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R E P TI B L 1 e A
A R G E N '1'1 ,
BOLETÍN OEL
DEPARTAMENTOKACI()NAL DEL TliABAJ()
N." 26.-ABRIL
30 DE ]914
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IMPRENTA
.ALSINA»
1914
VICTOlUA.
1287
~UMAlUO
El presente número del BOLETÍK DEL DEPARTAMENTO NACION_\L 2?~L TRABAJo)la sido íntegramente dedicado a la investigación relacionada con las condicione vida y de traba' o del Alto Paraná, que se divi e en los capítulos siguientes:
PÁG.
Antecedentes de esta investigación . . . A manera de introducción . . . . . Síntesis de la cuestión obrera . . . . Puertos y establecimientos 'índústr.iales del Alto Paraná Territorio Argentino Territorio Paraguayo . Territorio Brasileño _ El Conchabo _ 'I'ransporte de peones hacia los lugares de trabajo Concepto legal sobre el anticipo . . . . . . . Las dos grandes formas de los trabajo-s del Alto Paraná : establecimientos yerbateros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Las dos grandes fo-rmas en los trabajos del Alto Paraná : el obraje El trabajador del Alto Paraná Alimentación
. . _ . . . . . . .
Habitación obrera. . .. Los salarios . . . Coste de vida. . . . . . Las enfermedades ... Reglamentos de trabajo Descanso dominical Trabajo de mujeres y niños Hechos delictuosos . . . . E: caso de Puerto Segundo . . . . . . . Conclusión . . . . . . Apéndice ..
]
13 21 ,29 31 39 44
5·1 6] 67
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]35 ]39 H5 159 165 17] 178 ]83 ]87 ]99 229 235
ANTECEDENTES DE ESTA lNVESTIGACIOK
~ I
BOLETí~ DEL
DEPART:~~lE~TO ~AClO~AL DEL TRABAJO N.o 26
BUENOS
AlRES
ABRIL
30
DE
1\)14
Nota de la inspección elevando al presidente del Departamento . Nacional del Trabajo, el informe sobre la investigación realizadu en el Alto Paraná.
Buenos
Al señor presidente del Depariamenio ior Julio B. Lezana:
Aires, abril
Nacional
25 de J 9J.f.
del Trabajo.
doc-
.v,
Tengo el agrado de elevar al señor presidente el informe que el inspector don José E lías Niklison ha presentado a esta Inspeceión, relacionado con la comisión de investigación y estudio de las condiciones de vida y trabajo de los obreros del Alto Paraná. Creo conveniente indicar algunos antecedentes sobre este asunto, para la mejor inteligencia del mismo. 1. Sin afirmado, indico mi creencia personal de que fué en el año ] 907 ~uando 'por vez primera comenzaron a realizarse' publicaciones, en un órgano de nuestra prensa diaria, relacionadas con las \ condiciones de vida de los obreros de la referencia. En aquella época, recientemente fundado el Departamento Nacional del Trabajo, ni tenía recursos ni inspectores. Coincidieron aquellas primeras publicaciones con la instalación de este Departamento, por cuya razón_ la investigación no pudo hacerse. Desde 1907 hasta 1912, el tema fué tocado, muy de tarde en tarde, por uno o dos diarios de la Capital Federal. Cuando en 1912 se creó la División de Inspección, el inspector RllÍZ Moreno fué comisionado por el que subscribe, para , jO adquirir los datos previos relacionados con la zona norte del país. J[ " a, fin de elaborar un plan de estudio y de investigación. Ya el inspector ·Rl{iz 'Jloreno h'izo notar en su informe la existencia de los
5 BOLETÍS
DEL
D"P.\R'L\~lE:\TÚ
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DE.L l'R...\lHJO
COnCh~badores, .~ intermediarios ~n. la celebración del contrato de \ trabajo , y refiriéndose a las condiciona, propicias que Posadas presenta para el uso y abuso de la contratación de peonadas, hacía notar que en aquella ciudad existían 48 boliches y almacenes al menudeo, de los que 120 se encontraban situados en la zona portuaria o Bajada Vieja. «Gasas con un capital de $ 50 a $ 500-decía-consiguen satisfacer $ 70 como patente y 200 en concepto global de impuestos municipales». Y agregaba: «Existen en el puerto también, un sinnúmero de casas de prostitución clandestinas, con sus correspondientes despachos de alcohol y baratijas. Explícase así el anhelo del peonaje por los anticipas. Careciendo de nociones de economía y actuando en un ambiente falto de moral, lógico es suponer que en esos lugares los exploten». II. A esta información preliminar siguió un informe requerido por este Departamento, del señor gobernador del Territorio de Misiones. En noviembre de 1913, el referido funcionario se expedía en la nota que a continuación se transcribe: «. . . . . . . . . . . . .. mI cálculo aproximado de la población obrera del territorio, en la cual están comprendidos no tan sólo los obreros propiamente dichos, sino también los jornaleros o mensualeros, como los puntos 2.°, 3.° Y 5.° que van consignados en la planilla adjunta, la cual está confeccionada a base de los datos recopilados por las autoridades departamentales, por considerar a éstos más habilitados para suministrarlos. En cuanto al punto 6.° que considero de importancia, llas industrias principales que existen en el territorio, son la yerba~ tera y la forestal. Para el desarrollo y explotación de estas industrias, los capitalistas-que están reducidos a dos o tres, incluso los arrendatarios de los yerba les fiscales-reclutan la peonada por lo general en esta capital por medio de conehabadores encargados de contratar los hombres, previo un anticipo determinado, siendo inmediatamente embarcados para el Alto Paraná con destino a los obrajes y yerbales. Es él el punto digno de ser tomado en consideración y que a juicio de esta gobernación puede ser objeto, sino de una legislación especial, por lo menos de tenerse en cuenta para ser incluido en la reglamentación de la ley número 9148. Esos hombres, que como he dicho, han recibido un anticipo que por lo general varía de $ 200 a $ 3üO y cuya cantidad no siempre se entrega toda en efectivo sino .que la mitad va en mercaderías (pues todos los eapitaIistas tienen su casa de comercio que los provee), son en¡¡barca dos en chatas o vapores de la carrera, munidos ya de la libreta donde
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figura su debe. Llegados a destino son desem barcados y distribuidos en los distintos trabajos, internados en la selva, en donde ya escapan del amparo de las autoridades, por más que en ese sentido se han distribuido las policías lo más convenientemente posible, entendiéndose que ellas no intervienen para a-poyar contratos entre empresarios y peones, sino para llenar su verdadera misión, quedando por consiguiente bajo el solo imperio de los patrones o~sus capataces. Si el peón ya internado desea volver a su punto de partida no ue_de hacerla si .su atrón no desea, pues son dueii.os de los vapores de la carrera y no los embarcan hasta que hayan cubierto la deuda contraída, con el trabajo-cuya contabilidad llevada por. la administración del establecimiento no es controlada, por ahora, por ninguna autoridad. Para garantir en lo posible a estos hombres-analfabetos la mayor parte-la gobernación opina que la Dirección General del Trabajo debiera tomar una intervención directa en la contratación de las peonadas destinadas al Alto Paraná, abriendo al efecto un registro especial, en el cual se consignara: nombr-e y apellido del dueño del obraje o yerbal, etc ..; nombre y apellido del peón-trabajo a que se destina-jornal que ganará, alimentación y en libro aparte, si es posible, la consignación de formal compromiso de parte de la casa, de restituir al peón a su destino cuando así lo desee y la prohibición absoluta de dar anticipes en ninguna forma, como asimismo, contratar menores de 22 años. Esta medida traerá como consecuencia que la Dirección General del 'I'rabajo sepa en todo momento el número de obreros que trabajan en el Alto Paraná y sus destinos, lo que hoy se' ignora, por no haber un control que, dentro de lo posible, ponga al amparo de las autoridades esas peonadas que en la actualidad y una vez internadas en la .selva q uedan a merced de sus patrones-menos mal cuando ellos son un poco escrupulosos. Convendría también disponer las inspecciones continuas hechas por empleados de la Dirección General del Trabajo para controlar las libretas de salarios y gastos para garantir al peón de no ser explotado por aquellos que, poco escrupulosos, abusan de su ignorancia, No es un sólo caso sucedido ya que los peones para rehuir el compromiso contraído, se han fugado de los mismos buques en que eran conducidos, tirándose al agua con peligro de la vida. Respecto del punto 8.° siempre faltarán brazos, sobre todo para los ohrajes, habiendo recientemente un obrajero de esta localidad traído cincuenta peones de la Colonia Glorinda y otro trajo ochenta de esa Capital Federal, contratados con la intervención de la
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Dirección General de Inmigración. Sobre el punto 9.° esta goberna ción opina que las mejores perspectivas que podrían ofrecerse para la radicación o explotación de industrias sería: 1.0 el ofrecimiento a agricultores con familia de un área de tierra determinada, y 2.° ,)t01'garle de inmediato su título provisorio de propiedad » }. / In. En el mes de octubre de 1913, el Departamento Nacional del 'I'rabajo preparaba el envío de un inspector a la zona del Alto Paraná, cuando--coincidiendo en deseos-la inspección recibió orden del entonces señor ministro del interior doctor don Indalecio Gómez, de despachar inmediatamente un inspector a la región de la refe~ rencia. Entiendo, sin llegar a afirmado, que la resolución del señor ministro fué tomada a raíz de un viaje que personalmente realizó a los territorios del norte. El subseripto encargó de dicha investigación al inspector don José Elía.s Niklison. Verhalmente le fueron indicados los procedimientos que en el desempeño de su comisión debía seguir, y por escrito se le determinaron los puntos concretos a que habría de ajustar su informe. Es en cumplimiento de aquella orden que el inspector Niklison desempeñó, en forma que satisface plenamente los deseos del subseripto, la investigación del Alto Paraná, saliendo de Buenos Aires el 26 de octubre de 19] 3 Y regresando el 5 de marzo de 19H:. El tiempo empleado en esta comisión no puede considerarse excesivo, ya que las dificultades de la misma quedan de relieve con sólo indicar que el trayecto que media desde Posada" (punto de partida de uno de los viajes) a Puerto España (Brasil, estación terminal de uno de los viajes) es de (ida y vuelta) 280 leguas. Siguiendo laórdenes precisas de esta inspección, el comisionado, en cada obraje, ha debido internarse varias leguas, costa afuera, para llegar a los sitios de trabajos y ponerse en contacto con los peones, cuyas informaciones convenía recoger. Acaso la comisión hubiese durado menos tiempo, si el inspector Niklison no se hubiese demorado varios días en Posadas-s-por orden del subscripto-para investigar el asunto de Puerto Segundo, materia ocasional, que constituye un capítulo de esta información, y que en su época dió motivo a una seria, campaña periodística en esta capital. Debo agregar, todavía, que las referencias que el inspector Niklison me ha traído respecto de la ayuda que de las autoridades paraguayas ha recibido, me permite suponer la existencia de un buen ambiente, propicio a la idea de una acción conjunta de parte de los
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gobiernos argentino, paraguayo y brasileño para mejorar las condiciones comunes de trabajo de la zona del Alto Paraná. En 10 que respecta a la parte económica, debe mencionarse el hecho de que esta investigación no ha costado .ino la suma que importa el estipendio de $ 10 diarios, pasados al referido inspector como único viático para toda clase de gastos. El informe que con la presente nota elevo, se aparta, en determinados párrafos, del tilo que deben guardar los documentos oficiales. He respetado, sin embargo, todas las apreciaciones del firmante, convencido de que sus modos de expresión traducen impresiones personales que ayudan a. la mejor comprensión del problema que el trabajo plantea en el Alto Paraná. IV. He tratado de encontrar antecedentes de investigaciones anteriores, y he encontrado a este respecto un gran vacío. E.1 doctor Juan Bialet Massé, en la investigación que realizó en 1904 sobre el «estado de las clases obreras en el interior de la República Argentina» no se ocupa sino del obraje del Chaco, sin mencionar los del Alto Paraná. El doctor J Han A. Alsina, en ,su obra «El obrero en la República Argentina» (tomo 1, pág. 331) consagra a este asunto las líneas que siguen: «Los obreros que se ocupan de la explotación de maderas están radicados en los suburbios de Posadas, en Candelaria, Cerro-Corá, y Santa Ana; se eonchaban para una temporada que no baja de seis meses. recibiendo como anticipo una cantidad que varía de $ 50 a $ 100, so pretexto de dejar recursos a la familia y aprovisionarse de ropa. Desgraciadamente, la mayor parte de estos anticipas se invierten en orgías en los días que preceden al embarque. en los vapores que hacen la carrera del Alto Paraná. Pues hay que tener presente que lo' obrajes de maderas están situados en la margen del Alto Paraná, desde cuarenta hasta ochenta leguas de Posadas, que ir por tierra y volver, es imposible, constituyendo el obraje un destierro del cual no se puede salir sin que medie la intervención del patrón para dar pasaje a bordo de los 'buques de la carrera ¡internarse en los bosques es exponerse a sufrir mil penurias y hasta morirse de hambre. «Estos obreros 'e suhdi viden en tres clases: volteadores, labradores y mensual eras. «Los volteadores derriban los árboles y abren picadas para acarrear las vigas. Le pagan a razón de $ 5 a $ 6 nacionales los 100 metros de picada maestra de 4 a 5 metros de ancho, y a razón de " 2 a : 3 nacionales por picada secundaria de 2 a 3 metros de ancho.
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.\:\TECEDE:'\TES DE ES'l'.\ l:'\\'Es'rIGACJÓ~
«·Los labradores cuadran las vigas a razón de 30 a 40· centavos la vara_ (medida local que equivale a un pedazo de viga de Om866 por Om2v de costado), es deci r. a razón de ;) a 7 de metro cúbico de liga.
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«A los volteadores y labradores el patrón presta la~ herramientas y les vende la comida; charque, maíz, porotos y grasa, a cuenta de sus trabajos. Como en estas condiciones no hay competencia entre vendedores, el precio de dichos alimentos es algo caro, so pretexto deque 10.s fletes de conducción de dichos alimentos a los bosques es el e-ado.
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«En Posadas el charque vale de 2.50 a $ 3.00 los diez kilos; el maíz, de 0.50 a 0.80 centavos; poroto s, de $ 1.00 a 1.50. «En los bosques dichos artículos valen al menos el doble; se les vende igualmente ropa, calzados, bebidas y golosinas en las mismas: condiciones. «Los mensualeros se conchaban a razón de 18 a 25 $ mensuales, y reciben como alimentación; charque, maíz, porotos, y algunas veces: fariña de mandioca. Trahajan los domingos con un sobresueldo de $ 1 por cada domingo o día de fiesta. Se les emplea en acarrear maderas con mulas y embalzarlas en el río Paraná. «Unos y otros deben permanecer en el obraje seis meses para tener derecho a un pasaje de regreso; el pasaje de ida lo paga igualmente el patrón. El pasaje de regreso no les es acordado si deben al patrón por compra de ropas o alimentos y no pueden regresarsino después de saldar su cuenta. «El alojamiento consiste en abrigos provisorios, «Algunos volteadores y labradores vuelven a los seis meses con $ 200 a $ :iOO de economía, y oteas regresan a los 2 años sin un centavo. «Todos son criollos, paraguayos o brasileños». Parece que no hay inconveniente, pues, en afirmar que esta investigación ordenada por el Departamento Nacional del Trabajo, es la: más completa de cuantas hasta el presente se han realizado. V. Desde esta ciudad, la inspección ha procurado, por todos los medios a su alcance, reunir todos los datos concretos relacionados con la investigación de la referencia. Cada vez que ha llegado a la vista del subscripto algún suelto sobre las condiciones del trabajo en el Alto Paraná, se ha bu-cado la. procedencia del mismo a objeto de allegar Huevos datos Desgraciadamente no se ha conseguido ninguna cooperación eficaz ni directa. Un diario de la tarde publicó un
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interesante reportaje hecho a los obreros recientemente llegados de los· obrajes; pero dicho diario no pudo suministrarms el domicilio o paradero de los denunciantes. Ningún obrero se ha presentado a este Departamento a denunciar hechos relacionados con el Alto Paraná, ni ninguna persona ha aportado, ni siquiera en forma anóni ma, su colaboración a esta obra civilizadora. En el día en que elevo este informe, veo en un diario matutino. dos artículos firmados, relacionados con las condiciones de vida de 10.5 obrajes. Los firmantes han sido invitados, sin contestación, hasta ahora, a deponer todo lo que sepan respecto de sus denuncias. Siguiendo esta misma norma de conducta, el inspector Niklison, a su arribo a Posadas, solicitó personalmente de todos los directores de diarios y de los corresponsales, denuncias, vagas o concretas, sobre hechos delictuosos. No ha recibido ninguna. VI. El informe que elevo al señor presidente, es, sin duda, amplio y completo. De su lectura atenta se desprende el convencimiento de que la situación de traba.jo de los obreros del Alto Paraná, es no- \ toriamente deficiente. En presencia de los hechos constatados, y dejando de lado lo que refiere a delitos, materia de policía y de j usticia ajena a la esfera de acción de este Departamento, surge la necesidad de preparar una ley que ponga remedio a la situación actual de los obreros. Trataríase de una legislación regional y típica, ya que regional y típica es la industria del obraje y de la yerba. Cierto es que en el territorio nacional del Chaco (informe del inspector Raffo) la situación del obrajero exige igualmente la adopción de medidas de protección, pero no menos cierto es que, por la diversidad de condiciones y circunstancias una debe ser la: legislación para los. obrajes del Chaco y otra para los del Alto Paraná. Una legislación regional sobre los trabajadores del Alto Paraná, debe ser seguida de otra legislación, para los obreros del Chaco y empleo de indígena.s en los ingenios azucareros de Salta y Jujuy. Esta inspección espera la llegada del inspector Vidal (actualmente en jira de inspección por el Chaco) para pasar a la División de Legislación los elementos de hecho necesarios para los proyectos enunciados. VII. En lo que respecta a una ley de trabajo en 105; o;¡rajes del Alto Paraná, me permito presentar como. anteproyecto, el borrador siguiente : «Artículo 1.0 Treinta días después de la sanción de la presente ley, ningún dueño, empresariq o arrendatario de obraje.s de madera, o establecimiento yerbatero, situado en la zona argentina del Alto Paraná, podrá emplear peones u obreros, nacionales o ex-o
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tranjeros, que no estén provistos de libretas de trabajo. En la clasificación de establecimientos se encuentra comprendida toda empresa industrial que emplee más de diez trabajadores. En la clasificación de peones u obreros, se comprenden los trabajadores de los establecimientos mencionados, que se dediquen a cualquiera de los trabajos que a continuación se expresan: en el obraje: peones de puerto, jangaderos, carreras, volteadores, labradores de madera, picaderos, carpinteros, herreros, rosaderos y pindoceros. En el yerbal: peones de puerto, capataces de comitiva, urúes, guainos, tariferos, traperos. «Art, 2.° Fíjase el plazo de seis meses, a contar desde la sanción de la presente ley, para que los peones a que antes se ha hecho referenciase provean de la libreta de trabajo. «Art. 3.° La libreta de trabajo contendrá: 1.° Nombre v filiación del peón u obrero, a cuyo nombre se extienda; 2.° Fecha d~ su expedición; 3.° Anotación del contrato de trabajo celebrado entre el cmpresar:o o su representante legal y el obrero; 4.° Un resumen de las leyes argentinas que protejen al obrero y la indicación de los nombres y residencia de las autoridades policial es y judiciales del territorio, ante quienes pueden interponerse denuncias o quejas por incumplimiento del contrato, inobservancia de leyes y malos tratos. «Art. 4.° La anotación del contrato de trabajo deberá contener: 1.0 Nombre de los contratantes; 2.° Fecha en que comienza y en que termina el contrato; 3.° Sueldo o salario convenido, con todas las es-pecificaeiones 'que sean necesarias; 4.° Épocas y formas de pago; b.O En el caso de que el racionamiento sea por cuenta del patrón, detalle de cantidad y calidad de los víveres; 6.° Si es por cuenta del obrero, precio máximo a que los artículos de consumo indispensables, serán expedidos en la proveeduría durante todo el tiempo de la duración fija al contrato. «Art. 5.° La libreta de trabajo, contendrá, además, diversas páginas en blanco, en las que se anotarán los salarios devengados, por el obrero y abonados por el patrón, las liquidaciones de sueldo, saldos y demás asientos que permitan conocer en cualquier momento la 8i·tuación de los contratantes respecto del salario. eAr-t. 6.° La libreta de trabajo será expedida gratuitamente por el inspector regional del Departamento Nacional del Trabajo, depen-diente de la Inspección del mismo, y cuyas funciones serán: 1.0 Expedir las libretas de trabajo; 2.° Suministrar a los obreros y a los
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AX1'ECEDEX1'ES DE ESTA lXVES1'lGAClÓK
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patrones todos los informes que le sean requeridos; 3.° Visitar una vez al año, por lo menos, cada uno de los obraje' de la zona, a objeto de verificar el cumplimiento de los contratos de locación de servicios, las condiciones del trabajo, y recibir de los obreros las quejas o denuncias que quieran formular. Si se trata de quejas por malos tratos, el inspector regional levantará un sumario que entregará a las autoridades policiales del territorio; 4.° Asesorar y patrocinar ante la justicia, todo reclamo o demanda por alarios, accidentes del trabajo, incumplimiento de contrato, etc.: 5.° Vigilar el cumplimiento de esta ley y de las restantes sobre el trabajo, levantando en ~aso de infracción las constancias necesarias para su comprobación . «Art. 7.° Cuando la investigación recaiga sobre malo' tratos o cualquier otra clase de delitos, el inspector regional del Departamento Nacional del 'I'rabajo quedará equiparado a comisario de policía, siempre que el asiento de la autoridad policial diste más de cinco leguas. En la instrucción de los sumar-ios tendrá los mismos derechos y atribuciones que los empleados policiales de tal gerarquía. «Art. 8.° Declárase que los obrajes y establecimientos yerbateros, quedan equiparados a los establecimientos industriales y comerciales a que se refiere la ley 8999 y por consiguiente le serán aplicables, en especial, los artículos 4.° y 8.° de la citada ley. «Art. 9.° La contratación de peones para obrajes o establecimientos yerbateros situados 'en la zona argentina del Alto Paraná, no poclrá hacerse sino en Posadas y exclusivamente por intermedio del inspector regional. Las personas que después del término fijado para la vigencia de esta ley, celebraren directamente, en el carácter de conchabadores o intermediarios, contratos de trabajo sin la intervsnción del inspector regional serán pasibles de una multa de $ 500 a $ 1.000, o de arresto equivalente, multa que será doblada en caso de reincidencia. Las denuncias podrán ser hechas por cualquier persona ante el juez letrado del territorio. «Art. 10. Será pasible de un multa de $ 100 o arresto equivalente. doblada en casos de reincidencia, todo patrón, arrendatario, contratista, sub contratista de obraje o establecimiento yerbatero, que permita trabajar a un peón sin que esté provisto de su libreta de trabajo. «Art. 11. 'roda patrón o empresario de obraje o establecimiento verbatero, deberá tener un botiquín provisto de los elementos necesarios para las primeras curas. «Art. 12. Es ohligación de los patrones y empresarios dotar de vi-
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BOLETíN
DEL DEPAR~'D[E:."TO
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DEL TR.\BAJO
viendas y de lechos a los obreros. La vivienda puede ser de caña o lona, rancho o carpa, y en su construcción y ubicación se atenderán las órdenes o instrucicones que dé el inspector regional. El lecho consistirá, por lo menos, en un catre y colchoneta. «Art. 13. En la aplicación de las penas que esta ley determina entenderá el juez letrado del territorio. «Art. 14. Para el cumplimiento de esta ley queda autorizado el Poder Ejecutivo a crear una inspección regional del ..cUto Paraná, dependiente del Departamento Nacional del Trabajo.» Sus fundamentos, constan en el informe del inspector Niklison, y si bien es cierto que en dicho anteproyecto no se tocan puntos dignos de ser legislados (duración de la jornada, salario, higiene, seguridad, prevención de accidentes, etc.), débese ello a que el subseripto piensa que una legislación de mayor detalle exigiría-para requerir su cumplimiento efectivo-la existencia de un numeroso cuerpo de inspectores, permanentemente destacado en los obrajes y establecimientos yerbateros, Piensa que sobre la base de los líneamientas generales del anteproyecto que antecede, este Departamento debe preparar un proyecto de ley, solicitando del Poder Ejecutivo _u remisión al Honorable Congreso. Saludo atentamente al señor presidente. ALE.LmDRO
1I.
UNSAIK,
Jefe de inspección.
