Neuquenia

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~~ REVISTA o~ G.EOGRAFICA AMERICA A 1

ILUSTRADA

MENSUAL

JUNIO DE 1940

~t\ñoVI-Vol. XIII

PRINCIPALES

N"UIO.

81

ARTlCULOS DE ESTE HUMERO

Los límites

de

la República

Argentina

Neuquenia desde los tiempos geológicos hasta los días de Caupolicán Viajando Bosquejo la

geográfico

economía

Un centro EL SUMARIO

por América:

de unas tribus arqueológico

DETALLADO

México

de la República

ESTA

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Dominicana

indígenas

argentinas

m. de altura

EL INTERIOR

DE LA TAPA

Número SAN JUAN 738. BUENOS AIRES

suelto

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NUMERO

ESTE Notas

Los limites

de

Neuquenia

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y Noticias la República

Argentina,

los tiempos

doce ;i'uitrationes

Méxic~,

Bosquejo

geográfico

la República

de

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los días de Caupolicán

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y un mapa

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unas tribus. indígenas

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Argentinas

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Un centro

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por América:

La economía

hasta

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Viajando

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geológicos

Dra. W ANDA

a 4.200

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ilu,lradone,

HANKE BRAUN

EL MUNDO Y LAS REVISTAS El petróleo en la historia humana, por Her¡berto Winclhausen Los animales en la escultura antlgu3 de Mé· xico, por Eduardo Hoguera El problema de los indígenas en los Estados Unidos, por Jotep C. Mac Caslei"

EL MUNDO Y LOS LIBROS '-11, por Rafael Larco Hoyle - ImportanzA dell'Entomologia nell'Ecenemia Mendlele , por F. Si/ve,lri - The ·Negritos 01 Moloyo. por Ivor H. N. Evan, - Geogrolio Universal. illu,trata, Vol. 1, edi<i6n Unione Tipogr.fi<a Los Ineos, por Árluro Capdevila -- Arte de lo lengu. quiehu! general de indios del Perú, 1690, por Juan de AguiJar - Términos de parentesco en la familia Yunga por R. A. Altier; - la ldentificación de la Deided HE" de Schellhas, por A. Barrera Vásquez - Algunos dalo-s acerca del arte plumaria entre los m.yas, por A, Barrera V",que. - Handbcok 01 Latin Amerlean Studie.: 1938, por Lewi, Hanke y Ra6/ D'Eea - Pensamiento y Acción, por J. F, Torrenl - Four Keys to Guotem •.la, por Vera Ke/,ey y Lilly de Yon"h O.borne - Paleontologi, Do Rio Grande Do Sur, por Carlo, de Paula Coulo - - Páginas de los "Ccmentados Reales*\ por ellnca GarcilaJo de la Vega - The Aim of Geography Teaching, por D. Merriman Coutumiers Juridiques de l'Alrique Oeetdentele Freneelse , lomo I/:Soudon - Anuerie Estadístico 1938. Los

Mochicas,

tomos

l

"Pisando

DOS CUADROS A TODO COLOR Mafz" y "La Paila" por Salvador Calabrese 71 ilustraciones

Propiedad

Artfst.ica y Literaria - Registro Nacional de la Propiedad Intelectual y dibujo de la tapa registrados bajo el No 161.245.

Año VI - Vol. XIII

JUNIO "40

MODERNOS

DE

BUENOS AIRES

No 064.004 -

Marca

Núm. 81

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NEUQUENIA DESDE LOS TIEMPOS GEOLOGICOS HASTA LOS lAS DE CAUPOLICAN Neuquén es un cofre repleto de contrastes y hermosuras, dispuesto sie ,cer; tanto al .amante de imágenes estéticas como al espíritu investigado

por DANIEL

HAMMERL Y DUPUY

visita al territorio de Neuquén deja recuerdos realmente imborrables. Ante ese desfile grandioso de bellezas casi sin retoques, no hay quien se resista a la exclamación espontánea que se traduce en el [oh ... 1 inevitable. La naturaleza ha sido generosa en el realismo de sus manifestacienes que brindan los contrastes de la llanura desértica con la sierra boscosa; de la vertiente silenciosa, con la estruen-dosa cascada r " del arroyo torreritoso con el lago casi vítreo; de la vega sombría, con la luminosidad del volcán estupendo; del picacho hirsuto con la cumbre domada por el colchón de hielo sobre el cual caen los copos de nieve ~omo plumas que arrebata el viento al desgarrón de la almohada. Ante la gama de beldades neuquinas que van desde el helecho hasta el coihue varias veces centenario, desde el lIao-llao - golosina de los aborígenes - hasta la fragante frutilla, - desde el tímido huemul hasta el sigiloso puma, desde el hervor de la fuente termal hasta el vómito estertóreo del volcán, tanto el estudioso, como la persona más despreocupada, se sienten desleírse en un mar de acuciantes incógnitas.

