Discurso del Dr. Fander Falconí, secretario nacional de Planificación y Desarrollo, durante el acto de inauguración de la Primera Asamblea Ciudadana Plurinacional e Intercultural para el Buen Vivir, realizada en Montecristi, provincia de Manabí, el miércoles 08 de mayo de 2013. Quiero agradecer a todos los participantes que han dado origen a esta Asamblea Ciudadana. También agradezco a los anfitriones, a los representantes a nivel nacional y a todos los asistentes a este hito histórico, la Asamblea Ciudadana Plurinacional e Intercultural para el Buen Vivir. El Gobierno que eligió el pueblo ecuatoriano el 17 de febrero de 2013, propuso un programa específico para este mandato. Muy apegado al Mandato Constitucional de Montecristi. Esta propuesta que ganó en las urnas tiene puntos fundamentales en la estrategia de cambio que sigue el país. Refuerza lo alcanzado, pero también plantea un conjunto de desafíos políticos y programáticos, y es sin duda el elemento base para construir el Plan Nacional para el Buen Vivir (PNBV). El Plan tiene que construirse de forma objetiva, con indicadores de desempeño, metas y objetivos claros, porque ésta es la manera en la que vamos a evaluar la política pública en los siguientes cuatro años de gobierno. El Plan es tan importante que la propia Constitución de la República prevé que el incumplimiento de este plan es objeto de remoción de autoridades, incluso las electas democráticamente. El PNBV es mandatorio para todos los ecuatorianos. El Buen Vivir es una forma de vida que quiere o pretende alcanzar la felicidad. Es la permanencia de la diversidad y de nuestras culturas. Es armonía, igualdad, equidad y solidaridad. No es la búsqueda de la opulencia, sino que es vivir, relacionarnos, el florecimiento de las
sociedades, las esperanzas y las ansias de vivir bien. Tampoco es un paradigma científico ni un concepto, es una idea movilizadora para acercarnos a una sociedad que tiene que ser más estructurada en términos sociales y políticos. Ahora en el Ecuador no se improvisa, se planifica. Desde 2007 se recuperó el Sistema Nacional de Planificación. Si ustedes, como sociedad han seguido la vida republicana, se encontrarán cómo a partir de los años ochenta del siglo pasado se desmanteló un concepto de Estado. Prácticamente se lo redujo y la planificación fue desmembrada y desmantelada. Quienes hacían planificación en ese momento, lo hacían en términos institucionales, en su mínima dimensión. Uno de los términos programáticos más fuertes de este período de Gobierno ha sido la recuperación de la capacidad de planificar, al igual que la del sentido de rumbo de país. Ese camino es justamente el Plan Nacional para el Buen Vivir, que establece hacia dónde debemos llegar. En la gira en la que acompañé al Presidente de la República por Europa, en Berlín, fuimos al Parque Científico de Adlershof. Vimos que entre sus muchas posibilidades científicas y tecnológicas, guarda una relación científica. Mientras escribía estas notas, tomaba las ideas de visitar el avión construido por los hermanos Wright y a Santos Dumont, quien hizo el primer vuelo. Pensaba que si Dumont hubiese cedido a las ideas de los automovilistas, frenar con frecuencia, seguramente se habría estrellado. Creo que tampoco la Revolución Ciudadana ha hecho caso de esta advertencia de los anticuados libros con conceptos neoliberales. Ellos recomendaban un Estado mínimo, ir con cautela, que las ganancias económicas deben ir hacia una cierta élite política y económica. Nos hemos
liberado
de
todos
esos
elementos.
Ahora
la
Revolución
Ciudadana regula que los frutos de las riquezas se distribuyan de una forma adecuada. Plantea que el comercio es una herramienta y que los mercados son buenos sirvientes, pero que son pésimos amos. Hemos incrementado la inversión pública en favor de las necesidades de nuestro pueblo: ahora Ecuador tiene la inversión pública más alta en América Latina en relación al tamaño de su economía. Esto explica fundamentalmente el crecimiento de nuestra economía. En otras palabras, si nosotros hubiéramos hecho caso a la prudencia neoliberal, seguramente no estaríamos aquí sentados ni estaríamos estructurando nuevas ideas y nuevas posibilidades para el país. Es necesario destacar que el cambio en la forma de gestionar la política pública tuvo un punto culminante en la elaboración de los textos constitucionales en Montecristi. La Constitución de 2008 nos abrió el paso para todo lo que vino después, para toda la institucionalidad que ha sido creada en el país. Una de las principales herramientas en este proceso político ha sido la planificación. La Constitución ordena que la planificación debe vincularse directamente a la construcción de derechos ciudadanos. Plantea que la planificación debe tener elementos participativos, descentralizados y ser formulados desde los territorios. No deben ser planteados desde la oficina o desde la iluminación de algún tecnócrata en un escritorio. La planificación es algo vital que se recrea diariamente y que permite direccionarnos de una forma estratégica. Además, son las sociedades las que deben ir monitoreando, señalando y reubicando día a día el camino. Cuando se habla de Revolución, se habla de un proceso que tiene que nacer desde las entrañas de la sociedad, pero que tiene que ir creciendo y acumulándose hasta convertirse en un elemento indetenible para nuestras sociedades. La Revolución Ciudadana es parte de un proceso
continental -no sólo nacional- que busca cambios de estructura fundamentales.
