MEDICINA CONDUCTUAL: Avances y Perspectivas Leonardo Reynoso Erazo y Ana Leticia Becerra Gálvez (Coordinadores)
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MEDICINA CONDUCTUAL: Avances y Perspectivas Leonardo Reynoso Erazo y Ana Leticia Becerra Gálvez (Coordinadores)
Revisión técnica: Dra. María Luisa Ávalos Latorre, Universidad de Guadalajara Dr. Everardo Camacho Gutiérrez, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente
MEDICINA CONDUCTUAL: Avances y Perspectivas 1era. edición, julio 2021 ISBN 978-607-8694-13-6 DOI 10.29410/QTP.21.11 D.R. © 2021. Qartuppi, S. de R.L. de C.V.
Villa Turca 17, Villas del Mediterráneo
Hermosillo, Son. 83220 México
http://www.qartuppi.com Edición y Diseño: Qartuppi, S. de R.L. de C.V. Ilustración de portada: https://thisartworkdoesnotexist.com
Tabla de contenido
7
Prólogo Claudio Carpio
10
Introducción Leonardo Reynoso Erazo y Ana Leticia Becerra Gálvez
16
Capítulo 1 Entrevista conductual en el ámbito hospitalario Ma. Cristina Bravo González y Roberto Miguel Corona
48
Capítulo 2 Diseños N = 1, viabilidad y utilidad en escenarios hospitalarios Roberto Miguel Corona e Isaías Vicente Lugo González
73
Capítulo 3 Obesidad, síndrome metabólico y diabetes mellitus tipo 2 Antonio Rosales Arellano, Sandra Angélica Anguiano Serrano y Leonardo Reynoso Erazo
97
Capítulo 4 Hipertensión: riesgo cardiovascular, conducta y control de complicaciones Leonardo Reynoso Erazo, Aarón Villegas Cisneros y María Rosa Ávila Costa
124 Capítulo 5 Conducta de pica en pacientes con enfermedad renal crónica: propuesta de evaluación e intervención conductual Cintia Tamara Sánchez Cervantes, Isaías Vicente Lugo González y María Isabel Vázquez Mata 141
Capítulo 6 Evaluación y tratamiento cognitivo-conductual para el dolor en pacientes con enfermedad crónica Ana Leticia Becerra Gálvez, Diana Salazar Díaz, Guadalupe Arely Hernández Gálvez y Yuma Yoaly Pérez Bautista
165 Capítulo 7 Envejecimiento activo: avances y perspectivas Ana Leticia Becerra Gálvez y Sandra Angélica Anguiano Serrano 183 Capítulo 8 Adhesión al tratamiento: un problema en las enfermedades crónicas Isaías Vicente Lugo González y Aarón Villegas Cisneros 209 Capítulo 9 Cuidador primario informal (CPI): necesidades psicosociales y estrategias de atención psicológica Ana Leticia Becerra Gálvez y Bertha Ramos del Río 225 Capítulo 10 Educación a distancia y asistencia psicológica online de cara a la COVID-19: un modelo de trabajo Leonardo Reynoso Erazo, Isaías Vicente Lugo González, Ana Leticia Becerra Gálvez y Yuma Yoaly Pérez Bautista 246 Reseñas curriculares
Prólogo Claudio Carpio
Los diversos campos de aplicación social del
competencia exclusiva de las especialidades
conocimiento científico, invariablemente, se
médicas tradicionales.
intersectan en el dominio del comportamien-
to humano como catalizador de sus beneficios
puesto, no ha sido sencilla. Para conseguirlo ha
tanto en lo individual como en lo colectivo y
debido partir desde el ejercicio temprano del
lo institucional, porque en sentido estricto son
consuelo y la conmiseración como las únicas
las prácticas y acciones de las personas las que
tareas inicialmente permitidas a los psicólo-
cohesionan empíricamente los diversos as-
gos, o su asistencia y ayudantía para la ejecu-
pectos de la realidad que son estudiados por
ción de las prescripciones terapéuticas (farma-
las distintas disciplinas científicas. Aún más,
cológicas, alimentarias o físicas), hasta las más
no sería exagerado afirmar que el hacer y decir
rigurosas, cuidadosas y elegantes demostra-
concreto de hombres y mujeres representa si-
ciones de que sin comportamiento no hay sa-
multáneamente el medio y el modo en el que
lud ni enfermedad, y de que sin intervención
la realidad se actualiza como un todo organiza-
psicológica científicamente fundada no hay
do, con sentido y valor propiamente humano.
posibilidad alguna de preservación o recupe-
ración de la salud.
En virtud de lo anterior, la medicina con-
La consolidación del campo, por su-
ductual representa, además de un dominio de
conocimiento cuyo rigor metodológico y con-
ción, los impulsores de la medicina conductual
ceptual se consolida a pasos agigantados, uno
también se han esforzado por colocar en su
de los mejores ejemplos del modo en que la
correcta dimensión conceptos centrales como
Psicología delimita campos de acción profe-
el de comportamiento, salud, lenguaje, habili-
sional altamente especializada para los estu-
dad, competencia, entre otros, para evidenciar
diosos del comportamiento humano que se
los múltiples, y a veces escondidos, mitos y
interesan en la teorización e intervención en
errores lógico-conceptuales heredados de las
el ámbito de la salud, a la que conceptualizan
tradiciones cartesianas que colocaron al com-
como un territorio que en modo alguno es de
portamiento en la condición de simple epife-
7
En esa trayectoria histórica de consolida-
nómeno de los acontecimientos mentales de
naturaleza inaccesible a la observación. Por
conocimiento y de intervención, comprometi-
eso, buenas teorías han sido la base de bue-
da con una actitud de seriedad científica, siem-
nas intervenciones y resultados, haciendo de
pre dispuesta a la autocorrección, la autocrítica
lo teórico un componente sustancialmente
y la revisión constante de sus fundamentos, se
práctico y viceversa. De hecho, también es ne-
encuentra en un estadio de progreso inacaba-
cesario subrayar que esta tarea de dilucidación
do, en el que el trabajo constante y sostenido
y clarificación conceptual no ha respondido
representa el mejor garante de éxito en la con-
solo al legítimo interés por lograr la coherencia
solidación de un espacio de trabajo actual y
científica indispensable, sino también a la ne-
futuro para los estudiosos del comportamien-
cesidad de construir procedimientos objetivos
to humano. Por ello, cada texto que reporta
y confiables de medición, evaluación e inter-
nuevos avances debe leerse en el contexto de
vención cuyos efectos positivos sean estima-
este proceso de desarrollo y mejoría.
bles con precisión.
La estimación confiable de los cambios
conductual son notables y acreedores plenos
que su intervención produce en la salud de las
de reconocimiento, aprecio y gratitud, que
personas, tanto como la dirección y magnitud
se extienden no como protocolara adulación
de estos, es una valiosa cualidad de eticidad
sino como testimonio genuino del compromi-
que distingue a la práctica de la medicina con-
so y responsabilidad que han caracterizado al
ductual y que la aparta de las tradiciones espe-
grupo académico encabezado por Leonardo
culativas que limitan sus indicadores de éxito
Reynoso Erazo en la Residencia de Medicina
a reportes verbales de satisfacción o mejoría
Conductual adscrita al Programa de Maestría
subjetiva. Su efectividad, dicho de otro modo,
y Doctorado en Psicología de la Universidad
no es el reflejo de intereses espurios en el es-
Nacional Autónoma de México (UNAM). Una
pejo vanidoso de la fantasía, sino una realidad
valiosa muestra de su trabajo está contenida
que se somete a las más rigurosas pruebas de
en MEDICINA CONDUCTUAL: Avances y Pers-
validación empírica, confiriéndole un estatuto
pectivas, da continuidad a la obra precedente
singular de seriedad y honestidad. Por esto,
publicada en 2014, subtitulada Teoría y Prác-
se puede afirmar que la medicina conductual
tica subrayando la extensión temporal de su
constituye una práctica objetiva, cuyo valor re-
compromiso.
cae en las evidencias que la sustentan como
un ejercicio serio de conocimiento que con-
do en el primer párrafo de este prólogo, hay
tribuye de modo incontrovertible al bienestar
que reiterar que es el hacer y decir efectivo
humano.
—como prácticas disciplinares— de personas
8
La medicina conductual como campo de
En México, los avances de la medicina
Por elemental coherencia con lo afirma-
concretas, lo que hace realidad este campo.
En esa medida, hay que puntualizar y recono-
nota no se hace alusión al contenido específico
cer que junto a Leonardo Reynoso se distingue
de cada uno de los capítulos que integran este
el trabajo de Ana Leticia Becerra Gálvez —hoy
libro. Es así, porque en las siguientes páginas,
adscrita a la Facultad de Estudios Superiores
Leonardo Reynoso y Ana Leticia Becerra lo
Zaragoza—, Ma. Cristina Bravo, Roberto Miguel
hacen con muy buena pluma y, principalmente,
Corona, Sandra Angélica Anguiano, María Rosa
porque el buen vino nunca se abre antes de
Ávila e Isaías Vicente Lugo, académicos de la
llegar a la mesa, en este caso, es a donde el
Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la
afortunado lector habrá de disfrutar MEDICINA
UNAM. A todos ellos, por su responsabilidad y
CONDUCTUAL: Avances y Perspectivas.
compromiso, hay que decirles ¡salud… mucha salud!
9
Por último, es notorio que en esta breve
Introducción Leonardo Reynoso Erazo y Ana Leticia Becerra Gálvez
Hace más de 40 años, el modelo médico de
atención sufrió un cambio de gran importan-
tendía que los profesionales del área de la salud
cia; de haberse dedicado exhaustivamente a
tuviesen un enfoque más amplio del proceso
la búsqueda de la enfermedad en un sustento
salud-enfermedad, el nombre únicamente fa-
predominantemente biológico y mecanicista
voreció su utilización para aducir que, al estar
(Amigo, Fernández, & Pérez, 2003; Diefen-
formado en dicho modelo, se tendría una vi-
bach & Leventhal, 1996; Engel, 1977; Lakhan,
sión holística de la enfermedad, situación que
2006; Reynoso & Seligson, 2005) surgió un
distó mucho de llevarse a cabo en la práctica,
nuevo enfoque denominado biopsicosocial
debido a que los aspectos denominados psi-
—propuesto inicialmente por Engel en 1977—,
cosociales no se consideran tan relevantes por
el cual propone estudiar al ser humano como
los estudiantes de medicina (ni por sus profe-
una unidad biológica, capaz de sentir, percibir
sores), quienes suponen que el conocimiento
y pensar, inserto en un contexto social, asu-
se encuentra en las asignaturas biomédicas
miendo la existencia de relaciones entre tres
morfológicas, funcionales, nosológicas y tera-
dimensiones: (a) la biológica, tradicionalmente
péuticas.
trabajada por los médicos; (b) la psicológica, en
ese entonces (y como ahora) con una variedad
que el médico debiera ser capaz de distinguir
de enfoques teóricos, aunque desde el gremio
entre el proceso patológico (la enfermedad) —
médico predominando el psicoanálisis; y (c) la
objeto de estudio de los médicos— y la percep-
sociológica, pues se pretendía entender el pa-
ción que tienen los pacientes de sus malesta-
pel del contexto social en la génesis y mante-
res, aclarando que estos no necesariamente
nimiento de la enfermedad, buscando exten-
son paralelos, ya que una persona puede tener
der la comprensión de esta, sin dejar de lado
una serie de malestares y ello no necesaria-
aspectos humanistas que han acompañado a
mente implica enfermedad, mientras que otra
la práctica médica (Engel, 1977; Lakhan, 2006).
puede referirse asintomática y estar enferma;
10
Si bien, el propósito de este modelo pre-
El modelo biopsicosocial original asumía
por ello, la importancia de recabar información
Services, 2021; Institute Academic Medicine,
suficiente referente a los aspectos biológicos
2021; Lifespan Health System, 2020; Stan-
de la enfermedad, sin olvidar las creencias,
dford Health Care, 2020)— y es de llamar la
los pensamientos y los sentimientos de los
atención que los estudiantes de medicina re-
pacientes respecto a esta, su perspectiva con
ciban en algunas universidades cursos de in-
relación al tratamiento, además de indagar so-
troducción en este campo interdisciplinario,
bre el grupo social y la existencia de redes de
lo cual ha favorecido el ulterior trabajo multi-
apoyo (Amigo et al., 2003; Grau, 2016; Hel-
disciplinario (Alschuler, Hoodin, & Byrd, 2008;
man, 1981; Larsen, 2009; Rodríguez-Marín,
Auxier et al., 2012).
2001; Taylor, 2007). Desde esta perspectiva,
se resalta, entre otras cosas, la importancia
cuelas de medicina enfocan sus esfuerzos en
del comportamiento en el proceso de mante-
la formación biomédica de sus estudiantes,
nimiento, pérdida y recuperación de la salud,
soslayando los elementos psicosociales, bien
mostrando que esta no es solo un asunto es-
por ignorancia o por considerarlos menos re-
trictamente biomédico, sino que se relaciona
levantes. Para demostrar lo anterior, basta con
con factores psicológicos y sociales (Organiza-
consultar los planes de estudio de la carrera de
ción Mundial de la Salud [OMS], 1978).
medicina de distintas escuelas (e. g., Univer-
El comportamiento ocupó su lugar en el
sidad Autónoma Metropolitana, s.f.; Universi-
modelo de atención de la Medicina Conduc-
dad Anáhuac, 2020; Universidad La Salle, s.f.;
tual (MC) que, al igual que los médicos, utiliza
Universidad Nacional Autónoma de México
un trabajo individual originalmente dirigido al
[UNAM], s.f.; Universidad Veracruzana, 2021),
tratamiento de problemas derivados de la en-
en donde el concepto del ser humano como
fermedad (Schwartz & Weiss, 1978); y, a me-
unidad biopsicosocial se utiliza como parte de
dida que el tiempo ha pasado, las opciones de
la nomenclatura, de las bases o del fundamen-
atención se amplían, de tal suerte que ahora se
to del plan de estudios, pero no se encuentra
acepta el trabajo preventivo como indispensa-
un anclaje de este tipo de conceptos a lo largo
ble (Society of Behavioral Medicine, 2021).
de la carrera, por lo que el modelo se reduce a
una mera declaración sin sustento.
La MC como área de trabajo ha crecido
En México, las distintas facultades y es-
enormemente en distintas partes del mundo
—particularmente en los Estados Unidos de
tades multidisciplinarias, la comunicación y el
América, donde podemos encontrar univer-
aprendizaje debiera darse de manera natural;
sidades y hospitales que ofrecen formación
sin embargo, como disciplinas seguimos au-
en esta área (e. g., Emory University School
tocontenidos en nuestras instalaciones y con
of Medicine, 2018; Harvard University Health
nuestros programas.
11
Señalamos lo anterior, ya que, en Facul-
En el Programa de Residencia en Me-
en escenarios hospitalarios, partiendo de la
dicina Conductual se utilizaron los beneficios
base de que debemos demostrar la efectivi-
de la Ley General de Salud y Normas Oficiales
dad de nuestra intervención y qué mejor que
Mexicanas, en lo relativo al uso de instalacio-
realizarlo a partir de los datos obtenidos de los
nes, desarrollo de programas académicos y fir-
propios sujetos antes, durante y después del
ma de convenios, lo que permitió iniciar activi-
tratamiento.
dades. A 22 años de haber iniciado, el trayecto
ha tenido dificultades, entre las que podemos
problemas a los que el maestro en Psicología
citar la dependencia inicial de la Dirección Ge-
con área de especialidad en MC se enfrenta
neral de Salud Mental, la diversificación de
con gran frecuencia de acuerdo con los datos
sedes hospitalarias, la fragmentación de la re-
de morbilidad y mortalidad (Instituto Nacio-
sidencia en dos sedes, la división de los hospi-
nal de Estadística y Geografía [INEGI], 2016;
tales, los ajustes al trabajo por servicio y, ahora
2020): obesidad, síndrome metabólico, dia-
por la pandemia, el confinamiento y el cambio
betes mellitus tipo 2, hipertensión, conducta
de estrategia docente y de atención a los pa-
de pica en pacientes con enfermedad renal
cientes (Secretaría de Salud [SSa], 2021a; SSa,
crónica y dolor crónico.
2021b).
En febrero de 2020, iniciamos las tareas
de abordaje en diferentes problemas relacio-
conducentes a la creación de esta obra, MEDI-
nados con la salud, no solo del paciente sino
CINA CONDUCTUAL: Avances y Perspectivas.
también de otros significativos, con temas
El panorama no apuntaba de ninguna forma
como envejecimiento activo y sus implica-
al encierro, lo que se refleja en el contenido, el
ciones, la no adherencia al tratamiento como
cual es diverso y provee una vista general del
principal problema en pacientes con enferme-
trabajo del psicólogo especialista en esta área.
dad crónica e intervenciones con el cuidador
primario informal.
Este manuscrito inicia con el modelo de
La segunda parte aborda una serie de
También se describen las formas y vías
entrevista en el contexto hospitalario, por sus
particulares características en términos de es-
relevancia de la pandemia por la COVID-19,
cenario, duración, conducta verbal y no verbal
se incluye también un capítulo que da cuen-
del paciente, la referencia a la enfermedad, al
ta de los múltiples ajustes y retos enfrenta-
internamiento y el miedo a los procedimien-
dos por docentes y alumnos del programa de
tos médicos invasivos, etcétera. Continúa con
Residencia en Medicina Conductual con sede
el desarrollo de alternativas de obtención de
en la Facultad de Estudios Superiores Iztaca-
información y tratamiento de datos en térmi-
la (FES-Iztacala), UNAM. En este apartado, se
nos de diseños N = 1 y su viabilidad y utilidad
describen las generalidades de un modelo de
12
Tal como se mencionó antes, y dada la
trabajo y los productos resultantes hasta el
individualizada, aún trabajando en escenarios
momento. Se ofrece al lector no solo el estu-
remotos y con el uso de las tecnologías.
dio de este tipo de problemas sino alternativas
de intervención desde la prevención hasta la
ahora inicia será de su interés.
Estamos seguros de que la obra que
rehabilitación.
Han transcurrido siete años desde que
Referencias
MEDICINA CONDUCTUAL: Teoría y Práctica
Alschuler, K., Hoodin, F., & Byrd, M. (2008).
(Reynoso & Becerra, 2014) fue presentado en
The need for integrating behavioral
el marco del Congreso de la Sociedad Mexi-
care in a college health center. Health
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org/10.1037/0278-6133.27.3.388
nológico de Estudios Superiores de Occidente
Amigo, I., Fernández, C., & Pérez, M. (2003).
(ITESO). Dicho libro tuvo muy buena acogida,
Manual de psicología de la salud. España:
lo que nos planteó un enorme reto el presen-
Ediciones Pirámide.
tar la segunda parte, que complementa la an-
Auxier, A., Runyan, C., Mullin, D., Mendenhall,
terior para ofrecer un panorama más amplio
T., Young, J., & Kessler, R. (2012).
del trabajo del experto en MC.
Behavioral health referrals and treatment
Estas dos obras resaltan la importancia
initiation rates in integrated primary care:
del trabajo del psicólogo en el área de la salud,
A Collaborative Care Research Network
particularmente en personas con enfermedad
study. Translational Behavioral Medicine,
crónica, empleando un modelo de atención
2(3), 337-344. https://doi.org/10.1007/
multidisciplinaria y ofreciendo distintas estra-
s13142-012-0141-8
tegias de evaluación e intervención para su uso
Diefenbach, M.A., & Leventhal, H. (1996).
más allá del contexto hospitalario. El maestro
The common-sense model of illness
en Psicología con área de especialidad en MC
representation: Theoretical and practical
no trabaja solo presentando aspectos educa-
considerations. Journal of Social Distress
tivos a enfermos y sus familiares, ni se dedica
and the Homeless, 5(1), 11-38. https://doi.
exclusivamente a intervenir en alteraciones del
org/10.1007/BF02090456
estado de ánimo, sino que traslada su conoci-
Emory
University
School
of
Medicine.
miento científico y competencias al trabajo en
(2018). Behavioral Medicine Program.
distintos escenarios. Si bien dispone de un ar-
Recuperado
senal diagnóstico y terapéutico, la evaluación
edu/departments/family-preventive/
y análisis funcional de la conducta de cada
divisions-programs/family-medicine/
paciente le permitirán diseñar la intervención
residency/behavioral-medicine.html
13
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15
Capítulo 1 Entrevista conductual en el ámbito hospitalario Ma. Cristina Bravo González y Roberto Miguel Corona
En escenarios aplicados como la psicología
el marco de la práctica clínica, particularmente
clínica y de la salud, la entrevista es quizá la
en escenarios hospitalarios, la entrevista es un
principal herramienta para la recolección de
instrumento de evaluación a través de la con-
información, y aunque existen diversos tipos
versación en la que se obtiene información,
de entrevista, cada una con propósitos diver-
esta conversación se realiza con una intención
sos, todas implican lograr reunir información
o propósito y las preguntas se realizan en fun-
relevante y suficiente en poco tiempo, a través
ción de la problemática de interés, por tanto,
de la creación y mantenimiento de compo-
siguiendo a Perpiñá (2012), es un proceso de
nentes de relación apropiados que favorezcan
interacción planificada.
la comunicación. En este capítulo se describe
la entrevista conductual, sus características,
mixta, ya que, por un lado, el entrevistador ob-
fases, tipos de entrevista en contextos hospi-
tiene información de forma indirecta a partir
talarios y peculiaridades en su implementa-
del reporte verbal que hace el paciente sobre
ción en situaciones específicas dentro de este
un conjunto de eventos, conductas y personas
escenario.
relacionadas y, por tanto, el psicólogo no los
Se considera una técnica de evaluación
puede observar de forma directa; por otro lado, Definición
recaba información directa de la conducta que
En psicología, la entrevista es una forma de
está presentando el paciente en el momento
obtener información de manera directa a tra-
en que se desarrolla la entrevista. Según Már-
vés de la conversación que se establece entre
quez (2013), “la entrevista es un instrumento
dos personas al menos, una es el psicólogo y
de evaluación que precede a cualquier modali-
la otra es el consultante, que para fines de este
dad de intervención o proceso de toma de de-
capítulo se denominará también paciente. En
cisiones, adopta un formato interactivo” (p.168)
16
entre un entrevistador y un entrevistado, ade-
más está presente en los diversos momentos
trevista conductual es fundamentalmente una
en que se desarrolla la atención psicológica.
situación de comunicación” (p.21), que se dis-
A partir de la entrevista, el psicólogo,
tingue de otras por su énfasis en la recolección
en el contexto clínico y hospitalario, aprende
de información sobre el comportamiento, ge-
acerca de las dificultades y problemáticas del
neralmente poco adaptativo de una persona,
paciente, además, durante los primeros inter-
así como de las variables y condiciones que
cambios se establecen las bases para la rela-
pueden estar relacionadas con su aparición
ción terapéutica (Segal, June, & Pifer, 2019); en
y mantenimiento; por lo tanto, se entiende
esta herramienta se fundamenta toda activi-
como entrevista conductual a aquella que tie-
dad para incidir en la modificación de conduc-
ne como punto de interés central la conducta
tas disfuncionales o poco adaptativas relacio-
de una o varias personas y la función de dicha
nadas con el proceso de salud-enfermedad y
conducta.
su tratamiento, por lo tanto, las entrevistas se
realizan con propósitos muy específicos (Be-
Díaz, Ruiz y Villalobos (2012), que la entrevista
hel & Rybarczyk, 2019; Cruzado, 2014), por
conductual es una estrategia de evaluación a
ejemplo, luego de la comunicación del diag-
través de la cual es posible tanto identificar las
nóstico de cáncer de mama a una mujer de 32
conductas objetivo como seleccionar méto-
años, quien llora y expresa que su vida se ha
dos de evaluación complementarios; en esta
terminado; debido a la observación de agota-
se busca la conceptualización del problema, la
miento de una mujer de 60 años con hiper-
formulación de hipótesis, la selección y la defi-
tensión que, a su vez, es cuidadora informal de
nición de metas terapéuticas, la evaluación del
su madre de 83 con enfermedad de Alzhei-
progreso y seguimiento, con lo que se favorece
mer desde hace 20 años; un chico de 10 años
la evaluación ideográfica (Fernández-Balles-
en tratamiento con quimioterapia con temor
teros, 2013a). Por ello, la entrevista conduc-
a las inyecciones; un hombre de 45 años que
tual juega un papel fundamental a lo largo de
no acepta la cirugía para drenar el líquido de
todo el proceso de evaluación, es un proceso
su pulmón y solicita el alta voluntaria. En cada
dinámico que se realiza de forma continua en
caso, la circunstancia de cada persona es par-
todas las etapas del proceso de evaluación y
ticular, así como el momento de la condición
atención (Vázquez, Hernangómez, Hervás, &
médica por la que atraviesa, por lo que se re-
Nieto-Moreno, 2006).
quiere una herramienta que permita obtener información precisa y suficiente, considerando sus condiciones particulares.
Capítulo 1
17
De acuerdo con Villareal (2008), “la en-
De esto se desprende, como señalan
Objetivos o funciones
necesaria una intervención. De acuerdo
Uno de los principales objetivos de las entre-
con Díaz et al. (2012), además de identi-
vistas en el ámbito hospitalario es la identifi-
ficar conductas problema, a través de la
cación de conductas problema, sin embargo,
entrevista conductual se puede recabar
debido a la amplitud de condiciones por las
información respecto a la generalización
que puede ser necesario realizar una entrevis-
del problema a otras áreas de la vida de la
ta conductual, los objetivos o funciones pue-
persona; aunque para el análisis conduc-
den ser diversos.
tual, en sentido estricto, no es necesario
Las entrevistas en el contexto hospitala-
invertir tiempo valioso en establecer un
rio pueden realizarse, en general, a tres tipos
diagnóstico de acuerdo con criterios no-
de poblaciones: (a) personas con problemas
sológicos (Baile, 2014; Robinson & Reiter,
clínicos, pero que no padecen ninguna enfer-
2016), para la institución hospitalaria es
medad; (b) personas que padecen una enfer-
requerido, por lo que es necesario desa-
medad o condición de salud que requiere la
rrollar habilidades para, al menos, tener
atención médica y que, al mismo tiempo, pre-
una impresión diagnóstica.
sentan problemas emocionales y de conduc-
b. Motivadora. En general, se trata de ani-
ta; y, (c) personas que se encargan del cuidado
mar al paciente a que asuma su proble-
de un enfermo, quienes tienen necesidades
ma, a que inicie el proceso de cambio y
de apoyo psicológico debido a esta tarea de
vea la necesidad de mantenerlo, son muy
cuidado.
útiles ante problemáticas relacionadas
La entrevista conductual permite obtener
con la adherencia terapéutica. Este tipo
información sobre diversas áreas, fundamenta
de entrevistas, retomando a López y Cos-
el análisis funcional, facilita la explicación
ta (2012), se encuentra orientada a pasar
sobre el proceso de intervención en términos
de la evitación al afrontamiento, busca
conductuales y permite motivar al individuo
establecer un compromiso con la acción
para la solución del problema. Derivado de
y el proceso de cambio, a través de la pro-
lo anterior, se puede decir entonces que la
moción y fortalecimiento de la responsa-
entrevista tiene, al menos, tres funciones:
bilidad, facilita las propuestas de cambio,
a. Evaluación y diagnóstico. Se dirige a ob-
fortalece la autoeficacia y el control perci-
tener información específica que permita
bido, etc. Robinson y Reiter (2016) seña-
identificar conductas problema, evaluar
lan que este tipo de entrevista puede ser
sus características y establecer un diag-
muy poderosa para aquellos pacientes
nóstico, lo cual implica valorar el funcio-
que se encuentran ambivalentes respec-
namiento de la persona y decidir si es
to a hacer cambios en su conducta.
Capítulo 1
18
c. Terapéutica. Pretende establecer metas
cólogo profesional dirigir de manera fructífera
terapéuticas y pasos para conseguirlas,
la entrevista y toda intervención (Vargas de la
con el fin de inducir un cambio que ayude
Cruz, Pardo, Martínez, & Froján, 2017), o como
a la persona a mejorar su calidad de vida
bien menciona Perpiñá (2012), la entrevista
relacionada con su enfermedad. Implica
implica comunicación, y esta implica interac-
el establecimiento de metas a mediano
ción y relación entre los comunicantes.
y largo plazo. Villarreal (2008) menciona
que mientras mejor sea la definición de
gía, y en muchas otras disciplinas, conforma
un problema comportamental, así como
uno de los principales contextos de comuni-
de los objetivos y metas, la probabilidad
cación entre dos o más personas; a tal gra-
de éxito del tratamiento será mayor.
do que, en años recientes, se ha propuesto
La entrevista en el campo de la psicolo-
el estudio sistemático de la interacción que
Estas funciones no implican indepen-
se establece entre los psicólogos y los usua-
dencia o exclusión, por el contrario, en muchas
rios, poniendo especial énfasis en la conducta
ocasiones pueden presentarse las tres funcio-
verbal que caracteriza estos contextos (Fro-
nes en una misma sesión.
ján-Parga, Ruiz-Sancho, & Calero-Elvira, 2014;
Conducir una entrevista conductual en
Galván-Domínguez, Vega, & Froxán-Parga,
un escenario de la salud requiere diversas ha-
2020; Ruiz-Sancho, Froján-Parga, & Cale-
bilidades que, si bien pueden aprenderse y
ro-Elvira, 2013; Vargas-de la Cruz, Martínez,
mejorarse en cursos y con la revisión de textos
& Froján-Parga, 2018; Vargas-de la Cruz, Par-
especializados, no hay otra forma de aprender
do-Cebrián, Martínez-Sánchez, & Froján-Par-
a hacerlo que entrevistando.
ga, 2018). En este mismo tenor, uno de los elementos clave dentro de la entrevista con-
Habilidades básicas del entrevistador
ductual es la correcta transmisión del mensa-
Como se ha mencionado hasta el momento,
je para propiciar las respuestas adecuadas en
la entrevista constituye un tipo particular de
correspondencia, ya que la intervención que
interacción entre psicólogos y pacientes, que
realiza cada una de las partes tiene un efecto
se caracteriza por el constante intercambio de
inmediato sobre la información recopilada y
información en términos bidireccionales; esto
en la interacción sucesiva.
quiere decir que el lenguaje del entrevistador
condiciona el comportamiento del entrevista-
ción, la conducta emitida implica un mensaje
do y la información proporcionada; si bien, es
para quienes participan, basados en dos gran-
cierto que ambas partes modifican la interac-
des canales de comunicación constituidos por
ción, también es cierto que es labor del psi-
el lenguaje verbal y el lenguaje no verbal; con-
Capítulo 1
19
En todo ejercicio de entrevista y evalua-
formando así, las habilidades básicas para la
la información, permitiendo que el entrevista-
entrevista (Morrison, 2015).
do exprese ideas o datos conforme al ritmo y
Hay que poner especial énfasis en lo que
estructura que prefiera, esto quiere decir que
se pregunta, ya que el lenguaje verbal (habla) es
se recopilará información poco precisa, pero
la herramienta principal que permite recopilar
de utilidad para explorar un tema inicial o am-
datos, opiniones, describir situaciones y ante-
pliar un tema ya abordado; de igual manera,
cedentes de relevancia en distintas secuencias
promueven la participación de ambas partes.
temporales. El punto inicial de una correcta
Por otro lado, las preguntas cerradas acotan la
entrevista implica una adecuada construcción
gama de respuestas, que en muchos casos se
de las frases, tanto en semántica como en sin-
limita a datos específicos, por lo tanto, son de
taxis, por lo que habrá que considerar los si-
utilidad para sintetizar, precisar o concretar in-
guientes elementos en la construcción de las
formación, centrar el foco de atención y dirigir
oraciones (Perpiñá, 2012):
el curso de la entrevista (Márquez, 2013).
a. Lenguaje: cotidiano y no técnico.
b. Simples: incluir solo una idea principal.
bal, gran parte del mensaje emitido se expresa
c. Positivas: enfocada en afirmaciones reso-
mediante el lenguaje no verbal y se estima que
lutivas.
En complemento con el lenguaje ver-
puede llegar a constituir el 65% de la informa-
d. Activas: especificar al sujeto de la oración.
ción proporcionada. En los escenarios cotidia-
e. Específicas: información puntual.
nos de conversación, en muchas ocasiones, los
f. Inequívocas: solo hay una interpretación
elementos no verbales se producen de forma
posible.
involuntaria, sin embargo, en el contexto de la entrevista conductual, forman parte de las ha-
En segundo lugar, habrá que considerar
bilidades básicas por parte de quien entrevista
el uso de las preguntas; estas confieren direc-
y, por lo tanto, están sujetas a modificación y
tividad al proceso de entrevista, ya que me-
entrenamiento. Este tipo de lenguaje puede
diante el uso correcto de las preguntas se cen-
clasificarse en tres grandes rubros (Cormier &
tra el foco de atención en temas específicos
Cormier, 2000):
(Llavona, 2008). Los modos concretos en lo
a. Quinésica: contempla movimientos cor-
que se pretende recopilar la información, es-
porales; por ejemplo, gestos, expresiones
tán basados en el grado de estructuración de
faciales, contacto visual, movimiento con
las preguntas, teniendo así la clasificación más
las extremidades, etc.
amplia que contempla las preguntas abiertas
b. Paralingüística: contempla el tono de voz,
y preguntas cerradas. Las primeras, se relacio-
la velocidad, el volumen, las pausas, la
nan con la formulación genérica y ampliada de
dicción y la pronunciación.
Capítulo 1
20
c. Proxémica: contempla el uso del espacio
piernas de manera repetida y estereotipada,
personal, la distancia entre los participan-
entre otros. Todo lo anterior podría emitir un
tes y la disposición del espacio físico.
mensaje erróneo para quien los observa, por lo tanto, como parte del entrenamiento de es-
Sin embargo, hay que resaltar que, den-
tas habilidades es esencial la autoobservación
tro del proceso de entrevista en sus diferen-
del entrevistador para identificar y desarrollar
tes modalidades, existen componentes del
posturas y gestos que demuestren confianza,
lenguaje no verbal que habrá que tener en
preparación, seguridad y dominio de la discipli-
especial consideración. El principal de estos
na (Gupta, Harris, & Naina, 2015). Es altamente
componentes es la expresión facial, ya que el
probable que estos componentes se encuen-
rostro es una de las principales fuentes de ex-
tren en función de los espacios y contextos
presión en las que se pueden emitir mensa-
propios de un hospital, por lo tanto, más allá
jes sin pronunciar una sola palabra; basta un
de formalizar un listado de gestos y posturas,
gesto serio, una sonrisa discreta o una mirada
es menester invitar al entrevistador a identi-
suave para denotar comprensión a nuestros
ficar sus propios comportamientos dentro del
pacientes. El contacto visual constituye otro
escenario en el que se desarrolla.
pilar fundamental en este tipo de lenguaje, ya
que un contacto visual constante invita al pa-
bal en su conjunto debieran confluir de tal
ciente a continuar hablando sobre el tema; por
modo que ambos expresen el mismo mensaje
el contrario, la falta de contacto visual puede
o parecerán contradictorios entre ellos. Ambos
interrumpir el discurso de quien habla, ya que
componentes pueden apoyarse de las siguien-
demuestra falta de interés; o en el otro extre-
tes estrategias para desarrollar una adecuada
mo, la mirada fija, penetrante e incisiva pue-
entrevista (Fernández-Lira & Rodríguez-Vega,
de parecer retadora o intimidante para quien
2006):
Finalmente, el lenguaje verbal y no ver-
la recibe y, por lo tanto, dificultar la entrevista
1. Habilidades de escucha
(Morrison, 2015; Perpiñá, 2012).
a. Actitud general de escucha y silencio:
Cuando un psicólogo se incorpora por
concentrarse en la información propor-
primera vez a contextos novedosos de entre-
cionada por el paciente y generar un
vista (como lo es el hospitalario), es probable
esfuerzo en su comprensión, evitando
que su postura corporal sufra cambios inespe-
distraerse con temas ajenos a la entre-
rados sin que se percate de ello, por ejemplo,
vista.
sujetar o abrazar su cuaderno de notas, te-
b. Postura física: demostrar interés con una
ner las manos en los bolsillos de la bata, mi-
ligera inclinación hacia delante, acom-
rar constantemente al piso, mover brazos o
pañada de una postura relajada.
Capítulo 1
21
c. Suspensión del juicio: evitar los juicios
la vida del paciente y sus familiares, cuidados
morales por parte del entrevistador.
y atención especial, recursos y habilidades del
2. Facilitadores del discurso
paciente, su cuidador y familiares para afrontar
a. Intervención mínima: alientan a que la
situaciones relacionadas con la enfermedad,
persona siga hablando, pueden ser ex-
por citar los más relevantes.
presiones cortas como “entiendo”, “ya
veo”, “claro”; hay que utilizarlos con me-
mente se señalan como necesarias para rea-
sura para no parecer poco interesado o
lizar una entrevista, en el escenario hospita-
aburrido.
lario, requieren de la incorporación de tareas
b. Parafrasear: repetición de una idea prin-
Por ello, las fases o etapas que habitual-
adicionales (como la fase de preparación), así
cipal expresada por el paciente.
como de habilidades muy particulares, ya que
c. Recapitulación o resumen: realizar una
el tiempo disponible para la evaluación psico-
síntesis de lo que ha comunicado pre-
lógica de una persona hospitalizada es poco,
viamente el paciente.
pese a que pueda sonar contradictorio, ya que
d. Clarificar: solicitar al paciente que aclare
la persona está aparentemente disponible
algún punto, concepto o tema que pue-
para ello, se recomienda que la entrevista sea
den ser poco claros para el entrevista-
de 30 minutos (Robinson & Reiter, 2016), pues
dor y que permita precisar la visión par-
tomar más tiempo es poco práctico y cansa-
ticular de quien habla.
do para una persona que se encuentra hos-
e. Silencio: en ocasiones, es necesario per-
pitalizada. Este tiempo va a depender de las
mitir espacios o pausas para que el pa-
condiciones médicas en las que se encuentre
ciente configure la idea a expresar.
la persona, por lo que el psicólogo debe ajus-
f. Refuerzos: pueden ser verbalizaciones
tar el formato y extensión de la entrevista de
como “muy bien”, o asentimientos gu-
acuerdo con ellas (Segal et al., 2019).
turales como ¡uhum!
Pese a estos matices, las entrevistas psi-
cológicas, en general y en el contexto hospitalario, constan de cuatro fases generales:
Fases generales Entrevistar a una persona que presenta una
1. Preparación: en el hospital inicia con la
enfermedad crónico degenerativa impone al
revisión del expediente médico, ya que
psicólogo considerar diversos aspectos, entre
a partir de este es posible identificar, en-
los que se encuentran: características particu-
tre otros, datos demográficos generales,
lares de la enfermedad, evolución de la mis-
estado físico más reciente, tratamiento y
ma y momento concreto en que se entrevis-
motivo de hospitalización; si se requiere,
ta, implicaciones en las diferentes esferas de
es posible comentar parte de la informa-
Capítulo 1
22
ción con el médico tratante antes del pri-
(estudiante, residente, adscrito) y el pro-
mer contacto con el paciente. Esta prepa-
pósito de la entrevista, indicar el tipo de
ración permite realizar una entrevista más
entrevista a realizar (tiempo aproximado,
fluida, ya que muchos datos se han de
temas generales a abordar), aclarar el tipo
verificar y contrastar con la información
y uso de la información que se espera del
previa, por lo que se puede ganar tiem-
entrevistado, generar un ambiente có-
po considerable (Morrison, 2015). Cuando
modo y cálido (conocido como estable-
se trata de entrevistas subsecuentes, la
cimiento de rapport, aunque este va más
preparación incluye, además, la revisión
allá de comentarios intrascendentes, es
de las notas de evolución psicológica de
un elemento que debe establecerse y
sesiones previas, con la finalidad de tener
mantenerse a lo largo de todas las entre-
presente las tareas asignadas, así como
vistas) para que el entrevistado propor-
objetivos y metas a tratar.
cione la información, señalar que se reali-
2. Apertura: se realiza en los primeros mo-
zarán notas breves de lo que se comente
mentos con el paciente, particularmente
y solicitar la autorización de la persona
en una entrevista inicial, Morrison (2015)
para ello. Un ejemplo de esta fase puede
señala como deseables las siguientes ta-
observarse en la tabla 1. Estos contenidos
reas: presentarse señalando el estatus
de apertura —con excepción del rapport,
Tabla 1 Ejemplo de una apertura en la primera sesión
Terapeuta: Buenos días, Sra. Leonor. Soy Catalina Báez, psicóloga residente del servicio de Medicina Interna de este hospital. La jefa de enfermeras me comentó que usted ha tenido dificultades para dormir durante varios días seguidos. Quisiera hablar con usted unos minutos para saber qué podría provocarlo y de qué manera le puedo ayudar para que eso cambie, ¿le parece bien? Paciente: Sí, qué bueno que vino. Terapeuta: Muy bien, ¿se encuentra usted cómoda en esa posición?, me voy a acercar para que me escuche bien, también me gustaría tomar algunas notas, ¿está de acuerdo? Paciente: Estoy bien así —sentada con el respaldo de su cama en 90º—, ¿las notas para qué son? Terapeuta: Me ayudarán a recordar información importante que comentemos y a planear estrategias para ayudarla, ¿está bien? Paciente: Sí, no hay problema.
Capítulo 1
23
entendido como las habilidades del tera-
cesario administrarlo de manera que el
peuta para mantener un ambiente cálido
cierre no sea abrupto y se disponga de
y de confianza (Orozco & Salazar, 2019)—
tiempo necesario para resumir la infor-
solo se presentan en la primera entre-
mación más relevante, planear junto con
vista, mientras que, en las posteriores, la
el entrevistado aspectos para el futuro
apertura se realiza retomando aspectos
próximo, explicar y asignar tareas que se
de la sesión previa, a través de la revisión
consideren relevantes y establecer acuer-
de tareas, acontecimientos importantes a
dos para una próxima sesión, como seña-
retomar, entre otros.
la Morrison (2015), el cierre ayuda al pa-
3. Desarrollo o cuerpo: en esta fase se busca
ciente y al terapeuta a prepararse para las
precisar la demanda o motivo de consulta
sesiones por venir. De ser posible, Díaz et
y reunir la mayor cantidad de información,
al., (2012) recomiendan que al final de la
es decir, especificar el comportamiento
entrevista se presente una conceptuali-
objeto
(Fernández-
zación inicial del problema y se expliquen
Ballesteros, 2013a), a partir de la cual
las estrategias de intervención. Muchas
se analizarán las relaciones funcionales
personas, en el momento del cierre, co-
de los eventos y comportamientos
mentan situaciones que pueden requerir
involucrados en el problema (Kanfer &
profundizar en el tema, por lo que se pue-
Saslow, 1965; López & Costa, 2012), por
de proponer que sea el tema inicial para
tanto, se considera una fase esencial para
la siguiente sesión, sobre todo en casos
la elaboración del análisis funcional. De
que se atienden en la consulta externa;
acuerdo con Orozco y Salazar (2019),
sin embargo, si el tema es imprescindible
esta fase exige al entrevistador diversas
para el tratamiento médico o estancia en
técnicas, estrategias y actitudes que le
el hospital, habrá que posponer el cierre y
permitan responder a la amplitud de
dedicar tiempo adicional a la exploración
situaciones que pueden ocurrir durante
del tema y, de ser necesario, generar al-
esta etapa, por ello, en todo momento
guna intervención breve.
de
evaluación
debe tenerse presente el objetivo de la entrevista y verificar si la dirección de esta
Como se mencionó previamente, es-
ayuda a que se cumpla o no.
tas fases son genéricas y deben ajustarse de
4. Cierre o terminación: en el contexto hos-
acuerdo con el propósito de la entrevista que
pitalario, el tiempo disponible para la rea-
se realice, además, cambian si se trata de una
lización de las entrevistas, regularmente,
entrevista de primera vez o subsecuente.
es menor a una hora, por lo que es ne-
Capítulo 1
24
Tipos de entrevista
guía, la estructura, las funciones, el propósito y
La entrevista es fundamental dentro del pro-
el objetivo (Morga, 2012). De primer momento,
ceso de atención psicológica, sin embargo, en
describiremos las entrevistas de screening, de-
el caso del contexto hospitalario, intervienen
tección de necesidades o de primer contacto.
muchas variables que pueden volverla com-
pleja y difícil de realizar (Cruzado, 2014), ade-
de entrevistas, establezcamos un parangón
más, existen diversos tipos de entrevista con
con los procedimientos médicos de detec-
propósitos muy específicos; a continuación, se
ción o diagnóstico oportuno (pruebas com-
describen las características de las que se pue-
plementarias de screening). Según la Organi-
den utilizar en el ámbito hospitalario.
zación Mundial de la Salud (OMS, 2008), las
Como indican Segal et al. (2019), existen
pruebas diagnósticas constituyen uno de los
diversos escenarios donde puede realizarse
principales objetivos para el control de las en-
una entrevista y, de acuerdo con las caracterís-
fermedades no transmisibles; por ejemplo, la
ticas de estos, se puede encontrar una amplia
mastografía como medida de detección opor-
variedad de condiciones en las que se puede
tuna para el cáncer de mama. Ahora bien, en
entrevistar a una persona, es decir, el escena-
el campo de la psicología, las entrevistas de
rio puede delimitar la profundidad y la exten-
screening se caracterizan por ser semiestruc-
sión, los contenidos que se evaluarán y el ni-
turadas y de corta duración, con el objetivo de
vel de cooperación que se puede esperar de
valorar o identificar posibles problemáticas o
la persona, por lo tanto, cada entrevista tiene
motivos de atención que pueden ser cubiertos
diferente forma de conducirse debido a las cir-
por el servicio psicológico, sin una solicitud di-
cunstancias particulares del entrevistado.
recta de los pacientes, familiares o personal de
salud (Perpiñá, 2012).
También deben considerarse las carac-
Para tener mayor claridad de este tipo
terísticas evolutivas propias de cada etapa del
Dentro del contexto hospitalario, las
desarrollo, ya que a partir de estas deberán
problemáticas psicológicas están supeditadas
hacerse adecuaciones en la interacción que se
a la condición médica, y no es de extrañar que
establezca con cada persona (para una lectura
existan eventos o procedimientos médicos
más amplia sobre este particular, véase Casti-
que sean de interés para poner en marcha este
llejos-Zenteno & Serafín, 2019).
tipo de entrevista, por ejemplo, estancias hospitalarias prolongadas, intervenciones quirúr-
Rutina o screening
gicas, procedimientos invasivos, notificación
Al hablar de los tipos de entrevista, es impor-
de diagnósticos, actualización del estado de
tante considerar que las clasificaciones pueden
salud de un paciente, fallecimiento de un fa-
variar dependiendo del modelo teórico que las
miliar, etc. Por las características propias de es-
Capítulo 1
25
tos eventos es frecuente identificar respuestas
conductas problema (por lo que también se
psicológicas que son motivo de atención; de
denominan entrevista de evaluación de pro-
tal modo que las entrevistas de screening se
blemas); formular o elaborar hipótesis acerca
convierten en una actividad de rutina y pri-
del diagnóstico (elaboración del análisis fun-
mer contacto, para posteriormente establecer
cional); y no menos importante, establecer los
la evaluación de la problemática psicológica
cimientos de la relación con el paciente, con lo
(Elhadad, Ragab, & Atia, 2020; Kummer et al.,
cual se facilita la exploración de la información
2019; López-Fuentetaja & Oriondo-Villaverde,
requerida y la implicación del paciente.
2019; Morrison et al., 2020; Nunes, García, &
Alba, 2006).
tas de primera vez, además de centrarse en
También es probable que se identifi-
la detección y delimitación de conductas pro-
quen pacientes que no requieren atención
blema, requieren la exploración de contenidos
psicológica en toda la extensión de la palabra;
adicionales, como el examen del estado men-
y es mediante este tipo de entrevistas que el
tal (para una revisión sobre sus características y
psicólogo puede identificar, jerarquizar u or-
contenido, véase Morrison, 2015; Renn & John,
ganizar a la población que atiende, dando la
2019; Rodríguez-García & Rodríguez-Pupo,
oportunidad de optimizar el tiempo dentro del
2006a; 2006b), a partir del cual se describen
contexto hospitalario.
las áreas de funcionamiento que, cuando se
En el ámbito hospitalario, las entrevis-
encuentran alteradas, pueden sugerir la preEvaluación inicial
sencia de daño neurológico y que la persona
Este tipo de entrevista se considera de detec-
requiera otro tipo de intervención (Cormier &
ción o identificación de problemas, y puede
Cormier, 2000), por lo que es frecuente que
requerir más de una sesión para completar la
en esta entrevista se exploren los elementos
información, por lo que en sentido estricto in-
que lo componen.
cluye la entrevista de primera vez y algunas sub-
secuentes. Para fines expositivos, se presentan
gicas propias del área clínica, en el área de la
por separado las características de cada una.
salud, particularmente al entrevistar a una per-
A diferencia de las entrevistas psicoló-
sona con una enfermedad, las áreas de indagaEntrevista de primera vez
ción o contenidos a explorar pueden ser muy
Como su nombre lo indica, se realiza en la pri-
variados, y evidentemente estarán en función
mera ocasión que se tiene contacto formal
de la razón por la que se entrevista, además
con el paciente, sin embargo, la evaluación ini-
de la enfermedad o condición de salud del pa-
cial puede requerir de varias sesiones; en ge-
ciente. En la tabla 2, se enlistan las áreas que
neral, tiene como objetivos identificar y definir
se exploran con mayor frecuencia —para el te-
Capítulo 1
26
rapeuta inexperto es necesario indicar que no
cos que requieren transformarse en preguntas
se indagan a profundidad en una sesión y que
a realizar al paciente (o informante) y que en
nos ayudan a tener un panorama general del
función de la respuesta pueden generar otras
paciente y su enfermedad—. En la misma tabla
preguntas.
2, se presenta un listado de contenidos genériTabla 2 Ejemplo de una apertura en la primera sesión Áreas de indagación
Contenidos genéricos Edad, estado civil y religión* Nivel educativo*
Datos sociodemográficos
Estructura y relaciones familiares* Relaciones de pareja y convivencia Relaciones sociales Profesión* y condición laboral Diagnóstico y condición médica actual Tiempo de hospitalización
Condición médica
Tratamientos actuales Enfermedades y tratamientos previos Comorbilidades Nivel de información, comprensión y necesidades de información
Información médica
Posible omisión deliberada de la información (conspiración del silencio) Comunicación médico-paciente Comunicación entre los miembros de la familia Incertidumbre, miedo al pronóstico o tratamiento Creencias y atribuciones sobre la enfermedad, causas y tratamientos
Problemas psicológicos asociados a la enfermedad
Adaptación a la hospitalización, tratamiento, enfermedad Adherencia a los tratamientos Toma de decisión sobre tratamientos Ansiedad ante procedimientos médico invasivos Depresión Pérdida de la función vocal
Problemas relativos a síntomas físicos
Dolor Problemas respiratorios Amputaciones Problemas físicos que dañan movilidad y autonomía
Función sexual Infertilidad Cambios en la imagen corporal Estilo de afrontamiento general y Estrategias de afrontamiento Vulnerabilidad psicológica
ante la enfermedad
y atención previa
Consultas psicológicas y psiquiátricas Tratamientos psicológicos o psiquiátricos Aspecto físico y comportamiento Nivel de conciencia Orientación Atención y concentración
Estado mental1
Memoria Pensamiento y lenguaje Percepción Estado de ánimo y afecto Juicio
Notas: *Implica información que posiblemente solo se indague una vez o que no requiere actualización constante; 1Indica la exploración del estado mental, que generalmente se hace en la entrevista inicial, sin embargo, si hay cambios significativos se vuelve a elaborar.
Entrevista subsecuente
pertinentes a lo largo de la entrevista. Sin em-
Hasta este punto, ya se tiene como primer
bargo, dicho ejercicio parte de una base teó-
elemento la aproximación a los pacientes y la
rica que le confiere sentido a la información
recolección de los datos dentro de los diferen-
y análisis subsecuente, es decir, las preguntas
tes tópicos de la entrevista inicial, sin embargo,
elaboradas, el nivel de importancia que tiene
una pregunta lógica es: ¿Qué hacer con toda
cierta información, la dirección y la estructura.
esa información recopilada?, pero antes vale
Al margen de que existan diferentes modelos
la pena hacer una aclaración: habrá que distin-
que podrían guiar las entrevistas subsecuen-
guir entre la recolección general de los datos
tes, en el presente capítulo daremos continui-
que corresponde a la entrevista inicial y la con-
dad al argumento presentado por Bravo-Gon-
figuración de la problemática psicológica, que
zález y Mora-Miranda (2014); sin embargo,
compete a las entrevistas subsecuentes.
diversos autores (Carrillo & Ordaz, 2019; Esca-
A toda entrevista de evaluación psicoló-
milla & Ordaz, 2020; Gómez, Becerra, Tron, &
gica, le subyace la necesidad de conocimiento
Hernández, 2018) ilustran el uso de esta he-
y comprensión de lo que refiere un paciente;
rramienta basados en diferentes modelos teó-
con base en esto, se configuran las preguntas
ricos en contextos hospitalarios.
Capítulo 1
28
A lo largo del desarrollo histórico y teóri-
forzante es ideográfico y atiende a la his-
co, la entrevista conductual ha ido de la mano
toria de aprendizaje particular.
con el análisis funcional y ambos se han nu-
d. Análisis del desarrollo: considerar las va-
trido de diferentes autores, específicamente
riables biológicas, experiencias sociocul-
de los argumentos de Kanfer y Saslow (1965),
turales e historia conductual.
en donde se establece que la entrevista, den-
e. Análisis del autocontrol: métodos y pro-
tro del análisis conductual, conlleva un interés
cedimientos implementados por el pro-
marcado por la adecuada evaluación y reco-
pio paciente para controlar su conducta.
pilación de la información, en la cual es nece-
f. Relaciones sociales: evaluar las redes so-
sario identificar las clases de respuesta de una
ciales, personas relevantes y su función
problemática y las variables o factores que la
en las respuestas de interés.
controlan. Un procedimiento efectivo de diag-
g. Ambiente sociocultural: normas sociales
nóstico es aquel en el que los métodos tera-
establecidas en su contexto de desarrollo,
péuticos están directamente relacionados con
que en muchas ocasiones puede generar
la información obtenida a lo largo de una eva-
discrepancia entre la idiosincrasia del pa-
luación continua de la conducta actual del pa-
ciente y las reglas institucionales.
ciente y los estímulos que la controlan. Por lo tanto, los autores proponen centrar el foco de
Estos elementos dieron paso al desa-
atención en:
rrollo y evolución de la unidad de análisis que
a. Conducta problema: categorizar las de-
hoy conocemos como modelo EORC (ori-
mandas del paciente en términos de
ginalmente descrita como EORKC) (Kanfer
excesos o déficits conductuales, consi-
& Phillips, 1977; Kanfer & Saslow, 1969). Esta
derando los parámetros de frecuencia, in-
ecuación comportamental pone en relieve la
tensidad y duración, adecuados para cada
interacción entre las respuestas de interés (R),
situación descrita.
los antecedentes ambientales (E) y las conse-
b. Clarificación de la situación problemática:
cuencias (C) que mantienen dichas respues-
identificar las variables ambientales que
tas; considerando la influencia de las variables
mantienen la conducta problema y las
biológicas (O) dentro del comportamiento hu-
consecuencias para el propio paciente y
mano. Ahora bien, esta ecuación del compor-
las personas que lo rodean.
tamiento funge como andamiaje o estructura
c. Análisis motivacional: establecer una je-
general para organizar las entrevistas subse-
rarquía de personas, eventos y objetos
cuentes dentro del proceso de evaluación. A
particulares que puedan funcionar como
continuación, se presentan los elementos ge-
reforzadores, dado que cada estímulo re-
nerales a considerar dentro de este tipo de
Capítulo 1
29
entrevistas (Bravo-González & Mora-Miranda,
mos identificar que a pesar de que cada
2014; Fernández-Ballesteros, 1994; Fernán-
paciente reporta sentirse deprimido, la
dez-Ballesteros, 2013a; Kanfer & Phillips, 1977;
descripción de las respuestas de interés,
Kanfer & Saslow, 1965; Kanfer & Saslow, 1969):
aportan claridad al análisis de la proble-
a. Identificar la problemática principal (R):
mática.
una de las tareas iniciales en las entrevis-
b. Evaluar los estímulos antecedentes (E): es
tas subsecuentes es tener claridad en el
decir, aquellos eventos situacionales, ya
motivo de atención psicológica y descri-
sea ambientales o intra-individuales, que
bir operacionalmente aquello que reporta
están relacionados con la emisión de la
el paciente. Este elemento constituye el
conducta problema. En un sentido más
eje rector de toda entrevista subsecuen-
amplio, habrá que diferenciar entre los es-
te, ya que el resto de la información reco-
tímulos ambientales externos al paciente,
pilada debe guardar estricta relación con
que pueden identificarse bajo las pregun-
la problemática psicológica, con el propó-
tas: ¿Quién?, ¿Dónde?, ¿Cuándo?, ¿A qué
sito de comprender y analizar la proba-
hora?, ¿Bajo qué temas?, entre otras, y
bilidad de ocurrencia. Por lo tanto, habrá
aquellos que corresponden propiamen-
que evaluar los patrones de respuesta en
te al paciente, por ejemplo, pensamien-
los tres niveles: motor, cognitivo y fisioló-
tos y reacciones fisiológicas. De tal modo,
gico, así como los parámetros de frecuen-
que sea posible responder a la pregunta:
cia, intensidad y duración en el momento
¿Qué eventos o situaciones provocan las
actual. A modo de ejemplo, podríamos
respuestas de interés? Por ejemplo, aquel
identificar a tres pacientes hospitalizados
paciente que siente náuseas y vómito al
en la misma sala, cada paciente reporta
ver una bebida del mismo color que el
sentirse deprimido por la condición mé-
medicamento que se le administra, en
dica; sin embargo, para el paciente uno,
donde el color de la bebida es el estímu-
el estar deprimido se caracteriza por pro-
lo que da paso a la respuesta de vómito.
blemas para dormir e irritabilidad con su
Por otro lado, el paciente pediátrico que
cuidador primario; para el paciente dos, la
incrementa las respuestas de llanto ante
depresión se caracteriza por llanto cons-
la presencia de un cuidador en específico,
tante e incremento en las horas de sue-
siendo el cuidador el estímulo que propi-
ño; y, finalmente, para el paciente tres, se
cia la respuesta. Finalmente, aquellos pa-
identifica la reducción del contacto social
cientes que incrementan su tasa cardiaca
con cuidadores y visitas, así como reduc-
y sudoración ante ciertos pensamientos o
ción del apetito. En este ejemplo, pode-
imágenes previo a una cirugía.
