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POSTSUBURBIA Edita Comanegra Trafalgar 6, 3º 4ª, Barcelona 08010 www.comanegra.com
POSTSUBURBIA Rehabilitación de urbanizaciones residenciales monofuncionales de baja densidad
Coordinación Zaida Muxí Martínez (profesora ETSAB) © Textos Roser Casanovas, Adriana Ciocoletto, Marta Fonseca, Blanca Gutiérrez Valdivia, Sara Ortiz, Zaida Muxí Martínez (Col· lectiu Punt6) Arnau Andrés, Carles Baiges (LaCol) Jordi Franquesa, Josep Maria Solè Gras (profesores ETSAB) © Ilustraciones Hernan Lleida Ruiz Corrección de textos Isabel Aparici Diseño gráfico Francesc Polop disseny Impresión Impremta Aubert ISBN: 978-84-15097-76-1 Depósito legal: B9032-2013 4
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Índice
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Postsuburbia: después del espejismo Zaida Muxí Martínez
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La vida cotidiana en las áreas residenciales monofucionales de baja densidad Roser Casanovas y Blanca Gutiérrez Valdivia
37 45
Límites inciertos. Mirada y desenfoque Josep Maria Solè Gras
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La perspectiva de género en el urbanismo y los efectos diferenciados del suburbio Adriana Ciocoletto, Marta Fonseca y Sara Ortiz
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Propuesta de metodología de análisis y representación de la realidad física y social para las áreas residenciales monofuncionales de baja densidad Carles Baiges, Adriana Ciocoletto y Sara Ortiz
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La idea de ciudad jardín en Catalunya. Una mirada retrospectiva Jordi Franquesa
Objetivo principal
83 107
Línea estratégica 1. Fortalecer las redes de proximidad
125
Línea estratégica 3. Garantizar la vida con autonomía
145
Línea estratégica 4. Fortalecer el sentido de pertenencia y comunidad
167
Línea estratégica 5. Promover un equilibrio medioambiental y una vida sana
Línea estratégica 2. Favorecer la mezcla física y social
192 Glosario Esta publicación es el resultado de un trabajo de investigación financiado por el programa RECERCAIXA 2011-2012
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Bibliografía
realizado en la Escola Tècnica Superior d’Arquitectura de Barcelona – UPC.
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Postsuburbia: después del espejismo Zaida Muxí Martínez Ciudad dispersa, sprawl, suburbio de baja densidad: son sinónimos que enmascaran una realidad, que se pretende urbana, donde la vida de las personas se ve dificultada por la escasez de servicios de proximidad, la falta de usos mixtos y de transporte público. Esta forma de crecimiento obedece exclusivamente a un modelo rentista y especulativo que busca la localización más económica para su inmediato aprovechamiento máximo, sin importar las consecuencias negativas para las personas, para el medioambiente ni para los municipios que albergan estas zonas residenciales. La ciudad como espacio de encuentro, de paseo y muestra de diversidad queda muy alejada de este sistema basado en el negocio inmobiliario y fundamentado en la primacía de la seguridad individual así como de la rapidez en el retorno económico. Los casos extremos de estos crecimientos son zonas cerradas: solo se puede entrar si se vive en ellas o se ha sido invitado. Así se generan guetos autosegregados que recrean en el interior una falsa ciudad abierta, sin distinciones, donde todos pretenden ser iguales. Se trata de “jugar a como si no existiera el otro. Este ‘jugar a como si’ acostumbra a vivir en la ficción, vivir un una situación ideal que no es la realidad sino lo real remodelado por la inteligencia y la imaginación”1.
1 MUXÍ MARTÍNEZ, Zaida.La arquitectura de la ciudad global. Buenos Aires: Nobuko, 2009. (1ª edición en Gustavo Gili, 2004.)
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Esta segregación conlleva el peligro de que la sociedad futura sea gregaria y “adolescente”2, incapacitada para decidir sus propias pautas de conducta, de relación con el otro y de reacción ante los imprevistos. Una sociedad que solo se sabe ver en sus iguales, que necesita la reafirmación constante dada por un igual, en la que la presencia de la diversidad y de imprevistos intranquiliza, poniendo en duda su identidad. Lo diferente se convierte rápidamente en señal de peligro, se busca la homogeneidad más básica y por ello se recurre a la falsedad de una sociedad igualitaria, solo basada en pautas de imagen y consumo y en la segregación del distinto, del otro3. Se genera así una sociedad fácil de manipular y dirigir. Aunque en la mayoría de los casos de Catalunya y España no se da el acceso controlado en la puerta para quienes no pertenezcan a estas zonas residenciales, la propia conformación, la falta de continuidad con los tejidos próximos o la homogeneidad social, económica y cultural son características que los hacen excluyentes; como resultante no conforman tejidos abiertos. La segmentación social de la ciudad global4 se verifica, por una parte, en el gueto del suburbio que avanza sobre el territorio y que apuesta por la nostalgia, recluyendo la vida urbana en un “pequeño pueblo mitificado”. Por otro lado, en la recuperación gentrificada de ciertas zonas de la ciudad, ya sea con torres aisladas, fortificaciones interiores de las ciudades, negando ser parte de la realidad colindante, o por medio de una recreación estetizada de la ciudad mixta, diversa y caminable. Todos los casos se basan en la movilidad automotriz individual. Nos encontramos ante un problema global, un estilo de vida que ha sido difundido por los medios de comunicación de masas y que ha calado profundamente en las sociedades contemporáneas: “La vivienda unifamiliar se presenta como única alternativa, aunque sin considerar realmente los costes de infraestructuras y de gestión a largo plazo de este tipo de urbanización. Nouveaux villages y conjuntos residenciales se organizan en calles sin salida (cul-de-sac), en ocasiones dentro de un recinto cerrado con entrada controlada, lejos de los servicios y de los equipamientos públicos. No se tiene en cuenta la trascendencia de la extensión de las redes, del aumento
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de las distancias, de la dilapidación progresiva de los mejores terrenos agrícolas próximos a las grandes ciudades, igual que se desprecian las reflexiones sobre la vida urbana, la inserción de las actividades productivas en el tejido residencial, las lógicas comerciales y la reducción de los desplazamientos. […]”5 Estas áreas residenciales dispersas se fundamentan en la existencia de un mitificado equilibrio entre ciudad y naturaleza, y recurren a referentes iconográficos de una tradición imaginada, deseada o fabricada, más propia del cine y de los dibujos animados que de una arquitectura histórica real. Se trata de simular historia y naturaleza, crear un lugar cargado de significados falaces. La imagen del suburbio americano y sus millones de réplicas en todo el mundo se resume en la calle hipersimplificada, es decir, la calle entendida como una cinta pavimentada para el tránsito motorizado y rodado. Una vía sin atributos, que no forma parte de una estructura mayor ni lógica ni legible: su única razón de ser es dar acceso al terreno edificable de manera que se pueda obtener el máximo rendimiento del mismo. Una calle cuya función única es ser canal de acceso, que acaba en un cul-de-sac o dibuja recorridos sinuosos caprichosos con muy pocos cruces y conexiones, sin aceras, respondiendo únicamente a las necesidades del tráfico rodado motorizado, resulta muy difícil, sino imposible, de caminar. En la urbanización dispersa en los Estados Unidos, los cul-de-sac son un patrón recurrente de organización. En Catalunya, debido a la mayor informalidad en el origen de las urbanizaciones, este patrón de calle no está tan extendido, aunque su efecto se deja sentir debido a las topografías accidentadas en que se asientan la mayor parte de ellas así como a la inexistencia de proyectos de estructura base y de la incomunicación entre diferentes urbanizaciones. Orígenes Se pueden trazar los inicios del suburbio con dos genealogías. Una, según explica Dolores Hayden6, parte de la tradición propia de la colonización y de la construcción de los Estados Unidos de América; la otra es la tradición de la ciudad jardín que naciera con la teoría de Ebenezer Howard7.
2 SENNETT, Richard. Vida urbana e identidad personal. Barcelona: Editorial Península, 1975.
5 PANERAI, Philippe; MANGIN, David. Proyectar la ciudad. Madrid: Celeste editorial, 2002.
3 DAVIS, Mike. City of Quartz. Excavating the Future in Los Angeles. Nueva York: Vintage Books, 1992. (1ª edición en Verso 1990.)
6 HAYDEN, Dolores. Redesigning The American Dream. Gender, Housing and Family Life. Nueva York: W.W. Norton, 2002. Building Suburbia. Green Fields and Urban Growth. 1820-2000. Nueva York: Pantheon Books, 2003.
4 MUXÍ MARTÍNEZ, Zaida.Op.cit.
7 HOWARD, Ebenezer. To-morrow. A Peaceful Path to Real Reform. Londres: Routledge, 2003. (1ª edición 1898.)
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Para Hayden los orígenes del suburbio norteamericano no solo son anteriores a la llegada de las teorías de Howard, sino que preceden la influencia de los paisajistas ingleses y las promociones inmobiliarias inglesas llamadas Villa Parks, que aparecen en Gran Bretaña siguiendo el ejemplo informal de finales del siglo XVIII en Clapham, en las afueras de Londres, y que son citadas generalmente como inspiradoras de este modelo. Para Hayden habría una primera huída al suburbio encabezada por la clase media urbana que, en las primeras décadas del siglo XIX, decide trasladarse a vivir a los límites de las grandes ciudades para huir de la ciudad contaminada y masificada, pero continuando en relación con ella. Aún encuentra más influyente para el desarrollo de este modelo la herencia de los asentamientos comunitarios que comienzan a finales del XVIII y que alcanza su máximo esplendor en 1840. La evolución del modelo de casas con jardín en la periferia urbana estaría marcada por la división que los promotores darían a sus suburbanizaciones según renta. Sus propuestas no tenían una gran preocupación por generar un proyecto urbano; en todo caso, en las suburbanizaciones para las familias con mayores rentas sí se buscaba dar más calidad al proyecto del paisaje y ofrecían como atracción de calidad espacios para la práctica deportiva, como campos de golf. A partir de los años 70 del siglo XIX la extensión suburbana ofrece una opción para rentas más bajas en forma de crecimientos lineales cercanos a industrias urbanas o suburbanas, servidos por ómnibus, carros a caballo o tranvías. Para finales del XIX, se había instalado una “máquina de crecimiento” basada en la especulación inmobiliaria con el crecimiento de la mancha urbana. Incluía una idea que fue calando en las familias más necesitadas de casa propia: “¿Por qué pagar alquileres? Tenga su propia casa”. Hayden explica que el modelo del crecimiento suburbano como expansión urbana es anterior a la ciudad jardín como alternativa que propone mejorar la opción del campo y la opción de la ciudad8. En la base del ideal social americano está la teoría política de Thomas Jefferson, quien por primera vez intenta una representación espacial esquemática del ideal nacional de democracia, favoreciendo la granja familiar sobre el modelo del pueblo9. Esta idea será permanente y, como veremos, será reforzada a partir de la crisis de 1929 y del final de la Segunda Guerra Mundial. Vayamos al origen de la ciudad jardín como teoría y práctica urbana. A mitad del siglo XIX, la ciudad industrial ha crecido en actividad, en tamaño y especialmente en población, que emigraba del campo. Las ciudades no están preparadas para la actividad, para la mezcla de usos y mucho menos para albergar adecuadamente a
8 HAYDEN, Dolores. Building Suburbia. Green Fields and Urban Growth. 1820-2000. Nueva York: Pantheon Books, 2003. 9 HAYDEN, Dolores. Redesigning the American Dream. Nueva York y Londres: W. W. Norton & Company, 2002. (1ª edición 1984.)
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las familias obreras. Londres encabeza la lista de las urbes industriales en lo mejor y en lo peor. En 1834 Sir Edwin Chadwick entrega al parlamento el primer estudio sobre las condiciones de vida de la clase obrera, en el que constata el grado de insalubridad en que vive y que “la pérdida de vidas humanas debida a la suciedad y falta de ventilación es superior a las pérdidas por muerte y heridas debidas a las guerras en las que nuestra nación se ha visto envuelta en la época moderna”. Flora Tristán10, en sus paseos por el Londres de 1840, descubre sorprendida cómo en la ciudad modelo, capital del gran imperio, coexiste la máxima riqueza con una clase obrera que vive míseramente en pésimas condiciones. Los problemas de salubridad son muy graves, sin embargo, no será hasta que el doctor John Snow mapee la relación de las muertes por peste y los pozos de agua que se entienda que el foco del problema está en el agua, y no en los aires pestilentes, como se creía. Y para culminar la constatación que la vivienda obrera es un problema, es fundamental el texto escrito por Friedrich Engels entre mayo de 1872 y enero de 1873: Contribución al problema de la vivienda11. A los problemas de higiene y salubridad se sumaba, según la moral victoriana de la Inglaterra del siglo XIX, la inmoralidad que suponía la convivencia de grupos extensos de hombres y mujeres sin lazos claros de parentesco. La sociedad victoriana aspiraba a la homogeneidad entorno al modelo de familia nuclear, formada por padre, madre e hijos. Como veremos, esta familia es el modelo ideal que se supone habitará el suburbio. En el siglo XIX encontramos dos posturas o corrientes de gran influencia que proponen sendas soluciones sociales, técnicas, económicas y urbanas al mal de la urbe industrial: la ciudad del Ensanche proyectada por Idelfons Cerdà para Barcelona en 1859 y la ciudad jardín de Ebenezer Howard, de 1898. To-morrow. A Peaceful Path to Real Reform, editado en 1898 y reeditado como Garden Cities of To-morrow en 1902, recoge la teoría de la ciudad jardín enunciada por Ebenezer Howard. Esta teoría no explicita una forma determinada sino que, mediante diagramas, busca una solución teórica que aúne lo mejor del campo y lo mejor de la ciudad, que se condensa en la teoría del tercer imán. No se trata de una propuesta morfológica sino de nuevas reglas de organización, gobierno y finanzas para una futura ciudad que atienda tanto a implantaciones y entornos diversos como a las diferentes organizaciones de convivencia o familias. Las ciudades fundadas según estas premisas tendrían una dimensión limitada en función de un equilibrio con el campo circundante que proveería
10 TRISTÁN, Flora. Paseos por Londres. La aristocracia y los proletarios ingleses. Barcelona: Global Rhythm Press, 2008. (1ª edición 1840.) 11 ENGELS, Friedrich. El problema de la vivienda y las grandes ciudades. Barcelona: Gustavo Gili, 1977.
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el complemento de recursos naturales, materias primas y espacio abierto. Estas urbes formarían un sistema, una red, serían interdependientes y estarían relacionadas por transporte público. En el momento de enunciarse esta teoría, ante la falta de viviendas para la clase obrera y las malas condiciones de las existentes, se mantenían serias discusiones sobre con qué modelo de vivienda se podría resolver esta necesidad. Las soluciones no eran únicas ni en cuestiones tipológicas ni en regímenes de tenencia y convivencia: encontramos desde nuevas viviendas hasta la mejora de las existentes, como los trabajos realizados por Octavia Hill y Henrietta Barnett12. Muchas voces defendían la necesaria existencia de alternativas a la compra y al alquiler, y este modelo era la vivienda cooperativa. Entre los defensores de esta opción estaba Ebenezer Howard, quien planteó la necesidad de incorporar en las ciudades jardín la vivienda en sistema cooperativo, compartiendo especialmente la cocina pública profesionalizada y los comedores comunitarios. “La población de esta pequeña ciudad (…) [será] de aproximadamente 30.000 habitantes y habrá en el pueblo 5.500 parcelas de una medida promedio de 20x130 pies, siendo el mínimo para este propósito de 16x125 pies. Es importante la variedad de arquitecturas y diseños con los que se definen las casas y grupos de casas –algunos con jardines compartidos y cocinas cooperativas…– y es importante la variedad guardando unas reglas comunes de acuerdo a la calle y siendo muy estricto en las cuestiones de salubridad.”13 La voluntad de Howard era atender a las particularidades de los futuros habitantes proponiendo pequeños apartamentos sin cocina en torno a un patio a manera de claustro, denominados Quadrangles14. Compartían como mínimo un espacio dedicado a cocina y comedor, así como con un sistema cooperativo de mantenimiento. Finalmente, en 1909 Howard pudo construir en la ciudad jardín de Letchworth el conjunto Homesgarth: treinta y dos apartamentos sin cocina y en cooperativa “enfatizando su innovación como una respuesta pragmática a la cuestión de los sirvientes y a la cuestión de la mujer, cuando se dirigía a clientes de clase media. En 1913, Howard y su
mujer se trasladaron a vivir en este conjunto...”15. Tal como ha escrito Dolores Hayden, “el máximo defensor de la vivienda cooperativa en Inglaterra, Ebenezer Howard, admiraba a los reformadores americanos como Edward Bellamy y Marie Howland [ …] en 1889 ayudó al British Nationalist Club a preparar los planes para un experimento utópico en Essex, las notas para el diseño de esta colonia, publicada en Nationalization News en 1893, se convirtieron cinco años después en Garden Cities of To-morrow […] Howard con sus asociados Raymond Unwin y Barry Parker desarrollaron la Cooperative Quadrangle, donde las tareas domesticas eran compartidas por una cooperativa de inquilinos, como la unidad básica residencial de una ideal ciudad jardín…”16. La teoría de la ciudad jardín se llevó a la práctica por primera vez en Letchworth en 1903, proyectada por Raymond Unwin y Barry Parker. La forma específica y la imagen propia que se le dio a Letchworth pasaron a ser entendidas como sinónimo formal de la ciudad jardín. Algunas características morfológicas provenían del momento histórico de su construcción, en el que se buscaba un lenguaje formal que permitiera construir espacios reconocibles, aprendiendo de los sistemas de organización urbana preindustrial. Se buscaban perspectivas con paisaje o enmarcando construcciones de mayor envergadura, calles rectas de trazado modificado, es decir, sin perspectivas infinitas y en las que las alineaciones no fueran siempre continuas. Las viviendas pequeñas se agruparon para aparentar grandes construcciones residenciales que fueran capaces de contener la calle. Parte de estas características formales, algunas mal comprendidas, como la vivienda unifamiliar aislada como elemento de repetición que conforma la ciudad jardín, y otras olvidadas, como la incorporación de comercio, de espacios de producción, de equipamientos y viviendas colectivas, han sido copiadas sin interpretación ni compresión durante más de un siglo dando como resultado el suburbio sin atributos, monofuncional y homogéneo socialmente. Howard teorizó una urbe entendida como espacio de la política y de la sociedad, habitada por personas distintas, rasgos presentes ya en la definición de ciudad propuesta por Aristóteles. Sin embargo la herencia de Howard ha resultado ser la antítesis de lo que enunciara. Segregación y homogeneidad definen el erróneo resultado de la puesta en práctica mayoritaria de la ciudad jardín. La evolución de este modelo encuentra un caldo de cultivo ideal en Estados Unidos, tanto por las tradiciones explicitadas por Dolores Hayden como por la voluntad de
12 RAVETZ, Alison. “A View from the Interior”. En: ATTFIELD, Judy y KIRKHAM, Pat (eds.). A View from the interior: feminism, women, and design. Londres: The Women Press, 1989. 13 HOWARD, Ebenezer. Op. cit. 14 MONTANER, Josep Maria y MUXÍ MARTÍNEZ, Zaida.Arquitectura y Política. Ensayos para mundos alternativos. Barcelona: Gustavo Gili, 2011.
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15 HAYDEN, Dolores. The Grand Domestic Revolution: A History of Feminism Designs for American Homes, Neighbourhoods and Cities. Cambridge: The MIT Press, 1982. 16 Ibídem.
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construir ciudades americanas que rompieran con la herencia europea de la ciudad densa y mixta, excesivamente urbanizada y alejada de la naturaleza para el ideal de país sin fronteras, interminable, que guía el imaginario nacional estadounidense. El modelo de ciudad jardín que sigue los patrones formales de Letchworth y otras propuestas como Welwyn o Hampstead se ve transformado por la introducción del vehículo a motor privado, que será el verdadero impulsor del cambio y el éxito de esta propuesta en Estados Unidos. El llamado modelo Radburn, proyectado por Clarence Stein y Henry Wright en 1929, propone la separación de las calles vehiculares del recorrido cotidiano peatonal por pequeños senderos y parques hasta la escuela primaria. Para ellos, la unidad de repetición y organización de la ciudad jardín es la escuela primaria y las familias que acuden a ella dan medida a la unidad vecinal. La crisis de 1929 puso en entredicho la sostenibilidad y autonomía de las grandes urbes de cemento. Las personas desempleadas que vivían en ellas no podían comer, en cambio, en los suburbios, las casas con terreno propio permitían plantar alimentos para la subsistencia. Esta cuestión, añadida a otras como la individualidad o la tradición ya comentada, estaría en la base de la propuesta de Frank Lloyd Wright para la ciudad americana del futuro. La llamada Broadacre City (1932), en la que cada familia contaría con un acre (1.600m²) de terreno para autoabastecerse, alimenta la idea del suburbiociudad jardín como alternativa deseable a la urbe heredera de la tradición europea. Durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos comprueba que los puntos frágiles de los países europeos son las ciudades densas que concentran producción y población civil, solo con su destrucción se aniquila toda capacidad de respuesta del país. Por ello, la ciudad dispersa, el sprawl de baja densidad y monofuncional, se convierte en un ideal de la guerra fría; se trata de un urbanismo preventivo. Las grandes aportaciones americanas a este modelo teórico serán el crecimiento y la expansión basados en el vehículo individual y no en el transporte colectivo, la separación de funciones como estrategia geopolítica y la segregación por clase y raza, ya que esta ciudad de suburbio se ofreció al acabar la Segunda Guerra Mundial a los excombatientes blancos; para los afroamericanos y los latinos quedaba la ciudad central no deseada. Para quién es el suburbio El modelo de suburbio norteamericano y de sprawl, que sirve de referencia a uno de los modelos de vida más deseados, copiados y extendidos en el mundo, se basa en una triple segregación por raza, clase y género.
Para Massey y Denton17, la segregación residencial es la organización característica de la sociedad americana que ha resultado en la conformación de guetos afroamericanos. Esta organización territorial ha perpetuado la situación de desigualdad, limitando las oportunidades de educación y empleo para los habitantes de los barrios-guetos. La huída de las clases medias y altas de la ciudad al suburbio provoca una disminución de la recaudación de impuestos que repercute en la rebaja de los presupuestos para educación. A su vez, las empresas y negocios dejan de invertir en las ciudades centrales porque no interesan barrios de personas sin dinero y con altas tasas de criminalidad. La falta de oportunidades en educación y trabajo crea un círculo vicioso del que es difícil escapar. Este relato, que nos puede parecer alejado, se reproduce en otros contextos. Sin embargo, cuando el modelo de suburbio es adoptado por familias con menos recursos se produce una paradoja preocupante: el acceso a bienes básicos se ve dificultado, pues es necesario poseer un vehículo propio para realizar los desplazamientos necesarios para llegar a estos bienes o equipamientos. Esta dependencia del automóvil deja en desventaja a personas que por cuestión de edad, condición física o situación económica no pueden tener su propio vehículo. Generan además figuras como la que en los países anglosajones se denomina “mamá-taxi”, ya que es la mujer, en su rol de género, quien debe realizar el transporte familiar en detrimento de su propio tiempo y trabajo. En el suburbio americano ya hace décadas que se levantan voces contra las disfunciones que genera este modelo. Por un lado, William Whyte en The Organization Man (1956) denuncia como falso el sentido de comunidad que mitifica este tipo de opción. El trabajo, basado en un estudio de campo sobre la nueva clase media de Park Forest, revela la falta de raíces de los residentes y su necesidad de conformar las expectativas de los vecinos a través de las apariencias. Lewis Mumford, en un principio defensor del modelo de suburbio jardín, reconoció que este modelo urbano no creaba ciudadanos sino meros consumidores; el hombre que se desplazaba a la ciudad a trabajar durante todo el día y que solo deseaba retornar al hogar para descansar no se comprometía política ni socialmente con ninguno de los dos entornos, era un transeúnte en ambos. Por otro lado, el lugar de las mujeres en estos entornos no era mejor. El discurso de la posguerra reconvierte el hogar y el cuidado familiar en el único destino posible de aspiración para las mujeres: la cocina como fábrica, la casa amplia y moderna, unos hijos sanos y felices y un marido exitoso que trabajara en las corporaciones situadas en la ciudad. El éxito para las mujeres consistía en ser una feliz ama de casa. Para denunciar
17 MASSEY, Douglas S. y DENTON, Nancy A. American Apartheid. Cambridge: Harvard University Press, 1993.
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este falso paraíso Betty Friedan escribió La mística de la feminidad en 196318. Este libro parte de su propia experiencia, de un sentimiento de insatisfacción compartido con otras mujeres, que llevó a que en las décadas de 1950 y 1960 se detectara una depresión generalizada entre las mujeres, que los médicos denominaron la enfermedad sin nombre. El sentir compartido era de gran soledad e inutilidad, sentimientos muy alejados de los que, según los discursos de la televisión y las revistas, deberían tener las mujeres. “El ama de casa de los barrios residenciales: imagen soñada de la joven mujer estadounidense y envidia, según se decía, de todas las mujeres del mundo. El ama de casa estadounidense, liberada por la ciencia y los electrodomésticos, que hacían el trabajo por ella, de la carga de las tareas domésticas, de los peligros del parto y de las enfermedades que habían padecido sus abuelas. Estaba sana y hermosa, tenía estudios, solo tenía que preocuparse por su marido, su casa y su hogar. Había encontrado la auténtica realización femenina. En su calidad de ama de casa y de madre, se la respetaba como socia de pleno derecho y en pie de igualdad con el hombre en el mundo de éste. Gozaba de libertad para elegir el automóvil, la ropa, los electrodomésticos y los supermercados; tenía todo aquello con lo que cualquier mujer siempre soñó… si una mujer tenía un problema en las décadas de 1950 y 1960, sabía que algo no iba bien en su matrimonio o que algo le pasaba a ella (…) estaba tan avergonzada de tener que reconocer su insatisfacción que nunca llegaba a saber cuántas mujeres más la compartían (…) el malestar que no tiene nombre (…) En 1960, el malestar que no tiene nombre reventó (…) destrozando la imagen de la feliz ama de casa estadounidense.”
Esta situación de negación de su propia vida, de su propio ser, este supuesto paraíso en el que vive la mujer pero que resulta gran falacia, queda retratada en la novela de Richard Yates Revolutionary Road (1961), llevada al cine en 2008 por Sam Mendes. Muestra la soledad total y el trabajo interminable y agotador de la mujer, con el contrapunto de la situación del hombre, que se relaciona con otras personas y que lleva un trabajo más ligero y relajado. A pesar de que la sociedad actual es totalmente diferente a ese ideal impuesto a partir de la guerra fría, el modelo de suburbio residencial monofuncional de baja densidad se sigue construyendo para una familia única, de roles divididos y excluyentes. Por lo tanto, el modelo del suburbio se basa en una familia ya periclitada, que se quiere única y mayoritaria: la familia nuclear con padre, madre e hijos, en la que se establece una asignación de roles inamovible. El hombre es quien trabaja en el mundo productivo y trae el dinero al hogar; la mujer es quien se encarga de las tareas invisibles y no remuneradas del mundo reproductivo. Este modelo social está totalmente en desacuerdo con la realidad de la sociedad contemporánea: las familias siguen modelos variados y los roles de género no son una asignación exclusiva según el sexo.
La evidencia del malestar llenó periódicos, aunque pocos comprendieron de qué se trataba. De manera despectiva, publicaciones de prestigio se mofaban de estas mujeres achacando la mayor parte de las veces esta insatisfacción a que habían ido a la universidad, o llegando a decir verdaderas barbaridades como:
Herencia recibida Estos territorios han sido planeados sin tener en cuenta la complejidad de la vida cotidiana, por lo que surgen serias dificultades para realizar las tareas de cada día. No se trata solamente de un modelo insostenible en términos territoriales y energéticos sino también para las personas, en sus tiempos y el derecho a desarrollar sus propias vidas.
“un humorista bromeaba en Harper’s Bazaar (julio 1960) que el malestar se podía resolver privando a las mujeres de su derecho al voto ‘ya que antes de ello la mujer americana dejaba en manos del esposo las decisiones familiares y políticas que eran demasiado para ellas’ (…) Su día está fragmentado pues tiene que ir corriendo del friegaplatos a la lavadora, del teléfono a la secadora, de la ranchera al supermercado, de dejar a Johnny en el campo de entrenamiento del equipo local a llevar a Jenny a clase de ballet, de llevar a arreglar el
La segregación provocada por los modelos suburbanos está en proceso de inversión y no para mejor. Quienes pueden elegir aspiran, cada vez más, a vivir en las ciudades centrales. La proximidad, el tiempo no desperdiciado, tener actividades urbanas (trabajo, cultura, educación, ocio, etc.) cercanas al domicilio son valores cada vez más buscados. A pesar de esta dinámica estamos lejos de un proceso de recuperación real de una ciudad central y mixta en todos sus parámetros, tanto sociales como económicos o culturales, lo que conllevaría también una disminución de la oferta suburbana. Por
18 FRIEDAN, Betty. La mística de la feminidad. Valencia: Cátedra, Universitat de València, Instituto de la Mujer, 2009.
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cortacésped a recoger a su marido al tren de las siete menos cuarto; no tiene tiempo de leer un libro, solo revistas; y aunque tuviera tiempo, ha perdido su capacidad de concentración (…) Es fácil darse cuenta de los detalles concretos que hacen sentirse atrapada al ama de casa de los barrios residenciales, las continuas exigencias con respecto a su tiempo.”19
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el contrario, esta aumenta pero para quienes tienen menos recursos, lo que aumenta nuevamente las desigualdades, la formación de guetos y la segregación: “Por primera vez en la historia, los municipios suburbanos albergan ahora más personas viviendo en la pobreza que las ciudades centrales.”20 Esta dinámica depredadora del suburbio, aún muy rentable como negocio inmobiliario y de consumo, es cuestionada en la actualidad por movimientos que proponen repensar y rehacer las áreas residenciales de baja densidad y monofuncionales. El movimiento New Urbanism lleva más de 20 años trabajando para revertir esta dinámica. No es una tarea fácil desmontar un imaginario, el sueño americano, tan bien construido desde sus inicios, apoyado en la fuerza de penetración y generación de ideales de la televisión, a través de sus seriales, y del cine. Estas áreas están apoyadas además por la construcción de infraestructuras específicas, como las autopistas, y financieramente se encuentran respaldadas por fondos públicos, por lo que resultan falsamente accesibles para las familias. Más allá de las cuestiones terminológicas que se utilizan contra este movimiento, sus propuestas y trabajos son sumamente importantes ya que nacen del mismo centro de difusión de un modelo de urbanización que hace estragos en el mundo entero, de Chile a China, de India a Sudáfrica y de España a Rusia. En este sentido, la argumentación realizada por Ellen Dunham-Jones y June Williamson, me parece suficientemente aclaradora: “[…] al tiempo que muchos critican el falso estilo tradicional como nostálgico, este debe ser respetado cuando se hace bien y cuando convierte los miedos al cambio de una comunidad en ambición de urbanismo. A algunos nos gustaría ver una mayor diversidad estilística y exploraciones experimentales en la arquitectura de la reconversión del suburbio. Y esto vendrá en la medida que las reconversiones sean más usuales y que las comunidades tengan menos miedo al cambio. Pero la discusión sobre el estilo arquitectónico pierde el foco. El foco es el urbanismo”.21 Hemos de tener claro que no todos los territorios mal urbanizados a base de residencia de baja densidad y monofuncionales podrán ser recuperados, no todas estas áreas tienen capacidades de revitalización, de ser barrios que permitan el desarrollo de
20 DUNHAM-JONES, Ellen y WILLIAMSON, June. Retrofitting Suburbia. Urban Design Solutions for Redesigning Suburbs. Nueva Jersey: John Willey & Sons, Inc, 2009.
vidas plenas y con acceso a derechos. La elección individual no puede hipotecar los recursos económicos y ambientales de una sociedad. Rehabilitar el suburbio residencial de baja densidad requiere un estudio serio de viabilidad y un trabajo continuo con la comunidad, como dicen Ellen Dunham-Jones y June Williamson, citando a Michael Sorkin: “un buen proyecto urbano es aquel que evoluciona”. En este caso, la evolución implica la incorporación de todos los agentes implicados, entre ellos la población y especialmente las mujeres (ya que son quienes cargan en mayor medida con las desventajas de la dependencia que generan estos tejidos), para mediante procesos de participación, cogestión y cooperación llegar a soluciones de transformación posibles y beneficiosas para toda la población. Organización del libro En los últimos años se han publicado una serie de trabajos tanto de ámbito local como internacional que abordan la problemática herencia del suburbio disperso. El presente libro, que pretende sumar conocimiento a este importante tema, es el resultado del trabajo de investigación de un grupo heterogéneo, formado por arquitectas, arquitectos y sociólogas. Desde diferentes puntos de vista, se proponen alternativas que permitan mejorar la vida cotidiana en las áreas residenciales monofuncionales de baja densidad. Se trata de recomendaciones prácticas que pueden aplicarse a muchos de estos tejidos: como este modelo residencial no responde estrictamente a un lugar y se ha difundido de manera bastante estandarizada, las soluciones propuestas son trasladables a zonas que compartan los problemas evaluados. La aportación original de este trabajo es el enfoque en la vida cotidiana, en las personas. Las propuestas o recomendaciones recogidas en el último capítulo buscan superar las dificultades para el día a día que generan estas áreas. El capítulo dos, “La vida cotidiana en las áreas residenciales monofuncionales de baja densidad”, nos introduce en la dimensión próxima: “con el concepto vida cotidiana nos referimos a las necesidades fundamentales, entendidas no solo como las acciones biológicas de supervivencia sino en un marco más amplio, que concibe a las personas en función de su relación con otras y con el entorno”. Además incide en las dificultades que estos entornos le añaden, pues la vida cotidiana como dimensión social, espacial y temporal, se ve condicionada por cómo se organizan los espacios privados y públicos, las actividades sociales y económicas, y la organización territorial. En definitiva, desgrana el impacto, muchas veces invisibilizado, que esta forma de asentamiento genera en la vida diaria.
