El reto de enseñar con tecnología Diplomado Tecnologías para el aprendizaje y la comunicación para la docencia Módulo I. Tecnología educativa y docencia
ÍNDICE Rectoría Mtro. Bernardo Ardavín Migoni Vicerrectoría Mtro. Hugo Antonio Avedaño Contreras Ing. Raúl Navarro Garza
Primera edición, 2019
Prohibida su reproducción por cualquier medio sin la autorización del autor. Av. Insurgentes Sur 4303, col. Santa Úrsula Xitla, Alcaldía Tlalpan, C. P. 14420, Ciudad de México. www.uic.mx D.R. © Los autores
Camilo de la Vega Membrillo
Introducción
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Desarrollo
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¡La tecnología a nuestro favor!
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Aplicación de las nuevas tecnologías en la docencia universitaria
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Aspectos que el docente debe desarrollar, impulsar y promover hoy en día
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Las tecnologías y la educación especial
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Conclusiones
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Referencias
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El reto de enseñar con la tecnología Fidel Gallegos Barrientos • Clara Hernández Campos • José Antonio Mendoza Villarreal • Blanca Irene Rojas Pichardo • Claudia Vara López Brenda Olimpia Mora Santana • Noemí Martha Leyva Duarte • Patricia Curiel Muñoz • Luis Enrique Manzano Peña • Aida González Ramírez Reyles Jesús Rodríguez Olaya • Ricardo Cervantes Pérez • Maria Antonieta Espinosa de los Monteros • José Manuel Viteri Santos Jacqueline Urzúa Hernández • Sergio Sánchez Iturbide • Sandra Elisa Rodríguez Ramírez • Claudia Bastida Cid • Jesús Torres Valle
INTRODUCCIÓN
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l presente documento de investigación tiene la finalidad de dar a conocer las aportaciones grupales encontradas en relación con el tema de la docencia y la tecnología.
En una primera parte, se podrán revisar algunos antecedentes del uso de la tecnología y sus paradigmas, los retos de las nuevas generaciones en el ámbito tecnológico y conceptos básicos sobre el tema y, además, las habilidades y características que los docentes deben desarrollar para el uso de las tecnologías en el ámbito escolar. Se aborda, también, el impacto del uso de las tecnologías en ambientes universitarios desde el aprovechamiento de estos recursos como innovadores. Finalmente, se encontrará el apartado de conclusiones, referentes a los artículos consultados por cada uno de los participantes.
Hemos denominado a nuestro entorno Sociedad de la Información, porque nunca, como ahora, habíamos manejado y comunicado tanta cantidad de datos de fuentes distintas. Con las nuevas tecnologías, accedemos a mucha información y ésta nos llega de manera no lineal. La mayor capacidad y velocidad de almacenaje de la información en los nuevos medios técnicos plantea un problema de control, aunque, a la
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vez, nos ofrece un sinnúmero de posibilidades de acercamiento a la información. Si echamos un vistazo a la historia, es posible ver que desde siempre el hombre se ha encargado de crear tecnología según su época y el contexto específico de su cultura. Ahora bien, resulta necesario atender al significado del término tecnología, cuyas raíces etimológicas son techné (técnica) y logos (razón), para tener claro lo que ésta implica. La Real Academia Espa ñola ( RAE) considera que es un “conjunto de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico”. Este documento tiene como propósito delinear algunos horizontes en los que la tecnología educativa está modificando la educación. Siguiendo las ideas de Cabero (2015), se busca argumentar que son los cambios acelerados en la tecnología los que en realidad repercuten en la educación. Esto implica pensar que la tecnología educativa no puede quedarse sólo al nivel de la evolución tecnológica, pues parece que esa apuesta la tiene perdida. Sin embargo, el reto de la tecnología y la educación y, por tanto, de la docencia, aún es una cuestión de formación integral de la persona. Si los estudiantes de ahora no son iguales a los estudiantes de hace una década, ¿por qué hemos de seguir enseñando igual que lo hacíamos hace diez años? Dentro de la formación inicial de los docentes y, en concreto, desde la Tecnología Educativa, se reclama cada vez más la necesidad de la formación y el desarrollo de las competencias del futuro profesorado en el uso pedagógico de las Tecnologías de la Información
y la Comunicación (TIC), como se evidencia en la declaración de los nuevos grados de Maestro/a en Red Universitaria de Tecnología y Educativa (RUTE), Educación Primaria y ante los Máster en Formación del Profesorado de Educación Secundaria. Esta declaración plantea la inclusión de la asignatura denominada Las tecnologías de la Información y la Comunicación aplicadas a la Educación como obligatoria y común a la formación inicial del profesorado, huyendo de la instrumentalización de los medios y haciendo mayor hincapié en el aspecto más puramente didáctico y pedagógico de los medios presenciales (Ballesta Pagán, 2008). Las instituciones educativas actuales no pueden ser iguales a las del siglo pasado, porque la sociedad ya no es la misma; hoy en día, la información es dinámica y creciente. Hace falta una nueva escuela y una nueva formación de los docentes que, a la fecha, aún se basa en la transmisión de conocimientos conceptuales, bajo la idea de que dichos conocimientos son estáticos y perdurables. Tampoco la formación en el uso de una herramienta tecnológica puede ser la base del aprendizaje, ya que el conocimiento tecnológico cambia rápidamente. Hace falta buscar la actitud correcta para ser capaces de reaprender y, quizás, desaprender viejas rutinas constantemente.
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La tecnología es una herramienta esencial para la enseñanza docente; sobre todo, porque puede realizarse a distancia y ha resignificado la enseñanza y el aprendizaje. Los docentes se enfrentan al reto de mejorar la manera de enseñar y llegar al estudiante de manera efectiva. En este sentido, es posible definir la tecnología educativa como el resultado de la aplicación de diferentes teorías educativas en la solución de problemas y situaciones relacionadas con el proceso de enseñanza-aprendizaje, el cual generalmente se apoya en el uso de multimedia e internet. De tal manera que los actores involucrados en el proceso de enseñanzaaprendizaje, incluyendo los docentes universitarios, deben manejar adecuadamente las herramientas TIC en su práctica educativa, con el fin de incorporarlas dentro y fuera del aula para propiciar un aprendizaje significativo (Alejandre, 2018). Hoy en día, debido a las exigencias de su práctica y al escenario en el que actúa y sus demandas, el docente es un profesional que toma decisiones, flexible, libre de prejuicios (actitud de anteponerse y rectificar a tiempo), comprometido con su práctica (reflexiona al respecto y aporta elementos de mejora) y se convierte en un recurso más para el grupo. Así, las necesidades del nuevo profesional pueden definirse como espíritu innovador, flexibilidad, trabajo en equipo, conocimientos tecnológicos, creer en su profesión, tener un sentido de la responsabilidad y el compromiso. Además, se considera al docente un agente de cambio social, un guía para los alumnos por medio de la función mediadora, así como un facilitador de las situaciones de aprendizaje, capaz de diagnosticar las necesidades individuales para elegir los medios para evaluar el progreso, desplegar relaciones personales y responder ante la comunidad educativa. En la introducción de Investigación, docencia y tecnología, Parra (2006) señala: “la reflexión sobre las nuevas tecnologías y su influencia en las tendencias
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educativas de la actualidad proporcionan elementos para profundizar en la pedagogía, la investigación y el conocimiento. Sin embargo, la propuesta tecnológica varía constantemente y el auge de la información origina un intercambio permanente de mensajes”. Se trata de una invitación a la reflexión constante de la combinación de docencia y tecnología. Entonces, aunado a los sistemas de formación continua, hay que plantearse un nuevo modelo de profesional, capaz de responder por sí mismo a esas necesidades de formación y actualización permanente. En este momento, se descubre la importancia del desarrollo de nuevas competencias en aspectos metacognitivos —como la autorregulación— en los estudiantes. El concepto de autorregulación del aprendizaje no es nuevo. Zimmerman y Martínez-Pons (1988) ya hablaban de él en los ochenta. Hoy, la autorregulación recibe un nuevo impulso como concepto clave en el diseño educativo; para algunos, este resurgir de los aspectos metacognitivos se relaciona con la posibilidad que ofrece la tecnología de potenciar los ambientes de aprendizaje (Steffens, 2004). La autorregulación no sólo es una competencia necesaria en una sociedad que requiere nuevas estrategias de aprendizaje continuado; también puede convertirse en una estrategia educativa contra la seducción de los medios (Bembenutty y Karabenick, 2004). Curiosamente, el concepto de autorregulación nos lleva a otro punto: una nueva forma de organizar la información.