Capítulo 1
30
c. Evaluar las consecuencias que mantienen
base en una creencia religiosa; o rechazar
la conducta problema (C): dentro del mo-
un procedimiento quirúrgico (mastec-
delo se establece que toda respuesta está
tomía u orquiectomía) por la atribución
asociada funcionalmente con las con-
social del concepto de género.
secuencias medioambientales, es decir,
• Repertorio
conductual:
habilidades,
¿qué acontecimientos son los que pro-
competencias o conocimiento, adquiri-
bablemente mantienen estas repuestas?
dos a lo largo de la historia del individuo
Para ello, habrá que identificar lo que ha-
y que puede estar directamente rela-
cen, piensan o sienten, tanto el paciente
cionado con las respuestas actuales. El
como las personas relevantes de manera
uso de habilidades de respiración entre-
inmediata o mediata a la emisión de las
nadas previamente por un paciente en
respuestas.
actividades deportivas enfocadas a la
d. Explorar las variables del organismo (O):
reducción de la ansiedad durante la es-
aquellas que pueden mediar la interacción
tancia hospitalaria sería un ejemplo de
entre los elementos previos. Estas son
esto.
variables propias del individuo y pocas
• Historia
de reforzamiento: identifica-
veces son susceptibles de modificación
ción de los estímulos (antecedentes o
por la interacción de los factores que
consecuentes) independientes de la si-
constituyen la problemática psicológica,
tuación problemática actual, que pudie-
tales como:
ran alterar la probabilidad de ocurrencia
• Variables
biológicas: edad, sexo, condi-
de la conducta. Un ejemplo puede ser el
ción de salud, diagnóstico médico, tra-
uso de actividades recreativas (e. g., lec-
tamiento médico, retraso en el desa-
tura, dibujo, costura) como reforzador
rrollo, etc. Por ejemplo, cambios en el
ante la negativa del paciente por ingerir
estado de ánimo, pérdida del apetito y
la comida del hospital.
sensación de cansancio, a raíz de un tra-
e. Evaluar las situaciones históricas: aque-
tamiento de quimioterapia. • Antecedentes
llas situaciones que puedan estar rela-
culturales: contempla los
cionadas con la problemática actual; esto
sistemas de valores, creencias o patro-
quiere decir que será relevante identificar
nes de comportamiento que son dis-
la serie de eventos que dieron origen a
tintivos del contexto social en el que se
la problemática actual (historia contem-
desenvuelve el paciente. Por ejemplo,
poránea); así como eventos pasados que
rechazar la transfusión sanguínea con
guarden relación con el motivo de aten-
Capítulo 1
31
ción y permitan comprender los patrones
Entrevistas estructuradas y semiestructuradas
de respuesta actuales (e. g., hospitaliza-
De acuerdo con Baile (2014), este tipo de en-
ciones previas, aprendizaje como cuida-
trevistas tienen objetivos, áreas a explorar y
dor primario, interacción con familiares
preguntas determinadas previamente, lo cual
con un diagnóstico similar).
busca maximizar la eficacia en el proceso de obtención de información, por lo que pue-
De este modo, se constituyen los ele-
den estar diseñadas para hacer una explora-
mentos centrales para estructurar las entrevis-
ción general o bien para explorar situaciones
tas subsecuentes de evaluación, sin embargo,
concretas, en el caso de las estructuradas; las
cabe recalcar que existe una amplia gama de
semiestructuradas tienen objetivos similares,
modelos para identificar las variables de in-
con la diferencia de ser flexibles en la inclusión
terés. Como ejemplo, podemos mencionar a
de preguntas no consideradas propiamente
la conceptualización cognitiva (Beck, 2000;
en el formato.
Beck, Rush, Shaw, & Emery, 1983) como una
herramienta en la que se pondera la identi-
tipos de entrevista, los cuales tienen propósi-
ficación de los pensamientos automáticos,
tos diversos, como ser una guía para entrevis-
creencias intermedias y creencias centrales;
tas de screening o de primera vez, donde se
así como la descripción de los datos relevan-
pretende recabar la historia clínica, otras tienen
tes de la infancia y estrategias compensato-
como objetivo contribuir en la valoración del
rias como ejes rectores del comportamiento
estado psicológico de una persona, un ejemplo
de una persona ante situaciones específicas.
de esto es la entrevista que se desarrolló para
De modo similar, se encuentra el modelo ABC
el servicio de hematología del Hospital Juárez
(Ellis & Grieger, 1990), que centra la atención
de México, con el objetivo de valorar a las per-
en la relación que existe entre los aconteci-
sonas candidatas a un trasplante de médula
mientos activadores (A), las creencias irracio-
ósea, e incluye información sociodemográfica,
nales (B) y las consecuencias mediadas (C) en
factores sustantivos como comprensión de la
términos cognitivos, emocionales y conduc-
enfermedad, tratamiento y trasplante, facto-
tuales. Por otro lado, el modelo de solución de
res implicados como motivación para el tras-
problemas, expresado mediante el Mapa Clí-
plante, aceptación voluntaria del trasplante y
nico de Patogénesis (Nezu, Nezu, & Lombardo,
adquisición del órgano, aspectos familiares,
2006) que analiza la interacción constante de
historia sexual, o psiquiátrica, estilos de en-
las variables distantes, variables antecedentes,
frentamiento ante el procedimiento, autocon-
variables organísmicas, variables de respuesta
trol, adaptación, examen mental e impresión y
y consecuencias como parte de la formulación
actitud general (Hernández & Sánchez, 2019).
de un caso. Capítulo 1
32
Existen numerosos formatos para estos
Devolución de información
objetivos, tanto generales como específicos.
La devolución de la información es uno de los
Para su formulación, se realiza de forma pa-
elementos finales del proceso de evaluación,
ralela y complementaria el análisis funcional y
que puede llevarse a cabo de diferentes for-
diseño del plan de intervención (Bravo & Or-
mas, ya sea oral o escrito; sin embargo, nos
daz, 2019), ya que, basados en estas tareas, se
centraremos en la forma oral que corresponde
plantea un objetivo general acorde al motivo
al ejercicio de entrevista. En el contexto hos-
de atención y objetivos específicos que darán
pitalario, constituye el puente con la etapa de
sentido a los procedimientos de intervención
intervención, destacándose por su labor edu-
seleccionados; es decir, procedimientos espe-
cativa, con el fin de propiciar el papel activo
cíficos para lograr objetivos específicos (Bece-
del paciente y percepción de control de la si-
rra, Miguel, García, & Porras, 2019).
tuación (Reynoso-Erazo & Seligson, 2005).
Esta etapa se caracteriza por la retroali-
los pacientes se establecen metas basadas en
mentación y devolución del análisis realizado
los elementos previos, evaluando su viabili-
por el psicólogo experto, basados en la infor-
dad en las áreas médica, económica, familiar,
mación recopilada. El objetivo principal radica
social, interpersonal y todas aquellas involu-
en explicar al paciente de manera clara y sen-
cradas a lo largo del proceso de intervención.
cilla el análisis que se realiza de la problemá-
Este ejercicio de colaboración ayudará al psi-
tica psicológica, así como las variables que la
cólogo a nivelar las expectativas de los pacien-
conforman y mantienen. En términos simples,
tes, aportando un panorama claro del proceso
lo que se pretende es que el paciente conozca
de intervención, de las habilidades adquiridas
y comprenda los elementos que constituyen la
y del alcance de las técnicas empleadas (Fer-
problemática psicológica, con la encomienda
nández-Ballesteros, 2013b; Llavona, 2008).
de adecuar el lenguaje a las características de
quien recibe la información, realizar las aclara-
ye el puente entre la fase de evaluación y de
ciones necesarias y atender las dudas que pue-
intervención, por lo tanto, habrá de proponer
dan surgir, para que posteriormente sea capaz
un plan de intervención general que ofrezca
de realizar los cambios en su comportamiento
una solución eficaz para la problemática del
a lo largo del proceso de intervención (Belloch
paciente. Para ello, es pertinente señalar el
& Carrió, 2012; González-Blanch et al., 2017;
carácter jerárquico y acumulativo de los pro-
Redondo, Pérez, & Iruarrizaga, 2003).
cedimientos terapéuticos seleccionados (Goss
Sin embargo, no se limita a ser única-
& Moretti, 2011). Estos elementos pueden dar
mente informativa, el siguiente elemento a
la impresión de que se alejan del proceso de
considerar es la discusión y negociación de
entrevista y se aproximan más al de interven-
Capítulo 1
33
Como un ejercicio de colaboración con
Como ya se señaló, esta etapa constitu-
ción, sin embargo, no hay que olvidar que, a lo
ciente, en muchos casos puede ser un recurso
largo de toda esta etapa, el objetivo central es
complementario (Bados & García, 2014) a la
la retroalimentación y la discusión junto con el
entrevista que se realiza con el paciente.
paciente respecto del análisis funcional, esta-
blecimiento de los objetivos y diseño del plan
mente importante en el caso de niños y ado-
de intervención; por lo tanto, se continúa con
lescentes, así como en adultos mayores con
la recolección de información para conseguir
deterioro cognitivo (aunque es deseable que
la corrección necesaria de todo el proceso de
se realice con todos los pacientes posibles),
evaluación.
ya que los familiares pueden tener informa-
Este tipo de entrevistas es particular-
ción detallada de cambios comportamentales De intervención
y ofrecer una mayor cantidad de información
Como su nombre lo indica, se refiere a aque-
para comprender la problemática; en general,
llas entrevistas donde se implementan las es-
puede realizarse independientemente de las
trategias de intervención para la modificación
condiciones del paciente, ya que a partir de
de conductas; entre otras tareas, se determina
ella se puede tener un panorama más amplio
si el problema está mejorando, empeorando o
de la problemática y de situaciones que el pa-
permanece sin cambios, además de valorar la
ciente pueda haber omitido; para un ejemplo,
experiencia del paciente con el plan de trata-
véase Drake y Ginsburg (2012), en su incorpo-
miento (Robinson & Reiter, 2016) y los ejerci-
ración al tratamiento de dolores de cabeza y
cios asignados (tareas), evaluar los resultados
ansiedad en niños.
de los objetivos iniciales, intermedios o finales
(acorde con la etapa de la intervención), para,
se deberá entrevistar al paciente (excepto en
de acuerdo con Cormier y Cormier (2000),
el caso de niños) y solicitar autorización para
determinar la pertinencia de continuar, modi-
realizarla. Es importante entrevistar a los infor-
ficar o reformular el plan de tratamiento.
mantes sin la presencia del paciente para evitar
Para la mayoría de los casos, primero
que se reserve información, sin embargo, deEntrevista a informantes
pendiendo del motivo de consulta puede ser
En el contexto hospitalario, este tipo de en-
importante realizar entrevistas conjuntas con
trevista es frecuente en el caso de requerir
la finalidad de observar la interacción (Ezpe-
información adicional o verificar la que se ha
leta, 2001) entre el paciente y su cuidador
recabado directamente con el paciente; se re-
primario o familiar. En general, la información
comienda que la persona que se elija para ser
que es posible recabar al entrevistar a infor-
entrevistada sea el cuidador primario o aquella
mantes puede: (a) confirmar lo indicado por el
persona que conviva más tiempo con el pa-
paciente, (b) contradecirlo, o (c) proporcionar
Capítulo 1
34
información novedosa; por lo que deberá de-
de cada persona. De acuerdo con Sánchez
cidirse cuidadosamente la estrategia a seguir
(2019), la entrevista en crisis es un acto de ayu-
en futuras entrevistas, tanto con el paciente
da a una persona que no puede afrontar una
como con el informante.
situación en un momento muy particular de su
vida e implica el compromiso de “salvaguardar
Al entrevistar a un cuidador primario o
familiar de una persona hospitalizada, pueden
su integridad física y mental” (p.154).
surgir temas relacionados directa o indirecta-
mente con su condición de salud, ya que el
este tipo de intervenciones, los cuales pueden
informante puede estar lidiando con situacio-
resumirse en tres tareas genéricas: (a) proveer
nes problema de diversas naturalezas a par-
apoyo y seguridad a la persona en crisis, (b) in-
tir de la condición de enfermedad —su propia
dagar el problema y sus posibles soluciones,
incertidumbre sobre el futuro, cambios en la
y (c) hacer un seguimiento (para una lectura
estructura familiar, dificultades en el cuida-
a profundidad, véase Fernández, 2005; Pa-
do del enfermo, preocupaciones financieras
rada, 2009; Slaikeu, 2000). De acuerdo con
o de cuidado de otras personas, entre otros;
Jansson y Nordgaard (2016), en situaciones de
o como refiere Cruzado (2014), pueden tener
emergencia, la situación es aguda y la meta
peor salud general, estados emocionales ne-
más importante de la entrevista es clarificar la
gativos, ya que están en riesgo de perder otras
condición psicológica en la que se encuentra
relaciones familiares, laborales, sociales y re-
la persona, centrándose en la información fac-
creativas—, por lo que en muchos casos puede
tual sobre el paciente y la situación, para de-
requerir atención psicológica por sí mismo, en
terminar las necesidades que requieren aten-
ese caso, se recomienda que sea otro terapeu-
ción inmediata.
ta el que se encargue de esta atención.
Entrevistas en crisis
entrevista, que pueden clasificarse por el mo-
Este tipo de entrevistas se realizan de manera
mento en el que se utilizan, la estructura que
constante en el ámbito hospitalario, general-
tienen, o a quién están dirigidas; sin embargo,
mente, posterior a la comunicación de malas
ello no significa que con una persona se em-
noticias, por lo que se conocen como interven-
plee únicamente un tipo de entrevista, a lo
ciones de primera instancia o primeros auxilios
largo de un proceso de atención psicológica
psicológicos, donde se busca restablecer —en
probablemente el terapeuta utilizará varias o
lo posible— las capacidades de la persona para
todas. En la figura 1, se esquematiza el tipo de
afrontar la situación crítica (Slaikeu, 2000) e
entrevista y algunas características de acuerdo
incluyen contenidos específicos relacionados
con la condición del entrevistado.
con la circunstancia y respuestas particulares
Capítulo 1
35
Existen diversos modelos para realizar
En resumen, existen diversos tipos de
Figura 1 Diagrama de flujo de los diferentes tipos de entrevistas y sus características generales
Capítulo 1
36
Determinación de la necesidad de evaluación
psicológica (McClintock, 2007). Derivado de
En el hospital, como en otros escenarios de
esto, la razón para ser referido a atención psi-
evaluación psicológica, el origen de esta pue-
cológica puede o no ser clara para el paciente,
de ser variado en función de quién lo solicita,
por lo cual, cuando acuden es común escuchar
por lo que las entrevistas pueden tener puntos
que “el médico me manda”, pero no necesa-
de partida distintos. A continuación, se descri-
riamente tienen claridad sobre la razón, por lo
ben brevemente algunas consideraciones para
que una de las tareas del psicólogo es explorar
realizar entrevistas y determinar necesidades
las posibles condiciones que motivan al per-
de evaluación en este escenario.
sonal médico a enviarlo a atención psicológica.
En algunas ocasiones, cuando el pacien-
Paciente
te se encuentra hospitalizado, este acepta la
Contrario a lo que pudiera pensarse, no es co-
entrevista inicial cortésmente, sin tener mu-
tidiano que sea el propio paciente quien so-
cha claridad sobre la labor del psicólogo en ge-
licite la atención psicológica en los contextos
neral y, debido a que estas personas presentan
hospitalarios, ya que tienden a minimizar las
dificultades de salud, generalmente tienden a
respuestas comportamentales o emocionales
describir sus problemas en términos de do-
poco adaptativas; sin embargo, cuando se re-
lencias o dificultades en el funcionamiento de
cibe la solicitud directa de un paciente, es ne-
alguna parte de su cuerpo, por lo que el psicó-
cesario “establecer la naturaleza de la deman-
logo debe aclarar, desde los primeros minutos,
da y determinar los contenidos a los que se va
su labor y el tipo de información que busca y,
a dirigir la evaluación” (Márquez, 2013, p.170).
de preferencia, realizar una entrevista exploratoria o de screening. En otros casos, por ejem-
Otros (personal o familiares)
plo, los adolescentes pueden estar renuentes
De acuerdo con Segal et al. (2019), en los con-
a hablar de sus problemas afectivos o com-
textos médicos, con frecuencia las personas
portamentales, por lo que puede requerirse
no solicitan directamente la atención psico-
de varias sesiones informales para establecer
lógica; por el contrario, la mayoría de las oca-
componentes de relación antes de pretender
siones son referidos por el personal de salud
comenzar una entrevista de identificación de
que los atiende, que en algunos casos puede
problemas como tal.
tener una idea muy clara sobre algunas pro-
blemáticas psicológicas del paciente y cómo
rio quien solicita la atención psicológica, es
interfieren con el tratamiento médico, sin em-
necesario identificar cuál es su objetivo y sus
bargo, pueden no ser muy claros al explicar
preocupaciones, además de indagar y ajustar
a la persona la necesidad de tener atención
sus expectativas, para, en caso de ser necesa-
Capítulo 1
37
Cuando es el familiar o cuidador prima-
rio, explicar cuál es la labor del psicólogo, sus
mar la decisión de hacer una entrevista inicial
atribuciones y límites. En estos casos, general-
o de rutina en aquellas situaciones donde pue-
mente se realiza una entrevista de screening
de aparecer una respuesta psicológica poco
con el familiar y posteriormente con el pacien-
adaptativa, por ejemplo, luego de la comuni-
te, con la finalidad de identificar posibles áreas
cación de malas noticias (diagnóstico, progre-
de atención, así como establecer metas y ob-
sión de la enfermedad, recaída, complicacio-
jetivos de intervención. El entrevistador debe
nes o fallecimiento), cuando una persona será
ser cauto con respecto a la confidencialidad de
intervenida quirúrgicamente o le realizarán un
la información que obtiene de ambas partes
procedimiento invasivo; en estos casos, el psi-
(excepto en el caso de niños y adolescentes, o
cólogo toma la iniciativa para entrevistar a una
bien en circunstancias que pongan en riesgo la
persona, por lo que la presentación y la expli-
vida del paciente), con la finalidad de garanti-
cación sobre la razón para realizarla deben in-
zar los términos de la relación terapéutica.
cluir algunos de los elementos que observó.
Ante este panorama, pueden requerirse
Psicólogo
diferentes tipos de entrevista en función de la
Cuando el psicólogo se encuentra inserto en
persona que la solicita, la condición en la que
un servicio médico, ya sea en la consulta exter-
se encuentre (e. g., si está presentando res-
na o en el área de hospitalización, es frecuente
puestas de crisis) y las necesidades de atención
que a través de la observación directa identi-
médica, por lo que los objetivos son diversos.
fique comportamientos en la persona enfer-
En la tabla 3, a modo de resumen, se presen-
ma, en el cuidador primario o en los familiares,
tan los posibles tipos de entrevista a emplear
que requieran una evaluación psicológica; esta
de acuerdo con las necesidades de evaluación.
es una herramienta muy útil, ya que permite, como señala Anguera (2010), “estudiar las
A modo de conclusión:
acciones y conductas perceptibles que tienen
retos en los escenarios hospitalarios
lugar de forma espontánea o habitual” (p.122),
En el quehacer del psicólogo, que se dedica
es decir, a través de la observación se estudia
a la evaluación e intervención ante correla-
el comportamiento como ocurre en un deter-
tos psicológicos de enfermedades o situacio-
minado contexto o ambiente.
nes vinculadas con la pérdida de la salud, se
Inicialmente, puede emplearse una en-
encuentran diversas condiciones propias del
trevista de screening o exploración, para con-
contexto hospitalario y de la atención de la
firmar o descartar la necesidad de una valo-
enfermedad, que pueden convertirse en ver-
ración más profunda e incluso determinar la
daderos obstáculos para la atención psicológi-
pertinencia de iniciar una intervención psico-
ca, donde destacan:
lógica. En otros casos, el psicólogo puede toCapítulo 1
38
Tabla 3 Tipos de entrevista y objetivos en función de la solicitud de evaluación psicológica y condición Solicitante de evaluación
Condición
Acción por seguir/
Problema agudo
Atención inmediata/
o en crisis
Entrevista en crisis Atención que puede
Problema no agudo
realizarse en consulta externa, o bien que puede esperar unas horas/ Entrevista Inicial
Problema agudo
Atención inmediata/
o en crisis
Entrevista en crisis
Paciente Clarificar expectativas y necesidad de atención psicológica, psicoeducar Problema no agudo
Objetivos
Tipo de entrevista
si es necesario/Entrevista de rutina
Evaluación de la condición de crisis Identificar el motivo de consulta Explorar datos del examen mental Iniciar la recolección de información para elaborar el análisis funcional Evaluación de la condición de crisis Determinar si la solicitud de atención corresponde al área psicológica Evaluar áreas generales que posiblemente requieran atención psicológica Establecer componentes de relación con el paciente Identificar posibles áreas de atención
Entrevista a informante
psicológica Contrastar información proporcionada por el paciente
Problema agudo
Atención inmediata/
o en crisis
Entrevista en crisis
Evaluar la condición de crisis Favorecer la adaptación de la persona a la condición de crisis Evaluar áreas generales que posiblemente
Psicólogo
Presentarse con el Problema no
paciente, explicar labor del
agudo
psicólogo en el hospital/ Entrevista de rutina
requieran atención psicológica Establecer componentes de relación con el paciente Confirmar o descartar hipótesis sobre el comportamiento observado en el paciente
Capítulo 1
39
•
Existencia de ideas preconcebidas sobre
da valoración psicológica del paciente.
la labor del psicólogo: para una gran can-
•
•
tidad de personas en nuestro país, el psi-
lud, lo cual puede ser un elemento que fa-
cólogo solo ayuda en casos de locura, por
cilite o dificulte la labor del psicólogo, por
lo que aún se encuentran reticencias ante
lo que es necesario ser flexible y mante-
la entrevista y la atención psicológica.
ner la comunicación con el personal mé-
Rápida progresión de la evolución de la
dico a cargo de cada paciente, para contar
enfermedad: del prediagnóstico al diag-
con su apoyo y evitar interrupciones (Se-
nóstico y tratamiento en unas cuantas se-
gal et al., 2019); un tema especialmente
manas. Esto implica evaluaciones rápidas
delicado es emitir juicios sobre el trabajo
y precisas, ya que las necesidades psico-
o el tratamiento de médicos, enfermeras
lógicas probablemente tendrían variacio-
y trabajadores sociales, ya que puede te-
nes o cambiarán rápidamente, por lo que
ner un impacto muy negativo en la rela-
en ocasiones solo se cuenta con una o
ción médico-paciente.
dos sesiones para entrevistar e intervenir. •
•
•
Presencia de otros profesionales de la sa-
•
Falta de un espacio privado para reali-
Cambio abrupto en las condiciones de
zar las intervenciones: en la mayoría de
vida del paciente y de sus familiares, es-
los contextos hospitalarios existe poca
tresores continuos y variados, a los que es
disponibilidad de consultorios u oficinas
difícil adaptarse.
para cada terapeuta, por lo que común-
Impedimentos derivados de la propia en-
mente las entrevistas se realizan al pie de
fermedad o tratamiento, o bien por con-
la cama en hospitalización, en un pasillo,
diciones del paciente previas, que pueden
sala de espera, salas de urgencias y una
ser físicas (requerir respiración mecánica,
diversidad de escenarios, lo cual, lejos de
padecer cáncer en la región de cabeza y
ser una desventaja, se considera que en-
cuello que dificulte el habla, presentar de-
riquece la labor del terapeuta, ya que, de
lirios); culturales (ser hablante de lenguas
acuerdo con Robinson y Reiter (2016), fa-
indígenas); ser una persona sordomuda,
vorece que se conozca mejor la dinámica
entre otras.
en la atención de la salud del paciente,
Políticas de salud de mantener en hospi-
además de que el personal, los familiares
talización el menor tiempo posible a una
y los pacientes tienen una mejor percep-
persona (sea por razones económicas, de
ción del trabajo del psicólogo. El entrevis-
cobertura a mayor cantidad de personas,
tador debe considerar las características
o para evitar propagación de enfermeda-
ambientales donde se va a efectuar la se-
des infecciosas), que dificultan la adecua-
sión (Jansson & Nordgaard, 2016).
Capítulo 1
40
•
Propia historia del terapeuta: que puede
Para el terapeuta inexperto puede pare-
influir en juicios de valor y su disposición
cer una tarea imposible realizar una entrevista
sobre el trabajo de los profesionales de la
en el ámbito hospitalario, sin embargo, en la
salud, toma de decisiones de un paciente
tabla 4, se presentan algunas recomendacio-
o cuidadores, impacto emocional ante las
nes finales sobre qué hacer y qué no hacer en
problemáticas propias del contexto hos-
la entrevista, que pueden ser de utilidad.
pitalario. Tabla 4 Qué hacer y qué no hacer en la entrevista Qué hacer
Qué no hacer
• Realiza en cada entrevista una evaluación y si hay
•
• •
•
•
•
•
• No des información médica, no es parte
oportunidad intervén en una sola sesión, no siempre habrá otra sesión. Describe claramente el objetivo de la entrevista; proporcionar información de procedimientos. favorece la sensación de control de la persona Adecua tu lenguaje a las características de la población atendida. Habrá que diferenciar entre las demandas del psicólogo, las de la institución y las del paciente. No siempre confluyen. Permite que la persona exprese en sus propias palabras su condición de salud, es una ayuda al realizar el examen mental. Ten en cuenta las preocupaciones sobre la apariencia y procura que la persona esté cómoda durante la entrevista. No olvides que en el contexto hospitalario hay defunciones, olores, sonidos, presencia de personas extrañas que pueden incomodarte, evita que ello afecte la comunicación con el paciente. Ten en cuenta las limitaciones sensoriales de las personas; si están presentes, puedes sentarte más cerca y hablar un poco más alto. Considera la presencia de dolor o cansancio al entrevistar o solicitar que respondan instrumentos; si es posible hazla más breve o en dos sesiones.
Capítulo 1
41
•
•
•
• •
de tus competencias profesionales. Puedes reforzar información que ya ha sido proporcionada por el médico, pero no dar diagnóstivos, pronósticos o indicaciones de tratamiento. Valora la pertinencia de entrevistar solo a un paciente o permitir que permanezca acompañado. No abrumes a los pacientes con demasiados instrumentos de evaluación, elige uno o dos con cuidado, de acuerdo con la información que requieras. Si se necesitan más, hay que programarlas para una segunda sesión. Evita ofrecer falsa tranquilidad o esperanzas; en lo posible, ofrece respuestas genuinas y empáticas a las inquietudes de los pacientes. Evita alargar innecesariamente una entrevista, procura ser breve y conciso. No intentes forzar a una persona a hablar de su condición o enfermedad si aún no está listo, esto incluye evitar forzar a hablar del diagnóstico.
Qué hacer
Qué no hacer
• Favorece la privacidad y minimiza las interrupciones al
• No te centres en las dificultades,
entrevistar a los pacientes hospitalizados en la medida de lo posible. • Recuerda que las personas hospitalizadas pueden tener expectativas sobre la terapia diferentes a la consulta convencional, por lo que hay que aclarar amablemente el papel del psicólogo en el hospital. • Proporciona la retroalimentación del paciente sobre hallazgos y recomendaciones derivadas de la entrevista.
sino también en las estrategias de afrontamiento que en el pasado han resultado exitosas. • Evita objetivos que no atienden la demanda de atención de los pacientes.
Nota: Adaptado de Behel y Rybarczyk, 2019.
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Capítulo 1
46
Capítulo 2 Diseños N = 1, viabilidad y utilidad en escenarios hospitalarios Roberto Miguel Corona e Isaías Vicente Lugo González
Un problema que nos atañe a muchos psicó-
Vieira, McDonald, Araújo-Soares, Sniehotta, &
logos es demostrar si nuestras intervencio-
Henderson, 2017).
nes son eficaces (que logren el efecto que se
desea) y efectivas (que implica que se pueda
estudios son mejor conocidos como Estudios
cuantificar dicho efecto). Esto permitiría saber
Clínicos Controlados Aleatorizados (ECCA), los
si lo realizado logró un cambio, si este fue im-
cuales se han definido como los tipos de di-
portante y si se mantiene a lo largo del tiem-
seño más rigurosos para evaluar la eficacia y
po (Goodwin, 2010; Moriana & Martínez, 2011;
eficiencia de diferentes tipos de intervencio-
Nock, Belle-Janis, & Weding, 2008).
nes. Estos estudios cumplen con las siguien-
Para lograr lo anterior, normalmente se
tes características: (a) uso de un grupo control
organizan condiciones (intervenciones) a las
que permita comparar los efectos, (b) asigna-
que se expone a los participantes, las más re-
ción de los participantes a los grupos de forma
comendadas son los diseños experimentales.
aleatoria, (c) medición de las variables de forma
Con esto se pretende demostrar una mejoría
cegada y (d) al finalizar el estudio, al menos el
o cambio en los participantes, comparando
90% de los participantes continúa en él (Nock
al menos dos condiciones y contando con un
et al., 2008; Zurita-Cruz, Márquez-González,
grupo de contraste. Dependiendo de los re-
Miranda-Novales, & Villasís-Keever, 2018).
sultados, se podría identificar qué interven-
ción fue mejor, si lo obtenido fue estadística-
ticas realizadas a este tipo de estudios es que
mente significativo y qué magnitud se logró en
sus comparaciones se basan en promedios que
el cambio (Moriana & Martínez, 2011; Pedro-
pueden ocultar diferencias individuales entre
za, Galán, Martínez, Oropeza, & Ayala, 2001;
quienes componen los grupos, estos diseños
47
En el contexto clínico y de la salud, estos
Sin embargo, una de las principales crí-
no permiten evaluar el proceso de cambio de
Dado que la psicología conductual se
los participantes, ya que su lógica es transver-
centra en el comportamiento individual y la
sal y no longitudinal, al realizar comparacio-
medicina conductual en el análisis e interven-
nes de grupo se deja de lado el efecto social
ción de estos comportamientos y su correla-
del cambio logrado por cada participante y,
to con el desarrollo de condiciones crónicas
a pesar de lograr un efecto significativo a ni-
(Greenwald, Roose, & Williams, 2015), enton-
vel estadístico y de efecto, puede haber poca
ces, estos modelos de evaluación e interven-
relevancia en cuanto al funcionamiento de la
ción serían aplicables a los individuos, no a los
persona (Duan, Kravitz, & Schmid, 2013; Pe-
grupos. Por ello, se requiere de una estructura
droza et al., 2001; Sidman, 1973; Vieira et al.,
metodológica, que, en concordancia con di-
2017).
chos modelos, muestre el proceso de cambio
Aunado a lo anterior, se ha evidenciado
o evolución a nivel individual; estos, son los
que los resultados derivados de estudios expe-
diseños N = 1 (Fernández-Ballesteros, 2001;
rimentales no necesariamente son aplicables
Kwasnicka et al., 2019; McDonald et al., 2017;
a las personas que comparten una condición
Vieira et al., 2017).
y son atendidas en el contexto clínico (McDonald et al., 2017; Rothwell, 2005). Además,
Diseños N = 1
se sabe que los comportamientos de salud y
Los diseños N = 1 (McGuigan, 1996), también
enfermedad varían de persona a persona y
conocidos como estudios experimentales de
dichas variaciones reflejan tendencias, proce-
caso único (Barlow & Hersen, 1988; Smith,
sos o relaciones funcionales con condiciones
2012) corresponden con una metodología de
particulares, lo que las hace de gran relevancia
investigación e intervención ampliamente uti-
para la investigación e intervención (Johnston
lizada en el análisis experimental de la con-
& Johnston, 2013; Kwasnicka et al., 2019; Mc-
ducta y el análisis conductual aplicado (Brom-
Donald et al., 2017; Sidman, 1973). Finalmen-
berg & O’Donohue, 2013; Goodwin, 2010;
te, se sabe que los retos en el contexto clíni-
Greenwald et al., 2015), normalmente em-
co y de la salud han favorecido la atención e
pleados en el laboratorio, investigación psico-
investigación individualizada, el desarrollo de
lógica y educativa (Arnau, 1981; Smith, 2012);
enfoques de atención centrados en los pacien-
además de ser reconocidos y empleados, des-
tes, de tipo ideográfico y que consideren sus
de hace varios años, en la investigación mé-
necesidades y características individuales (Cli-
dica (McDonald et al., 2017; O’Connor, 2019;
fford, Barber, Elliott, Hartley, & Horne, 2006;
Zurita-Cruz et al., 2018).
Fernández-Ballesteros, 2001; Lillie et al., 2011;
McDonald et al., 2017; Miles et al., 2017).
portante atención debido a su pertinencia para
Capítulo 2
48
Los diseños N = 1 han recibido una im-
un análisis experimental e histórico del com-
o la presencia de covariables (e. g., día de la se-
portamiento y una necesidad de contar con
mana y consumo de líquido en personas con
intervenciones con soporte empírico (Arnau,
enfermedad renal), identificación de predic-
1981; Bromberg & O’Donohue, 2013; Parker,
tores de comportamientos de salud, mismos
Vannest, & Davis, 2011).
que funcionarían como elementos centrales
La principal característica de estos dise-
para el desarrollo de tratamientos individuales.
ños es que son estudios individualizados —o
Además, evaluar los efectos de intervenciones
en unidades individuales (familia, grupo, ins-
psicológicas y dirigidas a la salud (McDonald et
titución)— en los que se realizan mediciones
al., 2017; McDonald, Vieira, & Johnston, 2020;
repetidas de una o varias variables a lo largo
Roussos, 2007; Vieira et al., 2017).
del tiempo. También, corresponden con la organización de distintas fases de tratamiento,
Características de los diseños N = 1
donde los resultados obtenidos (variable de-
En el campo de la medicina conductual (MC),
pendiente) se derivan de modificaciones am-
es bien sabido que existen diversas variables
bientales o la introducción de una interven-
que pueden influir en el comportamiento de
ción particular (variable independiente). Esto
los pacientes, dentro de las que se pueden
permite llegar a conclusiones particulares para
destacar el estado de salud, las propias carac-
el individuo bajo tratamiento u observación
terísticas de la enfermedad, la economía, el
(Arnau, 1981; Fernández-Ballesteros, 2001;
apoyo social, la historia de aprendizaje, etcéte-
Iwakabe & Gazzola, 2009; McDonald et al.,
ra. Se conoce que estos factores pueden influir
2017; Smith, 2012).
en diversos modos, esto quiere decir que, el
Entonces, dado que dentro de estos di-
comportamiento se encuentra en función de
seños no se requiere un grupo de compara-
una multiplicidad de variables, por lo que una
ción, será necesario que quien participe en un
de las tareas principales del especialista en MC
estudio de evaluación o intervención sea com-
es identificar las relaciones funcionales entre
parado consigo mismo a lo largo de diferen-
el comportamiento de los pacientes y las es-
tes fases, por lo tanto, el número de medidas
trategias de intervención (Bravo, 2014).
repetidas es de los aspectos más relevantes
(Cazabat, 2013; McDonald et al., 2017; Sanz &
toda una tradición de experimentación bási-
García-Vera, 2015; Vieira et al., 2017).
ca en el campo del análisis experimental de la
Con ello, se puede demostrar la varia-
conducta; teniendo siempre presente la rela-
bilidad de los comportamientos de salud a lo
ción entre variable dependiente y variable in-
largo del tiempo, evidenciar patrones conduc-
dependiente. Bajo esta lógica, se busca el con-
tuales en función del contexto, temporalidad
trol de las variables ambientales con el fin de
Capítulo 2
49
Esta noción de variabilidad proviene de
eliminar las fuentes de variabilidad, y así de-
intervención sobre el comportamiento (Krato-
terminar las relaciones funcionales con mayor
chwill et al., 2010; Roussos, 2007; Tate et al.,
precisión. Sin embargo, en el caso de la inves-
2008). Cuanto más se conozcan los efectos
tigación aplicada, se asume desde hace tiem-
de las estrategias de intervención en diferen-
po que el eliminar por completo las fuentes de
tes pacientes ante diversas situaciones, será
variabilidad es una campaña casi imposible,
más fácil identificar la efectividad en el próxi-
por el contrario, se pugna por la identificación
mo paciente por atender (Kazdin, 2001).
de una determinante lo suficientemente fuer-
te para controlar el comportamiento y que sea
to central radica en la constante observación
ampliamente accesible para la intervención
(medición) del comportamiento de interés
(Kanfer & Phillips, 1977).
(variable dependiente) a través del tiempo
En México, en el campo de la MC, espe-
(medidas repetidas) (Arnau, 1975). Esta labor
cíficamente en los contextos hospitalarios, es
no es extraña para los psicólogos aplicados
una utopía tener el control total de las fuen-
en contextos de salud, ya que la observación
tes de variabilidad; para desgracia de los psi-
constante mediante registro o autorregistros
cólogos en este campo, no es posible tener
permite hacer adecuaciones en las interven-
un control sobre la historia de aprendizaje de
ciones para, así, modificar el comportamiento
los pacientes, son mínimas las modificaciones
(Tron, Avila-Costa, & Reynoso-Erazo, 2014).
que se pueden realizar en los ambientes hos-
pitalarios y, en todo momento, se está atado a
dología tiene implicaciones sobre los métodos
la evolución de la enfermedad. Entonces, una
de recolección de datos; en primer lugar, todo
pregunta obligada sería: ¿cómo se puede in-
ejercicio de medición u observación debe es-
tervenir en contextos como estos?
pecificar de forma clara, observable y repeti-
A pesar de que el panorama parecie-
ble, aquello que se quiere medir. En segundo
ra poco alentador, para el especialista en MC,
lugar, las mediciones repetidas (idealmente)
el foco de atención no se centra únicamente
deben realizarse bajo condiciones estandari-
en la explicación de las relaciones funcionales
zadas respecto de los registros, las personas,
(bajo una lógica de experimentación básica),
el día, la hora y las condiciones ambientales en
sino que el propósito principal es la modifica-
las que se lleva a cabo. Entre mayor regulari-
ción del comportamiento de los pacientes para
dad se establezca en la medición, mayor será
producir cambios clínicamente significativos o
la consistencia de los datos; de igual modo, el
socialmente relevantes; por lo tanto, el punto
establecimiento del número de mediciones
de partida es el propio individuo, en el que se
dependerá de la variable a estudiar (Barlow &
busca comparar los efectos de los métodos de
Hersen, 1988). Por ejemplo, en el caso de un
Capítulo 2
50
Bajo la lógica del diseño N = 1, el pun-
Sin embargo, la selección de esta meto-
entrenamiento conductual enfocado a la ad-
lo suficientemente poderosas para generar el
herencia terapéutica de pacientes con diabetes
cambio en la conducta; (b) intrasujeto, impli-
mellitus; errores en los criterios de medición
ca la modificación conductual, de manera re-
antes mencionados, nos llevaría a variaciones
petida y de un modo cuantitativamente con-
en los niveles de glucosa en sangre o tensión
sistente, en un solo sujeto; como se verá más
arterial.
adelante con los diseños. Por otro lado, en
Habrá que tomar con cautela los benefi-
lugar de replicar de manera directa la variable
cios que ofrece la metodología de N = 1, ya que
de intervención, se emplean los datos obteni-
incluso cuando se aplique de la mejor forma
dos como base, a partir de la cual se realizan
posible, la ausencia en el control de las con-
modificaciones a la intervención y se obtienen
diciones experimentales y la falta de medidas
datos relacionados adicionales, denominada
precisas de las conductas objetivo son factores
replicación sistemática, la cual demuestra que
que juegan en contra; del tal modo que, cons-
el cambio conductual puede observarse bajo
tantemente se cuestionan estos diseños. Ante
condiciones distintas a la intervención original
esta situación, las técnicas de replicación apor-
(Sidman, 1973).
tan la evidencia que apoya la confiabilidad de esta metodología. La repetición constituye la
Estrategias de evaluación
técnica de replicación más simple y los datos
Las estrategias para evaluar o medir el com-
individuales permiten que se establezca un
portamiento de interés van de la mano con
método directo como generalidad del fenó-
la selección de los diseños implementados,
meno. De tal modo que, podríamos describir
de tal modo que, en los diseños de N = 1 se
los métodos de replicación directa e indirecta
ponderan las mediciones: (a) directas, (b) re-
(Sidman, 1973).
petidas, (c) intraindividuales, (d) ideográficas
Los procedimientos de replicación pro-
y (f) interindividuales (en medida que exista la
vienen de una larga tradición de experimen-
réplica). La medición repetida de la conducta
tación básica; de primera instancia, la replica-
objetivo es una de las características propias
ción directa se caracteriza por la repetición por
de estos diseños y permite evaluar la eficacia
parte del experimentador. Este procedimiento
de los procedimientos de intervención (Gage &
se puede describir en dos grandes categorías:
Lewis, 2013).
(a) entre sujetos, conlleva la replicación de la
variable de intervención, a través de diferen-
sistema de respuestas, sin embargo, se pon-
tes personas (sujetos), para eliminar el riesgo
dera el estudio y análisis de la conducta pública
de que los cambios se deban a las caracterís-
observable; dado que los métodos a emplear
ticas propias del sujeto o a variables extrañas
abarcan la observación directa, los autoinfor-
Capítulo 2
51
La evaluación puede basarse en el triple
mes, los autorregistros y diversos tipos de re-
biesen ser objetivas, claras y completas; es de-
gistros instrumentales para la respuesta psico-
cir, hacen referencia a conductas observables
fisiológica (Tron et al., 2014).
(evitando explicaciones de acontecimientos
En el contexto de la salud, el punto de
privados), carecen de ambigüedad y contie-
partida será la selección de las conductas ob-
nen los límites de la conducta de principio a fin
jetivo sobre las que se pretende intervenir. Sin
para su clara discriminación (Fernández-Ba-
embargo, es frecuente encontrarnos una am-
llesteros, 2013).
plia gama de respuestas que pueden ser ob-
jeto de atención para los especialistas en MC;
sentar variaciones en frecuencia, duración,
y para poder seleccionarlas habrá que consi-
intensidad, etcétera, dependiendo de la di-
derar si: (a) la conducta tiene cierta importan-
mensión de la respuesta. La selección de los
cia para los paciente o personas relevantes, (b)
parámetros a registrar dependerá de: (a) la na-
estos comportamientos implican algún riesgo
turaleza de la respuesta, (b) la disponibilidad
para el paciente o terceras personas, (c) las res-
de instrumentos adecuados y (c) los objeti-
puestas son socialmente reprobadas, (d) inter-
vos de la intervención. Del mismo modo, los
fieren con el funcionamiento del paciente y (e)
procedimientos de observación y registro de-
distan de las normas o reglas establecidas en
penderán de las características de los contex-
el contexto hospitalario. De igual modo, al mo-
tos en los que se implementarán; de los que
mento de la selección de las conductas, habrá
se destacan, la observación directa en tiempo
que considerar la dificultad para la modifica-
real, el registro de frecuencias, el registro de
ción y si esta llevará a efectos concomitantes
duración y el muestreo temporal —solo por
de otras conductas; o, por el contrario, si la se-
mencionar algunos— (Lundervold & Belwood,
lección radica en el inicio de una cadena con-
2000). Sin embargo, en los contextos hospi-
ductual más compleja (Barlow & Hersen,1988).
talarios, la observación directa no siempre es
Una vez seleccionadas las conductas
la mejor estrategia, debido a vicisitudes como
objetivo, será labor del especialista en MC
la baja emisión y el carácter privado de la res-
una definición operacional, ya sea basada en
puesta (fisiológica), o la incomodidad del pa-
la topografía o en la función; la cual permita
ciente al ser observado por un tercero y, por
proporcionar datos significativos y replicables.
consiguiente, la alteración de la conducta; en
Esto implica que la definición operacional bus-
dichos casos, es posible emplear medidas de
ca converger con las investigaciones o estudios
autoinforme o fisiológicas.
relacionados, y que los resultados obtenidos
pueden ser replicados en futuras intervencio-
de la conducta están fuera del alcance del
nes. Del mismo modo, dichas definiciones de-
observador, por lo tanto, es posible emplear
Capítulo 2
52
Las conductas de interés pueden pre-
En ocasiones, los escenarios de emisión
medidas de autoinforme. Estas pueden incluir
(Kanfer & Phillips, 1977). De tal modo que, la
inventarios, cuestionarios, listas de chequeo,
línea base cumple con dos funciones principa-
autorregistros y procedimientos de automo-
les: describir la conducta objetivo y predecir su
nitorización; estas dos últimas son empleadas
dirección a lo largo del tiempo (Kazdin, 1978).
en los contextos aplicados. De igual modo,
se recomienda el registro de productos con-
para establecer una medición de línea base,
ductuales, que consiste en identificar y regis-
se recomienda que las observaciones tengan
trar los efectos de ciertas conductas sobre el
estabilidad y se mantenga un rango de varia-
medio ambiente, por ejemplo, medición del
bilidad menor al 5%, ya que las fluctuaciones
peso e índice de masa corporal (IMC), nive-
en los patrones de respuestas dificultan la
les de hemoglobina glicosilada, cantidad de
conclusión del efecto de las intervenciones.
agua ingerida, etcétera. Finalmente, es posible
De igual modo, se recomienda contar por lo
complementar con medidas fisiológicas como
menos con tres puntos de observación para
el registro de la tensión arterial, la frecuencia
establecer una tendencia de los datos (Barlow
cardiaca y respiratoria, la actividad muscular, la
& Hersen, 1988; Kazdin, 1978; Kazdin, 2001;
temperatura, etcétera.
McGuigan, 1996).
Habrá que tener en consideración que,
Si bien es cierto que, dentro de la
Tipos de diseños
metodología de estos diseños se recomienda
Los diseños de N = 1 se caracterizan por dos
contar con una línea base estable (figura 1),
fases generales: (a) fase de observación o línea
también es cierto que en contextos aplicados
base y (b) fase de intervención o manipula-
podemos encontrarnos con líneas base
ción experimental. En la mayoría de los dise-
que tienden al decremento (figura 2) o al
ños experimentales de caso único, el punto de
incremento de su frecuencia (figura 3). Ante
partida es la línea base (nombrada fase A), la
estas dos últimas posibilidades, habrá que
cual consiste en la medición repetida de la fre-
tener presente los objetivos que acompañan
cuencia de ocurrencia natural de las conductas
a la fase de intervención; es decir, si la variable
objetivo, es decir, se establece el registro de la
de intervención busca aumentar la ocurrencia
conducta de interés en condiciones naturales
de un comportamiento, entonces una línea
fuera de toda intervención. El propósito con-
base descendente podría ser una herramienta
siste en tener un punto de contraste, a partir
de utilidad para el contraste de las fases. Lo
del cual se pueda evaluar la eficacia de una
mismo ocurre con una línea base ascendente,
intervención posterior; en términos más colo-
cuando la variable de intervención busca
quiales, se pretende identificar el patrón de res-
reducir la frecuencia de ocurrencia de una
puestas que nos permitan analizar su dirección
conducta (Barlow & Hersen, 1988).
Capítulo 2
53
Figura 1 Línea base estable
Nota: Registro de cuatro días del uso de glucómetro en un paciente con diabetes mellitus tipo 2. Caso hipotético.
Figura 2 Línea base descendente
Nota: Registro de cuatro días de los minutos de deambulación en un paciente postquirúrgico en hospitalización. Caso hipotético.
Figura 3 Línea base ascendente
Nota: Registro de cuatro días de la frecuencia de llanto de un paciente en hospitalización en el servicio de oncopediatría. Caso hipotético.
Capítulo 2
54
Una vez establecida la línea base, se da
los cambios se deben a la manipulación de la
paso a la fase de intervención o manipulación
variable independiente. Al margen de las posi-
experimental (nombrada fase B), la cual con-
bles limitantes de este diseño, puede ser con-
siste en la introducción de la variable indepen-
siderado una herramienta útil en los contex-
diente; en el caso de los contextos aplicados
tos en los que no son prácticos los análisis con
nos referimos a los métodos de intervención
grupos control, o con fases de introducción y
(Kazdin, 2001). Ahora bien, vale la pena hacer
retirada (que se comentarán en los siguientes
ciertas precisiones al respecto. En el contexto
apartados) (Barlow & Hersen,1988).
de la investigación básica, se pugna por la ma-
nipulación individual de las variables de ma-
una aclaración pertinente; no habrá que con-
nera secuenciada, es decir: línea base (A)-in-
fundir entre la fase de seguimiento y las fases
tervención (B)-línea base (A); sin embargo, en
de línea base posteriores a las de manipula-
el caso de las intervenciones psicológicas en
ción experimental. En los contextos aplicados
los contextos hospitalarios, la fase B se puede
como el hospitalario, es recurrente emplear
conformar de diversas estrategias de interven-
diseños A-B de una única conducta objetivo
ción, con la claridad de que se está evaluando
con seguimiento (figura 4). Por ejemplo, aque-
el efecto conjunto de las estrategias.
llas intervenciones que inician durante los pe-
Hasta este punto, vale la pena realizar
riodos de estancia hospitalaria y se busca el Diseños A-B
mantenimiento de la conducta objetivo en
Dentro de la gama de posibilidades experimen-
escenarios cotidianos, de tal modo que la fase
tales, los diseños A-B pueden ser considerados
de manipulación experimental (intervención o
los diseños más simples. Como se ha descrito
entrenamiento) no son retiradas. En palabras
previamente, este diseño se caracteriza por la
más cotidianas, se espera que las conductas
recolección de medidas repetidas a lo largo de
adquiridas durante la intervención se manten-
la línea base y la fase de experimentación; de
gan a lo largo del tiempo.
tal modo que se pueda registrar el cambio en la variable dependiente atribuible a los efectos
Diseño de retirada (A-B-A)
del tratamiento; manteniendo ciertas reservas
En el campo aplicado, posiblemente el
en esta conclusión (Miltenberger, 2013).
diseño A-B-A constituye la herramienta
El uso de este diseño experimental pue-
básica empleada con mayor frecuencia entre
de involucrar dificultades al momento de sus-
los diseños N = 1; la cual se caracteriza por la
traer algunas conclusiones, debido a que, al no
retirada de la variable de tratamiento o fase B.
contar con una fase de línea base posterior,
En sentido práctico, una vez que se establece
no es posible afirmar de manera certera que
la línea base y se ha manipulado la variable de
Capítulo 2
55
Figura 4 Diseño A-B con seguimiento
Nota: Registro del número actividades de dominio y agrado, realizadas por un paciente oncológico, bajo la terapia de activación conductual. Caso hipotético.
tratamiento, se podrán registrar los cambios en
tratamiento, de tal modo que, si se observa
los patrones de respuesta (Kazdin, 2001). De
de primer momento una mejora en la
primer momento, si el tratamiento psicológico
introducción de la fase B y un empeoramiento
tiene efecto sobre la conducta objetivo,
posterior a su retirada, se puede llegar a la
podremos identificar cambios relevantes, pero
conclusión de que la variable de tratamiento
¿cómo asegurar que la intervención es la que
es la responsable de los cambios observados
controla el cambio observado?
en la conducta objetivo; por lo tanto, no hay
En este caso, el diseño de retirada implica
que perder de vista que el objetivo principal es
una operación técnica, específica y activa, que
confirmar los efectos de nuestra variable de
dará como resultado cambios en las conductas
intervención (figura 5) (Barlow & Hersen, 1988).
objetivo en relación con la fase experimental
En el caso de las intervenciones psicológicas
previa; es decir, si el cambio en la conducta
en los contextos hospitalarios, la fase B se
se encuentra en función de la variable de
puede conformar de diversas estrategias de
intervención, se esperaría que al retirar dicha
intervención, con la claridad de que se está
variable se observen variaciones en las tasas
evaluando el efecto conjunto de las estrategias.
de respuestas. Por lo tanto, una vez retirada
la variable de intervención, sigue el retorno a
presente algunas consideraciones:
Ahora bien, será relevante mantener
las condiciones de línea base; conformando
1. Para llevar a cabo el diseño de retira-
el diseño: línea base (A)-intervención (B)-línea
da, habrá que contar con el apoyo de las
base (A) (Johnston & Pennypacker, 2009).
personas relevantes en la problemática
(personal de salud, cuidadores, familiares,
Este diseño permite analizar el control
de la introducción y retirada de la variable de
Capítulo 2
etc.).
56
2. La retirada de la variable de tratamiento
psicológica. Este diseño se caracteriza por fi-
no implicará algún perjuicio o daño para
nalizar con la etapa de intervención, que pue-
el paciente o personas relevantes.
den mantenerse a lo largo de los periodos de
3. Se deben mantener al margen las in-
seguimiento. Por otro lado, y desde un punto
fluencias ambientales a lo largo de todas
de vista aplicado, los procedimientos terapéu-
las fases.
ticos producirán resultados en el aprendizaje
4. El restablecimiento final del tratamiento,
de cada paciente, los cuales no son suscepti-
para llegar a la conclusión, será efectuado
bles de modificación ante la retirada de la va-
tan pronto sea posible.
riable de intervención (Barlow & Hersen, 1988; Kazdin, 2001).
Figura 5 Diseño A-B-A
Nota: Registro del uso de oxímetro diario en un paciente con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), bajo un programa de reforzamiento continuo. Caso hipotético.
A pesar de los beneficios experimentales
Como se puede observar en este últi-
del diseño A-B-A, existen aspectos contrapro-
mo diseño experimental, la estructura básica
ducentes desde un punto de vista clínico. En
A-B-A puede ser susceptible de modifica-
sentido estricto, el retorno a la fase A implica
ciones (e. g., A-B-A-B). Dentro de esta gama
para el paciente el restablecimiento de las con-
de posibilidades, se encuentran los diseños
diciones iniciales previas a la intervención, por
B-A-B, los cuales carecen de una línea base
lo tanto, se le estaría negando o privando del
inicial, que dificulta un análisis preciso del con-
beneficio de la intervención. Dicho lo anterior,
trol de la conducta de interés, pero concluyen
en el contexto aplicado es altamente probable
con la fase de intervención. Por otro lado, se
que el diseño de retirada finalice con las fases:
cuenta con los diseños A-B-C-B, en donde la
A-B-A-B; ponderando el bienestar de los pa-
fase C no es considerada una línea base, pero
cientes que se encuentren bajo intervención
conforma un arreglo experimental distinto a
Capítulo 2
57
los empleados en las fases B, por ejemplo, en
to en una respuesta a la vez, mientras que el
las fases B se emplea un programa de reforza-
resto se mantienen relativamente constantes;
miento de razón fija con economía de fichas
como se puede observar en la figura 6.
y en la fase C se administran reforzadores no
contingentes.
sición básica de independencia entre las res-
El uso de este diseño conlleva la supo-
puestas, es decir, que no existe covarianza Diseños de línea base múltiple
entre ellas. Esto implica una limitación impor-
Los diseños de línea base múltiple son consi-
tante en el campo aplicado, ya que al poner
derados una alternativa a los diseños de retira-
en marcha procedimientos terapéuticos, es
da, cuando no es factible ponerlos en marcha
frecuente observar efectos generalizados en
por cuestiones éticas, institucionales o proce-
múltiples conductas; por lo tanto, no es posi-
dimentales. La característica distintiva de estos
ble asegurar la independencia. Sin embargo, el
diseños radica en el registro simultáneo de va-
registro simultáneo de conductas concurren-
rias respuestas en el mismo lapso, para realizar
tes constituye una ventaja de este diseño, ya
un contraste posterior. El establecimiento de
que nos aproxima a condiciones más natu-
estas líneas base múltiples permitirá la evalua-
ralistas, en las que es frecuente observar una
ción del efecto de la variable de tratamiento
gran variedad de respuestas; para mitigar tales
sobre una respuesta a la vez, manteniendo sin
limitaciones se proponen algunas alternativas
variabilidad al resto de las respuestas registra-
como incluir líneas base con topografía distin-
das (Cazabat, 2013). Es decir, se aplica la varia-
ta entre ellas y emplear cuatro o más líneas
ble de tratamiento a la primera respuesta se-
base (Barlow & Hersen, 1988).
leccionada, posteriormente, se aplica la misma
variable a la segunda respuesta y, así sucesiva-
den clasificarse en (Kerlinger & Lee, 2002; Mil-
mente, hasta cubrir la totalidad de las respues-
tenberger, 2013):
Los diseños de línea base múltiple pue-
tas. Lo que implica que, la inferencia del efecto
a. Entre conductas: la misma variable de
del tratamiento se basa en el contaste con las
tratamiento se aplica secuencialmente a
respuestas no tratadas (Hayes, 1981).
todas las respuestas seleccionadas, en un
solo sujeto.
Este diseño puede ser conceptualizado
como A-B con seguimiento de manera sepa-
b. Entre sujetos: la variable de tratamiento se
rada para cada respuesta; en la que la fase A,
aplica de manera sucesiva a sujetos sepa-
se prolonga de manera escalonada para cada
rados, expuestos a condiciones ambien-
conducta sucesiva, hasta que la variable de tra-
tales idénticas, con una única variable ob-
tamiento es aplicada en su totalidad, contras-
jetivo como foco de atención.
tando el resultado de la variable de tratamien-
Capítulo 2
58
Figura 6 Diseño de línea base múltiple
Nota: Intervención psicológica para la atención de la adherencia terapéutica (actividad física, toma de medicamentos y alimentación) en un paciente con diabetes mellitus tipo 2; basada en un programa de refuerzo positivo mediante economía de fichas. Caso hipotético.