El paleontólogo se regocija frente al hallazgo de fósiles que le permiten reconstruir, siquiera parcialmente, la gigantesca fauna patagónica que pastó entre las magníficas araucarias de una flora grandiosa. La extinción de los sáuridos es todavía un problema de inagotable interés. Su típica organización anátomo-fisiológica evidencia que esos representantes gigantescos de la fauna patagónica necesitaron de un clima siquiera templado, ya que sus diminutos congéneres, que han sobrevivido, se hallan en otras partes del mundo exclusivamente en las regiones tropicales. Un cambio abrupto de clima podría, pues, explicar la muerte de los sáuridos raídos de nuestro acervo faunístico, muy a pesar de las ilusiones de cuantos recorrieran la Patagonia en pos de algún solitario superviviente de épocas prehistóricas. A raíz del hallazgo de un hueso descomunal, que descubrí en las colinas próximas a la confluencia de los ríos Limay y Neuquén, comentaba con el Sr. Ernesto Bachmann la desagradable circunstancia de no poderse exhumar restos completos de sáuridos, y este experto en tales búsquedas, que desde 1931 ostenta su certificado de corresponsal La extinción de los sáu- del Museo de La Plata, me confirmó el ridos y las evidencias de comentario de los pobladores regionales convulsiones geológícas según los cuales nunca se había hallado La reconstrucción del pasado geológi- por allí un f6sil con cabeza. La interesante pieza la hallé sobre la arenisca -co del área comprendida por el territorio de Neuquén, aunque ha sido objeto roja pero' incluída en' un manto de de diversas monografías, tiene todavía' arena blanca en la que encontré un el encanto y la fascinación de sus inte- huececillo de sólo cuatro milímetros de resantes enigmas cu.Jm' enumeración no diámetro. Si los restos hubiesen sido podría ser totalmente incluida en estas arrastrados por una masa de agua, como parece indicarlo la arena que los incluye, pocas líneas.

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(loto del Sr. Bachmann)

¡Cabalgando

sobre el hueso más grande, del mundo! Este hueso de 2.20 m. se encuentra, mente, en el Museo de La Plata

podriac.quedar explicado el misterio de los fósiles decapitados por el arrastre. Viene al caso recordar que el Sr. Bachmann no solamente exhumó por esos lares al hueso más grande del mundo - un fémur de 2 metros con 20 centímetros - sino que halló en ese territorio a la primera y única pisada de un saurio prehistórico que hasta la fecha haya sido descubierta en la República Argentina. La huella en cuestión aparece en la arenisca roja y, a mi entender, es un testimonio irrecusable de que el animal pudo producir dicha impresión cuando esa arenisca era relativamente blanda y que, ~poco después, la pisada quedó cubierta -por otros materiales que al ser erosionados con el correr de los siglos dejaron al descubierto esas interesa~tes impresiones plantares y digitales que hablan con tanta elocuencia de una vida palpitante en épocas remotas de la historia terrestre. El profesor A. Cabrera clasificó dicha huella como perteneciente a la especie de los ornisquios, seres que se erguían únicamente sobre dos patas. Después de visitar este país, el Dr. Federico von Ruene, del Museo de la Universidad de Tübingen, que h'abía· sido invitado por

actual-

el Museo de La Plata, pudo publicar un valioso trabaj o titulado: "Los Ornisquios y Saurisquios en la Argentina". .Fué, precisamente, este paleontólogo quien clasificó el afamado fémur hallallado en la zona como perteneciente al rl niartosaurio giganlt;uJ'. ¿Cómo pudieron ser totalmente borrados' de la existencia los sáuridos tan bien constituidos para la vida. si no fué por un cambio abarcante de profunda significación climá tica? La hipótesis de una transformación del clima patagónico es evidentísima cuando se recorre el terreno mismo ya que, en lugares actual.mente -desérficos, se enouentran troncosfó.siles de un diámetro considerable que demuestran, por contraste, una situación ecológica completamente contradictoria. Tal cambio climático está, no obstante, en perfecta consonancia con lo" ocurrido igualmente en otras partes del planeta. Las pruebas de que los polos de la Tierra ocuparon otra posición está por encima de toda discusión desde que se intensificaron los estudios paleontológicos resultantes de las expediciones Antárticas. Si la migración polar fué lenta, como lo quieren algunas teorías, quedarían sin explicación una


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(fotos del Sr. Bachmann)

Sacro gigantesco hallado cerca de la confluencia del río Neuquén con el Lirnay : compáreselo con la altura del hombre

El Sr. Battilana, a la izquierda, en cuyas propiedades, en Plottier, se han hallado numerosos restos de sáuridos

cantidad de problemas respetables entre los que no carece ciertamente de interés la existencia de manadas de mamuts y rinocerontes empotrados en el hielo fósil de Siberia y Alaska. (Véase mi colaboración a la -REVISTAGEOGRÁFICA AMERICA.NA,Vol. VIII, pág. 119, titulada "El Misterio de los Mamuts y Rinocerontes Congelados", aparecida en Agosto de 1937). Junto a las transformaciones lentas, el planeta suele ser sacudido, además, por convulsiones violentas de consecuencias catastróficas. Un cambio repentino de la posición del eje terrestre no solamente daría una explicación fundamental y causal de la resquebrajadura y fragmentación del continente primitivo y ónico, supuesto en la teoría de Wegener - aceptado, por otra parte, con anterioridad debido al

indiscutible parentesco de la fauna y de la flora patagónicas con las de Africa,. India y Autralia - sino que tal evento cataclismico sería igualmente la clave de la existencia de tantos restos mari-