Estos nuevos procesos de enseñanza-aprendizaje son complementarios a los saberes previos; ahora es necesario el conocimiento de la informática para tomar el control del ordenador y no permitir que éste lo controle a uno (Cabero, 2007). En la actualidad, las exigencias hacia los docentes son diferentes de las de hace décadas. Ya no es sólo el hecho de tener el conocimiento y transmitirlo al estudiante; ahora se enfrentan a un reto diario: cómo transmitir el conocimiento, qué herramientas utilizar en el aula para llegar al objetivo y qué dinámicas realizar para complementar el aprendizaje de libros e investigaciones.
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Así que el uso de las tecnologías de aprendizaje es una excelente herramienta práctica para transmitir el conocimiento de manera interesante, divertida y actual. Por ello, es necesario entender, comprender y actualizar nuestras formas de enseñanza para un bien común.
DESARROLLO
E “Pero los cambios no han venido sólo por el uso de aparatos tecnológicos. Puede afirmarse que se avanza hacia una sociedad en red que busca formas de organización más flexibles, horizontales y eficientes. Una sociedad en la que el acceso a la información y, en su caso, al conocimiento, se realiza a través de circuitos más abiertos, accesibles y democráticos de lo que eran hasta hace algunos años” (Marcelo, 2013).
s frecuente escuchar o leer acerca de la innovación y la implementación de las nuevas tecnologías en el ámbito educativo, lo cual obedece a que la educación, en general, tiende a tratar de mantenerse a la par de las necesidades y retos que presenta la vida cotidiana. En ese sentido, la educación ya no se identifica con la pasividad, la repetición y memorización de datos aislados, sino con la intención de comprender el entorno y actuar en él. Por otro lado, las sociedades contemporáneas se caracterizan por el cambio, es decir, por las transformaciones aceleradas en las cuales se está inmerso. El cambio forma parte de la vida diaria: se ha transformado la manera de relacionarse, comunicarse, trabajar, comprar, informarse y aprender. Es preciso resaltar cambios en la forma de aprender y, por ende, cambios en la forma de enseñar. La sociedad se transforma y con ella sus procesos y ámbitos, como el educativo; no es algo per se, sencillo y automático. Al contrario: hay resistencia a él. Se da de manera compleja y constante, surgen conflictos y, con ellos, la necesidad de soluciones (Frade, 2016). Respecto de las transformaciones del proceso educativo, resalta el hecho de que tanto docentes como estudiantes y administrativos se enfrentan, desde sus respectivas posiciones, a retos relacionados con preguntas como las siguientes: ¿Cómo adaptarse al cambio? ¿Cómo enfrentar las exigencias de la sociedad de la información? ¿Qué papel debe asumir el docente frente a estas transformaciones? Las interrogantes son muchas; afortunadamente, también hay diversos caminos para construir respuestas. En primer lugar, hay que señalar el aspecto de la
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innovación en la labor docente, que puede surgir dentro de la escuela o desde fuera de ella; aunque para que se mantenga, son necesarias algunas condiciones. Porque la innovación puede surgir con cierta facilidad, pero la falta de recursos, la desilusión, las crisis internas en los equipos y la falta de reconocimiento son amenazas continuas para su sostenibilidad (Marcelo, 2013). El desafío de los docentes en el siglo XXI es llevar las TIC a las aulas y usarlas en beneficio de la educación. En este mundo digital, los niños tecnológicos han nacido y crecido en una era completamente hiperconectada; es decir, prácticamente conocen y saben manejar las diversas herramientas y aplicaciones mucho mejor que los padres. El uso de los dispositivos acompaña a niños y jóvenes durante su desarrollo, y en la medida en que crecen, van adaptando más cosas del entorno tecnológico a sus vidas. Gran parte de su vida social pasa por la interacción mediante redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram, YouTube o WhatsApp. A esto se suman las horas que pasan entreteniéndose con videojuegos. El comportamiento social desarrollado alrededor de la tecnología es una realidad inexorable; ha obligado al sistema educativo a adaptarse e incluir nuevas prácticas que ayuden a captar la atención en las aulas. En medio de esta adaptación, descubren que las TIC son capaces de abrir una nueva forma de compartir más efectivamente los aprendizajes.
Las TIC han transformado no sólo los conceptos que intervienen el proceso de enseñanza-aprendizaje en el plano educativo. Aparicio y Silva-Menoni (s. f.) afirman que el verdadero desafío que implica su integración refiere a diversos movimientos que atraviesan toda la experiencia de una comunidad de aprendizaje, estimando cada centro escolar como un emprendimiento social constructivo, participativo, con soporte en tecnologías de fuerte impronta interactiva. Por otro lado, y respecto de los valores que representan las nuevas tecnologías, Fernández (2001) señala que debe considerarse que estamos inmersos en una sociedad de la información y que el mundo educativo no puede vivir de espaldas a ella. “Las nuevas tecnologías proporcionan materiales educativos con valor añadido, facilitan la comunicación y la búsqueda de información, favorecen el acceso a la educación a personas con desventajas físicas o sociales y desarrollan nuevas destrezas en los alumnos”. Dentro del contexto educativo, las TIC han llegado a revolucionar los conceptos de educación, enseñanza, aprendizaje y aula. Por ello, la incorporación integral de las TIC a los procesos educativos requiere una resignificación de la educación en sí misma y de nuevas maneras de diseñar experiencias de aprendizaje significativas, reflexivas y basadas en la experiencia, desde una didáctica específica que
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO , 2008: s. d.) explica que “las tecnologías de la información y la comunicación (TIC ) pueden contribuir al acceso universal a la educación, la igualdad en la instrucción, el ejercicio de la enseñanza y el aprendizaje de calidad y el desarrollo profesional de los docentes, así como a la gestión dirección y administración más eficientes del sistema educativo”.
