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1. INTRODUCCIÓN

1. INTRODUCCIÓN

Los eventos epidémicos y de pandemias son causantes de un alto impacto emocional, estrés, sentimientos ansiedad, angustias y preocupación, ocasionados por el desarrollo de la situación, temor al contagio, incertidumbre y hasta la exclusión, situaciones a las que no se encuentran exentos los trabajadores de la salud, quienes experimentan descalificaciones al ser estigmatizados, agotamiento, impotencia, frustración, sobredemandas laborales, escasas alternativas de resolutivita, miedo de contagiar a familiares y amigos y una variedad de emociones que pueden llegar a sobrepasar su capacidad humana (Ministerio de Salud de Chile, 2020).

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Las emociones se corresponden con sensaciones complejas que se hacen presente en el organismo de las personas, caracterizadas por una especie de excitación o percepción de experiencias que van más allá de la respuesta natural ante las situaciones, pueden ser ocasionadas por eventos externos o internos que experimenta el individuo ante determinadas circunstancias (Felmand, Adolphs, Marsella, Martínez, y Pollak, 2019).Hacen referencia un proceso complejo y multidimensional que comprende aspectos fisiológicos, psicológicos, conductuales y vivenciales que ocurren en el plano subjetivo de las personas (Lange, Dalege, Borsboom, y van Kleef, 2020).

Autores como Ling (2018) expresan que las emociones se encuentran presentes en actividades como los pensamientos, decisiones y acciones personales, suelen ser complejas y se intensifican ante eventos específicos como las relaciones interpersonales. También se dice que es una condición que aparece de forma súbita, espontánea como parte del organismo, propiciando comportamientos que favorecen la homeostasis interna del funcionamiento personal, estimulan respuestas adaptativas, de satisfacción y sobrevivencia para el bienestar de las personas (Feldman, Adolphs, Marsella, y Martínez, 2020).

En condiciones normales se han definido la presencia de seis emociones básicas como son el miedo, sorpresa, la aversión, ira, alegría y tristeza, cada una con sus matices, hacen presencia en la vida de las personas cuando se encuentran ante determinadas situaciones, principalmente cuando estas poseen una intensidad que sobrepasa las situaciones habituales, como en el caso de los eventos naturales y catastróficos de gran magnitud.

El personal que se desempeña en las áreas hospitalarias se encuentra expuesto a elevados montos de exigencias y estrés, condición que se ha incrementado durante el periodo de tiempo que llevan atendiendo la emergencia propiciada por la pandemia del Coronavirus (COVID – 19). De acuerdo a una investigación efectuada por Lozano (2020), en China se encontró que la tasa del personal sanitario con afecciones mentales como la ansiedad llegó al 23,04% con mayor presencia en las mujeres que en los hombres, fundamentalmente las enfermeras.

Por su parte, Huang, Han, Luo, y Rean, (2020) realizaron un estudio descriptivo de tipo transversal en China dirigido a conocer la condición psicológica del personal de salud que se desempeña en la atención de personas contagiadas por el Covid – 19. Consolidaron una muestra de 246 personas a quienes se les aplicó una escala de evaluación para la ansiedad (SAS), 43 hombres y 187 mujeres, con edades entre 20 a 59 años, 70 se desempeñaban como médicos y 160 enfermeros, la tasa de ansiedad reportó el 23,04, con síntomas de ansiedad leve, moderada y severa. Las enfermeras mostraron niveles más elevados que el personal médico.

El personal de enfermería desempeña entre sus múltiples roles gestionar el cuidado integral de pacientes y familiares, es decir, preservar la vida del usuario y de satisfacer sus necesidades; por lo que amerita desarrollar activamente autocontrol psíquico y emocional, debido a los cuidados que debe proporcionar a sus semejantes (Perales, Perez, y Perez, 2019). El enfermero se reconoce como el único y principal cuidador permanente en el proceso asistencial; situación que lo expone a eventos estresantes, elevando su vulnerabilidad a padecer afecciones emocionales.

Los enfermeros se exponen a riesgos emocionales, por diversos factores como una alta carga laboral, ritmo acelerado de trabajo, jornadas extensas y las exigencias emocionales al proporcionar el cuidado a sus pacientes, factores que inciden negativamente en sus emociones, tal como se ha demostrado durante el periodo de pandemia COVID-19 (Orozco, Zuluaga , y Pulido, 2019).

Soto, Gimenez y Prado (2019) mencionan que su estudio determinó una serie de eventos adversos de la pandemia presentes en personal de enfermería lo que incluyó quejas psicosomáticas e insatisfacción laboral. Por otro lado, en una investigación sobre salud mental en personal de enfermería durante la pandemia, se encontró rasgos de estrés postraumático y afecciones emocionales mayor a niveles normales en esa población; no solo eso, el hallazgo

fundamental fue que las enfermeras que trabajaron en unidades de cuidados intensivos o críticos, en hospitales designados como COVID-19 y en general en departamentos o áreas que manejaban a pacientes con coronavirus, mostraron puntajes significativos en mediciones de salud mental. Se ha observado que esta relación del impacto emocional por el COVID-19 afecta sustancialmente la calidad de vida del personal de salud.

Otro estudio realizado en China por Wang, Horby, Hayden,y, Gao (2020) , identificó el impacto psicológico, durante el brote de COVID 19, en las primeras semanas de emergencia, utilizó una encuesta de salud mental, desde el 31 de enero hasta el 2 de febrero del 2020; obtuvo como resultados la prevalencia de manifestaciones psiquiátricas y la determinación de riesgos y protección asociados al estrés psicológico, en una muestra de 1210 personas, representantes de 194 ciudades. Los resultados mostraron un 53% de impacto psicológico con escala de moderado a severo en el personal de salud. Situación que concuerda con la experiencia global ante desastres mundiales y otras pandemias como la del H1N1, en donde se encontró un incremento de síntomas como insomnio, depresión, estrés postraumático, abuso de sustancias, desgaste profesional y ansiedad, particularmente presente en personal de primera línea (Kang, y otros, 2020).