La única huella de .un animal prehistórico hallada en la República Argentina. Fué descubierta por el Sr. Bachmann, de quien es la fotografía. La huella pertenece a un ornisquio y esta grabada en arenisca roja


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(foto del autor)

Algunos fósiles hallados por el autor en el territorio del Neuquén. Las dos filas superiores exhiben diversas especies de moluscos y un diente de selacio. j\1ás abajo aparecen lajas conteniendo 0jas, ramas,. trozos de troncos petrificados y una piña en idénticas condiciones

nos existentes sobre todos los continencataclismo oceánico. (Véase la obra del profesor J. M. Mac Farlane "Fishes the tes, ya que la isostasia no permite suponer que las .grandes masas contiSource of Petroleum", publicada por la Universidad de Pennsylvania, en 1923). nentales puedan sumergirse en el mar. El cambio abrupto de la posición del Una prueba indudable de la invasión eje terrestre implicaría forzosamente la del territorio de Neuquén por un asalto formación de una marea gigantesca que de las aguas ·marinas, la hallamos en su barreria la superficie continental: el cli- gran cuenca de depósitos de yeso que ma sufriría un cambio inmediato por tiene por centro a Las Lajas. Algunos el desplazamiento de las zonas terresvalles poco excavados retuvieron las tres. Todo iría acompañado de un vio- aguas de origen marino que formaron lentísimo trabajo geológico resultante una cadena de lagunas en las que llegó del nuevo aplanamiento' de la Tierra a precipitarse el sulfato de calcio, en en el sentido bipolar y del consiguiencan tidades asom brasas. La deriva del continente americano te y también nuevo abultamiento ecuahacia el Pacífico y la titánica resistentorial. En todo el territorio de Neuquén es cia del fondo de ese antiguo océano a la progresión de la plataforma confinenfrecuente el hallazgo de fósiles marinos consistente en moluscos de las más di- • tal hacia el oeste fué una causa más que versas especies, y hasta dientes de sela- suficiente para explicar la formación de cios. En Covunco, no muy lejos de la Cordillera de los Andes. Es cierto Zapala, se han descubierto fósiles de eri- que en la precordillera existen formaciones más antiguas que se prolongan zos y de estrellas de mar. La presencia en la pampa bonaerense, pero éstas perde yacimientos petrolíferos en Plaza tenecen, desde el punto de vista geolóHuincul y en Senillosa son, si se adopta a un la teoría cada vez más generalizada de gico, paleontológico y tectónico, que ese solicitado producto tuvo su ori- sistema anterior a la ruptura del continente primordial, dado que no difiegen en los restos orgánicos de grandes ren •.de las similares de Africa del Sur. cardúmenes de peces sepultados antes (Véase el trabajo de J. Keidel, titulado de entrar en estado de putrefacción, otro indicio elocuente en favor de un "La Geología de las Sierras de la Pro-


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vincia de Buenos Aires y sus relaciones 'con las Montañas de Sud Africa y los Andes". Publicación aparecida en los Anales del Ministerio de Agricultura de la Nación, Sección Geología, Mineralogía y Minería, Buenos Aires, tomo II, año .1916, número 3). La surrección de los Andes dió gradualmente -a la región neuquina las características que le son propias. De una repentina época glacial se pasó lentamente a un clima más benigno en la que los hielos sólo persisten en las altas cumbres. Los lagos cordilleranos deben su existencia al trabajo incesante de los glaciares siendo que son el resultado de cubetas excavadas en rocas duras por la erosión glaciar, o son formados por el endicamiento de aguas que no pudieron vencer el cordón de morenas terminales o, en algunos casos, origináronse por la acumulación de aguas en las cavidades de antiguas morenas de fondo. El plutonismo y el vulcanismo contribuyeron también al cambio de régimen fluvial que para una gran parte del territorio de Neuquén fué del Pacífico en los tiempos prehistóricos. Groeber ha podido constatar que la depresión de fondo plano situada al pie del volcán Copahue sólo llegó a ser tributaría del Atlántico después de la surrección del referido volcán elegido como punto de referencia para la línea internacional. (Véase P. Groeber: "Traslado del Vulcanismo de la Falda Oriental de la Cordillera Hacia la Ladera Occidental", en Anales de la Sociedad Argentina de Estudios Geográficos_"Gaea", tomo III número 1, Buenos Aires, 1928). La última de las catástrofes que haya afectado una parte del territorio neuquino data del 29 de diciembre de 1914 cuando un derrumbe en el cerri to que taponaba el desagüe del lago Carri-Lauquén provocó un desastroso aumento del caudal de los ríos Barrancas y Colorado en cuyas márgenes fueron arrasados los pobladores con sus cultivos. Las formaciones geológicas tan capridiosas como las columnas .basálticas conocidas como "El Abanico", del lago Lacar, y las fantásticas estructuras que ornan el Valle Encantado, que son el

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"Onewa"

del Neuquén, según Imbelloni, tome de Culturoloqia, 1936

Epí-

asombro de los turistas, tuvieron en tiempos remotos sus primeros visitantes en las ignotas y arrojadas huestes humanas que avanzaron hasta esas latitudes.

