REVI GEOGRA MERICA MENSUAL
ILUSTRADA,
JULIO DE 1942
Año IX-Vol. XVIII
Núm. 106
PRINCIPALES ARTlCULOS DE ESTE NUMERO Bahía Blanca: ciudad optimista De Belem do Pará a Caracas La docta cultura de Charcas (Sucre) México
I
país de contrastes
El calendario azteca
EL SUMARIO DETALLADO ESTA EN EL INTERIOR DE LA TAPA
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Bahía. Blanca: ciud~d ";
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De Belem do Pará a Caracas, La docta Notas
CONTIENE
y Noticias
cultura
sobre
México,
de Charcas
(Sucre),
ilustraciones
con e/ieciocho
HAMMERLY
A. PEREZ V ALIENTE ilustraciones
azteca,
DUPUY
DE MOCTEZUMA
Dr. GERMAN
las Canarias
OROSCO
A TILlO
país de contrastes,
El calendario
DANIEL
con quince
Lic. PABLO
con ocho ilustraciones
con dos ilustraciones
MORRIS
C. DE GANTE
ALFREDO
TAULLARD
MUNDO Y REVISTAS En el país de los sacerdotes del Diablo, por Quenti" los estudios de Keith, por Guido Londra.
Roosevelt
-
Genealogía
Humana: confirmación reciente a
MUNDO Y LIBROS River 01 ruins, por Louis J. Halle Ir, - Mexican de Turquía, por Crist6bal e/e Villa/6n - "Papel, por el Dr. Jort}e Cornejo Bouroncle - Manual e/e Mones Ruiz - La distribución geográfica de y G. Cobas - Estadística industrial de 1939 - "Anais do Mustu Historico Nacional", vol. general del primer certamen de la Exposición de
"La
plaza
Government Publications, por Annita Me/vil/e Ker - Viaje Libro, Revi,to", N°' 1 y 2 - La idolatría en el antiguo Perú, de Geografía General. Asia y Africa, por Primavera Acuña los quebreehales en la prov. de Santa Fe, por A. E. Ragonese Historia e Instrucción Cívica para 5° grado, por Pablo E. Mora l° - Ethnolo9Y of Easter Island, por Alfred Métraux - Guie la Patagonia. .
. UN CUADRO A TODO COLOR de Mayo en 1840", óleo de Léonie
Matthis
60 ilustraciones -Propiedad
Artística
y Literaria - Registro Nacional de la Propiedad Intelectual y dibujo de la tapa registrados bajo el No 161.245.
Año IX -Vol. XVIII
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Núm. 106
JULIO 1942
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AÑO IX - N° 106
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REVISTA GEOGRAFICA AMERICANA-
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Director
BAHIA BLANCA: CIUDAD OPTIMISTA Bahía Blanca es un poderoso centro económico de atracción y de irradiación cuyo alcance se extiende a una vasta zona de la República; con justicia fué llamada el Liverpool argentino
por DANIEL
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HAMMERL Y DUPUY
labrar un acta que encabeza con la del Desierto que se extendía expresión que era todavía una esperanpor las planicies pampeanas bonaerenses, en sus mismos con- za a realizar: "En la Fortaleza Protectora Argentina"... De este modo fines se hallaba un rincón, accesible el jefe de las fuerzas expedicionarias. a los pocos navegantes que surcaban el Atlántico austral. Allí se escondía ostentaba la certeza de que la misión que se le había confiado llegaría a su una bahía estratégica que fué ignorada feliz cristalización. El optimismo del por muchos siglos: la bahía Blanca. fundador se trasunta en las siguientes La vasta travesía del desierto; mar de palabras que figuran en la misma acta tierras de los aborígenes indómitos, transformaba aquellas apartadas regio- histórica: ". _.está llamado a ser algún nes en una meta lejana y peligrosa. día uno de los establecimientos de más Como los famosos pobladores del interés para la provincia de Buenos Aires". En el diario daba Estomba al Far West norteamericano, el "desierfuturo puerto el nombre de "Puerto to" sólo fué un desafío para las personas de la Esperanza". de arrojo pues era