A ~1ANERA DE TNTRODUCCION
Señor docto}' Alejandro
frl. Unsain,
jefe de fa División
de Inspec-
ción y Vt:gilancia: El pliego de instrucciones que me diera el Departamento Nacional del Trabajo al partir para cumplimentar la doble investigación ordenada sobre el Alto Paraná (1), llevóme, sin mayores esfuerzos a la concepción y adopción del plan de trabajo más conveniente a su cabal desempeño. Pero si fácil fué concebir el plan y abarcarlo, así en sus detalles como en la integridad de su conjunto, no resultó lo mismo la inmediata tarea de conducirlo a la práctica bajo severas formas de ordenación y de riguroso método. Posadas, la capital del territorio de ::\Iisiones, que necesariamente debía constituir el centroo eje de la in vestigación a realizar, ofrecía, según pude aperci birme apenas inciados los primeros tanteos de orientación definitiva, dificultades de todo orden, que, por un momento, al constatarlas en la dolorosa evidencia de la realidad, llegaron a hacerm.e desconfiar del éxito completo que yo ansiaba para mi comisión. Ciudad surgida de improviso, casi espontáneamente en los confines del país, impuesta por el trabajo primitivo y libre de una vasta región que por muchos años permaneció substraída a esas altas influencias de ponderación-de gobierno" de orden, de control social-que plasman, inspiran y dirigen las comunidades de mejor origen, presenta, en efecto) características y modalidades en su comercio, en su industria-en gran' parte de las manifestaciones de su conjunto social-e-que loa singularizan, en la actualidad, entre los otros centros de población y deprogreso argentinos. El interés de empresa o el personal exclusivo, profundamente egoísta, reune, liga y mueve allí, como en inmensa máquina, a los diférentes componentes de esa sociedad, que desea y quiere a veces . el' altruista, pero que las conveniencias personales, enlazadas siempre unas a otras, según ya lo he dicho, en mecánico
. (J) Este pl iego, fechado com isión un doble carácter,
el 22
(le octubre
de
19J 3, daba,
en
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DEL
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engranaje, jamás se lo consienten. Es así como el procedimiento de la encuesta que yo traté de aplicar creyendo indispensable al íntimo conocimiento de la compleja cuestión obrera del Alto Paraná, fra. casó en Posadas vergonzosamente. Los cuestionarios .que distribuí quedaron sin respuesta, a excepción de algunos pocos subscriptos por la policía y por amigos, y hubo individuos de esos que en cómodo apostolado, en esferas protegidas por la irresponsabilidad y al parecer extraños a las partes en conflicto, declaran, en la intimidar! confidencial o al amparo de complacencias periodísticas, su amor por las clases inferiores u oprimidas de la sociedad, que, terniéndolos, débiles ante la posible asunción de imaginarias responsabilidades evitaron mi presencia. He decidido no consignar aquí ciertos casos típicos que hubieran afirmado el concepto anterior, por cuanto al hacerla daría caracteres de permanencia a algo que piadosamente es menester olvidar. A cada paso-insisto a los efectos de que consteen mi larga peregrinación por esas lejanas tierras de ensueño y de trabajo, encontré hombres que dijéronme al oído, en voz baja, persiguiendo mezquinos y mal encubiertos fines personales, inquietantes historias del Alto Paraná, pero pocos, muy pocos, que se hallaran dispuestos a rubricar, con viril y noble gesto, una declaración formal y categórica sobre el más interesante de los asuntos de la región (1). Se comprenderá, pues, después de lo que queda consignado la atención prolija ? el cuidado personal que era necesario dedicar a
(1) Durante mi conus.on en el Alto Paraná, la prensa del país, en particular la de Buenos Aires, ha acogido sin beneficio de inventar-io, ccmentán dolas en todos los tonos, diversas noticias referentes al maltrato de que son víctimas, por parte de sus patrones, los peones de aquella región. En forma vaga, imprecisa, ha llegado a hablarse de crímenes horrendos, de asesinatos a mont6n... Un diario de los Estados Unidos, publicó un telegrama que le dirigiera su corresponsal en Buenos Aires, asegurando «que el inspector Niklison había comprobado treinta homicidios perpetrados por un industrial del Brasil» ... y la propaganda 'que revela acentuados carácteres de canspaña sistemática y firme, continúa rlesarrol lándns« por los mismos procedimientos. Sorprende esta facil idad para divulgar noticias graves que no se prec isan, 'r¡ue nunca se concretan y que sin embargo, perjudican el buen nombre del país rn el exterior. El funcionario que subscribe, ha hecho todo cuanto le ha sido posible para verificar algún caso que pudiera fundamentar esa propaganda y no ha conseguido sino la denuncia que con visos de seriedad, presenta al Departau.ento, Esto no obstante, lo rE'pite,-ha desplegado todos sus recursos y empeños 611 procura de hechos de comprobación. En Posadas, una de mis prirueras .atenciones, fllé visitar las redacciones de los diarios locales, para suplscarlcs me
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lSl'RODl'CCIÓX
la investigación y el tiempo que ella reclamaba en consagracion firme excluyente y única. La tan debatida cuestión obrera regional imponía, para poder llegar a conclusiones más o menos exactas, un minucioso estudio de los factores de intervención directa o indirecta, y, más que eso, su dominio completo realizado desde un plano superior de observación permanente. Aislado, solo a mi pesar, frente al problema <le la investigación complicada y sin duda difícil, comprendí que el recurso a la mano más indicado para obtener resultados efectivos, era el de la exploración clínica de la cuestión y con perseverante voluntad me dediqué a auseultarla atentamente. A 'través de cuatro meses de permanencia en Posadas y en los lugares de trabajo de Misiones, Paraguay y Brasil, tomé a diario lo que podría llamarse la temperatura del ambiente obrero regional, anotando en mi cartera todo cuanto consideré indicio, síntoma o manifestación reveladora del estado general. Y a la virtud de este método, aplicado con entusiasta fe, debo el estudio y la anotación detallada de una serie de hechos producidos a lo largo de este tiempo y que por sí solos denotan y comprueban, en forma clara, la verdadera situación de los obreros, de los capitalistas y de los factores intermedios en las zonas del Alto Paraná. He declarado mi situación de aislamiento ante el cúmulo de labor representada por la investigación a mi cargo, y es bueno aclarar un
pusieran en' contacto con los obreros que conocieran, 01 cond.cones de formular' denuncias sobre vejámenes, malos tratos, etc., pues estaba autorizado para j omarlas en forma de acta con los fines que son de suponer. Los directores de «La Tarde», «El Pueblo» y «El Notic.ero», señores Leiva, Rocha y Cortés, recr bieron personal y deferentcmente el pedido, pero no pudieron, quizás, sat isf'acerlo, por cuanto no obtuve, ,por tan indicado y seguro intermedio la presentación de un sólo peón. El agente y corresponsal del diario soc.alista de la Capital Federal «La Vanguardia», señor Jacinto Cosa, a quien por sus vincuiaciones con la gente de trabajo y la confianza y simpatías que me dispensó, lo creí '~simismo en s'tuación de cooperar eficazmente a la realización de mis propósitos, bolicitado en igual sentido, tan.poco le fué dado encontrarlos. La policía de Mi. siones, la Sub-prefectura drl puerto y el cónsul del Paraguay en Posadas, saben también; y podrán dar fe de la decisión puesta y demostrada por mí en el eurnplimieuto de esa parte del programa que se me bahía trazado ... y todo lo anterior sumado a la pesquisa personal y directa realizada en lo lugares frecuentados por los obreros del Alto Paraná, en la ciudad de Posadas, pesquisa en la que más de una vez fuí amablemente acompañado por el joven ¡.ecretario de la Municipalidad don Pedro Rebollo}' por mi particular amigo, el 'caballero JY['guel Snredn . 2
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BOLE1'jN DEL DEPARTAME:-;TO :-U('lO:-;.~L DE!, TR.\/).\.'O
concepto, que, como el precedente, podría quizás, presentarse a interpretaciones equívocas. El gobierno del territorio, dirigido por el coronel Gregario López,-gobierno recto y honesto que cuenta con el concurso eficaz de colaboradores distinguidos, tales como el comandante Bianqui, secretario de la Gobernación v el comandante Cordero, jefe de policía,-me prestó, con el auspicio de sus simpatías. al objeto de mi comisión, el concur~o oficial a su alcance. concurso forzosamente limitado, que se exter.orrzó, prévia solicitud de mi parte, en dos informes de la policía agregados a estas notas y en un pasaje de Posadas a Puerto Artaza, en el Brasil, utilizado en el viaje que en el mes de diciembre realicé al Estado de- Paraná. Los industriales de Misiones, Paraguay y Brasil, pusieron, sin limitación alguna,-en forma que obliga mi recuerdo y gratitud.c--todos sus establecimientos bajo la visual de mi observación, y las autoridades paraguayas de la parte de oriente, facilitaron notablemente el desempeño de las tareas que debía cum:plir. El aislamiento de que he hablado, es el del funcionario que desconocido en sus antecedentes, en su capacidad y tal vez en el objetivo de sus empeños,-en el medio hostil ya des cripta-se ve precisado a obtenerlo todo con su propio esfuerzo y recursos, en la escala completa de la investigación, desde
Vaya esta nota, a manera de respuesta, leal-y franca, a una parte de la prensa que se manifiesta extrañada de que el funcionario no haya visto los crímenes y cadáveres que ella tampoco vió, como posiblemente no fueron vistos por los que al ínforrnarla no supieron concretar casos ni puntualizar hechos ... El funcionario cumpliendo una gra"e misión superior, solidario y responsable de su obra, no puede de ninguna manera recoger y presentar al gobierno absolutamente nada de lo que no le sea permitido responsabilizarse en todos los terrenos. Los obreros del Alto Paraná' soportan un trabajo, que en sus formas actuales, equivale a UDa esclavitud a cuyo sostenimiento ellos mismos contribuyen; viven en un estado de ignorancia y de embrutecimiento que es indispensable suprimir; son explotados de todas maneras y no se les dispensa una sola de las consideraciones y comodidades a que todo hombre es acreedor. Es eso, que sin duda no tiene «color de cielo),-según la frase corriente.c=Io que ha visto y comprobado en los lugares mismos de la labor excepcional del Alto Paraná: y lo que él cree expresar al gobierno sencillameute. Y su obra, que es de patriotismo y honradez, abonada pOI' antecedentes de que se siente satisfecho, tiende así claramente a facilitar una tarea de legislación prudente, de reglamentación necesaria, y de control útil, y no a herir el crédito del país, presentando a un pedazo de su' tenitorio-celosa y honestamente gobernado-s-por medio de bajas intrigas y ridículas patrañas, corno desprovisto de las más elementales garantías que toda sociedad medianamente organizada ofrece a la "ida y a los derechos de todos sus miembros.
la simpatía
y voluntad
DE J:-<TRODUCC16:-<
de los empresarios,
hasta
la amistad
y con-
-fianza de los trabaj adores. Al dar por terlllinada~ las gestione, oficiales que me llevaron al \ lto Paraná y volver naturalmente la vista hacia el distante punto :le partida, experimento la s~tisfa~ci~n de quien ha cumplido con el deber, sin omitir esfuerzos ni sacrificios para ello. Yo creo Y espero aportar al gobierno que me envió, con el presente trahajo, el conocimiento de la cuestión, de su interés, como asimismo todos los elementos de juicio que le son necesarios para cimentar una acción previsora, saludable, enérgica y pronta, que regularice la marcha del trabajo en el Territorio de. Xlisiones que salvaguarde los agentes de su progreso, y, sobre todo, que ampare. y proteja la "ida, la salud y la penosa labor de los infelices obreros de la región, tan dignos di' mejor suerte.
R[~TESIS
DE LA CUESTION OBRERA
La cuestión obrera que desde un tiempo a esta parte viene preoeupando hondamente al gobierno, a la prensa y a la sociedad en ,"enel'al del país, es una compleja y difícil cuestión que por más ede treinta anos se ha mantenido sin que nadie intentara, ni mucho menos afrentara, con fines prácticos, su estudio y solución. Las explotaciones forestales y yerbateras del Alto Paraná, co.• 1:,el1Za1'onmal, desordenadamente, y en el transcurso de los años, los defectos y vicios de la iniciación no corregidos, han ido tomando mayores proporciones, agravandüel problema y haciéndolo cada día más difícil. Los que por primera vez se lanzaron a la conquista de la selva, lo hicieron, como es natural, con el único propósito ~ enriquecerse pronto y escap-ar a sus miserias y peligros. El mismo carácter de la empresa que habían de realizar, en el medio casi deseouocido de entonces, revela el temperamento y tendencias de aque110s hombres rudos, obsesionados por el lucro, que hay que tomar y considerar, planteando el problema, como uno de los factores , de importancia. Reclutados por ellos los peones en Corrientes, en las Bajas Misienes y en el Paraguay, las cuadrillas que los acompañaron en los trabajos iniciales, fueron semi-salvajes. A esos peones se les trató, sin asomos de resistencia o de protesta por su parte, como elementos de producción material, exclusivamente. Se les condujo por todos los medios, aún por los más violentos, a la producción desmedida dentro del costo mínimo. Era la manera de amasar grandes fortunas en breve término. En .el cálculo de ganancias de los empresarios entró, pues, el salario reducido, la alimentac:ón escasa y las abrumadoras jornadas impuestas a los trabajadores, y, poco después, entró también la 'substracción que se realizó por medio ,de proveedurías deshonestas, de injustas multas, de evidentes estafas al peón. Por 'otra parte, las nuevas empresas no requerian capital para ;,cometer sus operaciones, dada la tendencia de los fundadores o dir.ectores. Según éstos. el tra baio debía hacerse sin desembolso. sin aporte o riesgo pecuniario, y así fué en efecto, obligándose a o
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BOLETÍX
DEL DEPAR'l'AMEXTO
]\""CIOXAL
SíXTESIS
DEL 'fR.\B.\JO
J?S oh,1'eros, como hasta hoy se les obliga, a proveerse
ellos mismos ae los útiles y herramientas de trabajo. Así se echaron las bases de las empresas primitivas del Alto Paraná; de sus sistemas de trabajo y de sus procedimientos en las obligadas relaciones con los infelices hombres a cuyo esfuerzo, jamás recompensando ni agradecido, debieron en su tiempo el más lisonjero éxito. Aislados en la selva, en la región casi ignota, libres de todo cuanto pudiera importar el control o el ejercicio de una fuerza contraria al cumplimiento de sus programas de trabajo y de ganancias, las empresas continuaron por largas décadas extrañas al progreso general, y sin que sobre ellas gravitaran las leyes reguladoras de la producción y de la industria, del capital y del trabajo. y así, con honrosas excepciones, han llegado hasta hoy, en un asombroso primitivismo de sistemas y en una lamentable despreocupación del elemento obrero. Este, con sus condiciones especiales de vida, de constitución, de carácter, y sobre todo de ignorancia, ha facilitado la obra de los patrones, haciendo posible su mantenimiento por tantos años, en las formas de la iniciación. Hombres organizados para la sumisión y la obediencia pasivas, acostumbrados desde niños a soportar las asperezas de la existencia nómada en la e1va o en los campos de Corrientes, de }[i"iones y del Paraguay, sin ambiciones, por atavismo de raza, sin las necesidades de los trabajadores de otro orígen y sin apego al dinero, ",1 que no les asignan su verdadero valor por desconocimiento de las comodidades y ventajas de todo orden que él produce, han venido hasta aquí contribuyendo, :nconcientemente, al sostenimiento del estado anormal de cosas que se nota en toda la vasta región del Alto Paraná. Los 'empresarios y patrones no han pensado en ofrecerles casa, comida y jornales suficientes, porque ellos, ignorantes, descuidados y desunidos, no se les han impuesto; no han pensado en dotar a los establecimientos de máquinas y medios de transporte que simplifiquen y hagan rnenos penoso el trabajo, porque ellos, desplegando brutales energías en aniquiladores esfuerzos sin recompensa, gratuitos, re·emplazándolas, las han descalificado económicamente en el concepto de los primeros. . La influencia de los patrones ha sido permanente y decisiva sobre los peones, entregados por entero a su autoridad ornnimoda. al imperio de su voluntad en los centros de. trabajo. El ernbrute-
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CUESTIÓ~
OBRERA
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cimiento de la clase obrera ha continuado, porque así convenía a lGS intereses de los únicos que hubieran podido modificarla por medio de una prudente acción educativa, y quizás, suprirnirla a la larga. S: la cuestión se ha agravado en los últimos tiempos, si "e ha exteriorizado en las perturbadoras manifestaciones que la imponen ¡¡ la preocupación gener.al, ello se debe al abuso pertinaz de los patrones Y a la intervención de otros nuevos factores, tales como el de los conchabadores, que tentados por las facilidades de buenas g'anancias ofrecidas por la explotación directa del trabaj ador y la :ndirecta de las empresas o industriales, practicada por su interllledio, la complican dándole raros aspectos. En el Alto Paraná, se vive hoy ,en un permanente estado de de.,;órden, de intran.quildad, de guerra entre- el capital y el trabajo. y esa guerra es perjudicial, dañina cual ninguna otra, porque no tiene objetivos determinados y claros, porque no es dirigida con habilidad y 110 tiene plan ni método en sus operaciones, porque no persigue fines verdaderamente prácticos ni útiles. Las empresas, con las pequeñas excepciones que ya se han marcado, explotan al neón : lo explotan de manera inícua, defendiéndose, según dicen. " , Los peones defendiéndose asimismo, defraudan a las empresas, y ~e alzan, cada vez que pueden hacerla, con los anticipas recibidos a cambio de servicios que no están dispuestos a prestar .. Esa es la
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situación -. ~Ie he referido de paso al anticipe y es indispensable detenerse en él, porque sin duda alguna juega un rol de importancia suma en la cuestión que a grandes trazos se bosqueja. Operación natural y necesaria en otros países de sociedades definitivamente constituidas, organizadas y cultas, en el nuestro, e- decir, en Miaiones, es operación inmoral, atentatoria a la libertad del obrero y a la seguridad del capital. Existe en las populosas ciudades mari.timas ' de Europa y de América, donde se r eclutan las tripulaciones para los ).argos viajes ; existe en las explotaciones ~orestales de Alemania, de los Estados Unidos, del Canadá; existe, (;11 fin, en todos aquellos centros en que se contratan hombres para 1:1 ejecución de trabajos a donde deban ir solos, y permanecer, por 11]] tiempo alejados de la f'amilia y de la sociedad, pero su sx isteueia no la determina ni la mantiene el desorden, la smbriaguez .v la (orgía, sino por el contrario, nobles necesidades de hogar y de familia.
BOLE~'íx
DEL DEP"\!{TAMEXTO
X.\CIOXAL
DEL TR.\BAJO
El trabajador se aleja temporariamente de los seres que viven a su amparo, madre, mujer o hijos y es indispensable que los provea de cuanto puedan necesitar en su ausencia. Por eso pide y obtiene el anticipo, por eso existe como una práctica regular y legítima. Otra cosa. Ese anticipo lleva al hombre al trabajo "JT a la 'respetuosa consideración de su patrón, nunca a la disimulada esclavitud, a la privación de libertad que implica el nuestro. El anticipo de Misiones se practica con los más inconfesables fines, por parte de muchos patrones y de la generalidad de los trabajadores. E,l patrón y su agente en Posadas y en los demás centros de conchabo argentinos, conceden anticipas al peón porque les conviene, a pesar de todo, manténerlo embrutecido, ignorante y relajado, para disfrutado, exprimido mejor en los largos periodos de su vida en la selva ¡ el trabajador lo solicita o exige porque es libertino, corrompido, absolutamente amoral. Muy rara vez el anticipo satisface ne\ cesidades de familia u otra noble necesidad cualquiera. La suma de poderosas energías que él representa, va íntegra, convertida en dinero, a sumirse en la codicia de despreciables traficantes o a costear los placeres canallezcos de la crápula. De los factores que intervienen en la cuestión obrera del Alto Paraná, 'que se han expresado, el primero, constituído por la acción de los patrones, debe merecer la mayor atención del gobierno, cuando resuelto a resolverla en forma que consulte los intereses generales, legisle sobre el trabajo de la región y lo reglamente definitivamente. Lo cual no obsta para que el factor obrero y el intermedio de los conchabadores, sean descuidados en su incuestionable importancia. Dígase lo que se quiera en contrario, es lo cierto que la tendencia al abuso, demostrada por los patrones, es tendencia tan perjudicial como violenta y firme. Sólo la ley, atenta y celosamente vigilada en su cumplimiento, será capaz de contener-la. Impelidos por la .actitud de defensa asumida a su manera por los trabajadores, a la acción solidaria y colectiva, dieron no ha mucho en establecer una oficina de conchabo, con el nombre de «Oficina Informativa». En ella, destinada a atender y satisfacer la" necesidades' y pedidos de brazos de todos los establecimientos, se llevó un registro prolijo de los peones de la región, identificados y prontuariadospor los mismos procedimientos en uso en las oficinas antropométricas polieiales. Púsose entonces de manifiesto el pensamiento colectivo de los patrones, en un contrato de locación deservicios que se puede clasificar como el más torpe de los agravios inferidos a las ideas humanitarias de la
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Síl\TESlS
DE LA CUES'l'IÓX OBRERj.
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época. Copio por vía de demostración y en ,caráctel: de antecedente, alO"unas cláusulas de ese contrato que en formula Impresa he obteni~lo: «Art. 3.° 'rodo peón que abandone el trabajo sin permiso del atrón, ausentándose del establecimiento, incurre en una responsa~:lidad por los perj uicios que ocasiona; en cuyo caso será considerado como prófugo, y el patrón queda autorizado a perseguirlo por las autoridade.s o comisiones para hacerlo cumplir su compromiso. Si el peón perdiera su libreta tendrá que someterse a los. da~~s que arr,ojan los libros del astablecimiento». «Art. 5.° Es obhgaclOn. ~el peon trabajar todos los días que el patrón o mayordomo habilite para ello, sin excluir domingos, días feriados o lluviosos, como asimismo de noche, siempre que la inclemencia del tiempo impidiera hacerla de día. El peón que trabajara día domingo tiene derecho a cobrar un peso ~ c/l, por día». «Art. 6.° La falta de uno o dos artículos de manutención no da derecho al peón a negarse a continuar el trabajo, siéndosele admi:sible con carencia total». «Art. 7.° Si por falta de voluntad alegase enfermedad a fin de no trabajar, sobre todo en día domingo, 'pagará por la comida cincuenta centavos diarios, des contándosele a más el sueldo». «Art. 9.° La falta de cumplimiento al artículo 3.°, por parte del peón subscripto, será considerada como estafa, sujetándose a la pena que par-a ella aplique la autoridad». El contrato aludido no se mantuvo el tiempo que sus autores hubieran deseado. Las circunstancias lo vencieron, cayó en desuso, pero la idea que le diera forma quedó ahí marcando la tendencia de los compromisos verbales que le ,sucedieron, de los compromisos actuales, más humanos en cuanto a algunos detalles, como el de descanso dominical-hoy en práctica en todos los obrajes argentinos y paraguayos-c-pero siempre leoninos. Luezo atendiendo el factor obrero, debe procurarse moralizar, educal~ ~n lo posible a la clase trabajadora, ejerciendo sobre ella una tutela que la redima y a la vez controle severamente en sus relaciones con el capital, haciéndolas serias y honradas. Toda iniciativa que se dirija a fomentar la radicación de los obreros en los lugares de tra bajo, a acercarlos a los' vínculos de familia, y al ahorro previsor, ;.;el'á siempre saludable y digna de los mejores ausrpicios, como lo será aismismo cualquier medida que se dicte contra las actuales formas de anticipo y contra la intervención actual de los conehabadores, que si por el momento no fuera posible suprimir, podría por lo menos reglamentarse, eli minando de tal modo, algo de lo que perturba mayormente el trabajo e impide el progreso industrial .Y el bienestar eponómico de Misiones.
ยก
PUERTOS y . ESTABLECIMIl~NTOS
INDUSTRIALES ,
DEL ALTO PARAKA
โ ข
TERRITORIO
ARGENTINO
1. Rosetti.-}laJ'tín E)'/'ecabolide.-Obraje.-Buen concepto de empresa seria. Población obrera en éste y siguiente establecimiento, 170 hombres. El trabajo se desarrolla bajo formas primitivas. n. Jiartín Errecaborde en Un¿guay.-De la misma propiedad.Obraje.
III.
PUCi'¿O
Scgund~.-Compafiía
Tierras
y
Maderas dd Igttaz'Ú
(sociedad anónima). Franklin Herrera, Linritada.c=Obrujei-e-Establecimiento modelo y como se consigna en el mapa, el mejor de los argentinos. Dirigido y administrado por el ingeniero señor Luis l'astoriza,-quien tiene como segundo, en el centro de los trabajos, al ingeniero Walter Rastoff,-la administración y las diversas 'labores que en él se realizan llevan el ello de un criterio superior y de una aptitud de organización verdaderamente rara. En Puerto :Segundo se construye el primer ferrocarril de los obrajes de Misienes, obra costosa y difícil que ha de mejorar en gran parte las. condiciones generales del trabajo, realizado ahora bajo formas primitiv·as casi en la totalidad de los establecimientos de esa rica zona del país. En la fecha de mi visita de inspección,-fines de enero de 1913,-la locomotora llegaba al kilómetro 4, pero hoy <1ebe alcanzar al kilómetro 14, pues la obra en lo referente a desmontes, terraplenes y puentes estaba entonces terminada hasta esa distancia. )Jo faltaba sino tender los rieles sobre los durmientes. La planimetría de la línea y una rápida gira por los trabajos, exhiben el trazado del ferrocarril más ondulante que puede imaginarse. Es una línea serpentina, «arte nuevo», debido a la necesidad de i1provechar en aquel terreno, tan lleno de accidentes, las pocas y relativas facilidades que podía ofrecer a una obra de esa naturaleza. Los trabajos del obraje se extienden sobre una zona cuyo f'on~?no, baja de siete leguas, a contar desde el puerto. El ferrocarril Ha mas lejos, y la dirección de la empresa alienta la esperanza de
BOLETil\
DEL DEP.\RTAMEN'fO
PUERTOS Y ES'l'AllLEClllllEl\TOS
N.-\.CIO)1AL DEL TRABAJO
hacerla rebasar los límites de su primitivo trazado, para llevarlo hasta la frontera del BrasiL Y las yerbas brasileñas que hoy vienen conducidas a lomo de mula para ser embarcadas en el vecino puerto, a través de cuarenta y seis leguas de distancia (contando las diez y ocho que separan al campamento de la frontera) y veinte días de viaje, llegarían al de la Compañía de l\Iaderas del Iguazú, en algunas horas, libres de todo riesgo, absolutamente seguras. La Compañía tiene asimismo el proyecto de colonizar, en condiciones que hagan posible la colonización en esas ricas pero remotas tierras, una importante zona, en fajas paralelas a la de la línea férrea. 'Las construcciones de Puerta Segundo, talleres, pabellones de administraeión, casas para empleados, etc., aunque casi todas de madera, tienen un carácter de estabilidad, de solidez, que impresiona bien, en una región donde todo lo que se hace es frágil, mezquino, transitorio ... Ya se ha comenzado a fabricar ladrillo de muy buena calidad (1), con destino al alcantarillado del ferrocarril y en breve se alzarán en el puerto. a la vista del viajero, elegan tes edificios. La población obrera en Puerto Segundo, el 28 de enero, era de ~)30 hombres, distribuidos en la siguiente forma: 270 ocupados como mensualeros y jornaleros en trabajos diversos. 180 en la construcción ferroviaria, con jornales de $ 1.50 a $ 2.00 Y manutención por cuenta de la empresa. 80 que trabajaban por un tanto, en labranza y aserraje de maderas, picadas, cultivos, etc. Se consigna el jornal de los peones ferroviarios a título de ser ese el jornal máximo de la región. De los otros me ocupo en la nota especial sobre jornales y salarios. Las horas de trabajo para mensualeros y jornaleros a 6.30 p. m., con los intervalos siguientes: 7 a 7.30 a. 111, ]] a 2 p. 111. 3 a 3.30 p. m.
