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Una labor, un personaje... Dedicación por la educación y la primera infancia

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TEMAS & VARIEDAD

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Francisca Plaza trabajó toda su vida en la JUNJI, labor que debió abandonar por enfermedad: no bajó los brazos, y junto a otras mujeres, forma la agrupación Afibropuente, de la cual hoy es su presidenta.

De niña que Francisca Plaza Díaz ya sabía a qué dedicarse en su vida profesional: hija única de padres campesinos que trabajaban en los fundos de Puente Alto / La Pintana, siempre anheló la compañía de un hermanito, viendo de cierta forma en la educación parvularia el poder llenar ese vacío, estando rodeada de niños.

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“Trabaje 35 años en la JUNJI, en jardines infantiles de La Pintana, y la verdad ha sido lo más lindo que me ha pasado. Amo mi profesión, y creo dejé una tremenda enseñanza, pues siempre fui muy activa, me encantaba hacer cosas, estuve encargada de diferentes talleres, me vinculaba mucho con el medio, etc.”, señala Plaza. Comenta que eso si, que trabajó 21 años “sola” por así decirlo, pues estuvo a cargo de un programa alternativo de JUNJI, que tras pasar por varios nombres como CIN (Centro de Intervención Nutricional), CADEL (Centro de Alimentación y Desarrollo del Lenguaje), se terminó llamando definitivamente Jardín Familiar: éste tiene estrecha vinculación con la comunidad, presentando una propuesta pedagógica con activa participación de la familia.

“Dicho programa funcionaba en dependencias de un colegio municipal, con niños de entre 2 a 5 años de edad, en donde me desempeñaba además con 4 mamás, que se denominaban “madres colaboradoras”, a quienes capacitaba en diferentes materias con los chiquititos. Fue pionero a nivel país, era como un pequeño jardín infantil, en donde hacía de asistente social de sicóloga, participaba en las redes de infancia, etc. Fue harto trabajo y demandaba una gran responsabilidad”, afirma.

Tras dos décadas, la entonces parvularia solicitó traslado, siendo derivada a un jardín infantil de la misma comuna, que se caracterizaba eso sí por su sello étnico, al cual asistían niños mapuche. “Fue un desafío la verdad. tuve que aprender de la cultura, el idioma, etc., y a la vez, yo aprendí mucho de ellos, como de su medicina y costumbres, pues me relacionaba además con la comunidad mapuche de La Pintana. Fue una experiencia muy enriquecedora”.

MUJER DESTACADA

El 2017 Francisca comenzó a experimentar agotamiento, sintiéndose cansada todo el día, desde que se levantaba en la mañana hasta que se acostaba al finalizar el día. Éste iba creciendo cada vez más, a lo que se sumó una discopatía lumbar. Todo esto provocó que tuviera que faltar a su trabajo, extendiendo licencias, y tras diversos exámenes, le diagnosticaron fibromialgia en 2018, concepto que dice, era algo nuevo para ella en ese tiempo. De esta forma, tuvo que abandonar sus labores de forma anticipada.

“Ahí comencé a compenetrarme más en el tema. Me sometí a un tratamiento de colágeno que no resultó, y me enviaron posteriormente a la unidad del dolor de la U de Chile, donde me explicaron que esta enfermedad me iba a acompañar toda la vida, cambiando mis hábitos. Me derivaron luego a piscina temperada, así que llegue con todos mis certificados al Departamento de Discapacidad de Puente Alto, comenzando a ir a la piscina del Balneario Municipal. Ahí conocí a otras mujeres que sufrían esta enfermedad, y ya con el tiempo conformamos la agrupación. Desde entonces, unimos fuerzas entre todas y hemos tirado para arriba. En la actualidad somos 85 socias”. El trabajo desarrollado en Afibropuente, en donde hoy es presidenta, la llevaron a ser reconocida por su labor, dedicación, compromiso y servicio a la comunidad recientemente, como una de las mujeres destacadas de la Provincia Cordillera en la conmemoración del 8M. “¡Me tomó por sorpresa!”, señala Francisca. “Nunca pensé en que me pasaría algo así. Mi familia estaba muy orgullosa, mis hijos, todos me felicitaban. Agradezco el gesto, y dejar en claro que el trabajo de Afibropuente es de todos, somos una gran familia, y en su nombre, de todas las socias, acepté este reconocimiento”, agrega, emocionada.

TALLER LITERARIO «LA ROCA»

Dirección: Magdalena Medina Arenas

Referidos: La escritura es el mayor invento de la humanidad. Y los libros son una expansión de la imaginación y la memoria; Los libros son las abejas que llevan el polen de una inteligencia a otra; Libros, urnas de las ideas; Libros, arcas de ensueño; Libros, flor de la vida; Consciente; cofres místicos, que custodiáis el pensamiento humano; nidos trémulos de alas poderosas, audaces e invisibles; atmósferas del alma; intimidad celeste y escondida de los altos espíritus. Libros, depositarios de la herencia misma del universo; antorchas en que arden las ideas eternas; cajas sonoras donde custodiados están todos los ritmos que en la infancia del mundo las musas revelaron a los hombres. Leer nos hace libres, sobre todo si leemos sin sujetarnos a normas, a listas, a modas, a los dictados de la industria de la cultura. Y si el leer nos hace libres, es lógico que el interés del poder para promover la lectura será siempre mínimo. El poder político cultural, fáctico, facilita, si, que se adquieran libros, pero cuanto más inocuo, mejor. Así parece normal, entonces, que los jóvenes lectores, frente a la banalidad que se les ofrece etiquetada como lectura excelsa, deserten de la lectura. El día 23 de Abril, escucharemos lo habitual en promesas que todos olvidan. Hasta el próximo año.

M.M.A., Compiladora

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