pym #04

Magazine Digital de Pesca con Mosca Distribuci贸n Gratuita

#04

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Pesca y Mosca Las aperturas de temporada siempre son apasionantes, pues estamos ansiosos luego de tantos meses lejos de los salmónidos argentinos. Este año fue muy particular si tenemos en cuenta las cuestiones climáticas y biológicas con el Didymo por todos lados. A pesar de eso (¿O por eso?) llamó la atención el tamaño de los ejemplares capturados en toda la Patagonia. En todos los cauces se cobraron ejemplares llamativamente grandes, lo que no deja de ser una esperanza para la pesca deportiva. Ojalá continúe así. En parte, de nosotros depende. Diván, Enero 2015

Enzo Ceravolo Humberto Kadomoto Laura Gamero

Editorial

Una mirada tĂŠcnica ... Estancia Laguna verde

De lo bueno que existe ...

Un noviembre diferente Apertura RĂo Pico Lago Yelcho Flat Wing Streamer

Indice

Jordi Babusci

02 06 14 18 26 34 41 48

Gabriel Giordano Fernando Bengoa Enzo Ceravolo

#04

pym – Pesca y Mosca Magazine Digital de Pesca con Mosca Es una revista gratuita de distribución mensual Para bajar la revista: www.pescaymosca.com Para enviar artículos, sugerencias o comentarios a la revista, email: pym.pescaymosca@gmail.com

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Le sugerimos que el mismo sea enviado en formato Word, no más de dos carillas con interlineado doble y con al menos 6 fotos aparte. Diseño gráfico: KGD Disegno Editores Responsables: Diván – Guillermo Tusini Correctores Matías Gustavo Soler Manuel Ocampo Registro de la propiedad intelectual en trámite. Autores y entrevistados son responsables de sus opiniones. Se autoriza la reproducción total o parcial del contenido citando la fuente e infmando a los editores.

Foto de tapa: Gustavo Birocco

Pescador: Gabriel Giordano

Arcoiris Strobel FOTOGRAFO: Divรกn PESCADORA: Noel Forane

Jordi Babusci

Una Mirada Técnica al inicio de la temporada…

Después de seis meses de soñar con ese primer día de temporada, muchos de nosotros nos damos cuenta de que sólo fue soñar, de que realmente no estuvimos haciendo la tarea durante los meses de invierno. Creo que cometemos temporada tras temporada el mismo error, creemos que siempre las cosas son más fáciles cuando las truchas descansan un tiempo...

Quien me conoce, sabe que llevo una estadística de ríos, truchas y horas de pesca desde hace cuatro temporadas, para ir intentando darme una previsión de lo que puedo llegar a encontrarme en el río un día determinado. Y les cuento un secreto… ¡¡No sirve de mucho!! Con esto quiero decir que generalizar en la pesca es algo bastante erróneo, desde mi punto de vista. Lo que voy a hacer es un intento de generalizar lo que me sucedió los tres primeros días de esta temporada.

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Sumándole a otros inicios de temporada acá en Patagonia en estos años, una división un poco relajada nos puede dar tres tipos de comportamiento de las truchas: - Inmóviles (supongo que por el periodo de desove) - Hiperselectivas (o así me gusta llamarlo) - Una sensibilidad especial, llamemosla “asustadizas” o una gran mezcla entre los dos comportamientos anteriores Dejemos en claro que estamos hablando de las truchas que tienen un comportamiento extraño para lo que pensamos de principios de temporada, y es un intento de generalización, está claro. Hay que decir que hay “como siempre” muchas que rompen las reglas y pican en cualquier situación y con cualquier técnica. Para no irnos demasiado de tema, me gustaría plantear que lo más extraño que podemos encontrarnos es la mezcla de los dos primeros comportamientos, no siendo entomólogo, ni biólogo, no tengo más datos que la experiencia para ofrecer. Entonces nos encontramos frente a una o un grupo de truchas, que muy quietas casi en el fondo, no aceptan ningún tipo de ofrecimiento artificial y, de tanto en tanto, se las ve comiendo alguna cosa. Sabemos que en las épocas frías las eclosiones además de disminuir en cantidad, también lo hacen en tamaño No sería raro ver actividad en superficie en