DeEa~nl1o. Almuerzo:
y siesta.
Mate ...
La empresa
son de 5 a. m.
% hora 3 horas V2 hora
33
l)\,DUS'l'RlALES
la alimentación 'obrera, reemplazando el famoso «revirado», tan noei"o para la salud de los trabajadores, por el café, que a los mensualeros Y jornaleros se les sirve a. la mañana con «ocho galletas», algunas de las cuales se reservan para acompañar el mate de la tarde. Nótese que es éste el único establecimiento que aporta, sin recargo, este artículo de primera necesidad para la comida de los peones. Las picadas del obraje son hermosas, cómodas, perfectamente niveladas y-detalle sugerente-la línea del teléfono con que la a clmÍlüstración central se comunica con todos, aún con los más avanzados puestos de trabajo, corre a lo largo de ellas, como una amable sensación de cultura y de progreso. Los artículos de consumo son buenos. Botiquín completo. Asistencia prolija a 10,3 enfermos. Severa disciplina en los trabajos. Personal culto y bien remunerado en la administración. IV. Puerto ESoperanza.-NÚJiez y Gibaja.-Embarque de yerbas del Brasil.-Las yerbas que salen por este puerto proceden de los yerbales de Campoaré, más allá de Barracón, arrendados por Núñez y Gibaja y por Diego P. Krieger. Los primeros trabajan en la actualidad a una distancia aproximada de 18 leguas del límite argentino, y los productos vienen al puerto, como ya se ha dicho, a lomo de mula. La mayor parte de los peones que trabajan en los yerba les de Campoaré, se contratan en Barracón argentino o en Barracón brasileño, que &,on en realidad dos barrios de un mismo pueblo, divididos por un diminuto arroyuelo, y que constituyen unidos. el único centro obrero de las Altas Misiones, de escasa 'importancia por cierto. He oído a algunos expeones de la primera de dichas empresas, quejarse de la presión que ejercen sobre los obreros, las autoridades brasileñas a pedido del encargado de los trabajos en los yerbales en explotación. 25 tropas de mulas-23 de la empresa y 2 particulares,-hacenel servicio de trasporte desde los «campamentos~ al puerto,--46 leguas, 28 dentro del territorio ¡ll'gentino y 18 en el del Brasil. El viaje de ida y vuelta se hace generalmente en mes y medio, empleándose 20 días, si el tiempo es1 bueno ' en 1a con dueei , d e 1a yer b a desde los lugares del trabajo UCClOn el punto d e ern b arqueo Cada tropa se compone de 28 o 30 mulas y !'iU pers 11 . . . ' un ona o ecnstituyen invat-iablements 3 hombres: un capataz in peón. ' 1 Y un «madrmero», muchacho casi siempre. Este sistema (e trasport d ,. s' e e yerba y mercaderías, exclUSIVO hasta ahora en Mi,10nes al' '1 ' uqui 8.. destruye por igual a hombres y a bestias. El pe<
de Puerto
Segundo
ha, roto el régimen
rutinario
de
(J) En Mis ionr s hay tierras qne como las de San Ignacio son inaptas para la f'abr icac'ón de ese material.
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BOLE'rix
DEL DEP.\R'r.U1E~'l'O
X.\CIOXAL
DEl, TR.\BAJO
PUERTOS Y ES'l'.\HLECDlIENl'OS
nosisimo trabajo de los hombres ya ha' sido descripto en todos sus detalles en otra nota, como asimismo el esfuerzo a que están condenadas' las mulas que cargan en. un par de «bruacas» 170 kilos de yerba y aún más, como he tenido oportunidad .de comprobar-lo en los registros de la administración del puerto, donde exi ten anotaciones de 186, 190, 200, 201, 206 y hasta de 220 kilos! El personal de Puerto Esperanza se descompone así: Un encal'gauo, un dependiente y seis peones.
Personal
de tropas.
. . . . . . . . . .
Total.
8
»
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No ha sido posible conocer con exactitud el número de peones. que trabajan en el Brasil, por cuanto, según queda dicho, la mayor parte de ellos se contratan lejos, en Barracón, pero la administración cree que ese número 110 bajará de 80, cantidad que unida a la anterior hace un total de 163 hombres. Puerto Esperanza embarcó en 1913, 654.892 kilos de yerba. Las necesidades del trabajo imponen el horario de la jornada en el puerto. Lo común es trabajar de sol a sol, con U11 descanso intermedio de tres horas para el almuerzo: 11 a. m. a 2 p. m. V. Puerto K1'iegm·.-Diego P. K1'iegel'.-Análogo al anterior. Yerbales de Carnpoaré.c=Explotación en menor escala.c-Tguales formas de trabajo y medios de transporte.-Se calcula una poblacióu de 120 a 130 obreros. I VI. Puerto Pampa Pimy.-Alfonso Guardile y Portalis y Oía.Yerbas argentinas.-Los yerbales llamados de San Pedro y San Antonio, hacia la parte central y oriental de las Altas ~Iisione3, son explotadas, desde 1895 por la Empresa de Buerto Pampa Piray, que en el transcurso de esos años ha girado bajo distintas firmas. La producción yerbatera de lVIisiones ha decrecido sensihlementc en los últimos tiempos, a tal punto que las campiñas de América que en 1899, en la primera zafra, produjeron 120.000 kilos, hoy no alcanzan a producir 40.000. Y en esa proporción se mantiene la producción de los otros yerbales. Es opinión general en Misiones, que la falta de una fiscalización severa por parte del gobierno sobre los yerbales del Estado, ha ocasionado la disminución apuntada; pues ella ha perruitido las zafras inconsideradas y destrneto ras. El trabajo de la yerba se realiza en -Ia parte argen-
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Total
INDUSTRIALES
. [ma, (le acuerdo
al reglamento en vigencia, durante los. meses coinli los de marzo a agosto inclusive. su corte preulIl .. 1\0 he presenciado ,. elaboración sino en el Paraguay, donde empieza antes y en el ~31'asil donde por lo general es permanente, pero las formas del trabai son iguales o muy semejantes en toda la región del Alto ajo, . . . panmá. En Puerto Pampa Piray y en San Pedro, en la fecha de de febrero de 1914. se aprestaban ocho «comitiJIU. v isi ta , fines , nar-a iniciar las labores próxi mas, siete trabajarían en San vas~/ • Pedro Y una en San Antonio. Las «comitivas» son organizadas, diligielas y pagadas por «habilitados» quienes reciben de la empresa, como remuueración única, la cantidad de $ 1.30 por arroba de 11 V2 kilos de yerba «canchada» puesto en «nO{lue». Cada una de estas «comitivas», cuenta regularmente con un personal de 18 a 20 hOl11bres y sus jornales o salarios podrán verse en el capítulo corres'pondiente. Hasta hace poco, 30 tropas de mulas hacían el transporte la yerba en 17 leguas de recorrido; en la actualidad trabajan ,,610 8 ;-con 20 o 22 cargueros=-S de la empresa y 5 de sus habilitados. Las distancias entre las zonas de trabajo de San Pedro y el puerto. se cubre por éstas en seis jornadas. Cuando el trasporte de la yerba lo hacen las tropas de 103 «habilitados», la empr esa les paga en tal concepto $ 0.80 por cada arroba de 11 % kilos. El establecimiento de Puerto Pampa Piray goza de merecidos prestigios entre los trabajadores del Alto Paraná y en general entre todas las gentes de la región. Alfonso Guerdile, uno de los más antiguos industriales de Misiones,-su propietario,-ha sabido organizarlo y mantenerlo a una altura que le honra. Es afable, generoso, patern al con los hombres que de él dependen en el trabajo. El botiquin, mejor dicho. la farmacia de Puerto Pampa Pir ay, es la mejor Sl11'tida, la más completa del Alto Paraná, desde Posadas al I guazú. Los servicios que ella presta salen de los límites del propio establecimiento para espandirse en muchas leguas a la redonda. Estando allí, vi llegar a ua peón de Pampa Alvez en solicitnd de asistencia y (le remedios. y pude constatar que fué atendido con prontitud y sincera complacencia por el encargado del Puerto, Juan Ramírez, .1Oven compatriota, sumamente estimado en la región. COlltando el personal al servicio de la administración 'Y del Puerto. el de las tropas y el de los' yerbales, la población obrera del establecimiento asciende a un .total de 197 hombres .. ~ Vn. f'ana!l'jas.-.Yúñez y Gibaja.-Obraje.-Trabajos al fondo a .). 6 Y 7 leguas de la costa.-Establecimiento primitivo, bajo cual-
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¿;AClO¿;AL
DEL 'l'RAB.\JO
quier punto de vista que se le observe. Carece hasta de un pequeño botiquín. Se trabaja con orden pero sin que el personal esté sometido a la férrea disciplina de otros obrajes ni a las arbitrariedades de malos directores. Los encargados y capatace tratan bien a los peones y entre unos y otros existe un afectuoso compañerismo qué impresiona agradablemente. En cumplimiento del deber y a especial solicitud del señor Lázaro Gibaja,-uno de los propietarios,visité el establecimiento en toda la extensión de sus trabajos, y en ambiente propicio a la confidencia, en completo aislamiento con los trabajadores, los interrogué cuidadosamente. Todos se manifestar.on contentos, satisfechos de sus superiores, en particular del administrador Venancio Baez y del encargado del centro, o comisaría San Juan, N. Centurión. El personal de este obraje se distribuye en la forma siguiente: Administración.
J angaderos. Comisaría
. .
San
.
.
.
.
.
4
.
.
3
7 .
.
. .
3 . .
3
Rozaderos , . . . . . . . . . .
30 ]6
Picaderos
.
.
.
Juan.
Exploradores. Carpinteros.
.
.
.
mensualeros
.
.
.
(2 comitivas).
»
por un tanto (1 com itiva }. Volteadores (3 «yuntas» ) . Labradores 3 carrerías Piudoceros
(8 «yuntass ) . . . . . . (] 2 hombres cada una). ,
6 6
16 36 12
Total.
]42 hombres
Horario del trabajo: desde el amanecer a la puesta del sol, con un descanso de dos horas y media para el almuerzo-de 11 a. m. a 1.30 p. m. Los artículos de proveeduría son de mediana clase y dada su calidad, de subido precio. No hay en Canalejas otro medicamento que las pildoras Brandet. Estas se venden a $ 1.20 la caja (48 píldoras). VIII. Puerto Panupa. - Leoncio Alvez. - Yerbas del Brasil. Leoncio Alvez, arrienda los yerbales de Pepirí y los explota por su propia cuenta. Establecimiento similar al de Esperanza y Krieger, no exige nota especial. Por la picada de Barracón, Fraccram y San Pedro, vienen las yerbas canehadas de Pepirí a Pampa,-a lomo de mula.e=y desde allí se las transporta a Posa das. Los peones se ma-
PUERTOS Y ESTABLECHIlEX'l'OS
l~DUS'l'RlALES
37
)Jifestan descontentos de los sistemas de trabajo, así como. del tratamiento que reciben de la empresa, en los centros de producción del Brasil. Las deserciones son frecuentes, haciéndose notar, por extraño, el casO de fuga de una «comitiva» completa, ocurrida en agosto o septiembre de 1913; no se sabe fijamente el número de hombres que forman la población obrera de la Empresa, pero es dable creer que ella no sobrepase la de Krieger: 130 hombres. IX. San L01·enzo.-Se le designa con el mismo nombre de la colonia paraguaya situada del otro iado del río, al pequeño punto de tránsito, donde un viejo morador de esos parajes, cultiva algunas frutas Y hortalizas .que hacen el regalo de los pobladores de los alrededores, improductivos y desolados por la inercia y el abandono prove~'bial de la gente de la región. X. Puerto Haack.-Misiones, Land ci«, Obraje.s=Escasa importancia en la actualidad. .Oasi inactivo. Poblaoión obrera 26 hombres. XI. Puerto Echagiie o Camguatay.-Misiones, Lomd Cía.; Obraje.-En iguales condiciones al anterior.-Yerbales de cultivo en formación.-Dos quejas; la de Gottliel Hein y la de Virgilio Cruz, por demora de la empresa en la exigida liquidación de sus haberes. La población obrera no es mayor que la de Haack, pues reunidos se les asignan 50 hombres. XII. Puerto Avellaneda.-Misiones, Ltuul. Cia., Obraje.-Escaso trabajo. En lo que respecta a la forma de trabajo, régimen de alimentación y jornales, no se distingue entre los establecimientos de su clase. Población obrera: 120 hombres. XIII. Puerto Pamnay.-Nú1iez y Gibaja.-Obraje.~Segnndo y último obraje de la antigua empresa de Misiones. De menor importancia que Canalejas, su organización administrativa y sistemas de explotación son, no obstante, idénticos. Las maderas de Paranay se trabajan a 4 % leguas al interior. Limitación transitoria en los obrajes. Població~ obrera el 16 de febrero de 1914: 83 hombres (población mínima). XIV. Puerto Pamna!).-Escalada.-Ca1·los ESC(1,lada.-Yerbas ':l·gentinas. Paralizado en la fecha de la visita, ausente el personal <[e la administración, no fué posible obtener datos precisos referentes a los trabajos y población obrera del establecimiento. El 14 de enero ocurrió en Paran ay un hecho de sangre. A raíz de un altercado entre el encargado del puerto, Xarciso Martes Juárez y el
IJOLE1'ÍN DEIJ DEP.IRTAME)/'JO
.'-:.IC108AL
DE.IJ 'l'RAB.IJO
tropero Damasio Olivera, el menor Antonio Martes Juál'ez ,-hermano de aquél,-lhizo, a sus espaldas, tres disparos de revólver sobre el tropero, hiriéndole en el brazo izquierdo y en el cuerpo. La policía y. el juzgado letrado del territorio intervinieron a Sl1 debido tiempo. El caso se marca a título de antecedente, pues el 18 del mes siguiente, otro peón del mismo establecimiento. Santiago Melgarejo, formuló la denuncia, que en forma de acta, se agrega a los documentos de otro capítulo. X-V. Puerto 3 de Mayo.-PBdl·O C. Labat.-Obraje.~Población obrera: 60 hombres. XVI. Puerto paralizado.
\
1
Garuapé.-Ped¡·o
C. Lnbat.-Obraje.-Actualmente
XVII. Colonia San AZbe1'to.-Se iniciaron en este punto cultivos que no han prosperado. Pocos pobla·dores. Sin importancia. XíVlIII. PUe1'to León.-Misiones, Land Cio., Obraje.c-Aserrade1'0 a vapor. Establecimiento moderno. Chatas y remolcadores para el transporte de la madera de propiedad de la empresa. Buena organización. Población obrera: 105 hombres. XIX. Puerto Tnbay Alvez.-l1inda de Alvez e hijos.,-Y.erbas argentinas. Trabajos en yerbales fiscales. Población obrera 100 hombres.
XX. Puerto Tabay Arrechea.-AZ¡'on.so Arl'echea.-Ylerbas argentinas. Trabajos en yerbales fiscales. Operaciones en limitada esfera. Población obrera: 30 hombres. XX'I. Puerto Tabay Domus=-Dcmus Hennanos.-Obrajel.~Población obrera: 140 hombres. XXII. Santo Pipó.-Da1nlls H e¡'1nanos.-Obraje.-Este y el obraje anterior, son mirados con particular simpatía por el elemento obrero de la región. Una simple investigación en los centros de conchabo lo comprueba. Son los obrajes más próximos a Posadas. Los peones,-dentro de las formas de vida peculiares del Alto Paraná-son bien tratados y alimentados. Población .obrera . 130 hombres. XXlIII. Cm'pus.-CoZonia.-Cultivo de poroto, mandioca, bananas, arroz, caña de azúcar, maní -.yerba mate y tabaco. XX'IV. San Ignacio.~En torno de las ruínas de esta antigua reducción jesuítica, se extienden los yerbales de cultivo más importantes del teritorio de Misiones. Dos grandes empresas, Martín y Compañía y «La Plantadora», han acometido con el mayor en tu.siasmo, desde tiempo atrás, la importante obra de repoblar de
PUERTOS Y ES'l'ABLECIMIEN'fOS
HWUS'l'RJALES
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}el'bales a Misiones, asegurando así una fuente de inagotables rÍlluezas. La primera de esas empresas, ya ha elaborado yerbas de cultivo, y se calcula que en pocos años más, la producción de los yerbales de, San Ignacio, sobrepasará a la de los silvestres de toda la zona. Las plantaciones se han hecho por «mudas»-plantas pe{lueñas traídas de los manchones cercanos-o por ejemplares de vireros, pues la yerba e reproduce perfectamente de semilla, y casi todas ellas se desarrollan al amparo del monte, limpio de malezas: El impulsor principal e inteligente director de las plantaciones, ha sido y es en la actualidad el ingeniero agrónomo francés Pablo Allain, de la empresa Martín y Cía., en la iniciación de los trabajos, Y hoy de «La Plantadora». San Ignacio es también centro de conchabo, aunque de menor importancia. XXv. Santa Ana.-Ayudantía.-Colonia y pueblo, una legua al interior. Cultivos generales de la región. Centro de conchabo. XXVI. «La Mina».-A. Perasso y Cín.-Aserradero a vapor, fábrica de casas y construcciones en general de madera desmontable y pequeño astillero. Establecimiento provisto de modernos y perfeccionados elementos de trabajo. Simpático exponente de progreso industrial. Organización, régimen interno, horario, jornales y salarios iguales a los del mejor establecimiento de cualquiera de los grandes centros industriales de la República. El trabajo temporariamente reducido, con escaso personal de talleres. «La Mina» ha Ilegado a tener hasta 230 hombres. entre empleados, operarios y peones. XXlVII. Cnndela¡'ia.-Aoyudantía.-Colonia y pueblo a una legua al interior, a la vista de Posadas. Diversos cultivos. Centro de ('(lnchabo.
TERRITORIO
PARAGUAYO
1. Puato Espa1ia.-l!icto/'iano Benítez.-Ultimo puerto a que 11e:gall los vapores de la carrera del Alto Paraná, desde Posadas en aderante. Elaboración de yerbas en pequeña escala. En los trabajos se emplean indios, casi con exclusividad. . n. Puerto Al1wlia,-Del establecimiento contiguo de Espinosa y Allica . P unto d'e arribo de peones y dee recepclOn receoci , d e prOVISl?nes .. .
BOLE'IÍ); DEL DEP,\RTA:llE);TO );.\CJQ);.\L
i~1
DEL '.rR.\B,\JO
lII. PUM'tO .ddela.-Espinosa y Allica (Daniel) .-Obraje y explotación de yerbas. De este establecimiento arranca el camino a Matto Grosso. Población obrera calculada: 200 hombres. IV. Puerto Iten1Jbey.-J1.isiones, Lancl Cía.-Qbraje.-Punto de embarque de las yertas elaboradas por Parody Hermanos. V. Puerto Santa l'eresa.-Sucesión Dioverti.-Obraje y explotación de yerbas. VI. Puerto Sáenz Períia.-Portaiis y Cía.-Obmje.-En liquidación. Escaso personal ocupado en traer al puerto la madera tra bajada y embalsada. VII. Puerto Las Palmas.-Ayala y Vega.-Yerbas. Excelente prodncción. VIII. PUM'tO Tocurú-Pucú.s-La industria; Pamgllaya. S. A.Yerbas.-Por este puerto y por los siguientes de Embalse y Miseria {] Flor de Lis, tiene salida buena parte de la producción yerbatera de la piás grande de las empresas paraguayas en el ramo. Fundada en 1887, en no interrumpida marcha próspera, ha ido ensanchando paulatinamente la zona de su dominio y trabajos. Los tres puntos nombrados forman, sobre el río, el extremo oriental del pa-, ralelógramo que pone en fácil comunicación con los grandes mercados, a una buena parte de las 1.150 leguas cuadradas de propiedad de la empresa, y que se extienden, con breves interrupciones, desde las sierras de Mibaraeayú-Amambay hasta el centro del territorio paraguayo, por ese lado. Son pocas las acciones de La Industrial Paraguaya que no hayan sido adquiridas por la empresafinanciera y de negocios sudamericanos presidida por 1\1. Percival Farquhar, que piensa ampliar considerablemente sus operaciones. Los trabajadores de esta empresa son en su totalidad paraguayos. contratados en los centros de conchabo del mismo país y algunos indios guayanás, cangüá o teyhy, del interior y de la frontera brasileña. La población obrera es de las más numerosas y aunque no se conoce bien su número, se supone que él no baja de 3.000 a 3.500 hombres. La Industrial Paraguaya, entrega anualmente al consumo 10.000.000 de kilos de yerba; elaborada en sus molinos de Asunción, Corrientes y Rosario de Santa Fe. En la segunda de dichas ciudades posée también un poderoso aserradero a vapor: Sistemas de trabajo y jornales en los yerbales. análogos a los del resto de la región. Como medio de transporte para la yerba la empresa emplea, entre otros, el especial de carritos tirados por bueyes. Es'tos, carritos cargan 80 arrobas en caminos regulares y hasta 120 en los buenos.
PCERTOS y EST.\BLECDIIE);'l'OS
l);,DUS'l'RLlLES
41
IX y X. Puedo Em,balse y Puerto I!'101'de Lis o MliseJ'ia.-La In: dust?'ial Paroquaua. S. A.-Obraje y embarque de yerbas, el primero. Obraje solamente el segundo. Véase la referencia VIII. XI. Puerto .María Luisa.-De la propiedad del doctor Bertoni, en la desembocadura del Río Monday, Por dicho río salen al Alto Paraná las maderas de los obrajes interiores de A. Perasso y Cía. XII. Puerto F'lo?'es.~De la misma propiedad. XUI. Puerto Bert01bi.-Dooto?' M-oisés Bertoni.~Colonia experimental agronómica. Importantísimos cultivos definitivos y de ensayo. XIV. Puerto Bertoni o pú'á.Pnitáj Reto Berioni y A. Perasso y Cía.- Yerbas.-En el establecimiento de los segundos trabajan, bajo las formas usuales. alrededor de 400 indios guayanás. .XV. Puerto P(~ranambú.-A. Perasso y Cía.-Obraje. Paralizado. XVI. Puerto ltá 1pité-c-Doniinqo Bal'the.- Y erbales de culti vo ClI formación. Véase la referencia siguiente. XVII. Puerto Ñacnnday.-Domingo Bal·¿he.~~Iaderas y yerbas. -'1'res obrajes y un yerbal dependen de la administración de Xacuuday, que abarca la parte Yorte-52 leguas cuadradas, 2 X 26de otra de las zonas de propiedad particular más vastas del Paraguay: 412 leguas. Los obrajes son: el «Maroma»' a 2 112 leguas al interior, sobre el precioso río ~-Tacunday, el «Boca» a 4 leguas y el «Tigre»-obraje y yerbal-a 7 leguas. Creación de J orge Barthe, cuidadosamente pensada en conjunto yen detalle, será al rabo de algunos años-vencidos ciertos obstáculos que dificultan o entorpecen su avance, una obra industrial de positivo mérito. La administración general del establecimiento está a cargo de don Roque Rojas, viejo trabajador de la región, hombre de limpio criterio y de bondadosos sentimientos, a quien los peones respetan y quieren de veras. Los sistemas de trabajo y formas de producción Son hasta ahora los que desde el comienzo de las explotaciones en el Alto Paraná se mantiqnen en uso,p~ro ellos se encuentran suavizados por detalles que 101; hacen más aceptables. Al solicitar en Ñacunday el dato de su población obrera, se me proporcionó la gratísima sorpresa de presentárseme en un censo, r . eC1entemente levantado en todas sus dependencias, censo en que la operación aparece clasificada por sexos y dividida en mayores y 111enores de 14 años. No existe en la región otro establecimiento qUe lo tenga. Y a la fecha, es muy posible que Ñacunday ofrezca otra nota rara y fuertemente simpática; una escuela elemental
42
BOLE'l'fK DEL DEPAR'l'.UIEN'l'O
X.\ClOX.\L
DEL TR.\BAJO
para los hijos de los obreros radicados allí. Durante mi visita, en enero del año pasado, se construía el edificio de madera en que había -de instalarse, para iniciar los cursos el T.v de marzo. Tengo entendido que el personal docente será costeado, en parte por el gobierno paraguayo, y en parte por la empresa. Se proyecta la instalación de grandes talleres y de máquinas destinadas a transformar los torpes y primitivos sistemas de las labores actuales. A unos pasos -del puerto y de la administración, se precipitan desde treinta y seis metros de altura, en extensa línea uniforme, las aguas del río Ñaeuuday, y es esa potente caída la que ha de utilizarse como fuerza motriz para los talleres y máquinas. Existe en Ñacunday una vía de acero de 4 kilómetros, en la primera parte de la gran picada que liga los obrajes y el yerbal dependientes de la administración. El servicio de transporte se hace en esa vía por medio de zorras tiradas por mulas , y más adelante . , por carros polacos iguales a los de Santa Elena. Se produce abundantemente yerba de cultivo; hay en viveros 250.000 plantas de un año, y trasplan tadas en lugar definitivo (ejemplares de dos 'años) más de 10.000 plantas. La población obrera, dentro de las -divisiones del censo a que he aludido se detalla así; Administración, maestranza y diversos servicios, 78 homhres.
Maroma»
«Obraje
Varones Mujeres Niños
»
mayores
de 14 años.
»
95
»»»
35
de 6 a :t4 años. menores
de 6 años.
Total.
.
.
]9 23
.
.
