Alcides d'orbigni

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o

CARMEN

Fundada

en noviembre

DE

PATAGONES

de 1780 por un grupo de colonos galenses que el año anterior se hablan establecido donde hoy está abandonar su fundación primitiva, en la época de D'Orbigny tenia 300 habitantes. .

Viedma

y

tuvieron

que


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ALCIDES D'ORBIGNI, ETNOGRAFO . ,~.

Nota sobre la vida individual y familiar de los Patagones.

por ENRIQUE la historia d~ las ciencias, pocas veces le ha sido dado a un solo individuo encontrarse en presencia de un número tan grande hechos nuevos como aquellos que encontró a su paso Alcides d'Orbigni. Pero, bueno es advertido, el milagro de documentación que realizó en su obra monumental "Voyaje dans l'Amerique Meridionale" no es el producto de la sola circunstancia de dar, de pronto, con un mundo casi 'de'sconocido para la ciencia moderna, 'entonces naciente, sino, principalmente, también un resultado de su genio multiforme que nos dió-ideasfundamentales sobre la estructura geológica del continente, la clasificación de la flora y la fauna y, por fin, sobre el hombre. Hoy, gran parte de estas concepciones han sido mejoradas, otras están invalidadas pero todas fueron, para su tiempo, suficientes .Y llenaron su época. Sin embargo, si la obra de D'Orbigni en su parte teórica y aÚNen lo que concierne a la observación fué ya mejorada por la posibilidad siempre existente de repetir las observaciones sobre la misma naturaleza que el viajero vió, no puede decirse lo mismo' de sus notas etnográficas, hoy clásicas y singularmente valorizadas por la doble condición de ser hechas sobre pueblos extinguidos en gran parte y estar realizadas con una amplitud, objetividad y precisión que poco, muy poco, les falta para poder decir de ellas que llenan los más exigentes postulados de la etnografía moderna; bajo este aspecto dos tomos de la obra mencionada, el IV ("L'home americain ") y el II ("Rélation historique du Voyage"), contienen verdaderos tesoros de observación. Su clasificación de los indios de américa puede verse en el siguiente cuadro:

E

N

,

Razas Ando- { Peruana

Ramas Peruana Anti Araucana

Razas

Ramas

{ Pampeana Pampeana Chi9uitana

Brasilia - guaraní. Naciones guaranÍ - botocud~.

MOJO

PALAVECINO Si la distribución de las ramas es hoy en parte seriamente obietable su visión de tres razas fundamentales es una adquisición definitiva en el orden de la antropología física a los cuales se han agregado dos grupos más de igual valor: los Centralidce (Chibchas, etc.) y' los Lagidae (Lagoa Santa y emparentados, - Vide: van Eicksted t - Rasenkunde und Rassengeshichte der Menschheit Stutgart 1934, p. 720 y siguientes. Pero no es mi propósito referirme aquí a la totalidad de sus observaciones; para documentar su valor general' y su precisión voy a extractar o reproducir las que se refieren a la vida individualy familiar de los legendarios patagones, hoy desaparecidos casi totalmente, por lo menos como entidad cultural. D'Orbigni tuvo oportunidad de ver a estos indios durante un viaje hecho al río Negro en el que residiendo en Carmen de Patagones, hizo excursiones por los alrededores de aquella colonia, visitando a los indios Aucas, Puelches y Patagones que por allí merodeaban; fué allí donde el gran naturalista francés recogió, sobre la distribución geográfica de estas tribus datos preciosos sin los cuales aún estaríamos en los que nos dejaron las nociones oscuras y contradictorias de Falkner. En esta parte de su obra, acaso más que en ninguna otra, es donde se muestra, además del observador científico al hombre a través de la simple relación y comentario de los episodios bélicos del sitio y ataque a Carmen de Patagones por los indios, en los que actuó como combatiente y consejero sagaz y sereno, aunque no siempre escuchado. Antes y' después de estos azares de la vida de frontera, D'Orbigni trató de cerca a los Patagones a los 'que dedicó algunos capítulos. La vida del individuo está minuciosamente descripta. En el nacimiento .la madre es asistida por


.t ••

PATAGONES

y

AUCAS EN TRAJE

DE GUERRA

Largas lanzas, espadas, arcos y flechas, junto con la temible bola!perdida de los Patagones eran las armas ofensivas en aquel tiempo, en tanto que camisas de cuero doblado y fuertes sombreros del mismo material eran protección suficiente contra las armas punzantes o cortantes .