necesario disputarle La denominación del futuro poblado la ruta a los -indios que tenían una iba a metamorfosesrse por el optimismo fortaleza inexpugnable en la Sierra de la Ventana. Cada legua que se aleja- . de los hombres de la época que vislumban de Buenos' Aires acrecentaba las bró la importancia del paso dado al dilatar las fronteras de la civilización dificultades de poder retornar sano y hasta el Atlántico. Al acusar recibo salvo. Esa marcha hacia el sur tuvo también, a la larga, su California en el del diario de la Expedición, Balcarce firmó la siguiente nota; en calidad de valle fecundado del río Negro. ministro de Guerra y Marina, el día La "Nueva Buenos Aires" 3 de mayo de 1828: "Acusen recibo: felicítesele por lo breve y acertado de Cuando la expedición colonizadora eligió el emplazamiento del fortín que las marchas y disposiciones que todo lo esperaba el Gobierno de su celo y debía expresar la afirmación de la sobey conocimientos, que se ranía nacional en los confines del de- actividad, sierto, el Coronel Ramón Estomba hizo aprueban los nombres puestos a la Lsur
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(foto "La
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Una vista aérea de Bahía Blanca. La profecía de Pellegrini: " ... antes de cien años será una ciudad floreciente", se ha cumplido en todo sentido
Fortaleza y Puerto, que la población debe llamarse "Nueva Buenos Aire/', que haga entender a los Jefes y Oficiales y tropas la satisfacción que siente el Gobierno de ver e! celo con que secundan sus deseos al haber puesto en sus manos una empresa tan importante de que ellos serán los primeros en reportar las ventajas. Expídasele despacho de Corone! a More!, y remítase con oficio separado. Avísese al Comisionado que e! que contrató e! buque , para Bahía Blanca ha quedado e! trece del pasado libre del compromiso habiendo dejado concluí do y lleno su empeño; que si hay algunos oficiales que hayan contraído un mérito particular, lo avise y proponga. Balcarce": Casi a la sombra de los muros de la fortaleza fueron levantándose los primeras moradas de la "Nueva Buenos Aires". Frente al aborigen hostil los límites de la ciudad, trazados por e! ingeniero Parchappe, resultaban temerarios. Por esta razón los ranchos de las mujeres de los soldados estaban alineados a corta distancia de los bastiones. Las primeras casas de extramuros fueron las de los mayores Morel y Molina. Llamaban igualmente la atención el campamento de prisioneros portugueses y e! rancho de! teniente Cue!is.
En ese ambiente de frontera pronto hicieron su aparición las pulperías donde todo era escaso excepto los licores. El crecimiento de la población se realizaba con lentitud. Tal vez se deba a tal circunstancia e! hecho de que el título de "Nueva Buenos Aires" cayera en desuso para dar lugar al antiguo nombre, por el cual era conocida la región. Cuatro años llevaba de fundada la fortaleza cuando Carlos Darwin la visitara en su viaje de circunnavegación. Sus impresiones no fueron muy agradables, a juzgar por sus palabras: "Bahía Blanca apenas si merece e! nombre de ciudad. Un profundo foso y una muralla fortificada rodean algunas 'casas y los cuarteles de tropas. Este establecimiento es recientísimo (1828) y, desde que existe, la guerra ha sido continua en los alrededores. El Gobierno de Buenos Aires ha ocupadc injustamente esos terrenos en vez de seguir e! prudente ejemplo de los virreyes españoles, que habían adquirido a los indios las tierras que rodeaban e! establecimiento de R~o Negro, más antiguo. De ahí la absoluta necesidad de las fortificaciones; de ahí. también el pequeño número de casas y la escasa extensión de las tierras cultivadas más allá de las murallas; e! ganado vacuno