172
«Obraje Boca»
Varones
ma.yores
de 14 años
Mujeres » »» Niños de 6 a 14 años
»
menores
.
.
.
80 22 18
28
de 6 años. Total.
.
»....
.
PUER'l'OS y
ES'l·AHI~E<-I~IIJ:::\'l·USIKDUS'l'RI.\ LES
«Obraje y yerbal Varons s n.ayoras
»
Tigre»
de 14 a ñcs ,
137
» »»» de 6 a J4 años.
55
menores
31
Mujeres Xiños
24
de 6 años , Total.
Dos
43
comitivas
Total de la población jeres y niños.
2H
no censadas,
general
de 35 hombres
c/u.
70
de Ñaeunday : 715 hombres, mu-
XVIII. Puerto Yaclly.-DO?1ÚHgo Barü. e.-Obraje.-Del de la rnisma propiedad. XIX. Puedo 7 de agosto.-(Antigno) -.-..:Paralizado.
tipo de
sus similares
XX. Puerto 7 de agosto.-(Nuevo)
Domingo Bcwthe.-Obraje.
Dorniuqo Badlle.-Ohraje.del tipo primitivo. . XXI. Colonia San Lorenzo-c-Dominqo Ba1'the.-De reciente f'ormación.-El propietario se ha propuesto, con la fundación de de esta colonia, fomentar el progreso de la zona e impulsar la creciente valorización de sus tierras. Ha destinado 20 leguas cuadra,das de 1875 hectáreas para asiento de la Colonia. La situación es buena y la tierra es rica. cubierta de bosques. La 'administración general está confia da a José Ambrosio Scholler, consocio de los concesionarios Raverchon y Scholler fundadores de la colonia Hohenaw, situada más abajo: casi frente a Corpus. La nueva colonia ha sido fraccionada en chacras de 30 hectáreas .Y todas tienen agua,-arroyos o manantiales.-Las primeras 30 <:hacras se ofrecen gratis a los colonos que quieran establecerse en ellas y las otras se venderán a 6 o/s .. la hectárea. No se entrega o Vende tierra sino a los agricultores con familia. La empresa ofrece, Persiguiendo el objetivo ,de su particular interés ya expresado, toda, clase de facilidades a los colonos, tales como fletes y pasajes reducidos' en eus vapores, alojamiento' gratis por 14 días en la casa de inmigración, plantas de yerba y naranjas, etc., pero hasta ah01'a la obra se mantiene en estado de embrión. . XXII Puerto San Rafad.-'-Dmningo Ba1ille.-Y.erbas.-TrabaJO", en la forma corriente de los demás establecimientos de la re~ión y de la misma propieda d. Se clasifica
dentro
*
BOLETfx
DEL DEP.\Rl'.UIENTO
?HCIONAL
~XIII. Puerto Yatitay.-Domingo Bal'the.-Obraje. ~XIV. Puerto T~mbey.-Domingo Barthe.-Obraje. XXv. PUC1'tOTnllnfo.-Dorningo Barthe.-Obraje. XXiVI. Pue rto Pirayuy.-Dorningo Bal.the.-Obraje. Puedo EdeLira.-Dmningo Ba1"the.-Obraje.-Primer puerto de la propiedad cuyas dimensiones han sido expresadas en la referencia XVII. De Puerto Edelira partirá el ferrocarril -proy.ectado,-que llegará a Ñacu nday, cruzando la selva a distancia de siete ~eguas de la costa línea media de la propiedad y en recorrido aproximado de 150 kilómetros. Los presupuestos presentados por casas francesas, alemanas y norteamericanas son para un ferrocarril de 0.75 de trocha.
xxvrr
. XXVIII. Colonia Mayntzhusen.-Fundada hace años, por un animoso empresario alemán, no ha progresado; pequeño centro ag.rícola de cultivos regionales, se mantiene estacionario. XXIX. Ptu;;rto Yagnrazapá.-PedTo C. Labat.-Obraje. XXX. Puerto Carendus-s-Pedro C. Labat.-Obraje. XXXI. Puerto Lafontaine.-(Pirapó) Lafontaine .!J Cía.-Obraje.-Se inicia actualmente la organización de este establecimiento que promete descollar entre los de su clase. Los trabajos abarcan 50 leguas de bosque. Se hacen importantes construcciones instalándose asimismo un poderoso aserradero a vapor. La población obrera de éste y de los obrajes de Pedro C. Labat,-que ha contratado la ejecución de algunas obras para la empresa de Puerto Lalontaine,-era, en enero último, de 400 hombres en conjunto. XXXII. Puerto Mbo1'Oré.-Leiia.-Sin importancia. XXXIII. Colonia Hohenav.~Núcleo de población agrícola digno de mención. Cultivos intensivos, inteligentemente dirigidos. Colonos brasileños, alemanes emigrados de Río Grande. XXXIV: L(~ Cantera.- Yerbales de cultivo.-H errera 11ega.Grandes VIveros y plantíos que parecen prolongar sobre el Paraguay, los expléndidos cultivos argentinos de San J gria cio. Establecimiento moderno. Empresa bien conceptuada.
TERRITORIO
PCERl'OS y
DEL TRAB,\JO
BRASILEÑO
1. Puerto Artaza.-J1&Lio T. AUica.-Yerbas.-Produce alrededor de 1.500.000 kilos anuales. 500 a 600 obreros. Establecimiento moderno, excelente organización. J.10S trabajos se' realizan, en parte sobre
ESTABLECIII'IlE~l'OS
lK,DUS'l'RIALES
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tierras de propiedad particular, y en yerbales fiscales arrendados al Estado de Paraná. Varias hectáreas libres de monte dedicadas a di"er30S cultivos. La limpieza de cada hectárea-volteo , destronque , etc.-la obra más completa de la región-cuesta, según cálculos del propietario, &; 55.
n.
Pontón Aragóll, de la empresa Laranqeira, l11énclezy Cia.-
Yerba s.-Trabajos en el Estado de :\I'atto Grosso, al oriente del Estado de Paraná y norte del Paraguay. Exporta por esta vía fluvial de ;) a 6.000.000 de kilos por año. Difícil es saber exactamente la población obrera de ISUS yerbales, pero basándose en el dato obtenido sobre el número de su personal de transporte, puede calcularse aquella en algunos miles de hombres, en tiempo de producción intensa . La empresa por medio de agentes especiales contrata la mayor parte de su personal en los departamentos del centro y nortc 'Paraguayo y por caminos de la frontera, se les interna en los lugares del trabajo. Hasta hace algunos años, el gran mercado de brazos de Posadas suministraba un buen contingente de obreros a dicha empresa, pero en la actualidad son muy pocos los que contratados allí, llegan a Pontón. Los conchabadores hacen toda clase de esfuerzos y recurren a todos los medios, aun al del engaño, como lo comprueba el caso ocurrido en el puerto, en los primeros días de enero, caso en el cual intervino el señor cónsul del Paraguay en Posadas don Elías . Baldobino, y que debidamente documentado se presenta en otra parte de estas notas. No hay empresa que en el acto del conchabo ofrezca mayores anticipes a los obreros (alcanzan hasta quinientos pesos moneda argentina) y ninguna, a la vez, que sea más temida 'Por ellos. ;";0 trato de formular cargos a una empresa, que como la de Larangeira, Uéndez y Cía., me es desconocida, peor no haber llegado a sus dominios, sino de apuntar, en cumplimiento. del deber, una notable modalidad del ambiente obrero regional. De,de el Pontón, los hombres contratados en Posadas, Candelaria, Santa Ana, etc., son conducidos en chatas remolcadas por lanchas a nafta-de propiedad de la empresa-hasta Puerto San Juan, a tre~ leguas de Aírtaza en línea recta, más o menos, pero en realidad a cinco por las grandes curvas que describe el río a' esa altura. Puerto San Juan es el punto de arranque de un ferrocarril de la misma mpresa-,--actualmente en construcción-e-que lo unirá a puerto. MongOlí, ya sobre el famoso salto del Guayrá, 40 kilómetros. La navegaci(ín desde Pontón a Puerto San Juan, se hace con elementos exclu..~iv()s de la empresa, lo mismo que desde puerto l\Iongoli en adelante,
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en muchas leguas de extensión. El trayecto entre los mencionados puntos lo hacen los peones, en la parte de vías construidas, en zorras tiradas por mulas y desde allí ,-iedirigen a pie o se transportan en ehatas, si lo exigiera la distancia, a las zonas de labor. El trabajo de la elaboración de yerbas es continuo en el Estado de Matto Gro-so. Según informaciones suministradas 'por algunos ex obreros de la eOl11pañía .r por corredores de hacienda que operan en la región. esta tiene establecido, desde tiempos atrás como tipo único de remuneración el sueldo mensual de cien pesos moneda paraqutu)« .IJ la comida para todos los trabajadores cualquiera sean las tareas a que se dediquen. La alimentación es buena, quizás mejor que en los otros establecimientos del Adto Paraná, pues a la mayor parte de las cuadrillas obreras se les suministra, semanalmente, abundante provisión de carne fresca. En los casos de en fermedad, de imposibilidad fisica temporaria para el trabajo, a los obreros se les descuenta el día y ~e les carga el valor de los alimentos. En las dependencias de la compañía no existe el descanso dou: inical. ' A propósito de esta fuerte compañía y de los procedimientos de trabajo en los yerhales de Xlatto Grosso, conviene consignar la impresión favorable producida por una .1' otros en el ánimo del diputado al Congreso d: aquel Estado, señor Víctor de Araujo, que en el mes de enero del corriente año llegó a Posadas, después de una larga jira de inspección ordenada por el gobierno de su pais, sobre los yerbales y trabajos de refer-encia. El diputado Araujo declaró, interrogado sobre el particular, que había visitado las, zonas de Ñuverá, Santo Tomás, Puerto Mongol i. Iguatimí, Amanhav, Dorados, Brillante y Hierna, y que en ninguno de ellos le fué dado recoger la menor queja relacionada con los malos tratos que según se afirmaba recibían los peones de parte de los empresarios o encargados de trabajos. Dijo, asimismo, que en su ohligación de inquirir xi la empresa (Larangeira, :\féndez y Cía.) cumple o no el contrato de explotación de yerbales y la f'orma de tratamiento a lo, peones, había podido comprobar que cumple <l satisfacción las obligaciones contraídas .Y que a éstos se les trata ·bien.Bn lo que re pecta al último punto, hace notar que sólo en Puerto Xlongoli se sacrifican de 180 a 200 reses mensuales con destino 'a la rnanutención de las gentes (le trabajo. Partieularizándose con la empresa, agregó que cuenta con un gran taller mecánico y fundición de hierro y hronce y con un astillero donde se construye actualmente un vapor de ]:)0 H. P., tipo Jorbá.
PUERTOS Y ES'l'.\BLECIM1EN'l'OS
lNDUS'l'RJ.\LES
±T
«Presta iinportantísimos servicios a los estados de .:\latto' Grosso v Paraná por sus numero 'as vía" de comunicación, ha instalado herm~-. sos y resistentes puentes sobre los río., Iguatirní, Amarnhay, Dorados. Brillante y Hiema, habiendo construido además :1:0 kilómetros de ferrocarril para unir el Alto y Bajo Guayrá»... El informe quepresentará el diputado J..raujo a su gobierno. «)Jo contendrá cargo alguno contra la empresa Larangeira, :Jléndez y Cía., por mal trato. a los peones, puesto que no ha recibido una sola denuncia. compro-o bando personalmente que tiene una disciplina severa pero humanitaria y necesaria para mantener el orden en peonadas tan numerosas. La falta de desórdenes en aquellos trabajo .s y el buen com-. portamiento de los peones lo atribuye el diputado Araujo a que nose permite en absoluto el uso de bebidas alcohólicas y a la constan te vigilancia de las autoridades del Estado» (1). lII. San Francisco o 12 de Octubl'e.-Núfiez y Gibnja.-Empresa argentina.-Yerbas. ' IV. Río Branco.-Compnñía Maderas Alto Paraná.-Obraje.Actualmente paralizado.e=Esta compañía, poseedora de cien leguas de selva dentro de las cuales están comprendido" 103 dos obrajes siguientes, Britania y Felicidad, trabaja con un total aproximado, de 250 obreros. El concepto de la gente de trabajo le es favorable. V. BJ'itania.-Situado en la desembocadura del río San Franci co, . que a una legua al interior, presenta la caída de aguas más irnportante después de la del Iguazú y la del Guayrá.~Coll)pañía ::\[aderas Alto Paraná.-Obraje.-Establccimiento moderno, perfectamentemontado. Se construye un ferrocarril que tendrá 80 kilómetros deextensión hacia la zona de trabajo. Importante astillero, en el cual está en obra una chata de 500 toneladas, la primera de una 'serie deembarcaciones en proyecto, que han de servir para el transporte demaderas a los grandes mercados argentinos. VI. Felicidad.-De la misma compañía.-Obraje.-TemporariaIllente paralizado. VII. Santa' Blena=-Domicqo Bcwthe.- Yerbas.-Establecinücnto importante bajo todo' concepto. Muchas leguas de extensión, partede propiedad particular y parte arrendadas al Estado de Paraná. Excelente organización en los trabajos y en la administración. An-
--
(J) 'Estas impresiones se transmitieron por telégrafo desde Posadas y fueronPUblicadas por «La Nación», de la Capital Federal el 27 (le enero de 19]4.
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BOLE1'ÍK DEL DEP.\R'l'AlIlE);'l'O X.\C'lO);.\L
DEL l'R.\B.\JO
chas y cómodas picadas hacia el fondo de 10$ yerbales, tan buenos como las de Artaza, las mejores del Alto Paraná. Las yerbas que antes se conducían al puerto a lomo de mula, se traen ahora por ellas, fácilmente, en carros polacos, introducidos en l~ región por Jorge Barthe. Estos carros, livianos, resistentes y ligeros no solo han simplificado y mejorado el transporte. sino también que lo han abaratado de manera considerable (1). Los rozados 'para el cultivo del maíz, poroto, etc., se hacen en Santa Elena siguiendo un plan anterior meditado y serio, a lo largo de las picadas lo cual contribuye a darles, ensanchándolas, el hermoso aspecto que presentan allí y en el ya citado y próximo establemiento de Julio T. Ailliea, Esmerada preparación de tierra de cultivo. El desmonte completo de una hectárea, importa, según cálculos de la dirección de Santa Elena, de $ 65 a $ 70 moneda argentina, valor desigual al que se les asigna en Artaza. Los trabajos de desmonte se efectúan, generalmente, aprovechando diversas circunstancias favorables, entre los meses comprendidos de abril a enero. Dos trabajadores de monte-una «yunta», como se dice por allá-s-pueden hacer algo más de dos hectáreas por mes. VIII. Ltocorá.s-sr atricio lIioleda (argentino) .-Explotación maderas y yerbas. La población obrera de este establecimiento, que trabaja en menor escala, se calcula en 150 hombres. IX. Bella Vista.-Higinio Alegl'e.-Obraje (por el momento paralizado), y plantaciones de naranjos y bananos. La dirección de Bella Vista está a cargo del señor Pedro Gandolfi, hombre joven de apreciables condiciones de inteligencia y corazón. Cultivos y trabajos ordenados, serios, buen trato a los peones. Evidentes simpatías de éstos hacia sus patrones. Precio razonables de los artículos de proveeduría. Nota singular: este establecimiento es el único del Alto Paraná que no ocupa intermediarios en los centros de conchabo para satisfacer sus necesidades de brazos: trabaja, casi exclusivamente con los peones fugados de los otros establecí mientos. Población obrera: 180 a 200 hombres en épocas de trabaj o intenso. X. Foz do Iguae'/Í..-Colonia.~La ex colonia militar del Iguazú, asiento de las únicas autoridades brasileñas del Alto Paraná, desde el límite argentino hasta el último punto de la navegación, bajo del Guayrá, és una pequeña población de escaso movimiento comercial, tributaria de la plaza de Posadas. Aduana, fiscalía de rentas del es-
(L) Ver la nota especial
referente
PliERTOS y ESTABLEC'UIIEXTOS IKDUSTR[ALES
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tado y federal. Desde tiempo atrás se comunica con Curytiba, la capital del Estado, ~' con el resto del país por una línea telegráfica(el telégrafo argentino llega en Misiones, por la parte del Alto Paraná, hasta la capital de dicho territorio solamente). Buenos caminos. Ferrocarril en proyecto (concesión ya acordada por el gobierno federal) .
a este género- de transporte. 4
EL CONCHABO
111
El gran mercado de brazos de la region es Posadas; luego vienen los centros secundarios de Candelaria, Santa Ana y San Ignacio, colocados, quizás, por la casualidad en orden de importancia, como lo están geográficamente a lo largo del río, subiendo hacia el Iguazú, Se contratan también peones en Encarnación, ciudad paraguaya situada frente a la capital de Misiones y en Barracón, al extremo nordeste del territorio sobre la frontera del Brasil, pero son puntos de escaso significado en el asunto de esta nota. Posadas atrae al trabajador del Alto Paraná; lo atrae con imperio, irresistiblernente, como lo atrae asimismo la selva con su silencio, con su misterio y con sus dolores. En el trabajo, cualquiera sea su procedencia o punto de partida, piensa en ella, no la olvida por un momento, y si se desvive para saldar su cuenta con el patrón, es tan solo para volver a Posadas y gozada, a su manera, en tres, cuatro o cinco días-nunca más-de absoluta libertad. Porque la verdad es esta: el peón soporta la ley del más duro de los trabajos, ani'quila su salud en su ejercicio y sucumbe, joven aun a su peso- por la única .Yexclusiva recompensa de esos días de libertad obtenidos a 'largos intervalos! El barrio obrero de Posadas se extiende al norte y al este de la ciudad a través de un buen número de manzanas, por cuyo centro desciende al puerto, desde la calle Buenos Aires, la línea quebrada de la Bajada Vieja. Es una fatigosa e interminable sucesión de construcciones de madera, mezquinas y sucias, que sirven de asiento a tabernas y burdeles, más ruines aun. Las puertas, cuando se recorre el l:arrio, parecen multiplicarse, y cada una de estas deja ver el negoClOaparente que en ellas se efectúa: la venta de bebidas alcohóli~:~: aparente, sí, porque en realidad es la prostitución clandestina " fuente peincipal de sus ganancias. En ese barrio, que por extenS10nse le designa con el nombre de Bajada Vieja, y sus prolongacio. llpe!'isobre el puerto, es donde reside el peón los días de su corta erl11al1en . lo Cla en la ciudad y allí donde lo busca el conchabador que asecrura la ! " He¡:¡' e para a inmediata contrata. En lOS burdeles y en las eaSe le Ve ebrio, en el estado de inconsciencia tan propicio a, las
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BOLETÍX
DEL DEP.\RT.\M¡;;X~'O
"AClO".\l"
DEL TRAB.\ZO
explotaciones de que son víctimas. De los e~tablecimiento., de procedencia vienen sin recursos y con el único propósito de «divertirse» unos pocos días en la ciudad. El anticipo se impone entonces, y el conchabador, que conoce individualmente a los peones se los ofrece no bien desembarcan, como medio de garantir la~ pin~ües utilidades que les proporciona el conchabo en la forma irregular de su práctica en Misiones. . Desde el momento de la primer entrega de dinero en calidad de anticipo, el peón le pertenece al eonchabador, que no lo pierde de vista hasta su regreso y arribo al punto de destino, pues, aun dentro del vapor que los conduce, se ejercita sobre ellos la vigilancia indirecta del conchabador por medio de sus agentes a bordo, como se verá en la nota siguiente. Hay buenos y malos conchabadores, pero los segundos son los más. Según las informaciones de la policía, Posadas tiene diez y nueve de diferentes nacionalidades. Los que operan con más éxito son los turcos, que figuran en la lista en número de seis. Casi todos son propietarios de pequeños y grandes negocios en ramos generales de comercio, pues ello aumenta considerablemente el renglón de sus abultadas ganancias. Después de la primera entrega de dinero viene otra y otra y luego, la provisión de ropas de trabajo y de paseo, de 'p~ñuelo~ y géneros de seda, de perfumes y baratijas para las mujeres, compañeras de un momento. la mayor parte de ellas, a quienes obsequia con generosidad. Se cometen a veces verdaderas estafas. Conservo en mis anotaciones referentes al anticipo y sus formas, la cuenta de un peón a quien se le cargó en su libreta la suma de $ 56, valiéndose del siguiente curioso procedimiento: Un sombrero. . . . Saco y pantalón. . . Extracto, $ 6; pañuelo Un pañuelo para atar,
. . . . . . . . . . . . . seda, $ 2.50; $ 0.25. . . .
Total ....
.... . . . . faja, $ ].80. . .
$
» » »
8.50 ]2.20 ]0.00 25.00
$ fí6.00
Nótase el e1TOT del comerciante que al trasladar a la columna de las cifras el valor del pañuelo para atar, $ 0.25, en lugar de fijarlo en la segunda columna, lo hace en la primera, elevando así, por ese involu-ntaria ('1'/'01' el costo del artículo de veinticinco centavos a vein. ticinco pesos.
EL COXCHABO
y a las utilidades an en las sucesivas ~as controla porque
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expresadas se deben agregar las que' se alcanentregas de dinero en efectivo, que el peón no no se encuentra habitualmente en condiciones
de hacerlo. Los conchabadores perciben de los establecimientos para los cuales conchaban, la cantidad de $ 3.00 a $ 5.00 ~or cada peón contratado Y otra cantidad que varía según sean las empresas que los utilizan, una vez vencido el tiempo del contrato, que se dice de seis u ocho meses, pero que en realidad se prolonga hasta la completa cancelación por parte del obrero, con su trabajo personal, del v-alor del anticipo recibido. Y la proporción de los trabajadores que pueden colocarse dentro de los términos de la duración del contrato, es baja, comparada con la de los demás. La Compañía de Tierras y Maderas del Iguazú, paga a su conchabador en el concepto indicado la cantidad de $ 10, por cada peón cumplido. Los contratos de locación de servicios no son escritos: son simplemente compromisos verbales. No se hace ningún género de propaganda para conseguir brazos en satisfacción de las exigencias del mercado, por lo menos en Poadas y en los centros menores de conchabo del 'I'erritorio de Mis:ones. Los conchabadores ven directamente al peón y le ofrecen el anticipo en la forma y condiciones ya descriptas, o son buscados y vistos por ellos mismos, lo que ocurre no pocas veces. El conchahador es amable, casi cariñoso con el peón durante el período en que éste permanece bajo su vigilancia, divirtiéndose en la ciudad, pero el día del embarque, ya a la mano y frente el vapor que ha de eonducirlo al cumplimiento del contrato, se modifica, adquiere actitudes y gestos de amo ,y señor. Inútiles son en esos momentn, las reclamaciones o quejas. Ensoberbecidos, no los escuchaban, ni aun en simples casos de consulta, formulados en tono respetuoso y humilde. Re observado que ciertos conflictos entre conchabadores y peones, producidos por la exigencia de aquellos y la negativa de estos al emharque, se dirimen ante la autoridad de la subprefectura del puerto, que interviene, no sé con que criterio ni en virtud de qué facultad. Lo, trabajadores salen pues de Posadas sin que se les haya expre~ado la~ condiciones en que tendrán que efectuar la labor en los es~blecünieútos de destino, ni aun la naturaleza de ésta por lo general. r o se ha estipulado nada con respecto a la duración de la jornada, a la cantidad y cardad de los alimentos que deben recibir, en una
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DEL DEP"\RT.\MEX~'O
palabra, completamente ajenos a la nueva situación que les espera, y muchas veces, ajenos también, hasta la llegada a dichos establecimientos, de la cantidad exacta de dinero que deben al patrón en concepto de anticipo. A propósito de esto, quiero hacer constar otra ventajosa innovación introducida en las prácticas fósiles del Alto Paraná por la Compañía de Tierras y Xladeras del Iguazú. Un em. pleado de la administración en Posadas, concurre a bordo de todos los vapores que conducen peones para el obraje de Puerto Segundo, y allí, en presencia de cada 'Peón, controla las anotaciones hechas por el conchabador de la empresa y solicita de aquellos-previa lectura y paciente explicación de las partidas cargadas en cuentasu conformidad. Producida esta, se le entrega la libreta al interesado, quien emprende el viaje con la seguridad del punto a que se dirije, en primer término, y en segundo, con el conocimiento exacto de su anticipo, en mercaderías y en dinero efectivo. Es conveniente hacer notar que los agentes conchabadores de las grandes empresas de explotación yerbatera o forestal, con casas comerciales en la capital del territorio, no tienen otro negocio que el de la propia agencia. Las mercaderías y el dinero que hacen el anticipo, las entregan las mi mas empresas, como igualmente satisfacen, en mercaderías y dinero, los haberes anotados en la libreta de los peones de regreso, en los casos de excepción que los contienen. Y en estas casas, como en toda' las otras, frecuentadas por los peones, los artículos se venden a altos precios. El movimiento de peones en Posadas es activo, como debe suponerse. Según un cuadro de la subprefectura que tengo a la vista, ese movimiento ha alcanzado durante el año 1913 a las siguientes cifras: 4.327 4.077
Entrados. Salidos.
Descompuestos los anteriores totales en las cifras parciales determinadas por la nacionalidad de los peones, llegamos a los resultados que van a continuación: En el primer renglón: Argentinos.
.
Paraguayos. Brasileños.
. .
.
.
En el segundo renglón: Argentinos.
.
.
2.039 ] .223 815
.
Paraguayos.
. . .
Brasileños.
. . . .
4.077
Diferencia a favor del primero: 250. Las cantidades que se consignan no son las exactas en cuanto al número de obreros qne entran y salen de Posadas, pues ellas comprenden solamente la de los pasajeros de a- clase, y desde un tiempo a esta parte, no son pocos los peones que pagando el doble del valor de sus habituales pasajes, viajan en 1.0. clase. Yo creo que un aumento de 10 % en esas cantidades, acercaría, en discreta aproximación, a la realidad del movimiento que ellas expresan. El centro de conchabo de ,Candelaria, que es de los centros argentinos el inmediato a Posadas, tuvo durante el mismo año, a estar a las planillas de la Ayudantía del Puerto, el movimiento siguiente: 398 436
Entrados. Salidos.