Capítulo 2
59
c. Entre situaciones: la variable de trata-
con la revisión de Smith (2012), los análisis vi-
miento es aplicada secuencialmente a la
suales suelen sobreestimar los efectos de las
misma conducta en un sujeto, en condi-
intervenciones, muestran inconsistencias en-
ciones distintas e independientes.
tre observadores al analizar los datos, además,
d. No concurrente entre individuos: la varia-
los estudios que solo cuentan con este tipo de
ción de este diseño implica el estableci-
análisis son excluidos de las revisiones y me-
miento previo de la longitud de las líneas
taanálisis.
base y, dependiendo de la disponibilidad
de los sujetos, se les asigna aleatoriamen-
cambiando y, en la actualidad, es necesario el
te una de las longitudes predeterminadas
empleo de este tipo de análisis en conjunto
y, posteriormente, se aplica la variable de
con los de tipo estadístico, principalmente, por
intervención. La distinción principal con-
las prácticas basadas en evidencia, cambios
siste en la puesta en marcha de las fases
generacionales en los grupos de investigación
en diferentes lapsos de tiempo de mane-
experimental, colaboración entre analistas del
ra independiente.
comportamiento y especialistas en estadísti-
Sin embargo, estas condiciones han ido
ca, la necesidad de realizar estudios de meAnálisis visuales de los datos
taanálisis sobre diseños de N = 1, así como la
El análisis de tipo gráfico ha sido uno de los pi-
construcción de parámetros específicos para
lares fundamentales para evaluar los efectos
la interpretación de los datos estadísticos en
de intervenciones en los diseños N = 1, tanto en
los diseños experimentales de caso único (Le-
el contexto experimental como en el aplicado;
dford et al., 2017; Parker et al., 2011; Shadish,
de hecho, se consideran los métodos están-
2014; Smith, 2012; Vannest & Ninci, 2015).
dar, ya que, en el análisis conductual aplicado,
derivado de la tradición experimental animal,
et al. (2017), este tipo de análisis al menos está
es su principal antecedente. La lógica de este
conformado por tres tipos de elementos:
tipo de análisis es realizar una interpretación
De acuerdo con Smith (2012) y Ledford
•
Análisis de nivel: exploración centrada en
de los datos una vez graficados, esperando
los cambios de magnitud de una conduc-
que los efectos sean tan importantes para ser
ta o variable. Este análisis corresponde
observados de manera visual (Follette, 2001;
con la suma de datos registrados durante
Ledford, Lane, & Severini, 2017; Morley, 2018;
cada fase, dividida entre el número de da-
Smith, 2012).
tos o sesiones de esta (promedio) (Chávez
& Tron, 2014; Ledford et al., 2017).
A pesar de considerarse como un tipo de
análisis estándar en los diseños N = 1, han reci-
•
bido diversas críticas, por ejemplo, de acuerdo
Capítulo 2
Análisis de tendencia: exploración centrada en el movimiento de los datos a
60
•
lo largo del tiempo, dentro de cada fase
Para ejemplificar estos tres análisis visua-
y entre fases, lo que implica identificar
les, en la figura 7, se muestra la representación
la dirección y magnitud de los datos. En
gráfica de una intervención cognitivo conduc-
este análisis, se obtiene un promedio de
tual para mejorar el control de la enfermedad
los incrementos o decrementos de la va-
y la calidad de vida en una paciente con asma.
riable estudiada en un periodo (Chávez &
La variable dependiente analizada a continua-
Tron, 2014; Ledford et al., 2017).
ción es el Flujo Espiratorio Pico (FEP), el cual
Análisis de variabilidad: exploración cen-
es un indicador de obstrucción pulmonar que
trada en la cantidad de variación de los
representa la velocidad máxima del flujo en
datos o de las conductas respecto del ni-
una exhalación forzada, dato que, además, es
vel promedio de ejecución. En este análi-
empleado para evaluar el control del asma y la
sis, se obtiene un porcentaje de las fluc-
adhesión al tratamiento. Para su medición, se
tuaciones de la variable estudiada en un
requiere un flujómetro (para realizar una flu-
periodo (Chávez & Tron, 2014; Ledford et
jometría) que cuenta con una escala de 60 a
al., 2017; Manolov, 2017).
800 litros/minuto (Global Initiative for Asthma [GINA], 2019).
Figura 6 Puntuaciones del FEP (nocturno) y cambio de nivel entre la fase A (línea base) y la fase B (intervención) en una intervención psicológica para el control del asma y calidad de vida
Nota: Tomado de Efectos de una intervención cognitivo conductual dirigida a pacientes con sintomatología depresiva y asma no controlada por C. Guillen, 2019, Tesis de doctorado no publicada. Universidad Nacional Autónoma de México: México. Reproducida con autorización.
Capítulo 2
61
Se pueden observar los incrementos en
El NAP (Parker & Vannest, 2009) refleja
las puntuaciones del FEP y, por ello, un cam-
el porcentaje de datos sin solapamiento entre
bio de nivel entre línea base (M = 242.86) e in-
fases (A-B), es decir, los datos que muestran
tervención (M = 287.42). La tendencia en línea
una mejoría en B (intervención) respecto de A
base fue negativa, el valor desciende siete uni-
(línea base). Algo muy importante de este aná-
dades por día (b = -7.14), mientras que en la
lisis es que cuenta con puntos de corte para
intervención aumentaba cerca de una unidad
su interpretación, a saber: efecto débil (< .66),
por día (b = .77). Finalmente, de acuerdo con el
efecto medio (.66-.92) y efecto grande (.93-1).
coeficiente de variabilidad se aprecia un mayor
Además de esto, para su cálculo existe Single
porcentaje de variación en la línea base (13%)
Case Research®, una plataforma en internet
versus la fase de intervención (9%), donde se
para realizarlo de manera automática (Van-
reduce un 4% (Guillen, 2019).
nest, Parker, Gonen, & Adiguzel, 2016).
Tomando como base el ejemplo previo,
Análisis de tamaño del efecto de los datos
el tamaño del efecto de la intervención sobre
Como se mencionó previamente, los análisis
el FEP fue medio, ya que el resultado del NAP
estadísticos de tamaño del efecto basados en
fue de .8381 (Z = 2.7533, 90% Intervalo de
el no solapamiento de los datos han resulta-
Confianza [IC] 0.272-1, p = .0059) y el punto
do un complemento robusto para dar validez
de corte de este nivel oscila entre .66-.92. Este
de los datos expresados gráficamente y ana-
resultado ofrece una lectura más clara que el
lizados de manera visual. Hasta el momento,
contar solo con el análisis visual, ya que evi-
existen al menos nueve distintos tipos de aná-
ta una interpretación subjetiva de la magnitud
lisis, siendo el porcentaje de datos no solapa-
del efecto logrado tras la intervención.
dos (PND), el porcentaje de datos que exceden la mediana (PEM) y el no solapamiento de
Análisis de cambio clínico
todos los pares (NAP), los que normalmente
De acuerdo con Sanz y García-Vera (2015),
son utilizados (Sanz & García-Vera, 2015). Sin
siempre es recomendable que los resultados
embargo, dado el espacio de descripción, solo
de un estudio de caso o un conjunto de sujetos
se ejemplificará el análisis NAP (Parker & Van-
en quienes se replicó una intervención mues-
nest, 2009). Para una revisión exhaustiva de
tren evidencias complementarias a los análisis
cada uno de estos análisis de tamaño del efec-
visuales y de tamaño del efecto, a saber, se co-
to (véase Ledford et al., 2017; Manolov, 2017;
menta la relevancia de incorporar análisis para
Parker & Vannest, 2009; Parker et al., 2011;
medir el cambio clínico logrado tras la inter-
Parker, Vannest, Davis, & Sauber, 2011; Van-
vención.
nest & Ninci, 2015).
Capítulo 2
62
Según Pedroza et al. (2002) y Gó-
resultados mayores a .20 o de 20% si el resul-
mez-Penedo y Roussos (2012), uno de los
tado es multiplicado por 100 para obtener un
índices de cambio clínico más empleados es
resultado en términos de porcentaje.
el Índice de Cambio Confiable (RCI, Reliable
Change Index) (Jacobson & Truax, 1991); sin
dos ejercicios previos, pero ahora tomando
embargo, en el contexto nacional se ha identi-
como variable de contraste la calidad de vida
ficado, además, el reporte del Cambio Clínico
(dimensiones de la variable), en la tabla 1, se
Objetivo (CCO) (Cardiel, 1994) (véase, también,
pueden observar los efectos clínicamente sig-
Candelaria, García, & Estrada, 2016; García &
nificativos de la intervención cognitivo con-
Sánchez-Sosa, 2013; Reyes & González-Celis,
ductual en la paciente con asma. Es claro que,
2016). Un dato relevante para la obtención de
los resultados más importantes se dieron en la
estos cambios es que solo se necesitan dos
dimensión de síntomas físicos, ya que las pun-
mediciones de la variable a contrastar: prein-
tuaciones de la paciente pasaron del punto de
tervención y postintervención.
corte C (70.08), el RCI superó el 1,96 (-4.2) y el
CCO fue mayor que .20 (-.44).
Para el caso del RCI (Jacobson & Truax,
Con base en el ejemplo analizado en los
1991), el cambio implica que el paciente recu-
Sin embargo, a pesar de que en las di-
peró un funcionamiento similar al de la deno-
mensiones de estímulos ambientales y limi-
minada población funcional. Para ello, después
taciones físicas también se pasó del punto
de una intervención, deberá de superar (positi-
de corte C, no así en función emocional, los
va o negativamente) un nivel determinado en
cambios a nivel clínico solo se observan en la
una prueba o instrumento (punto de corte C) y
segunda y tercera dimensión del instrumento;
superar el nivel estándar de RCI = 1.96. Para el
pero únicamente en el CCO.
cálculo de estos datos existen tres estrategias diferentes (a, b y c); para una revisión exhaus-
Comentarios finales
tiva de cada una de estas estrategias y sus re-
En el contexto de la MC en México dentro del
querimientos, véase Gómez-Penedo y Rous-
área hospitalaria, se suscitan varios elementos
sos, 2012; Jacobson y Truax, 1991; Pedroza et
que hacen posible el uso de los diseños N = 1
al., 2001; Sanz y García-Vera, 2015.
como alternativa a los diseños de grupo ex-
Por su parte, para el CCO (Cardiel, 1994),
perimentales, en cualquiera de sus niveles de
el proceso es mucho más sencillo, ya que solo
complejidad y validez: (a) los diseños N = 1 son
se debe obtener la diferencia entre la postin-
la estructura ideal para el análisis e interven-
tervención y la preintervención, dividida en-
ción dirigida al comportamiento individual;
tre esta última (post-pre/pre), considerando
(b) con estos diseños se puede tener acceso
como un cambio clínicamente significativo los
al proceso de cambio o evolución a nivel in-
Capítulo 2
63
Tabla 1 Evaluación de resultados clínicos del paciente con respecto a las dimensiones de calidad de vida Dimensiones de calidad de vida+
Pre Intervención
Post Intervención
C
RCIJT
CCO
72
40
70.08
-4.2*
-.44*
33.33
53.33
52.73
+1.18
+.60*
20
33.33
64.93
+1.36
+.66*
85
70
72.1
-1.08
-.17
Síntomas físicos Estímulos ambientales Función emocional Limitación en las actividades
Nota: + Mini Asthma Quality of Life Questionnaire (MiniAQLQ) (Juniper, Guyatt, Cox, Ferrie, & King, 1999). C = Punto de corte C para cada dimensión de calidad de vida. RCI = Índice de cambio confiable. CCO = Cambio clínico objetivo. * cambio clínicamente significativo. Adaptado de Efectos de una intervención cognitivo conductual dirigida a pacientes con sintomatología depresiva y asma no controlada por C. Guillen, 2019, Tesis de doctorado no publicada. Universidad Nacional Autónoma de México: México.
dividual; (c) dado el análisis longitudinal entre
considerar los siguientes elementos:
fases se consideran estructuras metodológi-
1. Partir desde una lógica individual en el
cas complejas; (d) se consideran estructuras
análisis e intervención del comporta-
metodológicas mediante la cuales también se
miento, considerando las ventajas y com-
puede tomar decisiones basadas en evidencia;
plejidad de un análisis histórico e intensi-
(e) se tiene acceso a población heterogénea en
vo en los diseños N = 1.
cuanto a sus características sociodemográfi-
2. Una vez planteado el problema a inves-
cas, psicológicas y de padecimientos crónicos;
tigar y teniendo desarrollada la interven-
y (f) a pesar de contar con un número impor-
ción a probar, delimitar las conductas o
tante de pacientes en los servicios médicos,
variables que se evaluarán de manera re-
normalmente los programas de intervención
petida, teniendo en cuenta la definición
concluyen con un número limitado de partici-
operacional, los parámetros más relevan-
pantes (Barlow & Nock, 2009; Byiers, Reichle,
tes y los métodos de observación dispo-
& Symons, 2012; Kwasnicka et al., 2019; Mor-
nibles.
ley, 2015; Normand, 2016).
3. Seleccionar los métodos de medición que
Al optar por el empleo de diseños N =
serán empleados. Véase, por ejemplo,
1, en el contexto hospitalario, se recomienda
instrumentos para evaluar el nivel de dis-
Capítulo 2
64
trés en pacientes en psicoterapia (Foster,
primera línea de elección para los especialis-
2010), registros de frecuencia de cefaleas
tas en MC, que se interesan por la modifica-
en pacientes con problemas tensionales
ción del comportamiento de los pacientes en
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Capítulo 2
71
Capítulo 3 Obesidad, síndrome metabólico y diabetes mellitus tipo 2 Antonio Rosales Arellano, Sandra Angélica Anguiano Serrano y Leonardo Reynoso Erazo
En las últimas décadas, la prevalencia de obesi-
de riesgo a la salud como la ateroesclerosis o
dad se ha incrementado de manera dramática
el cáncer suelen ser consecuencia de esa so-
y, en la actualidad, alcanza proporciones epi-
bre nutrición. En la actualidad, se acepta que el
démicas. Simplemente, hay que señalar que
sobrepeso limita la expectativa de vida; por lo
esta se ha duplicado entre 1980 y 2008. De
tanto, los médicos se preocupan por el incre-
acuerdo con cifras de la Organización Mundial
mento de peso y procuran que sus pacientes
de la Salud (OMS, 2020), en el año 2016, 39%
se encuentren por debajo del supuesto peso
de los adultos presentaban sobrepeso u obesi-
ideal de una o más generaciones previas.
dad, condición por la que, acompañada de sus
consecuencias, cada año mueren 28 millones
por mucho tiempo ha sido considerada como
de personas alrededor del mundo.
factor de riesgo para otras enfermedades, par-
Durante finales del siglo XIX y la primera
ticularmente para las no transmisibles. Se ha
parte del siglo pasado, el sobrepeso no preo-
discutido sobre si la obesidad debiera ser con-
cupaba a los médicos; por el contrario, Daw-
siderada como una enfermedad, ya que puede
ber (1980) señalaba que “Hace una centuria el
presentarse con o sin comorbilidades. En los
riesgo de morir por una enfermedad infecciosa
últimos años, la OMS y la American Medical
era más probable que por otras por lo que pre-
Association han declarado a la obesidad como
sentar un grado moderado de exceso de peso
una enfermedad, debido a que las personas
era algo médicamente deseable” (p.228). Los
que la padecen se encuentran en riesgo de de-
nutriólogos de la época promovían una sobre
sarrollar problemas como hipertensión arterial,
nutrición que ayudara a la población a resistir
hiperglicemia o hipercolesterolemia, además
dichas enfermedades. Sin embargo, factores
de incrementar el riesgo de mortalidad (Bray,
72
La obesidad es un problema complejo,
Kim, & Wilding, 2017; Kyle, Dhurandhar, & Alli-
minución de las lipoproteínas de alta densidad
son 2016; Lobstein, Brinsden, Gill, Kumanyika,
e hiperglicemia. Se asocia con el aumento de
& Swinburn, 2017).
riesgo de padecer, además de diabetes, enfer-
medad cardiovascular y mortalidad prematura
La obesidad se mide a través del cálculo
de índice de masa corporal (IMC), el cual es el
(Gami et al., 2007; Haffner, 2006).
resultado de dividir el peso (expresado en kilo-
gramos) entre la estatura elevada al cuadrado
te por Kylin en 1923, posteriormente por Va-
(expresada en metros).
gue (1947), quien identificó que la adiposidad
En nuestro país contamos con datos ob-
se asociaba con anomalías metabólicas como
tenidos por las Encuestas Nacionales de Salud
la diabetes y la enfermedad cardiovascular. En
y Nutrición (ENSANUT) que se realizan perió-
la conferencia Banting de 1988, Reaven utilizó
dicamente. En la tabla 1, se muestran las cifras
el término síndrome X y estableció la relevan-
de IMC expresadas en porcientos por sexo y
cia de este, aunque no incluyó a la obesidad.
tomadas de las encuestas de 2006 a 2018.
En 1989, Kaplan lo renombró como el cuarteto
Este síndrome fue descrito originalmen-
Tabla 1 Porcentajes de sobrepeso y obesidad por sexo en las encuestas ENSANUT de 2006 a 2018 Hombres
Mujeres
Sobrepeso
Obesidad
Sobrepeso
Obesidad
ENSANUT 2006
42.5
24.2
37.4
34.5
ENSANUT 2012
42.6
26.8
35.5
37.5
ENSANUT 2016
41.7
27.7
37
38.6
ENSANUT 2018
42.5
30.5
36.6
40.2
Nota: Elaboración propia con datos de Gutiérrez et al., 2012; Instituto de Salud Pública, 2016, 2018; OlaizFernández et al., 2006.
El sobrepeso y la obesidad deben pre-
de la muerte (como se citó en Alberti, Zimmet,
ocuparnos, ya que frecuentemente se acom-
& Shaw, 2006).
pañan del síndrome metabólico (SM), que se
caracteriza por la presencia de factores cardio-
tor de diabetes mellitus tipo 2 (DM2), enfer-
metabólicos de riesgo que incluyen obesidad
medad cardiovascular y muerte; el incremento
abdominal, elevación de los triglicéridos, dis-
del riesgo inicia con la presencia de al menos
Capítulo 3
73
La presencia del SM es un fuerte predic-
un componente del síndrome (Alberti et al.,
madamente 30% en la población de 20 años
2006; Ho et al., 2008), de allí nuestro interés
y más. Recientemente, en una población de
por referirlo como historia natural. Además,
adultos de la ciudad de México sin diagnóstico
Ärnlöv, Ingelsson, Sundström y Lind (2010)
de diabetes mellitus, se obtuvo una prevalen-
señalaron que el SM es un factor de riesgo
cia de 43%.
para padecer enfermedad cardiovascular y ulterior muerte independientemente del IMC.
La creciente epidemia de enferme-
De acuerdo con Beltrán-Sánchez, Har-
dades crónicas en México, especial-
hay, Harhay y McElligott (2013), en la unión
mente de las enfermedades asocia-
americana, más del 50% de los adultos de 60
das a la obesidad, como la diabetes
años y más cumplen los criterios para ser eti-
y la hipertensión arterial, anticipan
quetados como poseedores del SM; quienes
un desarrollo explosivo del SM. Es-
tienen la mayor prevalencia son las mujeres
tas cifras nos obligan al desarrollo de
de origen México-Americano sobre los de raza
estrategias de control de los riesgos
negra o caucásicos, por lo que este síndrome,
asociados a este síndrome y a la ca-
al igual que la diabetes, seguramente tiene
pacitación del personal de salud para
mayor presencia en nuestra población indíge-
la atención de las personas afecta-
na y mestiza, otro motivo más para manifestar
das, cuyo número crecerá de manera
nuestro interés por el mismo.
importante en las décadas por venir.
(Secretaría de Salud, 2007, p.28)
Existe un vacío en la literatura sobre el
impacto a largo plazo de distintas combinaciones de IMC y SM. Lo anterior debe preo-
cuparnos, ya que existen reportes previos que
la historia natural de la enfermedad, resulta
sugieren un periodo de 10 a 15 años antes de
sencillo plantear que la alimentación excesiva
que se vuelva evidente el impacto del síndro-
en carbohidratos y grasas, reducida en frutas y
me metabólico (Sundstrom et al., 2006). Por
verduras, aunada al sedentarismo como parte
lo anterior, se justifica la detección temprana
del estilo de vida, hace que el peso corporal
de factores de riesgo y el diseño y aplicación
incremente y desemboque progresivamente
de intervenciones preventivas que permitan
hacia sobrepeso y, posteriormente, obesidad,
disminuir el riesgo, pero que además se man-
que conjuntada con aspectos hereditarios y
tengan en el tiempo.
genéticos, permite el desarrollo del SM, el cual
En 1993, de acuerdo con la Encuesta Na-
en el transcurso del tiempo podría culminar
cional de Enfermedades Crónicas, se identifi-
con la aparición de la diabetes mellitus o en-
có una prevalencia nacional de SM de aproxi-
fermedad cardiovascular.
Capítulo 3
74
Utilizando el modelo probabilístico de
Diabetes mellitus
edad adulta), se debe a una utilización in-
La diabetes mellitus (DM) es una enfermedad
eficaz de la insulina. Este tipo represen-
crónica que aparece cuando el páncreas no
ta la mayoría de los casos mundiales y se
produce insulina suficiente o cuando el orga-
debe, en gran medida, a un peso corpo-
nismo no utiliza eficazmente la insulina que
ral excesivo y a la inactividad física. Los
produce. La insulina es una hormona que re-
síntomas pueden ser similares a los de la
gula el azúcar en la sangre. El efecto de la dia-
diabetes de tipo 1, pero a menudo menos
betes no controlada es la hiperglucemia, que
intensos. En consecuencia, la enferme-
con el tiempo daña gravemente muchos ór-
dad puede diagnosticarse solo cuando ya
ganos y sistemas, especialmente los nervios y
tiene varios años de evolución y han apa-
los vasos sanguíneos.
recido complicaciones. Hasta hace poco,
En 2014, el 8.5% de los adultos tenía
este tipo de diabetes solo se observaba
diabetes. En 2015, fallecieron 1.6 millones de
en adultos, pero en la actualidad también
personas como consecuencia directa de la
se está manifestando en niños.
diabetes y los niveles altos de glucemia fueron
•
Diabetes gestacional (DG), se caracteriza
la causa de otros 2.2 millones de muertes en
por hiperglucemia que aparece durante
2012.
el embarazo y alcanza valores que, pese
La diabetes se clasifica de la siguiente
a ser superiores a los normales, son infe-
forma (OMS, 2020a): •
riores a los establecidos para diagnosticar
Diabetes tipo 1 (DM1, también llamada in-
una diabetes. Las mujeres con diabetes
sulinodependiente, juvenil o de inicio en
gestacional corren mayor riesgo de sufrir
la infancia), se caracteriza por una pro-
complicaciones durante el embarazo y el
ducción deficiente de insulina y requiere
parto. Además, tanto ellas como sus hijos
la administración diaria de esta hormona.
tienen mayor riesgo de padecer diabetes
Se desconoce aún la causa de la diabetes
de tipo 2 en el futuro. Suele diagnosticar-
de tipo 1 y no se puede prevenir con el
se mediante las pruebas prenatales, más
conocimiento actual. Sus síntomas con-
que porque el paciente refiera síntomas.
sisten, entre otros, en excreción excesiva
•
de orina (poliuria), sed (polidipsia), ham-
bre constante (polifagia), pérdida de peso,
nico-degenerativas más frecuentes en la prác-
trastornos visuales y cansancio. Estos sín-
tica clínica; además de los pacientes diabéti-
tomas pueden aparecer de forma súbita.
cos conocidos, muchos individuos con niveles
Diabetes tipo 2 (DM2, también llamada
séricos elevados de glucosa permanecen no
no insulinodependiente o de inicio en la
diagnosticados.
Capítulo 3
75
La DM2 es una de las enfermedades cró-
Ante estas condiciones, la American Dia-
continuarse en intervalos de tres años (ADA,
betes Association (ADA, 2020a) actualizó sus
2020a).
recomendaciones para el diagnóstico de DM2,
que incluye el nivel de hemoglobina glucosila-
aquellas con bajo riesgo de presentar diabetes
da como un medio para el diagnóstico de DM2.
gestacional, deben ser evaluadas entre las 24 y
Los criterios de la ADA son los siguientes:
28 semanas de gestación. El nivel de bajo ries-
•
•
•
•
Todas las mujeres embarazadas, excepto
Niveles de hemoglobina glucosilada de
go se define por la edad (menor de 25 años),
6.5% o más.
condiciones de normalidad previas al embara-
Niveles séricos de glucosa en ayunas de
zo, que sea de un grupo étnico de bajo riesgo
126 mg/dl o mayores.
de padecer diabetes y sin factores de riesgo
Niveles séricos de glucosa a las 2 horas
personales de diabetes. Las mujeres con dia-
después de una carga de 75 gramos por
betes gestacional deben ser evaluadas de 6 a
vía oral de 200 mg/dl
12 semanas después del parto y de manera in-
Niveles séricos de glucosa de 200 mg/dl
termitente de allí en adelante (ADA, 2020a).
o más en pacientes con síntomas de hiperglicemia.
Complicaciones de la diabetes La DM2 puede desembocar en distintas com-
En ausencia de síntomas de hipergli-
plicaciones agudas y crónicas. Las compli-
cemia, las primeras tres opciones deben ser
caciones crónicas son el resultado del daño
confirmadas con pruebas repetidas. Los bene-
progresivo a los vasos sanguíneos. Estas com-
ficios potenciales de utilizar hemoglobina glu-
plicaciones son agrupadas como microvascu-
cosilada en el diagnóstico inicial de DM2 inclu-
lares, debido al engrosamiento de la mem-
ye la capacidad de practicar la prueba sin estar
brana basal, o macrovasculares, debido a la
en ayunas y con menor posibilidad de altera-
aterosclerosis acelerada. Las complicaciones
ciones por estrés o enfermedad. Aquellos pa-
macro y microvasculares de mayor importan-
cientes con niveles de hemoglobina glucosila-
cia se presentan en la tabla 2.
da entre 5.7% y 6.4% deben ser considerados como prediabéticos y deben recibir consejo y
¿Cómo se trata el SM?
cambio de estilo de vida.
El manejo del SM involucra la promoción de
Los individuos asintomáticos con sobre-
un estilo de vida saludable por medio de res-
peso, obesidad u otros riesgos para desarrollar
tricciones calóricas, incremento de la actividad
DM2 deben ser evaluados con las pruebas an-
física y mejora de la composición alimentaria.
tes mencionadas; la evaluación debe iniciar a
Tales estrategias han mostrado reducción de la
los 45 años y las pruebas subsecuentes deben
prevalencia del SM de entre 40 y 80% y pue-
Capítulo 3
76
Tabla 2 Complicaciones macro y microvasculares por la DM2 Retinopatía diabética: daño progresivo de la retina que puede provocar pérdida progresiva de la visión, llegando incluso a la ceguera. Nefropatía diabética: pérdida progresiva de la filtración glomerular, albuminuria e hipertensión. Estos cambios se desarrollan lentamente al paso de los años y es la causa más Microvasculares
común de insuficiencia renal. Neuropatía diabética: caracterizada por la pérdida progresiva de fibras nerviosas. Los pacientes tienen disminución de la sensibilidad en sus extremidades, particularmente en las inferiores, con riesgo de presentar lesiones, fracturas e infecciones que pueden derivar en úlceras o gangrena. Hipertensión arterial por endurecimiento de los vasos sanguíneos.
Macrovasculares
Cardiopatía hipertensiva por crecimiento del corazón que trata de vencer la resistencia elevada por el endurecimiento vascular.
den mejorar el perfil inflamatorio. La pérdida
también de suma importancia en el éxito del
de peso se encuentra asociada con reducción
tratamiento del SM. Es un proceso multifac-
en los biomarcadores inflamatorios. También
torial que se establece mediante una asocia-
se ha observado que el ejercicio aeróbico re-
ción entre los profesionales de la salud y el
duce la inflamación. Entonces, los programas
paciente, que abarca aspectos que van desde
preventivos diseñados para prevenir la pro-
la frecuencia de las atenciones, el reconoci-
babilidad de aparición de diabetes mellitus o
miento, la aceptación y la adaptación de su
enfermedad cardiovascular en personas con
condición de salud, la identificación de hábitos
sobrepeso u obesidad y alguna de las caracte-
de riesgo, el cultivo de actitudes que generen
rísticas del SM deben dirigirse a realizar cam-
la calidad de vida necesaria, el desarrollo de la
bios en la alimentación, reduciendo cantidad y
conciencia para cuidarse a sí mismo y el man-
modificando el tipo de alimentos, además de
tenimiento de la salud. Los enfermos crónicos
promover la actividad física, eliminar el uso de
tienen una menor adhesión al tratamiento, ya
tabaco, reducir las cantidades de consumo de
que los sistemas terapéuticos —muchas veces
alcohol y manejar el estrés cotidiano.
complejos— exigen un gran empeño por parte
La pérdida de peso resultante de la
del paciente y deben ser seguidos continua-
modificación del estilo de vida, incluyendo
mente. El tratamiento del paciente con enfer-
la práctica de ejercicio físico, es de extrema
medad crónica debe tener, como eje central,
importancia. La adhesión al tratamiento es
el suministro de las herramientas necesarias
Capítulo 3
77
para proporcionar la instrumentalización que
Manejo de la DM2
el control de la enfermedad requiere, favore-
Con relación al tratamiento de los pacientes
ciendo la adaptación a esa condición (Busne-
con DM2, la meta es mantener los niveles de
llo, Bodanese, Pellanda, & Santos, 2011).
hemoglobina glucosilada por debajo de 7%;
A la fecha, se acepta que quien camina
aquellos pacientes recién diagnosticados, sin
menos de 5000 pasos al día debe ser con-
enfermedad cardiovascular y con buena ex-
siderado como persona con conducta seden-
pectativa de vida pueden ser considerados
taria, mientras que entre 8000 a 10 000
para un control de hemoglobina glucosilada
pasos por día sugieren un estilo de vida más
más estricto. Todos los pacientes con DM2
activo. Se pueden utilizar podómetros, relojes
deben recibir educación nutricional, preferen-
o teléfonos celulares para evaluar los compor-
temente por un nutriólogo. Los programas de
tamientos de actividad física de las personas,
salud deben incluir un programa psicológico
además funcionan como una herramienta de
de automanejo de la DM2.
retroalimentación para incrementar dicha acti-
vidad. La meta puede ser alcanzar los 10 000
—al menos— 150 minutos a la semana, con una
pasos o bien, un incremento de entre 2000 a
intensidad de entre el 50 y 70% de la frecuen-
4000 pasos al día por arriba de la línea base
cia cardiaca máxima. Los ejercicios deben in-
para conseguir disminución del peso (Swift,
cluir entrenamiento de resistencia tres veces a
Johannsen, Lavie, Earnest, & Church, 2014).
la semana, en ausencia de contraindicaciones
De acuerdo con Gellert et al. (2020), se
para este tipo de ejercicio (es decir, pacientes
ha observado una asociación entre adiposidad
sin hipertensión arterial). La tensión arterial de
total y enfermedad cardiovascular, además, se
los pacientes con DM2 debe estar por debajo
han realizado estudios para evaluar el efecto
de 130 mm Hg para la sistólica y de 80 mm
de reducir la adiposidad y su consecuencia en
Hg para la diastólica; los regímenes antihiper-
la reducción de enfermedad cardiovascular.
tensivos deben incluir —de ser posible— un an-
Estos mismos autores utilizaron un modelo
tagonista del sistema renina-angiotensina.
estadístico para estudiar si la reducción de adi-
posidad medida a través del IMC o de la CC
anualmente, pero si los valores de LDL coles-
disminuiría la probabilidad de aparición de en-
terol son menores que 100 mg/dl, la evalua-
fermedad cardiovascular; señalan que las re-
ción de lípidos puede realizarse cada dos años.
ducciones en adiposidad fueron consistentes
con los cambios clínicamente recomendados
blecerse en aquellos pacientes con riesgo car-
de reducir entre 5 y 10% de peso.
diovascular; se deben incluir a todos aquellos
Los pacientes con DM2 deben ejercitarse
El perfil de lípidos séricos debe medirse
La terapéutica con aspirina debe esta-
pacientes varones mayores de 50 años y mu-
Capítulo 3
78
jeres menores de 60 si tienen DM2 y, además,
vida se erige como un elemento fundamental
un factor de riesgo cardiovascular. Los riesgos
para el tratamiento integral de la diabetes e in-
incluyen hipertensión, dislipidemia, albuminu-
cluye automanejo, educación, terapia de nutri-
ria, historia familiar de enfermedad cardiovas-
ción, actividad física, consejo para dejar de fu-
cular o la conducta de fumar.
mar e intervención psicológica (ADA, 2020a;
2020b; 2020c).
Los pacientes con DM2 deben ser revisa-
dos cuidadosamente en su fondo de ojo; esto
Existe evidencia suficiente para señalar
debe incluir la dilatación pupilar. El examen de
que el manejo de la obesidad puede retrasar
la retina debe ser practicado anualmente en
la progresión de prediabetes a DM2; además,
aquellos pacientes con riesgo bajo y cuyo exa-
puede ser benéfico en el tratamiento de la
men de fondo de ojo haya resultado normal
diabetes. En pacientes diabéticos con sobre-
en el pasado.
peso u obesidad, modestas reducciones de
La terapéutica con insulina debe iniciarse
peso, pero sostenidas, han mostrado mejorar
en enfermos en estado crítico, cuando los ni-
el control glicémico y con ello se reduce la ne-
veles de glucosa se encuentren por encima de
cesidad de medicamentos (ADA, 2020c).
180 mg/dl o mayores. El manejo de estilo de
En la tabla 3 y 4, se señalan algunas re-
comendaciones de la ADA (2020b). Tabla 3 Recomendaciones para el autocuidado de pacientes con DM2 De acuerdo con los estándares nacionales para el automanejo de la DM2, todas las personas con DM2 deben participar en programas educativos de automanejo, así como recibir el soporte necesario para facilitar el conocimiento, la toma de decisiones y las habilidades, destrezas y competencias necesarias para el adecuado automanejo. Existen cuatro momentos críticos para evaluar y ajustar las competencias del autocuidado de la DM2: al momento del diagnóstico, anualmente, cuando se presenten complicaciones y cuando existan transiciones en el cuidado del paciente. Los resultados clínicos, las condiciones generales de salud y el bienestar son las metas del autocuidado y deben ser evaluadas como parte integral del proceso de atención al paciente. La educación en autocuidado debe individualizarse, aunque puede ofrecerse de manera individual o grupal y debe ser del conocimiento del equipo de salud. Nota: Tomado de “Facilitating behavior change and well-being to improve health outcomes: Standards of Medical Care in Diabetes 2020” por ADA, 2020b, Diabetes Care, 43, pp. s48-s49.
Capítulo 3
79
Tabla 4 Recomendaciones para la evaluación y tratamiento de aspectos psicosociales en pacientes con DM2 Los aspectos psicosociales deben tratarse mediante acciones colaborativas centradas en las necesidades del paciente, con el propósito de optimizar los resultados en materia de cuidado de la salud y calidad de vida. Debe realizarse una evaluación de todos los pacientes con DM2 que debe incluir, entre otras cosas, actitudes hacia la diabetes, expectativas del manejo médico y resultados, búsqueda de alteraciones del estado de ánimo, calidad de vida general y, en relación con la diabetes, recursos de los que disponga el paciente (financieros, sociales y emocionales) e historia psiquiátrica. Los proveedores de servicios de salud deben considerar la evaluación de los pacientes por síntomas de distrés, depresión, ansiedad, trastornos alimentarios y capacidades cognitivas, utilizando herramientas apropiadas, validadas y estandarizadas al momento de la visita inicial del paciente, a intervalos periódicos, y cuando haya cambios en la enfermedad, el tratamiento o en diversas circunstancias de la vida. Se recomienda incluir a los cuidadores y familiares en esta evaluación. Se debe considerar la evaluación en adultos mayores de 65 años con diabetes, buscando depresión y alteraciones cognitivas. Se debe monitorear rutinariamente a las personas con diabetes en lo referente a distrés, particularmente cuando las metas de tratamiento no se alcanzan, o bien cuando inicia alguna complicación. Nota: Tomado de “Facilitating behavior change and well-being to improve health outcomes: Standards of Medical Care in Diabetes 2020” por ADA, 2020b, Diabetes Care, 43, p. s57.
Comportamiento y enfermedades
Con respecto a los comportamientos relacio-
metabólicas
nados con enfermedades metabólicas como
Engel (1977) fue uno de los primeros en señalar
la obesidad, el SM o la DM2, la actividad física
la importancia del factor comportamental en
y los hábitos de alimentación son particular-
el proceso de mantenimiento, pérdida y recu-
mente relevantes. Cristi et al. (2019) realizaron
peración de la salud, teniendo como ejemplo
un estudio que tuvo como objetivo identificar
enfermedades relacionadas con la psiquiatría,
la relación entre los niveles de actividad física
pero también enfermedades como la DM2;
y sedentarismo con la presencia de SM, con
observó que patrones de comportamiento di-
una muestra de 5040 participantes de la En-
ferentes lograban efectos diferentes en el es-
cuesta Nacional de Salud de Chile, que fueron
tado de salud de los pacientes, mostrando así
clasificados en cuatro categorías mediante una
que la salud no es solo un asunto estrictamen-
combinación entre niveles de actividad física y
te biomédico, sino que se relaciona con facto-
sedentarismo, observando una menor proba-
res psicológicos y sociales.
bilidad de presentar SM en las categorías que
Capítulo 3
80
cumplen con las recomendaciones internacio-
sico) y espiritualidad. Los resultados mostraron
nales de actividad física.
que los dominios de estilos de vida se asocian
positivamente con respecto a los aspectos
Por su parte, Lorenzini, Betancur, Chel,
Segura y Castellanos (2015), en un estudio
evaluados de calidad de vida.
realizado con 178 estudiantes universitarios, a
quienes se les tomaron medidas antropomé-
tra de la importancia del comportamiento en
tricas de peso, altura, circunferencia de cintu-
el proceso de salud-enfermedad en los pade-
ra (CC), circunferencia de cadera, composición
cimientos metabólicos, sobre todo los rela-
corporal, presión arterial y se les evaluó nivel
cionados con actividad física, alimentación y
de actividad física así como hábitos alimen-
sedentarismo. Por ello, no es de extrañar que
ticios, observaron que el 48.87% de los par-
la OMS (2020) los considere como causantes
ticipantes presentaban obesidad en grado 1
del sobrepeso y la obesidad. De igual forma la
o 2, asociándose con cifras elevadas de ten-
ADA (2020), en su guía de estándares de los
sión arterial y hábitos de alimentación como
cuidados médicos en diabetes, resalta la im-
no realizar desayuno, dedicarle poco tiempo
portancia de estos tres elementos tanto para
al consumo de alimentos, el consumo eleva-
su prevención como para su evaluación y tra-
do de comida rápida, así como el consumo de
tamiento.
tabaco que resultó ser un factor de riesgo que
afecta negativamente el estado nutricional.
como la ingesta de alimentos en relación con
Estos factores también son relevantes
las necesidades dietéticas del organismo. La
en cuanto a la calidad de vida de los pacien-
OMS (2018b) menciona que la ingesta calóri-
tes. Romero, Díaz y Romero (2011) evaluaron
ca debe estar equilibrada con el gasto calórico
el estilo y calidad de vida de 150 pacientes con
para evitar un aumento malsano de peso; por
DM2 provenientes de unidades de medicina
ello, la descripción de una dieta sana en adul-
familiar del Instituto Mexicano del Seguro So-
tos incluye:
cial (IMSS). En este estudio, la calidad de vida
Los estudios anteriores son una mues-
En cuanto a la nutrición, esta se entiende
•
Frutas, verduras, legumbres (tales como
se caracterizó ajustándose a la definición de la
lentejas y alubias), frutos secos y cereales
OMS, evaluándola en cinco dominios, a saber:
integrales (tales como maíz, mijo, avena,
dieta, actividad física, toxicomanías, autoesti-
trigo o arroz moreno, no procesados).
ma y apego al tratamiento. La calidad de vida
•
Al menos 400 g (o sea, cinco porciones)
se evaluó según seis aspectos: salud física, sa-
de frutas y hortalizas al día, excepto pa-
lud psicológica, nivel de independencia, rela-
pas, camote, yuca y otros tubérculos fe-
ciones sociales, medio ambiente (que incluye
culentos.
recursos financieros, seguridad y ambiente fí-
Capítulo 3
81
•
•
•
Menos del 10% de la ingesta calórica to-
tal de azúcares libres, que equivale a 50
entiende como cualquier movimiento corpo-
g (o unas 12 cucharaditas rasas) en el caso
ral producido por los músculos esqueléticos,
de una persona con un peso corporal sa-
con el consiguiente consumo de energía, in-
ludable que consuma aproximadamente
cluyendo actividades como trabajar, jugar, rea-
2000 calorías al día, aunque para ob-
lizar tareas domésticas o recreativas y no debe
tener beneficios de salud adicionales lo
confundirse con ejercicio, que es una subcate-
ideal sería un consumo inferior al 5% de
goría de la actividad física que se planea, está
la ingesta calórica total.
estructurada, es repetitiva y tiene como obje-
Menos del 30% de la ingesta calórica dia-
tivo mejorar o mantener uno o más compo-
ria procedente de grasas. Las grasas no
nentes del estado físico.
saturadas (presentes en pescados, agua-
cates, frutos secos y en los aceites de gi-
lizar al menos 150 minutos semanales de ac-
rasol, soja, canola y oliva) son preferibles a
tividad física moderada, o al menos 75 minu-
las grasas saturadas (presentes en la carne
tos semanales de actividad física intensa o una
grasa, la mantequilla, el aceite de palma
combinación equivalente de ambas, convie-
y de coco, la nata, el queso, la mante-
ne realizar las actividades de fortalecimiento
quilla clarificada y la manteca de cerdo),
muscular dos o más días a la semana, de tal
y las grasas trans de todos los tipos, en
manera que se ejerciten grandes conjuntos
particular las producidas industrialmente
musculares. Por su parte, los adultos mayores
(presentes en pizzas congeladas, tartas,
de 65 años o con problemas de movilidad de-
galletas, pasteles, obleas, aceites de coci-
ben practicar actividad física al menos tres días
na y pastas untables), y grasas trans de ru-
de la semana. La duración mínima del ejercicio
miantes (presentes en la carne y los pro-
es de 10 minutos. Una forma de incremen-
ductos lácteos de rumiantes tales como
tar la actividad dentro de la vida cotidiana es
vacas, ovejas, cabras y camellos). Se su-
preferir la bicicleta o caminar como modo de
giere reducir la ingesta de grasas saturadas
transporte. Como dato adicional, el ejercicio ha
a menos del 10% de la ingesta total de
mostrado efectos beneficiosos con respecto a
calorías, y la de grasas trans a menos del
la resistencia a la insulina, la presión arterial,
1%. En particular, las grasas trans produci-
las grasas en sangre, o la trombosis; además,
das industrialmente no forman parte de
atenúa el envejecimiento y la disfunción au-
una dieta saludable y se deberían evitar.
tonómica (Fiuza-Luces, Garatachea, Berger, &
Menos de 5 g (equivalente a una cuchara-
Lucia, 2013).
dita) al día de sal que debería ser yodada.
Capítulo 3
82
En cuanto a la actividad física, esta se
Según la OMS (2018a), además de rea-
Evaluación conductual en el tratamiento
entrevista de primera vez. Algunos ejemplos
de las enfermedades metabólicas
de motivos de consulta pueden ser la escasa
La evaluación conductual es un proceso cien-
adherencia del paciente al tratamiento farma-
tífico sujeto a reglas, centrado en el caso, que
cológico o la necesidad de realizar modifica-
permite la toma de decisiones, ya sea con el
ciones en el estilo de vida en cuanto a activi-
objetivo de emitir una valoración sobre el
dad física o hábitos de alimentación. Una vez
comportamiento del individuo evaluado o de
definido el motivo de consulta, se requiere
formar parte inicial del proceso de interven-
tener indicadores del estado actual de la pro-
ción en la modificación del comportamiento.
blemática del paciente, los cuales pueden ser
Su procedimiento inicia con la demanda o so-
estrictamente conductuales, pero también
licitud del usuario, e incluye la formulación de
antropométricos.
hipótesis, la recogida de información median-
te la administración de las técnicas de recolec-
llas relativas a aspectos físicos de los pacien-
ción de datos pertinentes, el análisis de los da-
tes. Existen otros métodos para determinar
tos y la comunicación del informe (Fernández,
con exactitud la proporción del peso que le co-
2013).
rresponde al tejido adiposo, muscular, de agua
Realizar un tratamiento conductual diri-
o de densidad ósea, considerando además la
gido a personas que presentan alguna enfer-
circunferencia de partes del cuerpo como el
medad metabólica es semejante a la forma
abdomen, la cadera y la muñeca del brazo; sin
de proceder de un mecánico cuando necesita
embargo, el IMC sigue siendo la medida más
reparar un automóvil, pues antes de realizar
práctica.
algún ajuste o reemplazar una pieza necesita
determinar qué falla y qué la provoca. Por ello,
mellitus, la medida relevante será la cantidad
para poder seleccionar los procedimientos de
de glucosa en sangre (glicemia), la cual puede
modificación comportamental de un pacien-
determinarse mediante una pequeña mues-
te es importante responder a dos preguntas
tra de sangre obtenida mediante una punción
¿Qué está pasando? y ¿Por qué está pasando?
en el dedo y determinada por un glucómetro.
Para dar respuesta, es necesario tener claridad
Según la Norma Oficial Mexicana para la Pre-
en qué debemos centrar nuestra atención du-
vención, Tratamiento y Control de la Diabetes
rante el proceso de evaluación.
Mellitus (Secretaría de Salud, 2010), se esta-
En primera instancia, el psicólogo de-
blece el diagnóstico de diabetes si se cumple
termina cuál es el motivo de consulta, ya sea
cualquiera de los siguientes criterios: presencia
referido por el propio paciente, por el médico
de síntomas clásicos y una glucemia plasmá-
tratante o que se haya identificado durante la
tica casual > 200 mg/dl; glucemia plasmática
Capítulo 3
83
Las medidas antropométricas son aque-
En el caso de cualquier tipo de diabetes
en ayuno > 126 mg/dl; o bien glucemia > 200
tervención. Por su parte, explorar parámetros
mg/dl, dos horas después de una carga oral
como la frecuencia, la duración, la intensidad
de 75 g de glucosa anhidra disuelta en agua.
y la topografía de dichas conductas facilita de-
Asimismo, la prueba de laboratorio de hemog-
terminar el estado del problema, a la vez de
lobina glicosilada, que permite identificar el
contar con referentes medibles e identifica-
nivel promedio de glucosa en sangre durante
bles para el establecimiento de metas. Exis-
los últimos tres meses. En esta prueba se re-
ten diferentes formas de recolección de datos,
comienda que el valor obtenido se encuentre
pero los más comunes en la evaluación del
por debajo del 7.5%.
comportamiento de los pacientes que presen-
Por otro lado, si lo que se requiere es es-
tan alguna enfermedad metabólica son la en-
tablecer el riesgo de una persona a desarrollar
trevista conductual, los registros y las listas de
diabetes mellitus, la ADA (2020a) tiene una
cotejo. La elección por una o varias estrategias
forma rápida para evaluar el riesgo individual
dependerá de los recursos disponibles para el
de DM2. Consiste en siete preguntas (edad,
psicólogo y las características particulares del
sexo, presencia de diabetes gestacional en el
paciente.
caso de las mujeres, herencia de diabetes, pre-
sencia de hipertensión arterial, actividad física
der a la pregunta ¿Qué está pasando con el
y peso. Quien obtenga un puntaje de 5 o su-
paciente? Sin embargo, haría falta describir las
perior se encuentra en riesgo de padecer DM2.
relaciones funcionales entre la conducta del
En nuestro país, desde el año 2010, se elabo-
individuo y las variables psicológicas que lo
ró un instrumento denominado Diabetómetro
regulan. El concepto de análisis funcional (AF)
conductual (Cortés, López, Reynoso, & Aguilar,
fue propuesto por Skinner (1953) y consistía
2014) elaborado para niños; funciona como
en la identificación de las variables ambienta-
autoevaluación, permite que el sujeto se dé
les, de las cuales la conducta es función. Con el
cuenta de sus factores de riesgo y protección
desarrollo de la psicología, el AF ha evolucio-
y que lo utilice posteriormente como autorre-
nado, se han agregado variables y han surgido
gistro. La tabla 5 presenta el diabetómetro.
variantes. Una de ellas es la que se basa en el
En cuanto a la evaluación estrictamente
modelo secuencial integrativo (Fernández-Ba-
conductual, realizar una descripción detallada
llesteros & Carrobles, 1981 como se citó en Sa-
de los comportamientos ejecutados por el pa-
linas, 2012) también conocido como modelo
ciente con relación a sus hábitos de alimenta-
EORC (siglas de Estímulo antecedente, Orga-
ción, actividad física y ajuste a las indicaciones
nismo, Respuestas —en sus tres niveles: motor,
del personal médico permitirá identificar las
fisiológico y cognitivo— y Consecuencias).
áreas de oportunidad para la subsecuente in-
Capítulo 3
84
Los datos anteriores permiten respon-
Tabla 5 Diabetómetro conductual: categorías y puntajes de los factores de riesgo o protección Puntajes HERENCIA
Puntajes ACTIVIDAD FÍSICA Y SEDENTARISMO
Padre
5
Descontando la escuela, horas al día
Padre + abuelo
7
dedicadas a leer, ver televisión, uso de
Padre + abuelo + tío
9
computadora, jugar videojuegos
Abuelo
3
De 1 a 3 horas al día
4
Tío
2
Más de 4 horas al día
6
Bajo
1
Caminar, andar en bicicleta, salir a jugar,
Sobrepeso
2
jugar en el recreo
Obesidad
4
De 1 a 3 veces a la semana
-5
Obesidad mórbida
6
Diario
-7
ACANTHOSIS NIGRICANS
6
Practicar algún deporte como fútbol, ballet,
IMC
natación, karate, etc.
ETNIA Ser mexicano
3
Más de 3 veces a la semana
-8
Menos de 3 veces a la semana
-4
ALIMENTACIÓN Frutas No como
2
Frituras
Tres veces a la semana
-1
Menos de 2 veces por semana
1
Diario
-4
De 2 a 4 veces por semana
3
Más de tres raciones todos los días
-5
Más de 4 veces por semana
5
No como
3
Tomar bebidas con alto contenido de azúcar
Tres veces a la semana
-2
Menos de 2 veces por semana
1
Diario
-5
De 2 a 4 veces por semana
3
Más de 5 raciones todos los días
-6
Más de 4 veces por semana
5
Verduras o vegetales
Comida rápida
Dulces
Menos de 2 veces por semana
1
Menos de 2 veces por semana
1
De 2 a 4 veces por semana
3
De 2 a 4 veces por semana
3
Más de 4 veces por semana
5
Más de 4 veces por semana
5
Menos de 2 veces por semana
1
Exceder las raciones diarias de grasa y
De 2 a 4 veces por semana
3
carbohidratos recomendadas
Más de 4 veces por semana
5
1 punto por día de exceso a la semana
Pastelitos
de 1 a 7
PUNTUACIÓN TOTAL Nota: Tomado de “Diabetómetro conductual: una herramienta para incrementar en los niños la percepción de riesgo de la diabetes mellitus” por A. Cortés, M. López, L. Reynoso y V. Aguilar, 2014, Psicología y Salud, 24, pp. 20-21.
Capítulo 3
85
A pesar de que en este apartado se hizo
do protrombótico, que es la alta probabilidad
énfasis en la evaluación conductual relacio-
de generar coágulos dentro del torrente san-
nada con hábitos de alimentación, actividad
guíneo; y (e) estado proinflamatorio, que se re-
física o ajuste a las indicaciones del personal
fiere a la tendencia a producir inflamación en
médico, el psicólogo no deberá dejar de lado
el sistema cardiovascular. El conjunto de estos
otras problemáticas psicológicas presentes en
factores incrementa de dos a cinco veces el
los pacientes diagnosticados con alguna en-
riesgo de desarrollar diabetes y el riesgo de en-
fermedad metabólica como su nivel de cali-
fermedad cardiovascular, por lo que un diag-
dad de vida, estrés o depresión como conse-
nóstico temprano y oportuno es fundamental
cuencia del diagnóstico de la enfermedad, su
para la planificación de medidas terapéuticas
tratamiento o sus complicaciones y las redes
con el objetivo de prevenir complicaciones en
de apoyo social disponibles del paciente; asi-
la salud, evitar o retrasar otras comorbilidades
mismo, es posible evaluar el estado psicoló-
y lograr una mejoría en la calidad de vida del
gico de los cuidadores del paciente. Para estas
paciente (González, Gómez, Elizondo, Rangel,
problemáticas, además del procedimiento de
& Sánchez, 2019).
evaluación conductual antes descrito, existen
diversas pruebas que pueden ser un apoyo,
algunos factores de riesgo para el desarrollo
su elección dependerá de la definición que se
del SM son no modificables —por ejemplo, la
haga del constructo medido, su adaptación a la
predisposición genética—, existen otros que
población meta con la que se está trabajando
son modificables y que están relacionados
y las características particulares del paciente.
con el comportamiento; así que, para lograr
Partiendo de la premisa anterior, si bien
una mejoría o prevenir este síndrome, una Estrategias de intervención
parte fundamental del tratamiento se tiene
más relevantes en SM
que centrar en la modificación de conductas
Como se abordó en apartados anteriores, el
del propio individuo; para llevar a cabo esto,
SM está constituido por una serie de factores
las intervenciones cognitivo conductuales han
de riesgo que se caracterizan por lo siguiente:
demostrado ser eficaces para la modificación
(a) dislipidemia aterogénica, que se refiere a un
de estilos de vida relacionados con factores
desorden que se caracteriza por altos niveles
de riesgo que atañen a diversos problemas de
de lipoproteínas (grasas) como los triglicéridos;
salud. En el siguiente apartado, se abordarán
(b) hipertensión arterial, que es un incremento
los principales factores de riesgo modificables,
de la fuerza con la que la sangre circula por el
asociados a comportamientos que favorecen
sistema cardiovascular; (c) disglucemia, que es
o previenen el SM.
un estado previo a la diabetes tipo II; (d) esta-
Capítulo 3
86
Prevención en el SM
estas dos estrategias, que implican un cambio
El diagnóstico oportuno del SM adquiere gran
comportamental, han demostrado ser eficien-
relevancia, debido a que quienes lo padecen
tes para reducir el impacto del SM sobre la sa-
están en riesgo de desarrollar una enfermedad
lud, aunque en ocasiones podría ser necesario
cardiovascular o DM2. Una vez realizado un
el uso de medicamentos (Beavers & Nicklas,
diagnóstico oportuno y acertado, entonces se
2013; Cuevas, Álvarez, & Carrasco, 2011; Gon-
pueden tomar medidas para evitar o retrasar la
zález et al., 2019; Grundy, 2006; Steffen et al.,
aparición de DM2 o enfermedades cardiovas-
2006).
culares, así como las complicaciones relacio-
nadas a estos padecimientos (Ruiz de Eguilaz
Programa de prevención de la diabetes (DPP),
et al., 2016). En esta etapa, el psicólogo que
realizado por el Instituto Nacional de Salud de
trabaja en instituciones hospitalarias debe im-
Estados Unidos y que ha evidenciado que la
plementar programas educativos o de inter-
modificación de los estilos de vida, a través de
vención para que la población afectada logre
la alimentación y la actividad física en perso-
modificar conductas relacionadas con hábitos
nas con intolerancia a la glucosa, son efecti-
alimentarios y de actividad física para frenar el
vos para prevenir o retrasar la DM2 (Knowler
avance de este síndrome. Aunque esto parez-
et al., 2016). Para este programa, se formaron
ca algo sencillo, el asunto se complica porque
tres grupos. En la tabla 6, se pueden observar
a la mayoría de las personas les cuesta trabajo
las características de cada uno y las interven-
modificar sus estilos de vida, así que solo un
ciones realizadas. Los resultados arrojaron que
experto en conducta puede diseñar estrate-
en el Grupo 1 (Intervención de estilo de vida),
gias de adherencia al tratamiento.
se logró una reducción del 58% en el avance
Uno de los estudios más conocidos es el
de intolerancia a la glucosa, mientras que en Programas de modificación de estilos de vida
el Grupo 2 (metformina), la reducción fue del
Entre más tiempo se tenga una conducta se-
31%, con respecto al Grupo 3 (placebo y ase-
dentaria, existen más posibilidades de desa-
soramiento). Este estudio tuvo una segunda
rrollar SM (hasta en un 73%), por lo tanto, se
fase opcional (DPPOS), en el que se dio segui-
deben implementar medidas para aumentar
miento intensivo a todos los participantes du-
la actividad física. Las evidencias indican que
rante 10 años. En este periodo, desde la alea-
la estrategia terapéutica enfocada en cambios
torización de DPP, la incidencia de diabetes se
en el estilo de vida debe sustentarse en dos
redujo en un 34% en el grupo de estilo de vida
aspectos primordiales: una dieta que reduzca
y 18% en el grupo de metformina, en compa-
el ingreso calórico y el incremento de la acti-
ración con el grupo placebo (Diabetes Preven-
vidad física para aumentar el gasto calórico;
tion Program Research Group, 2009).
Capítulo 3
87
Tabla 6 Programa de prevención de diabetes (DPP) Grupo Grupo 1 Intervención de estilo de vida
Características Asesoramiento sobre dieta saludable Actividad física moderada (150 minutos por semana) Técnicas de modificación de conducta
Grupo 2
Metformina (850 mg), 2 veces al día
Fármaco y asesoramiento
Asesoramiento de dieta y actividad física, pero sin intervención intensiva
Grupo 3
Placebo en vez de metformina
Placebo y asesoramiento
Asesoramiento de dieta y actividad física, pero sin intervención intensiva
Nota: Adaptado de “Reduction in the incidence of type 2 diabetes with lifestyle intervention or metformin” por Knowler et al., 2002, The New England Journal of Medicine, 346.
