La Socialista 118

Page 1



¿Y si curamos tu LGTBIfobia? El pasado día 28 de junio celebramos el Día Internacional del Orgullo LGTBI. Ese mismo día del año 1969 se produjeron los disturbios de Stonewall donde un grupo de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales se enfrentaron a la policía cansados del continuo perseguimiento de la policía neoyorquina. Porque ellos fueron, nosotros podemos ser. Hoy, gracias a todos y todas aquellas personas que salieron a manifestarse y luchar por sus derechos, somos más libres. No podemos olvidar que, hasta el año 1990, ser homosexual era considerado una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En mi experiencia personal, fue un momento muy difícil ya que a mis 14 años era considerado como una persona enferma simplemente por ser homosexual. En nuestro país, aunque somos uno de los países más avanzados en este sentido, partidos como el Partido Popular y VOX votaron el pasado 24 de junio en contra de prohibir las terapias de conversión LGTBI en la Región de Murcia. Además, todavía hoy, hay un pensamiento minoritario social y político que niega nuestra existencia como parte de la sociedad. Por lo tanto, a lo largo de la historia ha existido una discriminación a las personas homosexuales y, especialmente, en el ámbito de las ciencias de la salud y la salud

pública. En la actualidad, sigue existiendo un estigma de la salud de las personas homosexuales, como sucede con el VIH o la viruela del mono. En este sentido, me gustaría resaltar los esfuerzos de los diferentes gobiernos progresistas en España para convertir nuestro país en una tierra de derechos y libertad. España fue el tercer país en legalizar el matrimonio homosexual. También, el pasado 27 de junio, el Consejo de Ministros aprobó el proyecto de ley LGTBI donde se prohibirán las terapias de conversión y se establecerá el derecho a la libre determinación de la identidad de género y la despatologización de este reconocimiento. No quiero acabar este artículo sin recordar que, según el informe titulado ‘Nuestras identidades bajo arresto’ de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales, ILGA, la diversidad sexual se ve amenazada en 64 países. Por lo tanto, tenemos que seguir trabajando por acabar con el estigma de salud del colectivo LGTBI y que este tenga el derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental sin discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género, con derecho de consentimiento informado. Porque somos tu hermano, tu hija, porque podrías ser tú. Por todo ello, tenemos que dar un paso adelante y, todos unidos, trabajar por conseguir la igualdad de todos los ciudadanos y ciudadanas y ‘’CURAR’’ la LGTBIfobia existente en nuestra sociedad.



LGTBI y mundo rural, libertad e igualdad Posiblemente las palabras más bonitas que conozca sean: libertad e igualdad. Lamentablemente, no todas las personas las entienden como base fundamental y necesaria para la relación con cualquier otra persona y, como consecuencia de ello, no todas las personas pueden disfrutar de ellas.

de ese mismo Ayuntamiento. Ante tal injusticia, vi como los vecinos y vecinas del pueblo se volcaron y se manifestaron junto a la inestimable ayuda de las asociaciones de la provincia.

¿Conoces las dificultades a las que se enfrentan las personas LGTBI en su día a día?

Quizá la pregunta debería ser si para esas personas, durante años, ha primado aparentar en la calle “tolerancia” y, en cuanto han visto cómo los discursos de odio de la ultraderecha se repetían en medios de comunicación e incluso en las instituciones, han vuelto a sacar su parte más deshumanizada sin complejo ninguno.

¿Conoces cómo se acrecientan en el mundo rural? Para poder conocerlo lo mejor es contarlo. Me gustaría compartir varias anécdotas que han ocurrido estos últimos años y que he vivido bastante cerca. Un amigo conoció a su pareja, decidió llevarlo a su pueblo con su familia y el relato de su madre al resto del pueblo, sabiendo que era su pareja, fue: “qué bueno es mi hijo, se ha traído a su compañero del trabajo porque la novia del compañero está en Alemania, han discutido y no se encuentra bien”. ¿Qué daño eres capaz de hacer a tu propia familia por el qué dirán? Más recientemente, un alcalde del Partido Popular y diputado en el Congreso de los Diputados, se negó a poner la bandera arcoíris en el balcón de su Ayuntamiento a petición de uno de sus vecinos, que a la vez era hijo del teniente de alcaldía

En ese momento, comprendí que la deshumanización de ciertas personas no podía manchar nuestro mundo rural.

Comprar discursos de odio para seguir generando más brechas entre el mundo rural y el urbano resulta aún más peligroso cuando hablamos de personas. Si queremos un mundo rural lleno de oportunidades no podemos excluir a las personas LGTBI, en definitiva, hablamos de personas, con nombre y apellido, sentimientos y derecho a desarrollar su vida en libertad e igualdad. Hablamos de tu prima, tu hermano, tu vecina o tu amigo. Por ello, los y las socialistas seguiremos trabajando día a día en nuestros pueblos con orgullo y amor, por un mundo rural lleno de oportunidades, tolerancia, respeto, diversidad, LIBERTAD e IGUALDAD.