.
Por nacionalidades, Primer renglón:
en el orden establecido:
Al'gentinos.
265
Paraguayos.
94 39
Brasileños.
398
Segundo
renglón: Argentinos. Paraguayos. Brasileños.
.
.
.
.
.
297 98 41 436
2,164
.
1.298
. . .
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EL CONCHABO
:-<AClOXAL DEL 'fRAB.\JO
.
.
.
865
4.327
Diferencia a f.avor del segundo renglón: La diferencia de Candelaria es contraria das .. Candelaria tiene dos conchabadores.
38. como se ve a la de PO!'<l'
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11I1
sor.srtx
DEL DEP.\R'r.\lIlEX'l'O
X.\ 'LOXAL DEL, 'rR.IB.IJO
EL
Santa Ana, el 'tercer centro, viene despué , con el movimiento que se fija exactamente en conjunto y detalla en lo posible, por cuanto las planillas que lo contienen no dan en todas las líneas la nacionalidad de los obreros. Esta aparecerá, pue , en cálculo aproximado, hecho a base de proporcionalidad -obre los datos conocidos. Entradas Salidas
:'1 Primer
(según »
planilla). »
300 18-!
renglón: Argentinos. Paraguaycs
202 ,
Brasileños.
9
. . . .
89 300
Segundo
renglón: Argentinos. Paraguavos . Brasi lr ñcs , . . . . . . .
.
114
. . .
68
.
2
184
En Santa Ana, se restablece, en mayor proporcion, la diferencia en favor de las entradas que se nota en Posadas. Esta diferencia es de 116. Deben haberse deslizado errores, indudablemente, en las planillas de que se toman estos datos y sobre las cuales se hacen los cálculos que los complementan. Lo peones son poco escrupulosos al formular, obligados a ello, declaraciones sobre su estado, edad, nacionalidad, etc. Por otra parte, esas mismas planillas revelan deficienciade forma muy marcadas. Las correspondientes al movimiento de pasajeros de Santa Ana, presentan, en importantes columnas, semibles claros. Para llenar la información que se suministra, ha sido necesario establecer el porcentaje de los e:;c3.SOSobreros clasificados por nacionalidad. sobre las cifra' totales del movimiento, y conseguir así el número aproximado de los no clasificados. ,En Santa Ana, figuran tres conchabadores-do,; argentinos y un brasileño-que contratan peones para los establecimientos de Domingo Barthe en el Paraguay y para el de Diego P. Kr:eg r en l\1isione .
CONCHABO
Los [nd ustriales se 'quejan en general de la acción que ejercitan ciertos conchabadores sin conciencia. La consideran perturbadora ('Liando no delietuosa. Los peones sujetos a 'u influencia, dicen, son los CJue ocasionan las enormes pérdidas experimentadas por los esta blecinúentos de la región, en concepto de anticipes de dinero hecho; a individuos que si llegan a los lugares de trabajo a que se les destina. es para rugar a los pocos uias, en la primera oportunidad. aconsejados por ellos, que no tardan en obtenerle un nuevo contrato para repetir la lucrati 1"<1 operación. Es difícil comprobar la influencia a que responden los peones al fugar, sobre todo en lo que respecta a la de los concha badores, sigilosa y secreta necesariamente. si existe, pero es lo cierto que los casos de fuga de peones recién c:ontratados son numerosos. .San Ignacio, la antigua reducción jesuítica, es también centro de conc:habo. El movimiento de pasajeros no se registra, pues no tiene ayundantía. Después de la de Santa Ana, no queda otra hasta la de Puerto Aguire, en el Iguazú, ·punto extremo del territorio. En an Ignacio existen dos conchabadores. Se opina que como mercado de brazos es de menor importancia que los dos anteriores. Algunos peones llevan consigo, cuando .~e dirigen a los establecimientos donde deben cumplir su contratos, mujeres y niños, y otros se asocian en ellos, en las breves uniones de que ya me he ocupado. Tomando por base la población obrera censada en :Racunday, estableeimiento paraguayo de explotación yerbatera y forestal, y en el cual sobre un total de 715 personas, figuran 112 mujeres y 143 niños. tendremos que los peones con mujeres o «familia» aparecen en el total que acusa el movimiento de conchabo en los centros obreros cle Xlisiones, durante un año-4.947 hombres contratados y 5.275 de regreso-xdándole a San Ignacio, que carece de estadística, según su importancia, una entrada y salida igual de 250 peones-e-tendrémos. repito, un porcentaje, en' el sólo renglón de los contratados, de 13 peones con familia sobre los que no la tienen. El movimiento de entrada y salida de trabajadores es casi igual durante todo el año en Posadas y en los otros centros menores de (·onchabo. Uña pequeña proporción de aumento se nota en el tiein"[lO qne precede y sigue al de la zafra en los yerbales: de marzo a agosto en 'la Argentina y de enero a agosto en el Paraguay. En el Hril. il no tiene tiempo determinado: el trabajo en los yerbales e~ (·ontinno.
TRAKSPORTE DE PEOXES HACIA LOS LUGARES
DE TRABAJO
'I'res empresas de navegacion, las de Domingo Barths, Núñez y Gibaja Y Juan B. }Iola, con cuatro vapores, el «E delira», el «España», el (~Salta» y el «lb erá» , hacen el servicio de pasajeros y de cargas en el Alto Paraná. El servicio, que es regular en cuanto al cumplimiento de los días y fechas designados para la salida de los vapores, adolece, sin embargo, de graves defectos, principalmente en lo que se relaciona con la conducción de pasajeros de segunda clase, que como se sabe, es en la que viajan los peones,costeándose ellos mismos los pasajes. Barcos medianos, del tipo corriente, empleado en la navegación de nuestros ríos, a excepción del «Tberá», que por su gran rueda de impulsión a popa recuerda a los de la carrera del Nilo, para la que fué construí do muchos años atrás, tienen todo el mismo escaso calado y el mismo sistema de cubiertas y puentes simples. La bodega de estos barcos, casi sin profundidad, no admite la . cantidad de carga que se puede y desea conducir. Se habilita entonces con el objeto indicado, la cubierta, y es allí precisamente don. de se coloca a los peones, cualquiera sea su número y la duración del viaje que han de realizar: 1, 2, 3, 4 o 5 días. y la carga es siempre abundante, excesiva, a punto de comprometer al estabilidad del barco, y con ella la vida de sus tripulantes y pasajeros.' En esto como en todo,se marca la más aliente de las características del ambiente regional: el afán del lucro sin medida, sin límites, sin control. Son de suponer, pues, las condiciones en que viajan los infelices obreros, pu~s, de pie o tendidos sobre las dos grandes estibas que invariablemente se levantan sobre cubierta a proa y popa, hacinados, confundidos hombres, mujeres y niños, en repugnante promiscuidad. No se les proporciona cama ni abrigo de ninguna clase, -y recuerdo 'que cierto día, a bordo del «Edelira» se produjo un amotinamiento de peones porque se les negaban cucharas para el mezquino «rancho» que constituye su comida. Los conchabadores tienen establecido en todos los vapores un serVicio especial de agentes que vigilan a los peones a través de la naVegflción. previendo 10., casos de fuga, numerosos según se ha dicho,
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BOLETíN
DEL DEPART.\MEX~'O
X.\CroXAL
DEL 'fRML\;:'O
en los viajes de ida a los lugares de trabajo. Estos, para fugarse aprovechan la noche y la proximidad de algún puerto favorable a la realización de sus planes. En uno de los viajes que hice a bordo del «España», presencié la fuga de tres peones frente a Encarnación, al salir de Posadas, y de dos, a la vista 'de Puerto Segundo, la noche del 24 de diciembre. Tanto los peones que fugan de a bordo, como los que lo hacen de los obrajes se trasladan de un puerto a otro por tierra, practicando en la selva pequeños piques con sus inseparables machetes, o por el río, valiéndose de Guaviroas, (piraguas hechas con troncos de árboles, socabados a fuego) que ellos obtienen misteriosamente, pues no existen en los puertos del trayecto y los vapores de la carrera apresan a todas las que sin gobierno, abandonadas a la corriente, encuentran en sus viajes. Se utilizan también al efecto maderos flotantes y diminutos balsines, construidos de tacuara, sumamente peligrosos como lo demuestran casos de muerte que han sido posible comprobar. ,Se ha hablado con insistencia de la refinada crueldad de la gente de a bordo para con los trabajadores que conducen en sus barcos. A sus capitanes se les ha llamado repetidas veces «negreros». Con respecto a algunos que conozco personalmente, entre los cuales me es grato recordar a los capitanes del «España» y del «Iberá», señores Juan Francisco Deimonaz y Ricardo González, la acusación es injusta, gratuita. Ellos no ofrecen a los peones lo que no pueden materialmente ofrecerles en los barcos que comandan. Ni pueden ensancharlas, ni dotados de comodidades de que carecen, como lo he di-' cho, en absoluto. Los elementos y reglamentos son de las empresas y no de sus empleados. Y las empresas ganan mucho más de lo necesario para realizar esmerado' servicios. Un solo vapor, el «España», produce a la de Núñez y Gibaja, alrededor de $ 50..000 líquidos por' año, y tengo entendido que las utilidades del «Iberá», de Juan B. Mola, son mayores, como asimismo, que el renglón de ganancias, en el concepto indicado, de la empresa Domingo Barthe es el más alto, dentro de la natural relativididad, de sus múltiple' negocios. Llegados a los puertos de destino y recibidos por sus encargados o administradores, los peones, tras breve permanencia en ellos, son internados en la zona de trabajo, sino se les destina a las tareas de los mismos puertos. En pocos establecimientos hacen el viaje, por algunas leguas, en carros; en los más se trasladan a pie, muchas veces hasta los yerbales de Campoaré y Pepirí, del otro lado de Misiones, hacia el Uruguay. Y con los que llegan, pasa lo mismo que
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TRAXSPORTE DE PEOXES
con los que se alejan de los establecimientos. No se les proporciona ni siquiera el amparo del techo en la corta estadía. En uno de los. me'ores establecimientos paraguayos ví, por cuatro días consecutivos, Ja "arios peones con mujeres y niños que esperaban a la intemperiejnnto a un depósito de yerba aislado en el puerto, soportando el sol de enero y los rocíos copiosos de la región-al vapor que había de conducidos a Posadas.
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CONCEPTO LEGAL SOBHE EL Al\TICIPO ..
Es corriente entre obrajeros y conchabadores la opinión de que el peón que recibe un anticipo y se niega luego a concurrir en día y hora determinado al lugar de embarqee desde donde ha de ser conducido al sitio de trabajo, comete el delito de estafa que nuestro Código Penal castiga. La misma calificac-ión y alcance suele darse a la decisión tomada por un peón de ausentarse de un obraje, cuando aun no ha saldado el anticipo o las deudas que, por cualquier otro concepto ha contraído con el' patrón o empresario. En este último caso una frase consagrada por el uso exterioriza gráficamente el concepto que de la interrupción del contrato de locación de servicios se tiene. Se habla del peón «fugado» y unánimemente el vocablo «fugar» reemplaza a cualquier otro término que con mayor propiedad gramatical expresase el abandono voluntario del trabajo, ya sea antes del término fijado para su duración ya en cualquier tiempo, con un saldo deudor. Como particularidad curiosa cabe indicar que los mismos 'peones están convencidos de que, en las circunstan. cias apuntadas, lo que realizan es un acto de fuga. En lo que se refiere al concepto legal que del anticipo se tiene, he de evitar todo comentario, careciendo de conocimientos jurídicos que me autoricen, con suficiente conocimiento de causa, a sostener que se trata de simples deudas cobrables por la vía de los procedimiento.s civiles y no del delito de estafa que, para sumas menores de $ 500, castiga nuestro Código Penal con prisión de 1 a 3 años. Lo cierto es que en el año 1913-para no referir esta investigación a fechas anteriores-el concepto de la estafa daba lugar, en el juzgado letrado de la gobernación de Músione , al trámite de las causas que, a título ilustrativo de esta cuestión legal, transeribo íntegramente a COntinuMión: Causa núm. 282, iniciada en 14 de agosto de 1913, por estafa, c?ntra don Pedro Cabaña.-En Posadas, capital del territorio naclonal de l\I·isiones, a los trece días de agosto de mil novecientos t1':ce, siendo las nueve ante meridiano, compareció ante el infras~1'1Pto comisario inspector de servicio en el departamento central .e Policía una persona que prestó juramento en forma de decir ver-
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BDLETíx
DEL DEPAR1'AMEXTO
X.\CIOX.\L
DEL 1'RABAJO
dad e impuesta de las penas en que incurren los que se producen con falsedad; dijo llamarse Juan B. Acuña, ser argentino, de cuarenta y tres años de edad, casado, industrial y domiciliado accidentalmente en el América Hotel de esta localidad y quien hizo la siguiente denuncia: Que el día cinco del corriente bajó del Alto Paraná el peón Pedro Cabaña que trabajaba en 103 obrajes de don Daniel Allica, quien se presentó en la casa de comercio del señor Jorge Simón, de esta localidad, solicitando dinero y mercaderías como anticipo para regresar nuevamente a trabajar en el citado obraje; que el señor Jorge Simón le dió C0l110 anticipo, entre dinero en efectivo y mercaderías, la suma de ciento setenta y cinco pesos con diez centavos moneda nacional, con el compromiso de embarcarse p~a dicho obraje en el día de ayer, lo que no hizo, fugándose: que entonces don Jorge Simón practicó algunas averiguaciones y dió con el paradero de éste; que el aludido Cabaña manifestó que no se em barcaba y menos reconocía el anticipo que Jorge Simón le había hecho; que esta mañana el denunciante, como representante y administrador de los obrajes del señor Daniel AIEca lo hizo llamar a la casa de Jorge Simón, a Pedro Cabaña, para interrogarlo sobre su proceder, y 'que al hacerlo éste se le insolentó manifestando que para qué le habían dado ese dinero y mercaderías; que él no se embarcaría ni menos pagaría esa suma de dinero; que cuando el aludido Cabaña le manifestó lo que acaba de 'exponer, se encontraban presentes don .Jorge Simón, Fidel Servando y varios empleados de la casa del primero; que el señor Jorge Simón le hizo el anticipo ya citado, por cuenta y orden del señor Daniel AJWca, de quien se encuentra autonizado para el efecto, que justifica haber hecho entrega de esa suma con los libros de comercio del señor J urge Simón .Y lo avalúa en la suma precitada en daño ocasionado. Preguntado: Si tiene algo que agregar, enmendar o quitar a lo que dej-a dicho dijo: Que no. Con lo que terminó este acto y previa lectura que se le dió, se ratificó en todas sus partes y firmó con el comisario inspector que suscribe. Firmado: Juan B. ACll'iia.-Firmado: Venancio Cambeiro, comisario inspector. I.Jo anterior es copia fiel de su original que obra.a los folios ciento noventa y seis, noventa y siete y noventa y ocho del libro respectivo: para elevado al señor jefe de policía extraigo el presente en el lugar y fecha de su encabezamiento. F'irrnado : Venancio Cambeiro, comisario inspector. '
CO"NCEPTO LEGAL SOBRE EL AXTlCIPO
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Posadas, agosto ] 3 de ] 913.
1 señor subcomisar io Juan L. Sureda para que instruya el pase a 1 1 1 . 1 " orre.spondiente y dése cuenta de hec 10 a senor JUPz esurna110 c . . l' , Cordero, Jefe de po icia. trado d e1 territorio.-Flrlnado: Posadas, agosto 13 de 19] 3.
a! decreto que antecoP 01' re cibido en In fecha, dése cumplimiento dili . 1 de . .:\ómbrase para que actúe c~mo secretario, en e5t~s I 1genc~as a J . Calvo '.. quien re1'tendara las mismas. Con~te.escn ibiien te ~cardo 'Firmado: Juan S Iireda, subcornisario. En la misma fecha se dió cumpli miento al decreto que antecede. Conste.-Firmado: Riw1'do J. Calvo, secretario. Posadas, agosto ] 3 de ] 9] 3.
Cítese a las personas que figuran a deponer como testigos d~n. J 01'ge Simón, :B"idel Servando y demás personas 'que .t,engan c~noClmlento en esta causa, a efectos de que presten declaración y detengase preventivamente al sujeto Pedro Cabaña, acusado de este hecho. Conste.-Firmado: J. Sureda, subcom.sario. En la misma fecl~a se dió cumplimiento al decreto que antecede. Conste.-Firmado: Bicardo J. Calvo, secretario. Posadas, agosto 13 de ]913.
Seguidamente, compareció ante mí, subcomisario de policía y secretario de actuación una persona eitada a declarar en esta causa, quien dijo llamarse Jorge Simón. Advertido de las penas con q~c la ley castiga a los que se producen con falsedad en sus declaracio11e'; juró decir verdad en todo lo que supiere y le fuere interroga~~. Preguntado.: Por su nombre y demás circunstancias personales. D1Jo llnmarse como queda dicho, ser argentino naturalizado, casa.do, c~merciante de Cuarenta años de edad, con veinte y seis de residencia en el país' y domiciliado en la calle Félix Azara es.q;uina San Martín de esta ciudad. J?l'eguntado: Si conoce la causa en la cual va a declarar, la que se le enseña en este acto, como también a Juan A. Acuña, FidelServando y Pedro Cabaña y ú para con alguna de estas le comprenden las genera les de la ley, explicadas que le fueron. D'ijo que conoce el hecho, como a las personas que se le nombran de
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ill
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DEL
DEPART.IAlEXTO
XACIOXAL
DEL
COXCEPTO LEGAL SOBRE EL AXTICIPO
TRABAJO
vista y no le afectan para declarar. Preguntado: Para que diga si es cierto que el declarante dió dinero y mercaderías al sujeto Pedro Cabaña en su casa, diga cuando y hasta qué suma. Dijo: 'que sí es cierto dió dinero y mercaderías al sujeto de referencia por la cantidad de ciento setenta y cinco pesos con diez centavos moneda nacional, haciendo de esto unos diez días de la fecha. Preguntado: Para que diga, cómo y en qué forma el que declara cedió el dinero y mercaderías al sujeto Cabaña dijo: que le entregó el dinero y mercaderías a Cabaña con el compromiso de regresar al Alto Paraná, en los obrajes del señor Daniel Allica. Preguntado: Si el q~e declara está autorizado por el señor Alliea a anticipar dinero y mercaderías a 'personas que trabajan en los obrajes del Alto Paraná que posee dicho señor en el mismo. Dijo: Que está autorizado por el señor AJlica a efectuar anticipas en la forma ya referida, como lo hizo con Pedro Cabaña. PreguntadoSi es cierto que el administrador y representante de los trabajos del señor Allica en el AUo Paraná, don Juan B. Acuña, llamó esta mañana a la casa de comercio del declarante al sujeto Pedro Cabaña porque ayer había sabido el declarante que pretendía fugarse por no haber dado cumplimiento al embarque que debía hacerla ay-er mismo. Dijo: Que sí es cierto, esta mañana llamó Acuña al peón Cabaña; que como le preguntara la manera en que procedía, se disgustó Cabaña manifestando que él no había recibido del declarante anticipo alguno y palabras groseras decía que no tenía obligaciones. Preguntado: Para que diga que otras personas se encontraban presentes. Dijo: Que recuerda haber estada Juan B. Acuña, Fidel Servando o Serrudo, un dependiente del declarante de apellido Lemi, no recordando de otros. Preguntado: Para que diga si sabe o le consta al que declara que Pedro Cabaña haya pretendido fugarse con el anticipo recibido por el declarante. Dijo: Que sabe y le consta, por averiguaciones practicadas por cuyo motivo no se embarcó el día de ayer, y por tal causa comunicó al señor Acuña, representante del señor Allica. Preguntado: Si tiene algo que agregar, quitar o modificar en su presente declaración. Dijo: Que no." Con lo que terminó el acto, previa lectura de la misma se ratificó en su contenido, firmando por ante mí y secretario de actuación de que certifico.-Firmado: J. Súnón.Pirmado . Juan. Sureda, subcomisario.-FUrmado: Ricardo J. Calvo, ecretario.
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Posadas, agosto ] 3 de 19]3.
fecha tnvo entrada el sujeto Pedro Cabaña, en calidad de En 1a . . id l·ncomunicado. Conste.c=F'irrnado : J. Sureda, subcorrnsario. detelll o En la misma fecha se dió cumplimiento al decreto que antecede. Conste.-Firmad.o:
Ricardo
J. Ca~vo, secretario. Posadas, agosto ] 3 de 1913.
Figurando en autos un tal Lemi, a deponer en las. ~resentes ac tuaciones, cítese a éste a efectos de que- preste declaración. Conste..
Firmado: J. Sureda, subcomisario. En la misma fecha se dió cumplimiento
al decreto que antecede.
Conste.-Firmado: Rica1'do J. CalvO. Seguidamente compareció ante mí" subcomisario de policía y secretario de actuación: una .persona citada a declarar 'en esta causa, quien dijo llamarse León Abecasis, español, de veinte y cuatro años de edad casado, empleado de comercio y domiciliado en la calle Félix A~ara esquina San Martín de esta ciudad. Advertido del las penas con que la ley castiga a los que se producen con falsedad en sus declaraciones; juró decir verdad en todo lo que supiere y le fuere interrogado. Preguntado: Si conoce el hecho en el cual va a 'declarar el que se le hace conocer en este acto, como a las personas .que se le nombran y que en él figuran y sí,para con alguna de estas le comprenden las generales de la ley, -expl.icadas que le fueron, dijo: Que conoce el hecho, como a las personas que se le nombran, de vista y no le afectan para declarar, con excepción de Jorge Simón, 'que es su patrón, y que dirá ve~dad en mérito del jur-amento prestado. Preguntado: 'Para que diga si esta mañana tuvo ocasión de presenciar el que declara en la casa de comercio de Jorge Simón que el sujeto Pedro Cabaña, fué interrogado por Juan .B. Acuña, con respecto a la conducta que observaba en cuanto a obligaciones que debría cumplir. Dijo: Que sí presenció, como oyó cuando Acuña le dijo a Cabaña por qué causa no se había embarcado ayer para los trabajos del señor Anica en el AHo Paraná, a lo que le contestó Ca.baña que no se embarcó porque no quiso, como también no pagaría la Cl1enta. Preguntado: ;Si sabe o le consta al que declara que J orge Simón haya dado anticipo en dinero y mercaderías al sujeto Pedro Cabaña en su casa, diga cuándo y ha~ta qué suma. Dijo: Que le consta al que declara que el sujeto Cabaña recibió dinero y mercado-
BOLETíx
DEL DEP.\RT.\MEXTO
XAClOX"\L
(OX( EPTO LEG.\I.
DEL TR.\B"\JO
rías de Jorge Simón por la suma de ciento setenta y cinco pe,S03 moneda nacional porque el declarante es el encarzado de entrezar '" o dinero y mercaderías a los peones, que para el efecto se anticipan. Preguntado: Para que diga si el sujeto Cabaña fué anticipado para los trabajos del señor Allica que posee en el Alto Paraná en su casa, diga, cómo y en qué forma. Dijo: Q-ue sí, y como lo tiene autorizado Jorge Simón por el señor Allica de anticipar a peones para sus trabajos. Preguntado: Para que diga si ayer tenía que em:barcarse el sujeto Cabaña a fin de dar cumplimiento a su compromiso y si éste en vez de hacerlo fugó, de ello. Dijo: Que sí sabe que se fugó porque no se presentó en la casa de comercio ni tampoco en e~puerto de esta capital, donde debía efectuarse dicho embar-que, que más tarde supo por referencias de su patrón Simón que 'Cabaña se había fugado, eludiendo así el compromiso. Preguntado: Para que diga si el que declara conoce a Pedro Cabaña y SI es el mismo que se le muestra en este momento. Dijo: Que sí es el mismo. Preguntado: Si tiene algo que agregar, quitar o modificar en su presente declaración. Dijo: Que no. Con lo que terminó el acto; previa lectura de la misma se ratificó, firmando por ante mí y secretario de actuae.ón de que eertiflco.c=F'irrnado : Leá-a Abecasis.-Firmado: J tian Sureda, subcomisario.-Firmado: Ricardo J. Calvo, secretario. Acto seguido hice comparecer ante mí, subcomisaro de policía y secretario de actuación, una persona citada a declarar en esta causa, quien dijo llamarse Fidel V. Serrudo. Advertido de las penas con que la ley castiga a los que se producen con falsedad en sus declaraciones, juró decir verdad en todo lo que snpiere y le fuere interrogado. Preguntado: Por su nombre y demás circunstancias personales, dijo: Llamarse como queda dicho, ser argentino, de veinte y nueve años de edad, soltero, y domiciliado en la calle Entre Ríos y Tres de Febrero de esta ciudad. Preguntado: Si cono, ce el hecho que se investiga del cual se le dan noticias en este acto, como también a las personas que se le nombran y que en él figuran, y si para con alguna de aquellas le comprenden las generales de la ley, explicadas que le fueron, dijo: Que conoce el hecho en parte, corno a las personas que se le nombran, de vista, y no le afectan para declarar. Preguntado: Para que diga todo cuanto sepa, para el esclarecimiento del hecho que se investiga, dijo: Que hoy a la mañana, no recordando la hora, encontrándose el declarante en la casa de comercio de don Jorge Simón, en compañía de éste, un empleado de la misma, que no sabe como se llama, Juan B. Acuña y Pedro
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SOBRE EL AXTICIPO
~ oyó cuando Acuña le dijo por qué no se había embarcado y Cabana, f'ué ." lía su compromiso, contestando Cabaña que no ue m 11'1a, que cump el declarante se retiró . , lo si . ás d et acon su velucu o sin precisar mas a est o ibid lles. Preguntado: Para que diga si sabe que Ca.bana 1:aya reei I o anticipo del señor Jorge Simón y en su casa,. diga cuando y hasta , ¡TIa D,iJ'o: Que no sabe. PreO'untado: Si sabe, el que declara, que su . "". . .. que Cabaña haya fugado después de recibir algún anticipo. DIJo: Que ignora. Que esto es cuanto sabe y puede d.eclarar sobre lo ~ue, se regunta. ton lo que terminó el acto, previa lectura se ratificó y 1ep . d ., d '"' firmó por ante mí, subcom:sario y se~etarlO e actuación, e que certifico.-Firmado: Pide! V. Serrudo.-Firmado: Jwo» Suredo., subcomisario.-Firmado: Bicardo J. Calvo, secretario. Posadas, agosto 13 de ] 9~:l.
