Nutrición para escuchar la melodía de la vida Por Patrick Bernard Adaptación del libro nuevo de Patrick “La música como yoga Descubra el poder sanador de la música” De la revista Living Nutrition Vol 17
http://www.livingnutrition.com El comer una dieta basada en frutas, verduras y brotes eleva el cuerpo y la mente, permitiéndonos escuchar las magnánimas vibraciones universales que nos rodean. Pero debido a la fermentación que produce la digestión de la carne de animal, nuestros oídos se obstruyen y nos podemos escucharlas. Por lo tanto la humanidad carnívora pierde la posibilidad de percibir las grandes verdades del ser y se ve imposibilitada para acceder a la influencia milagrosa de las vibraciones celestiales. Los platos gastronómicos que están cargados de dolor, ensordecen al ser humano y no lo dejan escuchar la sutil llamada de la música del alma. Siguiendo un régimen nutricional acorde a las leyes del universo y respetando el amor, nos abrimos a experiencias y a percepciones sensoriales más elevadas. Penetramos el infinito mundo de la virtud. Nuestros ojos ya no ven los mismos colores. Nuestros oídos detectan los más sutiles sonidos de la naturaleza. El viento en las nubes, la brisa murmurando entre las hojas, y el ritmo de la fuente se convierten en la más maravillosa de las sinfonías. Se nos abren las puertas de la contemplación y de la meditación, y descubrimos la asombrosa música del ser interior. No sólo lo que ingerimos afecta nuestra digestión sino también lo que escuchamos mientras comemos. En su libro El Médico prescribe música, el doctor Edward Podolsky valoriza el acto de escuchar música mientras comemos. Él opina que escuchar música bella durante una comida facilita el proceso digestivo. En su trabajo, él describe el descubrimiento de un científico: el nervio principal del tímpano (oído medio) termina en el centro de la lengua, este nervio está conectado al cerebro y reacciona a impulsos tanto auditivos como gustativos. Hal A. Lingerman, hace comentarios sobre el informe científico y en Las energías curativas de la música expone, que ya no es posible ignorar la estrecha relación entre comida saludable y la música apropiada. No es coincidencia que en las culturas antiguas, los músicos más experimentados fueran invitados a tocar suaves y agradables melodías durante comidas especiales o festejos. Cuando se sienten emociones desagradables, el píloro, una estructura muscular situada en la base del estomago, se cierra. Los contenidos del estómago no pueden llegar al intestino grueso. Lo sigue una sensación de hinchazón y de pesadez que ocurre mientras los ácidos digestivos dejan de trabajar. El resultado es somnolencia e irritabilidad. El profesor Podolsky agrega “el mejor antídoto contra el disgusto en la mesa es la música. Cuando la música suena corre un flujo de jugos gástricos, la comida es digerida correctamente y pasa del estómago al duodeno a través de un píloro completamente abierto” Durante las comidas la música debe ser simple y alegre, sin grandes contrastes, es decir, sin complejidad emocional o intelectual. Para este propósito, Hal Lingerman, recomienda la flauta y el arpa. Personalmente he observado que la música de la escuela de Versalles (incluye el trabajo de Lully, Courepin y Delalande sinfonías de la cena de reyes) crea un ambiente de paz, alegría y majestuosidad que se ajusta perfectamente y acompaña al sagrado acto de alimentarse. Las escrituras védicas proclaman: “el despertar espiritual comienza por la lengua” transformando el, por demás, banal acto de comer en un acto consciente; ofreciéndolo a lo Divino. El más sórdido de los sentidos puede ser llevado a lo sublime. Por medio de nuestra naturaleza, de nuestra nutrición y de la actitud con la que nos alimentamos podemos abrir o cerrar las puertas cristalinas de la música del alma. Una nutrición virtuosa puede facilitar el refinamiento de nuestro escuchar, de nuestro oír. El Bhagavat Gita estipula que la nutrición espiritual tiene el poder de purificar los órganos sensoriales, puede producir tejido cerebral delicado y clarificar los pensamientos. La nutrición espiritual va desde el simple vegetarianismo y aclamar el poder purificante del amor: “Si con amor, se Me ofrecen una hoja, una flor, un fruta o agua , Yo la recibiré” He aquí el aspecto supremo de la devoción, de la fuerza de Dios. Krsna, el poeta místico del Bhagavat gita, revela que la santificación de la comida abre las puertas al sonido interior. El factor más importante, el ingrediente principal en la preparación de semejante gesto desinteresado, se encuentra en nuestra sed por el amor absoluto.