'REVISTA GEOGRAFICA AMERICANA MENSUAL
Año XIII-Vol. XliV
ILUSTRADA
NOVIEMBRE
1945
úm.146
PRINCIPALES ARTICULOS DE ESTE NUMERO Pergamino,
progresista ciudad bona erense
de
la pampa '
Catamarqueñas Una visita
a la pampa
del
Tamarugal
Una excursión
a Santa CruE de la Sierra
(Bolivia)
Tupac
l° y su refugio
manaríes
Amarú
entre
105
EL SUMARIO DETALLADO ESTA EN' EL INTERIOR DE LA TAPA
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Número suelto
1
m/n
ESTE· NUMERO
CONTIENE
y Not.icias
•Notas
~Pergamino,
progresi'sta
ciudad
de
la pompa
bonaerense LUIS E. GIMENEZ
con doce i/ulfracioDes
Catamarqueñas
..
Una visita
a la pampa
excursión con doce
Tupec
del Tamarugal
con once lIuslracione.
de San Antonio
a Santa
Cruz de
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co. Ires ilustracion ••
la Sierra
Dr. ENRIQUE
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V. J. GRIGNASCHI
y su refugio
con nueve i1ustracione.
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DE GANDIA
(Bolivia)
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COLODRERO LUIS L. I,.ARCO
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Las islas argentinas Una
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entre
los menarles DANIEL
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con Ires iluslraciones
HAMERLY
RENE MINOlFI
DUPUY
CEVALLOS
EL MUNDO Y LAS REVISTAS El petróleo, Su actualidad .undial, por C.rlo. Guevara Labal - Eilrolla, dobles, por Jos' Gavlra - Lo. volcanes, por J. HOllao. Braaley - La "dinlO del sel" d. los indios d. 1•• llanuras, por Donald Col/ier.
EL MUNDO
Y
LOS LIBROS
eanco d. Urbanización - La o,l.broria colonial en Hispanoamérico y parliculor, •• nl. en Bueno, Air •• , por José Torre Rev.Jlo - Geografí. do Distrito Federll, por Allonso Varzea - Documentos d. Arte. Argentino, cuaderno XVII - Revist. Filatélica Parag •• ya - Sarmiento y l. marina de guerra, por ., Cap. H. 11. lIatto Geografía d. Buenos Aires, por Florellcio Escard6 - Juan Ignacio María de Cast'brcna Ursua y Geveneehe, por M. Ocboa
Campos.
UN CUADRO A TODO COLOR "Kitílipi" (Calamarca),
óleo
por
F. Durán
San Martín
54 Ilustraciones Propiedad
artística
y literaria - Registro Nacional de la Propiedad Intelectual Marca y dibujo de la tapa registrados bajo el N9 161.2H
Año XIII-Vol. Agente
pubncítarto
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Noviembre 1945'
XXIV
para
Estados
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Núm. 146 & era. New York.