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no se reduce al aula (Aguilar, 2012). Ciertamente hay que hablar de los equipos informáticos y tecnológicos, así como de la importancia de los contenidos y servicios a los que estudiantes, docentes y familias pueden tener acceso por estos medios. Los docentes deben olvidar nuestras maneras tradicionales de impartir clases e incorporar nuevos modelos de enseñanza-aprendizaje, para entender a los estudiantes y ver el mundo desde su perspectiva. Asimismo, es necesario que los docentes se especialicen en el uso de las nuevas tecnologías en la educación. En este sentido, uno de los desafíos más importantes es desaprender para aprender. Nuestra actitud docente debe ser positiva y con disposición a implementar nuevas estrategias didácticas en el aula apoyadas en las TIC . La interacción docente-alumno es un factor importante para lograr un aprendizaje que tenga una aplicación en la vida cotidiana y que sirva de base para una futura inserción laboral. La creatividad y la capacidad innovadora del docente son un elemento importante para comunicar los conocimientos. Para ello, deben implementarse herramientas que permitan una mejor comprensión de los temas. El proceso de enseñanza-aprendizaje por medio de las TIC presenta la posibilidad de adaptación de la información a las necesidades y características de los estudiantes. Incluso, les permite elegir cuándo, cómo y dónde estudiar, con lo que propician un mejor ambiente en las clases y el interés y emoción por parte del receptor, de manera que obtengan un aprendizaje significativo. Sin embargo, para lograrlo los contenidos de los programas académicos deben estar vigentes y acordes con los objetivos de formación. Las TIC son excelentes aliadas, pues ayudan a reducir tiempos, acortar distancias y contar con un abanico de posibilidades temáticas por aplicar. La actitud docente debe ser positiva y con gran disposición para implementar nuevas estrategias didácticas en el aula apoyadas en las TIC. La interacción docente-alumno es un factor importante para lograr un aprendizaje con aplicación en la vida cotidiana, que sirva de base para una futura inserción laboral.
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La creatividad y la capacidad innovadora del docente también es un elemento fundamental para comunicar los conocimientos; para ello, deben implementarse herramientas para una mejor comprensión de los temas. Por otro lado, debe superarse la resistencia natural al cambio y abrir la mente para adoptar nuevas formas de transmitir, más acordes a las habilidades y actitudes de los alumnos, pues el cambio implica saber escuchar, interpretar y emitir los mensajes pertinentes en diversos escenarios, haciendo uso de los medios y de las herramientas apropiadas. La adecuada identificación y el ordenamiento de las ideas permite llegar a la información significativa, donde el empleo de las TIC son un elemento que en el campo de la educación incrementa las posibilidades educativas, como construir entornos virtuales de formación, aportes a los sistemas convencionales del aula, facilitar la comunicación educativa, entre otros. Debido a la importancia de la competencia digital, el nuevo rol del docente de la era digital o virtual es “organizador, guía, generador, acompañante, coach, gestor del aprendizaje, orientador, facilitador, tutor, dinamizador o asesor. Estos nuevos roles se asientan
en la idea de cambiar la transmisión unidireccional del conocimiento por el intercambio horizontal de información, abundante, caótico y desestructurado” (Viñals y Cuenca, 2016: 109). El conocimiento está en la red y es abundante; precisamente esto vuelve necesario un buen número de tareas que todo docente debe cumplir: detectar lo realmente importante, guiar los procesos de búsqueda, analizar la información encontrada, seleccionar lo que se necesita, interpretar datos y sintetizar el contenido y difundirlo. Considerando este panorama, los docentes pueden entrar en crisis al momento de intentar emplear dichas herramientas, puesto que la mayoría fue estudiante y se formó durante el siglo pasado; es decir, en un momento en que tanto la tecnología, como su utilización resultaban elementos innovadores y curiosos para la sociedad, mas no de la vida cotidiana. Entonces, al ver que la tecnología avanza a pasos agigantados, deben comprometerse a dar esos mismos pasos para continuar formando parte integral de las generaciones de estudiantes actuales. Los docentes suelen verse abrumados frente a múltiples presiones
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que hacen de la implementación de innovaciones en su labor una tarea bastante difícil. De acuerdo con el estudio de Sigalés, Mominó, Meneses y Badia (2008), entre las razones por las cuales los profesores no utilizan tecnologías se encuentran las siguientes: no tener acceso a la tecnología necesaria, no poseer las competencias TIC necesarias, percibir que no es útil para su asignatura o no ser una prioridad para su centro educativo. Por otro lado, utilizan las tecnologías en su enseñanza para transmitir contenidos: como apoyo a la exposición oral (78.7%), para presentar contenido mediante un sistema multimedia o hipermedia (62.3%) y para realizar demostraciones que permitan simular determinados escenarios (44.5%). Como puede observarse, las razones por las cuales los docentes no involucran el uso de las nuevas tecnologías en su labor son diversas y están justificadas: evidencia la falta de capacitación e incluso la limitante material; es decir, la carencia de infraestructura y equipo adecuado para la enseñanza. Basta señalar que, lamentablemente, muchas escuelas se encuentran aún con carencias tan importantes como la de un salón de clases adecuado y, por supuesto, de internet o equipo de cómputo.
Por otro lado, se plantea que las condiciones para comprender el proceso de implementación de una innovación, por ejemplo, el caso de las TIC en el aula, tiene que ver con tres dimensiones básicas: el profesional que innova, es decir, el docente; la propia innovación, y el contexto en el cual la innovación surge o se implementa. El docente tiene un papel crucial en dicho proceso de implementación, así que la responsabilidad es bastante. Cabe destacar que los docentes “tienen ya ideas y creencias muy asentadas sobre qué es enseñar y aprender […] las ‘creencias’ son preconceptos o premisas que las personas poseen acerca de lo que consideran verdadero […] y cumplen dos funciones básicas en el proceso de aprender a enseñar. En primer lugar, las creencias influyen en la forma como enseñan los profesores; y en segundo lugar las creencias influyen en los procesos de cambio que los profesores puedan protagonizar” (Marcelo, 2013). Las creencias y los conocimientos que el docente posee son un elemento clave que facilita o dificulta la aplicación de un proyecto de innovación con tecnologías, por lo que la formación constante y reflexiva que el docente tenga será de vital importancia para incrementar los conocimientos y ampliar las creencias pedagógicas y respecto de las nuevas tecnologías. Por su parte, el docente deberá ser consciente de los retos que enfrenta y, sobre todo, contar con la flexibilidad para modificar creencias y seguir aprendiendo.