21 DUNHAM-JONES, Ellen y WILLIAMSON, June. Op. cit.
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El capítulo tres presenta las características y evolución del modelo de urbanización dispersa en Catalunya a través de dos artículos. El primero, “La idea de ciudad jardín en Catalunya. Una mirada retrospectiva”, desarrolla la evolución del concepto, apunta la comunidad jardín como el modelo más difundido y desgrana las diferentes épocas y sistemas de implantación en el territorio. El segundo, “Límites inciertos. Mirada y desenfoque”, apunta cómo se va perdiendo esta planificación, los efectos perversos de la modernidad sobre el territorio y los modelos de vida que, según las formas particulares de implantación, han aparecido en los últimos cincuenta años. El capítulo cuatro, “La perspectiva de género en el urbanismo y los efectos diferenciados del suburbio”, explica y aplica la perspectiva de género al estudio del suburbio. Esta forma de crecimiento genera grandes desigualdades entre hombres y mujeres que resultan invisibles sin esta mirada. Las distancias, la falta de equipamientos o la homogeneidad son factores que perpetuan las diferencias y que niegan las realidades sociales y familiares contemporáneas. El quinto capítulo,“Propuesta de metodología de análisis y representación de la realidad física y social para las áreas residenciales monofuncionales de baja densidad”, aborda la revisión de sistemas de conocimiento y análisis que se podrían aplicar al estudio de estas áreas. La propuesta incluye tanto técnicas de mayor subjetividad e implicación personal y ciudadana, como la aplicación de las tecnologías de la información. El capítulo seis reúne las recomendaciones de actuaciones para conseguir el objetivo general de mejorar la vida cotidiana en áreas residenciales monofuncionales de baja densidad según cinco líneas estratégicas: fortalecer las redes de proximidad, favorecer la mezcla física y social, garantizar la vida con autonomía y seguridad, fortalecer el sentido de pertenencia y comunidad, y promover el equilibrio medioambiental y una vida sana. En definitiva, este trabajo busca aportar un grano de arena más para afrontar un problema ineludible en los próximos años: la rehabilitación de las áreas residenciales monofuncionales de baja densidad
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La vida cotidiana en las áreas residenciales monofuncionales de baja densidad Roser Casanovas y Blanca Gutiérrez Valdivia Entendemos la vida cotidiana como el conjunto de actividades que las personas llevamos a cabo para satisfacer nuestras necesidades fundamentales, las cuales vienen determinadas por las dimensiones de espacio y tiempo. El conocimiento de esta realidad cotidiana es básica para reflexionar sobre nuestros entornos urbanos tanto en una escala espacial como temporal. Así pues, para poder repensar las áreas residenciales monofuncionales es esencial conocer la vida cotidiana de las personas que habitan en ellas. La vida cotidiana es un concepto poliédrico que tiene múltiples acepciones y ha sido abordado desde diferentes ámbitos. Nuestra aproximación toma dos referencias básicas: el trabajo de Ágnes Heller y el de las feministas italianas, analizadas a través del trabajo de Teresa Torns1. En su obra Sociología de la vida cotidiana2, Ágnes Heller sitúa a las personas en el centro de este concepto y atribuye una gran importancia a sus percepciones subjetivas. Por su parte, las feministas italianas introducen en los años 80 la perspectiva de género en el estudio de la vida cotidiana. Este análisis permite a Chiara Saraceno identificar la estructura sexuada de la misma, en la que hombres
1 TORNS, Teresa; BORRÀS, Vicent; MORENO, Sara. La vida quotidiana. Exploració d´un marc conceptual i d´una proposta d´indicadors. Barcelona: Centre d´Estudis Sociológics sobre la Vida Quotidiana i el Treball, colección Working Paper, n. 10, 2006. 2 HELLER, Ágnes. Sociología de la vida cotidiana. Barcelona: Editorial Península, 1977.
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y mujeres se sitúan de manera desigual3. Por ese motivo, como ha señalado Torns, la perspectiva de género resulta imprescindible para visibilizar dos dimensiones clave de la vida cotidiana: el tiempo y las tareas de reproducción de la vida humana y la relación de ambos factores con el bienestar cotidiano. Con el concepto vida cotidiana nos referimos a las necesidades fundamentales entendidas no solo como las acciones biológicas de supervivencia sino en un marco más amplio, que concibe a las personas en función de su relación con otras y con el entorno. En este sentido, Manfred Max-Neef describe: “Las necesidades humanas fundamentales son finitas, pocas y clasificables (…) son las mismas en todas las culturas y en todos los períodos históricos. Lo que cambia a través del tiempo y las culturas es la manera o los medios utilizados para la satisfacción de las necesidades”4. Este autor define nueve necesidades para el desarrollo humano: la subsistencia, la protección, el afecto, el entendimiento, la participación, el ocio, la creación, la identidad y la libertad. Esta lectura nos sirve para poner en crisis otras miradas más reduccionistas de las necesidades humanas que se ven reflejadas en el territorio, como por ejemplo la zonificación de la ciudad siguiendo los criterios establecidos por los CIAM5 a través de la Carta de Atenas6, que se siguen aplicando en la actualidad. Este documento reduce las necesidades de la sociedad moderna a cuatro ámbitos: habitar, circular, trabajar y recrearse. Estos aspectos son insuficientes para poder resolver todas las necesidades fundamentales, ya que no tienen en cuenta aquellas relacionadas con la reproducción de la vida. Para aproximarse a la realidad de las complejas áreas residenciales monofuncionales, y más aún si se quiere transformarlas, es imprescindible crear herramientas que permitan conocer la vida cotidiana de las personas de un entorno determinado. El estudio de la vida cotidiana nos permite identificar cuáles son las actividades que se realizan para satisfacer las necesidades sobre un soporte físico concreto y en un tiempo finito. Por eso, para mejorar las condiciones de vida de las áreas residenciales monofuncionales hay que tener presente las necesidades fundamentales de sus habitantes: son las mismas que las de las personas que viven en la ciudad pero se satisfacen en un entorno físico muy distinto, por lo que la gestión de la vida cotidiana es muy diferente en ambos lugares. 3 Ibídem. 4 MAX-NEEF, Manfred; ELIZALDE, Antonio; HOPENHAYN, Martín. Desarrollo a escala humana. Una opción para el futuro. Santiago de Chile: CEPAUR, Fundación Dag Hammarskjöld, 1986. P. 17. 5 Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (1928-1959). 6 LE CORBUSIER. Principios de urbanismo (La Charte d’Athènes). Barcelona: Editorial Ariel, 1971 (1ª edición, 1942).
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Las actividades que realizamos en la actual sociedad postindustrial pueden inscribirse dentro de cuatro esferas básicas que son complementarias y están interrelacionadas: la esfera productiva, la reproductiva, la propia y la política. Esta división nos sirve para identificar mejor cuáles son estas actividades, dónde y cuándo tienen lugar, quiénes las llevan a cabo y el grado de dependencia para poder realizarlas. Este análisis equipara todas las actividades relacionadas con el desarrollo humano y, sobre todo, nos muestra aquellas tareas reproductivas invisibilizadas en los análisis de los espacios habitados y, en consecuencia, de los proyectos urbanos. También nos sirve para evidenciar que el género estructura el reparto del tiempo y del espacio. La esfera productiva engloba todas las actividades relacionadas con la producción de bienes y servicios, las cuales normalmente suponen una remuneración en forma de salario. La asignación de los roles de género ha asociado al género masculino la responsabilidad de la producción, que aporta sustento a la familia. Tradicionalmente se ha considerado como la esfera vinculada con la vida pública, por lo que tiene mucha visibilidad. A pesar del discurso hegemónico, podemos constatar que las mujeres siempre han trabajado fuera del ámbito privado, aunque su contribución ha sido sistemáticamente invisibilizada. Por ejemplo, la mano de obra femenina en las fábricas textiles catalanas en 1839 representaba el 40% del total y si se suma la mano de obra infantil se alcanzaba el 50%7. La incorporación masiva de las mujeres al sector industrial se siguió dando a lo largo de los dos últimos siglos, aunque siempre se haya considerado un salario que solo resolvía una necesidad puntual, ya que la fábrica no era el lugar “natural” de las mujeres. La esfera reproductiva es el conjunto de actividades no remuneradas que realizan las personas de una familia para ellas mismas, para los miembros de su propia unidad familiar o para una unidad ajena. Estas actividades son conocidas tradicionalmente como trabajo familiar doméstico, aunque se realizan tanto en el interior como en el exterior de la vivienda. Desde la división física y sexual de los espacios de trabajo, las responsables de las mismas han sido las mujeres. El discurso de la domesticidad otorga a las mujeres el espacio interior de la vivienda como centro de realización femenina. Las mujeres arrastramos aún hoy este rol porque nuestra sociedad no ha reconocido la necesidad de asumir estas tareas desde la corresponsabilidad y la conciliación8.
7 CABRERA PÉREZ, Luis Alberto. Mujer, trabajo y sociedad (1839-1983). Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Secretaría general de Políticas de Igualdad, Instituto de la Mujer, catálogo de la exposición del mismo nombre, 2005. 8 Dossiers IDESCAT, n. 10, junio 2012, ofrece datos para Catalunya que lo confirman. Por ejemplo, en parejas con hijos, un 59% de los hombres participan poco o nada de las tareas de la reproducción. http://www.idescat.cat/cat/idescat/publicacions/cataleg/pdfdocs/dossier10.pdf 3-12-12
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El Compte satèl· lit de la producció domèstica de les llars de Catalunya 2001, a cargo de Cristina Carrasco y Mónica Serrano, permite una mejor comprensión del significado de esta esfera al equiparar el trabajo reproductivo al productivo: “el trabajo doméstico implica una tarea diaria, continua, a menudo en combinación con bienes de capital y con necesidades de inversión económica. El objetivo de esta producción es satisfacer las necesidades de los miembros del hogar, tales como alimento, vestido, descanso y otros. Consiste en garantizar, por un lado, la recuperación de las energías de la población que participa de la actividad productiva remunerada, el éxito en los ciclos educativos y formativos de la población que en el futuro participará, o bien el descanso y el cuidado de las personas que han participado en el pasado. En consecuencia, la producción doméstica genera un valor funcional y estructural pero no mercantil, imprescindible para el desarrollo normal de los miembros de la sociedad y de la economía considerada en conjunto”9. Este estudio atribuye al trabajo reproductivo un valor económico como a cualquier trabajo asalariado, y en Catalunya equivaldría al 40% del PIB calculado para el año 200110. Para poder precisar la definición de las actividades reproductivas, el citado estudio las divide en cuatro grupos: proporcionar vivienda (incluye lo relacionado con su compra o alquiler, amueblarla, equiparla, mantenerla en condiciones, limpiarla, etc.), proporcionar nutrición (organizar comidas, comprar provisiones, preparar la comida, servirla, lavar los platos, cuidar un huerto, etc.), proporcionar vestido (confeccionarlo, lavarlo, plancharlo, comprarlo, etc.) y, por último, proporcionar cuidado (atender a niños y niñas, personas mayores, enfermas u otros miembros de la familia, etc.). Es importante visibilizar estas tareas y evidenciar el papel imprescindible que tienen para el mantenimiento de cualquier sociedad. Las actividades relacionadas con la atención y el cuidado de los niños y niñas, de las personas mayores y enfermas, así como todos los trabajos relativos a la higiene, alimentación y atención afectiva, se consideran solucionables de una manera “natural”, es decir, resueltos en la mayoría de los casos por mujeres11. El sistema patriarcal naturaliza e invisibiliza estas tareas realizadas por las mujeres, lo que lleva a que también sean olvidadas a la hora de planificar el territorio y de concebir políticas públicas.
En este sentido, Mª Ángeles Durán alerta de que “las fronteras entre trabajo formal e informal son muy tenues y tienden actualmente a desdibujarse. El tiempo de cuidado no requiere transformaciones materiales, por lo que es fácil invisibilizarlo si no se emplean instrumentos de observación específicos, ya que se superpone a otras actividades pasivas o de baja intensidad”12. La tercera esfera definida es la propia, la cual incluye el conjunto de actividades relacionadas con el desarrollo personal e intelectual de cada persona. Dentro de esta esfera se encuentra la vida social, los deportes, el ocio, el tiempo libre, las aficiones, etc. Es el espacio del desarrollo personal, un lugar dedicado a cada una y cada uno. Por último encontramos la esfera política. Hannah Arendt13 la describe como “acción”: la acción sirve para la fundamentación y conservación de la comunidad política, crea las condiciones para la continuidad de las generaciones, para el recuerdo y para la historia. Muestra a la vez la singularidad, la diferencia y el pluralismo del ser humano. Según Arendt, el ser humano puede sobrevivir sin jamás trabajar o producir algo por sí mismo, pero sin acción no será reconocido como ser humano por los demás. En este análisis de la vida cotidiana, además de tener en cuenta las actividades, es necesario incorporar una lectura desde la dimensión espacial y temporal. Una aproximación típica al análisis espacial es la que diferencia entre espacio público y espacio privado. Esta dicotomía tiene su origen en la división sexual del trabajo, que delimitó ámbitos masculinos y femeninos sobre los cuales se han proyectado una serie de valores e ideologías que han reforzado la construcción cultural de las categorías “hombre” y “mujer”14. Como se ha visto anteriormente, las diferentes esferas traspasan los límites de lo público y lo privado mientras que esta dicotomía tiende a perpetuar la asociación simbólica entre lo masculino como público y productivo y lo femenino como privado y doméstico. Lamentablemente, la configuración de las ciudades continúa asumiendo muchas veces una concepción de la vida cotidiana que alude a la división sexual del trabajo y que se basa en esta dicotomía artificial de público/ privado y masculino/femenino. Como señalan Rainero y Rodigou15, existen nuevos patrones en la sociedad que cuestionan esta dicotomía entre lo público y lo privado 12 DURÁN, Mª Ángeles. La ciudad compartida. Conocimiento, afecto y uso. Madrid: Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España, 1998.
9 CARRASCO, Cristina y SERRANO, Mònica. Compte satèl· lit de la producción domèstica (CSPD) de les llars de Catalunya 2001. Barcelona: Generalitat de Catalunya, Institut Català de les Dones, colección Estudi 1, 2006. P. 3. 10 Ídem, p. 86. 11 CAMPOS DE MICHELENA, Pascuala. “Influencia de las ciudades en la vida de las mujeres” en VV.AA. Mujer y Urbanismo: Una recreación del espacio. Claves para pensar en la ciudad y el urbanismo desde una perspectiva de género. Madrid: Ministerio de Asuntos Sociales, Instituto de la Mujer, FEMP, 1996.
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13 ARENDT, Hannah. La condición humana. Buenos Aires: Ed. Paidós, 2009 (1ª edición 1958). 14 FERNÁNDEZ, Nuria. “Una aproximación antropológica al origen de los espacios segregados”. En: VV.AA. Ciudad y Mujer. Actas de curso: Urbanismo y mujer. Nuevas visiones del espacio público y privado. Málaga 1993-Toledo 1994. Madrid: Seminario permanente Ciudad y Mujer, 1995. Pp. 99-106. 15 RAINERO, Liliana y RODIGOU, Maite. Indicadores urbanos de género. Instrumentos para la gobernabilidad urbana. Córdoba: CICSA, 2001.
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(nuevas tipologías de trabajo remunerado, flexibles, en el propio hogar; altas tasas de desempleo masculino; mayor protagonismo público de las mujeres, etc.). Estos cambios no se han materializado en una transformación de la organización física de la ciudad y los tiempos de la misma que los acompañe, impactan en todas aquellas personas que deben conciliar diferentes esferas, y que encuentran serias dificultades para hacerlo: la mayoría son mujeres. En el caso de las urbanizaciones, estas dificultades son mucho mayores y van en detrimento de aquellas actividades que tienen que ver con la esfera propia o política. Desde la perspectiva de la vida cotidiana, cabe entender las variables tiempo y espacio como categorías relacionadas. Tal como afirma Teresa Boccia16, cuando hablamos del tiempo social no podemos dejar de lado ni la organización espacial de los horarios de las actividades ni la estructura urbanística. Al estudiar la vida cotidiana en las urbanizaciones residenciales de baja densidad podemos observar que la estructura urbana compromete el desarrollo de algunas actividades necesarias. La vida cotidiana en estos entornos difiere de la de otras situaciones urbanas porque conlleva muchos desplazamientos unidireccionales hacia los centros de servicios, lo que implica una gran inversión de tiempo, que deja de emplearse en otras actividades, además de resultar en un gran consumo energético. Así pues, el análisis de la vida cotidiana debe realizarse siempre desde una perspectiva holística, ya que, como señala Carrasco, “la vida de las personas –y en mayor grado la de las mujeres– no está compartimentada, sino que es un desplazamiento continuo entre tiempos y espacios que afecta las diferentes dimensiones de su vida; de aquí que la complejidad humana exija un análisis integrador”17. Experiencias para mejorar el desarrollo de la vida cotidiana En los últimos años se han impulsado diferentes iniciativas para mejorar la calidad de vida de las personas. Muchas utilizan como marco conceptual la vida cotidiana y pretenden una mejor gestión de la relación tiempo-espacio-actividad. En el ámbito europeo, en distintos lugares se han implementado diferentes políticas temporales con el objetivo de conseguir una reorganización de las rutinas diarias en torno al trabajo y a la vida privada, construyendo nuevas sincronías entre el tiempo
individual y el colectivo. En Italia se ha materializado por vía legislativa18 y en Milán, Bremen, Barcelona o Paris19, a través de la creación de oficinas del tiempo. En Escandinavia las mujeres comenzaron a movilizarse para conciliar la vida familiar y la laboral en la década de 1980. Su propuesta radicaba en la creación de infraestructuras de apoyo a la vida cotidiana. El gobierno local debía proporcionar oportunidades para integrar el hogar, el trabajo y los cuidados a través de la creación de un nivel intermedio entre los hogares y el mundo público y comercial de las empresas20. Además, este grupo de mujeres comenzó a utilizar el concepto “nueva vida cotidiana” para hacer visible la complejidad de la vida contemporánea, las dificultades con que se encontraban para enfrentarse a esta realidad y la necesidad de entornos más propicios para el desarrollo de las personas con realidades complejas, que integran aspectos de la vida profesional, privada y del cuidado de otras personas21. En la década de 1990, la red EuroFEM continuó con el trabajo llevado a cabo por la mujeres escandinavas ampliando la escala de intervención al ámbito regional y de la ciudad22. Durante los últimos años, el concepto de infraestructura de apoyo a la vida cotidiana ha seguido desarrollándose y el modelo actual consiste en “estructuras físicas, funcionales y participativas que puedan ser facilitadas de manera sencilla por los agentes del vecindario o áreas más amplias”23. La aplicación de este concepto está relacionada con la corresponsabilidad de la sociedad en las tareas reproductivas tanto en el ámbito público, con la creación de equipamientos próximos y compartidos, como en el ámbito más individual, con la creación de redes de apoyo a través de la propia comunidad. A lo largo de la historia encontramos una tradición de experiencias comunitarias y de viviendas colectivas que propusieron compartir servicios para facilitar el desarrollo de la vida cotidiana24. Un proyecto que tuvo mucho impacto fue el propuesto en 1935 por la activista y política Alva Myrdal, en colaboración con el arquitecto Sven
18 La italiana “Ley Turco”, del año 2000, es una especie de ley de conciliación que obliga a regular el tiempo de las ciudades de más de 30.000 habitantes. 19 HORELLI, Liisa. “La gestión del tiempo y el espacio de la vida cotidiana en el contexto nórdico”. En: VV.AA. Urbanisme y Gènere, una visió necessària per a tothom. Barcelona: Diputación de Barcelona, 2006. 20 Ibídem.
16 BOCCIA, Teresa. “El tiempo y el espacio de las ciudades: la experiencia italiana”. En: Género y Urbanismo, Infraestructuras para la vida cotidiana. Libro del segundo Seminario Internacional sobre realizado los días 27 y 28 de mayo de 2002. Madrid: ETSAM Universidad Politécnica de Madrid, 2003. 17 CARRASCO, Cristina y SERRANO, Mònica. Op. cit. P. 18.
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21 SÁNCHEZ DE MADARIAGA, Inés. “Infraestructuras para la vida cotidiana y calidad de vida”, Ciudades, n. 8. México: Puebla, 2004. 22 HORELLI, Liisa. Op. cit. 23 Ibídem. 24 MONTANER, Josep Maria y MUXÍ MARTÍNEZ, Zaida.Arquitectura y política. Barcelona: Gustavo Gili, 2011.
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Markelius, en la calle John Ericssonsgatan de Estocolmo. Se trataba de un edificio de 57 apartamentos donde ciertas funciones como la limpieza, la preparación de comidas, el cuidado de los niños y el lavado de ropa se dejaban en manos de personal empleado. Tampoco hay que olvidar la experiencia inicial de la Unión Soviética con las casas comuna, donde se daba prioridad urgente a la emancipación de las mujeres proletarias por medio de la instalación de cocinas comunales, guarderías, baños públicos y cooperativas de todo tipo.
medidas mínimas, mientras que otros espacios amplían el espacio individual según las necesidades: zonas de trabajo disponibles para la vecindad, un comedor comunitario para días especiales, etc. También disponen de una zona de sauna y otra para realizar gimnasia, espacios de juego y un huerto en la azotea. Aunque es un ejemplo difícilmente reproducible pues está concebido para un grupo de personas concretas, demuestra que son posibles otras formas de organizar el espacio para mejorar el desarrollo de la vida cotidiana.
Dos proyectos contemporáneos ejemplares enlazan con esta tradición de viviendas comunitarias que comparten las responsabilidades reproductivas: el MargaretteSchütte-Lihotzky Hof y el Sagarfabrik, ambos en Viena.
Aunque estos ejemplos son muy ilustrativos de cómo las mejoras en el espacio pueden ayudar en la gestión de la vida cotidiana, no pueden ser modelos trasladados literalmente al espacio de las urbanizaciones ya que han sido concebidos en entornos más o menos compactos, diversos y con usos mixtos. Es necesario repensar la forma de actuar en el territorio disperso pues no se pueden repetir las mismas pautas o condiciones de habitabilidad que en la ciudad. Las urbanizaciones carecen de proximidad para favorecer el desarrollo de las actividades cotidianas, por lo tanto habrá que pensar estrategias sostenibles que planteen o bien aproximar usos cotidianos a las urbanizaciones o bien aproximar a las personas a los servicios existentes.
El edificio de viviendas Margarette-Schütte-Lihotzky Hof es un ejemplo hecho por y para mujeres. El Instituto de la Mujer del Ayuntamiento de Viena, dirigido por Eva Kail, realizó un concurso que situaba la experiencia de la vida cotidiana de las mujeres como criterio esencial de diseño tanto en los procesos de planificación urbanística como en la construcción de viviendas. El proyecto urbano ganador fue el de Franziska Ullmann. Los proyectos de los edificios se dividieron entre las cuatro arquitectas participantes del concurso: la propia Ullmann, Gisela Podreka, Elsa Prochazka y Liselotte Peretti. Construido entre 1993 y 1997, el Margarette-Schütte-Lihotzky Hof propone diferentes usos que conviven con las viviendas: espacios para el trabajo reproductivo, de ocio, equipamientos educativos, centro de salud, delegación de la policía local, comercios y lugar para el trabajo remunerado. Se previeron espacios para cada etapa vital: para la adolescencia se concibieron lugares de juego cercanos a los accesos; para la niñez, espacios más resguardados y vigilados desde los pisos, así como zonas más tranquilas para las personas mayores. Las tipologías de vivienda son muy variadas y flexibles en su uso. Los espacios de acceso son amplios para favorecer su uso y cuentan con espacios de guardado asociado tanto en la planta baja como en las superiores. Todo el proyecto está diseñado con criterios de máxima visibilidad y transparencia para garantizar la percepción de seguridad por parte de todas las personas. Y, lo que es más impactante, la zona verde interior es un espacio auténticamente público, de paso. Esta experiencia ha sido la primera de una forma de diseñar que ya cuenta con tres conjuntos de las mismas características. El edificio Sagarfabrik, también en Viena, responde a la iniciativa en cooperativa de un grupo de habitantes que compraron una antigua fábrica de ataúdes y la convirtieron en un edificio de viviendas con equipamientos compartidos. El equipo de arquitectura BKK3 trabajó para desarrollar un programa para esta comunidad específica. El proyecto propone unas viviendas adaptadas a las necesidades de cada familia con unas 32
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La vida cotidiana en las áreas residenciales de baja densidad El desarrollo de la vida cotidiana en el contexto del territorio disperso es muy diferente al que se da en la ciudad compacta. Siguiendo la afirmación de Max-Neef según la cual las necesidades son las mismas en todas las culturas y en todos los periodos, podemos confirmar que las necesidades en el territorio disperso son las mismas que en la ciudad compacta, lo que varía es cómo se resuelven. Por lo tanto, lo que cambia no son las actividades sino el espacio donde se desarrollan y el tiempo empleado en ellas. Las dos dimensiones de la vida cotidiana que hemos apuntado a lo largo del texto nos sirven para evidenciar estas diferencias. La composición del suburbio disperso provoca la desaparición de la escala de barrio que podemos encontrar en la ciudad compacta. Es decir, desaparece la escala que define una unidad espacial donde se desarrollan muchas de las actividades cotidianas: comprar, socializarse, hacer deporte, estudiar, cuidar, etc. Además, en el barrio se generan distintas identidades colectivas y espacios de representación comunitaria. Es un lugar de encuentro fortuito e espontáneo. La principal característica de esta unidad espacial en la ciudad es la proximidad a los espacios cotidianos. En las áreas residenciales monofuncionales de baja densidad no hay proximidad. La monofuncionalidad residencial de las urbanizaciones obliga a desplazarse fuera del ámbito más próximo para realizar cualquier tipo de actividad cotidiana, por lo tanto POSTSUBURBIA
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desaparece la capacidad de desplazarse a pie a los lugares cotidianos porque están muy alejados entre sí. La opción más común es conectar dos puntos con vehículo privado, y en menor medida con transporte público, casi inexistente e insuficiente. Además, el espacio público de las áreas residenciales monofuncionales no está adaptado para realizar recorridos peatonales: en muchas ocasiones no hay aceras, son demasiado estrechas o están mal asfaltadas, no hay conexiones con el transporte público y falta mobiliario urbano adecuado para el tránsito diario (papeleras, bancos, iluminación, etc.). Tampoco hay señalización o referencias evidentes que permitan orientarse. En estos entornos no existen unos estándares mínimos de accesibilidad, conectividad, autonomía y seguridad que permitan su uso cotidiano óptimo.
territorios, que son monofuncionales de baja densidad y no permiten desarrollar la vida cotidiana de una forma fácil, cómoda e independiente. Habitar es mucho más que la sumatoria de la residencia, el trabajo, el ocio, el transporte, la educación, la cultura y la sanidad. Habitar es poder desarrollar la complejidad de la vida de cada persona en igualdad de oportunidades, con la misma intensidad e integridad.
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Por eso tenemos que pensar y, sobre todo, repensar desde esta perspectiva las diferentes realidades territoriales, ya sean ciudades, pueblos o urbanizaciones residenciales
Estas carencias de espacios e infraestructuras hacen que la gestión de la vida cotidiana sea más complicada que en otros entornos con más servicios y que se necesite mayor programación del tiempo. Ante estas dificultades, en las urbanizaciones se dan estrategias autoorganizadas de apoyo mutuo para compartir momentos del cuidado de la infancia o para optimizar algunos desplazamientos. Estas iniciativas son redes vecinales de solidaridad que apoyan las tareas de cuidados, la compra, la movilidad, etc. Durante los últimos 30 años, en Catalunya y en el Estado español se ha colonizado el territorio con un modelo disperso de urbanización que no favorece la gestión de la vida cotidiana de las personas que viven en él. Como dice Oriol Nel· lo “la lectura de las imágenes obtenidas a través del proyecto europeo Corine Land Cover (…) permiten una visión longitudinal de los cambios de usos del suelo acaecidos en España entre 1987 y 2005. Pues bien, su estudio nos ha mostrado cómo en este periodo la superficie del suelo artificializado en España pasó de 669.222 a 1.017.356 ha, con un incremento del 52% y un crecimiento anual medio de 19.340 ha. Las 348.134 ha artificializadas en estas dos décadas vienen a representar una superficie equivalente a 35 veces el término municipal de Barcelona.” Y sigue: “relevante es el análisis de los datos correspondientes al quinquenio 2000-2005, es decir el periodo central de aquello que se ha venido denominando la ‘década prodigiosa’ del urbanismo en España. En este lustro, el volumen anual medio de suelo artificializado subió hasta las 27.666 ha: es decir, 75,8 ha al día, más de 3 ha cada hora. Esto representa que cada diez días, durante cinco años, se ha artificializado en España un ámbito tan extenso como el Ensanche de Barcelona: un Ensanche cada diez días durante cinco años, este ha sido el ritmo”25. Por lo tanto, es necesario contener el crecimiento para no acrecentar más problemas, pero a la vez tenemos que plantear soluciones imaginativas, eficientes y sostenibles para estos 25 NEL·LO, Oriol. En su artículo “Herencias territoriales, exploraciones geográficas y designios políticos” en el libro de SCHULZ-DORNBURG, Julia. Ruinas Modernas. Una topografía de lucro. Barcelona: Àmbit Servicios Editoriales, Colección Palabra y paisaje, 2012.