habitantes primitivos de Neuquén

Los

El fascinante problema de quiénes fueron los primeros habitantes del país neu qu ino afecta al conocimiento igualmente enigmático de quienes hayan podido ser los primeros pobladores de América. Sobre esta cuestión fundamental ha corrido mucha tinta, animando innúmeras hipótesis que han brotado del intelecto humano desde la época del descubrimiento. La totalic' ad de las especulaciones referentes al supuesto hombre prehistórico que, desde la Patagonia habría emigrado a todos los continentes para poblar al mundo, ha caído en ruinoso descrédito. Por otra parte, sÍguese suponiendo que en los albores del Cuaternario vivía en la llanura bonaerense


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El cráter del volcán Copahue, que ofrece el interesante contraste de sus hielos que suelen precipitarse estrepitosamente en ese laguito, cerca del cual existen fuentes termales de alto valor. La surrección de este volcán fué un acontecimiento geológico que transformó el régimen de una región del Neuquén

el hombre de Miramar, el Ensenadense y el Lujanense. Sea dicho, en honor a la verdad, que del primero sólo se han encontrado pocos restos cerca -de Bahía Blanca, del segundo únicamente se han descubierto sus instrumentos - muchos de ellos de hueso - y del último se han exhumado una decena de esqueletos a lo largo de una línea que va desde el Carcarañá, por Esperanza, Pergamino, Fontezuelas, Baradero, Frías, Samborombón y llega hasta Necochea. Esta raza, que pobló el litoral santafecino y bonaerense. tenía caracteres esqueléticos esquimoides semejantes a los restos europeos hallados en Chancelade y Obercassel, de indudable analogía esquimal. Si se supone que la raza Lujanense tuvo su procedencia de aquella otra, la inmigración tuvo que ocurrir después de la última glaciación. ¿Descendieron hacia el sur estos hombres prehistóricos ante las primeras olas inmigrator ias con caracteres australoides que se extendió desde Lagoa Santa (Brasil) a la región de Arrecifes? Es difícil establecerlo todavía siendo que, hasta la fecha, los más antiguos restos extraídos en el valle del Río Negro - entrada oriental del territorio que nos ocupa, pertenecen

netamente al patrimonio indígena cuya deformación craneal es idéntica a la de los indígenas descubiertos en las sepulturas de Bolivia. Siendo que el territorio de Neuquén se halla tras de los vastos desiertos que lo separan del Atlántico esta circunstancia permite suponer que sólo habrá sido descubierto tardíamente por los habitantes de las llanuras bonaerenses y pampeanas. Como la alejada costa Atlántica sólo ofrecía medios precarios de vida, resulta dificultoso admitir que en tiempos prehistóricos los indígenas llegaran remontando el río Colorado o el Negro: por otra parte, cuando se tiene en cuenta que Neuquenia se halla adosada a los Andes, entre cuyos cerros abundan los medios de vida, y que el faldeo occidental es de una fertilidad prodigiosa que llega hasta el mismo Pacífico, la hipótesis de que esa región fué poblada por ese lado resulta muy aceptable. A lo largo de la costa del Pacífico existen largos conchales con abundantes instrumentos líticos, que hacen recordar ~ l;s Kjokkenmoddinger, de los arqueólogos daneses, y que se atribuyen al habitante primordial de esa parte de


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Una de las tantas contorsiones del río Limay en su trayectoria entre su salida del Lago Nahuel HuapÍ y su confluencia con el Neuquén. A la izquierda puede notarse el flanco de una colina que ha recibido el nombre de anfiteatro

cisamente, con la palabra foki (hacha América, suponiéndose que corresponde piedra) y sus muchos derivados de den a los comienzos de la era cristiana. (Véase la obra "Chile Prehispánico", de significación especial que pueden ser Tomás Guevara, tomo I, Santiago, 1929). rastreados en Melanesia, Polinesia, en Esos conchales que se escalonan de nor- las islas de Pascua y en toda la costa te a sur han permitido la formación de americana del Pacífico, sin excluir Araucania y hasta en la Patagonia. En tocolecciones de objetos que se comparan con los chellenses y mousterianos. El dos esos lugares existe también un armaarqueólogo Max Uhle habla de una cul- insignia típica de OceanÍa, el "rnere tura de aborígenes pescadores de Arica onewa" y el "patu" de los que se han que existieron durante los primeros si- hallado casi una docena de ejemplares glos de nuestra era. Supone el mismo en Nor-teamérica, tres en el Perú, dos estudioso que dicha etapa habría sido en el sur de Chile y otras dos en la Arseguida de los períodos culturales -de g.~tina.·· Estas últimas flféron -descuChavÍn (400-600), Tiahuanaco (600-9()O1,~ ~l;üertas una cerca de Villavicencio y la Atacameño Chincha (1100-1350) y, fi- otra junto al río Limay. Queda pues nalmente, por el Incásico. ¿Cuáles· fue- autenticada la suposición de que al teron, entre tantos pueblos prehispánicos, rritorio neuquino llegaron influencias los que dieron su aporte humano y cul- culturales procedentes del océano Pacítural a Neuquenia? He aquí al gran fico. (Véase, sobre el particular, los últimos capítulos del "Epítome de Culenigma difícil de esclarecer cabalmente. turologÍa" del Dr. J. Imbelloni, B. Aires Es imposible olvidar que tanto el profesor E. Palavecino como el Dr. J. Im1936). belloni, han establecido numerosas coLa inmigración Araucana rrelaciones entre los quichuas, melaneLos pescadores primitivos que iban sios y polinesios. Las semejanzas idiomáticas son sorprendentes y llegan, en descendiendo por las playas del Pacífico, y ocupando sus caletas, fijaron algunos casos, hasta la lengua mapuche o araucana. Tal es lo que ocurre, pre- finalmente sus paraderos al sur del río