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Es indudable que la tecnología ha revolucionado las formas de enseñar y aprender. El rol docente se enfrenta al desafío diario de llegar al estudiante de manera efectiva y creativa, mientras que las TIC al reto de repensar la práctica. George Siemens insiste en que el advenimiento de la tecnología está alterando nuestros cerebros, que las herramientas activas que utilizamos definen y moldean la forma en la que procesamos la información y la capacidad del pensamiento activo; por ello, como docentes o tutores, se debe tener un rol flexible al cambio. Conectividad, aprendizaje colaborativo, educación a distancia y educación mixta son distintas maneras de estudiar; por tanto, modos diferentes de enseñar y distintos roles docentes. Dicha flexibilidad recrea la labor y propone que la creatividad permanente permita ocupar el rol que el estudiante necesita de acuerdo con el sistema de aprendizaje que haya elegido. Así que el docente debe sumarse al desafío. Cada profesor debe ubicarse en la realidad de la sociedad, tanto presente como futura; partiendo de ahí, asimila la necesidad de actualizar sus conocimientos para que los complemente y enriquezca su metodología de enseñanza. Lo anterior es
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En cuanto a los hechos de nuestro mundo actual, como lo señala Parra (2006), “pensamos que una reflexión sobre las nuevas tecnologías y su influencia en las tendencias educativas actuales nos brindan elementos para lanzarnos a la aventura pedagógica, al albur del conocimiento, y creemos que este punto de partida es acertado”.
el fundamento para la mejora de la enseñanza dentro de las aulas, ya sean físicas o virtuales, pues la propia colectividad reclama del docente el dominio de los nuevos medios de información y comunicación. Esto trae como consecuencia el cambio de paradigma; es decir, cambiar su posición de transmisor del conocimiento al de mediador entre el discente y la información que los medios tecnológicos van proporcionándole. Kjook (Cabero, 2007: 142 y 143) resalta la importancia que traen aparejadas las nuevas tecnologías y que modifican obligatoriamente el rol del docente, por lo que se enlistan las cinco direcciones en las cuales éste debe desarrollar su enseñanza: • Consultor de la información; • equipo de colaboradores; • facilitador; • desarrollador de cursos, y • consejero académico.
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De esta manera, la competencia tecnológica se volvería crucial y, por ende, el docente se transformaría en consultor en línea, guiando la búsqueda de información por parte del estudiantado, hasta desarrollar la capacidad de interactuar con sus iguales, quienes no estarán en el mismo espacio y tiempo. En la Encuesta Millenial que realiza Deloitte (2018), es muy significativo el dato que arroja respecto de los Millennials y la Generación Z, pues “no están listos para la Industria 4.0”. “Los encuestados reconocen la importancia actual y futura de la Industria 4.0, pero muchos no se sienten preparados para los cambios que ésta traerá consigo. Si bien las habilidades técnicas siempre son necesarias, los encuestados están especialmente interesados en desarrollar habilidades interpersonales, así como confianza y comportamiento ético, los cuales consideran esenciales para el éxito en los negocios”. Un último dato es que esta generación espera que sea la propia empresa o el sector productivo quienes les habiliten en la manera de insertarse a esta Industria 4.0; las universidades, en un porcentaje menor. Dicho de otro modo, es formar las capacidades para los trabajos que aún no existen, para innovar con productos y servicios diferentes de los actuales; es desarrollar soluciones de problemas que aún no se presentan. Se trata de educar para el futuro, para el continuo aprendizaje, para la renovación continua, para dar sentido al acelerado cambio tecnológico. Esto es imprescindible en los retos de la educación.
“La innovación no se consigue por la novedad de aplicación tecnológica, sino por la aplicación de criterios para conseguir nuevos escenarios formativos y comunicativos” (Cabero, 2015: 21). En el apartado anterior, se mostró que la innovación en el uso de la tecnología no se da sólo por su aplicación o uso en la educación; ahora el horizonte es más amplio, pues implica formular criterios con los cuales se formen esos nuevos escenarios formativos y comunicativos. Las universidades no pueden sustraerse del uso e influencia de las TIC que, como afirman Callejas, Salido y Jerez (2016) en su libro Competencia digital y tratamiento de la información: aprender en el siglo XXI: “permiten superar las condiciones de espacio y tiempo que favorecen la flexibilidad que las universidades necesitan [para que] se conviertan en propuestas de innovación de la Educación Superior.” Sin embargo, el diseño de procesos y programas educativos no ha avanzado tan vertiginosamente como lo ha hecho la tecnología. Tanto en la práctica docente, como en la generación de políticas, protocolos y contenidos didácticos se requiere un cambio de paradigma, de punto de vista y la promoción e integración de las innovaciones que se han dado en la Sociedad de la Información para trasladarse a la Sociedad del Conocimiento. Hoy, como nunca, son necesarios docentes profesionales, comprometidos, competentes y con las destrezas necesarias para hacer lo que se debe hacer: “los docentes, formadores o profesores tienen, tenemos, la misión de ayudar, guiar, dirigir, orientar […] a otros en ese proceso de desarrollo personal y logro de autonomía en que se configura la educación” (García, 2011). Pero, aún más, instituciones educativas que los promuevan y animen a implementar prácticas pedagógicas novedosas y, por lo mismo, quizá controversiales —al no conocer a cabalidad el alcance y los resultados de éstas—, por no adaptarse a los cánones establecidos por las autoridades educativas.
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De esta manera, el docente se convertirá en un impulsor de la participación colaborativa en aras de un enriquecimiento, donde “eduque enseñando, forme instruyendo, modele interviniendo, genere aprendizajes en el otro y enseñe a gestionar información, dirigido a potenciar su desarrollo como persona inmersa en una sociedad que lo modifica y es modificada por él, poniendo empeño en que ese otro adquiera conocimientos, habilidades, actitudes y que aprenda a aprenderlos por sí mismo”. Así, dinamiza los binomios docentes/contenido, docente/estudiante, enseñanza/aprendizaje. “El acento debe ponerse en la docencia y no en la potencialidad tecnológica”, que es vasta y debe utilizarse para apoyar y potenciar el proceso educativo mediante el diseño y el desarrollo de programas didácticos y actividades de aprendizaje, manteniéndose al día en aplicaciones informáticas y tecnologías afines en el campo educativo, que promuevan el conocimiento y su aplicación e incrementen la productividad personal y profesional. “Se trata de promover la adquisición de destrezas y capacidades que acerquen al profesorado al entorno tecnológico y que sean incorporadas por ellos al modelo didáctico que cada uno siga en su enseñanza” (García, 2011). Nadie pone en duda que el docente debe ser un experto en los contenidos de su materia o área de conocimiento, pero ¿de qué le valdría si no fuese consciente de que la fuente de la información fundamental ya no es él y de que los estudiantes ya ni siquiera tienen necesidad de acudir a la biblioteca para acceder a determinada información?
Hoy en día, la información se obtiene con un clic. Las universidades y las personas que forman parte de ella necesitan generar el ambiente colaborativo y desarrollar los programas, contenidos y criterios necesarios para que la transición —cada vez más cercana— hacia la educación virtual y a distancia aproveche tales instrumentos para la gestión del conocimiento, en aras de construir una cultura más sana, una sociedad más equitativa, un individuo más satisfecho. El gran potencial de la tecnología educativa permite el acceso al poder de la tecnología para los individuos, los países y las regiones menos desarrolladas. Por ello, la recomendación de la UNESCO para los países en desarrollo es la construcción de redes informáticas que ayuden a equilibrar las brechas científicas y tecnológicas con los países más desarrollados. La tecnología como símbolo es una nueva forma de construir vínculoscon otros participantes que se manifiestan en relaciones de colaboraciónpara el aprendizaje. La finalidad de la enseñanza es alentar en el estudiantesu capacidad de autogestión para realizar actividades de aprendizaje, lo que significa que él va aprendiendo en la medida que se vuelve capaz de adquirir los contenidos para producir conocimiento por sí mismo.