Hágase comparecer al detenido Pedro Cabaña birle declaración indagatoria. Conste.-Firmado: misario. En la misma fecha se dió cumplimiento Conste.-Firmado:
a efectos
de reci-
J. Suredo, subco-
al decreto
que antecede.
Ricardo J. Calvo, secretario.
Acto continuo compareció ante mí, snbeomisario de policía y secretario autorizante, una persona detenida por esta causa, a, quien le hice saber que se le iba a tornar declaración indagatoria y que tenía el derecho de declarar o no hacerlo y habiendo man'festado estar dispuesto, 'fué interrogado por su nombre, apodo, sobrenombre, si los tuviere y demás circunstancias personales. Dijo: Llamarse Pedro Cabaña, no tener apodo ni sobrenombre, ser argentino, de veinte y un años de ,edad, soltero, jórnalero, domiciliado en el Alto Paraná y accident~lmente en esta capital. Preguntado: Donde se encontraba el que declara, esta mañana, poco antes de la misma. Dijo: Que se encontraba en la casa de don .Iorge Simón. Preguntado: Por qué personas se acompañaba, quiénes eran é5tos y qué hacían. Dijo : Qué se acompañaba con Juan B. Acuña, Jorge Simón y otros dos que no sabe como se llaman, en cuyas circunstancias se mudaba de alguñas ropas que tiene en la misma casa, Preguntado: Para que diga si el que declara fué interrogado por Acuña con motivo de su conducta que observaba en cuanto al compromis.o que debía cumplir en el Alto Paraná. Dijo: Que sí lo observó Y se disgustó COn el declarante. Preguntado: Si el que declara recibía anticipo en
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"
BOLETíN
DEL
DEP_\RTAME~TO
NACIONAL
DEL TRABAJO
dinero y mercaderías de Jorge Simón por cuenta del señor Allica en pago de su trabajo personal en los obrajes que posee dicho señor en el Alto Paraná. Dijo: Que recibió dinero y mercaderías del citado Simón por recomendación del señor Allica, por. ser éste su patrón. Preguntado: Para que diga qué cantidad de anticipo recibió, dijo: Que no recuerda a qué suma habrá alcanzado. Preguntado: Para que diga por qué no dió cumplimiento al compromiso contraído. Dijo: Que fué porque tenía que ir a visitar a su hermano que se encontraba en la cárcel. Preguntado: Para que diga, por qué causa, el que declara, no se embarcó en el día de ayer, en vez de haeerlo fugó de ello. Dijo: Que no se embarcó porque quería antes ~rlo a su hermano, el cual lo nombra en la pregunta anterior. Preguntado: Para que diga donde tiene el dinero y ropas o mercaderías que recibió como anticipo. Dijo: Que el dinero lo gastó, en cuanto a las mercaderías -deben estar en la casa de comercio de Jorge Simón. Preguntado: Si es de su voluntad hacer entrega de las mismas a efectos de recabadas. Dijo: Que sí. Preguntado: Si tiene algo que agregar, quitar o modificar en su presente declaración. Dijo: Que no. Preguntado: Si ha sido procesado en alguna otra ocasión. Dijo: Que no fué procesado. En este estado se le hace saber que se encuentra detenido, por supuesto delito de estafa. Con lo que terminó el acto, previa lectura de la misma, se ratificó en su contenido, firmando por ante mí, sub comisario y secretario de actuación de que certifico.-Firmado: Pedro Cabcdia.-Firmado: Juan Sureda, subcomisario.-Firmado: Ricardo J. Calvo, secretario. Posadas, agosto 13 de 1913.
En la misma fecha se le levantó la incomunicación que pesaba en el detenido Pedro Cabaña. Conste.-Firmado: Juan Sureda, subcomisario. ' En, la misma Conste.-Firmado:
fecha se dió cumplimiento al decreto Ricardo J. Calvo, secretario.
que antecede.
Posadas, agosto ] 3 de ] 913.
Vi-sto la declaración del detenido Pedro Cabaña, ser de su voluntad entregar las mercaderías que recibió como anticipo y encontrándose estas en la casa de comercio del señor Jorge Simón, recábese de éste, comisionándolo para el efecto al cabo Estanislao 1\10raíz. Conste.-Firmado: Juan Sureda, sub-comsarío.
CONCEPTO LEGAL SOBRE EL ANTICIPO
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En la misma fecha se dió cumplimiento al decreto que antecede. Conste.-Firmado: Ricardo J. Calvo, secretario. En la misma fecha regresó el cabo Estanislao Moraiz, de la comisión confiada y después de jurar en forma de ley, e impuesto de las penas en que incurren los que se producen con falsedad en sus declaraciones, manifestó llamarse como queda dicho, ser argentino, de treinta Y cinco años de edad, soltero y domiciliado en esta capital, haciendo entrega de un baúl, que fué recabado de la casa de comercio del señor Jorg~ Simón y perteneciente al detenido Pedro Cabaña, el que en este acto se procede a una revisación, en presencia del detenido nombrado y cabo de policía oto~ante,í componiéndose éste de tres camisas de color, idem una de trabajo, una camiseta, dos calzoncillos, un pantalón imitación casimir, un 'par medias y un pañuelo listado, todo lo cual pertenece al anticipo recibido el expresado Cabaña por don Jorge Simón. Con lo que terminó el acto, previa lectura de la misma se ratificó en Sl{ contenido labrando la presente para constancia yen prueba de lo cual la suscriben por ante mí y secretario de actuación de que certifico.-Firhlado: Pedro Cabctfía.Firmado: Eeiomislao Al o1"aiz.-Firmado: Jiuin. Suceda, sub-comisario.-Firmado: Ricardo J. Calvo, secretario. Posadas, agosto ] 3 de ] 9] 3.
No habiendo más diligencias que practicar a juicio del instructor que suscribe y considerando llenado el mismo, con las ánformaciones producidas, elévese. las presentes actuaciones al señor jefe de policía, haciéndose constar que se encuentra detenido en esta jefatura y a disposición de V. S. el sujeto Pedro Cabaña por supuesto delito de estafa. Igualmente se hace constar que se encuentra en esta repartición un baúl con ropas de propiedad c1'"eldetenido de referencia y cuyo contenido consta a fojas diez vuelta de las presentes actuaciolles.-Firmado: Juan Sw'eda, subcomisario.-Firmado: Ricardo J. Calvo, secretario. Fecha ut supra .. Elévese al señor juez letrado del territorio con oficio de estilo, reIhÍtase los objetos que se especifican a fojas 10 vuelta y póngase a su disposición al detenido Cabaña.-Firmado: Cordero, jefe de policía.
7",)
}}OLE'fí~
DEL DEPAR'fAMEX'J'O
KACIOXAL
Posada", agosto 14 de ] 9] 3.
Señol' juez letrado
del terriiorio :
• En 11 fojas útiles elevo a V. S. el sumario instruído por el subcomisario don Juan L. Sureda con motivo de la denuncia formulada por el señor Juan B. Acuña contra Pedro Cabaña por defraudación. Se remiten los objetos especificados a fajas 10 vuelta de las actuacienes que figuran en la misma como antecedentes del hecho. Cabaña se encuentra detenido en esta policía y a la disposición de ese juzgado.' 4 Saluda a V. S. atte.-Firmado: Alf redo Cordero, jefe de policía. Posadas, agosto ] -4 de ] 913.
Por recibido, prosígase la instrucción del presente sumario con intervención fiscal; hágase comparecer al detenido a prestar declaración indagatoria en la audiencia de hoy.-Firmado: González.-Firmado : Ante mi: F, S. G-irnénez. Seguidamente notifiqué al fiscal suplente, doy fe.-Firmado: Cao. -Firmado: Giménee, En la misma fecha se hizo comparecer a presencia de S. S. y secretario autorizante ./ a una persona detenida, a quien se le hizo saber que se le iba a tomar declaración indagatoria y que tenía el derecho de nombrar defensor, manifestando a esto último no tener a quien nombrar como defensor. Preguntado: Por su nombre y demás circunstancias personales, dijo: Llamarse Pedro Cabaña, de veinte y un años, soltero, argentino, peón de. obrajes y domiciliado en Puerto Adela, Alto Paraná. Preguntado si la declaración de fajas 8 'que se le da lectura es suya, si se ratifica en su contenido y si tiene algo que agregar, quitar o modificar, contestó: Que dicha declaración es suya y se ratifica en su contenido sin tener nada que agregar, quitar ni modificar. Preguntado: Si el declarante está dispuesto a cumplir con el cornpremiso contraído, contestó: Que sí, que lo hará en la primera oportunidad que le sea posible. En este estado se le hace saber que se encuentra procesado por estar acusado por defraudación y que tiene el derecho de leer por sí esta su' exposición, manifestando que defería la lectura al sefior secretario. Con lo que terminó el acto y previa lectura y ratificación
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COXCEPTO LEGAL SOBRE El, A)/'!'lCIPO
DEL 'J'R.\BAJO
firmó el declarante después de S. S. por ante mí de que doy fe.-Firmado: Severo González.-Firmado: Pedro Gabaiia.-Ante mÍ.Firmado: P. S. Giménee; Posadas, agosto 14 de 19] 3.
Autos Y vistos: Encontrándose reunidos los requisitos del artículo 366 del Código de Procedimiento Criminal en el presente sumario instruí do eontsa Pedro Cabaña por estafa, conviértese en prisión preventiva su detención y ofíciese para 3U traslado a la cárcel. Nómbrase defensor del procesado a don Xlanuel G. Suárez, sometiéndose su aceptación al actuario y vista al ~scal.-F'irmado: Severo González.-Ante mí. Firmado: F. S. Giménez. lÜ diez y nueve de Agosto, notifiqué al procesado Pedro Cabaña y firmó. Doy fe.-Firmado: Ped1'o Gaba1ta.-Firmado: Girnénez. En diez y ocho del mismo notifiqué al señor ::\'lJanuel G. Suárez, quien prévio juramento que prestó en forma manifestó que aceptaba el cargo, obligándose a desempeñado fielmente firmó doy fe.-Firmado : M. G. Snár·ez.-Firmado: Giménez, En la misma fecha notifiqué al fiscal' doy fe.-Firmado: Gao.Firmado: Giménez, Posadas, agosto 14 de] 9]3.
Se/tM [uez letrado
del Territorio
.Vacional
de Misiones,
Comunico a V. S. haber recibido de la policía al detenido fa Pedro Cabaña, quedando a su disposición. Dios guarde a V. S., firmado: Manuel Permdás.-Director.
(Posadas). por esta-
Posadas, agosto J 6 de ]9]3.
Agréguese a la causa.-Firmado: .P S. Giménez,
GOllzález.-Ante
mi, Firmado:
Señor juez: . Resultado de la denuncia de fajas una un préstamo, y la aCClOn que corresponde sería una civil, aún admitiendo que hubiera una presunción de presunción en presente caso no puede prosperar porque está pendiente de un contrato y en el momento de que existe el P.ropósito de cumplido, esa presunción desaparece. Por lo que soliCIto. que se sobresea provisionalmente esta causa.-Firmado:. Angel Cao.. . i
.
'
11'1
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BOLETfx
Devuelto -Firmado:
hoy diez y nueve de Agosto, siendo las 10 a. m. Conste . Giménez. Posad~s, agosto 20 de 1913.
¡il¡
Autos y vistos: No estando conforme el infrascripto con el dictamen que precede, de acuerdo al artículo 460 (última parte del Código de Procedimientos Criminales) designase fiscal especial a don José 1\1. López, sometiéndose la aceptación del cargo por ante el actuario y córransele estos autos en vista al secretario Oosta.-Firmado: ~eve. 1'0 González.-Ante mí, Firmado: Cruz E. Costa. En veinte y uno de agosto notifiqué al fiscal suplente, doy fe.Firmado: Cao.-Firmado: C. E. Costa. En veintidós de agosto, notifiqué al señor José 1\'(. López, aceptó el cargo prestando juramento de fiel cumplimiento, doy fe.-Firmado : López.-Firmado: C. E, Cos-ta. El veintitres de agosto notifiqué al defensor Suárez, doy fe.-Firmado : Suár'cz.-Firmado: C. E. Costa. Señ01' juez: De las constancias del "lunario resultan indicios suficientes de haberse cometido' por el detenido Cabaña un delito previsto por la ley y en consecuencia opino que debe elevarse la causa a plenario.-Firmado : José M, López.-Septiembre 15 de 1913. Posadas, septiembre 17 de ]9]3.
Se eleva a plenario la causa y pase al fiscal ad-hoc para que formule acusación .eomo corresponda. Procede el infrascripto por ausencia del titular, ley 4162.-Firmado: Maeiel Pé1'ez.-Ante mí. Firmado: C1'UZ E. Costa. S eñor juez letrado: De las constancias del proceso resulta comprobado el delito de estafa cometido por el procesado Pedro Cabaña según su propia declaración de fajas 8 vuelta. Tal delito es el penado o previsto por el artículo 202 del Código Penal desde que resulta demostrado que se ha valido de simulación y engaño para conseguir dinero y mercaderías, negándose luego a cumplir su compromiso.
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CONC'EP1'O LEGAl, SOBRE EL AN'!'IC'IPO
DEL DEPARTAME.'\"ro KAClOX.\.L DEL l'RABAJO
En mérito a ello solicito por el artículo 23 de la ley Será justicia.-Firmado: Presentado en diciembre ve a. m. Conste.-Firmado:
de V . .s. 4189. José M. dos, año Torres
se le aplique
la pena establecida
López. mil novecientos Fria«.
trece. a las nue-
Posadas, diciembre 5 de ]9]3.
Al defensor para que formule su alegato. Firmado: Gonzálcz.Ante mí. Firmado: Domingo Torres Frias, secretario. En nueve del mismo, notifique al señor ~cal ad-lioc, doy fe. F'irmado : José M. López.-Firmado: Ton'es Frías. X'ota-A esta altura se encontraba la causa el día 16 de diciembre de 1913. Causa núm. 356, iniciada en octul:Jre 10 de 1913 contra Martín Ayala, por estafa.-:Señor juez letrado : Pedro C. Labat, constituyendo domicilio legal en la calle Félix Azara y Arvenida R{j'que Pérez, a V. S., como mejor proceda me presento y digo . Que vengo a acusar por estafa a Martín Ayala, detenido por la suprefectura de este puerto, quien se contrató conmigo bajo promesa verbal, para trabajar en mis obrajes de corte y elaboración de . maderas, recibiendo por el concepto de adelanto para pasajes y gas. tos, etc., la suma de sesenta y cuatro pesos con treinta y cinco centavos moneda nacional de curso legal. Llegado aquí se niega a seguir viaje a los obrajes donde debía trabajar, pretextando mil patrañas, con el sólo objeto de ver si encuentra otros patrones que le den mayores adelantos. Lo expuesto caracteriza perfectamente el delito de estafa, con la circunstancia agravante de que también se niega a pagar los adelantos hechos. De la simple exposición de los hechos, resulta, claro el delito de estafa, porque acuso, siendo superfluo agregar más para fundar la acción. Por tanto:' a V. S. pido Que por admitida esta denuncia se digne darle el trámite de ley, condenando al autor al máximum de la pena establecida en el inciso l,D del artículo 2,3 de la ley núm. 4187 (Código Penal). .' . Quiera
V.
S. así proveerlo
que sérá
justicia.-Firmado:
Pedro
C. Labat. 6
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BOLETíK
DEL DEPARTAMEN'l'O
Presentado en octubre Firmado: Costa.
KAClOXAL
DEL 'l'RABAJO
10, año del sello (1913),
a las 8 a. m.-
Posadas, octubre 10 de ] 9J3.
Hágase comparecer al detenido en la audiencia de mañana a primera hora para que preste indagatoria. Intervenga el fiscal.-Firmado : González.-Ante mí. Firmado: Cruz E. Costa. 'En la misma fecha notifique al señor fiscal y firma, doy fe. En Posadas, a once de octubre de mil novecientos trece compareció a presencia de S. S. y secretario autorizante una persona detenida a quien se le hizo saber el derecho que tiene de declarar o no y de nombrar defensor, y observándose que sólo habla el idioma guaraní se le nombró intérprete a don Pedro Herrera, quien prestó juramento en forma de fiel desempeño. Interrogado el detenido por intermedio del intérprete si está dispuesto a declarar dijo: Que sí y que no tiene defensor a quien nornbrar, Interrogado por intermedio del intérprete por su nombre y demás circunstancias personales dijo llamarse Martín Ayala, de veinte y cinco años de edad, paraguayo, con tres años de residencia en el país, soltero, jornalero, domiciliado en F'ormosa y accidentalmente en esta ciudad. Preguntado diga como se encuentra en esta localidad y con qué objeto, contestó: Que se encuentra en esta ciudad por haber sido contratado en Formosa por un señor que no sabe su nombre, para trabajar en el Alto Paraná en los obrajes del señor Pedro C. Labat, quien le abonó desde aquella localidad a ésta el pasaje, conjuntamente con su concubina. Preguntado: Diga el que declara cuanto recibió como anticipo a cuenta de su trabajo, contestó: Que del comisionado del señor Labat ni de este recibió suma alguna de dinero en efectivo. Preguntado si el declarante cumplió el compromiso de trabajar en los obrajes del señor Labat, eontestó r Que no cumplió el compromisa contraído de trabajar al señor Labat por no haber cumplido ta{¡.¡bién éste con lo que le prometió su comisionado, pues aquel le ofreció la suma de cien pesos nacionales al subir en el vapor, lo que no ha recibido. Preguntado: Diga si el declarante devolvió el importe de los pasajes hasta esta ciudad al señor Labat, contestó: Que no ha devuelto,
COXCEP'l'OLEGAI,
SOBRE EL ,\KTICIPO
83
~ pero que deyolverá tan pronto como reciba dinero del conchabador Chivaler. de la casa Barthe, quien le ha prometido conchabarlo y pagar su cuenta al señor Labat. Preguntado diga qué anticipo le prometió o recibió del eonehabador Chila vert a cuenta de su trabajo, contestó: Que no sabe lo que 11:' ha prometido, pues el declarante no ha conversado con Chivaliert, únicamente Mufioz, quien le dijo que aquel los tomaba a su trabajo y que él como representtnte de el que declara y todos sus compañeros habían aceptado conchabarse con la casa Barthe y no trabajar con La bat por no haber cumplido éste con lo prometido para con ill~. , Preguntado si ha sido procesado en alguna otra ocasión, por qué causa, que juez intervino en ella, y si cumplió la pena que se le impuso. Contestó: Que n unca ha estado procesado, siendo ésta la primera vez. En este estado se le hace saber que' se halla detenido por supuesto delito de defraudación al señor Labat y que tiene el derecho de leer su exposición. Contestó que se le diera lectura por no saber leer. Con lo que terminó el acto y previa lectura 'que se le dió se ratificó en su contenido y manifestando no saber firmar lo hace el intérprete después de S. S. por ante mí.-Doy.-Firmado: Severo González.F'irmado . Pedro R. H en'era.-Ante mí.-Firmado: Cruz E. Costa. Posadas, octubre 11 de ] 913.
Autos y vistos : Resultando indicio" suficientes de la existencia del delito de defraudación contra los intereses de don Pedro C. Labat y materia para ereérsele responsable del hecho a :Jlartín Ayala que prestó indagatoria, decrétase su prisión preventiva en la cárcel púhli<;<1de esta localidad y ofíciese. lnten.enga el defensor de encausados. Vista al fiscal.-Firmado: Sccero González.-Ante mí. Firmado: ('I'/IZ E. Costa. l:)egnidamente notifiqué al fiscal, oficiándose además como está o['denado._Doy fe. Firmado: Costa. Seguidamente notifiquji al procesado y manifestando no saber firJnar lo ha.ce a su ruego los testigos don Daniel Zarza y don Manuel Snárez._D~y fe.~Firmado: ·M. G. Sua1'ez,-Daniel Za1·za.-Costa.
Srfio)' ,[u ez : Bstudiando
los antecedentes
y fundamentos
de la querella,
oído el
8-1
¡ti
BOLETíx
DEL
DEPARTAMEN'l'O
XAClOXAL
DEL TRAB.\JO
CONCEPTO LEG~\1. SOBRE EL AX'l'lCIPO
querellado en la indagatoria prestada ante S. S., este ministerio piensa que don Pedro C. Labat, ha celebrado un contrato con el procesado, quien parece no haber cumplido pero en presencia del vacío de nuestra legislación no cabe dentro de las acciones punibles por vía criminal soy, pues, de opinión que. debe sobreseerse decretándose la libertad del prevenido.-Posadas, Octubre 14j913.Firmado: A. 1I1aciel Pérez, Presentado en Octubre 12 a. m. conste.
catorce año mil novecientos Posadas,
1'"11
octubre
trece,
a las
Posadas,
Sefío!' juez let1~do del Territorio
Ofíciese a la cárcel para la libertad del prevenido sin más trámite con noticia del querellante.-Firmado: Severo González.-Ante mí. Firmado: Cruz E. Costa. Seguidamente notifiqué al fiscal y firmó. Doy fe.-Firmado: Costa. Enseguida notifiqué al procesado Martín Ayala y manifestando no saber firmar lo hace a su ruego y. como testigo don Jorge Simón y como también como testigo don Teodoro Calvo y firman.-Doy fe. -Firmado: Costa. Seguidamente notifiqué al señor Labat manifestando su conformi .. dad y firma.-Doy fe.-Firmado: Labat.-Firmado: Costa.
Seño» juez letrado
del Territorio
Nacional
de Misiones,
] O de ] 9] 3.
Posadas'.
.Comunico a V. S. haber recibido de la policía al detenido estafa, Mlartín Ayala, quedando a su disposición. Dios guarde a V. S.-Firmado: Manuel F'en'ad,ás, Director. Posadas,
Agréguese.-Firmado:
GOllzález.-Ante
octubre
mí. Firmado:
15 de 1913.
Posada.s.
SjD. Comunico a V. S., que en la fecha fué puesto en libertad, el detenido :Jf:artín Ayala, dando así eumplimiento+a lo ordenado en su oficio número 1285. Dios guarde a V. S.--i'irmado: Ma1¡,uel F'erradás.-Director.
] 4 de ] 913.
Autos y vistos: Atento a Io solicitado por el señor agente fiscal en su dictamen precedente, sobreseese definitivamente la presente causa incoada al prevenido Martín Ayala por defraudacióu de acuerdo al artículo 434, del Código de Procedimientos en lo Criminal
octubre
octubre
~Tacional de Misiones,
Posadas,
Posadas,
85
por
1] de ] 913.
Costa.
Agréguese a la causa y archívese.-Firmado:
octubre
16 de ] 913.
González.
Causa iniciada en la suprefectura en'9 de octubre de 1913, contra varios peones.-En la ciudad de Posadas, capital del Territorio Nacional de Misiones, República Argentina, a nueve días del mes de octubre del año mil novecientos trece, siendo las cuatro pasado meridiano, compareció por ante mí, oficial de guardia de esta subprefectura el señor Pedro C. La;bat,comerciante de la localidad, argentino, mayor de edad, a quien conozco de que certificó y expuso: Que habiendo traído desde F'ormosa, cincuenta 'peones convenidos en pasar directamente al obraje en que debían emprender los trabajos. convenidos, y como se negasen a cumplir el trasbordo y pidieran se les bajaran a la capitanía para ratificar el convenio verbal. obre las condiciones arregladas para el trabajo mencionado así se hizo, y un vez en la suprefectura no solamente se negaron a seguir viaje, sino que se resisten a devolver el dinero que han recibido, así como los pasajes y gastos efectuados para traerlos a cada uno de ellos : Que como esto constituye el delito de estafa clara y concisa, penado por nuestras leyes y causándole graves perjuicios, pidió la detención de ellos, hasta tanto se tramite los escritos que al efecto presentará mañana diez de Octubre al juzgado letrado del Territorio, haciendo la acusación correspondiente.L!)ída que fué por el exponente y estando conforme con su contenido se ratifi-ca y la firma por ante mí de que eertifico.-Firmado: Pedro C. Labat.-Firmado: A Echevan·ía.Oficial de' servicio. La prese~teaenuncia es copia fiel del original que obra a f'ólio (:iento setenta y dos del libro de actos públicos que 311 efecto lleva esta subprefech~ra.-Firmado: L. Saconé.-Hay un sello.
86
BOLETíK
DEL N;PAR!l'.\MENTO
X ACJOXAL DEI~ ~'RAB.\~O
Posadas, octubre 10 de ] 913.
Señor juez letrado
111, 1111
del Territorio
Nacional
de Misiones,
Posadas.
Adjunto tengo el honor de elevar para conocimiento de V. S. una exposición levantada por el señor Pedro C. Labat, con motivo de que unos pasajeros de segunda clase llegados por el vapor «Dorado», y que según el señor Labat los traía contratados para trabajo de obrajes, se negaron seguir viaje donde los traían destinados, cuyos peones en número de cincuenta se encuentran en esta subprefeetura, hasta tanto V. S. resuelva lo que eorresponda.c=F'irmado . Lorenzo Sacone. Recibida en Octubre 10 a las 8 antes meridiano.
Conste.-Firmado.
-Costa. Posadas, octubre 13 de ] 9h'1.
Agréguese.-Firmado:
Gonzá1ez.-Ante
mÍ.-Firmado:
Crue
E;
Costa.