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El espléndido edificio del Banco de la Nación, en BaMa Blanca
mismo no está a cubierto de los ataques de los indios más allá de los límites de la llanura en que se alza la fortaleza". (U Viaje de un N aturaLi.rta d lrededor de! .Mundo", vol. 1, pág. J5). El nombre de Bahía Blanca por el cual se alude a la zona es el que llegó a primar, al punto de que la denominación de UN ueva Buenos Aires" sólo continuó en los antiguos legajos. Respecto al notabilísimo fenómeno blanquecino que apellidó al famoso "Huecubú Mapú" de los nativos, leemos lo siguiente, en una de las páginas del viajero inglés: "Ya he aludido varias veces a las incrustaciones de sal que se encuentran en la superficie del suelo. Este fenómeno diferente en todo del de las salinas, es muy extraordinario. Se encuentran esas incrustaciones en muchas partes de América del Sur, allí donde el clima es moderadamente seco; pero nunca he visto tantas como en los alrededores de Bahía Blanca. En tal lugar, así como en otros de la Patagonia, la sal consiste principalmente en una mezcla de sulfato de sosa con un poco de sal COmún. Por mucho tiempo que el suelo de esos salilrales (como es llamado impropiamente por los españoles que han tomado por salitre esa substancia) - permanezca lo suficiente húmedo, no se ve más que una llanura
cuyo suelo es negro y fangoso; acá y allá crecen algunas matas de plantas vigorosas. Si se vuelve a una de esas llanuras después de algunos días de calor, se queda uno sorprendido al hallarla toda blanca,' como si hubiese nevado y el viento hubiera acumulado la nieve en montones en algunos lugares. Este último efecto proviene de que, durante la lenta evaporación, las sales ascienden a lo largo de las matas de hierba muerta, de los trozos de madera y de las motas de tierra, en lugar de cristalizar en el fondo de los charcos de agua. Los salitres se encuentran en las llanuras, elevadas tan sólo algunos pies sobre el nivel del mar, o en los terrenos de aluvión que bordean los ríos. Mr. Parchappe ha descubierto que las incrustaciones salinas, en las llanuras situadas a algunas millas de distancia del mar, consisten principalmente en sulfato de sosa que no contiene más que el 7 por 100 de sal común; en tanto que, más cerca de la costa, la sal común entra en proporción del 37 por 100. Esta 'circunstancia induciría a creer que el sulfato de sosa está engendrado en el suelo por el muriato (clorhidrato) dejado en la superficie durante el lento y 'reciente levantamiento de este país seco; sea como fuere, este fenómeno merece llamar la atención
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La Biblioteca Bernardino Riva:lavia, una las principales instituciones bahienses
de
de los naturalistas. Las plantas vigorosas que gustan de la sal y que, como es sabido, contienen mucha sosa, ¿tienen e! poder de descomponer e! clorhidrato? El lodo negro y fétido, en e! que abundan las materias orgánicas, ¿cede e! azufre y por fin el ácido sul'fúrico de que está saturado?" (Idem. pág. 36). Oyese decir con frecuencia que e! nombre de Bahía Blanca es debido a Carlos Darwin, pero esa denominación ya aparece en los papeles que hacen referencia a la necesidad de fundar un fortín estratégico en el Sur. El equívoco proviene, indudablemente, de la circunstancia de haberse ocupado de! significado de la blancura que motiva e! nombre de la bahía, asunto que tampoco era una primicia siendo que e! mismo Darwin cita a Parchappe cuyas interesantes investigaciones le llegaron al través de la obra de A. d' Orbigny: "Viaje a la América Meridional".
