólo son personas que tienen mucha suerte y si no lo creéis, preguntad a cualquier fracasado.

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fotógrafo invitado

Jesús Jaime Mota El próximo mes de Junio van a cumplirse cuatro años desde que Jesús nos dejara, para el Colectivo f:11 siempre estará en nuestra memoria, cada año organizamos un Memorial que lleva su nombre. En esta ocasión gracias a la colaboración de su hijo Alejandro sacamos a la luz una serie de fotografías inéditas de su último trabajo realizado en un viaje a China en la primavera de 2011. Son imágenes que el mismo ya había seleccionado y que su hijo Alejandro ha editado siguiendo su mismo método de trabajo para no perder su sello de identidad. Un gran trabajo sin duda, como todos los que Jesús nos tenía acostumbrado y con los que llegó a alcanzar premios importantes y un curriculum que a día de hoy es difícil de igualar por muchos autores. Fue una vida corta, pero intensa. Recorrió el mundo casi por completo, aunque sus mejores trabajos los realizó primero en Africa y luego en India, después de él muchos otros autores siguieron sus pasos y emularon su sistema de trabajo, sin duda fue una gran referencia y marcó una época en la fotografía española. Nos dejó un gran legado con dos libros publicados “Rostros” y “El silencio habitado”, que realizó también su hijo Alejandro un año después de su muerte, proyecto que ya tenía Jesús casi listo para editar y que Alex finalizó con una gran maestría para regalarnos a todos sus últimas imágenes. Sus trabajos se encuentran en su Galería Museo que está en su pueblo natal Mijas (Málaga), donde pueden verse y adquirirse todas sus obras y libros , incluidas estas imágenes últimas que

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publicamos y otras muchas que no vieron la luz hasta hace poco. Merece la pena cuando visitéis la Costa del Sol darse una vuelta por FOTOART que está situada en calle Los Caños, 3. También podéis visitar su web que está como él la dejó: http://www.jaimemota.com Gracias a su hijo Alejandro y su esposa Charo por cedernos estas imágenes, un auténtico documento inédito para la publicación en esta revista y poder así mantener viva su memoria, como dice la cita que figura en su último libro “Nadie muere del todo si su recuerdo permanece vivo en la memoria” Juan Miguel Alba Fotógrafo amigo de Jesús y coordinador del Colectivo f:11

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JesĂşs Jaime Mota

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Noticias del Colectivo f:11

Juan Miguel Alba ha sido incluido en el libro “The Best Photographers VII” de la publicación checa Photo Art, junto a otros nueve fotógrafos internacionales de Polonia, Suecia, Pakistán, Rusia, Rep. Checa, Georgia, Inglaterra, Israel y Lituania. Ha participado con once fotografías de su trabajo “Tribus de Orissa” realizado en esta región de la India entre 2008 y 2011. Además de las exposiciones se realizan una serie de Talleres y conferencias a lo largo de todo el mes, junto a proyecciones, mercadillo fotográfico y otros eventos que se realizan en este bello entorno de Jerez.

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Exposición solidaria a beneficio de la Fundación Luis Olivares Al igual que el pasado año, la Fundación Luis Olivares, a través de nuestro compañero Agustín, solicitó la colaboración de los componentes del colectivo para la organización de una exposición colectiva. Los autores y autoras colaboraron con dos fotos cada uno que fueron expuestas en el Hotel Molina Lario entre el 11 y el 19 de diciembre. A la inauguración asistieron la mayoría de los autores y autoras colaboradores que pudieron apreciar sus fotografías en un entorno especial. Nuestro compañero Agustín confirmó que la exposición fue todo un éxito (se vendieron todas las fotografías expuestas) y nos transmitió el agradecimiento de la Fundación. Esperamos que siga contando con el colectivo para sucesivas exposiciones, ha sido un placer colaborar con la Fundación Luis Olivares.