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TUPAC AMARU l° y SU REFUGIO ENTRE LOS MANARIES En la región selvática y lujurrante del Antinsuyo, lugar de amparo y espera del inca mártir, viven, todavía, los mismos indígenas de la preconquista, adoradores del Sol y de la Luna por
E
DANIEL
HAMMERL
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,
pasadizo que se domina desde la cumbre de! cerro Machupicchu, donde las minas de una ciudad escondieron sus tesoros debajo de una flora de siglos. En esa región dominada por las cumbres nevadas del Salccantay de unos 7.000 metros de altura sobre el nivel del mar, las nubes envue!ven como una aureola diversas ruinas monumentales que hacen juego con las de Machupicchu, tales como Phuyu Pata Marca y Sayac Marca. En esas regiones se recibe e! primer saludo de la vegetación exuberante. Es la "ceja de la montaña", el El Antisuyo, paraíso preanuncio de la selva enmarañada que se del Imperio Incaico contemplará más abajo si no se deja fascinar por e! embrujo de las aguas que se Al Antisuyo se llegaba siguiendo hacia la vuelcan con energía Amazonia el curso hacia el levante. ruidoso y espumante . ¿ Cómo dudar que del Vilcanota, río salos Incas se dejaran grado de los Incas. , A 45 kilómetros de! seducir por el paisaje lujuriante' que Cuzco, aguas abajo ofrecía el Antisuyo? de ese río, aparecen Frente a los rigurosos las ruinas de Huatta inviernos del altipla(Península) en las no, el clima acogeestribaciones de los dor de la selva 'deAndes. Le sig ue n bía ser' una tentauna serie de fortación ... lezas, adoratorios y El arte plum ario ciudades de diversa importancia, tade los quechuas eviles como Choqueidencia que tuvieron Ha, Pachar, Chocestrechas re 1 aciones comerciales con los cana, Ollantaitambo, pueblos selvát:cos lncapintay, Choquemediante el canje quilca y Salapuncu. de mercaderías, ya Desde T orontoy coque las excavaciomienza p rooiamente nes practicadas en la el cañón del Alto Amazonia han. deUrubamba donde las mostrado la presenaguas se vuelven turcia de armas de bulentas, lanzándose El Vilcanota, río sagrado de los lncas, recibiendo champi de origen incon ímpetu avasallalas aguas de un afluente. en su veloz y tumultuoso descenso hacia la selva careo. dor en un estrecho L Cuzco,
capital de! gran T awantinsuyo, vigilaba su hegemonía y su liber'tad. Hacia los cuatro puntos cardinales se dirigían los caminos civilizadores que expresaban la voluntad de! incanato. Las, "cuatro regiones" gobernadas por el Inca eran señaladas por nombres que -determinaban otros tantos países : Antisuyo, Cuntisuyo, Chinchasuyo y Collasuyo. Correspondían en cierto modo al Este, Oeste, Norte y Sur del Cuzco al que Garcilaso considera "e! ombligo" del Imperio. ,
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REVISTA
GEOGRAFICA
Dos indiecitos toyeris, vecinos de las tribus manaríes del río Alto Madre de Dios, recogidos por la Misión Dominicana de Quillabamba
Mientras se recorren las calles del Cuzco resulta interesante notar la presencia de tantas serpientes o ••amarus" esculpidas en las piedras perfectamente talladas de los palacios. Las hay de diversas dimensiones, y es tradicional el concepto de que aquello era un signo de alta alcurnia. ¿ Cómo olvidar que la serpiente, el jaguar y la coca no solamente eran elementos vivos del Antisuyo sino que se les atribuía una gran importancia totémica entre los pueblos antis?
Desde Atahualpa
a Tupac-Amaru
Después que Atahualpa fué condenado por Pizarro en 1533, Manco-Cápac II quiso vengar esa sangre de la raza avergonzada por el recuerdo del Inca que no supo defenderse. Pero la llegada de los españoles al Cuzco infligió a los aborígenes una derrota inesperada. No obstante, la rebelión indígena anidó en los corazones de los cuzqueños desde el instante trágico cuando Surunwaman, el bravo capitán incaico conocido como Cahuide por los españoles. se arrojó gritando desde
AMERICANA
una torre de la fortalez~ de Sacsawaman, en marzo de 1536. Sairi T upac transigió con el Virrey Marqués del Cañete. recibiendo en compensación algunas tierras en Oropeza, valle de Yucay . . En ese momento el dolor del Inca por su vasallaje. se tradujo en el acto altivo de señalar al representante del Imperio Hispánico un hilo de su manto, diciendo que eso era lo que le quedaba del Imperio de sus antepasados. Pero en las venas del hermano de Sairi T upac, corría el espíritu de libertad indómita y así fué como Titu Kusi desconoció abiertamente lo pa.ctado por Sairi. No se arrojó al abismo pétreo como Cahuide; luchó hasta morir. La tea de la rebelión fué recogida de sus manos. por T upac Amaru con todo el profundo apasionamiento de que era capaz. El Inca T upac Amaru 1 tuvo que hacer frente en Vilcabamba al asedio tremendo de Martín Hurtado de Harbieto. T upac Amaru idolatraba a sus antepasados. En una imagen llamada Punchao llevaba escondidas las cenizas de los corazones de los rncas. Era necesario salvar ese tesoro a cualquier precio. Esas cenizas podían ~elerar el ritmo de los corazones de millares de aborígenes adictos a la dinastía incaica. Con esas reliquias afrontó la encarnizada persecución de Martín Carcía de Loyola. La huida se orientó hacia las montañas de Paititi.
