MI primera novela

2007

¿Es cierto que el abuelo no sabe cocinar?

Cocina para gente que no tiene ni idea.

Fácil, rápida y divisible.

Reflexiones de un sesentón recién separado que serán útiles a una jovencita recién emancipada.

Alfonso de la Fuente Mateo El Caminante 31/12/2007

Para mis amigos del chat mas_de_50_peregrinos, gente sincera y sin malos rollos, con todo afecto. La magia que os sostiene subyace en el fondo de este libro. Espero que os proporcione un rato de entretenimiento, un punto de libertad y unas cuantas sonrisas. Y cada vez que lo abráis os llegará un abrazo y si sois mujer además un beso.

Cuando pasa el peregrino Mucha le gente le mira Pero al cabo de un momento Todo el mundo le olvida Me gustaría que alguno De los pasos que di En tu memoria dejara Algún recuerdo de mí Alfonso, El Caminante.

Este libro está dedicado a Don Antonio Machado en primer lugar. Su poema “Caminante no hay camino…” es una filosofía inestimable para ir por la vida.

Igualmente esta dedicado a Joan Manuel Serrat, el músico que supo con gran talento dar acompañamiento a este poema.

Lo está también a mi mujer cuya dedicación a mí durante tantos años no supe quizás valorar ni comprender suficientemente.

Y a todas aquellas personas amigas que de forma directa o indirecta han puesto aquí su contribución y con su aliento me han empujado a terminarlo. Entre ellas Elena de Puerto Rico, Carmen de Oviedo, Teresita de Cuba, Lorena y Olga de Uruguay, Gladys de Argentina, Isha de Chile, Regina de México, Elisa de Córdoba, Carmen de Jaén, Ana de Lleida y Marisa y Lola y Pepa...

Y a todos los lectores que algún día tengan este libro entre sus manos.

Gracias a todos.

ALFONSO EL CAMINANTE

COCINA PARA GENTE QUE NO TIENE NI IDEA FÁCIL, RÁPIDA Y DIVISIBLE

REFLEXIONES SOBRE DISTINTOS ASPECTOS DE LA VIDA Y OTRAS CUESTIONES COLATERALES PARA GENTE EN ESTADO DE EMERGENCIA.

Copyright 2007 A. de la Fuente Prohibida la reproducción por cualquier medio sin la autorización escrita del autor.

D-69

Cocina fácil, rápida y divisible

LA INTRODUCCIÓN Este libro empezó como una colección de recetas de cocina pero luego pensé que la experiencia que estaba viviendo bien podía contarse y ser útil a otros hombres en mi situación y aquí estamos...

Evidentemente no es lo mismo quedarse solo a los 40 años que a los 60 como me pasó a mi. Este libro va dedicado a todos aquellos hombres que no han dado un palo al agua en su vida en materia de labores domésticas.

Espero sin embargo que también interese a las mujeres (que aprenderán quizás algo de psicología masculina). La intención primera es que quien tenga este libro en sus manos desee leerlo de un tirón, y que después lo guarde… en la cocina.

EL PRINCIPIO Cuando después de unos cuantos años de convivencia la mujer desaparece de nuestras vidas, bien sea por una separación o por otras causas, el hombre entra en una situación inexplorada y llena de interrogantes. El equilibrio psíquico que ha mantenido mejor o peor durante tanto tiempo desaparece. Trato de explicar aquí como alcancé ese nuevo equilibrio que forzosamente se ha de lograr, ya que la alternativa es una depresión de caballo. Y ya te anticipo de entrada que este periodo de adaptación va a durar algún tiempo (mínimo un año).

Hay varias maneras de quedarse solo, pero todas nos llevan a lo mismo. Puede que nos podamos costear un eficiente o ineficiente pero siempre carísimo servicio doméstico (esto es altamente improbable) o puede que algún amigo caritativo se haga cargo de nuestras necesidades (esto es temporal, máximo 15 días) o puede que algún hijo aun viva con nosotros (esto es una bendición, pero sólo momentáneamente).

Si estás en el primer caso este libro se usará cuando se acabe la pasta... (guárdese en el botiquín de primeros auxilios). Los otros casos son transitorios.

La realidad última es que finalmente se queda uno solo, absolutamente solo. En este momento, que puede que uno haya deseado con ansia, por primera vez en nuestra vida dependemos de nosotros mismos en el sentido mas literal del término, se está por fin solo ante el peligro, y que peligro.... Porque hay que reconocer que el hombre solo es un ser inocente, desvalido y absolutamente inútil...

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Ese primer día se puede sobrevivir con los restos que hay en la nevera, con la ropa que esta en el armario, y no es preciso limpiar. Podemos estar en pelotas en la casa, poner el canal de TV que nos dé la gana, cantar a grito pelado, oír la música a todo volumen, tirar los zapatos en cualquier sitio, incluso dejamos escapar una ventosidad si nos place, nadie absolutamente nadie se interpone en nuestro camino. Al fin somos LIBRES...

Pero dura poco la alegría en la casa del pobre....

De pronto descubres que al día siguiente hay que comer, que la cocina tan grande se ha llenado de cacharros sucios (vasos principalmente), que hay unos aparatos extraños llamados microondas, lavadora, plancha, lavavajillas, horno cuyo funcionamiento es un misterio, que la cama no se hace sola, que la ropa se ensucia...

También se descubre la soledad.

Si uno es un hombre sensato y decidido se dice a si mismo: Tranquilo, que no cunda el pánico, mañana será otro día y me organizaré, no creo que sea tan difícil, después de todo estas cosas las hacía mi mujer en cinco minutos así que debe ser coser y cantar... (Por cierto de coser ya hablaremos, y del esfuerzo que cuesta ser amo de casa no tardarás en darte cuenta).

Una vez calmado el momento de pánico, uno mordisquea una galleta dura y se va a dormir. Ya se sabe que es mejor dejar las cosas para el día siguiente.

Desgraciadamente el día siguiente viene a toda velocidad y uno descubre que va a tener que desayunar en el bar. Esto cuesta tiempo y dinero. De ahí saca dos conclusiones, una que tendrá que levantarse antes y dos que va a tener que echar cuentas a ver si puede llegar a fin de mes.

Este primer día lo resuelve uno comiendo en un restaurante, comprobando así de paso que incluso los menús baratos son carísimos y tomando una drástica decisión: Iré al supermercado.

EL SUPERMERCADO Realmente es un gran invento, todo esta a la vista, no hay que preguntar nada, no se necesita saber los nombres de las cosas. Nos ahorra la vergüenza de ir al tendero de la esquina a pedir algo comestible aunque no sepamos qué. Además ya estuvimos una vez en el súper con nuestra mujer. Y se aparca con facilidad. Sólo hay que coger el carrito (¿por cierto llevaste la moneda para poderlo coger?) y caminar entre las estanterías. Ciertamente uno no lleva una idea predeterminada pero vas cogiendo cosas sobre la marcha.

Esta primera experiencia es alucinante, aunque uno no se da cuenta hasta que llega a casa. (Paso por alto el sobresalto que ha tenido uno cuando ha pasado por la caja y le han soplado el sueldo de varios días). Pero no importa a fin de cuentas uno ha conseguido meter innumerables bolsas en el maletero del coche y llegar a casa sin perder casi nada.

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Ahora empiezas a sacar lo que has comprado y como eres una persona ordenada decides que lo mejor será poner las cosas en algún sitio, más que nada porque la cocina ya esta llena. Primera sorpresa casi todo lo que has comprado ya existe en la casa (piensas, bueno ya se irá gastando). Segunda no hay sitio donde poner las cosas. Tercera se te ha olvidado la leche y mañana tendrás que volver a desayunar en el bar. Cuarta con lo que has comprado te va a ser difícil pergeñar una comida. Quinta se ha llenado todo de bolsas de plástico. Sexta no sabes cocinar.

Ante esta situación uno descubre que ir al supermercado sin llevar una lista de lo que necesita puede ser más ruinoso que ir al bingo. Pero ¿qué necesitas?.... Realmente no lo sabes.

LA PRIMERA COMIDA Ante todo hay que hacer sitio. Es un poco complicado pero no tanto leñe... , para ayudarnos esta el lavaplatos. Tiene unos hierritos que no sabes muy bien para que servirán pero consigues guardar ahí todas las cosas.

Después de poner delante de ti unas cuantas latas te das cuenta de que no tienes ni idea de donde guardaba tu mujer el abrelatas, menos mal que ahora la mayoría se abren con una anilla similar a la de los botes de cerveza y esto si sabes hacerlo... Y las otras con el destornillador y el martillo... Es cierto que una de las anillas se ha roto y te has puesto de salpicaduras de aceite hasta las orejas y que tendrás que lavar la ropa, pero al fin lo has conseguido, la comida esta ante ti.

Espárragos, mermelada, berberechos, espinacas, fabada y un paquete con filetes congelados...! Va a ser un banquete, y tu solito...!

Pero...

La fabada esta fría, los espárragos nadan en un líquido que se derrama por el suelo de la cocina con solo mirarlo, el frasco de mermelada no hay quien lo abra, las espinacas parecen unas plantas del jardín y están llenas de tierra y el filete esta crudo...

Esto te lleva a un estado psíquico desconocido. Descubres que hay que pensar....

(Toda nueva experiencia es enriquecedora, verdad...?) Pero tú eres un hombre de recursos.

Te tomas los espárragos con un trozo de pan duro (se te olvidó comprar el pan, eh?).

Recuerdas a tiempo que no se pueden meter las latas en el microondas (uff vaya susto...). Colocas la fabada en un plato y la pones dentro diez minutos, mientras piensas que hacer con el filete, porque no hay aceite, ¿verdad? Bueno total se puede hacer a la plancha. No hay plancha claro... pero bueno lo pones en la sartén que es lo mismo. ¿QUÉ…?... Ya sé, sorpresa, el microondas esta lleno de fabada, el plato casi vacío, pero eso si todo al rojo vivo. (La m..., exclamas). Bueno y ese olorcillo a carne quemada?... A fin de cuentas a buen hambre no hay pan duro, así que te comes lo

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que puedes. Aun te quedan los berberechos y total la mermelada se come como sale del frasco, si consigues abrirlo... Y las espinacas las guardas para las vacas.

Bueno, ya está, nadie nace aprendido... Has comido raro, pero has comido. Casi te resbalas con el juguillo de los espárragos y la mermelada que saltó por el suelo y la mancha de fabada que resbaló desde el microondas, pero aun estas ágil. Ah! Y vas a hacer café.... Esto si lo compraste y tienes cafetera. Ahora descubrirás las delicias de los envases al vacío, que la cafetera tiene posos con moho del año que reinó Carolo y que hay una especie de papel que sujeta los posos y que debe haber salido de algún sitio. Calma, tomaras el café en el bar, total esta cerca.

Ya reconfortado vuelves a casa con nuevas energías y pasas delante de la cocina, miras adentro y piensas habrá que recoger esto un poco, pero lo primero es la siesta, que caramba, todo no va a ser trabajar...

LA SIESTA La idea de la siesta es buena, yo se la recomiendo a todo aquel que tenga tiempo suficiente. Los hay que reposan en el sofá arrullados por la inefable televisión jurando y perjurando que la están viendo aunque tengan los ojos cerrados y los ronquidos se puedan oir desde la casa de al lado, los hay que se tumban encima de la colcha tapados con una mantita y los hay de cama y orinal... (¿No lo sabías?). Je je Yo soy de los segundos... (No de los terceros...)

El caso es que la cama está ocupada, si como lo oyes. Sobre el colchón hay un bulto formado por las sabanas, las mantas, los calzoncillos, los calcetines, una camisa sucia y alguna otra cosa que no es fácil de identificar. Sin duda ha pasado algo en tu ausencia porque tú sólo te levantaste de la cama.

Como ya sabes que encima de esto no vas a poder dormir tiras la mayoría al suelo sobre los zapatos, dos jerséis, un calzador, dos periódicos, un paquete vacío de cigarrillos y la camisa sudada que te quitaste ayer. Conservas la almohada y una manta y cierras los ojos, mecido por el ruido infernal de la obra de al lado. Y duermes, duermes como un lirón, y es que estabas agotado física y psíquicamente.

Cuando te levantas recapitulas, hay que limpiar la cocina, hay que hacer la cama, hay que hacer la lista del supermercado, hay que hacer la cena, hay que bajar las persianas, hay que regar las plantas, hay que juntar la ropa sucia en un montón.

Además vas a decidir que comer mañana. Huevos tienes y crees que sabes como freírlos y el salchichón que compraste.

Se te ocurren unas cuantas cosas que podrías comer mañana, aunque recuerdas con desconsuelo que NO SABES COCINAR (no es la primera vez, verdad?). Pero recuerdas que hay libros de cocina en algún sitio. Esto es una buena idea, ¿cómo no se te ha ocurrido antes?. No es fácil pero lo encuentras, es una edición antigua pero valdrá.

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LOS LIBROS DE COCINA Abres una lata de cerveza y el libro de cocina, pones la música, quitas las facturas de encima de la mesa, pones los pies sobre ella y te dispones a elegir un menú.

El primer capítulo relativo a la cocina ideal con su tamaño de plaza de toros (ahí cabria un pisito de los modernos, eh!), su nevera de hielo, la fresquera, la máquina de picar carne, el rodillo de amasar y otros aparatos que parecen los que usaba la Inquisición.

Lo pasas por alto.

El segundo esta dedicado a como poner la mesa, adornos florales, platos, vasos, copas, ocho o nueve cubiertos,... Lo dejas también.

Tercero. Las buenas maneras en la mesa, los temas de conversación, donde sentar a la gente, la buena anfitriona... , (¿habrá alguna receta?)

Cuarto. Los entrantes, esto lo dejas para otro día, aunque quizás el paté sobre galletita salada esté a tu altura culinaria.

Quinto. Las salsas, (J...). Pasas al índice Las carnes (tú eres carnívoro). Descartas las recetas gran chef, las difíciles, las que se necesitan unos ciertos conocimientos, las que hablan de extrañas manipulaciones (estofar, pochar, sofreír, rehogar, dorar ...), quedan las fáciles, son pocas pero...

Lo raro son las cantidades, parece que son para seis personas. Sospecho que vamos a tener que dedicar varias horas a la cocina. Y descubres las nuevas unidades de peso y volumen (la pizca, el trozo, la cucharada, el manojo,...), de temperatura (caliente, muy caliente, fuego bajo,..), sus límites (hasta romper la cocción, antes de que humee, sin que se pegue...)

Comprendes que necesitarás un intérprete y un cursillo. Mañana filete, con sal y aceite y una lata de pulpo a la gallega. Para cenar huevo frito con rajitas de salchichón y de postre mermelada.

Ya está, ha sido fácil...

SIN EMBARGO Ya tienes tu primer menú, sin embargo notas una cierta insatisfacción. Tal vez podrías llamar a tu hija o a alguna amiga y preguntarle como hacer algo fácil. O tal vez acudir a la gente del chat que es más discreto y queda diluido en el vacío de Internet. (Pondrás un nuevo nick, a grandes males grandes remedios...).

A mí esta parte de la experiencia me tocó en invierno. Conseguí sin gran dificultad las recetas de la ensalada fría y del gazpacho andaluz.

Aquí van, te serán de utilidad en verano. Tienen muchas vitaminas y no engordan.

Estas recetas y las que vendrán después son de absoluta garantía, están probadas, yo

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mismo las he tomado y sigo vivo. Además reúnen dos virtudes esenciales en la vida de un hombre solo, son divisibles y son duraderas (la ensalada no tanto..)

- Ensalada Tomate (crudo), atún (de lata), aceitunas (ídem), lechuga lavada cortada en trozos y lo mas seca posible, espárragos (de lata igualmente, aunque algunos vienen en frascos), aceite (de oliva virgen), sal y vinagre (poco).

Mas adelante cuando seas un experto podrás añadir cosas como palitos de pescado, pasta (cocida), patata (cocida), zanahoria (cocida), alcachofas (cocidas de frasco), guisantes (de lata), huevo (duro), un langostino (...) y sustituir el aceite y el vinagre por mayonesa (de frasco). De esta forma podrás lograr algún día algo parecido a una ensaladilla rusa, sobre todo si lo partes muy menudito (quiere decir en trozos de unos 4 o 5 milímetros)...

- Gazpacho Andaluz Una cebolla mediana, un ajo, un pepino, un pimiento verde grande, dos tomates grandes colorados, trozo pan duro, aceite, vinagre y sal, cucharadita de pimentón.

Trocear, batidora, colarlo o no, se puede añadir un pelín de agua y al frigorífico.

Te recuerdo que a los tres primeros ingredientes hay que quitarles la capa superior (se llama pelar), al cuarto hay que quitarle las pepitas y el rabo y al quinto hay que quitarle una cosa verde que tiene en un extremo.

Antes de tomarlo conviene agitarlo con una cucharilla.

Si, una vez servido en tu cuenco pones al gazpacho por encima unos cuadraditos de unos 4 mm de lado de pan seco, tomate, pimiento y cebolla te queda de capitán general.

Si lo pones en un vaso y le añades un chorrito de vodka te queda algo parecido a un bloody mary que es un cóctel estupendo.

También conseguí una receta al estilo de Puerto Rico, es esta: - Patatas Asadas al Microondas Lavar bien una o dos patatas. Pincharlas salvajemente con un tenedor. Ponerlas dos minutos sin pelar en el micro. Ya está. Se suele comer sólo lo de dentro, pero también la piel es comestible.

Pueden tomarse solas o como acompañamiento de un filetillo Perfeccionamiento para expertos: Rellenar de bonito en aceite y cebolla muy picada.

Poner aceite por encima o mayonesa o queso.

Una vecina enterada de mi precaria situación me trajo unos trozos de bacalao frito, de chuparse los dedos. Le estoy muy agradecido.

Otra me dio una receta maravillosa que me salvo la vida por unos días, Fue un jueves, el viernes fui al súper a por los ingredientes y el sábado por la mañana la ejecuté. (No seas mal pensado, quiero decir que me metí en la cocina y la lleve a la práctica). Fue mi primera operación culinaria digna de este nombre y me salió bien. La he repetido muchas veces y con diversas variantes y os la recomiendo encarecidamente. Además aumentó sensiblemente mi autoestima. Vamos que supe que después de aquello podría con cualquier cosa...

Pero antes tuve que despejar la cocina, tirar la basura, limpiar la encimera, barrer el suelo y poner en el lavaplatos todo lo que aun quedaba por la banqueta y el fregadero.

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LA BASURA Lo de la basura es muy interesante e instructivo. Ya sabéis que está de moda el reciclaje. La tierra no es un planeta inagotable y la reutilización de productos es imprescindible. Los Ayuntamientos se lo han tomado en serio y las campañas de sensibilización son constantes.

Antes teníamos “el” cubo de la basura. Le poníamos una bolsa de plástico negra que vendían especialmente para ese menester metíamos allí los residuos y cuando estaba llena tirábamos de una cuerdecilla especial que traía y lo llevábamos a un punto determinado de la calle alrededor de las 9 de la noche. Allí lo recogían unos hombres lo ponían en un camión y se lo llevaban al vertedero.

Era fácil y, quitando que la cuerda desgarraba el cuello de la bolsa desparramando la mitad de la basura por la cocina y que a veces por algún agujero del fondo íbamos dejando un reguero de líquido y que algún desaprensivo dejaba la basura en la calle a las 9 de la mañana, resultaba bastante limpio y eficaz.

Bien que todos los años nos pasaban el recibo de las basuras, pero no era muy caro y todo tiene un precio. Todo esto ha pasado a la historia.

Ahora necesitamos cuatro bolsas, a ser posible de distintos colores. Una para el vidrio, otra para el papel, una tercera para el plástico y la última para la basura orgánica (o sea la de siempre). La distribución de la basura en las bolsas se transforma así en una labor intelectual lo que mejora bastante nuestro estado mental. Hay en la calle cuatro contenedores para cada tipo de basura, no suelen estar unos al lado de los otros a fin de que hagamos ejercicio contribuyendo así a nuestro bienestar (el Ayuntamiento se preocupa por nosotros). Los contenedores están todo el día en la calle y se puede tirar la basura cuando se quiera (no con el rígido horario de antes, ¡mucho mejor!, ¡donde va a parar!, esto se llama libertad). Si acaso se llenan se pueden dejar las bolsas al lado del contenedor, pero esto pasa pocas veces. Y es cierto que algunos no cierran del todo y suelen estar rodeados de moscas y a veces huelen, pero no son todos.

Los contenedores están muy bien estudiados, los del papel por ejemplo tienen una ranura longitudinal, lo que obliga a meter los papeles de uno en uno sacándolos de la bolsa donde los traíamos, y si es cartón o cajas puede uno doblarlos con cuidado o partirlos en trozos. Hay que reconocer que hay cosas que no hay manera de meterlas pero se pueden dejar cerca del contenedor.

El de vidrio tiene unos agujeros redondos para que pasen por ahí las botellas. Si eres habilidoso se me ocurre un juego parecido al de la rana pero igual no sabes a que me refiero. En todo caso los frascos y las botellas hay que meterlas de una en una, así se rompen al caer y caben más. Claro que para eso hay que sacarlas de la bolsa una por una y generalmente acabas con los dedos llenos de una mezcla de agua, aceite, mayonesa y tomate. Pero enseguida te acostumbras a llevar un klinex en el bolsillo o incluso una toallita de papel impregnada de una cosa que llaman eufemísticamente colonia que huele a rayos y que se quita con unas enérgicas friegas.

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En el de plástico los agujeros son cuadrados, no esta claro por qué pero tendrá su sentido. Y el de basura-basura tiene un pedal para levantar la tapa sin mancharte, ingenioso... Cierto que a veces no funciona del todo bien y hay que, dando la vuelta al cacharro, levantar a mano una tapa que pesa bastante y que si te descuidas te pillas los dedos y la bolsa de basura.

A cambio de estas pequeñas molestias le damos preclasificado el material al Ayuntamiento y hacemos lo que antes hacían unos operarios en el vertedero, con el consiguiente aumento de eficiencia en el proceso. No se por qué los operarios siguen estando allí e incluso se ha aumentado la plantilla con un gerente de planta, un asesor de seguridad laboral y un controlador de calidad.

Ahora el vidrio se vende a empresas de fabricación de botellas y se ahorra material y energía o eso dicen, y desde luego la basura de este tipo desaparece del mapa.

Con el cartón pasa igual, sirve para hacer un papel grisáceo, reciclado y ecológico que se usa a veces y aunque no se ahorre mucha energía si se cortan menos árboles y eso viene bien al planeta. Con el plástico se hace otro plástico que sirve para hacer los embalajes de plástico general que después envuelve al embalaje individual que luego tiramos al contenedor de plásticos envueltos en la bolsa de plástico... bueno creo que me he hecho un lío, pero ya saben que las cosas ahora tienen mas embalaje que cosa.

Y con la basura-basura que antes finalmente fermentaba y se transformaba en abono que utilizaban los agricultores, ahora se hace un abono que por algún motivo no utilizan los agricultores. Creo que este producto nuevo se llama ahora sustrato y se guarda en montones al lado del vertedero, llamado ahora “parque ecológico” de tratamiento de RSU (quiere decir residuos sólidos urbanos) o mas eufemísticamente eco parque....

Con todo esto los Ayuntamientos reciben unos ingresos adicionales por la venta del vidrio, el plástico, el cartón y el abono. Lo curioso de todo este proceso es que el recibo de la basura es ahora más caro que antes, cuando el Ayuntamiento no vendía nada.

EL LAVAPLATOS El lavaplatos llevaba ahí mucho tiempo y lo habíamos visto funcionar muchas veces.

Se metían los platos, se ponía jabón, y se daba a un botón. Al rato todo estaba limpio y brillante. Sencillo, ¿no?, pero...

Es bastante difícil colocar todos los cacharros sucios que tenemos donde lo ha previsto el fabricante porque simplemente no podemos ni imaginar lo que estaba pensando este señor cuando diseñó esas bandejas llenas de hierritos con formas variadas (quizás estaba concentrado en la portada del play boy).

El caso es que una cazuela ya ocupa ella sola toda la bandeja inferior, en la superior no cabe siquiera. Con el tiempo y después de un estudio concienzudo se aprende que ciertas cosas es mejor lavarlas a mano porque se acaba antes y queda mas limpio.

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Bueno al final logramos cerrar el aparato con algunos, no todos, los cacharros dentro y entramos en la fase de poner el jabón. Hay un jabón especial para esto que venden en el súper que se llama detergente lavavajillas. Yo usé el que quedaba en casa hasta que se acabó. Son unos polvos que vienen en un envase de plástico (¡cómo no!) de varios kilos que se abre dejándose las uñas si es de apertura superior o apretando los lados con los dedos si es de tapa saltarina (también se aprietan los dientes, pero es por otra razón). Luego se inclina el pesado envase para que por el tapón dosificador salga un chorro de polvo que se derrama por la tapa del friegaplatos cerca de una hendidura con tapita. Se llena la hendidura con los dedos y se enrasa y se retira el polvo sobrante. Los polvos sobrantes no son reutilizables porque el tapón del envase de jabón es irrellenable, así que se retira a vertedero.

La tapita de la hendidura se debiera cerrar con una simple presión para que el polvillo que hemos metido salga de allí en el momento oportuno. No sé por qué la tapita en cuestión nunca cierra a la primera... quizás se afloja el muelle con el paso del tiempo o quizás el polvo se mete por la ranura lo que propicia ciertos movimientos incontrolados del mecanismo...

Por último se cierra el lavaplatos rozándonos discretamente la espinilla con el canto y se gira la ruedecilla de los programas hasta el número tres y se aprieta el interruptor.

He puesto el tres porque así funciona el de mi casa pero en otros modelos es otro número, esto se sabe preguntando a la vecina. Nunca es el uno.

Al cabo de una hora aproximadamente se puede abrir ya y retirar los cacharros, después de recibir en la nariz un chorro de vapor abrasador con el consiguiente empañamiento de las gafas sí las llevas puestas.

Incidentalmente te comentaré que cuando se acabo el jabón compré uno en el súper que era líquido ya que pensé erróneamente que se manejaría mejor. No fue así porque aunque en el envase ponía claramente jabón lavavajillas luego en una esquina con letra pequeña minúscula daba a entender que solo servia para lavar a mano. Sus grandes propiedades tensioactivas originaron tal cantidad de espuma que se salió por los lados de la puerta y al abrirla se llenó la cocina de burbujas que hubieran hecho las delicias de una clase de párvulos y que tardé en recoger varias horas. Así mismo el aparato dejó de funcionar y hubo que llamar al técnico de la casa quien me explico que no le pasaba nada, es únicamente que el lavaplatos tiene un mecanismo de rearme para estos casos que está escondido en el interior del mismo, lo que obliga a sacarle de su alojamiento y desmontar la tapa posterior. Esto me costó entre gastos de desplazamiento en limusina y mano de obra cualificada un pastón. Del citado mecanismo no da noticia el manual en su apartado si pasa esto haga aquello, porque no es cosa de ponerlo junto al resto de los mandos para que lo manipule cualquiera y porque de algo han de vivir los técnicos de la casa, que caramba.

VOLVAMOS A LO NUESTRO Como os decía recibí una receta maravillosa que aumento mi autoestima y fueron las albóndigas de carne. Aquí tenéis la receta y el modus operandi

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- Albóndigas Carne picada de cerdo y ternera a partes iguales ½ kg. (se compra en la carnicería o súper pidiéndola con cara de entendido, pero no la compres si no te la pican delante de ti, esto lo sé porque absolutamente todas las mujeres consultadas han coincidido en ello), perejil un puñadito, un ajo, un huevo, dos cucharadas de pan rallado, leche y sal. Amasar con los dedos todo esto y hacer 30 pelotas. Pasar por harina y freír hasta que la capa superior tenga aspecto de filete frito, se llama dorar. Usar la técnica del vaso redondo.

Rehogar cebolla en la sartén (o en la olla) y añadir una cucharadita de pimentón, un buen chorro de vino blanco (o coñac, medio chorro) y cuatro cucharadas de tomate frito. El producto obtenido se llama salsa. Se puede pasar por el colador o la batidora, o no, al gusto.

En la olla exprés pones la salsa, las albóndigas y agua hasta cubrir las pelotas o un poco menos, ya que si te pasas puede salir una especie de sopa con carne. Tapar y poner al fuego durante cinco minutos contados desde el momento en que pite la olla.

Una vez abierta la olla se distribuyen las albóndigas con su porción de salsa en dosis de a cinco en unos cacharros con tapa que llevaremos al congelador cuando se hayan enfriado un poco. Reservaremos uno para comer al día siguiente. Si no se siguen al pie de la letra estas instrucciones comerás albóndigas toda la semana y acabarás teniendo un hartazgo de albóndigas, que te hará recordar las malditas albóndigas una buena temporada.

Multiutilidad. Con la misma masa se pueden hacer filetes rusos, cogiendo pequeñas porciones que se aplastan con la palma de la mano contra la encimera y después de despegadas de allí con cierta dificultad, se pasan por pan rallado primero y huevo batido después friéndolas en la sartén. Están buenísimos.

También se puede hacer una única gran pelota y así se llama rollo de carne, pero es sólo para cuando tengas invitados y coman varias personas y no tengas ganas de hacer las albóndigas.

Nota 1: La técnica del vaso redondo sustituye al tradicional amasado a mano. Consiste en poner la porción de carne picada en un vaso de fondo redondo donde se pone un poco de harina, se agita enérgicamente con movimientos circulares y la pelota queda formada sin esfuerzo. Es preciso tapar la boca del vaso para que no se salga la pelota.

Hay que ir añadiendo harina de vez en cuando.

Nota 2: La técnica de dorar consiste en poner los alimentos en aceite muy caliente, por encima de 180º, para que adquieran rápidamente una costra de color amarillo por fuera sin cocerse por dentro, para que mantenga interiormente sus jugos y no se sequen.

Nota 3: La técnica del rehogado por el contrario procura que se hagan en la totalidad de la masa, no sólo en la superficie como antes. Requiere un fuego mucho más suave, y la comida no coge color o este es más pálido y normalmente se tapa la sartén o cacerola.

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LA OLLA A PRESIÓN Creo que debemos dedicar un pequeño comentario a este maravilloso artefacto, que aparece por primera vez en nuestro particular recetario. He de advertir que las ollas de hoy ya no son como las de antes...

Antes las buenas eran unos recipientes de aluminio y las más antiguas de hierro.

Tenían una tapa que se apretaba contra la olla con un tornillo, así como un pequeño orificio. Cuando salía vapor abundante por dicho agujero se colocaba un peso encima que giraba alegremente y se empezaba a contar el tiempo.

Ahora las buenas son de hierro y la tapa se sujeta a la olla con un pequeño giro y la válvula del vapor esta en el mango de la tapa. Desgraciadamente para poder hacer el giro que cierra la olla hay que poner la tapa en una posición determinada que viene marcada por una flecha. Si no lo haces así no hay quien cierre la olla porque la tolerancia es nula, aun así la mayor parte de las veces cuesta bastante encajar la tapa.

Están hechas para ser manipuladas por manos femeninas suaves y delicadas que tratan al artefacto con mimo mientras le acarician para que no se emburrezca. El truco de la flecha me lo enseño una mujer después de innumerables intentos fallidos para cerrar la olla.

Lo de la válvula está también concebido para despistar. En primer lugar el mango tiene un adorno de vivos colores que resulta ser un dispositivo de seguridad. Si no lo mueves con el pulgar hacia ti mientras sujetas el mango con el resto de los dedos en un escalofriante ejercicio circense de alto riesgo para la muñeca, es imposible girar un botón adornado con unas curiosas marcas que parecen ser instrucciones en idioma cantonés y que resulta ser equivalente a la antigua válvula, que ha de moverse a la vez con la mano izquierda en sentido derecho levantándola ligeramente para sacarla con suavidad de su alojamiento, de forma sincrónica. Esto me lo enseño otra mujer.

Por último se supone que cuando se ha alcanzado la temperatura adecuada saldrá abundante el vapor y producirá un melodioso silbido que te indica que puedes empezar a contar el tiempo y bajar el fuego. Lamentablemente sale un hilillo de vapor prácticamente invisible que no aumenta con el tiempo y que no produce apenas ruido y mientras tú miras el chorrito con embeleso esperando que engorde y escuchas su susurro insinuante, la comida se te va lentamente achicharrando hasta quedar convertida en una costra que se adhiere con una fuerza increíble a las paredes de la olla, que luego tardarás varios días de duro esfuerzo en quitar de ahí. Esto lo aprendí yo solo.

A pesar de las dificultades es un elemento imprescindible en la cocina del hombre solo porque reduce el tiempo que sería necesario con una cazuela convencional a la cuarta parte. Y el hombre solo apenas dispone de tiempo a no ser que este prejubilado, cosa que sólo sucede a los empleados de las grandes empresas del país para envidia del resto de los trabajadores que no acaban de entender muy bien por qué unos pueden dedicarse a pescar a los 50 años y otros tienen que estar trabajando hasta los 70.

Debe ser algo relacionado con la justicia social.

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EL ARCÓN CONGELADOR Si no lo tienes ya estas yendo a comprarlo. Puede ser sustituido por la parte inferior de los llamados combis aunque no es lo mismo. El arcón tiene capacidad.

Ya te dije que la comida del hombre solo tiene que ser divisible, en primer lugar porque resulta imposible cocinar para uno ya que no existen cacharritos monodosis y hasta los yogures se venden de seis en seis, en segundo lugar porque ya que guisas es preferible comer una parte y congelar el resto que comer todos los días lo mismo hasta que se acabe o le salga moho y en tercer lugar porque el trabajo de hacer una porción o seis es prácticamente el mismo.

Congelando después de haberte metido en la cocina unas cuantas veces, dispondrás de una variada reserva de alimentos que pueden garantizar tu supervivencia durante un periodo prolongado que puedes pasar tirándote a la Bartola y no apareciendo por el supermercado. Y podrás combinar variados menús que serían la envidia de las cartas de muchos restaurantes.

EL EQUILIBRIO EMOCIONAL Y hablando de supervivencia no debemos descuidar lo que podría llamarse supervivencia emocional. No todo va a ser estar en la cocina. Es preciso distraerse, salir de casa, relacionarse, disfrutar de la libertad recién adquirida, buscar ese equilibrio nuevo que sustituya al antiguo. Y compatibilizar todo eso con el engrase del coche, pasarse por los bancos, las visitas de la familia que viene a verte aunque no quieras y la que no viene, la compra de ropa, la realización de esas pequeñas labores que antes hacían otros, la limpieza de la casa, el planchado, en fin...

Ya sé que parece complicado. Si tienes que trabajar todos los días hay poco tiempo para la depre, como no sea el fin de semana, pero si no trabajas puede ser fácil que se te caiga la casa encima, que te transformes en un neurasténico si no lo eras ya, que te pases el tiempo sintiéndote muy desgraciadito, que estés todo el día dándole vueltas a las mismas cosas, etc.

Sin embargo la cosa esta clara, a lo hecho pecho, la vida no tiene marcha atrás.

Además estás aun en una buena edad, no te duele apenas nada, no necesitas bastón, casi seguro que estás a punto de pagar la hipoteca interminable, los hijos ya se mantienen a si mismos (con esporádicas pero cuantiosas ayuditas de sus padres), tu coche aun puede tirar una temporada con mínimas inversiones... Vamos que no te puedes quejar.

La cuestión sería saber como tenemos que enfocar este proceso de reequilibrio para poder llegar al final sin demasiados sobresaltos. Hay una serie de etapas casi inevitables en este recorrido adaptativo. Y no son exactamente iguales para aquellos que se han separado de aquellos que se han quedado viudos, y que también tienen diferentes matices cuando uno es hombre, como es nuestro caso, o cuando se es mujer.

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No sé si estarás de humor para leer el rollete que te voy a largar, pero estoy decidido a hacerlo así que tu verás (alternativamente puedes tomarte alguno de los postres imprescindibles en nuestra cocina: mermelada, queso, plátanos, zumo de naranja, yogur, esas cosas llamadas productos lácteos, bombones... o un cubatilla). Luego te pones la tele, más que nada para hacer un ratito de zapping y casi seguro que no tardaras en volver a coger el libro.

Empecemos por los separados. Al principio es casi inevitable una sensación de frustración y fracaso. Evidentemente uno no se casa con la intención de separarse, ni tampoco es lo mismo si la separación es a iniciativa de la mujer, que en caso contrario.

Esta fase es una mezcla de desilusión y desconcierto. Uno trata de justificarse, a veces cargando todas las culpas sobre el cónyuge, aunque todos sabemos que la culpa va siempre al 50%. A veces poniéndose uno de mala leche y pensando lo carísimos que son los abogados. Otras veces dando suelta al rencor. A ratos pensando lo difícil que va a resultar salir adelante. Quizás alguno entre en un proceso depresivo más o menos llevadero, aunque nunca se debe dramatizar porque si no no levantarás cabeza.

Lo cierto es que la separación es una constatación de que el amor se terminó. Ya se sabe que todas las cosas tienen un principio y un final y que no hay nada estático. En el mejor de los casos el amor se transforma en otra cosa, aceptación, conformidad, tolerancia, conveniencia... Pero junto a la frustración esta también la sensación de alivio de la cosa ya hecha o de la decisión tomada.

Esta fase desemboca en lo que podríamos llamar desconcierto con movimiento. Uno asimila lo sucedido pero se da cuenta que hay que enfrentarse a una nueva situación.

Empieza el proceso de búsqueda. Quizás te dediques a ir a las discotecas para mayorcitos o al bareto de abajo a contar tus penas al sufrido camarero mientras éste hace caja a tu costa. Tal vez explores nuevos caminos. Cada uno tiene su propia experiencia. El elemento común es el inicio de una nueva ruta. Uno realmente no sabe lo que quiere ni lo que busca y anda dando tumbos, aunque aparenta estar muy seguro de sí mismo, eso si... Este proceso es un proceso de meses en que se conoce mucha gente, aunque uno no acaba de sentirse del todo bien en ninguna parte.

