PRIMER DOMINGO DE CUARESMA Ciclo B 22 de Febrero de 2015 AÑO XVI NÚMERO 8
IglesiaViva D IO C E S IS DE G R A N A DA , N IC A R A G U A
Departamentos de Boaco, Granada y Rivas Obispo: Monseñor Jorge Solórzano Pérez
INICIAMOS EL TIEMPO DE CUARESMA. TIEMPO DE ORACIÓN, AYUNO Y LIMOSNA EN TODA LA IGLESIA. PRIMER DOMINGO: LAS TENTACIONES EN EL DESIERTO. El 18 de Febrero, en su homilía en Santa Martha, el Papa Francisco hablaba acerca de la tentación:
Afirma el Papa que cuando estamos siendo tentados solamente la Palabra de Dios nos salva. He aquí algunos apuntes interesantes para todos Ustedes que observan este apartado de su Boletín Dominical: La tentación se manifiesta como una atracción inofensiva y termina por transformarse en una jaula, de la que a menudo más que buscar evitarla se intenta minimizar su esclavitud, y nos volvemos sordos a la Palabra de Dios.
“La tentación, ¿de dónde viene? ¿Cómo actúa dentro de nosotros? ésta viene de nuestras pasiones, de nuestras debilidades interiores, de las heridas que ha dejado en nosotros el pecado original: las tentaciones vienen de allí, de estas pasiones. Es curioso, la tentación tiene tres características: crece, contagia y se justifica. Crece: comienza como si nada, y crece… El mismo Jesús decía esto, cuando habló de la parábola del grano y de la cizaña: el grano crecía, pero también la cizaña sembrada por el enemigo. Y la tentación crece: crece, crece… Y si uno no la detiene, ocupa todo”. Además, la tentación “busca otro para hacerse compañía, contagia” y “en este
crecer y contagiar, la tentación nos encierra en un ambiente de donde no se puede salir con facilidad”. Cuando estamos tentados, solo la Palabra de Dios, la Palabra de Jesús nos salva. Escuchar aquella Palabra que nos abre el horizonte… Él siempre está dispuesto a enseñarnos cómo salir de la tentación. Y Jesús es grande porque no solo nos hace salir de la tentación, sino que nos da más confianza”. Esta confianza, es “una fuerza grande, cuando somos tentados: el Señor nos espera”, “se fía de nosotros tentados, pecadores”, “abre siempre horizontes”. Por el contario, el diablo con “la tentación, encierra, cierra, cierra”. No dejarse “encarcelar” por este tipo de ambiente, concluyó, es posible sólo “cuando se escucha la Palabra de Jesús”: “Pidamos al Señor que siempre, como hizo con los discípulos, con su paciencia, cuando somos tentados nos diga: ‘Detente, estate tranquilo. Acuérdate qué hice contigo en aquel momento, en aquel tiempo: acuérdate. Alza los ojos, mira el horizonte, no cerrar, no te cierres, ve adelante’. Y esta Palabra nos salvará de caer en el pecado en el momento de la tentación”. (Cfr. Homilía del 18 de Febrero 2014).-