I
Otras causas por estafa.---<Se han revisado cuatro expedientes análogos al que reproduce literalmente la copia que precede. Contienen otras tantas causas iniciadas en la misma fecha por el citado Pedro C. Labat contra los individuos Eustaquio Vallejos, Félix Alvarengo, Luciano 'I'oledo y Pedro Velázquez, a quienes acusa por el delito de estafa. El escrito de acusación es en todos los casos igual, con la única variante de la suma de dinero' a que según él, alcanza la estafa. Aparece así defraudado en $ 44.05 % por el primero de esos individuos, en $ 205 por el segundo, en $ 91.50 % por el tercero y en $ 75 por el cuarto. Las declaraciones de los acusados concuerdan en los puntos capitales, aunque no en ciertos detalles sugestivos y extraordinariamente' reveladores. En la indagatoria prestada ante el señor juez letrado 'por Eustaquio Vallejos al preguntársele si había recibido algún anticipo a cuenta de los trabajos que iba a efectuar, contesta: «que recibió la suma de cuatro pesos y él pasaje»; Félix A,lvarengo, a la misma pregunta responde: «que recibió la cantidad de quince pesos en efectivo' yel pasaje, pues la comida se la ofrecieron gratis a bordo»; LucianO Toledo declara: «que viniendo acompañado por su mujer y tres hijos recibió del señor Silva, agente eonehabador de don Pedro C. Labat, los pasajes para él y los suyos y a más la cantidad de seis pesos nacionales», y Pedro Velázquez afirma que recibió en concepto de anticipo «veinticinco pesos, de los cuales parte gastó en F'ormosa y parte a bordo del vapor «Dorado».
LAS DOS GH.ANDES FOliMAR DE LOS TRABAJOS DEL ALTO PAHANA ESTARLgOIMIENTOS
'YERBATEROS
,
Establecimientos yerbateros Durante los meses de la investigación en el Alto Paraná, en los yerbales argentinos de Misiones no se trabajaba, pues en ellos había ya pasado el tiempo de la zafra. El período de labor en los establecimientos extranjeros, autorizado por reglamentos oficiales, es más largo. Esa circunstancia me permitió presenciada en sus singulares aspectos y describir-la en las pequeñas notas que forman el presente capítulo. Se en tregana la información del gobierno como se escribieron en los mismos lugares de trabajo, bajo la intensa impresión de lo que por primera vez se veía. Corregirlas, introdueiéndolas ,dentro de una forma dada, sería, a juicio del que subscribe, despojarlas de su sinceridad y del valor de la cosa vista y fuertemente sentida. Debe, pues, considerárselas, en la obra a que este informe propende, como documentos de observación directa e imparcial. El trabajo que se describe es igual al de Misiones y al de toda la región, lo cual le comunica el carácter de generalización indispensable a los fines que se persiguen.
Verbales brasileños y paraguayo
s
Los árboles de yerba en el estado de Paraná, en el Brasil y en el Paraguay, a lo largo del AJlto Paraná, desde el río Pirayuy hasta un poco más arriba del río Ñacunday, en extensión aproxi, lUada de ochenta kilómetros al interior (establecimientos de Dollt¡ng-o Barthe) tienen una altura de doce, quince y más metros, €'levación que dificulta y [iaeepor demás penoso el trabajo del minero, que en la época de la zafra lo despoja de sus hojas. Al término de la larga tarea. estos hombres, completamente extenuados, presentan numerosas heridas y escoriaciones en el pecho, en los brazos y en las piernas producidas por el ch.on~El y el roce de las ramas en la peligrosa operación del desgaje.
90
E.3T-\BLECU1LEX'l"OS 'ERIH'l'EROS
Los yerbales brasileños de Matto Grosso y los paraguayos de San Estanislao, San Pedro, Villa Concepción y aún los del oriente de Tacurú Pucú (Industrial Paraguayaj-c-salvo limitadas excepcienes-e-son, en oposición a aquellos, bajos, ramificados, coposos. N o alcanzan por lo general, a mayor altura de cinco metros, presentándoles así a los mineros las facilidades de una poda hecha casi siempre desde el suelo, como asimismo los yerbales nuevos de cultivo, que ya existen en condiciones productivas, en San Pedro y Tacurú Pucú, y en plantaciones recientes en Ñacunday, Cantera, etc. Los árboles de yerba se encuentran, en la inmensa selva. agrupados en cantidades más o menos importantes. A estos grupos llámaseles «manchones». He visto «manchones» de medio, de uno y hasta de treinta kilómetros cuadrados, como el yerbal «Laurel» situado a poco más de cu~renta kilómetros de la desembocadura del río Ñacunday. Donde los manehones adquieren mayor extensión es a orillas de los infinitos ríos y arroyos que en todas direcciones cruzan. en intrincada y tupida red, la región yerbatera del Alto Paraná. Se dilatan en fajas de cien y más metros a lo largo de estos, por ambas orillas, guarneciéndolos a través de considerables distancias. Son así los yerbales que acompañan a los ríos y arroyos Yñaro, Yaeuay, Yacanguazú, 'I'ambey, Pirayuy, Yacuymi, Horqueta, Macaco, Ipanemi e Ipané-guazú en el oriente y norte paraguayo.
Estado
y producción
de les yerbales
Debido al antiguo sistema de poda, que consistía en despojar los árboles de sus hojas. cada tres años y también a los frecuentes incendios de montes originados por las malezas de que han estado y aún permanecen cubiertos, malezas que la mayor parte de las veces están formadas por tacuapizales de fácil combustión, los manchones no presentan en la actualidad el aspecto compacto que se asegura presentaban antes, no muchos a110s atrás. Cuatro leguas cuadradas. tendiéndose sobre yerbales regularmente buenos, producen hoy alrededor de 6 a 7.000 arrobas en «mboreviré», vale decir canchada. Sobre la misma extensión, en los primeros tiempos de la explotación yerbatera, se canchaban 20.000 arrobas. Los industriales paraguayos, reaccionan en el presente ante la evidencia de
91
la producción mermada y se disponen a ordenar la poda de cinco en cinco años, con cuya medida esperan volver, en poco. tiempo más, a la abundancia de la producción anterior.
Preparativos
para
la zafra
El «Rancho» como se le llama en el Paraguayo el «campamento» yerbatcl'o como se le designa en el Brasil, comienza a prepararse para la zafra, que en el primero de estos países se "inicia generalmente en enero, en los primeros días de octubre y se termina en los últimos de diciembre. Los hombres que ejecutan sus diversas cons.trucciones, trabajan por cuenta de la empresa a que el «rancho» pertenece y también por cuenta propia. Por desgracia, los datos que se consignan no tienen un carácter absolutamente general, pues hoy mismo existen empresas 'que mantienen el antiguo e inaudito procedimiento de obligar a los individuos de las «comitivas» a efectuar esta clase de tareas,~que se prolongan en cuanto a su duración en el paralelismo con el mejoramiento de los viejos y rutinarios sistemas de laboreo.e=sin otra remuneración que la del mezquino sustento que se 'les acuerda a través de dichos trabajos de preparación, fuertes al igual de los otros trabajos regionales. La preparación del rancho. en épocas en que el inmoderado afán de producción abundante y de fácil lucro poseía a todos los industriales del Alto Paraná, duraba diez, doce o veinte días a lo sumo. Xo se necesitaba entonces mayor tiempo para levantar frágiles construcciones. de tacuara, tacuapí, pindó. y cuero, pero a medida que esas imposiciones de los mercados consumidores operan sobre el criterio de los industriales.. se acentúa la preocupación por mejorar los detalles de la elaboración, entre los cuales ocupan importantísimo lugar los que conciernen al Rancho: barbacuá, cilindro para el canehado y noque. En la actualidad, en casi todos los establecimientos paraguayos . J' en algunos del Brasil, las construcciones del Rancho se hacen de ~l1ac1eray son seguras y convenientemente aceptadas a los fines Industriales a que se las destina. Begún se ha dicho, los trabajos de construcción y preparación d:l rancho se 'hacen hoy por cuenta de las empresas-e-por admi~Istpación y por cuenta propia de los trabajadorea-=por un tanto. n el primero de los casos, se le paga al obrero un peso moneda ar-
92
ESTABLECDlJEI\TOS
gentina diario y la comida, y en elsegundo, a los que se ocupan en labrar pequeñas tablas hechas con una herramienta ad-hoc- , especie de machete, que se emplea en techos y paredes, se le abona a razón de $ 20 el millar de piezas de cincuent,a centímetros de largo por diez o doce centímetros de ancho.
Situación y disposición del rancho o campamento
•
'Designado el yerbal en que ha de trabajarse, se busca en sus inmediaciones un lugar a orillas de cualquier arroyo, inmediato a él y adecuado al fin propuesto. Encontrado el lugar, se procede a limpiado completamente de árboles y malezas en un cuadrado de ciento cincuenta metros por cada costado. Los que he visto en Ñacunday se extienden en suave plano inclinado desde los inmensos árboles de la selva, hasta la corriente de agua que lo limita por la parte opuesta en uno de sus lados. Las c~nstrucciones se hacen, como lo he' dicho, de madera. y las constituye el barbacuá, el noque con cobertizo anexo destinado al cilindro de la molienda, la «comisaría» la balanza o romana y el corral de las mulas. Próximas al barbacuá, entre éste y el noque, se levantan las viviendas para el «urú» y los «guaynos». las mejores sin duda del campamento obrero, por cuanto las otras, las de los «mineros», ya metidas en el bos-que aunque no muy distante del lugar descubierto del núcleo principal, son diminutas chozas de pindó, .tacuapí o tacuara de una pobreza verdaderamente heróiea. El plano adjunto ofrece una cabal idea del trazado y estructura del «Rancho», así como también' de la disposición y dimensiones de sus construcciones. A veces, cuando el trabajo debe hacerse sobre yerbales dilatados, la comitiva se desdobla y llevada la romana a un punto intermedio entre el «Rancho» y el extremo límite de aquél. las chozas de los «mineros» comprendidos en la división del desdoblamiento, se amontonan en torno de la romana que en 'ese caso reemplaza al «barbacuá» como lugar de recepción para los «raid os».
YERB.\'l'EROS
Constitución y organización de las comitivas En la organización actual del trabajo en los establecimientos industriales del Alto Paraná, los yerbales dependen de la administración situada en el puerto que sirve para la carga de los produetos y para la recepción de los artículos de consumo, «las provistas» ~según la frase original-destinadas a satisfacer las necesidades de los mismos establecimientos por un tiempo dado . En ese puerto desembarcan los peones contratados en Posadas por los conchabadores. de las empresas y desde él se les envía a los «ha bilitados», de acuerdo a sus pedidos anteriores, al centro de los trabajos. No todos los individuos que forman las «corni tivas» al iniciarse las grandes faenas anuales, son de reciente arribo, pues, como ya se ha dicho, muchos «mineros» que no les ha sido posible equilibrar el renglón de su producción y el de sus gastos en la zafra anterior, permanecen en el establecimiento hasta la zafra siguiente, dedicados a otras tareas que les permitan llegar, más o menos pronto, al ansiado equilibrio. El trayecto entre el puerto y el punto de destino, lo hacen en parte sobre carros polacos, de uso ya muy generalizado en la región, y el resto a pie. En Santa Elena, Brasil, establecimiento de Domingo Barthe, hacen un recorrido de veintidós leguas en dichos carros, por amplias y hermosas picadas 'abiertas en la imponente selva,,)' la distancia que media desde allí-administración o depósito central hasta los yerbales en explotación,-diez leguas a pie. El ad ministrador de Santa Elena, Manuel Lizadro .. les permite €mpleal' las mulas o burros de la empresa para conducir, en la última etapa, sus mujeres y niños, si los tienen, y también sus equipajes, por lo general un pequeño baúl. y aqui se debe fijar un detalle que evidencia la insuperable, la asombrosa resistencia del trabajador del Alto Paraná. ~atisfechas sus deudas con el establecimiento y en condiciones POI' lo tanto de emprender el periódico viaje a Posadas, más de Una vez y a fin de no perder el embarque por e'l primer vapor de la carrera, cuyo día de escala se conoce, esos hombres de bronce, 113n recorrido las treinta leguas que los separa del puerto, con SllS equipajes a cuestas, en tres días de marcha forzada! Ya en el verbal, levantadas las construcción es constitutivas del «Rancho» 'se procede a la organización definitiva de la «Comi-
•
94
BOLETj¡.¡
DEI,
DEPART.UlEl\TO
l\ACIOl\AL
DEI,
l'R.,\tlAJO
tiva» que en los vastos trabajos queda formada aSÍ, bajo la dir ec ción superior y vigilancia del «habilitado»: un dependiente auxiliar del habilitado, un «urú», dos «guaynos», un capataz de tariferos, diez tariferos, un cocinero y un «pindocerp». Cuando la extensión del yerbal impone el desdoblamiento a que me he referido en otra nota, la comitiva del romaneo queda org:.tnizada en la forma siguiente: un capataz, diez tariferos r un cocinero. Las «comitivas» al comenzar el corte y la elaboración de la yerba, forman, pues, en conjunto un total de veintiocho a treinta hombres. En la especial nomenclatura de las empresas yerbateras, a la «comitiva» se la designa con el nombre que el habilitado les dá en recuerdo de hechos o circunstancias diversas o en expresión de un detalle saliente del suelo o del paisaje del mismo lugar. En Santa Elena existen las comitivas «Año Nuevo», «Centenario» ~. «Oerrito», y en Ñacnnday las «1908» y «Palmera».
El trabajo En la oscuridad de la noche cerrada, débilmente entreabierta en el primer plano y en reducido círculo por los resplandores del barbacuá, los puntos de un rojo opaco que se escalonan a la distancia marcando el lugar de las chozas obreras, se avivan ~- chisporrotean de pronto. Son las tres de la mañana. La vida y el trabajo empiezan en el «Rancho». Hombres y mujeres se amontonan en torno de los fogones para saborear, medio dormidos aún, el estimulante cimarrón, mientras se sazona, a través de pacientes y largas manipulaciones el revirado '«revivo»-como se le' dice por 'acá-del desayuno. ~o bien las primeras luces del alba borran del paisaje los fantásticos aspectos que por algunas horas les diera el fulgor de incendio de los fogones, reintegrándolo a la augusta y suave nota de serena armonía imperante en la selva, los trabajadores se dirigen a sus tareas. Los tariferos acompañados de sus mujeres-excelentes «guainos»-(l) emprenden la marcha hacia el «manchón» y una vez allí
(l) «Guaino», del Alto Pa raná
•
en lengua guara n í, significa muchacho, pero el] los trabajos se USR el término bajo la acepción de avudaute o ayudanta.
J,;!';'J'AIl[,E
1,\l.lEl\TOS
YERBA'fEROS
preparan Y encienden el fuego para «zapecar» o chamuscar la yerba cortada y reunida el día anterior, juntamente con la leña,mital seca y mitad verde.e=par a las llamas del «zapeco», dispuesta en pequeño rimero al alcance de 'la mano. La leña se emplea así, seca y verde, para regularizar la altura de la llama y también para disminuir, haciéndolo posible, el trabajo de cortada, pues el fogón, c.onsume enorme cantidad de astillas. Terminado el «zapeco» se arma el eraido» que el tarifero está obligado a conducir sobre sus espaldas hasta una distancia de mil quinientos a dos mil metros. La obligación es esa, pero por lo general la romana de pilón o' el «barbacuá»-los dos lugares de entrega-quedan a menor dis, tancia de los manchones en zafra. El «raido» pesa siempre ciento cincuenta, ciento ochenta y hasta doscientos kilos y la forma de su conducción representa, a mi juicio, un asombroso cuanto aniquilador esfuerzo físico. Puesta la correa que ciñe al «raido» por el medio para pasar luego sobre la frente del condnctor,-correa que recibe el nombre de «alza»-el «tarifero» se coloca a su lado en la posición militar de rodilla en tierra y ensaya el difícil y peligroso ejercicio de levantarlo y equilibrarlo sobre sus espaldas, que se encorvan naturalmente, rendidas a su peso. No es de olvidarla atormentada silueta de esos hombres,-cuyos delgados cuerpos parecen crugir bajo la inquietante gravitación de un fardo queproduce, a quien lo observa con ojos humanos, el raro espejismo de algo que se ensancha por grados, al extremo de revestir formas ':r proporciones de mole-en lenta marcha con los brazos en alto :r las manos entrelazadas sobre la cabeza, hacia el «barbacuá» y la romana, lugares a que llega entre 9 y 10.30 de la mañana. (Corte «veinticuatro») . En mis visitas a los establecimientos ele trabajo y a los centrosde conchabo del Alto Paraná, no he encontrado un solo «tarifero» «ue después de diez años de 'ejercicio en tan bestiales tareas, haya 'permanecido en condiciones de acometer cualquier empeño que demande el menor empleo de energías. Físicamente deformados, Consumidos «lastimados» como ellos dicen con acento y miradas impregnadas de profunda tristeza, quedan reducidos, en la flor fle la edad" a ruinas vivientes, a verdaderos andrajos sociales. A tal altura de la vida, al «tarifero» no le queda otro recurso, sino qniel'e mendigar el sustento o morir de hambre, que establecerse' Como bolichero en los centros de conchabo o enrolarse como cocil1E'l'O' en las cuadrillas obreras de su' procedencia .
lJl)
BOI"ET1x DEL DEl'.\R'l'.\MESTO
SACIOS.\L
ESTABLECIMJEXTOS
DEL TR.\B.\JO
Advierto que me alejo involuntariamente del punto de partida y .el plan expositivo de estas notas me obliga a volver a él. lVIomentos antes que los «tariferos» dejen sus chozas al emprender las tareas del día, los troperos aparejan las mulas para dirigirse asimismo en el caso frecuente del desdobiamiento de «comitivas» de que ya me he ocupado, al «romaneo» distante y traer, sobre los lomos de aquellas, en abultados cargueros la yerba «zapecada» al «barbacuá». El «urú» y los «guainos» entretanto concluyen la torrefacción comenzada al atardecer de la víspera y desarrollada en un laborioso proceso de doce horas, durante toda la noche, según se verá más adelante. . A las seis de la mañana. poco más o menos, el «lUÚ», auxiliado por sus dos «guainos», descarga las doscientas cincuenta o trescientas arrobas del «barbacuá», yen «ponchadas» (1) de ocho a diez arrobas 'las transporta al cilindro del canchado o molienda. El individuo encargado de leste aparato,;-el «eihndreroa-c-efectúa sin extraña ayuda, absolutamente solo, la molienda y a su vez lleva la yerba al «noque» (2) o «Perchel» (3) en grandes bolsas. La yerba se deposita suelta y se apisona, algunas veces con un pisón de diez kilos y otras con el «atacador», palo redondo y rústico que acaba en punta, de dos metros o algo más de largo y de doce o catorce centímetros de grueso. Esta parte de la tarea, penosa como todas las otras, es también cumplida por el cilindrero. A las once y media de la mañana, se come el «yopará», hecho por cada uno de los individuos del «rancho» o reunidos de dos en dos en fraternal compañerismo. El del «habilitado» lo prepara el «dependiente», pobre sujeto proteiforme que pesa la yerba,' vende los artículos de la proveeduría, anota los gastos y las ganancias de los peones, lleva el libro diario de la habilitación y en los momentos de. descanso, tal vez para que no adquiera malos hábitos, se le manda al monte .. hacha al hombro a cortar leña! La tregua de la mitad de la jornada se prolonga hasta las tres pasado meridiano, hora en que los «tariferos», en unión de sus fuertes compañeras, van de nuevo al yerbal al corte de las hojas.
(1)
El «poncho»
Empleado brasileña. paraguaya.
al efecto,
es un pedazo
de arpillera
de tres
metros
'97
y el eurús-y los «guainos» a reunir la leña para el horno del «barbacuá»-( en los establecimientos paraguayos que conozco, se emplea, para dicho horno, la madera de «Ibirahobí», exclusivamente, y para los fogones del «zapeco», la expresada y las de «Ibirayepiró»,-palo pelado-«Laurel canela», «Ibirapiú»,-la «María Preta» de los brasileños-e «Ibirapepé» y-que cargan con las primeras cincuenta o sesenta arrobas de yerba a las cinco de la tarde' y luego, durante la noche y a intervalos ;egulares de una hora, ~o~ cantidades de veinte a veinticinco arrobas, hasta completar la zafra del día:, trescientas a trescientas cincuenta arrobas. La operación del tostado, lo repito, dura doce horas. Es tan admirable la resi~tencia física que. ~emuestran permane~\ temente los hombres y mujeres de las «comitivas» yerbateras como su habilidad y destreza en el ejercicio de las diferentes funciones que en ella realizan. La poda que los «mineros» efectúan a limpio tajo. de machete, es de una rapidez y precisión sorprendentes. Cuando la planta es alta.s-rtodas las que yo he visto lo son·-, el trabajador se aproxima al tronco, cuyo volumen ya ha medido con la vista, y se coloca de tobillo a tobillo la correa en forma y de manera que ha de ayudarle a trepar ofreciéndole un buen punto de apoyo. Encaramado en la copa, en la profusión de las ramas hostiles, sin detenerse y cual si llenara una función mecánica (1), blande su machete, refulgente a la luz rojiza y oblícua de la tarde, en continuado relampagueo de juego malabar. Y la espesura de las copas se resuelve en copiosa lluvia de ramas que caen silenciosas
(J) Quiero explicar el val o!' de la ·frase. En los yerba-les paraguayos del Alto Paraná, la zafra se efectúa de acuerdo a un sistema racional y previsor. Las plantas,
en la actualidad
«manchones». sadora
se cuidan
se diezmaban
de los machetes
y aún
salvajes,
ql:e revelan las ventajas reflexiva y prudente
. CIOU
con esmero. desaparecían
y se establecen,
Se recuerda
la época
completamente
bajo
como es natural,
en que los
la tala
arra-
comparacones
de los procedimientos en uso. La zafra que p-repara el árbol para las abundantes
es hoy operaproducciones
del futuro. Los reglamentos de las empresas establecen penas,-en fO-J';l1a de multas y d e aecioues . . d' . 1 . " Jl1 lela eS,-para los brabajadores que las violen, perjud icando la existencia, desarrollo y producción de los áJrboles. Y estos reglamentos,de Simple
cuadrados. (l!) Dencminación (3) Denom inaeión
YERBATEROS
y obligada
f'órrr.ula,
del
todo
inútiles
en los viejos
yerbales
fiscales
argentinos de nuestras Misiones,-se cumplen estrictaménte me consta en 11leucionados establecimientos paraguayos .. Es, pues, por ~so que dec;aro asom"ro a n t e un t ra b aJo . que, sien . d o como en efecto· es, trabajo e' " razouado, ".ec.uta por los «tal'iferos» con la mecánica y rápida precis'ón .descripta en paglna que exige la presente nota. -,
7
los mi se la
98
BOLEríx
DEL DEPARTAMEKTO
NACIOXAL
DEL 'J'RABAJO E.~TABLECDilEXTOS
,j
esparciendo en el ambiente, cargado de virginales efluvios, frescos y penetrantes aromas de sávia. Cuando el operador cuenta con el inapreciable concurso del «guaino»-la mujer-ésta,' con la misma facilidad con que aquel efectúa el corte, arregla en el suelo los gajos caídos, disponiéndolos en ramas que por su 'estructura y uniformidad simplifiquen el ezapecado» del día siguiente, y las amontona después, cuidadosamente, de manera que resistan el abundante rocío de la noche. El reglamento o condiciones de trabajo de 10.3 establecimientos yerbateros, estampado en la primera página de la libreta de los trabajadores, contiene, invariablemente esta cláusula sacramental: «el minero» está obligado a cortar todos los «isipó» (1) o cualquier otra rama que estén entrelazadas con los árboles de yerba» (textual). De ahí la mayor dureza y fatiga del trabajo impuesto a dicho individuo que a más de cumplir la parte de tarea que por sí sola debiera constituir su obra del día, se ve impelido a batirse denodadamente can la lujuriosa vegetación de los «isipó», vegetación que cubre la selva en la inconmensurable plenitud de sus ámbitos, y en bravío y no detenido avance hacia la altura, liga, entreteje y domina todas las copas, aún 'las más elevadas y soberbias. El tarifero no tan sólo resulta admirable en el doble trabajo de la poda y limpieza del árbol (2), sino también y quizás aún más, en las funciones del «zapeco», 'donde pone de relieve una destreza yrapidez superiores a toda ponderación. Resguardado a medias del insoportable calor que desarrollan las devoradoras llamas del fogón, por el atajo de la «trinchera»-«parapeito» le dicen los brasileños,-bañado en sudor, pasa y abre en el centro y a lo largo de las llamas los manojos de ramas verdes.e=cuyo volumen .es necesario medir previamente a fin de que las hojas no guarden humedad ni . se sequen demasiado,--:-que estallan en continuo chisporroteo, con sostenida e incansable prontitud. Cae la tarde; las sombras invaden el ambiente de la selva, intenso de paz y de misterio. El carrito vergonzante del «pindocero»
(1) «Isipó», nombre generrco de todas las plantas trepadoras de la región. (2) Se calcula en .3 a 4 arrobas, término medio, de hojas verdes, la producción de cada planta de yerba. 'Si fijamos la zafra de los «tariferos» en el promedio de 18 arrobas de hojas «zape.cadas» y descontamos el peso de jugos evaporados en el «zapeco», tendremos el número de los árboles trabajados diar lamente por cada uno de ellos: 6 a 8 árboles.