invierno, pero créanme que esto me pasó en España, la selectividad se incrementa. ¡A nadie le gustaría estar pescando en pleno invierno con estas truchas “selectivas”! Entonces, frente a esa situación de inmovilidad y de selectividad conjuntas, a mi entender tenemos tres opciones. La primera casi todo el mundo la lleva a la práctica. Poner alguna imitación que irrite al pez para así lograr algún ataque. La segunda sería la que trataremos a continuación y la tercera sería... ¡irnos a casa más calentitos! Lo que yo aplico en estas situaciones es simple, trato al río, esté con agua o no, como si fuera final de temporada, usando tippets muy finos, moscas pequeñas y siendo extremadamente cauteloso al caminar Es extraño, pero creo poder decir que es más efectivo que tratarlas como tontas. Algunos pensamientos al aire, a modo de cierre.Es muy factible encontrarnos con truchas con los ríos crecidos, en zonas donde normalmente caminamos o nos paramos para castear. Si la corriente está más fuerte de lo normal, las truchas buscan otras zonas, que me arriesgo a decir que en un 80% de los casos están justo a un metro de nuestras botas. Si están inmóviles en el fondo, está claro que para llegar a pasarle el artificial (en este caso elijo una ninfa) lo

suficientemente cerca para que la ataque, tendríamos que hacer que baje lo necesario. El tippet es el peor amigo del descenso de nuestra ninfa… recordemos que mayor diámetro del tippet, mayor arrastre de la corriente, menos baja nuestra ninfa. Usemos la vista como método de detección de piques, al pasarle muy cerca a la trucha, no sentimos tensión alguna, solo vemos un abrir de boca, es el momento para clavar… Trucha inmóvil, pique que nos perdemos. Y la mejor recomendación que tengo, si quieren pescar más, es usar un copo. Esa explicación la dejamos para la próxima… ¿Me preguntaran cuál es el mensaje de todo esto? ¿Mucho ruido y pocas nueces? Mi respuesta sería, que estoy transcribiendo mis fracasos de principios de temporada. Cuando la expectativa es alta y ni las capturas ni el ambiente acompañan, es una pesadilla. Si olvidamos que es principios de temporada, todo resulta mucho más fácil.

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Comienzo de temporada

Lago Strobel Estancia Laguna Verde Enzo Ceravolo

En noviembre inauguré con un grupo de alumnos la temporada de pesca en el lago Strobel y Río Barrancoso. La misma comenzó con temperaturas de varios grados bajo cero con nevadas breves y fuertes vientos. La pesca fue realmente excitante debido a que en estas condiciones climáticas tuvimos que pescar con moscas más pequeñas y agudizar bien los sentidos, ya que las truchas tomaban las moscas muy sutilmente y muchas veces se perdían los piques. Por lo general esto sucedía por la mañana y en la caída de la tarde, en los momentos más fríos. En estas condiciones de mucho viento, sugerí al grupo que en el lago usáramos cañas de dos manos. Las Switch para líneas #5 a #8 fueron un gran acierto para la comodidad en los lanzamientos, las líneas que utilizamos fueron skagit compactas con puntas de hundimiento intermedio. La técnica principal era lanzar pasando el banco de algas y recoger constante y lentamente las imitaciones de scud que atamos en tamaños #10 y #12. Los piques explosivos sucedían casi

de inmediato, una verdadera escena de acrobacias y corridas que varias veces terminaba en un corte o con el anzuelo enderezado o quebrado. En el río Barrancoso utilizamos cañas de dos manos switch y tradicionales de una mano #6 y #7 con ninfas en #10 y el uso de indicadores de pique marcó la diferencia. También resultaron muy efectivas las secas grandes como bombers, ratones de pelo de ciervo y las de goma eva como fat Albert, Chernovil, etc . En la laguna Verde que forma parte de las encadenadas de la estancia, fue también muy rendidora la pesca de arcoiris con tamaños más grandes que la temporada pasada.