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,o

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O> 00 PARTIDA

La seĂąal de partida,

dada

DE

PATAGONES

A

SAN

JAVIER

por el cacique, signifiCaba el comienzo de una gran actividad; captura de caballos. desarme de toldos yempaquetamiento de objetos domĂŠsticos por la mujeres, atalaje y carga de los caballos y por fin la salida.

(JO


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REVISTA GEOGRAFICA AMERICANA

.una hechicera. y con este motivo a vec"eshay fiestas, cantos y bailes y conjures para el espíritu maligno, llamado Achekenat Kanet. El niño Iacta hasta lá edad de dos años y a los seis o siete ya sabe andar a caballo sobre animales mansos; jamás se le contraria, y no se .le castiga por nada; algunos años después comienza a salir de eaza con su' padre y aprende a manejar las boleadoras y el arco y la flecha; las actividades propias de su condición de hombres poco a poco llenan su' vida pero no es hasta bastante tiempo después que van a la guerra en la cual ya han participado de lejos, con las mujeres ayudando a arrear los ganados que constituyen el botín; recién a los diez y ocho años o más comienzan a batirse por su cuenta cumpliendo con este hecho su última promoción.' Las jóvenes siguen un aprendizaje análogo gradual durante el cual se les enseña a realizar las tareas domésticas; _" al llegar a la pubertad se realiza una ~ - curiosa fiesta: .~;¡ ,- "La joven comunica a su madre o a su ~ás próxima'PMiente su nuevo estado; éste lo advie~t'e al jefe de la famiíia; quien, de inmediato, mata a su yegíi~ más gorda a fin' de obsequiar a sus amigos. La joven es colocada en el fondo de un toldo llamado "hueteruca" separado de los otros y decorado a tal efecto, y allá, sobre una especie de altar, ella recibe sucesivamente la visita de todos los indios e indias que vienen a felicitarla por ser ya mujer y a recibir un pedazo de carne de yegua que guarda proporción con su rango y grado de parentesco. Tan pronto como todos los visitantes han llegado y nadie ignora en la tribu que la joven india es núbil, se la sienta sobre una manta de lana, que su madre toma por delante y §~ más próximo pariente por detrás y así Ievantada se la pas~a, en tanto que una. vieja, que realiza; las funciones de' adivina o sacerdotisa, marcha a la cabeza cantando, sin duda .para conjurar el espíritu maligno. Este cortejo se encamina lentamente a un lago vecino, sin que nadie lo siga, la sacerdotiza entra primero en el agua,

toma un poco y la arroja al aire hablando largo rato, sin duda para pedir al dios del mal la protección para la joven india en la nueva posición que. va a ocupar en el mundo. Las otras mujeres entran también en el lago: terminado el conjuro sumergen tres veces a la joven, la enjugan bien, extienden algunas veces piezas de tejido en tierra sobre la ribera, la acuestan cubriéndola con sus mejores prendas; luego, más tarde, cuando la sacerdotiza ha terminado sus plegarias, la neófita vuelve a la toldería, donde' debe jugar un rol". (D' Orhigni, ob. cit., t. 11, 177.) Las dos ceremonias descriptas por D'Orbigni son en esencia iguales y sólo difieren en detalles de cierta importancia como ser el rito de las carreras fatigantes que tiene su paralelo con las iniciaciones de varones en otras partes de S. A. donde se estila el suplicio del iniciando, con flagelaciones, ayunos y enclaustramientos. Esta última forma es, sin duda, la más completa en tanto que la segunda parece más reciente y algo modificada. Es recién a partir de este momento que una mujer se considera apta para el matrimonio. En lo que se refiere a los hombres, entre los patagones, D'Orbigni dice: "Jamás un indio se casa antes de haber hecho sus pruebas en la caza y en la guerra.: y por eso permanece soltero hasta los veinte años, buscando hasta entonces crearse una reputación de guerrero, o reunir en las invasiones, bastantes riquezas para obtener una mujer; porque no basta ser amado por una joven, es necesario además tratar con la familia. Es por eso que el pretendiente está obligado a hacer regalos a los padres de ella, que, a menudo, fijan el precio que desean por su hija y si éste no está por encima del monto de su fortuna todo se arregla fácilmente, entendiendo que la conducta pasada de la futura no entra en juicio. La esposa no está obligada sino a ser fiel a su marido". (D' Orhigni, t. 11, p. 179 . "Sólo las viudas y las huérfanas pueden disponer de sí mismas y casarse con quien mejor les parezca", pero fuera


1I0,\\BRE

POCOS documentos

iconográficos

Y ,\IUJERES

PATAGO

ES

de los Patagones pueden compararse a éste en valor ilustrativo de su vestimenta, tado, Que las mujeres -lleva n con el pelo hacia afuera y los hombres hacia adentro.