Realidades de antaño Difíciles fueron los tiempos que tuvo que enfrentar la "Nueva Buenos Ai-
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res" en su marcha hacia e! progreso. Uno de los gr1l!'Ves'problemas de esa región era e! de la nupcialidad. Las mujeres eran extraordinariamente escasas. Más de una persecución contra los indios tenía por propósito el rescatar cautivas blancas que procedían de lugares lejanos. A falta de éstas solían apoderarse de las indias. En la compra de indiecitos se pagaba casi e! doble por las niñas que por los varoncitos, Otro recurso de esos tiempos de violencia era la viudez lograda por e! crimen. Poco se sabe de lo acoñtecido en e! curso de los primeros años de la población. Los archivos parroquiales se abren en e! año 1835. De los 85 matrimonios efectuados, en e! curso de! primer lustro, sólo 8 correspondieron a los civiles. De los militares, 42 fueron unidos a cautivas rescatadas; 14 con indias y 6 contrajeron enlace con viudas de soldados muertos por los indígenas. Duran te ese período se registraron 629 nacimientos, de los cuales sólo 67 eran hijos de matrimonios legitimados. Desde el punto de vista racial fueron clasificados de este modo: 320 blancos; 150 indios; 133 mulatos; 27 "negros africanos", En e! curso de las primeras décadas se hacían sentir los estragos de la mOFtalidad por causas violentas. Aún cuando los archivos parroquiales callan todo lo sucedido entre los años 1843 a 1851, lo cual no permite ofrecer datos completos, se sabe que en los años restantes que corren entre 1853 y 1860 hubo 372 muertos de los cuales 145 adultos y 144 niños habían expirado por causas consideradas naturales; los restantes se clasificaban así: 37 "repentinamente"; 23 fusilados; 17 asesinados; 6 muertos por los indios. La lejanía de Bahía Blanca y la cons-· tarite amenaza de las indiadas hostiles fueron factores que retrasaron su progreso, a pesar de! optimismo de sus habitantes. El ingeniero Carlos E. Pellegrini, quien fué testigo presencial de! famoso -malón capitaneado por Calfucurá en 1859, hace el siguiente comentario: "Acabo de ver 500 salvajes
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La avenida Col6n: en primer plano el Club Argentino; en la esquina, el edificio del Banco Hipotecario Nacional
pegarse la boca al pie del fuerte de
Bahía Blanca, llevándose de allí todo lo que se les antojó... No me toca detallar las causas de este descalabro, pero si me permitiré señalar como la más principal, tal vez, la desunión en que viven constantemente las autoridades en aquel lugar".
Desde el histórico malón de Calfucurá los pobladores aunaron sus esfuerzos con las autoridades para aumentar el poder defensivo de la villa.
La cristalización de esperanzas ... El rancherio que circundaba a la Fortaleza Protectora Argentina, como
Un aspecto de fa calle Chiclana, en Bahía Blanca, principal arteria de los comercios esparcimien to
y
1ugares de
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do en sus funciones a la "Comisión d~ Solares". La Ley de Municipalidades, dictada en octubre de 1854 y puesta en vigor en npviembre de 1855, dispuso que el 27 de enero de 1856 quedaran creados los municipios en todos los Partidos que tenían un pueblo o centro de población. Dicha ley favoreció el ansiado progreso de la "Nueva Buenos Aires". El estuario de la bahía Blanca apenas era conocido por los balleneros y loberos y por las. pocas naves que realizaban la travesía hacia la CapiEs e al a tal. Gran significación 5 L e inmenso júbilo produjo la ley nacional Bahía Blanca, sus puertos y vías de comunicación del 6 de junio de 1856, un simple complemento de la misma, fué que declaraba oficialmente al puerto cobrando su propia importancia. La de la bahía Blanca como "franco para población civil estaba supeditada a las los buques mercantes de todas las natropas de la guarnición. Según docu- ciones del mundo". mentos del archivo del Dr. Ramón del Las autoridades provinciales reconoRío, consta que las solicitudes de tierra, cieron bien pronto la importancia que hacia 