Este libro se ha publicado en colaboración con Compass y con el Grupo de Tres-e, evangélicos en economía y empresa, perteneciente a las secciones profesionales de Grupos Bíblicos Unidos (GBU).
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Publicaciones Andamio Alts Forns nº68, sót. 1º 08038 Barcelona. España Tel. (+34) 93 432 25 23 editorial@publicacionesandamio.com www.publicacionesandamio.com Publicaciones Andamio es la editorial de los Grupos Bíblicos Unidos (G.B.U.) en España Tu dinero cuenta © 2011, Howard Daytown Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin la autorización de los editores. Si no se indica lo contrario, las citas bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © Copyright 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation Las citas marcadas (DHH) Dios Habla Hoy © Copyright 2004 por Sociedad Bíblica, Madrid, España Las citas marcadas (LBD) La Biblia al Día © Copyright 1979 por Editorial Unilit, Miami, Florida Corrección: Ahinoam Laborda Massolo Diseño: Elena Blasco Maquetación: Jonatan Mira Bertral Depósito legal: B-21303-2014 ISBN: 978-84-943225-2-5 Impreso en Ulzama Impreso en España © Publicaciones Andamio 1ª edición Diciembre 2014
13 LOS HIJOS: El ABC del dinero Que nuestros hijos aprendan a administrar el dinero paulatinamente forma parte de su educación. Este aspecto no se puede dejar en manos de los maestros, sino que son los padres quienes los tienen que dirigir. La experiencia de gastar dinero se adquiere en el día a día en vez de en un aula. Un día que Bev y yo preparamos una barbacoa en el campo con Alfredo y Alicia, Alicia reflexionó en voz alta: «Los padres de Alfredo y los míos no nos enseñaron a administrar el dinero de manera adecuada y me temo que nosotros no lo estamos haciendo correctamente con nuestros hijos. No comprenden el valor del dinero. ¿Qué deberíamos hacer?». Esta es una pregunta que todos los padres debemos contestar. En 1904 Gales experimentó un tremendo avivamiento. Miles de personas conocieron a Cristo y los resultados fueron drásticos. Los bares se cerraron porque ya no había demanda. El crimen desapareció y los policías cambiaron sus armas por guantes blancos. Ni siquiera los caballos entendían a sus amos porque las malas palabras desaparecieron. Gales empezó a mandar misioneros a todo el mundo. Uno de esos misioneros viajó a Argentina, donde guió a un muchacho a Cristo. El nombre de este muchacho es Luis Palau, quien ha llegado a ser conocido como el «Billy Graham de Latinoamérica».
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Lleno de agradecimiento hacia el misionero galés, Luis viajó a Gales a principios de los 70 para expresar su gratitud a la nación por guiarle a Cristo. Y lo que descubrió lo dejó atónito. Un 0,5% de la población asistía a la iglesia. El índice de divorcios nunca había sido tan alto y el crimen aumentaba pasmosamente día tras día. Muchas iglesias habían cerrado y se habían convertido en bares y el rugby había reemplazado al cristianismo como «religión» nacional. A raíz de esta experiencia, Luis Palau rodó la película «Dios no tiene nietos». El mensaje de esta película es que cada generación es responsable de transmitir su fe a la siguiente. A pesar del tremendo despertar espiritual de Gales, en tan solo setenta años el impacto del cristianismo casi había desaparecido. Los padres fallaron al no transmitir la fe en Cristo a sus hijos. Responde a esta pregunta: ¿Crees que cuando te fuiste de casa estabas preparado para tomar buenas decisiones financieras? Los padres y los maestros pasan de 18 a 22 años preparando a jóvenes para desempeñar un oficio, trabajo, o negocio, pero invierten muy poco tiempo en enseñarles el valor y el uso del dinero que generarán. Todo padre debería ser un MVP, acrónimo que describe los tres métodos para enseñar a los hijos cómo gestionar el dinero a la manera de Dios: Ser un Modelo, comunicarse Verbalmente y transmitir experiencia Práctica. Los tres son necesarios para formar a nuestros hijos. (Nota del traductor: Most Valuable Player significa «el Jugador Más Valioso» y se suele nombrar tras un partido, en este caso, Most Valuable Parent, sería «el Padre Más Valioso»).