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Una cascada en las inmediaciones de San Martln de los Andes, única región de Neuquén que pertenece al régimen del Pacifico

BÍo-BÍo. En esa falda marítima crecía la araucaria, cuyas piñas fueron una valiosa fuente de alimentos. Tras de aquellos aborígenes vinieron los chan_ gas, supuestos representantes de la raza. paleoamericana, que también se esl~hleciéronéa¡ las-mismas regiones, Estos últimos habrán tenido que mezclarse con sus antecesores o, en caso contrario, tuvieron que emigrar hacia e! interior remontando e! curso del Bio-Bío cuya cuenca se aproxima al Copahué y a sus pasos adyacentes. El erudito araucanista Tomás Guevara hace e! siguiente comentario acerca de esa etapa tan lejana de la historia de América: "En e! gradual crecimiento de estos centros contiguos al mar, tuvieron que remontarse por las riberas de los grandes ríos y llegar hasta los espacios llanos de las cercanías .. , Al

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través de varios siglos, la población que avanzaba de! occidente se hizo subandina y andina. El curso superior de los ríos no les ofrecía abundantes medios de vida; pero en las regiones de los lagos hallaban lo que faltaba en. aquéllos: peces y aves acuáticas en cantidades enormes, caza copiosÍsima de guanacos, de huemules y otros animales menores, escasos en el centro. El pehuéa (Araucaria imbricaia) constituía un granero inagotable para los indígenas de entonces, sustento que se ha . perpetuado hasta e! día". ("Chile Prehispánico" tomo I, pág. 200). Una nueva ola de invasores ocupó la zona meridional. de! BÍo-Bío y esta vez definitivamente. El cronista José Pérez García escribió lo siguiente, sobre e! particular, a fines del siglo VXJII, en su "Historia de Chile": "No cabiendo ya en el Perú sus habitantes, los Antisuyos, de la parte de! oriente, juntándose con los Chinchasuyos de hacia e! norte, verosimilmente declararon la guerra a los Collasuyos, que estaban hacia: Chile, los cuales, como eran menos, huyeron de los más i entraron a Chile i le poblaron con e! nombre de Moluches, cuya voz acredita esta narración, pues molun, es decir, -declarar la guerra, i c/u, jente, i moluches jentes a quienes se les declaró la guerra". El cronista no indica la fecha de ese acontecimiento que permite rastrear e! origen de los araucanos que a la postre iban a ramificarse en e! territorio neuquino. Aquel acontecimiento hubo de ocurrir muchos años antes- puesto que el Inca Sinchi Tupac Tupanqui (1398-1478) al someter a los diaguitas de Tucumán se enteró, al parecer con sorpresa, que del otro lado de la cordillera de los Andes existía un pueblo tan rico como poderoso. Gracias al libro de Tomás Falkner, escrito a mediados de! siglo VXIII, se puede saber lo siguiente acerca de los araucanos de evidente origen andino: "Las naciones de indios que habitan estas tierras, se distinguen entre sí con los nombres generales de moluches y puelches, Los jnoluches son aquellos que los españoles llaman Aucae y Arau-


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canos. Ellos entre sí vienen de! moluche, derivado de la voz molun. guerrear; así que moluche quiere decir guerrero. Ellos se hallan distribuídos por toda la tierra a uno. y otro lado de la cordillera de Chile. Los que caen a la parte oriental de la cordillera alcanzan hasta más abajo de Mendoza; y se llaman puelches por los de aquella banda, puel equivale a este; pero los otros que les quedan al sur les dicen picunches". ("Descripción de la Pa. tagonia"; pág. 89). Queda pues documentado e! hecho de que los moluches o araucanos habitaron "más abajo de Mendoza". Neuquén llegó a formar parte, indudablemente de una de las cuatro provincias (vú than) o divisiones político-geográficas de la Araucania prehispánica. Esos distritos respondían a los siguientes nombres de significación estrictamente geográfica: Pire-il1apu (tierras de la cordillera); Inapire-JJ1apu (tierras cercanas a la cordillera); Levun-JJ1apu (tierras llanas); Lauquen-JJ1apu (tierras vecinas de! mar) que comprendían la región de Arauco, de donde les concedieron e! nombre genérico los españoles. El lnca Tupac Yupanqui llevó sus conquistas a Chile, discrepando los cronistas acerca de cuál fué e! límite austral del territorio dominado, aunque es idea bastante generalizada que durante el reinado de su hijo Huaina Capac (1470-1525) la organización incaica llegaba hasta el Bío-Bío. La hegemonía de los incas no fué aceptada de buenas _ganas por los, araucanos que, -replegados hacia el sur; donde ya sehallaban instaladcs los cuncos o pichihuiliches y los vuta-huiliche's;'l-UV-teron que emigrar, siquiera parcialmente, hacia Neuquén. Los araucanos no sometidos recibieron de parte de los invasores incaicos e! nombre de "parum auca" o "enemigos no vencidos". Estos indios nunca llegaron a someterse a los incas ya que a la muerte de Capac se suscitó la guerra civil entre Atahualpa y su hermano Huasca, ordenándose entonces e! retiro de casi todas las guarniciones que estaban en e! territorio de Chile. De esta manera, la his-

