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“LA PALABRA UNIVERSIDAD NOS LLEVA SIEMPRE MÁS ALLÁ DE LOS CAMPUS”, P. ARTURO SOSA, S.J.

El padre Arturo Sosa Abascal, S.J., Gran Canciller de la Pontificia Universidad Javeriana y General de la Compañía de Jesús, participó en el conversatorio Espacios para el espíritu. Universidad en contexto: ¿Qué universidad para qué país?, liderado por la Provincia de la Compañía de Jesús en Colombia.

En el contexto de la conmemoración de los 100 años de la Provincia de la Compañía de Jesús en Colombia y de la 48ª Asamblea de la Conferencia de Provinciales de América

Latina y el Caribe (CPAL), la Pontificia Universidad Javeriana tuvo la oportunidad de recibir el 22 de junio en sus instalaciones al padre Arturo Sosa Abascal, S.J., General de la Compañía de Jesús y Gran Canciller de la Universidad.

Ese día, el coliseo del Centro Javeriano de Formación Deportiva fue el escenario del programa Espacios para el espíritu, creado por el padre Hermann Rodríguez Osorio, S.J., provincial de la Compañía de Jesús en Colombia y Vice Gran Canciller de la Javeriana, con el ánimo de abrir un espacio de reflexión sobre temas de interés general, contando con la participación de un ponente y dos comentaristas.

‘Universidad en contexto: ¿Qué universidad para qué país?’, fue el tema de la nueva entrega de Espacios para el espíritu que contó con la ponencia de Ángela Calvo de Saavedra, filósofa y doctora en Filosofía de la Universidad Javeriana, profesora emérita y miembro actual del Consejo de Regentes de la Universidad. Junto con ella, estuvieron como comentaristas María Adelaida Farah Quijano, vicerrectora de Extensión y Relaciones Interinstitucionales y vicerrectora académica de la Universidad; y el padre Luis

Felipe Gómez, S.J., rector de la Universidad Javeriana, seccional Cali. Inspirados en la reflexión que el padre Arturo Sosa hizo en 2022 durante la asamblea general de la Asociación Internacional de Universidades Jesuitas (IAJU, por sus siglas en inglés) que se realizó en el Boston College, sobre discernir el presente para preparar el futuro de la educación universitaria jesuita, se quiso dar respuesta a la pregunta que allí el General de la Compañía de Jesús planteó: qué es lo propio, lo especial y lo único de la contribución de una Universidad Jesuita.

Recuperar la capacidad de escuchar

De acuerdo con la profesora Ángela Calvo, las personas hoy en día se encuentran inmersas en la sociedad del rendimiento, donde somos esclavos y amos de nosotros mismos. Vivimos en el tsunami de la información digital, donde lo que tiene valor y sentido tiende a desaparecer, entre eso las relaciones, la comunicación, el reconocimiento recíproco. “Lo que prima hoy es una comunicación sin comunidades”, afirma Ángela. “Una sociedad no libre, centrada en el yo que ha desalojado el interés por el bien común, por la justicia y por la compasión. Una sociedad donde la vulnerabilidad y la soledad son cada vez mayores, en la que priman el miedo, la ansiedad la agresividad y la inestabilidad política. En una palabra, sociedad sin moralidad (…). Todos efectos del olvido del otro, pues para ser personas necesitamos del encuentro directo con otros, estar en su presencia”, explica la profesora de Filosofía. En este contexto, la educación ha olvidado la tarea de formación de ciudadanos que puedan pensar por sí mismos, criticar la tradición y comprender el significado del sufrimiento y los logros de otras personas.

Frente a esta realidad, es necesario recordar la frase del maestro Guillermo Hoyos: “educación es comunicación y la comunicación es la competencia ciudadana por excelencia”. Sin embargo, comenta Ángela en su ponencia que, ante la atrofia de la acción comunicativa, efecto de la sociedad del rendimiento, nos enfrentamos a una esfera pública enrarecida donde el ruido creciente de la diatriba apenas oculta la ausencia de voces, de miradas. Por ello, es necesario recuperar la capacidad de escuchar. “La cultura narcisista imperante hace necesario volver a la vida a partir del otro, desde la comunicación con él, otorgándole prioridad ética, escuchando y respondiendo al otro. (…) Debemos aprender a practicar la escucha compasiva, escuchar con el propósito de permitir que la otra persona se exprese y se libere de su sufrimiento”. Para responder a la pregunta del conversatorio, Ángela Calvo cerró su intervención exponiendo que “el ethos de la Universidad es justamente ser ámbito de la escucha respetuosa cortés y amable de opiniones radicalmente opuestas a las propias con la confianza en que también seremos escuchados. (…) Los campos universitarios deberían ser escenarios en los cuales tomemos distancia de la esclavitud del rendimiento, hagamos una pausa en el activismo carente de sentido del animal laboral y profesemos la fe en la responsabilidad del pensamiento, de comunidad libre, en la cual las ideas circulan y se debaten públicamente, sin coacciones internas ni externas”.

La tensión que produce música

La reflexión final de este conversatorio en Espacios para el espíritu estuvo a cargo del padre Arturo Sosa. El Gran Canciller de la Javeriana comentó que la Universidad por su naturaleza trasciende un país. “La palabra universidad nos lleva siempre más allá de los campos. La Universidad no se debería dejar atrapar por fronteras geográficas ni sociales ni de conocimiento ni de mercado”. Afirmó también que es importante mantener el ser de universidad siempre en tensión, porque cuando hay tención se genera música, “las cuerdas no suenan si no están en tensión. La tención es lo que permite ofrecer esa variedad inmensa de sonidos; la tención produce música si se sabe utilizar y si se logra armonizar”.

“La cultura narcisista imperante hace necesario volver a la vida a partir del otro, desde la comunicación con él, otorgándole prioridad ética, escuchando y respondiendo al otro”, Ángela Calvo.

Enseguida, vinculó la palabra discernir con escuchar. “Discernir es precisamente eso, salir uno de sí mismo, de su propio pensamiento (…) escuchar las mociones del otro, porque cuando hablamos de discernimiento en común se trata de escuchar desde el corazón que está abierto a la trascendencia. Discernir el presente es escuchar el presente, y escuchar el presente es lo que nos permite pensar”. E invitó a pensar desde ese sentir y desde esa mirada que ayuda a escuchar a otro para propiciar el encuentro.

El padre Sosa agradeció a la Provincia de Colombia y a la Universidad haber hecho posible este encuentro. “Lo que hemos escuchado hoy nos lleva a una respuesta: el compromiso con la reconciliación, porque vivimos en un mundo roto que tiene que ser reconciliado, porque solos no es que como podemos, no es como debemos, porque si lo hacemos solos nos convertimos en el que impone. Se trata de crear ese tejido de sentido que se da en la Universidad. La reconciliación contribuye a la creación de ciudadanía y a la democracia”

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