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La idea de ciudad jardín en Catalunya. Una mirada retrospectiva Jordi Franquesa El 29 de junio de 1957 supone un momento clave en el proceso de ordenación del territorio de Catalunya. Un elemento completamente ajeno a la morfología de este territorio, el Seat 600, que nace en esa fecha, imprimirá una huella muy significativa en él en un periodo de tiempo relativamente corto. Este texto pretende explicar de qué manera la idea de la ciudad jardín se traduce en el territorio catalán hasta justo antes de que se generalizara el acceso al automóvil por parte de la clase media a finales de los años 50, hecho que iba a incentivar en la década de 1960 la aparición de las urbanizaciones sobre las que este libro reflexiona. Antes de entrar en materia es necesario aclarar un par de conceptos. El primero es concretar qué debemos considerar “ciudad jardín”. A pesar de que a menudo se califica como tejido de ciudad jardín las zonas sobre las que estamos trabajando, hay que tener muy claro que la ciudad jardín es una idea, y por ello no debe asociarse necesariamente a la vivienda unifamiliar aislada. Es más, tradicionalmente conlleva la utilización de tipologías de viviendas bifamiliares, en hilera, e incluso bloques residenciales. Las conocidas urbanizaciones son, en realidad, tejido de viviendas unifamiliares aisladas, pero nunca tejido de ciudad jardín. Como es bien conocido, en 1898 Ebenezer Howard publica su libro Garden Cities of Tomorrow, donde explica su idea de ciudad jardín, entendida como la eficaz 36
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alternativa a la ciudad industrializada. Cabe decir que Howard no hizo nunca mención de la vivienda unifamiliar aislada como tipología asociable a su idea. Precisamente en 1903 se construye la primera ciudad jardín, Letchworth, de la mano del arquitecto sir Raymond Unwin, un reconocido urbanista que va a dar forma física a las ideas de Howard pero planteando la diversidad tipológica residencial. Aparece, por tanto, una nueva manera de entender las ciudades que va a implicar un importante cambio en la lectura de la ocupación del territorio y, al mismo tiempo, va a ser un concepto de enorme influencia en numerosos países. En el contexto catalán, esta influencia llega durante la segunda década del siglo XX y va a suponer la creación de diversos proyectos de gran interés. El segundo concepto relevante cuyo su significado cabe acotar adecuadamente es la noción de comunidad jardín. Con el propósito de evitar la valoración de algunos asentamientos que no son de interés, para que un proyecto residencial sea considerado comunidad jardín es necesario que responda a algunas exigencias de carácter conceptual y otras de carácter proyectual. En cuanto al contenido conceptual, las comunidades jardín responden siempre a una idea teórica de trasfondo que va más allá de la construcción de viviendas (ya sea por motivos de producción, por la voluntad de generar asentamientos elitistas o la vivienda burguesa, por intentar resolver el problema de la vivienda social o bien por cuestiones de oferta de ocio) y por otro lado, se basa en una intensa idea de comunidad. Ello implica ciertas singularidades de carácter proyectual: existe un proyecto urbano detrás de la propuesta (no estamos hablando de asentamientos improvisados), se utilizan diversas tipologías residenciales en función de las intenciones compositivas y funcionales de la propuesta, y prestan una especial atención a los espacios libres cualificados y a los equipamientos, en respuesta a esta voluntad de generar una comunidad identitaria en el asentamiento. Cualquiera de los asentamientos del periodo comprendido entre finales del siglo XIX y 1957 cumple estos requisitos, lo que nos permite poder hacer una valoración más precisa de cuál ha sido la influencia de la idea de ciudad jardín en el territorio catalán. Cabe precisar que en el momento de la aparición del automóvil privado como medio de transporte, desaparece el contenido conceptual de la premisa teórica y la idea de comunidad mientras que, en lo referido al contenido proyectual, tan solo resiste una de las tipologías residenciales: la vivienda unifamiliar aislada. Por tanto, los objetivos principales de este escrito son fundamentalmente tres:
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1. Describir el fenómeno de las ciudades jardín en Catalunya. 2. Mostrar el amplio abanico de propuestas distintas que se generan en este territorio y que responden a su tremenda capacidad de adaptación en distintos contextos. 3. Demostrar que las aportaciones proyectuales de estos asentamientos son relevantes en el contexto urbano actual y pueden significar importantes estrategias para la mejora de los problemas que presentan estos tejidos de viviendas unifamiliares. Un claro ejemplo es el conjunto residencial de Sant Narcís, en Girona, donde surge una estructura urbana muy clara y precisamente no aparece ninguna vivienda unifamiliar aislada. Las tipologías más utilizadas allí son las viviendas bifamiliares, las viviendas en hilera y los bloques plurifamiliares. Se incorporan también una serie de equipamientos que otorgan una cierta autonomía al conjunto: un economato o pequeño supermercado, un centro social, una iglesia y zonas deportivas. A su vez, existe también un importante espacio central urbano de relación, así como otros espacios abiertos menores, y se presta al mismo tiempo una especial atención a los límites de la intervención, acotando de manera implícita su tamaño e incidiendo de esta manera en la dimensión del conjunto y en idea de comunidad. La identidad también se ve reforzada por el hecho de que el lenguaje arquitectónico es homogéneo: todo el conjunto se ejecuta de una sola vez y todas las edificaciones han sido proyectadas por el mismo arquitecto, lo cual garantiza un paisaje urbano coherente y unitario, que responde también a la idea teórica que existe detrás del proyecto. La composición urbana también es relevante, en la medida que se cuidan las puertas de acceso a los espacios principales mediante elementos arquitectónicos o se introduce la planta baja porticada para singularizar el espacio central. Se utilizan a su vez distintas secciones viarias en función del papel de cada una de las vías. Éste es sin duda uno de los ejemplos más significativos de las comunidades jardín en nuestro entorno, pero el proceso y desarrollo de la idea de ciudad jardín es lento y arduo. Las primeras referencias de la ciudad jardín en el territorio catalán no llegan hasta finales de la segunda década del siglo pasado, gracias a la ferviente actividad de un solo personaje, Cebrià de Montoliu. Él se encarga de transmitir estas ideas mediante diferentes canales de información: desde la creación de una biblioteca destinada a difundir estas ideas hasta la creación de una revista, Cívitas, o la organización de múltiples exposiciones, conferencias (en las que conseguirá en más de una ocasión que Raymond Unwin imparta alguna lección magistral en Barcelona) POSTSUBURBIA
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y viajes organizados para visitar los ejemplos británicos, entre los que destacan Hampstead Garden Suburb y Letchworth. Una de sus mayores aportaciones es lo que él llamaba Ciencia Cívica, entendida como todo aquello que trasciende al proyecto urbano: la idea de comunidad, la propiedad en tenencia cooperativa, el vínculo con los espacios naturales, la no segregación social y, en definitiva, la mejora de la calidad de vida. Sin embargo, la coyuntura social del momento no le fue en absoluto propicia. A la vista de la poca acogida de sus ideas, decidió tomar el camino del exilio rumbo a América, con destino a una población singular: Fairhope (en inglés, “esperanza justa”), donde en aquellos momentos se había implementado la llamada Single Tax. Consistía en una organización de carácter cooperativo donde nadie era propietario de nada sino que compartía la propiedad con el resto, con miras a evitar la diferenciación social en un entorno comunitario. Se conocen algunas propuestas que Cebrià de Montoliu planteó para este enclave, en este caso de contenido estructural y bajo el paraguas de la idea de comunidad. Se pueden reconocer cuatro modelos distintos de comunidades jardín: (1) el modelo de la comunidad jardín vinculada a la producción, (2) el modelo de la comunidad jardín burguesa, (3) el modelo de la comunidad jardín vinculada a la vivienda social y (4) la comunidad jardín vinculada al turismo. El primer modelo corresponde a paquetes residenciales creados con el propósito de albergar a los trabajadores de una determinada unidad productiva. Se trata de iniciativas privadas de empresarios de finales del siglo XIX y principios del XX donde, además de la vivienda del trabajador, se incorporaban otros servicios, como algunos campos de cultivo doméstico, además de la escuela, la iglesia, el economato, algún teatro, el centro cívico y algunas áreas de juego. La lectura del empresario era, en este sentido, claramente filantrópica: se suponía que, si los trabajadores vivían en un entorno agradable y con buenas condiciones de vida, su capacidad productiva se vería también beneficiada. Estos núcleos urbanos o colonias disponían de un elevado nivel de autonomía respecto a la ciudad, en la medida en que podían disponer de una vida plena sin necesidad de desplazarse a ella. Si bien las colonias textiles son las más significativas, también podemos encontrar otro tipo de colonias vinculadas a producción agraria, minera, vinícola o energética. De entre todas ellas, las colonias agrarias son significativas por cuanto disponen de una planificación mucho más elaborada que las anteriores. Por un lado, son de fecha posterior 40
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(década de 1940) y, por otro, responden a un modelo de colonización del territorio a nivel estatal donde tanto su distribución como su diseño responden a unos criterios muy concretos y sofisticados: se trata de los poblados de colonización cuyo objetivo principal era la reactivación de la economía agraria. Son poblados absolutamente autónomos, con un centro muy significativo (con la iglesia y el economato) y con unos límites muy definidos. Una última familia de comunidades jardín vinculadas a la producción son las intervenciones derivadas de las cooperativas, donde eran los trabajadores y no el empresario quienes se organizaban para generar el nuevo paquete residencial. El segundo modelo de comunidad jardín corresponde a aquellos conjuntos residenciales derivados de iniciativas elitistas de principios de siglo, cuando las clases sociales más favorecidas se planteaban ya la segunda residencia, en la mayoría de los casos vinculada con la naturaleza. Se trata de viviendas unifamiliares aisladas donde la arquitectura de los edificios pretende demostrar el nivel económico y cultural de los propietarios: son viviendas por lo general de grandes dimensiones, con jardines suntuosos sobre parcelas de generosas dimensiones. En términos generales, estas operaciones disponen de limitados servicios dotacionales, en la medida en que eran viviendas de temporada. En este contexto existen otras intervenciones vinculadas a balnearios, entornos donde tenía lugar intercambio de intereses de las clases burguesas más potentadas y donde el elitismo encontraba un excelente entorno físico donde establecer sus relaciones sociales y culturales. Algunas de estas intervenciones incorporan efectivamente edificios residenciales de tipologías unifamiliares o plurifamiliares. Las comunidades jardín del tercer modelo pretenden resolver el problema de la vivienda mediante operaciones de vivienda social. Las primeras operaciones son de la segunda década del siglo pasado y se acogen a la Ley de Casas Baratas de 1911. Su intención, básicamente, es erradicar las barracas que existían en la ciudad ante la cercana Exposición Universal de 1929. Sin embargo, las intervenciones más interesantes no aparecen hasta los años 40, planeadas por la Obra Sindical del Hogar, un organismo dependiente del Instituto de la Vivienda del Estado. El lenguaje arquitectónico de estas intervenciones es muy homogéneo, con fachadas regulares, de color blanco, con teja arábiga, y composiciones urbanas similares, la mayoría de ellas con una plaza central porticada alrededor de un espacio significativo y comunitario. Estas operaciones pueden situarse como barrios autónomos en la periferia de algunas ciudades, aunque dependientes de ellas, mientras que otras se pueden hallar sobre tramas preexistentes, completando la edificación de las mismas. POSTSUBURBIA
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Un organismo paralelo, el de las Regiones Devastadas, pretende reconstruir algunos núcleos urbanos gravemente afectados por la guerra civil, también bajo el criterio de las comunidades jardín. El cuarto modelo de comunidad jardín deriva de la creciente demanda de ocio que se produce después de la guerra civil. Los entornos costeros y las playas de descanso son el reclamo más relevante de este periodo. En general, estas operaciones se plantean en la mayoría de los casos como condominios, como paquetes residenciales aislados de la lógica de los núcleos urbanos cercanos, donde la propiedad privada y comunitaria se guarda celosamente. Estos paquetes residenciales disponen de importantes bolsas dotacionales, básicamente de ocio, que debían resolver las necesidades más lúdicas de los residentes temporales. Sin embargo, una de las cuestiones más significativas de estos conjuntos residenciales es su posición respecto a los núcleos urbanos preexistentes, ya que solo en algunos casos se sitúan al margen de ellos. En cualquier caso, podemos ver que la distribución de estos modelos es significativa sobre un plano del territorio catalán. Las comunidades jardín vinculadas a la producción se sitúan en su mayor parte sobre el río Ter y el río Llobregat, habida cuenta de que una gran mayoría de ellas son colonias industriales textiles que aprovechaban la energía hidráulica de los ríos para hacer funcionar las turbinas de las fábricas. Por su parte, las vinculadas al turismo están todas ellas localizadas sobre la costa, mientras que las comunidades jardín de carácter social tienen una distribución más homogénea sobre el territorio, ya que se pretendía equilibrar la oferta residencial ubicando las intervenciones sobre núcleos urbanos más consolidados, preferentemente sobre capitales de comarca. Por su parte, las comunidades jardín burguesas se localizan bien sobre la inmediata periferia de la ciudad de Barcelona, estrechamente vinculadas a entornos no edificados (al menos en aquellos momentos), bien sobre entornos más alejados, pero con un importante componente natural, cerca de paisajes montañosos.
también sucede así, de manera que, a pesar de que el promotor pueda abordar la parcelación y dejar la edificación a cargo del futuro propietario, éste va a construir su vivienda dentro de una complicidad estética latente, que va a asegurar también esta identidad del lugar. Muchas de estas operaciones utilizan también singulares recursos compositivos para generar intenciones y configurar los espacios: desde elementos arquitectónicos o edificios específicos que pretenden reforzar la idea de comunidad mediante la definición de puertas de acceso y los límites de la intervención, hasta el uso de ejes visuales, edificios que suponen hitos, incorporación de ritmos volumétricos o uso intencionado de la vegetación. Todo ello permite incidir de una manera efectiva sobre la idea de identidad en la comunidad. Es evidente que, a partir de 1957, el hecho de que el transporte privado sea más asequible para una mayor proporción de población supone la ruptura de la idea de ciudad jardín y la perversión de la idea de comunidad en favor de la revalorización del espacio privado, al mismo tiempo que se reducen drásticamente los servicios en estos nuevos entornos y donde desaparece aquella idea teórica de trasfondo que era latente en cada comunidad jardín. Las aportaciones de las comunidades jardín son indiscutiblemente sugerentes, ya sea desde el punto de vista teórico o desde una lectura proyectual, y las enseñanzas que de ellas se derivan pueden generar sugerentes pistas sobre estrategias de intervención para mejorar aquellos entornos urbanos de baja densidad donde la idea de comunidad es en realidad muy frágil. A menudo reconocer los valores del pasado planteando su reinterpretación pueden ayudarnos de manera efectiva a resolver los retos del futuro
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En lo que respecta a cuestiones más singulares relativas al proyecto de las comunidades jardín, hay algunas particularidades que las hacen especialmente sugerentes. Uno de los aspectos más significativos tiene que ver con el paisaje urbano y el lenguaje arquitectónico de las operaciones. Es evidente que aquellas intervenciones realizadas por un operador que se encarga tanto de la parcelación como también de la edificación, como es el caso de los modelos de producción, de la vivienda social o del turismo, muestran una importante homogeneidad estética de las viviendas, aportando un relevante ingrediente en favor de la identidad del conjunto. En el modelo burgués 42
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Límites inciertos. Mirada y desenfoque Josep Maria Solè Gras Evolución es una de aquellas palabras vetustas, tan rotundas y vigorosas que siempre deberían empezar en mayúscula. Su peso semántico intimida. Se atreve a prometer un origen y un final, y relacionarlos intrínsecamente a una línea del tiempo. Tampoco duda en dividir la vida útil del fenómeno estudiado en fases, edades o capítulos cuya autonomía contradice a menudo su condición natural de continuidad. Y todo ello, con el tiempo como principal hilo argumental. Un hilo del que conocemos poco. No sabemos si estará tensado o enredado, si será de frágil y colorida seda o de áspera y gruesa cuerda. Desconocemos por completo su textura. Quizás podremos tirar de él con un ritmo constante e inalterable. O quizás no. Puede que encontremos retales y fragmentos que anudemos con decididas hipótesis, atrevidas intuiciones y, ante todo, la duda perenne de haber atinado un orden posible o certero que permita avanzar en el tortuoso laberinto de la investigación. El estudio de la evolución urbana, ni que sea de un contexto tan cercano y acotado como el catalán y un tiempo tan relativamente próximo como el tratado en este artículo, no escapa de dichas reflexiones acerca de unos límites difusos, donde origen y destino se posicionan precisamente como las primeras variables a descifrar. En este sentido, de origen incierto y devenir a replantear, el caso de la dispersión catalana es sin duda paradigmático. Nada o poco se parece a aquellos territorios de tradición anglófila con un sólido y consensuado discurso unilineal –unifilar, si se prefiere– con un punto 0 estricto y nítido como único origen de coordenadas válido desde donde emprender 44
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cualquier relato relacionado con su particular evolución urbana de baja densidad. De este modo, no hay libro, artículo o ensayo inglés que trate el sprawl que no presente, ya en sus primeras páginas, el dibujo tan aparentemente inocente y romántico de los tres imanes de Ebenezer Howard. El primero representaba, de manera tan voluntarista como icónica, las bondades y desventajas de vivir en las densas e industriosas ciudades inglesas de finales del siglo XIX contrapuesto, de manera relativamente equilibrada, a las condiciones de vida que ofrecían los entornos rurales más directamente ligados a la producción agrícola, dejando para el tercero la representación del que, según él, debería ser el modelo de ciudad híbrido del mañana1. Es un teorema cuya fuerza recae precisamente en una sencillez de fuerte raíz moralizadora y fácil traducción mercantilista. Los valores de oportunidad y diversidad históricamente ligados a la centralidad y concentración urbana se ven paulatinamente menospreciados con las etiquetas del vicio y la contaminación que acompañan a las urbes del momento. A su vez, el aislamiento del campo vendrá solventado por los modernos y eficientes medios de comunicación que se postulan de manera decidida para acortar distancias, dilatar territorios y, en definitiva, dictar las nuevas dinámicas de movilidad que justificarán, sin duda, la aparición y consolidación de un modelo urbano –la ciudad jardín– equilibrado y triunfador. Significa el fin de la clásica dicotomía exclusivista y anacrónica del campo y la ciudad, posicionándose, precisamente, en un ámbito intermedio que agrupa las principales bondades de ambos lados de la histórica frontera urbana. Pero esto ocurría a finales del siglo XIX y en Inglaterra. Para aquel entonces, ni las ciudades catalanas estaban tan avanzadas en el proceso industrializador ni es del todo cierto que el campo no dispusiera ya de sistemas de ocupación de baja o muy baja densidad con patrones y lógicas de productividad plenamente urbanas. Mirados atentamente, los fértiles llanos de Vic, Empordà, Penedès, el Camp o incluso los alrededores de la Barcelona pre-Cerdà están salpicados por una tupida red de masies (viviendas ligadas a su entorno productivo) relativamente equidistantes entre ellas y con una intensa relación mercantil con sus urbes cercanas y cabeceras regionales. Campo y ciudad se encontraban en la plaza de mercado –mercadal, en muchos casos–, espacio público, simbólico y central de un territorio y esencia urbana por naturaleza, donde el intercambio de bienes se mezcla y confunde con la transmisión de ideas y proyectos. Visto así, y permitiéndome la licencia de forzar el argumento, tampoco parece tanta la distancia ideológica que separa este histórico modelo territorial catalán y el que planteará, ya bien entrado el siglo XX, Frank Lloyd Wright para su utópica y americana Broadacre City. No en vano, releyendo los orígenes suburbanos que describe Dolores Hayden2 para la 1 HOWARD, Ebenezer. The Garden City of To-morrow. Londres: Routledge, 2003 (1ª ed. 1898). 2 HAYDEN, Dolores. Redesigning The American Dream. Gender, Housing and Family Life. Nueva York: W.W. Norton, 2002.
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cultura americana, muchos de los principios vinculados al mito moralizador de la huída de la ciudad, a la colonización de un territorio expectante y productivo, a la estructura familiar como pilar del orden ético-social y a la justa recompensa del trabajo por medio de la casa, se ven igualmente reflejados en la esencia de aquella Catalunya ancestral que ha materializado gran parte de sus anhelos en el trasfondo de unos límites inciertos entre el ámbito rural disperso y el hecho urbano más consolidado. En otras palabras, si pretendemos diseccionar el panorama de la ciudad de baja densidad que nos rodea, y pese a los dedicados esfuerzos de Cebrià de Montoliu, las fórmulas urbanas que encontraremos poco le deben al bondadoso de Howard. Realidad poliédrica. Cuestión de matices En este sentido, para definir la evolución del crecimiento urbano disperso en Catalunya no deberíamos caer en la tentadora pero simplista comparación con otros procesos foráneos. Se trata, sin duda, de una realidad rica en formas y respuestas, cuyas lógicas urbanas son fiel reflejo de unos hechos culturales, sociales y económicos, un calendario y unas intenciones e intensidades propios de un territorio de condiciones muy particulares y poco repetibles. Por ello, la baja densidad urbana del ámbito catalán, es decir, las urbanizaciones, se aproxima con mayor fidelidad a un amplio repertorio de variadas situaciones y horizontes dispares que a una respuesta unívoca y homogénea. Si bien es cierto que no somos capaces de establecer un punto de origen preciso, sí podemos denotar algunos momentos clave donde las diferencias se acentúan y las particularidades afloran. Las guerras, siempre trágicas, se convierten inevitablemente en estos puntos de inflexión. Y el siglo XX no quedó exento de ello. Sus inicios, con convulsos y violentos procesos bélicos por doquier, se cebaron con especial crudeza con el artefacto urbano. Las ciudades padecieron el drama de las bombas, el ataque a sus símbolos y la pérdida de sus gentes. Heridas y amputadas, las ciudades seguían siendo la única referencia urbana. Al menos en Europa. De hecho, la reacción americana ante el desastre fue diametralmente opuesta a la del Viejo Continente. Y de ahí vienen muchas de las diferencias del fenómeno. Los primeros, sintiendo el optimismo ganador, reorientaron rápida y enérgicamente su industria armamentística hacia la producción –también en serie– de viviendas unifamiliares a lo largo y ancho de su vasto territorio. Gracias a la decidida apuesta gubernamental de construir un nutrido y eficiente sistema de carreteras y autopistas que tejieran el país y aplicar potentes incentivos económicos de crédito hipotecario blando, EEUU entró en una espiral de crecimiento vertiginoso. En cuestión de pocas décadas, las ciudades compactas cayeron en una decadencia inducida por el abandono progresivo de los bienes, las utilidades y las personas hacia una nueva tierra prometida. La mirada furtiva y desprestigiadora hacia una ciudad cada vez más criminalizada hizo mella POSTSUBURBIA
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en las urbes americanas, convirtiendo el suburb en la imagen urbana de la América reciente3. Nació el sprawl o la cultura de la dispersión urbana como único discurso oficialista que homogeneizó respuestas tipológicas y estandarizó unas necesidades crecientes que, tanto el mercado como su brazo publicitario, supieron traducir en un incipiente consumo de masas. En medio de todo este nuevo universo de posibilidades, el coche y la casa unifamiliar se convirtieron en los símbolos consensuados del triunfo individual en una sociedad donde lo común sonaba a comunista. Sin embargo, como es bien sabido, aquí la guerra la perdimos todos. Sus heridas permanecieron abiertas mucho tiempo sumiendo el país en un oscuro periodo de estanqueidad e inmovilización. A diferencia de EEUU, las urgencias y los déficits habitacionales de aquí se resolvieron con operaciones asistencialistas de vivienda colectiva en altura. Muchos de aquellos polígonos llegaron tarde y mal. Como la industria y el crecimiento. Las ciudades y territorios dormitaban en un sopor de enclave y aislamiento que no se rompería hasta 1957 con la irrupción de un pequeño pero todopoderoso utilitario que cambiaría definitivamente la escala de la mirada. La Seat, filial española de la Fiat, apoyada en el particular Plan de Desarrollo, puso a la venta su modelo más fabricado, conocido y vendido, el popular Seat 600. Pequeño pero económico y resistente, para muchas familias catalanas, uno de aquellos 600.000 automóviles que se vendieron en la década de 19704 supuso una libertad de movimiento inimaginable hasta el momento. La compra del utilitario suponía un sinfín de posibilidades ligadas, en la mayoría de los casos, al ocio de una clase obrera creciente y cada vez más consolidada. Las vacaciones y los fines de semana significaban movimiento, salida de la ciudad y progresiva colonización de los territorios periurbanos. “Capaz de todo”, rezaban, valientes y premonitorios, los carteles publicitarios. En pocos años, muy pocos, las distancias se acortaron drásticamente y, con ello, se multiplicaron las ofertas de terrenos de condición ya no estrictamente urbana. Las ciudades ampliaron sus vías de entrada y salida para dar cabida a una gran cantidad de coches que irrumpieron ruidosamente en el panorama urbano para quedarse de manera definitiva. Éste resultó, sin lugar a dudas, un evidente punto de inflexión para la consolidación de una todavía incipiente cultura suburbana catalana. La aparición del Seat 600 –y todos sus derivados posteriores– acotó las respuestas a la dispersión urbana, refinó sus argumentos y depuró los matices que lo convierten en un caso único de características propias cuyos modelos singulares ensayaremos de agrupar en las siguientes familias.
3 DUANY, Andres; PLATER-ZYBERK, Elizabeth; SPECK, Jeff. Suburban Nation: The Rise of Sprawl and the Decline of the American Dream. Nueva York: Farrar, Straus and Giroux, 2001. 4 Según Seat, entre 1957 y 1973 se fabricaron 799.419 unidades de Seat 600 en la factoría de la Zona Franca de Barcelona.
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Cuatro familias de urbanizaciones Espardenyes o el retorno a los orígenes Este es el modelo suburbano primigenio, tanto por edad como por ideología y formas. Se ubica en los pueblos de interior del territorio catalán, buscando espacios cultivables y a buen precio en las primeras coronas metropolitanas. Es, seguramente, la respuesta más romántica, aquella que pretende acercarse de nuevo –aunque sea sólo los fines de semana– a la naturaleza perdida. El medio es el huerto. No son pocos los obreros que, migrantes de tradición agrícola, trabajan en largos turnos, seis días de la semana, en alguna de las fábricas del llano barcelonés mientras vive en un séptimo piso de algún edificio de los cientos de polígonos y aspiran, de manera todavía tímida, a recuperar aquella vocación del cultivo. Con la demanda, no tarda mucho en aparecer la oportunidad de negocio rentable y, aprovechando las debilidades normativas y la ausencia de protocolos de control urbanístico, algunos propietarios reparcelan, de la noche a la mañana, sus propiedades agrícolas en suelo rural o natural, poco apto para su desarrollo urbano. Al inicio no supone un grave problema. Las infraestructuras requeridas son mínimas y los déficits se resuelven con inventiva y autogestión. El agua suele venir de escasos pozos o rieras imprevisibles. La electricidad no llegará hasta mucho más tarde. Al huerto quizás le acompaña una pequeña construcción sin otra pretensión que la de cobijo puntual y almacenaje de herramientas. No dejan de ser estructuras precarias de fin de semana miradas con cierta permisividad o indulgencia por parte de la administración. Su accesibilidad suele ser compleja y sus ritmos de construcción, discontinuos. Son lugares sin ley aparente, donde ni formas ni espacios son planificados. Poco a poco, la progresiva consolidación de las construcciones significa la cristalización de un generoso catálogo de imaginarios y aspiraciones individuales. Torres medievalistas se codean con cortijos andaluces, chalets suizos, palacetes modernistas y contenedores prefabricados de construcción eco-sostenible. Villa Esmeralda es vecina de Villa Dolores. Le siguen dos parcelas –que no solares– vacías. No son pocos los sueños a medias y las estructuras que esperan, latentes, la jubilación prometida para el traslado definitivo. Algunos, sin embargo, ya han dado el salto y se quedan toda la semana convirtiendo aquel modo de vida efímero, pensado sólo para el fin de semana, en su primera y única residencia. El salto cualitativo es importante y pronto aparecen las lógicas demandas de unos servicios básicos todavía muy lejos de llegar. El monocultivo funcional y la precariedad de sus estructuras condenan, sin alternativa aparente, a estos tejidos a fuertes dinámicas de dependencia con ciudades o municipios no siempre tan cercanos y, por ende, a una elevada movilidad obligada para resolver las necesidades cotidianas de sus escasos habitantes.
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Si bien es cierto que el ritmo de consumo de suelo derivado de la construcción de este tipo de urbanizaciones ha disminuido sustancialmente en los últimos años5, la administración no puede seguir ignorando un hecho urbano demasiado elocuente. No son ni pocas ni pequeñas. Muchas, además, se encuentran en clara situación de riesgo legal o natural (incendio, zona inundable, geología inestable, erosión del suelo y deforestación, etc.) y el fenómeno cada vez más común de transformación de su tejido en primeras residencias estables aumenta exponencialmente unas demandas y urgencias cada vez más acuciantes. Chanclas o la ciudad de usar y tirar Volvamos al Seat 600 y a la libertad de movimiento de la década de 1960 como punto de partida para esta segunda tipología. No todos entendemos el ocio de igual manera y muchos prefieren la sombrilla y la toalla a la azada y el rastrojo. Por ello, no es de extrañar que el domingueo veraniego rápidamente se transformara en una incipiente actividad turística que, a su vez, significó la conquista de las costas. El sol era el bien preciado y el mar, su feliz aliado. Las marcas Costa Dorada y Costa Brava se hicieron fuertes y los primeros hoteles pronto se acompañaron de importantes conjuntos residenciales de vocación estrictamente vacacional. Los hay de todo tipo. Cerca –o no tanto– de la playa, todos dependen y aspiran a ella. Las viviendas pareadas irrumpen insinuando cuál puede ser su éxito no tan lejano. El imaginario de estas urbanizaciones es mucho más colectivo y sus nombres delatan sueños compartidos: Marenostrum, Antibes, Miami... Poco a poco van colmatando los espacios vacantes a lo largo de la línea de costa, espesando un contínuum de alta ocupación estival pero escasa vida más allá del verano. Con ello, los municipios costeros con este tipo de tejidos urbanos se ven obligados a mantener activos todo el año, aun sin la población potencialmente usuaria, una serie de equipamientos, infraestructuras y servicios diseñados para dar respuesta a sus picos de demanda veraniega. No son pocos los kilómetros de calles a vigilar, las farolas a iluminar, los jardines y parques a regar y replantar, los equipamientos públicos a gestionar… No cabe duda que la estacionalidad de este tipo de tejidos se convierte en el mayor reto a solventar mientras que añadir usos que complementen el espectro de actividades más allá del turismo veraniego será, seguramente, una de las claves que garanticen su sostenibilidad. Tacones o el obligado sueño catalán Mucho más reciente, esta tercera tipología responde al modelo más homogéneo y cercano ideológica y físicamente al suburbio americano. Los noventa suponen la 5 Un estudio de Joan Barba y Montserrat Mercadé sobre la urbanización dispersa en la provincia de Barcelona, aseguraba que el 80% de estos tejidos se construyeron entre 1960 y 1975.