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De lo bueno que existe... a un futuro incierto. Humberto Kadomoto

Días antes del inicio de la temporada, los pescadores comenzamos a programar cómo será el primer día. Esta tarea se simplifica si recibís un mensaje de los amigos que textualmente dice... “Un conocido quiere que hagamos un relevamiento en la laguna de su campo que está cerrado hace unos años ¿te prendés?” Luego de pensarlo largamente, durante 16 segundos, mi respuesta fue: ¡Voy!.

Por los comentarios del propietario, la laguna había sido sembrada hace muchos años con “truchas de todas las especies” (sic). Según cuenta, compró el campo hace cinco años y, lamentablemente hace tres, un incendio quemó el bosque y el puesto del lugar, y desde ese entonces nadie había entrado a la laguna. El sábado 1 de noviembre de 2014 se presentaba frío y ventoso. Junto a Gustavo y Eduardo, integrantes de “Aguas Patagónicas”, salimos desde Esquel hacia Río Pico, Chubut, por la ruta que con conduce a Corcovado. Frente al camino que ingresa y bordea el lago Vinter, se abre una huella en la margen izquierda. Retomamos por allí y encontramos abierta una tranquera. Recorrimos unos dos mil o tres mil metros de bosque achaparrado, ñires bajos, una trepada y llegamos al lugar donde el fuego consumió gran parte del bosque. Nos causó una fuerte impresión imaginarnos ese lugar formando un denso bosque de lengas, tapizado con cañas, calafate y chauras... Inmediatamente la visión de la realidad nos hizo casi estremecer al pensar el momento arrasador

del fuego, cuyos únicos testigos en pie son los “palos quemados” de los que en algún momento fueron vigorosos ejemplares del bosque sub antártico. Seguimos la huella y llegamos a divisar una pequeña laguna, golpeada por el intenso y frío viento imperante. Mientras buscábamos un lugar adecuado para bajar la balsa, realizamos las primeras observaciones. Varias orillas con juncales, cabeceras de la laguna con fondo de rodados “alisados” por la acción del agua, mezclados con arena gruesa y dos bahías protegidas. No podíamos advertir actividad en superficie por el fuerte viento y la baja temperatura del agua. Finalmente elegimos un pequeño arroyo que entraba a la laguna para arrastrar la balsa e ingresar. Para poder avanzar los 150 metros que nos separaban de la primera bahía protegida, tardamos unos 40 minutos, turnándonos para remar. El viento, dueño y señor del lugar, se convierte aquí en un incondicional aliado de las truchas a la hora de poder ingresa a pescar.

Sin actividad a la vista, arrancamos con ninfas de anisópteros (dragonflies), en tippets resistentes. Intentamos colocar la mosca lo más cerca del lugar donde intuimos que podrían estar alimentándose, en cercanías de la vegetación circundante. Dejamos hundir unos segundos y con pequeños movimientos alternados pretendimos hacer notar nuestra presencia. Una franca y potente “parada” de la deriva de nuestra ninfa nos indicó la primera sorpresa. Una hermosa fontinalis hacía que la punta de nuestra caña indicara una y otra vez el lugar de donde provenía el pez. Ese juncal nos brindó varias capturas, de un inmejorable estado de vitalidad en todos sus aspectos.

Seguimos nuestra visita hacia los lugares que nos parecían los indicados. Bahía, palos hundidos, baja profundidad. Aprovechando el viento probamos con lanzamientos largos, esta vez con Wolly Buggers naranjas, recogiendo rápido y largo. Otra sorpresa. Una increíble arco iris atacó la WB, una clavada formidable. El copo marcó más de 22 pulgadas de largo. Luego de unas 5 horas efectivas de pesca el resultado era inmejorable. Contabilizamos 12 Arco Iris que superaron todas los 45 cm de largo, y 7 Fontinalis. Siempre predominaron los machos (70 %) respecto a las hembras. En cuanto a estas últimas, en las Arco Iris notamos que desprendían ovas viejas, por lo que estimamos encuentran problemas para el desove natural en la laguna. Párrafo aparte merece el único pique de una hermosa marrón que escapo a nuestro intento. La sanidad de los peces es muy buena. La laguna es sana, con vegetación en recuperación luego del incendio. Hay comida suficiente. No observamos juveniles de ninguna variedad. Respecto al destino de la laguna, el dueño nos comentó que es su idea explotarla como “coto privado”, y que tenía ya un ofrecimiento de una empresa extranjera que opera con guías en nuestra zona.