Luego esta la soledad que nos acompaña a todas partes. Hay una soledad física que para unos es un placer y que otros no soportan y una soledad afectiva que es sin duda la más dura. Finalmente viene la fase del reencuentro, del reencuentro con uno mismo. Aquí empiezas a darte cuenta que lo importante es estar a gusto contigo, sin depender de los demás como un cojo de sus muletas, empiezas a saber lo que quieres y a luchar por ello. Aceptas plenamente que estás en una nueva etapa de tu vida distinta de la anterior. Y si asimilas que lo ocurrido no tiene por qué marcarte y que el período que comienza puede ser tan interesante o más que el anterior, la cosa puede ir bien.

Si tú, lector de este libro, perteneces a la cada vez más abundante categoría de los separados, me voy a permitir darte un consejo, aunque ya sabes aquello de que consejos vendo y para mi no tengo. Y que una cosa es predicar y otra dar trigo. El consejo este: Llévate bien con tu ex, no seas rencoroso, págale puntualmente su pensión mientras dependa de ti, ayúdale en lo que puedas y se generoso. Muchos años de vida compartida y los hijos en común no es un patrimonio que pueda dilapidarse alegremente. Arrieros somos y en el camino estamos y la vida da muchas

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vueltas, no lo olvides. Lo que necesitas es tranquilidad para emprender nuevos caminos y no odios y rencores.

Y si por casualidad tú, lector, eres de los cuarentones recuerda que los hijos no son sólo de la mujer, eres corresponsable de su educación y mantenimiento. Así pues no te limites a llevarles al zoo y comprarles un bombón helado.

Y espero no tener entre mis lectores a ninguno de esos que buscan cualquier subterfugio para no pagarles la pensión. Lo que pienso de ellos no puede escribirse con letras de imprenta.

El caso de viudos y viudas es algo diferente. Estos de principio no sienten la soledad sino rabia, dudas, impotencia por la pérdida y una gran pena que se acentúa en los momentos importantes de la vida de los que el otro no podrá disfrutar. La viuda joven, aunque también la separada, tiene la ardua tarea de salir adelante, posiblemente no llevaba las cuentas del banco, no conducía el coche y quizás no trabajaba... Para ellas la soledad es no poder contar con nadie y tener que tomar las decisiones en solitario.

Las viudas más talluditas pueden sentir lo que se conoce como depresión del nido vacío, los hijos ya no están o están a punto de irse, y se preguntan que objeto tiene su vida, por qué les ha tenido que tocar a ellas y por qué existe un Dios tan injusto. Más adelante se preguntan por qué asumir tantas obligaciones y componendas cuando las necesidades propias son tan reducidas. Y generalmente tienen dificultades para integrarse en un grupo de ocio, cosa que puede afectar a todos.

Sin embargo las separadas necesitan sentirse jóvenes, admiradas, deseadas, queridas y bellas. A las viudas les gusta también, pero no lo necesitan. Esto es una diferencia esencial.

Todas y todos tenemos momentos de depresión. En las mujeres se manifiesta cuando se dan cuenta que han pasado la vida tratando de hacer felices a los demás y ahora que no hay “demás” piensan que su vida se ha vuelto inútil, sin darse cuenta que son ellas mismas las que han de ser felices y que en realidad su vida se reinicia y les da una nueva oportunidad.

Y todas y todos necesitamos unas recetas para pasar de una vida acomodaticia y cansina a otra con la que no se contaba y para la que no estamos preparados.

Después de tan sesuda meditación esta claro que tenemos que hacer algo y como ya se sabe que las penas con pan son menos os daré una recetilla que tiene pan y es algo mas complicada que de costumbre - Pudín de Pescado Dos rebanadas de pan de molde, un chorrito de leche, cinco huevos, sal, merluza, mantequilla, lata de atún en aceite, gambas peladas.

La primera dificultad consiste en hacerse con un molde que es un objeto paralepipédico de chapa que venden en las ferreterías y que suele estar escondido en alguna parte de la casa. No es necesario dejar descongelar las gambas y la cola de merluza si son congeladas que será lo habitual.

Con todo listo, se cuece la merluza en una cazuela con agua y sal y mientras se hace, se pone el chorrito de leche en el pan, se mezcla con los huevos y con una lata de

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atún en aceite bien escurrido. Se unta con la mantequilla el molde sobre todo por la base, para que luego no se quede todo pegado. Cocida la merluza se añade también a los huevos y se mezcla todo bien. Mientras se calienta el horno a unos 200º y se prepara una cazuela con agua donde quepa el molde, dentro de este se pone la pastuja que hemos preparado y se mete dentro de la cazuela en la que hemos puesto el agua hasta la altura que ocupe la mezcla en el molde, interponiendo dos pinzas de la ropa para que no toque el fondo en el caso de que no flote.

Se coloca el conjunto unos 25 minutos en el horno y cuando está hecho se saca, se vuelca en un plato y se ponen encima las gambas, se deja enfriar en la cocina y posteriormente se mete en el frigorífico. Así podremos comer varios días cortando rodajitas.

Hemos aprendido dos técnicas interesantes, la cocción al baño Maria cuyo fin es que la comida no supere los 100º que es la temperatura de ebullición del agua (por si no lo sabías) y la técnica del ya está hecho... Ya te la explico, ya... ¡Que impaciente!. Leñe...

Consiste en pinchar el pudín con una aguja de hacer calceta que no sea de plástico, cuando sale sin nada de pudín adherido es que ya está... y hay que sacarlo del horno para que no se achicharre.

Y para compensar una receta fácil para cuando se te ha olvidado que tienes que comer y no has sacado nada del congelador.

- Tostada con Paté Se tuesta una rebanada de pan de molde, se pone abundante paté encima y se come acompañado de una cervecita. Fácil, eh!, se precisa lata de paté y tostadora.

Aun no os he hablado de una labor que se hace cuando suena la alarma...

LA LIMPIEZA DE LA CASA Como principio la limpieza no es necesaria y esto por una razón muy simple: ¡No manchamos... !. Pueden pasar días y días y apenas notaremos que haya polvo. Es sabido la manía que tienen las mujeres con eso del trapito y el aspirador, y con eso de poner las cosas en un lugar inimaginable, secreto y apartado de nuestra vista que llaman “su sitio”. A nosotros no nos pasa nada de eso, en parte porque los lugares donde podría estar el polvo no se ven, no son accesibles o están tapados con los papeles y facturas que vamos dejando donde hay un hueco libre.

Además lo que antes he llamado “su sitio” ya no es necesario porque por primera vez las cosas no se mueven solas y si las dejamos en alguna parte estarán allí aunque pase un siglo y esto aunque sea un lugar tan pintoresco como encima de la mesa, tan húmedo como el lavabo o incluso en el santísimo suelo del dormitorio.

Así pues podemos estar tranquilos... Sin embargo puede que un día te pase lo que me sucedió a mí. Fue algo inesperado. Yo había visto una pelusa que cohabitaba conmigo en un rincón del dormitorio, a veces se mecía acunada por el aire, pero en general estaba tranquila en el mismo sitio y era como una antigua conocida. Una noche al mirarla noté que había engordado y se había alargado. De momento no le di mayor

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importancia. Pero los siguientes días note de forma inequívoca que continuaba engordando y haciéndose mas compacta hasta tener una consistencia considerable.

Mas tarde noté que iba seguida de otra colección de pequeñas pelusas. Y empezaron a seguirme por toda la casa. Cuando oían que llegaba salían a saludarme. Yo empecé a preocuparme seriamente cuando me di cuenta que el número de pelusas había aumentado perceptiblemente y estaban en cada rincón de la casa e incluso algunas optaron por quedarse en medio del salón agarradas a la alfombra.

Esto ya me pareció de un descaro insoportable, así que cogí con los dedos las más grandes y las eché a la basura. Sin embargo cada día que pasaba había más pelusas y a mí me empezaban a doler los riñones de tanto agacharme a recogerlas. Así que me dije, habrá que barrer.

Bien pues un domingo me dirigí por primera vez al lugar donde mi ex guardaba las escobas. Me quede un poco perplejo de la cantidad de artefactos que había allí, mencionaré un escobón con cepillo de hilos de plástico, otro con pelos de origen vegetal, un escobón con cerdas de algún animal posiblemente caballo, una fregona, un palito acabado en una superficie lisa y rectangular de plástico, un plumero, diversos productos químicos, una montaña de trapos entre los que reconocí una vieja camiseta mía que hacia tiempo había echado de menos y un cubo.

Solo fue un momento de desconcierto, cogí el primer escobón y un recogedor con palito que parecía bastante cómodo de manejar e inicié la caza de las pelusas. No contaba que estas se defenderían. En cuanto las empujaba y a veces sin llegar a tocarlas salían volando por encima del recogedor haciendo una elegante voluta para caer suavemente al otro lado. Algunas se escondían debajo de los muebles. Otras se agarraban a las alfombras y soportaban estoicamente el paso de la escoba por encima sin moverse ni un milímetro. Las más atrevidas se escondieron entre los mismísimos pelos del escobón. Ni una sola entro en el recogedor. No lo podía creer....

Los tacos que pronuncié por lo bajines no son para contarlos, pero no soy hombre que se rinda fácilmente. Os vais a enterar, dije, y fui en busca del aspirador. El que hay en casa es un aparato que pesa como un muerto y termina en un tubo elástico, al que de enchufa un tubo rígido, al que se enchufan una serie de artilugios de diverso aspecto y tamaño, algunos con pelos y otros no, y por el otro lado tiene un larguísimo cable. No lo pensé dos veces. Cogí todo aquello y lo subí al dormitorio. Lo enchufe a la clavija y lo puse en marcha. Aunque no fue fácil, porque no cabía debajo del moderno canapé armario que hace las veces de somier, ni debajo de la cómoda, conseguí hacer desaparecer aquellos molestos inquilinos. Misma operación en el salón, resto de la casa e incluso en los baños. Al fin pude sentarme en la butaca después de enredarme varias veces con el cable y pisar diversos chismes llamados accesorios del voluminoso aparatejo. Misión cumplida. O eso creía.

Al día siguiente, vi con espanto que una nueva pelusa se había colocado al lado de la puerta del dormitorio. Estaban allí de nuevo, Del aspirador no habían salido, eso estaba claro. Podía haber hecho la vista gorda, pero no me sentía dispuesto a dejar pasar el tema porque era ya una cuestión de honor. Cogí de nuevo el aspirador, moví la cama con un esfuerzo titánico y las vi, estaban allí, a montones, formando una capa de dos centímetros. No duraron mucho. A continuación corrí la cómoda, aquí la capa era de nueve centímetros. Sacudí las alfombras por ambos lados. Levante las mesillas. Bueno, bueno, bueno. Si no lo veo no lo creo. Pero al fin os puedo asegurar

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que no quedó ni una. Esto me proporciono un respiro de un par de meses y un dolor de riñones que ni te cuento.

Después de aquello empecé a ser un poco mas critico. Otro día comprobé que por los techos habían aparecido telas de araña que capturaban el polvo con la misma eficacia que el aspirador. Las quité también. Días después miré los baños, yo los uso todos por que para eso están, y el resultado fue desolador...

Al pasar los dedos por el interior del lavabo noté unas rugosidades similares a las durezas que se forman en los pies, la taza del water tenía unas manchas oscuras que simulaban las torrenteras de un paisaje erosionado, la encimera estaba salpicada de grumos de diversa procedencia y pelos finamente pulverizados producidos por la afeitadora eléctrica, la bañera marcaba perfectamente al igual que una playa del norte la línea de marea, y en el espejo y en el suelo se apreciaban salpicaduras de todo tipo, que en este último caso producían un efecto de adherencia sobre mis zapatillas que dificultaba cada paso y causaban un ruidito llamado chof chof que ya había observado con anterioridad en la cocina. Eso sin contar las toallas y los albornoces que estaban diciendo lávame...

LA QUÍMICA No hay mal que por bien no venga y aunque pueda parecer inverosímil el estado del baño fue el comienzo de mi interés por la química.

Una vez decidido a dejar los baños como los chorros del oro, acuciado más que nada por la inminente visita de mi hija, probé a pasar la vieja camiseta-trapo sobre el espejo y la encimera. El resultado fue nulo, las manchas no fueron absorbidas por el trapo, ni se produjo el despegamiento o al menos desgaste derivado de la fuerza de abrasión ejercida por mi muñeca. La física había fallado. Probé a mojar el trapo con agua y las salpicaduras se transformaron en unas ronchas que indicaban claramente el sentido del desplazamiento, sin duda se había producido una disolución parcial nada conveniente a mis intereses. Busqué en la despensa, los armarios de la cocina y debajo del fregadero y así pude obtener una variada colección de frascos, botes y pulverizadores con diversos productos de limpieza.

Los fabricantes de estas cosas son gente que dedica casi el 4% de sus beneficios a eso que se llama I+D, así investigando concienzudamente han sido capaces de obtener una larga serie de productos específicos de composición variada, maravillosas propiedades y diversas presentaciones. Atrás ha quedado la vieja pastilla de jabón que servía para todo. Han logrado de esta forma la llamada incompatibilidad, es decir, cada producto solo sirve para su propia mancha, lo que aparte de limpiar en profundidad genera importantes beneficios para la empresa. Sin embargo, es a costa de una gran complejidad, por lo que no es extraño que las y los amos de casa necesiten un asesor especialista para hacer la elección correcta.

Tratan eso si de facilitar la elección unas indicaciones que figuran en las etiquetas de los envases impresas en letras minúsculas y alegres colores. Decidí empezar por los espejos y logré seleccionar dos productos de parecido envase pero distintos colores, uno azul y otro incoloro, que bien podía ser agua. Opté por el primero y quedó

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bastante bien, aunque mi hija me explicó días después que hubiera sido mejor el otro, y que el azul iba mejor para los azulejos de la cocina (tonto de mí que no caí en la correlación azul-azulejo).

Para la encimera elegí un gel verde multiusos que si bien inicialmente fue dejando tras de sí una abundante colección de burbujas tornasoladas, quitó todos los restos después de 15 o 20 aclarados. Francamente crecido cogí el pato-water y deje que reaccionara unos minutos con las incrustaciones de la taza del ídem vaciando al cabo de un tiempo prudencial la cisterna. Que el producto había funcionado no cabía duda ya que salieron despedidos por el agua unos grumos negros procedentes de la parte oculta superior. No obstante en la parte inferior donde suele quedar el agua que produce el cierre hidráulico que nunca debe secarse porque se producirá un olor nauseabundo, seguían unos manchurrones grises. Decidido a todo tomé la esponjaestropajo y una vez untada del pato-gel metí la mano con ella en lo profundo y tras un enérgico refrote conseguí su eliminación. ¡Toma ya …!, exclamé, esto va bien, (luego mi hija me explico que para este menester existen unos guantes de usar y tirar que protegen de la deshidratación las manos, que una vez acabada la faena conviene untar con una crema que suaviza, hidrata y da un ligero perfume de flores exóticas).

Pero ella es una perfeccionista...

Para la bañera usé un producto para bañeras que cuida el esmalte, la esponjaestropajo que protege las uñas y el producto anti-cal que evita esas manchas tan feas en los grifos. El éxito fue rotundo si bien más tarde descubrí que había pasado por alto las cortinas anti-salpicaduras. Para el suelo, después de barrerle con el escobón de cerdas de plástico para recoger los restos de uñas y pelos, utilicé el producto verde claro que ya había experimentado en la cocina con sus correspondientes accesorios de cubo-escurridor y fregona-ecológica. No hay como la experiencia...

Repetida la operación varias veces, mi casa es grande, conseguí mi propósito inicial y quedó todo en orden de revista. Cierto que se me olvidó poner rollos de papel higiénico y cambiar la toallita del bidet, pero son cosas sin importancia fácilmente subsanables si el suelo se ha secado ya, porque si no, hay que quitar las huellas que producen las zapatillas con un producto anti-huellas.

Otros productos de gran interés son: la cera-spray para tratar de quitar las huellas redondas que dejan vasos y botellas en los muebles de madera; el almidón-spray que facilita el planchado de camisas; la lejía desinfectante que no tengo claro para que se usa; el spray limpia hornos, el pulverizador diluye-grasa; el súper-amoniaco que en realidad sirve para cualquier cosa pero huele fatal; el liquido desatascador; el que limpia plata y bronce; el blanqueador de juntas de baldosa; el quitamanchas de trajes; el limpiador de alfombras y tapicerías; y un largo etcétera que quizás os vaya comentando mas adelante.

Y aunque yo generalmente utilizo el agua fría, para diluir los concentrados me han informado que el agua caliente incrementa la velocidad de reacción facilitando la dilución de los productos y mejorando la limpieza. Eso explica por qué las antiguas asistentas por horas gastaban ingentes cantidades de agua caliente para limpiar los suelos. Aconsejo que se tome el pulso a las cantidades de producto que hay que poner en el agua pues si te pasas el resultado es muy negativo.

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También es muy conveniente no mezclar varios productos entre si, pues del experimento pueden resultar como mínimo resultados alérgicos que, si es lo que buscas, puedes obtenerlo sin dificultad sólo con destapar alguno de estos potingues y acercártelo a la nariz. De hecho muchos de ellos se adornan con el signo de toxicidad consistente en una calavera y dos tibias modernamente sustituidas por una gran X en rojo, la mayoría facilitan el teléfono del instituto de toxicología y enfermedades raras, todos aconsejan que no se pongan al alcance de los niños, ninguno debe exponerse al sol y aun menos al fuego. La verdad es que cuando uno lee con detenimiento las precauciones que conviene tomar para salir indemne de su manejo se le hiela la sangre, no obstante con el tiempo se acostumbra uno a convivir con este material y a tener a mano el teléfono del servicio de urgencias.

Hay otra gama de productos químicos que aunque no son de urgente necesidad se utilizarán mas adelante tales como los fertilizantes líquidos y los abrillanta hojas, si es que tienes plantas. Los desfoliantes selectivos si dispones de mini jardín. Los gases lacrimógenos contra bichos voladores. Los polvos rojos contra las hormigas escaladoras. Y algunos más y todos ellos son de cuidadín cuidadín...

Después de esta excursión por el mundo de la ciencia conviene tomarse un respiro y relajarse un poco, y para ello nada mejor que ampliar nuestros conocimientos en otra faceta culinaria que aun no hemos mencionado

LA COCCIÓN Esta técnica sencilla consiste en hervir agua y poner cosas dentro manteniéndolas allí un rato hasta que están... Es un método mas lento que el de la fritanga pero permite la mayoría de las veces conservar los excedentes uno o dos días en el frigorífico.

Generalmente se suele añadir un puñadito de sal y un chorrito de aceite al agua que vamos a hervir. Obsérvese la introducción subrepticia de las nuevas unidades para líquidos (puñadito equivalente a una cucharada, chorrito tres cuartos de cucharada) y la unidad variable de tiempo, el rato que oscila entre 2 y 12 minutos aproximadamente Os mostrare unas recetillas a modo de ejemplo, si bien esta técnica se puede extender a infinidad de alimentos.

- Espaguetis ó Macarrones con Tomate Poner a hervir en una cazuela tapada un litro de agua con sal y aceite, tarda unos doce minutos. Cuando hierve a borbotones poner la pasta 100gr empujándola para que entre en la cazuela y mantener unos 10 ó 12 minutos siempre hirviendo. Probar sin abrasarse los labios y si está al dente (esto significa que esta a tu gusto o que parece un pelín dura) cortar la cocción con un chorro de agua fría, escurrir (quitar el agua en un colador) y añadir mantequilla que se deshará y así quedarán brillantes y sueltos (esto es un acabado profesional).

En una sartén se fríen unas rajitas de chorizo o unos taquitos de jamón o bacón (vuelta y vuelta), se añaden los macarrones al igual que la salsa de tomate frito (viene en botes ya hecha), se calienta todo y ya está...

Si es domingo puedes espolvorear con queso rallado y poner al horno previamente calentado 10 minutos con el grill encendido, hasta que se dore (esto se llama gratinar)

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- Espaguetis al momento Agua, aceite, sal, hervir espaguetis. Freír unos ajos en laminas, preparar unos langostinos cocidos o unos berberechos, darles una vuelta con los ajos y echar por encima. Lo mismo puede hacerse con unos tacos de jamón. No lleva tomate.

- Espaguetis carbonara Saltear en una sartén beicon en trozos, casi sin aceite, añadir quesitos blandos y nata liquida, mezclar con los espaguetis cocidos y dar un hervor.

- Espinacas a la crema (bueno, casi...)

Poner a hervir en una cazuela tapada agua abundante con sal y aceite, unos 300 gramos de espinacas (vienen en bolsas de plástico limpias y cortadas). Una vez cocidas 30 minutos (se puede cocer a la vez una patata) se tira el agua (escurrir).

Aunque ha costado meter las espinacas en la cazuela, se han quedado hechas un montoncito muy manejable y de poco volumen y hay para 2 ó 3 veces.

Se hacen hervir de nuevo ahora con 250cc (un vaso grande) de leche, sal, la patata (en su caso), una cucharada de mantequilla y bastante queso cortado en láminas.

Apagamos el fuego y en la misma cazuela con la batidora lo transformamos en una pasta. Ya está....

- Merluza Cocida Poner a hervir en una cazuela tapada agua abundante con sal y aceite, tarda unos 15 minutos. Cuando hierve a borbotones poner la merluza sin descongelar (viene limpia, sin piel y libre de anisakis) 2 minutos (el pescado se hace volando), escurrir (ya sabes lo que es), untar con mayonesa y adornar con aceitunas, un palito de marisco partido en trocitos y un pimiento asado (viene en frascos) partido en tiras. De chuparse los dedos...

- Puré de Patatas y Zanahorias Poner a hervir en una cazuela tapada agua abundante con sal y aceite, tarda unos 15 minutos. Mientras pelar las patatas y las zanahorias o rasparlas (aproximadamente la misma cantidad de cada cosa). Cuando hierve a borbotones el agua meterlas dentro unos 45 minutos. Tirar el agua y poner leche y sal en la misma cazuela y con la batidora lo transformaremos en una pasta. Calentamos la pasta. Ya está...

- Purrusalda Poner a hervir en una cazuela tapada agua abundante con sal y aceite, tarda unos 15, minutos. Mientras pelar dos patatas, un ajo, una zanahoria o rasparla y limpiamos uno o dos puerros. Cortamos todo en tacos. Cuando hierve a borbotones meter todo entre 45 y 60 minutos a fuego lento (o 15-20 si lo hacemos en la olla exprés). Rectificamos de sal. (Hay quien previamente rehoga la cebolla, las patatas y los puerros y le añade un poco de bacalao desalado. Alta cocina....)

- Arroz Blanco Lavar bien el arroz, una taza es suficiente (sale una cazuela, se hincha, sabes...).

Hervir agua (dos tazas) a la que has añadido 1,5 cda aceite + 0,5 cda vinagre + 0,5 cda sal (y también cebolla, ajo machacado, tomillo, comino, cilantro ... pero esto es opcional). (cda = cucharada sopera). Cuando hierva poner el arroz diez minutos a evaporación (apenas debe quedar agua).

Bajar el fuego al mínimo y mantenerlo así veinte minutos vigilando (si esta muy seco añadir unas gotas de agua). Ya está...

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Lo puedes comer solo, con tomate, con huevo frito, o con cualquier cosilla...

LA LAVADORA No me resisto a tratar este asunto que, inmerso en el más inmediato problema de la subsistencia, he ido dejando de lado, pero que realmente se plantea enseguida.

Al igual que al principio vas comiendo lo que encuentras por la nevera, también te vas vistiendo con la ropa que encuentras por los armarios, hasta que ves que aquello tiene un final. Y como no vas a comprarte una camisa cada día se te hace evidente que tienes que lavarla y que no basta con amontonarla. Tienes otra alternativa que es llevarla a la lavandería. O también puedes contratar los servicios de una asistenta que lo haga por ti.

Yo deseché la ultima posibilidad por su coste y porque no me gusta dejar las llaves de la casa a nadie. Lo de la lavandería es muy común en otras latitudes, pero no en mi tierra y también es una solución cara. Así pues opté por bastarme a mi mismo e inicié este experimento aunque con cierta prevención visto lo ocurrido con el lavavajillas, ya que a fin de cuentas ambos aparatos parecen muy similares. Sin embargo esta vez tomé ciertas precauciones, por si la cosa no iba por los derroteros previstos, y me compré una muda completa, camisa, calzoncillos y calcetines, exactamente igual que el dueño de un barco no sale de puerto sin su salvavidas. De esta compra ya os hablaré mas adelante, porque tuvo su interés.

Antes siquiera de intentar abrir la lavadora busqué un jabón líquido en cuya etiqueta, no solo no figurase que tal vez pudiese utilizarse en alguna circunstancia para lavar a mano, sino que expresamente dijera que solo servía para uso con lavadora. Además pregunté a la chica del supermercado. Esto me costó bastante porque es sabido que un hombre nunca se rebaja a preguntar, pero ya sabéis que el gato escaldado del agua fría huye...

Ya preparado abrí el aparato y metí la ropa. Lógicamente ya imaginaba que no era suficiente con ponerlo en el 1 y me leí concienzudamente todas las instrucciones, así pude saber que había que ponerla en el 6. Mi desconfianza como veis era grande...

Leí también que no era conveniente mezclar ropa blanca con ropa de color y que cabía la posibilidad de elegir diversas temperaturas y diversos programas.

Como la ropa que había metido era toda de color me quedé relativamente tranquilo por ese lado. Como al parecer la temperatura de menor riesgo era la más baja elegí los 30º centígrados. Y el programa básico.

Aunque mi lavadora tiene diversas tomas para jabón, suavizante y no sé que más, elegí el sistema que había visto usar a mi mujer, que me inspira mas confianza que cualquier folleto de instrucciones, y que consiste en poner una bola llena de jabón líquido encima de la ropa. La cerré, tiré hacia mí del botón de arranque y cerré los ojos... La máquina lanzó un silbido raro que yo interpreté como un suspiro de desagrado y empezó a tomar agua, estaba claro que no le había gustado nada mi

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decisión. Yo, expectante, me senté frente a ella en un taburete dispuesto a desenchufarla si algo iba mal. Al rato empezó a girar con un sonido agónico al principio en un sentido, luego en el otro y así continuó mientras nos mirábamos fijamente en plan de desafío, hasta que pasado un cuarto de hora me di cuenta que la cosa iba para largo y me alejé un poco, justo hasta el televisor.

Mientras miraba de reojo una telenovela gesticulante y absurda en que una señorita cejijunta que debía ser listísima sacaba de apuros a una empresa dirigida por un chico guapísimo que debía ser idiota, mis oídos estaban atentos a lo que ocurría en la cocina. Varias veces me levanté para comprobar que aunque a veces se paraba a coger fuerzas luego continuaba su marcha ruidosa y tambaleante y en todo caso la numeración de la ruedecilla iba avanzando. Así las cosas y cuando la fea era despreciada por su jefe que como era tonto se iba con la nena guapísima de senos explosivos y cortísima minifalda, la lavadora aceleró de pronto su marcha cansina e inició un giro violentísimo que hizo vibrar toda la carcasa y a mí me saco de un salto del sillón. Ya estaba a punto de pararla cuando comprendí que estaba centrifugando y aunque no las tenía todas conmigo esperé con la mano en el botón de stop hasta que la máquina se fue calmando y terminó por detenerse. Aún espere un rato mirándola con desconfianza hasta que más tranquilo y visto que parecía definitivamente parada abrí la puerta para ver el resultado.

Ahí pude ver una masa de ropa húmeda que me miró con conmiseración, si así puede decirse, por el ojo de la lavadora, mientras me susurraba suplicante: cuélgame, pedazo de idiota, no ves que tengo que secarme, no sabes que si me dejas aquí me saldrá moho y me pudriré, vamos muévete.

Yo tengo una especie de colgador portátil que dado el frío que hacía fuera y por pura comodidad, puse al lado de la lavadora junto con un montón de pinzas. Saqué la primera prenda que resultó ser una camisa y la coloqué encima de una de las cuerdas comprobando inmediatamente que las mangas arrastraban por el suelo dejando un rastro de agua, como no era cosa de fregar el suelo por este método porque para eso ya existe una cosa que se llama fregona, coloqué cada manga en la cuerda adyacente y las sujeté con unas pinzas. La segunda prenda fue otra camisa que coloqué con la técnica recién aprendida. La tercera resultó ser otra camisa, pan comido... La cuarta también una camisa y con ella empezaron los problemas porque ya no quedaban cuerdas.

Comprendí que había que juntar mas las prendas para aprovechar el espacio disponible y arrugándolas un poco conseguí meter el resto de las camisas, los calzoncillos, los calcetines, un pañuelo y un trapo de cocina.

Tuve suerte porque cuando tres días después una de mis hijas vino a verme, me explicó que las camisas hay que colgarlas de una manera especial doblándolas sobre las axilas que es donde se pone la pinza, ya que en otro caso las arrugas que se forman cuesta mucho hacerlas desaparecer con el planchado y que no hace falta poner pinzas si no se va a sacar la ropa a la calle. También dijo algo que no la entendí muy bien porque lo dijo en voz muy baja, sobre la inutilidad de ciertas personas, pero me planchó la ropa.

En cuanto se fue puse la segunda lavadora, colgué la ropa con confianza, esperé tres días hasta que tuvo a bien secarse y la amontoné en el sofá. Éxito total. Aunque claro

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después de la tercera lavadora el montón del sofá parecía el Vesubio a punto de entrar en erupción y las reservas se habían agotado.

Por cierto un día la lavadora se quemó y opté por comprar una más moderna, es casi igual de caro que llamar al servicio técnico.

LA PLANCHA La vida del amo de caso es un continuo sobresalto, detrás de un problema viene otro y la cosa no parece tener fin. La plancha es un artefacto peligroso con el que ya había tenido años atrás una experiencia bastante nefasta. Un día que me levante muy temprano me dio por planchar unos pantalones y no fue sino ponerles la plancha encima cuando empezaron a encogerse y arrugarse y en cuestión de segundos apareció un agujero, se achicharraron y hubo que tirarlos.

Comprenderéis que no estaba dispuesto a que me sucediese otra vez lo mismo así que para empezar llene la plancha de agua, cosa que no es tan fácil como parece pues la mayoría se sale fuera del deposito cayendo por los lados y poniéndolo todo perdido. A continuación extendí la tabla de planchar, este es otro artefacto que se maneja bastante mal y cuando lo coges salen las patas disparadas y no te matas de milagro. Después estudié el regulador de temperatura que exige el conocimiento de la composición del material textil que vas a planchar, de esta forma aprendí que hay tejidos de seda, lino, algodón y diversas fibras artificiales. Examinando las camisas pude ver que en general no son de una sola fibra sino que están formadas por mezclas lo cual contribuye a complicar el asunto. ... Pedí auxilio...

Con cierta sorna me explicaron que las prendas suelen tener en algún lado una etiqueta en la que dentro del dibujito de una plancha vienen uno, dos o tres puntos que se corresponden con la posición del termostato. No es sencillo encontrar la susodicha etiqueta pero suele estar, bien que borrosa, cosida en alguna costura. También me dijeron que si no encontraba la etiqueta pusiera la plancha en la mitad y si no se quitaban las arrugas subiera ligeramente la temperatura y si notaba olor a quemado la bajase. Alguien me indicó que las camisas conviene empezar a plancharlas por las mangas y que si son de pana hay que plancharlas por el revés. Y así mismo que ciertas prendas exigen previamente una pulverización con un producto almidonado que venden para estos casos.

Cuando pregunté cuanta fuerza hay que hacer sobre la plancha a la vez que se plancha unas lagrimas brotaron de los ojos de mi interlocutora, no se si de dolor, de pena, de risa o de angustia. Nunca más lo he vuelto a preguntar. ... Empecé con un pañuelo...

Se me dio bastante bien la verdad. Luego con unos calcetines y unos calzoncillos, la dificultad era mayor pero lo conseguí, aunque luego he sabido que no se suelen planchar. Confiado cogí la camisa mas vieja, puse la manga encima de la tabla y la estiré para facilitar la labor, tome la plancha que tenía a mi derecha en la encimera de

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la cocina bien vertical como mandan los cánones y al volverme con ella en la mano observé con asombro que la camisa había desaparecido. Miré a mi alrededor un poco desconcertado y no tardé en encontrarla en el suelo, presumo que con el peso se habría resbalado. Inicié el proceso de nuevo, esta vez sujetando la camisa y pasé la plancha por la manga con relativo éxito, le di la vuelta y repetí la operación, No me quedó mal salvo que donde antes hubo una raya ahora aparecieron dos y que donde retrocedí con la plancha se había originado una arruga que antes no estaba. Coloqué todo bien y comprobé que es muchísimo mas fácil crear una arruga que hacerla desaparecer. Después de la segunda manga planché la parte donde están los botones, las axilas donde están las marcas de las pinzas del secado, la espalda donde se nota la señal de la cuerda de tender, la parte del bolsillo donde se engancha la plancha, los hombros y el cuello por delante y por detrás.

Aparentemente no se había quemado nada, así que la dejé en una silla y fui al armario a por unas perchas. Una vez colgada la camisa la puse en el perchero para que se fuera enfriando y cogí la otra camisa. De soslayo mire el reloj y pude comprobar que solo habían pasado veinticinco minutos.

La segunda fue más rápida al principio, pero luego el cordón de la plancha se empeñó en quedarse pillado en una junta de la tabla de planchar y cada vez que empujaba la plancha hacia delante, el cordón tiraba para atrás. Estuve a punto de cabrearme os lo aseguro. Intenté varias configuraciones para el cordón, incluso lo sujeté a un cajón de la cocina sin ningún éxito y al fin lo dejé como estaba, aunque yo estaba ya de muy mal humor.

Tras la tercera y cuarta camisa ya adquirí cierta práctica y la cosa fue mejor, salvo que empezaba a notar un cierto dolor de espaldas y cansancio de piernas y brazos. Como total ya tenía para cuatro días decidí dejarlo para mejor ocasión, apagué la plancha, recogí la tabla, me pillé los dedos, lancé un juramento y me derrumbé en el sillón.

Con la práctica he sido capaz de planchar ocho camisas por hora, me las apaño bastante bien con los pantalones y soy un as con los paños de cocina. Y además he resuelto el asunto del cordón de la plancha metiendo en la ranura de la tabla de planchar el trapo de la cocina.

Además al planchar se ven los defectos del lavado y se comprende que hay que comprar un producto que se pone en los cuellos de las camisas antes de meterlas en la lavadora con el resto de la ropa porque si no saldrán igual de sucios. Se ve también cómo la ropa va cambiando hasta adquirir un tono desvaído y tristón muy alejado de aquellos alegres colores que tenía cuando la compraste; cómo el roce de la ropa con la muñeca y el cuello produce un desgaste irreversible, al igual que la manía de hacer la raya siempre en el mismo lugar, cómo en algunas prendas aparecen unos delicados tonos tostados producto de una plancha ligeramente mas caliente de lo apropiado.

También te recuerda una y otra vez que aun no cosiste el botón que se cayó hace varios meses. Y por último se adquieren unos reflejos maravillosos que te permiten sujetar a la vez el cuello de la camisa que se resbala y el extremo que hay que tensar para estirarla, y pasar sobre esa superficie díscola la plancha con suficiente velocidad como para que desaparezcan las arrugas y a retirar el pie antes de que se te caiga la plancha encima, lo que es grave porque siempre cae de pico.

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El planchado pues tonifica los músculos de la espalda y brazos, robustece las piernas y mejora los reflejos y el equilibrio en general, cosa que se agradece muchísimo si piensas subir a la torre del homenaje de un castillo en ruinas o de darte un paseíto por la selva venezolana.

LA TIENDA DE ROPA Aunque imaginareis que a mis años la moda es una cosa secundaria, algún día os veréis en la necesidad de compraros ropa, ya sea por que se estropea con el uso o bien porque nuestro cuerpo adelgaza o engorda según el metabolismo de cada cual.

Yo en otras épocas era arrastrado por mi mujer a este menester que me desagrada enormemente. Hay que entrar y salir del probador una y otra vez, nunca sabes si te está bien o mal, ni si es caro o barato, ni si es o no lo que se lleva, ni si tiene vicios ocultos que los comerciantes disimulan muy bien. En esto mi mujer hacia su labor y asesoraba convenientemente. Las mujeres son adictas a las tiendas de ropa y dominan el tema con bastante soltura. Sin embargo todos los empleados sin excepción te asegurarán que lo que te estas probando te cae maravillosamente bien, aunque tu sepas con total certeza que te sienta como un tiro.

La cosa por tanto se complica cuando el hombre va solo. Siguiendo similares líneas de pensamiento deseché la idea de ir a una tienda de ropa para hombre, igual que en su día había desechado la idea de ir a las tiendas de alimentación. Además comercios para hombre hay poquísimos, al contrario de lo que sucede con los de ropa femenina.

Así pues opté inicialmente por unos grandes almacenes y una tarde decidí irme en plan exploratorio a ver que dificultades presentaba la operación...

Enseguida pude comprobar que la cosa no iba a ser fácil. La primera complicación iban a ser las tallas, las hay que se designan por una letra, dos o tres y las hay que usan un número, en este caso con uno o dos dígitos e incluso he sabido que las hay con letra y número. También vi que podía comprar tres calcetines por el precio de dos, que con ciertos pantalones te regalan un cinturón, que ciertas prendas están en oferta durante una mañana, un día como mucho e incluso unas pocas horas, que hay escasa cantidad de prendas de tamaño normal e ingentes cantidades de ropa para gente esmirriada y para súper gordos. Como no tenía ni idea de las tallas adecuadas para mí me volví a casa discretamente, después de comprar unas cuchillas de afeitar para disimular.

Ya en casa armado de lápiz y papel saqué del armario un ejemplar de cada prenda y fui anotando pacientemente cada una con su talla, Por si acaso comprobé con otra colección de prendas y observé que no siempre era la misma talla, por lo que puse una segunda columna al lado de la primera. Tras un tercer repaso obtuve una lista con unos márgenes razonables y una montaña de ropa que tuve que volver a colocar en los armarios. Añadí también el número de los zapatos y las dioptrías de las gafas.

Como ya tenía cierta experiencia en los planchados anoté también aquellas combinaciones de tejidos que me habían dado mejor resultado para este fin y algunas notas aclaratorias como por ejemplo: Hay camisas de manga larga y corta, las hay con botones en el cuello y sin ellos, comprar los calcetines de distinto color para poder emparejarlos, hay jerséis de cuello redondo y de pico, hay zapatos con y sin cordones,

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las chaquetas y prendas similares tienen distinta longitud de mangas, no te fíes de lo que te diga la dependienta, las cremalleras en los bolsillos son un incordio, tienes que cortarte las uñas, la luz de las tiendas modifican los colores, al lado de donde están las ofertas suele haber prendas mejores y mas baratas, este año no se llevan las rayas, ya tengo suficientes corbatas... y cosas así.