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explosión definitiva de las ciudades –al menos, del arco mediterráneo– y la maduración de sus áreas metropolitanas a partir del fortalecimiento de sus coronas. El mercado inmobiliario pone a disposición de una nueva demanda creciente grandes y monótonos paquetes de promociones de viviendas aisladas o apareadas que se desparraman en los límites y confines de aquellos municipios cercanos a las ciudades medias y capitales de comarca. Los números son elocuentes6 y la complicidad bancaria, de la mano de la indecisión política y las debilidades instrumentales, se traduce en amplios tejidos monofuncionales de apariencia repetida y reiterada donde casa, piscina y coche parecen formar el pack básico para habitar diariamente un territorio donde ya nada está ni cerca ni lejos. La elección del lugar de residencia viene dictada por el precio del metro cuadrado y las condiciones de la hipoteca. La ciudad se amuralla con sus precios prohibitivos y vivir en urbanización de baja densidad ya no es solo una alternativa: para muchos, se convierte inevitablemente en la única opción. Ya no se trata de las bien estimadas casitas de fin de semana o veraneo. Son primeras residencias estables y proyectadas para ello. Y son muchas. Se construyen rápido y por doquier. Si las casas siguen un mismo patrón, sus habitantes no son menos. Jóvenes familias trabajadoras que van y vienen al ritmo de un trabajo lejano, unas actividades extraescolares o un ocio poco o nada vinculado al lugar donde se reside. El olor de césped artificial de los escuetos jardines se percibe desde las anchas y agrietadas calles. Se oyen gritos y chapoteos pero no se ven niños jugando. Las vallas son demasiado altas. Las han ampliado con bloques de hormigón. Un coche a lo lejos y, de fondo, el repicar de unos tacones vespertinos que se apresura a entrar con las bolsas de la compra. Seguro que el fin de semana los tacones serán unas cómodas deportivas. Apéndices o las últimas derivadas Aunque todavía minoritarias en nuestro territorio, no podíamos dejar de citar un último capítulo en la evolución urbana más reciente que complementa el amplio repertorio de modelos de ciudad dispersa catalana. Hablamos de aquellas urbanizaciones privadas y cerradas –gated communities– vinculadas a un complejo de ocio o deportivo (club de golf, marina…) que se convierten en islas privativas en un territorio cuya tendencia natural, de no ser corregida, se dirige a convertirse en un archipiélago funcional y formal. Son, en cualquier caso, la no-ciudad por antonomasia, un tejido a evitar de manera taxativa. Otra tendencia todavía poco significativa en nuestros ámbitos pero de dudosa conveniencia es la “ciudad jubilada”, dirigida a sectores poblacionales de 6 Aunque hay varios estudios al respecto, el más completo para la descripción del tejido de baja densidad residencial en el ámbito catalán nos parece que es BARBA, Joan; MERCADÉ, Montserrat. Les urbanitzacions de la província de Barcelona. Localització i característiques dels sistemes de baixa densitat residencial. Barcelona: Diputació de Barcelona. Àrea d’Infraestructures, Urbanisme I Habitatge, 2006 (un año más tarde fue editado por el DPTOP de la Generalitat de Catalunya, completado con las provincias de Girona, Lleida y Tarragona).
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edad avanzada y mayoritariamente originarios de los países nórdicos que, atraídos por la bonanza de nuestro clima, construyen complejos habitacionales de playa con un comportamiento, de nuevo, estacional y socialmente endogámico. Tampoco es, sin lugar a dudas, el modelo de ciudad completa, intensa y compleja a la que aspiramos. La verdad nos hará libres… y el tiempo nos hará ciudad Como acabamos de ver, el abanico de variedades es amplio y las urbanizaciones, tejidos de baja densidad, ciudad difusa, dispersa o como prefieran llamarlo, es un fenómeno presente, patente y potente que, sin embargo, se ha mantenido de manera obstinada en un plano secundario en los estudios urbanos de las últimas décadas. Ni siquiera la mirada política, siempre acompañada de una cierta complicidad condescendiente, ha sido capaz de convertirlo en objeto de debate considerándolo ingenuamente un fenómeno minoritario o directamente ignorándolo7. Sin embargo, los números delatan unas ocupaciones progresivas a elevadísimos ritmos de crecimiento que se han infiltrado de manera aparentemente silenciosa en nuestros paisajes cotidianos para convertirse en un hecho común o, según Muñoz, incluso banal8.
Aunque el panorama no es clarificador ni las familias aquí planteadas son taxativas, no quisiera acabar sin entonar un canto a la esperanza apelando a algo tan sencillo como el paso del tiempo. Las ciudades han tardado siglos en consolidar sus estructuras, en dotar de simbolismo sus monumentos y en definir su imagen e identidad, mientras que estas urbanizaciones, ya sean de primera –espardenyes o chanclas– o segunda generación –tacones–, apenas tienen 50 años. Si las miramos atentamente, en muchas ya observamos cambios evidentes y una clara tendencia a completar sus tejidos, infiltrar otros usos, mezclar formas y densidades, hibridar las ecuaciones urbanas y, en definitiva, generar renovadas intensidades. Identificados ciertos puntos de oportunidad y bien acompañados algunos procesos, sin duda se puede aspirar a construir nuevas redes de compleja y densa urbanidad. Añadir, sumar, superponer, densificar, incrementar, adaptar y flexibilizar, son verbos que conviven con conceptos como centralidad, accesibilidad, transporte, intermodalidad, compatibilidad, mezcla y equilibrio en el nuevo vocabulario del gestor –más que el planificador– urbano. Entre unos y otros, la civilidad llegará
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No es conveniente seguir negando su existencia ni su importancia, ni mucho menos apostar por su completa erradicación. Es más, la actual situación coyuntural de grave crisis económica puede ser interpretada en clave de oportunidad histórica para abrir una ventana de reflexión que, impulsada desde los ámbitos académicos, planteen escenarios de futuro y estrategias urbanas que apuesten de manera clara y decidida por corregir tendencias que transformen y mejoren lo presente9. Éstos deberán ser estudios, seguramente, que partan desde una mirada poliédrica que integre un mayor número de factores y supere la clásica ecuación planteada únicamente desde claves estrictamente morfotipológicas. No cabe duda que estamos ante una nueva situación que plantea nuevos retos que, a su vez, desvelarán nuevas preguntas para las que deberá imaginar respuestas originales y novedosas.
7 VV.AA. Urban sprawl in Europe: The ignored challenge. Copenhagen: EEA, 2006. Citado en MUÑOZ, Francesc. Estratègies vers la ciutat de baixa densitat: de la contenció a la gestió. Barcelona: Diputació de Barcelona, Col. Estudi, Sèrie Territoris, 2011. 8 MUÑOZ, Francesc. Urbanalización. Paisajes comunes, lugares globales. Barcelona: Gustavo Gili, 2008. 9 Un primer paso para su reconocimiento y estudio fue, en este sentido, la aprobación de una Ley estatal en 1981 que ensayaba de afrontar la ilegalidad de muchas urbanizaciones posicionando, por primera vez, la problemática a una escala supramunicipal que superara los tímidos esfuerzos locales realizados hasta el momento. Si bien éste fue un instrumento que sentó las bases, aunque de manera indirecta, sobre los principios de gestión, el salto significativo no llegará hasta la aprobación definitiva de la Llei d’urbanitzacions de 2009, un conjunto de instrumentos normativos de mejora de los déficits urbanísticos (servicios básicos) de aquellas urbanizaciones más antiguas de nuestro territorio. Representa sin duda un avance normativo destacable aunque se queda, a nuestro entender, en la simple gestión de las urgencias de aquellos tejidos no planificados dejando todavía sin plantear escenarios plausibles de futuro o estrategias integrales de transformación de estos lugares de vocación decididamente urbana.
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La perspectiva de género en el urbanismo y los efectos diferenciados del suburbio Adriana Ciocoletto, Marta Fonseca y Sara Ortiz ¿Qué es la perspectiva de género? La perspectiva de género es una herramienta descriptiva, analítica y política que se utiliza para visibilizar, analizar, evaluar y transformar las desigualdades entre mujeres y hombres que existen en una sociedad. Mientras el sexo se refiere a las características biológicas de mujeres y hombres, el género es la categoría analítica que se utiliza para estudiar los roles y las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres. Las perspectiva de género analiza cómo, basado en diferencias biológicas, el patriarcado ha impuesto roles de género a mujeres y hombres basados en relaciones de poder, creados social y culturalmente, y vinculados a expectativas, estereotipos y patrones sociales1. Los roles de género cambian con el tiempo y son dinámicos, ya que se trata de construcciones sociales y se definen de acuerdo al contexto socioeconómico, la cultura y el territorio. A lo largo de la Historia, los roles de género se han adaptado a cambios socioeconómicos, pero las estructuras desiguales de poder entre mujeres y hombres se han mantenido2.
1 GREED, Clara H. Women & Planning. Creating Gendered Cities. Londres y Nueva York: Routledge, 1994. NELSON, Julie A. “Feminism and economics”. En: Journal of Economic Perspectives. vol. 9, n. 2, p. 131-148, 2005. 2 FAINSTEIN, Susan S. y SERVON, Lisa J. “Introduction. The intersection of Gender and Planning”. En: FAINSTEIN, S. y SERVON, L.J. (ed) Gender and Planning. A reader. New Brunswick, New Jersey y Londres: Rutgers University Press, 2005.
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Los roles de género se enseñan y se reproducen. Por ejemplo, el rol de la esposa servil y sumisa al marido se transmitió a través de la publicidad y otros medios de comunicación entre las décadas de 1940 y 1960 en diferentes países: España, Argentina, Estados Unidos, etc. Esta construcción de modelos continúa reproduciéndose en la publicidad actual a través de imágenes de violencia contra las mujeres o en los catálogos de revistas, electrodomésticos, etc.3 La construcción social del género asigna espacios y da prioridades: lo privado y lo público aparecen como pares complementarios y a la vez antagónicos. Bajo el sistema sexo-género, el rol masculino se ha asociado con la esfera pública, productiva, de trabajo asalariado y de poder, y el femenino, a la esfera privada, reproductiva, de trabajo no remunerado y de cuidado de las personas4. Las mujeres han sido históricamente excluidas de la esfera pública y de los órganos de toma de decisión. Ello ha influenciado en cómo se han diseñado los entornos, las ciudades y las áreas urbanas: lo cotidiano ha sido secundario y relativo, y el exterior, lo público, ha sido principal e importante, por lo tanto, solo formulable desde teorías neutrales, racionales y abstractas, no desde la experiencia5. La experiencia cotidiana de las mujeres: un conocimiento ignorado El trabajo realizado con mujeres en talleres de empoderamiento y de diagnóstico urbano6 nos sirve para ejemplificar su conocimiento empírico como resultado del rol de género femenino que todavía desempeñan mayoritariamente. Abogamos por la necesidad de incluir esta sabiduría en las diferentes etapas del desarrollo de un proyecto urbano. Este conocimiento empírico puede ser útil para indagar en las consecuencias derivadas del modelo de las urbanizaciones residenciales monofuncionales de baja densidad, donde la falta de mezcla de usos conlleva un aumento de las distancias en las que se desarrollan las actividades cotidianas. Para analizar este aspecto cabría preguntarse:
3 MUXÍ MARTÍNEZ, Zaida. “La transformación necesaria de la urbanización dispersa: barrio-ciudad próxima”, Conferencia en el workshop Postsuburbia, 29 de junio de 2012, ETSAB-UPC, Barcelona. http://upcommons.upc.edu/video/ handle/2099.2/3205 (acceso 20-12-2012) 4 SWEET, Elizabeth L. y ORTIZ ESCALANTE, Sara.“Planning Responds to Gender Violence: Evidences from Spain, Mexico and the U.S”. Journal of Urban Studies, vol. 47 (10), p. 2129-2147, Septiembre 2010. 5 MUXÍ MARTÍNEZ, Zaida “Ciudad próxima. Urbanismo sin género”. Ingeniería y Territorio, n. 75. Madrid: Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, 2006. 6 COL· LECTIU PUNT6. Taller de empoderamiento: “La experiencia de las mujeres en su entorno cotidiano” (84 talleres realizados). Eines de participació. ICD 2005-2010 y Talleres de diagnóstico urbano vinculados al desarrollo de la Ley de Barrios en Cataluña. 2009-2011. punt6.wordpress.com
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• ¿Dónde se ubican los servicios y equipamientos complementarios a la residencia? • ¿Cómo se puede acceder a ellos? ¿Qué medios permiten la movilidad en la zona? • ¿Esos medios tienen en cuenta diferencias de sexo, género, renta, dependencia? Es decir, ¿se ha pensado en las particularidades de las personas? • ¿Existen opciones de recorridos y medios de movilidad que permitan compaginar tareas o coordinar horarios? ¿Es posible elegir entre diversas opciones según las necesidades? Por ejemplo, ir caminando al centro de salud y comprar los medicamentos al salir, de camino al colegio donde hay que recoger a los más pequeños. • ¿Qué actividades se pueden vincular a un recorrido? • ¿Se puede ir con autonomía y seguridad por los espacios públicos y en los medios de movilidad existentes? Por ejemplo, dejar que niñas y niños vuelvan solos del colegio, decidir ir andando a otro punto, etc. Estas preguntas nos permitirían comprender las dificultades que exponen las mujeres cuando hablan de un equipamiento educativo o de salud ubicado en un borde alejado y sin vitalidad, donde no llega un transporte público de calidad y que no cuenta con alternativas al uso de coche privado (opción ineludible para acompañar a niñas, niños y gente mayor) ni con caminos adecuados para decidir ir andando. Tampoco permite compaginar tareas porque no se proponen actividades complementarias que promuevan la apropiación de esos espacios o generen integración comunitaria para fomentar redes de ayuda. Otras mujeres manifiestan que, por sí sola, una concentración de equipamientos en el núcleo central ni garantiza el fortalecimiento de la comunidad, ni ayuda a conciliar actividades y tiempos empleados, ni es propositiva de relaciones intergeneracionales. Cuando unas y otras hablan de la ubicación de un equipamiento, tienen en cuenta sus propias necesidades, las de las personas que cuidan y las de la comunidad con la que establecen relaciones. Este conocimiento que proviene de la experiencia también puede ayudarnos a desvelar otro punto importante: las relaciones de dependencia entre las actividades cotidianas y el tiempo que se emplea en llevarlas a cabo en el entorno de las urbanizaciones residenciales monofuncionales de baja densidad. En este caso las preguntas serían: • • • •
¿Cuál es el ámbito de la vida cotidiana en estos entornos? ¿En qué escala o escalas se realiza el abastecimiento? ¿Cuánto tiempo se emplea en realizar las actividades cotidianas? ¿Qué costos económicos y temporales tiene la cotidianidad en estos entornos? POSTSUBURBIA
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• ¿Qué dependencias de equipamientos y servicios existen? • ¿Es posible articular diferentes ritmos y necesidades espaciales y temporales: núcleo-urbanización, laboral-festivo, día-noche, residencial-vacacional? Todas estas cuestiones nos ayudarán a comprender los problemas que expresan las mujeres cuando cuentan los kilómetros de ida y vuelta que han hacer para conseguir el pan o los víveres de primera necesidad, para realizar compras esporádicas de ropa y calzado. Este contexto las obliga a una constante racionalización de las tareas para disminuir el costo añadido en desplazamientos y en tiempo invertido en cada actividad. A través de los relatos de las participantes en los talleres o del estudio pormenorizado de sus necesidades y su posible satisfacción, podemos entender que su libertad de elección se ve coartada y es dependiente las de pocas opciones existentes en proximidad cuando hay que escoger un servicio médico, un centro educativo e incluso el servicio de un zapatero. Esta dependencia es mayor y más problemática en servicios específicos como los centros de atención a la mujer. Género, urbanismo y efectos diferenciados del suburbio En la mayor parte de la historia del urbanismo las diferencias de género han sido invisibilizadas. El urbanismo basado en orígenes funcionalistas ha utilizado una aproximación universal que no distingue las diferentes necesidades de las personas7. Como afirma Clara Greed8, el urbanismo ha desarrollado políticas ciegas al género con el propósito de responder a las supuestas necesidades universales, que esconden una falsa neutralidad e igualdad, ya que se realizan desde una experiencia masculina. Greed añade que las mujeres han sido relegadas al ámbito privado y han sido vistas como una minoría a pesar de representar el 51% de la población mundial. Es a raíz de la publicación del libro La mística de la feminidad de Betty Friedan9 en 1963 cuando se ponen en evidencia las consecuencias diferenciadas del modelo de urbanización suburbial y que estas afectan negativamente a las mujeres. A finales de la década de 1970, esta perspectiva crítica se extiende hacia otros campos, reflejando los sesgos y omisiones causados por la falta de una mirada de género y aparecen publicaciones sobre el rol de las mujeres como amas de casa en los suburbios de clase media o se escribe sobre la situación de las mujeres pobres de color10.
Repensar los entornos y espacios urbanos con perspectiva de género no significa transformarlos solo para las mujeres –en oposición a los hombres– sino pensar un entorno con todos sus detalles, a través de todas las escalas, teniendo en cuenta la complejidad y la diversidad, sin dar prioridades exclusivas a consideraciones económicas alejadas de las personas. Se trata de construir entornos que no perpetúen las desigualdades de género, clase, etnia, edad o capacidad física. Significa poner en igualdad de condiciones las exigencias derivadas del mundo productivo y las derivadas del mundo reproductivo, es decir, las necesidades cotidianas de atención a las personas. Los dos mundos tienen que situarse en el mismo nivel de importancia en las decisiones urbanas para evitar ampliar o mantener las desigualdades12. Al integrar la perspectiva de género en el urbanismo es esencial incluir un abordaje interseccional, es decir, cruzar la variable género con otras como etnia, edad, estatus económico, capacidades, origen, etc. Es la combinación de esta variables la que permite hacer aún más visibles las desigualdades de género que se dan. Por ejemplo, en una urbanización, la vida cotidiana de un hombre blanco, autóctono, en edad productiva, con coche y trabajo a tiempo completo bien remunerado y plenas capacidades no se dará de igual manera que la de una madre negra, inmigrante, en edad productiva, que vive con hijas o hijos dependientes, que necesita del transporte público o desplazarse a pie para realizar sus actividades cotidianas. Es necesario visibilizar estas diferencias ya que desde el urbanismo se ha utilizado tradicionalmente una mirada androcéntrica13 centrada en la producción de conocimiento del hemisferio norte occidental.
11 MUXÍ MARTÍNEZ, Zaida; CASANOVAS, Roser; CIOCOLETTO, Adriana; FONSECA, Marta y GUTIÉRREZ VALDIVIA, Blanca. “¿Qué aporta la perspectiva de género al urbanismo?”. En: GUTIÉRREZ MOZO, M.E. (coord.) La arquitectura y el urbanismo con perspectiva de género. Feminismos, nº 17. Centro de Estudios de la Mujer, Alicante, 2011.
7 FAINSTEIN, Susan S. y SERVON, Lisa. Op.cit.
12 Ibídem.
8 GREED, Clara H. Op.cit.
13 MUXÍ MARTÍNEZ, Zaida. “Reflexiones en torno a las mujeres y el derecho a la vivienda desde una realidad con espejismos”. En: El derecho humano a la vivienda. Perspectiva nacional e internacional sobre la vivienda adecuada”. Plataforma Interamericana de derechos Humanos, Democracia y Desarrollo, 2009 y CAPRILE, María. Guía práctica para la inclusión de la perspectiva de género en los contenidos de la investigación. Barcelona: Fundación CIREM, 2012.
9 FRIEDAN, Betty. La mística de la feminidad. Valencia: Ediciones Cátedra, 2009. 10 FAINSTEIN, Susan S. y SERVON, Lisa. Op.cit.
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A pesar de que se empieza a hablar de sesgos en el urbanismo, la visión neutral y universal se continúa utilizando para enmascarar que el sujeto de los derechos de ciudadanía es masculino. El derecho a la ciudad y las prioridades en la definición de esta se ha construido tomando como referencia el mundo público, la participación en el mercado y los espacios asignados a los hombres. El espacio doméstico-femenino no se ha incluido en la categoría de ciudadanía11. En el diseño y el urbanismo se ha priorizado la esfera productiva y se ha minusvalorado la esfera reproductiva, creando espacios que dificultan el desarrollo de la vida cotidiana de todas las personas, y en particular de las mujeres.
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Desde el urbanismo con perspectiva de género, se entiende el espacio, tanto el público como el privado, como el soporte físico de las diferentes actividades cotidianas que las personas realizan en su día a día. La configuración de ese espacio y sus diferentes características son esenciales para favorecer –u obstaculizar– la vida cotidiana de todas las personas. Las áreas residenciales monofuncionales de baja densidad son el mejor ejemplo de la concepción funcionalista del mundo y de la planificación, que ha dividido funciones, usos y, por ello personas. Han sido diseñadas desde un punto de vista androcéntrico, al igual que ha sucedido en las ciudades pero de manera exacerbada, y se han basado en el mismo imaginario de “la vida en suburbia” que aparece con la creación del suburbio americano. Tal como señala Dolores Hayden14, uno de los principios más importantes de la arquitectura y la planificación urbana en Estados Unidos durante la creación de suburbia fue que “el lugar de una mujer es la casa”. La casa de suburbia fue el escenario para una efectiva división sexual del trabajo. Fue la mercancía por excelencia, un estímulo para el trabajo remunerado masculino y un contenedor para el trabajo no remunerado femenino. Aunque las mujeres también realizan trabajo remunerado, el peso del desarrollo de actividades y de cubrir las necesidades de la vida cotidiana continúa sobre ellas. Este diseño androcéntrico se ha reproducido en las urbanizaciones de nuestro territorio donde se ha priorizado el mundo productivo por encima de la esfera reproductiva y del desarrollo de las tareas cotidianas. Las urbanizaciones se han diseñado para exacerbar la división de las esferas, el dualismo entre el lugar de residencia y el lugar donde se desarrollan las actividades productivas y remuneradas. La casa/residencia queda separada de las zonas comerciales y equipamientos sin acceso a ellas en transporte público, no existe un centro, la conexión con el núcleo de población y con los centros urbanos es deficiente si no se dispone de transporte privado.
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En un estudio realizado sobre urbanizaciones dispersas en Catalunya se ha identificado que la elección del lugar de residencia es una decisión compleja donde intervienen muchos factores de tipo social, económico y urbano. Esta decisión está influida muchas veces por tendencias sociales, que en algunos casos han asociado el bienestar a una vida más próxima a la naturaleza y a un modelo de dispersión residencial. Este modelo se acepta a pesar de carencias como la lejanía a equipamientos, servicios y otras necesidades de la vida cotidiana, que cuestionan el bienestar real de las mujeres que viven en este tipo de urbanizaciones15. Los factores económicos se cuentan también entre las razones de elección. En España los encontramos especialmente durante la llamada burbuja inmobiliaria, entre 2000 y 2007. Se basaban exclusivamente en un mejor o igual precio de la vivienda de suburbio en comparación con un piso pequeño en la ciudad consolidada, además tenía más metros y permitía el disfrute de un entorno natural, de un jardín. Por lo general, en estas comparaciones no se consideraba lo que se denomina “salario diferido”, la proximidad de equipamientos y servicios que encontramos en las ciudades y que representan ahorro de tiempo y dinero, es decir, de recursos económicos y ambientales. Los costos derivados de los desplazamientos familiares cotidianos no se han tenido en cuenta a la hora de elegir vivir en urbanizaciones residenciales monofuncionales de baja densidad. Es probable que tampoco se hayan evaluado los ciclos vitales: no es lo mismo vivir en una urbanización cuando se es joven y sin descendientes que cuando hay personas menores a cargo o cuando las personas son mayores y tienen problemas de autonomía.
Es difícil determinar todos los factores que influyen en las decisiones de vida de las personas y en la elección de su lugar de residencia, en el caso que puedan escogerlo. Este trabajo intenta incidir en que, en el momento de esta elección, deben evaluarse tanto los pros como los contras de cada lugar. Se ha demostrado que, en el caso de las urbanizaciones monofuncionales residenciales, muchos de estos aspectos no se han considerado.
El enfoque sectorial en la planificación urbanística, guiada por los intereses de las grandes inversiones globales, ha conducido a los actuales entornos urbanos segregados donde los ambientes residenciales, de trabajo, compras y ocio constituyen áreas independientes unidas por extensas vías de comunicación. Se trata de territorios no integrados en la producción económica local y, en general, rural que los rodea, por lo que la subsistencia de las familias debe seguir buscándose en la ciudad, de la cual continúa siendo dependiente, o en zonas que dispongan de puestos de trabajo. A este modelo se contrapone el de barrios con usos mixtos, distancias cortas y proximidad al trabajo, con espacios para el cuidado de los niños y niñas, tiendas, servicios y sistemas de transporte público con la frecuencia y accesibilidad adecuadas. Este segundo modelo representa el de una ciudad capaz de satisfacer las necesidades diversas de las mujeres según lo mencionado anteriormente. En este sentido, se puede afirmar que
14 HAYDEN, Dolores. Redesigning the American Dream. The Future of Housing and Family Life. Nueva York y Londres: W.W.Norton & Company, 2002 (1ª edición 1984).
15 GARCÍA ALMIRALL, Pilar y GARCÍA MASIÁ, Anna. Vers un model de ciutat a l’abast de les dones: Diagnosi i directrius per l’acció municipal. Barcelona: Universitat Politècnica de Catalunya, Centre de Política de Sòl i Valoracions, 2010.
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una ciudad que responda a las necesidades de las mujeres será una ciudad que sea más sostenible y beneficie a todas las personas16. Variables de análisis con perspectiva de género Al analizar las áreas residenciales monofuncionales desde la perspectiva de género surgen diferentes aspectos que las diferencian de la ciudad. El primero y más evidente es que, como lugar de intercambio y socialización, la ciudad tiende a ser un espacio mixto con mezcla de usos y de personas, característica que contrasta con la falta de diversidad física y social a la que tienden las urbanizaciones. Otro determinante es la proximidad: en la ciudad se da en un tejido compacto, denso y con variedad de usos, mientras que en las urbanizaciones la dispersión y monofuncionalidad impiden la proximidad entre usos y personas; a ello cabe sumar que la falta de densidad hace poco rentable proporcionar transporte público, lo que genera una importante dependencia del coche privado. A continuación se analizarán diferentes variables urbanas estudiadas para la ciudad compacta17 pero adaptándolas para entender y atender a las características de las urbanizaciones residenciales monofuncionales de baja densidad: espacio público y de relación, vivienda, movilidad, equipamientos y servicios, seguridad, participación y entorno que rodea estas urbanizaciones, variable esta última que es específica para este modelo de análisis. Espacio público y de relación El espacio público de las áreas residenciales monofuncionales de baja densidad está formado generalmente por espacios sobrantes y, en la mayoría de los casos, carece de diseño. En buena parte de las urbanizaciones, tanto las calles como el espacio público han sido pensados para acceder a las viviendas en coche privado. Se ha entendido la calle como un conector funcional para la prioridad vehicular, sin pensar en otros tipos de movilidad o en otros usos que pudiera tener. En vez de ser lugar de socialización, la calle se convierte en un espacio infrautilizado y no facilita que las personas puedan cruzarse al ir de un lugar a otro caminando o en bicicleta: el coche tiene máxima prioridad. Tampoco existen elementos que faciliten otros usos, por ejemplo mobiliario urbano que invite a la estancia, como bancos e iluminación o juegos para diferentes edades. En consecuencia, en muchas urbanizaciones existe un abandono de lo público y faltan zonas para relacionarse socialmente en las diferentes etapas del ciclo vital. Esta falta
16 JAECKEL, Monika y VAN GELDERMALSEN, Marieke. “Gender Sensitive Urban Planning”. En: Urbanismo y género. Una visión necesaria para todos. Barcelona: Diputació de Barcelona, 2006. 17 COL·LECTIU PUNT6. “Recomanacions per la implementació de polítiques de gènere al urbanisme”. Entidad financiadora: Institut Català de les Dones, expediente U-62/06. Convenio en colaboración con la Universitat Politècnica de Catalunya. Grupo de investigación I-00868. Investigadora principal: Zaida Muxí Martínez, profesora DUOT-UPC, Barcelona, 2006.
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de lugares de encuentro está relacionada frecuentemente con una falta de sentido de pertenencia y de comunidad, por lo que se genera, entre otras cosas, una actitud más individualista que revierte en una falta de uso y cuidado de los espacios de socialización. Vivienda Clara Greed18 señala que la mayoría de problemas que las mujeres afrontan en los entornos diseñados por hombres son el resultado de una visión dicotomizada de la realidad público/privado. Las áreas residenciales monofuncionales son un claro ejemplo de ello. Su desarrollo se ha enfocado en la construcción de vivienda (de lo que se entiende como espacio privado) sin tener en cuenta ni cómo el espacio público puede ayudar o dificultar el desarrollo de la vida cotidiana ni las relaciones entre lo público y lo privado. En las urbanizaciones el espacio privado de la vivienda toma todo el protagonismo. Vital para el desarrollo de la vida de la unidad familiar y para el mantenimiento de las relaciones sociales, este espacio no ha sido tampoco pensado para cubrir las necesidades cotidianas y carece de una perspectiva de género en su diseño. Todas las casas están organizadas alrededor de los mismos espacios: cocina, comedor, sala de estar, habitaciones, garaje y parking. Estos espacios requieren de alguien que se cuide de ellos y de sus funciones (cocinar, limpiar, cuidar criaturas) y transporte privado19. La distribución interior vuelve a repetir la estructura, con zonas públicas y privadas, y entre ellas las de servicios, con lo que el espacio vuelve a dividirse de manera funcional, perpetuando los roles de género. Tanto en este esquema de diseño de viviendas como en el empleado para el espacio urbano que las circunda no se tiene en cuenta que las personas realizan en su día a día gran cantidad de tareas vinculadas entre sí que hacen necesaria la existencia de una interrelación similar entre los espacios que son escenario de esas actividades. Por ejemplo, poder cocinar mientras se conversa con otras personas, cuidar mientras se ordena, etc.20 Movilidad La movilidad priorizada en esta tipología residencial es la basada en el uso del coche privado. La mayor parte de las urbanizaciones carece de sistemas de transporte público que las conecten con otras o con poblaciones donde se desarrollan actividades relacionadas con el cuidado, la educación, etc. Este tipo de movilidad beneficia a una parte de la población pero no a la gran mayoría. Los estudios de movilidad reflejan 18 GREED, Clara H. 1994. Op.cit 19 HAYDEN, Dolores. “What would a nonsexistcity be like? Speculations on Housing, Urban Design, and Human Work”. En Fainstein, S. and Servon L.J. (ed) (2005) Gender and Planning. A reader. New Brunswick, New Jersey y Londres, Rutgers University Press, 1981. 20 MUXÍ MARTÍNEZ, Zaida. “Recomanacions per a un habitatge no jeràrquic ni androcèntric”. Eines 13. Barcelona: Generalitat de Catalunya, Institut Català de les Dones, 2009.