1. Ser un modelo Así como la esponja absorbe el agua, los niños absorben las actitudes de los padres respecto al dinero, por eso debemos ser un buen ejemplo de gestión para ellos. Pablo destacó lo importante que es el ejemplo cuando dijo: «Sed imitadores de mí, como también yo lo soy de Cristo» (1 Corintios 11:1). El Señor usó esta técnica al enviarnos el modelo perfecto, Jesucristo, para mostrarnos cómo debemos vivir. Lucas 6:40 es un versículo desafiante. Dice: «todo discípulo, después de que se ha preparado bien, será como su maestro». En otras palabras, podemos enseñar lo que creemos, pero solo reproduciremos lo que somos. El ejemplo que les damos a nuestros hijos es irremplazable.
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2. Comunicación verbal Necesitamos decirles a nuestros hijos cómo deben administrar el dinero y porqué. El Señor encargó a los israelitas: «Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes» (Deuteronomio 6:6-7). Debemos instruir verbalmente a nuestros hijos en los caminos del Señor, pero necesitan algo más que palabras, deben tener experiencias prácticas.
3. Experiencias prácticas Los niños necesitan que se les dé la oportunidad de poner en práctica lo que han oído y visto. Hay experiencias que benefician al niño en el área de gestionar el dinero (el arte de gastar sabiamente) y en el área de ganar dinero (el valor del trabajo).
Experiencias sobre la gestión del dinero Cuando el niño está en edad escolar, debería empezar a recibir algo de dinero para gestionarlo. Ya es cuestión de cada progenitor si le asigna una paga semanal o le da el dinero como pago por las tareas hechas en el hogar. La cantidad que se le da variará en función de factores como la edad del niño y la capacidad de ganarlo. Sin embargo, no es tan importante la cantidad como la responsabilidad al gestionarlo. Al principio será una experiencia nueva y el niño cometerá muchos errores. No impidas que la «ley de vida» tome su curso. Te sentirás tentado a ayudarle cuando se haya gastado toda su paga comprando algo innecesario el primer día. No te gustará que tenga que pasar el resto de la semana sin poder comprar otras cosas que quiere o que tal vez necesita. ¡No le saques las castañas del fuego! Sus errores serán su mejor maestro. Los padres deben establecer límites y aconsejar a sus hijos cómo gastar su dinero, pero el niño debe tener libertad de elección. Las limitaciones excesivas no hacen más que acotar la oportunidad de que el niño aprenda por experiencia propia. Las primeras monedas le marcarán de por vida. Cada sábado por la mañana solía ir en bicicleta con mi hijo Matthew a comprarle un paquete
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de sus chicles favoritos. A pesar de mis insistencias, Matthew se terminaba el paquete ese mismo día. Cuando comenzamos a asignarle una paga, decidimos que Matthew debía comprar los chicles con ese dinero. Nunca me olvidaré de la cara de dolor que tenía al salir de la tienda con la compra. «Papá, ¡estos chicles me han costado todo mi dinero!», se quejó. Ese paquete lo racionó cuidadosamente y le duró más de una semana. Los padres deben aumentar la cantidad asignada a sus hijos poco a poco, a medida que van creciendo y mejorando su habilidad y sabiduría al gastarlo.
Presupuesto Cuando los niños empiecen a recibir ingresos, muéstrales cómo realizar un presupuesto. Empieza con un simple sistema de tres cajitas con una etiqueta cada una: dar, ahorrar y gastar. Así, cada vez que reciba dinero lo puede repartir y cuando la cajita esté vacía significa que ya no queda dinero para gastar. Es un ejemplo visual que hasta un niño de seis años puede entender. Cuando los niños cumplen doce años, son lo suficiente mayores para conocer el presupuesto familiar. Entenderá que está creciendo, porque ya puede participar en las decisiones de cómo gastar los ingresos familiares. Entenderá que cada miembro de la familia tiene la responsabilidad de velar para que el dinero se emplee sabiamente, independientemente de quién lo obtenga. A medida que el niño va madurando, debe ir participando en todos los aspectos del presupuesto familiar. Esto le ayudará a entender las limitaciones de los ingresos familiares y cómo estirar el dinero para cubrir las necesidades de la familia. Al principio puede ser que el niño piense que la familia tiene tanto dinero que es casi imposible gastárselo todo. Para ayudarle a visualizar el presupuesto, convierte todos los «ingresos» de la familia en monedas de un euro. Colócalos en la mesa y divide el montón de monedas de «ingresos» en varios montones de «gastos» que representan cada categoría. Muchas veces a los niños les cuesta entender las cantidades porque son abstractas. Pero las monedas serán una forma palpable con la que podrán entender el presupuesto familiar. A medida que les enseñes a tus hijos a presupuestar, enséñales también a ser consumidores sabios, a desarrollar habilidades para comprar, a distinguir entre una necesidad y un deseo y a esperar en el Señor. Adviérteles de la
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poderosa influencia que tiene la publicidad y del peligro de convertirse en un comprador compulsivo.