Por
independientemente legítimamente
eso del
se signo
comulguemos.
convierten
en
ideológico Pero
no
con
cambios el
podemos
que
societales, cada
abstraernos
uno de
realidades concretas que hemos heredado en América Latina, como la pobreza y la desigualdad, en la que han primado la justicia para los que tienen más contra la mayoría que integramos el continente. Este Plan tiene un elemento enormemente participativo. Primero, se ha nutrido de un programa de Gobierno, que de por sí tiene un elemento participativo. Hubo alrededor de 30 talleres y cerca de 5.000 personas que
procesaron
ideas.
Vino
un
segundo
momento,
que
fue
la
implementación del nuevo Pla Nacional para el Buen Vivir, que ha tenido la participación de casi 8.000 personas y más de 100 eventos públicos, entre
talleres,
reuniones
focales
y
encuentros
de
toda
índole.
Participaron miles de personas en los espacios virtuales. Hay una página abierta en la Senplades para recoger y recabar las inquietudes ciudadanas que son constantemente procesadas. Este es el inicio de otro momento histórico que tiene que solventarse con ideas, razonamientos y cambios concretos con relaciones de fuerzas políticas. La construcción de una ciudadanía activa, comprometida, deliberante, es una tarea de todos y todas. Requiere una modificación de las conductas y las
prácticas políticas, pero también cambiar las
lógicas del ejercicio del poder que han reducido y limitado la participación ciudadana. Supone la transformación del Estado que tiene que hacerse de forma radical. Esto significa que hay que generar puntos de ruptura con lo que hemos hecho. Por eso, los grandes lineamientos programáticos están alrededor de ejes que tienen que consolidarse en estos cuatro años de Gobierno al ir hacia
una erradicación de la pobreza, hacia una nueva forma de producir, de buscar la especialización y la diversificación. Un cambio de la matriz productiva implica una nueva mentalidad, una nueva educación, el sostenimiento de una revolución cultural y de una revolución educativa. Estos son los elementos programáticos que tienen que concretarse y afianzarse en los siguientes cuatro años. Desde Ícaro, la humanidad no ha dejado de soñar, de extender sus alas y volar. Las revoluciones son también utopías, sueños y posibilidades de que pensemos con la mente abierta, que recreemos nuestras ideas y consolidemos nuestros sueños. Pero las revoluciones también tienen un elemento absolutamente pragmático y real. Tienen que concretarse en un momento histórico, en un país dado, en una coyuntura especial y en una situación determinada. Es decir, las utopías tienen que vincularse con realidades concretas. Cuando mira uno hacia atrás en este tiempo de Gobierno, se pueden ver realidades y cambios concretos en el país. Quizá eso explica también la lógica de haber ganado una elección con una mayoría del 67% de votos válidos por parte del Presidente de la República. Implica la concreción de la acción, no solo la posibilidad de tener las grandes utopías y los grandes sueños. Creo que ahora somos los protagonistas de la historia. Esta es una Asamblea que nos indica a todas luces que somos protagonistas de lo que estamos haciendo, que no somos espectadores de una realidad, que estamos construyendo entre nosotros realidades, hechos concretos y que también estamos poniendo nuestras ideas y nuestra vocación de cambio. Creo que solo unidos podremos construir un mundo en el que se respeten los derechos de todas las poblaciones, de todos los pueblos y
no solo los de las personas, sino también los de la tierra. Una de las cosas más lindas que tiene la Constitución ecuatoriana es haberle otorgado por primera vez derechos a la naturaleza. Quiere decir que en esta idea movilizadora del Buen Vivir está presente nuestra Madre Tierra, no solo para respetarla y cuidarla en términos biogenéticos, sino también para aprender a coexistir con ella y lograr que en esta relación logremos reproducir indefinidamente nuestra culturas en un país que ciertamente es uno de los más diversos del mundo. Hay una frase de Frantz Fanon que me fascina: “La Tierra no solo nos dará pan, ante todo, la Tierra nos dará dignidad”. Muchas gracias y bienvenidos a esta primera Asamblea.