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que las mujeres tienen diferentes patrones de movilidad que los hombres, y que utilizan en mayor medida el transporte a público o se desplazan a pie. Además la mayoría de sus traslados no son de tipo ocupacional (relacionados con el trabajo remunerado y el estudio), sino vinculados al resto de actividades (entre ellas, el trabajo doméstico y el cuidado no remunerado)21. Si a este análisis se le añade la variable edad, se hace aún más evidente que las necesidades de las personas mayores, niñas, niños y jóvenes menores de edad no han sido tenidas en cuenta en este modelo de urbanización u ocupación territorial. Así, estos grupos frecuentemente se convierten en dependientes de otras personas para realizar sus actividades cotidianas: necesitan que alguien les acompañe a la escuela, a los servicios de salud, a la compra, etc. La mayoría de servicios y equipamientos que abastecen la vida cotidiana no se encuentran próximos a la vivienda sino que están distantes en tiempo y/o espacio. Si además de la distribución de los servicios, el sistema de transporte no valora la proximidad y además está enfocado al uso del vehículo privado, llevar a cabo las tareas cotidianas es más complejo y consume más tiempo. Esta dispersión y falta de planificación dificulta que los recorridos representen tiempos útiles, es decir, que los diversos itinerarios diarios permitan satisfacer las necesidades para así utilizar el tiempo eficientemente. El uso del tiempo no es eficiente cuando cada recorrido es exclusivo para una función22. En los talleres realizados con mujeres23 se evidencia que es posible emplear menos tiempo si los desplazamientos en la cadena de tareas cotidianas, que suelen ser a pie, permiten entrelazar diversas actividades con flexibilidad. Los desplazamientos punto a punto, donde solo es posible resolver una sola tarea y que suelen ser en vehículo privado, necesitan una mayor inversión de tiempo. Este es el caso en la mayor parte de urbanizaciones. Equipamientos y servicios A la construcción dispersa de las urbanizaciones se añade otra dificultad: la ubicación fragmentada de equipamientos y servicios. En muchos casos los equipamientos están en los bordes o fuera de la urbanización, aislados, no generan ninguna centralidad y son de difícil acceso desde las viviendas si no se dispone de vehículo privado. Existen equipamientos compartidos por diferentes núcleos o urbanizaciones y su accesibilidad no está pensada para llegar de igual manera desde los diferentes sitios. Por ejemplo, si una carretera de mucho tránsito y sin señalización, como suele ocurrir, separa una 21 MIRALLES, Carme y MARTÍNEZ, M “Las divergencias de género en las pautas de movilidad en Cataluña, según edad y tamaño del municipio”. Revista Latino-americana de geografía e gênero, Ponta Grossa, V. 3, n. 2, 2012. 22 MUXÍ MARTÍNEZ et al., 2011. Op.cit. 23 COL·LECTIU PUNT6. Taller de empoderamiento: “La experiencia de las mujeres en su entorno cotidiano” (84 talleres realizados). Eines de participació. ICD 2005-2010 y Talleres de diagnóstico urbano vinculados al desarrollo de la Ley de Barrios en Cataluña. 2009-2011. punt6.wordpress.com
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escuela de una zona residencial será difícil llegar andando al colegio de manera segura. Otro escollo es la ubicación inadecuada de estas piezas, que determina un uso residual en su entorno, no genera relaciones de comunidad y, según la disposición de sus entradas, puede dificultar el acceso. Cuando equipamientos con estas características se ubican en el interior de las urbanizaciones, acostumbran a ser monofuncionales y estar infrautilizados, generando verdaderas islas o barreras dentro del tejido residencial. Un ejemplo de ello son las pistas de fútbol, una de las pocas piezas dotacionales que se han instalado en muchas urbanizaciones. Es importante también que los programas de los equipamientos respondan a las necesidades de la población específica, que no se repitan programas sin sentido por todo el territorio. Más grave aún es que no se hayan considerado equipamientos y servicios necesarios para satisfacer las necesidades cotidianas como escuelas, centros cívicos, de salud o deportivos para prácticas diferentes al fútbol. Además de la ubicación y el programa, es decisivo el diseño arquitectónico de los equipamientos ya que de él dependerá su relación con el espacio público que lo rodea. Un edificio público de uso social tiene la posibilidad de abrirse, de dialogar con la calle y dotarla de actividad. La falta de consideración en estos aspectos ha derivado en edificios que contribuyen a la negación del entorno, a su falta de vitalidad y a generar espacios inseguros. Tienen que promocionarse las relaciones entre equipamientos diferentes, proponer espacios para estar y para encontrarse, promover otros servicios incluido el comercio y tomar en consideración el tiempo que se emplea en traslados al determinar las franjas horarias de atención en estos equipamientos. Seguridad La seguridad, entendida como la autonomía de las personas para realizar las actividades de la vida cotidiana de manera libre y segura, es un gran reto en las áreas residenciales monofuncionales. Las malas condiciones para realizar recorridos a pie o en bicicleta limitan la seguridad y la autonomía de las personas que no disponen de vehículo privado o de carnet de conducir. En la mayoría de urbanizaciones las calles carecen de aceras, de iluminación adecuada, de espacios de descanso y reunión. El espacio público puede llegar a ser un lugar hostil para la población que no va en coche. La vigilancia informal es prácticamente inexistente pues, al tratarse de zonas infrautilizadas, no se dota de “ojos” a la calle. Las vallas opacas, la falta de relación entre las actividades de la vivienda y la calle o la propia monofuncionalidad que impide otros usos como el comercio u otros equipamientos influyen en la escasa vitalidad de las calles y, por lo tanto, generan carencia de vigilancia informal.
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Por otro lado, la seguridad en las urbanizaciones se relaciona con la seguridad privada del hogar, apoyada en ocasiones por un sistema de circuito cerrado de televisión o de alarma para proteger los bienes personales y la propiedad. En cambio, raramente se habla de la vinculación entre el aislamiento de estas áreas y la violencia contra las mujeres. Dolores Hayden24 señala la relación entre aislamiento del hogar y violencia doméstica, y entre trabajo no remunerado y maltrato existente en el suburbio americano. Las mujeres que quieren salir de esta situación encuentran dificultades para acceder a una nueva vivienda: a su situación económica han de sumar las escasas alternativas de sistemas de tenencia en las urbanizaciones y el hecho de que estas casas no faciliten las tareas domésticas, de cuidado de personas o el acceso al empleo. Desafortunadamente, la realidad de la violencia contra las mujeres sigue presente en nuestra sociedad. El diseño androcéntrico de urbanizaciones y áreas residenciales monofuncionales exacerba el aislamiento de las mujeres que pueden estar sufriendo algún tipo de violencia, limita el acceso a servicios de información y de apoyo y fomenta el estereotipo del hogar como lugar seguro. Participación En los entornos objeto de análisis, donde el énfasis cae sobre el espacio privado, donde faltan espacios públicos y de relación, y donde la movilidad más allá del coche es un reto, se acostumbra a dar una falta de participación a nivel municipal. Bien es cierto que esta aumenta en el marco de la propia urbanización cuando se trata de mejorar infraestructuras o solucionar problemas cotidianos. En muchas ocasiones, las asociaciones vecinales se organizan para resolver las necesidades que la administración no cubre: limpieza, arreglo de aceras, vigilancia, etc. Otra forma de participación es la organización de las fiestas locales. El número de personas que se adhieren a las convocatorias varía en función del grado de representatividad, así como del nivel implicación de cada persona y de la historia participativa del núcleo al cual pertenezca. Las TIC han ayudado a una mayor comunicación e interacción, a un aumento de la información sobre los recursos existentes y, en algunos casos, a una mayor participación. Cabe tener en cuenta que, en un contexto de dispersión, la implicación y la participación de las personas es difícil de trabajar. Por ello es necesario crear estrategias específicas para cada territorio: para mejorar un entorno es siempre necesario contar con la corresponsabilidad de la comunidad.
Entorno La falta de conexión con los núcleos de servicios y la discontinuidad de la trama urbana generan unas infraestructuras con un impacto en el medio natural y en la propia vida de las urbanizaciones que, lejos de convivir, se opone y compite con la naturaleza, contradiciendo una de las razones de ser de estas urbanizaciones, tal y como se ha expuesto. La desconsideración respecto a este entorno natural en donde la mayoría se emplazan ha derivado en una ocupación que ha sido ciega a las preexistencias. No se han tenido en cuenta las especies vegetales autóctonas en el interior de las urbanizaciones, ni en espacios públicos ni en privados, ni se ha generado una relación respetuosa con la naturaleza o con los recursos. El resultado es la aparición de problemas como la recogida de aguas, el corte de corredores ecológicos o la fragmentación de bosques. Todo ello provoca un desequilibrio insostenible, sumado a los altos costos colectivos que provienen de la baja densidad: mantenimiento de calles, recogida de basuras, iluminación, mantenimiento de bosques y zonas verdes, incluso el servicio de correo puerta a puerta. Implicar a las diferentes administraciones para abordar de manera mancomunada los problemas que afectan a urbanizaciones vecinas de municipios colindantes puede ser un primer paso. Retos y oportunidades para integrar una perspectiva de género en la transformación del suburbio La configuración del espacio condiciona el uso que se hace –o no– del mismo en todas las escalas. En el caso de las áreas residenciales monofuncionales, la forma en que se han pensado, desde la planificación al diseño –o no– de los espacios y equipamientos públicos, ha contribuido a perpetuar las desigualdades de género. En los proyectos de mejora y transformación de las urbanizaciones es esencial incorporar la perspectiva de género y la experiencia cotidiana de las mujeres. Este conocimiento, ignorado históricamente, tal como se explica en el siguiente capítulo, es imprescindible para visibilizar los diferentes roles, espacios y trabajos de una sociedad. La mejora de la vida cotidiana en las áreas residenciales monofuncionales tiene una oportunidad si se trabaja con el uso de metodologías participativas y feministas que ayuden a realizar propuestas y actuaciones en todas las escalas del territorio, ajustadas a la realidad de las personas
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24 HAYDEN, Dolores, 1981. Op.cit.
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Propuesta de metodología de análisis y representación de la realidad física y social para áreas residenciales monofuncionales de baja densidad Carles Baiges, Adriana Ciocoletto y Sara Ortiz Experiencia cotidiana y análisis urbano El uso social de los espacios guarda una estrecha relación con el urbanismo y tiene una importancia determinante en esta disciplina, encargada de determinar el soporte físico base de tales acciones. Este empleo social de los espacios variará en función de la experiencia de la vida cotidiana de cada persona. Para responder a la complejidad y diversidad del día a día, el urbanismo desde un enfoque de género propone visibilizar las tareas que realizan las personas cotidianamente y las diferencias en los roles de género en el desempeño de las mismas. Para conseguirlo debe prestar atención a los usos desde una perspectiva interseccional, atendiendo a las diferencias que se observan según los sujetos sean mujeres u hombres, niños o niñas, jóvenes, adultos o mayores, así como también otras características tales como la procedencia o el nivel de renta de las personas. Al analizar la vida cotidiana en las áreas residenciales monofuncionales de baja densidad, el primer problema que se plantea es la disfunción entre la localización de los espacios de actividad y la residencia. En estos entornos ha desaparecido la proximidad que favorece la realización de las tareas del día a día con independencia del coche privado. Esto es debido a la propia génesis de las urbanizaciones, basada en la dispersión y, en muchos, casos el aislamiento. Como ya se ha explicado en textos anteriores, las necesidades fundamentales, iguales para todas las personas, ven dificultada su
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resolución en estos entornos. Para abordar este hecho es necesario realizar un análisis próximo que vaya más allá de la recopilación de datos estadísticos y cartográficos, y que permita obtener información sobre cómo se vive en estas urbanizaciones, de manera que permita comprender cómo las personas de estas áreas entretejen su red cotidiana a diferencia de las residentes en la ciudad. La metodología y las herramientas que proponemos utilizar para el análisis de áreas residenciales monofuncionales se basan en la teoría feminista y utilizan la perspectiva de género y las sostenibilidad como ejes transversales. La metodología feminista integra las voces de las personas cuando se estudian los fenómenos, permite a las personas investigadoras deconstruir la dicotomía objetivo-subjetivo y basar el análisis en la experiencia y las vivencias1. La teoría feminista reconoce que no hay una sola verdad ni una sola autoridad ni un método objetivo2. Además cuestiona las estructuras actuales de poder que reproducen las desigualdades de género. Esta metodología permite cuestionar las barreras estructurales que las mujeres afrontan e integrar en los procesos de toma de decisiones a todas las personas, independientemente del sexo, edad, origen, nivel económico, etc. A su vez, la metodología feminista es una manera de construir conocimiento a través de una perspectiva interdisciplinar e integradora de los conocimientos locales y basados en la experiencia3. Además aborda el análisis de manera transversal e interescalar4, perspectiva óptima para comprender la realidad en su complejidad y sin simplificaciones. La transversalidad en el análisis integra a todos los actores sociales y personas implicadas, así como a todas las áreas de la administración que intervengan durante cada una de las etapas de la planificación. Es necesario romper con la división por áreas –urbanismo y servicios sociales, por ejemplo– que la propia gestión del territorio a veces condiciona. Cabe también incluir la participación de las personas y su experiencia, pues significan una gran contribución para comprender la realidad de un territorio específico. A su vez, es útil trabajar con menos tecnicismos, ya que se alejan de la experiencia cotidiana de las personas implicadas.
1 LEJANO, Raul. Frameworks for Policy Analysis: Merging Text and Context. Londres y Nueva York: Routledge, 2006. 2 REINHARZ, Shulamit. Feminist Methods in Social Research. Nueva York y Oxford: Oxford University Press, 1992. 3 MONTELL, Frances. “Focus Group Interviews: A New Feminist Method”. NWSA Journal, v. 11, n. 1: 44, 1999; SANDERCOCK, Leonie. Toward Cosmopolis: Planning for Multicultural Cities. Nueva York: John Willey & Sons, 1998; STAC EY, Judith. “Can there be a feminist ethnography”. Women’s Studies International Forum, v. 11: 21-27, 1988. 4 MUXÍ MARTÍNEZ, Zaida; CASANOVAS, Roser; CIOCOLETTO, Adriana; FONSECA, Marta y GUTIÉRREZ VALDIVIA, Blanca “¿Qué aporta la perspectiva de género al urbanismo?”. En: GUTIÉRREZ MOZO, M.E. (coord.) La arquitectura y el urbanismo con perspectiva de género. Feminismos, n. 17. Alicante: Centro de Estudios de la Mujer, 2011.
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El abordaje interdisciplinar significa que la arquitectura y la ingeniería dejan de ser las disciplinas con mayor poder en las decisiones urbanas y de la planificación del territorio. Se incorporan el resto de disciplinas necesarias, especialmente las que provienen de las ciencias sociales, como la sociología y la geografía, las cuales habían quedado relegadas, en el mejor de los casos, a una etapa previa del análisis, sin participar en la definición física de los espacios. El conjunto de estos conocimientos permite una mejor comprensión de la realidad y de las posibilidades de mejora. El análisis interescalar consiste en estudiar cada escala de manera separada para mantener las particularidades de cada una; a posteriori se entrelazan las diferentes informaciones para comprender de forma integrada las problemáticas urbanas en su conjunto y en todas las dimensiones. Las dinámicas urbanas y sociales son complejas, por lo que su análisis debe ser constante y abordar desde el plan general hasta el proyecto de detalle y viceversa, relacionando siempre las particularidades aportadas por cada escala de aproximación a la realidad. En el urbanismo, como en muchas otras disciplinas, se privilegian los datos cuantitativos que provienen de fuentes secundarias, a menudo bases de datos estadísticas de organismos oficiales. La tendencia predominante a cuantificar y basar los argumentos en cifras conlleva una simplificación de la realidad. El abordaje metodológico que plantea este trabajo valora de forma especial los datos primarios extraídos de la realidad cotidiana mediante técnicas cualitativas que permiten conocer la complejidad de un entorno social y urbano específico. Sin datos cualitativos es muy difícil capturar la realidad más próxima, la relativa a la escala de la comunidad o el barrio. Se trata de combinar las técnicas cualitativas y cuantitativas para que el análisis enseñe la complejidad de la realidad5. Por ejemplo, cuando dos municipios colindantes comparten equipamientos, espacios y servicios, es necesario ir más allá de los datos que proporciona el padrón del ayuntamiento al cual pertenezca la escuela, ya que ésta será utilizada probablemente por población del otro municipio. Siguiendo la lógica propuesta, sumando la población efectiva que participa de un mismo equipamiento se podrían detectar las necesidades reales e instalar equipamientos ahora inexistentes y que necesitan de un mínimo de habitantes; se podrían construir a nivel municipal o bien uniendo esfuerzos entre diversas municipalidades para conseguir mancomunar estos equipamientos 5 CIOCOLETTO, Adriana y GUTIÉRREZ VALDIVIA, Blanca. “Indicadores urbanos espaciales para la evaluación de los espacios cotidianos desde la perspectiva de género”. Trabajo de investigación financiado por el Institut Català de les Dones y la Universitat Politècnica de Catalunya. Profesora responsable: Zaida Muxí Martínez. Noviembre de 2011. (En proceso de publicación.)
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o servicios. Esta información puede extraerse solo cuando se conoce cómo se desarrolla la vida cotidiana en los municipios; las técnicas cualitativas de análisis permiten desgranar cómo las personas trazan su red cotidiana, que en muchas ocasiones no coincide con los límites administrativos. Este ejemplo demuestra que trabajar únicamente con la perspectiva cuantitativa dibujaría una imagen del territorio lejos de la realidad, que es observable y nos provee de datos de forma directa y sin simplificaciones. En resumen, es necesario utilizar de manera complementaria las técnicas cualitativas y cuantitativas para la obtención de datos primarios y secundarios que nos permitan comprender la complejidad y diversidad urbana entretejiendo experiencias y problemáticas. Herramientas para el análisis urbano A continuación se describen los datos considerados útiles para comprender la complejidad de la vida cotidiana y las metodologías para obtenerlos. Para estudiar, analizar y entender las realidades de un lugar es necesario visitarlo y explorarlo contando con información previa. Por lo tanto, antes de ir a visitar el área de estudio es necesario buscar información en fuentes secundarias, que completarán los datos primarios que se obtengan mediante técnicas cualitativas. Las fuentes secundarias proporcionan información demográfica, socioeconómica, edificatoria o urbanística, entre otras, por lo que hay que seleccionar las que más interesen para comprender la realidad objeto de estudio. Siempre que sea posible, la información debe recabarse del padrón continuo y por unidades censales; de este modo, se dispondrá de la información más actualizada posible y a una escala lo más próxima al área estudiada. Entre los datos interesa destacar los de población por sexo y edad, evolución de la población, migraciones, tipo de hogares por dimensiones y tipo de núcleo, renda per cápita, características de las viviendas y segregación residencial, existencia de tejido asociativo, proyectos urbanísticos que afectan o han de afectar el área de estudio. Esta documentación es muy útil cuando se registra en formato de mapas, ya que se pueden ir superponiendo para relacionar la información. Además de la información proveniente de bases de datos oficiales a diferentes escalas territoriales, también se pueden conseguir material en documentos o estudios existentes sobre el área a trabajar, en informes de planeamiento o planes de ordenación, así como en los medios de comunicación locales. También es necesario contar con planos donde queden de manifiesto las condiciones físicas del entorno que va a ser objeto de análisis: la topografía, el parcelario, los tipos 72
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edificatorios, los servicios y equipamientos, documentación de la evolución histórica del lugar, etc. Tras un primer acercamiento al área de estudio a través del análisis de fuentes secundarias, ya se puede visitar el lugar para obtener datos primarios a través del uso de técnicas cualitativas. A continuación, se proponen cinco de ellas. Dinámicas participativas Permiten el conocimiento del área de estudio a partir de la experiencia de las personas que la habitan o utilizan. Promueve la interacción de las personas y el intercambio de opiniones, lo que permite extraer información de manera colectiva. Estas dinámicas pueden adoptar el formato de un taller o de un recorrido urbano, durante los cuales se emplean diferentes tipos de herramientas para la obtención y el análisis de datos. El formato y la cantidad de dinámicas participativas dependerá del objetivo y de la cantidad de información que se quiera extraer. Para realizar el reconocimiento de un área residencial monofuncional de baja densidad se recomienda hacer al menos dos recorridos que cubran diferentes franjas horarias: día, noche, día laborable, sábado, festivo, etc. También se recomienda llevar a cabo un taller con personas del vecindario. Los grupos pueden separarse por sexo y edad para obtener información sobre las vivencias diferentes de hombres y mujeres de diversas generaciones; luego puede completarse con un taller mixto donde se reúnan las diferentes experiencias. También puede involucrarse en los talleres a asociaciones (de mujeres, de jóvenes, vecinales, comerciales, etc.). Entre las herramientas que se pueden utilizar en los talleres está la cadena de tareas de las actividades cotidianas6. En ella, se pide a las personas participantes que escriban en una ficha las tareas que realizan a lo largo de un día, especificando el tiempo, el lugar, el modo de transporte y si las realizan solas o en compañía. Esta herramienta permite recopilar información de las redes de movilidad, de equipamientos y servicios o del espacio público, entre otras. El objetivo de las dinámicas participativas es visibilizar en el espacio el uso cotidiano y las diferencias en la experiencia de cada persona, así como identificar un entorno cotidiano común y los elementos que limitan o condicionan el uso y aquellos que lo facilitan.
6 COL· LECTIU PUNT6, Dones treballant. Guia de reconeixement urbà amb perspectiva de gènere. Barcelona: Diputació de Barcelona, 2012. (En proceso de publicación.)
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Estas técnicas proporcionan información muy rica y variada sobre las diferentes variables de espacios públicos, equipamientos, comercios y transporte público que forman la red cotidiana y sus relaciones con el entorno. Además desvelan aspectos como los espacios de la urbanización que se utilizan o no, su horario de uso, el tiempo dedicado a desplazarse entre los espacios y actividades, la modalidad de transporte empleada, los aspectos positivos y negativos, así como aspectos a mejorar, percepciones sobre las diferentes variables, propuestas de mejora, espacios prohibidos que no se utilizan por miedo o dificultad y otros muy utilizados porque resultan agradables o bonitos. Observación participante Consiste en una inmersión en el área de estudio de manera directa sin artificios ni simplificaciones y en el momento en que sucede la acción. La visión holística e integral de la realidad permite recoger una gran variedad de información. Los objetivos de esta técnica son situarse en la realidad que se quiere analizar, explorar el área de manera directa verificando los datos complementarios e identificar las áreas de convivencia cotidiana relacionando el uso social con los espacios y determinando quiénes, dónde, cómo y con quiénes se utilizan. La información que se obtenga dependerá de los objetivos; permite identificar características de la vida cotidiana en un entorno determinado, la configuración física de sus espacios, los tipos de equipamientos, comercios y entidades, las cualidades de las espacios de relación y sus entornos próximos, las cualidades residenciales, los usos –o no– de diferentes espacios, las características de la población que utiliza el barrio según sexo, edad, origen, y muchas otras. Entrevistas Permiten extraer información sobre la opinión y experiencia personal. Pueden ser espontáneas cuando el objetivo es utilizarlas, por ejemplo, en la observación participante, lo que permite obtener información rápidamente sobre el fenómeno que se está observando. Por su parte, las entrevistas en profundidad semiestructuradas están indicadas cuando el objetivo es obtener gran riqueza informativa y muy detallada, porque permiten un diálogo abierto a otras preguntas sobre aspectos en los que interese profundizar. Las entrevistas proporcionan gran riqueza de datos contrastados sobre diferentes espacios del barrio que la persona utiliza, así como sobre los momentos en que lo hace, la percepción que se tiene de ellos, el uso durante diferentes momentos, quiénes lo 74
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utilizan con frecuencia, el grado de convivencia en los espacios, la socialización, la vinculación al asociacionismo y el perfil de la persona entrevista y su agrupación familiar. Grupos de discusión A través de los grupos de discusión se puede recoger una gran cantidad de información en un tiempo limitado, aproximadamente dos horas. Este método da voz a un número más elevado de personas, las cuales pueden construir y hacer sus contribuciones en relación a las aportaciones del resto del grupo. A su vez, permite que la persona investigadora sea vista también como participante en la investigación y así reducir la jerarquía entre investigador/a y participantes. Los objetivos de esta técnica son fomentar un debate en profundidad sobre las preguntas de análisis para recoger más información en un periodo de tiempo corto y con un coste reducido, así como dar voz a ideas y preocupaciones de las personas participantes, empoderarlas e incluir la diversidad de opiniones. Los grupos de enfoque proporcionan datos cualitativos sobre categorías de análisis, problemáticas de un entorno o comunidad, puntos favorables y desfavorables; todo ello, en las propias palabras de las personas que habitan el área, lo que proporciona información grupal en primera persona. Juego de roles Esta técnica permite visibilizar la diversidad de agentes que intervienen en el análisis urbano, así como hacer patente la complejidad con la que se tienen que abordar los procesos urbanísticos. Su objetivo es promover que las personas participantes en un proceso de análisis urbano se puedan poner en la piel de las personas implicadas. A nivel individual es un ejercicio de introspección con los diferentes agentes implicados en un proceso. A nivel colectivo permite escuchar las diferentes voces, ver cuáles son los conflictos y qué puntos de consenso se alcanzan en torno a un tema determinado. Este método proporciona datos cualitativos sobre aspectos a considerar en un análisis, investigación o acción transformativa, teniendo en cuenta la diversidad de personas y agentes que participan en este tipo de procesos, desde vecinas y vecinos hasta miembros de asociaciones, comerciantes, personal técnico municipal o político, etc. Las técnicas cualitativas empleadas tienen como característica permitir poner sobre el papel y de manera conjunta datos no disponibles en las fuentes de información POSTSUBURBIA
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secundarias. Utilizar la perspectiva de género interseccional como enfoque de análisis permite extraer datos hasta ahora invisibilizados, como son todos los relacionados con la vida en el interior de las urbanizaciones: cómo viven las personas, qué actividades pueden realizar y cuáles no dentro de éstas, qué espacios utilizan para ello, cómo se desplazan, qué tiempo emplean y de qué manera autogestionan los inconvenientes para desarrollar sus vidas en un área monofuncional residencial. A la hora de aplicar las metodologías participativas de análisis de la realidad socioespacial, desde esta misma perspectiva es muy importante informar a las personas involucradas sobre el proceso y los aspectos que se analizan, contextualizarlo para que tengan información suficiente para decidir libremente su implicación. También es esencial cómo se elige el espacio que se va a utilizar para desarrollar las técnicas propuestas. Este debe estar próximo a la residencia de las personas participantes y ser accesible a pie o en transporte público. La distribución del espacio también es clave: en la realización de talleres, grupos de discusión o juegos de roles es preferible que tanto las personas participantes como las dinamizadoras se puedan sentar en círculo, para evitar jerarquías, y puedan disponer de mesas si se precisa realizar trabajo en subgrupos. Para las entrevistas semiestructuradas, es importante que la persona entrevistada se sienta cómoda en el lugar escogido y que no haya elementos espaciales o de mobiliario que puedan crear jerarquías entre la persona entrevistadora y la entrevistada. Por ejemplo, siempre será más conveniente realizarlas en un espacio familiar a la persona entrevistada (su oficina, su local de reunión, su casa) que en un lugar desconocido. La elección del horario también es un elemento que condicionará la participación de las personas. Se aconseja realizar las técnicas propuestas en franjas adecuadas a las diferentes personas, tomando en cuenta si tienen cargas familiares (hijas o hijos menores a cargo, etc.) de tal manera que pueda participar gran diversidad de gente y no solo un colectivo determinado. El papel de la persona dinamizadora de estas técnicas cualitativas también es clave para conseguir la máxima información sobre las realidades del territorio. Es importante que promueva la participación de todas las personas en la misma proporción para que todas las opiniones y necesidades puedan ser recogidas, que actúe de manera no jerárquica y respetuosa, tratando al resto de participantes como iguales, creando un clima de confianza y de trabajo confortable. La persona dinamizadora debe encontrar un equilibrio entre qué es importante para el análisis y qué es importante para las personas participantes, pues es importante escuchar las demandas y las voces del grupo. A su vez, planteará las preguntas o dinámicas a trabajar de forma suficientemente específica para que la información recibida sea clara. 76
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Formas de representar la realidad Es importante volcar toda la información obtenida mediante estas técnicas de manera que quede ilustrada la complejidad analizada. Relacionar información multidimensional en un mismo plano permite visualizar algunos fenómenos que la separación de temas en el análisis urbano más funcionalista ha desvinculado. La sistematización de la información hace posible agrupar y relacionar estos datos mediante mapas y diagramas. La utilización de las herramientas que ofrecen las nuevas tecnologías, en especial el desarrollo de los sistemas de información geográfica (SIG), facilita la gestión de esta complejidad. Tiempo y transporte son dos conceptos fuertemente ligados, los que más afectan a la vida cotidiana. Algunas formas de representar datos ligados a estos temas son: Recorridos. Representar de forma gráfica de la movilidad de los habitantes de un lugar permite descubrir lugares estratégicos a tener en cuenta al formular cambios o proponer nuevos equipamientos, servicios, transportes o zonas verdes. La información se puede obtener tanto de talleres o entrevistas como de herramientas de mapeo online o de aplicaciones en teléfonos móviles. En cualquier caso es importante diferenciar el tipo de transporte (a pie, en bicicleta, automóvil, autobús...) y si el trayecto se realiza acompañado (por ejemplo, quién lleva a los niños y niñas al colegio y otras actividades). Es necesario incluir todos los trayectos realizados para el desarrollo de la vida cotidiana (trabajo, educación, alimentación, compras, salud, ocio, etc.). El grosor, color y tipo de línea ayudan a diferenciar los distintos factores que influyen en la movilidad: modo de transporte, motivo, personas, tiempo empleado o coste. Mapas de isocronas. La accesibilidad de un lugar o un equipamiento puede ser fácilmente representada por un mapa de isocronas. Una isocrona es la línea que une puntos están a igual distancia de un punto central. El resultado visual es parecido a un mapa de isobaras o topométrico pero, en este caso, en lugar de presión o altitud lo que se muestra es el tiempo que se tarda en acceder al punto de actividad. Esta técnica es muy útil para detectar áreas que están demasiado lejos de un servicio y así plantear cambios en el transporte público o en la localización de los equipamientos. En los últimos años ha aumentado la información disponible y las herramientas que permiten procesar de forma automática e inmediata resultados que antes necesitaban horas de trabajo. Hay otra serie de datos cualitativos importantes para entender el lugar sobre el que trabajamos. Algunos ejemplos útiles para su representación son:
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Sociogramas. En aquellas situaciones donde exista una cierta complejidad social o un conflicto de intereses es recomendable realizar un sociograma. Se trata de una representación gráfica de las relaciones entre los distintos miembros de un grupo (pueden ser personas clave del lugar pero también asociaciones, partidos, empresas, administraciones, etc.). En él se deben situar todos los actores del grupo e indicar mediante distintos elementos gráficos cuál es su vínculo (afinidad, enfrentamiento, etc.). La posición de los sujetos dentro del esquema ha de intentar aportar información. Por ejemplo, si se trata un conflicto, podemos situar en un lado a quienes compartan la misma posición y a los contrarios en el otro extremo. Nubes de etiquetas. Se trata de una agrupación de palabras clave que nos hablan de las cualidades del lugar. Se sitúan sobre un mapa y su tamaño es mayor a más apariciones en el discurso o más reconocimiento por parte de la gente. Estos datos pueden provenir de un taller participativo, de un mapeo por internet o de las etiquetas geolocalizadas de sitios como Flickr. Es útil para identificar lugares representativos y puede sacar a la luz espacios que quizás ya no existan o en desuso, pero que siguen en el imaginario de la gente. Estos lugares serán sitios potenciales de fortalecimiento de la comunidad. En definitiva, la aproximación al estudio y conocimiento para la acción en entornos como las urbanizaciones residenciales monofuncionales de baja densidad hace necesario el empleo de una caja de herramientas amplia y compleja. La mejora de cada uno de estos entornos no se podrá realizar empleando un modelo, sino a partir de la aplicación de un sistema complejo que permita crear unas propuestas ad hoc en función de la realidad social y física
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MEJORAR LA VIDA COTIDIANA EN LOS ENTORNOS RESIDENCIALES MONOFUNCIONALES Éste es un manual para la rehabilitación de los entornos residenciales monofuncionales centrado en la vida de las personas. Las acciones están dirigidas a mejorar la autonomía, la seguridad y la igualdad de oportunidades entre las diferentes personas que los habitan. El objetivo es alcanzar modelos más compactos, de mayor densidad y de mayor autocontención. Se proponen mejoras progresivas que colaboren a evitar usos abusivos e insostenibles de bienes finitos y escasos como el territorio, la energía y el tiempo de las personas. Las actuaciones se presentan baremadas en una doble escala. Las de Prioridad 1 son las de mayor importancia porque la transformación que producen tiene mayor impacto; con su aplicación ya se podrían apreciar mejoras. La variable Dificultad se ha construido teniendo en cuenta el tiempo y la inversión necesarios para el desarrollo de cada propuesta. La Dificultad 1 requiere una mayor inversión, más tiempo e implica a más agentes. Las actuaciones no son modelos, por ello se ha optado por una representación gráfica no definida sino sugerente y conceptual. La aplicación de cada actuación dependerá del entorno social, ambiental, económico y urbano. Los entornos residenciales monofuncionales se caracterizan por la dispersión de las viviendas, la deficiente calidad de los espacios públicos y la falta de actividades complementarias a la residencial. Los efectos que provocan estos entornos son distintos según el género, el nivel económico, la edad y el origen, de las personas que los habitan. Esto deriva en grandes desigualdades en el acceso a oportunidades laborales, educativas, sociales y económicas, así como en el grado de autonomía en espacio y tiempo, lo que acaba dificultando el desarrollo del día a día en estos entornos. Para poder mejorar la vida cotidiana en los entornos residenciales monofuncionales es imprescindible otorgar a las tareas y necesidades cotidianas la misma importancia que las tareas productivas como requerimientos para la planificación de la rehabilitación de estas áreas. En consecuencia, para poder obtener esta información es necesario visibilizar las tareas reproductivas y domésticas, así como las personas que las realizan, los tiempos invertidos en ellas, los desplazamientos y las condiciones espaciales de las mismas. En este sentido, y la participación activa de la población y el trabajo con la misma, en especial con las personas encargadas de conciliar requerimientos y necesidades de las tareas de la reproducción con otras esferas de la vida cotidiana, se hace imprescindible para poder redactar proyectos realistas, viables y compartidos. 80
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Fortalecer las redes de proximidad El entorno fragmentado de las urbanizaciones dificulta las actividades cotidianas y el acceso a los equipamientos y servicios porque, debido a la poca densidad y monofuncionalidad, las opciones de medios de movilidad se encuentran muy restringidas, cuando no reducidas al transporte motorizado privado. Esta dificultad se ve agravada porque las distancias de desplazamiento y los diseños de las calles no son adecuados para la movilidad peatonal. Por lo tanto, el predominio del uso del vehículo privado es una constante en las urbanizaciones residenciales monofuncionales. La movilidad en vehículo privado refuerza los desplazamientos exclusivos para cada actividad y supone un aumento del tiempo invertido en la ejecución de cualquier tarea. Este tipo de desplazamiento punto a punto o pendular responde a un patrón de movimiento asociado al género masculino, es decir, al de las personas con trabajo productivo remunerado que no se responsabiliza de las tareas domésticas, y cuyos movimientos consisten en ir de casa al trabajo, de éste a actividades de ocio y de ellas nuevamente a la vivienda, en general sin cargas de ningún otro tipo. Contrariamente, los desplazamientos poligonales son aquellos que articulan en un recorrido la realización de diferentes actividades de las esferas de la reproducción, la producción y la personal, y responden a un patrón asociado al género femenino. Para fortalecer las redes de proximidad es necesario tener en cuenta la diversidad de actividades y desplazamientos que derivan de las diferentes esferas de la vida: productiva, reproductiva y personal. Por lo tanto, es esencial potenciar recorridos útiles y accesibles para todas las movilidades, que sean capaces de entrelazar la vivienda con los espacios de relación, los equipamientos y los servicios. Estos recorridos útiles deben permitir la realización de más de una tarea a la vez enlazando diversas actividades, y deben estar apoyados por una red peatonal y de transporte público.