Dar El mejor momento para establecer el hábito personal de dar es cuando se es joven. Es importante que los niños den parte de lo que reciben para cubrir una necesidad que ellos mismos pueden ver. Por ejemplo, un niño puede entender el efecto que causa una donación suya cuando da para la construcción de la nueva iglesia o cuando compra comida para una familia necesitada. El Dr. Richard Halverson, quien fue capellán del Senado de los Estados Unidos, le dejó a su hijo Chris este gran legado cuando era niño. Por medio de un ministerio que ayudaba a los niños pobres, Chris y su hermano daban dinero para ayudar a Kim, un huérfano coreano que había perdido la vista y un brazo durante la guerra. Y se les enseñó a sentir como si Kim fuera un hermano adoptado. Una Navidad, Chris compró una armónica para Kim. Fue la primera propiedad personal de Kim. Este apreció mucho este regalo de Chris y aprendió a tocarla muy bien. Hoy Kim es evangelista y usa su armónica para presentar el evangelio. Chris experimentó el valor de cubrir las necesidades de la gente y vio cómo Dios puede cambiar vidas si él es una persona que da fielmente. Todo esto fue el resultado de que se le enseñara desde joven a dar generosamente. Cuando tu hijo llega a la adolescencia, si realizáis un viaje misionero como familia o con la iglesia, a una zona o país en vías de desarrollo, este se convertirá en una experiencia inolvidable. Que sean conscientes de la miseria existente puede generar en ellos el deseo de dar a los pobres durante toda su vida. También es recomendable un tiempo familiar semanal para dedicar las donaciones de esa semana al Señor. Es importante que los niños participen en ese tiempo de dedicación y alabanza. Cuanto más involucrados estén los niños con los padres en el uso correcto del dinero, mejores hábitos tendrán cuando sean adultos.
Ahorros e inversiones Tan pronto como el niño reciba un ingreso, se le debe acostumbrar a ahorrar. También ayuda abrirle una cuenta de ahorro. A medida que va madurando,
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se le deben presentar los diferentes tipos de inversiones, acciones, bonos, propiedades, etc. Enséñales a tus hijos los beneficios del interés compuesto (concepto presentado en el capítulo 5). Si entienden este concepto y se vuelven fieles ahorradores, cuando sean adultos gozarán de una estabilidad económica. Los padres deben mostrarles cómo ahorrar haciéndolo para algo que beneficie directamente a los niños, como unas vacaciones. Utiliza un gráfico que los niños puedan cumplimentar para ir viendo el progreso de los ahorros familiares. Los niños deben tener metas a corto y a largo plazo. Para los más pequeños, las de corto plazo son más importantes para que vean resultados en poco tiempo. Para un niño de cuatro años, una semana es una eternidad cuando ahorra para una compra. No puede entender que tiene que ahorrar para comprarse una bicicleta ya que le supondría meses de ahorro, pero sí para algo que puede lograr en unos días. Conforme se hace mayor tiene que comprender que hay que reservar dinero para una necesidad futura, como estudiar una carrera, comprarse un coche, etc. Es una alegría para los padres ver cómo este sistema permite que sus hijos logren las metas establecidas.
Deudas También es importante enseñarles el valor del dinero y lo difícil que es poder librarse de las deudas. Pedro y Luisa prestaron a sus hijos el dinero para comprar bicicletas. Plasmaron por escrito un calendario de pagos, incluyendo los intereses. Después de pasar por el largo y difícil proceso de saldar la deuda, la familia celebró una fiesta. Pedro comentó que sus hijos apreciaron mucho más esas bicicletas que cualquier otra de sus posesiones y prometieron no volver a endeudarse en el futuro debido a la experiencia vivida.