Por otra parte, Burnet et al. (2005) ana-
DPP, DPS y Malmö, se involucra a los cónyu-
lizaron los principales programas de cambios
ges de los sujetos de estudio en las sesiones
de estilo de vida para prevenir diabetes y en-
de asesoramiento individualizadas, ya que se
fermedades cardiovasculares. Los programas
considera a la familia como el contexto social
analizados fueron los siguientes: (a) Programa
primario para el reconocimiento, la compren-
de prevención de diabetes (DPP), (b) Estudio
sión y el manejo de la diabetes y otras afeccio-
de prevención de diabetes (DPS), (c) Da Qing
nes de salud crónicas. La familia es una fuente
y estudios de diabetes, y (d) Estudio de factibi-
clave, ya sea de apoyo o de estrés, y las inter-
lidad de Malmö. De acuerdo con la investiga-
venciones dirigidas a un solo miembro nece-
ción, estos programas enfatizan la importan-
sariamente afectan a los demás. Por lo tanto,
cia de actividad física y cambios alimentarios,
estos estudios buscaron involucrar a los miem-
mediante el uso de contratos conductuales en
bros de la familia, en la medida de lo posible,
torno a objetivos personalizados. El empode-
para optimizar los resultados. Según el estudio
ramiento del paciente y la autoeficacia se me-
anterior, se concluye que la diabetes puede
joraron mediante estrategias de autocontrol y
prevenirse mediante la modificación del estilo
autoinformes, donde los participantes regis-
de vida con todas las ventajas que eso implica,
traron sus progresos en la dieta y la actividad
ya que los médicos podrían recomendar cam-
física. Además, se reconoció la importancia del
bios de comportamiento a pacientes asinto-
contexto familiar y social en los esfuerzos de
máticos con alto riesgo de diabetes.
prevención de la diabetes. En los estudios de
Capítulo 3
88
Chirinos et al. (2015) implementaron una
glucosa en ayunas. Los cambios se mantuvie-
intervención de cambio de estilo de vida es-
ron durante 12 meses, pero no se observaron
tructurada, en una población hispana de bajos
cambios significativos sobre la resistencia a la
ingresos, adaptando el programa DPP a ese tipo
insulina y otros componentes del SM como
de población; el objetivo principal fue modifi-
tensión arterial y triglicéridos; aunque los re-
car el peso y el metabolismo. Trabajaron sesio-
sultados fueron modestos, el aporte principal
nes grupales con 120 adultos detectados con
es que fue dirigido a una población vulnerable
SM. La intervención de modificación de estilo
(minoritaria y de bajos ingresos).
de vida estaba compuesta por un plan básico
de tres meses de ocho sesiones (cuatro sema-
yo clínico aleatorizado (con duración de cuatro
nales y cuatro sesiones quincenales) seguidas
meses). Se formó un grupo de intervención,
de una fase de mantenimiento. Las sesiones
que recibió un paquete de intervención que in-
duraban 90 minutos y se enfocaban a lograr
cluía una dieta específica, un manual de orien-
una reducción en el peso, cambiando los há-
tación, asesoramiento vía telefónica y material
bitos alimentarios y aumentando la actividad
educativo; y un grupo control, que solo recibió
física a través de la educación, la modificación
la dieta y la orientación nutricional. En am-
del comportamiento y el manejo del estrés.
bos grupos se realizaron evaluaciones antro-
Los objetivos calóricos fueron de 1200 a 1500
pométricas, evaluación dietética y exámenes
calorías por día para quienes pesaban menos
bioquímicos. Los resultados arrojaron que los
de 100 kilos y de 1800 a 2000 para más de
pacientes que estaban más motivados fueron
100 kilos. No llevaron una dieta estructurada
quienes tuvieron una mayor reducción del ín-
y el ejercicio no estuvo supervisado, pero con-
dice de masa corporal y en la circunferencia de
sistió en caminatas rápidas de 30 minutos. Las
la cintura. Se encontraron correlaciones esta-
metas de dieta y de actividad física, se propor-
dísticamente significativas entre el índice de
cionaron de acuerdo con las recomendaciones
masa corporal, la glucemia y los triglicéridos.
del Programa Nacional de Educación sobre el
Esa mejoría se observó en los dos grupos; el
Colesterol (NCEP, por sus siglas en inglés). Se
único factor significativo que se identificó para
solicitó a los participantes registrar su consu-
mejores resultados fue la motivación previa,
mo de alimentos y usar un podómetro duran-
por lo que esta variable debe ser un factor im-
te al menos una semana antes de cada sesión.
portante por evaluar y considerar para incluir-
Las sesiones contenían material relacionado
se en este tipo de intervenciones.
con dieta, actividad física y bienestar psico-
social. Se obtuvieron resultados significativos
lizaron un estudio para identificar las asocia-
en cuanto a pérdida de peso y reducción de la
ciones de la alimentación compulsiva (AC) y la
Capítulo 3
89
Busnello et al. (2011) diseñaron un ensa-
Por otra parte, Radin et al. (2020) rea-
alimentación por estrés (AE) en la salud meta-
Zhang et al. (2016) estudiaron los efec-
bólica en 194 adultos con obesidad, así como
tos de una intervención de cambios de estilo
los efectos basados en una intervención para
de vida, utilizando la terapia cognitivo conduc-
perder peso. Se formó un grupo de control
tual centrada en pacientes con síndrome car-
activo con 94 participantes (psicoeducación y
diometabólico (SCM). Se formaron dos grupos
TCC). El otro grupo fue de 100 participantes y
(de control y de intervención). Los participantes
recibió un entrenamiento en psicoeducación,
del grupo control (31 pacientes) solo recibieron
más un entrenamiento en control de estrés
una carta explicándoles su asignación grupal y
basado en la atención plena (mindfulness).
consejos básicos de estilo de vida e informa-
Ambos grupos completaron procedimientos
ción general sobre factores de riesgo de SCM,
de línea base que incluyeron un examen físico,
y además se les enviaban mensajes de texto
medición de triglicéridos en ayunas, medidas
semanales. Los participantes del grupo de in-
de composición corporal y evaluaciones de
tervención recibieron varios talleres enfoca-
autoinforme de conductas alimentarias. Se re-
dos hacia el cambio de estilo de vida, utilizan-
evaluaron a los participantes sobre la conducta
do terapia cognitiva conductual centrada en el
alimentaria y variables metabólicas a los 6, 12
paciente (PC-CBT); se consideraron circuns-
y 18 meses desde el inicio de la intervención.
tancias específicas para cada paciente, pre-
Los participantes con una conducta alimenta-
ferencias individuales, necesidades y valores.
ria compulsiva basal alta obtuvieron un mayor
Los terapeutas aplicaron la toma de decisiones
beneficio en el grupo de alimentación cons-
compartida según la condición específica del
ciente con respecto al nivel de glucosa en la
paciente y el sistema de valores para el cambio
sangre, en comparación con aquellos con una
de estilo de vida; además, se les educó sobre el
conducta alimentaria compulsiva basal más
SCM. Se integró un componente de refuerzo
baja. Los cambios en el estrés y la alimenta-
conductual durante la intervención, así como
ción compulsiva se asociaron con cambios en
meditación, entrenamiento de manejo del es-
los resultados metabólicos y, por lo tanto, se
trés y respiración. Después de 12 semanas, el
puede reducir el riesgo de deterioro metabó-
grupo control mostró una modesta mejoría,
lico al participar en una atención plena, por
mientras que el grupo de intervención mostró
lo que concluyen que, para futuras investiga-
una mejora significativa en cuanto a disminu-
ciones, se debe considerar la posibilidad de
ción de la circunferencia de la cintura, nive-
adaptar el tratamiento para quienes presentan
les de triglicéridos y presión arterial sistólica.
conductas alimentarias compulsivas al realizar
un programa de pérdida de peso.
la diabetes requiere cambios significativos en
La implementación de la prevención de
su paradigma de abordaje, tanto para los pa-
Capítulo 3
90
cientes como para los médicos. Se debe con-
Referencias
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Facilitating behavior change and well-
modificación en el estilo de vida, puesto que
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es la principal estrategia para prevenir que el
Standards of Medical Care in Diabetes
SM evolucione y traiga repercusiones futuras.
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Sin embargo, modificar el estilo de vida es una
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Obesity management for the treatment
no siempre se adhiere al tratamiento médico,
of type 2 diabetes: Standards of Medical
o lo hace de manera intermitente sin adoptar
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hábitos nuevos para el resto de su vida. Es por
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Index and the Metabolic Syndrome on
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por alguna razón tiene una recaída, que sepa
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Capítulo 3
95
Capítulo 4 Hipertensión: riesgo cardiovascular, conducta y control de complicaciones Leonardo Reynoso Erazo, Aarón Villegas Cisneros y María Rosa Ávila Costa
La hipertensión arterial sistémica (HAS) es una
prevalencia de hipertensión arterial en la po-
enfermedad higiénico-nutricional. La ingesta
blación de 20 años o más resultó de 30.8%.
excesiva de alimentos (por encima de los re-
En las mujeres, el porcentaje obtenido por
querimientos y de los gastos diarios), el con-
diagnóstico médico previo fue mayor (18.7%)
sumo suprafisiológico de sal, el consumo ex-
que el mismo tipo de diagnóstico realizado
cesivo de alcohol y los estresores psicológicos
en los hombres (11.4%). Una relación inver-
contribuyen al desarrollo de la hipertensión en
sa se observó en el hallazgo de hipertensión,
el mundo (Reynoso, Calderón, & Ruiz, 2009).
con 20.1% en hombres y 12.1% en mujeres (Olaiz-Fernández et al., 2006).
Datos epidemiológicos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha
los 60 años presenta hipertensión arterial,
estimado que en el mundo hay 1130 millones
mientras que, en las mujeres, la afección se
de personas con hipertensión, y la mayoría de
presenta en casi 60% para el mismo periodo
ellas (cerca de dos tercios) vive en países de
de edad. Es importante destacar que la mayor
ingresos bajos y medianos. En 2015, uno de
parte de los diagnósticos en las mujeres eran
cada cuatro hombres y una de cada cinco mu-
ya conocidos por ellas, mientras que la mayor
jeres tenían hipertensión. Apenas una de cada
parte de los hombres fueron diagnosticados
cinco personas hipertensas tiene controlado el
en el levantamiento de esta encuesta. La dis-
problema. La hipertensión es una de las causas
tribución de la prevalencia de hipertensión ar-
principales de muerte prematura en el mundo
terial por entidad indica que los estados del sur
(OMS, 2019).
presentan menor porcentaje de la población
En México, de acuerdo con la Encues-
con esta enfermedad, en comparación con los
ta de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2006, la
estados del centro y del noroeste. Las entida-
96
Más de 50% de los hombres a partir de
des con las prevalencias más altas son Nayarit,
cardiopatías, entonces, son un grupo de enfer-
Zacatecas, Sinaloa, Coahuila, Baja California
medades del sistema cardiovascular.
Sur, Durango y Sonora (Olaiz-Fernández et al., 2006).
Definición y clasificación etiológica de la HAS
Los datos de la ENSANUT 2012 señalan
La HAS se define y clasifica de acuerdo con la
que la prevalencia de hipertensión arterial se
medición de la tensión arterial (TA) y, entonces,
ha mantenido constante en los últimos seis
se entiende por tensión arterial elevada a la
años tanto en hombres (32.4 frente a 33.3%)
elevación persistente y sostenida de las cifras
como en mujeres (31.1 frente a 30.8%) (Gutié-
de la tensión arterial sistólica (TAS) por arriba
rrez et al., 2012), mientras que la ENSANUT
de 130 milímetros de mercurio (mm Hg), de
2016 señala que la prevalencia encontrada
las cifras de la tensión arterial diastólica (TAD)
fue de 25.5% y no se observaron diferencias
por arriba de 80 mm Hg o ambas (Whelton et
estadísticamente significativas en la prevalen-
al., 2018a; 2018b). La tabla 1 muestra la clasifi-
cia de hipertensión arterial entre las regiones
cación de la HAS, de acuerdo con la propues-
geográficas ni entre las localidades rurales y
ta del American College of Cardiology y de la
urbanas (Instituto Nacional de Salud Pública
American Heart Association, mientras que la
[INSP], 2016).
Secretaría de Salud ofrece la clasificación que
se presenta en la tabla 2.
Las cifras mencionadas dan cuenta de
la urgencia y magnitud de este problema de
salud en México y el mundo. Pero ¿por qué
y secundaria, siendo la primaria también de-
es tan grave?, ¿qué es la hipertensión arterial
nominada esencial. Es una enfermedad mul-
y cómo se genera? Antes de ahondar en ello,
ticausal, con propensión hereditaria multigé-
resulta necesario remitirse al funcionamiento
nica, que da origen a fenotipos hipertensivos,
cardiovascular, ya que de antemano se puede
que por sí solos generalmente no causan la
sostener que la HAS es una enfermedad que
enfermedad y que requieren de factores de
involucra al corazón y los vasos sanguíneos.
riesgo para el desarrollo de esta, que incluyen
De acuerdo con la OMS (2019), las en-
la obesidad, la falta de actividad física, la inges-
fermedades cardiovasculares son un conjunto
ta excesiva de sodio y el consumo de alcohol
de trastornos del corazón y de los vasos san-
(Arnett et al., 2019; Secretaría de Salud, 2017).
guíneos y se clasifican en: hipertensión arte-
rial, cardiopatía coronaria, enfermedad cere-
tra un problema médico subyacente; entre las
brovascular, enfermedad vascular periférica,
causas de hipertensión secundaria podemos
insuficiencia cardíaca, cardiopatía reumática,
citar las siguientes: enfermedad del parén-
cardiopatía congénita y miocardiopatías. Las
quima renal (glomerulopatías, tubulopatías y
Capítulo 4
97
La HAS puede clasificarse en primaria
En la hipertensión secundaria se encuen-
Tabla 1 Clasificación de la HAS de acuerdo con las cifras de TA Categoría Normotensión
TAS
TAD
< 120 mm Hg
y
< 80 mm Hg
120 a 129 mm Hg
y
< 80 mm Hg
Estadio 1
130 a 139 mm Hg
o
80 a 89 mm Hg
Estadio 2
>140 mm Hg
o
> 90 mm Hg
Elevada Hipertensión
Nota: TAS = Tensión arterial sistólica; TAD = Tensión arterial diastólica; mm Hg = milímetros de mercurio. Tomado de Whelton et al., 2018a y Whelton et al., 2018b.
Tabla 2 Clasificación de la HAS según la NOM-030-SSA2-2017 Categoría
TAS
TAD
< 120 mm Hg
< 80 mm Hg
Presión arterial subóptima
120-129 mm Hg
80-84 mm Hg
Presión arterial limítrofe
130-139 mm Hg
85-89 mm Hg
Hipertensión grado 1
140-159 mm Hg
90-99 mm Hg
Hipertensión grado 2
160-179 mm Hg
100-109 mm Hg
Hipertensión grado 3
180 mm Hg
110 mm Hg
Presión arterial óptima
Nota: PAS = Presión arterial sistólica; PAD = Presión arterial diastólica; mm Hg = milímetros de mercurio. Tomado de Secretaría de Salud, 2017.
enfermedades intersticiales), hipertensión re-
antiinflamatorios no esteroideos, inhibidores
novascular, aldosteronismo primario, apnea
de la ciclooxigenasa, anfetaminas, simpatico-
obstructiva del sueño, hipertensión secunda-
miméticos, anticonceptivos orales, ciclospori-
ria a uso de drogas o alcohol.
na, eritropoyetina, inhibidores de las proteasas,
Otras causas poco comunes pueden ser:
complementos dietéticos), hipertensión indu-
feocromocitoma, paraganglioma, síndrome
cida por estupefacientes y tóxicos (cocaína o
de Cushing, hipertiroidismo, coartación aór-
plomo) e hipertensión inducida por el emba-
tica, hiperparatiroidismo primario, hiperplasia
razo (preeclampsia y eclampsia) (Secretaría de
adrenal congénita, acromegalia, hipertensión
Salud, 2017; Whelton et al., 2018a; 2018b).
inducida por medicamentos (glucocorticoides, Capítulo 4
98
¿Estamos midiendo correctamente la TA?
del brazo del paciente, que el brazalete se en-
La medición adecuada de la TA se torna como
cuentre a la altura del corazón del paciente,
una actividad esencial para el clínico; existen
desinflar el brazalete lentamente.
una serie de errores, que podrían ser evitados
si siguiéramos correctamente las indicaciones
de la TA no debe utilizarse como medida de
para realizarla, que incluyen tener al paciente
valor diagnóstico, debido a las variaciones que
sentado y tranquilo al menos cinco minutos
la TA pudiese tener y a los errores que se pue-
previos a la medición, que el brazo en el que
den cometer durante la medición.
se mida la TA se encuentre descansando en
alguna mesa, que el brazalete utilizado sea del
la TA, se presenta los pasos para realizarla co-
tamaño adecuado para la longitud y volumen
rrectamente (tabla 3).
Se debe enfatizar que una sola lectura
Para evitar los errores en la medición de
Tabla 3 Procedimiento para medir la tensión arterial Pasos
Instrucciones Permita que su paciente se relaje sentado en una silla, con los pies en el piso y la
1. Prepare al paciente
espalda recargada al respaldo de la silla. Verifique si el paciente evitó bebidas con cafeína, que no haya realizado ejercicio o haya fumado al menos 30 minutos antes de la medición. Descanse el brazo del paciente sobre un escritorio. Utilice un brazalete de tamaño adecuado para la circunferencia del brazo. Para circunferencia de:
2. Utilice la técnica adecuada
• • • •
22 a 26 cm, el brazalete debe ser: 12 x 22 cm 27 a 34 cm, el brazalete debe ser: 16 x 30 cm 35 a 44 cm, el brazalete debe ser: 16 x 36 cm 45 a 52 cm, el brazalete debe ser: 16 x 42 cm
Coloque el brazalete en el brazo, a la mitad de este. Si es paciente de primera vez, mida la TA en ambos brazos, anote las dos lecturas y enfóquese en la lectura mayor. 3. Tome las mediciones Use el método palpatorio para estimar la obliteración de la arteria radial para la TAS necesarias
e insufle 20 a 30 mm Hg por arriba de ese punto. Desinfle el brazalete progresivamente (2 mm Hg por segundo) y escuche los sonidos de Korotkoff.
4. Documente adecuadamente la lectura
Capítulo 4
Registre la TAS al inicio de los sonidos de Korotkoff y la TAD al término de estos, anotando las cifras de la lectura.
99
5. Promedie las lecturas 6. Entregue un documento con las cifras de TA a su paciente
Utilice el promedio de dos o más lecturas, obtenidas en dos o más ocasiones para determinar las cifras de TA del paciente. Indique a su paciente verbalmente sobre sus cifras de TA; además, entregue un documento con las cifras obtenidas.
Nota: Adaptado de Muntner et al., 2019; Pickering et al., 2005.
¿Estamos seguros de que el paciente tiene
tiene hipertensión sostenida, pero es el doble
hipertensión?
de quien tiene lecturas normales. El problema
La TA debe medirse repetidamente a lo largo
subyacente consiste en la medición repetida
del día para identificar la presencia de altera-
de la TA durante el día, aunque en la actuali-
ciones o estabilidad de las cifras; a este pro-
dad se cuenta con instrumentos de medición
ceso se le conoce como monitoreo de la TA y
y registro que permiten la medición ambula-
puede ser ambulatorio o en casa. El monitoreo
toria de la TA, entendida como mediciones re-
es una estrategia de gran utilidad para detectar
petidas en el transcurso del día. De esta forma,
hipertensión sostenida, enmascarada o hiper-
puede confirmarse la existencia de hiperten-
tensión de la bata blanca. El uso de técnicas
sión enmascarada por las cifras de TA elevadas
ambulatorias para medir la TA repetidamente
en el transcurso del día y cifras normales en
ofrece un panorama más claro de las cifras de
la consulta; mientras que la hipertensión de la
cada paciente, puesto que, en un escenario
bata blanca se presenta a la inversa, es decir,
natural, las cifras podrían estar influenciadas
cifras elevadas de TA en el consultorio y cifras
por estrés u otros factores que no emergen
normales en el transcurso del día. Además, se
durante la consulta (Steptoe & Kivimäki, 2013).
puede confirmar la hipertensión sostenida al
La hipertensión enmascarada se presenta en
demostrarse cifras elevadas de TA tanto en el
aquel paciente cuyas cifras de TA en el consul-
consultorio como en el transcurso del día (Tru-
torio se encuentran en límites normales, pero
del et al., 2020).
que en la vida cotidiana se encuentran elevadas; mientras que, en la hipertensión de la
Estilo de vida e hipertensión
bata blanca, las cifras elevadas se encuentran
La hipertensión arterial esencial o hipertensión
en el consultorio y el resto del día se mantiene
primaria debe ser vista como un problema de
en cifras normales.
salud pública a nivel mundial, ya que cerca de
Es importante identificar estas variantes,
mil millones de personas tienen cifras elevadas
ya que el riesgo de quien padece hipertensión
de TA. Además, debemos señalar que la HAS
enmascarada es tan elevado como el de quien
es un factor de riesgo mayor para presentar
Capítulo 4
100
enfermedad cardiovascular, cerebrovascular y
mantenida en el tiempo podría revertir estas
renal, y que el control de la TA en pacientes
alteraciones?
hipertensos puede reducir la morbilidad y la mortalidad para estas complicaciones (Blaus-
Sedentarismo, sobrepeso y obesidad
tein et al., 2012; Kearney et al., 2005). Exis-
Durante la primera mitad del siglo pasado no
te acuerdo entre los investigadores en que el
existía preocupación por el sobrepeso; por el
exceso de consumo de sal en la alimentación
contrario, se aceptaba que un grado modera-
es el factor más controlable responsable de la
do de exceso de peso era considerado médi-
elevación de la TA en nuestra cultura, a medi-
camente deseable, ya que ayudaba a enfren-
da que se incrementa la edad de los pacientes.
tar a las enfermedades infecciosas debilitantes
A pesar de que se han realizado diver-
(Dawber, 1980), a pesar de que, desde la dé-
sas investigaciones, los mecanismos específi-
cada de 1920, se señalaron asociaciones entre
cos por los cuales el exceso en la ingesta de
peso y cifras de TA y en estudios posteriores se
sal deriva en elevación de la TA se encuentran
ha confirmado esta asociación.
pobremente entendidos y generalmente ig-
norados. Entre las posibles explicaciones se
relación positiva entre sobrepeso u obesidad y
encuentran los mecanismos por los cuales los
las cifras de TA y el riesgo de padecer hiperten-
riñones retienen sal y las manifestaciones aso-
sión; las alteraciones de las cifras de TA tienen
ciadas con la elevación de la TA dependiente
una asociación positiva con el cambio de peso.
del sodio, entre las que se pueden citar: el in-
Aunque existen estudios que han examinado
cremento de la actividad nerviosa simpática
este cambio, desde la perspectiva de pérdida
—que recalibra los mecanismos barorrecepto-
de peso y reducción de las cifras de TA, existen
res—, el tono miogénico elevado en los vasos
pocos datos que informen directamente que
de resistencia hasta el remodelamiento vas-
el incremento de peso se relaciona con eleva-
cular, estrés oxidativo, depósitos de coláge-
ción de la TA a nivel individual (Harsha & Bray,
no y endurecimiento de las paredes arteriales
2008).
Actualmente, se acepta que existe una
(Blaustein et al., 2012; He, Burnier, & MacGregor, 2011; Meneton, Jeunemaitre, de Wardene,
Historia natural
& MacGregor, 2005; Sanders, 2009; Whelton
Con relación a la historia natural de la HAS, po-
et al., 2012).
demos señalar que, desde una perspectiva de
Desde nuestra perspectiva y aceptando
fisiología patológica, la resistencia elevada que
que la ingesta de sodio produce elevación de
ofrecen los vasos sanguíneos para el paso de
la TA, entonces, ¿una intervención conductual
la sangre obliga a que el corazón genere mayor
Capítulo 4
101
fuerza en su contracción, ello con el propósi-
angiotensina-aldosterona, con lo que se eleva
to de vencer tal resistencia, lo que ocasiona
aún más la presión arterial y, además, se retiene
crónicamente crecimiento del corazón, princi-
agua y sodio. Por lo tanto, la hipertensión
palmente de la masa ventricular izquierda, por
crónica se convierte en factor de riesgo para
lo que, a medida que pasa el tiempo (meses,
la aparición de evento vascular cerebral (EVC)
años), si la resistencia vascular continúa incre-
(Reynoso et al., 2012).
mentada se empieza a generar la denominada
cardiopatía hipertensiva.
logía de la hipertensión arterial está asociada a
A mayor crecimiento de la masa ventri-
factores preponderantemente conductuales.
cular, posteriormente, se presentarán altera-
Esto significa que, el tratamiento también ha
ciones de irrigación del músculo cardiaco, con
de tener un componente conductual, pues es
lo que aumenta la probabilidad de que existan
el comportamiento lo que produce y controla
episodios de angina de pecho o bien, que se
la progresión de esta enfermedad; esto con-
pueda generar un infarto miocárdico agudo. Si
firma la interacción entre la enfermedad y el
no ocurre ninguno de estos eventos, el corazón
comportamiento sugerida por Reynoso-Erazo
hipertrófico se dilatará, su fuerza de contrac-
(2014), quien señala que la conducta puede
ción disminuirá progresivamente y, como con-
generar enfermedades, y las enfermedades
secuencia, se presentarán ajustes circulatorios.
pueden generar conductas.
La evidencia clínica de estos cambios será refe-
rida por los pacientes como disnea de esfuer-
se enfoca en dos vías: (1) la disminución de la
zo, que se manifestará de forma progresiva.
hiperactividad fisiológica1 y (2) el desarrollo de
Por otra parte, la resistencia vascular
la adhesión al tratamiento (farmacológico y no
elevada impide la correcta perfusión de
farmacológico) a través de diferentes estrate-
sangre a todo el organismo; el mecanismo
gias de intervención conductuales (Arrivillaga,
compensador cardiovascular del aumento de
Correa, & Salazar, 2007; Borda, Pérez, & Blan-
la fuerza de contracción y su consecuencia —la
co, 2000; Fernández, 2009).
hipertrofia— mejoran la perfusión a los tejidos.
1
Sin embargo, los riñones son altamente
Hasta ahora, se ha sugerido que la etio-
Esencialmente, el tratamiento de la HAS
Molerio y García (2004) señalan que al reducir el nivel general de activación del organismo (debi-
sensibles a la disminución de la perfusión,
do a respuestas de estrés, ansiedad, ira o eno-
y al detectarla desencadenan mecanismos
jo), a través de técnicas conductuales, se puede modificar un patrón complejo de respuesta,
de regulación que, en condiciones normales,
que incluye la desaceleración de la frecuencia
elevarían temporalmente la presión arterial.
cardíaca, la regulación del ritmo respiratorio y
En el caso de la hipertensión, la disminución
la disminución de la tensión arterial como uno
de la perfusión dispara el mecanismo renina-
Capítulo 4
más de sus componentes.
102
Tratamientos farmacológicos (médicos)
a discriminarlos de los síntomas de la enfer-
de la HAS
medad y proporcionar habilidades para que
En la tabla 4 se muestran, de manera sucinta,
él mismo reporte los síntomas percibidos a su
los tratamientos farmacológicos comúnmente
médico tratante y, de ser necesario, le solicite
utilizados para el control de la HAS y sus po-
un reajuste de dosis.
sibles efectos secundarios, los cuales pueden
confundirse (erróneamente) con los supuestos
nos debe interesar por dos cosas: (a) las reac-
síntomas de la enfermedad. De hecho, esto
ciones secundarias, y entonces señalar la po-
es un factor que puede afectar negativamen-
sibilidad de la falta de adherencia por aversión
te la adhesión al régimen de medicamentos
condicional; o (b) la falta de adherencia volun-
(Beléndez-Vázquez et al., 2007; Leventhal,
taria (debido a la ausencia de síntomas) o invo-
Leventhal, & Breland, 2011; McAndrew et al.,
luntaria (debido a la imposibilidad de costear
2017; Meichenbaum & Turk, 1991).
el medicamento, la escasez de medicamentos
en las instituciones de salud, no entender las
Cabe recordar que la hipertensión ar-
Entonces, la intervención farmacológica
terial es asintomática, pero algunas veces los
indicaciones médicas, etc.).
usuarios reportan síntomas asociados general-
La American Heart Association ofrece
mente a la dosis farmacológica. Por lo tanto,
criterios para el tratamiento de la HAS, que se
el especialista en medicina conductual (MC)
presentan en la figura 1. Entre estos se reco-
también debe conocer los efectos secundarios
mienda cambiar de estilo de vida (ajustes ali-
de los medicamentos, para enseñar al usuario
mentarios, actividad física) y, solo en hipertensión grado 1 y 2, utilizar medicamentos.
Tabla 4 Tratamiento farmacológico y conductual de la HAS Tratamiento farmacológico Fármaco
Efectos secundarios
Tratamiento conductual Objetivos
Hiperuricemia, hipokalemia, hipomagnesemia, Eliminar: • Consumo de tabaco o dro• Reducen la cantidad de hiponatremia, hiperglucemia, pancreatitis, erupgas estimulantes. sodio y agua en el orga- ciones cutáneas, hipercolesterolemia, hipertriReducir: nismo. gliceridemia, depresión, fatiga, disfunción eréc• Consumo de alcohol, sodio, • Otros son ahorradores til, trastornos gastrointestinales, ginecomastia, grasas; de potasio. erupciones cutáneas, deseo sexual hipoactivo, • Hiperactivación fisiológica • Otros inhiben la reabsor- nefrolitiasis, mialgia, sequedad en la boca, sed, ocasionada por estrés, ción tubular de agua. mareos, inestabilidad, cefalea, deshidratación. ansiedad, ira o enojo. Diuréticos
Capítulo 4
103
Tratamiento farmacológico Fármaco
Efectos secundarios
Betabloqueadores
Algunos producen vasodilatación arterial, no
• Bloquean los efectos de
producen bradicardia ni descenso del gasto car-
las hormonas del estrés
diaco y provocan natriuresis.
en el corazón.
Otros producen bradicardia y disminución del
• Disminuyen la
gasto cardiaco, y son fundamentalmente hipo-
frecuencia cardiaca.
tensores.
Calcioantagonistas
Taquicardia, edema en extremidades inferiores,
• Bloquean la entrada de
rubor facial, cefaleas, mareos, hipotensión, bra-
los canales de calcio.
dicardia, insuficiencia cardiaca, estreñimiento.
Inhibidores de la enzima
Objetivos
Aumentar: • Frecuencia de la toma del
fármaco correspondiente; • Consumo de potasio y agua; • Actividad física.
convertidora de la angiotensina (IECA)
Tos, hipotensión, erupciones cutáneas, ageusia,
• Relajan los vasos
insuficiencia renal aguda, pancreatitis, discrasias
sanguíneos.
Tratamiento conductual
sanguíneas.
• Mejoran el flujo
sanguíneo.
Figura 1 Criterios para el tratamiento de la HAS
Nota: TA = Tensión arterial; HAS = Hipertensión arterial sistémica; ECV = Enfermedad cardiovascular. Adaptado de Arnett et al., 2019; Whelton et al., 2018a.
Capítulo 4
104
De acuerdo con la American Heart Asso-
Técnicas basadas en información
ciation y la Society of Behavioral Medicine:
Las estrategias educativas han demostrado mejorar la adhesión al tratamiento en indi-
modestos cambios de estilo de vida
viduos hipertensos (Blumenthal, Sherwood,
sostenidos en el tiempo pueden re-
Gullette, Georgiades, & Tweedy, 2002). Esto
ducir la morbilidad y mortalidad por
también es apoyado por Sánchez-Cisneros
enfermedad cardiovascular, ya que
(2006), quien señala que las estrategias educa-
muchos de los efectos benéficos del
tivas también resultan auxiliares al tratamien-
cambio de estilo de vida se aprecian en
to de la enfermedad cardiovascular. Por su
el tiempo. La adherencia a largo plazo
parte, Huttunen-Lenz, Song y Poland (2010),
maximiza los beneficios tanto indivi-
mediante un metaanálisis, sostienen que las
duales como a nivel de la población.
técnicas basadas en información —como es la
Las intervenciones dirigidas a cambiar
psicoeducación2— favorecen el cambio con-
patrones alimentarios, reducción de
ductual.
peso y nuevos hábitos de actividad fí-
sica resultan en tasas impresionantes
mación sobre la enfermedad, sus factores de
de cambio conductual inicial, pero fre-
riesgo y sus consecuencias mediante videos,
cuentemente no son mantenidos en
pláticas, material impreso, etc. Sin embargo,
el tiempo, por lo que la adopción y el
sugieren que esas técnicas resultan de poca
mantenimiento de nuevas conductas
utilidad, debido a la falta de especificidad en
de reducción del riesgo cardiovascular
los procedimientos terapéuticos utilizados y a
se vuelven el reto para muchos indivi-
la pobre adecuación de la intervención a las ca-
duos. (Artinian et al., 2010, p.406)
racterísticas y necesidades individuales de los
Los programas educativos aportan infor-
pacientes (dado que la aplicación se hace en
Por lo anterior, el trabajo del especia-
grupo y se emplean programas estándar), ade-
lista en MC debe dirigirse a la promoción y
más, porque la intervención se aplica, algunas
mantenimiento de la adhesión al tratamiento,
veces, por parte de personal no capacitado.
sustentada en modelos, métodos y técnicas
2
cognitivo-conductuales. Asimismo, se reco-
La psicoeducación es una estrategia terapéutica en la cual se brinda información específica al
mienda evaluar y medir la adhesión al trata-
paciente o familiares sobre la enfermedad, se
miento de manera multimetódica y continua,
proporciona entrenamiento en estrategias de afrontamiento al problema y se promueve la re-
ya que debe planearse de acuerdo con las ne-
habilitación social del paciente. Puede emplear-
cesidades de cada individuo (Artinian et al.,
se de forma individual, familiar o grupal (Alba-
2010).
rrán & Macías, 2007; Bulacio, Vieyra, Alvarez, & Benatuil, 2004).
Capítulo 4
105
Para que las técnicas basadas en infor-
Moreno e Ybarra (2007) identificaron una alta
mación resulten efectivas en el tratamiento de
asociación entre las creencias sobre los sínto-
la hipertensión, Arrivillaga et al. (2007) reco-
mas de la hipertensión y la falta de adheren-
miendan que deberán cumplirse los siguientes
cia, lo que confirma la relevancia de enseñar
objetivos:
al paciente a discriminar entre los síntomas de
•
•
•
•
•
•
•
•
Relacionar la presencia de factores de
la enfermedad y los efectos secundarios del
riesgo y la aparición de la enfermedad.
tratamiento. Al respecto, Theunissen, Ridder,
Valorar los riesgos de mantener compor-
Bensing y Rutten (2003) demostraron que las
tamientos negativos para la salud.
creencias y los planes de acción relacionados
Evaluar la percepción de riesgo y la vulne-
con la hipertensión cambian como resultado
rabilidad.
de la explicación de la enfermedad por parte
Facilitar la adopción de conductas de au-
del médico tratante durante la consulta; estas
tocuidado.
ideas y planes de acción modifican la adhesión
Evaluar los beneficios de adherirse a un
terapéutica.
tratamiento.
Involucrar familiares o una fuente de apo-
dificación de creencias a partir de información
yo social significativa para el paciente, de
son muy importantes y tienen mucho sentido
forma que participen en el proceso de ad-
en este contexto, ya que, en México, de acuer-
hesión terapéutica y reducción del riesgo
do con la ENSANUT de Medio Camino (INSP,
psicosocial.
2016), la prevalencia de hipertensión arterial
Lograr la comprensión de la enfermedad,
es de 25.5%, de los cuales 40% desconocía
sus características, etiología, evolución y
que padecía esta enfermedad (debido a la ig-
tratamiento.
norancia de su naturaleza asintomática), por lo
Revisar los efectos secundarios de los an-
que se encontraban sin recibir tratamiento ni
tihipertensivos, para evitar el riesgo de
atención médica. De aquellos que conocían su
abandonar la prescripción médica.
diagnóstico, solo el 79.3% informó tener tra-
Las intervenciones enfocadas a la mo-
tamiento farmacológico antihipertensivo. En
La hipertensión es un factor de riesgo
tonces, las técnicas basadas en información
e incluso un síntoma difícil de percibir. Por lo
son estrategias fundamentales para promover
tanto, es indispensable el uso de información
el cambio en el estilo de vida, pero dependerá
como estrategia para diferenciar estos ele-
de la habilidad y la efectividad con la que se
mentos y para modificar las creencias sobre la
transmite la información para ejecutar deter-
enfermedad y el tratamiento (farmacológico
minadas instrucciones, y los efectos emocio-
y no farmacológico). Granados, Roales-Nieto,
nales de la comunicación verbal y no verbal,
Capítulo 4
106
entre otros factores, como lo han destacado
Arocha y Romero (2011). Por su parte, Del Rey
cas documentadas que disminuyen las cifras
(2006) afirmó que la información que se pre-
de la tensión arterial; entre ellas, se encuen-
senta al receptor de manera reiterada, didác-
tran las intervenciones para reducción del peso
tica y comprensible, modifica el comporta-
corporal, a través de cambio de alimentación,
miento, pero considera necesario examinar la
utilizando la dieta DASH (Dietary Approaches
comprensión de la información por parte del
to Stop Hypertension), controlando a los pa-
receptor.
cientes a través de la reducción de la ingesta
No obstante, eso último es parcialmente
de sodio, el aumento de potasio en la dieta,
verdadero, ya que, en diferentes ocasiones, la
las intervenciones dirigidas a incrementar la
información en sí misma no implica que la con-
actividad física y la reducción del consumo de
ducta cambie. Diversos estudios demuestran
alcohol.
que el nivel de información y conocimientos
sobre la enfermedad en sí mismos no garan-
estrés e intervenciones conductuales que in-
tiza una adecuada adhesión a los regímenes
cluyen respiración y relajación, pero estas tie-
terapéuticos (Fleischmann et al., 2004; Mei-
nen como problema metodológico la falta de
chenbaum & Turk, 1991). Por ello, la importan-
evidencia a largo plazo, es decir, no existe in-
cia de valerse de otros recursos técnicos (trata-
formación sobre mantenimiento conductual
mientos multicomponentes).
(Arnett et al., 2019; Blumethal et al., 2010;
Whelton et al., 2018a).
Las técnicas basadas en información son
Existen intervenciones no farmacológi-
Existen trabajos sobre la reducción de
compatibles con otras técnicas cognitivo-con-
Los factores de riesgo cardiovascular
ductuales y pueden dirigirse a cambios en la
pueden ser combatidos y controlados a través
alimentación, mejorar la topografía, frecuen-
de la adherencia a recomendaciones de modi-
cia, duración e intensidad de la actividad físi-
ficación del estilo de vida; la evidencia sugie-
ca y el manejo del estrés, como se explicará a
re que las estrategias cognitivo-conductuales
continuación.
fungen como un componente esencial en las intervenciones enfocadas a realizar cambios
Intervenciones no farmacológicas
de alimentación y de actividad física. En la ac-
Desde el nacimiento de la MC han existido
tualidad, se acepta que las intervenciones (in-
diversos intentos para realizar el manejo no
dividuales o grupales) multicomponente han
farmacológico de la HAS; inicialmente se tra-
mostrado efectividad. No obstante, se requie-
bajó sobre desensibilización, biorretroalimen-
re la realización de estudios que demuestren
tación, terapia implosiva, estrategias de relaja-
la fortaleza de dichas intervenciones.
ción, manejo del estrés, entre otras (Eisenberg et al., 1993). Capítulo 4
107
Algunas intervenciones de cambio de
problemas, control de estímulos y autocontrol
estilo de vida se enfocan en constructos como
(Artinian et al., 2010). La tabla 5 ofrece, de ma-
autoeficacia, autorregulación, automonitoreo,
nera general, las estrategias cognitivo-conduc-
selección de metas, retroalimentación, apoyo
tuales que han demostrado niveles de eviden-
social, aprendizaje observacional, solución de
cia 1 y 2 para reducir el riesgo cardiovascular.
Tabla 5 Estrategias cognitivo-conductuales para reducir el riesgo cardiovascular
Estrategias para promover cambio conductual
Intervención
Variables del contexto cultural y social que influencien el cambio conductual
Diseñar intervenciones dirigidas a la alimentación y a la actividad física con metas específicas cercanas. Ofrecer retroalimentación en el progreso hacia las metas. Ofrecer estrategias de automonitoreo. Establecer un plan para que los contactos personales —de manera oral, escrita o electrónica— funcionen como fuente de reforzamiento para alcanzar las metas. Proveer de manera directa apoyo y seguimiento para combatir la disminución de la adherencia que se presenta habitualmente entre cuatro a seis meses de iniciado el cambio. Incorporar estrategias para mejorar la autoeficacia. Utilizar una combinación de dos o más de las estrategias señaladas anteriormente. Utilizar reforzadores, modelamiento y estrategias de solución de problemas. Utilizar estrategias individuales o grupales. Utilizar sesiones planeadas específicamente para el paciente para evaluar las metas de la reducción de riesgos o mejorar la salud cardiovascular y desarrollar un plan personalizado para lograrlo. Utilizar sesiones grupales con estrategias cognitivo-conductuales para enseñar habilidades encaminadas a modificar la alimentación y desarrollar programas de actividad física, para promover modelado y aprendizaje observacional y para maximizar los beneficios del apoyo de sus pares, así como la solución de problemas en grupo. Para la población apropiada, utilizar el internet, así como programas basados en computadora dirigidos a la alimentación y actividad física. Utilizar recursos de iglesia, comunidad, trabajo, clínica u hospital para ofrecer las intervenciones. Utilizar estrategias multicomponente que incluya componentes grupales. Utilizar estrategias adaptadas a la cultura de los participantes para incrementar la confianza en el programa; debe ser sensible a las creencias culturales, valores, lenguaje, escolaridad y costumbres de la población. Utilizar estrategias de solución de problemas para derrumbar barreras hacia la actividad física y el cambio de alimentación (como la falta de acceso a alimentos saludables, falta de recursos para realizar actividad física, barreras para la transportación e inseguridad).
Nota: Elaboración propia a partir de Artinian et al., 2010.
Capítulo 4
108
Ingesta de sodio
gesta de estos nos enfrenta ante un reto,
El problema de la ingesta de sodio inicia desde
¿Cómo modificar aspectos alimentarios que
que los niños, en su etapa de lactantes, son ali-
se encuentran enraizados en costumbres so-
mentados por vez primera con productos dis-
cialmente aceptadas y reforzadas de manera
tintos a la leche; de acuerdo con el gusto de la
intermitente? Debemos considerar que buena
madre, el nuevo alimento será dulce o salado
parte de las familias mexicanas se reúnen pe-
y, a partir de este momento, la persona inicia
riódicamente para ingerir alimentos y que, en
su alimentación adicionada de sal. Este apren-
la medida de las posibilidades económicas, la
dizaje difícilmente será modificado, por lo que,
variedad y abundancia son dos elementos in-
cuando los médicos ordenan la restricción de
dispensables en dichas reuniones. Es frecuen-
sodio o eliminación de este de la alimenta-
te encontrar entre los alimentos disponibles
ción, el incumplimiento de dicha instrucción
algunos con escaso valor nutricional, bebidas
se vuelve más que complejo, aduciendo los
gasificadas azucaradas y bebidas alcohólicas.
pacientes que “la comida no me sabe”.
Al haber disponibilidad de este tipo de alimen-
tos, se ingerirán sin restricciones debido a su
El consumo elevado de sodio se asocia
con elevados niveles de la TA en animales y
valor reforzante inmediato.
humanos; los requerimientos fisiológicos de
sodio en humanos son menores de un gramo
sas, ingeridos por encima de las necesidades
diario, aunque las personas regularmente con-
metabólicas provocan almacenamiento pro-
sumen cantidades mayores a esta. El consumo
gresivo de grasa, ya que difícilmente las perso-
máximo de sodio es de dos gramos (es decir,
nas se encuentran regulando su alimentación
cinco gramos de sal) por adulto; un buen nú-
bajo un modelo de autocontrol. El reto para
mero de países recomiendan reducir la ingesta
el profesional del comportamiento consiste
a menos de 2.4 g/día. Los efectos de la reduc-
en utilizar el desvanecimiento para disminuir
ción de sodio sobre las cifras de la TA han sido
progresivamente el consumo de sal; para ello,
examinados en varios estudios; aunque exis-
se requiere utilizar como alternativa la sal de
te consenso entre investigadores en reducir el
potasio. Se reduce el uso de sal de sodio y se
consumo de sodio en la población general, al-
aumenta el de sal de potasio. Por otra parte,
gunos han señalado que el beneficio de limitar
se pueden realizar una serie de arreglos uti-
la ingesta de sodio en personas normotensas
lizando estrategias de control de estímulos,
en muy pequeño (Huang et al., 2020; Mene-
además de utilizar otro tipo de sabores que se
ton et al., 2005; Mozaffarian et al., 2014).
pueden adicionar a la comida —a través de las
denominadas hierbas de olor—.
Por otra parte, nuestro país tiene una
gran variedad de alimentos, con lo que la in-
Capítulo 4
109
La suma de diversos carbohidratos y gra-
Actividad física
se desempeña para vencer una fuerza opuesta
Los estudios epidemiológicos han demostra-
(la resistencia) y está diseñado específicamen-
do una relación inversa entre actividad física y
te para incrementar fuerza muscular, potencia
cifras de TA e hipertensión. Se ha encontrado
e incluso resistencia.
que modestos niveles de actividad física se
encuentran asociados con una disminución
muscular, el entrenamiento puede ser dividido
de las cifras de TA en pacientes hipertensos.
en dos subgrupos: (a) dinámico y (b) estático
Las guías de tratamiento para la prevención
o isométrico (Garber et al., 2011; Inder et al.,
primaria y secundaria de la HAS recomiendan
2015; Pescatello, Franklin, Fagard, Farquhar,
modificaciones del estilo de vida como prime-
& Kelley, 2004). En la actualidad, hay distin-
ra línea terapéutica, realzando la importancia
tas opiniones con relación al tipo de actividad
de incrementar los niveles de actividad física;
preferida para disminuir las cifras de TA; la ac-
al respecto se señala que, realizar 150 minutos
tividad isométrica se había asociado previa-
de actividad física semanal ofrece una alterna-
mente con respuestas hipertensivas exagera-
tiva complementaria a la medicación antihi-
das, pero trabajos recientes han sugerido que
pertensiva (Chobanian et al., 2003; Whelton
la actividad de presionar con la mano puede
et al., 2018b).
volverse una nueva herramienta para utilizarse
El American College of Sports Medici-
en el tratamiento no farmacológico de la HAS
ne recomienda realizar ejercicio aeróbico al
(Cornelissen & Smart, 2013).
menos 30 minutos diarios, preferentemente
acompañado de entrenamiento de resisten-
ciones no farmacológicas para el tratamiento
cia dinámica. Los efectos del entrenamiento
de la HAS. ¿Cuántas de estas intervenciones
en ejercicio puedan variar a través de distintos
se podrían realizar utilizando estrategias con-
parámetros, por ejemplo, duración del progra-
ductuales?
De acuerdo con el tipo de contracción
La tabla 6 muestra las distintas interven-
ma, duración de las sesiones de entrenamiento, frecuencia, carga de trabajo, intensidad, etc.
Manejo del estrés
Sin embargo, la prescripción óptima para ejer-
Existe evidencia fisiológica y clínica de que la
citarse no es clara (Cornelissen & Smart, 2013).
respuesta de estrés a corto plazo puede traer
El entrenamiento aeróbico de resisten-
como consecuencia la elevación de la TA
cia involucra grandes músculos en actividades
(Steptoe & Kivimäki, 2013). La relevancia de
dinámicas repetitivas, que resultan en incre-
este mecanismo en la hipertensión sostenida
mentos sustanciales de la frecuencia cardiaca
no se ha dilucidado, ya que no existe eviden-
y gasto de energía. El entrenamiento de resis-
cia epidemiológica para esta asociación, aun-
tencia es una actividad en la cual el esfuerzo
que la elevación de la TA a corto plazo puede
Capítulo 4
110
Tabla 6 Intervenciones no farmacológicas para el tratamiento de la HAS Intervención no farmacológica General Pérdida de peso
Alimentación saludable
Específica
Impacto sobre la TA Meta
Hipertensos
Peso y grasa corporal
Reducción de 1 mm Hg por cada -5 mm Hg kg
Dieta DASH
Consumir una dieta rica en frutas, vegetales, granos -11 mm Hg enteros y productos bajos en grasas
Referencia
-2/3 mm Hg
Neter, Stam, Kok, Grobbee, y Geleijnse, 2003.
-3 mm Hg
Appel et al., 1997; Appel et al., 2003.
-5/6 mm Hg
-2/3 mm Hg
Aburto et al., 2013; He, Li y McGregor, 2013.
Aeróbica
Por semana, 90 a 150 minutos. Ejercicio de intensidad moderada.
-5/8 mm Hg
-2/4 mm Hg
Cornelissen y Smart, 2013.
Resistencia dinámica
Por semana, 90 a 150 minutos. Ejercicio de intensidad moderada: 6 ejercicios, 3 series, 10 repeticiones por serie.
-4mm Hg
-2 mm Hg
Cornelissen y Smart, 2013
Resistencia isométrica
Cuatro ejercicios por 2 minutos de apretar pinza para mano. Un minuto de descanso en-5 mm Hg tre ejercicios. Tres veces por semana. De 8 a 10 semanas.
-4 mm Hg
Carlson et al., 2014; Inder et al., 2015.
Óptimo: < 1500 mg/día o al meReducción de la Sodio en la dieta nos reducción de ingesta de sodio 1000 mg/día en adultos
Actividad física
Capítulo 4
Normotensos
111
Intervención no farmacológica General Moderación en el consumo de alcohol
Específica Consumo de alcohol
Impacto sobre la TA Meta
Hipertensos
Reducir a 2 o menos bebidas diarias -4 mm Hg en hombres y 1 o menos en mujeres.
Normotensos
-3 mm Hg
Referencia Roerecke et al., 2017.
Nota: Elaboración propia a partir de Arnett et al., 2019 y Whelton et al., 2018b.
atribuirse al incremento de actividad simpá-
tica consecuencia de la reacción de alarma,
poral de la TA, mientras que los escasos estu-
los cambios vasculares a largo plazo pueden
dios sobre estrés crónico e hipertensión sugie-
perpetuarse por remodelación vascular, evi-
ren que solamente los estresores persistentes
denciable por histopatología y disfunción en-
o repetitivos pueden tener el potencial de in-
dotelial, es decir, la pérdida de balance entre
ducir elevación sostenida de la TA (Sparren-
factores vasodilatadores y vasoconstrictores
berger et al., 2009).
con predominio de estos últimos.
Para explicar los cambios fisiológicos
reconocer que lo tenemos; en tanto seres hu-
generados por el estrés en la HAS, utilizare-
manos, expuestos a distintas condiciones, to-
mos el modelo de Selye (1950), que lo definió
dos hemos sufrido estrés. Lo que se requiere
como una reacción inespecífica del organismo
es aprender a reconocerlo. Los síntomas de
ante cualquier demanda; la reacción de estrés
estrés son individuales y, bajo el modelo de
se presenta ante retos o amenazas (conoci-
Selye, estos se presentan como consecuencia
dos genéricamente como estresores) ante las
de eventos estresantes (o estresores).
que el sujeto no sabe cómo responder. Como
respuesta ante estas amenazas, se activan los
recomiendan la implementación de interven-
sistemas fisiológicos. Inicialmente se presen-
ciones no farmacológicas, que demuestren
ta activación simpática refleja, posteriormen-
consistencia a largo plazo para el tratamiento
te, secreción de catecolaminas y, más tarde,
de la HAS, las estrategias para la reducción del
ajustes neuroendócrinos, que incluyen, entre
estrés son poco recomendadas, a pesar de sus
otras, la secreción de ACTH y cortisol. A este
efectos positivos en pacientes hipertensos;
conjunto de respuestas, Selye lo denominó
todo ello, debido a que la confiabilidad de los
síndrome general de adaptación y es el res-
datos es limitada y, por ende, no se pueden sa-
ponsable de los incrementos en la frecuencia
car conclusiones directas (Nagele et al., 2014).
cardiaca, la fuerza de contracción del corazón y la TA (Selye, 1950; Reynoso & Avila, 2014). Capítulo 4
112
El estrés agudo explica la elevación tem-
El primer paso para manejar el estrés es
Aunque distintas sociedades médicas
Estrategias para la reducción del estrés
ser irresolubles, en donde el paciente evalúa
Existen diversas estrategias para reducir el es-
sus recursos y no encuentra la respuesta ade-
trés y, por ende, las cifras de TA; para ello, es
cuada, lo que dispara respuestas fisiológicas
menester buscar respuestas opuestas al estrés
y conductuales que le hacen sentirse peor y
fisiológico, que implica activación simpática.
pueden elevar más la TA. Por ende, el mane-
Entonces, se requiere producir activación pa-
jo del estrés debe incluir el aprendizaje de es-
rasimpática y esto se logra a través de control
trategias de solución de problemas y toma de
de la frecuencia y amplitud respiratoria; dichos
decisiones por parte de los pacientes.
cambios provocan movimiento del diafragma,
el cual se encuentra inervado por los nervios
blación cuenta con teléfono móvil; en ellos se
vagos. De esta forma, la inspiración forzada
pueden descargar distintas aplicaciones gratui-
y sostenida induce estimulación vagal, con lo
tas que permiten monitorear datos fisiológicos
que se logra la disminución de la frecuencia
del paciente (como la frecuencia cardiaca) y de
cardiaca por vía refleja. La secuencia de ins-
esta forma ofrecer retroalimentación, por lo
piración-detención del aire inspirado-espira-
que se podrían establecer estrategias de retro-
ción provoca estimulación vagal intermitente,
alimentación biológica enfocadas a reducir la
con lo que la frecuencia cardiaca disminu-
frecuencia cardiaca en pacientes hipertensos.
ye y, asimismo, la TA. Como ejemplo, Gross-
Recordemos que mediante la retroalimenta-
man, Grossman, Schein, Zimlichman y Gavish
ción biológica podemos aprender a tener con-
(2001) demostraron que la respiración lenta y
trol sobre algunas funciones corporales como,
rítmica disminuye las cifras de TA.
por ejemplo, la frecuencia cardiaca. Por medio
Existen distintas alternativas para lograr
de la retroalimentación, se ofrece información
la relajación muscular (Bernstein & Borkoveck,
visual o auditiva sobre las respuestas fisiológi-
1973; Jacobsen, 1929; Lazarus, 1971; Wolpe,
cas; el paciente intenta modificar dicha señal
1958), así como el uso de la imaginación guia-
haciendo cambios voluntarios y recibiendo
da en la relajación pasiva (Overholser, 1991) y la
retroalimentación inmediata para, posterior-
relajación autogenerada (Schultz, 1932). Aun-
mente, hacer los ajustes sin necesidad de reci-
que no es el propósito de este capítulo indicar
bir retroalimentación.
el procedimiento para alcanzar la relajación, es
importante señalar que el uso de cualquiera de
de estrés agudos, los pacientes presenten,
estas estrategias puede coadyuvar a la dismi-
además de la reacción de alarma, pensamien-
nución de las cifras de TA.
tos intrusivos relacionados con sus respuestas.
Una buena parte del estrés psicológi-
Se deberá identificar la existencia y frecuencia
co se dispara ante situaciones que parecen
de estos para buscar alternativas para su re-
Actualmente, la mayor parte de la po-
Es muy probable que, en los episodios
ducción o eliminación. Capítulo 4
113
Será tarea del terapeuta seleccionar las
dos de Norteamérica, la prevención primordial
estrategias, así como moldear, modelar, refor-
fue utilizada como guía para el desarrollo del
zar y buscar mantenimiento de estas conduc-
Healthy People 2010 goals for heart disease
tas, directamente en combinación con auto-
and stroke prevention, documento que incluía
rregistros y automonitoreo.
la prevención de factores de riesgo (Kavey et al., 2003).
Comentarios finales
Si bien es cierto que para el desarrollo de las
dad de realizar prevención primordial inician-
enfermedades crónico-degenerativas se re-
do en edades tempranas; la evidencia, basa-
quiere de la participación de la genética, he-
da en estudios epidemiológicos indica que los
rencia y raza, la interacción de estos con el
factores de riesgo para conductas patógenas a
estilo de vida y el estrés, en tanto factores de
la salud asociadas con ECV en la adultez —que
riesgo, pueden facilitar o favorecer la aparición
incluyen el fumar, la dislipidemia, cifras eleva-
de enfermedad, de allí la importancia de reali-
das de TA, inactividad física y obesidad— son
zar acciones preventivas.
prevalentes en la infancia y adolescencia y son
La prevención primordial, concepto in-
potencialmente modificables (Bojórquez et
troducido por Strasser (1978), fue concebido
al., 2012; Din-Dzietham, Liu, Bielo, & Shamsa,
como una estrategia para prevenir a la sociedad
2007; Weintraub et al., 2011).
como conjunto de experimentar epidemias de
los factores de riesgo. La estrategia correspon-
focarse en promover el desarrollo de conduc-
diente a nivel individual es prevenir la apari-
tas de estilo de vida saludable como piedra an-
ción de los factores de riesgo. Aunque esta
gular de la prevención primordial y prevención
terminología les puede parecer poco familiar a
primaria; la meta final consiste en promover
algunos, la estrategia de promover conductas
una salud cardiovascular óptima, que inicia en
saludables es ampliamente reconocida y de
la infancia y que continúa a lo largo de la vida
uso común en muchas guías y recomendacio-
para reducir el riesgo de ECV y sus secuelas,
nes de prevención de enfermedad cardiovas-
lo que implica realizar acciones psicoeducati-
cular (ECV), especialmente en aquellas enfo-
vas en toda la población para lograr un cambio
cadas en los niños y adolescentes.
conductual, para que las personas tengan una
mejor alimentación y realicen actividad física.
La prevención primordial adquiere re-
Existe evidencia que sostiene la necesi-
La tarea del especialista en MC debe en-
levancia en naciones como la nuestra, donde
la carga de obesidad, conductas y ambientes
cia de cifras elevadas de TA, es menester que
poco favorables para la salud se presentan
los pacientes revisen frecuentemente sus ci-
desde edades tempranas; en los Estados Uni-
fras de TA para demostrar la presencia de HAS.