También hice otra lista con lo que quería comprar, lo que incluía unos tornillos, un espejo de aumento, una tostadora de pan y un escáner. Y de paso la lista de la compra.

Pertrechado pues con mi librito de notas me dirigí nuevamente al gran almacén. Fue un día que llovió a cántaros, así que me puse una chamarra y me llevé el paraguas, también el coche como es natural y la moneda para el carrito. El cielo plomizo no presagiaba nada bueno pero yo que soy un optimista incorregible no hice mucho caso de los presagios y así me fue...

El atasco era descomunal, ya se sabe que cuando llueve la velocidad media de circulación se reduce a una tercera parte. El aparcamiento estaba hasta los topes y tuve que dejar el coche a doscientos metros de la puerta, se sabe también que en caso de mal tiempo la gente prefiere pasear entre las estanterías. El almacén estaba lleno de mamás con niños que correteaban entre las piernas sorteando los carritos y algunos de ellos berreaban con entusiasmo. Y en las cajas que miré de soslayo había unas colas espeluznantes. Debiera haberme marchado, pero no lo hice.

Me dirigí directamente hasta la zona de hombres y escogí ocho pantalones de dos tallas, siguiendo mis notas, y a continuación me fui a los probadores, había cola, ya me lo esperaba. El carrito hay que dejarlo fuera y temí no encontrarlo al salir o no reconocerlo entre tantos carritos. Le di los pantalones a la chica, pasé debajo de un detector de teléfonos, me volvió a dar la carga de pantalones, encontré un probador vacío y entre dentro. Los probadores son unos recintos pequeñitos donde apenas te puedes dar la vuelta, y entre la chamarra, el paraguas, los pantalones que llevaba y los míos que tuve que quitarme lo mismo que los zapatos, y yo mismo apenas si podía revolverme. Me puse uno y me mire al espejo, me sentaba bien pero me apretaba en algunos lugares que no mencionaré y me estaba un poco corto. Hice la misma operación con los otros siete y seleccioné finalmente dos. En ese proceso descubrí que aunque la talla sea la misma, si el fabricante es distinto los tamaños no coinciden.

Asombroso verdad... pero ya estoy curado de espanto.

A continuación fui donde había visto unos jerséis en oferta que no estaban mal y regalaban una bufanda a juego, cogí dos de cada tipo y busqué un espejo, después de esperar que un caballero y su mujer que discutían sobre el escaso gusto del primero se quitasen de delante pude probármelos comprobando que con distintas tallas tenían idéntico tamaño, así que elegí la grande del primero y la mediana del segundo. Luego tres camisas por el precio de dos, después de rebuscar hasta que encontré tres bastante aceptables y con el adecuado tamaño de manga (para lo que se precisa una concienzuda investigación). También pude lograr coger antes que una señora tres calzoncillos o slip como ahora se llaman por el precio de dos y finalmente pille dos pares de calcetines. Por último me di una vuelta por la zona de las americanas y como no me gustó ninguna di por terminada la primera parte de la operación.

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Los tornillos no los encontré, pero sí un escáner bastante a mi gusto y un espejo de aumento con luz. La tostadora fue más difícil principalmente porque la más barata costaba tres veces menos que la mas cara y dedique bastante tiempo a intentar averiguar el motivo, como no lo encontré cogí la baratita que además era de dos ranuras y con recogedor de migas.

Hice la cola correspondiente ante la caja y recibí unos boletos para una rifa. Una pesadez porque tuve que ir al otro lado del supermercado, donde después de apretar un botón varias veces solo me salió un premio que tuve que ir a recoger en otro mostrador donde había otra cola y seleccionarlo entre 30 o 40 todos ellos bastante cutres, aunque al final me traje lo único decente que era una caja de bombones, después hice otra cola para rellenar los boletos sin premio con el nombre y la dirección por si me tocaba un coche que no tengo ni idea si llegarían a rifarlo alguna vez. Todo ello mientras vigilaba el carrito y el paraguas. Así que me vine a casa con mis compras, bastante contento y bastante sudoroso, donde llegué después de casi una hora de atascos varios.

Ya sé que sentiréis curiosidad. Bien pues el escáner no funcionó, el espejo era un muerto que devolví, el tostador va de maravilla, la ropa me sienta bastante bien y los calzoncillos son una monada.

La americana la compré otro día en otro sitio y os ahorraré la historia para no cansaros, la usaré cuando engorde, pero es bonita.

LAS VERDURITAS El otro día me compre una báscula. Desde que me quedé solo he adelgazado bastante, lo achaco al cambio de alimentación. En casa hay una de esas que hablan, pero se acabó la pila, una pila que no se encuentra por ningún lado y que además cuesta mas que la propia báscula, argucias del fabricante. Como todo el mundo, después de decirme que estoy hecho un asco, parece estar interesadísimo en saber cuanto peso he perdido he decidido satisfacer su curiosidad. Y como he leído un artículo muy interesante sobre lo que hay que comer para estar como una rosa y eso incluye ración de verduritas he decidido ampliar mi particular menú. Después de varios experimentos he logrado una colección de recetas que una vez simplificadas y puestas a prueba os voy a transmitir para que ampliéis vuestra ciencia culinaria. Aunque en apartadillos anteriores ya habéis visto algunas recetas a base de verduras.

- Superpuré para días de invierno Venden en los supermercados unas bandejitas donde hay varias zanahorias, un par de nabos, ramita de apio, un puerro, todo pelado y limpio. Es ideal para nuestro súper puré, basta añadirle tres o cuatro patatas, trocearlo todo y ponerlo a cocer con la técnica ya conocida, 30 minutos si es en cazuela o 10 si es en olla exprés. A continuación se pasa la batidora en la misma cazuela y (en este momento se le puede añadir un vaso de leche) se hierve un par de minutos más. Da para seis días.

- Crema de Calabacín para días de primavera Pelar cuatro calabacines, dos patatas, una cebolla, una zanahoria, cortar en trozos grandes y cocer con una pastilla de caldo de carne. Batidora. Añadir cuatro quesitos

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en porciones, una nuez de mantequilla, un brick pequeño de nata y mostaza en polvo.

Dar un hervor. Puede tomarse caliente o meterlo en la nevera y tomarlo frío. Con esta técnica se pueden hacer muchos tipos de puré, la cuestión está en combinar bien las verduras en función del color, por ejemplo espinacas, judías verdes y guisantes o remolacha, repollo y puerro o calabaza, cebolla y zanahoria. Imaginación…

- Rollitos para días de verano Una loncha de paleta cocida (las venden en la sección de embutidos). Dentro se ponen 1 o 2 espárragos y mayonesa. Se enrolla y se sujeta con un palillo. Se pone alrededor rodajas de tomate y trocitos de lechuga. Se come tal cual.

- Alcachofas a la cazadora para días de otoño Poner unos ajos en a dorar en una cazuela, añadir las alcachofas y a los cinco minutos una lata de tomates enteros pelados (líquido incluido), añadir un poco de caldo, sal y pimienta. Dejar cocer diez minutos añadiendo a la mitad perejil picado y orégano.

Si las alcachofas son naturales hay que lavarlas, quitar las hojas más superficiales, cortar las puntas, cortarlas en cuatro partes y ponerlas a remojo con el zumo de medio limón antes de echarlas a la sartén.

- Verduritas varias al ajillo Judías verdes – Cardo – Espinacas – Coliflor – Brócoli – Guisantes – Acelgas Estas y otras verduras las suelo comprar ya cocidas en frasco de cristal. En una sartén se ponen a freír unos ajos cortados en láminas (también se puede añadir un poquito de guindilla picante). Cuando están, se añade la verdura bien escurrida. En un minuto esta listo para comer.

Lo mismo puede hacerse con las angulas...!

Si quieres mejorar la receta añades unos taquitos de jamón a los ajos.

Toda la verdura la puedes cocer en casa, ya te enseñé como se hace.

- Fritada de verduras Se cuece toda la verdura (una coliflor pequeña, cuatro alcachofas cortadas en 4, dos puerros cortados en 4 a lo largo, dos zanahorias y dos calabacines), se escurre y seca sobre un paño de cocina.

Mientras, se prepara una pasta mezclando dos huevos, 50gr de harina, un vaso de leche y sal (cuando esté bien batido se puede añadir una cucharada de orujo).

Se pone aceite abundante en una sartén y cuando está caliente se sumergen las verduras en la pasta (de la coliflor se han separado los cogollos en trozos) y se pasan a la sartén friéndolas con fuego fuerte (a los cogollos se les vierte por encima sí hace falta un poco de pasta).

Se escurre el exceso de aceite en un plato cubierto de papel de cocina y listo.

- Anillas de cebolla Se quitan las capas exteriores y se parte en rodajas que se separan para formar las anillas, se quita la parte dura central. Ahora se pueden freír directamente en fuego fuerte, pasarlas antes por harina o bañarlas previamente en la pasta anterior. Se pueden comer solas o servir de acompañamiento a una carne o unos huevos.

Huelga decir que hay infinidad de recetas que se pueden hacer a partir de las verduras pero yo eso lo dejo para aquellos hombres o mujeres que realmente disfrutan de la cocina y disponen de tiempo o para los cocineros profesionales.

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Yo como disfruto es yendo a comer con los amigos a un restaurante donde te dan toda clase de exquisiteces y donde luego te dejan jugar al mus mientras charlas distendidamente y te tomas un pacharán o un gin tónic. No hay muchos, porque los mesoneros (maravillosa palabra que viene de mesa) o restauradores, como se hacen llamar ahora, lo que quieren es que comas, pagues y te vayas lo antes posible, para así disponer la mesa para otros o simplemente irse a su casa a dormir la siesta.

Pero una comida sin sobremesa es sólo reposición de energía (vamos como echar gasolina al coche) y pierde todo el aspecto placentero y yo hoy por hoy no estoy dispuesto a pasar por ese aro. La vida de la prisa y el estrés no se ha hecho para mí.

Aparte de que no llega antes quien mucho corre, sino el que sabe donde va.

Por cierto he mencionado el mus que es un juego de cartas muy español. A mi me gusta por varias razones entre las cuales está el que generalmente uno no se apuesta nada, como no sean las bebidas y por supuesto la honrilla (ahí es nada...). Es un juego que tiene ciertas similitudes con el póquer sobre todo en sus aspectos psicológicos y estratégicos. Exige la participación de cuatro jugadores que van por parejas y admite una serie de señas. Además tiene una duración media-larga que va muy bien con la sobremesa. Mantiene el cerebro ágil y exige atención y capacidad de observación y no perturba una agradable charla. Os lo recomiendo sinceramente.

Casi sin darnos cuenta estamos hablando de ciertas maneras de ocupar nuestro tiempo libre en cosillas algo más placenteras que las labores domesticas: los amigos, la conversación distendida, la partidita de cartas. Pero hay muchas mas cosas para evitar la soledad.

INTERNET Vivimos en una sociedad tecnológica que ha abierto caminos de comunicación insospechados. Cada vez es más rara la casa que no esta conectada a Internet y no cabe la menor duda que la conexión mas o menos permanente a la red será dentro de poquísimos años tan generalizada como el teléfono, la radio, la televisión o el móvil.

Yo aun puedo recordar cuando las radios eran de válvulas, el teléfono de cuatro cifras con marcador giratorio y la tele en blanco y negro una pasada. También recuerdo cuando al ver a alguien en la calle hablando por el celular o teléfono móvil, que de móvil tenía poco, nos daba la risa y considerábamos al individuo un chiflado y decíamos que jamás nos pillarían a nosotros hablando solos por la calle...

Internet además de ser una fuente de información formidable, ha propiciado de forma barata una nueva forma de comunicación entre personas. Esta comunicación puede ser en tiempo real o diferida y puede ser entre dos o entre muchos. Este último aspecto ha dado lugar a las salas de chat. Allí cualquiera puede entrar en conversación con los que están en conectados, gente desconocida y reconocida únicamente por un seudónimo llamado nick en la jerga habitual. De esta forma se entra en relación con gente muy variada que puede ser hombre o mujer, nacional o extranjero, culto o inculto, rico o pobre, de la misma o de otra generación. El anonimato y la lejanía propician charlas que pueden llegar a ser a corazón abierto y abrir aspectos insospechados del ser humano. También las charlas pueden ser

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aburridísimas pero en todo caso entretienen los ratos en que no sabes que hacer. De día o de noche siempre hay alguna sala donde la gente habla y aunque sólo sea leyendo lo que escriben en la pantalla se puede pasar el tiempo sintiéndose acompañado. Además estás en tu casa cómodamente y como nadie te ve puedes estar en pijama y sin afeitar, lo que sería bastante inadecuado en otras circunstancias.

Todo ello ha hecho que cada vez mas gente use este medio como una cura contra la soledad. Hablo claro de la gente que no tiene grandes pretensiones, pero por supuesto aquí cada uno muestra su personalidad de forma más acusada que en la vida real. En cada sala se pueden ver los asiduos y los visitantes esporádicos. Los primeros de tanto charlar acaban siendo más o menos amigos y en ocasiones organizan “kedadas” para conocerse en persona, a las que muchas veces van con sus cónyuges. Al cabo del tiempo la sala es como la cafetería del barrio.

Los visitantes esporádicos son otro cantar, están los novatos que aparecen por casualidad, los que escuchan pero no hablan, los que se desahogan con insultos o con frases estúpidas, los que hacen proselitismo político, los que practican otro idioma, en fin de todo hay en la viña del señor...

Muchos hombres por lo que me cuentan solo pretenden conseguir una relación puramente sexual y por lo que veo rara vez lo consiguen. Las mujeres buscan más bien un confidente, un consuelo, un poco de ternura o simplemente una conversación agradable. Para la mayoría es solo un pasatiempo o como diría alguno una pérdida de tiempo. ¿Pero que es el ocio sino una forma de gastar el tiempo que nos sobra, haciendo algo que nos agrada?

Internet por sus características, su comodidad y su inmediatez acaba por formar parte de la vida de la gente, hay quien lo llama adicción. Pero esto es como todo, si se abusa se transforma en una dependencia y si se usa adecuadamente es un placer más de la vida. Yo no soy ajeno al mundo en el que vivo y también me conecto a la red.

Aquí he encontrado información médica, jurídica, curiosidades, chistes. He visto las imágenes de los satélites meteorológicos, la estación espacial, disfruto de entretenidos videos, ojeo la prensa mundial. Realmente no hay aspecto que no esté aquí, desde buscar casa, reservar entradas, hacer un viaje, hasta comprar y vender cualquier cosa o pagar los impuestos. No hay información, por rara o extraña, que parezca que no se pueda encontrar. Por otro lado ya no hay organismo, empresa, asociación o deporte que no disponga de su página web, al igual que muchísimos particulares. También se puede jugar al mus... o a lo que quieras. Está además el correo infinitamente más rápido, cómodo y barato que el de la vieja cartita. Y también hay recetillas de cocina.

VIAJAR Otra manera de ocupar nuestro tiempo es naturalmente viajar. Esto no supone que haya que dar la vuelta al mundo, aunque ¿por qué no?. Yo empecé mis viajes por los alrededores de mi casa, aprovechando para tirar la basurita. Mas tarde me decidí a disfrutar de los parques de la ciudad, esto se llama paseo. Luego me animé a conocer los rincones de la provincia, a los que hacen esto se les llama domingueros.

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Envalentonado amplié mis excursiones por la región y mas tarde por regiones limítrofes, esto se llama fin de semana corto o simplemente “finde”. Posteriormente me he animado a visitar España, esto se llama fin de semana largo y uno no tiene que ser perezoso en eso de conducir.

Mi intención como es natural es ampliar el radio de acción y visitar ciertos lugares de Europa y de la cuenca del Mediterráneo que aún no conozco, lo llamaremos semanita de vacaciones. Mas tarde quiero conocer ciertos lugares del mundo que realmente me tientan mucho, se llama vacaciones con agencia turística... Y finalmente si la salud me acompaña estoy decidido a dar la vuelta al mundo, esto se llama feliz jubilación.

A mi me encanta viajar solo, pero si el viaje es de “finde” para arriba es mejor buscarse un acompañante que tenga mas o menos los mismos gustos que tu. Y también es una excelente idea conseguir que al llegar a nuestro destino algún conocido se brinde a hacer de cicerone o nos invite a cenar. En todo caso viajar sin rumbo no es un privilegio de los jóvenes, cualquiera puede hacerlo y es muy gratificante.

TIPISMO Un español que se precie no puede ir por el mundo sin saber hacer dos platos típicos que le darán prestigio y éxito allá donde vaya, son la tortilla de patatas y la paella.

- La tortilla de patatas Se pelan y lavan las patatas (una grande por persona). Se cortan en láminas de 1mm de espesor. Se fríen en abundante aceite a fuego bajo 150º y en una sartén tapada durante unos diez minutos. Es clave que las patatas estén blandas pero no crujientes, es decir cocidas en el aceite y no fritas. Aunque no es imprescindible a mí me gusta que cojan un poco de color.

En un recipiente grande se baten los huevos, uno por persona aproximadamente, y se pone sal.

Cuando las patatas estén en su punto se van sacando de la sartén y se ponen en un bol, salándolas a medida que se van sacando y se escurren del exceso de aceite. Una vez escurridas se mezclan con los huevos (pueden aplastarse un poco con un tenedor para que se mezclen bien) y se deja en reposo unos 5 o 10 minutos, ha de haber un exceso de huevo líquido.

En este tiempo se pica cebolla muy fina (un cuarto por persona) y se fríe con un poco de aceite a fuego medio con sal, una vez escurrida se une a la mezcla.

Ahora en una sartén poco profunda (para poder darle la vuelta) se ponen dos cucharadas de aceite y cuando está caliente se echa la mezcla y se fríe a fuego medio, moviendo la sartén para que no se pegue, si cuajase muy rápido retirar momentáneamente del fuego. Después de un minuto o poco más en la sartén se le da la vuelta con la ayuda de una tapa de cazuela o un plato llano, se añade un poco de aceite a la sartén para que no se pegue y se pone la tortilla para que cuaje por el otro lado bailándola también. Tortilla terminada...!

Si ha salido perfecta ha de quedar jugosa por el interior.

Si esta muy seca es porque necesita más huevo o porque la has tenido cuajando demasiado tiempo.

Si eres un habilidoso puedes prescindir del plato llano y darle la vuelta en el aire, las primeras veces la tortilla acabará en el suelo y te quedarás sin comer...!

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- La paella Esta receta es poco ortodoxa pero muy eficaz. En la olla exprés se rehoga con aceite caliente unos trozos de pollo dándole vueltas hasta que este bien dorado. En cuanto empiece a dorarse incorporamos unos calamares y/o sepia partida en trozos (los venden congelados), a los tres o cuatro minutos añadimos la verdura (guisantes, judías verdes) y el pimiento partido en tiras. A fuego medio, un poco de cebolla picada, al rato el tomate pelado en trocitos hasta que oscurezca ligeramente, a continuación ajo picado, el arroz y un poco de pimentón dándole vueltas a todo rápida y brevemente para que no se queme porque el pimentón amargaría. Inmediatamente se añade el agua (una taza y media por taza de arroz) y el colorante o azafrán y las gambas peladas y congeladas y los mejillones, se espera un poco hasta que hierva el agua y se añade el arroz y una ramita de romero Se cierra la olla y en cuanto salga el vapor se mantiene 8 minutos. Se abre la olla, el caldo se habrá evaporado, se deja reposar tapada con un trapo cuatro minutos. Excelente...

Más rápido aun, se sofríe cebolla y ajo, chorizo, guisantes, se añade el arroz (½ taza), el agua (¾ de taza), colorante y una pastilla de caldo de carne, en cuanto hierva un poco se cierra la olla, 8 minutos...

Este español típico del que hablo debería también saber cantar flamenco, bailar sevillanas y torear en cualquier plaza... pero esto es lo mismo que pedir a un argentino que te baile un tango (uno de cada mil y con suerte).

EL MAR Yo soy de tierra adentro y quizás por eso me gusta el mar. Cuando puedo y el tiempo acompaña me acerco a la costa. No es difícil encontrar algún lugar dominante y tranquilo donde poder sentarse o tumbarse mirando el horizonte, oyendo el sonido de las olas rompiendo en el acantilado, disfrutando de los barcos que pasan y del color cambiante del cielo y del mar. Una silla plegable, una gorrita, unas gafas de sol y un buen libro complementan el paraíso. La paz y la armonía de la naturaleza acaban invadiendo el espíritu de una sensación de paz y sosiego muy placentera.

La playa en sí me gusta menos, aunque fuera de temporada las costas mediterráneas ofrecen días espléndidos en los que el agua esta calentita y uno puede bañarse sin agobios y dejar pasar el tiempo dorándose en la arena mientras el cerebro se sumerge en ensoñaciones oníricas y relajantes. Reconozco que en estas circunstancias no es infrecuente disfrutar del placer visual que ofrecen las mujeres hermosas que cada vez son más, pero a cambio no tiene uno que mirar otros cuerpos menos agradables que nos recuerdan no sólo el paso del tiempo sino en lo que puede convertirse uno si no se cuida mínimamente.

Otra cosa que me priva son los puertos, todo tipo de puertos. En los deportivos me suelo sentar en alguna terraza o camino por los muelles y paso las horas muertas viendo los maravillosos barcos de recreo, los veleros, los yates fantásticos al alcance de unos privilegiados pero cuya visión me resulta tan cautivadora. En los puertos pesqueros se ven los barcos de trabajo de todos los tamaños, los pescadores

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preparando las redes o volviendo de la pesca, los cajones llenos de peces sumergidos en hielo camino de la lonja, la mayoría desconocidos para mí. En los grandes puertos podemos disfrutar de los enormes barcos que hacen esos cruceros tan maravillosos o esos ferrys que van camino de las islas o de otras tierras y ver a la gente subir y bajar llevando a cuestas todas sus ilusiones. Y de esos enormes cargueros que recorren toda la mar trayendo y llevando tantas cosas o de los petroleros inmensos con sabor a autopista. Realmente un puerto es un espectáculo fascinante donde a veces se encuentran bellezas de madera y vela, autenticas reliquias de un pasado no tan lejano.

Y también me encantan esos parajes donde mar y tierra forman un conjunto mínimo y armónico llamados calas que sólo tienen el inconveniente de su difícil acceso. Lugares de aguas limpias y transparentes donde pueden verse las algas y los peces moviéndose al ritmo que les marcan las olas. El mar es sonoro silencio y movimiento tranquilo. Es bello incluso cuando se encrespa violento o cuando los rayos unen el cielo y el agua con un puente de luz. Es bello cuando refleja atardeceres dorados y cuando la luna dibuja en sus aguas plateados dibujos cambiantes. Soy un enamorado del mar.

Como el mar no es sólo agua y luz sino que también esconde sabrosos pescados os obsequiaré con varias recetillas de colores para poder disfrutarlos.

- Merluza en salsa VERDE Rehogar media cebolla y dos ajos picados en una sartén honda con aceite (cucharada y media) y sal (diez minutos aproximadamente). En el rehogado el fuego debe ser suave y la cazuela o sartén estar tapada.

Añadir 50gr de guisantes hervidos (dos minutos), los de bote sirven igual.

Añadir tres cucharadas de vino blanco, hasta que se evapore.

Añadir agua (3/4 vaso), un minuto.

Con la batidora de brazo en la misma sartén trituramos hasta hacer la salsa. Una vez hecha ponemos en ella dos lomos sin piel (congelados), salamos y lo dejamos hacer moviéndolo de vez en cuando durante unos 6 u 8 minutos a fuego suave. Lo ponemos en un plato y espolvoreamos con perejil picado y unos guisantes.

Alternativamente se puede hacer con rodajas de merluza previamente enharinadas y fritas ligeramente, sustituir el agua por caldo de pescado, usar el horno en lugar del fuego, una cazuela de barro en lugar de la sartén o decorar con huevo duro picado o no y un espárrago. Lógicamente esto es para lucirse con los amigos...

El mismo guiso se puede hacer con pescadilla, bacalao, rosada o peces similares.

- Bacalao con tomate en ROJO Puedes hacerlo con bacalao seco y salado, en cuyo caso hay que lavar el bacalao y ponerlo en remojo un día o dos antes y cambiar el agua dos o tres veces, o bien con bacalao congelado, descongelar antes, o bacalao fresco, no hay que hacer nada.

Para 4 raciones necesitas ½ Kg. de bacalao, una cebolla, lata de tomate triturado, tres dientes de ajo picados, un pimiento verde en tiritas, perejil picado, orégano, sal, pimienta, harina, aceite de oliva, agua, vino blanco y una cucharadita de azúcar.

En una sartén sofríes ligeramente el bacalao seco cortado en cuadrados y enharinado.

Apártalo y en el mismo aceite sofríes la cebolla, los ajos picados y el pimiento. Añades

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el tomate, echas la sal y el azúcar y el vino. Vuelves a poner el bacalao en la sartén con el sofrito y añades las especias y un poco de agua. A los 5 minutos dale una vuelta al bacalao y baja el fuego. Déjalo a fuego tranquilo unos 10 minutos más hasta que el pescado esté tierno y jugoso. Añade más agua si fuera necesario. Controla el sabor y corrige si quieres con sal, pimienta, azúcar o con unas gotas de vinagre. Échale un poco de perejil picado por encima por lo del contraste.

- Besugo a la panadera en lecho AMARILLO Precalentar el horno a 180 grados. Mientras se pone en una fuente de pirex cebolla 100gr en tiras y patatas 100gr en rodajas delgadas con aceite y se mete en el horno unos 10 minutos, se añade laurel, perejil y sal.

Durante este tiempo se prepara el besugo y se le sala y riega con abundante limón.

Se coloca encima el besugo 350 gramos y se le riega con el aceite, se sube el horno hasta los 250 grados (muy fuerte) a los 8 o 10 minutos se le riega con medio vaso de vino blanco y se le deja 10 minutos mas. Sacar y comer, la fuente quema...

- Chipirones en su tinta NEGRO AZABACHE No me resisto a incluir esta receta que es un poco latosa, pero el color es el color y siempre puedes comprar una lata que salen bastante buenas.

Se limpian y lavan los calamares ½ kg., sacando con cuidado las bolsitas de tinta, aunque la tinta te la regalan en bolsitas aparte si quieres. Cocerlos durante hora y media más o menos con agua suficiente para cubrirlos y un diente de ajo, un trozo de cebolla y sal.

Disolver la tinta en ½ taza de agua fría, colar y agregar una cucharada sopera de maicena. Mezclar bien.

Ya cocidos los calamares, se escurren y parten en trocitos.

Se fríe otro ajo y otro trozo de cebolla, se añaden los calamares y se fríe el conjunto otro ratito, se añade ½ tacita de vino blanco, dos rebanaditas de jamón picado, una hoja de laurel, sal y pimienta. Verter la tinta disuelta y dejar hervir hasta que espese un poco. Lo ideal es acompañar el plato con arroz blanco.

(Puede hacerse también con calamares o pulpo. Las cantidades son para dos o tres veces según el apetito.)

- Dorada a la sal BLANCO PLATA Se pone en una fuente una capa de sal gruesa ligeramente mojada para que quede compacta y a continuación la dorada (de ración, 300gr aprox.) limpia pero sin abrirla apenas ya que se salaria demasiado, con una hoja de laurel por fuera o sin ella.

Se termina de cubrir totalmente el pescado procurando que la sal quede bien adherida, en caso necesario mojar ligeramente.

Se mete al horno medio 200º hasta que la capa de sal forma una costra dura, unos 20/30 minutos.

Se saca, se rompe la costra y se extrae la dorada que saldrá sin piel. Se puede acompañar de mayonesa o alioli.

(Para manejar mejor la sal se puede hacer una pasta con un poco de harina, mucha sal gorda y algo de agua. Se necesitan unos 600 gramos.)

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- Pescado DORADO en salsa Vale cualquier pescado limpio cortado en filetes, necesitaremos 3 o 4 filetillos según el hambre, y si lo compraste congelado y limpio pues... menos trabajo. Pica un par de cebollas muy finas y repártelas por encima.

Bate un quesito en porciones con dos cucharadas de mostaza y dos vasos de leche, sazona con pimienta y un poquito de sal y vierte esta salsa sobre el pescado.

Espolvorea con pan rallado y cocínalo en el horno medio durante 20 a 25 minutos.

LOS HIJOS He venido mencionando a los hijos y conviene detenerse en las relaciones que un padre solitario tiene con sus hijos. Dada mi edad mis hijos son ya adultos o sea de veinticinco años para arriba, nada que ver con aquellos que aun son tiernos infantes o adolescentes en ebullición.

La sociedad española ha cambiado mucho en los últimos cien años, y en los últimos cincuenta. En mi generación los hijos se iban de casa en cuanto podían y se casaban tempranito, que tiempos aquellos.... Ahora a los hijos no les sacas de casa ni con agua hirviendo y eso de casarse, si es que lo hacen, queda siempre para mas adelante y se va sustituyendo por otras formas de convivencia. Los padres nos hemos vuelto mucho más permisivos y ellos se encuentran maravillosamente bien en nuestra casa, pocos gastos, calorcillo, la comida hecha, la ropa lavada, y van y vienen cuando quieren. A las madres parece ser que eso de tener a los hijos en casa de por vida les encanta y supongo que a algunos padres también.

Aunque yo si vivo solo, es porque me gusta estar solo. Parece una tontería pero los hijos acompañan poco e incordian mucho y si están contigo, están... no son invisibles. Si piensas como yo, te aconsejo que les ayudes a buscar un empleíto como mínimo a 200 kms de distancia y que te aflojes el bolsillo para que puedan comprar una vivienda, mínimo 12 kms.

Ya sabemos que todos los hijos son buenísimos y encantadores, pero ¿que mayor alegría que verles desarrollar su vida por sus propios medios lejos del nido familiar...?

En todo caso ellos nunca pierden el hilo invisible que les une a sus progenitores y vuelven una y otra vez para ver si estás bien, o para ver si estás. También vienen a darte consejillos porque tienen esa edad en que lo saben hacer todo mejor que el padre....

Cada uno tiene su carácter y su forma de ser que lógicamente no es igual que la tuya.

Yo les quiero mucho y me llevo bien con ellos y ellos conmigo parece que también, nuestras relaciones son cordiales y han mejorado sensiblemente desde que vivimos cada uno en nuestra casa. Ya se sabe que el roce engendra el cariño, pero también que los roces producen chispas en ocasiones.

Para cuando vienen a casa los que viven lejos he pensado en prepararles un libro de visitas como en los hoteles para que firmen al llegar, así sabré cuando están, ya que generalmente sueltan la maleta y se van con sus amigos. Nuestros horarios no suelen ser coincidentes, es una cuestión meramente generacional. Y para los que viven cerca he pensado prepararles una perrera porque siempre vienen con el perro, aunque

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después de todo quizás no sería una buena idea ya que consideran que si el perro no se sienta en mi sillón favorito no soy un padre comprensivo.

Al margen de todo conviene recordar que los padres se separan pero los hijos no. Y también que el afecto que nos dan es bueno contra el estrés.

Aparte de los nuestros hay otros que con el tiempo aparecen son los hijos políticos, yernos y nueras. Con estos la relación empieza a establecerse poco antes de la boda y se desarrolla con el tiempo, si tienes suerte serán buenos chicos, puede que alguno resulte un poco tragaldabas y le guste echarse el salero encima de la comida, tras lo cual imagino que es lo mismo lo que haya debajo con tal que sea abundante, o que resulte un tanto exquisito y no le guste lo que le pones, pero si está bien educado se lo comerá para regocijo del suegro. Lo importante es que te ayuden a subir y bajar los materiales pesados cuando tienes necesidad de ello, lo cual fortalece sus músculos y prueba su capacidad de sacrificio, virtud esta muy necesaria en su nuevo estado. De las nueras ya os hablaré otro día porque siendo mujeres no existe esa complicidad que se suele dar entre el género masculino.

La tolerancia y el equilibrio es la base de una feliz convivencia. Y por supuesto de la salud. Así pues os voy a obsequiar con una síntesis de lo que es el equilibrio alimentario. Averiguar esto me ha llevado tiempo de sesudo estudio y aunque yo no lo practico al cien por cien siempre es una referencia que no conviene perder de vista.

COMER EQUILIBRADAMENTE Una de las cuestiones que debería saber un hombre maduro que ha pasado de las latitas de conserva a los congelados y de ahí a la cocina rápida, es como conseguir que la totalidad de su alimentación forme un conjunto equilibrado.

Se dice que el mejor régimen que se puede seguir es la llamada dieta mediterránea, pero ¿en que consiste...? También se dice y es de sentido común que hay que comer un poco de todo, pero ¿en que cantidades...?

Yo os voy a dar unas pautas para que estéis sanotes y tengáis un tipo envidiable... al menos a mí me ha dado resultado... aunque esto no quiere decir mucho, porque yo ya soy de suyo un tío estupendo...

El 50% de vuestra alimentación deberían ser frutas (plátanos, naranjas, peras, melocotones, mangos, kiwi, limón, etc.), verduras de hoja (lechugas, espinacas, coles, acelgas, escarola, etc.), verduras de yema y fruto (tomates, pimiento, berenjena, calabaza, pepino, etc.), infloraciones (coliflor, brócoli, etc.), raíces (zanahoria, remolacha, nabos, rábanos, etc.) y bulbos (ajo, cebolla, puerro, etc.).

Esto nos aporta fibra, vitaminas y minerales, antioxidantes y cierta protección ante algunas enfermedades. Y de paso nos recuerda aquel libro de bachillerato que hablaba de las plantas (hojas, tallo y raíces, flores y frutos), se llamaba libro de las ciencias naturales. ¿Bonito verdad?

El 30% tubérculos (patata, batata, boniato, etc.), semillas verdes (habas, judías verdes, guisantes, etc.), frutos secos (almendras, avellanas, nueces) y huevos.

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El 10% pescado, sobre todo azul que tiene ácidos grasos poliinsaturados que alimentan el cerebro (atún, sardina, emperador, salmón, lubina, rodaballo,...), también pescado blanco (merluza..) o entre blanco y azul (bacalao...), moluscos (almejas, mejillones, etc.) y crustáceos (langostinos, gambas, cigalas, percebes), o carne (pollo, vaca, cerdo, cordero, caza, etc.).

El 5% cereales (trigo o pan o pasta, arroz y maíz), legumbres (alubias, garbanzos, lentejas), leche (queso, yogur, mantequilla), bebidas fermentadas (vino, cerveza), bollería y dulces.

El otro 5% puede ser cualquier cosa (jamón, angulas, mariscos, insectos, avestruz, chorizo, morcillas, pasteles, pasas, dátiles, café, cacao, te, caramelos, azúcar, vinagre, especias y hierbas aromáticas, miel, etc.), infusiones (romero, tomillo, salvia, camomila, verbena, tila, manzanilla, poleo menta... ) Todo esto debe de ir acompañado de sal, aceite de oliva y agua abundante (que según parece mejora la memoria).

Una persona madura necesita unas 33 Calorías por kilo de peso y día, o sea que es fácil echar la cuenta. Y además caminar una hora por día como mínimo. Es duro, ya lo sé.

Otra forma más técnica de ver la cuestión es esta: Lo que tomamos en forma de alimentos se clasifica de la siguiente manera: HIDRATOS DE CARBONO que son las fuentes de la energía que utilizamos. Está formada por Almidones (o féculas) que son los componentes fundamentales de la dieta del hombre, están presentes en los cereales, las legumbres, las patatas, etc. Son los materiales de reserva energética de los vegetales, que los almacenan en sus tejidos o semillas con objeto de disponer de energía en los momentos críticos como el de la germinación. Azúcares: Se caracterizan por su sabor dulce, están presentes en las frutas (fructosa), leche (lactosa), azúcar blanco (sacarosa), miel (glucosa más fructosa), etc., el cerebro solo utiliza glucosa para su consumo energético.

FIBRA: Está presente en las verduras, frutas, frutos secos, cereales integrales y legumbres enteras. Son moléculas tan complejas y resistentes que no somos capaces de digerirlas y llegan al intestino grueso sin asimilarse, pero facilitan la digestión.

PROTEINAS que son el material de construcción del cuerpo. Las proteínas de origen animal están presentes en huevos, pescados, aves, las carnes y productos lácteos en general. Las de origen vegetal se pueden encontrar abundantemente en los frutos secos, la soja, las legumbres, los champiñones y los cereales completos (con germen).

GRASAS que constituyen la energía de reserva y está en el aceite, los frutos secos, la carne.

VITAMINAS un complemento esencial que lo tienen las frutas y legumbres.

MINERALES que necesitamos en poca cantidad pero son fundamentales y están un poco en todos los alimentos.

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AGUA recuerda que somos agua en un 70%, así que bebe.

Y por fin un último punto de vista que es el más interesante porque además de coincidir con la clasificación básica de los alimentos de acuerdo a sus propiedades nutricionales, coincide aproximadamente con la clasificación que por estanterías hacen los supermercados.

Lo pongo de uno en uno porque de esta forma constituye lo que podríamos llamar la lista de la compra. Podéis sacar una fotocopia y seleccionar sin esfuerzo lo que necesitáis comprar y armados de bolígrafo podéis ir tachando cada cosa a medida que la vayáis echando al carrito.

Ah!... y respondiendo a la pregunta inicial os diré que la dieta mediterránea está basada en mucha verdura de colores varios, fruta variada, mas pescado que carne, aceite de oliva y una buena siesta después de comer.

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Espaguetis, macarrones y pastas en general.

Harina de trigo o maíz.

Sopas deshidratadas.

Lentejas, garbanzos, guisantes, habas, frijoles y alubias, muy ricas en fibras e inhibidoras de proteasas que previenen contra los tumores de mama y colon principalmente.

Arroz, parece proteger de ciertos tipos del cáncer y sustituye bien al pan.

Soja, que contiene genisteína, inhibidor de las proteasas e isoflavonas, ambos protectores frente al cáncer de mama y ovarios. Atentas las mujeres.

GRUPO 2: Hortalizas y frutas Cebolla (que partida en cuatro trozos y puesta en la mesilla de noche despeja los pulmones) y ajo, bases de la cocina española y buenos depuradores del hígado.