Vínculos entre los Ineas y los Manaríes de la selva Uno de los enigmas de la vida delInca T upac Amaru 1 es el de sus relaciones con los. indios del Antisuyo, especialmente con los mana ríes o machiguengas. No faltan autores que hayan intentado señalar que los últimos incas estuvieran emparentadas con los manaríes del río Urubamba. Viene al caso recordar lo que dice al respecto José Pío Aza. misionero dominicano que pasó muchos años entre las tribus machiguengas: "Una de las más numerosas tribus del oriente peruano debió ser seguramente la M achiguenga, si se atiende a la extensión geográfica que ha ocupado y ocupa aún en nuestros días. Desde muy antiguo aparece ella ocupando la zona limítrofe 'de la nación inkana, al este y nordeste del Cuzco. Los Inkas, fuera por atraerse las simpatías de esa tribu o fuera por conservar en la familia el recuerdo de su origen
TUPAC
AMARU
I\l y SU REFUGIO
E
TRE
LOS MA
ARIES
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Indios quechuas, cerca de Cuzco. cargando fusiles de madera con los cuales cumplen la primera etapa de su adiestramiento militar los días domingos
amazónico y particularmente de su procedencia machiguenga, el hecho es que. a los herederos del trono les daban al~nas veces nombres machiguengas. Tales son. por ejemplo, Shinchi, Sairi, Atawalpa, vocablos de, puro natÍo machiguenga. Y esta procedencia se hace más admisible. si se tiene presente, que los Inkas no eran keshwas, como se desprende de! dato que hallamos en historias antiguas; esto es, que los Inkas tuvieron una lengua particular que hablaban entre ellos, que no entendían los demás indios, ni les era lícito aprenderla como lenguaje divino. Así lo asevera Carcilaso, el que si bien en otras cosas no merece gran crédito, en el presente caso es de valer su autoridad, siendo, como era él, vástago dé la familia real del Cuzco. También podría confirmar la mencionada hipótesis, e! acto realizado en el siglo XVI por e! Inka T úpak Amaru, refugiándose y viviendo por espacio de dos años entre los Machiguengas o ManarÍes de! Urubamba; sin que sea bastante para desvirtuar la sospecha de su Íntima vinculación con esos salvajes lo que dice un autor moderno, de que le fueron desleales." C' Tribus Florestales del Oriente Peruano: Machiguenga" en la revista: "Inca", vol. 1, pág. 394). La vorágine c:le los ríos andinos que descendían hacia la selva sombría parece haber sido el imán que atrajo a T upac Amaro I hacia la espesura. Pero su presencia entre los árboles añosos y corpulentos, ·unidos por
cortinas de enredaderas y guirnaldas de lianas entre las cuales se abren paso las palmeras para sacar su orgulloso penacho, no podía ser perpetua. Más allá de esa marafia donde anidaban los pájaros multicolores, donde saltaban los monos chillando de rama en rama, donde e! jaguar era el rey y las serpientes resultaban una pesadilla casi obsesionante, estaba e! Cuzco con sus ama rus, sierpes de piedra que no podían vengar las injurias de un imperio derrocado ...
El dramático
fin de los Amarus
"El 4 de ottubre de 1571 escribe el historiador cuzqueño contemporáneo julián Santisteban Ochoa -, en presencia del Virrey Don Francisco de T oledo, en la Cran Plaza del Cuzco se levantó un patíbulo. A su lado un verdugo caña:ri. Alrededor una gran multitud de indios daban tremendos alaridos que hacían estremecer la tierra. El inka sereno y estoico se yergue, contempla por la vez postrera al sol y levanta la diestra. A la señal un enigmático silencio se derrama sobre la Plaza, sobre el Cuzco, sobre el T awantinsuyo ... hasta hoy. Thupaj Amaru I entrega la cabeza al verdugo y muere, muriendo con él el [nkario 'para siempre; sólo la Plaza del Cuzco podía ser digna tumba, de un Imperio. Si bien moría el [nkario, la sangre de los mártires era semilla de libertadores .. " ("Cusco ante la Historia Americana", pág. 20).