1832. eran elevadas al comandanpodía llegar a adquirir el pueblecito te de la fortaleza. Dos años después que tenía ansias de transformarse en el coronel Antonio Manuel M'olina de- ciudad. Para' contar con informaciolineaba nuevamente el ejido del pueblo. nes más precisas acerca de su condición, En ese mismo año se creaba oficialmennecesidades y posibilidades, fué nomte la primera autoridad civil. El de~ brada una comisión de cinco personas, creto, fechado el 16 de septiembre de presidida por el ingeniero Carlos En1834, dice: "Se establece, por ahora, rique Pellegrini, que fué denominada un Juzgado de Paz para todo el dis- "Comisión Exploradora de Bahía Blantrito comprendido a la Fortaleza Bahía ca". Después de once días de navegación. Blanca y sus adyacencias. Sus atrisus miembros llegaron frente al estuario buciones serán las mismas de las de bahiense donde debieron permanecer los demás Jueces de Paz de la Provintres días para que bajara la marea y pudieran ver el canal, que a la sazón cia. Queda nombrado por el resto del año Don Francisco Xa vier Casal". no estaba balizado, A partir del año 1853 las autoridades Resulta interesante conocer a la edilicias tuvieron casi completa autopoblación a .través de los ojos avizores nomía de las militares.' La llamada de Pellegrini, quien la vió en 1859. Des"Comisión Municipal", presidida por pués de ocuparse del malón del 19 de Jerónimo Calvento, había reemplazamayo, ridiculiza el estado de la fortaleza
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CIUDAD
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El primer puerto de Bahía Blanca estaba enclavado en las márgenes del arroyo Napostá. Este simple desembarcadero se ha transformado y los puertos multiplicados, poseyendo ahora Bahía Blanca, los más importantes puertos de la República
q.ue permanecía en vergonzante abandono y luego añade: "Debo hacer justicia al comandante Orqueira, quien al recibirse de su puesto se contentó con borrar los vestigios del más inexplicable abandono, mandando cubrir de paja los cuartos de la comandancia. Convino conmigo que debe arrasarse aquello. Las autoridades civiles del punto son de la misma opinión que no es preciso estorbar la vecindad con un muelle inútil, ni comprometerla con seguridades postizas. Es aquel sitio hermoso digno de ser ocupado por una casa municipal, por un par de escuelas, una iglesia decente, un tribunal, una prisión, a cuyas creaciones contribuiría el precio de la venta del resto del terreno". Parte de estos deseos se realizaron. En el lugar ocupado antiguamente por la fortaleza se elevan varios edificios notables de la ciudad y, entre ellos, la Biblioteca Bernardino Rivadavia en cuya sala de lectura se exhibe, como una reliquia, el plano de Bahía Blanca trazado por Manuel de Molina, en 1834. Pellegrini reconoce que el poblado bahiense ha quedado sin desarrollo como consecuencia de las convulsiones poli-
ticas que estancaban el país: "Pero la discordia civil otra vez lo parqliza todo; y en el momento en que escfibo, no se trata allí (en Bahía Blanca) de adelantar, sino de resguardar el pescuezo, sentados como están los habitantes sobre una mina cuya meca va a dar con la guitarra del Calfucurá. El aspecto de Bahía Blanca no tiene nada de agradable: el color ceniciento de las· casas es la principal causa. Recién se empiezan a cocer ladrillos, a revocar y blanquear las paredes: vascos para aquello; italianos para esto; como en Buenos Aires. Ansia la vista por esas agradables impresiones que producen el contraste de los colores, el .amar-il]o dorado, a veces el vivo encarnado de la arcilla, destacándose sobre el fondo apacible del suelo, jugando con gracia en medio de los árboles y de las flores. .. No obstante óigase un vaticinio: este pueblo infeliz, agotado por la arena que levantan los rebaños acorralados en su seno, real y figuradamente carcomido en su base, con su atmósfera pedregosa y su cintura de salitrales, antes de cien años será una ciudad floreciente, nítida como el cris-
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(foto "La NUéva P,uvill.cw")