Patatas naturales o en copos.

Zanahorias, ricas en betacarotenos, conocido antioxidante. Es el protector de los fumadores por su capacidad para regenerar las células del epitelio respiratorio.

Judías verdes, lechugas varias.

Espinacas, acelgas, puerros, alcachofas, guisantes.

Tomate, rico en licopeno, buen protector frente al cáncer de próstata.

Pimientos verdes o rojos, ricos en betacarotenos y vitamina C, antioxidante y protectores de las mucosas, también contienen capsaicina que bloquea los compuestos precancerosos que aparecen en la carne. Se dice que si son picantes son más efectivos, aunque puede que dejen la garganta y el estómago un poco averiados.

Berenjenas, protege a las células de las mutaciones.

Remolacha roja, contiene betaínas, un potente regenerador celular.

Brócoli, repollo, coliflor, berros y rábano, son un cóctel antitumoral, refuerzan las defensas, eliminan los radicales libres y protegen las células.

Brécol, col rizada, coles de Bruselas, eficaces contra el cancer de ovarios.

Menestra de verdura congelada.

Plátanos, ricos en potasio, excelentes para combatir los calambres.

Fresas, depurativas, ayudan a limpiar el organismo de toxinas, contienen fibra, minerales y vitaminas.

Naranjas, limones y cítricos en general, ricos en vitamina C, son antioxidantes y estimulantes de las células de defensa, además contienen flavonoides, protectores de los capilares sanguíneos que mantienen las membranas permeables y oxigenadas.

Frutas del bosque, las moras, arándanos y grosellas, parece que protegen de la leucemia y neutraliza dicen el daño que produce el tabaco.

Albérchigos, melocotones. Ciruelas.

Mermeladas de cualquier clase de fruta Zumos aunque lo mejor es hacerlos en casa que así no llevarán aditivos.

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Manzanas, sanísimas.

Melón, rico en betacarotenos antioxidantes.

Uvas con piel y pepitas contienen también antioxidantes y resveratrol que mata de hambre al parecer a las células tumorales.

GRUPO 3: Lácteos y sus derivados Leche Yogur, las bacterias beneficiosas que contiene regeneran la flora intestinal y evitan la aparición de productos tóxicos en la digestión.

Flan Natillas Queso GRUPO 4: Carnes, pescados y huevos Carne (pollo, vaca, cerdo, cordero, callos, lengua) Beicon, choped, chorizo, jamón, chuletas de Sajonia, picadillo Calamar, atún, dorada, gula, merluza, gambas, mejillones, surimi, los pescados contienen ácidos grasos Omega 3 son beneficiosos para el corazón y las arterias Huevos GRUPO 5: Grasas y azúcares Mantequilla Aceite de oliva virgen, que protege del cáncer de mama y mantiene flexibles las arterias y puede usarse para dejar suave la piel.

Azúcar Miel, que tiene propiedades antisépticas.

GRUPO 6: Otros productos Magdalenas, bollería, pastas, para los desayunos.

Café y filtros para la cafetera.

Cacao turbo, bombones a ser posible de licor.

Te verde, contiene polifenoles, que anulan los efectos de las nitrosaminas y tiene poderes antioxidantes. Se dice que es un poderoso protector contra las radiaciones ambientales.

Setas chinas de tipo maitake, shiitake y reishi se utilizan en la medicina tradicional china para reforzar el sistema inmune por la presencia de unos compuestos llamados betaglutanos que estimulan la fabricación de interferón natural, un eficaz anticancerígeno. Apenas se conocen en España, aunque también el champiñones hacen un efecto parecido.

Sal iodada.

Salsas preparadas Aceitunas.

Frutos secos: Las nueces, avellanas, almendras, cacahuetes y pipas de girasol son una fuente de vitaminas y minerales como el magnesio, manganeso, selenio y zinc. Con una pequeña cantidad se asegura un buen aporte de antioxidantes.

Congelados (croquetas, empanadillas, lomos merluza, pizza, lasaña, canelones) Algas, son depurativas, ricas en minerales y vitaminas y contienen fibra y refuerzan el sistema inmunológico.

GRUPO 7: Droguería Detergente lavadora y de lavavajillas, limpiacristales.

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Jabón, gel de baño, champú, sales de baño, desodorante.

Cuchillas, after shave.

Alcohol, desengrasantes, quitamanchas.

Papel de cocina, papel de aluminio, papel higiénico, esponja.

Bayetas, betún para los zapatos.

Fregonas.

GRUPO 8: Ferretería y varios Una buena báscula...

Pilas, cuerda, tacos Tiradores de metal, escarpias de rosca....

Accesorios varios para chapuzas caseras.

GRUPO 9: Bebidas Algún aperitivo o amarguillo para abrir el apetito mientras cocinas.

Vino blanco para guisar.

Vino tinto para las arterias.

Cerveza para el cáncer Alguna bebida alcohólica (ron, whisky, coñac, ginebra, vodka) para los catarros.

Cosa-cola por si hay que desatrancar el fregadero.

Tónica para amenizar la ginebra.

Y en algunos casos agua que elimina las toxinas.

No olvidar algún periódico cuyas hojas tienen diversas utilidades, alguna revistilla, algunos crucigramas y un buen libro, que a veces se encuentran baratos.

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Esta lista no pretende ser exhaustiva, pero si bastante completita.

Añadir o modificar al gusto.

Es normal que después de recibir una lección magistral os apetezca cambiar de tercio y para ello nada mejor que hacer una incursión en otros campos que pueden ayudar a quien esté solo a evadirse de la realidad tenaz y persistente.

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LA SENSIBILIDAD Cuando escribo esto es primavera pero aun recuerdo el otoño, una estación preciosa aunque algo melancólica, llena de matices que hay que saber apreciar. Es una estación propicia para la sensibilidad.

Si te das una vuelta por un bosque de hoja caduca como los que hay por mi tierra, la naturaleza te ofrecerá una gama de colores inigualable a la que nadie se puede sustraer, la explosión de belleza que gratuitamente te ofrece penetra en ti y te inunda, por poco receptivo que seas. La mágica sensación de estar rodeado de tanta hermosura, de ser parte de la naturaleza, el sonido de los pasos en el camino sembrado de hojas caídas, el movimiento fugaz de una ardilla, el vuelo de un águila, el descubrimiento de unas setas escondidas, el juego de luces y sombras que refleja el suelo, todo eso que te llena de paz y armonía es sensibilidad. Tú sientes y ves mas allá del entorno inmediato, profundizas en él, percibes diversos planos de la realidad y gozas con ello, aunque quizás no seas demasiado consciente de la agudeza de percepción que se ha despertado en ti, porque sucede de forma automática.

Esta sensibilidad hay que conservarla siempre y buscarla de forma consciente, es un interesarse por lo que ocurre a tu alrededor, por lo que sienten las personas, por la vida que fluye. Es un escuchar interesado, un ver atento; es justo lo contrario de mirarse el ombligo y lo opuesto al egoísmo. Es una manera más intensa de mirar.

Convertir lo cotidiano en algo irrepetible no es tarea fácil, la rutina nos aplasta a todos, los pequeños problemas focalizan nuestra atención y nos obsesionan, haciéndonos perder la sensibilidad. Hacer de la estética, la ética y la poética una actitud vital es un arte. Estoy en ello. Quiero dejar atrás ciertas maneras de actuar y nada mejor para eso que desnudarse de ciertas maneras de pensar y vestirse con un nuevo bagaje de actitudes más atentas a lo que pasa, mas abiertas, más generosas. Y el mejor atavío para este viaje es una sonrisa, un poco de descaro y un mucho de sensibilidad.

Trato de mirar al mundo pasando de lo general, banal y superficial que supone a la postre pasar de largo por todo, aunque dé la impresión de que nos empeñamos mucho en lo que hacemos, a lo particular de cada una de las cosas que constituyen el todo, al detalle, al carácter más íntimo y más profundo de mi entorno y de mi mismo. Esto supone una mayor implicación y un mayor riesgo. He decidido no pasar por la vida como las maletas por las estaciones, es decir, sin enterarme de nada. La vida esta llena de planos y matices, pero es preciso buscarlos y disfrutarlos, y participar de lo insólito y lo sorprendente.

Ahora que es primavera y la vida se muestra en todo su esplendor, no quiero perder esa mirada sensible del otoño y quiero poner la templanza atenta en cada detalle. El crepúsculo rojo, naranja y amarillo, la noche azul profunda plena de estrellas, la luz inigualable del amanecer, los pájaros que pían mientras me afeito, la profundidad verde de la avenida bordeada de árboles, el olor a café, el sol que penetra por las ventanas de mi casa proyectando en el suelo el arabesco de la cortina, la chica esbelta que corre al colegio con la mochila a la espalda, la que pasea impaciente al perro, el emigrante que fuma mientras espera que alguien le contrate, la música que sale de la emisora de radio, todo ello son sensaciones que busco, que sobrepongo unas a otras para percibir la vida en su integridad.

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Esta sensibilidad se extiende también a las personas con las que tenemos contacto. ¿Que sabemos de la gente con la que nos cruzamos cada día a la misma hora en la calle durante años, de nuestros compañeros de trabajo, del vecino de al lado?. ¿Que sabemos de nuestros propios amigos, de nuestros hijos, de nuestros padres?. ¿Sabemos que pasa por su cabeza, que sienten, que piensan, que desean?. Sin embargo constantemente nos están diciendo cosas con sus gestos, con sus palabras... ¿Nos molestamos en escuchar esta otra música o nos limitamos a unas palabras corteses y sin sentido?. Si nadie nos importa nada ¿cómo podemos esperar que importemos a alguien lo mas mínimo?

Mi filosofía puede condensarse en unas pocas palabras. Yo considero que la vida de cada cual es sólo un largo recorrido que va del nacimiento a la muerte. Somos como los peregrinos, caminantes solitarios que de vez en cuando nos cruzamos con alguien, le saludamos, nos detenemos a veces y charlamos un rato con él y luego cada uno sigue su camino o quizás hacemos juntos una parte de él. En ocasiones aquel desconocido pasa a ser un amigo estupendo. A veces surge el cariño, incluso el amor, porque éste -como el azar- llega cuando no lo llamas y generalmente nos sume en la perplejidad y el desatino y... se esfuma como la niebla cuando intentamos retenerlo.

Mi equipaje para este viaje consiste en un poco de ironía, un mucho de buen humor, varias sonrisas, una dosis de tenacidad, otra de pasión, tres cucharadas de autocontrol, dos de paciencia, una pizca de egoísmo, dos de ilusión, regado todo con una salsa de olvido y ternura.

LAS COMPAÑÍAS DE SERVICIOS Uno de los problemas que tiene que afrontar la persona que vive sola y trabaja es el servicio que nos prestan las compañías de “servicios”. Me refiero a las que nos suministran el teléfono, la luz, el gas, servicios que podríamos llamar esenciales; o las que supuestamente nos arreglan la lavadora, la calefacción, el lavaplatos, el televisor, el electricista, el fontanero, etc. Aquí lo mismo da que sean grandes o pequeñas, privadas o no, cuando algo no funciona y tienes necesidad de sus servicios es cuando te enteras de lo que vale un peine. Todas ellas tienen en común que les da lo mismo si tu tienes o no que trabajar para pagarlas, sus trabajadores van cuando les viene bien y si no estás se marchan tan tranquilos dando por zanjado el asunto o la cosa sin arreglar, lo que te obliga a perder uno o varios días de trabajo, esperando en tu casa a que tenga a bien aparecer el operario, mientras meditas sobre la inmortalidad del cangrejo.

A modo de ejemplo os contaré algunas experiencias clarificadoras. Veamos el caso del teléfono fijo, ya sabes ese que llega a tu casa a través de un par de hilitos de cobre. Al volver de un fin de semana fuera de casa me encontré con la desagradable sorpresa de que el aparato había enmudecido, tardé en enterarme unas horas porque lo utilizo poco, pero como también tengo móvil no tardaron en llamarme a él para preguntarme si estaba enfermo o me había pasado algo porque hacia días que no contestaba. Comprobé que no llegaba señal al punto de entrada a mi casa (este punto es una vulgar clavija de conexión llamada crípticamente PTR), esto obviamente significa que la avería está fuera de la casa, es decir en los dominios de la compañía.

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Después de buscar en la guía el número de averías, lo que me llevó algún tiempo ya que no está en la primera pagina como debiera ser, llamé por el móvil.

Me atendió un simpático contestador que después de informarme quieras que no y durante un minuto de los servicios de compañía me obligó a introducir él número del teléfono averiado, a continuación me atendió una amable señorita que después de preguntarme que quería, (imagino que no todos los que llaman a averías tienen realmente una avería, quizá alguno llama simplemente para contar sus enfermedades o para ligar con la telefonista), me pidió él número del teléfono averiado (quizá el que me habían hecho marcar antes era un numero extravagante y precisaban una confirmación para salir de su incredulidad), luego a mi pregunta de que cuando vendrían a arreglarlo me indicó que tenían un margen de 24 horas, me pidió la dirección (de nuevo para confirmar, ya que la ficha y todos mis datos indudablemente los tenía a la vista, aparte de que no tienen la menor duda de la dirección cuando te envían la factura y la publicidad que no has solicitado), la dije que la avería estaba fuera y que para nada necesitaban entrar en mi casa, pero que en todo caso, de venir, lo hicieran por tarde pues por la mañana trabajo, también me pidió un número de contacto (una idea excelente que demuestra que si no tienes móvil difícilmente te arreglaran el fijo), ella diligentemente tomó nota de todo y me dijo que avisaría a averías... (genial, eh....! ... para que luego digan que la vida no tiene chispa).

Efectivamente al día siguiente al llegar a mi casa me encontré en el suelo un papelito en el que decían que habían estado allí a las 11 de la mañana y que como yo no estaba se habían ido sin hacer nada (un detalle del operario para descargar su conciencia y de la compañía para hacer ver que ha cumplido con el plazo de 24 horas) y que si seguía interesado en la reparación llamara de nuevo a averías para fijar día y hora para la próxima cita...

Llamé desde luego y le dije a la niña que me atendió (que era otra lógicamente) lo sucedido insistiendo en que la avería estaba fuera de casa y en que vinieran en su caso por la tarde, también le pregunté que si me iban a descontar de la factura del mes los días sin servicio telefónico, los días sin servicio de acceso a Internet, las llamadas móvil a fijo y que utilidad tenía la cuota de mantenimiento que vengo pagando mensualmente, preguntas todas ellas que quedaron sin respuesta. También llamé a un amigo mío que trabaja en la compañía, porque sé de sobra que por la vía ordinaria no se consigue nada y que hay que tener amigos hasta en el infierno. A pesar de ello y de quedarme toda la tarde en casa por si venia el operario, no apareció nadie, ni sonó el teléfono móvil de contacto. Por fin al siguiente día llegó el enviado de la compañía y arregló la avería que consistía en que en una caja de empalmes de ellos, que estaba abierta, alguien había dejado mis hilos sueltos, olvidándose después de dejarlos como estaban. Penoso, y no es la primera vez.

El caso de la compañía de suministro eléctrico. Un día se fue la luz. Pasada media hora y en vista de que no se restablecía el servicio llamé a averías, costó encontrar este número como ya imaginareis (supongo que las compañías no lo consideran importante quizás porque debido al control de calidad que llevan, “nunca” hay averías...). Aquí no me atendió ni un ordenador ni una señorita, simplemente no me atendió nadie. Pasado un rato volví a insistir de nuevo, nada... Tercer, cuarto, quinto intento, un personaje de muy malos modos me dice que ya lo sabe porque no paran de llamar para decirlo y a mi pregunta de cuando se restablecerá el servicio me

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contesta que cuando se pueda, que tienen mucho trabajo... (de lo que deduzco que el número de averías debe ser enorme...).

Como ya sé lo que pasa, porque no es la primera vez, desenchufé el PC y la calefacción, por si no lo sabes te diré que cuando se restablece el servicio si no hay carga el transformador en vez de 240 voltios te meten 280 y te achicharran unos cuantos aparatos que luego tienes que comprar de nuevo porque ellos no se responsabilizan de nada, demasiado que tienes corriente... Seis horas después vino la luz y tuve que dedicar un buen rato a programar los relojes. Por supuesto ni la más mínima explicación, ni el menor descuento en la factura. Tuve suerte porque apenas se descongeló lo que había en la nevera y no tuve que tirar nada, aunque eso sí tuve que comer como un desesperado durante varios días.

La compañía del gas. Una tarde de domingo empecé a oír por la calle unos extraños resoplidos que fueron aumentando de volumen hasta que ya muy mosqueado me decidí a investigar tan extraño suceso. Su origen estaba en el tubo de ventilación del contador de gas e iba acompañado de un olor a gas bastante aromático. Pensando que podría haber una fuga llamé a averías, una señorita me atendió amable y me puso con el servicio correspondiente, allí me aseguraron que seguramente no tenía importancia y que no me alarmase, que irían enseguida. Estos vinieron al poco rato, después de ver y oír aquello me explicaron que cuando sube la presión en la red debido a escasez de consumo unas válvulas de seguridad se abren y expulsan gas para rebajar la presión, cuando esta baja se cierra la válvula, al volver a subir se abre de nuevo y así sucesivamente. Debido a este proceso se produce una salida intermitente de gas que al salir al exterior por el tubo produce un efecto sonoro similar al que conseguiría no sin esfuerzo un trompetista, pero que el sonido podría anularse colocando una moneda de esas que tienen un agujero en el centro a la salida del tubo. ¿Interesante verdad...? Afortunadamente no me dio por fumar mientras investigaba el origen del suceso.

El caso de los bancos. El negocio básico de un banco es prestar a otros el dinero que nosotros depositamos allí. Podría suponerse que estas empresas nos están agradecidas por dejarles la materia prima sin la cual no podrían trabajar y que a cambio nos darían algo o nos dejarían participar en el negocio. Pero no sólo no es así, sino que nos cobran por hacerles el favor. Para ellos el llamado cliente, que unas veces es quien les presta el dinero y otras el que recibe el préstamo, es como una vaca a la que hay que ordeñar hasta sacarle no ya la leche, sino la sangre. A esto lo llaman comisión, mejor dicho comisiones, ya que sobre la misma cosa pueden tranquilamente cargarte hasta ocho comisiones.

Otra de sus facetas es lo que llaman asesoramiento financiero que consiste en venderte una cosa llamada productos financieros. El rendimiento de estos productos está calculado de tal forma que parece que te dan pero al final si consigues recuperar, bien que devaluado, el capital que pusiste inicialmente puedes darte con un canto en los dientes. Quien sí ha ganado dinero con el producto ha sido el propio banco y la Hacienda Pública. Y si piensas que asesorar es aconsejar vas listo, jamás han acertado si la Bolsa subirá o bajará y si lo saben desde luego no van a ir a contártelo, ¿no crees?.

Por último están los administradores de carteras, estos aparentemente te permitirían despreocuparte de tu dinero (si es que tienes algo, que ya es suponer...), pero si

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hicieres tal cosa comprobarías que si la bolsa baja tu pierdes y si sube no ganas, y que entre el IPC, los impuestos, los gastos y las comisiones han desaparecido los supuestos intereses.

Sorprende así mismo lo fácil que es abrir una cuenta e ingresar dinero y lo difícil que puede llegar a ser sacarlo y no digamos cancelar la cuenta. Te podría contar alguna experiencia personal verdaderamente alucinante, pero imagino que ya tendrás las tuyas propias. Me estoy pensando seriamente guardar lo poco que me queda en una caja de zapatos que no pide comisiones, ni tiene gastos, ni te cobra cada vez que coges o dejas dinero dentro y donde además puedes dejar un botón con la seguridad de que lo encontrarás cuando vuelvas.

El caso de la lavadora. Un día mientras lavaba noté un olor a pescado podrido, como está colocada al lado del cubo de la basura no le di mayor importancia y saqué la basura al contenedor. Dos días después puse la lavadora, cogió agua y jabón y se paró, entonces comprendí que aquel olorcillo provenía del motor que se había quemado. Como la lavadora tenía muchos años y ya le había pasado otras veces algo parecido, eché cuentas y pensé que entre los gastos de desplazamiento, la mano de obra de la reparación, las piezas y el IVA me iba a costar la broma un pastón y que había llegado el momento de jubilarla. Saqué la ropa de la lavadora para que no se pudriese y me fui a la tienda de electrodomésticos, allí elegí una adecuada a mis necesidades y pregunté si el precio incluía el transporte, la colocación y la retirada de la vieja, me dijeron que si y que si además quería la que tenían allí de muestra me la llevarían al día siguiente y además, oh sorpresa, que podría pagarla a la vuelta del verano (verdaderamente asombroso, yo les pregunte si pagándola en el acto me harían un descuento y me dijeron que no, mas asombroso todavía...).

Al día siguiente llegó un individuo solo que a pesar de la carretilla apenas podía manejar el aparato, tuve que ayudarle naturalmente. Desconectó los tubos de la vieja con lo que se salió una buena parte del agua, apenas me dejó retirar la mierda que se acumula debajo del aparato tras varios años de estar en el mismo lugar, colocó la nueva sobre el charco y se dedicó a colocar las tomas, para lo cual dadas las dificultades tuve que echarle una mano y prestarle una llave pues había venido sin herramientas, después de jurar un poco y atender una llamada del móvil diciéndole que se diera prisa, logró conectarla y después de chapotear sobre el agua anunció que se iba. Yo de dije que antes la probase, esto no le gustó nada pero al fin la enchufó, la lavadora hizo un amago de tomar agua tras lo cual la apagó inmediatamente diciendo ya funciona. Nuevo amago de marcharse y nueva cuestión: se deja Ud. la lavadora vieja - ¿y que quiere Ud. que haga con ella? – a mi que me cuenta, yo he quedado con el vendedor que se llevarían la vieja - ¿tiene Ud. el papel? - ¿que papel? - la orden de retirada, sin orden no me la llevo – mire Ud., llamare a la tienda y veremos que dicen – esta bien, me la llevaré pero no tengo ninguna obligación. Así pues se la llevó dejando un chorro de agua por la casa, marcando las rodadas de la carretilla y las suelas de los zapatos y dando tumbos contra los muebles y la puerta que dejó abierta de par en par mientras desaparecía por la esquina.

Después de limpiar todo aquello me puse a leer las instrucciones de funcionamiento.

Puaffff, que locura, un folleto increíble, eso sí en varios idiomas, absolutamente imposible enterarse de nada, mas de veinte programas absolutamente inútiles e incomprensibles. Me decidí a probar el primero, estuvo lavando seis horas, lo puedes creer...?. Debía ser para buzos de cloaca. La siguiente vez opté por uno que

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aparentemente solo servía para pañuelos de señorita sin ensuciar y como me ha ido bien y solo tarda una hora es el único que he usado durante algún tiempo. Al cabo de un par de días observé un charquito cerca de la lavadora y del cubo de la basura, apenas le di importancia, lo recogí y le eché la culpa a la basura. Sin embargo aquello fue a más y venía de debajo de la lavadora nueva, abrí el armario del fregadero donde están las tomas de agua y allí todo estaba lleno de agua. La toma goteaba con persistencia, fui a la tienda donde después de esperar un buen rato me atendió el jefe del vendedor (este debía haberse ido de vacaciones) a quien le expliqué mi problema y le dije que me mandase un montador sin prisa y con herramienta y que la próxima vez que vendieran un electrodoméstico dieran el papelito de la retirada al cliente que no tiene por que saber los entresijos del negocio. Ciertamente vino un operario muy amable que puso bien la toma, cambió la junta y hasta ahora ha ido todo bastante bien, incluso he encontrado un programa de lavado ligeramente mejor que el que usaba y que tarda poco más o menos lo mismo.

El caso del calentador eléctrico. Esto le pasó a una amiga mía, al volver de unas cortas vacaciones encontró la cocina llena de agua, vió que provenía del calentador, dedicó una hora a recoger el agua del suelo y llamó al servicio técnico para que vinieran a arreglarlo (el calentador estaba en garantía), tomaron nota y varios días después apareció un operario de la marca. Después de mirar el aparato y comprobar que no tenía llave de corte cerró la llave general y desmontó la resistencia eléctrica, la puso en el suelo y la conectó a la red eléctrica, tras quemar la parte baja de la nevera y agrietar un ladrillo del suelo le indicó que el calentador estaba estropeado, que el no desmontaba el aparato y que llamase a un fontanero con este fin, mi amiga se quedó tan estupefacta que para cuando quiso reaccionar el técnico ya le había cobrado los gastos de desplazamiento y se había largado. Buscó en la guía un fontanero próximo a su casa quien varios días y muchas llamadas después dijo que iría, aunque no supo decir a que hora. Como mi amiga es ducha en este tipo de asuntos y conoce la técnica del papelito decidió quedarse en casa a esperar al fontanero quien apareció a las 6 de la tarde. Este desmontó el aparato, le explicó que el aparato no podía repararse y que era necesario cambiarlo y que como estaba en garantía debería llamar al servicio técnico para que le trajeran otro. Mientras digería esta información el fontanero ya le había cobrado los gastos de desplazamiento y mano de obra y se había marchado, dejando allí el calentador desmontado.

Ya se sabe que no es muy agradable ducharse con agua fría, así que haciendo de tripas corazón llamó de nuevo al servicio técnico, para que le trajesen el aparato en cuestión. Estos le aseguraron que en cuestión de cuatro días lo tendría en su casa, como así fue, con el único inconveniente de que se lo dejaron en la cocina y tras explicarle que ellos no instalaban los aparatos y que debería llamar a un fontanero y cobrarle los gastos de desplazamiento aunque no el calentador se marcharon rápidamente. Mi amiga volvió a llamar al fontanero quien le dijo que tenía muchísimo trabajo y que tardaría en ir un mes por lo menos. Como la situación era ya desesperada porque aparte de tener que ducharse con agua fría apenas podía comer ya que los dos calentadores ocupaban buena parte de la cocina, ni lavar porque la puerta de la lavadora no podía abrirse decidió echarse a la calle a la caza y captura de un fontanero. Tras una jornada de intensa búsqueda jalonada de estrepitosos fracasos volvió a su casa dispuesta ya a acostarse con el primer fontanero que se pusiese en su camino con la única condición que le colocase aquello, afortunadamente no fue necesario tanto sacrificio porque el fontanero la llamó al día siguiente y la dijo que iría en ese momento porque le había fallado un cliente (creo que desesperado se había

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suicidado). Mi amiga dejó todo lo que estaba haciendo y aunque estaba al otro lado de la ciudad logró llegar a su casa antes que el fontanero quien le colocó el aparato mientras le comentaba las últimas vacaciones que había pasado en Chile pescando truchas y le cobró sus servicios a precio de oro, dejándole el calentador viejo, que al fin, con la ayuda de un vecino, pudo bajar a la calle de donde lo retiraron los servicios de recogida previa llamada.

El caso del televisor que tosía. Una amiga llevaba tiempo notando que su televisor producía de vez en cuando una especie de chasquido. La cosa se fue acentuando y cada vez el sonido se producía con mayor frecuencia. De pronto un día mientras miraba su programa favorito el aparato empieza a desprender el conocido olor a pescado podrido que como ya sabemos indica que los cables se están achicharrando y a continuación la imagen se encoge hasta quedar reducida a una raya azul topacio que poco a poco se transforma en un circulo brillante de variados colores que posteriormente se reduce a un punto brillante que parece querer atravesar el cristal y finalmente se apaga emitiendo un agónico chasquido, es un adiós verdaderamente espectacular. Me llamó para pedirme consejo y yo tras evaluar la situación le aconsejé que comprase uno que estaba de oferta en unos grandes almacenes por 300 euros.

Ella que le había cogido cariño al aparato después de estar varios años conviviendo con él desestimó mi consejo y fue a un taller de reparaciones que hay cerca de su casa, allí la dijeron que le bajase el aparato y que si arreglarlo costaba mas de 150 euros la llamarían para que tomase una decisión al respecto y si decidía no repararlo solo le cobrarían 50 euros por la investigación y en otro caso se lo arreglarían directamente. Al explicarle mi amiga que ella no podía con el aparato le dijeron que si tuvieran que recogerlo le cobrarían 30 euros y otros tantos por llevarlo de nuevo a su casa.

Las cuentas como veis iban cuadrando a la perfección, sin embargo como es un poco cabezota logró que varios días después uno de sus hijos ayudado por un amigo llevara el aparato al taller. La reparación le costó 149 euros y pudo traérselo del taller quince días después con la ayuda del portero a quien tuvo que dar una generosa propina.

Reconozco que está muy satisfecha al ver que su viejo aparato ha resucitado, aunque con los achaques propios de la edad. Hay que aclarar que es muy aficionada a las antigüedades.

El caso del desagüe rebelde. Ya sabéis que, aunque lo hacemos todos, no se deben echar los restos de comida en el fregadero. Este con el tiempo se acaba atascando y entonces empiezan los problemas habituales, por ello es conveniente irle echando periódicamente algún producto para mantenerle más o menos en activo. Si veis que aun cuela pero ya con dificultades no esperéis más y echarle alguno de los siguientes productos: agua hirviendo, bicarbonato, coca cola, lejía, jabón de lavaplatos en polvo, algún desengrasante, sin olvidar el viejo desatascador de goma o el alambre flexible que venden para estos fines. Lo que nunca debéis hacer es tratar de desmontar el sifón o el desagüe especialmente si es de plástico. Una amiga mía que se atrevió a hacerlo comprobó las enormes dificultades que tiene volverlo a montar, acabó rajándolo, intentó pegarlo con toda clase de pegamentos y lo tuvo varios meses atado con un trapo goteando en un barreño hasta que tuvo a bien ir el fontanero, tras comentar que nunca había estado bien colocado, desmontó todo, lo puso nuevo y le cobró un pastón.

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Así podríamos contar infinidad de casos que demuestran bien a las claras la forma en que muchas empresas tratan a esos clientes que las dan de comer. La mayoría de las veces somos clientes a la fuerza porque el monopolio de facto es la norma y si no, una especie de acuerdo tácito entre empresas hace nula la competencia. ¡Que fácil que es llegar a ser cliente, y que difícil dejar de serlo!

EL DÍA QUE TE PONES MALITO Hay días aciagos para el hombre que vive solo y uno de ellos es cuando te pones malito y esto, con un régimen alimenticio no demasiado bueno, ocurre a veces. Yo tengo aparentemente buena salud, pero en una ocasión cogí eso que se llama entero colitis y que te obliga a estar sentado todo el día en la taza del water. En estas ocasiones es cuando te sientes verdaderamente solo.

Piensas, esto se pasará, jejeje... ¡pobre iluso!. Después de aguantar varios días no me quedó mas remedio que ir al médico quien me recetó unas pastillitas y me dijo que tomase dieta blanda. Lógicamente yo no tenía ni idea de lo que era eso, pero el médico ya se ocupó de ilustrarme al respecto y resultó que era justamente lo contrario de lo que venía comiendo.

Es de justicia que os informe a mi vez a vosotros para que al igual que yo os paséis la tarde metidos en la cocina en condiciones de cierta precariedad preparando lo que os aliviará o al menos no empeorará la situación.

Os comunico también que mientras dura la enfermedad y debido a la desgana que te entra, a la fiebre y al dolorcillo de cabeza se acumula un montón de platos y vasos, una pila de ropa sucia y multitud de asuntillos van quedando sin hacer. Así que al resucitar veréis que alegría...

Como imagino que esta no será la única enfermedad que cogeré mientras escribo este libro ya os iré ilustrando de los síntomas y los remedios

LA DIETA BLANDA Al principio si uno no tolera nada hay una cosa que al cuerpo le viene bien pero a vosotros os sabrá fatal que tiene el delicioso nombre de limonada alcalina y consiste en un litro de agua mineral con el zumo de dos limones, una pizca de sal y otra de bicarbonato; se le puede añadir una cucharadita de azúcar para disimular.

Hay que beber mucho para no deshidratarse así que cuando lo anterior os haya puesto algo mejor el estomago podéis tomar zumos azucarados o un brebaje llamado agua de manzanilla con azúcar. Nada de leche.

Cuando empieces a tener apetito puedes tomar en pequeñas cantidades y varias veces al día, arroz cocido (nada de la recetilla que ya leísteis en su momento),

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zanahoria cruda (estilo conejo) o cocida, jamón de york, huevo duro, pescado cocido, carne cocida, plátano, membrillo y yogur.

Luego poquito a poco vais añadiendo la dieta habitual dejando para lo último la leche y sus derivados. Ni que decir tiene que para obtener los sabrosísimos componentes de la dieta que os acabo de explicar os tendréis que meter en la cocina y usar todos los fuegos a la vez, aprovechando los momentos que os dejen libres esos dolores difusos llamados retorcijones. Y eso suponiendo que antes no os hayáis visto obligados a hacer al supermercado la visita más rápida de vuestra vida.

Consolaros pensando que la flor de la manzanilla sirve también para ir arrancándole pétalos mientras decís aquello de: me quiere, no me quiere...

EL DIA QUE TE MANDAN A LA UCSI A los organismos oficiales (extraños organismos sin cuerpo que se reproducen como hongos...) les gustan cada vez más las siglas. Una nueva que aprendí el otro día es UCSI que significa (no os rompáis la cabeza) unidad de cirugía sin internamiento y que sólo quiere decir que te mandan a casa después de operarte, al margen de que sea cirugía mayor o menor, extraña diferencia propia de la jerga médica. Las siglas tienen la ventaja de producir ese oscurantismo que tanto les gusta a los políticos y que se va extendiendo como la pólvora por todas las instancias más o menos oficiales. Es la pedantería oficial que separa a los “entendidos” del pueblo llano.

El caso es que hace cosa de año y medio fui a dermatología a ver si me quitaban un quiste de esos de grasa que no tienen ninguna gravedad pero que acaban molestándote, aparte de lo antiestéticos que resultan. Tardaron en llamarme un año, ya comprendo que hay operaciones infinitamente mas graves, así que estas cosillas son para ratos perdidos. Sin embargo cuando fui me dijeron que ya no hacían estas intervenciones en la consulta como antes y que tenia que pedir hora de nuevo. Lo hice y me llamaron por teléfono al cabo de cinco meses preguntándome si me venia bien al día siguiente, yo les dije que si, pensando que caso contrario tendría que esperar otros cinco meses.

La cosa resultó bastante divertida, veréis el quiste yo lo tenia en la cara e iba para una cosilla de 10 minutos, pero después de esperar dos horas en una sala de eso me hicieron desnudarme completamente, vestirme con una bata verde de las que se atan por la espalda a la altura del cuello y vas enseñando el culo a todo el personal, unas chanclas de papel verde y un gorrito de lo mismo, verde también todo a juego y me llevaron en silla de ruedas al quirófano. Cuando le comenté a la empujadora de carritos - ¿que será cuando tenga algo grave? - me explicó que lo hacen con todos, debe ser cosa de la asepsia. Tranquilizado con esa respuesta y después de un largo paseo por los pasillos del hospital me aparcaron en la entrada del quirófano.

Luego la cirujana se ha asombrado mucho cuando le he dicho que llevaba año y medio esperando y que como he adelgazado diez kilos igual el grano había desaparecido... Mientras oíamos música ambiental ha estado meditando como ponerme en la mesa de operaciones para estar ella cómoda y que su ayudanta pudiera ver bien la cosa.

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Mientras la enfermera me ha hecho cuatro agujeritos (dos y dos), preciosos estilo vampiro, en la muñeca para ponerme una vía no sé muy bien para qué y me ha tapado con 4 o 5 trapos verdes. Por cierto que la de la vía ha comentado que conmigo daba gusto, se ve que ha podido elegir entre varias venas a placer, digo yo que será por que están en azul y resaltan sobre el fondo rojo de la piel... para mí que se me veían todas las ramificaciones del alma. Estoy casi seguro que me llamarán como voluntario para que los futuras médicos practiquen lo del "chute" porque se ve que soy facilón.

Una vez colocado a gusto del personal y mientras me ponían cerca del cuello la anestesia, la cirujana jefe le ha estado explicando a la cirujana aprendiza lo que iba a hacer y cómo. Al ratito mientras comentaba lo sola que está en la consulta, me ha metido el cuchillo y después de abrirme en canal y preguntarme si me dolía, a lo que yo le he respondido que me sentía muy a gusto, me ha quitado el quiste. Luego les ha estado explicando que el corte lo había hecho siguiendo una arruguita para que no se notase, un detallazo que le agradecí, y después los tipos de puntada que iba a utilizar para coserme. Todas han alabado su buen gusto y su maestría y han comentado que iba a quedar estupendamente. Yo pensé decirle que me estirase un poco el pellejo, ya que estaba en faena, pero me he callado para no distraerlas.

Así que después de esto y de enseñarle otro granito que tenia en el culo, aprovechando que estaba desnudo, y que según han corroborado todas era un fibroma sin importancia y decirme que vaya al médico para que me quite los puntos y le diga que estoy flaco, me han vuelto a poner en el transporte, me he vestido y me he venido a casa. Supongo que habrán hecho graciosos comentarios. Ahora tengo media cara llena de esparadrapos y vendas que me quitaré mañana y como estoy todo pintado de amarillo por debajo, me quedará un color precioso. Y como estoy delgadito quedaré como una modelo cotizada porque era casi la única grasa que me quedaba en el cuerpo...

Como cambian las cosas, desde que entré en la UCSI hasta que salí todo eran mujeres, las de admisión, la empujadora de carritos, las cirujanas, las enfermeras... y todas jovencísimas, la cirujano tenía unos ojos azules preciosos. La última vez que fui sólo eran mujeres algunas enfermeras y estaban entraditas en años y tenían una mala leche que ni te cuento.

LAS OTRAS MEDICINAS Hablando de medicinas no vendría mal que diéramos un repaso a las medicinas del alma. Todos nosotros tendemos a defendernos o protegernos del mundo exterior colocándonos una coraza. Tratamos así de que la gente no conozca como somos en realidad, es decir que no conozca nuestras debilidades. De esta manera cerramos nuestra alma y nos aislamos de intromisiones que nos puedan causar dolor apartándonos de cualquier riesgo. Así nuestra vida será más tranquila pero menos apasionante y ya se sabe que el que no se arriesga no cruza la mar.