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CUADRO DE ACTUACIONES
1.1 Conectar la urbanización con su entorno 1.2 Mejorar la red cotidiana 1.3 Aproximar los usos cotidianos
1.1
1.1.M.1
1.1.M.2
3.2.M.14
1.1.EP.1
4.1.EP.10
4.1.EP.13
4.3.EP.18
5.2.EP.27
5.2.EP.28
Adecuación de las vías externas de conexión de la urbanización
Mejora de las condiciones de intermodalidad
Sistemas de movilidad compartida
Consolidación de ejes de conexión con espacios públicos
Reconocimiento de singularidades paisajísticas
Talleres de reconocimiento del entorno
Reconocimiento de los límites de pertenencia de los barrios
Transición gradual entre lo urbano y lo natural
Creación de parques en los bordes de la urbanización
1.1
3.1.M
1.2
1.3
5.2.EP
1.2.M.3
1.2.M.4
3.1.M.9
3.1.M.12
3.2.M.13
3.2.M.15
3.2.M.17
Transporte público variado
Distancias cortas entre diferentes usos
Jerarquización de las calles para desplazarse a pie
Incremento de los pasos peatonales y semáforos
Sistemas de acompañamiento escolar
Parada de transporte público a demanda
Espacios para aparcar bicicletas
3.2.M
3.1.M
1.3.M.5
2.2.M.6
3.2.ES.11
Promoción del uso de las TIC
Ubicación de zonas de aparcamiento en áreas de afluencia
Transporte público cerca de los equipamientos
1.2
1.3
1.2.EP.2
1.2.EP.3
1.2.EP.4
3.1.EP.8
3.3.M.18
4.3.EP.17
Dotación de bancos y mobiliario urbano en la red cotidiana
Consolidación y creación de puntos de encuentros cotidianos
Señalización de las calles que apoyan las actividades cotidianas
Incremento de la calidad de los espacios peatonales
Paradas de transportes seguras
Nomenclátor y señalización inclusiva
3.1.EP
4.2.EP
4.3.EP
1.3.EP.5
3.1.M.10
5.3.EP.30
Consolidación de los lugares de apropiación espontánea
Caminos accesibles para todas las movilidades
Mobiliario urbano deportivo
4.2.EP
4.2.M
1.1.Es.1 1.1
Consolidación de ejes de conexión con equipamientos y servicios
2.3.es
1.2
1.2.ES.2
1.2.ES.3
3.1.ES.10
4.2.ES.16
4.2.M.15
Adecuación de los horarios a la vida cotidiana
Red de apoyo a las personas
Acceso a baños públicos
Fomento de las redes de ayuda
Gestión conjunta público-comunitaria de equipamientos y servicios
4.2.es
1.3 84
1.2
1.3.ES.4
1.3.ES.5
1.3.ES.6
1.3.ES.7
2.2.ES.9
2.3.EP.7
4.2.ES.13
5.3.ES.19
Espacios compartidos entre diferentes equipamientos
Concentración de actividades
Reconocimiento e impulso de actividades productivas existentes
Red de equipamientos y servicios móviles
Promoción de usos mixtos en altura
Cesión temporal para equipamientos o usos comunitarios
Cesión de espacios para entidades
Mercados de productos frescos y locales
2.2.es
2.3.es
2.3.eP
4.2.es POSTSUBURBIA
1.3
1.2.V.1
1.2.V.2
2.2.ES.8
Promoción de intercambios de vivienda
Creación de viviendas dotacionales
Adaptación de plantas bajas para actividad comercial
2.1.V
2.3.ES
2.1.V.3
2.2.V.8
Concentración de la vivienda
Ampliación de la vivienda para usos comerciales y profesionales
POSTSUBURBIA
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de proximidad
LÍNEA ESTRATÉGICA 1
Objetivos de la línea estratégica 1
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 1.1.M.1 Adecuación de las vías externas de conexión de la urbanización
Actuación 1.1.M.2 Mejora de las condiciones de intermodalidad
prioridad 2 dificultad 2 enlace 3.1.M
prioridad 1 dificultad 3
Cómo: Colocando señalización clara que priorice la movilidad peatonal y en bicicleta frente a la vehicular. Iluminando los trayectos y su entorno inmediato. Adecuando el pavimento de estos recorridos para favorecer las diferentes movilidades e instalando bancos. Plantando árboles autóctonos para hacer más confortables los recorridos e incentivando la creación en ellos de espacios –no construidos– deciados a actividades comunitarias como huertos, circuitos deportivos para diferentes edades u otros usos lúdicos. POSTSUBURBIA
Qué: Lograr conexiones entre las urbanizaciones y los puntos de transporte público que permitan combinar distintas opciones de movilidad: coche y tren, autobús y tren, bicicleta y autobús, desplazamiento a pie y autobús, etc. De este modo se favorecen desplazamientos más económicos, sostenibles, seguros e inclusivos. Cómo: Mejorando las condiciones físicas de los espacios de traslado y conexión (iluminación, tratamiento de suelos, protección frente a las condiciones climáticas, etc.). Señalizando estos centros de intermodalidad con información clara sobre horarios, frecuencias de paso, mapas y recorridos para orientar y facilitar las conexiones cotidianas. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 1.1 Conectar la urbanización con su entorno
LÍNEA ESTRATÉGICA 1
Objetivo 1.1 Conectar la urbanización con su entorno
Qué: Conseguir caminos rurales, calles y carreteras adaptadas a la movilidad a pie y en bicicleta, que conecten las urbanizaciones con el entorno: centros urbanos, otras urbanizaciones, equipamientos cotidianos, zonas industriales, puntos de transporte y naturaleza.
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Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 1.1.EP.1 Consolidación de ejes de conexión con espacios públicos
Actuación 1.1.ES.1 Consolidación de ejes de conexión con equipamientos y servicios
dificultad 3 prioridad 2 enlace 5.2.EP
dificultad 2 prioridad 2 enlace 2.3.ES
Qué: Ubicación de equipamientos que pueden ser utilizados cotidianamente en caminos, calles y carreteras que conectan las urbanizaciones con el entorno. Qué: Identificación de los espacios públicos, formales e informales, existentes o posibles, localizados en caminos, calles y carreteras que conectan las urbanizaciones con el entorno y que pueden ser utilizados cotidianamente. Cómo: Detectando las redes de conexión que se generan a partir del estudio de la movilidad y los centros de atracción cotidiana, analizando y estudiando los espacios de relación formales e informales entre las urbanizaciones y su entorno. Mejorándolos con la participación de las personas usuarias. Añadiendo diversidad de usos: zonas de juego infantil, zonas de picnic con mobiliario adecuado, zonas de estancia con sombra, etc. Incrementando la relación y conectividad con otros equipamientos y servicios. 88
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Cómo: Dotando las vías principales de conexión de equipamientos compartidos entre distintos núcleos, por ejemplo un centro educativo o de salud, una zona de comercios de proximidad, un centro de reciclaje de residuos, etc. Permitiendo la accesibilidad peatonal desde los distintos núcleos hacia los equipamientos, y adecuando su entorno a las necesidades de las personas usuarias. En los centros educativos, generando un espacio de espera y relación en la entrada, teniendo en cuenta la posibilidad de que los niños y las niñas lleguen andando. En los centros de salud, facilitando el acceso a los mismos con transporte público y generando espacios de espera confortables, dadas las características de las personas usuarias. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 1.1 Conectar la urbanización con su entorno
LÍNEA ESTRATÉGICA 1
Objetivo 1.1 Conectar la urbanización con su entorno
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 1.2.M.3 Transporte público variado
Actuación 1.2.M.4 Distancias cortas entre diferentes usos
dificultad 1 prioridad 3 enlace 3.2.M
dificultad 2 prioridad 2 enlace 3.1.M
Cómo: Adaptando los horarios y recorridos del transporte público a las necesidades de las personas, teniendo en cuenta la variedad de actividades cotidianas y los diferentes grados de dependencia. Uniendo los distintos equipamientos y servicios cotidianos con transporte público. Generando microcentralidades que aglutinen diferentes tipos de usos y temporalidades. Mejorando la oferta de transporte público a través de procesos participativos que identifiquen los desplazamientos cotidianos. POSTSUBURBIA
Qué: Proporcionar alternativas peatonales para disminuir las distancias entre las viviendas y los centros de uso cotidiano. Cómo: Creando nuevos pasos entre las parcelas para reducir las distancias a pie dentro de la urbanización: atravesando solares vacíos o con la cesión de espacio privado para uso público. Quitando vallas o muros de equipamientos u otros edificios que obstaculizan y aumentan las distancias de la red de recorridos peatonales cotidianos. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 1.2 Mejorar la red cotidiana
LÍNEA ESTRATÉGICA 1
Objetivo 1.2 Mejorar la red cotidiana
Qué: Alcanzar una diversidad de transporte público adecuado a todas las personas y a todas las movilidades
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Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 1.2.EP.2 Dotación de bancos y mobiliario urbano en la red cotidiana
Actuación 1.2.EP.3 Consolidación y creación de puntos de encuentro cotidianos
dificultad 2 prioridad 1 enlace 3.1.EP
dificultad 2 prioridad 2 enlace 4.2.EP
Qué: Ubicar mobiliario urbano en las calles que forman las redes de los recorridos cotidianos. Cómo: Equipando las calles que conectan las viviendas con los equipamientos, los servicios y los espacios de relación. Ubicando bancos confortables para el descanso, con respaldo y materiales adecuados, teniendo en cuenta las condiciones climáticas del lugar (asoleo, agua y temperatura). Detectando los recorridos de las personas con dificultades de movilidad para colocar los bancos a intervalos adecuados que les permitan descansar y ampliar su autonomía. Instalando iluminación en las zonas peatonales. Ubicando elementos que den sombra sobre el área peatonal de los trayectos de las redes, como árboles, voladizos o pórticos en las fachadas. 92
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Qué: Proporcionar alternativas peatonales para disminuir las distancias entre las viviendas y los centros de uso cotidiano. Cómo: Creando nuevos pasos entre las parcelas para reducir las distancias a pie dentro de la urbanización: atravesando solares vacíos o con la cesión de espacio privado para uso público. Quitando vallas o muros de equipamientos u otros edificios que obstaculizan y aumentan las distancias de la red de recorridos peatonales cotidianos. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 1.2 Mejorar la red cotidiana
LÍNEA ESTRATÉGICA 1
Objetivo 1.2 Mejorar la red cotidiana
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 1.2.EP.4 Señalización de calles que apoyan las actividades cotidianas
Actuación 1.2.ES.2 Adecuación de los horarios a la vida cotidiana
dificultad 3 prioridad 1 enlace 4.3.EP
dificultad 2 prioridad 2
Qué: Identificación y visibilización de las calles que forman parte de las redes de recorridos cotidianos.
Qué: Implementar horarios de atención flexibles teniendo en cuenta los sistemas de movilidad y la ubicación de equipamientos y servicios para facilitar los recorridos poligonales.
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Cómo: Combinando los horarios de las diferentes actividades de manera que permitan resolver varias tareas en un mismo lugar, fomentando que sean espacios polifuncionales e intergeneracionales, coordinados con los horarios y recorridos del transporte público. Colocando servicios y equipamientos allí donde se generen los intercambiadores barriales de transporte. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 1.2 Mejorar la red cotidiana
LÍNEA ESTRATÉGICA 1
Objetivo 1.2 Mejorar la red cotidiana
Cómo: Identificando estas calles mediante colores, materiales, vegetación, cambio de sección en las aceras, mobiliario, arte urbano u otros elementos que las diferencien del resto. Señalizando la red cotidiana mediante planos, carteles con los nombres de las calles o sistemas similares que faciliten la orientación y la ubicación: las personas deben saber dónde están, dónde pueden llegar y los posibles recorridos alternativos, siempre de forma clara, elocuente e inclusiva. 94
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Objetivo 1.2 Mejorar la red cotidiana
Actuación 1.2.ES.3 Red de apoyo a las personas
Actuación 1.2.V.1 Promoción de intercambios de vivienda
dificultad 2 prioridad 1 enlace 4.2.ES
dificultad 2 prioridad 2 enlace 2.1.V
Qué: Dar apoyo a las personas que viven solas o son dependientes, y a sus respectivas cuidadoras, para ampliar su autonomía.
Qué: Posibilitar las permutas de viviendas entre personas atendiendo a las diversas necesidades vitales.
Cómo: Identificando los grados de dependencia de las personas de la urbanización y los servicios de apoyo existentes para poder actuar según las necesidades. Creando programas que permitan el cuidado compartido de personas dependientes y apoyen la tarea de las personas cuidadoras. Facilitando espacios para la crianza compartida, centros de día para personas dependientes y otros espacios de apoyo mutuo. Generando canales de comunicación formales, a través de la teleasistencia o vía internet, e informales, a través de las relaciones de vecindad o de la red de servicios. Fomentando el cuidado intergeneracional entre jóvenes y mayores, entre mayores y criaturas, etc.
Cómo: Identificando las tipologías de viviendas existentes y las unidades familiares que las habitan para detectar carencias y oportunidades de uso. Promoviendo un programa de permuta de viviendas según las necesidades de cada unidad familiar. Facilitando que una persona que vive sola en una casa unifamiliar pueda intercambiar su vivienda con una pareja con criaturas que vive en una casa más reducida. Facilitando que una persona mayor que vive alejada de los servicios de uso cotidiano pueda intercambiar su vivienda con otras de unidades familiares menos dependiente y que cuentan con una casa cercana a estos servicios.
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de proximidad
Objetivo 1.2 Mejorar la red cotidiana
LÍNEA ESTRATÉGICA 1
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Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 1.2.V.2 Creación de viviendas dotacionales
Actuación 1.3.M.5 Promoción del uso de las TIC
dificultad 1 prioridad 3 enlace 2.3.ES
dificultad 1 prioridad 1 enlace 4.2.M
Qué: Fomentar las viviendas dotacionales para jóvenes, familias monomarentales o monoparentales, familias en riesgo de exclusión y personas mayores.
Qué: Facilitar el acceso a las tecnologías de la información, de manera que permitan diferentes formas de participación o acceso a los equipamientos y servicios, así como la realización de trabajos a distancia.
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Cómo: Realizando formación para mejorar el conocimiento de las TIC, adecuada y adaptada a las personas según su condición. Desarrollando herramientas para facilitar el acceso de las personas a los servicios: transporte colectivo a demanda vía internet, consulta de frecuencias de paso del transporte público en tiempo real, gestiones administrativas, comunicación con redes de apoyo, acceso a servicios de compra, etc. Proporcionando WI-FI municipal de acceso libre para todas las personas. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 1.3 Aproximar los usos cotidianos
LÍNEA ESTRATÉGICA 1
Objetivo 1.2 Mejorar la red cotidiana
Cómo: Reservando suelo para la construcción de viviendas dotacionales, relacionadas con equipamientos y próximas a los ejes de conexión. Construyendo viviendas para jóvenes, que les permitan independizarse en la misma urbanización. Construyendo viviendas para personas mayores con servicios compartidos para fomentar su autonomía y facilitar la conservación de sus redes sociales dentro de la urbanización. Construyendo viviendas con servicios compartidos que permitan compartir cuidados y crianza en el caso de familias al cargo de una única persona adulta. 98
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 1.3.EP.5 Consolidación de los lugares de apropiación espontánea
Actuación 1.3.ES.4 Espacios compartidos entre diferentes equipamientos
dificultad 2 prioridad 3 enlace 4.2.ES
dificultad 1 prioridad 2 enlace 4.2.ES
Qué: Generar espacios de uso compartido entre equipamientos y servicios ya que favorecen el uso eficiente de los recursos espaciales y humanos, así como la interacción entre diferentes personas. Qué: Reconocimiento de los lugares donde, de forma espontánea, las personas se reúnen, descansan o juegan. Cómo: Identificando y poniendo en valor espacios informales apropiados a través de la participación de las personas. Regularizando la propiedad de estos espacios con cesiones de uso, permutas o expropiaciones. Mejorando las condiciones de accesibilidad y de uso. Acondicionando un solar para realizar las fiestas del barrio. Optimizando los espacios de encuentro de jóvenes que les permitan mantener su autonomía. 100
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Cómo: Haciendo coincidir el acceso de diversos equipamientos: la ludoteca con el centro de personas mayores, el mercado con la biblioteca, etc. Sumando usos a los equipamientos: biblioteca con un espacio de exposición, patios de escuelas abiertos fuera del horario lectivo como zona de juegos, salas polivalentes de la escuela que permiten acoger otras actividades, etc. Compartiendo espacios y servicios: apertura de los baños de los equipamientos al espacio público, espacio exterior de espera mixto, recepción conjunta para distintos equipamientos, etc. POSTSUBURBIA
101
de proximidad
Objetivo 1.3 Aproximar los usos cotidianos
LÍNEA ESTRATÉGICA 1
Objetivo 1.3 Aproximar los usos cotidianos
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Objetivo 1.3 Aproximar los usos cotidianos
Actuación 1.3.ES.5 Concentración de actividades
Actuación 1.3.ES.6 Reconocimiento e impulso de actividades productivas existentes
dificultad 1 prioridad 3 enlace 2.2.ES
dificultad 1 prioridad 1 enlace 2.3.ES
Qué: Situar las actividades cotidianas en un radio próximo a las viviendas, de manera que se facilite su realización.
Qué: Identificación de las actividades económicas desarrolladas por las personas que viven en la urbanización.
Cómo: Generando áreas que concentren equipamientos, comercios y espacios públicos; aprovechando centralidades existentes para reducir el tiempo empleado en acceder a cada uno de estos lugares; fomentando la coincidencia y socialización de las personas. Aumentando el uso comercial de las plantas bajas en las calles de conexión. Concentrando equipamientos y servicios en un polo de atracción que ya exista. Densificando estas áreas de concentración para garantizar su funcionamiento.
Cómo: Creando una base de datos de las actividades productivas de la zona, difundiéndola entre la población ya sea a través de la web, de redes sociales, tablones de anuncios, publicaciones locales, etc. Apoyando la red de pequeños comercios y servicios personales y profesionales existentes. Facilitando la modificación de la clave urbanística exclusiva residencial por una que permita mezcla de usos compatibles con el residencial.
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103
de proximidad
Objetivo 1.3 Aproximar los usos cotidianos
LÍNEA ESTRATÉGICA 1
102
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad Objetivo 1.3 Aproximar los usos cotidianos
dificultad 1 prioridad 3 enlace 2.3.EP
Qué: Logar equipamientos y servicios móviles que acerquen los usos cotidianos a la vivienda y que permitan una mayor oferta en proximidad. Cómo: Ubicando equipamientos móviles para resolver las carencias de la urbanización, lo que disminuye desplazamientos y optimiza recursos públicos. Se incluyen aquí bibliobuses, ludotecas, asistencia a personas dependientes, ventanilla única de gestiones administrativas u otros servicios demandados por la población. Facilitando la distribución y venta a domicilio de productos básicos: pan, pescado, huevos, prensa, etc. Adecuando los entornos donde se sitúan los equipamientos móviles para garantizar su identificación, accesibilidad y uso. 104
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105
de proximidad
LÍNEA ESTRATÉGICA 1
Actuación 1.3.ES.7 Red de equipamientos y servicios móviles
Favorecer la mezcla física y social Las áreas residenciales monofuncionales se caracterizan por la homogeneidad física, marcada por la presencia exclusiva de viviendas unifamiliares en régimen de propiedad, que redunda en la falta de actividades sociales, cívicas y productivas variadas en un entorno cercano. A su vez, esta tipología urbana y edificatoria y un modelo de tenencia basado exclusivamente en la propiedad privada promueven el individualismo y la falta de interacción social. El espacio público como espacio de relación es un espacio sin calidad urbana, percibido como inseguro, con falta de mantenimiento, infrautilizado y olvidado. El modelo urbano de las áreas residenciales monofuncionales se basa en una organización social y familiar caducada. Se trata de una familia con roles de género muy marcados, donde una de las personas adultas es quien trae el “pan al hogar” –bread winner– y la otra persona es quien hace posible el cumplimiento de los requerimientos de la esfera reproductiva. Un modelo basado en la posesión de al menos dos vehículos por familia. Esta interpretación sesgada de la familia y los roles de sus componentes lleva, en numerosas ocasiones, a considerar estas áreas como barrios dormitorio en los que sus habitantes realizan todas las actividades que no sea “dormir” fuera de las mismas. Una denominación que demuestra el sesgo de género de la misma, pues quien se ausenta todo el día para trabajar es quien lleva a cabo el rol de género masculino; el resto de los integrantes de las familias tienen este único contexto como espacio donde llevar a cabo toda su vida. Por lo tanto, la inclusión de otros usos que permitan el desarrollo de la vida cotidiana es, sin duda, una necesidad primordial para mejorar la misma. La mezcla física y social implica incorporar al tejido de las urbanizaciones una variedad de modelos residenciales, tanto en tipologías como en modelos de tenencia, así como favorecer la mezcla de usos. Esta mezcla favorecería la autocontención y la mejora de las condiciones de vida. Para ello es necesario aumentar la población, de manera que se incorporen variedad de usos y de tipos de familias. La densificación selectiva, en puntos o zonas estratégicas, es un paso imprescindible para hacer viable la incorporación de actividades productivas, reproductivas y de ocio que mejoren la vida cotidiana. Esta acupuntura de densificación tiene que ir acompañada de la flexibilización de las tipologías edificatorias que se introduzcan, además de las diferentes tipologías residenciales y una mezcla de usos que genere mayor uso de la calle. Dentro de la variedad cabría plantear diferentes modelos de tenencia. La diversificación física es una característica a favor de la interacción social. 106
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107
CUADRO DE ACTUACIONES
2.1 Densificar en el tejido de baja densidad 2.2 Permitir otros usos y actividades dentro del tejido residencial 2.2 Reactivar la vida urbana
2.1.EP.6 2.1
Mecanismos para la cesión pública de espacio privado
3.1.EP
2.2
2.2.M.6
2.2.M.7
Ubicación de zonas de aparcamiento en áreas de afluencia
Soluciones colectivas de aparcamiento individual
1.3.M
4.1.M
2.2
2.3.M.8 2.3
2.3
Apertura de nuevas calles peatonales en solares vacíos
5.2.Es.17
2.2
2.3 108
4.2.EP.16 Apropiación comunitaria del espacio público
2.3.EP.7
1.3.ES.7
Cesión temporal para equipamientos o usos comunitarios
Red de equipamientos y servicios móviles
1.3.Es
3.1.M
2.1
4.2.EP.15 Promoción del uso comunitario de calles sin salida
2.1
Construcción responsable
2.2.Es.8
2.2.ES.9
1.3.ES.5
Adaptación de plantas bajas para actividad comercial
Promoción de usos mixtos en altura
Concentración de actividades
1.2.v
1.3.es
1.1.es.1
1.2.V.2
1.3.ES.6
Consolidación de ejes de conexión con equipamientos y servicios
Creación de viviendas dotacionales
Reconocimiento e impulso de actividades productivas existentes
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2.2
2.1.V.3
2.1.V.4
2.1.V.5
2.1.V.6
2.1.V.7
1.2.V.1
Concentración de la vivienda
Promoción de tipologías residenciales heterogéneas
Modificación de la parcelación existente
Flexibilización de la normativa de tipo edificatorio
Promoción de vivienda cooperativa y co-housing
Promoción de intercambios de vivienda
1.3.v
4.2.V
5.2.V
2.2.V.8
5.2.V.15
Ampliación de la vivienda para usos comerciales y profesionales
Aprovechamiento hortícola
4.2.V
1.3.V
2.3.V.9 2.3
Promoción de vivienda plurifamiliar en solares vacíos
5.2.V POSTSUBURBIA
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de proximidad
LÍNEA ESTRATÉGICA 2
Objetivos de la línea estratégica 2
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 2.1.EP.6 Mecanismos para la cesión pública de espacio privado
Actuación 2.1.V.3 Concentración de la vivienda
dificultad 2 prioridad 1 enlace 3.1.EP
dificultad 2 prioridad 2 enlace 1.3.V
Qué: Incentivar con bonificaciones las cesiones de espacio privado para uso colectivo.
Qué: Aumento de la densidad en áreas específicas en función de sus potencialidades de centralidad o como eje de actividades.
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Cómo: Identificando los puntos más adecuados para crecer ya sea por su condición de centralidad, axialidad, articulación entre tejidos, topografía favorable o por ser lugares simbólicos. Aumentando la edificabilidad permitida con una progresiva expansión en altura o con una mayor ocupación de las parcelas hasta alcanzar medias deseables de 40 viviendas por hectárea en toda la zona. POSTSUBURBIA
111
de proximidad
Objetivo 2.1 Densificar en el tejido de baja densidad
LÍNEA ESTRATÉGICA 2
Objetivo 2.1 Densificar en el tejido de baja densidad
Cómo: Identificando las áreas que necesiten espacio público bien porque carezcan de zonas de relación, bien para mejorar la sección de una calle ampliando el paso peatonal o como estrategia de densificación, mediante un canje de edificabilidad por cesión de espacio para espacio público. Aumentando la edificabilidad de las parcelas si se cede espacio privado para uso público. Creando un programa de incentivos fiscales para estas acciones. 110
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 2.1.V.4 Promoción de tipologías residenciales heterogéneas
Actuación 2.1.V.5 Modificación de la parcelación existente
dificultad 2 prioridad 1 enlace 4.2.V
dificultad 2 prioridad 1 enlace 5.2.V
Qué: Fomento de una oferta variada de tipos de vivienda. Cómo: Modificando la zonificación para fomentar la aparición de tipologias diferentes a las viviendas adosadas, en hilera o plurifamiliares, tanto de promoción pública como privada. Flexibilizando las normativas urbanísticas y enriqueciendo las ordenanzas (materiales, alturas, formas) para apoyar reformas, ampliaciones, subdivisiones en propiedad horizontal y agregaciones parcelarias. Asesorando técnicamente durante todo el proceso de transformación desde la obtención de licencia hasta la construcción. Proponiendo en parcelas residenciales de propiedad distintos tipos de viviendas: de protección oficial, dotacionales, de alquiler, en cooperativa, etc. 112
POSTSUBURBIA
Qué: Aumento de la diversidad y de la densidad de vivienda. Cómo: Modificando los tamaños de parcela a través de la adición, por reparcelación del plan existente, para permitir aumento de edificabilidad y otros tipos residenciales. Permitiendo la construcción de nuevas viviendas en las parcelas generadas. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 2.1 Densificar en el tejido de baja densidad
LÍNEA ESTRATÉGICA 2
Objetivo 2.1 Densificar en el tejido de baja densidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 2.1.V.6 Flexibilización de la normativa de tipo edificatorio
Actuación 2.1.V.7 Promoción de vivienda cooperativa y co-housing
dificultad 2 prioridad 1
dificultad 2 prioridad 1 enlace 4.2.V
Qué: Facilitar sistemas colectivos y alternativos de acceso y tenencia de la vivienda. Qué: Modificación de la normativa para permitir más de un hogar por vivienda o parcela. Cómo: Permitiendo dentro de una misma parcela cambios de uso o más de una vivienda. Aumentando el porcentaje de ocupación de parcela para hacer posible el crecimiento de las viviendas existentes. 114
POSTSUBURBIA
Cómo: Habilitando suelo público en régimen de cesión de uso temporal para la promoción de vivienda cooperativa y co-housing. Promoviendo este modelo de vivienda en suelo privado. Incentivando a través de bonificaciones fiscales o subvenciones especiales la construcción de vivienda en alguno de estos dos tipos de tenencia. Fomentando actividades y talleres de difusión sobre vivienda cooperativa y co-housing. POSTSUBURBIA
115
de proximidad
Objetivo 2.1 Densificar en el tejido de baja densidad
LÍNEA ESTRATÉGICA 2
Objetivo 2.1 Densificar en el tejido de baja densidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Objetivo 2.2 Permitir otros usos y actividades dentro del tejido residencial
Actuación 2.2.M.6 Ubicación de zonas de aparcamiento en áreas de afluencia
Actuación 2.2.M.7 Soluciones colectivas de aparcamiento individual
dificultad 3 prioridad 2 enlace 1.3.M
dificultad 3 prioridad 2 enlace 4.1.M
Qué: Conseguir zonas de aparcamiento cercanas a equipamientos, estaciones intermodales, zonas comerciales, etc., sin que por ello se dificulte la vida en las calles ni la prioridad peatonal.
Qué: Fomentar aparcamientos colectivos próximos a las viviendas para evitar los frentes continuos de garaje en calles principales y dar prioridad peatonal a las calles residenciales.
Cómo: Reservando y habilitando algunas plazas de aparcamiento en las calles próximas a las áreas de afluencia. Construyendo aparcamientos colectivos cerca de estas áreas para concentrar los vehículos privados y disminuir su circulación dentro de ellas. Diseñando estos aparcamientos de forma respetuosa con el entorno, con actividades en planta baja y buena visibilidad y bien iluminados. Utilizando estos nuevos edificios para generar energía para la urbanización como una manera de financiar el proyecto.
Cómo: Promocionando soluciones de aparcamiento colectivo para un conjunto de casas en volúmenes independientes, preferentemente en superficie para que su construcción sea menos agresiva para el medioambiente, etc. Pensando estos lugares con actividades en planta baja, buena visibilidad y bien iluminados. Utilizando estos nuevos edificios para generar energía tanto para la urbanización, lo que puede ser una manera de financiar el proyecto, como para las viviendas servidas por el aparcamiento.