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Noticias del Colectivo f:11

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fotógrafo andaluz

José Arias Mar adentro José Arias es uno de los abanderados del movimiento fotográfico surgido en Andalucía en la década de los 80 del pasado siglo y que terminó siendo definido por historiadores tan importantes como Miguel Angel Yañez Polo, de “realismo estético”, y que se manifestó especialmente a través del retrato ambiental y del paisaje artístico o “land art”, con una fuerte influencia del fotógrafo Ansel Adams y su afamado sistema de zonas. Además de haberle conocido magníficos retratos, creo que ha sido en el paisaje en el que mas cómodo se encuentra y donde mas se identifica como autor, pues está sensitivamente capacitado para captar la belleza de la naturaleza y técnicamente preparado para presentarla al espectador a través de cualquiera de los formatos al uso: portfolio digital, copias en papel, whasapp, etc. Sus paisajes son para la fotografía como el sonido chillout para la música. La conjunción en un mismo espacio-tiempo de una de sus playas (Zumaia) con cualquiera de los temas del mix “Wonderfull Chill Out Music Beach lounge” puede inducir a un estado espiritual mas próximo a la cultura asiática que a la occidental. Sus “marinas” son los lugares donde todos quisiéramos serenarnos, reflexionar y retomar nuestras vidas mientras navegamos con la mirada mar adentro. En resumen una fotografía cuasiperfecta que invita a disfrutar de todo aquello que la naturaleza nos ofrece de forma gratuita y que pocas veces sabemos valorar. José F. Gálvez Miembro de la Sociedad de Historia de la Fotografía Española

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JosĂŠ Arias


fotógrafo novel

Guillermo Seijo BULEVAR DE SUEÑOS

Desde hace aproximadamente una década vienen ocurriendo en la fotografía una serie de procesos que han desencadenado una gran renovación. (Este interés se manifiesta no sólo en el alto porcentaje de exposiciones de fotografía pura y experimental, sino también en la fundación de centros especializados, la organización de conferencias o la filiación de artistas plásticos a la fotografía como un medio contemporáneo de expresión.) En correspondencia con Ileana Cepero Amador, durante los últimos años la fotografía cubana ha experimentado cambios lingüísticos significativos a causa de su interacción con las corrientes contemporáneas del arte internacional y, por otra parte, ha asumido temas centrados en problemáticas universales que trasladan su marco de referencia desde materias locales para alcanzar un rango mayor de enunciados. Así, en los primeros años de la década, resultó preponderante la temática del cuerpo, acompañada de contenidos religiosos, feministas u homoeróticos, sin obviar la importancia de otros temas como la migración y las implicaciones de la ciudad y la naturaleza. Pero, a finales de la década, una nueva generación de artistas emerge consciente de la importancia que ha adquirido la imagen fotográfica en el mundo contemporáneo y de su utilidad conceptual. Se emplean recursos novedosos de lenguaje y abarcan un nuevo espectro temático que va desde las connotaciones del espacio privado, la preponderancia de la memoria o las relaciones de poder, hasta las manipulaciones de que es víctima la historia. Esta nueva generación también


proyecta su discurso desde un basamento filosófico e incorpora nuevas tecnologías al medio. En esta corriente se inscribe, entre nosotros y con notable fuerza, Guillermo Seijo. De ello es muestra su visión de un paisaje singular: Viñales. Él es capaz de ver en las escenas y personas cotidianas ese punto especial que únicamente poseen los fotógrafos con sensibilidad. No es fácil llegar a tener este punto de vista. Normalmente los fotógrafos se quedan en lo superficial, en lo exótico; pero Guillermo se acerca y profundiza en sus personajes y en sus paisajes. Permite que nos hablen, que nos digan algo. También refleja en sus fotografías algo que es necesario para cualquier buen fotógrafo: el amor hacia lo representado. Seijo no puede sustraerse al influjo de este pueblo y las personas que lo habitan. Para bien del observador de sus fotografías, se le nota demasiado ese amor. Sus imágenes fotográficas contienen en sí mismas una naturaleza ficcional vulnerable a los cambios de sus significados y esconden detrás la trama que sobrevive como referente. Incursiona en el desmontaje hermenéutico del proceso fotográfico, rescatando desde un ejercicio de intelectualización aquellas interpretaciones ausentes del discurso fotográfico, ya sea como estética o tecnología. Sus fotografías, por tanto, se sitúan también como un importante portavoz de nuestra cotidianidad. Esta apropiación de la realidad sería, para Susan Sontag, como un primer paso para la apropiación fotográfica. Las fotografías retratan un temperamento individual, en el sentido que lo expresaba Minor White y, por consiguiente, el fotógrafo en su relación con la fotografía puede provocar una anulación del yo o una celebración del ego. Desde esta perspectiva, Seijo analiza hasta qué punto fotografiar es un acto violento de apropiación que puede, en el extremo de la metáfora, asesinar. Otra cuestión insoslayable es la relación de la fotografía con el fotógrafo. Guillermo Seijo comenzó formándose de manera autodidacta: devorando todo lo que caía en sus manos relacionado con la fotografía; comprando, cuando podía, revistas especializadas y siempre caía algún libro de regalo. Antes no existían las ventajas de Internet, donde lo tienes todo. El fotógrafo considera que ahora es fundamental reciclarse y seguir formándose, puesto que el cambio de la fotografía analógica a la digital ha supuesto que los fotógrafos que quieren controlar todo el proceso, incorporen este nuevo sistema a su universo expresivo. Para ello, hay que controlar varios softwares informáticos muy densos, que se renuevan continuamente y complican el poder estar actualizados paralelamente. Ayuda mucho Internet, los talleres especializados y la inquietud de estar al día. Por otra parte, Guillermo Seijo reconoce que el paisaje y la arquitectura de Viñales suelen ser los protagonistas de sus trabajos. A nosotros no nos queda más que dar unos pasitos adelante para contagiarnos del entusiasmo que el fotógrafo muestra. Entonces comenzaremos a tener una perspectiva más certera sobre lo que sus fotografías suponen dentro de nuestro panorama cultural. Alfredo Galeano