No todo el colectivo es joven, divino y moderno El “edadismo” es una realidad en el colectivo LGTBI y en muchos ámbitos sociales. No todos los miembros del colectivo LGTBI son jóvenes, divin@s y modern@s. Hay miembros que son personas mayores y sufren la discriminación añadida de la edad. Hay una seña de identidad de los séniors LGTBI y es la valentía con la que han tenido que enfrentarse a multitud de tristes episodios en su vida. La lucha por la libertad durante el franquismo, cuando eran pisoteados, vejados y humillados. Personas que con mucha incomprensión, por parte de todos, exigían respeto a su orientación sexual y sufrieron la LGTBIfobia más dura y dramática. Personas del colectivo LGTBI que estuvieron algunos de ellos en la cárcel por la aplicación de la ley de peligrosidad social. Personas que abandonaron su hogar, su familia, su trabajo y su pueblo, porque no se respetaba su orientación sexual. Personas que no tienen familia ni lugar al que volver. Personas que sufren una soledad dolorosa por su pasado. Personas que por no contar con la protección de su familia o allegados se ven abocados a ir a residencias de ancianos. En muchas de estas residencias, por temor a un sufrimiento añadido, muchos de ellos vuelven al armario. En la

última etapa de su vida se sienten agotados vitalmente para tener que continuar con su lucha. Un colectivo de personas muy “machacadas”, que sufren depresión y agotamiento discriminatorio, y que se sienten débiles y desprotegidos. Muchos séniors LGTBI tiran la toalla al final de su vida. Los séniors LGTBI necesitan de ayuda y colaboración del resto del colectivo y actuaciones políticas que corrijan esta injusta realidad. El orgullo debe visibilizar a los mayores LGTBI. El movimiento social de lucha contra la LGTBIfobia debe tener en cuenta a los séniors LGTBI y exigir una actuación política para que las residencias de mayores sean lugares de respeto a la diversidad. Reivindicamos el respeto a los mayores LGTBI, reivindicamos la dignidad de los cuidados al final de la vida y requerimos enseñar a las generaciones jóvenes lo que significa envejecer para un gay, una lesbiana o una persona trans. La lucha contra la discriminación del colectivo LGTBI sigue viva y el sufrimiento añadido de las personas mayores del colectivo debe tener un fin inmediato. El orgullo, como movimiento social reivindicativo, tiene que poner su atención en el sufrimiento de los séniors LGTBI.



Mujeres lesbianas que son y están

Vivimos en una sociedad patriarcal en la cual las mujeres seguimos sufriendo numerosas discriminaciones por el simple hecho de ser mujeres. Es cierto que se han conseguido grandes avances en el camino hacia la igualdad entre hombres y mujeres, pero todavía queda mucho por hacer.

Dentro del colectivo LGTBI necesitamos compañeros que den un paso a un lado generando un espacio y nos acompañen, que compartan nuestra lucha y la reivindiquen. Porque la lucha debe de ser de todas y todos.

Por desgracia, muchas de estas ‘normas’ de la sociedad patriarcal también recaen sobre los hombros de las mujeres lesbianas. Mujeres que se enfrentan a múltiples discriminaciones (por ser mujeres y por ser lesbianas, entre otras) y las cuales en muchos casos también sufren invisibilización.

Una lucha que se encuentra en multitud de ámbitos y que debe de comenzar por el mundo laboral, un mundo laboral donde 1 de cada 10 mujeres lesbianas, según la FELGT, ha dejado su empleo por problemas relacionados con su orientación sexual o donde el 40%, según UGT, asegura haber sufrido algún tipo de agresión verbal o física. Necesitamos generar espacios seguros en el mundo laboral donde las mujeres lesbianas puedan visibilizarse sin temor a ser agredidas.

Necesitamos luchar contra esa invisibilización buscando y generando referentes que hagan la vida más fácil a las generaciones que están por venir. Es necesario que las más pequeñas sepan que su orientación sexual no debe ni puede condicionar su vida. Que podrán ser lo que quieran ser, amen a quien amen y sean como sean.

Además, debemos de mirar a nuestro alrededor y observar cuántas mujeres lesbianas y compañeras/os LGTBI han tenido que marcharse de sus pequeños municipios a las grandes ciudades para poder visibilizarse tal y como son y poder vivir en libertad su sexualidad. Debemos replantearnos si el sexilio es una causa real de despoblación en nuestro país y en caso de serlo, debemos de aplicar las medidas públicas necesarias para combatirlo.

Y, además, necesitamos visibilizar a los referentes ya existentes, referentes muy importantes en el mundo laboral, educativo, cultural…que rompen moldes y visibilizan una realidad que en 2022 sigue siendo muy dura. Para conseguir esa visibilización también debemos buscar a esas referentes y generar los espacios que merecen, tanto dentro del colectivo LGTBI como dentro del feminismo.