¡L A TECNOLOGÍA A NUESTRO FAVOR!
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ara niños y jóvenes, la tecnología es una herramienta con la que conviven todo el tiempo. En ellos es algo natural, algo que ya existe y debe emplearse diariamente. Más que una herramienta, es un estilo de vida; por eso, se ve a muchos niños y jóvenes que antes de hablar, escribir o leer, incluso caminar, han desarrollado la habilidad de conectarse a este mundo tecnológico-virtual con facilidad y practicidad.
Tanto niños como jóvenes tienen una ventaja frente a los adultos: mientras ellos nacen con estas nuevas tecnologías, los adultos deben aprenderlas y adaptarse a ellas. Lo anterior conlleva a que el docente deba capacitarse constantemente en el tema de las nuevas tecnologías, con la finalidad de convertirse en habilitadores de éstas. Al utilizar esta herramienta,1 deberá ser siempre con el objetivo claro de enseñar-crear-informaraprender; es decir, pasar de una educación tradicional a una educación inclusiva, buscando que el estudiante se sienta en la libertad de desarrollar su parte creativa y curiosa con mayor facilidad. Sin embargo, debe haber límites, ya que el uso desmedido o el exceso de información no encausada puede ocasionar situaciones donde el estudiante no esté utilizando la herramienta para un beneficio. Existen diversos tipos de herramientas. Por ejemplo, DirectPoll es una herramienta gratuita multiplataforma con una interfaz de usuario muy intuitiva, lo que permite adaptarse rápidamente a la aplicación. El propósito de la aplicación es la realización de encuestas en línea, desde cualquier dispositivo electrónico conectado a internet, para que los estudiantes respondan fácilmente a las preguntas efectuadas por el docente en el aula, de forma anónima, mediante su propio dispositivo. Entre otras utilidades, las respuestas se obtienen en tiempo real —lo que potencia la realimentación profesor-estudiante—, las preguntas son ilimitadas, permite el análisis y tratamiento de resultados. Finalmente, no demanda una gran cantidad de conocimientos técnicos (Artal, Romero y Artacho, 2018). Las aplicaciones de este tipo pueden aprovecharse en las aulas universitarias, propiciando una realimentación en tiempo real.
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Permite que el estudiante forme parte y se implique en el proceso de aprendizaje, convirtiéndose en sujeto activo en vez de mero espectador. Su utilización permite a los estudiantes que el cambio escuela-universidad o escuela-trabajo sea más suave; es decir, estarán muy familiarizados con la tecnología en cualquier campo profesional.
Elimina muchos problemas de disciplina en el aula. Cuando el estudiante se implica en el trabajo, queda menos tiempo para De acuerdo con Martínez (2009), existe un sinnúmero de motivos para utilizar las nuevas tecnologías en el proceso de enseñanza-aprendizaje, entre ellas: Los estudiantes se convierten en protagonistas. Se les da poder para buscar respuestas a sus preguntas. Con ello, el proceso de aprendizaje se vuelve más interesante para ellos.
Reduce el trabajo del profesor en lo referente a trabajo en papel; por ejemplo, textos.
El profesor se convierte en guía y ayuda, lo que produce un acercamiento con el estudiantado.
APLICACIÓN DE LAS NUEVAS TECNOLOGíAS EN LA DOCENCIA UNIVERSITARIA
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os recursos digitales y basados en la web tienen la característica de que pueden ser utilizados y reutilizados para apoyar el aprendizaje; es decir, según Wiley (cit. por Maceira, Cancela y Goyanes, 2010), los Objetos de Aprendizaje, como cualquier otro “recurso digital que puede ser reutilizado para facilitar el aprendizaje”. Los recursos digitales incluyen imágenes, videos, audios pregrabados, textextos, animaciones, aplicaciones web o, incluso páginas web completas que combinan texto, imágenes y otros medios de comunicación. Para facilitar el aprendizaje de la asignatura de Química, la Universidad de Vigo, en España, ha creado las Píldoras de Conocimiento, videos en la definición de Polimedia, que permiten al ponente interactuar con la presentación. Las Píldoras de Conocimiento “son pequeñas unidades de formación accesibles en internet para los alumnos, que sintetizan contenidos fundamentales de una asignatura” (Maceira, Cancela y Goyanes, 2010: 22). Permiten a los estudiantes comprender, en 15 minutos, un concepto, fenómeno o práctica. La ventaja de este método de aprendizaje es que los estudiantes pueden disponer de ella siempre que lo necesiten y en cualquier lugar.
El objetivo de las píldoras es mejorar el proceso de aprendizaje del estudiantado y facilitar la integración de las asignaturas, en el marco del Espacio Europeo de Educación Superior. La Universidad revisa su utilización y analiza las ventajas en el proceso de enseñanza y aprendizaje de sus estudiantes; de ahí, encontró algunas ventajas: 1) Brindan la sensación de comodidad por parte del profesor, ya que las píldoras son grabadas en corto periodo de tiempo y les permite utilizar herramientas para apoyar
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FIGURA 1. Píldora del Conocimiento
su explicación, como presentaciones en PowerPoint o cualquier otra herramienta, como una pizarra electrónica. 2) Su uso no genera problemas relacionados con derechos de autor, debido a la aparición de la imagen del docente en ellas. 3) El objetivo de su utilización es que los estudiantes entiendan los principios en lugar de memorizar los hechos. 4) Permiten la utilización de va rios recursos, como imágenes, gráficos y esquemas, que captan la atención del estudiante y presentan la ventaja de que puede utilizarlas siempre que lo necesite y las veces que sean necesarias. 5) Las píldoras son de corta duración, por lo que se utilizan para que el estudiante adquiera un conocimiento previo.
FUENTE: Aplicación de Nuevas Tecnologías en la Docencia Universitaria. La Píldora de Conocimiento se divide en varias partes para facilitar la comprensión del estudiante: a) El profesor hace una breve introducción del contenido de la totalidad de la píldora. b) Se explican cada uno de los conceptos necesarios para la comprensión del tema. Valderrama et al. (2009) ya han descrito algunas características básicas y algunas ventajas de las píldoras docentes como apoyo a la enseñanza-aprendizaje. Para concluir, se reconoce el uso de las Píldoras de Conocimiento como un recurso innovador de la web y como objeto de aprendizaje útil y reutilizable para fomentar y motivar el aprendizaje de los estudiantes.