YERBATEROS
9'9
chato Y feo, avanza por la picada desbordante de largas palmas, verdes y lustrosas. La preciosa carga, que trae a la mente antiguos y luminosos pasajes de historia, no viene destinada para adornar las esbeltas columnas de un frontón griego, ni las tribunas patricias del foro. ni a caer cual' alfombra, en la calzada romana de anchas lozas, bajo las ruedas de bronce del carro de triunfo, sino para servir de forraje a las pacientes mulas del «Rancho» y el pensamiento bruscamente 'sacudido, se vuelve al lugar y 3.'1 momento para considerar el esfuerzo que ha debido realizar el conductor al derribar a hachazos, buscándolos y descubriéndolos en la espes~ra del monte, a los elegantes «pindó»-ejemplares que harían la gloria de nuestros jardines porteños,-cuyo plumacho les ofrece diez o doce palmas, que no alcanzan a igualar en número a los centavos de la recompensa (li1Los «tariferos» aparecen también en grupos por la misma picada. Regresan con pesado y tardo paso, casi perdidos en los tonos fríos de la penumbra, al descanso de sus chozas. La comida del miserable «yipará» es breve. El movimiento decrece las voces y ruidos se apagan, y en el silencio y la quietud emotivo~ de la hora. el «barbacuá» resplandece aislado destacando con vivos toques de luz, las tres grandes figuras del campamento en reposo: «el urús y sus dos «guainos». . Son las ocho de la noche. Se descansará hasta las tres de la mañana. El trabajo del día ha terminado en la parte susceptible de término.
dORTE DE YERBA Síntemas o procedimientos
en uso
Existen dos sistemás o maneras de 'cortar la yerba: el «Tini» (que en guaraní significa 'calor duro. o [uerie) y el «veinticuatro» Ilama-: do así porque es un corte efectuado regularmente cada veinticuatro horas. El primero se usa generalmente en el Brasil y en muy pocos estable~imientos del Paraguay y el segundo en la mayor parte de los establecimientos de este último país.
(l)
'J $ 1
Se podrá ver en otro lugar que a los «pindoceros» se les paga por cada cien hojas puestas en el corral.
s
0.80
lil
100
BOLETÍX
DEL DEP_\RT_U\fE.:\'l'O SAC'lOXAL
Sistema
o procedimiento
DEL 'fRABAJO
«'I'iní»
Los «macheteros» empiezan su tarea de poda o, desgaje al aclareal' el día. A esa hora los árboles están cubiertos por el copioso rocío de la zona sub-tropical. La yerba, se la lleva, pues, mojada al lugar en que ha de ser «zapecada» o «chamuscada», cuyo lugar lo constituye un espacio de 2.50 X 2.50 metros, inmediato a los árboles podados y en el cual se improvisa el pequeño fogón que se describe a'l pie del dibujo adjunto. La operación de «zapecar» por el sistema de referencia comienza generalmente a las nueve de la mañana y permite al «machetero», muchas veces, después de entregado el primer «raido» cuyo peso oscila entre 10 y 12 arrobas, volver a lo que ellos llaman «repicar», es deeirr, reanudar la tarea anterior y aportar a la romana de pilón o al «barbacuá» algunas pocas arrobas más que aumenten un tanto la mezquina remuneración de su penosísimo trabajo diario. Es el descripto, el sistema preferido por la gente de trabajo, ansiosa de una retribución que por lo menos le permita saldar su cuenta con el patrón al término de la zafra. ya que en la mayoría de los casos, concluída esta,que en el Paraguay es de ocho meses, de enero a agosto,-y en la Argentina de seis,-de marzo a a-gosto,-el infeliz trabajador se ve obligado, por no haber alcanzado a realizar la aspiración apuntada, debilitado y herido, a acometer la obra de los «rozados» o a sentar plaza de «picadero»! El sistema «Tiní» conspira decididamente contra la salud del «machetero», pues aparte de las otras dolencias a que los expone la humedad del ambiente que penetra sus ropas hasta empaparlas, como las mojaría la lluvia, la acción del calor violento de los fogones del «zapeco», los entrega a los reumatismos agudos de que todos ellos padecen muy jóvenes aún.
Sistema -o procedimiento
«veinticuatro»
Ya he dicho que la operación regula]; efectuada a traves del término fijo de veinticuatro horas, le dá el nombre a este sistema preferido por los grandes yerbateros y nue industrialmente considerado, es sin disputa, el mejor. El corte «veinticuatro» comienza a las cuatro de la tarde después que los mácheteros han preparado el fogón para el «zapeco» y se termina, por lo general. a la puesta del sol.
ES'J'.\BLECIMIENTOS
YERBA'fEROS
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El «zapecado», se hace algunas veces, cuando el tiempo es bue, no, en las primeras horas de la noche y comunmente de cuatro a cinco de la mañana. Efectuado el zapecado, se procede, como en el vistema anterior, al despunte que como es sabido, consiste en separar las hojas adheridas a las pequeñas ramas, de los gruesos gajos sustentores. Los «raidos» son conducidos a los lugares del recibo, entre 10 y 10.30 de la mañana. Las ventajas industriales del «veinticuatro», las que han decidido e impuesto su implantación definitiva en la mayoría de los establecimientos paraguayos, consisten en el probado mejoramiento del producto, cosechado y elaborado en las condiciones expresadas sobre el producto similar, cosechado y elaborado aezún las prácticas de los otros sistemas. «Barbacuá»
y «noque» o «perchel»
Ha bía creído hasta aquí, apoyándome en referencias verbales y en publicaciones hechas sobre el particular, que el procedimiento paraguayo para la torrefacción de la yerba. generalizado en la actualidad sobre toclala vasta región productora. databa de un tiempo anterior al de la guerra de 1865-70. Se decía y escribía esto, estableciendo diferencias entre el procedimiento que se clasificaba el del «barbacuá», en uso, de «misionero», a fuego directo, y el denominado «paraguayo», a fuego indirecto. ~ o ha sido así, sin embargo, pues viejos yerbateros del Paraguay me han asegurado que el «barbacuá» de hoy, único e irreemplazable por el momento para el tratado de la yerba, fué ideado por el español Rafael Augusti, quien lo ensayó por primera vez en Villa San Pedro, al norte de la Asunción" allá por el año 1885. Consigno lo anterior, a título de antecedente curioso, ya que mi propósito es sólo el de describir la principal y más cuidada construcción del «Campamento» yerbatero. Tres partes lo constituyen: 1a armazón que contiene la yerba en la operación del tostado, el «horno» y la «chimenea», que no es más que IR prolongación del «cañón» o «conducto». La armazón se levanta sobre una planta circular interrumpida en sus extremos por el trazo de dos rectas paralelas. La abertura que forman estas rectas, interceptadas en ambas partes por el punto intermedio del horcón mide en total 4 metros y entre uno y otro horcón ·~e extiende la distancia de 111Pt]'OS 6.50.
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La mayor anchura de la planta, la da la proporción del arco. Los horcones tienen, por lo común, 0.80 metros de alto: metros 1.30 bajo el nivel del suelo, 1 metro desde el suelo hasta la base de la horqueta y 1.50 metros desde dicha base hasta las extremidades de la misma. . A ambos lados de los horcones (2 metros) corren equidistantes, los «postes de costilleras», que en «barbacuás» para 400 o 500 arrobas, tales como los que se construyen en el Paraguay y el Brasil (1), alcanzan al número de nueve por cada lado, y a siete en los de 150 a 200 arrobas, generalmente usados en los numerosos yerbales de Domingo Barthe, en el Paraguay, en los del mismo señor" y Núñez y Gibaja y Julio Allica en el Brasil y en todos los argentinos. Estos postes, de algo más de un metro de -altura, sirven para soportar a las «costillas» que partiendo de ellos se entrecruzan sobre la cumbrera. Las «costillas» que a su vez sirven de asiento al tupido «envarillado» verdadero. piso del «barbacuá», se ligan a los postes, al igual que las «varillas» verticales que haceu la barrera o baranda superior, por medio de ataduras de «guembepí» o «tacuapí» (se prefieren las primeras por su mayor resistencia. a la ac-ción del calor) y entre sí, para mantener mejor su equidistancia y adherencia a los postes, por barreras horizontales, que describen la misma curva de los postes. Otros dos horcones se clavan al lado de los expresados y sobre ellos corre la cumbrera, apoyo, con la solera y contrasolera del techo del «barbacuá». Dichos horcones tienen una altura total de 10 metros. La solera como sobre soportes de 8 metros y la contrasolera de 6 metros. Si recordamos de la parte enterrada de los horcones es la de metros 1.30, y que la cumbrera en forma de arco del «barbacuá» mide en su mayor altura metros 3.90, tendremos que la techumbre se desarrolla a una elevación máxima de metros 3.90 sobre el «envarillado» del piso. Se emplean como maderas de construcción en el «barbacuá», el «guatambo», madera dura y flexible. el «Ibiranetí» y el «Ibiraobi». El techo se hace de hojas de «pindó», (que en los días lluviosos se cubre con lonas para asegurar su impermeabilidad) lo mismo que el cobertizo triangular del horno. En el centro del «barbaeuá» se halla la abertura de la chimenea
(l) San Estanislao, San Pedro, Villa Concepción, 'I'acurú-Pucú, en el Paraguay, y en el Brasil en el Estado de Matto Grosso.
ESTABLEcnUEXTOS
que mide en la boca 0.80 centímetros
YERBATEROS
con rebordes
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de 0.20 metros
y 1.75 de profundidad. El horno se construye a metros 10 de la chimenea. Mide metros 2 X 1.70 de abertura, y metros 3 de profundidad. El «conducto» o «cañón» que pone en contacto las dos aberturas, recorre, en el lana inclinado que proyecta la diferencia de niveles de las dos Profundidades anotadas, en anchura progresiva que va desde el ~iámetrode metros 1 en el arranque del horno al de metros 0.75 en el desemboque de la chimenea suministra calor al «barbacuá» otros, muy frecuentes, en que un solo horno esparce calor por dos chimeneas, pero no bajo los principios de economía,-l~o la economía de gastar bien sino la de gastar poco-e-que Imperan en toda la región del Alto Paraná, se adopta siempre el sistema que menor cantidad de leña y de jornales consuma. Como lo he hecho constar en la nota anterior y según el sistema de corte «veinticuatro», sistema que tiene la virtud de metodizar y regularizar todas las otras tareas de los campamentos yerbateros, la yerba permanece en el «barbacuá» tostándose, doce hor~s, durante las cuales el «urú» y los «guainos» no cesan de trabajar. Se necesita una larga práctica y una habilidad extrema para efectuar el pesado y delicado trabajo del «urú», que por medio de su horquilla lleva y trae, en continuo y acompasado vaivén, l~s hojas de yerba desde las extremidades al centro y desde el medio a la ba'randa del «barbaeuá» hasta porierlas en el preciso punto de sazónque exige la buena elaboración del artículo. Los patrones o habili-tados buscan con empeño a los buenos «urues», que no abundan por cierto, y Ios halagan de- todas maner~~,-aunque jau:ás se les recompensa en la forma merecida---::;pa'fa no verse prIvad~s ~e su importantísimo concurso. N o solamente entra en las obligaciones del «urú» el punto de sazón que debe alcanzar el tostado de la yerba, sinó también la tonalidad del color que es necesario presente después de la operación. Y en este detalle, como en. todo". ~os otros de la larga elabor'ación, se atienden y cumplen las HUpOSlCIO-
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nes de los mercados modernos. Al observar con la mayor atención y parte por parte, los diferentes trabajos que se ejecutan 'en los campamentos, he creído ir descubriendo en la medida de mi avance informativo, a los verdaderos héroes de las grandes jornadas, pero al terminarlo, y ya en la altura en que el conjunto se ofrece todo entero, me he conVencido que no es posible, so pena de caer en la parcialidad o en
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la injusticia, establecer diferencias de medida o de grado en el potente esfuerzo que en ellos se despliega. El «urú» y los «guainos» trabajan mucho, muchísimo, sin duda, pero no más que los infelices «tariferos».
Noque o Perchel
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El «noque» o «perehel» ocupa generalmente en el «campamento» un rectángulo de noventa y seis metros cuadrados: metros 12 X 8. Su construcción en los establecimientos de que me ocupo, se hace en todas sus partes, paredes y techo, de madera, sobre pilotes que sostienen el piso a la altura' de un metro del suelo. ~ o tiene más que una abertura al frente: la puerta. Se procura siempre que la construcción resulte seca, absolutamente impermeable. Las paredes y techo del «noque» se revisten en el interior de arpilleras que detienen una gruesa capa aisladora de pasto seco. En los establecimientos donde es posible obtenerla,-centro y norte paraguayosse emplea, para formar esa capa el «yahapé», planta que tiene la doble ventaja de ser alta y resistente a la humedad, con lo cual, a más de lograrse el objetivo primordial, se ahorra tiempo y esfuerzo en la obra del revestimiento. En los yerbales del mismo país, desde Tacuarú Pucú para abajo, y en los del Brasil, se usa exclusivamente el «tacuapí», no tan bueno pero que al fin lo reemplaza. La yerba molida en el cilindro (1), que funciona a espaldas del «noques bajo un cobertizo de metros 9 X 9. se transporta al «no que» y una vez allí libre de la bolsa, se la apisona. por medio de lo, procedimientos ya detallados, para reducir su volumen y mautener su aroma.
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I! (1) El cil indro para la' molienda en uso por estos parajes desde tres años atrás, ha venido a suprimir de la tarea de los «tariferos» una de sus muy penosas partes: la del «canchado». Con anterioridad al tiempo indicado, esos trabajadores estaban obligados a moler, con una especie de machete de madera, la yerba que se descargaba del «barbacuá».
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TRANSPORTE DE LA YERBA Tropas de mulas Desde el campamento o lugar de la zafra hasta las buenas picadas , el transporte de la yerba se hace a lomo de mula, en «brua-. cas» de cuero especie. de árganas, colocadas a ambos loados del ammal. La carga de cada mula es de 12 a 14 arrobas (138 a 161 kilos). }Ie refiero a los establecimientos paraguayos donde el animal se cuida, .pues, en mi visita a Puerto Esperanza, establecimiento argentino de Núñez y Gibaja, ví llegar una tropa' que conducía yerba desde el Brasil-17 leguas al interior de Barracón (1), punto que dista 28 leguas de Puerto Esperanza, cuyos pobres animalitos sostenían cargueros de más de 200 kilos de peso! Forman la tropa treinta mulas: 25 cargueras, 2 de reserva y 3 para uso del' capataz, peón de tropa y madrinero. Tres hombres, pues, constituyen su personal. El trabajo de los hombres de tropa es fuerte y complicado. En permanente movimiento de transporte "soportan, en las peores condiciones, todas las inclemencias del tiempo. Antes de aclarar, en las noches oscuras y «al primer canto del gallo» en las de luna, se levantan para emprender la jornada. El madrinero,-un niño en todas las tropas-, es el encargado de encender el fogón, calentar el agua para el mate y preparar el «reviro». Apenas toman unos mates y mientras llega a punto el desayuno tradicional, el peón se dirige por el «pique» recientemente abierto al «quichinal» próximo ,-se les da este nombre a los lugares cubiertos de «taeuaremhó» (2) o de «pitinga» (3), para reunir la tropa al toque del cencerro de 'la madrina, empeño que realiza sin mayores inconvenientes a no existir un burro «guaraypo»,-indócil, arisco-, que resista, como muchas veces acontece" el llamado a la congregación. , El capataz, entretanto revisa y compone cuidadosamente todos los arreos, aparejos y quincallas de la tropa.
(1) Estas tropas emplean un mes en el viaje redondo, es decir, ida y vuelta. Caña que se desarrolla extendlda, abierta, aparragada casi, en los puntos en que le falta el apoyo de los árboles. (3) Paja alta de hojas finas y vellcsas ; constituye el forraje de monte pre· feri(lo .por las mulas. (2)
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Reunidos los animales en el «encosto» el lugar abierto sobre aguadas que sirve de asiento al pequeño campamento-el madrinero presenta una a una las mulas al aparejo J' a la carga. operación que realizan frente a la pila de las «bruacas», el capataz J' el peón. Terminada la carga, la tropa se pone en marcha, precedida por el madrinero que se destaca a vanguardia a una distancia de cincuenta metros de la columna. Cuando las mulas no avanzan a igual paso, el capataz o el peón, uno de ellos, ocupa el centro i el otro se coloca atrás de los últimos cargueros. A medio día se hace alto, procediéndose a la descarga de las «bruacas», lo que cuesta tanto esfuerzo como cargadas. Recuérdes~ su peso. Se da principio al trabajo, descendiendo las más pesadas y sobre ellas se apilan las otras, que luego se cubren con una 10113 impermeable. Las «brnacas» al descender de los cargneros, caen sobre las rodillas inclinadas del capataz o peón que las recibe, para alzarlas en segundo y vigoroso movimiento, hasta la altura del hombro. Así, apoyadas sobre el hombro se trasladan a la pila. Enterado de lo penoso del trabajo, hice, en cierta oportunidad, descubrir los hombros y espaldas de algunos troperos. Los tenían cubiertos de repugnantes heridas que ellos procuraban anestesiar. ante el inevitable roce de las «bruacas» con pedazos de arpillera sucia, dobladas a manera de almohadillas. Las tropas conducen con sus «municeras»-las «bruacas» de las provisiones y herramientas para el alimento y los trabajos del viaje. -una pequeña carpa, la improvisada vivienda de los hombres en las «postas» de parada, denominación que también se le da al «encosto». Dicen los troperos que sus tardes de «posta» son de «tongo»,-de descanso-pero dicen mal, pues ellas se emplean en la apertura de piques y en la exploración de «quichinales» que no se hallen «batidos» por la voracidad de las mulas en estacionamientos anteriores. La obtención de forraje, más o menos adecuado constituye un árduo problema en la selva y los que se ven precisados a encontrado pronto, tienen que dedicar mucho tiempo a la tarea. ' Los capataces bautizan las «postas» con los nombres COI1 que después se las conoce. Recuerdo,entre otros, los siguientes nombres, de posta: «Sara», «Mombucá», «Yatey», «Pinalcito», «Estero». «Yaeutinga», etc. El reposo de la noche es breve. Si los días son buenos, la marcha se reanuda a la hora de costumbre; si malos. en las frecuentes y
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copiosas lluvias de la región subtropical, el alto se prolonga «hasta que serene». Preceden las jornadas de viaje las operaciones descriptas y al punto terminal entregan la carga en la balanza y luego en el depósito,-que algunas veces está ubicado en el centro del establecimiento, al extremo de las grandes picadas, y otras en la costa, sobre los mismos puertos de embarque. En el depósito, .el personal de la tropa desocupa las «bruacas» que de nuevo son llevadas a la balanza para descontar su peso del peso de la yerba que conducían. Las «bruaeas» cargadas ofrecen al tacto la solidez de la piedra. Hechas de cuero, se humedecen la víspera de ocuparlas a fin de que' cedan todo cuanto sea posible a la yerba y a la presión- del «atacador»-igna 1 al del «noque»-que la apelmaza .para reducir su volumen. Dos y medio o tres días emplean el capataz y el peón para llenar y alistar por completo para el transporte, los veinticinco pares de «bruacas» de una tropa.
Carros polacos Fué Jorge Barthe, distinguido joven paraguayo, el introductor de tan excelente medio de transporte en los trabajos del Alto Paraná. L?~ colonos polacos que años atrás poblaron la colonia Apóstoles, hicieron conocer por primera vez en l\lisiones, el típico carro, que más tarde había de difundirse, reportando considerables ventajas a la _industria, por toda la región de los yerbales paraguayos y brasileños comprendidos en la" zonas próximas a dicho río, desde Artaza al último puerto de la empresa Barthe, por el lado del Paraguay. El ensayo se verificó en Santa Elena (Brasil), y bastó una corta experimentación en la práctica de los servicios a que se le dest:naba; para evidenciar su aplicabilidad provechosa, bajo el doble punto de vista de la rapidez y de la economía. ' , Carros chicos, livianos y ligeros, arrastrados por cuatro mulas, tienen capacidad para conducir de 900 a 1000 kilos de yerba (18 a 20 bolsas de 50 kilos) por las buenas picadas que en no pocos establecimientos de la región, llegan a distancias que varían entre 7 y 30 leguas de la costa. Cada carro tiene, como es lógico, su conductor y éste es el encargado de cargado en el depósito central y de deseargarIo en el puerto. En algunos establecimientos. el citado de Santa Elena, por ejemplo. los servicios de transporte de las «carrerías» de
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polacos, se hallan muy bien organizados. A distancia aproximada de ± y media leguas una de otra, a lo largo de las veintidós leguas de la gran picada, se escalonan las estaciones o «pozos» con sus respectivos depósitos. Cinco «carrerías» de 7 carros cada una, realizan el ,~~rvicio en conjunto, y por separado o en detalle, el de «pozo» a «pozo». La jornada de las carrerías es de igual duración y tiempo a la de las tropas, pero infinitamente menos penosa. El conductor carga su carro en un depósito y lo descarga en el otro. Conocen bien. en sus menores accidentes, el camino relativamente corto que deben recorrer, día a día, en inmutable tarea; las estaciones o «pozos» les ofrecen abrigado techo, a la vez que los más indispensables recursos de vida. Las dificultades y responsabilidades del trabajo se reducen, pues, en lo posible. La yerba se acondiciona en su envase definitivo-la bolsa-antes de ser transportada por los carros polacos. Ya sea que el servicio tenga que realizarse a través de varios «pozos» o ya desde el centro directamente al puerto, la operación del envase se ejecuta siempre por individuos dedicados a esa labor especial, en el primer depósito, al límite de la picada recorrida por los carros. Estableciendo en 140 kilos (188 - 161 kilos) el promedio del peso conducido ,por las mulas en 70S lugares donde se las cuida, y en 950 kilos, (900 a 1.000 kilos) el de los carros 'polacos, se comprenderán fácilmente las ventajas económicas de este último sistema de tr-ansportes, que, dentro del peso indicado, permite la supresión de tres mulas, animales cuyo precio oscila en el Alto Paraná entre la cantidad de $ 90 a $ 100 en que se venden en Posadas y en $ 150 a $ I 80 en el Brasil a la altura de la ex colonia militar del Iguazú. Remarca aun más las expresadas ventajas, el dato, rigurosamente exacto, de que la duración del tiempo empleado en el transporte se reduce a la mitad en la práctica de dicho sistema.
REMUNERACION Jornales
DEL
TRABAJO
y salarios
Varían muy poco 10iS jornales y salarios en toda la enorme re, gión de trabajo conocida con el nombre de Alto Paraná. :En la especialidad de las labores yerbateras, he escogido, para fijado en el presente capítulo, por más que en carácter general ya figuren en el
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de «Los Salarios», el tipo de jornales corrientes en dos importantes establecimientos de la región, uno paraguayo ;r otro brasileño. He aquí el tipo primero: H abilitada-Director de los trabajos, patrón directo de las «cornitivas» cuyos jornales corren por su cuenta. La empre a paga al habilitado a razón de $ 1.20 a $ 1.30 por cada arroba de yerba canchada puesta en <maque». Dependiente.---Son obligaciones del dependiente: administrar el almacén de la «comisaría», anotar, en las respectivas libretas los gastos y ganancias de los' trabajadores, llevar un libro diario y hacer las planillas del movimiento general de las «comitivas» que mensualmente se envían a la administración local de la empresa. Sueldo $ 60, manutención libre. Caoatoe de J'01naneo.-Existe el puesto en el único caso del desdoblamiento de «comitiva», cuando la, zafra realizada en vastos «manchones», ,exige, para facilidad y rapidez del trabajo, la ubicación de una romana en punto intermedio entre el «barbacuá» y el fondo de la zona en que se opera la zafra: Sueldo: $ 6,0, manutención libre. Capataz de «rancho».-Desempeña análogas funciones a las del anterior. Sueldo: $ 60, manutención libre. U1'ú.-El difícil trabajo de «nrú», ha quedado ya descrito. Debe tostar de 250 a 300 arrobas de yerba, término medio, por día. Sueldo: $ 90, maaiutencuni a sn costal Guaino.-Inseparable ayudante del «urú» (cada comiti va tiene dos). Sueldo: $ 50, manutención a su costa. Ta1'ife1'os, mineros o rnacltete1·os.-E,n 'el establecimiento en que escribo esta nota, como en todos los otros similares de la región. trabajan por un tanto, a destajo. Se les paga $ 30. por cada 100 arrobas de yerba «zapecada» puesta en «romaneo» o «barbacuá». Dentro del sistema de corte «veinticuatro» en práctica en el mencionado establecimiento, los tariferos aportan un solo «raido» diario a los lugares de recepción. El «raido» tiene, por lo general, de 10 a 18 arrobas de 'peso, que produciría, a ser buscado, un promedio de 14 arrobas diarias, es decir, 42,0 arrobas mensuales. Pero teniendo en cuenta todas las cirennstaneias que conspiran contra el abundamiento de la producción, puede fijarse-juicio de viejos y expertos industriales yerbateros-en 2,00 arrobas mensuales el razonable término medio de la capacidad productora de los «tariferos». Se hace la advertencia, que los mejores «tariferos» en trabajo de zafra en los mejores ;rerhales, 1legan a producir hasta 300 arrobas mensuales.
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Los gastos de manutención, a costa de los mismos trabajadores, y estos gastos excbusioamente de manutención, se mantienen entre $ 18 Y $ 25, cuando el peón es sólo, y entre $ 30 Y $ 35 cuando tiene familia. Y la inmensa mayoría de los «tariferos» tienen compañeras, sus «guainos» en la zafra. Quizás resulte útil hacer aquí una demostración gráfica de la situación de estos hombres ante las recompensas que acuerda el capital al penoso trabajo de los yerbateros, en el establecimiento de referencia. Tomo como base de demostración las 200 arrobas mensuales, que según autorizadas opiniones, hacen el término medio de la producción de los «tariferos». Dichas 200 arrobas les producen $ 60 por mes, de cuya cantidad debe descontarse la de $ 18, que como se recordará, suma los gastos de manutención del «tarifero» sin familia. Hecho el descuento, la ganancia queda, pues, reducida, a $ 42 por mes con lo cual tiene que hacer frente a sus otros gastos-ropas, herramientas, tabaco, etc.-y a la amortización del anticipo mínimum de $ 2,25 que se le diera en el lugar del conchabo. Cubierta en ocho meses de trabajo continuado la cantidad conocida del anticipo, tendremos que aun le restan $ llI-en total, es decir, $ 13.87 1/2 por mes-8 meses-para hacer frente a los. expresados segundos gastos, cantidad a todas luces insuficiente. Es por eso que se calcula en un 25 o 30 % el número de los peones oue terminan la zafra con algunos haberes; el resto, son obreros deudores del establecimiento que 10.5 utiliza,hasta la completa chancelac.ón de sus cuentas, en trabajos de «rozados», «picadas», etc.