Puerto Ingeniero White; es uno de los mayores puertos trigueros del mundo. Se caracteriza por un muelle de acero en forma de T. Situado a siete kilómetros y medio de la ciudad se destaca a lo lejos por sus grandes elevadores
tal que baja de sus sierras, de donde el mármol de sus veredas, el jaspe de sus edificios; una ciudad que regarán fuentes naturales; que rodearán pintorescas villas a lo largo del romántico Napostá; un puerto de condiciones inmejorables, el primero de la República Argentina". .Para que la lejana población sureña cristalizara las esperanzas de sus pobladores, era necesario que se aproximara a la civilización, o que los productos de la tierra tuvieran fácil acceso a su bahía. Era el 26 de abril de 1884 cuando se realizó la ceremonia inaugural que unía a Bahía Blanca con la Capital Federal mediante la vía férrea. El regocijo de los habitantes llegó a manifestarse de mil formas. El diario "La Prensa", al comentar ese día el acontecimiento, que ponía la costa atlántica al alcance de la República, finalizaba su suelto con estas significasacará
tivas expresiones: "y dirigiéndonos directamente al pueblo naciente de Bahía Blanca, saludamos con júbilo patriótico al Liverpool argentino". Desde entonces las redes ferroviarias fueron convergiendo hacia la "Nueva Buenos Aires", formando un huso en cuyo extremo superior se hallaba la Buenos Aires metropolitana. Otra línea llevó sus rieles directamente de Rosario hasta la bahía tantas veces mencionada, en una trayectoria de 826 kilómetros. Sólo un año después del avance del riel hasta Bahía, instalóse también el teléfono como un signo de evidente progreso.
La ciudad tentacular El primer censo, efectuado a mediados de septiembre de 1869, demostró que la zona de bahía Bumca contaba con 240 casas de azotea de un piso, 154 casas de material con techo de paja y
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OPTIMISTA
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Elevadores de granos en el puerto "Ingeniero White". Las descomunales estibas de bolsas repletas de cereales hablan elocuerrternerrte en el sentido de que la Argentina es el granero del mundo
18 ranc'ros de paja. La población sólo alcanzaba a 1.472 habitantes, 415 de los cuales habitaban en el campo. Sobre el total de habitantes sólo había 619 mujeres. Después de señalar esos datos de interés, el Dr. Laspiur, Caronti y Real de Azúa escribían estas palabras: "Muchos inmigrantes llegan con .sus familias a Buenos Aires, mas es muy difícil que se determinen a pasar a Bahía Blanca, pues las ideas erróneas que circulan sobre este Partido, los ha-
centomar otra dirección". Los que se expresaban de este modo estaban habituados a oír hablar de los malones y ya no los inmutaba . El crecimiento de la población resulta evidente cuando se comparan .los resultados de los diversos censos, desde que los indios fueron definitivamente desalojados de la Provincia. En 1881 la población había subido a 3.201 habitantes (urbana 2.096 y rural 1.105); en 1881 se había acrecentado a 14.238,
Un detalle del puerto bahiense "Ingeniero White", En el año de su inauguración entraron barcos, cifra que se elev6 a casi 600 en el año que precedi6 al centenario
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Frente a la plaza Rivadavia se hallan la Catedral y el local del diario "La Nueva Provincia"
(urbana 9.025, rural 5.213). Los censos de 1901, 1906 Y 1914 arrojaron, respectivamente, las siguientes cifras: 25.365, 36.514, 70.269. La población calculada al cumplirse el centenario de la fundación, en 1928, era de 96.014 habitantes para todo el Par tido; correspondiendo a la ciudad unos 65.000. La población actual se estima, aproximadamente, en 125.000 habitantes, de los cuales unos 100.000 habitan en los diversos barrios. Tales son las cifras que corren, aunque es probable que en esto también intervenga el cristalino optimismo de los bahienses. Cuando fué creado el Registro Civil, en 1889, el poblado contaba con una sola sección. En 1906 fué necesario crear la sección segunda. En 190,9 la tercera sección del Partido: Punta Alta, y la cuarta: Cabildo. La quinta sección, Ingeniero W,hite, data del año 1913. La ciudad de Bahía Blanca se ha desbordado más allá del arroyo Napostá y de las líneas férreas que la circundaban a cierta distancia hace algunos años. Tiene barrios con características propias, tales como: Villa Mitre, Tiro Federal, Bella Vista y La Falda. En dirección a Ingeniero White se halla el barrio Villa Rosa. ¿ y el "Puerto de la Esperanza" que
