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LA LIMA DE RICARDO PALMA

Alberto Varillas Guillermo Guedes

Casa Museo Ricardo Palma

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El futuro escritor, bautizado como Manuel, nació en la calle Puno -actual jirón Ayacucho- en febrero de 1833, a 100 metros de lo que antes había sido el Tribunal de la Santa Inquisición, que fuera saqueado por las turbas en 1812. Lo que se murmuraba de aquella tenebrosa institución le debe haber sido familiar desde sus primeros años. Por entonces nuestra capital era una ciudad cercada. Sus murallas habían sido mandadas a construir en 1684 como defensa de la piratería que asolaba las costas del inmenso virreinato. Inicialmente en las murallas había seis puertas que se abrían temprano y se cerraban de noche. Lima reposaba rodeada de arboledas y jardines que eran el sosiego para quienes se aproximaban a ella, y la distracción para quienes salían a pasear en los alrededores. Palma recuerda en su epistolario sus andanzas dentro de los confines de la ciudad y como se iban a divertir al estanque de Santa Beatriz, rodeado de naranjos, al que llegaban después de caminar por el callejón de Matamandinga, o cruzando el puente, a la Alameda de los Descalzos o el Paseo de Aguas. Lima era entonces una ciudad pequeña, alegre y bulliciosa de día, pero oscura y lóbrega durante las noches. Para entonces, Lima seguía contando con los cien mil habitantes que había tenido cuando pasó del siglo XVIII al XIX, entre criollos, mestizos, indígenas y esclavos negros. Al nacimiento de Palma recién habían transcurrido doce años de la declaración de la independencia por el general don José de San Martín, nueve de la batalla de Ayacucho y siete desde que el brigadier Rodil rindiera las fuerzas realistas que, bajo su comando, ocupaban la fortaleza del Real Felipe. Palma amaba su ciudad y recordaba con cariño su niñez, durante la cual absorbía y retenía todas las imágenes e historias que escuchaba, las que sería el germen de sus Tradiciones.

Julio Ramón Ribeyro atribuye la creación de Lima como espacio espiritual, esto es, la primera fundación literaria de la urbe, a ese “viejo socarrón” que fue Ricardo Palma. Desde este punto de vista la historia y la memoria de los limeños pervivió gracias a la obra del tradicionista, asumiendo la aseveración del ilustre historiador Raúl Porras Barrenechea para quien Lima fue fundada dos veces, la primera por Francisco Pizarro y la segunda por Ricardo Palma.

Palma le puso alma y sentido a muchos rincones de Lima y alrededores. Existen numerosas Tradiciones que transcurren en sus calles, iglesias, conventos, casonas, plazas, huertos y palacios. También se puede agregar su obra de investigación histórica, Anales de la Inquisición de Lima, en la que se mencionan lugares que aún existen. “La tradición, -en el sentido en que Palma la ha impuesto al mundo literario- es flor de Lima. La tradición cultivada fuera de Lima, y por otra pluma que no sea la de Palma, no se da bien, tiene poco perfume, se ve falta de color. Ricardo Palma es el primer limeño de Lima” Rubén Darío

Algunas tradiciones de Palma que transcurren en Lima: •Nazareno (Iglesia y Convento de la Merced) •La Casa de Pilatos (mismo lugar) •Los Caballeros de la Capa (Plaza Mayor) •La Monja de la Llave (Plaza de la Inquisición) •Una Vida por una Honra (Iglesia de Santo Domingo) •El Encapuchado (Callejón de San Francisco) •Un Virrey Hereje y un Campanero Bellaco (Iglesia y Plazuela de San Agustín) •Pepe Bandos (Plazuelas de Lima) •El Resucitado (Los Descalzos) •La Gatita de Mari-Ramos (Alameda de Acho) •Pancho Sales El Verdugo (Calle de la Pescadería) •¡A la Cárcel todo Cristo! •El Virrey de la Adivinanza •¡Buena Laya de Frailes! (Plaza Mayor) •Los Azulejos de San Francisco (Convento de San Francisco) •El Caballero de la Virgen (Plaza Mayor) •La Conspiración de la Saya y Manto •Conversión de un Libertino (Convento de la Merced) •La Llorona del Viernes Santo (varias iglesias de Lima) •Santiago el Volador (Cercado) •El Alma de Fray Venancio (La Merced) •Un Cerro que tiene Historia (cerro San Cristóbal) •Historia de unas Columnas (La Merced) •La Procesión de Ánimas de San Agustín (Plazuela de San Agustín) •Una Astucia de Abascal •La Excomunión de los Alcaldes de Lima •Entre Jesuitas, Agustinianos y Dominicos (varios) •Los aguadores de Lima (varios) •La Primera Campana de Lima •Las Mentiras de Lerzundi (Monserrate) •El Rosal de Rosa (Convento Santa Rosa) •Los Mosquitos de Santa Rosa (Ermita de Santa Rosa) •Los Ratones de Fray Martín (Convento de Santo Domingo) •Un Despeje en Acho (Plaza de Acho) •Anales de la Inquisición de Lima (Obra de investigación histórica). “Don Ricardo Palma es el escritor representativo por excelencia del Perú. En ninguna obra de imaginación se encuentra como en la suya, una visión de conjunto más próxima y hermosa de lo que es el Perú.” Mario Vargas Llosa. (Parte del texto leído por MVLL el 6 de octubre de 1956 ante el busto del tradicionista en la Alameda Ricardo Palma)

BREVE BIOGRAFÍA DE RICARDO PALMA

Ricardo Palma nació en Lima en 1833. De familia humilde, su padre le dio la mejor educación que sus escasos recursos podían conseguir. Desde muy joven se dedicó al periodismo y colaboró en las más importantes publicaciones de la capital; dirigió El Burro y la importante Revista de Lima. Entre 1852 y 1860 integró el cuerpo administrativo de la Marina Peruana como contador y, mientras navegaba, pudo leer los clásicos españoles. A raíz de una aventura política promovida por los liberales, entre 1860 y 1862 estuvo desterrado en Chile. Después de viajar a Europa, Brasil y Estados Unidos (18641865), se dedicó a la política, llegando a ser secretario del Presidente de la República José Balta, y senador por Loreto. Participó en el Glorioso Combate del 2 de Mayo de 1866, por lo que fue condecorado. Cuando estaba completamente dedicado a sus tareas de escritor, defendió a la patria en el Batallón N° 4, junto a otros heroicos vecinos, en los reductos de Miraflores y pudo ver, cómo los invasores incendiaron su casa donde se perdió su valiosa biblioteca de 4000 volúmenes. Al protestar públicamente por el alevoso saqueo de la Biblioteca Nacional fue detenido y apresado por las fuerzas chilenas de ocupación.

Por encargo del gobierno, entre 1883 y 1912, asumió la responsabilidad de reconstruir y dirigir la Biblioteca Nacional durante 29 años, lo que logró exitosamente a base de su prestigio personal pues carecía de recursos. En 1892 representó al Perú en España en los actos conmemorativos del IV centenario del descubrimiento de América.

Fue poeta, dramaturgo, novelista, lexicógrafo, historiador, periodista y, sobre todo, autor de diez series de las famosas Tradiciones Peruanas, subgénero literario que creó y tuvo rotundo éxito en toda Iberoamérica convirtiéndolo en el más importante escritor peruano hasta entrado el siglo XX. Retirado de toda actividad pública, murió en su casa de Miraflores, hoy Casa Museo Ricardo Palma, el 6 de octubre de 1919.

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