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El pehuén o araucaria im br-ica ta cuyos ejemplares, distribu idos desde el Pacífico hasta la región cordillerana, contribuyó para que los indígenas, que iban tras sus frutos, llegaran hasta el territorio de euquén

tor ia de! Neuquén

indígena quedó íntimamente entrelazada con la de otros pueblos aborígenes de costa de! Pacífico; falta nombrar, por consiguiente, la influencia de los autóctonos de! lado Atlántico, .cuy a cronología no es posible establecer con precisión. Las Migraciones Amazónicas

y los Pehuenches Las

Primitivos

sucesivas oleadas de pueblos amazónicos, que fueron deslizándose hacia e! sur, deben haber empujado como en un embudo a otros pueblos que se marginaron en los contrafuertes de la cordillera o descendieron a las regiones meridionales, debido a repetidos empujes procedentes de! norte. Guevara supone que la invasión de las pampas por los pueblos aymará y amazónicos


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hubo de acontecer entre los años 1000 antes de que se realizaran las conquistas chinchás e incaicas. Aunque es imposible dejar establecida una cronología, siquiera aproximada, es presumible que los pueblos más australes hayan sido los primeros en ser empujados hacia el confín del continente: habrían sido, por lo tanto, los primeros en recorrerlo. Adoptando este criterio, como una hipótesis, hallaríamos la siguiente estratificación ét-

.A 1.30Q, vale decir,

mca :

\

1° Los pueblos de pescadores de los estrechos australes, descendientes, tal vez, de los prehistóricos habitantes ribereños del Pacífico; son éstos los ;;y ámana y los Alakaluf. 2° El grupo Chon, palabra que significa "hombres" en el lenguaje de los Onas, lengua hablada por éstos, por los Chonos y T ehuelches. El área de distribución pasa por el sur de la isla Chiloé e incluye la Patagonia inferior al río Chubut. 3° El grupo J(ünnü, vocablo que quiere decir "gente" entre los Puelches, quienes habitaban la zona comprendida entre los ríos Negro, Limay y Chubut y el Atlántico. Deniker clasifica a los Puelches como una subraza originada por fusiones de Tehuelches y Araucanos de las pampas. Otros defienden con denuedo la idea de que los Puelches descienden de una población emparentada con los Huarpes de Mendoza: si así fuera, la llegada de los Puelches-al- Neú,quén se habría realizado por el flanco oriental de la cordillera. 4° El grupo Mapuche, que bien podría ser clasificado lingiiisticamente como grupo Che para guardar consonancia con las otras clasificaciones ya que mapu, significa tierra y che, gente. Disemináronse en Chile desde Copiapó hasta Chiloé y en la Argentina desde San Juan hasta el río Limay. 5° El grupo Het, así llamado por idénticas razones. Su área de dispersión abarcaba la llanura santafecina, la bonaerense y la pampeana. De ser cierta la tesis de Ricardo E. Latchman ("La Organización Social y las Creencias de los Antiguos Araucanos", pág.

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266), en el sentido de que los pampas estaban emparentados con los querandíes, y de ser igualmente verídica la suposición de Félix F. Outes en cuanto a que los querandíes "eran una de las tantas ramas del frondoso árbol Guaycurú", entonces, desde el Gran Chaco hasta el Río Negro tendríamos un solo tronco étnico con varias ramificaciones al que probablemente no pertenecía el pueblo puelche de lengua Künnü. La hipótesis de que los pueblos australes fueron presionados por los septentrionales cobra el aspecto de una realidad cuando se contempla en el mapa lingüístico las áreas ocupadas por las diversas razas. Siendo que la ocupación de Neuquén por los araucanos fué definitiva, es de suponer que antes de tal consumación dicho territorio habría podido ser poblado por algunos de sus vecinos más inmediatos: los tehuelches (de lengua Chon), los puelches o genakén (de lengua Künnü), o por los pampas propiamente dichos (de lengua Het). Respecto a los genakén no cabe ya la menor duda: conocidos como puelches u hombres del este por los araucanos, tuvieron que ocupar una nueva posición geográfica una vez que aquellos vecinos transcordilleranos trasmontaron los Andes. Los verdaderos "hombres del este" ya no fueron desde entonces los genakén, aunque éstos siguieron con la denominación de puelches, sino que los nuevos y verdikleros puelches fueron algunas tribus araucanas de lengua mapuche.· Los araucanos tenían la ~tnníT)re de llamar a sus hermanos de raza según las características de los lugares que poblaban: Picunches (Picún-norte), Pehuenches (pehuén-araucaria), Levunche (leuvú-rio u arroyo), Moluche (molun-guerrear), Vuriloche (vuri-detrás, lol-valle cerrado), Ranquelche (ranquil-carrizal), etc. El desborde araucano formado por la cuña leuvuche junto a los genakén o puelches y, más al norte, la intrusión ranquelche en el territorio de los het o pampas evidencia que el pueblo de habla mapuche contaba con suficientes habitantes de este lado de la cordillera, como para empujar a esos


