La filosofía necesita tiempo Herman Johnson Armijo
Desde que se inició esta pandemia global, las personas se han vuelto más profundas, por así decirlo. Se preguntan por qué: Por qué la vida, por qué la muerte, por qué nosotros, por qué el sistema… Y no es fácil dar con la respuesta correcta y final. Desde esa novedosa profundidad que de pronto les ha surgido, miran hacia la Filosofía esperando una salida digna a sus dudas existenciales. Pero la Filosofía es una maestra exigente, que no da respuestas fáciles ni pistas evidentes. Para ella, primero debes ser digno merecedor de alguna ayuda. No tiene sentido apurar el horno si la mezcla de harina con los demás ingredientes para hacer pan aún no están amasados. En otras palabras, no puedes esperar que, mágicamente, te den respuesta desde una disciplina si tú mismo te has mantenido ajeno a su estudio. No es fácil volverse filósofo de verdad en un dos por tres. Distanciarse para pensar con objetividad puede referirse no solo a una distancia temporal o física, sino a buscar una perspectiva desde donde poder realizar un planteamiento racional objetivo. Y esa mirada escrutadora no puede obtenerse de un día para otro. Mucho menos si queremos una respuesta que dé sentido a lo que ocurre, a nuestras vidas… Que alguien nos salve Por otro lado, se alzan voces pidiendo un Estado más fuerte, que impida este o aquel levantamiento individualista y caótico. Anhelan el advenimiento de un poder superior que haga retroceder el desorden y se imponga por la fuerza, dando estabilidad y asegure crecimiento económico. Parece que siempre es más fácil esperar que otro haga lo correcto y se imponga con dureza. Un otro que siempre me libere de mi libertad para elegir responsablemente. Un otro que podrá decirnos qué es lo correcto y para dónde debemos encaminar nuestros pasos. A fin de cuentas, ese tipo de actitud solo nos mantiene en una especie de infantilismo intelectual.
Además, nunca sabrás si fue la mejor alternativa, pues una vez que tomes tu camino no habrá vuelta atrás.