Capítulo 4
114
En un siguiente nivel, si ya existe eviden-
Para ello, debe psicoeducarse a los pacientes
El reto para el psicólogo continúa pre-
para que acudan periódicamente a medirse
sente. Nuestro problema no es iniciar el cam-
la TA, idealmente a su clínica, centro de sa-
bio conductual, sino lograr que los pacientes
lud, médico, farmacia, o bien, que adquieran
mantengan comportamientos saludables a lo
un esfigmomanómetro adecuado. Como par-
largo del tiempo y demostrar que el cambio
te de la información que debe ofrecerse a los
conductual se mantiene.
pacientes, debe señalarse que el uso de los teléfonos celulares permite mediciones exactas
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por lo que no debe utilizarse como sustituto
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de la medición clínica (Kumar, Khunger, Gupta,
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ciones para un modelo psicoeducativo en
Idealmente, los psicólogos debieran tra-
el servicio de psiquiatría del Hospital Civil
bajar con los pacientes para que estos apren-
Fray Antonio Alcalde en Guadalajara, Ja-
dan a controlar su conducta y desarrollen
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saludables;
recordando
que un comportamiento no saludable es re-
Appel, L.J., Champagne, C.M., Harsha, D.W.,
forzante de manera inmediata (e. g., el beber
Cooper, L.S., Obarzanek, E., Elmer,
refresco azucarado embotellado), aunque las
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consecuencias a largo plazo se pagarán poste-
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riormente. Por el contrario, un comportamien-
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de no ser reforzante de manera inmediata (e.
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jama.289.16.2083
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se verán a largo plazo, lo que implica pensar
Appel, L.J., Moore, T.J., Obarzanek, E., Vollmer,
en reforzamiento demorado. Se deberá agre-
W.M., Svetkey, L.P., Sacks, F.M., … Karanja,
gar, al arsenal comportamental, estrategias de
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Capítulo 4
122
Stanford,
CA:
Stanford
Capítulo 5 Conducta de pica en pacientes con enfermedad renal crónica: propuesta de evaluación e intervención conductual
Cintia Tamara Sánchez Cervantes, Isaías Vicente Lugo González y María Isabel Vázquez Mata
La enfermedad renal crónica (ERC) se
nes de tratamiento con una duración de al me-
caracteriza por ser un padecimiento multicausal
nos tres horas, tres veces a la semana, además
que consiste en la pérdida de la función renal.
de limitar el consumo de líquido, alimentos y
Entre sus principales causas se encuentran la
el uso de diversos medicamentos (Peña-Ro-
nefropatía diabética, hipertensión arterial y
dríguez & Ramos-Gordillo, 2015).
enfermedades glomerulares (Skorecki, Green,
& Breenner, 2001; Tamayo y Orozco, 2015).
por ser un padecimiento con demandas
En México, es una de las principales causas
conductuales complejas y consecuencias en
de atención hospitalaria y de urgencias. Se
diferentes esferas de quien la padece, por
estima una incidencia de pacientes con ERC
ejemplo, modificaciones en la dieta, relaciones
de 377 casos por cada millón de habitantes
sociales, familiares, laborales e incluso en
y se calculan unos 52 000 pacientes en
el aspecto físico, alteraciones emocionales,
tratamiento (Méndez-Durán et al., 2010;
como depresión y ansiedad, y repercusiones
Tamayo y Orozco, 2015).
en la calidad de vida relacionada con la salud
El tratamiento para la ERC implica la de-
(Contreras, Esguerra, Espinosa, Gutiérrez, &
pendencia de un abordaje sustitutivo como
Fajardo, 2006; Sáenz-Ortega, 2015; Vázquez-
diálisis peritoneal (DP), hemodiálisis (HD) o
Mata & Reynoso-Erazo, 2014).
trasplante renal; cabe señalar que los pacien-
tes con esta enfermedad pueden transitar de
también, datos de alteraciones de conducta
un tipo de tratamiento a otro. Quienes se en-
alimentaria en pacientes con enfermedades
cuentran en HD, normalmente, tienen sesio-
crónicas, incluida la ERC, especialmente en
123
Por estas razones, la ERC se configura
En los últimos años, se han evidenciado
quienes se encuentran bajo tratamiento he-
(Gupta & Gupta, 2005), adultos con discapa-
modialítico (Quick, Byrd-Bredbenner, & Neu-
cidad intelectual (Swift, Paquette, Davison, &
mark-Sztainer, 2013; Stillman & Gonzalez,
Saeed, 1999) y mujeres embarazadas (López,
2009; Ward & Kutner, 1999).
Ortega, & Martín de Portela, 2004), entre otros.
Con base en estos antecedentes, el pre-
Ahora bien, el estudio de estas conductas re-
sente capítulo aborda las diferentes conductas
sulta relevante debido a las consecuencias que
de pica y presenta una propuesta de evaluación
puede generar, estas pueden ser: obstrucción
e intervención de estas en el paciente con ERC,
estomacal, absorción inadecuada de nutrien-
con la finalidad de contribuir a hacer más visi-
tes, constipación, diarrea, infecciones estoma-
ble su identificación y, por tanto, su abordaje.
cales, intoxicaciones, alteraciones metabólicas y minerales (hipercalcemia, deficiencia de hie-
Conducta de pica y sus implicaciones
rro, zinc y anemia), problemas cardiacos, limi-
Desde la perspectiva biomédica, las conductas
taciones funcionales en las actividades de la
de pica son consideradas como un trastorno
vida diaria y pobre calidad de vida (Brener &
que se caracteriza por: (a) la ingesta persisten-
Bergman, 2014; Christensen & Ehlers, 2002;
te de una o más substancias no alimenticias
González et al., 2011; Jansen, Rijken, Heij-
o no nutritivas; (b) la búsqueda persistente de
mans, Kaptein, & Groenewegen, 2012; Khan &
la sustancia para su consumo; y (c) el com-
Tisman, 2010; McKercher et al., 2013; Mucsi,
portamiento mantenido durante al menos un
2008; Rose, Porcerelli, & Neal, 2000).
mes (American Psychiatric Association [APA], 2013).
Etiología de las conductas de pica en la ERC
De manera general, se ha identificado
Se han propuesto diversos modelos explicati-
que las principales sustancias que consumen
vos acerca de las conductas de pica, por ejem-
las personas con este trastorno son papel, ja-
plo, desde el modelo biomédico (figura 1), se
bón, cabello, tela, gis, talco, pintura, goma, me-
considera que las conductas de pica son con-
tal, carbón, ceniza, barro, almidón y hielo (APA,
secuencia de alteraciones fisiológicas y meta-
2013). En el caso específico de los pacientes
bólicas como la presencia de anemia, deshi-
con ERC, las principales sustancias reportadas
dratación, deficiencias nutricias (hierro y zinc)
son hielo, tierra, barro y otras con característi-
y alteraciones metabólicas tales como fósforo,
cas terrosas (Brener & Bergman, 2014; Fenves,
calcio y hierro (Stillman & Gonzalez, 2009); in-
Cochran, & Scott, 1995; Stillman & Gonzalez,
cluyendo también una lógica de intervención
2009; Ward & Kutner, 1999).
o de tratamiento de las conductas de pica.
La conducta de pica también ha sido
abordada en diversas poblaciones como niños
Capítulo 5
Desde una perspectiva biopsicosocial
(figura 2), se sugiere que las conductas de pica,
124
Figura 1 Modelo biomédico que explica las conductas de pica en el paciente con ERC
son el resultado de la interacción entre facto-
nes nutricias o metabólicas (hierro, zinc y es-
res de riesgo sociales, biológicos y psicológi-
tados continuos de anemia); y (c) alteraciones
cos, como son: (a) nivel socioeconómico re-
emocionales como ansiedad y estrés crónico
lacionado con deficiencias nutricias y pobre
(Brener & Bergman, 2014; Carter, Wheeler, &
apoyo social vinculado a la falta de supervi-
Mayton, 2004; Kaur, 2014; Khan & Tisman,
sión; (b) variables relacionadas con la enfer-
2010; Rose et al., 2000; Stillman & Gonzalez,
medad como restricciones alimentarias como
2009).
la ingesta de líquidos, alimentos con alto con-
tenidos de potasio, fósforo, sodio, alteracio-
gura 3), también se han abordado las conduc-
Desde el punto de vista psiquiátrico (fi-
Figura 2 Modelo biopsicosocial que explica las conductas de pica en el paciente con ERC
Capítulo 5
125
Figura 3 Perspectiva psiquiátrica que explica las conductas de pica en el paciente con ERC
tas de pica, las cuales se han descrito como
De acuerdo con Carter et al. (2004) y Oliva-
una respuesta asociada a trastornos como la
res, Alcázar y Méndez (2007), las conductas
esquizofrenia, el autismo y el trastorno obse-
de pica se desarrollan con base en procesos
sivo compulsivo (O’ Brien, 2019), por lo tanto,
de aprendizaje asociativo, de moldeamiento o
desde esta perspectiva, sería necesario explo-
modelamiento, esto es, tras la ingesta de una
rar posibles comorbilidades psiquiátricas en el
sustancia:
paciente con ERC.
1. Se experimenta una consecuencia positi-
Ahora bien, los modelos antes descritos
va (gustativa o disminución de malestar).
ubican factores que pueden estar presentes en
2. No existen consecuencias sociales nega-
el desarrollo de conductas de pica, así como
tivas (al menos inmediatas) o, si se obser-
algunos mecanismos de intervención para su
vó llevar a cabo la conducta en alguien
modificación. Sin embargo, no consideran los
más (modelo), no se le presentaron di-
procesos conductuales, bajo los cuales se ini-
chas consecuencias.
cia el consumo de una sustancia, se mantiene
3. Posteriormente, el mantenimiento de
en el tiempo y permanece, a pesar de ofrecer
estas se dará por procesos operantes, ya
tratamiento para regular las deficiencias y al-
que la conducta de pica cumplirá una fun-
teraciones nutricias, fisiológicas y metabólicas
ción específica para las personas, como lo
(Duclos, 1992).
es, la regulación emocional y manejo de
síntomas de la enfermedad o malestares
En este sentido, un modelo derivado
desde el análisis conductual (figura 4), que in-
físicos.
cluya las aportaciones de los modelos previos,
4. Lo conducta de pica se repetirá en situa-
podría ofrecer más contribuciones en términos
ciones que dispongan de elementos para
explicativos y de abordaje ante este problema.
realizarse, esto es, situaciones donde
Capítulo 5
126
Figura 4 Modelo conductual que explica el desarrollo y mantenimiento de las conductas de pica
existe alta probabilidad de realizarla con
puede observar en algunos editoriales (Appel
éxito, situaciones con alta probabilidad
& Bleyer, 1999; Garg, Shaver, & Easom, 2004;
no de recibir una consecuencia social ne-
MacReady, 2010; Tisman, 1970; Ward, 2000),
gativa y situaciones donde la conducta es
estudios de caso (Abu-Hamdan, Sondheimer,
reforzada por sus consecuencias físicas,
& Mahajan, 1985; Bleyer & Appel, 1998; Brener
emocionales y sociales.
& Bergman, 2014; Duclos, 1992; Griffith & Bhanot, 1994; Iyasere, Allington, & Cafferkey,
Investigación sobre conducta
2010; Rho & Renda, 2006; Shapiro & Linas,
de pica en la ERC
1985) y series de casos (Fenves et al., 1995;
Como se mencionó previamente, una pobla-
Gelfand, Zarate, & Knepshield, 1975).
ción que resulta de interés para la evaluación
y tratamiento de las conductas de pica son
sugieren que los pacientes con ERC tienden a
los pacientes con ERC, esto debido a que pre-
presentar las conductas de pica entre el 10%
senta una alta prevalencia de estas conductas,
y el 80% (Caine, Rabuzzi, Burzminski, & La-
además de que, sin un abordaje adecuado, se
vanty, 2010; Katsoufis et al., 2012; Obialo,
podría disminuir la efectividad de las terapias
Crowell, Wen, Conner, & Simmons, 200l; Oja-
de sustitución que se ocupan para estos pa-
nen, Oksa, & Pasternac, 1990; Orozco, Corona,
cientes y con ello empeorar su calidad de vida
Cortés, & Cueto, 2015; Stillman & Gonzalez,
(Orozco, Cortés, Márquez, & Núñez, 2019).
2009; Ward & Kutner, 1999).
Los reportes de detección de casos y
Ahora bien, los datos de investigación
Por ejemplo, Ojanen et al. (1990) eva-
abordajes individuales, principalmente desde
luaron a 72 pacientes en DP y HD, identifican-
el área biomédica, se han señalado desde
do que ocho pacientes en hemodiálisis (20%)
los últimos 30 años del siglo pasado, así se
y cinco (15%) en diálisis peritoneal reportaron
Capítulo 5
127
conductas de pica; Ward y Kutner (1999) eva-
Evaluación de la conducta de pica
luaron a 37 pacientes en DP y HD, identifican-
Un dato importante alrededor de los datos
do a seis (16%) con conductas de pica; poste-
mencionados tiene que ver con el proceso de
riormente, Obialo et al. (200l) estudiaron a 138
evaluación de las conductas de pica en pa-
pacientes en HD, identificando que 30 (22%)
cientes con ERC, pues si bien las investigacio-
reportaron algún tipo de conducta de pica.
nes psicológicas en torno a dichas conductas
En estudios más actuales, Stillman y
han generado importantes esfuerzos para la
Gonzalez (2009) evaluaron a 149 pacientes en
evaluación de este tipo de conductas, una di-
DP y HD encontrando que 57 (38.8%) presen-
ficultad a considerar es la forma en que son
tan conductas de pica; Caine et al. (2010) en-
evaluadas, ya que se ha hecho de manera he-
contraron que, de 92 pacientes, el 80.2% re-
terogénea.
portó conductas de pica. Katsoufis et al. (2012)
evaluaron a 99 niños en DP y HD encontran-
plearon entrevistas y determinaron la compul-
do que 40 (46%) reportó conductas de pica;
sión por consumir una sustancia durante más
Orozco et al. (2015) entrevistaron a 43 pacien-
de una semana como criterio de pica. Asimis-
tes en DP, identificando que el 48% reportó
mo, Ward y Kutner (1999) emplearon entrevis-
conductas de pica; finalmente, Lugo-González
tas acompañadas de registros diarios, y el cri-
y Sánchez-Cervantes (2019) evaluaron a 100
terio de pica implicaba el consumo excesivo,
adultos con ERC en HD, identificando que el
búsqueda del consumo, deseo por consumir o
58% de los pacientes cumplió con criterios
historia de consumo de sustancias no alimen-
para conductas de pica.
tarias; Obialo et al. (2001) utilizaron una en-
trevista específica sobre hábitos alimentarios
El interés del estudio de las conductas de
Por ejemplo, Ojanen et al. (1990) em-
pica en el paciente con ERC, se hace evidente
y deseo de consumir sustancias específicas.
toda vez que dichas conductas pueden maxi-
mizar el daño implicado en el deterioro renal,
Orozco et al. (2015) emplearon una entrevista
tal como la presencia de anemia, las alteracio-
basada en el DSM-IV-TR, Caine et al. (2010)
nes electrolíticas y la desnutrición, adicional-
reportaron emplear un instrumento con 22
mente el consumo de sustancias como el hielo
ítems para identificar conductas de pica, y,
en estos pacientes, interfiere con su adheren-
finalmente, Stillman y Gonzalez (2009) em-
cia a la restricción de líquidos (necesaria para
plearon entrevistas cara a cara y un instrumen-
el control de la enfermedad), derivando en un
to con 41 reactivos para identificar el consumo
menor consumo de nutrientes y empeorando
de sustancias y su frecuencia, además, incluye
su salud y calidad de vida (Orozco et al., 2019).
reactivos para evaluar las causas o razones de
Por su parte, Katsoufis et al. (2012) y
la ingesta y la temporalidad de esta. Una ca-
Capítulo 5
128
racterística relevante de esta última forma de
identificar la presencia de esta conducta y, en
evaluación fue que se explicó a los pacientes
segundo lugar, visualizar los factores asociados
una descripción específica de lo que es una
al desarrollo y mantenimiento de esta (Froxán
conducta de pica, además de garantizar el
et al., 2020). Ejemplo de este AFC se muestra
anonimato como factor primordial para obte-
en la figura 5.
ner datos verídicos.
Como puede observarse, la pluralidad de
ERC se ha mencionado en la investigación de
los elementos incluidos dentro de la evalua-
Lugo-González y Sánchez-Cervantes (2019),
ción de conductas de pica es amplia. A esto se
donde se demostró que los pacientes con ERC
le suma el hecho de contar con estudios que,
y conductas de pica llevan a cabo dichas con-
si bien realizan aportaciones importantes para
ductas debido a las sensaciones positivas de
la evaluación de dichas conductas (Stillman &
tipo gustativo y olfativo, además de percibir
Gonzalez, 2009), carecen de propiedades psi-
disminución de sensaciones negativas como
cométricas en los instrumentos empleados.
ansiedad y náusea, asimismo, por la experien-
Si bien no se cuenta en la actualidad con
cia y recomendación de otras personas (mo-
una precisión de la evaluación de las conduc-
delo), y por lograr limitar el consumo de agua.
tas de pica, un adecuado análisis funcional de
La utilidad del AFC en pacientes con
la conducta1 (AFC), permitiría, en primer lugar,
En términos generales, el análisis funcional
1
El análisis funcional deriva del paradigma
de las que una conducta es función (Froxán
filosófico y epistemológico conductual operante,
et al., 2020) y, con base en ello, implementar
en el que se señalan las variables externas de
una intervención psicológica pertinente. Es
las que un comportamiento es función. De esta
importante recalcar, que no existe un único
manera, el análisis funcional hace referencia
modelo de análisis funcional, este depende
al análisis de las relaciones funcionales o
de los distintos elementos conceptuales que
secuencias que caracterizan a una conducta:
forman parte de la estructura funcional que
antecedentes, conducta, consecuencia (Carter
utiliza para identificar las variables de las que un
et al., 2004; Kanfer & Saslow, 1965; Olivares
comportamiento es función, en este sentido,
et al., 2007; Skinner, 1953). En cuanto a la
Perona y Rivas (1996) refieren como principales
práctica clínica, el análisis funcional es una
modelos el de Lindsley (1964, estímulo-
herramienta clínica sistemática para analizar el
respuesta-contingencia-consecuencia), el de
comportamiento, dicha herramienta permite
Kanfer y Saslow (1969, estímulo, organismo,
identificar las variables que se encuentran
respuesta, contingencia, consecuencia) y el de
relacionadas funcionalmente con la presencia y
Haynes y O’ Brien (1990, Functional Analysis
mantenimiento de los comportamientos de un
and Functional Clinical Case Model). En el texto
individuo (Haynes & O’ Brien, 1990), además de
se muestra un ejemplo de Modelo Secuencial
que permite formular hipótesis con la finalidad
Integrativo, descrito por Fernández-Ballesteros
de predecir y modificar dicho comportamiento.
y Carrobles (1981).
Capítulo 5
implica la identificación de variables relevantes
129
Figura 5 Cuadro secuencial integrativo (EORC) que incluye los elementos conductuales que explican el desarrollo y mantenimiento de las conductas de pica en el paciente con ERC
del apetito; esta última se puede definir como
Además, estos comportamientos tien-
consecuencia positiva, ya que estos pacien-
den a incrementar bajo condiciones de inac-
tes llegan a presentar conductas de anorexia
tividad, soledad y estados conductuales emo-
afianzadas en intentos de no aumentar de
cionales (ansiedad y tristeza). Finalmente, en
peso entre sesiones de hemodiálisis y como
dicha investigación, también se identificó que,
consecuencia del proceso de enfermedad
como resultado de consumir una sustancia, los
(Bossola, Tazza, & Luciani, 2009).
pacientes experimentan sensación de bienes-
tar físico, disminución de ansiedad, sensación
diarrea, también reportados en dicho estudio,
de plenitud estomacal, dolor estomacal y dia-
se podrían considerar como consecuencias
rrea.
negativas. Sin embargo, se hipotetiza que para
Por su parte, el dolor de estómago y la
En este sentido, desde la perspectiva
algunas personas implicarían, por el contrario,
conductual se determina que el mantenimien-
una consecuencia positiva, ya que un efecto de
to de una conducta se favorece por el tipo de
las restricciones hídricas, así como de dieta alta
consecuencias experimentadas (Carter et al.,
en fibra, es el estreñimiento (Delgado-Cruz &
2004; Kanfer & Saslow, 1965; Olivares et al.,
Pérez-Campuzano, 2015).
2007; Skinner, 1953) y, en el caso ejemplifica-
do, las consecuencias de las conductas de pica
zar una evaluación individualizada de las con-
se asocian con la experiencia de alivio (refor-
ductas de pica, en contraparte con la literatura
zamientos positivos), disminución de ansie-
de investigación, donde se tiende a identificar
dad (reforzamientos negativos) y disminución
factores generales que explican la presencia
Capítulo 5
130
En este contexto, el AFC permite reali-
de estas conductas, como son las deficiencias
et al., 2020), es decir, variables Estímulo (E),
nutricias, las alteraciones metabólicas y hor-
Organismo (O) o de Consecuencias (C). Para
monales (nivel de potasio, fósforo, sodio, hie-
esto, un punto esencial de la intervención es
rro, zinc y estados continuos de anemia), edad,
el desarrollar habilidades de automonitoreo
pobre apoyo social y alteraciones emocionales
en los pacientes para la identificación de las
(Brener & Bergman, 2014; Carter et al., 2004;
variables y de su relación con las conductas de
Katsoufis et al., 2012; Kaur, 2014; Khan & Tis-
pica.
man, 2010; Orozco et al., 2015; Rose et al.,
2000; Skorecki et al., 2001; Stillman & Gon-
senta consiste en: (a) identificar las situaciones
zalez, 2009) omitiendo aquellos factores (si-
de riesgo para la realización de conductas de
tuacionales y conductuales) que hacen más
pica; (b) contar con alternativas conductuales
probable que se presenten o se mantengan
que disminuyan la probabilidad de presentar
dichas conductas.
las conductas de pica, por ejemplo, incremen-
La propuesta de intervención que se pre-
tar la actividad física del paciente al estar en Intervención psicológica para conductas
estas situaciones de riesgo, o entrenarlo en
de pica
técnicas de distracción instrumental; (c) entre-
A continuación, se presenta de manera gene-
nar en habilidades asertivas y de solución de
ral, una propuesta breve de intervención, con
problemas para contrarrestar el aislamiento y
base en el AFC, señalado previamente (figu-
favorecer la percepción de bienestar emocio-
ra 5). Se describió que: (1) la conducta de pica
nal; (d) entrenar en técnicas para el control de
implica que la ingesta de una o más sustan-
la activación psicofisiológica y realizar psicoe-
cias no nutritivas persista durante al menos un
ducación, de esta manera, el paciente podrá
mes (Respuesta [R]; y (2) existen variables que
regular estados fisiológicos relacionados con
están involucradas en que estas conductas se
la ansiedad y podrá conocer las conductas ne-
presenten (variables Estímulo [E] y Organismo
cesarias para un adecuado control de su enfer-
[O]) y se mantengan en el tiempo (consecuen-
medad; y (e) otorgar psicoeducación y manejo
cias [C]).
de contingencias (de forma interdisciplinaria —
En este sentido, los objetivos particulares
médico, enfermero, nutriólogo, trabajador so-
de tratamiento en un paciente con ERC que
cial y psicólogo—) a familiares y cuidadores que
presenta conductas de pica, formulados a partir
interactúan con el paciente con ERC que pre-
del análisis funcional, se deben enfocar en
senta conducta de pica, acerca de la ingesta de
disminuir la frecuencia o en la eliminación de
sustancias no alimentarias, las consecuencias y
dicha conducta, interviniendo en las variables
las variables relacionadas con dicha conducta.
de las que la conducta de pica es función (Froxán
Todo lo anterior dirigido hacia una meta en co-
Capítulo 5
131
mún: disminuir o eliminar la conducta de pica en el paciente con ERC. En la figura 6, se pre-
Conclusiones
senta un esquema general de la posible inter-
Se hace evidente la necesidad de identificar
vención a realizar con este tipo de pacientes. Figura 6 Propuesta general de evaluación e intervención para disminuir conducta de pica en el paciente con ERC
Capítulo 5
132
las conductas de pica en el paciente renal, por
sarrollar formas de intervención particulares a
todas las implicaciones abordadas que pue-
casos específicos para la modificación de este
den empeorar su condición de salud, princi-
tipo de comportamientos, destacando la re-
palmente las de tipo clínico y social (Orozco et
comendación de intervención conductual, ya
al., 2019).
que son los tratamientos de primera línea para
Asimismo, se hace énfasis en que se re-
este tipo de problemas (Carter et al., 2004;
quiere mayor investigación sobre esta temá-
Frenk, Faure, Nieto, & Olivares, 2013; Misho-
tica, ya que su estudio se ha orientado hacia
ri & McHale, 2014; O’Brien, 2019; Rose et al.,
diferentes etapas etarias y otras condiciones
2000; Singh, 2013; Stillman & Gonzalez,
—niños, adolescentes y adultos con discapaci-
2009; Viguria & Miján de la Torre, 2006).
dad intelectual, personas con comorbilidades
psiquiátricas, adultos mayores y mujeres em-
mostrada en el presente capítulo concuerda,
barazadas— (Gupta & Gupta, 2005; López et
en gran parte, debido a las poblaciones a quie-
al., 2004; Moline, Hou, Chevrier, & Thomassin,
nes van dirigidas, con las evidencias más actua-
2021; O’ Brien, 2019; Swift et al., 1999), no así
les y las recomendaciones clínicas para el ma-
en personas con enfermedades crónico de-
nejo de conductas de pica (Moline et al., 2021;
generativas (Orozco et al., 2019; Quick et al.,
Rapp et al., 2001; Williams & McAdam, 2012),
2013).
entre las cuales se destacan y recomienda el
Es esencial señalar al análisis funcional
uso de estrategias basadas en procedimientos
de la conducta como la forma de evaluación
de refuerzo (contingente y no contingente), el
por excelencia, pues permite esclarecer las
reforzamiento diferencial de otras conductas,
contingencias subyacentes a la conducta de
basadas en el castigo (sobrecorrección), la mo-
pica y al mantenimiento de esta; además, este
dificación ambiental, el bloqueo de respuesta
tipo de análisis da la pauta para promover arre-
y el automonitoreo (Moline et al., 2021; Wi-
glos contextuales y de intervención sobre las
lliams & McAdam, 2012).
variables de las cuales la conducta de pica es
función, para así disminuir su frecuencia y alte-
necesidad de trabajar desde una visión inter-
rar la probabilidad de que se presente (Froxán
disciplinaria, ya que todo lo relacionado con la
et al., 2020; Lugo-González & Sánchez-Cer-
enfermedad renal y estados nutricios requie-
vantes, 2019; Moline et al., 2021; Rapp, Dozier,
ren la atención de nefrólogos y nutriólogos,
& Carr, 2001; Williams & McAdam, 2012).
que pueden ser elemento clave en el mante-
Esta identificación de las contingencias
nimiento de las conductas de pica, toda vez
asociadas a la conducta de pica, permitirá de-
que se reconozca su relación funcional con di-
La propuesta general de intervención
El presente capítulo también ofrece la
cha conducta, al efectuar el análisis pertinente.
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139
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Capítulo 6 Evaluación y tratamiento cognitivo-conductual para el dolor en pacientes con enfermedad crónica
Ana Leticia Becerra Gálvez, Diana Salazar Díaz, Guadalupe Arely Hernández Gálvez y Yuma Yoaly Pérez Bautista
Actualmente, la definición de dolor, que ha
nada por dichas variables psicosociales que, a
sido adoptada por investigadores y profesio-
su vez, interactúan de forma inversa (Edwards,
nales de la salud, es la que ofreció en 1979 la
Dworkin, Sullivan, Turk, & Wasan, 2016).
Asociación Internacional para el Estudio del
Dolor (IASP, por sus siglas en inglés), la cual se-
res en el control de las respuestas asociadas al
ñala que el dolor es una “experiencia sensorial
dolor, es necesario que el psicólogo especialis-
y emocional desagradable asociada con daño
ta en medicina conductual (MC) desarrolle ha-
tisular real o potencial o descrita en términos
bilidades que le permitan responder de forma
de dicho daño” (p.1). En ese sentido, se dice que
eficaz ante este tipo de problemas, por lo que,
es un fenómeno multidimensional que inclu-
en este capítulo se exponen una serie de alter-
ye elementos psicológicos los cuales pueden
nativas para la evaluación e intervención bajo
mediar, predisponer o potenciar la intensidad,
el enfoque cognitivo-conductual para el trata-
frecuencia y duración de los mecanismos rela-
miento del dolor en pacientes con enferme-
cionados a este y a sus significados.
dad crónica. De forma paralela, se proponen
Los factores cognitivos, emocionales,
algunas sugerencias relacionadas al trabajo
conductuales y sociales forman parte funda-
clínico y se describen las competencias espe-
mental del estudio y tratamiento del dolor en
radas en el maestro en Psicología con área de
cualquiera de sus manifestaciones. La expe-
especialidad en MC que desarrolla su práctica
riencia de vivir con dolor suele estar condicio-
en pacientes que experimentan dolor.
140
Ante el reconocimiento de dichos facto-
Dolor: avances y reconocimiento
niega la posibilidad de que el dolor está
de los elementos psicosociales
presente.
Dados los avances científicos para evaluar el dolor, en 2018, la IASP formó un grupo de
Bajo estas premisas, se entiende que el
profesionales con amplia experiencia clínica
dolor es una experiencia individual mediada
en el tratamiento de este fenómeno para ha-
por factores contextuales, y se expresa según
cer una serie de ajustes a la definición, fue así
diferentes elementos como el sexo del pa-
como Raja et al. (2020) dieron a conocer los
ciente, la edad, la enfermedad crónica de base,
elementos que deben ser incluidos en el abor-
el estatus socioeconómico y las redes de apo-
daje médico y psicológico del dolor, los cuales
yo social. Por lo que, en la actualidad, el dolor
se enumeran a continuación:
debe concebirse como un fenómeno biopsi-
1. El dolor como experiencia personal, se ve
cosocial, y así, reconocer el papel que juegan
influenciada por factores biológicos, psi-
las interacciones complejas entre los elemen-
cológicos y sociales.
tos psicológicos y socioculturales (Cheatle,
2. El dolor y la nocicepción son fenómenos
2016).
diferentes, es decir, el dolor no se pue-
El dolor —sobre todo el crónico— afecta
de inferir por la exclusiva actividad neu-
distintas dimensiones y esferas, tanto del pa-
rosensorial, por lo tanto, es fundamental
ciente como de quienes lo rodean, con reper-
conocer el contexto del individuo.
cusiones emocionales, económicas, sociales y
3. Las personas aprenden el concepto de
laborales (Amaya & Carrillo, 2015). Otro ele-
dolor, sus manifestaciones y consecuen-
mento, que se ha incluido en la conceptualiza-
cias a través de sus experiencias de vida.
ción del dolor, es la espiritualidad, la cual figura
4. Se debe respetar el informe de una per-
como un elemento clave en proceso de afron-
sona sobre la experiencia de dolor, y en
tamiento de la experiencia dolorosa y que es
ese sentido, llevar a cabo una evaluación
entendido como un sistema interno que inclu-
multidisciplinaria e integral.
ye valores relacionados con el significado, pro-
5. Aunque el dolor suele tener un papel
pósito y sentido de la vida, por lo tanto, influye
adaptativo, puede tener efectos sobre la
en el bienestar humano, la conducta y la salud
función, el bienestar social y psicológico
(Fuentes, 2018; Pinto, 2007; Siler, Borneman,
de quien lo padece.
& Ferrell, 2019). Al hablar del dolor como un
6. La descripción verbal es solo una de va-
fenómeno multidimensional y multinivel es
rias conductas para expresar dolor, por lo
indispensable hallar mecanismos de evalua-
tanto, hay que explorar otros medios y
ción e intervención que permitan mejorar la
formas para comunicarnos con el pacien-
funcionalidad y reducir el malestar emocional
te. La incapacidad para comunicarse no
asociado a esta experiencia aversiva.
Capítulo 6
141
Evaluación del dolor: la entrevista
nadas) suelen ser emitidos ante ciertas
como estrategia elemental
situaciones (estímulos condicionados) o
La entrevista clínica es una herramienta esen-
si dichos comportamientos de dolor (res-
cial en el diagnóstico del dolor y los factores
puestas operantes) se ven fortalecidos en
psicosociales asociados a él. Es un proceso que
el tiempo por la emisión de ciertos com-
conlleva una serie de elementos, que ofrecen
portamientos de otros (estímulos refor-
al clínico la posibilidad de identificar con cla-
zadores).
ridad las formas y parámetros en los que se
d. Respuesta a las intervenciones médicas
manifiesta, los estímulos que lo originan, exa-
y el tratamiento analgésico: identificar el
cerban o inhiben, pero también, otros aspec-
grado de adherencia al tratamiento, las
tos que son de relevancia psicosocial cuando
posibles consecuencias de la polifarma-
se padece. Según Taylor (2006), la entrevista
cia, el abuso de rescates —medicamen-
incluye los elementos que se describen en la
to de acción rápida para aliviar el dolor u
figura 1. Sin embargo, para fines de la elabo-
otros síntomas en cuestión de minutos y
ración de un análisis funcional de los compor-
que no tiene efectos a largo plazo (Pearl,
tamientos del dolor también debe incluirse lo
2015)—, la automedicación y el uso ina-
siguiente:
propiado de los opioides y tratamientos
a. Formas en las que se comunica a otro la
alternativos.
experiencia de dolor: conocer la intensidad del dolor, localización, duración y fre-
Cid, Acuña, De Andrés, Díaz y Gó-
cuencia.
mez-Caro (2014) mencionan que debido a
b. Manifestación de reacciones emocionales
que el dolor es una experiencia subjetiva, se
y conductuales ante el dolor (morfologías
han desarrollado varios métodos para ayudar
de la conducta): identificar el sistema de
al clínico a comprender y clasificar síntomas
creencias y la interpretación que se da al
como son los métodos verbales (unidimen-
dolor y sus consecuencias, la forma como
sionales y multidimensionales) y las medidas
lo percibe y evalúa, el tipo de respuestas
fisiológicas. Dentro de las escalas unidimen-
emocionales que se producen, el nivel de
sionales se encuentran las llamadas escalas
discapacidad que provoca y la funcionali-
subjetivo análogas (Bieri, Reeve, Champion,
dad que tiene el paciente en su vida diaria.
Addicoat, & Ziegler, 1990), de las cuales se de-
c. Función de la expresión del dolor y res-
rivan la escala visual análoga (EVA), la escala
puestas emitidas por otros: identificar si
numérica análoga (ENA) y la escala de dolor
los comportamientos relacionados a la
facial (EFA-D). Por su parte, para evaluar con
expresión del dolor (respuestas condicio-
métodos multidimensionales se encuentra el
Capítulo 6
142
cuestionario de McGill (Bejarano, Osorio, Ro-
por ejemplo, una de las sugeridas por Siler et
dríguez, & Berrío, 1985) y el cuestionario breve
al. (2019) denominada HOPE (por sus siglas en
de dolor (Gálvez et al., 2008).
inglés), donde “H” hace referencia a fuentes
En el caso de los pacientes con dolor
de esperanza del paciente, “O” si pertenece a
crónico o total, será importante indagar sobre
alguna organización religiosa, “P” a las carac-
la espiritualidad. Para ello, pueden utilizarse
terísticas de la espiritualidad personal o a sus
diferentes herramientas de evaluación como,
prácticas espirituales y “E” a los efectos que
Figura 1 Evaluación conductual del dolor
Capítulo 6
143
tiene la espiritualidad en la atención médi-
Dolor y depresión
ca o problemas relacionados con el fin de la
La asociación entre dolor crónico y depresión
vida. Ejemplos de preguntas que podrían usar-
es compleja, supone la persistencia de una
se con esta herramienta son: ¿a qué te aferras
serie de respuestas que obedecen a un
en tiempos difíciles?, En tu vida, ¿qué te brinda
contexto y que varían en su agravamiento y
apoyo interno?, ¿te consideras parte de una re-
frecuencia según las demandas de este. De
ligión organizada?, ¿tiene alguna práctica es-
acuerdo con la hipótesis cognitivo-conductual,
piritual personal independiente de la religión
hay mediadores psicológicos involucrados
organizada?, ¿estar enfermo ha afectado tu
en la relación entre ambas variables y esto
habilidad de realizar las cosas que comúnmen-
puede considerarse como una variante
te te ayudan espiritualmente?
importante de la clásica hipótesis que indica que la depresión ocurre como resultado del
Evaluación y tratamiento de respuestas
dolor (Bair, Robinson, Katon, & Kroenke, 2003;
psicológicas asociadas al dolor
Holmes, Christelis, & Arnold; 2013). Aspectos
La expresión de dolor se caracteriza por ser
como la interferencia de vida, pérdida de la
subjetiva, es modulada por la cultura y por
funcionalidad, aumento de la discapacidad
factores psicológicos, tales como la perso-
y disminución de autocontrol en el manejo
nalidad —que para fines de este capítulo será
del dolor figuran como mediadores entre el
entendido como el modo relativamente esta-
dolor y la depresión (Surah, Baranidharan, &
ble de emitir comportamientos ante los estí-
Morley, 2014). Hasta la fecha, los mecanismos
mulos ambientales y que se configura con las
coexistentes entre estas variables no han sido
experiencias que vive el individuo—, el estado
identificados con claridad; sin embargo, existe
de ánimo, el afrontamiento químico —del cual
una superposición considerable entre el dolor
se hablará más adelante— y la capacidad cog-
y las vías sensoriales involucradas en el estado
nitiva del paciente (Del Fabbro, 2014; Hui &
de ánimo.
Bruera, 2014). En población general, al tener
descontrol de dolor incrementan los niveles
IsHak et al. (2018), en la cual se analizaron un
de la respuesta emocional, como en este caso,
total de 28 artículos y cuyo objetivo fue descri-
depresión, ansiedad y estrés que suelen ser
bir el impacto de la depresión y el dolor sobre
las emociones más frecuentes en las personas
el funcionamiento y los mejores tratamientos
con dolor (Hui & Bruera, 2014). A continuación,
para el abordaje de ambas comorbilidades, re-
se describen las pautas de evaluación e inter-
veló que el dolor y la depresión están entrela-
vención para cada una de ellas.
zados y pueden exacerbar los síntomas físicos
Una revisión sistemática realizada por
y psicológicos. Se encontró que una base bio-
Capítulo 6
144
química importante para el dolor se centra en
pacientes con dolor crónico se controla mejor
los sistemas serotoninérgico y norepinefrina,
con la ayuda de los servicios psiquiátricos,
por lo cual, para aliviarlo se puede utilizar an-
que comúnmente involucra a psicólogos
tidepresivos. En cuanto a los tratamientos, se
con formación conductual. Un programa
encontró que las farmacoterapias alternativas
de tratamiento multifacético y adaptado
como la ketamina y los cannabinoides pare-
al paciente, atención multidisciplinaria y la
cen ser opciones seguras y efectivas para me-
combinación de intervenciones que incluyan
jorar los síntomas depresivos y aliviar el dolor,
la monitorización activa de los síntomas es
mientras que la terapia cognitivo-conductual
fundamental en estos casos como se muestra
(TCC) puede ser una herramienta psicológica
en la figura 2. Este tipo de intervenciones suelen
prometedora en el tratamiento del dolor cró-
resumirse en tres categorías importantes:
nico y la depresión.
farmacológicas, no farmacológicas (relacionado
con la aplicación de estrategias psicológicas,
Autores como Heer et al. (2013) y Surah
et al. (2014) refieren que la depresión en
por ejemplo, la TCC) e intervencionismo.
Figura 2 Atención a pacientes con dolor crónico y depresión
Capítulo 6
145
Castro, Daltro, Campos y Lopes (2012)
reconoce el papel de las distorsiones cognitivas
y Surah et al. (2014) indican que la TCC tiene
y, una vez identificadas, se puede ayudar al pa-
como objetivo ayudar a los pacientes a eva-
ciente a modificarlas y reducir el impacto que
luar el impacto del dolor y propiciar respues-
estas podrían tener en la percepción del dolor.
tas más adaptativas en su vida diaria, además,
que ha sido considerada la base de muchos
nicas y procedimientos encaminados a la re-
programas de control del dolor y depresión,
ducción de respuestas depresivas asociadas al
mostrándose eficaz. Dichas intervenciones
dolor supone un proceso continuo de evalua-
incluyen estrategias psicoeducativas, pro-
ción y análisis funcional de los componentes
gramación de actividades, entrenamiento en
asociados. Se trata de un proceso que conlleva
estrategias de afrontamiento, técnicas de re-
entrenar y consolidar en el paciente las habi-
lajación, reestructuración cognitiva, técnicas
lidades que le permitan enfrentar adaptativa-
de resolución de problemas, modificación de
mente el dolor y, evidentemente, un segui-
comportamientos asociados al dolor y prácti-
miento sistemático de los síntomas (Surah et
ca de ejercicios (Salvetti et al., 2012). En el caso
al., 2014). En la figura 3, se presentan algunas
de la programación de actividades se dice que,
pautas para la evaluación e intervención sobre
al aumentar las actividades sociales, laborales
la depresión en pacientes con dolor.
Como puede notarse, el uso de las téc-
y recreativas de un individuo con dolor, tienden a disminuir sus niveles de depresión y an-
Dolor y ansiedad
siedad (Duarte, Gajos, Daglia, & Fregni, 2010).
La ansiedad por dolor es producto de los mie-
Por otro lado, Antón, García y García (2016)
dos que los pacientes experimentan por sus
plantean que los tratamientos psicológicos
síntomas, los cuales suelen asociarse con la
que han mostrado mayor eficacia para la de-
creencia de que su dolor indica daño y, por lo
presión incluyen la TCC, la activación conduc-
tanto, causa sufrimiento (Salayani et al., 2016).
tual (AC) o la terapia en solución de problemas
Cuando el dolor es persistente, la ansiedad y
(TSP). En relación con esta última, Heer et al.
el miedo suelen ser frecuentes e intensos. Es-
(2013) mencionan que la TSP es una interven-
tas respuestas se encuentran funcionando por
ción breve y estructurada que ofrece una guía
mecanismos aprendidos de miedo-evitación,
para la toma de decisiones del paciente en su
en donde el miedo constituye el factor regula-
día a día, por lo tanto, resulta ser una opción en
dor de las emociones en relación con el dolor
casos de respuestas depresivas persistentes.
y se desarrolla a partir de una interpretación
Según Plata, Castillo y Guevara (2004), la teo-
cognitiva del dolor como amenaza (catastro-
ría cognitiva parece aportar algo de luz a la di-
fización), interviniendo procesos atencionales
cotomía depresión-dolor, esto debido a que se
(hipervigilancia), que a su vez llevan al sujeto
Capítulo 6
146
Figura 3 Tratamiento cognitivo-conductual en pacientes con dolor crónico y depresión
a conductas de evitación, con la consecuente
conductuales que se producen como resulta-
limitación y afectación en su vida (González,
do comprometen los niveles de actividad, la
2014). La rumiación por su parte, resulta ser un
participación en la rehabilitación y el rendi-
mediador significativo de la asociación entre
miento, dificultando el funcionamiento social
la intensidad del dolor y la excitación ansiosa
y ocupacional de los pacientes (Salayani et al.,
(Rogers et al., 2019), mientras que los cambios
2016; Wetherell et al., 2011).
Capítulo 6
147
Figura 4 Tratamiento cognitivo-conductual en pacientes con dolor crónico y ansiedad
En la figura 4, se describen algunas su-
tienen control del dolor y se perciben superados
gerencias para el abordaje y evaluación de la
en sus habilidades, recursos y competencias
ansiedad en pacientes con dolor y ansiedad.
para hacerle frente, además, viven una serie de problemáticas en su contexto (falta de
Dolor y estrés
recursos económicos, falta de medicamentos
El estrés es una respuesta común en los
y pobre acceso a servicios de salud de calidad,
pacientes, debido en gran medida a que no
problemas en la dinámica de pareja o familiar,
Capítulo 6
148
etc.). La respuesta de estrés impacta la vida del
cuando se habla de la cronicidad de ambos,
paciente en diferentes niveles y proporciones;
pero, si el especialista en MC conoce y reco-
por un lado, favorece la presencia de
noce los procesos de aprendizaje de la ame-
pensamientos y conductas desadaptativas
naza que representa el dolor del paciente por
en el proceso de transacción que tiene con el
medio de un análisis funcional del comporta-
contexto, afectando la percepción del dolor,
miento, podrá identificar con mayor claridad
y por otro lado, activa sistemas corporales
los procedimientos que su plan de interven-
como el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal
ción debe integrar. En la figura 5, se observan
(HPA) y el sistema nervioso autónomo
las pautas de evaluación e intervención para el
(SNA), creando desregulación homeostática
manejo del estrés en pacientes con dolor.
y generando, en consecuencia, mayor dolor
y otros síntomas (Hayati & Zakaria, 2015;
pacientes con dolor, Metikaridis et al. (2017)
Metikaridis, Hadjipavlou, Artemiadis, Chrousos,
realizaron un estudio clínico aleatorizado de
& Darviri, 2017). En cuanto al componente
tipo paralelo, para evaluar el efecto de un pro-
cognitivo, se dice que la catastrofización y el
grama de manejo de estrés en pacientes que
estrés relacionado con el dolor son clave para
sufren dolor de cuello; el programa tuvo una
explicar algunas de las diferencias observadas,
duración de ocho semanas e incluyó técni-
sobre todo en pacientes con dolor crónico, por
cas de respiración diafragmática, relajación
lo que, intervenciones centradas en el cambio
muscular progresiva, entrenamiento en rela-
de pensamiento podrían ser de utilidad (Flink,
jación autógena e imaginación guiada, aseso-
Boersma, & Linton, 2013).
ramiento sobre aspectos de la vida cotidiana y
Cada uno de los componentes del estrés
comportamientos de salud. Como resultados
en relación con dolor, pueden obedecer a pro-
se obtuvo que las técnicas de relajación redu-
cesos de aprendizaje que se dan, producto de
jeron significativamente los niveles de estrés
la experiencia del paciente y de su interacción
y ansiedad, siendo la técnica de imaginación
con el dolor. En esa misma línea, y entendien-
guiada la que otorgó mayores beneficios a los
do al dolor como respuesta emocional intensa
pacientes.
(amenaza), puede darse de múltiples formas,
ya sea por la experiencia directa o por observa-
guire, Fethke y Maluf, (2012) concluyen que
ción de comportamiento de otros, por ejem-
la TCC —específicamente técnicas como res-
plo, gestos, expresiones o conductas verbales
piración diafragmática e imaginación guiada—
(Timmers et al., 2019). Las formas y funciones
desarrolla habilidades de afrontamiento para
que tienen las interacciones entre el estrés y el
controlar el estrés. Además, con los ejercicios
dolor son complejas y dinámicas, sobre todo
de relajación se consigue una disminución de
Capítulo 6
149
En cuanto al tratamiento del estrés en
Apoyando esa tesis, Bruflat, Balter, Mc-
Figura 5 Tratamiento cognitivo-conductual en pacientes con dolor crónico y estrés
la actividad adrenérgica y un aumento de la
los estados psicológicos (Kerns, Sellinger, &
actividad parasimpática que disminuyen los
Goodin, 2011). Otras técnicas que resultan de
niveles de ansiedad, estrés y de tensión e in-
utilidad para el tratamiento del estrés en pa-
directamente de la expresión de dolor (Moix
cientes con dolor es el biofeedback, el cual ha
& Casado, 2011). Por ende, el entrenamiento
resultado eficaz en el tratamiento del dolor de
en relajación tiene como objetivo entrenar al
cabeza, ansiedad, depresión y el uso de anal-
individuo en métodos sistemáticos de auto-
gésicos (Kerns et al., 2011) y las técnicas ope-
control para alterar los estados fisiológicos y
rantes ya que, a través de programas graduales
Capítulo 6
150
y el uso de reforzamiento, se logra la reduc-
jetiva del paciente, de su satisfacción vital, de
ción o eliminación de las conductas de dolor,
la repercusión de la enfermedad en su diná-
la restauración de las actividades diarias evita-
mica de vida y de los efectos secundarios que
das y la instauración del ejercicio físico (Moix &
conlleva el tratamiento. Se pueden diferenciar
Casado, 2011). Más recientemente, también se
dimensiones importantes en la CVRS; una fun-
han utilizado programas de reducción de es-
cional, que incluye actividades diarias (bañarse,
trés basados en la atención plena para el trata-
vestirse, comer, etc.), trabajos remunerados o
miento del dolor crónico refractario, pues ayu-
no (actividad ocupacional, labores de la casa,
dan al paciente a separar la sensación de dolor
etc.), las relaciones sociales con la familia y los
de los pensamientos que a menudo ocurren
amigos; y otra subjetiva, que es el sentimiento
en respuesta a tales sensaciones (Kerns et al.,
(sentirse feliz o triste, estar con dolor o sin él)
2011). Ahora que ya se han descrito las pau-
(Amaral et al., 2011; Torre et al., 2008).
tas para el tratamiento de las principales pro-
blemáticas psicológicas de los pacientes con
tado de salud y en la CVRS de los pacientes en
dolor, se abordará una temática fundamental
muchos sentidos pues, aunque es una expe-
cuando se trata de la intervención en pacien-
riencia personal, es única, subjetiva y exclusi-
tes con dolor crónico, la calidad de vida (CV).
va para cada ser humano y es influenciada por
El dolor tiene influencia directa en el es-
factores sensoriales, afectivos, cognitivos, soCalidad de vida (CV) en pacientes
ciales y comportamentales. Ante tal argumen-
con dolor crónico
to, los instrumentos que se han diseñado para
Cuando hablamos de la CV hacemos referen-
evaluar esta variable están encaminadas a co-
cia a la percepción que tiene un individuo de su
nocer los síntomas y la función física a través
vida, su contexto y sus valores. Se trata de un
del tiempo y por medio de la intervención psi-
concepto amplio y complejo, afectado por una
cológica se espera que el paciente retome sus
serie de factores como la salud física, el esta-
rutinas y disfrute de sus actividades, adhirién-
do psicológico, el nivel de independencia, las
dose al tratamiento médico y a las recomenda-
relaciones sociales, la espiritualidad, la religión
ciones de los especialistas (Romero & Romero,
y las creencias personales (Torre et al., 2008).
2010). En situaciones médicas que implican
En el caso de los pacientes con enfer-
dolor, la TCC brinda al paciente una serie de
medad crónica que viven con dolor, es esen-
habilidades para el afrontamiento, ayudándo-
cial medir el impacto del tratamiento médico
lo a modificar las cogniciones disfuncionales,
sobre la salud, fenómeno al que se denomi-
con el fin de que comprenda cómo los pen-
na calidad de vida relacionada con la salud
samientos y las emociones están relacionadas
(CVRS). La CVRS es una interpretación sub-
con la presencia de dolor (Macea et al., 2010).
Capítulo 6
151
Con técnicas de programación de actividades
psicológico (Orozco & Castiblanco, 2014;
y de distracción, disminuye la intensidad del
Vriezekolk et al., 2013). Según las necesidades
dolor y mejora la satisfacción con las activida-
de los pacientes, se realiza una evaluación de
des diarias (Kohl, Rief, & Glombiewski, 2013).
las dimensiones que pueden afectar la CVRS,
Además, la modificación de cogniciones
lo cual permitirá proporcionar el tratamiento
y el entrenamiento en solución de problemas
adecuado como se observa en la figura 6.
ayudan al paciente a aumentar la aceptación
Las intervenciones psicológicas desde la
de la enfermedad y a comprender mejor las
TCC muestran eficacia en variables como la
condiciones de dolor crónico, con el fin de
disminución de los estados depresivos y de
facilitar su adaptación y mejorar el bienestar
las expresiones negativas del estado de salud,
Figura 6 Evaluación de la CVRS en pacientes con dolor crónico
Capítulo 6
152
que incrementan el nivel de CV y favorecen
lógicas o actitud pasiva en rehabilitación y si
el mejor ajuste a la condición de salud
el paciente tiene su prospección centrada en
(Warmenrdam, Van-Straten, Jongsma, Twisk,
la obtención de la compensación económica,
& Cuijpers, 2010).
independientemente de si tiene posibilidades de obtenerla o no” (Moreno, 2011, p.120).
Otros fenómenos asociados al dolor:
Desde el enfoque de la TCC y conside-
simulación y afrontamiento químico
rando que el dolor es evaluado a través de la presencia de conductas, es decir, por respues-
Simulación
tas verbales y no verbales que muestra el pa-
La implementación del tratamiento del dolor
ciente (e. g., quejarse, tomar medicamentos,
se complica cuando al profesional sanitario le
adoptar posturas rígidas, gestos, ademanes),
asalta la duda de una posible simulación. Se
se considera que cuando estas conductas de
entiende por simulación el intento deliberado
dolor son reforzadas positivamente (e. g., ob-
de engañar o mentir sobre una enfermedad o
tención de más atención de la familia, ob-
discapacidad, exagerando la sintomatología,
tención de certificados médicos, evitación de
con el objetivo de conseguir un beneficio, que
relaciones sexuales) y si las conductas adapta-
suele ser de tipo económico o implica exen-
tivas no se refuerzan podrían gestarse enton-
ción de obligaciones (Casado & Laguna, 2017).
ces comportamientos de simulación. El obje-
Este tipo de ganancias se definen como los
tivo del tratamiento entonces es revertir esta
beneficios que el paciente obtiene de asumir
situación, reforzando las conductas adaptati-
su rol de enfermo dentro del sistema familiar
vas del paciente y no reforzando las conduc-
o social. Esto puede facilitar una ganancia se-
tas desadaptativas o de enfermedad (Pérez &
cundaria, la cual se define como la expectati-
González, 2008). Para ello, se utiliza funda-
va u obtención de un incentivo externo, por
mentalmente el condicionamiento operante
ejemplo, evitar trabajar, evitar pagar obligacio-
para modificar las consecuencias positivas que
nes financieras, u obtener ganancias econó-
obtiene el paciente con la conducta de dolor
micas, mejorar el estilo de vida u otro tipo de
(como atención de familiares) y resolver los
beneficio.
problemas derivados del exceso de incapaci-
Para orientar la identificación de esta
dad y las expresiones de sufrimiento del pa-
problemática debe documentarse la presencia
ciente, como se observa en la figura 7. La parti-
de: (a) inconsistencias entre la evaluación clí-
cipación de familiares o amigos es importante,
nica versus la funcionalidad y grado de dolor
ya que pueden aprender a otorgar reforzado-
reportado por el paciente; (b) problemas con
res ante la ejecución de comportamientos in-
el “cumplimiento de prescripciones farmaco-
compatibles con la expresión del dolor (Kerns et al., 2011; Thieme & Turk, 2012).
Capítulo 6
153
Figura 7 Abordaje psicológico para pacientes con simulación de dolor
Afrontamiento químico
compulsión y conductas disruptivas (Gómez-
El término afrontamiento químico se ha utili-
Del Valle, Zertuche-Maldonado, & Bruera, 2018).
zado para describir el uso desproporcionado
de opioides para hacer frente al malestar emo-
desarrollar afrontamiento químico son abuso
cional (Hui & Bruera, 2014). Se caracteriza por
de alcohol y tabaco, edad (particularmente
el aumento de la dosis y la incapacidad para
ocurre en población joven), puntajes altos en
suspender los opioides después de la resolu-
evaluación de dolor, depresión, trastorno de
ción de la afección dolorosa (Kwon et al., 2015).
ansiedad generalizada, trastorno de estrés
El afrontamiento químico se puede
postraumático, trauma psicológico, uso de
graduar según sus características; en su forma
medicamentos psicotrópicos, trastorno de
más leve, se puede usar ocasionalmente el
personalidad antisocial y adversidad infantil
opioide para afrontar el sufrimiento emocional
(Boscarino et al., 2011; Del Fabbro, 2014;
sin presentar compulsión; y, en su forma más
Kwon et al., 2015). Algunas de las sugerencias
grave, la compensación química se llega a
para la evaluación e intervención de este
convertir en adicción al estar acompañada de
problema incluyen: la evaluación del riesgo
Capítulo 6
154
Algunos
factores
de
riesgo
para
adictivo (Covarrubias, Betancourt, & González,
medicación, así como factores estresantes de
2011); identificar comportamientos inusuales
la vida, situaciones de alto riesgo para el uso
relacionados al medicamento —por ejemplo,
de drogas (Weaver, 2015). En la figura 8, se
solicitar cambios y aumentos de dosis con
pueden observar algunas recomendaciones
frecuencia— (Del Fabbro, 2014); evaluar los
para llevar a cabo la evaluación e intervención
desencadenantes del uso inapropiado de la
de pacientes con afrontamiento químico.
Figura 8 Evaluación e intervención en pacientes con dolor y afrontamiento químico
Capítulo 6
155
Competencias esperadas en el especialista en
periencia del dolor en la enfermedad crónica,
MC para el abordaje del dolor en pacientes
y así poder trabajar con la falta de información,
con enfermedad crónica
las creencias erróneas y la posible frustración.
La intervención en el ámbito hospitalario radi-
ca en labores de trabajo multidisciplinario para
apropiadas, pero es menester que el especialis-
evaluar, diagnosticar y tratar problemas de
ta en MC sepa emplear los procedimientos de
salud mental (Hernández, Becerra, Salazar, &
evaluación e intervención y ejercite o adquiera
Hernández, 2020). Estas intervenciones redu-
habilidades que le permitan desempeñar su
cen los tiempos de estadía en los hospitales,
trabajo con calidad, profesionalismo y ética.
La terapia debe enseñar habilidades
mejoran la adherencia al tratamiento, reducen costos de los sistemas de salud y contribuyen
Conclusiones
a la satisfacción del paciente y su familia, influ-
Como se ha visto a lo largo del capítulo, el es-
yendo en la CV (Barre, Padmaja, & Rana, 2018;
tudio y manejo del dolor es complejo debido
Small, Burke, & Collins, 2015). Respecto a los
a que es una experiencia multidimensional; en
pacientes con dolor crónico, por lo general, ne-
el área física puede estar relacionado con una
cesitan terapia psicológica porque a menudo se
patología crónica de base, a cirugías o afec-
sienten incapaces de hacer algo sobre su dolor
ciones nerviosas, entre otras; en el área psico-
o debido al fracaso terapéutico y, como conse-
social, interviene el apoyo social percibido y
cuencia, se han hecho pasivos y se sienten des-
recibido, el estilo de afrontamiento, la perso-
esperados o deprimidos (Kopf & Patel, 2010).
nalidad, la historia de reforzamiento, el proce-
En esa misma línea, Gómez (2017) plan-
so de aprendizaje (clásico, operante o vicario),
tea que se espera que los especialistas en Medi-
la cultura, el sistema de creencias en torno al
cina Conductual posean habilidades de trabajo
padecimiento de base y a la presencia y con-
en equipo, entrevista clínica, de elaboración,
trol del dolor; y en el área espiritual, intervie-
aplicación y evaluación de intervenciones
nen factores transpersonales, interpersonales
psicológicas, uso de técnicas de intervención
e intrapersonales, por mencionar algunos.
cognitivo conductual, en solución de proble-
mas prácticos y, sobre todo, de comunicación.
clínicas más comunes en pacientes con do-
Dicho esto, se entiende que el especialista en
lor crónico son: estrés, ansiedad y depresión.