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117
de proximidad
Objetivo 2.2 Permitir otros usos y actividades dentro del tejido residencial
LÍNEA ESTRATÉGICA 2
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Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 2.2.ES.8 Adaptación de plantas bajas para actividad comercial
Actuación 2.2.ES.9 Promoción de usos mixtos en altura
dificultad 1 prioridad 2 enlace 1.2.V
dificultad 3 prioridad 2 enlace 1.3.ES
Qué: Generar normativa que permita la incorporación de la actividad comercial en la planta baja residencial en contacto con la calle. Cómo: Modificando la normativa para permitir la actividad comercial, dando prioridad a los ejes de las redes cotidianas. Permitiendo que la gestión de dichos comercios pueda depender o no de las personas propietarias. Incentivando los comercios de proximidad a través de bonificaciones. Flexibilizando los horarios de apertura y cierre de dichos comercios para adecuarse a las necesidades específicas y mejorar la percepción de seguridad de las personas que viven en las urbanizaciones gracias a aquellos que cierren más tarde. 118
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Qué: Incentivar la mezcla de usos en una misma parcela. Cómo: Modificando la zonificación para permitir la diversidad de usos en una misma parcela. Permitiendo la división horizontal de las propiedades. Incentivando el alquiler o la compra de espacios para oficinas, talleres, comercios u otros usos. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 2.2 Permitir otros usos y actividades dentro del tejido residencial
LÍNEA ESTRATÉGICA 2
Objetivo 2.2 Permitir otros usos y actividades dentro del tejido residencial
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 2.2.V.8 Ampliación de la vivienda para usos comerciales y profesionales
Actuación 2.3.M.8 Apertura de nuevas calles peatonales en solares vacíos
dificultad 1 prioridad 2 enlace 1.3.V
dificultad 2 prioridad 1 enlace 3.1.M
Qué: Posibilidad de alterar y adaptar la vivienda para incluir actividades terciarias o talleres. Cómo: Incrementando la ocupación y edificabilidad hacia la calle para uso comercial y profesional de las viviendas situadas en los itinerarios de las redes cotidianas. Fomentando el alquiler de los espacios de la vivienda para estos usos. 120
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Qué: Mejora de los recorridos peatonales que conecten los usos cotidianos, generando atajos que reduzcan las distancias que deben recorrer los peatones. Cómo: Identificando los solares vacíos potenciales para abrir y equipar pasos públicos, temporales o permanentes, mediante la cesión de uso o el pago de una cuota blanda como alternativa económica y reversible a la expropiación y/o aumento de la edificabilidad de las parcelas afectadas. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 2.3 Reactivar la vida urbana
LÍNEA ESTRATÉGICA 2
Objetivo 2.2 Permitir otros usos y actividades dentro del tejido residencial
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Objetivo 2.3 Reactivar la vida urbana
Actuación 2.3.EP.7 Cesión temporal para equipamientos o usos comunitarios
Actuación 2.3.V.9 Promoción de vivienda plurifamiliar en solares vacíos
dificultad 1 prioridad 2 enlace 1.3.ES
dificultad 1 prioridad 1 enlace 5.2.V
Qué: Uso temporal de suelo público o privado en desuso para usos comunitarios y equipamientos móviles.
Qué: Aprovechamiento de los solares no edificados para la construcción de vivienda plurifamiliar, siempre que se encuenten cercanos a las redes de proximidad cotidiana.
Cómo: Identificando los solares vacíos potenciales para albergar usos comunitarios o servicios y equipamientos móviles itinerantes. Posibilitando la gestión y la dinamización de solares vacíos por organizaciones locales.
Cómo: Modificando la normativa para aquellos solares especiales que cumplan los requisitos de centralidad, y así aumentar la densidad relativa del entorno mediante la construcción de vivienda plurifamiliar.
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de proximidad
Objetivo 2.3 Reactivar la vida urbana
LÍNEA ESTRATÉGICA 2
122
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Garantizar la vida con autonomía Las urbanizaciones se ubican alejadas de los centros urbanos, que es donde se sitúan la mayoría de los equipamientos y servicios necesarios para desarrollar la vida cotidiana de las personas. La distancia, un factor espacio-temporal, genera una gran dependencia del vehículo privado y, en consecuencia, concede muy poca autonomía a todas aquellas personas que no pueden desplazarse en él. La prioridad vehicular en las urbanizaciones se manifiesta no solamente en el uso de los mismos, sino también en el diseño, ya que las calles no son accesibles para todas las movilidades y no hay elementos que garanticen la visibilidad ni la orientación. A su vez, la falta de vida, la falta de diversidad de usos en la calle y la baja calidad del espacio público contribuyen a una mayor percepción de inseguridad para quienes caminan, debido a la falta de vigilancia informal y de “ojos” que miren a la calle. Para garantizar en las urbanizaciones una vida con autonomía y seguridad se tiene que trabajar para favorecer los desplazamientos a pie en el entorno próximo, que debe permitir desarrollar la mayoría de las actividades cotidianas. Aquellas que no sea posible resolver en proximidad tienen que estar bien comunicadas con un transporte público apropiado o con soluciones comunitarias adecuadas en tiempos, recursos y posibilidades. Los entornos próximos deben ser activos y estar bien equipados para garantizar la percepción de seguridad de todas las personas.
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CUADRO DE ACTUACIONES
3.1 Priorizar la movilidad peatonal 3.2 Adecuar el transporte público y otros medios 3.3 Mejorar la percepción de seguridad
3.1
3.2
3.1.M.9
3.1.M.10
3.1.M.11
3.1.M.12
1.1.M.1
1.2.M.4
2.3.M.8
3.1.EP.8
Jerarquización de las calles para desplazarse a pie
Caminos accesibles para todas las movilidades
Reducción de la velocidad de los vehículos
Incremento de los pasos peatonales
Distancias cortas entre diferentes usos
Apertura de nuevas calles peatonales en solares vacíos
Incremento de la calidad de los espacios peatonales
1.2.M
1.3.EP
5.2.M
1.2.M
Adecuación de las vías externas de conexión de la urbanización
3.2.M.13
3.2.M.14
3.2.M.15
3.2.M.16
3.2.M.17
1.2.M.3
5.1.M.19
Sistemas de acompañamiento escolar
Sistemas de movilidad compartida
Parada de transporte público a demanda
Trazado de carriles bici
Espacios para aparcar bicicletas
Transporte público variado
Infraestructuras respetuosa con los ecosistemas
1.2.M
1.1.M
1.2.M
5.3.M
1.2.M
3.1
1.2.EP
3.3.M.18 3.3
3.3
Paradas de transporte seguras
1.2.EP.2
2.1.EP.6
5.1.EP.23
Dotación de bancos y mobiliario urbano en la red cotidiana
Mecanismos para la cesión pública de espacio privado
Plantación de árboles en las calles
3.3.EP.9
5.3.V.17
Talleres de percepción de seguridad
Espacios intermedios
4.2.EP
1.2.EP
3.1.Es.10 3.1
Acceso a baños públicos
1.2.es
3.2.ES.11 3.2
Transporte público cerca de los equipamientos
1.3.M
3.3 126
3.3.ES.12
4.2.ES.14
“Ojos” en las fachadas
Mayor presencia de las mujeres en la vida política y asociativa
4.1.es POSTSUBURBIA
3.3.V.10 3.3
Mejora de la visibilidad entre público y privado
4.1.V POSTSUBURBIA
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de proximidad
LÍNEA ESTRATÉGICA 3
Objetivos de la línea estratégica 3
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 3.1.M.9 Jerarquización de las calles para desplazarse a pie
Actuación 3.1.M.10 Caminos accesibles para todas las movilidades
dificultad 1 prioridad 1 enlace 1.2.M
dificultad 1 prioridad 2 enlace 1.3.EP
Qué: Reconocimiento de las redes cotidianas, tras aplicar las herramientas de análisis y recogida de datos, para facilitar los recorridos a pie entre equipamientos, servicios y viviendas. Cómo: Estableciendo una red que dé continuidad para recorridos con prioridad peatonal. Mientras no se pueda realizar un cambio en la sección de las calles que priorice el uso peatonal, adoptando acciones temporales como pintar o señalizar. Utilizando materiales, colores y texturas adecuados para estos itinerarios. Cuidando los desniveles con alcorques al nivel de las aceras; proponiendo barandillas en cambios de nivel y rampas con pendientes accesibles, así como colocando una señalización clara y visible para facilitar la orientación. 128
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Qué: Atender a las diferentes capacidades de las personas que se desplazan con silla de ruedas o caminador, empujando un carrito, cuidando de personas dependientes o con dificultades, como la ceguera. Cómo: Señalizando caminos alternativos accesibles, facilitando información sobre tiempos de recorrido y grados de dificultad, ubicando en mapas puntos de descanso o de ayuda como bancos o un ascensor. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 3.1 Priorizar la movilidad peatonal
LÍNEA ESTRATÉGICA 3
Objetivo 3.1 Priorizar la movilidad peatonal
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 3.1.M.11 Reducción de la velocidad de los vehículos
Actuación 3.1.M.12 Incremento de los pasos peatonales
dificultad 2 prioridad 1 enlace 5.2.M
dificultad 1 prioridad 1 enlace 1.2.M
Cómo: Disminuyendo la velocidad a través de la señalización, la colocación de reductores de velocidad y de pasos de cebra bien diferenciados. Proyectando la sección de la calle para la disminución de la velocidad: reducción de radios de giro, ruptura de la linealidad provocando chicanas, empleo de una plataforma única con pavimento lento, etc. POSTSUBURBIA
Qué: El aumento del número de cruces peatonales en las calles de las redes cotidianas disminuye los tiempos de recorrido y la velocidad de los vehículos motorizados que circulan por esas vías. Cómo: Reduciendo las distancias entre pasos de cebra, colocando semáforos a demanda en vías rápidas, involucrando a un agente cívico o un policía local para garantizar el paso peatonal en las entradas de colegios o equipamientos de afluencia puntual y masiva. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 3.1 Priorizar la movilidad peatonal
LÍNEA ESTRATÉGICA 3
Objetivo 3.1 Priorizar la movilidad peatonal
Qué: Para permitir la apropiación peatonal y la vida social en las calles es necesario reducir y controlar la velocidad de las vías rodadas.
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Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Objetivo 3.1 Priorizar la movilidad peatonal
Actuación 3.1.EP.8 Incremento de la calidad de los espacios peatonales
Actuación 3.1.ES.10 Acceso a baños públicos
dificultad 2 prioridad 1 enlace 1.2.EP
dificultad 2 prioridad 2 enlace 1.2.ES
Qué: La mejora de las condiciones físicas de las calles promociona la apropiación social y, con ello, la percepción de seguridad.
Qué: Las distancias y los tiempos empleados para desarrollar las actividades cotidianas son mayores en el entorno disgregado de las urbanizaciones, por lo tanto, es necesario construir baños o permitir el uso de los existentes.
Cómo: Colocando luces que mejoren la visibilidad del peatón; evitando barreras físicas como vegetación o muros que puedan causar percepción de inseguridad; proponiendo pavimentos regulares, sin baches que dificulten la circulación peatonal o elementos que entorpezcan caminar.
Cómo: Garantizando el acceso a los baños desde la calle o desde un vestíbulo accesible en los programas de equipamientos de nueva construcción; promoviendo su uso en los equipamientos y servicios existentes, y fomentando el uso público de los baños de comercios.
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de proximidad
Objetivo 3.1 Priorizar la movilidad peatonal
LÍNEA ESTRATÉGICA 3
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Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 3.2.M.13 Sistemas de acompañamiento escolar
Actuación 3.2.M.14 Sistemas de movilidad compartida
dificultad 1 prioridad 1 enlace 1.2.M
dificultad 1 prioridad 3 enlace 1.1.M
Qué: Las actividades que tienen lugar entre residencia y centros escolares, como por ejemplo los traslados de niñas, niños y jóvenes dependientes, son una oportunidad para generar redes sociales que apoyen la conciliación de tareas cotidianas.
Qué: Es necesario promover iniciativas de movilidad creativas y comunitarias, que complementen e incrementen las opciones existentes. El uso de las nuevas tecnologías y de las redes sociales puede ayudar a dar una mayor visibilidad y viabilidad de las propuestas.
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Cómo: Implementando una red de taxis colectivos; organizando una base de datos digital pública con los recorridos y horarios cotidianos de las personas interesadas para facilitar la opción de compartir vehículo (carsharing) o compartir desplazamientos (carpooling); estudiando recorridos coincidentes para proponer taxis colectivos con multiparada. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 3.2 Adecuar el transporte público y otros medios
LÍNEA ESTRATÉGICA 3
Objetivo 3.2 Adecuar el transporte público y otros medios
Cómo: Promoviendo la organización de desplazamientos de niñas y niños acompañados a pie por una o más personas adultas desde las urbanizaciones hasta los centros de estudio u otras actividades (en inglés se conoce como walking bus, en italiano como piedibus y en francés, pédibus). Apoyando un sistema de transporte compartido (carsharing); creando una base de datos digital compartida en la web del municipio donde se organicen las opciones y las agendas, y se visualicen los responsables. 134
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 3.2.M.15 Parada de transporte público a demanda
Actuación 3.2.M.16 Trazado de carriles bici
dificultad 1 prioridad 1 enlace 1.2.M
dificultad 2 prioridad 2 enlace 5.3.M
Qué: El uso de la bicicleta es una alternativa eficaz a la vez que saludable para las personas y el medioambiente, y es compatible y flexible con otros medios de transporte.
Qué: Las paradas de los diferentes tipos de transporte público se pueden adaptar a las necesidades físicas o temporales de las personas. Cómo: Parando en puntos más cercanos a los domicilios de las personas usuarias en horas de poca luz. 136
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Cómo: Aumentando el número de carriles bici e incorporándolos a la red cotidiana de desplazamientos; proponiendo una iluminación y una señalización específica y adaptada, que funcione con energía solar; utilizando pintura, marcas, señales verticales, carril segregado o cambiando la sección de las calles para priorizarlos; proponiendo tramos con sombra y teniendo en cuenta las condiciones del relieve para que sea efectiva su utilización. Incorporando espacios de aparcamiento de bicicletas en centros intermodales y permitiendo llevar bicicletas en los transportes públicos. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 3.2 Adecuar el transporte público y otros medios
LÍNEA ESTRATÉGICA 3
Objetivo 3.2 Adecuar el transporte público y otros medios
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Objetivo 3.2 Adecuar el transporte público y otros medios
Actuación 3.2.M.17 Espacios para aparcar bicicletas
Actuación 3.2.ES.11 Transporte público cerca de los equipamientos
dificultad 1 prioridad 2 enlace 1.2.M
dificultad 1 prioridad 1 enlace 1.3.M
Qué: Son necesarios espacios para el aparcamiento y almacenamiento de bicicletas, carros, patines u otros medios rodados, en plazas, calles, áreas cercanas a equipamientos o paradas de transporte colectivo. De este modo se consigue facilitar, promover y flexibilizar su uso.
Qué: Las paradas de transporte público han de situarse en función de los equipamientos y servicios, tanto nuevos como existentes. Una mejor relación entre redes de transporte y usos cotidianos favorece la conciliación de actividades y disminuye la dependencia del vehículo privado ya sea física, por edad, etc.
Cómo: Habilitando lugares adecuados en el espacio público o en equipamientos comunitarios con acceso desde la calle.
Cómo: Ubicando paradas en el entorno próximo. Proponiendo recorridos peatonales claros, seguros y eficientes que conecten paradas y destinos.
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de proximidad
Objetivo 3.2 Adecuar el transporte público y otros medios
LÍNEA ESTRATÉGICA 3
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Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 3.3.M.18 Paradas de transporte seguras
Actuación 3.3.EP.9 Talleres de percepción de seguridad
dificultad 2 prioridad 1 enlace 1.2.EP
dificultad 1 prioridad 1 enlace 4.2.EP
Qué: Para incentivar el uso de las paradas de transporte es esencial generar percepción de seguridad, que puede ser obtenida por su diseño, contenido y ubicación. Cómo: Ubicándolas en lugares con vitalidad, relacionados con espacios comunitarios, en lugares de encuentro informal o donde se detecte la oportunidad de generar otros usos, por ejemplo, una pequeña zona de juego infantil. Teniendo en cuenta en su diseño la visibilidad, la transparencia, la protección ante las inclemencias del tiempo y el espacio de espera. Proporcionando sistemas de ayuda como un botón de emergencia. Proporcionando diferentes tipos de información, como un mapa con las opciones de movilidad y los recorridos peatonales accesibles. Incorporando el uso de las TIC para informar sobre frecuencias, horarios e incidencias del servicio, de manera que, gracias a consultar estos datos, se pueda disminuir el tiempo de espera. 140
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Qué: Las sensaciones que tienen las personas sobre el entorno en el que viven son importantes para ubicar, analizar y valorar qué espacios son seguros e inseguros. El trabajo para mejorar la seguridad es transversal y depende tanto de transformaciones físicas como sociales. Cómo: Promoviendo charlas que expliquen la necesidad de implicar a la comunidad en actividades en los espacios públicos, de las que se deriva mayor seguridad. Proponiendo talleres de reconocimiento con recorridos exploratorios, lúdicos o reivindicativos donde se expresen las percepciones de la comunidad. Promoviendo la corresponsabilidad en las respuestas de mejora que fueran necesarias. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 3.3 Mejorar la percepción de seguridad
LÍNEA ESTRATÉGICA 3
Objetivo 3.3 Mejorar la percepción de seguridad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Objetivo 3.3 Mejorar la percepción de seguridad
Actuación 3.3.ES.12 “Ojos” en las fachadas
Actuación 3.3.V.10 Mejora de la visibilidad entre público y privado
dificultad 2 prioridad 1 enlace 4.1.ES
dificultad 2 prioridad 3 enlace 4.1.V
Qué: Para que el uso comunitario de los edificios destinados a equipamientos y servicios contribuya a mejorar la percepción de seguridad, es importante que sus fachadas sean abiertas, que ofrezcan miradas y actividades sobre los espacios públicos próximos.
Qué: El diseño de la vivienda debe evitar que se creen frentes continuos opacos y sin actividad. Cabe evitar el garaje como elemento de fachada e incentivar que algunas estancias de la casa se vuelquen hacia la calle para darle vida y “ojos”.
Cómo: Construyendo fachadas con plantas bajas transparentes que permitan ver desde dentro hacia afuera y desde fuera hacia dentro, para dotar de “ojos” a la calle y, por lo tanto, de vigilancia informal; utilizando elementos de cerramiento como vallas, muros o setos vegetales permeables visualmente; ubicando las estancias de espera o de mayor actividad vinculadas a la calle. Abriendo las fachadas existentes con pocas puertas y ventanas.
Cómo: Regulando, a través de los estatutos de la comunidad de propietarios o de la normativa municipal, la altura de las vallas de las parcelas, los materiales a utilizar, inclusive el tipo de vegetación, el tratamiento y medida de los retranqueos, la posición, medida y tipología de los huecos de fachada cuando se diversifica el uso en plantas bajas, etc. Generando una normativa de diseño que impida las fachadas continuas de entradas de garaje. Es especialmente aplicable en las redes de proximidad.
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de proximidad
Objetivo 3.3 Mejorar la percepción de seguridad
LÍNEA ESTRATÉGICA 3
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Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Fortalecer el sentido de pertenencia y comunidad La vida social y el sentido de pertenencia al lugar de residencia quedan anulados por el modelo de vida que deriva de la urbanización residencial monofuncional y de la vivienda unifamiliar aislada. La vida es individual, no ofrece relación con otras personas más allá del límite de la propiedad privada. Esta trama urbana homogénea y sin calidades urbanas no favorece los lugares de encuentro y de interacción. Por ello, las áreas residenciales monofuncionales tienden a tener una baja cohesión y participación social de la comunidad. Además, en muchos casos ni cuentan con espacios representativos, de reconocimiento o de pertenencia a la comunidad, o no se potencian. La falta de actividades cotidianas en las urbanizaciones y la falta de tiempo derivada de tener que realizarlas en otros lugares lleva, contrariamente a la idealización sobre este modelo de vida, a una falta de arraigamiento y de compromiso con el entorno físico y social que se habita. Para fortalecer el sentido de pertenencia y comunidad es necesario incidir tanto en la mejora de los aspectos físicos que dotan al espacio público de carácter como en el fomento de la participación ciudadana para promover una actitud proactiva entre las personas que viven en las urbanizaciones. Este proceso debe poner especial énfasis en la presencia de las mujeres en todos los ámbitos de representación y participación. La especial atención a las mujeres se debe a que son quienes mayoritariamente concilian las necesidades del mundo de la reproducción y de la producción. Sin embargo, su conocimiento del entorno físico y social no siempre es considerado a la hora de plantear propuestas de cambio y mejora. Para construir la referencia de la zona se pueden rescatar y valorar las singularidades paisajísticas e históricas propias de cada lugar.
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CUADRO DE ACTUACIONES
4.1 Mejorar la calidad del paisaje 4.2 Fomentar ámbitos de participación y organización comunitaria 4.3 Identificar y recuperar las características culturales del lugar
2.2.M.7 4.1
4.2
Soluciones colectivas de aparcamiento individual
4.1
4.1.EP.11
4.1.EP.12
4.1.EP.13
3.1.M.9
5.3.ES.18
Reconocimiento de singularidades paisajísticas
Normativa de diseño y calidad del paisaje urbano
Apoyo a las actividades rurales preexistentes
Talleres de reconocimiento del entorno
Jerarquización de las calles para desplazarse a pie
Creación de espacios verdes productivos
1.1.EP
5.2.EP
5.1.EP
1.1.EP
1.3.M.5
4.2.EP.14
4.2.EP.15
4.2.EP.16
1.2.EP.3
1.3.EP.5
3.3.EP.9
5.1.EP.21
Promoción del uso de las TIC
Procesos participativos inclusivos de transformación urbana
Promoción del uso comunitario de calles sin salida
Apropiación comunitaria del espacio público
Consolidación y creación de puntos de encuentro
Consolidación de los lugares de apropiación
Talleres de percepción de seguridad
Programas comunitarios de cuidado del espacio natural
2.2.EP
2.2.EP
4.3.EP.17
4.3.EP.18
4.3.EP.19
4.3.EP.20
1.2.EP.4
5.1.EP.22
5.2.EP.26
Nomenclátor y señalización inclusivos
Reconocimiento de los límites de pertenencia de los barrios
Catálogo del patrimonio colectivo
Señalización de los recorridos de la memoria
Preservación de espacios de interés natural
Reutilización de estructuras existentes
1.2.EP
1.1.EP
Señalización de calles que apoyan las actividades cotidianas
4.2
4.3
3.3.Es.12 4.1
4.1.EP.10
4.1
“Ojos” en las fachadas
4.1.V.11
4.1.V.12
3.3.V.10
Tratamiento del frente de parcela
Rehabilitación de fachadas
Mejora de la visibilidad entre público y privado
5.2.EV
4.2
146
4.2.ES.13
4.2.ES.14
4.2.ES.15
4.2.ES.16
1.2.ES.3
1.3.ES.4
5.2.EP.25
5.3.ES.20
Cesión de espacios para entidades
Mayor presencia de las mujeres en la vida política y asociativa
Gestión conjunta público-comunitaria de equipamientos y servicios
Fomento de las redes de ayuda
Red de apoyo a las personas
Corresponsabilidad del mantenimiento y la limpieza
Huertos urbanos en los equipamientos
1.3.es
3.3.es
1.2.es
1.2.es
Espacios compartidos entre diferentes equipamientos
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4.2
2.1.V.4
2.1.V.7
Promoción de tipologías residenciales heterogéneas
Promoción de vivienda cooperativa y co-housing
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de proximidad
LÍNEA ESTRATÉGICA 4
Objetivos de la línea estratégica 4
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 4.1.EP.10 Reconocimiento de singularidades paisajísticas
Actuación 4.1.EP.11 Normativa de diseño y calidad del paisaje urbano
dificultad 2 prioridad 3 enlace 1.1.EP
dificultad 1 prioridad 3 enlace 5.2.EP
Cómo: Rehabilitando y refuncionalizando los edificios históricos y mejorando su accesibilidad. Reconvirtiendo y reinterpretando espacios naturales, así como readecuando espacios con fuentes y zonas de descanso. Recuperando visuales específicas que puedan mejorar sensiblemente el sentido de pertenencia. POSTSUBURBIA
Qué: Redactar una normativa vinculada al paisaje urbano del conjunto edificado es una forma eficiente y económica para mejorar la calidad de los espacios y la imagen interna y externa de la urbanización. Cómo: Regulando a través de la normativa y las ordenanzas municipales la altura de las vallas de las parcelas; estipulando los materiales a emplear; buscando un lenguaje homogéneo en determinadas ocasiones. Dicha regulación debe implicar también al lenguaje arquitectónico de los edificios, sus alturas, materiales de cubierta y fachadas, incidiendo sobre la carta de colores. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 4.1 Mejorar la calidad del paisaje
LÍNEA ESTRATÉGICA 4
Objetivo 4.1 Mejorar la calidad del paisaje
Qué: Los elementos y entidades que definen el paisaje, ya sean de carácter urbano o natural, forman parte de su propia identidad y pueden aportar un carácter específico y particular al ámbito urbano.
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Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 4.1.EP.12 Apoyo a las actividades rurales preexistentes
Actuación 4.1.EP.13 Talleres de reconocimiento del entorno
dificultad 2 prioridad 3 enlace 5.1.EP
dificultad 1 prioridad 2 enlace 1.1.EP
Cómo: Apoyando mediante incentivos económicos y normativas legales y urbanísticas las actividades rurales existentes o recuperadas. Mejorando tanto las condiciones de la producción como la accesibilidad. Interviniendo en el cuidado de los límites urbanos. Fortaleciendo el sentimiento de pertenencia al lugar con actividades para la población, especialmente niños, niñas y jóvenes. POSTSUBURBIA
Qué: El fortalecimiento del sentimiento de pertenencia pasa necesariamente por el reconocimiento de las características y singularidades del entorno. Por tanto, es preciso implementar estrategias que favorezcan su lectura y una aproximación hacia él. Cómo: Implementando talleres especializados orientados al reconocimiento del entorno, poniendo de relieve los valores naturales del mismo y los vínculos entre las distintas áreas próximas. Proponiendo talleres según grupos de edades e intereses. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 4.1 Mejorar la calidad del paisaje
LÍNEA ESTRATÉGICA 4
Objetivo 4.1 Mejorar la calidad del paisaje
Qué: Las distintas actividades vinculadas a la agricultura y ganadería de algunas urbanizaciones pueden ser claves para dinamizar la economía en el territorio y pueden aportar singulares activos para dichos entornos con respecto a los tejidos de la ciudad consolidada, dada su proximidad.
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Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 4.1.V.11 Tratamiento del frente de parcela
Actuación 4.1.V.12 Rehabilitación de fachadas
dificultad 1 prioridad 1
dificultad 2 prioridad 3 enlace 5.2.V
Qué: El tratamiento del límite entre la propiedad privada y la pública es fundamental en la definición de la calidad del espacio urbano e incide especialmente en la capacidad de dinamización de las actividades comunitarias y el intercambio social. Cómo: Estableciendo programas de sensibilización sobre la necesidad de reinterpretar el frente de la parcela en contacto con la vía urbana para enriquecer el intercambio y la actividad urbana. Proporcionando ayudas condicionandas a la mejora común, estableciéndose claros criterios de diseño de este frente: aumentando la permeabilidad de las vallas, incorporando distintos recursos vegetales e implementando nuevos límites parcelarios más ambiguos (softedges) donde el intercambio entre la actividad privada y pública pueda tener lugar de manera espontánea. 152
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Qué: Un programa de ayudas y/o de sensibilización para rehabilitar las fachadas de las viviendas (color, textura, composición, elementos, aperturas, etc.) es una manera positiva de mejorar tanto la eficiencia energética de las casas como el confort de sus habitantes y el aspecto de los barrios. Cómo: Las ayudas deben ir condicionadas a la mejora de elementos de impacto común, como la reducción o la eliminación de vallas para conseguir calles más seguras y agradables. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 4.1 Mejorar la calidad del paisaje
LÍNEA ESTRATÉGICA 4
Objetivo 4.1 Mejorar la calidad del paisaje
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 4.2.EP.14 Procesos participativos inclusivos de transformación urbana
Actuación 4.2.EP.15 Promoción del uso comunitario de calles sin salida
dificultad 1 prioridad 1
dificultad 1 prioridad 2 enlace 2.2.EP
Qué: El conocimiento que de la realidad urbana y social tienen sus usuarios significa una importantísima fuente de información a la hora de intervenir sobre el tejido urbano para mejorar la calidad de vida en estos entornos. Tanto la sociedad civil como la Administración son corresponsables de organizar estas dinámicas.
Qué: Los espacios poco transitados o residuales de las calles sin salida tienen escasa o nula incidencia en la movilidad rodada, por lo que se pueden incorporar nuevas actividades comunitarias que incentiven su uso y el intercambio social.
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Cómo: Implementando un diseño urbano de estos espacios para permitir actividades de juego infantil o que cree zonas de descanso con bancos y con protección ante las inclemencias meteorológicas, áreas de picnic o huertos comunitarios. Las actividades pueden ser esporádicas, cerrando el acceso motorizado en determinadas fechas para implementar actividades singulares a lo largo de la calle. Incentivando concursos singulares de uso y diseño sobre estos espacios. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 4.2 Fomentar ámbitos de participación y organización comunitaria
LÍNEA ESTRATÉGICA 4
Objetivo 4.2 Fomentar ámbitos de participación y organización comunitaria
Cómo: Incorporando distintos procesos participativos que deben tener en cuenta tanto las temáticas de discusión como los horarios, lugares de reunión y actividades a desarrollar para que sean los óptimos para los distintos perfiles de la sociedad, atendiendo especialmente a los grupos tradicionalmente más olvidados: niños y niñas, gente mayor o mujeres. Proponiendo transformaciones lúdicas temporales para probar cambios futuros. 154
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 4.2.EP.16 Apropiación comunitaria del espacio público
Actuación 4.2.ES.13 Cesión de espacios para entidades
dificultad 1 prioridad 1 enlace 2.2.EP
dificultad 1 prioridad 2 enlace 1.3.ES
Cómo: Incentivando fiestas y actividades comunitarias en espacios urbanos, escogiendo estos según su posición y escala. Proponiendo apropiaciones semanales para actividades comerciales o de reunión, relacionadas con otras culturales y educativas. Trabajando las fiestas y actividades en diferentes niveles de implicación: más generales, involucrando a toda la urbanización, o por áreas, construyendo comunidad en diferentes escenarios y a partir de diferentes grupos. POSTSUBURBIA
Qué: Las entidades locales y las asociaciones han de disponer de los medios posibles para desarrollar cómodamente sus actividades e iniciativas, con el propósito de cohesionar la red social de la urbanización. Cómo: Poniendo en relación las necesidades de espacio de asociaciones, cooperativas y otras entidades autorganizadas, mediante el reconocimiento de lugares infrautilizados, públicos o privados, e implementando convenios de cesión de los mismos a las correspondientes entidades. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 4.2 Fomentar ámbitos de participación y organización comunitaria
LÍNEA ESTRATÉGICA 4
Objetivo 4.2 Fomentar ámbitos de participación y organización comunitaria
Qué: Determinadas iniciativas puntuales pueden fortalecer las relaciones con el vecindario y el sentido de pertenencia a la urbanización, el barrio y el municipio.