En el caso ecuatoriano Vinueza, et al. (2020) evaluaron la presencia del síndrome de burnout en personal de enfermería y médicos durante la pandemia, trabajando con funcionarios de establecimientos del Ministerio de Salud Pública y del IESS, lograron completar una muestra de 224 personas, entre enfermeras y médicos; emplearon el cuestionario MBI en su versión de 22 ítems; obteniendo como resultado significativo la presencia en un alto porcentaje de agotamiento emocional, severo y moderado (78,15% y 63, 02%), sensaciones de despersonalización en niveles de severo y moderado (72,61 y 65,63), presentando como resultado general un 95,36% de médicos y 95,89% de enfermeras con rasgos característicos del síndrome de burnout.

En Santo Domingo Fuelpaz y Rivas (2019) estudiaron los niveles de estrés en el personal de enfermería y auxiliares que laboran en medicina interna y emergencias en el Hospital General de Santo Domingo en el periodo 2018. Para ello realizaron un estudio mixto, empleando un diseño de triangulación concurrente con un tipo de investigación descriptiva y de campo. Utilizaron como instrumentos un cuestionario y notas de observación para identificar los factores generadores de estrés. Los resultados permitieron identificar como principales estresores la carencia de personal, cambios en la realización de las tareas y contar

con insuficiente información de parte de los médicos sobre la condición clínica de los pacientes, aspectos todos causantes de niveles leves de estrés en el 98% de la muestra estudiada

De acuerdo a los antecedentes expuestos, resulta relevante analizar el impacto emocional ocasionado por la pandemia del COVID – 19 en el personal de enfermería. Estos profesionales se vieron impactados en cuanto al incremento en el volumen de trabajo, exigencias, confrontación con pérdidas humanas de pacientes, compañeros de trabajo, situaciones que han vulnerado su condición humana, expuesta en la situación laboral en la cual se encuentran desempeñándose, situación que motivó a estudiar específicamente dichas condiciones en el personal de enfermería del Hospital General de Santo Domingo. Para lo cual se trabajó con quienes se desempeñan en el área de emergencia del mencionado establecimiento de salud, debido a que es uno de los servicios críticos por representar la puerta de acogida al paciente.

Al hablar de impacto emocional se entiende el conjunto de cambios comportamentales, pensamientos o emociones que aparecen como consecuencia de una experiencia o situación que implica un daño o una amenaza y llegar a interferir gravemente en el desarrollo vital de los individuos (Moreno & Cestona, 2020). Por lo tanto, independientemente de cómo el COVID19 afecte las emociones, es necesario primero establecer su gravedad y caracterizar a los y las afectadas. En ese sentido, se requiere saber:

¿Cómo afecto la pandemia el estado emocional del personal de enfermería del área de emergencia en el Hospital General IESS Santo Domingo?

Para conocer las causas del impacto emocional en el contexto de la pandemia, así como su gravedad, es necesario saber lo siguiente:

¿Cuáles son las principales características sociodemográficas del personal de enfermería que labora en el área de emergencia?

¿Cuáles son los cambios emocionales que presentó el personal de enfermería en tiempos de pandemia COVID- 19?

¿Cómo afectó la pandemia en la relación laboral y familiar?

El presente trabajo aporta nueva información respecto al cambio de emociones que presentó el personal de enfermería en el contexto pandémico para disminuir o atenuar este

impacto, en particular, determinando la magnitud de este problema, es muy importante que el personal de enfermería, por un lado, no tenga una afectación tan fuerte como para que interfiera con su calidad de vida y su labor profesional; pero, por otro lado, también es fundamental analizar los efectos psicoemocionales en los profesionales sanitarios en un momento como el actual, puede dar información sobre cómo abordarlos y qué estrategias poner en marcha.

De acuerdo a la OMS el estrés laboral se ubica como el problema de salud mental localizado en el segundo lugar en regiones como Europa, alcanzando cifras de hasta el 60% de las causas atribuidas al absentismo laboral. De igual forma expresan que hasta el 28% de los trabajadores en esa región han visto afectado su condición mental por razones psicosociales. Se le atribuye un 66% de carga de trabajo y hasta el 72%, debido a situaciones de precariedad laboral.

En el ámbito local el Ministerio de Salud Pública expuso los resultados acerca de la presencia del síndrome de burnout, de acuerdo al estudio diseñado para determinar la presencia de dicha afección en personal de tres hospitales públicos como fueron el Pablo Arturo Suárez en Quito; José María Velasco de Tena y el Rafael Rodríguez de Manta. Los resultados evidenciaron síntomas de agotamiento emocional o síndrome de burnout en niveles elevados en el personal de los tres centros hospitalarios (Ediciónmédica, 2019). Llevando a plantear la necesidad de realizar intervenciones para mitigar tal situación, debido a los riesgos psicosociales a los cuales se encuentran los expuestos los profesionales.

De acuerdo a lo antes expuesto se justifica la realización de la presente investigación, debido a la importancia de obtener datos objetivos que permitan caracterizar el problema de estudio. Adicionalmente, las mediciones que esta investigación presenta servirán para invertir recursos y estrategias e intervenciones especificas en beneficio del personal de enfermería totalmente necesario en estos tiempos de pandemia. Este estudio también permitirá prevenir futuros problemas asistenciales y proponer nuevas propuestas de análisis respecto a la calidad de vida, salud laboral y salud mental en los y las trabajadores de la salud dentro y fuera de una pandemia.

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