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REVISTA

GEOGRAFICA

(Joto del Sr. Bachmonn )

"El Gigante", curiosa formación geológica junto al río Limay (a la altura de Plottier) de cuyo pie se han extraído varios esqueletos con sus armas correspondientes

pueblos a distancia de la zona cordilJerana donde habrían estado adosados con anterioridad a la llegada de los araucanos. Entre todos los pueblos desplazados de Neuquenia por los mapuches, hubo uno que sufrió las consecuencias del desalojo de sus habitantes en la región de las araucarias que eran la base de su alimentación. Por esta particularidad en el régimen alimenticio, los cronistas hispánicos los tuvieron por pehuenches, como se llamaban los araucanos que comían los piñones de las . araucarias. Después de pacientes investigaciones, Antonio Serrano ha podido constatar que ese pueblo neuquino, anterior a la invasión mapuche, no daba a la araucaria el nombre de pehuén, (según el araucano), ni el de iraukna (según el genakén), sino el de al sospechando que el idioma de ést esté emparentado con la forma dialectal millcayac, de la lengua huarpr . El autor mencionado distingue a esos indígenas de los araucanos que llevaban el nombre de pehuenches, designándolos como "pehuenches primitivos".

AMERICANA

Los cronistas nos permiten saber que estos aborígenes eran corpulentos y belicosos; que almacenaban los piñones de araucaria para la estación invernal cuando los comían cocidos; que elaboraban una bebida embriagante preparada con los frutos que hacían fermentar, etc. Otro dato importantísimo es que estaban emparen tados con los Selqueguian, del Sur de Mendoza, y con los Chiquillames. Las tribus meridionales fueron araucanizadas mientras que las septentrionales, que tenían otros medios de vida, fueron quichuizadas; esto aconteció con los huarpes de San Juan, que hablaban el allentiac. La lengua de los huarpes no está clasificada: la palabra hua (paraje o lugar), permite suponer que pertenecen al pueblo andino que hablaba un idioma primordial anterior al aymará. Este pueblo andino habría llegado a Neuquenia siguiendo el faldeo oriental de los Andes, bajo la presión de indudables inmigraciones de otros pueblos del Norte. Los principales hallazgos arqueológicos de los "pehuenches primitivos" pertenecen a la región neuquina de Pilrnatué, Codihué, Las Lajas, Balsa, etc., en la cuenca del río Agrio y corresponden, probablemente, a una época anterior a la ocupación mapuche.

La ocupación de Neuquenia por los Puelches - Pampas ¿Ocuparon los Pampas el hermoso territorio neuquino? Antes de poder responder categóricamente a esta pregunta es necesario recordar, previamente, que, así como los indígenas mapuches que hablaban el idioma chilidunq« fueron llamados araucanos, a causa del país de Arauco, por- los españoles que tuvieron allí sus primeras relaciones con ellos, de la misma manera el vocablo Pampa fué dado por los españoles a todos los indígenas que recorrían las llanuras sin hacer distingas raciales. Por idénticas razones, las tribus más diversas que poblaban las pampas en la época de la conquista fueronllamadas Pampas. Viene al caso recordar que ese nombre fué conferido indistintamente a tres pueblos que no pertenecían a la misma rama étnica y que


NEUQUENrA

DESDE

LOS TIEMPOS

nunca hablaron el mismo idioma. En realidad, a los primeros les corresponde propia:nente el nombre gentilicio de Pampas-Het, creado por Serrano. Posteriormente los puelches o genakén penetraron en las llanuras bonaerenses, siendo llamados "pampas" por los españoles de Buenos Aires y Córdoba, y "puelches" por los habitantes de Mendoza. En último' caso estos indígenas merecían el nombre más exacto de Puelches-Pampas o de Pampas-Künnü. Finalmente, los araucanos irrumpieron en las regiones parnpásicas, siendo también confundidos con los au tóctonos que los habían precedido. Dióseles también el nombre de pampas cuando sólo podía corresponderles el de Pampas-Moluches o Pampas-Che. En el proceso de aculturación de las tribus pampeanas, primó el elemento araucanizante. Recuérdase que ya en 1572, Juan de Garay comprobó que los aborígenes que merodeaban en la región del cabo Corrientes llevaban "alguna ropa de la muy buena: dicen que la traen de la cordillera de las espaldas de Chile". La verdad es que los puelches, pampas y araucanos recorrieron casi indistintamente las pampas. "Tanto el Puelche como los Het, escribe el Dr. Imbelloni, han formado sus mismos nombres genitivos por medio de vocablos de otras lenguas, especialmente del Araucano". (Historia de la Nación Argentina" vol. I, parte' Ir, cap. "Lenguas Indígenas del Territorio Argentino", pág. 218, edición 1939). Efect iva men te, los nombres de las grandes divisiones territoriales de los Het o Pampas son total o parcialmente de hechura araucana: Lelfinche o "parnpeana", Mauiche o "serranos" Chechehet "gente del este", Dihuihet o "gente del oeste", Taluhet o "gente del norte", a quienes Falkner señaló como a los verdaderos quera nd ies incendiarios de Buenos Aires. No existen pruebas indudables de que los primitivos habitantes de las llanuras, los Parnpas-He t, hayan ocupado Neuquenia, aunque es probable que hayan ocupado las márgenes del río Colorado. Por otra parte, sábese con toda certeza que los Pampas-Kunnü o PueIches-Pampas, habitaron algunas regiones del te-