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A GEOGRAFICA
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de los incas era tironeado por los potros hacia los cuatro puntos cardinales de T awantinsuyo. Muy lejos del teatro de los sucesos llegó la emoción libertaria. Hasta los gauchos uruguayos en la gesta ernancipadora de la independencia, con autóctono orgullo americano dieron en llamarse T upamaros!
Entre los machíguengas
La plaza Mayor de Cuzco, donde fueron cac rificados los dos indómitos Tupac Amarú (fotografía tomada
desde
la fortaleza
SacsauJaman)
Durante aquel mismo siglo XVI se efectuaron las primeras tentativas hispánicas para colonizar el territorio dominado por los indios manarÍes. Esas primeras iniciativas fueron tomadas por Juan Alvarez de Maldonado quien, según se cree llegó hasta cerca de las cabeceras del río Madre de Dios. El nombre de T upac AmaruI fué recordado por muchas generaciones. De su propia estirpe surgió otro valiente caudillo revolucionario que nació hacia el año 1 740 en Tinta y se lo llamó José Gabriel Condorcanqui hasta que asumió e! título de Inca Tupac Amaru II. Según Clement R. Markham e! linaje que une a los dos afamados rebeldes tocayos es el siguiente: T upac Amaru 1; Ñusta Juana casada con Diego Condorcanqui ; Felipe Condorcanqui; Pedro Condorcanqui : Miguel Condorcanqui: José Gabriel Condorcanqui (T upac Amaru II). Ambos T upac Amarus fueron sacrificados en la Plaza Mayor del Cuzco, teatro de tantas ceremonias que centralizaron durante siglos la atención del T awantinsuyo. Todo el continente se agitó con la noticia de! descuartizamiento de T upac Amaru II que había sido consecuente con e! ejemplo de su antepasado homónimo. América toda se descoyuntó- en- sus sentimientos respecto a España mientras- el cuerpo de! descendiente
Confieso que he sentido la fascinación del río .que comienza como UA. hilito de agua cerca de La Raya, en cuya altura las gotas se deciden a to~ar la vertiente próxima del Pacífico o la muy lejana de!" Atlántico por' medio del caudaloso Amazonas. Cuando, después de horas de marcha junto al río sagrado de los incas e! ferrocarril se aparta unas leguas para entrar en el Cuzco, parecieta que se ha dejado algo que se quiere retomar en otro momento, algo quesigue fluyendo en la memoria para seguirlo en su marcha hacia la ,selva.
Desde el Titicaca hacia la selva Desde la ciudad de- Puno, que se destaca junto al lago Titicaca, cuya superficie se halla a 3.811 metros sobre e! nivel del mar, se necesita el tiempo diurno de un día .para vencer en tren la distancia que media hasta e! Cuzco, la ciudad múltiple donde se superpone lo republicano a lo colonial y este a lo incaico, a un nivel de 3.355 metros. ¡Sólo 500 metros de desnivel desde el altiplano a la capital del T awantinsuyo! Pero e! Vilcanota, que parece acumular sus aguas parsimoniosamente, - se impacienta algo m-ás abajo. Con otro tren se transponen 110 kilómetros bordeando el río sagrado hasta Machupicchu, donde el nivel de - la punta de rieles h descendido a 2.040 metros sobre el nivel del mar. Desde allí hay que arreglárselas para seguir en camión de carga los 63 kilómetros que separan de Quillabamba (La Pampa de la Luna). La distancia no es mucha, pero e! río furibundo salta entre las peñas y desde I<}smurallas de roca suelen "desgalgarse" algunas piedras de regular tamaño, que es necesario apartar del camino para poder avanzar. El paisaje es imponente con las cumbres anfractuosas y la vegetación que "se multiplica visiblemente, escondiendo ruinas que para verlas se necesitan ojos de águila.