Nuestra obligación debe ser trabajar para conseguir una visibilidad real de las mujeres lesbianas. Uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos las mujeres lesbianas es que seguimos siendo invisibles, en la sociedad y, también, dentro del propio colectivo LGTBI. Ya sabemos que de lo que no se habla, no existe. Por eso necesitamos luchar contra esa invisibilización desde los partidos políticos y desde las instituciones.



Vivir sin miedo Son días de orgullo. De celebrar los avances conseguidos, defenderlos, y reivindicar todo aquello que aún nos falta conseguir para poder ser y vivir en plena libertad. El Orgullo 2022 llega en un momento para el colectivo en el que tenemos que emplearnos en combatir a los impulsores del odio, cuyos discursos tienen graves consecuencias. Denunciar y visibilizar resulta imprescindible, pero también legislar. Porque del mismo modo que los derechos no son irreversibles y hay que defenderlos cada día, también lo es que un derecho sólo puede ejercerse si está amparado por leyes que los protejan y garanticen. A pesar de que España es uno de los países pioneros del mundo en cuanto a respeto a la diversidad y protección de derechos LGTBI mediante la legislación, a nadie se le escapa que los impulsores del odio se están esforzando, y mucho, para revertir ese camino de avances y conquistas. Por ello, hay que pelear por lo conseguido y no dar por hecho que los derechos son irreversibles. Y por eso hay que combatir, también, esos discursos de odio de la ultraderecha y sus cómplices del PP que, evidentemente, tienen consecuencias. Solo hay

que ver el terrible aumento registrado de incidencias LGTBI en toda España. Y la mejor manera de combatir el odio y la LGTBIfobia es legislando. En este sentido, la semana pasada aprobamos definitivamente la Ley Zerolo en el Congreso de los Diputados, una ley enfocada a combatir las discriminaciones de los colectivos más vulnerables. Y también, durante la pasada semana, el Consejo de Ministros dio luz verde a la Ley Trans, que ahora iniciará su trámite parlamentario. Una ley pionera e imprescindible para blindar derechos y combatir la LGTBIfobia. Una ley que prohibirá las terapias de conversión para que nadie más se lucre destrozando la vida de niñas o niños. Una ley que establecerá un régimen sancionador para castigar los crecientes ataques LGTBIfóbicos. Porque, a pesar de los que viven del odio, España tiene un gobierno comprometido con nuestros derechos y dispuesto a dotarnos de las herramientas legales necesarias para protegerlos. Porque para ser libre y feliz, no hay que pedir permiso a nadie. Los y las que defendemos la libertad somos más y tenemos la razón. Sigamos amando, deseando, siendo y viviendo libremente y sin pedir permiso a nadie. Porque si algo está claro, es que vamos a ganar.



Las leyes de la libertad Gritando pudimos visibilizar a las minorías, que al día siguiente nos pusimos a contar y resultamos ser la mayoría. Como cuando hablaron los paternalistas del “colectivo de las mujeres”, cuando somos más de la mitad de la población. Es el mismo absurdo. Tuvo que llegar un gobierno progresista para que la sociedad pudiera llamar por su nombre a las grandes olvidadas de esta lucha, a las que por fin se les da el reconocimiento expreso en las leyes de la libertad de nuestro país, las personas transexuales. A ellas les debemos el comienzo de todo, de las primeras revueltas y las primeras manifestaciones, de los primeros colectivos y de la profunda postura política de este movimiento imparable que es reivindicar a diario la dignidad. Y haciéndolo cambiamos las reglas del juego de esta imperfecta sociedad en la que vivimos y empoderamos a las personas transexuales en las instituciones, en los medios, en la calle. Solo había que empezar a nombrarlas, a hacer algo tan normal en democracia como es hablar. Con el tiempo nos dimos cuenta que fluir vino a ser la nueva forma de describir que estamos en constante

transformación y que la vida, como los sentimientos, como todo, no es estática. En esa cadencia natural aprendimos que la carrera del Orgullo no la hacemos en solitario ninguno de los colectivos de esta gran familia que es la diversidad. Porque si hay una lección que este camino nos ha enseñado a todas, a todos, a todes, es precisamente que solo agarradas del brazo íbamos a llegar a donde nos corresponde. Y sabiendo que ninguna íbamos a ser las protagonistas de esta historia, hemos conseguido, por primera vez y después de mucho tiempo, construir la mejor de las alianzas, en la que conviven los partidos políticos, sí, pero también todas las redes que durante años estuvieron apartadas y marginadas. Y entre todos tenemos de cara un futuro donde las leyes de la libertad son las protagonistas. Y esto es lo verdaderamente importante, haber conseguido el encaje legal y constitucional a las reivindicaciones históricas que nos sustentan y, dándoles forma de ley, hacer un país más fuerte y más plural donde todos podamos vivir en paz y disfrutar de nuestro proyecto de vida. Ahí, trabajando por la igualdad, no nos sobra nadie y solo nos faltan las humilladas, las pobres, las que se dejaron la vida. Es en estos días que a todas ellas rendimos tributo por su valentía. Nunca más vais a estar solas. Feliz Orgullo.


tfl y @gpscongreso


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.