¿Será ese el destino de los mejores pesqueros de “nuestra” Patagonia? De nosotros ¿depende?...

Quetro volador Nombre científico: Tachyertes patachonicus Nombre en Inglés: Flyng steamer duck Orden: Anseriformes Familia: Anatidae Alimentación: Crustáceos, peces, moluscos etc. Medidas: 65 cm. aproximadamente FOTO: Lago Fonk Diciembre de 2011 AUTOR: Jorge Dal Bianco

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Laura Gamero

Como ya es tradición en mi familia, iniciamos la temporada en el río Malleo. Una costumbre difícil de cambiar ya que nunca se repite la experiencia y el Malleo año tras año nos sorprende con una cara nueva. Ni bien me arrimé al río, en un pool que quiero mucho del Malleo superior dentro de la estancia de la familia Olsen, me di cuenta de que todavía estaba un poco alto aunque no tanto como temporadas anteriores, pero de todos modos alto para mis posibilidades de vadeo. Marcelo me cargaba porque llegué al río y conmigo llegó el viento fuerte. El había pescado una semana con sol y viento amigable y ni bien pisé la costa se levantó un viento que arrancaba ramas de los sauces. Armé mi equipo #4 y al rato no había forma de hacerlo funcionar. El viento me tiraba la mosca hacia cualquier lado, menos donde comían las truchas, pegaditas a los sauces, en la parte contraria al viento.Siempre están en el lado contrario al viento, con viento de la cordillera están aguas abajo del sauce y con viento Puelche del otro lado.

Hay un sauce grande caído en el agua, que cada año está mas chico, donde las truchas se pasan de un lado al otro con diferentes vientos y me encanta pescarlo porque el fondo es de piedra chiquita, donde caminar no es una tortura. Paso horas tras ese sauce con mis moscas de CDC, que son fatales cuando las pequeñas Stone Flies van saliendo a principio de temporada. Si hay viento, mejor, porque las va tirando al agua desde las ramas y las truchas se vuelven locas.Siempre me toca alguna marrón buena en estas condiciones y por eso amo el comienzo de temporada, ya más adelante cuando las Stones no están, las marrones son mas complicadas. La lluvia no podía faltar y la vimos venir en nubes negras desde el lado Chileno, al punto que en un momento tuvimos que meternos en la camioneta porque se puso muy feo y la temperatura bajó mucho. Marcelo pescaba con una caña de Spey livianita y estaba haciendo desastres, pero ni con esa se animó a quedarse en la tormenta y nos dormimos una siestita en la camioneta, hasta que el sol que salió de golpe y nos despertó calentando el ambiente.

Aprovechando la calma armé mi caña #5, una Sage ZXL que tiene la acción perfecta para mi estilo de casting, que no es para nada agresivo. No me gusta tirar lejos ni cosas pesadas, lo mío es la mosca seca viendo a las truchas subir, si me dejan en paz sin darme indicaciones las hago picar sin problemas. En un momento las arco iris empezaron a comer algo chiquito, afiné el leader y puse una CDC dun del #18 que tomaron en cada tiro, pero algo pasaba que no podía clavar ni una. El viento hacia el sauce desde donde estaba tirando ponía una curva en el leader como si estuviera tirando desde río abajo. Marcelo me mostró cómo las truchas al tomar levantaban el leader y la mosca no entraba en la boca. Me acomodé para lograr que el leader entrara de costado y la mosca fuera primero y saqué seis truchas seguidas en el mismo sauce, todas buenas arco iris, las mas grandes todavía estaban un poco flacas. En un momento mis queridas CDC dejaron de funcionar y empecé a probar otras moscas. Hacía mucho que no usaba ninfas chiquitas con cabeza de metal y me acordé que me gustaban mucho al principio. Puse una con cuerpo de cobre color violeta, patitas atigradas y la pesqué sin indicador con un leader fino y el brazo estirado manteniendo todo un poco tenso como si hiciera Czech Nymphing. Funcionó de inmediato y tras perder los primeros piques, pronto pude sentir esa magia que transmite una trucha del otro lado del equipo.Fue bueno volver a pescar con ninfas porque me había encasillado mucho en la pesca con secas, sobre todo con las mortales CDC y en esta oportunidad, y por primera vez, me fallaron por completo. Pescar otra vez con ninfas me hizo recordar muchas cosas del pasado, de los primeros viajes a la Patagonia.