soñó el fundador Estomba? ¿Y el puerto más grande de la República, imaginado por el ingeniero Pellegrini? ¿ y la Liverpool criolla, de la que hablaron los periodistas en el primer centenario de Bahía Blanca? El afamado puerto natural de la bahía, elegido por los fundadores de la fortaleza era la desembocadura del arroyo N apostá en el estuario. Este arroyo, que aún sabe hacer de las suyas con repentinas crecientes, causó más de un naufragio. En este sentido es memorable el de febrero de 1856, cuando arribaron los miembros de la Legión Valiente comandada por Olivieri. Poco después del desembarco de los italianos la nave encalló, perdiéndose la nave y todos los' enseres que traía para la fundación de una colonia agrícola militar. Esta fué creada después del desastre sobre la margen del Sauce Chico. Acerca de ella, dice el General Mitre: "Nueva Roma, fundada como la ciudad eterna con soldados agricultores". Los legionarios abandonaron la colonia que habían fundado y establecieron en 1856 sus cuarteles en el lugar actualmente ocupado por la Municipalidad. El espléndido puerto que, según el pensar de Pellegrini en 1859, debía dar refugio a 250 na vío~, fué surgiendo
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La calle O'Higgins en una perspectiva que nunca hubieran podido soñar los esforzados fundadores de la "Nueva Buenos Aires"
progresivamente junto a las aguas saladas del Atlántico. El ferrocarril del Sud obtenía la concesión del puerto en 1883y dos años después se inauguraba un muelle en curva que permitía atracar tres vapores de ultramar y otros tantos de cabotaje. Este puerto, que recibió el nombre del Ingeniero Guillermo White, pasó por grandes transformaciones en el curso de la primera década de nuestro siglo, llegando a ser uno de los mayores puertos trigueros del mundo entero. Se caracteriza por su muelle de acero en forma de T. Situado a siete kilómetros y medio de Bahía Blanca se destaca a lo lejos por sus grandes elevadores. En el año de su inauguración entraron 95 barcos, cifra que se elevó a casi 600 en el año que precedió al centenario. Tal vez el primer puerto, conocido por los antiguos navegantes en toda la zona, es el que está enclavado junto al llamado arroyo Pareja. Se halla muy'próximo al Puerto Militar o Puerto Belgrano. Fué autorizado en 19J8 bajo el nombre de Puerto Comercial de Bahía Blanca. Este es el puerto que se encuentra más próximo al océano. En el extremo norte del estuario
de la bahía, cerca de la desembocadura del arroyo Sauce Chico está ubicado el puerto de embarque de la- Compañía Sansinena, en la zona conocida bajo el nombre de Cuatreros. Otro puerto que fué cobrando singular importancia es el que ha sido denominado Galván, a causa de la proximidad del arroyo que lleva ese nombre. Lo caracterizan sus poderosos elevadores de granos que le dan un aspecto singular. El espacio comprendido entre los puertos Ingeniero White y Galván antiguamente estaba ocupado por unas salinas, que produjeron, según _consta, 70.000 quintales de sal marina en 1887. Allí trabajaban cerca de 250 peones hasta que la competencia de otros yacimientos más ricos hizo abandonar su explotación. Existe el proyecto de agigantar las posibilidades portuarias de la bahía, uniendo esa zona intermedia con un muelle que reportará indudablemente grandes ventajas. Creen algunos que llegará el día cuando ya no se hablará de los puertos sino del puerto de Bahía Blanca. Mientras tanto, la segunda guerra mundial ha paralizado el gran movimiento de productos de antaño. El movimiento portuario de