GEOLOGICOS

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Interesante expresión de un cacique arauca no, típico representante de la raza rna puche que sentó sus reales en Neuquén, haciendo replegar a otros pueblos hacia el este y hacia el sur

rritorio neuquino. Sábese, en efecto, que los conquistadores hallaron en las inmediaciones del lago Nahuel Huapi a la tribu Paya que pertenecía al pueblo PueIche, cuya lengua, según los estudios de Moreno era el genakén. o bastan las costumbres exógamas de algunas tribus para explicar la adopción de un idioma extranjero, como ocurrió con el araucano, que se di:undió desde el río Chubut hasta Buenos Aires. En este hecho se transparentan verdaderas migraciones y la convivencia en un mismo territorio. Es irr posible ~ ~correr el velo que encubre la fecha randa los puelche-pan-pas se radicaron en Neuquenia, sólo se sabe que cuando realizaban sus correrías por la pampa solían ser acompañados por los ara ucanos. Esta circunstancia hizo que la lengua mapuche se difundiera entre las tribus que hablaban el


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chon, el künnü y el huet, Por otra parte,los araucanos añadieran a sus per-trechos las armas tílúcas que adoptaron de los cazadores y guerreros de las pampas: las boleadoras y las lanzas, armas que no figuran en las abundantes pietografías que se descubren en el territorio neuquino. Acerca de estas manifestaciones del arte nativo el lector puede consultar los trabaj os del profesor Milcíades A. Vignati, principalmente el que se refiere a las pictografías de la gruta Gingin de la sierra de Chapelcó. (Véase en la "Revista Geográfica Americana", vol. IV, pág. 407, el artículo del profesor Vignati, titulado: "Una pictografía de los Alrededores de San Martín de los Andes").

Caupolicán, el hércules de la epopeya araucana

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Como para el rescate de Atahualpa pagaran aportes valiosísimos procedentes del sur, pensaron los españoles que en Chile habría recursos inagotables.' Almagro prenaró-una expedición que salió del Cuzco en 1535, para conquistar esos territorios que llegaban hasta Nueva León, como denominó Carlos a las regione~. australes que distaran más de sesenta leguas al sur de la línea ecuatorial. Los sangrientos combates que tuvieron que arrostrar los conquistadores en Aconcagua, disuadieron a Almagro de proseguir la marcha hacia el sur. El fracaso de esa costosa expedición no impidió que un lustro después Valdivia reanudara la misma empresa con 150 españoles y 1.000 indios como auxiliares. Habiendo recibido nuevos refuerzos del·Perú, avanzó hacia el sur donde encontró la resistencia épica de los araucanos. La llegada a Chile de. Don Pedro de Valdivia tuvo su honda repercusión en el territorio de Neuquén. Un lugarteniente del conquistador, don J erónirno de Alderete trasmontó los Andes y exploró esas regiones paradisiacas entre los años 1550 y 1552. Tras este primer hombre blanco que holló el suelo neuquino iban a incursionarlo varias falanges de militares hispánicos. No obstante la desigualdad de las armas

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indígenas con las europeas, la revancha aborigen se hizo sentir prontamente. En 1553 los araucanos infligían la primera derrota a los españoles. Surgen en Araucania el nombre de Lautaro, primero, y el de Caupolicán, después. Según la organización militar araucana, el cacique o toque que llamaba a la guerra, enviaba a los otros caciques a su auxiliar o leoloqui, quien debía cumplir con la misión de "hacer correr la flecha ensangrentada", acto que recibía el nombre de pulquitun, juntamente con los hilos rojos cuyos nudos señalaban el día y el lugar de la convocatoria. En la reunión extraordinaria exponíanse las razones de la guerra y después de ardientes debates se elegía al jefe de campaña. Este indicaba con cuántos conas o soldados debía colaborar cada toque, Ocurría con frecuencia que el comando supremo de las tropas era confiado a algún hombre joven que, sin ser cacique, se hubiere destacado por su destreza o por su espíritu guerrero. El parlamento convocado para contrarrestar el avance español propuso la jefatura de los moluches al que evidenciara 'mayor fuerza ... Un tronco corpulento fué pasado de hombro en hombro. La pesada' carga fué aguantada desde algunas horas hasta una noche entera. Caupolicán, hijo de Leocán, soportó ese peso sobre sus hombros hercúleos desde la salida del sol hasta la siguiente aurora y, entonces, como quien no tiene fatiga, dió un salto arrojando el nudoso tronco, siendo proclamado -jefe supremo de las fuerzas indígen~s -de Araucania. Aunque los araucanos que se alejaban de la cordillera para adentrarse en los territorios de Neuquén, Río Negro y La Pampa, eran llamados aucá por sus compatriotas, es decir: "alzados", "errantes" "desprendidos del tronco", jamás se olvidaron de prestar oportuna ayuda a sus hermanos de raza. El valor de los pobladores de Neuquenia, que llevaron contra los conquistadores las armas •.adoptadas en la pampa, es celebrado por Ercilla en el canto XXI de su "Araucana".


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