Hay distintos tipos de coraza, máscara o caparazón que se manifiestan en la imagen que nos esforzamos en dar al mundo exterior de nosotros mismos. La coraza puede ser gruesa como la de la tortuga de las Galápagos o disuasoria como la del

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puercoespín, pero como es de sobra sabido ambos bichos pueden acabar en la cazuela.

Las corazas de tanto usarlas acaban convirtiéndose en un corsé que anula finalmente la personalidad del portador de la misma, siendo con el tiempo imposible distinguir lo uno de lo otro.

Veamos algunos tipos: Está, por ejemplo, la coraza parlanchina. Suele ser frecuente aunque no exclusiva de las mujeres y consiste en mantener una charla insustancial pero continua que impide al oponente abrir la boca como no sea para decir si, bueno, bien, vale, claro que te escucho... Se da también bastante en las tertulias televisivas y radiofónicas, aquí con la variante de ir subiendo el tono de voz cuando el contrario quiere intervenir para que no tenga ocasión de manifestar su opinión o con la de no dejarle terminar la frase o hablar a la vez que él, para que no se entienda lo que dice ninguno de los dos. De esta manera se evita que nos puedan preguntar algo que transforme el monólogo en diálogo o tener que oír esas cosas que no gusta escuchar.

Luego está la coraza risueña. Consiste en tratar de que la conversación resulte graciosa y se acompaña de frecuentes risas y chistes con lo que el interlocutor se ve impedido de plantear asuntos serios que parecerían fuera de lugar en un ambiente tan festivo. Así aunque la conversación puede resultar interesante y entretenida se mantiene siempre dentro de un nivel superficial y poco comprometido.

La coraza exagerada, es el típico yo más y mejor... Si hablas de coches el suyo es mas grande y mas veloz y además te suelta una conferencia sobre todos los modelos del mercado; si hablas de cocina el guisa mejor y te cuenta la receta que hizo antes de ayer con pelos y señales; si quieres quedar está ocupadísimo; si el tema es de dinero le sale por las orejas; si de cultura no hay cosa de la que no opine con suficiencia aplastante, etc. De esta manera el adversario acaba desistiendo de plantear ninguna cuestión, que es realmente lo que se pretende.

La coraza deportiva, muy propia de los hombres, consiste en tener un monotema de conversación que no les involucra personalmente, generalmente el fútbol, pero también los toros, las mujeres, la política, la moda, los cotilleos, etc, al que se lleva cualquier otro tema que se pueda plantear aunque sea cogido por los pelos. De esta forma no se da opción a que nadie nos plantee cuestiones personales y por lo tanto potencialmente peligrosas.

La coraza seria, muy típica de las personas que se esconden en su profesión y sólo quieren hablar de su trabajo, fuera del cual no hay conversación posible. En ella ensalzan sus virtudes y habilidades contándote con todo detalle el último pleito en que ha intervenido con éxito, la mejor forma de construir un forjado autoportante o como se debería resolver la última crisis del gobierno. Y paralelamente lo mal que lo hacen los demás. Esta gente se tiene a si misma por altamente eficiente y a los demás por inútiles absolutos.

La coraza lastimera, propia de algunos funcionarios que se pasan las horas fuera de su puesto de trabajo, a veces en el bar, contando al que quiera escucharle, generalmente un político, que su jefe no le da trabajo pero que el está dispuestísimo y que se siente muy deprimido por esta desgracia tan grande. No suele contar que su jefe se pregunta donde diablos se mete el tío en cuestión, a ver si alguna vez puede

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contar con él para algo, y pensando que por otro lado es casi mejor que este milagro no ocurra, porque el individuo es incapaz de hacer algo bien por si mismo, como no sea dar pena a los incautos.

La coraza prepotente del tipo que se cree mas listo que nadie y aprovecha cualquier ocasión venga o no a cuento para explicarte por qué es el tan listo y tu tan tonto, y que por supuesto pone pies en polvorosa en cuanto le plantas cara o le dices que te invite a un café, ya que suele tener un perfil tacaño.

La coraza veloz consistente en un movimiento constante con continuos y rápidos intercambios de frases con todo el que pasa por las cercanías aunque sea el cartero, así se consigue una conversación incoherente, lo cual constituye una táctica evasiva tendente a cansar al interlocutor para que desaparezca y que hoy en día se refuerza gracias al teléfono inalámbrico que permite dejarte con la palabra en la boca.

La coraza tísica del que cuenta con enorme delectación todas las enfermedades que le aquejan, las que está a punto de tener, las que tienen sus conocidos, los dolorcillos invalidantes que les impiden llevar una vida normal, como por ejemplo un escozor que sienten en el tobillo, las píldoras que toman e incluso el número de veces que van a cierto sitio y los centímetros cúbicos que miccionan en cada ocasión.

La coraza de la vejez prematura que tienen las personas que van al encuentro de los años y que se manifiesta en la manera de vestir, el corte de pelo, los temas de conversación y en general una adaptación por adelantado a los años que aun están lejos de tener, y que se puede resumir en esa frase: “Ya verás cuando tengas mi edad...” Ante esto no queda mas remedio que darle un poco de consuelo y tomar un vaso de agua que es lo único que bebe aunque con moderación.

Hay muchísimas más naturalmente, pero creo que con esta pequeña muestra podréis reconocer sin esfuerzo a mucha de la gente que nos rodea.

Que buena cosa sería que cada uno de nosotros dejase colgada en el perchero estas inútiles corazas y se mostrase a si mismo y a los demás tal cual es, en un ejercicio de humildad muy beneficioso. Pero esto requiere un proceso de peregrinaje interior y de encuentro consigo mismo que no está al alcance de la mayoría, en cierto modo similar al que se produce cuando uno recorre a pie el Camino de Santiago, ruta que recomiendo encarecidamente a todos mis lectores.

A falta de este camino espiritual que a veces uno no está en condiciones de hacer con su único esfuerzo, cabe tomar la medicina de la ironía que pasa por ser uno capaz de reírse de si mismo al menos dos veces al día.

LAS PLANTAS En la mayor parte de las casas hay plantas y en la de un hombre solo también las hay.

Todas necesitan cuidados aunque sean de trapo, de plástico o bien un cesto de flores secas. A las auténticas hay que regarlas al menos una vez a la semana y de vez en cuando abonarlas. A las otras hay que quitarles el polvo de tarde en tarde. Y si fueran de exterior no os fiéis demasiado de la colaboración de la naturaleza porque pueden

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perecer ahogadas o lo que es mas frecuente de sed. De entre las muchísimas variedades de plantas hay unas que me interesan especialmente y son como os podéis imaginar las plantas aromáticas, especialmente las que se utilizan en la cocina.

A los que dispongan de jardín les recomiendo plantar un jazmín, unas matas de lavanda, otras de menta, un poquito de tomillo y una macetita de perejil.

Los demás deberán buscar una estantería que suele haber en los supermercados llena de frasquitos de cristal con nombres maravillosos y aprovisionarse a placer. Su contenido sabiamente mezclado dará un sabor nuevo a cualquier comida, lo que en la muchas veces insípida comida del cocinero solitario es muy de agradecer.

Las plantas más habituales para este fin son: Anís, Albahaca, Jengibre, Menta, Orégano, Perejil, Salvia, Tomillo, Laurel, Azafrán, Romero. Regaliz y Eneldo.

Otros condimentos vegetales imprescindibles son el ajo, la pimienta, la mostaza, el pimentón, el clavo, piñones, curry, etc. y para ligar todo ello el maravilloso y aromático aceite de oliva virgen y el vinagre de Módena.

Se pueden añadir a la mayoría de las comidas y en prácticamente todas las salsas, bien solas o mas frecuentemente mezcladas entre si, formando pequeños cócteles vegetales al gusto personal de cada cual, y en cantidad indeterminada pero nunca excesiva.

A título orientativo os diré con que tipos de comidas las suelo utilizar yo, aunque os aconsejo una experimentación personal. Es un poco mágico abrir los frasquitos y espolvorear unos poquitos polvos exóticos sobre aquello que vamos a catar. Añade sensualidad a la gastronomía, una mezcla deliciosa. Y es cómodo y sencillo.

Ajo: Imprescindible en cualquier guiso junto con la cebolla. Y frito con guindilla picante esencial para cualquier cosa al ajillo (gambas, angulas...)

Albahaca: Va de maravilla con las pastas, ensaladas, tomate, berenjenas y calabacín Azafrán: Imprescindible con las paellas y parece que estimulante.

Canela: Un acabado ideal para las natillas, y supuestamente afrodisíaco Cebolla: Ver lo dicho para el ajo, es la base imprescindible de cualquier guisote de esos que nos gustan tanto. Y simplemente frita es un acompañamiento ideal para muchos platos.

Clavo: (De olor, ¡eh! , ni se os ocurra comprarlo en la ferretería). Va bien para la carne asada y tiene un efecto antiséptico que mejora la conservación.

Comino: Da un delicioso gusto a las legumbres y a ciertas salsas.

Curry: Es una mezcla de especias que va bien para muchos platos (vinagretas, sopas, arroces, asados, estofados y salsas).

Eneldo: Le va bien al pescado y a las lentejas, y reduce los gases de la digestión.

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Estragón: Da un nuevo gusto a la vinagreta y anima las ensaladas, los huevos y el pollo.

Guindilla o Cayena: Imprescindible para las angulas (o gulas, si el dinero escasea) Hierbas de Provenza: Ideal para los filetes fritos.

Hinojo: Perfecto para el pescado, las sopas y cómo no las ensaladas.

Laurel: Para guisos de carne, sobre todo de sabor fuerte como la caza y también para las legumbres, en general van bien con todo aquello que necesita mucho tiempo de cocción.

Lavanda o espliego: Ideal para ponerla en el agua de la bañera junto con un puñadito de sales y para aromatizar suavemente los armarios de la ropa.

Menta: Un estupendo adorno para ciertos cócteles, ensaladas, sopas, salsas y potajes. En algunos sitios se utiliza para asados de cordero ya que suaviza su sabor.

También se le asocian propiedades afrodisíacas.

Mostaza: Da sabor a carnes, pescados y aves fritas o cocidas, sobre todo si son del día anterior y se han quedado resecas y poco apetitosas.

Nuez moscada: Ideal para puré de patata, salsas de cebolla, salsa bechamel, verduras o postres.

Orégano: Se espolvorea en las pizzas y mezclado con zumo de limón y aceite de oliva se puede usar como condimento de una ensalada o para regar un asado de carne mientras está en el horno.

Perejil: Es muy popular y se puede poner en casi todas las salsas como condimento o como adorno. Una salsa muy característica es la picada que se hace en un mortero, machacando ajo, perejil, pan tostado, almendras y algo de caldo o vino.

Pimienta: Para ponerle picantillo a la vida.

Pimentón: Aparte de dar color, excita el paladar y da vida a muchos platos.

Romero: Da un sabor campero a las carnes asadas, cordero, caza y pescado.

Salvia: Se usa con salsas de carne, ave y caza Tomillo: Para la caza, la carne de ave y las carnes a la parrilla.

Trufa: Un hongo carísimo de excelente sabor capaz de aromatizar cualquier plato y dejarte a ti como el mejor cocinero del mundo.

Vainilla: Ideal para aromatizar un helado o un batido.

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Las especias y hierbas aromáticas transforman una gastronomía de subsistencia en un arte, dando un sentido trascendente a la acción de cocinar. No hay plato que no tenga un alma escondida y sacarla fuera es un reto gratificante. Igual que el sexo se convierte en erotismo por el arte civilizador, comer se transforma en gastronomía por la búsqueda del placer.

Hagamos un esfuerzo para elevarnos sobre las miserias de la vida haciendo arte a partir de la necesidad y sentiremos el gozo escondido que hace de las pequeñas cosas grandes cosas y eleva nuestra percepción de la vida por encima de la inmediata vulgaridad.

Aunque he mencionado las supuestas propiedades afrodisíacas de algunas plantas no hay ninguna que lo sea. El mejor afrodisíaco conocido es cocinar en compañía, comer en un ambiente romántico, disfrutar de una bonita conversación, beber en una copa transparente y así amar resultará el postre más exquisito.

El erotismo y la gastronomía caminan siempre de la mano, raro es el encuentro amoroso en que en algún momento no haya un mantel de por medio, ya sea al principio, en medio o al final. Supongo que cuando alcanzan la categoría de lujuria y gula debe ser el no va mas... porque añaden a la elegancia del arte el morbillo del pecado. Son dos pecados estupendos de esos que nos hacen disfrutar, no como otros.

LAS FIESTAS DEL BARRIO Este fin de semana el barrio festeja su patrona. Se supone que todos lo vamos a pasar divinamente y las autoridades hacen todo lo posible para que así sea y los vecinos se olviden de los impuestos que pagan. Con este fin cortan las calles para que los barraqueros puedan montar sus negocios sin impuestos, llenar las calles de cables de luz gratuita que toman de las cajas de la compañía eléctrica que no suele aparecer por allí colaborando de esta manera a la fiesta y poner sus megafonías de 130 decibelios con los graves bien acentuados.

Si bien la noche anterior ya los feriantes han iniciado la juerga dando caña hasta las tres de la madrugada, la verdadera fiesta comienza a las 7 de la mañana con el disparo de petardos debajo de las ventanas de los vecinos que celebran alborozados tan musical despertar y obsequian a los artificieros con una propinilla para que no les vuelen los cristales de las casas.

Continua sobre las 9, cuando ya hemos cogido de nuevo el sueño, con un pasacalles que da la banda de música del barrio compuesta toda por aficionados que tocan con entusiasmo el bombo y obtienen melodiosos sonidos de una vieja trompeta que el barrio guarda celosamente junto a la imagen de la virgen negra y que está sobre poco mas o menos de idéntico color. A estos se les suele dar otra propinilla para evitar que te machaquen los oídos y quemen el timbre de la casa además de la paciencia.

Tras un ligero descanso para que se acicale el personal amenizado con petardos y cohetes cada cinco minutos aproximadamente que sobresaltan a las galletas del

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desayuno y ya concienciados todos de que la cosa va en serio y que la juerga está garantizada nos lanzamos a la calle para ver o participar en la procesión.

La procesión va precedida por un grupo de danzas regionales formado por chicas y chicos de todas las edades ataviados con lo que podría ser el traje regional, que bailan al son de la banda del pasacalles y que hacen las delicias de sus padres. Les sigue el presidente de la asociación de vecinos que espera del concejal que le acompaña, y que es la primera vez que pone los pies en el barrio, el milagro de que por una vez asfalten las calles de la zona. Detrás va el cura vestido de ceremonial y seguido de la virgen portada en andas por los jóvenes cuya colaboración ha sido convenida mediante una mezcla de propinas, concesiones y amenazas de que su participación es imprescindible. Por último cierran el desfile las reinas de las fiestas acompañas de las damas de honor, seguidas de las mujeres de la congregación del perpetuo socorro.

Tras recorrer la calle principal, organizando un colapso circulatorio de muy padre y señor mío a fin de participen en la fiesta todos los automovilistas que pasan por allí, se llega a la iglesia. Efectuados los saludos de rigor entre los vecinos para fomentar la convivencia, las autoridades, los viejos, las mujeres y los niños se acomodan como pueden en los bancos y se celebra misa mayor amenizada por el coro local, mientras los hombres que no han podido entrar en la iglesia, según dicen ellos por su escasa capacidad, que son la mayoría, se quedan en la calle fumando y comentando lo elegantes que van las vecinas y el partido de la tarde anterior.

Terminada la ceremonia se sirve el llamado vino español, que consiste en unos canapés, unos pinchos de morro de cerdo, aceitunas, frutos secos y numerosas tortillas de patatas, que desaparecen en un segundo, regadas con unas botellas de clarete de la tierra, que algún desaprensivo se lleva a su casa ocultándola debajo de la chaqueta. Todo ello subvencionado por el ayuntamiento. El concejal toma la palabra para excusar la presencia del alcalde y ensalzar el esfuerzo municipal en la mejora del barrio, prometiendo que para el próximo año van a dejar el barrio como nunca ha estado, cosa de la que nadie duda. Tras felicitar afectuosamente las fiestas a los asistentes y tomar un par de gambas y un poco del jamón que suele haber en la mesa presidencial, sale feliz saludando a todos los que se interponen en su camino y dando algún que otro pescozón a los niños que tiene mas a mano camino de las fiestas de otro barrio. Y es que el trabajo se les acumula, ya se sabe lo que es la cosa pública.

Por la tarde se organiza habitualmente un concurso de dibujo infantil y varias partidas de cartas, aunque excepcionalmente y cada cinco años se juega un partido de fútbol entre casados y solteros.

Ya a eso de las 6 de la tarde los barraqueros ponen su música a toda potencia que no quitarán hasta las cinco de la madrugada para que nadie se quede sin saber que están ahí dispuestos a cobrar a los padres todo lo posible por montar a los niños en el tiovivo, a los adolescentes en el pulpo y a los jovencitos en los autos de choque.

A la misma hora algún grupo musical contratado al efecto inicia su actuación que se superpone a la música cutre de los feriantes tocando esas viejas y tranquilas piezas que tanto gustan a los talluditos que se ponen tibios a bailar pasodobles. Por fin a las 12 de la noche se inicia la gran verbena con música mas animada para los padres hasta que llega el descanso a las 2 de la madrugada, tras el cual y una vez que los mayores se han ido a su casa felices y contentos, amenizan a los que quedan con

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piezas mucho mas modernas y estridentes que hacen las delicias de la juventud.

Finalmente se puede participar en la gran chocolatada que pone fin al día grande.

Tanto esfuerzo por parte de todos se ve recompensado con alguna farola rota, alguna borrachera sin importancia, un par de coches rayados y el arreglo de una acera.

Mantenidas de esta forma las tradiciones los vecinos podrán ya dormir razonablemente bien hasta el próximo año.

No se si me nota lo que me gustan las llamadas fiestas populares...

LA CASQUERÍA No me resisto hoy a hablar de un tipo de productos que la gente suele mirar con cierta prevención que no tiene causa justificada. Están formados por los algunos órganos internos de los animales, no todos, y si bien no son productos para consumirlos todos los días si que de vez en cuando, con su sabor peculiar nos ayudan a diversificar nuestro sentido del gusto además de tener un alto valor nutritivo. Yendo de arriba a abajo tenemos los sesos de cordero, la lengua de ternera, los morros de cerdo, la careta, el hígado, los riñones, las mollejas llamadas mollejitas, los intestinos llamados callos, la sangre llamada sangrecilla, los testículos llamados criadillas, las patas llamadas manitas y el tuétano de los huesos.

A alguno de estos productos principalmente los procedentes del sistema nervioso se les ha achacado la producción de enfermedades, básicamente la Encefalopatía Bovina Espongiforme (esto es un alarde cultural), aunque el origen está como se sabe en la alimentación del ganado con piensos inadecuados que han transformado a los herbívoros en carnívoros. El por qué de esta extraña trasformación se debe a que si los piensos son naturales el ganado para ser vendido necesita 4 años y si se usan piensos de origen animal basta con 2 años, y ya se sabe que el negocio es el negocio caiga quien caiga.

Las consecuencias de esta enfermedad del ganado llamado popularmente de las vacas locas es que ya no se venden ni sesos de bovino, ni huesos con tuétano e incluso las mollejas se encuentran con dificultades.

Del resto hay unos platos, unos más tradicionales que otros, que son una delicia y fáciles de hacer. Veamos algunas recetas.

- Callos a la madrileña Los venden congelados ya preparados para calentar y comer y salen bastante buenos, sin embargo, aunque lleva mucho tiempo, merece la pena hacerlos alguna vez en casa con todos los ingredientes que debería llevar. Además de los callos la receta lleva morro, manitas, chorizo, etc - Lengua rebozada Se cuece una lengua durante hora y media con una hoja de laurel, este tiempo se puede reducir si se usa la olla exprés. Se corta en lonchas y se le quita la piel exterior igual que se haría con un embutido. Se reboza en harina y huevo y se fríe.

Sencillísimo y buenísimo.

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- Sesos rebozados Por si alguno quiere arriesgarse. Previo lavado se dejan los sesos (de cordero) en un bol en remojo para que suelten la sangre coagulada durante unos 20 minutos con un buen chorro de vinagre y agua bien fría.

Después de esto se lavan con cuidado, para que no se desmoronen, debajo del chorro de agua y se quitan todos los restos de sangre y la telilla. Una vez limpios se colocan en una cazuela con una cebolla claveteada con clavo (20 clavos), una zanahoria, una rama de apio, un puerro y una hoja de laurel, cociendo todo a fuego moderado durante 20 minutos.

Escurrir y cubrir con un paño de cocina y conservar en frío. Inmediatamente antes de comer rebozar con harina y huevo y freír.

Mencionaré de pasada las mollejitas fritas, los riñones al jerez, la sangrecilla y el hígado fritos o encebollados, las criadillas, patés y otras preparaciones muy complejas, pero estos platos son para comerlos en un restaurante o en una tasca y cuando están bien logrados son “bocato di cardinali”.

LA ARAÑA Tengo en casa una araña que vive en el aseo. Es una araña muy prudente y se ha situado entre el lavabo y la pared, en la parte de abajo, muy cerca del suelo. Es una araña pequeñita y apenas se la ve. Su tela es tan absolutamente transparente que ni siquiera con las gafas he podido verla, parece que está suspendida en el vacío. Quizá levita y resulta que es una araña mística.

Al volver a verla después de algunas semanas me he dado cuenta que ha crecido un poquitín. No se como puede sobrevivir, te aseguro que mi lavabo esta limpísimo y nunca entra una mosca, además una mosca sería mas grande que ella.

Ya sé que es costumbre matar a las arañas y quitar sus telas, pero es tan discreta que me da no se qué. He decidido darle una oportunidad y conocerla mas, es algo tan femenino, no se mueve de su rincón, no pide nada y no necesita tarjeta de crédito.

He estado meditando sobre su vida, todo el día sola, sin hablar con nadie, sólo esperando. Podría hablar con ella al llegar de la oficina, preguntarle cosas: "Hola Araña, ¿que tal estas?, yo estoy bien. ¿Cómo haces para no salir y comer todos los días?. Hoy hace un frío espantoso, ¿Que tal has pasado la mañana?”. Las conversaciones con ella, mientras hago pis al llegar del trabajo, podrían ser una fuente de inspiración.

Sin duda además de barriga tiene cerebro, ¿que pensará?. Estoy seguro que me conoce porque soy el único habitante de la casa aparte de ella y para mí que me mira de reojo y con un poco de suspicacia. No se que mirará porque no conozco como funcionan los ojos de las arañas, pero por si acaso yo la desafío mirándole las piernas a ver si se pone ocho veces mas nerviosa que una mujer. La he dejado la puerta entornada para que la entre un poco de luz, un pequeño detalle, y es que me parece que la estoy cogiendo cariño.

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EL HOMBRE CARNÍVORO Al mirar a la araña he recordado que soy esencialmente carnívoro y no es que haya pensado comérmela, que no tendría ni para un diente, sino que aparte de los filetes fritos he ido aprendiendo a hacer otras cosas. Ya os expliqué mi éxito con las albóndigas y ahora os contaré otras formas de comer la carne que al día de hoy domino con una gran soltura...

- Carne estofada (llamada vulgarmente guisote de carne) Poner aceite y pochar en la olla, tapada con una tapa de esas que tienen agujeros, un par de cebollas bien picadas y mientras limpias y troceas dos zanahorias, medio pimiento rojo, una cabeza de ajo pelado que vas añadiendo a la olla. Cuando esté casi listo añades un botecillo de guisantes. A la vez en una sartén aparte sofreír medio Kg. de carne troceada e irla añadiendo a la olla. Añadir perejil seco, laurel, sal, vino blanco y un poquito de agua sin llegar a cubrir la carne y una cucharada de harina para espesar la salsa. Tapar la olla y dejarlo 20 o 30 minutos dependiendo de la dureza de la carne y ya veremos si te sale tan bien como a mí... (si está dura añadir otro poco de agua y dejarlo 10 minutos mas).

Estofar como habréis comprendido significa cocinar poniendo todos los ingredientes juntos en una olla tapada para que se mezclen bien los sabores.

Mientras hacéis este guisote os recomiendo que escuchéis una pieza de Boccherini, la nº 6 opus 30 llamada “La música notturna delle strade di Madrid” o para los menos versados en italiano “Los españoles se divierten” o para los cinéfilos la música de la película Master and Commander, si esto no os pone las papilas gustativas a punto de caramelo es que estáis en franca decadencia.

- Filetes varios Es la parte musculosa del animal partida en rebanadas. Esto si que es una comida socorrida y rápida, y es sin duda la que yo hago mas a menudo porque en cuatro minutos está lista para comer. Los que yo frío mas habitualmente son de vaca y cerdo y los distingo porque lo suele poner en la etiqueta al lado del precio, pero los hay de otros bichos, incluído uno que debe ser hembra y que no sé como será cuando esté vivo que se llama hamburguesa. Dentro de ellos los hay de distintas partes del animal que se distinguen unos de otros por su precio directamente relacionado con su dureza.

Sólo hay que salarlos y ponerlos en la sartén con un poco de aceite de oliva y darles una vuelta para que se hagan por los dos lados. Si están poco tiempo en la sartén sale blandito pero un poco crudo por dentro, si está mucho se transforma en una dura suela de zapato. Si tenéis ganas se puede acompañar de unas patatas fritas. Si estáis inspirados podéis espolvorearle antes de freír con hierbas de Provenza. Si queréis luciros podéis empanarlo o enharinarlo y rebozarlo. Para esta pieza lo mejor es el minueto de Boccherini, dura exactamente 3 minutos 57 segundos, es decir lo mismo que hacer el plato y tiene un ritmo que os hará moveros por la cocina como una bailarina de ballet.

- Pechugas de pollo Con un cuchillo afilado separar el solomillo, quitar la grasa amarilla, huesos si los hay y nervios y filetear en tres trozos. Con una piedra del tamaño de la mano, que cogí del jardín y tengo perfectamente lavada para este uso, le dais unos golpes hasta que los trozos de pechuga queden planos como un filete. Regar con zumo de limón, sal,

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pimienta y ajo en polvo. A esto le iría bien una canción llamada “manic monday” de Bangles. Hacerlas a la plancha con una gota de aceite o freír, según el nivel de colesterol. Si queréis mas lujo empanar y rebozar con huevo o enharinarlas con el polvillo de una sopa de champiñón de esas de sobre. A la piedra la llamo neolitis aplastacarnes.

- Carne asada Mientras precalentamos el horno a 200º, ponemos un buen trozo de ternera sobre una bandeja de horno y rociamos la carne con una mezcla que preparamos en un vaso con aceite, sal, pimienta y romero (la podemos extender usando un pincel limpio).

Introducirlo en el horno y asar durante treinta minutos, dándole la vuelta de vez en cuando a la ternera para que se dore por todos los lados. Pasado ese tiempo rociamos con vino blanco, bajamos el fuego del horno y asamos 90 minutos más. Cada 10 o 20 minutos damos la vuelta a la carne y la rociamos con el propio caldo de cocción.

Sacarla del horno y dejarla reposar diez minutos. Cortar y comer. Fría esta igual de buena y se puede conservar bastantes días.

Cuando se utiliza el horno hay que armarse de paciencia, los asados siempre llevan mucho tiempo y solo se pueden hacer un domingo en que esté uno francamente aburrido y disponga de un libro para ir leyendo mientras vigila o un buen montón de ropa que planchar. También es muy recomendable un reloj avisador para que no se nos olvide que hay que ir dando vueltas a la carne y regándola con su jugo.

EL RINCÓN DE LA CASA Por las tardes cuando no tengo nada que hacer o no me apetece hacer nada me recluyo en un cuartito pequeño que tengo en la casa. Siempre he tenido un rinconcito así, con un sillón cómodo, una mesa grande, mis libros, mis papeles, mi PC, mi radio, mi teléfono y algunas cosillas personales.

Todo el mundo debería tener algo parecido, una especie de armario grande donde poder aislarse del mundo, una especie de huevo primordial que diría Dalí. Un sitio cómodo, calentito y personal, un pequeño santuario de la privacidad.

Incluso viviendo solo, uno necesita un rinconcito aislado para trabajar, para meditar, para escribir, o donde dedicarnos a nuestros hobbys, lejos de la televisión y de los ruidos, lejos de la gente. Un sitio donde cuando dejas un papel en el suelo sigue estando allí por los siglos de los siglos. Un sitio donde recluirse en soledad.

Una habitación grande no resulta acogedora por muy bien puesta que esté y cuanto más grande más necesita de varias personas para llenarla, y eso precisa de conversación o de la televisión que hace sus veces y hace patente la soledad y eso es justo lo contrario del recogimiento de mi rincón.

En este pequeño universo que se adapta a mí como una segunda piel, puedo hacer eso tan peculiar que se llama pensar. Aquí ordeno mis ideas, tomo mis decisiones, leo, me abro o me cierro al mundo, medito y me relajo.

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LOS PÁJAROS Entre las diversas actividades a las que puede dedicarse el hombre en su rincón he mencionado la meditación. Cuando uno lo hace sobre los seres humanos que nos rodean puede recordar, al lado de seres maravillosos, inteligentes, plenos de ternura y de alegría, otros cariotipos de bastante peor categoría de los que quiero hablar hoy, son los pájaros de cuenta.

Quiero mencionar aquí a los “pájaros agradecidos”, esas personas que nos quieren mucho y que nos llaman cuando necesitan un favor o tienen un problema. Esas personas que cuando les ayudas y todo va bien, nos lo agradecen diciendo que era bien poca cosa y casi no merecía la pena y que cualquiera lo hubiera hecho y mil veces mejor que tú. Personas que cuando la cosa no se puede hacer o se complica nos dicen que para que nos hemos metido en el asunto y nos echan la culpa de sus desgracias.

También están los “pájaros quebrantahuesos”, jefecillos plenos de soberbia y vanidad que tienen sus favoritos diestros en la adulación y en las relaciones públicas, pero que cuando hay que resolver algo urgente o de mayor responsabilidad siempre acuden exigentes a otros, ya que saben que su favorito no lo hará o lo hará mal porque cuando se trata de trabajar no sabe o no quiere. Personas desagradecidas que pagan con unas migajas o con una amenaza o con un insulto y colocan los méritos a quien ha apartado previamente del asunto para que no se pueda equivocar. Jefecillos que utilizan a sus favoritos según su conveniencia y tratan de hacer lo mismo con los demás.

Su complemento “el pájaro favorito” personas que interpretan el papel de tonto útil, adulador, obsequioso, siempre prestos a ofrecerse para todo, siempre dispuestos a dar buenas palabras y escasos hechos, torpes genética y técnicamente pero que sacan una rentabilidad extraordinaria a sus cualidades trabajando menos que los demás y cobrando lo mismo, prestos siempre a la excusa y al escaqueo, hábiles comedores de cocos que presentan sus actos mas ruines como la mejor de las virtudes.

O el “pájaro bobo” inútil profesional siempre bien considerado porque no causa problemas y que no esta obligado a superarse porque ya se sabe que eso no es posible, del que no importa que meta la pata porque siempre sobrevivirá con la indulgencia colectiva. Personas que hagan lo que hagan siempre son buenísimas y a quienes hay que perdonarles todo porque bastante desgracia han tenido con ser como son y en vivir en la sociedad en que viven que es la culpable de todos sus males.

Y esos “pájaros oportunistas” envidiosos que sin mojarse sacan tajada de cualquier cosa quejándose siempre de lo malos que son los demás que no les dejan demostrar lo buenísimos que son ellos, buscadores de orejas complacientes, afectos a la traición, carroñeros de la vida, escondidos siempre detrás de la mentira que van por la vida de víctimas hasta que tienen la ocasión de ser verdugos, oficio que practican con delectación.

Existen muchos “cucos” mentirosos patológicos a los que, por algún convenio social de extraña comprensión, se les admite que no cumplan jamás la palabra dada con

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alguna disculpa comprensiva que a su vez es también falaz y asumida. Hábiles demagogos que llegan a creerse en posesión de la verdad que ellos mismos se inventan. Lógicamente sus disculpadores o acaso votantes no podrán quejarse de lo que les pase, ya que detrás de la mentira viene la crueldad.

Y muchas “urracas” avariciosas y corruptas dispuestas a todo por conseguir un dinero que no van a poder disfrutar entre otras cosas porque no saben como hacerlo, pero que si les servirá para corromper a otros, si eso les resulta útil para sus fines.

Y los temibles “pájaros talibanes” airados siempre que tratan de imponer por la fuerza modos y leyes a su gusto y manera, apoyados obviamente por la camarilla aduladora y codiciosa que espera sacar tajada y por el aparato judicial que está para hacer cumplir las leyes y no para repartir justicia.

Y los “pájaros carroñeros” que saben estar en el momento oportuno presentándose como humildes servidores y grandes salvadores que parecería que hubieran estado sacrificándose por los demás toda la vida, capaces de cegar a sus víctimas de tal manera que consiguen que estas den la espalda a quien verdaderamente les ha sufrido y aguantado en los momentos mas duros, les ha ayudado cuando lo necesitaban y les ha dado sin esperar recompensa.

Y los “pavos reales” rellenos de vanidad, escoria de la soberbia, jactanciosos que creen que todos han de pasar por sus manos, acaparadores de mínimos poderes, ridiculizados por quienes les rodean, pero insensibles a la risa que producen porque su ceguera es muy profunda, que se suelen considerar a si mismos el sumum de la perfección, caprichosos, altaneros e inútiles, vendedores de las virtudes de otros como si fueran suyas, reyezuelos taifas, futuros condenados a la repulsa y a la indiferencia.

Aprende a distinguir a quien verdaderamente te quiere de quien sólo desea su bienestar o tu dinero, que es al fin y a la postre su objetivo. Y si no eres capaz de hacerlo trata al menos a todos por igual y no favorezcas a estos pequeños o grandes miserables en detrimento de los que te quieren desinteresadamente. Los viejos son muy vulnerables ante estos zorros mentirosos y falsos que ya se ocupan de criticar a su víctima propiciatoria, cuando no está delante para defenderse. Y que cuando lo está quieren hacerla cómplice de ellos mismos.

A todos estos personajillos, timadores profesionales, les desprecio profundamente porque aunque, como las horas del reloj todos hieren, ninguno mata, pero causan mucho sufrimiento. Tampoco aprecio a los timados que colaboran con los anteriores para dañar a los que les aprecian. Timados que en el fondo tienen el corazón de piedra y hiel, ciegos y tercos, en los que a pesar de todo muchas veces ponemos la caridad.

Después de esta meditación un poco amarga no vendría mal endulzarnos la vida y para ello nada mejor que un postre supersencillo pero sabrosón.

- Un postre Coge un mango grande y córtalo en tajadas, báñalas con leche condensada y un poco de canela en polvo. Te gustará.

Si el mango tiene una parte dura no la tires cuécela en un almíbar y te sabrá como si fueran peras al vino, que tampoco es un mal postre.

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LA MULTA DE TRÁFICO Un día me pusieron una multa de trafico y creo que merece la pena relatar aquí como funciona en mi país la pequeña justicia, o sea la justicia administrativa, que tiene poco que ver con la justicia de los jueces, es decir con la justicia con mayúsculas. Imagino que en la mayoría de los países ocurrirá algo semejante.

Para empezar os diré que cuando comenté entre mis amigos que me habían denunciado todos me miraron con cara de cachondeo y comentaron con sorna.. exceso de velocidad. No sé a que vino tanta guasa...! porque generalmente respeto los límites de velocidad y en la carretera me adelantan infinidad de coches de todos los tamaños, furgonetas incluidas, aunque desde luego podría adelantar a quien quisiera porque tengo un estupendo coche y soy un excelente conductor, ejem...

Pero no, la cadena de acontecimientos ocurrió de la siguiente manera. Eran las 7 de la tarde de un día soleado de septiembre y venía desde una comunidad autónoma (antes llamada región) donde han puesto un recargo a la gasolina para financiar su sistema sanitario, yo como es natural procuro no echar allí combustible porque no voy a pagar los gastos del vecino. Así pues nada mas sobrepasar la cadena montañosa que la delimita tuve que ir a la primera estación de servicio que encontré, para lo cual hube de dejar la autopista y entrar en un pueblo próximo que queda a la izquierda, donde se puso a llover. Como ahora en la mayoría de las gasolineras han puesto autoservicio que consiste en que tiene uno que echarse la gasolina porque han reducido el personal pero no los precios, no me quedó mas remedio que aguantar el chirimiri mientras llenaba el depósito.

Tras repostar reanudé mi viaje por la carretera secundaria que pasa por debajo del puente que soporta la autopista para incorporarme a ella por el otro lado. Allí hay una especie de raqueta pintada en el suelo con una señal de stop y enfrente, aparcado en la cuneta, estaba un vehículo de la policía de tráfico, al que huelga decir vi perfectamente. Hice como es natural la obligada parada del stop, comprobé que llevaba puesto el cinturón de seguridad y seguí mi camino.

En esto el vehículo policial se pone en marcha detrás de mí con toda la parafernalia de luces, sirena y demás y yo, ingenuo de mí, pensé que acudía a algún accidente, así que me aparté lo más posible para dejarle pasar. Pero para mi asombro al llegar a mi altura me indica que le siga y me conduce a la siguiente salida de la autopista donde me para y viene a mí el agente, libreta en ristre dispuesto a ponerme una denuncia. Yo le dije que pasa...?. Y el me dice va sin luces. Es de día le dije yo. Llueve me dijo él. Y que?. Pues hay que llevar las luces. Yo pensé para mí, este tío delira, pero como es mejor intentar un excusa que discutir le dije: No me he dado cuenta, fue un intento fallido porque el poli ya de edad y curtido en la caza, tenía las ideas muy claras.

Después de pedirme los papeles del coche, el carnet de conducir, el seguro del coche y lo que se le ocurrió, se fue a su coche para no mojarse supongo y al cuarto de hora su compañero un poli mucho mas jovencito vino con la “receta” (150 euros) donde ponía: “circular sin ningún tipo de alumbrado en situación de falta o disminución de visibilidad por condiciones meteorológicas o ambientales existentes (visibilidad

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reducida por lluvia intensa)” artículo tal, y me aconseja que pague lo antes posible porque así tendré un 30% de descuento. Le dije que ya conocía la norma. Se marchó y volví a la carretera bastante cabreado.