La tormenta se iba y volvía con fuerza, con algo de lluvia y mucho viento. En un momento de calma, Marcelo me convenció a duras penas para que lo acompañara a la barranca de Andino, un pool clásico del alto Malleo. Ese pool tiene buenas marrones bien pegadas a la barranca y pescábamos con unos buenos cascarudos negros que Marcelo ama. El seguía con su caña de dos manos y no paraba de sacar por lo que decidí ver de qué se trataba ese tema. Me prestó la caña y me dio un par de tips fáciles de lograr, con los cuales me animé a dibujar en el aire lo que podía con la línea anaranjada de flote. Podía poner el cascarudo pegado a la barranca con un solo movimiento y pronto la mosca desapareció en medio de un buen borbollón. Una linda marrón se lo había tragado con ganas y marcó mi comienzo con la caña de spey que me costó devolver a Marcelo, así que por un buen rato tuvo que conformarse con la de una mano.

En un pool que conocemos como La Lechuza, saque varias buenas. Marcelo sacó una marrón muy linda en un sitio tan pegado a nuestra costa que nunca se me hubiera ocurrido tirar allí, realmente es asombroso dónde hay truchas buenas para el que conoce bien el río. Después de pasar unos días increíbles con la familia Olsen en pleno, bajamos a Junín para que no se enojara nuestra añorada Hostería Chimehuín. Un viaje a Junín sin pasar por el hogar de Mirta y Martín no existe y no necesito explicar en esta oportunidad todos los recuerdos que la Hostería Chimehuín nos ha ayudado a reunir. Los pescadores nuevos no valoran en su justa medida la importancia del ambiente en los sitios tradicionales donde los recuerdos y las fotos nos hablan de un pasado y muchos amigos que ya no están, pero mantenemos eternamente vivos al saludarlos de nuevo cada temporada. Esta vez había más pescadores en la hostería, otras veces hay sólo viajantes que no entienden nada de nada, pero los tiempos van cambiando y muchas tradiciones lamentablemente se van perdiendo.El desayuno en la Hostería Chimehuín nos vuelve a conectar con el Bebe, Juan

Roselli, Jorge y muchos otros que nos enseñaron cuando éramos una esponja vacía. Qué bueno es respirar a la mañana esos recuerdos antes de ir a comprar las provisiones para el día de pesca. En ese lugar decidimos si vamos al Chime o Malleo abajo o tal vez un poco mas lejos al Aluminé o Quillén. Las fotos de tiempos pasados, lejos de entristecer, nos vuelven al camino correcto donde disfrutar de la pesca no era la foto de un pescado sino de un pescador con su presa en un entorno maravilloso. Decidimos pescar el tiempo que nos quedaba Malleo abajo, entrando a la comunidad y recorriendo pools que conocemos hace mas de 20 años. En algunos ni siquiera nos ponemos los waders porque las truchas grandes están a un metro de la costa y sin los waders podemos escondernos mejor para tirar sin que nos vean. Hay que tirar justito con precisión pero siempre pican. Algunas se van porque abren los anzuelos chiquitos o cortan el 6X pero lo lindo es saber que siempre podemos engañarlas. Esta vez, con menos viento, mi caña #4 funcionó perfecto. Marcelo había dejado por un rato la caña de Spey y pescaba con una de bambú y

un reel antiguo, quería sacar una foto con ese equipo para mostrarle a un amigo que sólo pesca con bambú que no lo había traicionado completamente. Sacó varias y tras las fotos volvió al Spey porque le quedaban muchas cosas por probar y estaba concentrado en refinar algunos tiros. Vimos mucha gente pescando con mosca Malleo abajo, nos pareció raro pero luego entendimos que muchos pescadores buscan un sitio seguro para pescar. Los robos a los autos y camionetas son diarios en los sitios públicos y es momento de que se tome una acción que elimine de una vez por todas este problema. Es una lástima porque hace no mucho tiempo podíamos dejar las cañas armadas apoyadas contra la carpa en el campamento, ir al pueblo de compras y al volver nadie había tocado nada. Es algo que tenemos que recuperar, porque esa sensación de seguridad le agregaba mucho a nuestra pesca.