MC apoya al paciente a reducir el dolor y a esta-
Para poder evaluar y otorgar tratamiento indi-
blecer formas más activas para hacerle frente.
vidualizado, se sugiere el uso de la entrevista
Ortiz y Velasco (2017) mencionan que
clínica con un enfoque conductual e integrar
una de las habilidades relevantes del psicólo-
instrumentos que evalúen el dolor y las varia-
go que trabaja con este tipo de pacientes será
bles psicológicas asociadas a esta experiencia
realizar una buena historia clínica y saber su ex-
dolorosa.
Capítulo 6
156
Como se ha dicho, las manifestaciones
Durante el seguimiento, se sugiere eva-
Revista Latino-Americana de Enfermagem,
luar factores cognitivos y conductuales que
19(1), 1-6.
puedan estar asociados a conductas de simu-
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Capítulo 6
163
Capítulo 7 Envejecimiento activo: avances y perspectivas
Ana Leticia Becerra Gálvez y Sandra Angélica Anguiano Serrano
El envejecimiento es un proceso natural en la
de este funcionamiento efectivo y saludable
vida de cualquier ser vivo. Procurar que dicho
a través del tiempo, nos referimos a construir
proceso se dé saludablemente requiere del
un envejecimiento activo (EA) para tener una
trabajo conjunto de diferentes especialistas de
mejor vejez.
la salud, entre los cuales evidentemente figura
el psicólogo. Desde la perspectiva de la medi-
autonomía, la independencia y la seguridad
cina conductual (MC) y considerando que di-
para tener una vejez con calidad de vida, que
cho campo interdisciplinario se concentra en
se construye solo y a través de la ejecución de
el uso de las técnicas y procedimientos cuyo
comportamientos saludables —actividad clave
objetivo es hacer que un individuo logre ad-
de los especialistas en MC—. Bajo los argumen-
quirir, modificar o eliminar ciertos comporta-
tos anteriores, el objetivo de este capítulo es
mientos en el contexto de una enfermedad, se
describir las particularidades del denominado
puede y debe trabajar en población que vive la
EA, los modelos teóricos que le sustentan y
vejez o está en proceso de llegar a ella.
alternativas para favorecerle desde una pers-
pectiva conductual.
Cuando se trata de vejez, la meta es lo-
El EA es un proceso que promueve la
grar que las personas mantengan un estilo de vida saludable (en condiciones sanas o con
Vejez y envejecimiento
enfermedades crónicas) y, por ende, mejorar
Según el Instituto Nacional de las Personas
el funcionamiento y autonomía para respon-
Adultas Mayores (INAPAM, 2019), la vejez es la
der efectivamente ante las demandas de su
última etapa de vida de un ser humano y co-
ambiente hasta el final de su vida. Al hablar
mienza a los 60 años. La forma en la que suele
164
conceptualizarse variará, según la percepción
social que se tenga sobre ella; por un lado, se
la sociedad contemporánea, debido al creci-
concibe como una etapa en la que prevalece la
miento acelerado de personas adultas mayo-
sabiduría y la experiencia y, por otro, como una
res a nivel mundial. Con relación a este pun-
etapa de deterioro, inutilidad y enfermedad.
to, la OMS (2002) estimó que para el 2050
En las sociedades latinoamericanas, sue-
el porcentaje de adultos mayores en el mun-
le verse a la vejez como una etapa deplorable,
do se duplicará, pasará del 10 al 21%, siendo
en donde se pierde la independencia y a la que
el cambio más drástico en países de primer
ninguna persona quiere llegar. Estas actitudes
mundo. De acuerdo con el Informe Mundial
socioculturales atribuidas al envejecimiento y
sobre el Envejecimiento y la Salud (OMS, 2015),
a la vejez suelen ser llamadas ideas viejistas
un desafío es la enorme diversidad de los es-
o viejismo y han permeado la forma como se
tados de salud y funcionales que presentan las
visualiza a ambos fenómenos. Estas formas
personas adultas mayores, los cuales no nece-
de edadismo perpetúan las ideas estereoti-
sariamente se asocian con la edad cronológica
padas de lo que debería y no debería hacer
sino con las condiciones de salud, la transición
una persona con base en su edad y, por esa
epidemiológica y las desigualdades. En otras
razón, las personas adultas mayores son juz-
palabras, a pesar del aumento en la esperanza
gadas como frágiles, onerosas y dependientes
de vida, aún se considera a la vejez —desde la
(Brennan-Olsen et al., 2019). Como puede no-
perspectiva económica— como una carga so-
tarse, envejecer habla del éxito en las medidas
cial, por el costo que esto implica en ciertos
de salud pública, del avance tecnológico y de
países (Federal Center for Health Education,
un óptimo desarrollo económico, pero repre-
2012; United Nations Department of Econo-
senta un reto cuando se habla de lograr que la
mic and Social Affairs [UNDESA], 2015). Los
población se adapte y conserve su capacidad
países que tienen mejores políticas sociales y
funcional (Organización Mundial de la Salud
económicas apoyan las capacidades, el bien-
[OMS], 2021).
estar y la autonomía de las personas mayores,
El envejecimiento es definido como un
mientras que los países en desarrollo aún se
proceso gradual y adaptativo que conlleva la
encuentran en espera de poder lograrlo (Help
pérdida de la respuesta homeostática, es decir,
International Red Global, 2015). De acuerdo
cambios a nivel fisiológico, bioquímico, psico-
con González, Fonseca y García (2013) existen
lógico y social, los cuales son inherentes a la
cuatro formas de envejecimiento:
edad y al desgaste a lo largo de los años (Insti-
Este tema se ha vuelto una necesidad en
•
tuto Nacional de Geriatría [INGER], 2017).
Envejecimiento ideal: está caracterizado por la ausencia de alguna afección o enfermedad física. La persona conserva la
Capítulo 7
165
•
•
•
capacidad para realizar actividades de la
Envejecimiento activo:
vida diaria (AVD) de forma autónoma y
conceptualización y modelos
sin depender de otros, no presentan de-
Al envejecimiento activo (EA) también se le ha
terioro cognitivo y se perciben saludables
llamado envejecimiento vital, envejecimiento
y felices.
productivo o envejecimiento exitoso, supone
Envejecimiento activo: se caracteriza por la
que las personas contribuyan a la sociedad,
presencia de enfermedad crónica, pero a
en lugar de entenderse como una época de
pesar de ella, la persona puede realizar sus
mala salud y dependencia; debe centrarse en
AVD, se perciben saludables, con ener-
la participación actual de las personas adultas
gía y no presentan deterioro cognitivo.
mayores en el ámbito social, económico, cul-
Envejecimiento habitual: se presenta
tural y cívico, además de trabajar para mejorar
cuando las personas padecen más de una
su calidad de vida (Gutiérrez & Lezama, 2013;
enfermedad crónica; perciben su estado
Achenbaum, 2001 como se citó en Martin et
de salud como regular, además de tener
al., 2014).
alguna ligera incapacidad funcional que
no causa dependencia y pueden presen-
proceso de optimizar las oportunidades de sa-
tar deterioro cognitivo leve.
lud, participación y seguridad, a fin de mejorar
Envejecimiento patológico: las personas
la calidad de vida de las personas a medida que
perciben su estado de salud deficiente,
envejecen. Además, señala que es importante
además de tener un deterioro cognitivo
que participen a nivel social y que conserven
importante y diversas enfermedades cró-
un potencial de bienestar físico y mental a lo
nicas, que afectan de manera funcional
largo de este ciclo vital, reconociendo seis fac-
sus AVD y suelen depender de otros para
tores determinantes: (1) económicos, (2) con-
realizarlas.
ductuales, (3) personales, (4) sociales, (5) rela-
La OMS (2002) define al EA como el
cionados con el sistema de salud y (6) con el
Con base en este tipo de clasificación,
entorno físico (OMS, 2015).
nos encontramos ante la necesidad de en-
Conceptualizar al EA es una tarea difícil
tender mejor al denominado EA que, debido
y hasta el momento no se ha podido generar
al notorio crecimiento de las personas adultas
una definición global que nos permita ubicarle
mayores, las acciones sociales y de la salud,
con claridad de entre tantas variables y niveles
deben estar encaminadas a lograr que este es-
explicativos (Cosco, Prina, Perales, & Stephan,
trato poblacional participe y se desarrolle de
2014). Al respecto, Lak, Rashidghalam, Myint y
forma activa en los contextos psicosociales.
Bradaran (2020) realizaron una revisión sistemática de la literatura, la cual tuvo por obje-
Capítulo 7
166
tivo identificar las diferentes definiciones del
desde una perspectiva ecológica, es decir, es el
EA, concluyendo lo siguiente: se presenta en
entorno el que proporciona la oportunidad de
aquellos que tienen 60 años o más y buscan
garantizarle. A lo largo de los años, han surgido
responder a las diferencias culturales y nacio-
una serie de propuestas que tienen por mira
nales, por lo tanto, no existe una sola forma de
definir los elementos que integran al EA, tal
conceptualizarlo, ya que tendría que explicarse
como se observa en la tabla 1.
Tabla 1 Definiciones del EA Autores
Definiciones
Baltes y Baltes (1990)
• Optimización selectiva con compensación
Kahana y Kahana (1996, 2003)
• • • • • •
Rowe y Kahn (1997)
• Baja probabilidad de enfermedad y discapacidad • Alta capacidad funcional cognitiva y física • Compromiso activo con la vida
Phelan y Larson (2002)
• • • • • • •
Libre de discapacidad Funcionamiento independiente Satisfacción con la vida Compromiso activo con la vida Longevidad Adaptación positiva Dominio / crecimiento
Depp y Jeste (2006)
• • • • • • • • • •
Discapacidad/función física Funcionamiento cognitivo Satisfacción con la vida Bienestar social Compromiso productivo Presencia de enfermedad Longevidad Salud autoevaluada Personalidad Medio ambiente / finanzas
Discapacidad/función física Funcionamiento cognitivo Satisfacción con la vida Bienestar (social, financiero y físico) Presencia/ausencia de enfermedad Longevidad
Nota: Adaptado de “Defining Successful Aging: A Tangible or Elusive Concept?” por P. Martin, N. Kelly, B. Kahana, E. Kahana, B. J. Willcox, D. C. Willcox, & L. W. Poon, 2014, The Gerontologist, 55, p.22.
Capítulo 7
167
El EA es un proceso multifactorial que
establecidos, lo que hace que la persona
tiene por objetivo mejorar la calidad de vida a
se sienta feliz, satisfecha y preparada para
medida que las personas envejecen (Zanjari,
la muerte.
Sani, Chavoshi, Rafiey, & Shahboulaghi, 2017),
•
Envejecimiento exitoso y teoría de la acti-
pero también incluye buena capacidad funcio-
vidad de Havighurst (1961 como se citó en
nal, participación de la familia y de la comu-
Petreto et al., 2016). Se entiende en térmi-
nidad (Rantanen et al., 2019). Se puede decir,
nos de la felicidad y la satisfacción con la
entonces, que existen una serie de elementos
vida. Lograr un EA incluye adherirse con-
trascendentales para entender y estudiarlo,
tinuamente a las actividades y actitudes
como la cultura, la religión y los acontecimien-
que tomaría una persona de la mediana
tos históricos que influyen en la concepción
edad. En relación con esta teoría, según
de significados atribuidos a la vejez y al enve-
Carstensen (1990), no se trata tal cual de
jecimiento como proceso activo e interactivo
un modelo o teoría formal sino solo una
(Martin et al., 2014). Bajo esta lógica, se han
perspectiva del envejecimiento, la cual
desarrollado diferentes modelos para expli-
entiende que una buena vejez debe es-
car este fenómeno, los cuales varían según los
tar acompañada de actividades o traba-
países en los que se generaron y los autores
jos —preferentemente remunerados— y
que lo proponen; por ejemplo, existen pro-
que sustituye todo aquello perdido por la
puestas desde la tradición europea en donde
edad o la jubilación.
se habla de envejecimiento activo y saludable,
•
Adaptación a la jubilación propuesta de
los modelos que se derivan de la propuesta de
Reichard et al. (1962 como se citó en Petre-
la OMS y los que se derivan de las investiga-
to et al., 2016). En este modelo, envejecer
ciones desarrolladas por Rowe y Kahn (1988
se trata de la capacidad de ajustarse a la
como se citó en Petreto, Pili, Gaviano, Matos,
jubilación de forma (1) madura, (2) me-
& Zuddas, 2016). A continuación, se describen
cedora y (3) blindada, donde la primera y
algunas teorías y modelos del EA:
la tercera corresponden a una forma de
•
Teoría de la desvinculación de Cummings y
adaptación centrada en el compromiso y
Henry (1961 como se citó en Petreto et al.,
la satisfacción, y la segunda se relaciona
2016). Esta propuesta parte de la idea de
con disfrutar de un estilo de vida pasivo.
que la persona adulta mayor se retrae o
•
Modelo ecológico. El EA se concibe como
desvincula de sus actividades en socie-
una interacción entre la edad funcional y
dad, cerrando en gran medida las posibili-
la adaptación de un individuo con el en-
dades de participación, sus obligaciones y
torno físico y social (Lawton & Nahemow,
el cumplimiento de los roles socialmente
1973). Este enfoque reconoce la impor-
Capítulo 7
168
•
tancia de los entornos saludables, los
ta se liga fuertemente el concepto de EA
cuales se espera se caractericen por favo-
al de resiliencia, en la cual los adultos son
recer el acceso a los servicios de la salud
capaces de lograr un equilibrio entre las
y a las actividades recreativas y de mejo-
pérdidas y las ganancias. Se dice que la
ramiento físico para las personas adultas
resiliencia conduce a una mayor longe-
mayores.
vidad y periodos cada vez más cortos de
Envejecimiento con éxito (Rowe & Kahn,
dependencia de otros, el EA entonces re-
1997). Estos autores conceptualizan este
sulta de un proceso dinámico en donde se
constructo en tres componentes: (a) bajo
enfatiza la importancia de la adaptación y
riesgo de enfermedad y discapacidad re-
la autorregulación (Wahl et al., 2017).
lacionada, (b) alto funcionamiento cog-
•
nitivo y físico, y (c) participación activa y
se citó en Petreto et al., 2016). En este
continua en la vida. A pesar de su ímpetu
modelo se reconoce la importancia de
conceptual, el impacto de las definiciones
los roles, los cuales están fuertemente
previas y el vínculo con las percepciones
influenciados por variables sociales y es-
empíricas, autores como Villar (2012)
tructurales las cuales son difíciles de con-
critican fuertemente este modelo, argu-
trolar.
mentando que se definieron los criterios
•
Afrontamiento proactivo de Kahana y
de envejecimiento exitoso como un con-
Kahana (1996 como se citó en Petreto et
junto de elementos supuestamente uni-
al., 2016). Este modelo reconoce que las
versales y objetivos, sin embargo, solo un
personas adultas mayores pueden man-
pequeño grupo privilegiado cumple con
tener un buen nivel de calidad de vida si
los estándares requeridos. En particular,
consiguen crear estrategias internas de
este enfoque corre el riesgo de excluir a
afrontamiento y recursos sociales exter-
una gran parte de la población, como las
nos, incluso antes de que se presenten las
personas muy mayores, socialmente des-
situaciones amenazantes.
favorecidas o con discapacidad funcional
•
Structural Lag de Riley y Riley (1994 como
•
Modelo EA de la Organización Mundial de
grave, muchas de las cuales disfrutan de
la Salud (2002). Según este modelo, los
sus vidas a pesar de su envejecimiento
elementos clave del EA son la autonomía
en condiciones difíciles (Wahl, Siebert, &
(capacidad percibida para controlar, hacer
Tauber, 2017).
frente y tomar decisiones sobre cómo se
Modelo de selección, optimización y com-
vive día a día, de acuerdo con las reglas
pensación (Baltes & Baltes, 1990 como se
y preferencias personales), independen-
citó en Petreto et al., 2016). Esta propues-
cia (capacidad para realizar funciones re-
Capítulo 7
169
lacionadas con la vida diaria, es decir, la
El envejecimiento con éxito es considera-
capacidad de vivir en la comunidad sin o
do como un concepto multidimensional
con poca ayuda de otros), calidad de vida
que abarca, trasciende y supera la buena
y esperanza de vida saludable (se refiere
salud y que está compuesto por un am-
al tiempo que las personas pueden espe-
plio conjunto de factores biopsicosociales
rar vivir en ausencia de discapacidades).
que cambian según el contexto.
Este modelo también incluye seis grupos
•
de determinantes para que se presente
un EA, los cuales están mediados por la
lleva a experimentar una vejez más saludable,
cultura y el sexo, como se observa en la
entonces hablamos de que se construye a
figura 1.
través del tiempo y varía según las condiciones
Envejecimiento saludable, positivo y con
socioeconómicas y culturales en las que una
éxito (Fernández-Ballesteros et al., 2010).
persona nace, crece, vive y envejece. Es justo en
Figura 1 Determinantes del EA
Capítulo 7
170
En conclusión, el EA es un proceso que nos
los estilos de vida que se gesta el EA, y desde la
zado estudios que analizan variables de años
perspectiva conductual, los comportamientos
de vida saludables perdidos y los años de vida
que influyen directamente son aquellos
asociados a alguna discapacidad, tratando así
que se relacionan con la alimentación, la
de identificar la diferencia entre esperanza de
actividad física, la toma de medicamento y el
vida total y esperanza de vida saludable, por-
acceso a los servicios de salud, así como con
que representa el promedio de años que las
la reducción de factores de riesgo como el
personas viven con alguna enfermedad o con
sedentarismo, el consumo de tabaco y otras
discapacidad (Gutiérrez et al., 2015). Este aná-
sustancias y el control del estrés. Dado el
lisis se realizó por primera vez en México en el
incremento en las enfermedades crónicas y
año 2014, en este se identificó que las mujeres
tras la manifestación de diferentes síndromes
tienen una esperanza de vida promedio de 79
producto del estilo de vida, del avance propio
años, sin embargo, solo 68 años son vividos
de la edad y las condiciones contextuales, vale
con buena salud; en cuanto a los hombres, el
la pena reconsiderar y diseñar estrategias de
promedio de esperanza de vida es de 72.3 años,
intervención en esta población.
con un promedio de 8.5 años de mala salud.
Entre las principales enfermedades, se
Enfermedades crónicas,
encuentran la diabetes mellitus, las cardiopa-
síndromes geriátricos y EA
tías isquémicas, la enfermedad renal crónica,
Cuando se habla de EA también se habla de
los trastornos de órganos de los sentidos, las
ayudar a que las personas preserven su fun-
enfermedades cardiovasculares y el Alzhei-
cionamiento y su condición de salud, lo mejor
mer; entonces, aunque la esperanza de vida es
posible, sin embargo, cuando se habla de la
mayor para las mujeres, esos años adicionales
prevalencia de las enfermedades crónico de-
son peores que en los hombres, en cuanto a
generativas, de complicaciones físicas y cog-
salud y discapacidad, ya que incluso se vive con
nitivas, así como de síndromes geriátricos, de-
hasta dos enfermedades crónicas (Gutiérrez et
bemos discutir el asunto y bosquejar posibles
al., 2015). Aunque la causa de las defunciones
alternativas para su abordaje. La transición
es muy similar para hombres y mujeres, toda-
epidemiológica y el aumento en los años de
vía el 5.1% de las muertes en mujeres se dan
vida nos han llevado a tener poblaciones ma-
por infecciones respiratorias y desnutrición
yores de 60 años que padecen de varias pato-
(Gutiérrez, Agudelo, Medina, & Giraldo, 2016).
logías relacionadas con la edad, pero también
con el estilo de vida (Divo, Martínez, & Man-
encuentra que, aunque no encajan en una cla-
nino, 2014). Para conocer esta tendencia y el
sificación de enfermedades específicas, reper-
efecto en la construcción del EA, se han reali-
cuten en la autonomía y la calidad de vida de
Capítulo 7
171
Respecto a los síndromes geriátricos se
la persona adulta mayor. Estos síndromes es-
dida y ejercicios de resistencia, socialización
tán asociados a múltiples factores y afectan a
adecuada, uso de suplementos nutriciona-
varios sistemas orgánicos, por lo tanto, repre-
les orales para mejorar o mantener el estado
sentan una problemática para los servicios de
nutricional y capacitación para el cuidado en
salud tradicionales (Inouye, Studenski, Tinetti,
familiares (Centro Nacional de Excelencia Tec-
& Kuchel, 2007). Estos síndromes tienen una
nológica en Salud [CENETEC], 2014).
elevada prevalencia en personas mayores de
65 años, aumentan en personas de 80 años
cia si no se realizan programas de intervención
y en personas hospitalizadas. Tras su apari-
que tengan como objetivo la prevención o el
ción, la calidad de vida se ve afectada, por lo
control de enfermedades crónicas. A propósito
que aumenta la dependencia (Gómez, 2005;
de esto, la OMS (2018) ya ha iniciado un plan
Inouye et al., 2007).
de acción con las siguientes propuestas: (a)
No existe un acuerdo contundente sobre
compromiso con un envejecimiento saluda-
qué tipo de afectaciones pueden considerarse
ble, (b) alineamiento de los sistemas de salud
como síndromes geriátricos, sin embargo, la
con las necesidades de las personas mayores,
mayoría de los profesionales coinciden en que
(c) establecimiento de sistemas para ofrecer
algunos son la fragilidad, la incontinencia uri-
atención crónica, (d) creación de entornos
naria, las caídas, el síndrome confusional y las
adaptados a las personas mayores, y (e) mejo-
úlceras por presión (Fernández-Garrido, Ruiz-
ra de las mediciones, el seguimiento y la com-
Ríos, Buigues, Navarro-Martínez & Cauli, 2014;
prensión con estudios e investigaciones sobre
Gómez, 2005).
envejecimiento. Ante estas propuestas y bajo
Kane, Shamliyan, Talley y Pacala (2012)
la demanda de atención de estas necesidades,
y Lordos et al. (2008) señalan que estos sín-
como especialistas en el cambio conductual y
dromes pueden predecir mejor la superviven-
en el ejercicio de las actividades en contextos
cia, a diferencia de la presencia o el número de
de salud, es menester trabajar activamente en
enfermedades específicas. Además, Gómez
pro de esta población y sus familias.
Lo más probable es que siga esta tenden-
(2005) y Luengo, Maicas, Navarro y Romero (2006) consideran que, a pesar de la comple-
MC y EA: acciones y metas
jidad de estos síndromes, en muchos casos su
Además de las marcadas variaciones interin-
aparición puede prevenirse y cuando hay un
dividuales en el EA, existen importantes dife-
diagnóstico correcto pueden ser tratados ade-
rencias intraindividuales que serán elemen-
cuadamente.
tales y que se relacionan directamente con
Algunos lineamientos para prevenir y
la conducta. El EA como se explicó antes, no
tratar estos síndromes son nutrición a la me-
solo se trata del avance de procesos biológicos
Capítulo 7
172
propios del tiempo (edad cronológica) sino del
son producto de causas modificables por-
funcionamiento, es decir, de la edad funcional,
que se relacionan directamente con el estilo
la cual incluye conductas específicas para ha-
de vida. En esa misma línea, Hartman-Stein
cer las cosas lo mejor posible ante las deman-
y Potkanowicz (2003) comentan que existen
das del ambiente.
determinantes comportamentales para favo-
Por ello, creemos que el cuidado del
recer un EA, entre los cuales se encuentran la
funcionamiento social y el control de las co-
actividad física, la alimentación saludable, los
morbilidades psicológicas deben ser prioridad
ejercicios para favorecer el adecuado funcio-
para el especialista en MC. Las áreas de tra-
namiento cognitivo y el entrenamiento en el
bajo básicamente son ayudar a las personas a
manejo de las respuestas emocionales.
cambiar su estilo de vida y, en virtud de ello, construir un mejor envejecimiento, favorecer
Actividad física
los comportamientos de adherencia al trata-
Un programa de actividad física ofrece cambios
miento médico —considerando que la mayoría
en el estado fisiológico, que incluyen cambios
de las personas adultas mayores tienen alguna
en el funcionamiento cardiovascular, reduc-
enfermedad crónica—, entrenar a pacientes y
ción de la masa corporal y disminución de la
familiares en el uso de estrategias conductua-
fuerza por unidad muscular (Hartman-Stein &
les y de autocontrol para mantener la función
Potkanowicz, 2003). En la población que en-
cognitiva y, así, reducir el llamado deterioro
vejece —y a cualquier edad— realizar actividad
cognitivo y, finalmente, prevenir y atender los
física es una opción para mantenerse saluda-
problemas psicológicos comunes en etapas
bles. Los beneficios incluyen la prevención y
avanzadas de la vida como la depresión y la
reducción del riesgo de presentar enferme-
ansiedad.
dades crónicas, mantiene el estado funcional,
Concentrar los esfuerzos en estas accio-
el bienestar psicológico y contribuye al esta-
nes puede contribuir en la creación de con-
blecimiento de conexiones sociales (LaBaze,
textos saludables para el paciente, pero tam-
Crasto, & Middleton, 2018; Liffiton, Horton,
bién, generar actitudes positivas hacia la salud
Baker, & Weir, 2012).
y facilitar la funcionalidad (Bowling & Dieppe,
2005; Paúl, Teixeira, & Ribeiro, 2017; Stenner,
mento de Salud y Servicios Humanos de Esta-
McFarquhar, & Bowling, 2011).
dos Unidos dio a conocer una guía de actividad
Según Martín, Martín, Moliner y Aguile-
física en el 2008, la cual señala el papel que
ra (2007), el EA es la mejor receta para pre-
tiene cuando se trata de propiciar un EA, como
venir la dependencia, además, la mayoría de
se muestra en la figura 2.
los problemas de salud durante esta etapa
Capítulo 7
173
En cuanto a este elemento, el Departa-
Figura 2 Envejecimiento y actividad física
En las guías de actividad física de la OMS
con límites superiores de 300 y 150 minutos,
(2010), se ofrece una serie de recomendacio-
respectivamente. Respecto al entrenamiento
nes para llevar a cabo la actividad física, entre
de equilibrio, debe realizarse tres o más días a
las que comprenden ejercicios para la fuerza,
la semana y el fortalecimiento muscular dos o
equilibrio y flexibilidad. El volumen total de
más días a la semana para prevenir caídas.
actividad física oscila entre 150 minutos por
semana de ejercicio aeróbicos de intensidad
yores, se dice que la actividad física facilita las
moderada y 75 minutos por semana de acti-
AVD, por ejemplo, subir escaleras, descargar
vidad física aeróbica de intensidad vigorosa,
alimentos, subir y bajar del vehículo, así como
Capítulo 7
174
En el caso de las personas adultas ma-
levantarse de una posición sentada y partici-
o percibir una ganancia funcional, vale la pena
par en actividades que son de importancia o
integrar en el repertorio conductual activida-
satisfacción personal (Hartman-Stein & Potka-
des encaminadas a ello. Estas actividades sue-
nowicz, 2003).
len ser fáciles y poco costosas, por ejemplo, hacer crucigramas, aprender a dibujar o a tocar
Alimentación
un instrumento, aprender un idioma, un nue-
El papel de la dieta en la prevención y el con-
vo programa de computadora o cierta función
trol de la morbilidad y la mortalidad prematura,
del teléfono móvil, navegar por internet y vi-
debidas a enfermedades no transmisibles, ha
sitar museos (Hartman-Stein & Potkanowicz,
sido bien establecido. La alta ingesta de verdu-
2003).
ras, frutas frescas, cereales y aceite de oliva, y la baja ingesta de grasas saturadas son carac-
Salud mental
terísticas definitorias del patrón dietético me-
A lo largo de la vida —y podríamos decir que
diterráneo y este tipo de dietas han sido reco-
particularmente en las personas adultas ma-
nocidas por sus propiedades cardioprotectoras
yores—, ante las exigencias y problemas de la
(Lok, Chan, & Woo, 2015). Lograr cambios en
vida cotidiana, suelen presentarse respuestas
el patrón alimenticio incluye entrenamiento
asociadas a la depresión, la ansiedad y el es-
en autocontrol, psicoeducación y solución de
trés. Conforme avanza el tiempo, podrían pre-
problemas (Peel, McClure, & Bartlett, 2005).
sentarse alteraciones en los estados de ánimo, llanto, pensamientos recurrentes de muerte
Funcionamiento cognitivo
o suicidio, disminución del placer, sentimien-
Uno de los principales problemas de las per-
tos de desesperanza o inutilidad. En caso de
sonas adultas mayores es el denominado de-
que este tipo de respuestas perduren o se
terioro cognitivo, caracterizado por déficits en
agraven, será importante recurrir al psicólogo
la atención y la memoria y pueden llegar a gra-
para identificar las mejores formas de hacerle
dos severos como la demencia, esto particu-
frente (Hartman-Stein & Potkanowicz, 2003).
larmente en pacientes mayores de 80 años,
Otra actividad que redundará en beneficios,
motivo por el cual, se requiere de un entre-
cuando se trata del estado de ánimo, es la Te-
namiento cognitivo en adultos independien-
rapia de Activación Conductual, que incluye la
tes, esto con la mira de preservar la memoria,
programación de eventos y actividades per-
el razonamiento inductivo o la velocidad de
sonalmente gratificantes y dirigidas a valores
procesamiento (Brennan-Olsen et al., 2019;
(cosas, personas y situaciones valiosas para la
Nyberg & Pudas, 2018). Aunque este entrena-
persona). Este tipo de terapias contribuyen a
miento puede tomar años para ver una mejora
que la persona adulta mayor encuentre un sig-
Capítulo 7
175
nificado a su vida a través de la participación
plejas. Asimismo, los contenidos de estas te-
en actividades diversas, por ejemplo, el volun-
rapias deben enfocarse a aspectos cotidianos
tariado, la religión y la espiritualidad, el ejerci-
de esta etapa de vida (enfermedad propia o de
cio y las prácticas con otros incluida la pareja
la pareja, cambios de residencia, problemas
(Polenick & Flora, 2013).
familiares, problemas económicos, jubilación, etc.).
Intervenciones psicológicas
Fernández-Ballesteros (2011) hizo hin-
para promover el EA
capié, en que si bien, existen factores de ries-
Las intervenciones conductuales han mos-
go/protección a nivel biomédico, como el
trado resultados satisfactorios para prevenir y
ejercicio, la nutrición, la eliminación de malos
controlar el deterioro físico y cognitivo, mejo-
hábitos que contribuyen a un EA, también hay
rando la calidad de vida de la persona adulta
evidencias empíricas de comportamientos
mayor y de sus familias.
protectores de enfermedad como la actividad
De acuerdo con Montorio (1999), la te-
cognitiva, las relaciones interpersonales, la ac-
rapia conductual es más aceptable que solo el
titud positiva, los estilos para afrontar el estrés,
tratamiento farmacológico, por la cuestión de
la percepción de control y la autoeficacia.
los efectos secundarios que pueden presen-
tarse a una edad avanzada y por las interaccio-
gevidad y el envejecimiento saludable que,
nes con otros medicamentos, además, puede
bajo estas propuestas de intervención, debe
ser utilizada para problemas variados como la
visualizarse como un fenómeno dinámico ge-
depresión, la ansiedad, el afrontamiento del
neracional e interactivo.
Estos comportamientos predicen la lon-
dolor, el insomnio, la adherencia a los tratamientos, etc. Estas intervenciones deberán ser
Conclusiones
ajustadas a las características y necesidades
El objetivo de este capítulo fue ofrecer al lector
del paciente, por ejemplo, adaptarlas a los dé-
una visión general de las perspectivas y retos
ficits sensoriales y a la fragilidad-funcionalidad
del denominado EA. A lo largo del manuscrito,
del paciente (Flórez & González, 2000).
se observó la diversidad de conceptos que se
Por otra parte, Thompson (1996, como
han desarrollado para explicarlo, y a pesar de
se citó en Flórez & González, 2000) señaló
la dificultad para definirlo, se coincide en que
que, para mantener un proceso de aprendizaje
se trata de un proceso que se construye a lo
activo en la terapia cognitivo-conductual con
largo de la vida, bajo el análisis e influencia del
personas adultas mayores, se debe solicitar
sistema de creencias, la religión y la condición
hacer resúmenes de los contenidos de las se-
sociocultural. Valdría la pena preguntarse:
siones y que las tareas para casa no sean com-
¿Cómo se está construyendo la vejez de la
Capítulo 7
176
sociedad contemporánea? ¿Qué están haciendo
lleva a cabo en grupos. Con estos programas
actualmente los adultos jóvenes para tener un
de intervención se intenta garantizar la movili-
EA? ¿Qué podemos hacer los psicólogos como
dad y la independencia de este estrato pobla-
especialistas del comportamiento para ayudar
cional, creando las condiciones idóneas para
a las personas a tener un mejor estilo de vida y
promover el funcionamiento activo de estos
construir una vejez de calidad?
individuos en todos los niveles (físico, econó-
Es evidente que hay mucho por hacer y
mico, emocional y social). Un último elemento
que el crecimiento de personas adultos ma-
para considerar tiene que ver con los últimos
yores es una avalancha inevitable, de extrema
momentos de la vida, pues la muerte es in-
importancia y urgencia, por lo que, debemos
evitable aun cuando se trabaja en construir un
llegar a una definición empírica del EA, esta-
EA, nos corresponde considerar perspectivas
bleciendo comparaciones claras entre contex-
sobre el éxito en lograr una buena muerte, una
tos, poblaciones y predictores conductuales.
muerte digna. Hay mucho por hacer y, como
Se requieren estudios prospectivos longitudi-
especialistas de la conducta, podemos lograr
nales que puedan dar cuenta de las necesida-
una diferencia en esta población.
des y cambios de los jóvenes que eventualmente serán adultos mayores.
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Capítulo 7
181
Capítulo 8 Adhesión al tratamiento: un problema en las enfermedades crónicas Isaías Vicente Lugo González y Aarón Villegas Cisneros
Como es bien sabido, entre las principales
características de las enfermedades crónicas
al menos el 50% de los enfermos crónicos
están su progresión y permanencia (Larsen,
tiene problemas de adhesión1 al tratamiento
2009). Por lo tanto, los tratamientos se
(Dunbar-Jacob et al., 2012; Fernández & Me-
orientan, esencialmente, al control de síntomas
rino, 2015; Organización Mundial de la Salud
y a la prevención de consecuencias adversas
[OMS], 20O3; Vilaplana, González, & Ordo-
(Barley & Lawson, 2016; Bravo-González,
ñana, 2012), lo que se traducirá en un número
2014; Grau-Abalo, 2016; Leventhal, Weinman,
elevado de ingresos a urgencias y otros servi-
Leventhal, & Phillips, 2008) a través de la toma
cios hospitalarios, impactando en su economía
de fármacos y la modificación del estilo de vida
y calidad de vida y aumentando el riesgo de
acordes a las necesidades de cada enfermo,
muerte (Dunbar-Jacob et al., 2012; Ebmeier et
de manera permanente y consistente en el
al., 2017; Engelkes, Janssens, de Jongste, Stur-
tiempo. Esto implica el desarrollo de patrones
kenboom, & Verhamme 2015; Lam & Fresco,
de comportamiento complejos (Fernández
1
& Merino, 2015), lo que puede dificultar la
De manera general, se ha reportado que
En este texto se utilizará el término adhesión para referirnos a conductas de salud cuyos cri-
iniciación de un nuevo régimen de tratamiento,
terios de logro corresponden a las instrucciones
que se lleve a cabo de manera incorrecta o
proporcionadas por el personal de salud, que producen una mejoría o control en los resulta-
inconsistente, o que se suspenda parcial o
dos clínicos y en la calidad de vida del individuo
totalmente, aumentando los riesgos para la
y pueden medirse y evaluarse, dada la naturale-
salud y limitando los resultados esperados
za del comportamiento y de la historia natural
(Dunbar-Jacob, Schlenk, & McCall, 2012).
de la enfermedad.
182
2015; Walsh et al., 2019). Por el contrario, un
OMS, 2003). En otras palabras, el compor-
nivel de adhesión elevado reducirá estos ries-
tamiento de la persona enferma es el punto
gos (Rosen, Fridman, Rosen, Shane, & Pevnick,
mediador entre las indicaciones del equipo de
2017; Sokol, McGuigan, Verbrugge, & Epstein,
salud y los resultados positivos o negativos en
2005; Walsh et al., 2019).
la salud (DiMatteo, Haskard-Zolnierek, & Mar-
tin, 2012; Kripalani et al., 2007).
DiMatteo (2004) reportó variaciones en
el porcentaje de adhesión entre individuos con
diferentes padecimientos, al revisar 569 estu-
portamiento, dentro de un equipo multidis-
dios empíricos; por ejemplo, las personas con
ciplinario y centrado en mejorar la adhesión
infección por VIH parecen tener niveles más
terapéutica, favorece el control y la rehabili-
altos (88.3%), seguidos de los individuos con
tación de las enfermedades crónicas y, por lo
artritis (81.2%), enfermedades gastrointesti-
tanto, es fundamental (Dekker, Stauder, & Pe-
nales (80.4%) y cáncer (79.1%); en contraste
nedo, 2017; Reynoso-Erazo, 2014; Ritz, Meu-
con los enfermos renales (70%), quienes tie-
ret, Trueba, Fritzsche, & von Leupoldt, 2013;
nen alguna enfermedad respiratoria (68.8%),
Vargas, Herrera, & Rocha, 2018).
diabetes (67.5%) o algún trastorno del sueño
(65.5%). Datos similares encontraron Bries-
y en particular desde las ciencias médicas y
acher, Andrade, Fouayzi y Chan (2008), quie-
farmacológicas, se han desarrollado medica-
nes contaron con datos de 706 032 adultos, y
mentos más eficaces y efectivos, mucho más
determinaron el 80% como porcentaje ideal
sencillos al momento de ingerirlos, con menos
de adhesión, identificaron que las personas con
efectos secundarios e incluso mucho más ase-
hipertensión (72.3%), hipotiroidismo (68.4%)
quibles (Dilla, Valladares, Lizán, & Sacristán,
y diabetes tipo 2 (65.4%) tienen porcentajes
2009; Rodríguez, García, Amariles, Rodríguez,
más altos; esto en un grupo de individuos con
& Faus, 2008).
gota, hipercolesterolemia y trastornos convul-
sivos.
programas educativos para mejorar y reforzar
Así, el trabajo del especialista en com-
Derivado del trabajo multidisciplinario,
Asimismo,
se
diseñan
y
aplican
Para Fernández y Merino (2015), Glanz
la información y toma de decisiones de los
y Kegler (2012), Rodríguez y Rentería (2016),
pacientes sobre el uso de sus tratamientos
el uso permanente y consistente de los tra-
(Juvinyà-Canal, Bertran-Noguer, & Suñer-
tamientos dependen, primordialmente, del
Soler, 2018), se hace énfasis en la mejoría de
comportamiento del individuo; por lo tanto,
la relación médico-paciente para favorecer
su conducta es fundamental para el control de
el cambio conductual y el mantenimiento de
su(s) enfermedad(es) crónica(s) (Dunbar-Jacob
cambios en el estilo de vida y se cuenta con
et al., 2012; Kripalani, Yao, & Haynes, 2007;
diversas herramientas de evaluación de la
Capítulo 8
183
adhesión (Dilla et al., 2009; Vilaplana et al.,
2014), obteniendo resultados generalmen-
2012).
te positivos en niños, adolescentes y adultos
Además, se han implementado mode-
con diferentes enfermedades crónicas (Pai &
los de atención basados en la investigación y
McGrady, 2014; Patton, Hughes, Cadogan, &
adaptados al contexto particular de cada pa-
Ryan, 2017), como diabetes tipo 2 (Carpenter,
ciente (Barbui & Cipriani, 2011) y se promueve
DiChiacchio, & Barker, 2019), enfermedades
la incorporación de sus dudas, intereses, preo-
del corazón (Reid, Ski, & Thompson, 2013; Ri-
cupaciones y creencias sobre la enfermedad y
chards et al., 2017), infección por VIH (Locher,
el tratamiento, la información con la que cuen-
Messerli, Gaab, & Gerger, 2019), enfermedad
tan y sus fuentes, las razones de su falta de ad-
renal crónica (Murali et al., 2019) y enfermeda-
hesión y sus perspectivas sobre la información
des respiratorias (McCullough et al., 2016; Ritz
que se les da, así como de las intervenciones
et al., 2013), por mencionar algunas.
en las que se pide su participación; elementos
clave para potencializar los resultados y acep-
los desarrollos de cada disciplina, no se logra
tación de los programas para el control de las
ni un control en las cifras de incidencia, preva-
enfermedades y la adhesión a los tratamien-
lencia y mortalidad de las enfermedades cró-
tos (Miles et al., 2017).
nicas a nivel mundial (Grau-Abalo, 2016; Yach,
Desde la psicología se han propuesto
Hawkes, Linn-Gould, & Hofman, 2004) ni una
recomendaciones basadas en la investigación
prevención de complicaciones derivadas de la
básica y aplicada, orientadas a considerar ele-
falta de adhesión. Ejemplo de esto es el au-
mentos centrales para mejorar los comporta-
mento en el número y mortalidad de pacien-
mientos de adhesión, tales como la realización
tes con enfermedad renal crónica secundaria a
de conductas morfológicamente adecuadas al
diabetes e hipertensión (Aldrete-Velasco et al.,
uso de tratamientos, contar con un ambiente
2018) o el desarrollo de osteoartritis, cáncer,
que permita llevarlas a cabo e identificar los re-
enfermedades cardiovasculares o metabólicas
sultados positivos contingentes derivados de
como consecuencia del sobrepeso u obesidad
estas (Fernández & Merino, 2015; Rodríguez &
(Ärnlöv, Ingelsson, Sundström, & Lind, 2010;
Rentería, 2016).
Bray, Kim, & Wilding, 2017).
Aunado a lo anterior, se realizan inter-
Sin embargo, es claro que, aun con todos
Entonces, ¿en dónde se puede ubicar
venciones psicológicas en concordancia y
el problema? Los medicamentos no son tan
en apoyo del tratamiento, que ya reciben los
efectivos, las intervenciones psicológicas y de
pacientes de diferentes especialistas en sa-
los diversos especialistas en salud han dado
lud con el propósito de mitigar los problemas
falsos positivos o las formas de evaluación de
de adhesión al tratamiento (Reynoso-Erazo,
adhesión es deficiente. En cualquier caso, el
Capítulo 8
184
problema de adhesión terapéutica es grave, no
(ejecutar comportamientos que resultan pro-
hay mayor duda al respecto y, con base en los
tectores de la salud) y a los tratamientos en
datos mostrados, esta, en sí misma, constituye
pacientes con afecciones crónicas. Agregan
un problema multifactorial. Por ello, es nece-
que la adherencia cubre una gran variedad de
sario que, si se quiere realizar intervención o in-
conductas entre las que se incluyen: (a) iniciar
vestigación psicológica sobre adhesión en pa-
y mantener un programa de tratamiento; (b)
cientes con enfermedades crónicas, se analice
asistir a citas de seguimiento; (c) usar correc-
y consideren problemas conceptuales, ope-
tamente la medicación prescrita; (d) realizar
racionales y metodológicos; aspectos que se
cambios en el estilo de vida; (e) realizar correc-
mencionarán a lo largo del presente capítulo.
tamente el régimen terapéutico domiciliario, y (f) evitar conductas contraindicadas. Para estos
Adherencia o adhesión al tratamiento:
autores, la falta de adherencia, por lo tanto, se
un problema conceptual
puede manifestar en:
La progresión y el pronóstico de las enferme-
•
Errores posológicos: omisión de la toma
dades crónicas dependen del nivel de adhe-
del fármaco, tomar el medicamento fue-
rencia terapéutica. No obstante, este concepto
ra del horario establecido por el médico,
resulta ambiguo e incluso impreciso al otor-
dosificación inadecuada, ingerir el medi-
garle un nivel de medición. Por este motivo, es
camento caducado, tomar fármacos con-
necesario hacer una breve revisión crítica so-
traindicados, entre otros.
bre algunas definiciones que se han propuesto
•
Asistencia al tratamiento: retraso a la hora
a lo largo de 40 años, a fin de reflexionar sobre
de buscar asistencia médica, no incorpo-
el problema conceptual que representa.
rarse al programa de tratamiento, no acu-
El concepto de adherencia terapéutica
dir a citas previamente concertadas, ter-
fue descrito por Haynes (1979) como el grado
minar prematuramente los tratamientos,
en que la conducta de un paciente coincide
entre otras.
con las instrucciones proporcionadas por el
•
Cambios conductuales: No adoptar las
médico o personal sanitario, en relación con
medidas preventivas recomendadas, im-
la toma de medicamentos, el seguimiento de
plementación incompleta de las instruc-
una dieta o la modificación de hábitos de vida.
ciones, sabotear el régimen terapéutico,
Al respecto, Meichenbaum y Turk (1991)
no participar en los programas de salud
señalaron que en la adherencia terapéutica
prescritos, elaborar los propios regíme-
se debe considerar el seguimiento a los tra-
nes de tratamiento para cubrir los vacíos
tamientos tanto médicos como conductua-
que el paciente cree que el profesional
les, a las intervenciones con fines preventivos
de la salud pasó por alto, sustituir los re-
Capítulo 8
185
gímenes de tratamiento prescrito por un
De acuerdo con Osterberg y Blaschke
programa creado por uno mismo, tomar
(2005), la adherencia se relaciona con asumir
el medicamento con drogas o bebidas al-
las normas o consejos dados por el médico o
cohólicas, en ayunas o después de haber
el equipo de salud, sobre el estilo de vida y el
ingerido algún alimento.
tratamiento farmacológico prescrito, haciendo énfasis en el grado de coincidencia entre las
Según Zaldívar (2003), la adherencia te-
normas indicadas y el cumplimiento de estas.
rapéutica implica un cambio en el repertorio
Lo anterior coincide con la definición de Sil-
conductual del paciente, ya que, además de
va, Galeano y Correa (2005), sin embargo, es-
aceptar formar parte de un plan o programa
tos autores toman en cuenta la capacidad del
de tratamiento, deberá poner en práctica de
paciente para asistir a consultas programadas,
manera continuada los comportamientos e
tomar medicamentos como se prescribieron,
indicaciones dadas y deberá evitar comporta-
realizar los cambios de estilo de vida reco-
mientos de riesgo e incorporar a su estilo de
mendados y completar los análisis o pruebas
vida las conductas saludables. De acuerdo con
solicitadas, por ello, también se habla de mo-
Berlant y Pruitt (2003), las conductas que el
dificaciones en el entorno, así como en la cali-
paciente implemente en el programa de ad-
dad y el modo de vida.
herencia terapéutica deberá cumplir criterios
aceptables de frecuencia, intensidad y exacti-
esencial hablar de la frecuencia con la que el
tud, dado que de ello depende su relación con
usuario de los servicios de salud practica, a lo
la mejoría en los resultados clínicos.
largo de un periodo variable y a partir de las
Por su parte, la OMS (2003) definió a la
competencias que dispone, una diversidad de
adherencia terapéutica como el grado en el
comportamientos que le permitan cumplir de
que el comportamiento del paciente (tomar
modo eficiente con determinados criterios, en
medicamentos, seguir una dieta e introducir
estricta correspondencia con las instrucciones
cambios en su estilo de vida) corresponde
provistas por el equipo de salud. A pesar de
a las indicaciones o recomendaciones del
que la definición de estos autores corresponde
profesional de la salud. Esta definición incluye
con la definición de Berlant y Pruitt (2003) y
elementos propuestos por Sackett y Haynes
de Zaldívar (2003), al menos, en lo relativo a la
(1976) y no dista de la propuesta por Rodríguez-
frecuencia de los comportamientos, una de las
Marín (2004), quien habla del consejo médico
principales diferencias, en general con las de-
y de procesos específicos (como tomar
finiciones previas, es que Piña y Sánchez-Sosa
medicamentos) y otros de carácter general
(2007) hablan de comportamientos de adhe-
(como mantener prácticas saludables en el
sión y no adherencia terapéutica.
estilo de vida). Capítulo 8
186
Para Piña y Sánchez-Sosa (2007), es
Flórez (2009), por su parte, plantea di-
Ortiz (2007); sin embargo, en el contexto
ferenciar la adherencia en dos vías:
psicológico, si bien no existe una definición bien establecida, la adherencia es concebida
Adherencia a tratamientos farmaco-
como un fenómeno conductual complejo o
lógicos: grado en que el comporta-
conductas relacionadas con la salud que se
miento de una persona, como tomar
promueven en la interacción entre paciente
los medicamentos, se corresponde
y equipo de salud (Dunbar-Jacob et al., 2012;
con las recomendaciones acordadas
Fernández & Merino, 2015; Puente-Silva, 1985;
con un prestador de asistencia sani-
Rodríguez & Rentería 2016).
taria;
Adherencia al tratamiento no far-
las definiciones previas, se propone entender
macológico: grado de coincidencia
la adhesión terapéutica como un conjunto es-
entre el comportamiento del pa-
pecífico de conductas de salud cuyos criterios
ciente y las recomendaciones da-
de logro2 corresponden a las instrucciones pro-
das por el profesional de la salud en
porcionadas por el personal de salud, que pro-
cuanto al cambio de [estilo de vida
ducen una mejoría o control en los resultados
—aumentar la actividad física, dismi-
clínicos y en la calidad de vida del individuo,
nuir o evitar el consumo de alcohol o
que pueden medirse y evaluarse de manera
tabaco, etc.—]. (p.27)
multimetódica y continua, dada la naturaleza
Partiendo de esta premisa y con base en
variable y multifactorial del comportamiento y
De igual manera que las definiciones
de la historia natural de la enfermedad (Ville-
previas, DiMatteo et al. (2012) hablan de la co-
gas, 2019).
rrespondencia entre el comportamiento del
paciente y las recomendaciones dadas por el
puesta conceptual, resulta más adecuado usar
equipo de salud; sin embargo, agregan que di-
el término adhesión terapéutica ya que, de
chas recomendaciones deben ser acordadas
acuerdo con DiMatteo y DiNicola (1982), este
entre este y el paciente, en aras de obtener
término hace énfasis en una participación ac-
resultados positivos en el manejo de su enfer-
tiva y voluntaria del paciente en el curso del
Si se analiza detalladamente esta pro-
medad, dada la participación en las decisiones 2
sobre su tratamiento —elemento central ya
conductual que beneficia la salud del individuo
apuntado por Fernández y Merino (2015)—.
y que son indicadas por el personal de salud.
Aún con estas definiciones, se carece de
Por ejemplo, andar en bicicleta 60 minutos al
una que esté avalada por toda la comunidad
día para reducir la tensión arterial de 130/80 a
científica, como ya lo han señalado Ortiz y
Capítulo 8
Medida que permite observar la modificación
120/80 en pacientes con pre-hipertensión.
187
comportamiento aceptado de mutuo acuerdo,
que se pretende promover la eliminación de
con el fin de producir un resultado terapéuti-
esa perspectiva del paciente enfermo que es-
co deseado; además, este término se refiere a
pera pasiva y dócilmente la atención médica
una acción y no a una propiedad que alude a la
(Diefenbach & Leventhal, 1996). Asimismo, las
unión anormal de algo que naturalmente debe
personas sanas también pueden recibir indi-
estar separado, como lo hace el concepto de
caciones para ejecutar conductas específicas
adherencia (Fernández & Merino, 2015; Real
de salud y no solo los que están enfermos.
Academia Española [RAE], 2021).
Por otro lado, se señala a la adhesión te-
conductas de salud pueden medirse y evaluar-
rapéutica como conductas de salud específicas
se de manera multimetódica porque pueden
debido a que, tomar una tableta de captopril
emplearse entrevistas, autorregistros conduc-
de 50 mg cada 24 horas por lo menos una hora
tuales, escalas clinimétricas, análisis clínicos,
antes de comer, ingerir un máximo de 1500
entre otros. De hecho, el multimetodismo
mg de sodio al día, no beber alcohol, reducir el
puede otorgar confiabilidad y validez a la eva-
consumo de potasio, tomar dos litros de agua
luación de estos comportamientos y se ha re-
simple a lo largo del día y realizar actividad fí-
comendado su uso, ya que minimiza las limi-
sica cardiovascular por lo menos 40 minutos
taciones que en sí tiene cualquier método, así
diariamente, reducir el índice de masa corporal
lo sugieren Bosworth (2010), Farmer (1999),
(IMC) de 37 a 25 y asistir a consulta con el car-
Fernández-Ballesteros (2013), Lam y Fresco
diólogo cada 30 días son conductas indicadas
(2015), Liu et al. (2001), Modi, Ingerski, Rausch,
y delimitadas por el personal de salud que, de
Glauser y Drotar (2012), y Quittner, Espelage,
ejecutarse en tiempo y forma, producen una
Ievers-Landis y Drotar (2000).
mejoría o control en los resultados clínicos y
en la calidad de vida del individuo; sin embar-
miendan elegir adecuadamente los métodos
go, si no se cubren estos criterios de logro, se
de evaluación, ya que se pueden emplear he-
puede afirmar que el individuo tiene una ad-
rramientas que evalúen constructos relaciona-
hesión inadecuada.
dos con las conductas de adhesión (barreras,
También se habla de personal de salud,
creencias o conocimientos), no en sí conduc-
fundamentalmente, porque el médico no es
tas de adhesión, por lo que se podría estar
el único que proporciona indicaciones o ins-
evaluando aspectos antecedentes o conse-
trucciones en su ejercicio clínico; actualmente,
cuentes de dichas conductas.
diferentes profesionales atienden un mismo
problema de salud en un individuo. Además,
ción y medición continua porque las conductas
se habla de individuo y no de paciente por-
de adhesión al tratamiento están en función
Capítulo 8
188
De igual forma, se menciona que estas
Al respecto, Stirratt et al. (2015) reco-
De igual manera, se habla de evalua-
de la historia natural de la enfermedad (entre
•
Métodos indirectos: consisten en la entre-
otros factores). De hecho, Arnett et al. (2019)
vista, el autorreporte del paciente o su cui-
sugieren que el tratamiento de la hipertensión
dador, el conteo de pastillas no tomadas,
arterial depende del estadio en el que esta se
los autorregistros, el resguardo de las re-
encuentre, señalando que el tratamiento con-
cetas de reposición, las medidas conduc-
ductual puede disminuir los niveles de ten-
tuales, las entrevistas clínicas, el registro
sión arterial en individuos prehipertensos o en
de citas no mantenidas, los resultados de
grado I, prescindiendo, inclusive, del régimen
mejoría o estabilidad clínica en los sínto-
farmacológico en algunos casos. Asimismo,
mas o en la condición médica del sujeto o
Granados y Roales-Nieto (2007) indicaron
las escalas clinimétricas y psicométricas,
que a medida que evoluciona la enfermedad
las cuales se utilizan frecuentemente.
y conforme aumenta la complejidad del tratamiento, el paciente hipertenso, por ejemplo,
Como se puede observar, existen diver-
presenta grandes dificultades para tener con-
sos métodos de evaluación; a pesar de ello y
ductas de adhesión al esquema médico; por
de las sugerencias, Bosworth (2010), Farmer
ello, la relevancia de la evaluación y la medi-
(1999), Lam y Fresco (2015), Liu et al. (2001),
ción continua de las conductas de adhesión.
Modi et al. (2012); Pagès-Puigdemont y Valverde-Merino (2018) y Quittner et al. (2000)
Adhesión al tratamiento:
afirman que el empleo de varios métodos es
un problema operacional
poco viable y destacan el uso de escalas de
Es esperado que sin una definición concep-
autorreporte autoaplicables como la estrate-
tual precisa y consensuada por la comunidad
gia más recomendable en el contexto clínico
científica, tampoco haya una definición ope-
habitual. Esto puede ser cuestionable porque,
racional claramente constituida; sin embargo,
hasta ahora, no parece haber evidencia o con-
de manera tradicional, se han empleado dife-
senso científico sobre cuál método resulta más
rentes métodos (por separado) para evaluar y
eficaz, ya que cualquier método de evaluación
medir la adhesión terapéutica o las conductas
presenta ventajas y desventajas (tabla 1).
de adhesión. De hecho, Meichenbaum y Turk
(1991) y Pagès-Puigdemont y Valverde-Merino
los dispositivos electrónicos como el gold stan-
(2018) destacaron las siguientes categorías ge-
dard, debido a su exactitud para la evaluación
nerales:
de la adhesión al tratamiento farmacológico,
•
Si bien, Rincón et al. (2018) destacan a
Métodos directos: consisten en identificar
Kreys (2016) refiere que aún falta más eviden-
la presencia del fármaco en alguna mues-
cia de ello e indica no confundir a estos méto-
tra biológica, como sangre, orina o saliva.
dos como la medida principal de adhesión y
Capítulo 8
189
Tabla 1 Métodos de evaluación de la adhesión al tratamiento, ventajas y desventajas Métodos
Tipos
Ventajas
Inconvenientes
• Método directo y objetivo. • Elevada precisión. • Muestra evidencia fisiológica del uso o no del medicamento. • Muestra evidencia fisiológica del cambio en estilo de vida.
• No están disponibles para todos los medicamentos. • Tiene costo elevado. • Uso limitado en la práctica diaria ya que requiere de mediciones repetidas. • Puede ser una prueba invasiva y generar incomodidad. • Se utilizan en ensayos clínicos de tipo ciego. • No cualquier profesional puede llevarlo a cabo. • Clasificación de adhesión en términos dicotómicos (Sí/No). • No se identifica un patrón conductual en el uso del tratamiento.
Entrevista
• Método fácil, rápido y económico en su Descripción: se realiaplicación. za un diagnóstico por • Parcialmente objeconsulta; se evalúa el tivo. porcentaje de adhe• Se puede complesión subjetivo, nombre mentar con otros del medicamento o métodos. actividad, hora y forma de uso o realización.