Así las cosas y llegado a mi casa leo la denuncia con calma y el artículo del código en cuestión y me pregunto que es lluvia intensa, el código no lo dice por ninguna parte, sin embargo en el apartado siguiente si indica lo que es una vía insuficientemente iluminada, la define diciendo que no pueden verse montes lejanos, edificaciones o vehículos a una distancia superior a 50 metros o también cuando no puede leerse la matricula de un coche a 10 metros. Ya es algo pensé para mi.

Decidí hacer alegaciones en lugar de pagar la multa, con el descuento correspondiente, ya que me pareció y me sigue pareciendo una denuncia cargada de una enorme injusticia, una forma de recaudar como otra cualquiera y una manera de hacer como que se esta trabajando eficientemente para la sociedad sin que esto tenga el menor parecido con la realidad. Y así entré en una dinámica que me ha sido útil como aprendizaje de comportamiento pragmático. Y ya se sabe que aprender no es gratuito. Como decía una tía mía “para aprender perder”.

Bien, alegué en primer lugar que el artículo citado en la denuncia no tenia que ver con el texto de la misma, esto se debía a un ligero error del policía al escribirla. Alegué que la lluvia no se podía calificar como intensa y que eso era una apreciación puramente subjetiva del agente no avalada por ninguna medición. Alegué que acababa de pasar el puerto minutos antes viendo reflejado el sol en las cumbres nevadas, que era un día de mayo, que aun faltaban dos horas para el ocaso y que por tanto la luz ambiental era buena. Alegué que desde donde me tuvieron detenido podían verse coches, montes y edificios no a 50 metros sino a 10 kilómetros, que la matricula del coche patrullero situado a 10 metros delante de mí podía leerse sin dificultad alguna igual que las de los coches que circulaban por la autovía a una distancia muy superior.

Alegué que al salir de la gasolinera y teniendo a la vista el vehículo policial de haber tenido la mas mínima duda de estar haciendo algo incorrecto lo hubiera subsanado de inmediato. Alegué que la mitad más o menos de los vehículos que circulaban por la autopista llevaban las luces apagadas por lo que no era yo el único que no sintió necesidad de encender las luces. Alegué que el código no dice que siempre que llueve hay que encender los faros, sino sólo en unas condiciones excepcionales que no se daban. Les dije que una simple recomendación de los agentes hubiera sido acogida por mi de buen grado porque entiendo que llevar el alumbrado hace al coche mas visible y mejora la seguridad vial pero que una cosa es lo aconsejable y otra lo obligatorio. Les dije que soy un ciudadano responsable y que hace más de 20 años que no me ponen una multa. Les dije que me parecía una actuación injustificada y absolutamente subjetiva de las que alteran el ánimo del conductor haciéndole perder su concentración y aumentando así sin necesidad el riesgo de accidente. Les dije también e imagino que esto no les gusto nada, que en la autovía, donde la circulación es muy intensa en una tarde de domingo, es donde deberían situarse las patrullas y no debajo de ella, en una carretera de enlace de circulación ínfima, y que la sola presencia de la guardia civil en la autovía es ya de por si una llamada a la moderación de los conductores en aspectos mucho mas graves como pueda ser el exceso de velocidad, lo que sin duda incrementaría la seguridad de todos, añadiendo que esto era solamente una reflexión personal que quizás no hacia al caso.

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La respuesta llegó al poco tiempo. Decía que podía examinar el expediente y en especial el informe del agente actuante (un palabro interesante, eh) durante los siguientes 10 días, de lunes a viernes y de 9 a 14 en las oficinas de la provincia donde me habían denunciado y presentar alegaciones en ese mismo plazo, y que no estimaban necesario practicar ninguna prueba para probar los hechos y su calificación por considerarlos suficientemente probados (!). La alternativa era fácil pagar y tragar con todo o dejar de trabajar un día y desplazarme 300kms o hacer más alegaciones sin saber que había escrito el agente. Desplazarme entre gasolina y comida y lo dejado de ganar por no trabajar ya era mucho mas caro que pagar la multa y alegar a ciegas absurdo. La respuesta por lo demás estándar es evidentemente para ellos un trámite legal ineludible que han sabido transformar en disuasorio y que sirve para cualquiera que sea denunciado por cualquier cosa.

Pero yo no me doy por vencido fácilmente y pude conseguir sin desplazarme una fotocopia del informe en cuestión. Decía lo siguiente: 1º- que me habían observado circular sin luces en un paso elevado (disimulando así que todo ocurrió debajo del paso), 2º- que observada la infracción (que ya da por cometida) me ordenan detenerme (no creo que esto aporte nada a la cuestión), 3º- que las condiciones meteorológicas eran desfavorables por lluvia intensa (sorprendería que en vez de ratificarse en su denuncia se hubiera vuelto atrás) y añade que no sólo en su apreciación sino en la del agente testigo (testimonio que no figura en el expediente) y en la del resto de los usuarios de la vía...! que hacían uso de su alumbrado, salvo excepciones aisladas. 4º- que preguntado yo por que causa no llevaba encendido el alumbrado había manifestado olvido al salir de la estación de servicio y... que no había manifestado apreciación distinta a la suya sobre las condiciones meteorológicas y de visibilidad (ya se cuidó muy mucho de no preguntarme si estaba de acuerdo con él), 5º- que llovía intensamente (es el único agarradero que justificaría su denuncia, así que lo repite mucho para que acabemos creyéndonoslo) y el cielo estaba totalmente nublado (nunca he visto llover con un sol radiante), que unido a la hora (esto debe ser para apoyar lo de la visibilidad de forma subliminal, a pesar de que faltaban dos horas para el ocaso, como les había hecho notar en las alegaciones) y que por eso me para y denuncia.

Visto lo visto volví a hacer alegaciones ya que la ley lo prevé así y les conteste punto por punto: 1- que si me detuvo por no llevar luz, evidentemente no la llevaba encendida, lo que no había negado en ningún momento, 2- que discrepaba totalmente en esa expresión de “observada la infracción...” porque en mi opinión no hay tal infracción, 3- que la afirmación de lluvia intensa que reitera la basa apoyándola en la apreciación del agente testigo y en el esto de los usuarios de la vía y que este apoyo carece de base ya que ninguno de estos supuestos testigos ha declarado en el expediente, pero que pudiera ocurrir que si pudieran ser preguntados su testimonio me fuera favorable ya que tal vez ante este tipo de denuncias subjetivas los conductores hayan optado por una solución preventiva y quizás ponen las luces al pasar por esa provincia aunque haga un sol espléndido y que al menos el agente reconocía que entre los demás conductores había excepciones aisladas pero que esas “excepciones” suponían el 50 de los mismos. 4- que mis manifestaciones caso de haberlas en ningún caso suponían conformidad con la actuación del agente, sino un intento de detener una denuncia injustificada y que en todo caso no habrían sido hechas delante de los agentes, sino del único que se acercó y que por supuesto no era aquel el momento de hacer alegaciones sino este y que además carece de sentido entrar en discusión con el que te denuncia 5- que es una reiteración de lo mismo de lo que discrepo porque el

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agente siempre se ratificará en su denuncia ya que no es esperable que se desdiga de la misma.

Aparte de eso les decía que ante esta denuncia me encontraba en una total indefensión porque todo está basado en la opinión del agente, dada la inconcrección del artículo de la ley y que eso era lo mismo que si las señales de limitación de velocidad en lugar de decir que no se puede circular a mas de 120Km/h dijeran que no se puede circular a “demasiada velocidad”.

Y que a fin de objetivar los hechos había pedido del Instituto Meteorológico Nacional un certificado de la lluvia caída en la zona y que se lo haría llegar en cuanto me llegara, pero que telefónicamente me habían adelantado que la lluvia había sido de 6,2 litros lo que se considera inferior a lo normal y que no hubo tormenta en la zona y que esto desvirtuaba totalmente la apreciación del agente.

Y que ya es triste que uno tenga que demostrar su inocencia, lo que es claramente inconstitucional, en lugar de ser el que denuncia quien pruebe su acusación. No quise decirles que este sistema es idéntico al utilizado por la Inquisición y sigue teniendo el mismo éxito para condenar a cualquiera, aunque se haya eliminado la tortura, mas que nada porque para ponerte una multa no se considera necesario que uno se acuse a si mismo. Cuando me llegó el certificado, que me costó 15 euros, se lo envié, decía que la lluvia caída corresponde a un calificativo de “moderado”.

Pasado el tiempo me llegó otro impreso de respuesta que también vale para cualquier caso y que en su esencia dice lo siguiente: “Vistas sus alegaciones y las diligencias practicadas en el expediente de referencia, instruido contra usted en virtud de la denuncia formulada por el hecho que se indica, considerando que las actuaciones practicadas permiten estimar probada la comisión del mismo por la presunción de veracidad que tiene la denuncia formulada y ratificada por los agentes de vigilancia según el articulo tal de la ley de trafico... acuerdo dar por concluido el procedimiento, estimar que la acción realizada supone una infracción al precepto que se indica, imponerle la multa que se expresa, etc... y que si no se paga en quince días se incrementará en un 20%” Como se puede ver todo son generalidades (expediente de referencia, hecho que indica, denuncia formulada, comisión del mismo, etc.) útiles para dar por cumplidos los trámites que en defensa del denunciado la ley exige. En ningún caso se hace la menor mención a las concretas alegaciones hechas y a las pruebas presentadas, todo se apoya en otro artículo que dice que los agentes tienen presunción de veracidad.

Ignorando deliberadamente que la presunción de veracidad una cosa y la verdad es otra, máxime como cuando como en este caso puede ser probada. Podrían haber dicho por ejemplo que la opinión del agente, en materia meteorológica, tiene mas valor que el certificado del INM, un Organismo Oficial, pero claro es mas fácil dar la callada por respuesta y enviar un impreso, así no hay que trabajar, además para qué si ya esta decidido de antemano que a todo denunciado se le cobrará la multa.

Ya he dicho que yo soy un poco tozudo, así que como la ley lo permite hice un recurso de alzada, como este va a Madrid pensé que quizá allí lo verían unos abogados en lugar de unos funcionarios y que quizás fueran mas objetivos. En él decía entre otras cosas que la lluvia era moderada según el certificado del INM y que este documento vendría a destruir la presunción de veracidad de lo manifestado por el agente. Y que si

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la contradicción era evidente en materia meteorológica y se añadía la presunción de inocencia que otra ley otorga a todos los españoles era obligado dejar sin efecto la denuncia y la multa.

La respuesta tardó algo pero llegó, era larga pero quitando el primer párrafo donde se hacia alusión a los hechos denunciados el resto era otro impreso más, hasta tal punto que ni siquiera la firma era manuscrita. Para que os hagáis una idea el segundo párrafo dice que he interpuesto recurso, El tercero y cuarto que se han cumplido plazos y tramites. El quinto que el órgano resolutor es competente. El sexto que los agentes tiene presunción de veracidad (siempre lo mismo). El séptimo que los hechos están suficientemente acreditados. Y el octavo confirmación de la multa. Ni media palabra a las pruebas que yo aporté (supongo que hubiera sido duro recoger en un escrito que la opinión de un agente en materia de meteorología tiene mas valor que un certificado del Instituto Nacional de Meteorología) Aquí tiré la toalla porque recurrir a la justicia ordinaria me hubiera costado para empezar 300 euros es decir el doble que la multa, aparte de muchísimo tiempo y aunque creo que cualquier juez me hubiera dado la razón tampoco la justicia es una ciencia exacta y la broma podría haberme costado 4 o 5 veces la multa impuesta.

Conclusión: La próxima vez me acogeré al descuento pagaré y me olvidaré.

Por si alguno tiene alguna duda aclararé que el país en que resido es un estado de derecho. No quiero ni pensar lo que será en otros lugares.

He recordado las declaraciones que hizo el director general de tráfico en la televisión a poco de tomar posesión: Los agentes de tráfico no están para cazar a los conductores sino para ayudarlos y mejorar la seguridad en la carretera, bla, bla, bla...

LA RELAJACIÓN Aunque yo no me altero por casi nada, a veces cuando una cosa se te mete en la cabeza y no deja de dar vueltas una y otra vez sin que tú consigas sacarla de ahí es preciso tomar medidas y tener preparada una estrategia adecuada. Una de ellas es la relajación.

Para ello lo mejor es meterse en la cama y en silencio irse concentrando en cada músculo del cuerpo estirándolo y contrayéndolo hasta dejarlo en una posición intermedia. Lo mejor es empezar con los músculos del pie, tobillo, pantorrilla, muslos, etc. seguir con la espalda y el cuello y terminar con los brazos. Así conseguimos además de relajar el cuerpo tener la mente ocupada en ese proceso y conseguiremos fácilmente que olvide lo que nos obsesionaba.

Otro sistema que también es eficaz cuando uno va caminando es ir mirando todas las cosas de un color determinado (rojo por ejemplo) que te encuentras a tu paso. Esto se basa en que si la mente está ocupada en una cosa es difícil que lo esté a la vez en otra.

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Hay quien se relaja pensando en algo que le gusta, como por ejemplo la casa ideal que se haría si pudiera o el viaje de vacaciones que le gustaría hacer o algo similar.

También hay quien lo logra oyendo una música adecuada y sedante, o sumergiéndose en una novela que le interese especialmente. Muchos hay que se quedan fritos simplemente sentándose delante del televisor, pero este método tiene efectos secundarios...

Hay quien lo consigue cocinando y para ellos va dedicada esta receta de una simplicidad sorprendente y un resultado exquisito, se llama: - Patatas a la importancia.

Pelamos y lavamos un kilo de patatas, las cortamos en rodajas circulares de un centímetro de espesor aproximadamente, salamos sin exceso y las pasamos por harina (que ponemos en un plato) y huevo (dos, que una vez batidos ponemos en otro plato al lado). En una sartén con aceite de oliva las freímos ligeramente hasta que el rebozado se dore, reservándolas.

Para conseguir la salsa limpiamos el aceite de freír colándolo y lo volvemos a poner al fuego, pochamos una cebolla muy picadita y cuando este dorada añadimos una o dos cucharadas de harina rehogándolas ligeramente, añadimos un vasito de vino blanco y revolvemos mientras vamos echando agua (1/2 litro aproximadamente).

Aparte en un mortero con unas gotas de aceite majamos cuatro dientes de ajo y perejil en polvo con un poco de sal gorda y azafrán, hasta hacer una pasta (esto se puede abreviar si disponéis de un aparato que yo llamo aplastaajos y que venden en los supermercados).

Ponemos las patatas en una cazuela al fuego, echamos la salsa y el majado y si es necesario añadimos agua hasta cubrir las patatas, cocinamos a fuego lento durante 20 o 25 minutos. Cuando la cocción este finalizando rectificamos de sal si es necesario y espolvoreamos con perejil picado.

Mientras hacéis el plato debéis escuchar la Sonata nº 2 para piano de Mozart que según dicen los entendidos incrementa un 10% la inteligencia espacio-visual, cosa muy útil en la cocina.

LIMPIANDO ZAPATOS Los hombres no nos fijamos mucho en el aspecto de nuestros zapatos, pero las mujeres si se fijan y bastante en ese pequeño detalle. Lo cierto es que se manchan sobre todo cuando uno camina por lo blandito o sea por el barro, muy propio de la ciudad actual que viene a ser una sucesión de obras interminables. Así que llega el día en que hay que limpiarlos y para eso se necesitan multitud de artilugios. Lo primero es un trapajo a veces acompañado de un palito para quitar el barro y la porquería mas basta que haya por encima. Lo segundo es el betún que hay que extender por encima, lo que puede hacerse con los dedos, con una espátula o bien con el cepillo, lo que resulta más recomendable. Luego hay que cepillar bien todo el calzado para extender el betún que hemos depositado en montoncitos sobre el zapato. Y por último un trapo

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especial para sacar el brillo a base de frotarlo con fuertes movimientos alternativos usando las dos manos.

Existe una especie de betún líquido con aplicador que supuestamente sustituye los pasos dos, tres y cuatro y que casi siempre acaba poniéndonos las manos y el borde inferior de los pantalones llenos de manchas de color tinta indeleble, pero que puede valer para una urgencia.

La operación puede hacerse con los zapatos quitados, lo que dificulta enormemente su sujeción a la hora de pasar el trapo del brillo, o con ellos puestos lo que exige una contorsión diferente según que optemos por estar sentados o de pié. En ambos casos se aconseja poner el pie cuyo zapato se limpia sobre un objeto elevado que puede ser la encimera de la cocina, si tenemos la agilidad suficiente, o un cajón abierto a la altura que nos pida el cuerpo, si bien se tiene el riesgo de que se cierre en algún momento pillándonos los dedos o haciéndonos caer al suelo bien sea la pierna o el cuerpo completo. Nada de esto se considera accidente laboral. Otra opción es limpiarlos teniendo los dos pies en el suelo a la vez, lo que exige una flexibilidad fuera de lo normal, ya que es preciso llegar al suelo al mismo tiempo con las dos manos a base de doblar el espinazo, o con una sólo si usamos la otra para sujetar el riñón y evitar así que se desprenda.

Ciertamente el agradable olor que desprende el calzado así tratado, el reflejo del sol sobre la piel brillante y las miradas codiciosas de las mujeres compensan sobradamente los esfuerzos requeridos, dándonos una sensación de elegancia y tronío que refuerza sin duda nuestra posición social, igual que un potente kikiriki refuerza la del gallo.

Así pues de cuando en cuando limpiaros los zapatos y notareis esa sensación inigualable que reflejan maravillosamente los anuncios de la televisión cuando presentan una colonia para el hombre de Cromagnon que busca hembra en medio de la soledad amarilla del desierto y vislumbra un espejismo en lontananza.

EL CORREO Una de las pequeñas molestias a las que estamos sometidos los que vivimos solos es el reparto diario del correo. Esta molestia se acentúa si uno vive en una vivienda independiente. Basta que uno este fuera de casa o simplemente no vacíe el buzón todos los días para que se llene hasta rebosar de cosas inútiles, propaganda no solicitada la mayoría de las veces, que impide que el correo interesante entre siquiera en el saturado buzón o bien sea introducido a presión rompiéndose el sobre que lo contiene o a veces el escrito.

Realmente misivas útiles hay muy pocas y si descontamos las facturas y las citaciones oficiales apenas si queda ninguna. Pero llegar a ellas es un verdadero calvario. Así como el correo basura llega con toda facilidad a casa si alguien te envía algo la situación adquiere tintes alarmantes si uno trabaja como hacemos la mayoría.

El cartero viene siempre cuando estas fuera, su horario siempre coincide con el tuyo y por la tarde no hay reparto, así pues te deja un papelito para que al día siguiente

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vayas a recogerlo a la estafeta que te corresponde. Como suele estar bastante lejos tienes que coger el coche y hacer un viaje expresamente para eso, tienes que aparcar en doble fila porque no hay sitio, o en triple porque los vehículos de reparto de correos ya ocupan la segunda fila. Hacer cola porque todos han ido a hacer lo mismo que tu.

Larga cola porque siempre hay alguien que va a otra cosa y se tira media hora hablando con el de la ventanilla. Llevar el carné preparado y escribir tu nombre varias veces en distintos impresos. Nadie puede recoger la carta por ti a no ser que lleve una autorización con fotocopia de tu DNI. Todas estas precauciones no se compaginan muy bien con la facilidad con la que el cartero si le apetece deja tu correo en casa del vecino.

Por qué pueden dejarte el coreo inútil sobresaliendo del buzón o la nómina caída en el suelo y un paquetito no, es un misterio insondable. Además alguno de esos días que estás en casa con un lumbago de campeonato el cartero asegura en el papelito que te deja que no estabas allí. Será que el timbre no suena piensas, pero suena y mucho además.

Ya eres un habitual de la estafeta de correos y tienes asumido todo este proceso cuando descubres que hay procedimientos kafkianos que aun no conocías. Esto ocurre cuando el envío es urgente. Tú que has encontrado el sábado el papelito habitual vas el lunes a la estafeta, allí el tío de la ventanilla te mira como si estuviera viendo un tonto de baba y te dice que leas bien lo que dice el papel. ¿No ve que es urgente?. ¿Y que?. Pues que tiene que ir a recogerlo a otra estafeta, lo pone aquí bien claro. La otra estafeta esta al otro lado de la ciudad. Además añade le mandarán un segundo papel, seguramente cuando vaya lo tendrá en su buzón. ¿Y para que necesito otro papel si ya tengo uno? Para recoger aquí el envío. Pero si ya estoy aquí.

Pero el paquete no, afirma triunfal, no ve que es urgente, y no venga mañana porque ya ve que dice que no lo puede recoger hasta el día siguiente de la notificación. Al ver mi cara de no entender nada me dice conmiserativo, puede ir a la otra estafeta y allí le atenderán. Pero yo le digo que es posible que el paquetito no este ni allí ni aquí sino en la furgoneta que utilicen para llevarlo de una estafeta a otra y que ya he perdido bastante tiempo y el que perderé todavía para hacerme con el dichoso paquetito.

Como ud quiera me dice. Dígame una sola cosa mas por favor, ¿como es posible que un paquete urgente tarde cinco días mas que un paquete normal y encima cueste el doble de dinero y cause el doble de molestias?. Es una pregunta tonta que no tiene respuesta así que abandono el mostrador y me voy a mi casa a buscar el segundo aviso que efectivamente está caído en la nieve. Por el camino razono que ya que has pagado el doble es lógico que te den algo a cambio y ese algo son naturalmente mas molestias.

Al fin pude hacerme con el paquete y disfrutar de su contenido que era un maravilloso libro de fotografías de París. Así que reconfortado mi espíritu decidí aplicar mis conocimientos culinarios para, dejando a un lado la carne que tanto me gusta, guisar un pescado y variar un poco. Elegí para el experimento el bonito y recordando, aunque vagamente, una comida que nos hizo un marinero del norte con ocasión de una excursión de pesca que hice hace ya mucho tiempo en el barco de un amigo, he recreado esta receta que creo que puedo llamar con propiedad una especie de marmitako. No se la recomiendo a los puristas que seguramente opinarán con razón que no tengo ni idea de lo que es este plato tradicional. Pero el resultado ha sido para mi gusto francamente bueno, así que ahí va mi receta:

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- Marmitako En una cazuela honda calentar aceite y poner 2 cebollas picadas, 4 pimientos verdes cortados a cuadros, 4 dientes de ajo laminados, 2 tomates pelados y picados y 1 kg de patatas cortadas a trozos medianos. Por este orden y dejando dorar cada ingrediente antes de añadir el siguiente, no se trata de pocharlos, ni freírlos, sino de dorarlos.

Conseguido esto añadimos un vasito de vino blanco y cubrimos con agua, salpimentar y hervir hasta que las patatas estén cocidas, apartar del fuego o dejarle muy bajito añadiendo entonces ¾ de kilo de bonito en tacos, sin piel ni espinas, para que se cuezan los tacos al calor del guiso ya que el pescado como es sabido se hace enseguida lo que viene a significar en este caso unos 5 minutos. Servir en el plato y espolvorear con perejil picado o seco. El único truco de este plato es que durante los 25 minutos que dura la cocción hay que darle vueltas para que las patatas no se encallen y que conviene deshacer alguna patata para espesar la salsa. ¿Entendido?

OK.

No seria justo recordar a los pescadores del Norte y olvidarnos de los del Este, así que ahí va otra receta que viene a ser lo que comí en un barco arrastrero un día de calor asfixiante apenas refrescado por la brisa del Mediterráneo. Los peces que utilizó el cocinero eran los que no tienen salida en las lonjas y seguramente no tienen ni nombre, pero el resultado fue memorable. El mío ha sido bastante bueno y os puede valer a falta de peces de aquellos, agua de mar, barco y cocinero...

- El suquet de peix Quizá lo más característico de este plato es la picada que sirve para espesar el guiso y darle un sabor muy agradable. Se hace lo primero, poniendo en una cazuela 50 grs. de almendras, dos rodajas de pan tostado, dos ajos, perejil, azafrán o cúrcuma (que es un colorante natural), sal, pimienta y aceite de oliva, se puede añadir ñora calentada un minuto, si os gusta picantillo. Se fríe durante un par de minutos, se escurre y se lleva a un mortero donde se machaca y se hace una pasta que dejamos ahí para luego, o bien se usa la batidora.

En la cazuela y con el aceite de la picada ya caliente se ponen 3 dientes de ajo picaditos, un cuarto de cebolla picada y abundante perejil y antes de que se queme tres tomates maduros pelados cortados en dados, cuando este medio hecho añadir cinco patatas, cortadas en rodajas gordas y rehogar todo junto un par de minutos. A continuación añadir unas hebras de azafrán y agua que lo cubra todo, medio litro aproximadamente. Tras cuatro o cinco minutos se coge un poco de líquido caliente y se añade al mortero donde esta la picada y se remueve bien, volcándolo a continuación en la cazuela. Cuando las patatas estén prácticamente cocidas añadir el pescado troceado pelado y limpio (1kg de rémol o rape o dorada o congrio o mero) acabar de cocer, añadir un par de langostinos o unas gambas. Se rectifica de sal y se deja reposar.

El agua puede sustituirse por un caldo de pescado hecho con las pieles y espinas de los pescados cocidas en agua salada con un par de puerros y unas zanahorias. El plato debe quedar caldoso que es lo que significa la palabra “suquet”.

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EL LARGO Y FRÍO INVIERNO Hace mucho que tengo arrinconado este librito y hoy he pensado en el por qué de este abandono. Hay varias razones desde luego, una de ellas es que una vez pasados los primeros sobresaltos domino con cierta soltura las labores del hogar así que apenas me ocurre nada digno de plasmarse aquí. Otra mi proverbial falta de tiempo ligado a las muchas cosas que tengo que hacer. Una más mi tendencia a no hacer nada que exija el más leve esfuerzo. También la propensión que tengo a iniciar cosas que no acabo nunca. Y sobre todo a una cierta depresión que me produce el invierno.

Días y días de cielos nublados, días y días de frío y viento, días y días de nieve y hielo, acaban con el más optimista. No sin razón se sabe que el carácter de un pueblo depende directamente del clima. Ayer salió un día soleado y hoy también, quizás como un preludio de la primavera ya próxima. Con ello mi ánimo ha subido varios puntos y he decidido retomar de nuevo mis cuartillas.

Parece inevitable echar la vista atrás y mirar este invierno, uno de los más crudos que recuerdo, si prescindimos de los inviernos de mi niñez que eran bastante más fríos pero también bastante más soleados.

Lo primero es constatar que desde que nos bombardean con el efecto invernadero y el calentamiento global del planeta, desde todos los ámbitos interesados, los inviernos son cada vez más fríos. Esto es tan evidente que han tenido que decirnos que es una cuestión accidental y que en un futuro hará calor en invierno. Yo obviamente no me lo creo, como no creo casi nada de lo que cuentan los ahora llamados “medios de comunicación”, portavoces de quien les paga y de lo políticamente correcto.

Lo segundo comprobar que la falta de sol, no sólo nos clarea la piel sino que nos agota física y psíquicamente.

Lo tercero ver una vez mas, al hilo de las nevadas caídas con cierta profusión, que las administraciones publicas son incapaces de afrontar la mas mínima alteración de lo cotidiano, no quiero ni pensar lo que sería una situación de gran catástrofe.

Lo cuarto notar como las bajas temperaturas, incluso para gente acostumbrada a ellas, reduce la actividad a los lugares calentados, reduce las salidas a la calle e incluso los temas de conversación. Da cierta pena ver como la gente busca el rayito de sol para calentarse como si fuera un lagarto más, provistos eso si de bufanda y gorro.

No es extraño que los habitantes de mi tierra tengan enormes deseos de salir de aquí buscando unas tierras más cálidas donde aposentar sus reales y anden buscando una casita en el sur al lado del mar. Da envidia ver en otros climas la facilidad con que se dan las plantas que aquí hay que plantar cada año porque se hielan y su variedad. No todo son desventajas, sin embargo, pues a cambio podemos disfrutar de la belleza y fascinación del fuego en la chimenea y de ciertas comidas abundantemente energéticas y deliciosamente sabrosas de digestión larga y voluptuosa que constituyen los platos típicos de la región (olla podrida con todos los sacramentos, lentejas con chorizo y espinacas, cocidos varios, garbanzos y potajes, cordero , cabrito y cochinillo asados al fuego de leña, postres y dulces bien azucarados y tantas otras cosas) que difícilmente tendrían cabida en otros climas.

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Y el fuego y la abundante comida propician una larga y agradable sobremesa, suponiendo claro está que dispongamos del tiempo necesario, bien este cada vez más escaso. Es una pena que a cambio de vivir supuestamente mejor, no tengamos tiempo para disfrutar esa mejora ya que tenemos que gastarlo en trabajar y nos alejemos cada vez mas de los ritmos que la naturaleza impone. Dejar fluir la vida como esta pediría no está al alcance de la mayoría de los humanos, una lástima la verdad.

El invierno es también un buen momento para los vinos. Las comidas copiosas y fuertes se acompañan bien con este néctar rojo que ayuda a digerir y disgregar en nuestro estomago los manjares de cuchara y tenedor, aportando además una alegría distendida que favorece la conversación y suelta la lengua, “in vino veritas”.

Como todas las cosas buenas de este mundo hay que tomarlo con moderación para poder disfrutarlo, ya conocéis el dicho: “La primera copa es para la sed, la segunda para la alegría, la tercera para el placer, la cuarta para la locura”. Y en estas condiciones resulta un complemento obligado y un beneficio para la salud como ya sabían los antiguos: “Quien vino bebe despacio envejece”. El buen vino, el vino viejo, es un tranquilizante que relaja el espíritu después de una jornada larga, disuelve el estrés que debilita las defensas de nuestro sistema inmunitario y por lo tanto nos mantiene menos asequibles ante la enfermedad.

Cuando el vino es bueno y yo no recomiendo uno malo, es un goce para los sentidos apreciar su color, sus reflejos a veces dorados, su olor, sus aromas y matices, su sabor en la lengua y el regusto que deja en la boca después de haberlo bebido. Hasta el sonido que hace al caer en la copa con un ligero tintineo es un placer sutil y un mar de sensaciones.

El vino ha de ser viejo, de buena bodega y cuidado con cariño. El refranero esta lleno de citas al respecto, he aquí una muestra: “Ha de tener tres prendas de mujer hermosa: buena cara, buen olor y buena boca”. O también:”Vino, amigo y aceite cuanto mas antiguo mas ferviente”. Y: "Vinos y amores los viejos son los mejores”. O este propio de la experiencia: “Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos para confiar y viejos libros para leer”.

El vino da color a la cara y calor al cuerpo y desde luego sabor al paladar: “El vino alegra el ojo, limpia el diente y sana el vientre”. Además une y fomenta la amistad: "Con pan y vino, se anda el camino”, y el amor: "El vino abre el camino”, y por su acción euforizante nos abre al diálogo y al humor. “El buen vino alegra el corazón del hombre... y el de la mujer...”

Por si tenéis a mano una botella de tinto de reserva y una chimenea de leña, ahí va un complemento ideal para quedar como un señor un día de frío, viento o nieve.

- Seudo-Asado sin horno Como estoy peleado con el horno he tenido que buscar alternativas y una de ellas es esta receta fácil y segura. Se compra un redondo envuelto en una malla de aproximadamente un kilo y lo demás se supone que lo tienes en casa. El proceso es el siguiente. En una cazuela se pone aceite, dos cebollas picadas y unos cuantos ajos y se sofríe.

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El redondo se enharina y se coloca sobre el sofrito y se va girando a medida que se dora. Cuando esta dorado por todos lados se añade perejil picado, dos litros de agua y un puñadito de sal y se cuece durante hora y cuarto con la cazuela tapada. (Con la olla a presión unos 20 minutos y solamente un litro de agua).

Se saca la carne y lo que ha quedado se cuece con la cazuela destapada hasta que espese, luego se pasa esta salsa por el pasapurés o con la batidora.

Aparte se hace un puré de patatas espesito bien a las bravas o bien usando esos copitos prefabricados que es mas rápido y sale bastante bien, añadiéndole un poco de mantequilla.

Se quita la malla, se corta en lonchas y se sirve con ambas salsas.

-- Antes conviene poner algo caliente y que cosa mejor que unas deliciosas: - Sopas de ajo Este es un plato antiguo de los llamados de pastor y como tal tiene diversas recetas y muchas variantes. Su objetivo era aprovechar el pan que se les iba quedando duro como me pasa a mí.

Ingredientes: Pan duro y si es de hogaza mejor, ajo, aceite de oliva, agua, sal gorda y pimentón rojo dulce o picante según gustos.

Pones agua a hervir en una cazuela y mientras, en una sartén, se ponen los ajos fileteados con aceite y se doran. En un mortero de madera pones los ajos con la sal, y los machacas hasta que sean una pulpa, añades el pimentón y el aceite de freír, mezclándolo bien.

Al agua que ya estará hirviendo le añades el pan cortado en láminas finas del grosor que admita el pan duro sin deshacerse, se deja cocer un poco para que se ablande el pan. Se vierte en la cazuela el contenido del mortero, al que se le añade un poco del agua caliente de la cazuela para aprovecharlo bien, y se deja cocer un poco más para que se mezclen los sabores. Puede echarse un huevo encima removiendo bien la mezcla para que quede en hilos. O puede ponerse un huevo y dejar que se escalfe, quedando la clara blanca y la yema blanda. O añadir unas rajitas de chorizo frito o no.

Estas variantes enriquecidas son ya mas bien un lujo…

Antes aun de tomar las sopas se han de abrir las botellas y catar el vino y como esto no se debe hacer a palo seco habrá que poner algo de picar. Lo mas fácil son unas aceitunas, un paté, unos berberechos, unos mejillones o cualquier cosilla de esas que venden en lata y están francamente bien y unas galletitas saladas o unos frutos secos.

Y después de la comida un postre, que puede ir desde la tarta de la pastelería a unas trufas de chocolate, también de la pastelería... Café, copa y puro...

AL VALOR Hoy he querido reflexionar sobre la valentía como contraposición a la cobardía. La valentía no es una actitud que tenga que ver con actos heroicos, es más bien algo que

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tiene que ver con la manera de enfrentar la vida, una actitud personal que se refleja día a día. No es fácil y hay que vencer nuestra pereza, nuestra seguridad y nuestros temores.

El discurrir de la vida nos trae momentos de enorme dureza, momentos difíciles. Una posición valiente es la diferencia entre la amargura o sentirse bien con uno mismo. La valentía es afrontar riesgos, defender aquello que vale la pena, dominar nuestros miedos y sobreponernos en la adversidad, significa asumir las consecuencias de nuestros actos y sobre todo de nuestros errores.

La cobardía nos paraliza. La provocación del contrario, el temor a que algo pueda ir mal, nos hace volver la espalda a la vida y escondernos en nuestra concha protectora con nuestros temores, muchas veces inventados e inexistentes que nos inquietan e invaden nuestra mente, fantasmas que cuesta sacar del cerebro.

Hay grandes diferencias entre una actitud valiente y una actitud cobarde. Una la he mencionado ya y es sentirse bien con uno mismo, sentirse persona. Otra es la posibilidad de lograr algo: El que no se arriesga no cruza la mar, como es sabido. El cobarde tiene un futuro cierto que se llama mediocridad. El valiente lo tiene incierto, al menos en la inmediatez de los actos, pero siempre va por el camino del éxito, aunque a veces sea este inesperado o lejano o extraño. Las consecuencias de la valentía son en ocasiones duras porque suponen enfrentamiento, pero uno siempre debería defender lo que cree correcto, aunque se equivoque. El valiente siempre es respetado y viaja con una buena compañía que se llama esperanza.

Y un par de frases: “La crueldad es la fuerza de los cobardes”. “Si puedes soñarlo, puedes hacerlo”. “Sin riesgo no hay gloria”.

No me resisto a incluir aquí una receta que circula ampliamente por Internet y por medio mundo en fotocopias. Parece ser que su autor no es conocido porque nunca llegó a firmarla, al parecer por un problema sin importancia que se explica por sí mismo al leer la receta. Es una recetilla para valientes... Ya sabéis que el horno y yo no nos llevamos bien... No es una receta fácil.

- Pavo al Whisky (cinco estrellas).

Ingredientes: Un Pavo de unos 3 kilos. Una botella de whisky o dos si son pequeñas.

Unas tiras de panceta. Aceite de oliva, pimienta y sal.

Ejecución: Paso nº1: Paso nº2: Paso nº3: Paso nº4: Paso nº5: Paso nº6:

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Rellenar el pavo con la panceta, atarlo, salpimentar y echarle un chorrito de aceite de oliva.

Precalentar el horno a unos 180° durante 10 minutos.

Servirse un vaso de whisky para hacer tiempo.

Meter el pavo al horno.

Servirse otro vaso de whisky, bebérselo y mirar el horno con ojos ligeramente extraviados.

Boner el terbostato a 150 gramos, grabdos sientígrados y esberar veinte bidutos.

Alfonso

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Paso nº7: Vaso nº8: Baso nº9: Barrsssso nº10: Bassso nº11: Farso nº12: Faso nº13: Paaasoo nº14: bAsso nº15: Paso nº16:

Servirse odro vaso... Odros dasos.

Al gabo drun drato, hornir el abro bara gondrolar y echar un chodretón de pavo al guiski y odro de guisky a uno bismo.

Darle la vuelta al babo y quebarse la bano al cerrar el horno, ......bierda!!!!

Ir a la heladera, buscrar bielo para da kemabura e ponerle al guisquii y al pavo.

Indendar sertarrsse en uda silla y serbirrse unossss chubitosss biendras basan los bidutoss.

Redirar el babo del horrrno y luego regojerrlo del suelo con un drapo, embujandolo a un blato, badeja o sssimilarrr.

Romberse la grisssma al dresssfalarrr en la grassssa del suelo.

Indendar levandarse sin soldarrr la bodella, y dras farios indendos, decidirrr gue en el suelo se esdá de gojones Appbburar la bodella y asdrastrarse hasda la gamma. Dogmir...

A la mañana siguiente, tomar abundante café, bien cargado, levantar el pavo y la botella del piso, limpiar todo y apagar el horno.

Comer el pavo frío partido en fiambre. Dedicar el resto del día a limpiar la cocina.

LOS TOROS Hace poco estuve en una corrida de toros, espectáculo español por excelencia. No hay fiesta grande en un pueblo español que no tenga su festejo taurino. Tradición esta tan antigua que se remonta a la prehistoria y entronca con los mitos más profundos y por ende con el subconsciente. Fiesta bárbara según algunos, fiesta de valor y sangre, fiesta del arte efímero.