Gabriel Giordano

APERTURA TEMPORADA RIO PICO - CHUBUT

Se acercaba otro comienzo de temporada y Buenos Aires se empecinaba en retenernos aquí, con este ritmo porteño que nos agobia. Así y todo llegó la fecha y comenzaba este viaje con los sobrevivientes del proyecto, que consistía en ganarle una semana a la vida y tirárnosla encima, haciendo esto que tanto nos apasiona, la pesca con mosca compartida con buenos amigos. Con algún inconveniente mecánico observado a tiempo, cambiamos el vehículo 12 horas antes del viaje. Así fue que salimos a Río Pico una vez más, y van…

Llegamos y la primera novedad fue que la tormenta que habían sufrido hacía tan solo 48 horas, había sido mucho peor que lo habitual. 50 mm de lluvia, granizo, nieve y viento, todo en un solo día. Sin duda esto iba a afectar nuestras condiciones para pescar en cada ámbito. La gente del lugar nos decía que había venido bien para recuperar algunos niveles que estaban muy bajos.

Para los que conocen la zona, el primer inconveniente es el estado de los caminos después del tormentón, así que fuimos a lo seguro en cuanto a lo vial y comenzó nuestra deseada aventura. En el Lago 3 y sus desbordes, aun con viento moderado y con algunas ráfagas, pudimos hacer lo nuestro y entre los tres amigos le sacamos 3 arcoíris y dos marrones de muy buen porte . Después de esto ya estábamos satisfechos, ahora podíamos seguir de un modo más tranquilo.

Es importante pescar el primer día, y esto se aprende cuando en alguna salida la primera trucha se niega con el paso de las horas. La semana indicaba que podía ir secando algo los caminos y así acceder a otros lugares. El resto de los días alternamos con el lago Los Niños y sus fontinalis. Nos fue bien.

El río Nilson, de todos los años que hemos ido podemos decir que esta fue la vez que más agua traía, nos recibió con un día de mucho viento y bastante lluvia. Pensamos probar con alguna ninfa lastrada atada a nuestra línea floating, seguida de un leader largo (siempre con equipo #3, a pesar del viento), y los resultados comenzaron a preocuparnos. Yo no había pescado ni una en 40 minutos, y Fer sólo una. Hasta que por probar llegamos a la chernobyl tan preciada, y todo cambió. Vimos la luz y ésta tenía arcoíris y manchitas por doquier. Es verdad, esta mosca levanta todo. Otra vez transformó nuestro día en una excelente y divertida jornada. El Nilson no nos podía fallar. Visitamos unas horas la laguna Temenuao o Torres donde pescamos desde la costa vadeando y con los flotadores en la zona de juncos. Truchas con mucha vitalidad tomando emergentes, soft hackle y algún streamer lastrado. Luego tuvimos un intento fallido por llegar al Lago 2. El camino no nos lo permitió, por lo que intentamos en las lagunitas de la zona y a todas les sacamos algo. Tienen fama de pocas o ninguna trucha, aunque si aparecen puede

sorprender el tamaño. Así que a lo largo de la semana paseamos por La Pava, La Constancio, La Isla y La Escondida, caminando mucho donde las costas y los veriles que nos permitieron hacerlo. La caminata dio su recompensa. En mi caso fue mi mejor captura en 15 años. Un macho arcoíris que tomó mi Woolly Bugger negra con Cristal Chenille, Flashabu y algunas patas de goma, atada en anzuelo #6. Maravillosa experiencia. Nunca la voy a olvidar. Y así otra semana pasó, nos dejó el alma reconfortada con tanta naturaleza, y el tanque lleno para volver a gastarlo en la Ciudad. ¿De los amigos qué decir? Qué importantes son, todo vale más cuando uno tiene con quien compartirlo. Si los tienen, cuídenlos junto con cada ambiente al que tomamos prestado alguna vez al año en nuestra Patagonia. ¡¡¡Abrazos Pescadores!!! Amigos: Fernando Stella Gustavo M. Birocco