TUPAC
AMARU
I\l y SU REFUGIO
ENTRE
LOS MANARIES
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1,
Plaza del pueblo de Quillabamba,
punto de partida de las expediciones del Alto Urubamba
Después de dejar las rumas de Huaynapicchu ("cerro jo n'") en un recodo de! camino, se suceden los nombres que se escalonan a lo largo del río cada vez más potente: Huaquina. Pacaymayo, Acayumayo, Santa Rosa. Santa María. Chaullay. Chinche. Maranura, Pintobamba Chico. Mandor y Babayo. Después de contemplar cultivos de azúcar y de cacao se llega finalmente a Quillabamba, emporio de una vasta región donde se vuelcan los productos más diversos que vienen en busca de intercambio. En e! curso de esa etapa de! viaje el río Vilcanota se ha enriquecido con los aportes de diversos riachos, entre los cuales el Santa Teresa. que procede de! nevado Salcantay. pasa cerca de la Hacienda Huaquiña donde se destacan los platanares y las grandes pal-
El merc"ado de Quillabamba,
que se dirigen hacia la selva
meras entre los inmensos cañaverales, donde suelen -trabajar uno que otro indio. Los primeros indígenas machiguengas pueden verse en la escuela dominicana de Santa Ana. Generalmente se trata de niños que remiten los misioneros de! Urubamba o de indiecitos toyeris que proceden de! río Madre de Dios.
En la Potamia de los Machíguengas Desde Quillabamba a Santa Ana es necesario seguir la ruta de la quina costeando e! río y pasando por Pintubamba, Paccha. Paipata, Charate, Cocab~mbilla (donde se cruza un puente colgante con cables de ace1'0). Z,\carudo. Sahuaico y Chauaris para encontrar e! lugar donde el Alto Urubamba ya es navegable. Hasta ese lugar el río solo
adonde llegan los pro duelos de la civilización -y de la selva, entre" los cuales se destacan la quina y la coca
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Dos indiecitos machiguengas traídos de la selva a Santa Ana por los misioneros dominicanos
se cruza a través en los pocos puentes colgantes. mediante oroyas que sostienen a los viajeros a poca distancia de las aguas turbulentas. Si se toman las debidas precauciones de revisar los frenos del automóvil se puede descender hasta el río Yanatile. Alfí un puente colgante permite llegar a una región palúdica donde ha desaparecido el 90 % de los habitantes en la zona que media entre Quellouno y Quesqueparnpa, lugar donde esforzados trabajadores. entre los cuales había algunos indígenas. seguían abriendo el camino hacia la selva. Quellouno solo dista 54 kilómetros de Quillabamba pe'ro el río ha descendido a 700 metros sobre el nivel delmar. Allí comienza propiamente el país de los indios mana ríes machiguengas cuyos dominios se extienden a toda la hoya de Urubamba desde el Yanatile hasta el Kamisea y abarcando la región comprendida entre el Yavero y Paucartambo y el Alto Madre de Dios hasta el río Manu. En el siglo XVI los machiguengas alcanzaban hasta el río T acuatimanu, a poca distancia del acre que llegó a marcar la línea divisoria entre el Brasil . y el Perú.