Citada como sacrificio ritual en la Biblia, recreada como iniciación en la Creta antigua, fiesta ritual en los pueblos celtibéricos, posiblemente tuviera su origen en la caza del uro, toro europeo extinguido en la edad media lo que con toda seguridad exigía más habilidad y destreza que fuerza física. Ese reto entre el animal bravo que desafía al cazador sin duda ha cautivado al hombre desde siempre. Su fuerza, su acometividad y su fiereza han de ser dominadas por medio del valor, del conocimiento y del arte.

Quizás por ello las ceremonias propiciadoras de la caza han dejado en las cuevas prehistóricas maravillosas representaciones de estos animales extraordinarios y totémicos.

También son emblema de una época de la humanidad, la era de Tauro, que enlaza con el conocimiento esotérico y la vida en comunión con Gea, la madre tierra, que nos nutre y nos sustenta. Era muy lejana ya de esta civilización que nos ha tocado vivir, civilización de asfalto, hormigón y plástico que parece querer desarrollarse de espaldas a la naturaleza a la que destruye y daña tal vez irreversiblemente sin pensar que sin ella la vida orgánica se extinguirá y con ella el hombre.

Pero la fiesta del toreo es fiesta al fin y al cabo y en mi pueblo como en otros el festejo se desarrolla en diversos planos de la realidad. Merece la pena observar lo que ocurre entre las cilíndricas paredes de la plaza, sucesos que en cierto modo se desarrollan en capas superpuestas como las propias gradas del recinto.

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En el centro de arena está la esencia del espectáculo, toro y torero, ritual y arte, sol y sangre, amarillo y rojo, concentración y riesgo, experiencia y bravura. Sin embargo el torero no esta solo frente al animal, muchos otros elementos interactúan en la faena que allí se desarrolla.

El primer círculo que rodea el coso es de madera y le separa del callejón, al que se une a través de los burladeros. En este lugar se sitúa la cuadrilla, siempre atenta, presta para ayudar en la lidia y salir cuando es necesario a la arena en ayuda del torero, está el apoderado quien muchas veces dirige a gritos la faena de su torero, también están allí otros ayudantes menores y naturalmente los demás toreros y los médicos de la plaza...

Pero además hay otra gente que quizás no es necesario que este allí: empresario, ganaderos, veterinario, la prensa, la policía, algún pariente... Y muchísima gente que no debería estar allí: políticos, amigos de los políticos, técnicos varios, amigos del que da los pases, gente que se cuela, el que siempre está y nadie sabe porqué... Pero tanto unos como otros gustan de la fiesta, entienden de ella y saben lo que está pasando y su por qué. En este lugar se puede se puede palpar el miedo, el triunfo, la derrota, el olor del sudor y de la sangre, el sabor de la arena. Por allí circulan corriendo los miembros de la cuadrilla, las banderillas, las espadas, los puñales y a veces también el toro... Es el círculo sacerdotal que rodea al oficiante.

El segundo círculo es de piedra y aquí empieza el público espectador. Pegado a él la casta de los políticos, arropada por la de los ricos. A continuación los aficionados, entendidos en las artes del toreo. Luego los que gustan del espectáculo. Y el público en general. El precio de las entradas va bajando a medida que aumenta la distancia al toro. Aquí la fiesta se ve de otra manera, se mira la lidia desde luego, pero también interesan mucho los propios espectadores que están en otros lugares de la plaza.

Gente hay que se pasa las dos horas agitando los brazos y llamando a sus amigos.

Los hay que hacen lo mismo a base de teléfono móvil. Otros se dedican a mirar a las autoridades, a los personajes más o menos famosos que quizás no vuelvan a ver y cuentan su éxito por el número de personajes que han reconocido. Otros observan a las chicas guapas. Y todos acabado el tercer toro se dedican a merendar a base de cecina, tortilla de patatas y vino, merienda que fácilmente acaba con el fin de la corrida, desentendiéndose bastante de lo que ocurre en el centro del redondel.

Este segundo círculo es dividido en dos partes por el sol. Donde este da están las peñas y la gente de menor poder adquisitivo, a la otra parte los que pueden pagar más. Así pues se podrían saber con bastante precisión las rentas de cada espectador y su grado de importancia social sólo con ver donde esta sentado.

El tercer círculo es de hierro y sobre él, con la perspectiva que da la lejanía está la presidencia que controla los tiempos, retira los toros que no sirven y otorga los trofeos.

Además suele estar la banda de música, las entradas baratas, las reinas de las fiestas y la chiquillería en general. Es un espacio pequeño que casi conecta con el cielo.

Hay un cuarto espacio que no se ve y esta debajo de las gradas y se expande conectando con el mundo exterior. Aquí esta la enfermería, los bares, el almacén de almohadillas, los aseos, el lugar donde se destaza al toro muerto, y naturalmente los corrales. Vida y muerte a un paso la una de la otra.

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No es que yo sea un gran aficionado a la tauromaquia, pero reconozco que es un espectáculo único y singular. He estado muy cerca de los toros y se del peligro que encierran estos animales y del valor que hay que tener para enfrentarse a ellos armado con un trapo. Y no puedo por menos que admirar a quien expone su vida cada tarde.

SOBRE LAS CULTURAS Charlando con gente de todo el mundo se da uno cuenta de que el ser humano es igual en todas partes. Sus reacciones, sus sentimientos, sus emociones, a pesar de la enorme variedad de situaciones, son muy uniformes. No sé como serán los seres de otros planetas, si es que los hay, pero tengo la seguridad de que dos terrícolas se reconocerían como tales en cualquier eventualidad.

Sin embargo hay matices diferenciadores, en parte de tipo ambiental o socioambiental, en parte provenientes de la experiencia vital de cada uno, en parte y no pequeña de la formación o deformación recibida en la infancia y juventud y hay también matices diferenciadores o identificadores de pertenencia a grupo.

Hoy en día la comunicación vía internet está produciendo quizás por primera vez en la historia un trasvase cultural de una magnitud desconocida, ajeno al dirigismo político que siempre ha mangoneado en la educación y que ahora lo hace vía radio-televisión.

Lamentablemente imagino que a no tardar mucho la larga mano del control político y económico se extenderá a internet.

Sin embargo hoy por hoy la posibilidad de ser partícipe de opiniones de todo tipo permite abrir con rapidez la posibilidad dubitativa de la postura crítica. Cuando uno es capaz de dudar de, y poner en cuestión lo que oye, lee o ve es porque ha entrado en un proceso de madurez intelectual que entre otras cosas permite desarrollar la capacidad de pensar por uno mismo y la capacidad artística y creadora.

El resultado es palpable en el ambiente agnóstico de la civilización occidental, en la globalización económica, en el movimiento ecologista de ámbito mundial, en la música discotequera, en la gastronomía y en tantas otras cosas.

A esto se añade el fenómeno de masas llamado turismo y otro fenómeno más duro pero también masivo que es la emigración. Viajar permite ver lo que existe en otros lugares y compararlo con lo nuestro, permite conocer otras gentes y sus formas de vida y si tienes la suerte de hablar otros idiomas además del tuyo propio te permite comunicarte, intercambiar ideas y experiencias y volver a casa enriquecido. Por primera vez se está formando una cultura planetaria común. Aún hay muchos recelos pero creo que el siglo XXI, que empezamos apenas a vivir, va a ser realmente revolucionario en este sentido.

Habrá por supuesto quien se encastille en posiciones aislacionistas que siempre tienen como único objetivo el poder y el dinero, pero yo creo que están llamadas al fracaso.

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Paralelamente se esta produciendo una evolución en el ser humano tendente a liberar el subconsciente del yugo de la falsa razón, la falsa moral y las presiones sociales.

Estos movimientos de alcance impredecible van a cambiar nuestras costumbres de forma radical. Harán la cultura y el pensamiento mas permeable, mas entrecruzado, mas común y traerán mas libertad, aunque también mas soledad.

A pesar de todo el mundo actual tiene dos culturas muy diferenciadas que se mezclan con enormes dificultades, la que podríamos llamar judeo-cristiana-agnóstica y la que podríamos llamar del Islam. Yo espero y deseo que igual que convivieron durante siglos en armonía en España, lo hagan también en todo el mundo en este siglo. La tolerancia y la comprensión solo traen beneficios para el género humano. Lo otro es guerra, fanatismo y dolor.

Parece que en los momentos en que las sociedades están más encorsetadas es cuando el arte se muestra más vanguardista y surgen nuevos caminos de belleza, anunciando el cambio. La realidad actual en este campo a mi me parece un poco pobre y pienso que lo nuevo ha de surgir en breve y no necesariamente del mismo lugar. Quizá la nueva música nos venga del África olvidada. Pero el nuevo arte, el web-art está en internet. Y lo que es indudable es que la ciencia esta dando pasos de gigante.

El dirigismo político que es una constante en todas las culturas tratando de imponer lo que los individuos han de pensar, han de hacer y como han de hacerlo, pienso yo que cada vez encontrará mas dificultades y si es así habrá que felicitarse por ello.

Lo que echo en falta es el pensamiento trascendente, la introspección personal, la búsqueda de la verdad, el amor al prójimo. La facilidad de divorcio y el aumento de la longevidad ha traído mucha soledad y es ahí, por contraposición, donde Internet está creando una red de amistad intimista, pensamiento común, ventanas abiertas y lazos entre personas muy diferentes que es a mi modo de ver la nueva cultura. Una cultura de libertad que tiene sus leyes propias que alguien definió de esta manera tan bella: Quiero que me oigas sin juzgarme.

Quiero que opines sin aconsejarme.

Quiero que confíes en mí sin exigirme.

Quiero que me ayudes sin intentar decidir por mí.

Quiero que me cuides sin anularme.

Quiero que me mires sin proyectar tus cosas en mí.

Quiero que me abraces sin asfixiarme.

Quiero que me animes sin empujarme.

Quiero que me sostengas sin hacerte cargo de mí.

Quiero que me protejas sin mentiras.

Quiero que te acerques sin invadirme.

Quiero que conozcas las cosas mías y las aceptes y no pretendas cambiarlas, aunque te disgusten...

Quiero que sepas... que hoy puedes contar conmigo... sin condiciones…

Si la gente es capaz de transmitir a su pequeño entorno inmediato las ideas recibidas de esta red de amistad y pensamiento sin duda se estará logrando un efecto de permeabilización y transmisión cultural y moral de enorme calado. El boca a boca que se realiza por la red de redes a través de los Chat es un medio de transmisión de

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pensamientos y de enriquecimiento personal muy efectivo, si uno separa el grano de la paja.

EL SUPERMERCADO SEGUNDA PARTE Ha pasado bastante tiempo desde aquella primera vez y he ido al súper muchas veces ya, ahora soy casi un experto y he aprendido muchas artimañas. En primer lugar siempre llevo la lista de mis necesidades y procuro no mirar nada que no esté en ella.

En segundo lugar conozco al dedillo la topografía de cada supermercado que visito, esto me ahorra muchísimo tiempo, sé donde están las cosas, a pesar de que periódicamente las cambian de lugar para ver si picas y con ánimo de desconcertarte, quieren que te diviertas… Por supuesto tienen pensadas tus necesidades milimétricamente para que tengas que recorrer la totalidad del supermercado, por ejemplo la comida siempre esta en el lado opuesto a la entrada, quieren que hagas ejercicio…

He descubierto que las ofertas no son casi nunca lo más barato, las cosas de mejor precio están en el estante inferior o en el superior para que pasen desapercibidas.

Además no suelen ser lo que parecen, las latas tienen menos cantidad que las normales, los envases son más pequeños o exageradamente grandes, las bolsas no contienen exactamente los productos habituales, o tienen más del mas barato y menos del mas caro, o la fecha de consumo aconsejable es la de mañana. Y a veces, y esto es aun peor, te cobran en la caja el precio sin rebajar porque se les olvidó actualizarlo.

También sé que los productos mas caros están a la altura de los ojos, y los representantes pagan para que estén allí. Y si las ofertas son de ropa nunca están las tallas normales y por supuesto los colores o dibujos son de los que hieren la vista. Y si son electrodomésticos sólo existe el de la exposición.

Los libros rebajados son intragables y su encuadernación lamentable y si te tienes que llevar tres por el precio de uno, sólo este promete ser medianamente interesante, así que te sale a cojón de mico. Y desde el punto de vista financiero les vuelve locos poner que algo cuesta x con 95 e incluso con 99. Como a mi también me vuelve loco que me tomen por tonto he decidido que este tipo de rebajas no las voy a comprar ni aunque sean una ganga.

Los carritos también tienen su aquel, creo que están amaestrados y siempre tiran para el lado de las estanterías. No hay uno que vaya recto. Los hay que cuando los coges no te dejan meter la moneda, se ve que son apáticos y cuando los dejas defienden la moneda que finalmente les pusiste, con una tenacidad y una fiereza digna de un puma.

Y luego esta el tema de las cajas, en los grandes igual hay 40 cajas, pero cajeras 10, viene a ser como los peajes de las autopistas. Así que hay que tener intuición porque donde hay poca cola es que los carritos están a rebosar y donde hay mucha cola hay mucha. A veces ves una caja con poca gente y pocas cosas en los carros, es la caja rápida aunque no lo ponga claramente, entonces si pasas de seis cositas te mandan atrás. Y otras hay media docena de letreros seguidos que pone caja rápida, esas son

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las buenas porque nadie se atreve... En todo caso lo mejor son las colas donde sólo hay hombres, suelen cargar poco y casi todo triplicado, botellas en su mayor parte. Y la hora influye también mucho, lo mejor hasta las 11 que aun no han llegado las amas de casa, o bien de 2 a 3, están cocinando, aunque siempre hay alguna pesada que le cuenta su vida a la cajera.

LOS NIETOS Hace algún tiempo fui abuelo por primera vez. Aunque yo no soy nada niñero no deja de ser una experiencia sugestiva que se puede observar de lejos sin demasiado peligro y sirve además para recordar ciertas cosillas pertenecientes al pasado remoto cuando fuimos padres por primera vez y aprender cosillas nuevas que siempre es interesante.

De pronto todo se mueve al ritmo que marca el recién nacido y los tiempos entre sus comidas son lo que queda para hacer todo lo demás. Aunque supuestamente se pasa todo el día durmiendo la realidad es muy otra, cada tres horitas hay que alimentar, limpiar, cambiar, comprar, comer, dormir... y esto los padres. Nuestros hijos suponen que sus padres no tienen ni idea de lo que es criar a un hijo entre otras cosas porque no has leído los 80 fascículos de la colección “Como ser padres...”, ni has consultado los 80 millones de artículos que hay en internet sobre el tema, así que a los abuelos les tocan otras faenas como cocinar, ir a comprar pañales, hacer de chofer y cosas así. Esto puede ser una experiencia alucinante, imagina que vas a la farmacia con el encarguito y la boticaria te pregunta ¿pañales de día o de noche?, te quedas helado...

Y continúa de primera postura o de segunda, ¿que dice esta?, piensas... ¿Con elástico o sin elástico?, aquí ya te mueves en terreno conocido, con elástico respondes, y ella insistente, ¿el elástico en los costados o en la parte de atrás?, tu cara no refleja el sufrimiento interior, ¿los quiere ajustables por abajo? Y tú ya en plena agonía piensas que tendrá que ver con el sexo de la criatura pero no, las niñas y los niños son iguales para los fabricantes de pañales hasta que tienen 6 meses.

Podrás imaginar sin dificultad lo que puede llegar a ser comprar “leches maternizadas” porque hay más de 20 marcas con características diferentes y si “son leches complementarias” igual. Y tu que pensabas que eso de la leche era lo que venía en el tetrabrik del supermercado!. Craso error.

Por eso lo mejor es dejar la “intendencia especial” en manos del feliz padre que a fin de cuentas es el que tiene que aprender. Tú sólo tienes que limitarte a sonreír al nene y a la madre y decirle que es igual de guapo que ella e incluso que ha mejorado la raza lo que queda perfecto. Aunque tu veas un niño como los demás ligeramente enrojecido por el exceso de ropa que le ponen.

La abuela lo tiene más fácil, ya sabe... Aunque lo que no sabe es que sus hijos no saben que sabe. Y así con cierta desconfianza le van explicando lo que han leído en las revistas y le indican como coger a la criatura sin que se rompa, como limpiarle el culito sin que se le irrite, como ponerle la cremita y los polvitos de talco y todos esos detallitos que se necesitan para ser una abuela perfecta. Como esto puede superar el límite de resistencia psíquica de cualquier mujer lo mejor es que haga la comida para todos.

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Alfonso

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Claro que un día son tres a comer y cinco a cenar, al día siguiente siete a comer y la dejan plantada con la cena... En fin que sólo si ha sido una abuela previsora y se ha llevado este libro en el equipaje podrá salir con bien del acontecimiento (ya sabes cocina fácil, rápida y divisible). Aunque claro no es lo mismo comida para uno que para seis u ocho, aquí no vale freír 18 filetes porque te darían las 8 de la tarde, aquí no queda mas remedio que guisar y en abundancia. Y claro los pisitos de recién casados no están pensados para alimentar un regimiento, ni las cazuelas tienen el tamaño apropiado, ni...

Otra cosa que la abuela (y cuando digo abuela me refiero especialmente a la madre de la madre) suele hacer en estos casos es ocuparse de la lavadora que entre las múltiples ropitas del bebé (toallitas para las babitas, flemitas y pequeños vómitos, sabanitas si ha traspasado, camisetitas, bodys, pijamitas, calcetinitos, baberitos, mantitas y demás cositas que nadie sabe ya ni como se llaman, todo eso si pequeñito, o sea una media de ocho prenditas cada vez que mama (se llama toma) y las de los demás hijos que han venido a ver a la nueva madre y se alojan en el pisito (toallas, sábanas, servilletas, manteles..), suele resultar una labor agobiante. Además hay que hervir biberones, chupetas, tetinas...

Y todo esto es lo fácil, ahora imagina que el yerno es extranjero y no se entiende con la boticaria que es andaluza. O que aparecen los suegros que vienen de otro país y tienen otras costumbres y quieren comer a las doce y cenar a las cinco y además aprovechar para hacer turismo. Y que en la casa se acaban chapurreando varios idiomas y los malentendidos son continuos y hay que hacer de traductor tartamudo...

De todas formas lo que más me encanta de los bebés es la increíble capacidad que tienen para hacer varias cosas a la vez. Pueden mamar, vomitar y hacer caca al mismo tiempo. Pueden vomitar (un vómito pequeñito eso si), eructar y hacer pis simultáneamente y además lloran. Tienen una extraordinaria habilidad para hacer pipí cuando después de bañarles y echarles colonia les acabas de cambiar el pañal, mientras se ríen... de ti. Los chicos a veces lo hacen un poquitín antes... en tu cara, las niñas no tienen esta habilidad que se sepa. En estos casos hay que volverles a cambiar el pañal con la consiguiente pérdida de tiempo.

Si los hechos rigurosamente científicos que hasta aquí he relatado os han producido el natural sofoco, porque la verdad excita mucho y hace subir la temperatura, nada mejor que el salmorejo de Córdoba, pero si lo que os produce es una sensación de irritante debilidad es necesario comer enseguida y ante esta emergencia te daré la receta del bacalao exprés que son diez minutos y una delicia, así es como se hace en Portugal y es fácil y rico.

- Salmorejo de Córdoba Se hace con un buen trozo de pan del día anterior (o sea unos 400gramos) que se remoja en agua y cuando se haya ablandado de escurre con la mano, un par de tomates grandes o tres, solamente lo rojo y a ser posible pelados, uno o dos dientes de ajo pelados naturalmente, medio pimiento verde sin pepitas (o sea la mitad inferior), medio vasito de aquellos de vino con aceite de oliva virgen (o sea 125 cc), dos cucharadas de vinagre de vino, dos pizcas de sal (cucharadita y media).

Se prepara la batidora y se echa todo dentro hasta que quede una sopa espesa, se puede añadir algo más de pan o algo más de agua, según se vea la cosa. Se pone en

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un recipiente adecuado, se tapa con un paño y al frigorífico hasta que este bien frío.

Mientras se cuece un huevo duro y se preparan unos tacos de jamón.

A la hora de la verdad se saca del frigo, se pone un poquito de aceite por encima, el huevo partido en gajos o trozos y el jamón. Una exquisitez.

Después de este primer plato va bien un poquito de pescado, como ya os he dicho - Bacalao estilo Génesis El bacalao lo compras desalado y congelado sin espinas, la piel se quita en un pis-pas. (cinco minutos la primera vez y dos minutos las siguientes). Compras patatitas a la paja de esas finas como palitos (ni se te ocurra hacerlas en la freidora porque te saldrían muy "patatosas"). Descongelas el bacalao y lo desmigas con unas tijeras (para que se haga antes).

En una sartén con un chorrito de aceite (poco aceite, ¿eh? que las patatas a la paja, ya llevan), (opcionalmente en ese aceite puedes freír un par de ajitos en láminas), añades un poco de leche (media taza) al aceite, luego las patatas a la paja que se cuecen en la mezcla de aceite y leche unos minutos. Cuando estén blanditas (pochadas), a ver, se trata de que resalte el sabor del bacalao así que no te pases de patatas, (si ves que están aun duras añades un poco mas de leche, ok?) echas el bacalao y lo rehogas, se hace enseguida (lo echas encima de lo anterior (no aparte) y remueves. Ojo, son cinco minutos pero no te puedes mover del lugar, necesitas removerlo constantemente, ¿eh?

Por último encima de todo eso un huevo crudo o dos, lo echas y remueves (se mezcla con la masa para que se diluya lo que hace en unos segundos, y le da consistencia y color).

Terminas espolvoreando perejil natural picado de adorno y es una delicia, otra cosa... pruébalo de sal al final y rectifica (es que hay bacalaos congelados que están mas salados que otros).

Mejorable... si le echas una cazuelita de gulas, si vienen crudas con el aceite de los ajos vuelta y vuelta y si ya las compras al ajillo sólo echarlas pero eso es opcional... (prueba de ambas formas y decide).

Se podría llamar también bacalao con paréntesis, a quien le salga mal después de tantas aclaraciones le daré una colleja. Espero que a ti no se te queme el bacalao. Y cuando le cojas el truquillo, ya te digo, diez minutos.

Una vez calmadas nuestras necesidades básicas os recuerdo que con el segundo hijo lo resolvisteis casi todo con el rollo de papel de cocina, claro que era vuestro segundo hijo, no el primer hijo de vuestra segunda hija...

EL BONIATO

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Yo nunca había comido boniato pero un día me regalaron unos cuantos para probar.

Según me habían dicho se asaban en veinte minutos, se partían por la mitad y se les ponía azúcar al gusto. Así pues cogí el más pequeño, los experimentos conviene hacerlos a pequeñas dosis, y lo pelé porque tenía un aspecto negruzco por fuera y lo dejé para hacerlo mas tarde. Cuando volví al cabo de unas horas vi que se estaba poniendo negro otra vez, así pues lo puse en un plato hondo, lo tapé con esas tapas de plástico que tengo para microondas y lo metí dentro, puse el temporizador a 20 minutos y lo dejé dispuesto a volver al cabo de un rato y comer aquella cosa exótica, al menos para mi.

Lo cierto es que me olvidé del boniato, olvidando de paso esa vieja pero fundamental regla que dice que hay que estar en la cocina cuando se cocina...

Al cabo de una hora o así me acordé de él y fui a ver como estaba. Ya al acercarme pude percibir por toda la casa un olorcillo dulce que me encantó. Esto duró hasta que abrí la puerta de la cocina, donde me recibió una nube de humo espeso y consistente que me dio en la cara alertando los peores augurios. Abrí las ventanas, puse en marcha el extractor y abrí la puerta del microondas de donde salió un humo casi sólido que apenas dejaba vislumbrar lo que había dentro.

Pasado un buen rato cuando el humo se había ido suficientemente puede ver dentro del microondas el plato partido por la mitad y recubierto de una masa plástica endurecida que quemaba aún como pude comprobar al sacar el dedo negro y churruscado. Esperé media hora y saqué aquello, dentro había un montoncito de carbón vegetal que imagino era el cadáver del boniato. Todo el microondas estaba negro de hollín y la cubierta superior del aparato colgaba tristemente dentro de él.

Con la vaga esperanza de que el cacharro volviese a funcionar cogí el jabón y el estropajo y tras quitar la capa superficial comprobé que aquel hollín incrustado en las paredes no se iría ya en la vida habiendo dejado en la pintura la marca indeleble que los sucesos aciagos dejan en el alma.

Predispuesto a lo peor limpié aquello como pude y coloqué dentro un vaso de agua para comprobar mi sospecha y efectivamente no calentó, el microondas había muerto.

En vista de ello y con el olor de boniato incrustado también en mi nariz hice un balance de situación. La explosión y posterior incendio del boniato había dejado aparte del microondas fallecido, los visillos para lavar, los muebles de la cocina ahumados, el suelo con un rastro negruzco producto de mis intentos de limpieza del hollín, el techo y las paredes con un bonito color tostado y un olor ligeramente dulce que parecía dispuesto a quedarse allí indefinidamente.

Y lo mas triste es que aun no se como sabe el maldito boniato que en gloria esté. Y que no puedo echar la culpa a nadie y que encima si lo cuento se reirán de mí. Y aun tuve suerte porque las camisas que había estado planchando me las llevé al armario antes de la catástrofe y no tuve que volver a lavarlas y plancharlas por segunda vez.

También se ha salvado el teléfono y nadie ha resultado asfixiado salvo una araña que debía vivir en algún rincón de la cocina.

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- Bonito encebollado Un domingo vinieron mis hijas a comer, con sus maridos naturalmente. Ante la tesitura de hacer algo para seis (dejando una dosis para mi lunes) me decidí por una receta inédita, contando con que el sábado tendría toda la mañana para hacerla, fue el bonito encebollado.

A primera hora del sábado me fui a la pescadería del súper, porque generalmente a esas horas no hay casi nadie, es la hora de los jubilados que procuran estar en ese lugar el menor tiempo posible. Casualmente ese día todas las marujas estaban allí y todas comprando pescado, cogí en número 99 para la vez y observé que iban por el 43, pero ya no podía hacer nada porque no era el momento de cambiar de menú. Al rato pude ver que aquello tardaría bastante, así que me fui por los pimientos y cuatro cosillas más que necesitaba y cuando volví el turno iba por el 69. Como era la primera vez que compraba algún pescado que no estuviera congelado en un aparte pregunté a la pescadera si tenía bonito y ella me dijo señalando vagamente el mostrador lleno de toda clase de peces, sólo queda lo que ve Ud. allí.

Yo tenía una idea mas o menos remota de cómo es el bonito y de que generalmente se vende en rodajas, gracias a lo cual cuando ya iban por el 83 pude identificar unas rodajas en el centro de la mesa, un poco escondidas debajo de un papel de estraza. A ojo de buen cubero calcule que con tres o cuatro seria suficiente, había seis. Pero inmediatamente pensé y si alguna quiere bonito y me quedo sin él, la cosa era seria así que me entró una angustia vital y comencé a fijarme en lo que pedía la gente obteniendo de paso y gratuitamente una culturilla que supongo me será útil en otra ocasión.

Tuve suerte y cuando me llegó el turno pude pedir mi bonito, déme un kilo doscientos gramos le dije a la moza, ella me miro de arriba abajo, supongo que para evaluar mi capacidad económica y dijo con una sonrisa de complicidad, mire para lo que queda se lo pongo todo. Yo no pude resistirme a sus encantos, presumiendo además que si lo hacía me quitaría la mejor de las rodajas, así que me vine a casa con todo el bonito.

Ya sabía que iba a tardar cierto tiempo en preparar los ingredientes y así fue. Lo primero que hice fue preparar el pescado, esto es quitarle la piel y las espinas. Para ello se necesita un cuchillo bien afilado y de hoja flexible y cierta habilidad que yo ya había adquirido un día que quité la piel a un bacalao, esto me llevó un buen rato, aprovechando de paso para trocearlo en cuartos si contamos todo lo que se desmiga que fue a un montón y que se maneja como si fuera un trozo mas. A medida que lo iba cortando y limpiando bajo el grifo, lo puse a escurrir en una fuente con un par de trozos de papel absorbente de cocina por debajo.

Hecho esto me dediqué a las tres cebollas grandes, pelar, trocear menudo, llorar, en fin lo normal. Esto fue a parar a una olla grande donde previamente había puesto aceite de oliva a calentar a fuego suave a fin de irlas pochando, junto con un par de cabezas de ajo en rodajas. A continuación hice lo mismo con tres pimientos verdes grandes a los que hubo que quitar el rabo, las semillas y unas cosas blancas donde están adheridas. Allí también terminó sus días una hoja de laurel.

Mientras todo esto se pochaba lo que vino a tardar unos veinte minutos, en una sartén fui pasando por aceite muy caliente los trozos de bonito, vuelta y vuelta para que coja color por fuera y se mantenga crudo por dentro conservando los jugos, cuestión esta

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que distingue a un buen cocinero, pues hay quien no lo sofríe y le queda seco como la suela de un zapato.

A continuación puse todo el bonito dentro de la cazuela de las verduras junto con medio vaso de vino blanco, sal, pimienta, orégano y perejil en polvo. Se cuece así unos ocho o diez minutos con la cazuela tapada volteando el bonito de vez en cuando por ambas caras y removiendo todo para homogeneizarlo. Se apaga el fuego y se deja reposar tranquilamente y ojo porque si te pasas de cocción o de fritura te quedará seco. Pasadas unas horas lo metí en el frigorífico y al día siguiente se calentó un ratito y se sirvió. Puedo deciros que fue unánimemente alabado por todos los comensales que están muy bien educados y esperan razonablemente que su padre les vuelva a invitar en otra ocasión.

De primero les hice una sopa de fideos con jamón para lo que sólo hay que aplicar la técnica de la cocción y de postre fruta. Se les cayó el vino y un poco de sopa, así que tuve que lavar el mantel, afortunadamente las servilletas que saqué eran de papel, porque si no, no habrían cabido mis camisas en la lavadora.

LA MASA CRÍTICA No suelo dedicarme a hacer salsas más por falta de tiempo que de ganas. En las tiendas venden algunas que directamente se pueden mezclar con los alimentos como la salsa mayonesa y otras en forma de polvillo que con una ligera elaboración se hacen en un instante. Solamente cuando me entra la neura y me dedico a fabricar cien croquetas hago la salsa bechamel, imprescindible para este plato. Reconozco que la mayoría de las veces las compro listas para freír aunque se necesita un microscopio para llegar a ver los rastros de pollo.

En la besamel se produce un efecto curioso, al rato de poner al fuego la leche y la harina se produce un aglutinamiento que transforma un liquido y un polvo en algo que tiene una consistencia pastosa y que tiene poco que ver con los elementos originales y en la mayonesa ocurre algo parecido con el huevo y el aceite. Lo que antes funcionaba individualmente ahora es otra cosa con propiedades y sabores diferentes.

Igual pasa en la sociedad, vemos por la calle gente y la reconocemos como tal, es decir una serie de personalidades individuales que van libremente en cualquier dirección, pero si esta misma gente se viste de forma determinada, camina en la misma dirección y van en líneas de a cuatro individuos puede que estemos viendo un ejército, los individuos se han transformado en otra cosa distinta, una especie de superorganismo.

Una acción tan inocente como conversar puede producir efectos parecidos, si son dos las personas que hablan cada uno expresa su opinión, puede ser que una convenza a la otra haciéndole que cambie de idea o no, digamos que hay igualdad de oportunidades y ambas personas mantienen su individualidad. Cuando la conversación es en grupos reducidos siempre hay alguien que lleva la voz cantante, al menos inicialmente, los demás le escuchan educadamente y puede que acepten sus ideas o que alguien a su vez interrumpa el monólogo tomando la iniciativa y exponiendo su criterio. Si el segundo tiene una buena técnica podrá desmontar los

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argumentos oídos, tratar de imponer su criterio y con un poco de habilidad lograr adhesiones a su punto de vista. La gente por lo general no participa demasiado y se adhiere a los criterios de la mayoría, pero siempre se puede intervenir aportando las propias ideas o repitiendo las ya expuestas. Un contertulio experimentado puede hacer lo que podríamos llamar manipulación de la opinión general, lo que es un efecto interesante.

Pero cuando la conversación es de grupos numerosos de gente y solamente habla uno que además de ocupar generalmente una posición preeminente y dominadora, suele tener la opción de retirar la palabra a cualquier otro, si es que se la da, lo que en todo caso ocurrirá al final de la perorata, los oyentes no tienen la opción de contraargumentar a lo que están escuchando así que sólo tienen dos opciones, la adhesión inquebrantable o la pitada mayúscula e incluso estas dos posibilidades pueden ser hábilmente controladas mediante colaboradores supuestamente espontáneos que jalean al orador o pitan al opositor. Pero al margen de esto y es lo verdaderamente interesante cuando existe un número de personas suficientemente grande es posible u obligado moverse todos juntos y esto es lo característico de la masa, que a partir de ese momento funciona como un todo y de manera muy distinta a la del individuo aislado.

Estos cambios de funcionamiento ocurren también en otros ámbitos, pensemos por ejemplo en una autopista, cuando hay un numero reducido de vehículos se va de maravilla y cada conductor va a la velocidad a la que se siente cómodo y seguro, pero cuando el número es excesivo se colapsa, los conductores se han transformado en atasco. O imaginemos la pintura o el arte, un pintor aislado puede ser un genio pero sólo cuando hay una concentración de artistas en algún lugar y tiempo determinado se produce un movimiento artístico, como ocurrió con el movimiento impresionista en el Paris de finales del siglo XIX o el movimiento intelectual y poético del Madrid los años 20 de los que se habla como la generación del 27, o en la música de los 60 que perdura en el tiempo capitaneada en su momento por Elvis Presley y los Beatles.

Sucede lo mismo en el mundo de los insectos, basta recordar los termiteros, las colmenas, o la plaga de langostas. O en el de las aves cuando se produce la migración anual de algunas especies o en el de los peces que se desplazan en bancos. O en la propia naturaleza como vemos cuando se produce un desprendimiento o un alud, o cuando se produce el fenómeno de formación de estrellas a partir de nubes de gas en la inmensidad del universo. Cuando esto ocurre se produce otra cosa distinta del original y cambian los comportamientos del grupo.

Podría manejarse la misma idea cuando se produce una avalancha de personas como sucede a menudo en la Meca, o cuando las personas huyen del fuego en una discoteca, o de una amenaza imaginaria o real, o cuando se produce una estampida en el mundo animal.

Se ve claramente que el efecto masa exige que se reúnan muchos elementos de la misma clase. La cantidad mínima de elementos que unidos hacen que las unidades sueltas se aglomeren en una especie diferente es lo que se llama masa critica. Es un concepto que proviene de la física nuclear y se define como la cantidad de material fisionable a partir de la cual se produce una reacción en cadena, es decir automantenida. Si los átomos liberan su energía poco a poco no pasa nada, si lo

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hacen a la vez se produce una explosión, es lo que diferencia un reactor, que produce la útil energía eléctrica, de una bomba nuclear, que produce una enorme destrucción.

Sin embargo no basta con que haya muchos elementos en un mismo lugar, es necesario que algún acontecimiento o algún líder catalice el proceso. El líder produce emociones simples, engancha y a partir de ahí la masa se emociona y ya no piensa, se contagia. Para ello se suelen utilizar una serie de palabras clave: libertad, enemigo, catástrofe, desigualdad, víctimas, fraude, discriminación, corrupción, favoritismo, contaminación, amenaza, avasallar, sensibilizar, beneficiarios, confianza, diálogo, fuerza, ideología, independencia, intereses creados, obstáculo, participación, sostenibilidad, unidad, valor, patria. Y por supuesto infinidad de palabras a las que se intenta dar otro significado desvirtuándolas. Toda conversación tiene un fin: el mensaje que se transmite, y una forma: como se dice. ¿Y como se contagia la gente?. Podría llamarse aprendizaje por la imitación, se mira al vecino y se hace lo que él para no ser diferente y no llamar la atención. Una observación intrascendente de este tipo lo vemos en la misa dominical, en un momento dado alguien se pone de pie, en pocos segundos todos los fieles le imitan. O en un concierto que termina, de momento hay un silencio luego alguien inicia los aplausos y rápidamente toda la sala esta aplaudiendo.

Por cierto que siempre me ha sorprendido que cuando sale el director de orquesta al inicio del concierto es aplaudido por todos sin haber hecho aún absolutamente nada.

Yo he intentado ser aplaudido cuando llego a la oficina a las ocho de la mañana sin el mas mínimo éxito, lo que no acabo de entender, llego guapo y elegante y tampoco he hecho nada todavía, debe haber algún motivo que se me escapa... Puede que sea que la gente que se reúne en el auditorio lleve una cierta predisposición que quizás no tengan mis compañeros de trabajo, lo que puede estar relacionado con la esperanza que tienen los aplaudientes de recibir una recompensa en forma de placer y emoción, cosas estas que son bastante mas inseguras cuando es el jefe quien llega al trabajo, o puede ser que en la oficina no se haya alcanzado la masa crítica... Eso sin contar que ya se sabe que la música amansa a las fieras, al igual que ver bailar produce ganas de bailar, creando una especie de relaciones afectivas positivas Esto me lleva a pensar que es lo que se opone a la formación de este punto de criticidad. En el caso de la formación de estrellas son los movimientos centrífugos, los campos magnéticos, los vientos solares, pero cuando la masa es de gente tiene que ocurrir un suceso que desvíe la atención, un petardo por ejemplo o un contra-líder bien apoyado y con una técnica muy eficiente, ya que inicialmente todo está en su contra.

Aunque generalmente no se consigue la dilución de la masa en unidades individuales y autónomas, a no ser que el acto haya terminado, sino que se dirige en otra dirección, salvo que se ponga a llover a cántaros, en cuyo caso la masa se fragmenta por si misma en pequeños grupos que suelen encontrar acomodo en los bares de los alrededores...