Arcoiris Cholila FOTOGRAFO: Divรกn

Fernando Bengoa

inicio de temporada en el

LAGO YELCHO

Debo reconocer que en el año 2011 cuando un amigo que hoy ya no está entre nosotros nos propuso ir a pescar al Lago Yelcho en Chile la idea no me convencía. Con la propuesta en mente me sumergí en Internet para ver dónde quedaba el lago y cómo era la pesca en él. Lo primero que encontramos fue que era publicitado como el Strobel chileno a raíz del tamaño de sus truchas, con lo cual el destino fue elegido casi inmediatamente. Quedaba buscar guías y alojamiento. Así dimos con Teos Lodge, un chileno de origen alemán nacido en la zona y que conoce a la perfección el lago y el río que nace en el mismo. Él fue quien nos contó que esas truchas estuvieron dos o tres temporadas, ya que al producirse la erupción del volcán Chaiten en 2008, el criadero de truchas del lago las soltó abandonando el lugar. Las truchas migraron al mar y remontaron el río durante 2 o3 temporadas, pero hoy ya no se encuentran. Sin embargo el lago sigue poblado de una abundante cantidad de truchas de tamaño interesante. Hoy estamos volviendo de nuestra tercera temporada en el Yelcho, lo cuál confirma que para nosotros es un excelente sitio de pesca. En este viaje, luego de una breve escala de pesca en el Futaleufú con guias amigos, partimos de Trevelin en auto hacia el Lodge. El camino se encuentra en buen estado y, luego de unas 3 horas, y previa desinfección de los equipos del

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lado chileno, arribamos al lodge donde además de Teo nos esperaban como otros años Rodrigo (mi guía), José, Juan Pablo y Norma, una cordial señora que se dedica exclusivamente a la atención de los pescadores, este año ayudada por Mariela. Las jornadas de pesca arrancan a las nueve de la mañana luego de un buen desayuno, se regresa aproximadamente a la una del mediodía donde nos esperan con el almuerzo, preparado por Diego el chef. Luego algunos duermen una siesta y los más ansiosos salimos lo más pronto posible a pescar. Se regresa entre las 7 y las 8 para tomar unos piscos, cervezas o lo que nos guste, y luego la cena. Si uno gusta y avisa al regresar de pescar, hay disponible una especie de jacuzzi con el agua calentada a leña, donde se puede degustar la picada. Por supuesto que las imágenes se obvian para “no herir la susceptibilidad del lector”

El primer día amanecimos con muy buen clima y nada de viento, con lo cual aprovechamos para cruzar el lago hasta Bahía Leones ya que es raro encontrar el clima así. Allí con Rodrigo comenzamos a pescar con una ninfa grande con patas de goma e indicador de pique, stripeando un par de veces bien cortito y dejando descansar la mosca unos segundos y repetiendo el movimiento de la mosca. A los cinco minutos tuve un buen pique, que terminó con la trucha mal calvada y perdida. Enseguida Daniel, mi compañero de bote, clavó una linda arco iris. Ni bien la devolvió, enganché una arco iris que estimo estaría cerca de los 2 kilos, que me dio una buena pelea sacando parte del backing. En la mañana continuamos pescando el lago sacando otra trucha y perdiendo un par con la misma metodología. Daniel levantó dos más pero con seca, con imitaciones de matapiojos como llaman ellos a las libélulas. Los otros dos botes que fueron con nosotros, tuvieron esa mañana suerte dispar. En uno de ellos sólo pescaron con secas levantando seis truchas Alejandro y en el tercer bote no tuvieron suerte. Ya por la tarde Guillermo y José, que no habían pescado por la mañana, sacaron tres truchas cada uno