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ASPECTOS QUE EL DOCENTE DEBE
DESARROLLAR, IMPULSAR Y PROMOVER HOY EN DÍA 1. Necesidad de especialización y conocer nuevas tecnologías sobre la educación. El diplomado TACD que desarrolla y propone la Universidad Intercontinental es un modelo claro de cómo las instituciones de educación sí se ocupan de que el docente este altamente capacitado para garantizar que todos los jóvenes tengan acceso a estas nuevas herramientas dentro del aula. 2. Preparación ante nuevos desafíos. El docente debe aprender, desaprender y reaprender; es decir, se trata de entender y ver el mundo desde la perspectiva del estudiante (Herbert Gerjuoy). 3. Responsable respecto de la alfabetización tecnológica de los estudiantes. Existe una tensión sobre las tecnologías, de cómo debemos desarrollar nuevas formas de enseñanza-aprendizaje, por lo cual es importante impulsar a los docentes a este nuevo desarrollo para tener mejores elementos que formen a los estudiantes. 4. Favorecer una estructuración social más benéfica. El mundo se mueve a una velocidad impresionante: lo que hoy vemos no será igual en seis meses, por lo que el docente debe estar preparado para las tendencias tecnológicas. Hoy en día ya no sólo es fundamental el conocimiento por medio de la experiencia o el pasado, pues se vive el reto de buscar el balance perfecto entre lo aprendido con anterioridad y lo que se aprende a diario, con el objetivo de impulsar una nueva y mejor manera de interpretar el mundo.
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LAS TECNOLOGÍAS Y LA EDUCACIÓN ESPECIAL
E
n este espacio, comentaré brevemente el uso de las tecnologías en la educación especial como apoyo para el docente especialista, puesto que su aportación ha sido relevante.
En las últimas décadas, el avance de las TIC ha sido sorprendente, impactando en niños y niñas; pero, cuando se habla de una población infantil con alguna discapacidad, es de reconocer su relevancia, ya que tanto docentes especialistas, como padres de familia buscarán desarrollar en los niños la independencia, la autonomía y que puedan incorporarse a la sociedad de forma productiva. La Educación Inclusiva es una propuesta para que las instituciones educativas públicas y privadas brinden una respuesta educativa pertinente a las necesidades educativas particulares y tengan la capacidad de educar a todos los estudiantes en el respeto a sus diferencias, basadas en la igualdad, equidad y calidad. Por lo tanto, se aborda la Educación Inclusiva desde una concepción comprensiva, no restringida, ni universalista, la cual limita al estudiantado que presenta alguna necesidad educativa especial; más bien, hace referencia al derecho de acceso, participación y aprendizaje de la diversidad del estudiantado que asiste a una insti-
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tución educativa (Aguerrondo, 2009, cit. por Víquez, 2014). Mediante la integración educativa, los docentes de niños y niñas con dificultad de aprendizaje en centros escolares ordinarios ya es una realidad, por lo que los maestros deben estar al día en la información digital y con el conocimiento de las herramientas que pueden mejorar el hecho educativo. “La escuela del siglo XXI debe garantizar una enseñanza de calidad para todos y fomentar el respeto a las diferencias, la tolerancia, la dignidad de todas las personas y la igualdad de oportunidades” (Soto, 2013, cit. por Víquez, 2014). La inclusión viene de la mano de la educación para todos; porque, si bien es cierto que existen normativas (nivel nacional e internacional) en las que se habla de derechos para todos los niños y niñas, debemos tener en cuenta las diferentes discapacidades y distintos diagnósticos. Las TIC son respetuosas con la diversidad, porque tienen la capacidad de adaptarse a las necesidades o de-
mandas de cada persona, lo que, en consecuencia, reduce las diferencias, al facilitar el acceso al currículo o a la comunicación interpersonal a quienes más dificultades tienen para hacerlo. La escuela que utiliza recursos tecnológicos en sus aulas es más capaz de atender a todos sus estudiantes, independientemente de cuáles sean sus características particulares (Soto, 2013, cit. por Víquez, 2014); por lo tanto, la consigna es acercar a los niños al mundo tecnológico desde edades tempranas, ofreciendo las mismas oportunidades a los que tienen problemas auditivos, visuales, motores, de lenguaje, autismo, discapacidad intelectual, problemas madurativos o de algún tipo de retraso de aprendizaje, y sirviéndoles de estimulación en sus avances conceptuales y curriculares. FIGURA 2.
De acuerdo con la figura 2, algunos ejemplos que podrían mencionarse del uso de las tecnologías de los docentes especialistas en educación especial son las siguientes: a) audiometrías y terapia auditivo-vocal, impresora en Braille y Plaphoons.
FIGURA 3.
Audiometrías y terapia auditivo-vocal.
Funciones de las TIC en la educación. FIGURA 4. Impresora en Braille
FUENTE : https://www.youtube.com/watch?v=NfOE_VkYAHw
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FIGURA 5. Plaphoons
FIGURA 6. Plaphoons
Plaphoons, programa de comunicación. Permite su utilización directa con un ordenador y también para editar tableros en formato papel.
FUENTE : http://www.arasaac.org/materiales.php?id_material=224
FUENTE: https://tecnoaccesible.net/sites/default/files/Finestraplaphoons-01.jpg FIGURA 7. Plaphoons
FUENTE : https://www.uv.es/bellochc/logopedia/NRTLogo7.pdf
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CONCLUSIONES
L
a importancia del saber reside no sólo contar con el cúmulo de conocimiento, sino además aplicarlos día a día y de la forma correcta por los canales y medios adecuados. Se necesita un enfoque bien orientado que marque el rumbo de una mejor educación. La tecnología educativa no nace con el uso de la computadora en el aula; más bien, se da con el ingenio, la creatividad y empleo de los diferentes recursos que el profesor tiene a su alcance diariamente para comunicar su enseñanza e incentivar a los estudiantes a aprender y aplicar constantemente el conocimiento, no
sólo en la escuela, también en la vida cotidiana.