AMERICANA
Ocho días ponen Íos indios machiguengas con sus piraguas para descender de Quellouno al pongo Mainique y de 20 a 24 días para retornar surcando al punto de partida. Las canoas de los machiguengas suelen descender desde Mainique hasta Iquitos en 32 días. Cuando se llega al país de los machiguengas no se sabe si admirar la fauna o la flora. Entre la vegetación exuberante vueJan aves de diversos colores y mariposas irisadas de las más diversas forma y tonalidad. Pero el paisaje de esa potamia magnífica cruzada por tantos ríos se transforma bajo el sol candente en un suplicio tantálico cuando se oye repetir con frecuencia la expresión Cuidado con el agua gusanera 1 Con esto quieren recordar que las -corrientes. a pesar de su aspecto cristalino pueden estar conta-' minadas. Si se tiene la fortuna de haber almacenado naranjas en el curso del viaje se experimenta una saludable resignación si a la puesta del sol se toman las debidas precauciones para defenderse de los anofeles portadores del paludismo. Los machiguengas no' dependen únicamente de los ríos para sus andanzas, pues su territorio ha sido penetrado por varios caminos incaicos. En teclas partes se escuchan informaciones acerca de ciudades incaicas ganadas por la selva. Entre ellas se destaca la de Tonquini (Baúl del Inca}. A pesar de que esa gran tribu estuvo en estrechas relaciones con el Imperio Incaico del cual probablemente formaba parte periférica, tanto sus costumbres como sus creencias acusan un estado de barbarización.
Costumbres de los aborígenes machtguengas La caza y la pesca son los verdaderos recursos de estos indios y probablemente se deba a esas necesidades que se hallan esparcidos a lo largo de los ríos donde las familias viven aisladas unas de otras. La idea de independencia y liber ad es tan absoluta que carecen de jefes tribales. Los individuos de más ascendientes de entre los diversos grupos son los que sirven de intermediarios entre ellos y los blancos. Pero tales habilidades no les confiere la prerrogativa de recibir la sumisión de sus compañeros. Aunque son de baja estatura estos .aborígenes suelen tener un aspecto agradable y ,.
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TUPAC
Entre
Quillabamba para canjear
'AMARU
y Quellouno, diversos
IQ y SU REFUGIO
donde productos
ENTRE
LOS MANARIES
comienza el país de' los machiguengas, los camiones por cacao, quina, coca, plátanos, azúcar y naranjas
bonancible. Algunos viajeros, como van Hassel, opinaron que era una mezcla de indígenas serranos traídos por los incas y de indios campas siendo que entre ellos se encuentran palabras de ambas lenguas. pero Fray José Pío Aza, que vivió muchos años entre los machiguengas del Alto Madre de Dios ha señalado que los machiguengas nativos más aislados usan de un dialecto propio donde la lengua es "tan suave, tan armoniosa y tan científica como racional" y supone que ese haya sido el idioma secreto de los Incas. El vestuario para homb~es y mujeres, consiste en la cushrna, que puede ser definida como una bolsa con tres agujeros: uno grande para la cabeza y dos menores para los brazos. La cushma de la mujer difiere por una ranura sobre los hombros. mientras que la de los hombres da sobre el pecho y la espalda. Esta es la única prenda de vestir de ambos sexos. Por lo general es muy· larga para proteger las piernas de las picaduras de los abundantes mosquitos. Esa única pieza de vestir la usan día y noche hasta que se cae de vieja. Muchos niños suelen carecer totalmente de vestidura. La vanidad femenina se pone de relieve por los adornos que se colocan en el tabique obliterado de la nariz. póf las cintas tejidas de varios colo'res que rodean las muñecas. brazos. piernas y tobillos. Llevan, además. otros adornos que descienden de I~s hombros. consistentes en collares con dientes de diver-
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se detienen
sos animales. semillas. cráneos de manitas y. si viene el caso obtenerlos, trozos de espejos. y cuentitas de diversos colores. Mientras que la marcha del hombre es silenciosa la de las mujeres se denuncia por todos esos aditarnentos que hacen las veces de sonajas'. Hombres y mujeres difieren también por la disposición de los trazos de la pintura naranjada con "achiote". La belleza de las mujeres machiguengas se ha hecho famosa en la Amazonia. Esta circunstancia motiva los avances furtivos de hombres de tribus lejanas que vienen a atrapadas. Así se explica que la lengua quechua y la machiguenga sea muy 'conocida por los. indios huachiparis y por otras tribus. .
