DECLARACIÓN PÚBLICA Las organizaciones de la región de Aysén abajo firmantes, nos hemos informado de las intenciones de la Subsecretaría de Pesca de aprobar determinadas modificaciones a las áreas aptas para la acuicultura en el litoral, en el marco de las decisiones de la Comisión Regional de Uso del Borde Costero. Asimismo, hemos conocido del retiro de la propuesta para el área al norte de la Península de Taitao, manteniéndose vigente la que afectaría el sector de Tortel en el Golfo de Penas. Ante esta posibilidad, declaramos lo siguiente: •
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A la fecha, la industria del salmón no se ha hecho cargo de manera alguna de la catástrofe social y ambiental que generó en el litoral y el borde costero poseedor de las más importantes áreas de recursos hidrobiológicos del país, ubicados fundamentalmente desde la región de Los Lagos al sur. Esto, aunque somos segundos en producción salmonera en el mundo (con deficientes estándares sociales y ambientales) y las empresas reciben utilidades por cientos de millones de dólares usando bienes y espacios comunes. Se debe realizar una auditoria ambiental y social integral sobre los impactos de la salmonicultura en los ámbitos social, ambiental y de desarrollo regional, y mientras no exista esta evaluación, no corresponde ampliar sus operaciones en aguas de reconocido valor excepcional a nivel internacional y que aún se mantienen prístinas. Junto con lo anterior, es esencial asumir que no se puede seguir interviniendo el borde costero sin información técnica y científica suficiente. Tal es una irresponsabilidad y es rol del Estado, particularmente de la Subsecretaría de Pesca, evitar que se continúe avanzando en el desastre medioambiental y social que ya conocemos, protegiendo en forma especial aquellas zonas que se consideren fundamentales producto de su calidad ecosistémica. Que el litoral de Aysén no sea conocido por una parte importante de la ciudadanía no es motivo para pensar que lo que ocurre con él no le es un tema relevante. La contaminación del mar y la extinción de los recursos hidrobiológicos, así como el impacto en el capital ambiental y económico del que dependen otras actividades sustentables como el turismo, la ganadería o la pesca artesanal, obliga a que decisiones de este tipo se aborden con la mayor transparencia y participación de la ciudadanía. No hacerlo solo profundizará conflictos que ya existen. Se debe realizar un completo proceso de información y participación ciudadana vinculante previo a aprobar una propuesta de ampliación de áreas aptas para la acuicultura, con la mayor inclusión y transparencia posible. La propuesta de la Subsecretaría de Pesca se superpone con los legítimos intereses y reivindicaciones de otros actores y comunidades de la región de Aysén. Afecta áreas de interés turístico, los bancos bentónicos de la pesca artesanal, reclamaciones de comunidades indígenas, áreas de conservación y preservación ambiental, según se estableció en la Zonificación del Borde Costero, proceso y ordenamiento territorial que la salmonicultura ha insistido en ignorar. La Subpesca no puede pretender impulsar una actividad productiva de alto impacto social y ambiental a costa de otros grupos sociales y productivos de Aysén. Pasadas casi dos décadas, se debe realizar un análisis