Nótese

el manto, de pieles pin-


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GEOGRAFICA

AMERICANA

de. este caso, "Ia mujer es un simple luciendo todas sus riquezas a los OJos .medio de enriquecimienj o de los pa-· de las ve~inas. dres mediante el precio que se paga en La familia, entre los patagones fué caballos u otros bienes; la "venta." no fundamentalmente monogámica, sin em. se efectúa sino después de un largo rebargo, a menudo, un hombre tomaba gateo y es así como muchos indios pootra mujer a modo de concubina pero bres, que no han tenido habilidad para la primera era siempre la mujer legitima, al respecto dice D'Orbigni: "Algunos procurarse botín en la guerra, que es su gran fuente de recursos, 'permanecen Patagones me han asegurado que tomuchos años solteros. He aquí una víman una mUJer por esposa o por concuvida descripción de la ceremonia matribina; en el segundo caso pueden abanmonial: ((Cuando las partes están de donada cuando les parece bien, pero que no. hay ejemplo de este abandono acuerdo, la madre de la futura y sus amigas construyen el toldo de matrisi nacen hijos; las indias son, al tiempo, compañeras laboriosas y fieles, viven monio que debe ocupar la nueva pareja: se encierra en él a los dos esposos; en buena inteligencia con sus maridos, luego, todos los adivinos y parientes se que las protegen hasta la vejez más avanzada y las tratan con mucha dulreunen en torno. Los adivinos comienzura". (D' Orbigni, II, 180). zan a, dar consejos al marido sobre la conducta que debe seguir con su mujer Solía ocurrir que, cerrado el trato de y sobre sus deberes; luego hacen lo adquisición de una mujer, ésta no sentía inclinación por esposo, "no puede, mismo con ella predicándole, sobre toembargo, dice D'Orbigni, resistir do, la sumisión, que es la principal vir- 'sin tud que se le exige en su nuevo estado: las órdenes de su padre pero si ella insiste en no acordar nada a su marido, Una .vez que todos los consejos han sido éste no emplea jamás malos tratos dados, los adivinos jun.to con los papara contrariarla; cansado de su obsrientes cantan y danzan en torno a la tinación, la devuelve a sus padres o la tienda, ejecutando una música diabóvende al hombre que ella prefiere". lica con grandes calabazas, o soplando en grandes coquillas. Los hombres en (D' Orbigni, II, 180). El adulterio no era' desconocido: este intervalo, encienden un gran fuego "Cuando una mujer se escapa de la y hacen asar carne, de la que ofrecen, tienda de su marido, para unirse a un de tiempo en tiempo, a pedacitos, a los amante adorado y vivir con él, el esesposos, haciéndoles nuevas recomendaposo, si es de un rango superior, o si ciones. La noche se pasa así; y a la tiene amigos más poderosos que el rapmañana siguiente no se consideran defitor, se hace devolver la mujer, pero si nitivamente casados hasta que todos los por el contrario éste es de posición más habitantes de la toldería los han visielevada el marido debe ver pacientetado en el lecho. En seguida la nueva mente arrebatarse su compañera sin esposa gusta adornarse con todo lo más lamentaciones". (D'Orbigni, II, 180). precioso que ella ha recibido de su maTales son, presentadas en mínima rido: así se pone sus grandes aros y, parte, las observaciones etnográficas de la mayor alegría que ella puede expeAlcides D'Orbigni, en los párrafos prorimentar, es si su marido, imitando a fusamente transcriptos. Su simple leclos aucas, le ha regalado un casquete de tura es suficiente para persuadimos de cuentas de vidrios de color, enfiladas que sus notas honrarían la libreta de en tendones de avestruz y reunidas en una red, ponérselo. Entonces recibe la cualquier etnógrafo moderno, a pesar de que fueron hechas en el año 1829, visita dé otras mujeres y de jóvenes de en medio de las grandes conmociones ,su sexo que la admiran. Sus alhajas políticas que agitaban a la joven naconsisten en' bujería de vidrio. Si tiene ción que 'en esos momentos recorría el un caballo, lo ensilla, lo adorna ~on togran viajero francés. do lo que posee, y va así a pasearse"

su

l·.


I

AUCAS

y

SUS

TOLDOS

EN

BAHÍA

BLANCA

D'Orbigni llamó Aucas a los indios de habla araucana que habitaban parte de las pampas y valles cordillera nos, adoptando así, aunque restr ingiéndola, la denominación popular entonces, pero se cuidó bien de señalar que estos Aucas de vida nómade se diferenciaban de los Araucanos de Chile, agricultores y sedentarios.


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