El matrimonio
y la familia
Puede considerarse como ceremonia nupcial al· incidente lastimero que se produce cuando, previo arreglo entre los mayores. los. parientes y amigos del novio toman a la novia por los cabellos y tirando de los mismos. sin consideración la llevan a la choza def novio que la solicitó a su padre y con el cual parece no haber tenido ninguna. consideración previa. Es bastante general poligamia' que resulta de la convivencia con todas las demás hermanas de la novia. muchas de las cuales no han pasado de la 'infancia. Otras veces. las diversas mujeres pertenecen a varias familias y en tal caso, "si Ta construcción es.
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sus antepasados: En tiempo de la invasión de los blancos (españoles) emigraron miles de indios del Cuzco bajo la dirección de un príncipe Inca y se internaron al monte, río abajo, estableciéndose en la región en que hoy se hallan. Y, en efecto, existe en el camino varias piedras con cincelaciones que hicieron en su marcha a lo largo del Urubamba." En toda la Alta Amazonia suele encontrarse mujeres machiguengas que han sido capturadas por hombres de otras tribus. Las mujeres de 'esa raza vienen a ser, pues, las sabinas de la selva. (toto W. Schaeffler)
grande, hay tantas fuegos, como mujeres , viven bajo el mismo techo. Dan el nombre de apa al padre o a las personas de edad que tienen en mucho respeto. ina a la madre. itoni a los hijos, iye a los hermanos, tíos, sobrinos y hasta a los cuñados. Entre las costumbres más curiosas de los machiguengas, que también es practicada por los aguarumas, figura la que tiene lugar con la llegada de un nuevo vástago en la familia. Mientras la mujer va al río cercano a lavarse con su criatura, el padre se pone en la cama y a su regreso ella debe cuidarlo de su fingida enfermedad.
Creencias y supersticiones Las creencias son algo vagas, pero en el Olimpo machiguenga se.-destacan Puriachori (Sol) y Asiri (Luna). Masculinizah a la Luna y la consideran padre del Sol. A todos los astros los consideran masculinos y entre ellos tiene algún prestigio Sarípoto (Venus), y Mesiarene (la Vía Láctea). Como en las antiguas mitologías, la Vía Láctea es considerada como un río celestial donde rejuvenecen 'los seres que se bañan en sus aguas. "Los Machiguengas escribe Juan E. Coriat -, tienen una religión poco determinada. Adoran a su modo al Sol y a la Luna' y creen en muchas brujerías. Creen, por ejemplo, en espíritus maléficos que tienen el poder y oficio de inquietarlos en la oscuridad de la noche con ruidos y llamamientos misteriosos. Conservan la siguiente tradición de
-("El Hombre del Amazona~", pág. 85).
Creen en la existencia de un espíritu maléfico al que llaman Kamagarine. Suponen que éste se encarna en el venado rojo en el que se alojan las almas de sus difuntos. Por esta idea no comen a dicho venado pero, en cambio, consideran un manjar exquisito a los más diversos gusanos, principalmente al siro que se cría en los troncos. Los seripegari son los curanderos a quienes apelan después de haber intentado la cura con diversas plantas. Cuando quieren curar a un" enfermo por encantamiento tapan todas las rendijas de la casa para que no entre ni la luz de la luna ni la del sol. Luego encienden una fogata en la choza y danzan alrededor del enfermo mientras entonan canciones. Generalmente los brujos prefieren efectuar sus manipulaciones y sus conjuros' en medio de las más profundas tinieblas de la noche. Resulta difícil hacer hablar a los machiguengas acerca- de sus creencias. Cuando 'la locuacidad aumenta como consecuencia del uso de una bebida alcohólica llamada masato, se comprueba que el intérprete, por haber participado de esas libaciones, se ha olvidado del poco castellano que poseía 'en forma de un reducido, número de palabras mal hilvanadas. Como en todas partes del mundo, los mismos efectos siguen a las mismas causas. El indio borracho que se cayó de la orilla y alcanzó la orilla a nado, vuelve a arrojarse a ola corriente para perderse definitixarnente en el espumoso torrente que h~brá confundido con la Vía Láctea, a l~ que le daba el nombre afectuoso de Mesiareme . ..
[foto •• in indica¡;:ión.
dél Autor)
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