Por otro lado, la reflexión sobre la estructura y los principios de funcionamiento de las tecnologías debe estar presente en la formación de docentes. Por ejemplo, como una asignatura o visión transversal de un área de asignaturas dentro del plan de estudios de formación de docentes. En nuestra realidad —básicamente, en la provincia de Buenos Aires—, la formación acerca de la tecnología que re-
ciben los docentes es escasa o nula. Por lo tanto, la visión que sustentan es meramente artefactual y, en muchos casos, es acompañada con una mirada tecnofóbica que nos aleja de la necesaria reflexión crítica. Estas ideas nos conducen a pensar el uso de TIC en espacios de enseñanza como un tema central de la gestión educativa. En tal sentido,
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esta colaboración intenta echar luz acerca de las bases conceptuales y metodológicas en las que debería sostenerse dicha gestión. Por supuesto, es un camino largo e incierto, ya que la tecnología nos pone siempre ante el desafío de su apropiación y uso educativo; pero debemos recorrerlo con la seguridad de que la formación, la reflexión y la investigación nos ayudarán en ese camino. En este sentido, podemos realizar una serie de acotaciones muy puntual: 1. La era de la información ya está aquí; es una realidad que ya nos alcanzó. 2. Nuestra generación de docentes —es decir, la de quienes llevamos muchos años en esta labor— no es nativa digital, por lo que existe desconocimiento y una resistencia natural al cambio, ya que no contamos, como las generaciones actuales, con las competencias digitales integradas a nuestras habilidades. 3. Debemos tener apertura y asumir que podemos desarrollar y aprender nuevas formas de enseñar y que la tecnología, bien utilizada, suele ser un gran aliado del docente. 4. En efecto, la evolución natural de la humanidad requiere que nuestra labor también esté en constante cambio y preparación. Corresponde a los docentes comprender que las nuevas tecnologías están avanzando en una carrera de velocidad y que deben ser utilizadas en la mejora de la educación a nivel global. Entonces, es nuestra responsabilidad saber usarlas y avanzar al mismo ritmo que la evolución humana. 5. Poseer una perspectiva de las TIC como un medio y no como un fin en sí mismo permitirá el diseño e implementación de buenas prácticas docentes. 6. Si bien en la actualidad el profesorado debe tener conocimientos mínimos en las TIC, TAC y TEP para el mejoramiento de su práctica docente, también lo es que las universidades deben proveerlos de aquéllas, con la finalidad de impulsar la enseñanzaaprendizaje, aunado a la calidad de la propia institución. 7. También es cierto que los estudiantes normalmente van adelantados en las tecnologías; sin embargo, aquí es donde entra su
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papel de consultor, para guiar al discente y discriminar la información que éstos deban rescatar como textos valiosos e importantes para la asignatura que se aborde. 8. Internet también ha influido en la manera de aprender y, por lo tanto, en la manera de enseñar. 9. Los estudiantes se han desarrollado en un contexto digital, por lo que el docente debe adecuarse a su forma de actuar y de concebir el aprendizaje; en tal sentido, el docente también debe digitalizarse y ser competente en esto. 10. Ligada al uso de las tecnologías digitales, esta competencia no sólo implica ser una persona autónoma, eficaz, responsable, crítica y reflexiva al seleccionar, tratar y utilizar la información y sus fuentes, así como las distintas herramientas tecnológicas; sino que, al mismo tiempo, demanda tener una actitud crítica y reflexiva en la valoración de la información disponible. 11. El reto y desafío de aprender nuevas tecnologías se inclina más hacia el docente, ya que el estudiante tiene la ventaja de vivir de forma inclusiva en éste. Bien sabemos que el modelo de educación enseñanza-aprendizaje parte de la manera como se transmite el conocimiento y la dirección que toma por parte del estudiante. Por ello, debemos buscar la forma de realizar una sinergia entre la forma de vida actual, la forma de vida de la sociedad en la que nos desenvolvemos, los alcances tecnológicos con los que contamos y la educación que se muestra hoy en día en casa, con la educación que ahora surge en las aulas como necesidad de adaptarnos a estas nuevas tendencias. 12. Incluirnos en este modelo no será tarea fácil, pero tampoco es un imposible si cada docente acepta que las generaciones han
14. Con base en mi experiencia y atendiendo las investigaciones pertinentes, puedo puntualizar que no podemos continuar pensando con fundamentos pasados. El docente requiere conocer, usar y manejar las nuevas tecnologías con la finalidad de estar a la par del estudiante. 15. Hoy en día, los docentes se han convertido en el medio y no en el fin de las enseñanzas y formas de aprender ante el estudiante. Sin embargo, hay mucho trabajo que realizar por parte del docente, pues éste todavía es el principal diseñador de los modelos que utilizará el estudiante en clase. La tecnología educativa debe ser la herramienta —no el conducto— para canalizar el conocimiento. 16. Por lo tanto, es importante que los docentes se mantengan en una constante de actualizaciones y capacitaciones, para seguir a la par con los medios de comunicación educativa tecnológica y entender que, si el mundo sigue tan cambiante, no sólo docentes tendrán que adaptarse a estos cambios, sino también el mundo en sí. tenido una transformación desmedida y que la tecnología es para utilizarla a nuestro favor. Entonces, estaremos en el entendido de que adaptarnos, incluirnos y desarrollar nuevas técnicas será mucho mejor que resistirnos al cambio que ya es. 13. Habiendo dejado claro que la educación siempre ha utilizado tecnología en sus procesos y que el uso y aplicación de tecnología es propia de todos y no una cuestión meramente generacional, el reto de la educación y la tecnología aún es el mismo, con nuevos matices y, por supuesto, más acelerado: formar en las personas las capacidades, habilidades y competencias necesarias para la solución de problemas de la sociedad. Por supuesto, incluyendo ahora un perfil más digital que antes, pero aún en continuo movimiento.
17. De acuerdo con lo investigado, el docente tendrá que adaptarse a la nueva forma de aprender de los estudiantes e integrar en sus cátedras las nuevas tecnologías. Para ello, deberá tener capacitación continua. Creo que ése es el reto más grande que tenemos. 18. Sin duda alguna, el trabajo de vincular la educación y la tecnología representa un gran desafío donde no pueden hacerse conjeturas hacia ninguno de los dos polos y actores principales en este fenómeno: los docentes y los estudiantes. La simplista pretensión de considerar al docente como detentador del conocimiento y, en consecuencia, de su responsabilidad para transmitirlo ahora mediante el uso de la tecnología, puede redundar en una falacia argumentativa que contenga per se una serie de imprecisiones de profundo calado. Lo llega a ser, en el mismo sentido, la pretensión de considerar al estudiante como un dotado de capacidades para el manejo intenso de la tecnología, sin de-
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tenerse en la distinción de separar a quien consume tecnología y a quien utiliza la tecnología como un medio para el alcance de otros fines. 19. El tránsito obliga a una comprensión holística del fenómeno, donde la figura de un mediador cobre real dimensión y se traslade la responsabilidad (o parte de ella) a quien es el beneficiario directo del aprendizaje: el estudiante. Si esto no ocurre, se mantendrá la anquilosada visión de considerar al docente como el único capaz y, en consecuencia, responsable del avance o retroceso en los procesos de aprendizaje. 20. El anterior punto bien puede redundar en una visión determinista del quehacer docente, soslayando la importancia de la participación activa del estudiante y únicamente elucubrando opiniones que en forma implícita o explícita aluden a una “falta de actualización” en el manejo de las herramientas tecnológicas. 21. Entonces, la discusión continúa, y es pertinente que lo haga para transitar del medio tecnológico a una reflexión respecto de la esencia de la enseñanza y, finalmente, cómo ésta es puesta a prueba mediante el cuestionamiento de los paradigmas que por largo tiempo han delimitado su proceder, su naturaleza y su esencia. 22. El docente es un ser humano inserto en su realidad y su contexto tanto individual, como social. Lograr que su reflexión no concluya en conocer, identificar y usar la tecnología es provocarlo a reflexionar al respecto del impacto que tiene continuamente esa interacción con el proceso de aprendizaje. 23. Creo indispensable resaltar que, si bien los estu diantes hoy en día hacen un uso excesivo de las TIC , es deber de los docentes —como dice Frida Díaz— que alfabeticemos a los estudiantes para que profesores y estudiantes saquen lo mejor de dicha tecnología. 24. Considero importante crear una concienciación crítica-reflexiva con los actuales procesos y cambios en la edu-
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cación, incorporando nuevos medios de enseñanza y aprendizaje, de manera que esto permita al estudiante aprender y adquirir un mejor desarrollo de aptitudes y actitudes que aseguren su desenvolvimiento en esta sociedad que cambia al ritmo de las continuas necesidades de las generaciones presentes y futuras. 25. El uso de las tecnologías en la docencia universitaria puede ser aplicable para mejorar el aprendizaje. Aprovechemos la experiencia de la Universidad de Vigo, España, para innovar y promover las Cápsulas del Conocimiento en nuestros ámbitos escolares en cualquier nivel educativo. Para ello, es importante que el docente se actualice en el uso de multimedia y desarrolle otras habilidades como editar video, planear su clase desde otro punto de vista más interactivo, desarrollar el trabajo colabo rativo y en equipo, con el fin de lograr innovación en su práctica docente. 26. A diferencia de áreas como la economía, las ciencias, el comercio, las telecomunicaciones, entre otras, la educación ha quedado bastante rezagada en la implementación y uso de las TIC. Continúa la controversia entre promotores y detractores, entre tecnófilos y tecnófobos y, mientras tanto, nos hemos visto rebasados por generaciones cada vez más ávidas de respuestas inmediatas, de mejores instrumentos que automaticen y faciliten funciones tediosas, de comunicación efectiva y eficaz. En palabras de García (2011), nos inquieta que las tecnologías nos dominen, que se adueñen de nuestra vida, que sean el vértice de nuestro hacer en la educación. No obstante, mantenernos al margen va en detrimento de lo que la Educación Superior supone y de la contribución que los docentes debemos aportar a las nuevas generaciones. Esas que han nacido y crecido en la Sociedad de la Información.