en el lago. Alejandro y Carlos también tuvieron suerte con secas, tanto en el lago como en un pozón del río Yelcho. Mientras Daniel y yo nos dedicamos a explorar el río con streamers tipo woolly bugger de colores verde y naranja fundamentalmente, con línea de hundimiento. En esa tarde entre el río y el brazo muerto del río Yelcho capturamos 24 truchas entre los dos, algunas de ellas entre el kilo y medio y los dos kilos, aunque es bueno aclarar que las truchas de mayor porte se encuentran en el lago. Según nos contaba el guía las aguas todavía están muy altas comparado con la misma fecha de años anteriores. El río presenta la particularidad de tener muchísimos lugares con troncos sumergidos, lo cual hace muy entretenida la pesca con streamers ya que no es difícil ver salir la trucha de debajo de algún tronco y atacar la mosca con voracidad. El segundo día amanecimos con clima inestable, con chaparrones aislados. Eso no impidió que Guille capturara nueve truchas en el lago en la mañana, algunas de hasta 2,5 kg. José tuvo su premio por la tarde. Alejandro y el Pollo repitieron con resultados similares. Nosotros volvimos al río y Daniel sacó un par de marrones de unos

50 cm y, en todo el día, sacamos entre los dos unas treinta truchas. Hicimos sin éxito algunos tiros a los salmones, puesto que ya comenzaron a entrar al río, y también paramos para vadear en una corredera donde pude usar mi caña de dos manos y atrapar alguna pieza. Ya el tercer y último día de pesca fue con intensas lluvias, aunque el pique siguió siendo bueno la lluvia impidió el uso de moscas secas. Algunos decidieron quedarse por la tarde en el lodge a descansar y disfrutar del servicio que brindan Teo y su gente. En resumen, a nuestro gusto el lugar es adecuado ya que permite la pesca con ninfas, streamers o secas, dependiendo del lugar donde uno quiera hacer la pesca, ya sea en río o el lago. La pesca es abundante con truchas arco iris y marrones, en general todas fuertes y saludables que dan una buena pelea. Existe la posibilidad de pescar la desembocadura del río Futaleufú en el lago, lo que nos quedo pendiente para la próxima vez.

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Enzo Ceravolo

Flat wing Streamer

Materiales Anzuelo; Mustad 9672 #2 al #8 Lastre; Plomo autoadhesivo Dubbing; Sint茅tico brillante colores naranja, tan y perlado UV. Ribbing; Tincel oval plateado medio. Alas; Pluma de gallo Marr贸n furnace. Collar; Pluma de gallina color negro.

Paso 1 Cortamos una fina tira de plomo autoadhesivo de 1 mm y la fijamos desde la punta del anzuelo hasta el ojal del mismo pero dejando un ojal libre como se ve en la foto.

Paso 2 Formamos una base de hilo.

Paso 3 Aplicamos un topping de dubbing sintĂŠtico naranja brillante hasta la mitad de la punta del anzuelo

Paso 4 Atamos tincel oval mediano plateado hasta el toppig naranja.

Paso 5 Colocamos dubbing sintĂŠtico color tan.

Paso 6 Llegando hasta la mitad de la base de hilo.. Formamos el ribete con el tincel

Paso 7 Formamos un lazo de hilo para aplicar dubbing perlado UV.

Paso 8 Colocamos el dubbing UV dejando espacio para los siguientes materiales. Con un velcro despeinamos un poco el dubbing y lo llevamos levemente hacia atrรกs.

Paso 9 Atamos la primer pluma de gallo Furnace en forma plana sobre el anzuelo midiendo un largo de anzuelo.

Paso 10 Atamos la segunda pluma una abertura más corta que la anterior.

Paso 11 Atamos la tercer y ultima pluma dejándola también una abertura más corta que la anterior.

Paso 12 Atamos una pluma de gallina color negro para formar el collar.

Paso 13 Finalmente anudamos.

Paso 14 Aplicamos cemento para cabezas.

Paso 15 Mosca terminada.

Streamer todo prop贸sito de peculiar nataci贸n debido a su ala montada con tres plumas de diferentes largos. A modo de variante, atar una cola de fibras de gallo naranja en vez del toping de dubbing naranja. Este modelo fue utilizado en el lago Strobel a principio de temporada con muy buen resultado.

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Acantilado

FOTO: SEBASTIAN LEONARDI

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