Experiencias para ganar dinero Puesto que el trabajo es un elemento esencial para convertirse en un mayordomo fiel, los padres tienen la responsabilidad de enseñarles a sus hijos el valor del trabajo y de ayudarlos a desarrollar buenos hábitos. Si el niño responde y aprende a trabajar con la actitud apropiada, no solo habrá dado un gran paso hacia el contentamiento, sino que será una persona valiosa en el mercado laboral. Es difícil encontrar buenos empleados. Sin lugar a dudas, los niños deben
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aprender la dignidad y el hábito de trabajar. Hay cuatro áreas que debes considerar en su formación:
1. Establece responsabilidades rutinarias La mejor manera de que un niño llegue a ser un fiel administrador en el trabajo es estableciéndole tareas diarias en casa. Por ejemplo, mi hija saca la basura y lava los platos, y mi hijo barre y friega el suelo.
2. Haz que tus hijos participen en el trabajo que realizas No hace muchos años, los hijos participaban activamente ayudando a ganar dinero para la familia. Aprendían a ser responsables rápidamente y conocían el valor del dinero. Sin embargo, difícilmente ocurre hoy en día. Muchos niños no saben cómo se gana la vida su padre o su madre. Hace algunos años, durante una conferencia, un participante comentó que cuando era pequeño le había preguntado a su padre qué hacía en el trabajo. «Hago dinero», fue la respuesta del padre. «Durante muchos años realmente creí que mi padre fabricaba los billetes. Mi madre solía preguntarle: «¿Cuánto hiciste esta semana?», y yo creía que mi padre era un gran artista capaz de poder llevar a cabo ese trabajo artístico tan minucioso y detallado». Una manera importante de enseñar el valor del trabajo es mostrar a los hijos el trabajo que sus padres llevan a cabo. Si no está permitido que te visiten mientras trabajas, explícales tu empleo. Y si tienes tu propio negocio, deja que tus hijos participen en él cuanto sea posible. Un consejo: como los niños no están con sus padres en su trabajo, la actitud y los hábitos de trabajo de los padres en casa son su mayor ejemplo. Si un padre trabaja duro fuera de casa pero se queja de tener que lavar los platos en casa, ¿qué se les está comunicando a los niños sobre el trabajo? Examina tus actitudes y actividades en el hogar y asegúrate de influir en tus hijos apropiadamente para que sean trabajadores piadosos.
3. Ganar dinero extra en casa Anima a tu hijo a hacer trabajos extras para ganar dinero. Una buena forma es pagarle a tu hijo el equivalente a lo que le pagarías a un tercero por hacer lo
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mismo. Por ejemplo, si tienes que lavar el coche y tu hijo necesita dinero extra y lo quiere lavar, ¡deja que lo haga!
4. Anima a tus hijos a trabajar para otras personas Hacer repartos, cuidar niños, limpiar puede servir de formación. Un trabajo le da al hijo la oportunidad de tener una relación empleado-jefe y de ganar dinero extra. Cuando tu hijo llegue a la secundaria, es bueno que durante sus vacaciones deje temporalmente de recibir la paga y proponle que busque un trabajo fuera de casa que le sirva de fuente de ingreso. Incluso hay veces que podrán trabajar a tiempo parcial mientras estudian. El objetivo de enseñarles a tus hijos el valor del trabajo es desarrollar su carácter. Un niño trabajador y con la actitud apropiada será un individuo mucho más satisfecho. Crecerá con más respeto por el valor del dinero y el esfuerzo que supone conseguirlo.
Dependencia y peligro En los países desarrollados, los padres pasan menos tiempo con los hijos que en otras partes del mundo. Se calcula que pasan una media de tres minutos al día comunicándose con sus hijos. El rey David y el sacerdote Elí fueron hombres de Dios. Ambos tuvieron éxito humanamente hablando, sin embargo, ambos perdieron a sus hijos por descuidarlos. Para que los hijos prosperen es importante que los padres consideren que tienen que ocupar un lugar relevante en su lista de prioridades y que se reserven el tiempo y las energías necesarias para su formación y guía en casa. Padres, os ruego encarecidamente que os toméis el tiempo necesario para educar a vuestros hijos. Sois quienes influiréis en la siguiente generación. El número de madres solteras cada vez es mayor y, por tanto, deben hacerse cargo de todo. Aprecio los grandes esfuerzos a los que se enfrentan. Pero anímate, algunos de los niños más responsables que conozco fueron criados por madres solteras que amaban a Dios.