Guillermo Seijo



Guillermo Seijo



Guillermo Seijo



Guillermo Seijo



Guillermo Seijo




Guillermo Seijo


ANÉCDOTAS Y PER GRAN ANGULAR

UN VIAJE UNA

Viajar implica una serie de circunstancias que lo alejan del mero acto de hacer la maleta, coger el billete y volar o tomar el tren o subir al coche. Viajar es algo mas. Bastante mas según donde te dirijas o que propósito te acompañe. Hacer un viaje es ,generalmente, cumplir un sueño, un deseo de mucho tiempo durante el que has pensado como abordarlo, de que manera organizarlo, qué llevar, quien te acompañará….. Y en según que países y con que intención, se vuelve crucial determinar la mochila, que utensilios imprescindibles deben llenarla, que no puede olvidarse porque el destino es escaso de cualquier cosa que en el occidente desarrollado se entiende cotidiano. Y si por casualidad vas a hacer fotos y te acompaña un experto y metódico compañero, la originalidad del viaje empieza con las recomendaciones de los elementos de la mochila que no pueden faltar. Y no me refiero a las baterías ni las tarjetas de memoria, que va …. , me refiero a un rotulador indeleble, unas pinzas de depilar o un cuadernito donde apuntar las experiencias y anécdotas del viaje. Aunque seas un viajero suficientemente experimentado y previsor, siempre hay un amigo, que te supera recordándote que no hay aspirinas en el destino y que unos sobres de suero isotónico por si la deshidratación, no pueden olvidarse. Casi todo, por suerte, viene de vuelta y es cuando te preguntas por que cargaste con todo eso en la maleta, aunque reconoces que pudiese haber sido necesario una vez vistos los escenarios por donde se desarrolló el viaje. Vas a África, un destino deseado por los paisajes, las luces y el exótico estilo de vida de sus gentes, pensando que, en el cuerno del continente y en los territorios de las remotas tribus que vas a inmortalizar estarás, poco mas o menos, únicamente acompañado por el guía que necesariamente tienes que llevar y, cuando bajas del todoterreno, (todoterreno en toda su acepción) descubres a un puñado de rusos vestidos de boys scouts, con cámaras de las caras y oliendo a dólares,

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RIPECIAS DE UN VIAJE FOTOGRAFÍA

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que disparan a todo lo que se mueve y suben el importe de las propinas que tienes que dar para que alguien, hasta los dromedarios, te piden por una instantánea. Tu vas desde la civilizada Europa, con cierto aire de superioridad aunque fuese efímera y antigua, pensando que en el peor de los casos con unos euros, acaso dólares, harás un reportaje del nivel National Geographic y antes de pisar territorio tribal, ya te han recomendado cambiar a birr, pero en billetes nuevos, ojo al dato, porque de otra forma no dispararás ni a una araña que te encuentres encaramada en un arbusto. Los mil japoneses que, teleobjetivo de largo alcance en ristre, ya pululan por la zona, hacen que las tribus hayan aprendido latín y no solo cobran por un disparo, sino que cuentan las fotografían en ráfaga que tu “astutamente” has hecho y por cada “tiki-tiki-tiki”, que cual experto contable van sumando, tienes que pagar un birr estiradito, sin arrugas y sin que falte ninguna esquina del billete que examinan meticulosamente antes de posar, arte éste, el del posado, en el que son expertas modelos. Y lo digo en femenino porque los varones bastante tienen con dormir bajo los árboles a la espera que los turistas nos larguemos, hagan la recaudación y se acerque la hora de