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Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 4.2.ES.14 Mayor presencia de las mujeres en la vida política y asociativa
Actuación 4.2.ES.15 Gestión conjunta público-comunitaria de equipamientos y servicios
dificultad 1 prioridad 1 enlace 3.3.ES
dificultad 1 prioridad 2 enlace 1.2.ES
Cómo: Facilitando el acceso de las mujeres a la participación a través de la creación de consejos municipales de igualdad. Promoviendo la paridad en los órganos de decisión y juntas directivas de asociaciones y entidades a través de incentivos, por ejemplo, incorporando criterios que valoren la equidad de género o la participación de las mujeres en las bases de subvenciones a asociaciones o proyectos. Planificando actividades y reuniones que tengan en cuenta los horarios de conciliación. Visibilizando las aportaciones de las mujeres a la sociedad a través de concursos, certámenes, etc. POSTSUBURBIA
Qué: La colaboración entre la Administración y las distintas entidades cívicas, asociaciones o cooperativas de consumo, servicio y trabajo es imprescindible para activar y gestionar los espacios y sus actividades. Cómo: Posibilitando la aparición y pervivencia en el tiempo de equipamientos o servicios colectivos. Ello implica intercambio y diálogo entre las partes para que las iniciativas surjan de manera consensuada entre las entidades y la Administración. Esta colaboración incluye el diseño del espacio, así como de la programación, de los usos y de la gestión mediante el acuerdo entre entidades y la Administración pública. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 4.2 Fomentar ámbitos de participación y organización comunitaria
LÍNEA ESTRATÉGICA 4
Objetivo 4.2 Fomentar ámbitos de participación y organización comunitaria
Qué: El incremento de la participación de las mujeres, tanto en grupos formales como informales, y el fomento la paridad de mujeres y hombres (representación entre el 40% y el 60% para cada sexo) en los órganos de decisión municipal son esenciales para incorporar y visibilizar el conocimiento de la vida cotidiana y, en concreto, del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado.
158
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 4.2.ES.16 Fomento de las redes de ayuda
Actuación 4.3.EP.17 Nomenclátor y señalización inclusivos
dificultad 2 prioridad 1 enlace 1.2.ES
dificultad 1 prioridad 2 enlace 1.3.ES
Cómo: Estableciendo una organización específica desde los propios usuarios en algunos casos, por ejemplo, en atención al transporte colectivo hacia escuelas mediante la coordinación entre varios padres y madres. Cediendo espacios urbanos desde la Administración para grupos de crianza o para el cuidado compartido. POSTSUBURBIA
Qué: La identificación de los espacios urbanos, lugares específicos y elementos singulares forma parte de los mecanismos que permiten consolidar la idea de pertenencia a un determinado entorno. Sentirse parte de algo genera comunidad y favorece el cuidado informal por complicidad. Cómo: Implementando un nomenclátor específico para espacios públicos, calles y equipamientos, que debe basarse en lugares, personas o bienes (materiales o inmateriales) relacionados con el territorio. Revisando las imágenes y el lenguaje de la señalización, con el objetivo de dotar de identidad y orientación a los usuarios, y de manera que incorpore al mismo tiempo imágenes representativas de la diversidad de la población, con imágenes tanto femeninas como masculinas. POSTSUBURBIA
161
de proximidad
Objetivo 4.3 Identificar y recuperar las características culturales del lugar
LÍNEA ESTRATÉGICA 4
Objetivo 4.2 Fomentar ámbitos de participación y organización comunitaria
Qué: Las tareas de cuidado y atención a las personas deben plantearse desde perspectivas diferentes, apoyándolas desde la Administración o bien permitiendo la autogestión.
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Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 4.3.EP.18 Reconocimiento de los límites de pertenencia de los barrios
Actuación 4.3.EP.19 Catálogo del patrimonio colectivo
dificultad 1 prioridad 2 enlace 1.1.EP
dificultad 1 prioridad 2
Qué: La identificación de los ámbitos de convivencia permiten aumentar la sensación de pertenencia, así como también la percepción de cuáles son los límites físicos de cada unidad vecinal.
Qué: La historia de los equipamientos y servicios existentes, así como de los espacios naturales singulares, también forma parte del patrimonio colectivo e implica elementos de referencia que son clave para la apropiación de los espacios urbanos por parte de la comunidad.
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Cómo: Realizando un estudio documental de catalogación y visibilización de los bienes patrimoniales, tanto tangibles como intangibles, y muy especialmente aquellos en que se realizaban antiguas actividades de la vida cotidiana. Utilizando la historia oral y colectiva de la gente que habita el lugar para documentar determinados espacios como antiguas fuentes de agua, antiguas escuelas, lavaderos, etc. Visualizándolos y localizándolos mediante señalización. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 4.3 Identificar y recuperar las características culturales del lugar
LÍNEA ESTRATÉGICA 4
Objetivo 4.3 Identificar y recuperar las características culturales del lugar
Cómo: Definiendo los diferentes límites de pertenencia dentro de cada uno de los paquetes residenciales homogéneos, concretando las áreas ambientales de cada sector y definiendo las franjas de relación entre ellos. Las escuelas suelen ser elementos importantes de referencia para la definición de las áreas de pertenencia dentro de una escala local. Otros elementos, como iglesias, edificios históricos u otros equipamientos, como espacios deportivos, pueden generar la sensación de pertenencia a otras escalas mayores. Asociando un nombre específico a cada una de estas áreas urbanas. 162
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad Objetivo 4.3 Identificar y recuperar las características culturales del lugar
dificultad 2 prioridad 2
Qué: La recuperación de las historias que han conformado estas urbanizaciones a partir de las memorias orales o de los indicios físicos en el territorio permite conformar un relato de inclusión, de pertenencia y de relación. Cómo: Realizando estudios documentales sobre el lugar. Trabajando memorias orales. Recuperando caminos, edificios y paisaje para la conformación de un relato compartido de reconocimiento y pertenencia. 164
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de proximidad
LÍNEA ESTRATÉGICA 4
Actuación 4.3.EP.20 Señalización de los recorridos de la memoria
Promover un equilibrio medioambiental y una vida sana El modelo de urbanización dispersa ha provocado un gran consumo de suelo y recursos naturales que son difíciles de recuperar. Las urbanizaciones se han construido sin ninguna conciencia medioambiental y han generado entornos muy poco sostenibles a todos los niveles, pero especialmente ambientales: gasto de agua, dependencia del petróleo, consumo energético, contaminación del suelo, etc. Además de las consecuencias ambientales se ha demostrado que la vida cotidiana totalmente dependiente de la movilidad en vehículo privado que este modelo fomenta tiene graves efectos para la salud y la calidad de vida de las personas. Hay urbanizaciones que ni tienen aceras ni objetivos de destino a una distancia que pueda cubrirse caminando1. El aislamiento de estos entornos genera sentimientos de aislamiento y alienación2. Para promover un equilibrio medioambiental y una vida sana para las personas, hay que alejarse de ese modelo urbanizador y trabajar en las urbanizaciones existentes para contener su crecimiento y restituir el ámbito natural. Además, es necesario mejorar la relación entre las urbanizaciones y sus entornos, tanto naturales como urbanos, para reducir el impacto generado por su implantación. Todas las actuaciones de mejora se tienen que acompañar de la participación de las y los habitantes del lugar para concienciar y promover una reducción de su gasto energético y para modificar hábitos alimenticios poco saludables y de sedentarismo.
1 VERDERBER, Stephen. Sprawling Cities and Our Endangered Public Health. Londres y Nueva York: Routledge, 2012. 2 FRIEDAN, Betty. La mística de la feminidad. Valencia: Cátedra, 2009 (1ª edición, 1963).
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CUADRO DE ACTUACIONES
5.1 Preservar y promover la biodiversidad autóctona 5.2 Reducir el impacto energético y físico generado 5.3 Promover una vida sana
5.1
5.2
5.1.M.19
5.1.EP.21
5.1.EP.22
5.1.EP.23
4.1.EP.12
Infraestructuras respetuosas con los ecosistemas
Programas comunitarios de cuidado del espacio natural
Preservación de espacios de interés natural
Plantación de árboles en las calles
Apoyo a las actividades rurales preexistentes
3.2.M
4.2.EP
4.3.EP
3.1.EP
3.1.M.11
5.2.EP.24
5.2.EP.25
5.2.EP.26
5.2.EP.27
Mitigación del riesgo de incendios e inundaciones
Corresponsabilidad del mantenimiento y la limpieza
Reutilización de estructuras existentes
Transición gradual entre lo urbano y lo natural
4.2.ES
4.3.EP
1.1.EP
5.1
5.2
Reducción de la velocidad de los vehículos
3.2.M.16 5.3
5.3
Trazado de carriles bici
5.3.EP.29
5.3.EP.30
Dinamización de la red de caminos rurales
Mobiliario urbano deportivo
5.2.EP.28
1.1.EP.1
Creación de Consolidación de parques en los bordes ejes de conexión con de la urbanización espacios públicos
4.1.EP.11 Normativa de diseño y calidad del paisaje urbano
1.1.EP
1.3.EP
5.1.V.13 5.1
Promoción de la jardinería responsable
5.2.V.14
5.2.V.15
5.2.V.16
5.2.V.17
2.1.V.5
2.3.V.9
4.1.V.12
5.2
Rehabilitación de desagües
Recolección de aguas pluviales para consumo particular
Aprovechamiento hortícola
Incorporación de energías renovables
Modificación de la parcelación existente
Promoción de vivienda plurifamiliar en solares vacíos
Rehabilitación de fachadas
5.2.ES.17 5.2
Construcción responsable
2.1.V
5.3 168
2.2.V
5.3.ES.18
5.3.ES.19
5.3.ES.20
Creación de espacios verdes productivos
Mercados de productos frescos y locales
Huertos urbanos en los equipamientos
4.1.eP POSTSUBURBIA
1.3.es
4.2.es
5.3.V.18 5.3
Espacios intermedios
3.3.EP POSTSUBURBIA
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de proximidad
LÍNEA ESTRATÉGICA 5
Objetivos de la línea estratégica 5
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 5.1.M.19 Infraestructuras respetuosas con los ecosistemas
Actuación 5.1.EP.21 Programas comunitarios de cuidado del espacio natural
dificultad 3 prioridad 1 enlace 3.2.M
dificultad 1 prioridad 1 enlace 4.2.EP
Qué: Uno de los atractivos de las urbanizaciones es su relación con el medio natural, por ello se debería fomentar un compromiso ciudadano con el mismo para evitar fundamentalmente la erosión y los riesgos de incendio. Qué: Evitar que las vías de conexión y otras infraestructuras creen discontinuidades dentro y entre ecosistemas. Cómo: Creando pasos de fauna y de agua, más anchos (por ejemplo, falsos túneles), más seguidos que los exigidos normativamente (o preverlos en el caso de que no se exijan), y con una continuidad en el territorio más allá de las propias vías. Proyectando las nuevas infraestructuras evitando fracturar o desconectar los distintos ecosistemas. 170
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Cómo: Vinculando actividades educativas y cívicas para el comantenimiento, con talleres y actividades para la limpieza de los espacios naturales, la señalización de los caminos, la reintroducción de flora y fauna autóctonas. Fomentando la recuperación de la producción en los bosques que mitigue los riesgos de incendio, introduciendo la cría de animales basada en la alimentación con el forraje natural o el talado de bosques programado para su utilización como fuente de energía. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 5.1 Preservar y promover la biodiversidad autóctona
LÍNEA ESTRATÉGICA 5
Objetivo 5.1 Preservar y promover la biodiversidad autóctona
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 5.1.EP.22 Preservación de espacios de interés natural
Actuación 5.1.EP.23 Plantación de árboles en las calles
dificultad 1 prioridad 2 enlace 4.3.EP
dificultad 3 prioridad 1 enlace 3.1.EP
Cómo: Protegiendo normativamente y en el planeamiento los entornos próximos con situaciones naturales singulares. Preservándolos y conectándolos con sistemas mayores. Manteniendo y recuperando cursos de agua menores. Repoblando la flora y la fauna autóctonas. POSTSUBURBIA
Qué: La presencia de árboles en las calles mejora la calidad del aire de su entorno y el confort ambiental en los días de calor, ya que apartan sombra, humedad e inercia térmica. También tienen un efecto positivo en el paisaje y en la percepción del entorno. Cómo: Realizando plantaciones impulsadas por la Administración. Permitiendo que los habitantes planten sus árboles teniendo en cuenta tanto la adaptación al clima, usando especies autóctonas, como la inocuidad alérgica. Estas plantaciones pueden realizarse tanto en terrenos privados como públicos; en estos últimos puede ser un mecanismo para ganar espacio al vehículo rodado si se planta en la calzada y se ensanchan las aceras. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 5.1 Preservar y promover la biodiversidad autóctona
LÍNEA ESTRATÉGICA 5
Objetivo 5.1 Preservar y promover la biodiversidad autóctona
Qué: En la mayoría de municipios todavía encontramos espacios naturales de interés. Puede tratarse de espacios de escasa relevancia a escala territorial, pero sí son importantes en conexión con otros o para el entorno próximo.
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Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 5.1.V.13 Promoción de la jardinería responsable
Actuación 5.2.EP.24 Mitigación del riesgo de incendios e inundaciones
dificultad 1 prioridad 1
dificultad 2 prioridad 1
Cómo: Fomentando el cultivo de especies autóctonas de fácil cuidado, bajo déficit de regadío y alta resistencia (que eviten tratamientos contaminantes) con talleres y campañas de concienciación. Organizando concursos o exposiciones de jardinería. Prohibiendo normativamente algunas especies. Realizando un catálogo con recomendaciones. Repartiendo semillas o plantones. POSTSUBURBIA
Qué: La urbanización disminuye la absorción del agua del terreno. Se debería trabajar para revertir la artificialización del suelo y así evitar inundaciones y recuperar acuíferos y napas de agua. La proximidad al entorno natural supone un mayor contacto con los bosques, incrementando el riesgo de incendio por causas humanas, por lo que debemos gestionar los entornos no construidos. En muchos casos, la falta de proyecto de urbanización adecuado dificulta el acceso de camiones de bomberos. Cómo: Reforestando y plantando en espacios públicos para disminuir riesgos, aumentando las áreas drenantes con especies que eviten la erosión del terreno y disminuyan la velocidad de la escorrentía del agua. Aprovechando el espacio de la distancia de seguridad entre bosques y urbanizaciones como oportunidad para usos garantizando su mantenimiento. Promoviendo las actividades económicas que mantengan el sotobosque. Reforestando y plantando con especies autóctonas. Organizando actividades de limpieza comunitaria. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 5.2 Reducir el impacto energético y físico generado
LÍNEA ESTRATÉGICA 5
Objetivo 5.1 Preservar y promover la biodiversidad autóctona
Qué: El uso y disfrute de plantas y huertos en las viviendas de las urbanizaciones debe ser respetuoso con el entorno. Se deberían evitar plantaciones con un alto consumo de agua o que usen fertilizantes y pesticidas contaminantes, como puede ser el césped en zonas secas.
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Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 5.2.EP.25 Corresponsabilidad del mantenimiento y la limpieza
Actuación 5.2.EP.26 Reutilización de estructuras existentes
dificultad 1 prioridad 1 enlace 4.2.ES
dificultad 2 prioridad 3 enlace 4.3.EP
Qué: La recogida de basuras, la limpieza y el mantenimiento del espacio público se debe cogestionar entre Administración, habitantes, organizaciones locales y empresas privadas, como forma de responsabilizar a todas las partes en el cuidado del espacio colectivo.
Qué: El uso de construcciones ya existentes reduce el consumo energético y de materiales que supone una obra nueva. Al mismo tiempo, pone en valor la memoria de lugar y aumenta el sentimiento de pertenencia.
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Cómo: Recuperando antiguas estructuras o edificios, como por ejemplo cooperativas agrarias, lavaderos públicos, antiguas escuelas públicas o antiguos hornos de pan. Reutilizándolos de forma productiva como espacios polivalentes, comercios de agricultura local o que promuevan los productos de la zona, etc. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 5.2 Reducir el impacto energético y físico generado
LÍNEA ESTRATÉGICA 5
Objetivo 5.2 Reducir el impacto energético y físico generado
Cómo: Realizando talleres y normativas que fomenten el compostaje. Creando puntos verdes móviles con un programa de intercambio. Creando sistemas y programas específicos de recogida selectiva de basura según a las capacidades de cada urbanización. 176
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Objetivo 5.2 Reducir el impacto energético y físico generado
Actuación 5.2.EP.27 Transición gradual entre lo urbano y lo natural
Actuación 5.2.EP.28 Creación de parques en los bordes de la urbanización
dificultad 2 prioridad 2 enlace 1.1.EP
dificultad 2 prioridad 2 enlace 1.1.EP
Qué: La calle como límite de crecimiento y en contacto con la naturaleza tiene que ser leída claramente. La sección de la calle limítrofe con lo construido no debe ser igual a una calle urbana.
Qué: La urbanización del territorio se debe frenar también de forma física, a la vez acercando el disfrute de los espacios naturales y agrícolas a los habitantes del lugar y evitando que estos se vean como terrenos baldíos, a la espera de nuevas construcciones.
Cómo: Tratando la acera lindante al espacio no construido de manera que no se erosione el terreno y sin que genere barreras visuales a través de la vegetación. La sección debe tender al drenaje natural del terreno para evitar inundaciones. Construyendo calles peatonales o parques que conecten el verde urbano y el natural.
Cómo: Creando parques periurbanos en conexión con el sistema de parques urbanos, con actividades (lúdicas, deportivas, huertos…) y vegetación que limiten claramente lo construido y garanticen la permanencia del suelo no urbanizable. Aprovechando la franja de protección frente a los incendios para la creación de verde urbano.
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de proximidad
Objetivo 5.2 Reducir el impacto energético y físico generado
LÍNEA ESTRATÉGICA 5
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Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Objetivo 5.2 Reducir el impacto energético y físico generado
Actuación 5.2.ES.17 Construcción responsable
Actuación 5.2.V.14 Rehabilitación de desagües
dificultad 3 prioridad 1 enlace 2.1.V
dificultad 3 prioridad 1
Qué: Los equipamientos deben ser modelos a seguir en términos de construcción responsable: eficiencia energética, respeto con el entorno, recuperación de aguas, correcta orientación, etc.
Qué: Mejorar los sistemas de desagüe en mal estado, como los no conectados a depuradoras o con fosas mal impermeabilizadas que pueden producir la degradación de las aguas del subsuelo.
Cómo: Construyendo o rehabilitando los equipamientos públicos con criterios de responsabilidad ecológica, y utilizándolos de forma pedagógica mediante la instalación de señalética, como por ejemplo paneles que muestren la producción de energía solar, visibilizando las instalaciones, difundiendo las calidades de construcción y el ahorro energético.
Cómo: Ofreciendo ayudas al cuidado y rehabilitación de las fosas y de la red de saneamiento para evitar posibles fugas que puedan contaminar el subsuelo. Promoviendo, a través de la exención del pago de tasas de agua, la instalación de pequeñas plantas de fitodepuración para resolver el tratado de las aguas residuales en las propias urbanizaciones.
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de proximidad
Objetivo 5.2 Reducir el impacto energético y físico generado
LÍNEA ESTRATÉGICA 5
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Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 5.2.V.15 Recolección de aguas pluviales para consumo particular
Actuación 5.2.V.16 Aprovechamiento hortícola
dificultad 3 prioridad 1
dificultad 1 prioridad 2 enlace 2.2.V
Qué: El agua de lluvia puede usarse para solventar gran parte del consumo de agua de la vivienda, destinándola a usos que no necesitan de su potabilización como saneamiento, riego o limpieza. A su vez, al no disponer de una red de saneamiento separada, el agua de lluvia realiza un uso ineficiente de las depuradoras. Cómo: Fomentando, mediante subvenciones o premios, la instalación de depósitos de aguas pluviales para uso doméstico en viviendas existentes. Creando normativas específicas con obligatoriedad del aprovechamiento del agua de lluvia para nuevas construcciones. Creando depósitos municipales de agua pluvial para su uso en riego y limpieza. 182
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Qué: Fomentar el uso productivo de los jardines particulares para el autoconsumo. Cómo: Permitiéndolo normativamente en aquellas urbanizaciones que ahora disponen de reglamentos que lo prohíben. Fomentando mediante divulgación y talleres de agricultura ecológica el aprovechamiento hortícola del espacio privado. POSTSUBURBIA
183
de proximidad
Objetivo 5.2 Reducir el impacto energético y físico generado
LÍNEA ESTRATÉGICA 5
Objetivo 5.2 Reducir el impacto energético y físico generado
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 5.2.V.17 Incorporación de energías renovables
Actuación 5.3.EP.29 Dinamización de la red de caminos rurales
dificultad 3 prioridad 1
dificultad 1 prioridad 3
Qué: La producción de energía con fuentes renovables en la misma vivienda es la solución más sostenible para la demanda de los hogares. La mayoría de la electricidad que consumimos hoy en día proviene de fuentes no renovables y lejanas, y se pierde gran parte de lo producido en el transporte.
Qué: La recuperación de caminos rurales y la creación de nuevas vías de paso construye una red peatonal que aprovecha el entorno natural y ofrece recorridos saludables sin coches.
Cómo: Incentivando por medio de premios, como reducciones fiscales, incremento de la edificabilidad u otras. Creando normativas específicas para que las nuevas construcciones utilicen sistemas de captación de energías renovables (solar, eólica, geotérmica, hidráulica). 184
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Cómo: Organizando caminatas populares, carreras u otras actividades deportivas o de ocio. Para ello es necesaria la restauración de los caminos, la ubicación de los recorridos en mapas, la señalización clara y visible y la instalación de mobiliario, por ejemplo para hacer ejercicios con pautas deportivas o la adecuación de áreas recreativas con mesas de pícnic, etc. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 5.3 Promover una vida sana
LÍNEA ESTRATÉGICA 5
Objetivo 5.2 Reducir el impacto energético y físico generado
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 5.3.EP.30 Mobiliario urbano deportivo
Actuación 5.3.ES.18 Creación de espacios verdes productivos
dificultad 1 prioridad 1 enlace 1.3.EP
dificultad 2 prioridad 1 enlace 4.1.EP
Qué: Los espacios públicos bien equipados pueden ser un espacio de socialización y también agentes activos contra el sedentarismo acusado de las zonas suburbanas.
Qué: Los espacios verdes productivos refuerzan la importancia de la alimentación en la ciudadanía. También mejoran la relación con el pasado o el entorno agrícola del lugar si se recuperan especies autóctonas o características.
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Cómo: Cediendo solares públicos sin uso, solares privados o antiguas parcelas agrícolas abandonadas. Incentivándolo a través de programas de exenciones de impuestos para su uso hortícola comunitario. Eligiendo especies frutales para el arbolado de las calles. Incorporando alimentos ecológicos y de proximidad en los comedores escolares. Creando talleres participativos de vida y cocina sana. POSTSUBURBIA
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de proximidad
Objetivo 5.3 Promover una vida sana
LÍNEA ESTRATÉGICA 5
Objetivo 5.3 Promover una vida sana
Cómo: Habilitando recorridos variados con equipamientos inclusivos para ejercicios adaptados a las diferentes franjas de edad, soportado por mobiliario de apoyo y señalética específica para promover el deporte entre la población. Incorporando máquinas de ejercicio en los parques; creando circuitos deportivos; creando los llamados “paseos del colesterol” en el sistema de parques para incentivar el paseo entre la gente mayor. 186
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Actuación 5.3.ES.19 Mercados de productos frescos y locales
Actuación 5.3.ES.20 Huertos urbanos en los equipamientos
dificultad 2 prioridad 1 enlace 1.3.ES
dificultad 1 prioridad 1 enlace 4.2.ES
Cómo: Adecuando espacios públicos para mercados semanales. Fomentando el desarrollo de un mercado periódico de productos frescos que promueva el consumo de productos próximos y locales. Cediendo espacios para los mercados de intercambio de la producción hortícola particular o para la creación de cooperativas de consumo. POSTSUBURBIA
Qué: La horticultura es una actividad eficaz como terapia para personas mayores y como aprendizaje para los más pequeños. Cómo: Creando pequeños huertos ecológicos, en tierra o en mesas, en los espacios de educación, entornos sanitarios y de cuidado de gente mayor. Aprovechando la transferencia de conocimientos entre las distintas generaciones. POSTSUBURBIA
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Objetivo 5.3 Promover una vida sana
LÍNEA ESTRATÉGICA 5
Objetivo 5.3 Promover una vida sana
Qué: Los mercados de productos frescos y locales mejoran la relación entre productores y consumidores, difunden productos de calidad más sanos y la actividad en el espacio público, potencian la economía local, el punto de encuentro y de relación entre vecinas y vecinos.
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Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad
Línea estratégica 1: Fortalecer las redes de proximidad Objetivo 5.3 Promover una vida sana
dificultad 1 prioridad 2 enlace 3.3.EP
Qué: para mejorar el confort ambiental y reducir la demanda energética. Son espacios de socialización. Cómo: Permitiendo normativamente aumentar los volúmenes edificados para la creación de espacios intermedios o de filtro entre el exterior y el interior de la vivienda sin que se contabilice en la edificabilidad. 190
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de proximidad
LÍNEA ESTRATÉGICA 5
Actuación 5.3.V.18 Espacios intermedios
GLOSARIO
Espacios intergeneracionales Aquellos que, por su configuración y por las actividades que ofrecen, permiten la convivencia entre personas de diferentes edades.
Accesibilidad Cualidad de los espacios que permite a cualquier persona, sin importar sus capacidades, llegar a todos los lugares, edificios, equipamientos y servicios públicos sin sobreesfuerzos y en condiciones de seguridad y autonomía.
Espacios intermedios Espacios de transición entre público-privado, exterior-interior, individual-comunitario, etc. que, por su configuración y actividades, pueden fomentar el encuentro y la socialización, proporcionar seguridad informal a la calle, compartir múltiples usos, etc.
Androcentrismo Conjunto de valores dominantes que sitúan a los hombres en el centro y como medida de todas las cosas. Las sociedades androcéntricas tienen las personas con sexo masculino como prototipo e interpretan su experiencia como universal, menospreciando y ocultando las experiencias de la otra mitad de la humanidad, las mujeres.
Espacios polifuncionales Aquellos que se pueden adaptar para realizar actividades diversas, de manera simultánea o no. Pueden ser interiores o exteriores, estar situados dentro de equipamientos o en el espacio público.
Co-housing Tipo de vivienda colaborativa. Aunque hay muchos tipos de viviendas co-housing, todos se basan en cuatro fundamentos: la participación de todos los residentes en la planificación de la comunidad y sus necesidades, un diseño del lugar adaptado a las necesidades de la comunidad, viviendas individuales acompañadas por unos servicios comunitarios que colectivizan las tareas domésticas (cocinas comunitarias, zonas de cuidado de la infancia, lavanderías, espacios comunes, etc.) y gestión y mantenimiento realizado por los mismos residentes. Comercios de proximidad Servicios de venta situados en un entorno cercano a la vivienda que se sirven para satisfacer necesidades personales básicas que no pueden resolverse individualmente. Entre sus productos destacan alimentos, medicamentos, calzado, ropa, periódicos, libros, productos de limpieza, etc. Cumplen una doble función muy importante como lugares de encuentro dentro de la comunidad y como centros de trabajo próximos a las viviendas.
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Feminismo Teoría y movimiento social que denuncia la discriminación sexual y la desigualdad social de género, y exige cambios políticos y sociales en los hábitos rela-cionales entre los sexos para que las mujeres puedan desarrollarse plenamente en la sociedad. Inclusiva/o Se dice del espacio (calle, plaza, parque, equipamiento, vivienda, comercio, barrio, etc.) que puede ser usado de manera segura, autónoma y confortable por todas las personas, independientemente de su sexo, edad, situación socioeconómica, cultura u origen. Mainstreaming o transversalización de género Estrategia a largo plazo que integra la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en toda la organización y su cultura, en los programas, las políticas y las prácticas a todos los niveles. La trans-versalidad comporta la inclusión de la perspectiva de género en todas las políticas y las actuaciones para tener en cuenta las necesidades y los intereses tanto de mujeres como de hombres.
Condiciones físicas (en la configuración del espacio) Conjunto de características arqui-tectónicas y urbanísticas que influyen en la calidad del espacio, como por ejemplo la materialidad y la morfología, los volúmenes construidos, el tipo de tejido y trama urbana o los usos (vivienda, comercio, equipamiento, industria, etc.).
Observación participante Técnica cualitativa de investigación que permite la inmersión en el área de estudio de manera directa, sin artificios ni simplificaciones y en el momento en que sucede la acción a través de la observación directa de un fenómeno o espacio.
Doble jornada Suma de una jornada de trabajo remunerado y otra de trabajo no remunerado, dedicada a las tareas del hogar y el cuidado de personas dependientes. Esta doble carga recae mayoritariamente en las mujeres adultas y es visible en especial en el cuidado de hijos e hijas. En la actualidad persiste y se acentúa en la atención a personas mayores debido al creciente envejecimiento de la población.
Percepción de inseguridad Sensación negativa de seguridad en un espacio, perceptible sin que ocurra un acto concreto de violencia, accidente, etc. A pesar de que el lugar donde las mujeres sufren un mayor grado de violencia es el hogar, son ellas quienes expresan una mayor percepción de inseguridad en los espacios públicos y restringen en mayor medida sus vidas por el miedo a transitar por algunas zonas a determinadas horas. Entre las razones
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se cuentan el miedo real al abuso sexual o la violación (las agresiones sobre mujeres en el espacio público mayoritariamente son sobre su cuerpo sexuado); la frecuencia y aceptación social de conductas que, aún no estando tipificadas como delitos, tienen un gran impacto en la percepción de inseguridad, como comentarios obscenos, miradas y conductas invasivas como tocamientos en el transporte público; la construcción de una identidad femenina que es sinónimo de debilidad, indefensión y vulnerabilidad, y la socialización de las mujeres desde la infancia en la idea que el espacio público es potencialmente peligroso para ellas, siendo el hogar el único terreno seguro. Perspectiva de género Reconocimiento de las diferencias socioculturales entre mujeres y hombres en una actividad o ámbito para el análisis, la planificación, el diseño y la ejecución de las políticas, considerando cómo las diferentes actuaciones, situaciones y necesidades afectan a las mujeres. La perspectiva de género permite visibilizar mujeres y hombres en su dimensión biológica, psicológica, histórica, social y cultural, y encontrar líneas de acción para la solución de desigualdades. Red de proximidad Conjunto de infraestructuras de servicios y equipamientos que permiten satisfacer las necesidades personales básicas, y que se encuentran disponibles y accesibles en un entorno cercano a todas las viviendas. Esta red está conectada por calles que permiten a todas las personas acceder a pie a las infraestructuras existentes con autonomía y seguridad, o a través de una variedad de opciones en transporte público que conectan con los servicios más lejanos.
Recorridos poligonales Desplazamientos entre diferentes actividades que permiten resolver diversas necesidades durante el trayecto. Son desplazamientos eficientes, no son recorridos lineales de punto a punto que solo resuelven una actividad por desplazamiento. Estos recorridos están relacionados con los desplazamientos que realiza el género femenino para llevar a cabo sus actividades diarias, propias y de cuidado de los demás. Habitualmente se realizan a pie o en transporte público. En cambio, los recorridos lineales están relacionados con una concepción androcéntrica de la movilidad (de casa al trabajo y del trabajo a casa), habitualmente en transporte privado. Vivienda cooperativa Tipo de tenencia del hábitat en el que un grupo de personas o unidades familiares se une para construir un grupo de viviendas conjuntamente. Hay diferentes tipos de viviendas cooperativas dependiendo de la forma de gestión. Vigilancia informal La llevada a cabo de manera espontánea por las personas que concurren en el espacio o que de alguna manera están en él, como por ejemplo la que se realiza hacia la calle a través de las ventanas de las viviendas o los equipamientos.
Trabajo productivo Conjunto de actividades remuneradas que producen bienes y servicios en la economía mercantil y formal, pero también en la economía sumergida e informal. Este es el único trabajo reconocido económico y socialmente como tal en las sociedades industrializadas. Trabajo reproductivo Conjunto de actividades no remuneradas relacionadas con el trabajo doméstico, la atención y el cuidado del hogar y la familia, aunque su espacio físico y simbólico no se reduce exclusivamente al hogar o al ámbito doméstico. Su alcance abarca las actividades relacionadas con la gestión y el mantenimiento de la infraestructura del hogar y las derivadas de la atención y el cuidado, en su más amplia acepción, de los miembros de la familia. El trabajo reproductivo se ha asignado tradicionalmente a las mujeres. Triple jornada Resultado de añadir a la doble jornada laboral (trabajo productivo más trabajo doméstico) otra dedicada principalmente a actividades políticas y comunitarias. 194
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Este libro, POSTSUBURBIA, se acab贸 de imprimir en Sant Joan les Fonts el 16 de marzo de 2013
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