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De ninguna manera se trata de dejarse llevar haciendo un uso indiscriminado de cualquier tecnología que se coloque a nuestro alcance, dejándonos arrastrar por el huracán incontenible de novedades. Se trata de determinar cuáles de esas herramientas nos sitúan en una posición de ventaja desde donde podamos motivar, alentar, promover y cautivar a personas saturadas de información irrelevante, aburridas y apáticas frente al caudal incontenible de avances especializados que invaden hasta el más íntimo espacio, pero que aún no proveen soluciones para todos los problemas.
dad deseamos marcar la diferencia para la educación de personas bien adentradas en el siglo XXI.
Considero que nos corresponde experimentar, pero con propósitos y objetivos claramente definidos. Nos toca intervenir en la creación, desarrollo e implementación de planes de estudio modernos con contenidos actualizados que se adecuen a las cambiantes necesidades de un mundo globalizado. Contenidos que presenten un atractivo reto donde incluyamos los instrumentos y herramientas que la tecnología nos facilita para orientar, fomentar y alcanzar los objetivos que una educación de calidad debiera plantear. Y sí: para ello, los docentes también necesitamos regresar a aprender, desarrollar destrezas y volvernos competentes si en ver-
Estamos conscientes de que la creación, el desarrollo y la modificación de rutinas establecidas y cambios de paradigmas es una tarea titánica que conlleva la inversión de innumerables recursos tanto humanos, como materiales. Sin embargo, debe ser implementada urgentemente si las universidades desean ser opción de apertura, inclusión y calidad en el ámbito educativo y quieren cumplir a cabalidad la misión de formar integralmente personas en las variadas disciplinas del saber. Todo ello, con el fin de que cuenten con las herramientas indispensables para influir positivamente y puedan implementar los cambios necesarios en la sociedad y la cultura.
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Para lograrlo, necesitamos el amplio respaldo de las universidades: que abracen ese futuro que ya llegó, dejando a un lado el anquilosamiento y la inercia de políticas, trámites y programas que tuvieron su auge en siglos pasados. En aquel entonces, presentaban alternativas viables, pero dejaron de proporcionar respuestas y soluciones y no son ya opción para el cambio acelerado que observamos.
IMPACTO DE LA TECNOLOGíA EN LA FORMACIÓN DEL DOCENTE
FORMAS DE PERCIBIR LA REALIDAD
Conectivismo, aprendizaje colaborativo, educación a distancia y educación mixta son distintas maneras de estudiar; son, por tanto, distintas maneras de enseñar e incluyen distintos roles docentes. Dicha flexibilidad recrea nuestra labor y propone que la creatividad permanente nos permita ocupar el rol que el estudiante necesite, de acuerdo con el sistema de aprendizaje que haya elegido. Debemos sumarnos a este desafío.
Integrar a los docentes con mayor experiencia y edad, a la habilidad de adaptarse a los cambios sin oponer resistencia a ellos, y entender que las nuevas generaciones viven de otro modo, a diferencia de la época en la cual nosotros nos desarrollamos.
ASPECTOS
La tecnología educativa, en el sentido de enseñanza-aprendizaje, debe tener una elevación de sus maneras prácticas. Deberá haber una mejoría en la calidad, practicidad y facilidad en el diseño y método de enseñanza versus las maneras de aprender y reducción del tiempo invertido en los mismos. Al aplicar las TIC en la docencia y de acuerdo con la teoría del aprendizaje conductista, pueden emplearse métodos de enseñanza donde ésta es asistida por equipos de cómputo, recursos multimedia educativa mediante discos compactos o paquetes en línea. Por sus características, dicho método implica un material de enseñanza estructurado, un aprendizaje por recepción; se aprende como una actividad individual entre estudiante y medio. La teoría del procesamiento de la información hace uso de sistemas tutoriales inteligentes, hipermedia y adaptativos; se trabaja con metáforas cerebrales, aplicaciones de los principios de la inteligencia artificial. La computadora adapta la formación del sujeto. El uso de las TIC dentro del aula ha generado cambios innovadores que han provocado mejores relaciones entre los estudiantes, más motivación y una mejor organización del tiempo y el espacio. Ahora bien, el desafío es garantizar que todos los jóvenes tengan acceso a tales dispositivos para trabajar en las aulas, por lo que los docentes tenemos la necesidad de especializarnos y conocer el uso de estas nuevas tecnologías en educación. Aquí cabe lo que Larry Niven llama “desaprender para aprender”, ya que, como lo expresa
Actualmente, el docente tiene una labor de desafío; ya no sólo es el hecho de tener conocimiento acumulado; hoy en día, va más allá de sólo transmitir. Hoy el verdadero objeto es cómo transmitir todo aquel conocimiento utilizando las TIC y TAC que, como bien sabemos, son herramientas de mucha utilidad y practicidad. Los siguientes puntos deben ser tomados en cuenta para las mejoras continua dentro del aula para apoyo del docente.
COMUNICACIÓN Los avances tecnológicos han permitido elevar la actividad productiva del hombre en diferentes actividades; ha elevado el potencial educativo y ha posibilitado que grandes cantidades de información puedan almacenarse en espacios más pequeños con la finalidad de llegar a diferentes destinos, gracias a las conexiones inalámbricas que hoy existen. Por lo cual, el docente tiene en sus manos la habilidad de desarrollar un potencial tecnológico educativo con el objetivo claro de comunicar de diferentes maneras.
INFORMACIÓN Posibilidad de compartir e intercambiar información al instante mediante el uso de redes informáticas, lo que estimula el trabajo en equipo y facilita la colaboración.
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EDUCACIÓN: ENSEÑAR Y APRENDER
Frida Díaz Barriga (2013: s. d.), “uno de los desafíos más importantes se refiere a la tarea docente. Las exigencias a la profesión docente demandan que sean precisamente los profesores los responsables de la alfabetización tecnológica de sus estudiantes y del dominio de una diversidad de competencia requeridas en el contexto de las demandas de la sociedad del conocimiento. La cuestión es ¿están preparados los docentes para ello? ¿Se está haciendo lo debido para asegurar una formación decente apropiada?”
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