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cereales fué de 1.294.404 toneladas de cereales en' 1940, en 1941 hubo una -disminución de 49.6. %, vale decir, un 67.3 % menos que en 1935. El primero de enero de 1942 las estibas de bolsas de cereales fueron calculadas en 600.000 toneladas. Las descomunales estibas de bolsas repletas de cereales hablan elocuentemente en el sentido de que la Argentina es el granero del mundo. Los puertos eslabonados a lo largo de la bahía Blanca, y las carreteras y vías férreas que los entrelazan con la población, son los tentáculos de la N ueva Buenos Aires, por cuyas calles suelen andar los tripulantes que proceden de todos los mares del mundo. Vox populi vox ••• Bahía Blanca es un poderoso centro de atracción y de irradiación; cuyo alcance se extiende a una vasta zona de la República. Aunque por sucesivos cercenamierrtos del Partido homónimo ha ido perdiendo progresivamente gran parte de su antiguo territorio, es un hecho cada vez más evidente que lo que puede ser calificado como la "zona de influencia de Bahía Blanca",' cobra cada vez mayor significación. La gran urbe del Sur Argentino es no solamente el punto casi obligado de convergencia de los productos agrícolas, frutícolas y ganaderos, sino que ha llegado a ser una escala forzosa en la marcha hacia los bellísimos lagos cordilleranos. Así lo ha reconocido el Automóvil Club Argentino y así lo han entendido, también, las tres poderosas estaciones radioemisoras que se han establecido en ese punto estratégico. . No es de sorprenderse que ese emporio del sur haya inspirado más de una idea emanada de las realidades económicas y de las circunstancias históricas y geográficas de la región. Pocos años después de la federalización de la ciudad de Buenos Aires y de la creación artificiosa de la ciudad de La Plata que, por su vecindad quedó supeditada a la primera perdiendo los rasgos de una ciudad con características exclusivas, apareció, la idea de que Bahía Blanca podía ser la ciudad Capital de
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la Nueva Provincia. No de balde había sido llamada desde su fundación "La Nueva Buenos Aires"", Esa idea, aparecida en las páginas del periódico bahiense "El Porteño", de mayo de 1884, fué acerbamente criticada por la prensa del norte de la Provincia. Para descalificar algunos de los argumentos más agresivos, el periódico en cuestión añadió, posteriormente, la siguiente idea con la cual rubricaba una de las manifestaciones optimistas que era la quinta esencia de las esperanzas de. sus conciudadanos: "No necesita Bahía Blanca anexarse ninguno de los partidos limítrofes para constituirse en Provincia: suficiente tierra hay desde el Sauce Grande al Colorado ry desde el Atlántico a los Andes". El afamado "Huecubú Mapú", o "País del Diablo" de los aborígenes, ofrecía, en efecto, bastante territorio como para formar otra provincia en el concierto de la República Argentina. A partir del año 1893 cuando Caronti .•.. hijo de Bahía Blanca y diputado nacional, inició las gestiones para que su pueblo natal fuera transformado en ciudad," el doctor Pellegrini inició el esbozo de su proyecto de capitalización de Bahía Blanca que fué declarada ciudad, por ley dictada' en octubre de 1895. La idea de crear una nueva provincia se hizo carne entre los pobladores del sur. La "vox populi" se transformó en fragor de ola que se lanza contra el viento con un penacho de espuma. Viendo esa marea, Don Enrique Julio lanzó a la calle, en agosto de 1898, su diario "La Nueva Provincia". Desde sus páginas la idea fué cobrando un mayor realismo. Vez tras vez, como la ola vuelve sobre la playa, el diario proclamó su lema e hizo sugestiones prácticas en el sentido de que Bahía Blanca fuera de derecho la capital del territorio. En el curso de pocos años fueron elevados tres proyectos importantes, coincidentes con las aspiraciones de las esperanzas bahienses. Hasta ahora, a pesar de todos los esfuerzos, nada se ha conseguido, pero el optimismo bahiense dará, al fin, sus frutos.