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la comida y la cópula reglamentarias. ¿Te creías listo occidental de raza superior y desarrollo intelectual avanzado?.... Desengáñate. Cuando has terminado tu sesión fotográfica, habiendo elegido a las modelos, los escenarios y crees que tienes material para completar por lo menos una colección F11, descubres con tu compañero que habéis retratado varias veces a la misma etíope que os ha ido camelando cambiándose de adorno bien sea floral, ya de cuerna abundante, con una diadema de chapas de gaseosas, o embutiéndose una calabaza en la frente o una madera en la oreja. Acusas el impacto y empiezas a cuestionar la superioridad intelectual del hombre blanco….. No voy a extenderme sobre la parsimonia del rito del café al que te “invitan” y terminas pagando lo que una merendola importante te costaría en la terraza mas chic de cualquier París que echarse a la cara, ni a la sorpresa de un espantapájaros viviente que en medio del sembrado te saluda con el brillo del sol en la dentadura y el dibujo de un birr en la mirada. Ni siquiera a la sorpresa que te produce encontrar a un grupo de finlandeses colorados como las gambas, contemplando la ceremonia ancestral,“Ukulí Kulá”, por la que los Hamer fustigan a las mujeres en señal de “amor” y que has ido buscando como un tesoro escondido para contar a tu vuelta. Nada de lo que hasta ahora he contado se acerca a la experiencia de la perdida del pasaporte. Perdonad la referencia personal, pero he viajado demasiado por necesidades de mi trabajo y nunca he perdido ni un documento, ni un billete de avión, ni una reserva de hotel, ni una agenda….Ni siquiera las maletas me han jugado una mala pasada. He tenido suerte en eso. Pero….alguna vez tiene que ser la primera y fui a vivirla en donde menos falta hacía. Siempre piensas que un Consulado, una Embajada o un departamento de inmigración de cualquier país te solucionarían el problema caso que… Olvídate de esas soluciones en Etiopía. No te despistes al dejar el pasaporte en la recepción de cualquier hotel, ¿hotel?, si, para ti después de varios días de viaje, polvo y arroz con pollo, un rincón limpito y con agua corriente, es el mejor resort del mundo mundial. Llegas sediento al hotel, te piden el documento que prometen devolverte en cuanto acabes el almuerzo y, si tienes media hora libre y te vas a echar una cabezadita, el turno de recepcionista ha cambiado, tu te olvidas –la edad no perdona- y nadie ha visto el pasaporte y ni siquiera se molestan en alargar la mano para ver si está en algún cajón del desvencijado mostrador de

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la recepción. Estas en medio de la nada en una aldea de no mas de 200 habitantes, en un establecimiento (ya me salió la calificación del hotel) sin cobertura telefónica, -no pronuncies ADSL porque podrían considerarlo un insulto- y tienes que presentar la denuncia que te van a pedir, probablemente, en la aduana, en el consulado o vaya usted a saber donde. Como el mantenimiento del orden obliga a que haya presencia del ejército o de “la autoridad” en cualquier cueva del territorio, encontramos, con la ayuda del guía, la comisaría. Era un “recinto”, con cuatro palos y una techumbre de paja en cuya puerta dormitaban dos polis en una silla desvencijada manteniendo entre las piernas dos fusiles que dispararon flechas en su período de vida útil. Nos vieron llegar como si de extraterrestres se tratase ya que algún blanco en esas instalaciones hacia años que no aparecía. Solicitamos presentar una denuncia que “solo podía hacer el Jefe” que como era por la tarde y de esperar, no estaba y volvía al día siguiente. Mariano José de Larra se hizo presente en ese instante en el que no quedaba otra que esperar que madrugase el superior y pudiésemos tener un documento con el que demostrar que éramos gente de paz aunque sin papeles. Hubo suerte y el Jefe del tinglado que, leed atentamente y aguantando la risa , lo era del :Southern Nations Nationalities and Peoples Regional State. South Omo Administrative Zone Hamer, Woreda, Turmi, Police Stations”, había madrugado. Aseguro que era la primera denuncia que escribía en su historia y con rigor de Oficial eficiente, sacó de un cajón de algo que semejaba a una mesa, un mugriento cuaderno de dos rayas, como los del cole, y con caracteres amáricos indescifrables para un cristiano, escribió lo que entre el guía, mi inglés y sus entendederas suponíamos que era el relato de la pérdida del pasaporte. En ese idioma semítico tuve que firmar si quería seguir el viaje y preparar la intentona de salir del país en la fecha estimada. Ese documento escrito a mano y en hoja arrugada de dos rayas, me sirvió para que, previa negociación con el jefe de aduana del rio Omo y el pago de la mordida oportuna, pudiese cruzar a la orilla de Kenia por el solo placer de montar en los troncos huecos de arboles convertidos en canoas y refrescarnos un poco con la humedad de la corriente. El sol estaba alto y ni siquiera nos dio margen para una imagen de los morenos “gondoliers”.