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Dependencia en la oración Una de las lecciones más importantes que le puedes enseñar a tu hijo es que busque la dirección de Dios y experimente su provisión a través de la oración. El Señor nos quiere mostrar que está actuando de manera activa en cada una de nuestras vidas. Una manera que tiene de demostrarlo es respondiendo a nuestras oraciones. Debido al poder de adquisición de la sociedad en la que vivimos, muy a menudo nos permitimos el lujo de comprar cosas sin esperar en oración que el Señor las provea. Debemos estar receptivos para experimentar la realidad de Dios en el área de gastar y debemos transmitirles esos valores a nuestros hijos.
Destrucción debido a una indulgencia excesiva Cuando se trata de dinero, como padres siempre estamos en la cuerda floja tratando de conseguir el equilibrio perfecto. Así como algunos son demasiado tacaños, otros son muy indulgentes y, como consecuencia, dificultan el desarrollo del carácter de sus hijos. ¿Cuántos de nosotros no conocemos a un padre que tuvo que dejar de estudiar para poder salir adelante y ahora tiene un hijo adolescente al que no le falta de nada? La indulgencia excesiva con el dinero es destructiva. Retrasa el desarrollo del carácter de un hijo y limita la iniciativa y la motivación. Muchas veces se crea en los hijos la expectativa de recibir cosas sin tener que trabajar o ahorrar para conseguirlas.
Estrategia para independizarse Por último, necesitamos establecer un plan para que logren ser independientes económicamente. Enrique y Rosa tienen cuatro hijos de lo más maduros y responsables que he conocido. Su estrategia ha sido conseguir que cada hijo, al llegar al último año del instituto, llegue a administrar su dinero de manera independiente (excepto casa y comida). De esta manera, los padres están disponibles para aconsejarlos durante el proceso de tomar decisiones financieras. Revisemos cómo los padres MVP forman a sus hijos:
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1. Sé un modelo de fidelidad financiera, permitiendo a tus hijos observar de cerca cómo aplicas estos principios. 2. Comunica verbalmente los principios bíblicos acerca del uso del dinero. Compass ha realizado una serie de excelentes estudios para niños de diferentes edades. Uno para adolescentes, uno para niños de entre 8 y 12 y otro para niños de menos de 8 años. Este material actualmente está publicado en inglés. 3. Crea oportunidades prácticas para que tus hijos experimenten los principios financieros de Dios. Cada niño tiene una personalidad y un temperamento único. Un niño puede gastar sin pensarlo, pero puede ser muy generoso; otro puede ser muy ahorrador y, a la vez, muy tacaño. Estudia el carácter de cada uno de tus hijos y adapta los métodos y experiencias prácticas según más les convenga. Como Gales descubrió, Dios no tiene nietos. Pasarle nuestra fe en Cristo a la siguiente generación se puede comparar con una carrera de relevos. Cualquier entrenador de atletismo te dirá que una carrera de relevos se gana o se pierde en el momento en que un corredor le pasa el testigo al siguiente. Rara vez se cae el testigo una vez que el corredor lo ha cogido firmemente, en todo caso se caerá en el momento de entregarlo al siguiente corredor. Como padres, tenemos la responsabilidad de pasar el testigo de las verdades bíblicas y prácticas a nuestros hijos. Durante el proceso parecerá que se logran pocos avances. No obstante ¡sé constante y persistente! Me gustaría llegar a conocer a algún adulto cuyos padres hayan vivido estos principios financieros bíblicos y se los hayan enseñado sistemáticamente a sus hijos. Desgraciadamente, como consecuencia de esta falta de formación, los hijos se marchan de casa poco preparados para dirigir su futuro económico bíblicamente. Mi oración es que nuestra generación les deje a sus hijos el precioso legado de la fidelidad financiera.
COntraste La sociedad me dice que como padre/madre no tengo que exigir a mis hijos que aprendan ni a administrar bien el dinero ni a trabajar diligentemente. Las Escrituras me dicen que como padre/madre tengo la obligación de formar a mis hijos para que sean fieles mayordomos y sabios administradores del dinero.
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COmpromiso Evalúa lo que están aprendiendo tus hijos acerca del trabajo y la administración del dinero. Considera tomarte el tiempo necesario para enseñarles a tus hijos los principios que se enseñan en el curso de Compass sobre cómo ser fieles administradores. Puedes informarte con mayor detalle en www.compass1.org (disponible en inglés).
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