• Se requiere de habilidades clínicas para ejecutarla. • Puede carecer de validez de contenido. • Se limita al juicio del evaluador. • Ofrece información parcial sobre el patrón de uso del medicamento o la realización de actividades. • Disponible solo en el contexto clínico y cuando se tiene consulta. • Se tiende a sobreestimar el nivel de adhesión. • Una relación negativa entre médico y paciente puede limitar los resultados.
• Parcialmente objetivo. • De fácil realización. Descripción: índi• De bajo costo. ce que se obtiene al • Con similitudes con contar el número de el monitoreo elecdosis usadas entre dos trónico. consultas y comparar- • Se puede complelo con el número total mentar con otros de dosis. métodos.
• Requiere de mayor tiempo. • Detecta omisiones, no detecta errores posológicos. • No ofrece información del patrón de adhesión. • No se puede confirmar el uso del medicamento. • Se suele sobreestimar el nivel de adhesión. • Existen diferentes fórmulas para determinar el nivel de adhesión, por lo que los valores de corte son diferentes o arbitrarios.
Indicadores biológicos
Directos
Indirectos
Descripción: medición de la concentración de medicamento en sangre, orina o saliva.
Recuento de pastillas sobrantes
Indirectos
Capítulo 8
190
Métodos
Indirectos
Tipos
• Se requiere del dispositivo. • No aplicaría en la práctica clínica dado el costo elevado y no está disponible en todos los países. • No se puede confirmar el uso del medicamento. • Normalmente se utilizan en ensayos clínicos y es factible que los participantes alteren su patrón de adhesión.
• Parcialmente objetivo y exacto. • Se puede aplicar de manera repetida. • Ofrecen datos retrospectivos que reflejan el uso del tratamiento.
• Puede ser una prueba invasiva y generar incomodidad. • Se requiere de un especialista que realice la prueba. • Implica costos. • Clasificación de adhesión en términos dicotómicos (Sí/No). • No ofrece información del patrón de adhesión.
• Método fácil de aplicar. • No invasivos y de Descripción: conjunto bajo costo. de preguntas o afirma- • Se puede aplicar de ciones desarrolladas manera repetida. para evaluar la adhe• Son autoaplicables. sión al tratamiento o al • Cuentan con datos cambio en el estilo de de confiabilidad y vida. validez. • En general, tienen un buen nivel de relación con otros métodos. • Identifican patrones de adhesión. • Se puede evaluar el cambio y mantenimiento del estilo de vida.
• Se requiere que el instrumento cuente con datos adecuados y suficientes de confiabilidad y validez. • Se tiende a sobrestimar el nivel de adhesión, ya que las formas de respuesta son valorativas en frecuencia o dicotómicas (Sí/No). • Requiere de habilidades básicas de lectura. • Si la estructura del instrumento es compleja, puede arrojar datos incorrectos. • Se debe de comprobar la resolución total del instrumento o de lo contrario se contará con datos incompletos. • Las respuestas están sujetas a lo que recuerda el participante. • Las respuestas pueden estar sujetos a la deseabilidad social.
Descripción: medición de un indicador biomédico el cual refleja una variación en función del uso del tratamiento. Escalas clinimétricas y psicométricas
Indirectos
Inconvenientes
Monitoreo electrónico • Parcialmente objetivo y exacto. Descripción: medición • Muestra recordatopor medio de un disrios, retroalimentapositivo, el cual ofrece ción y monitoreo en el dato exacto de dosis tiempo real. utilizadas y su hora. • Identifica patrones de adhesión. Resultados clínicos
Indirectos
Ventajas
Nota: Elaboración propia con base en las descripciones de Farmer (1999); Lam y Fresco (2015); López, Romero, Parra y Rojas (2016); Meichenbaum y Turk (1991), Pagès-Puigdemont y Valverde-Merino (2018); Rincón et al. (2018); y Rodríguez et al. (2008).
Capítulo 8
191
la que todos deben emplear, por el contrario,
recursos disponibles en el contexto, las carac-
solo la define como una herramienta útil para
terísticas de las personas a evaluar, los objeti-
validar otros métodos con base en las caracte-
vos de la evaluación (clínicos o de investiga-
rísticas de cada contexto.
ción) y la definición de adhesión empleada.
Pagès-Puigdemont y Valverde-Merino
Por lo tanto, los métodos más adecuados que
(2018) consideran a las escalas de autorrepor-
se elijan será los de mejor calidad, que impli-
te como los métodos ideales, debido a la fre-
que menores costos y mayor facilidad de em-
cuencia con la que se utilizan en la práctica e
pleo e interpretación (Lam & Fresco, 2015).
investigación clínica (Horne & Weinman, 1999; Stirratt et al., 2015), además que implican un
El problema metodológico de la adhesión
bajo costo, eficacia y rápida aplicación (Lam &
al tratamiento
Fresco, 2015; Stirratt et al., 2015); sin mencio-
Al no haber una definición conceptual, no hay
nar que se pueden evaluar los comportamien-
una definición operacional precisa que dé sus-
tos de adhesión a tratamientos farmacológi-
tento a la validez interna de la investigación
cos y no farmacológicos (tabla 1).
e intervención psicológica. Aunado a esto, si
En esta misma línea, es necesario men-
los instrumentos que se emplean carecen de
cionar que la precisión de las escalas de medi-
confiabilidad y validez, no se podrá garantizar
ción, como método de evaluación de adhesión
la autenticidad del efecto de la variable inde-
al tratamiento, depende del conocimiento
pendiente (técnicas/terapia) sobre la variable
y pericia del clínico para construirlas o selec-
dependiente (conductas de adhesión). Esto
cionarlas, por lo menos, con base en criterios
es apoyado por Campbell y Stanley (1982) y
clinimétricos y psicométricos. Entonces, la de-
Kerlinger y Lee (2002), quienes identifican a
ficiencia de estas habilidades y competencias
la inestabilidad de los instrumentos como una
clínicas implicaría problemas de instrumen-
amenaza a la validez interna de las interven-
tación que, a su vez, amenazan la validez in-
ciones psicológicas; por ello, la importancia del
terna de las intervenciones psicológicas para
conocimiento y pericia del clínico para cons-
mejorar la adhesión, como ya lo han explicado
truir o seleccionar instrumentos de medición
Kerlinger y Lee (2002). Además, el empleo de
con respaldo científico.
múltiples métodos es necesario si se preten-
de obtener confiabilidad y validez en la eva-
tado, en la tabla 2 se describen cuatro inter-
luación de la adhesión al tratamiento, como se
venciones psicológicas diseñadas para favo-
explicará más adelante.
recer los comportamientos de adhesión en
Entonces, la elección de los métodos de
pacientes con diferentes enfermedades cró-
evaluación depende de la función de estos, los
nicas. Se seleccionaron ejemplos sin criterios
Capítulo 8
192
Para ejemplificar lo que se ha comen-
Tabla 2 Intervenciones psicológicas para favorecer conductas de adhesión al tratamiento en pacientes con diferentes enfermedades crónicas Estudio
Población
Objetivo
Conducta de adhesión
Holguín et Hipertensión arterial
Evaluar la efectividad de un Programa de
al. (2006)
Intervención Biopsicosocial para reducir ni-
sistémica
Alimentación, actividad física y medicación
veles de presión arterial y mejorar adhesión al tratamiento
Definición
Evaluación
MC
Colaboración y participación
Cuestionario de
Sí
proactiva y voluntaria con su
Adherencia al Trata-
tratamiento, para obtener
miento-HTA (Holguín
mejores condiciones de salud et al., 2006). y de vida, más allá del cum-
Registro de presión
plimiento pasivo de las indi-
arterial
caciones del especialista
Estudio Caballero et
Población Asma
al. (2009)
Definición
• Se tomó la primera definición en el artículo, describen definiciones de diversos autores y no se basan en una en particular. • El instrumento incluye factores asociados con la adhesión (conocimientos, relación médica, creencias y apoyo social); en estricto sentido, esto no es adhesión • La medición de la adhesión es con escalas de frecuencia conductual. En la definición no se hace explícito esto, solo se describe la participación proactiva y voluntaria. • La subescala de control biomédico evalúa frecuencia del uso del tratamiento, no del control de la HTA • Se registró la presión arterial, solo pre y post
Objetivo
Conducta de adhesión
Evaluar la efectividad de una Intervención cognitivo conductual sobre la adhesión y ansiedad
Evaluación
Conductas que realiza
Autorregistro diario
el paciente durante el
de uso de medica-
curso de la enferme-
mento, evitación de
dad para alcanzar los
desencadenantes,
objetivos médicos de
síntomas de asma y
su tratamiento
uso de medicamento de rescate
Capítulo 8
Comentarios
MC Sí
Uso de medicamentos y evitación de riesgos
Comentarios • La definición de adhesión es de tipo conductual • La medición de la adhesión se realizó con registro conductual diario (uso de medicamento y evitación) • Hay correspondencia entre la definición y el método de evaluación • Dado el tipo de registro, utilizaron medidas complementarias como el uso de medicamento de rescate y la experiencia de síntomas • Los datos no se presentaron con base en el objetivo
193
Estudio
Población
Objetivo
Conducta de adhesión
Chávez
Enfermedad
Implementar un Programa de intervención
(2018)
renal crónica
psicológica para el desarrollo de habilidades
Alimentación y consumo de líquido
lingüísticas e instrumentales
Definición
Evaluación
No fue desarrollada Niveles de elec-
MC No
• El autor no ofrece una definición de adhesión • La definición se derivó de elementos encontrados en su revisión y del contenido de su intervención (conocimientos y habilidades conductuales) • La definición derivada y el entrenamiento versan sobre la realización y supresión de conductas • La evaluación de adhesión se realiza por medio de indicadores biológicos (no conductuales) aunque presumiblemente son el resultado • Los datos de peso se pudieron mostrar de sesión a sesión, lo que reflejaría de mejor manera la ejecución de conductas • Dado que no hay definición, no hay correspondencia • Es relevante el empleo de otros métodos de evaluación
trolitos (sodio, Desarrollo de
fósforo, calcio y
nuevas conductas
potasio)
y modificación de comportamientos
Niveles de peso
habituales
interdiálisis
Estudio Vergara et
Población Diabetes tipo II
al. (2019)
Comentarios
Objetivo
Conducta de adhesión
Promover la adherencia terapéutica y la regulación de la actividad autonómica cardiovascular por medio de una Intervención cognitivo con-
Ingesta de medicamentos, alimentos y seguimiento médico
ductual
Definición No fue desarrollada
Evaluación Escala de Adherencia
Modificar los com-
Terapéutica -
portamientos del
EAT (Soria, Vega,
paciente relacionados & Nava, 2009) con su alimentación, actividad física, ingesta de medicamentos, monitoreo de su condición y demás
MC No
Comentarios • Los autores no ofrecen una definición de adhesión • La definición se derivó de lo que describieron como tratamiento para la diabetes • La adhesión era su variable de salida principal y se centraron en la actividad autonómica • La definición bajo la que se construyó la escala versa sobre comportamientos para cumplir prescripciones y conseguir el control de la enfermedad • La mitad de los ítems de la escala evalúan factores vinculados con la adhesión, no conductas de adhesión • No hay correspondencia entre las definiciones de adhesión, el método de evaluación, el objetivo y los resultados del estudio
Nota: MC = Métodos complementarios de evaluación de adhesión.
Capítulo 8
194
sistemáticos, solo tomando en cuenta dife-
que algunos autores (Dew et al., 2009; Lam &
rentes patologías y métodos de evaluación
Fresco, 2015) no recomienden del todo el em-
de la adhesión. Los estudios que se muestran
pleo de métodos de evaluación con las mis-
son aplicaciones en adultos con hipertensión
mas características. En este caso, se pudiera
(Holguín, Correa, Arrivillaga, Cáceres, & Vare-
haber optado por métodos de evaluación de la
la, 2006), asma (Caballero, Fernández, Salas,
función pulmonar como la espirometría, el re-
Chapela, & Sánchez-Sosa, 2009), enfermedad
gistro de flujometrías o el juicio clínico acom-
renal crónica en hemodiálisis (Chávez, 2018) y
pañado de los datos previos (INER, 2017).
diabetes (Vergara, Chavarría, Rodríguez, Do-
mínguez, & Zamudio, 2019), de los últimos 20
nos elementos de la metodología de los estu-
años.
dios analizados, en tres de ellos, la intervención
A pesar de que no se describieron algu-
De manera general, se puede concluir
se realizó de manera individual (Caballero et
que solo el estudio de Caballero et al. (2009)
al., 2009; Chávez, 2018; Vergara et al., 2019),
muestra correspondencia entre la definición
pero sus datos fueron reportados en términos
de adhesión —como la realización de conduc-
grupales y en términos pre-post, lo que limita
tas para llegar a un resultado clínico, en este
información importante del proceso y progre-
caso, frecuencia en el uso del tratamiento para
so que tuvo cada participante en lo relativo a
conseguir el control del asma— y el tipo de
las conductas de adhesión.
método de evaluación empleado —registro de
frecuencia de uso del tratamiento—. Además,
ya que corresponde con las recomendaciones
se emplearon registros de síntomas y uso del
de Fernández-Ballesteros (2013), con el tra-
medicamento de rescate que, en este caso,
bajo del especialista en medicina conductual
podrían fungir como métodos complemen-
(MC) en el contexto hospitalario, dadas las in-
tarios de evaluación o de correspondencia ya
tervenciones individuales que realiza y centra-
que, en la medida en que se hace consistente
das en aspectos de evaluación e intervención
el uso del tratamiento de control, los síntomas
conductual y su preferencia por el empleo de
disminuyen, así como la necesidad de usar el
diseños de investigación intrasujeto o N = 1
tratamiento de rescate (Instituto Nacional de
(Kwasnicka et al., 2019).
Enfermedades Respiratorias [INER], 2017).
Es necesario mencionar que el uso de
al trabajar con pacientes con enfermedades
registros conductuales forma parte de los mé-
crónicas y problemas de adhesión al trata-
todos indirectos (Lam & Fresco, 2015; López
miento se deban de considerar los aspectos
et al., 2016; Rincón et al., 2018) y, por ende,
que se muestran en la figura 1.
tiene ventajas y limitaciones similares. De ahí
Capítulo 8
195
Es necesario que esto se tome en cuenta,
Dado este contexto, será necesario que
Figura 1 Correspondencia entre la definición conceptual y operacional de la adhesión al tratamiento con base en los elementos de la evaluación conductual Si la adhesión al tratamiento es concebida
Definición conceptual de la adhesión terapéutica ¿Cómo la defino?
como conducta, deberán considerarse las características de la evaluación conductual planteada por Fernández-Ballesteros (1994): 1. Las conductas de adhesión han de explicarse: •
Definición operacional
Por condiciones ambientales y sociales (multicausalidad).
de la adhesión terapéutica
•
¿Cómo la mido?
A través de la historia de aprendizaje, condiciones ambientales y biológicas (énfasis en la determinación ambiental).
2. La evaluación de las conductas de adhe-
Multimétodo Directos
sión deberá: •
Indirectos
Ser continua, es decir, antes, durante y después del tratamiento (y además dar seguimiento longitudinal) (énfasis en la
Confiabilidad y validez en la evaluación
medida del cambio).
y medición de las conductas de adhesión
•
Ajustarse a las características y necesidades de cada individuo (evaluación ideográfica).
3. Los problemas psicológicos pueden diDisminución de
vidirse en tres tipos de respuestas (triple
amenazas a la validez
sistema de respuesta): motoras, fisioló-
interna de las intervenciones
gicas y cognitivas, por lo tanto, bajo esta
e investigaciones por
premisa, se pueden emplear múltiples
instrumentación
métodos (multimetodismo) para evaluar la adhesión al tratamiento.
Nota: Elaboración propia con base en Fernández-Ballesteros (1994) y Kerlinger y Lee (2002).
Capítulo 8
196
En suma, en las diferentes concepciones
a la evaluación de las conductas de adhesión al
de adherencia expuestas, se pudo identificar
tratamiento. Entonces, en la figura 1 se expresa
que todas aluden a conductas, por lo tanto, la
la congruencia conceptual y operacional que
adhesión al tratamiento es un fenómeno con-
debe haber para evitar problemas metodoló-
ductual que debiera evaluarse desde un marco
gicos que se traducen en amenazas a la validez
teórico congruente a él, es decir, desde el mo-
interna y que constituyen errores de tipo I o II
delo conductual. Como tal, su evaluación de-
de las intervenciones o investigaciones psico-
biera tener las características planteadas por
lógicas.
Fernández-Ballesteros (1994), que se sintetizan en los puntos 1, 2 y 3 de la figura 1.
Consideraciones finales
Por otro lado, para Fernández-Balleste-
Es importante mencionar que, en el presen-
ros (2013), la evaluación psicológica es un pro-
te capítulo, no se profundizó en los facto-
ceso sistemático de recolección de informa-
res o variables que influyen en la adhesión al
ción sobre el usuario y su motivo de consulta
tratamiento, debido a que ya se ha descrito
a través de diferentes métodos de evaluación
ampliamente sobre el tema (Meichenbaum &
con el propósito de tomar decisiones en un
Turk,1991; Días-Porto, 2014).
contexto particular. Lo anterior corresponde
da de un instrumento al mismo individuo, en las
con la definición conceptual de adhesión al
mismas condiciones, produce resultados iguales
tratamiento propuesta, en el sentido en que
o consistentes (Hernández-Sampieri, Fernán-
las conductas de adhesión pueden (y deben)
dez-Collado, & Baptista-Lucio, 2014). Se puede sostener que una evaluación es confiable cuan-
medirse y evaluarse de manera multimetódica
do, al emplearse diferentes métodos de evalua-
y continua.
ción, se obtiene información similar.
Por lo tanto, se piensa que el multimeto-
Validez: Propiedad de un instrumento que mide
dismo es la estrategia de evaluación más reco-
lo que afirma medir (Kerliger & Lee, 2002). En un
mendable para otorgar confiabilidad y validez3
sentido general, un instrumento de medición es
3
Confiabilidad: es un atributo de consistencia en
(Aragón-Borja, 2015). Se puede considerar que
una medición (Gregory, 2012). Puede entender-
una evaluación es válida cuando los objetivos
se como la exactitud o precisión de una medi-
de esta se relacionan con la información reco-
ción, o el grado en el cual las puntuaciones en
lectada a través de diversos métodos. Es decir,
una prueba están libres de errores de medición
la información obtenida corresponde a lo que
(Kerliger & Lee, 2002). Es la exactitud, la preci-
realmente se desea evaluar y no a otras cosas.
válido si hace aquello para lo que fue concebido
sión con que un instrumento mide un objeto;
Por lo tanto, los conceptos de confiabilidad y
en términos estrictos, la confiabilidad sería la
validez no se deberían circunscribir a las propie-
ausencia de errores de medición (Aragón-Borja,
dades psicométricas de un instrumento de me-
2015). Es el grado en que la aplicación repeti-
dición.
Capítulo 8
197
Desde hace décadas se ha documenta-
inferiores, cefaleas, mareos, hipotensión, bra-
do, de manera reiterada, que las variables so-
dicardia, etc.).
ciodemográficas, las variables en el personal
de salud, las variables propias de la enferme-
la salud tenga una mejor comprensión sobre
dad y el tratamiento y las relacionadas con el
la naturaleza, evaluación y medición de estas
paciente influyen en las conductas de adhe-
variables deberá conocer procesos sintomato-
sión. Estas dependen, además, de otras varia-
lógicos clínicos y fisiopatológicos. Por lo tanto,
bles que aluden a las características, calidad,
será necesario agregar a su formación algunos
estructura, accesibilidad y recursos del sistema
conocimientos básicos de medicina, como lo
de salud, sin embargo, el psicólogo de la salud
ha sugerido Oblitas (2004).
no está capacitado para manipularlas, pues no
forman parte de su objeto de estudio; no obs-
(1998), la Asociación Americana de Psicología
tante, debe considerarlas al momento de eva-
(APA) planteó 10 objetivos prioritarios de la
luar las conductas de adhesión e incorporarlas
psicología de la salud entre los que están: com-
en el abordaje que determine.
prender y evaluar la interacción entre el esta-
Entonces, ¿por qué a las variables de la
do de bienestar físico y los diferentes factores
enfermedad y el tratamiento se les debe pres-
biológicos, psicológicos y sociales; entender
tar especial atención en la evaluación de la ad-
cómo las teorías, los principios y los métodos
hesión? Porque estas se relacionan a la con-
de investigación psicológica pueden aplicarse
dición biológica del paciente y pueden hacer
para potenciar los enfoques biomédicos en la
menos probable la ejecución de un determi-
promoción de la salud y el tratamiento de la
nado comportamiento de salud (e. g., la ce-
enfermedad; comprender las dificultades que
guera, ocasionada por retinopatía hipertensiva
experimentan los pacientes al decidir buscar
y el desconocimiento del tratamiento impiden
tratamiento para sus molestias y problemas;
al enfermo discriminar entre las estatinas y los
e identificar los factores que afectan la adhe-
antihipertensivos, lo que ocasiona errores al
sión a los tratamientos médicos y las fuentes
ingerir los fármacos). Además, las variables del
de problemas en lo que a la interacción médi-
tratamiento hacen más o menos probables
co-paciente se refiere.
las conductas de adhesión, ya sea que actúen
como reforzadores (e. g., tomar estatinas y áci-
to la medicina conductual como la psicología
do acetilsalicílico y hacer ejercicio cardiovas-
de la salud han propuesto modelos psicoló-
cular para evitar un infarto) o como estímulos
gicos a partir de datos empíricos observados
aversivos (e. g., efectos secundarios de algunos
en el contexto clínico y de salud (DiMatteo et
antihipertensivos: edemas en extremidades
al., 2012; Hilton & Johnston, 2017; Kaptein &
Capítulo 8
198
No obstante, para que el psicólogo de
Por su parte, de acuerdo con Vallejo
En ese sentido, desde sus inicios, tan-
Weinman, 2004) que permiten, por un lado,
de México, 34(4), 536-550. https://doi.
explicar y predecir cuáles son las variables psi-
org/10.24245/mim.v34i4.1877
cosociales que determinan que un individuo
Alfonso, L., & Grau-Abalo, J. (2004). La
sea adherente y, por otro, describir el proceso
investigación de la adherencia terapéutica
de cambio conductual, por el cual se tendría
como un problema de la psicología de
que favorecer una mejoría en la adhesión y en
la salud. Psicología y Salud, 14(1), 89-99.
los resultados en la enfermedad (Glanz & Ke-
Recuperado
gler, 2012; Leventhal et al., 2008).
org/pdf/291/29114110.pdf
de
https://www.redalyc.
Algunos autores (Alfonso & Grau-Abalo,
Aragón-Borja (2015). Fundamentos psicomé-
2004; Días-Porto, 2014; Holguín et al., 2006;
tricos en la evaluación psicológica. En
Meichenbaum & Turk,1991; OMS, 2003; Qui-
Aragón-Borja (Dir.), Evaluación psicológi-
rós & Villalobos, 2007) han realizado una con-
ca: historia, fundamentos teórico-concep-
tribución mediante la identificación de algunos
tuales y psicometría (pp. 44-72). México:
factores que, supuestamente, se asocian con la
Manual Moderno.
adhesión terapéutica, sin especificar qué tanto
Arnett, D.K., Blumenthal, R.S., Albert, M.A.,
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Capítulo 8
Pharmaceutical
207
Capítulo 9 Cuidador primario informal (CPI): necesidades psicosociales y estrategias de atención psicológica
Ana Leticia Becerra Gálvez y Bertha Ramos del Río
El incremento de las enfermedades crónico-
años ochenta, en países anglosajones y euro-
degenerativas y el aumento en los años de
peos se iniciaron las investigaciones para co-
vida de la población actual han representado
nocer la relevancia de la atención informal en
un reto para la sociedad y para las autoridades
los contextos de salud; con el paso de los años,
sanitarias. Muestra de ello son los requerimien-
el aumento del número de personas que ne-
tos para el cuidado de la salud física y mental
cesitan ser asistidas o cuidadas por otras per-
de los individuos en esta condición. Este fenó-
mitió que se reconociera la labor del CPI, es
meno ha provocado un aumento en el gasto
decir, aquella persona que asume gran parte
de recursos a nivel público y familiar, ya que
de la responsabilidad del paciente y que resul-
los pacientes requieren de cuidados especiales
ta ser el ejecutor de las actividades de cuidado
y una mayor asistencia formal e informal por
durante el proceso de enfermedad (Ramos &
más tiempo, incluso hasta su fallecimiento.
Figueroa, 2009).
Actualmente, se entiende que el familiar
Por lo anterior, el objetivo del presente
que cuida, denominado en el contexto clíni-
capítulo es describir el papel, las características
co como cuidador primario informal (CPI), es
y las necesidades psicosociales del denomina-
fundamental y coadyuva en el trabajo multi-
do CPI en el cuidado, en algunos casos incluso
disciplinario del personal médico. Hasta hace
custodia, del enfermo crónico, así como las es-
algunos años, el cuidado del enfermo solo se
trategias de intervención eficaces para el ma-
dejaba en manos del personal médico y de
nejo de estrés y la sobrecarga en este tipo de
enfermería, pero ahora se ha extendido a la
población.
familia del enfermo. De hecho, a partir de los
208
Del cuidado y el arte de cuidar
•
Práctica instrumental o intervención tera-
El término cuidar se deriva del verbo transitivo
péutica: en la que el paciente percibe sus
que hace referencia a poner atención, asistir,
necesidades y demanda el tipo de cuida-
guardar o conservar y también hace alusión a
do que precisa.
mirar por la propia salud (Real Academia Es-
•
Característica humana o condición natu-
pañola [RAE], 2021). Este concepto se ha ido
ral del ser humano: un modo humano de
construyendo progresivamente sobre la ob-
ser y atender las necesidades del otro.
servación de las prácticas cotidianas. Una de
•
Interacción interpersonal: implica la rela-
sus definiciones más generalizadas es aquella
ción y comunicación entre el cuidador, la
donde el cuidado se entiende como la provi-
persona cuidada y la familia.
sión diaria de atención social, física y emocio-
•
Imperativo ético y moral: compromiso
nal a las personas en condición de dependen-
personal de mantener la dignidad e inte-
cia. Según Alba (2015), los cuidados pueden
gralidad de las personas.
asumir distintas formas y se proveen de dife-
•
rentes maneras: por trabajo remunerado (no
Afecto: implicación emocional, empatía, intimidad.
profesional) o no remunerado, sobre la base de un acuerdo o voluntariamente, de forma
A continuación, analizaremos cada una
profesional, o basada en obligaciones morales
de estas dimensiones con mayor detalle.
e impuesta por la presión social.
El término cuidar contempla un amplio
Práctica instrumental o intervención
abanico de trabajos, tareas o praxis, marcados
terapéutica
por relaciones interpersonales y determinadas
En esta dimensión se destaca la importancia
por circunstancias y necesidades de diversa
de poseer conocimiento, habilidades, destre-
índole, siendo indispensables para la estabili-
zas y actitudes que definen el desempeño de
dad tanto física como psicológica de los inte-
los cuidadores, las cuales son efectivas para
grantes de cada grupo social y que va más allá,
promover conductas deseables entre el cuida-
evidentemente, de la atención hospitalaria y
dor, el receptor de cuidado y la familia, como
médica (De la Cuesta, 2009; Rivas & Ostiguín,
la socialización, la mejora de la comunicación
2011; Sawin & O’Connor, 2019).
y la toma efectiva de decisiones. Al respecto,
De acuerdo con Morse, Bottorff, Nean-
Leslie et al. (2020) comentan que para mejo-
der y Solberg (1991), el cuidado se produce en
rar la capacidad de cuidar será necesario iden-
la relación entre el que cuida y el que es cuida-
tificar los conocimientos previos relacionados
do, visto desde diferentes dimensiones como:
a la condición cambiante de las personas so-
Capítulo 9
209
bre las que se ejerce el cuidado, un entrena-
interna, de reflexión, crecimiento personal y
miento en la navegación y uso de los sistemas
maduración (Bermejo, 1996).
de apoyo existentes y, finalmente, ayudar a los CPI a desarrollar estrategias de afrontamiento,
Imperativo ético y moral
así como, oportunidades de tutoría y socializa-
La preocupación por los otros es parte
ción con otros.
esencial de la conducta virtuosa, ya que, para la sociedad, toda persona que cuida de otra es
Característica humana o condición natural
moralmente deseable. Las personas que han
del ser humano
tomado la responsabilidad de cuidar a otros
Cuidar de alguien más es un acto humano,
deben cumplirla, en tanto que el compromiso
una condición deontológica que trae consigo
asumido es un imperativo moral, pero
la proximidad entre quienes participan en él
también supondría una carga autoimpuesta
(cuidador, persona enferma, familia, profesio-
que provoca cambios importantes en la vida
nales y comunidad), es decir, es una acción de
personal, sacrificando sus propios objetivos y
convivencia que implica sentimientos de inte-
salud (Brashler, 2006).
racción y reciprocidad propios del ser humano (Zea, 2003). El cuidado de los seres queridos
Afecto
se asocia con varios beneficios, incluida la rea-
Esta última dimensión, se refiere a la interac-
lización personal; sin embargo, la prestación
ción que puede ocurrir entre el cuidador y la
de cuidados también se relaciona con cargas
persona cuidada. El cuidador puede establecer
físicas, psicológicas y económicas, motivo por
una relación de afecto, cariño y situarse en el
el cual, se deben desarrollar estrategias de
lugar del otro, experimentando situaciones y
apoyo y anticipar la orientación necesaria en
condiciones no siempre favorables de la per-
momentos de transición en los cuidados y al
sona que es cuidada, por lo que será necesario
final de la vida del receptor del cuidado (Swartz
darle solución a través de la comunicación y el
& Collins, 2019).
respeto por el otro (Morse et al., 1991).
Como puede notarse, el arte de cuidar va
Interacción interpersonal
más allá de proveer atención a las necesidades
La relación entre el cuidador y el cuidado es
físicas y psicológicas, adquiere varias dimen-
una experiencia humana que ofrece lo necesa-
siones en la medida en que se crea el vínculo
rio para facilitar, o no facilitar, el desarrollo de
entre el cuidador y el que es cuidado; además,
las capacidades y funciones del otro. En esta
está anclado a los afectos y los sentimientos de
relación se observan dos facetas: una externa,
los individuos, por lo tanto, se requiere trabajar
de relación social, afectividad y diálogo; y, otra
desde el área psicológica (Morvillers, 2015).
Capítulo 9
210
Elementos esenciales en el cuidado
Partiendo de estos sistemas se identifi-
Muchos cuidadores contribuyen invisiblemen-
can dos tipos de cuidado de la salud: el for-
te con el sistema de salud formal, brindando
mal y el informal. En relación con este tema,
cuidados informales, atendiendo desde su ho-
la Family Caregiver Alliance (2019) sugiere que
gar a familiares que tienen un daño o enfer-
el término cuidador hace referencia a cualquier
medad crónica discapacitante, que les impide
persona que proporciona asistencia a alguien
desenvolverse diariamente con independen-
en situación de dependencia; por un lado, el
cia y autonomía (Jofré & Mendoza, 2005). Una
cuidador formal es un proveedor de atención
manera particular de representar esto puede
pagado que brinda atención en el hogar o en
verse en la figura 1, en la cual se muestra que
un entorno de atención; y, por otro, el cuida-
ambos sistemas no funcionan de forma inde-
dor informal es una persona no remunerada
pendiente, sino que confluyen mutuamente y
(e. g., cónyuge, pareja, miembro de la familia,
se ven influidos por el contexto social y cultu-
amigo o vecino). Los cuidados formales e in-
ral, así como el familiar y comunitario.
formales poseen características particulares y son sustancialmente diferentes (tabla 1).
Figura 1 Interacción de los sistemas de salud formal e informal
Nota: Modificado de Salud colectiva y representaciones sociales del cuidador primario informal de personas con insuficiencia renal crónica por Ramos-Del Río, 2011. Tesis Doctoral. Universidad Autónoma Metropolitana, Ciudad de México.
Capítulo 9
211
Tabla 1 Diferencias entre cuidados primarios formales y cuidados primarios informales Cuidado primario formal
Cuidado primario informal
• Se basa en una formación científica-técnica, • Se ejerce la gran mayoría de las ocasiones sin
sistemática y formalmente aprendida.
capacitación previa.
• Trabajo formal desarrollado por médicos, personal • Trabajo informal que se establece bajo una relación
de enfermería, trabajo social, psicología, radiología, fisioterapia, rehabilitación, entre otros.
altruista y voluntaria con la persona a quien se cuida. • Cuidado poco reconocido y que, en ocasiones, puede
• Cuidado visible y que se reconoce, el cual es ofrecido
llegar a ser una responsabilidad asignada o impuesta
por instituciones de salud públicas y privadas.
por la propia familia.
• Es básicamente operativo, aplicando técnicas y
procedimientos especializados.
• Es intuitivo y se ejerce en términos de la experiencia. • Se desarrolla en el ámbito doméstico.
• Se desarrolla en terrenos institucionales.
• Los cuidadores desarrollan su tarea de forma
• Los cuidadores tienen un horario definido para su
labor profesional.
indefinida (cuidados de larga duración). • Generalmente, los cuidadores tienen una relación
• Generalmente, los cuidadores no tienen una relación
emocional o familiar con el receptor del cuidado.
familiar o emocional con el receptor de cuidados.
• Los cuidadores tienen responsabilidad moral por
• Los cuidadores tienen responsabilidad civil por sus
sus actos como familiares (particularmente esposas,
actos profesionales.
hijas o hermanas).
• Los cuidadores reciben compensación económica
• Los cuidadores no perciben una compensación
por realizar las tareas de cuidado.
económica por realizar las tareas de cuidado.
Características del CPI Actualmente, no se cuenta con datos sobre
Figueroa, 2011; Iniesta, Martínez, Becerra,
cuántos cuidadores primarios existen a nivel
& Gómez, 2018; Islas, Ramos, Aguilar, &
mundial, sin embargo, se han delineado las
García, 2006; Zueras, Spijker, & Blanes,
características del CPI, quien asume la respon-
2018). El predominio del sexo femenino
sabilidad parcial o total del paciente, ayudán-
en el cuidado se debe en gran medida a la
dole a realizar casi todas las actividades que no
idiosincrasia y tradiciones que transmite
puede llevar a cabo por sí mismo (Rangel et al.,
la sociedad, en donde el rol de cuidar pa-
2013). Algunas características importantes del
reciera ser una situación natural para las
CPI son las siguientes:
mujeres, quienes aparentemente están
•
Sexo. Diversas investigaciones han cons-
mejor preparadas para realizar dicha ta-
tatado que el perfil del CPI, generalmen-
rea (Chaparro, Barrera, Vargas, & Carrera,
te, corresponde del 77 al 98% de los
2016; Fernández, 2016). También nos ha-
casos a una mujer (Barrera et al., 2011;
bla de una mayor carga de trabajo, estas
Capítulo 9
212
cuidadoras no solo están expuestas a las
rios, por ello, el hogar se convierte en el
labores del cuidado del enfermo, sino que
espacio del cuidado por excelencia (Ro-
a la par, también tienen que resolver otros
bles, 2007).
problemas del hogar, realizar acciones en
•
Remuneración y capacitación relacionada
pro del cuidado del resto de la familia, en-
al cuidado. El CPI no recibe remuneración
cargarse de la limpieza, de la elaboración
económica ni capacitación relacionada al
de los alimentos, etc. Evidentemente, la
cuidado, además, no tiene un horario es-
vulnerabilidad del CPI se relaciona con la
tablecido (Carretero, Garcés, Ródenas, &
red de apoyo social con la que disponga,
Sanjosé, 2006; De la Cuesta, 2004).
ya que una red de apoyo social fortaleci-
•
•
•
•
da y la repartición de tareas en igualdad
de condiciones relativas al sexo y género
ejerce el cuidado en contextos en donde el
favorecerán una mejor adaptación en el
acceso a los servicios de salud domiciliario es
proceso de cuidar a un paciente crónico
limitado y por largos periodos. A este tipo de
(Sautter et al., 2014).
cuidados se conocen como cuidados de lar-
Edad. Se dice que el rango de edad de es-
ga duración (CLD), los cuales se diferencian
tas mujeres cuidadoras oscila entre los 40
fundamentalmente de los cuidados agudos y
y 60 años, pero pudiese ocurrir en mu-
de las tradicionales intervenciones sanitarias.
jeres más jóvenes (Chaparro et al., 2016;
Los CLD no tienen el objetivo de curar o sanar
Iniesta et al., 2018).
una enfermedad o padecimiento (Carretero et
Parentesco. Por lo regular, se trata de es-
al., 2006). Según el Departamento de Salud
posas o hijas del paciente (entre 40 y
y Servicios Humanos de los Estados Unidos
95% de los casos), sin embargo, también
(2020), los CLD no se refieren precisamente a
podría tratarse de nueras, sobrinas y her-
la atención médica, sino más bien a la asisten-
manas (Vaquiro & Stiepovich, 2010).
cia con las tareas personales básicas, llamadas
Estado civil. Casada (aproximadamente el
actividades de la vida diaria (AVD), como co-
50%), dedicada al trabajo no remunerado
locar un vendaje, ayudar al paciente a usar el
dentro del hogar (Chaparro et al., 2016;
baño, movilizarlo de la cama o de la silla, vigilar
Iniesta et al., 2018).
la incontinencia y cambiar el pañal si es nece-
Domicilio compartido con el paciente. El
sario, ayudarle a comer, solo por mencionar
CPI vive en el mismo lugar que el receptor
algunas. Otros cuidados que se deben realizar
del cuidado. El paciente permanece casi
son las denominadas actividades instrumenta-
todo el tiempo en el hogar y muy poco
les de la vida diaria (AIVD), entre las que se in-
en espacios institucionales u hospitala-
cluyen: realizar tareas del hogar, gestionar los
Capítulo 9
213
Aunado a estas características, el CPI
tiempos y administrar el dinero, preparar las
d. Apoyo emocional y social: consiste bási-
comidas, comprar alimentos y otros enceres
camente en manifestar apoyo emocio-
de la casa, cuidar de las mascotas y resolver los
nal por medio de comprensión, escu-
problemas emergentes que se tienen en casa.
cha, afecto, tolerancia, además de fungir
Como puede observarse, estas acciones
como enlace en la relación interpersonal
no se encaminan a aumentar la sobrevida de
del paciente con las otras personas que le
los beneficiarios del cuidado, sino favorecer la
rodean.
mayor calidad de vida posible y procurar minimizar, restablecer o compensar la pérdida
Llevar a cabo estas actividades puede
del funcionamiento físico o mental, haciendo
resultar altamente demandante, dependiendo
del paciente una persona lo más independien-
de las características y recursos personales con
te posible. Las prácticas y actividades relacio-
los que cuente el CPI, por ejemplo, sus estra-
nadas al CDL que realizan los CPI se podrían
tegias de afrontamiento, la percepción de so-
agrupar en las siguientes categorías (Carretero
brecarga del trabajo, la capacidad para resol-
et al., 2006; García-Calvente, Mateo, & Egui-
ver problemas, las afectaciones emocionales
guren, 2004):
previas o recurrentes coexistentes al cuidado
a. Cuidados sanitarios: aquellos que supo-
y el tamaño y la funcionalidad de las redes de
nen una relación y contacto directo en la
apoyo (López, Serrano, Moreno, & Del-Pino,
atención física de la persona dependien-
2019; Rodríguez, Abreu, Rojas, & Del-Pino,
te.
2017). Es evidente, que el CPI no está exen-
b. Cuidado instrumental: aquellas activida-
to de experimentar repercusiones en su salud
des que facilitan la relación del beneficia-
física y mental, ante esta situación, es necesa-
rio del cuidado con el contexto, las cuales
rio: (1) identificar las principales problemáticas
no puede llevar por sí mismo tales como:
psicosociales que enfrentan e (2) implementar
limpiar, planchar, comprar, el uso de elec-
programas de intervención hacia el cuidado de
trodomésticos, realizar pequeñas repa-
los que cuidan; temas de los que se hablará en
raciones, manejar el dinero y los bienes,
los siguientes apartados.
controlar la toma de medicamentos, manipular materiales, objetos y utensilios.
Principales problemáticas psicosociales
c. Acompañamiento y vigilancia: apoyos
en los CPI
que proporciona el CPI al acompañar a la
A lo largo de este capítulo, se han expuesto va-
persona dependiente para salir del hogar,
rias de las condiciones que viven los CPI y se
realizar visitas, acudir a reuniones, llevarlo
han identificado diversos problemas que en-
a las citas médicas y estudios de labora-
frentan por el contexto del cuidado, su perfil y
torio, etc.
las redes de apoyo disponible.
Capítulo 9
214
Autores como Aguirre (2005) y Alarcón
•
Son prácticas no remuneradas, por tanto,
(2007) señalan que estas prácticas de cuidado
están sujetas a los sistemas económicos
se caracterizan de la siguiente manera:
del país y también del círculo familiar.
•
No son esporádicas ni temporales, por el
•
Son punto de unión entre el mundo pri-
contrario, se asumen en el día a día y con-
vado y el público, es decir, el CPI perma-
sumen gran parte del tiempo en la vida
nece oculto y es frecuentemente ignora-
del CPI. Este cuidado puede ejercerse
do por la sociedad y la familia.
por años, sobre todo si el beneficiario del
•
•
•
cuidado es un paciente con enfermedad
Dadas estas características y bajo las
crónico-degenerativa.
condiciones en las que se da el cuidado de un
Están marcadas por una dimensión emo-
paciente con enfermedad crónica o discapaci-
cional y determinadas la gran mayoría de
dad, los problemas psicosociales más frecuen-
las veces por la red interpersonal (familia,
temente reportados por los CPI son aquellas
cuidadores formales, comunidad, entre
que se muestran en la tabla 2.
otras).
Son unipersonales y percibidas como in-
de las respuestas asociadas al estrés y a la
transferibles.
sobrecarga en el CPI se vuelve fundamental;
Varían dependiendo de las necesidades
autores como Sautter et al. (2014) sugieren
propias del CPI y de aquella persona que
que, de no hacerlo, los cuidadores pueden
es cuidada; pueden complejizarse depen-
experimentar sufrimiento innecesario y, por lo
diendo de variables como la edad, el con-
tanto, padecer efectos negativos que afectan
texto o marco social y el estado físico y
el cuidado.
La identificación temprana y oportuna
psicológico. •
•
Son prácticas marcadas por la heteroge-
Estrés y sobrecarga en el CPI: intervenciones
neidad, no son actividades lineales; por
con enfoque cognitivo-conductual
ejemplo, el tener una enfermedad, la cual
Cuidar de un enfermo crónico en casa es una
determinará el tiempo, tipo de atención,
tarea difícil por las situaciones estresantes
el espacio donde se desarrollará y el rit-
y potencialmente agobiantes, no solo para
mo para efectuarlas.
el CPI sino también para el paciente (Creasy,
No son trabajos carentes de dificultad,
Lutz, Young, Ford, & Martz, 2013; Sautter et al.,
por el contrario, su realización y procesa-
2014). Vivir en estas circunstancias, provoca
miento requieren organización y planifi-
con frecuencia estrés y sobrecarga en el CPI;
cación. En ese sentido, el aprendizaje está
el estrés, tiene lugar cuando la persona valo-
basado en el ensayo y error, no en la edu-
ra sus recursos como escasos e insuficientes
cación continua. Capítulo 9
215
Tabla 2 Principales problemas psicosociales en el Cuidador Primario Informal Tiempo
Problemas psicosociales más frecuentes
Antes de ejercer el cuidado
Durante el cuidado (Realizando funciones de CPI)
Después de ejercer el cuidado
• Antecedentes de problemas
• Problemas relativos al grupo pri-
• Problemas de comunicación
económicos • Antecedentes psicológicos (ansiedad, depresión, estrés u otros trastornos) • Redes de apoyo deficientes y pobres en su funcionalidad • Problemas en la dinámica familiar • Experiencias de cuidado previo (otro familiar o pacientes con enfermedades crónicas y/o discapacidades desde el nacimiento) • Sin experiencia previa en el cuidado (desconocimiento o déficit en la información relacionada a la tarea de cuidar)
mario de apoyo • Problemas de comunicación con el beneficiario del cuidado y el grupo primario de apoyo • Problemas en la gestión de las tareas de cuidado • Problemas de vivienda y dificultades para acondicionar y/o determinar el espacio de cuidado • Problemas laborales (desempleo, amenaza de pérdida de empleo por ausentismo y condiciones laborales difíciles) • Problemas relativos a la enseñanza (sin previa capacitación y poca consejería especializada en el cuidado) • Problemas de salud y el autocuidado (el CPI por lo regular ya tiene algún padecimiento crónico y/o tiene deficiencias en el autocuidado de su salud) • Problemas emocionales (estrés, sobrecarga, desesperanza, depresión y ansiedad)
en el grupo primario de apoyo (constantes reclamos al CPI, dificultades para establecer acuerdos y para la toma de decisiones) • Problemas de vivienda (despojo y desalojos) • Problemas laborales (desempleo) • Redes de apoyo deficientes y pobres en su funcionalidad • Problemas relativos a la interacción con el sistema legal y testamentaria (problemas y riñas por propiedades del paciente y testamentos una vez que fallece) • Problemas de salud y el autocuidado (complicaciones derivadas de un mal estilo de vida) • Problemas emocionales (sentimientos de culpa, depresión y ansiedad por el futuro)
para hacer frente a las demandas del entorno,
mientras que la sobrecarga es entendida como
nos, se ha intentado identificar la mejor evi-
la valoración que hace el CPI de las situaciones
dencia para su tratamiento, por ejemplo, Ba-
percibidas como estresantes que se asocian
llesteros et al. (2009) realizaron una revisión
con el cuidar, el grado de implicación en los
sistemática con el objetivo de encontrar los
cuidados y las consecuencias que se derivan
mejores programas disponibles para el CPI;
de cuidar (Adelman, Tmanova, Delgado, Dion,
grupal versus individual. Conservaron 11 estu-
& Lachs, 2014).
dios al final de la revisión, concluyendo que las
Capítulo 9
216
Dada la prevalencia de estos fenóme-
intervenciones cognitivo-conductuales son las
más efectivas y que la educación por sí sola es
enumerarse muchas más, las cuales se han
ineficaz en ambas modalidades.
extendido desde el año 2000 a la fecha en
Corry, While, Neenan y Smith (2015) rea-
diferentes padecimientos (cáncer, demencia,
lizaron una revisión sistemática de revisiones
delirio), en beneficiarios del cuidado con dife-
sistemáticas de intervenciones para apoyar a
rentes características (personas adultas mayo-
los CPI de pacientes con enfermedades cró-
res, niños, dependientes totales) y en diferen-
nicas. Los resultados mostraron que las ocho
tes modalidades de intervención, por ejemplo,
revisiones sistemáticas seleccionadas, apos-
grupal, individual, online o presencial (Boots,
taban por las intervenciones o programas de
Vugt, van Knippenberg, Kempen, & Verhey,
educación y apoyo multicomponente para los
2014; Frias et al., 2020). La evidencia es con-
CPI. En esa misma línea, Gilhooly et al. (2016)
sistente, la instrumentación de intervenciones
realizaron una revisión para identificar las me-
multicomponente suele ser eficaz en el apoyo
jores intervenciones para la reducción de es-
de la CPI. Revisemos brevemente cada una de
trés en los CPI de pacientes con demencia. Al
estas estrategias de intervención:
término del estudio, concluyeron que ser cui-
Así como estás investigaciones, pueden
•
Psicoeducación. Este tipo de interven-
dador de personas con demencia está asocia-
ciones informativas tienen como objeti-
do con estrés psicológico y mala salud física,
vo propiciar un cambio en el comporta-
además comentan que los grupos de apoyo,
miento a través de datos de los cuales no
las intervenciones de componentes múltiples
dispone el CPI, específicamente, cuando
y los compromisos conjuntos de los CPI y las
se relaciona al cuidado de sí mismo (Islas
personas con demencia eran beneficiosos.
et al., 2006). Para Corry et al. (2015), las
Otro estudio fue el realizado por
intervenciones psicoeducativas son con-
Aksoydan et al. (2019), quienes realizaron una
sideradas como uno de los procedimien-
revisión sistemática que tuvo por objetivo
tos más efectivos para reducir el malestar
recopilar los mejores procedimientos dirigidos
asociado al estrés en el CPI, sin embargo,
a la atención de los CPI de adultos mayores,
su éxito es limitado debido a que la infor-
al final, incluyeron un total de 24 estudios
mación por sí misma puede no ser sufi-
(12 ensayos aleatorizados, ocho estudios de
ciente, por lo que, valdrá la pena integrar
intervención y cuatro revisiones sistemáticas),
otras técnicas o procedimientos (Balles-
concluyendo que las intervenciones de apoyo
teros et al., 2009).
como la información, estrategias de relajación
•
Estrategias para la comunicación asertiva
y solución de problemas pueden ser efectivas
y efectiva. Autores como Riffin, Van Ness,
para reducir el estrés.
Iannone y Fried (2018) comentan que la
Capítulo 9
217
mayoría de los conflictos entre CPI, pa-
do se tienen déficits en ciertas activida-
ciente y familia se deben a las siguientes
des (recreación, descanso y autocuidado),
razones: constantes desacuerdos sobre
exceso en tareas (cargas de trabajo des-
el nivel y calidad de la participación del
proporcionadas) y desorganización de ac-
CPI, desacuerdos o mal entendidos en
tividades (no se establece un orden prio-
relación con la competencia del CPI para
ritario de las actividades y un horario para
organizar y gestionar las tareas relacio-
llevarlas a cabo), además, llevar un hora-
nadas a las enfermedades del paciente,
rio de actividades programado permite
desacuerdos en la toma de decisiones y
priorizar las demandas, delegar respon-
manejo de las complicaciones de salud.
sabilidades y cultivar rutinas saludables
Ante dichas problemáticas se requiere de
(Agazzi, Shaffer-Hudkins, Armstrong, &
capacitación sobre los mecanismos de
Hayford, 2020).
comunicación asertiva y efectiva, especí-
•
•
en
relajación.
Estos
ficamente, expresión de deseos y opinio-
procedimientos contribuyen a generar
nes, solicitud de apoyo, establecimien-
control de la ansiedad y la excitación
to de acuerdos y expresión de malestar
emocional asociada con los problemas
(American Heart Association, 2017).
comunes en el CPI. La ansiedad y
Estrategias centradas en modificaciones
estrés que experimentan los CPI están
del contexto. Consisten básicamente en
fuertemente relacionadas con estrategias
transformar algunos espacios del hogar
de
en lugares idóneos que faciliten ciertas
comportamientos
conductas y favorezcan la autonomía del
compulsivos relacionados al cuidado y
paciente. La idea de acondicionar estos
con fantasear sobre el futuro o anticiparse
espacios es crear condiciones físicas y
a los problemas (Fisher & Laschinger,
simbólicas que satisfagan las necesidades
2001).
de la propia persona enferma y, en con-
•
Entrenamiento
•
afrontamiento
desadaptativo, obsesivos-
Estrategias centradas en el afrontamiento
secuencia, reducir la dependencia al CPI
y solución de problemas. Este tipo de es-
(Robles, 2007).
trategias se concentran en favorecer con-
Programación de actividades y gestión del
ductas adaptativas en pro de la resolución
tiempo. Se orientan a organizar los tiem-
de los problemas de la vida cotidiana y de
pos del hogar y gestionar el cuidado en
aquellos sucesos que son apabullantes,
cuanto a qué hacer, quién, cómo y cuán-
novedosos y repentinos. A este respec-
do (Robles, 2007). La programación de
to, la terapia en solución de problemas
actividades resulta de gran utilidad cuan-
ayuda a los CPI a tener una perspectiva
Capítulo 9
218
positiva de las situaciones problemáticas
La labor de cuidar a otro supone un gran
y los ayuda a evitar la toma de decisio-
esfuerzo y cambios en la vida personal del CPI,
nes precipitadas o descuidadas (Agazzi et
provocando en la mayoría de las ocasiones es-
al., 2020; Dionne-Odom, Lyons, Akyar,
trés y sobrecarga, por lo que es responsabili-
& Bakitas, 2016). El uso de estos proce-
dad de los sistemas gubernamentales y de sa-
dimientos en su conjunto, ayudan al CPI
lud, gestionar y diseñar los mejores programas
a generar un panorama más claro y cen-
para apoyar a esta población que seguirá cre-
trado en las soluciones de problemas, sin
ciendo. Se espera que el personal de salud es-
embargo, conlleva no solo el trabajo del
pecializado en la conducta genere protocolos
equipo de salud o del psicólogo, sino del
de intervención basados en evidencia y cen-
resto de la familia y de la comunidad.
trados en el cambio conductual, relacionado al cuidado de otro y en el autocuidado, así como
Conclusiones
en reducir las respuestas emocionales disfun-
En la sociedad actual y dada la transición epi-
cionales asociadas.
demiológica y demográfica, el aumento de
personas con padecimientos crónicos y eda-
lógica y de apoyo al CPI y su familia deben con-
des avanzadas ha provocado un incremento
siderar variables propias del contexto social en
de las personas que dependen de otros para
el que se da el cuidado; como ya se ha expre-
su cuidado. Las personas que ejercen el cuida-
sado a lo largo del capítulo, el CPI experimenta
do en un sistema informal (CPI) desempeñan
problemáticas psicosociales relacionadas con
un papel importante en el sistema de salud,
la interacción con otros, incluidos el receptor
pues favorecen la continuidad de la atención
del cuidado y el resto de la familia, además de
del paciente, dentro como fuera de las institu-
tener redes de apoyo deficientes en tamaño y
ciones médicas.
funcionalidad.
El CPI asume el cuidado del otro, aún sin
Estos protocolos de intervención psico-
Debemos comprender que en el desa-
saber cómo llevará a cabo dicha tarea y, ade-
rrollo de estás habilidades de afrontamiento,
más, no recibe capacitación clara y oportuna
debe incluirse la participación de la comuni-
de cómo hacerlo, motivo por el cual se incre-
dad y de la familia; estas medidas están en
menta la probabilidad de requerir más apoyo
consonancia con los modelos integrados de
por parte del personal de salud y desconocen
los cuidados de larga duración en pacientes
las formas en las que se tiene que proceder
con enfermedad crónica.
ante alguna eventualidad, provocando angustia, impotencia y miedo.
Capítulo 9
219
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Capítulo 9
223
Capítulo 10 Educación a distancia y asistencia psicológica online de cara a la COVID-19: un modelo de trabajo
Leonardo Reynoso Erazo, Isaías Vicente Lugo González, Ana Leticia Becerra Gálvez y Yuma Yoaly Pérez Bautista
El año 2020 es considerado por muchos
los alumnos en acciones de entrevista, evalua-
como el comienzo de una serie de cambios en
ción conductual e intervención en personas
nuestro estilo de vida y en las formas de rela-
con enfermedad crónica, así como encontrar
cionarnos, esto debido a una cepa viral deno-
formas novedosas y a distancia para aquellos
minada SARS CoV-2 causante de la enferme-
pacientes que lo requiriesen y que fuesen sus-
dad COVID-19. Las actividades económicas y
ceptibles de beneficiarse de nuestro apoyo
escolares se paralizaron, motivo por el cual, las
como especialistas en la conducta y su rela-
tareas presenciales de docentes y alumnos se
ción con la enfermedad.
vieron interrumpidas. Bruscamente tuvimos
que cambiar de un sistema educativo presen-
lector las estrategias educativas y de atención
cial y de atención en el contexto hospitalario
online que se han implementado dado el dis-
a ofrecer servicios psicológicos a distancia en
tanciamiento social derivado de la pandemia
modalidades sincrónicas y asincrónicas.
por la COVID-19.
El objetivo de este capítulo es exponer al
Para ello, docentes y alumnos del pro-
grama de Residencia en Medicina Conductual
Pandemia por COVID-19: génesis del cambio
(MC) con sede en la Facultad de Estudios Su-
en la educación y la asistencia a pacientes
periores Iztacala de la Universidad Nacional
A principios de diciembre de 2019, se presentó
Autónoma de México (UNAM), planeamos un
en China un incremento en el número de ca-
modelo de trabajo que nos permitiese ofrecer
sos de neumonía, muchos de estos pacientes
educación de calidad, además de entrenar a
reportaron exposición a un posible virus, por
224
haber acudido a un mercado de productos del
mar y comprar diversas especies de animales
los niveles educativos superiores en México se
vivos en Wuhan. La enfermedad se extendió
dieron así, a distancia. Con la incorporación de
rápidamente a nivel local, en otras partes de
distintos recursos y tecnologías digitales, se
China y a nivel mundial (Dong et al., 2020;
han tenido que replantear las acciones y orga-
Gandhi, Lynch, & del Río, 2020; Verity et al.,
nizar las actividades académicas, de investiga-
2020). Fue así como a principios de enero de
ción y de servicio a la comunidad que se deben
2020 un nuevo coronavirus fue identificado
implementar con el fin de alcanzar los objeti-
en muestras de lavado de líquido alveolar y,
vos de aprendizaje, trasladándose de un esce-
posteriormente, este virus fue encontrado por
nario presencial a una modalidad a distancia.
el Centro de Control de Enfermedades de Chi-
La interrupción súbita de las actividades pre-
na como el agente causal (Dong et al., 2020).
senciales llevó a una parálisis con sensación
Finalmente, el 7 de enero de 2020, la Organi-
de desamparo, similar a una persona en crisis
zación Mundial de la Salud (OMS) denominó al
psicológica al no contar con los recursos para
virus como nuevo Coronavirus (2019-nCoV) y,
enfrentarse a este nuevo reto. Esta crisis hizo
para el 11 de febrero, la denominó enfermedad
resaltar los problemas estructurales del siste-
por coronavirus. Dicha infección produce un
ma educativo, ¿podemos enfrentar la crisis con
síndrome clínico conocido como COVID-19
las herramientas que disponemos? ¿conocemos
que en su forma más severa es una enferme-
la variedad de herramientas existentes? ¿sabe-
dad sistémica caracterizada por hiperinflama-
mos utilizarlas? ¿qué más tendríamos que ha-
ción, tormenta de citosinas y elevación de los
cer? ¿por dónde empezar?
biomarcadores de lesión cardiaca (Cascella,
Rajnik, Cuomo, Dulebohn, & Di Napoli, 2020;
sible rechazar los sistemas de aprendizaje con
Dong et al., 2020; Verity et al., 2020). En
herramientas digitales e ignorar la necesidad de
México, el primer paciente infectado fue re-
acceder a tecnologías dirigidas a la expansión
portado el 28 de febrero y a raíz de la rápida
del conocimiento y de los servicios de salud
transmisión del número de personas infecta-
por medio y a través de ellas. La UNAM y mu-
das y de la incertidumbre sobre el tratamiento,
chas de las instituciones educativas tuvieron
complicaciones y letalidad, empresas, escue-
una meta: salvaguardar la vida de empleados,
las y prácticamente toda actividad que invo-
docentes y estudiantes, dejando claro que no
lucraba el contacto con otros se canceló, dan-
reactivarían actividades presenciales hasta ga-
do origen a la denominada Jornada Nacional
rantizar las condiciones para poder efectuar-
de Sana Distancia el 23 de marzo (Epidemic
las de forma segura para todos y dando paso
Stats, 2020; Secretaría de Salud [SSa], 2020).
al uso de las nuevas tecnologías para proveer
Capítulo 10
225
Fue entonces que las clases en varios de
A casi un año de pandemia, ya no es po-
de educación a los alumnos (Coordinación de
frentan por esta crisis. Es justo aquí donde nos
Universidad Abierta, Innovación Educativa y
encontramos con un segundo reto: crear for-
Educación a Distancia, [CUAIEDD], 2020). El
mas de llegar a las personas y así poder ofrecer
desafío era claro: realizar ajustes a las formas
apoyo psicológico remoto, de calidad y con-
y procedimientos educativos, expandir el co-
siderando el reducido acceso a las redes digi-
nocimiento con el uso de las tecnologías de la
tales e internet en nuestra población. Por esta
información y la comunicación (TIC’s) y crear
razón, debíamos ponernos a trabajar, tanto en
espacios de práctica aún en la distancia.
la UNAM en general como en la Residencia en
particular.