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Y camino de Addis Abeba, hablamos con la Embajada, -¿embajada?- de España que nos obligó a vivir la experiencia de hacerse unas fotografías de carnet, (no olvidar entre las cosas a llevar en cada viaje), en la que tardamos mas de una hora mientras el tiempo apuraba porque el avión salía por la noche y las gestiones anunciadas eran desconocidas. No haré mención a la Embajada de España, correcta sin entrar en detalles, pero si desde luego a las peripecias –de ahí parte del titulo de este relato- vividas en el departamento de inmigración en el que tenia que pedir el salvoconducto para volver a casa. Al guía, por ser del país, creo yo, y porque sería de alguna casta o tribu de menos nivel que los oficiales del Organismo, no lo dejaron entrar con lo cual la posibilidad de hablar en su idioma se había esfumado. Hay que remontarse con benevolencia a la España de los años cuarenta para hacerse una idea del edificio de oficinas, las instalaciones, el cariz de los funcionarios, y el problema de gestionar el conflicto en un idioma desconocido y sin un inglés de la otra parte que echarse a la cara. Descubrimos salas donde se amontonaban los eritreos pidiendo algún papel para escapar a su país, mientras eran vilipendiados verbalmente por los oficiales de reglamento que, a discreción, aprobaban o no, la petición de salida mientras algunos guardias trataban de mantener el orden en una cola de cinco en fondo. Con alguna maña, poniendo cara de pena y asomando algún dólar por el bolsillo, pudimos adivinar por los gestos de una paisana ceñida en kilos y en años, que se hacía necesario subir al despacho numero ene en donde explicar la situación que a ellos les desbordaba por salirse del grito a destajo al vecino de Yibuti. Por terminar, después de pagar unas tasas sin saber para que, mientras nos chillaban en amárico, y nos remitían de un despacho para otro, poniendo en cada uno una firma distinta en el “documento oficial” que os acompaño, y cuando se hacía la hora inaplazable de salida de los funcionarios y la posibilidad de quedarse unos días en la poco apetecible, mugrienta y polvorienta capital del país, se acrecentaba, pude encontrar al

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hombre del traje gris, bajito, prensa bajo el brazo y sombrero calado a la sombra de los techos amarillentos y desconchados al que conseguí convencer poniendo nuevamente cara de pena, que mi nieta acababa de nacer y tenia que salir “pa España” . Fue la única verdad que conté desde que entré en el edificio de inmigración al que, ojalá, nunca tengáis que ir. Me puso la definitiva firma en el papel y, ante mi asombro y la pregunta de si era necesario algún impreso oficial adicional a la vista de papelillo que tenía entre manos, me chilló con autoridad de gran jefe, que “eso era suficiente en el aeropuerto”. ¿Cómo se me ocurrió dudar de su autoridad? Necesité el “documento” y el pago de unos dólares al empleado del mostrador de facturación por una gestión que nunca supe de que se trataba pero que me parecía barata si con la otra mano me entregaban la tarjeta de embarque, como así ocurrió. Pero el viaje, a pesar de todo, fue fantástico hasta el punto que volvería aún perdiendo de nuevo el pasaporte.

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www.juanmiguelalba.es www.javierysasi.blogspot.com www.joseluismoreno.com.es www.miguelurbano.com www.10mm.es

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