En el caso de los centros de salud y hos-
pitales, la situación no fue distinta, pues las sedes donde llevaban a cabo sus prácticas
COVID-19 y nuevos ajustes
alumnos de pre y posgrado, se abarrotaron
educativos en la UNAM
de pacientes con COVID-19 por lo que, como
Dado el crecimiento de la pandemia, el rector
medida precautoria, se solicitó a los alumnos
de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, junto
quedarse en casa y esperar el regreso, una vez
con directores de los niveles de bachillerato,
acordados los tiempos y las nuevas formas
licenciatura y posgrado, revisaron la logísti-
de trabajo. Aunado a ello, varios hospitales se
ca para la suspensión de las actividades aca-
convirtieron en centros COVID, reduciendo
démicas y administrativas presenciales. Ante
considerablemente el acceso a muchos pa-
la necesidad de continuar con las clases, se
cientes.
compartió información sobre las herramientas
Al paso de la pandemia y ante el cre-
tecnológicas con que cuenta la institución y
cimiento exponencial de infectados, se ha
mediante las cuales se impartirían clases a dis-
dado menor prioridad a los pacientes con en-
tancia, durante el tiempo que durase la contin-
fermedades crónicas o que presentan afec-
gencia sanitaria. Se requería utilizar al límite las
ciones diferentes a esta, provocando así, una
capacidades de las herramientas informáticas
desesperanza, pero también, un mayor mie-
que tiene la UNAM para continuar la tarea de
do y ansiedad ante lo que pasará con ellos y
educación a distancia.
el tratamiento médico. La misma evolución de
la pandemia ha provocado que población en
ni docentes ni alumnos debíamos detenernos,
general (no solo los pacientes crónicos) pre-
subrayó: “Nuestra prioridad durante la con-
senten problemas de índole psicológico, que
tingencia, que no quede duda, será ver por la
los han llevado a buscar formas de encontrar
seguridad y la salud de las y los universitarios,
salida a lo que sienten, a lo que han vivido y
particularmente de aquellos que se encuen-
a los difíciles problemas psicosociales que en-
tran en una situación de mayor vulnerabilidad”
En palabras del rector, quedó claro que
(Graue, 2020, párr.5). Capítulo 10
226
La respuesta a esta crisis no puede ser, ni
de septiembre de 2006 y modificado el 15 de
ha sido pasiva, pues en todas las instituciones
agosto de 2018, el cual señala en sus artículos
educativas afiliadas a la UNAM, hemos tenido
1 y 48 que la formación de los alumnos a ni-
que dar respuesta de forma efectiva. A pesar
vel posgrado debe y puede impartirse en las
de la existencia de programas educativos on-
modalidades presencial, abierta, a distancia
line y a distancia, la Coordinación de Desarro-
o mixta. Además de favorecer el aprendizaje
llo Educativo e Innovación Curricular (CODEIC,
mediante el uso de materiales didácticos y las
2020) invitaba a los docentes y a las autori-
TIC’s. Dicha propuesta de trabajo requirió cen-
dades educativas a mantener un pensamiento
trar los esfuerzos en la formación de alumnos
flexible para transformar las formas de ense-
y docentes en una modalidad online, revisando
ñar, probando alternativas creativas de trabajo
para ello las alternativas existentes en el mar-
con los estudiantes y generando espacios de
co ético y legal, a través de sesiones formales
comunicación efectiva pese a la distancia, ac-
y de compartir experiencias con los alumnos,
ciones que suponían un reto para los docentes,
pero, también, implicó la creación de medios
pero también para los estudiantes de posgra-
para llegar a esa población que requería de un
do que sirven en contextos clínicos y hospita-
servicio psicológico.
larios; y, así, fue que comenzamos a crear un plan.
Estrategias educativas y de formación clínica a distancia para especialistas en MC
Respuesta de MC ante el confinamiento:
Como parte de este nuevo modelo, se redi-
educación y atención a pacientes
señó, organizó y planearon nuevas formas de
Con miras a fortalecer y crear las nuevas for-
trabajo, en donde alumnos, supervisores y tu-
mas para la educación de los maestros en
tores han trabajado activamente.
Psicología con área de especialidad en MC,
y considerando el cierre de las instituciones
ponen el ajuste a las nuevas formas de educar
hospitalarias donde se realizaban las activida-
a la distancia y se basaron, evidentemente, en
des asistenciales, se desarrolló un nuevo mo-
la adquisición de competencias profesionales
delo interno para la educación de los alumnos
en los estudiantes, ello supuso un avance pro-
y, paralelo a ello, un programa de asistencia
gresivo en diferentes niveles:
Las acciones propias de la propuesta su-
y atención psicológica para ciertos pacientes
1. Adquirir conocimientos, es decir, que sean
con enfermedad crónica. Esta propuesta se
capaces de identificar, describir y delimitar
diseñó con base en el Reglamento General de
un problema. Ello requirió información
Estudios de Posgrado (RGEP) dado a conocer
teórica e identificación de características
por el Consejo Universitario de la UNAM, el 29
no solo de los usuarios de los servicios que
Capítulo 10
227
ya estaban diseñando, sino también del
uso de las plataformas y recursos digitales
buyeron enormemente, pues el confinamien-
para el entrenamiento como ZOOM®,
to y el cierre de los hospitales dieron paso a la
CLASSROOM®,
DRIVE®,
oportunidad de dar un seguimiento estrecho a
PADLET®, SOCRATIVE® y sistemas de
las labores de los alumnos. Originalmente, la
ludificación.
tutoría era una actividad que se desarrollaba
En estas actividades, los tutores contri-
2. Aprender estrategias de intervención, en
episódicamente, a la que los alumnos y tuto-
otras palabras, que los alumnos fueran
res dedicaban tiempo variable, ya que consi-
capaces de describir las etapas de la in-
deraban de mayor importancia el trabajo in-
tervención, las características de las téc-
trahospitalario, mientras que, por otro lado, la
nicas, los pasos para llevarla a cabo bajo
interacción más frecuente se desarrollaba con
una modalidad a distancia. Esta tarea
los supervisores académicos y en la cotidiani-
implicó el reconocimiento de las necesi-
dad del trabajo hospitalario con las superviso-
dades de los propios alumnos, los cuales
ras in situ.
tenían alguna experiencia para ofrecer
servicios de forma presencial, pero no
se decidió que la tutoría, entendida como el
contaban con las competencias para ha-
apoyo docente de carácter individual ofrecido
cerlo a distancia, situación que redundó
a los estudiantes como una actividad obliga-
en un doble esfuerzo, pues, por un lado,
toria del plan de estudios, se erigiría como el
se les capacitó en alternativas de evalua-
espacio interactivo de mayor relevancia para
ción e intervención con los usuarios y, por
los alumnos, ya que es parte fundamental del
otro, se replantearon y analizaron las me-
proceso de formación de los estudiantes y se
didas para ofrecer un servicio online ético
lleva a cabo mediante la atención individual,
y de calidad.
personalizada, pudiéndose desarrollar por vi-
Una vez notificado el confinamiento,
3. Utilizar apropiadamente las estrategias
deoconferencia y, de esta forma, cumplir con
de intervención ante un problema, es
su objetivo central: dirigir el diseño y desarrollo
decir, para aplicarlas en el contexto de
de un protocolo de investigación aplicada y, en
ensayos en escenarios donde se cuente
consecuencia, guiar la elaboración del reporte
con control de distintas condiciones y en
de experiencia profesional del alumno.
aquellos en donde la interacción se da a
distancia.
sus alumnos por videoconferencia con el pro-
Los tutores programaron encuentros con
4. Demostrar capacidad para desempeñar-
pósito de orientar y guiar a sus tutorados hacia
se como profesional especializado en dis-
la elaboración de protocolos de investigación
tintos contextos, incluyendo el remoto.
aplicada, que deberían ser colocados para su
Capítulo 10
228
utilización en plataformas digitales para que la
municaciones y la tecnología de la información
población general tuviera acceso a través de
para proveer acceso a la evaluación, diagnós-
internet; se aclaró que los productos podrían
tico, intervención, consulta, supervisión, edu-
ser audio o videograbaciones, presentaciones
cación e información a distancia (Nickelson,
con diapositivas, animaciones, carteles, tríp-
1998) y considerando que la formación de los
ticos o manuales, relacionados directamente
especialistas en MC se concentra en el desa-
con el campo de la MC y podrían ser aplicados
rrollo de competencias a través del vínculo de
a cualquier usuario, no necesariamente a las
servicio/investigación desarrollado en hospi-
personas que acudían a los hospitales donde
tales, debíamos trabajar a distancia, ofrecien-
se realizaban las actividades de formación.
do a las personas que viven con una enferme-
Tutores y alumnos iniciaron los trabajos
dad crónica y a sus familiares alternativas de
para ofrecer nuevas alternativas de servicio/
cambio conductual ante la enfermedad. El ob-
investigación a través del uso de las TIC’s. Ante
jetivo ahora era capacitarnos en la utilización
la incertidumbre por el regreso a las activida-
de estos recursos y adentrarnos en un terreno
des presenciales en hospitales, se debería ofre-
en donde se garantizaran los espacios de edu-
cer el entrenamiento especializado a nuestros
cación y supervisión para integrarlo al entre-
alumnos; para ello, era menester realizar un
namiento (Myers, Endres, Ruddy, & Zelikovsky,
ajuste curricular que mostrara la flexibilidad del
2012). Fue entonces que se implementaron
plan de estudios, que permitiera la atención de
las siguientes acciones: revisión bibliográfica;
personas con enfermedad crónica y sus cuida-
análisis, viabilidad y disponibilidad de las pla-
dores y que además posibilitara la aplicación
taformas y otros recursos; análisis de las con-
de estrategias conductuales para el manejo de
sideraciones éticas y legales para la atención
este tipo de problemas. Se centraron en el di-
online; planeación de los protocolos de aten-
seño y desarrollo de diversos productos para
ción; y análisis de las problemáticas psicológi-
ser utilizados en modalidad a distancia, pero
cas de los usuarios.
que también pudieran ser utilizados de manera presencial cuando fuere posible retornar a
Revisión bibliográfica
las actividades asistenciales.
Realizamos búsquedas de la mejor evidencia que diera cuenta de la importancia de las inter-
Estrategias de asistencia y atención
venciones online. Nos permitió encontrar que
psicológica online para pacientes
en los últimos años ha existido un incremen-
con enfermedad crónica
to en las formas de evaluación e intervención
De cara a la pandemia, con el uso de la tele-
psicológica mediante el uso de las TIC’s (Du-
health, entendida como el uso de las teleco-
gas, Gao, & Agarwal, 2020). También, que de-
Capítulo 10
229
bido a la pandemia se incrementó el número
la necesidad de construir un protocolo más es-
de consultas psicológicas vía online para ma-
tructurado.
nejo emocional (González, Martínez, Hernández, & De la Roca-Chiapas, 2020; Urzúa, Vera,
Análisis de las consideraciones éticas
Caqueo, & Polanco, 2020), lo cual ratifica la
y legales para la atención online
necesidad de consolidar y estructurar formas
Gran parte de los aspectos éticos vinculados
de intervención que beneficien a la población
con la evaluación e intervención en el contexto
en general, y en el caso de la MC, a personas
de las TIC’s, concuerdan con las recomendacio-
que viven con alguna enfermedad crónica y
nes de la Joint Task Force for the Development
que requieren ajustes comportamentales en
of Telepsychology Guidelines for Psychologists
su tratamiento médico (Glasgow et al., 2010;
(JTFDTGP, 2013) de la American Psychologi-
Pagoto & Bennett, 2013).
cal Association (APA) y de la Guía para la Intervención Telepsicológica del Colegio Oficial
Análisis, viabilidad y disponibilidad
de Psicólogos de Madrid (De la Torre-Martí &
de las plataformas y otros recursos
Pardo-Cebrián, 2018), partiendo del hecho
Realizamos un análisis de las plataformas,
de que las regulaciones de los principios éti-
aplicaciones y programas para favorecer com-
cos de los psicólogos, explícitos en sus códi-
portamientos de salud y manejo de la enfer-
gos de conducta, se deben aplicar de la misma
medad, por ejemplo, intervenciones por me-
manera que en los escenarios de evaluación e
dio del uso de dispositivos electrónicos para la
intervención tradicionales (De la Torre-Martí &
evaluación del comportamiento, vía mensajes
Pardo-Cebrián, 2018; JTFDTGP, 2013; Kurti &
de texto, correo electrónico o comunicación
Dallery, 2014).
telefónica, aplicaciones web, aplicaciones mó-
viles, o interacciones vía videoconferencia, por
de la Sociedad Mexicana de Psicología (SMP,
mencionar algunas (Barak, Klein, & Proudfoot,
2010) hace énfasis en la protección de los
2009; Dalkou, Nikopoulou, & Panagopoulou,
usuarios del servicio psicológico como fin úl-
2015; Kurti & Dallery, 2014). Sin embargo, a
timo del ejercicio profesional, científico y aca-
pesar de que la mayoría de estas formas de
démico de los psicólogos, siempre partiendo
intervención tiene como propósito conseguir
de los elementos de confidencialidad y con-
efectos positivos en el comportamiento de
sentimiento bajo información. Se puede en-
los usuarios respecto de su salud, no en todas
tender que, desde cualquier forma y platafor-
se cuenta con claridad de objetivos, alcances,
ma para ofrecer evaluación e intervenciones
medios de supervisión y regulación en térmi-
psicológicas es necesario: (a) tomar medidas
nos legales y éticos (Dalkou et al., 2015), de allí
para asegurar la calidad del trabajo psicológico
Capítulo 10
230
Al respecto, el Código Ético del Psicólogo
y proteger de daño a pacientes, clientes, orga-
4. Recibir información clara, suficiente, ve-
nizaciones, comunidades, estudiantes, partici-
raz, oportuna y basada en evidencia.
pantes en investigaciones y otros (Artículo 3);
5. Decidir sobre su atención psicológica
(b) al evaluar por medio de procedimientos au-
cuando sus condiciones y circunstancias
tomatizados, vía internet o teléfono, se deben
físicas, psicológicas y socioculturales lo
tomar precauciones debido a las limitaciones
permitan.
derivadas del formato aplicado, la forma de
6. Otorgar o no su consentimiento debida-
calificación e interpretación de los resultados
mente informado por escrito o mediante
(Artículo 23); (c) al realizar intervenciones, de
el respaldo de un tercero moralmente res-
manera presencial o por alguna plataforma a
ponsable o por prescripción profesional.
distancia, estas deben estar basadas en evi-
7. Contar con la seguridad del manejo confi-
dencia (Artículo 29); (d) al utilizar herramien-
dencial de la información trabajada en su
tas automatizadas o a distancia para realizar
proceso de atención, durante y posterior
evaluaciones o intervenciones psicológicas, es
al mismo proceso.
necesario estar capacitado para su uso y recibir
8. Suspender o concluir el proceso de eva-
entrenamiento (Artículo 35); y (e) al concluir un
luación o intervención psicológica siem-
proceso de intervención psicológica, indepen-
pre y cuando no represente un riesgo
diente de la modalidad elegida, el psicólogo
para sí mismo o para los demás, o reanu-
dará seguimiento al usuario de su tratamiento
darlo cuando lo considere pertinente, con
(Artículo 114).
el mismo profesional o con otro.
Esta normatividad ha favorecido que, de
9. Contar con la seguridad de la integración
manera reciente, en el Código de Ética de las
debida de su información en un expe-
y los Psicólogos Mexicanos de la Federación
diente psicológico. (FENAPSIME, 2018,
Nacional de Colegios, Sociedades y Asocia-
p.23)
ciones de Psicólogos de México (FENAPSIME, 2018) se haya diseñado una carta de derechos
para los usuarios de atención psicológica en el
elementos puntuales sobre el comportamien-
campo de la salud, dentro de los cuales se des-
to del psicólogo en su práctica profesional, es
tacan:
muy poco específica en las formas novedosas
1. Recibir atención psicológica adecuada,
de evaluación e intervención, en gran parte
pertinente e integral.
por el momento en el que se desarrolló su có-
2. Recibir atención psicológica en caso de
digo de ética. Aunado a esto, en las descrip-
emergencia.
ciones de la FENAPSIME (2018) se puntualiza
3. Recibir trato digno y respetuoso.
Capítulo 10
Si bien la SMP (2010) marca algunos
qué es lo que debe recibir cualquier usuario de
231
atención psicológica y, aunque no se mencio-
cuales se implementaría la supervisión. Está-
na, sería equivalente si la atención es una in-
bamos claros en algo: la utilización de las TIC’s
tervención estructurada en un ambiente web,
no implicaba simplemente ofrecer interven-
una intervención clínica por videoconferencia
ciones psicológicas breves online o el colocar
(incluyendo medios como el chat o el email),
información en sitios específicos; por el con-
empleando una aplicación o software (móvil,
trario, se requería de un programa integral de
plataforma o realidad virtual), entre otros (De
trabajo que permitiera ofrecer intervenciones
la Torre-Martí & Pardo-Cebrián, 2018).
(preventiva, educativa, terapéutica de cambio
En este periodo se discutió y se decidió
conductual, de prevención de complicaciones)
que la intervención online debería ofrecerse
de acuerdo con las necesidades de los solici-
mediante un esquema de trabajo que posibili-
tantes del servicio.
tara la toma de decisiones ordenada tanto para el ingreso de los pacientes como para la firma
Análisis de las problemáticas psicológicas
de consentimiento, el proceso de evaluación
de los usuarios
conductual, la oferta de acciones terapéuticas,
Aún quedaba la duda de si lo que estábamos
la evaluación de resultados y el seguimiento.
planeando se ajustaba a las necesidades de la población, por lo tanto, y tal como señala De
Planeación de los protocolos de atención
la Torre-Marti y Pardo-Cebrián (2018), estruc-
De manera específica, el trabajo de atención a
turamos las formas de trabajo y analizamos la
personas con enfermedad crónica en la mo-
viabilidad considerando los siguientes aspec-
dalidad online debería cumplir con una serie
tos: ¿El tratamiento por medio de las TIC’s es la
de normas éticas que, de acuerdo con Barak
única opción disponible? ¿El tipo de problema
et al. (2009), Dalkou et al. (2015), Glasgow et
se ajusta a la forma de trabajo y existe eviden-
al. (2010), Kurti y Dallery (2014), deberían res-
cia de ello? ¿El problema de atención tiene una
ponder, inicialmente, a los siguientes cuestio-
gravedad importante que sería de difícil mane-
namientos: ¿A qué segmento de la población se
jo por estos formatos? ¿Los usuarios a quienes
dirigirán los servicios? ¿Cómo se ofertarán los
se atenderá o va dirigida la intervención son
servicios? ¿Cómo se seleccionará a los usuarios?
mayores de edad? ¿El tratamiento por medio
¿Cómo se canalizará a quienes soliciten servi-
de las TIC’s es mejor que el tratamiento presen-
cio, pero no cumplan con el perfil de usuario?
cial? Para cumplir con los puntos preceden-
Por lo tanto, nos capacitamos en el empleo de
tes se trabajó en la construcción de dos guías
los dispositivos y las plataformas, identifica-
clínicas que presentaran el sustento teórico y
mos los alcances y las limitaciones de las eva-
metodológico con base en las necesidades de
luaciones e intervenciones y los medios en los
los pacientes con enfermedad crónica, dada
Capítulo 10
232
su condición de salud y evidentemente en el
al ser internado en un hospital, porque serán
contexto de la pandemia. Estas guías están
intervenidos quirúrgicamente, por el tipo de
acompañadas de instrumentos de evaluación,
tratamiento de estas enfermedades, o bien
cartas descriptivas, diagramas de flujo, ma-
por las pobres expectativas de vida generadas
nuales para pacientes y materiales audiovisua-
a partir del escaso conocimiento de la enfer-
les adicionales que fungirían como marco re-
medad (Reynoso & Avila-Costa, 2014).
ferencial de las acciones desarrolladas por las
terapeutas, asumiendo que será característica
creencias pueden contribuir a la forma en que
común que tengan estrés agudo debido a sus
las personas evalúan situaciones y las afron-
problemas de salud, a la incertidumbre de la
tan; la evaluación de estrés se asocia enton-
atención que podrían recibir, al miedo al con-
ces con los eventos cotidianos, incluyendo a
tagio de la COVID-19, debido a que son cata-
la enfermedad crónica, por lo que la percep-
logados como población de riesgo.
ción de que esta última es amenazante puede
En esta perspectiva, los potenciales
generar estrés (Pires, Peuker, & Castro, 2017).
usuarios de los servicios psicológicos a ofrecer
El afrontamiento tiene una función protecto-
tendrán una característica común, la presencia
ra que puede eliminar o modificar condiciones
de datos de estrés agudo. El plan de estudios
evaluadas como estresantes; la enfermedad
de la residencia señala que el eje central de la
crónica es considerada como un evento estre-
misma se encuentra enfocado a este proble-
sante contra la que el paciente debe realizar
ma (la reducción de estrés en personas con
acciones para afrontar la enfermedad diaria-
enfermedades crónico-degenerativas) como
mente (Ramkisson, Pillay, & Sibanda, 2017).
la diabetes mellitus (DM), la enfermedad re-
nal crónica terminal (ERCT), las enfermedades
sustanciales no solo para quien la padece sino
cardiovasculares (particularmente la hiperten-
para la pareja o familiares del enfermo; ideal-
sión arterial) que son tres de las principales
mente todos deben realizar ajustes de estilo
causas de muerte tanto en México como en el
de vida, probablemente renegociar sus roles
mundo (Aldrete et al., 2018; Chen, Knicely, &
dentro de la familia y afrontar el estrés. Esto
Grams, 2019; Heintjes et al., 2019; Reynoso &
se conoce como afrontamiento comunal, que
Seligson, 1988).
involucra la evaluación de un evento estresan-
Se asume que este tipo de enferme-
te como compartido, por lo tanto, el afronta-
dades generan estrés en quienes lo padecen,
miento se debe visualizar como aquellas con-
ya sea por haber recibido el diagnóstico, por
ductas colaborativas para manejar el evento
haber sido sometidos a estudios médicos in-
estresante.
vasivos generalmente dolorosos, por el temor
Capítulo 10
233
El conocimiento, las experiencias y las
La enfermedad crónica presenta retos
Desde la perspectiva de un intercambio
nes, intervenciones, se utilizarían los medios
bidireccional entre individuos, la percepción
audiovisuales fabricados ad hoc y una segunda
de un evento estresante debe evaluarse como
vertiente con actividades asincrónicas a través
nuestro problema, en vez de mi problema o tu
del sitio web Medicina Conductual Iztacala1 en
problema, y percibir que se trabajará de mane-
donde se encuentran alojadas videograbacio-
ra conjunta para resolverlo. Tanto el enfermo
nes, audiograbaciones, infografías, trípticos,
como el familiar se benefician con el afronta-
folletos y dos manuales psicoeducativos para
miento comunal, ya que las relaciones entre
pacientes, el primero, cuyo título es Viviendo
ellos se fortalecen, se reduce el estrés psico-
con enfermedad renal crónica: pautas y suge-
lógico y se mejora la salud (Hegelson et al.,
rencias para manejar mi estrés (González, Re-
2020; Zajdel, Helgeson, Seltman, Korytkows-
yes, Lugo, & Reynoso), mientras que el segun-
ki, & Hausmann, 2018).
do se denomina Viviendo con diabetes mellitus:
pautas y sugerencias para manejar mi estrés
Una correcta aplicación de los preceptos
teóricos subyacentes del modelo del estrés
(Rodríguez, Abaroa, Reynoso, & Lugo).
podría proveer de bases sólidas para desarro-
llar programas de intervención efectivas (Chew
más de cumplir con las normas éticas de la
et al., 2017).
profesión, de apegarse a la legislación vigente
Para el manejo del estrés se requiere ela-
en el país en materia de protección de infor-
borar y aplicar programas de intervención con
mación y datos. Teniendo en cuenta lo ante-
diversos componentes; aunado a esto, el pro-
rior, se realizó la construcción del formato de
grama deberá contar con una estructura que
consentimiento informado, el cual además fue
permita comparar entre el estado inicial del
sometido a la evaluación del Comité de Ética
paciente (evaluación), su evolución a lo largo
del posgrado. Además, se diseñó un modelo
de las sesiones (intervención), su estado pos-
de expediente clínico que cumple con la nor-
terior a la intervención inmediato y mediato
matividad vigente. El trabajo clínico requiere
(seguimiento); todo ello en un modelo integral
del uso de diversos formatos de registro con-
de tratamiento que deberá ser ajustado de
ductual, que se ofrecen a los usuarios; además,
acuerdo con las necesidades de cada paciente.
se adaptaron distintos instrumentos de eva-
La atención de personas requiere, ade-
luación2. Estos productos junto con su fundaAcciones y resultados del modelo
mentación, metodología, cartas descriptivas
de trabajo en MC
por sesión, diagramas de flujo para uniformar
El trabajo llevó a la propuesta de ofrecer activi1 https://www.mciztacala.org/
dades sincrónicas (por videollamada) a través
2 https://tinyurl.com/evalest
de la cual se realizarían entrevistas, evaluacio-
Capítulo 10
234
la atención y un modelo de supervisión de las
Becerra, & Reynoso) y, la otra, Reducción de es-
actividades clínicas de los alumnos se encuen-
trés en pacientes con enfermedad renal crónica
tran documentados en dos guías clínicas, una
(Olvera, Sánchez, Muñoz, Becerra, & Reynoso).
denominada Reducción de estrés en pacientes
con diabetes mellitus (Muñoz, Bautista, Ortega,
tes del modelo de trabajo de MC.
La figura 1 muestra las distintas vertien-
Figura 1 Estrategias y acciones del modelo de trabajo de cara a la COVID-19 en la Residencia de Medicina Conductual de la FES-I
Capítulo 10
235
Supervisión del trabajo online
su desempeño. El supervisor tiene la respon-
El plan de estudios de la Maestría en Psicolo-
sabilidad, a través de los diferentes métodos y
gía y el de la Residencia en MC señalan que
tareas asignadas, de encontrar, valorar y apo-
su propósito es la formación de profesiona-
yar las habilidades inherentes del supervisado,
les capaces de detectar, evaluar e intervenir
buscando favorecer su autonomía en lo con-
en el entorno social complejo y demandan-
cerniente al trabajo clínico, particularmente,
te mediante un plan coherente, articulado y
en la propuesta del trabajo online, cuyos an-
flexible, organizado en torno al desarrollo de
tecedentes se remontan a finales del siglo XX;
competencias in situ mediante la incorpora-
originalmente, se utilizó el término telepsicolo-
ción de los alumnos a programas de residen-
gía, derivado del término telesalud (del inglés
cia con práctica profesional supervisada, en
telehealth) y en este se incluía la supervisión
los escenarios donde se realiza el ejercicio de
de la práctica clínica.
la profesión (Ayala et al., 1998; Reynoso & Se-
ligson, 1988). En esa misma línea, el desarrollo
mite observar la práctica del supervisado in-
de competencias profesionales requiere hacer
dependientemente de la distancia geográfica;
énfasis en las acciones del alumno a partir de
para ello, el supervisor y los supervisados de-
lo aprendido, lo cual resalta la importancia de
ben prepararse para utilizar adecuadamente
realizar práctica en escenarios reales del que-
este tipo de recursos, siempre dentro del mar-
hacer profesional, el cual sostiene el carácter
co ético que rige la profesión. La supervisión
aplicado del plan de estudios y la necesidad de
de actividades clínicas online no dista mucho
contar con un sistema de supervisión3.
de la realizada de manera presencial; compar-
La supervisión tiene como propósito
te las mismas normas éticas (American Psy-
proporcionar al residente de MC estrategias y
chological Association [APA], 2014; Associa-
habilidades teórico-prácticas que favorezcan
tion of State and Provincial Psychology Boards
3
La supervisión por vía electrónica per-
[ASPPB], 2015; Consejo General de la Psicolo-
La supervisión fue concebida originalmente
gía [CGP], 2017; de la Torre & Pardo, 2018; JTF-
como una interacción de aprendizaje centrada
DTGP, 2013; Koocher & Murray, 2000; Wood,
en las competencias del supervisado, donde el supervisor y los supervisados, como equipo de
Miller, & Hargrove, 2005).
trabajo realizan tareas de planeación, dirección
y evaluación de la práctica asistencial de es-
online se deben incluir prácticas sobre el
tos últimos a través del trabajo en actividades
Antes de realizar el trabajo clínico
manejo del equipo tanto para supervisores
clínicas profesionales (detección, evaluación,
como para supervisados, mediante casos
prevención, intervención e investigación) que garantizan la adquisición y el dominio de com-
simulados utilizando el modelo de solución de
petencias profesionales en contextos de salud.
problemas y toma de decisiones, todo ello con
Capítulo 10
236
el propósito de manejar adecuadamente el
Elaboración del protocolo de investigación
ambiente electrónico y tener alternativas para
En este aspecto, el tutor guía y orienta al alum-
la solución de problemas durante la sesión.
no para que realice una revisión exhaustiva del
En una segunda etapa del entrenamien-
proyecto, en términos del marco teórico, obje-
to supervisado, previo al trabajo con pacientes
tivos, metodología, análisis, resultados o avan-
reales, se deberá realizar práctica con casos
ces de los materiales y el reporte. Además, el
simulados en sesiones videograbadas, donde
tutor se encarga de asesorar en la selección del
se incluya juego de roles, con el propósito de
diseño de investigación, análisis de resultados
retroalimentar a los supervisados, además de
y presentación del producto final. Debe reali-
promover en ellos la autoobservación y ejem-
zar una revisión detallada de los avances del
plificar dilemas éticos para el análisis y discu-
proyecto (ortografía, sintaxis, redacción, pun-
sión con el grupo de trabajo. Aunado a lo ante-
tuación, siguiendo los lineamientos de la APA)
rior, en este tipo de práctica deberá resaltarse
y, si tuviere la posibilidad, debiera gestionar
el hecho de que, dependiendo de la tecnolo-
junto con el alumno los recursos, permisos/
gía, algunos comportamientos durante la en-
trámites, espacios y materiales para llevar a
trevista pueden no ser notados, por lo que en
cabo el protocolo y realizará un seguimiento
la supervisión se debe resaltar la necesidad de
de la ejecución. Lo anterior implica que con el
prestar atención tanto a la conducta verbal del
tutor se discuten y se toman las decisiones im-
paciente como al comportamiento no verbal.
portantes sobre aspectos teóricos y metodo-
Una de las resultantes del trabajo a distancia
lógicos de cada estudiante.
permite escuchar más atentamente (Marrow,
Hollyoake, Hamer, & Kenrick, 2002).
académicos deberán ofrecer sugerencias para
En la pandemia, con el propósito de for-
la elaboración del protocolo bajo la examina-
talecer el aprendizaje de los alumnos, la figura
ción de la viabilidad y las necesidades/deman-
de la supervisión se conjunta con la de la tu-
das del contexto, así como sugerir material bi-
toría para ofrecer una guía coordinada con los
bliográfico y de consulta para la elaboración
alumnos; uno de los logros académicos que se
del marco teórico y sugerir el tipo de interven-
han tenido al respecto permitió la conjunción
ción, procedimientos y técnicas que puede
de acciones en pro de los alumnos, particu-
emplear en el tratamiento de la variable psi-
larmente en tres aspectos: (a) elaboración del
cológica elegida en el proyecto, considerando
protocolo de investigación, (b) elaboración de
viabilidad y evidencia de la eficacia en ese tipo
casos clínicos, y (c) elaboración del reporte de
de población.
experiencia profesional.
Paralelo a lo anterior, los supervisores
La vinculación entre tutores y los su-
pervisores académicos se debe dar al menos
Capítulo 10
237
mensualmente; se comentarán los avances
dísticos de los pacientes atendidos —de con-
y se decidirán en conjunto recomendaciones
tar con la posibilidad de ofrecer servicio a dis-
para el alumno.
tancia o presencial—, mientras que los tutores deberán realizar una revisión detallada de los
Elaboración de casos clínicos
avances del reporte (ortografía, sintaxis, redac-
En este aspecto, los supervisores académicos
ción, puntuación, siguiendo los lineamientos
ejercen un papel central, ya que deben facilitar
de la APA).
la construcción del caso, así como entrenar a los alumnos en la ejecución de técnicas, moldear
Conclusiones
y modelar los comportamientos esperados en
A meses del cierre de hospitales y de las ac-
los procesos de evaluación e intervención clí-
tividades presenciales, debemos ser honestos
nica, realizar ejercicios de juegos de rol, exami-
y señalar que, en lo general, no estábamos
nar casos hipotéticos o ya conocidos, sugerir la
preparados para un súbito cambio; que ante-
integración o modificación de técnicas para la
riormente utilizábamos las TIC’s es un hecho
intervención con pacientes con características
demostrable por un proyecto previo de la re-
particulares o en condiciones especiales, ofre-
sidencia, desarrollado en el año 2009, finan-
cer retroalimentación individualizada y sugerir
ciado por la Dirección General de Asuntos del
actividades complementarias en casos nece-
Personal Académico (DGAPA) a través del pro-
sarios, mientras que los tutores podrán sugerir
grama PAPIME denominado “Desarrollo de un
algunos cambios para la mejora de la presen-
sistema de tutoría y supervisión online para la
tación del caso clínico de ser necesario.
residencia en Medicina Conductual” (Proyecto
Cabe señalar que las decisiones clínicas
PE-301409); tras esta experiencia se han uti-
relevantes sobre el caso clínico se tomarán
lizado distintas TIC’s, entre las que podemos
con el equipo de supervisión.
señalar: los bancos de recursos, la videograbación del desempeño de los alumnos en situa-
Elaboración del reporte de experiencia
ciones de evaluación de competencias profe-
profesional
sionales, el uso de un portafolio inicialmente
Este documento conjunta las actividades de-
desarrollado con Moodle®, las aulas virtuales
sarrolladas por el alumno en el transcurso de
de la UNAM, la página web de la residencia4,
su residencia; su elaboración es requisito sine
sitios como Facebook®, Twitter®, Dropbox®,
qua non para la graduación del alumno. Para
Google Drive® para almacenar información y
su correcta realización, los supervisores debe-
ponerla a disposición de alumnos y docentes.
rán guiar y supervisar el avance del reporte, así como realizar la revisión de los reportes esta-
Capítulo 10
4 https://www.medicinaconductual-unam-fesi.org
238
Posteriormente, se utilizó el WhatsApp® como
aseverar que estos últimos podrán ser utiliza-
una forma de mensajería asincrónica y, tam-
dos tanto en ambientes virtuales sincrónicos o
bién, el canal Medicina Conductual Iztacala
asincrónicos, así como en situaciones frente a
en YouTube®5, donde se tienen alojados más
frente con distintos pacientes y sus familiares,
de 100 videos educativos correspondientes a
lo que implica que el trabajo desarrollado no
entrevistas y ejemplos de intervenciones rea-
ha sido únicamente emergente para enfren-
lizadas por alumnos y docentes de distintas
tar la situación de encierro; por el contrario,
generaciones, a los cuales se puede acceder
aumenta su valor agregado, ya que puede ser
libremente.
utilizado en distintos escenarios, a la vez que
Ante el nuevo escenario, el programa
podemos ofrecer el modelo de trabajo para
de MC ajustó sus actividades y realizó accio-
que sea utilizado por otras instituciones, con
nes para garantizar el alcance de sus objeti-
lo cual cumplimos con las funciones sustan-
vos, migrando de la modalidad presencial a la
tivas de nuestra Universidad, las cuales son:
modalidad online, lo cual significó entre otros
la docencia, la investigación y la difusión de la
aspectos: contratar espacio para construir una
cultura.
nueva página web, comprar los derechos de
una dirección de internet6, crear un correo
forma habitual de trabajo se convirtió en una
electrónico para recepción de solicitudes de
tarea ardua, que requirió leer, aprender, propo-
tratamiento7, comprar software y acceso a si-
ner una alternativa de trabajo, entrenar, probar
tios para realizar infografías, trípticos y videos,
materiales, etcétera. En este periodo hemos
diseñar la página y los materiales y, posterior-
visto crecer la oferta de servicios psicológicos
mente, probar su funcionalidad. Eso requirió
online y de inmediato surgen las siguientes
de la creatividad de alumnos y docentes, de
preguntas: Quienes ofrecen este tipo de ser-
distintos ensayos, pruebas y opiniones, lo que
vicio en México, ¿se encuentran preparados
nos permite señalar la necesidad de realizar
para el mismo? ¿cómo fueron entrenados?
trabajo multidisciplinario junto con expertos
¿su formación cuenta con el respaldo de algu-
en diseño, programadores, ingenieros en com-
na institución educativa? Una búsqueda breve
putación, entre otros, para facilitar el trabajo y
utilizando los descriptores <psicólogos online
hacerlo más eficiente.
México> ofreció cerca de 173 000 resultados.
La utilización actual de las TIC’s y la cons-
Al revisar la oferta, ningún psicólogo de los en-
trucción de diversos materiales nos permite
listados que ofrecen servicios online menciona haber estudiado para poder ofrecer este tipo
5 https://www.youtube.com/channel/
de atención; por el contrario, ofrecen distin-
UCuGUYoeylmaTvtR4ePGbmEQ/videos
tas alternativas de terapia al igual que la ofer-
6 https://www.mciztacala.org/ 7 medicinaconductualatizapan@gmail.com
Capítulo 10
El prepararnos para realizar cambios a la
239
ta común, es decir, lo único que hicieron fue
Referencias
trasladar su trabajo hacia la atención online, sin
Aldrete, V.J.A., Chiquete, E., Rodríguez-García,
tener la preparación correspondiente.
J.A., Rincón-Pedrero, R., Correa-Rotter,
Lo anterior nos permite señalar la falta
R., García-Peña, R., … Pedraza-Chávez,
de una legislación sobre el ejercicio de la psi-
J. (2018). Mortalidad por enfermedad
cología (en lo general) y particularmente de los
renal crónica y su relación con la diabetes
servicios online. Para avanzar hacia la regula-
en México. Medicina Interna de México,
ción de dichas actividades se requerirá que las
34(4), 536-550. https://10.24245/mim.
distintas asociaciones de psicólogos propon-
v34i4.1877
gan estrategias para formar y actualizar a sus
American Psychological Association. (2014).
agremiados junto con las instituciones educa-
Guidelines for Clinical Supervision in
tivas, y que la Dirección General de Profesio-
Health Service Psychology. Recuperado de
nes8 norme y vigile sobre el particular.
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supervision.pdf
Las instituciones educativas deberán
colocarse a la vanguardia en términos del uso
Association of State and Provincial Psychology
de diversas tecnologías para la enseñanza
Boards.
(2015).
aprendizaje; las actividades en aula, laborato-
Guidelines for Education and Training
rio y escenarios aplicados deben enriquecer-
leading to Licensure as a Health Service.
se con otras alternativas; para ello, será indis-
Recuperado
pensable que docentes y alumnos adquieran
com/www.asppb.net/resource/resmgr/
conocimientos sobre estos aspectos, con el
guidelines/supervision_guidelines_
propósito de identificar alternativas de uso. Se
for_h.pdf
de
ASPPB
Supervision
https://cdn.ymaws.
deberá favorecer el trabajo multidisciplinario
Ayala-Velázquez, H., Reyes-Lagunes, I., Maco-
para construir escenarios de aprendizaje y de
tela, S., Acle, G., Vázquez, F., Seligson, I., &
oferta de servicios profesionales para el públi-
Reynoso, L., (1998). Proyecto de adecua-
co en general, entendiendo que, a pesar de los
ción del Programa de maestría y doctora-
avances en el número de usuarios de internet,
do en psicología.
existen amplios sectores de la población que
Barak, A., Klein, B., & Proudfoot, J. G. (2009).
no tienen acceso a esta tecnología.
Defining internet-supported therapeutic
8
interventions.
Es función de la Dirección General de Profesio-
Medicine,
nes vigilar el ejercicio profesional, para dar certeza a la sociedad de que quien se ostente como profesionista cumpla con la formación académica necesaria y los requerimientos legales para ejercer una profesión (Secretaría de Educación Pública, 2013).
Capítulo 10
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Capítulo 10
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52,
228-238.
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Reseñas curriculares Coordinadores Mtro. Leonardo Reynoso Erazo
Dra. Ana Leticia Becerra Gálvez
Médico Cirujano y Maestro en Modificación
Licenciada y Maestra en Psicología con Resi-
de Conducta por la Universidad Nacional Au-
dencia en Medicina Conductual por la Facul-
tónoma de México (UNAM); miembro de la
tad de Estudios Superiores Iztacala, Universi-
Society of Behavioral Medicine, de la Ameri-
dad Nacional Autónoma de México (UNAM).
can Psychological Association, de la Society
Doctora en Psicología por la Universidad de
for Neuroscience y de la Sociedad Mexicana de
las Américas de la Ciudad de México. Profe-
Análisis de la Conducta (SMAC); coordinador
sora Asociada “C” de tiempo completo en la
de la residencia en Medicina Conductual de la
Facultad de Estudios Superiores Zaragoza en
FES Iztacala UNAM. Es autor, entre otros, de
el área de Psicología Clínica y de la Salud. Su-
los siguientes libros: Cuide su corazón, Psico-
pervisora y tutora en la Maestría en Psicología
logía y Salud, Psicología clínica de la salud: un
con Residencia en Medicina Conductual de la
enfoque conductual, Electrocardiografía, Sis-
FESI-UNAM. Colaboradora y responsable en
tema Cardiovascular, Diabetes tipo 2 en niños:
diversos proyectos de PAPIME desde 2007 a
alternativas de prevención, Hipertensión arte-
la fecha. Consultora de la Entidad de las Nacio-
rial: Manual de intervenciones en actividad físi-
nes Unidas en México, ONU-Mujeres. Docen-
ca, alimentación y solución de problemas para
te en cursos y diplomados en Terapia cogniti-
niños, Medicina Conductual: teoría y práctica y
vo-conductual. Autora de artículos publicados
Trastorno de estrés postraumático en adultos.
en revistas nacionales e internacionales. Coor-
Intervención cognitivo conductual para vícti-
dinadora del libro Medicina Conductual: Teo-
mas de sismos.
ría y Práctica y coautora del libro Trastorno de estrés postraumático en adultos. Intervención cognitivo conductual para víctimas de sismos.
245
Autores Ha formado alumnos de licenciatura, maestría
Dra. Sandra Angélica Anguiano Serrano
y doctorado. Ha publicado tres artículos en reMaestra en Modificación de Conducta por la
vistas de circulación nacional, 80 en revistas
Universidad Nacional Autónoma de México
internacionales, un libro nacional, cuatro inter-
(UNAM) y Doctora en Psicología Clínica y de la
nacionales y 26 capítulos en libros. Tiene más
Salud por la Universidad de Granada. Docen-
de 800 citas. Ha participado en la revisión y
te en la Licenciatura de Psicología en el área
actualización de programas académicos, en
clínica (teoría y práctica) y tutora de la Maes-
70 dictámenes de artículos, en la evaluación
tría en Psicología con Residencia en Medicina
de proyectos SEP-CONACyT y en asesoría es-
Conductual de la FESI-UNAM. Miembro del
pecializada a proyectos de investigación. Ac-
Subcomité de Ética de la carrera de Psicología
tualmente, es profesor Titular B en el área de
en la UNAM FES Iztacala. Miembro del comi-
Investigación y Posgrado de la FES Iztacala,
té editorial de la Revista de Psicología Con-
UNAM. Línea de investigación: neurobiología
ductual. Secretaria general de la Asociación
de la neurodegeneración.
Iberoamericana de Psicología Clínica y Salud (APICSA). Principales líneas de investigación:
Dra. María Cristina Bravo González
la psicología clínica y de la salud, la enseñanza de la ética en el nuevo plan curricular de la ca-
Maestra en Psicología con la Especialidad en
rrera de Psicología en la FES- Iztacala y medi-
Medicina Conductual y Doctora en Psicología
cina conductual en el ámbito hospitalario.
por la Universidad Nacional Autónoma de México. Profesora Asociada “C” de tiempo completo. Tutora, supervisora y docente en la Resi-
Dra. María Rosa Ávila Costa
dencia en Medicina Conductual, perteneciente Licenciada en Psicología, Maestra en Neuro-
al programa de Maestría en Psicología Profe-
ciencias y Doctora en Ciencias Biológicas por
sional, UNAM. Profesora en el área de Psico-
la Universidad Nacional Autónoma de México
logía Clínica en la FESI entre 2004 y 2011;
(UNAM). Galardonada con la medalla Sor Jua-
profesora de Metodología en Salud a nivel li-
na Inés de la Cruz en 2007 y con el premio
cenciatura desde 2019 en la FESI. Directora
Estatal de Ciencia y Tecnología en el área de
y asesora de tesis de licenciatura y maestría.
Ciencias de la Salud en 2011. Miembro del Sis-
Colaboradora en diversos proyectos de inves-
tema Nacional de Investigadores, Nivel I. Res-
tigación como PAPIIT, PAPIME y PAPCA. Res-
ponsable del Laboratorio de Neuromorfología.
ponsable académica del Diplomado de Tera-
246
pia cognitivo conductual impartido en la FESI
licenciatura y posgrado en la FESI-UNAM. Ha
desde 2011; responsable de la Estrategia de
sido docente a nivel privado y, actualmente,
Atención Psicológica con Enfoque Cognitivo
es profesor de la Licenciatura en Psicología, la
Conductual en CAOPE. Coautora de diversos
Residencia en Medicina Conductual, la Espe-
artículos y capítulos de libros en textos espe-
cialización en Enfermería Nefrológica y la Es-
cializados; conferencista, ponente y tallerista
pecialización en Enfermería y Salud Laboral.
en congresos especializados y en eventos de
Principales líneas de investigación: percepción
divulgación.
sobre la enfermedad, creencias sobre el tratamiento y adherencia al tratamiento farmacológico en pacientes con enfermedades crónicas;
Mtra. Guadalupe Arely Hernández Gálvez
conducta de pica en pacientes con enfermeLicenciada en Psicología con Mención Honorí-
dad renal crónica; estilos de vida y riesgos a la
fica por la Facultad de Psicología de la Univer-
salud en estudiantes universitarios; y estudios
sidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
sobre la COVID-19 en México: percepción so-
Maestra en Psicología con Residencia en Me-
bre la enfermedad e intención de vacunación.
dicina Conductual por la FESI-UNAM. Con Di-
En estas áreas de trabajo ha publicado 17 artí-
plomado en Cuidados Paliativos en Oncología,
culos, cinco capítulos de libro y es coautor de
en el Instituto Nacional de Cancerología (IN-
un libro.
Can). Se ha desempeñado primordialmente en la atención psicológica de pacientes con dolor
Mtro. Roberto Miguel Corona
crónico y en cuidados paliativos. Actualmente, labora como docente en la Universidad de
Licenciado y Maestro en Psicología con Re-
Puebla (UniPuebla). Ha participado en diver-
sidencia en Medicina Conductual por la Uni-
sos congresos nacionales e internacionales y
versidad Nacional Autónoma de México, FES
ha publicado artículos en revistas indizadas y
Iztacala. Profesor de la carrera de Psicología en
de divulgación.
la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, en el ámbito salud, tradición conductual, cognitivo-conductual e interconductual. Profesor del
Dr. Isaías Vicente Lugo-González
Programa de Maestría y Doctorado en PsicoloLicenciado, Maestro y Doctor en Psicología,
gía de la UNAM, en la Residencia en Medicina
especialista en Medicina Conductual por la
Conductual FES-Iztacala. Ponente en el diplo-
Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la
mado en Terapia Cognitivo-Conductual en la
Universidad Nacional Autónoma de México
FES-Iztacala. Principales líneas de investiga-
(FESI-UNAM). Profesor de asignatura a nivel
ción: psicología y salud, medicina conductual,
247
factores psicológicos en población oncológica,
Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco
adherencia terapéutica, estrés y afrontamien-
(UAM-X). Profesora de Tiempo Completo de
to, formación de terapeutas bajo la terapia
la Carrera de Psicología, en el área Psicología
cognitivo-conductual.
Clínica y Salud de la FES-Z, de 2014 a 2016 ocupó la Jefatura de la Carrera de Psicología de la FES-Z. Posee estudios en Terapia cognitivo
Dra. Yuma Yoali Pérez Bautista
conductual. Ha publicado artículos en revistas Licenciada y Doctora en Psicología por la Fa-
científicas y capítulos de libros sobre temas de
cultad de Estudios Superiores Iztacala, Uni-
psicología clínica y salud. Principales líneas de
versidad Nacional Autónoma de México (FE-
investigación: estrés y salud; cuidado informal
SI-UNAM). En su experiencia profesional,
de personas en condición de dependencia;
laboró en el campo de la investigación de mar-
envejecimiento activo; estilo de vida saluda-
keting desde una perspectiva psicológica con
ble y calidad de vida; psicología hospitalaria;
el empleo de herramientas de retroalimen-
formación de competencias transversales en
tación biológica, informáticas y tecnológicas.
profesionales de la salud, entre otras.
Actualmente, es Técnico académico asociado C Tiempo Completo, adscrita a la División de
Mtro. Antonio Rosales Arellano
Investigación y Posgrado de la FESI-UNAM. Su trabajo de investigación se centra en per-
Licenciado y Maestro en Psicología con resi-
sonas sordas usuarias de la lengua de señas
dencia en Medicina Conductual por la Univer-
mexicana, diseño y evaluación de programas
sidad Nacional Autónoma de México, FES Iz-
de intervención asistidos por software y pro-
tacala. Profesor de asignatura de la carrera de
moción de conductas saludables.
Psicología ámbito clínico tradición conductual, cognitivo conductual e Interconductual. Colaborador en el proyecto “Factores Psicológicos
Dra. Bertha Ramos Del Río
Asociados con el control del peso corporal”. Licenciada en Psicología por la Escuela Nacional de Estudios Profesionales Zaragoza,
Mtra. Diana Salazar Díaz
ahora Facultad de Estudios Superiores Zaragoza (FES-Z), Maestra en Psicología General
Licenciada en Psicología con Mención Ho-
y Experimental con énfasis en Salud por la
norífica por la Facultad de Estudios Superio-
Facultad de Psicología, Universidad Nacional
res Iztacala, Universidad Nacional Autóno-
Autónoma de México (UNAM). Doctora en
ma de México (UNAM). Maestra en Psicología
Ciencias en Salud Colectiva por la Universidad
con residencia en Medicina Conductual por
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la UNAM. Ha participado como ponente en
Mtra. María Isabel Vázquez Mata
Congresos Nacionales e Internacionales. Participó en la publicación del artículo “Medici-
Licenciada y Maestra en Psicología con resi-
na Conductual: trabajo en la clínica del dolor
dencia en Medicina Conductual por la Univer-
del Hospital Juárez de México”. Ha participado
sidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
como ponente en 10 cursos, así como en el 4°
Docente del posgrado en la Universidad Justo
y 5° Curso Anual para cuidadores de pacientes
Sierra desde 2011 y actualmente de la Uni-
crónicos del Hospital Juárez de México, Taller
versidad Panamericana. Autora de artículos
de Cómo dar malas noticias y habilidades de
en revistas como Journal of Behavior, Health
comunicación en la relación médico-paciente,
& Social Issues, Revista Mexicana de Trasplan-
Taller de Métodos psicoterapéuticos del dolor,
tes, Revista Mexicana de Investigación en Psi-
Taller de Control de estrés, ansiedad en médi-
cología. Coautora en capítulos de libro sobre
cos residentes, entre otros.
enfermedad renal y trasplantes. Miembro del comité de ética de la Secretaría de Salud, de la Sociedad Mexicana de Trasplantes y del Sis-
Mtra. Cintia Tamara Sánchez Cervantes
tema Mexicano de investigación en PsicoloLicenciada y Maestra en Psicología con re-
gía. Se ha desempeñado como psicoterapeuta
sidencia en Medicina Conductual por la FES
cognitivo conductual en la práctica privada. Ha
Iztacala, Universidad Nacional Autónoma de
laborado en instituciones del sector público
México (UNAM). Cuenta con algunas publica-
como coordinadora de donación de órganos
ciones en el área de medicina conductual. Ha
y tejidos en diversos hospitales del Instituto
sido supervisora in situ del Posgrado en Medici-
Mexicano del Estado del México, procuradora
na Conductual, con sede en el Hospital Juárez
de tejidos en el Banco de Tejidos del Estado
de México. Actualmente, es psicóloga adscrita
de México, Coordinadora Normativa adscrita
al servicio de Salud Mental del Hospital Juárez
al Centro Nacional de Trasplantes de la Secre-
de México, en el que colabora en la atención
taría de Salud.
psicológica de pacientes con enfermedades crónico-degenerativas y sus familiares. Tam-
Mtro. Aarón Villegas Cisneros
bién, colabora en la atención psicológica de pacientes hospitalizados con sospecha o diag-
Licenciado y Maestro en Psicología con resi-
nóstico confirmado por COVID-19, en dicho
dencia en Medicina Conductual, por la Facultad
nosocomio.
de Estudios Superiores Iztacala (FES Iztacala), Universidad Nacional Autónoma de México
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(UNAM). Doctorante del posgrado en Psico-
la salud, ha colaborado en el Instituto Mexi-
logía y Salud (UNAM). Diplomados en Evalua-
cano del Seguro Social (IMSS) proporcionan-
ción psicológica integral, Pruebas psicométri-
do terapia cognitivo-conductual, diseñando
cas y Terapia cognitivo conductual, Evaluación
y aplicando intervenciones psicoeducativas a
educativa, y Sexualidad humana. Cuenta con
pacientes crónico-degenerativos. En el área
9 años de experiencia clínica a nivel privado,
académica, se ha desempeñado como docen-
ha sido terapeuta conductual de personas con
te a nivel licenciatura en universidades priva-
discapacidad intelectual y trastornos psiquiá-
das. Actualmente, es profesor de asignatura en
tricos en instituciones privadas. En el área de
la FES Iztacala (UNAM).
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Revisores Dra. María Luisa Ávalos Latorre
Dr. Everardo Camacho Gutiérrez
Licenciada en Psicología, Maestra en Ciencias
Licenciado en Psicología por el Instituto Tec-
del Comportamiento con opción en Análisis
nológico y de Estudios Superiores de Occiden-
de la Conducta y Doctora en Psicología. Profe-
te (ITESO), Maestro y Doctor en Análisis de la
sor Investigador en el Centro Universitario de
Conducta por el Centro de Estudios e Investi-
Tonalá, Universidad de Guadalajara. Miembro
gación en Comportamiento de la Universidad
del Sistema Nacional de Investigadores Nivel
de Guadalajara. Co-coordinador de la Red Na-
I, Perfil PRODEP. Co-coordinadora de la Red
cional de Investigación en Procesos Psicoso-
Nacional de Procesos Psicosociales, Clínica y
ciales, Clínica y de la Salud, del Sistema Mexi-
Salud del Sistema Mexicano de Investigado-
cano de Investigadores en Psicología. Profesor
res en Psicología. Coordinadora de la Red de
investigador emérito en el ITESO y miembro
Cuerpos Académicos Educación, Salud y So-
del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel
ciedad Sustentable.
I. Co-coordinador de los libros Estrés y Salud, Alternativas psicológicas de Intervención en problemas de Salud, Autocuidado de la Salud y Autocuidado de la Salud II. Principales líneas de investigación: estrés y comportamiento social.
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Qartuppi, S. de R.L. de C.V. está inscrita de forma definitiva en el Registro Nacional de Instituciones y Empresas Científicas y Tecnológicas (RENIECYT) con el número 1600052. Qartuppi, S. de R.L. de C.V. es miembro activo de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) con número de registro 3751.
MEDICINA CONDUCTUAL: Avances y Perspectivas Esta obra se terminó de producir en julio de 2021. Su edición y diseño estuvieron a cargo de:
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MEDICINA CONDUCTUAL: Avances y Perspectivas ofrece una visión con la que se pretende proporcionar al lector herramientas que permitan la adecuada evaluación e intervención sobre comportamientos desadaptativos en diversos padecimientos crónico-degenerativos y en distintas etapas del desarrollo del ser humano. Se resalta la importancia del trabajo del psicólogo, particularmente en personas con enfermedad crónica, empleando un modelo de atención multidisciplinaria y ofreciendo distintas estrategias de evaluación e intervención para su uso en el contexto hospitalario y más allá.
ISBN 978-607-8694-13-6