Siempre me ha interesado saber como se consigue manejar a las masas. Lo que hace el orador en la tribuna esta muy directamente relacionado con la creación de los estados de opinión, eso que llaman toma de conciencia y que trata de conseguir una reprogramación cerebral de la futura masa mediante el uso sentimental del lenguaje y es una sutil mezcla de compromiso de intenciones por parte de instituciones interesadas, entretenimiento y escenificación, medios de amplificación de sonido e

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imagen, bombardeo de consignas que llaman iniciativas, y argumentos para hacer pensar que el juego es limpio, generoso y solidario, implícitos en el mensaje que se quiere enviar, con el fin de contagiar a la gente apelando a sus sentimientos mas básicos e instintivos y evitando a toda costa que se despierte el sentido crítico.

Acallando las voces discrepantes, no dejando exponer las ideas al análisis reposado y si es necesario ridiculizándolas o impidiéndose el uso de la palabra. Es decir metiendo mucho ruido, aunque siempre el mismo, para que no se oiga a los disconformes y creando complicidades emocionales. Es decir apelando a emociones sociales: culpa, vergüenza, humillación, odio o por el contrario exaltación del grupo y del líder por asunción del éxito real o ficticio, presente o futuro, de unos pocos en los que se centra la imagen que se asume como propia, como pudiera ser un equipo deportivo, es aquello de somos los mejores, vamos a ganar, no nos vencerán, etc.

Algo parecido a la publicidad de ciertos productos de consumo donde no se da información alguna sino que se venden falsas expectativas: Ud ligará con una muchacha espectacular si compra este coche. Ud tendrá un cuerpo fabuloso si compra este aparato de gimnasia que además se guarda debajo de la cama. Ud será un cocinero de primera si compra este robot maravilloso. En resumidas cuentas ideas falsas y simples que vienen a ser la esencia de la técnica de reprogramación o lavado de cerebros y que se basa en asociaciones que liberan la conciencia, por ejemplo empresario-explotador, terrorismo-heroicidad, raza-nivel de inteligencia, ciencia-magia perniciosa, progreso-destrucción de la naturaleza, consumo-felicidad, voto-bajada de impuestos, vida agradable-hambre en el tercer mundo, y tantas otras. Basta sustituir los guiones por la palabra “significa” para darse cuenta de su falsedad. Aluvión de propaganda y frases interesadas que también se utilizan para convocar a una huelga, aunque además haya que recurrir a los piquetes “informativos” debidamente provistos de armas coactivas por si acaso se descontrola el personal. Técnicas que imagino ya se usaron para incitar a la guerra a las cruzadas (si venís conmigo y matáis infieles os haréis ricos y ganareis el cielo), porque realmente no hay nada nuevo bajo el sol, aunque se acomode al estilo de los tiempos. El objetivo es claro, la manipulación de las conciencias tiene por fin debilitar el libre albedrío, que a su vez tiene un fin claro: disminuir la voluntad individual y dirigir al conjunto en la dirección deseada.

Otro día os explicaré como se hace la salsa mayonesa o la besamel, pero hoy se me ocurre que para lograr esa especie de masificación y aglutinamiento a la que estamos haciendo referencia, lo mejor sería hacer algún pastel aunque no de esos dulces que venden en las pastelerías. Veamos unos ejemplos clarificadores de esta técnica en la que usaremos el horno a pesar de lo poco que congenio con él.

- Pastel de patatas Lo primero es preparar un puré de patatas espeso. Os recuerdo, pelarlas, partir en trozos y hervir con agua, sal y mantequilla, majarlas. Esto es de las primeras páginas.

Poner en un molde aceitado no metálico una capa de puré, sobre ella una de chorizo frito o bacón en trocitos o bien vegetales cocinados o rehogados o mariscos cocidos.

Otra capa de puré. Espolvorear con queso rallado. Meter en el microondas cinco minutos. Se puede poner alternadamente otra capa similar. Entre una cosa y otra se tarda un buen rato, pero merece la pena.

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Una variante es hacer la operación sobre un trapo limpio y enrollar el puré y el relleno sobre si mismo, fabricando así un cilindro de capas alternadas que luego va al microondas. Es una operación delicada pero queda bonito. Ni que decir tiene que el trapo hay que quitarlo, solo es para ayudarse.

- Pastel de carne Es una receta similar a la anterior. Así que ya sabéis: ¾ de litro de leche, mantequilla, sal, copos de puré de patata (esta vez iremos a lo rápido), aceite, cebolla, sal, medio kilo de carne, vino blanco. Como veis siempre introduzco alguna variante, hay que experimentar...

Cocer dos huevos, picar aceitunas y pimientos, untar el molde. Puré-carne-puré-carnepuré-adorno. Queso rayado por encima y gratinar al horno (Podemos cambiar carne cocinada muy menuda (cocida, frita o adobada) por pollo, verdura rehogada o capa de tomate, en este último caso quedará con un artístico contraste de colores como si fuera la bandera española.

- Pastel con puerros Puré de patata cocido hecho con caldo de pollo (toma ya, que perfeccionamiento...), colocado en el fondo de una fuente de cristal para horno, con perejil, sal y pimienta.

Colocáis encima los puerros cocidos enteros con sal (hacerlos viene a durar unos 20 minutos como la mayoría de las hortalizas).

A continuación y por encima una capa de tomate pelado en rodajas crudo.

Sobre esto espolvoreáis pan rallado, ajo picado y perejil.

Observa que hay que mantener el orden de las sucesivas capas.

Gratinar (unos 8 minutos) para conseguir que quede una bonita capa dorada y todo el conjunto aglutine los diversos sabores.

Es un plato relativamente simple pero muy resultón...

- Pastel de pollo Se necesitan dos pechugas y jamón de york a partes iguales, lo mejor es que os lo piquen menudito en la carnicería. Y unas lonchas de beicon.

Salar el picado y amasar con un huevo batido, dar a la masa forma de cilindro y envolverlo en las tiras de beicon, ½ kg aproximadamente, doble de bacón que de pechuga, de forma que quede todo bien cubierto.

En una bandeja o fuente lo regáis todo con un chorrito de vino blanco y lo metéis al horno a 200º durante media hora.

Cuando el bacón esté dorado y sin grasa lo retiráis y esperáis a que se enfríe.

Recordad que el punto lo da el aspecto del bacón.

Se obtendrá de esta forma una especie de fiambre que se come frío, resolviendo la comida de varios días. Admite mayonesa.

- Pastel de pescado Se hace con cabracho (que es pescado de roca) y cola de rape.

Olla, agua para cubrir el pescado, cebolla entera, dos zanahorias, chorrito de aceite y sal yodada. Hervir.

Ponéis ahí el pescado y cuando al pincharlo suelte la espina la quitáis.

Batir un huevo o dos. Mezclar el pescado y el huevo, molde y baño maría. Supongo que a estas alturas de curso ya sabéis lo que es el baño de maría. Espero que nadie piense que es meter a María en el baño. En caso de duda podéis ver las primeras páginas.

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LA FELICIDAD Hay veces que en mi casa un olor se destaca del fondo, no sé de donde sale, ni es siempre el mismo. Ocurre en ocasiones, al principio buscaba su causa, revisaba las habitaciones, miraba las puertas y ventanas, la espita del gas, buscaba algún bicho, algún bote caído, alguna razón, pero ya no lo hago, he visto que no tiene origen y he asumido que también el misterio forma parte de la vida.

Hoy ha vuelto a suceder y un olor indefinible me ha traído una vaga sensación de felicidad. Todos deseamos ser felices y hoy he sentido necesidad de reflexionar sobre la felicidad. Ya hace bastante tiempo que he querido averiguar en que consiste y he venido preguntando a mucha gente, he recibido como es natural respuestas muy diversas, aunque todos parecen coincidir en que es una situación inestable de carácter temporal, pero eso al margen creo que podría describirse como un estado de bienestar.

Es sentirse bien, es decir, estar a gusto con uno mismo. Eso supone un estado anímico equilibrado, una salud aceptable, un pasar económico, pocas o ninguna preocupación, un cierto control sobre nosotros mismos, sobre nuestros deseos, una cierta dosis de satisfacción personal, sentirse razonablemente querido y querer también a la vida, al mundo y a la gente, y tener sentido del humor. Podría añadirse que el estado de felicidad conlleva estar satisfecho con lo que uno tiene, no engañarse uno a si mismo y no tener malestares (que no es lo contrario de bienestares) en todas sus manifestaciones, tanto en la salud como en aspectos mas subjetivos. Es difícilmente concebible, por ejemplo, que una persona que odia, que agrede o insulta pueda ser feliz.

Habría que preguntarse que no es la felicidad o que trae la infelicidad para tener el cuadro completo. Para ello bastaría poner en negativo lo que acabamos de describir: El desequilibrio, el dolor, el hambre, la sed, las preocupaciones, la ausencia de afectos, el rencor, el miedo, la angustia, la ansiedad, el remordimiento, la ambición.

Hay también otros aspectos que contribuyen a la infelicidad y que yo definiría como errores de percepción de la realidad, tanto internos como puede ser la idealización de personas u objetos, que pueden llevar a la búsqueda de lo inexistente, como externos tal que los prejuicios sociales, religiosos o morales estampados a fuego en la más tierna infancia y que dan lugar a una especie de auto represión en muchas materias.

Isabel Allende dice en uno de sus libros: «Lamento las ocasiones de hacer el amor que he dejado pasar por ocuparme de tareas pendientes o por virtud puritana, ya que la sexualidad es un componente de la buena salud, inspira la creación y es parte del camino del alma... Por desgracia, me demoré treinta años en descubrirlo». (Afrodita1997) No es que dé mucha felicidad dejar para el futuro las satisfacciones que nos podría dar el presente, no digamos si ese futuro está situado después de la muerte. Esta frase de John Lennon define muy bien esta idea: «La vida es aquello que te va sucediendo mientras tu haces otros planes... ».

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Otra pregunta que me hago es si hay distintas clases de felicidad. ¿Hay una felicidad para bebés, para adolescentes, para maduros, para mayores? Analicemos la cuestión punto por punto. Basta mirar a un bebé para darse cuenta que está en un estado de felicidad si tiene cubiertas sus necesidades básicas, comida, calor, limpieza, afecto y ausencia de dolor. Un niño necesita además jugar, aprender experimentando, distraerse. El adolescente disfruta relacionándose con los demás y descubre el amor y la sexualidad. Los jóvenes tienden al romanticismo y a veces suelen confundir la felicidad con el placer.

Más adelante se descubre el proceso de la vida y se abre un campo que puede o no llevar aspectos de felicidad: el arte, el trabajo, la maternidad o paternidad, etc. Diríase que a medida que la vida se va desarrollando y pasando se van agregando componentes nuevos que van haciendo mas complejo alcanzar ese estado feliz que puede tornarse cada vez mas esquivo.

Es posible que sean las personas de cierta edad, que ya han superado muchas ambiciones e incluso están a punto de terminar de pagar el piso, quienes tengan mayores posibilidades de encontrar ese estado y hoy además aun queda un margen razonable de tiempo antes de entrar en el asilo o en el cementerio. El horizonte de la muerte se ha alejado pero está presente y nos da un tiempo nuevo para gozar la vida que no tenían nuestros antepasados. No todos lo consiguen porque hay gente que va en busca de la vejez y prefiere alejarse de la vida de forma deliberada reduciendo sus relaciones con el mundo exterior al mínimo imprescindible, limitando los temas de relación y superficializando los contactos. Pero hay viejos que son jóvenes con experiencia, y hay muchos y con bastante buena salud, y esta es una situación verdaderamente nueva en la historia de la humanidad que se ha iniciado en los últimos años del siglo XX y marcará los siglos venideros. ¿Hay una felicidad mística, una felicidad religiosa, una felicidad civil? Posiblemente sí, aunque estos estados de felicidad están ligados a mi modo de ver a la temporalidad.

Yo desde luego no he tenido arrebatos místicos, ni experiencias mágicas, ni he trascendido de mi cuerpo terrenal. Tampoco he experimentado con drogas, salvo la aspirina, que ciertamente me ha quitado algún dolor de cabeza. Sin embargo el uso de productos que afectan al cerebro es tan antiguo como la humanidad, chamanes y hechiceros de todas las culturas los han utilizado con diversos propósitos según se constata históricamente; la marihuana era legal en Europa hasta el siglo XIX, el opio se ha usado en Asia como todos sabemos y el uso de cactus y hongos alucinógenos estaba extendido por ciertas zonas de América.

En el aspecto que podríamos llamar religioso existe una felicidad ligada al poder del rito y la liturgia. También es un sistema antiquísimo, son generalmente reuniones de reafirmación como grupo que permiten olvidar por un tiempo el aislamiento intrínseco del ser humano y se entronca con ritos tribales celebrados en fechas señaladas asociadas a acontecimientos naturales o astronómicos o propiciatorios de la caza o el clima, con emisión de sonidos monótonos y ritmos repetitivos que parece ser crean una resonancia psíquica entre los participantes, frecuentemente acompañados de giros o bailes, a veces seguidos de sexo individual o colectivo, cuyo objeto último es la unión del hombre con la naturaleza. El grupo da seguridad, tranquilidad y por tanto felicidad. Muchas veces estos rituales se celebran en lugares reservados para ello como los templos o modernamente las discotecas. Los ritmos ancestrales pueden rastrearse en la música moderna y en algunos bailes en los que prácticamente no

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hace falta pareja. Esta tendencia se continúa en la musicoterapia y en la música ambiental de las clínicas odontológicas y de algunos centros de producción.

También parece que da mucho gusto el ejercicio del poder y el poder manipular a la gente mediante la promulgación de leyes de obligado cumplimiento, felicidad esta equiparable a la de saltarse las normas. En otro orden de cosas competir deportivamente y no digamos ganar, asistir a un partido o a un espectáculo, practicar el sexo y por supuesto la televisión, alienación moderna por excelencia, contribuyen a ese estado de euforia que se aproxima a la felicidad en la medida que nos aleja de las preocupaciones cotidianas. Es lo que llamo felicidad civil. ¿Hay más clases de felicidad? Yo diría que si. Existe la felicidad activa y la pasiva, la primera viene ligada a saber actuar frente a los imponderables y cambiarlos si son cambiables o asumirlos si no lo son, así como a la búsqueda consciente de situaciones que nos provocan, según el momento, sosiego, placer o pasión semicontrolada, elemento este último que no es ajeno al estado feliz. La pasiva está en parte ligada al olvido y al aprovechamiento de cada cosa buena que nos trae la vida, es decir sacar bueno de malo. A modo de ejemplo el otro día estando en el sótano al acercarme a la escalera vi que me había dejado encendida la luz de la última planta, esto me fastidió porque es un gasto inútil, así pues subí a apagarla, consecuencia de esto fue hacer un poco de ejercicio que me vino bien, descubrir que la puerta del dormitorio estaba abierta con lo que pude cerrarla y evitar que se enfriase, bajarme un libro que necesitaba y un jersey, beber un vaso de agua que deseaba, y ahorrar dinero en la cuenta de la luz. Esto que digo es quizás muy pueril pero ilustra la forma de pensar que cambia lo malo en bueno.

Lo mismo existe la infelicidad activa y la pasiva. La primera está en ver siempre el lado malo de la cosa o buscarlo y recrearse en ello, lo que es aun peor. Es lo del hombre amargado o cascarrabias, nunca conforme con nada, pero que tampoco hace nada para enfrentarse a los problemas que le surgen, salvo quejarse. Contra esto está la acción de al menos intentar resolver los problemas y mantenerse activo, es decir, vivo.

Eso puede incluir tomar viagra o hacer un guiño a una mujer y arriesgarse a que te partan la cara o te salga un ligue. O simplemente explorar nuevos caminos, trabajos manuales, deporte, nuevos amigos, familia, aquello en resumen que nos haga esperar la obtención de algo que nos gusta.

La segunda lleva a la parálisis y esta ligada al conformismo, ya soy viejo, ya no tengo fuerzas, ya no tengo ganas... puro desánimo. Esto es un estado terminal si uno lo asume, porque en la naturaleza el organismo que no mantiene la tensión contra el medio ha firmado su sentencia de muerte.

Ya sabemos que no somos dueños de nuestra vida, ni la podemos manejar a nuestro antojo y que no vamos ni a resolver todos los problemas, ni a solucionarlos como quisiéramos (si pudiéramos todos seríamos multimillonarios, aunque parece ser que los ricos también lloran), pero si podemos muchas veces evitarlos y en otro caso enfrentarnos a ellos con una fórmula ilusionante, original, nueva y hacer aquello que no hemos hecho nunca o no nos hemos atrevido a hacer.

Hay mas aspectos aún, veamos: Existen la felicidad fugaz y la felicidad persistente, o en otras palabras la que se obtiene por la vía del placer o la alegría momentáneos, que va seguida muchas veces por el desasosiego en una sucesión de altibajos, o la

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más perdurable mucho más estable en el tiempo y bastante más serena y satisfactoria, aunque precisa inicialmente un esfuerzo personal mucho mas acusado, que es como una felicidad de fondo.

La primera solo precisa de la ocasión y la voluntad. No es sin embargo nada desdeñable: un momento de éxito, el primer amor, escuchar música, tener un hijo, reír con tus amigos, pasear por la playa, hacer ejercicio, darse un chapuzón, cantar, ir al teatro, caminar por el campo, leer un libro, comer al aire libre, darse un jacussi o una sauna, hacer el amor, intentar una nueva receta de cocina... Es la felicidad de los pequeños placeres y de los cinco sentidos.

La segunda exige un conocimiento profundo de uno mismo y de la naturaleza y recorrer un largo camino iniciático, físico y mental que no es fácil de hacer en soledad.

Es propia de seres tenaces que saben lo que quieren y terminan alcanzando un equilibrio entre ellos mismos, sus circunstancias y la naturaleza que sostiene la vida.

Las pinceladas de este largo recorrido iniciático vienen a ser las siguientes, lo primero es naturalmente decidir que uno quiere hacer ese camino y saber que eso va a ser duro y que tendrá que renunciar a otras cosas, el segundo paso es la perseverancia aunque no obtenga uno resultados rápidamente y se equivoque muchas veces, el tercero es el deseo profundo y consciente, el cuarto paso es un trabajo atento y esforzado y la acumulación de experiencias colaterales, el quinto es la concentración que necesita muchas veces de control, soledad y silencio, y otras veces justo de lo contrario, el sexto es sensibilidad en la percepción de uno mismo y de los demás lo que supone una gran humildad. Hay muchos mas pasos que iremos descubriendo paulatinamente al hacer este recorrido fascinante. Y finalmente con la práctica nos daremos cuenta que este camino a la felicidad se va transformando en la propia felicidad y habremos dado una vuelta de tuerca a nuestra vida de importancia capital.

La vida esta hecha de días y de cosas y nosotros aprenderemos a valorar cada detalle del conjunto y a la vez el conjunto completo, recreando lo sencillo y lo complejo.

Percibiremos así la lógica de las cosas y la emoción que transmiten, no nos preocupará el futuro aunque seamos conscientes de él, seremos contradictorios y a la vez complementarios, dejaremos atrás miedos infundados, miedos a un futuro que tal vez no suceda nunca y disfrutaremos de nuestro propio y único presente.

Si tenéis la suerte de encontrar un maestro de este arte que os quiera enseñar y compartir con vosotros un trecho del camino se os hará mucho más liviano y cometeréis menos errores, pero hay pocos maestros. Es una senda ilusionante que os traerá momentos de recrear intenso como un desayuno de aromas de café y flores de primavera cuando rompe el día junto a la persona amada, pero sobre todo un largo recorrido de calma apasionada y alegría interna que se suele llamar felicidad. Al final la felicidad es simplemente una actitud ante la vida.

Os propondré una fórmula sencilla de lograr un placer gastronómico deseado por muchos comensales y evitado por muchos restaurantes por su baratura.

- El huevo frito Se coge un huevo (de ave) con la mano derecha, se golpea con una arista cortante (el canto de la encimera por ejemplo) una o dos veces hasta que se agrieta sin romperse,

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se agarran las dos mitades aún unidas cada una con una mano y se fuerza la rotura encima de un plato para que el huevo caiga dentro desde poca altura. Hay que evitar a toda costa meter los dedos dentro del huevo. Se pone un poco de sal.

Mientras, se prepara una sartén con abundante aceite y se espera con paciencia a que esté muy caliente, lo que se sabe porque humea. En ese momento se vierte el huevo dentro de la sartén con cuidado para que no se rompa la yema y se espera unos segundos para que cuaje un poco la parte de la clara que está en contacto con la sartén. Ahora con una espumadera de va echando el aceite caliente sobre el huevo, plas, plas, plas, al tiempo que se le gira. Veréis como se hincha la clara y se dora la yema.

Se coloca la espumadera debajo del huevo ya frito para escurrirlo y sacarlo de la sartén, no se debe espachurrar ni romper con ella y se pone en un plato limpio, la yema que debe estar líquida,. No es aconsejable freír dos huevos a la vez. Al principio os costará un poco pero con el tiempo podéis prescindir del plato y echarlo directamente en la sartén y lograr el huevo llamado con puntilla que es cuando la clara tiene un aspecto de filigrana dorada.

El huevo frito debe ir acompañado de algo, que puede ser chorizo frito, patatas fritas, arroz blanco, salsa de tomate, jamón ibérico, farinato salmantino, plátano frito u otras cosillas que dejo a vuestra imaginación, y por supuesto pan para untar con él la yema.

Una variante es sustituir el aceite de oliva por mantequilla, se obtienen así los llamados huevos al plato y se suelen hacer en cazuela de barro, y cuando se acompañan en la base con guisantes, espárragos y rajitas de chorizo reciben el nombre de huevos a la flamenca.

Derivada de esta receta humilde y exquisita, es esta otra que se puede hacer directamente pero que resulta imprescindible cuando hemos metido los dedos dentro del huevo: - La tortilla francesa Se pone el huevo en un plato con una pizca de sal y con un tenedor se bate hasta mezclar la yema con la clara procurando que emulsione con un poco de aire, para lo que conviene levantar animosamente el tenedor. En este momento se pueden añadir otros elementos que luego citaré y dejarlos reposar un poco, si no se añade nada se obtiene la tortilla viuda.

En una sartén se pone muy poco aceite y cuando esta bastante caliente se vierte encima el batido moviendo la sartén para que la ocupe por completo. Cuando ha cuajado sin pegarse con la espumadera de pliegan los bordes hacia dentro y se gira la tortilla sobre si misma hasta obtener un canuto que se aplasta ligeramente con la citada herramienta, a continuación se le da la vuelta para que se haga por el otro lado, para lo cual podemos arrojarla hacia arriba imprimiéndola un giro con la muñeca y recogiéndola con la misma sartén, o si ha habido mala suerte del suelo. Si no sois tan arriesgados podéis hacer lo mismo con la espumadera y un tenedor, pero no es tan divertido.

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Los otros elementos que he citado son muy variados, a modo de ejemplo puede ser chorizo o jamón picadito, atún bien escurrido del aceite de la lata, ajetes tiernos, espinacas cocidas claro, pimientos asados o fritos, arroz blanco, espárragos, etc.

Ponedle un poco de imaginación, que no lo voy a poner yo todo...!

ENSOÑACIÓN La casa fantasmalmente cubierta del blanco níveo del papel protector crujía a cada paso mientras mis zapatillas me arrastraban hacia la cocina en busca del desayuno. Al pasar abrí la ventana de la habitación recién pintada para que fuera perdiendo los olores de disolvente acumulados durante la noche y una bocanada de aire congelado se introdujo desde la calle atraída por el calor confortable de la habitación.

Puse la radio que desgranaba las primeras mentiras del día y saqué del termo el café recién hecho la noche anterior que aun conservaba aromas excitantes y un ligero calorcillo tibio que enseguida se transmitió del vaso a mi mano que lo abarcaba solícitamente. Le añadí la leche y el azúcar y recordando otros días de vacaciones cuando me despertaba acariciado por un rayo de sol rozando mis pestañas , miré con esperanza por la ventana. Un día azul grisáceo ligeramente salpicado de tonos rosas y la capa de escarcha en el tejado de enfrente hablaba claramente del invierno y la sequía y aunque la radio insistía en que la cota de nieve rozaba el nivel del mar estaba claro que no habría ni lluvia ni nieve.

El por qué me estaban pintando la casa en pleno invierno es una historia larga y complicada que tiene que ver con el desvío de un río, los terremotos de larga duración, la insistencia tenaz y ciertos modelos de estrategia ante la adversidad. El caso es que mis días de vacaciones me habían convertido en un mozo de cuerda y dedicaba mis días, cual empresa de mudanzas, a trasladar los enseres de la casa en un recorrido itinerante por todas las habitaciones, deporte sin nombre que deja el cuerpo igual de baldado que una travesía por las estepas pedregosas de Mongolia.

Las galletas chispeantes de chocolate crujiente pusieron en mi boca un sabor a propaganda con bellezas en bikini mientras mi estomago recibía la dosis de energía necesaria para sacar mi cerebro perezoso del relajante aturdimiento de la noche. El timbre musical anunció, apenas saboreada la primera galleta, la llegada de los pintores y el comienzo de un nuevo día de esperanzadas penurias con la vista puesta en el fin de semana ya próximo.

Mientras ellos pintan yo me dedico a colocar los muebles en la habitación terminada el día anterior y a vaciar otra para que puedan continuar su trabajo cuando terminen de pintar la habitación donde están. A pesar de que mi labor es lenta y pesada aun me quedan tiempos muertos para lavar las cortinas, quitar el polvo, barrer, fregar, comer y dormir. Y algunos intervalos de tiempo en que sólo queda esperar. El agotamiento va haciendo mella en mí a medida que pasan los días y aunque se que esto acabará, el desánimo me esta invadiendo. Prácticamente toda la casa esta afectada por la situación y ya solo me queda como refugio mi dormitorio donde he llevado una silla estilo nórdico para poder sentarme.

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La casa está continuamente atravesada por una gélida corriente de aire y sospecho que si salgo de esta sin coger una pulmonía no habrá ya virus que pueda conmigo. En los cada vez más escasos momentos de espera, mientras doy reposo a mi cuerpo cansado, suelo evocar aconteceres que es lo único que cabe hacer. No tengo ya ganas de hablar con nadie y he apagado el teléfono móvil, cierro los ojos y vienen a mi mente recuerdos nostálgicos de tiempos en que la casa aun era de un color amarillo tabaco con veteados negros sobre los radiadores y bajo los cuadros, y aun sabía donde estaba cada cosa.

Sólo cuando todos los objetos de una casa han pasado por las manos de uno, se percibe la infinitud de cosas prescindibles que acumulamos a lo largo de la vida. Sin embargo a veces un objeto desentierra sensaciones olvidadas, acontecimientos, o personas que pasaron por nuestra vida dejando su huella que percibo ahora. Ocurre que a veces un recuerdo lleva a otro encadenando secuencias inconexas de pasado y anhelos de futuro inexistente.

Hoy he encontrado unas viejas fotos, un papel con un número de teléfono seguido de unas iniciales y una carta de amor. La foto, en blanco y negro, es de una anciana que entonces tenía diez años y lleva un uniforme de colegio, coletas y una enorme cartera.

El número de teléfono no sé de quien es y tiene la mitad de cifras que hoy y las iniciales no me dicen nada. La carta aún conserva el vago aroma a un perfume de ayer y la capacidad de tocar la fibra sensible que permanecía muda en la parte más recóndita de mi corazón.

Cuando el sueño recoja esta noche mi mirada podré soñar la imagen que evocó mi cerebro y recorrer de nuevo los momentos que nunca sucedieron y pudieron haber cambiado mi futuro de entonces y mi presente de hoy.

El impreciso recuerdo de días juveniles trae a mi memoria presencias fantasmales de aquellas hermosas chicas que en la cima de su belleza pasaron fugazmente por mi vida dejando sin embargo un recuerdo evocable, que serán hoy mujeres cuya pista he perdido hace ya infinitos años y que quizá quisiera volver hoy a ver.

Seguramente esas huellas imperceptibles que aun pueden rastrearse de muchachas con las que salí, libros que leí, cuadros que pinté, músicas que escuché, películas que vi, experiencias que pasé, constituyen la base que conforma el bagaje que modula mi carácter y que explican en cierto modo las actividades de mi presente.

Se han ido a comer los pintores dejando la casa con una iluminación auténticamente palaciega que voy apagando poco a poco y el sonido de la calle me despierta de mi letargo poniendo en marcha los mecanismos de supervivencia. Hoy abriré una botella de vino añejo que acompañe la parca comida de lata, en memoria y homenaje de otros tiempos, de otros amigos y, por qué no, de aquel joven que fui, cuya foto también ha aparecido dentro de una caja de cristal tallado y utilidad incierta que a modo de urna funeraria ha conservado intacta la imagen que fue mía hace cuarenta años.

La siesta invadida por olor a disolvente ha sido prontamente interrumpida por la vuelta de los pintores. He vuelto mecánicamente a mi trabajo de porteador pero mi mente ha continuado en una duermevela mostrando imágenes de un niño montado en una mula caminando paralelo a un río por un camino de arena salpicado de piñas y olor a resina, de un niño pescando truchas a mano entre la fronda de la ribera que se acuesta sobre

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el agua, de un niño columpiándose en un balancín de feria, de un niño cogiendo la cintura de una joven acróbata titiritera a la sombra acogedora del pinar en un día abrasador de agosto que sentía quizás por primera vez un estremecimiento de origen para él aún desconocido, de un niño que olisqueaba aromas viejos en los botes de una antigua botica de pueblo, de un niño en libertad abriendo sensaciones nuevas de un mundo virgen acumuladas para siempre en las neuronas de su cerebro envueltas en los colores vivos de un tórrido verano. Aquel niño que pasaba sin notarlo de la niñez a la adolescencia me ha acompañado esta tarde de invierno. Seguramente me están afectando los vapores que desprende la pintura al secarse o quizás mis ojos que no necesitan fijarse demasiado en lo que hacen mis manos se han puesto a mirar hacia dentro despertando las neuronas de la memoria lejana.

En las sillas y sillones de mi casa están sentados infinidad de objetos, así que he tenido que refugiarme en la cama, después de cenar lo que he podido encontrar.

Acunado por la música suave de una emisora atípica me he sumergido deliberadamente en la evocación de recuerdos olvidados que no se ya si son reales o inventados y el sueño me ha encontrado pensando si estas vacaciones agotadoras y raras que están resultando a la vez extrañamente gratificantes serán el paso que conduce de la vida a la muerte, porque se suele decir que cuando alguien agoniza toda su vida pasa ente sus ojos en un instante.

He despertado sin embargo, comprobando que el papel blanco que protege mi casa de salpicaduras ha invadido el exterior cubriendo calles, coches y edificios con una gruesa capa de nieve que difumina sus formas haciendo borrosa su silueta y mostrando un paisaje insólitamente uniforme que termina fundiéndose en una niebla densa aislando para mi un trozo de universo.

Mientras miraba la bruma, y desde ella, han surgido las siluetas blancas de muchísimas mujeres, una de las cuales se ha destacado de entre las demás y me ha dicho: Mi amor, sigue siendo como eres, no cambies nunca y un coro de voces de cellisca y ulular de viento me ha parecido entender que decía: Casi todas te queremos.

Y luego mientras se difuminaban sus contornos en múltiples copos de nieve que volaban en todas direcciones un murmullo me ha llegado diciendo: Y yo te amo, te amo, te amo...

Han sido unos días extrañamente ajenos a la realidad terrena, parecería que mi cuerpo iba por un lado y mi mente por otro, en mi pequeño universo reducido al blanco. He disfrutado paisajes irreales sin salir de casa, sucesos imposibles mezclas de sucesos posibles, soledades llenas de compañía, he soñado vidas paralelas, el tiempo ha perdido valor confundiendo pasados imprecisos, he hablado sin palabras con fantasmas desdibujados nítidamente representados ante mis ojos en una presencia sin rostro. La insólita paz que me ha envuelto en mi ajetreo ha estado envuelta en el sonido de la lluvia en el bosque, los acordes de una melodía susurrada, el galope sonoro de los caballos, el piar de los pájaros azules y el ladrido bronco del mastín.

Por fin se han ido los tres pintores que durante 17 días han invadido la habitual soledad de mi santuario, el pintor jefe, su ayudante y el grumete pakistaní, y he regresado a la rutina del trabajo y con él todo ha vuelto a la cotidianeidad. La casa esta ahora llena de polvo y queda mucho por hacer para que vuelva a la normalidad, tengo los pies doloridos y un par de zapatos han aprovechado la ocasión para

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esconderse en alguna parte. He visitado varias veces el punto limpio para deshacerme de algunas cosas inútiles que habían aparcado en mi garaje pensando quizás que estarían allí eternamente. La caldera ha dejado de funcionar asustada posiblemente por la alteración de su rutina y el adsl se ha unido al caos aprovechando como suele la menor ocasión. Pero estoy en ello y en dos o tres meses estarán las cosas en su sitio y no me acordaré ya que por unos días conviví en el mundo de las mariposas multicolores con las hadas y las sombras.

Cuando he vuelto de la oficina en medio de la pared blanca destacaba una araña negra de buenas dimensiones, como no era cosa de manchar la pared recién pintada la he empujado al suelo con el periódico, no la he vuelto a ver mas, no se si se la ha tragado la pared o qué, en el suelo no estaba, ni en ninguna parte, parece imposible a no ser que fuera aquella que convivió conmigo desde pequeñita y que seguramente conoce la casa como la palma de la mano.

Hoy es sábado y he decidido gastar unos garbanzos que compre hace varios años, en realidad lo pensé ayer y los puse en remojo toda la noche, tengo también un trozo de jamón bastante seco y unas espinacas congeladas. Con estos ingredientes os explicaré como se hacen las legumbres, porque el método es muy similar.

- Potaje de garbanzos En la olla exprés ponemos un poco de aceite a calentar, mientras cortamos media cebolla en tres trozos y la echamos dentro con dos ajos pelados, dos hojas de laurel y un poco de nuez moscada. Un par de vueltas y añadimos el jamón con su parte de tocino, chorizo, un vaso de vino blanco y enseguida los garbanzos y las espinacas, zanahorias si tenemos y sal. Cubrimos de agua, esperamos a que rompa el hervor, tapamos la olla y cuando salga el vapor bajamos el fuego y lo dejamos 45 minutos.

Abrimos la olla, sacamos la cebolla, los ajos, la zanahoria, que ponemos en la batidora con un poco de caldo o agua, si vemos que el potaje esta un poco seco, y sal si hiciera falta, que hay que catar y controlar la cosa. Una vez batido lo añadimos al potaje, partimos el jamón y el chorizo ahora que está blandito. Damos un hervor y listo.

- Alubias con arroz El proceso es exactamente igual, sólo que lo hago con arroz porque casa muy bien con las alubias. El arroz hay que lavarlo antes como es natural para quitarle el exceso de almidón y conviene, en lugar de ponerlo todo junto al principio, abrir la olla exprés a mitad de la cocción para añadirlo, lo que evitará que desaparezca misteriosamente y aparezca bien churruscadito y pegado en el fondo de la olla. Se puede añadir cualquier producto del cerdo, unas costillitas, un trozo de tocino, unos chorizos por ejemplo y añadir comino, hinojo o anís verde para evitar los efectos colaterales (gases inoportunos), en lugar de la nuez moscada.

- Lentejas con patatas Casi no merece la pena repetir lo dicho, las patatas irán peladas y troceadas en tamaño grueso, podéis poner medio pimiento verde que le va muy bien o un poco de panceta. Conviene aplastar algunas patatas para engordar la salsa y evitar que quede demasiado líquida. Se puede añadir perejil en polvo para contrastar colores y una guindilla si os va el picante.

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Las legumbres admiten la sustitución de las carnes por una almejas que se hierven a parte hasta que se abren y luego se pueden rehogar o no antes de añadirlas a la cazuela en un último hervor. También admiten sepia, calamar o bacalao; los pescados es necesario cocinarlos aparte porque necesitan mucho menos tiempo, se pueden hacer sobre una base de verduritas pochadas en la sartén; luego se añade todo a las legumbres y se cuece en conjunto un par de minutos para que se mezclen los sabores.

Los garbanzos solos combinan muy bien con los callos. Lo mejor comprar ambas cosas cocidas. Rehogar pimiento cebolla y ajo picaditos, añadir unas rodajas de chorizo, un poco de harina y pimentón, salsa de tomate, los callos y los garbanzos.

LA VIDA El otro día apareció muerto un gato en el jardín, parecía vivo pero no lo estaba.

Mientras le miraba me pregunté que es eso que hace que un cuerpo este vivo y si será tal vez lo que llamamos el alma. ¿Se habrá ido quizás el alma del gato de su cuerpo?.

Claro que la existencia del alma no resuelve nada, es solo un nombre que se le pone a la vida, porque decidme: ¿Que hace que un conjunto de moléculas tenga alma, es decir, cobre vida? Un creyente dirá que Dios, un científico posiblemente dirá que aún no se sabe.

Es más fácil comprender que un cuerpo muera, lo que podría achacarse al desgaste, a entender que un cuerpo se ponga a vivir. Si yo fuera mujer creo que me resultaría muy sorprendente sentir como dentro de mí existe otra vida independiente de la mía.

Lo que en nuestro planeta es tan habitual que hasta se hace normal, parece ser un fenómeno que al menos en el cosmos explorado no existe. Suponemos que en un universo tan vasto habrá vida en otros lugares lejanos, pero hasta ahora eso no se ha confirmado. No se han encontrado fuera de la Tierra ni plantas ni animales ni restos que hagan pensar que alguna vez existieron.

Tal vez exista, inteligente o no, vida que no necesite el soporte de un cuerpo. Puede ser que existan cosas vivas que sean tan diferentes de nosotros que no seamos capaces de identificarlas como tales. Si supiéramos como se forma la vida quizás pudiéramos saber que pasa después de la muerte, y si supiéramos que pasa después de la muerte quizá viviéramos de otra manera y supiéramos el por qué de la vida.

Cuando hablamos de vida nos solemos referir a otra cosa y normalmente le solemos poner un apellido, vida cultural, vida inteligente, vida amorosa, buena vida... y así nosotros habitualmente llamamos vida a lo que nos ocurre desde que nacemos hasta que morimos y a mi eso me trae al recuerdo las muñecas rusas que están una dentro de la otra. Los acontecimientos sociales, económicos, políticos, sentimentales, clínicos y demás que jalonan nuestra existencia son capas que están engarzadas unas con otras y su suma y su conjunto es en si nuestra propia existencia, lo que somos y lo que hacemos. Si no hacemos nada bien puede decirse que no existimos.

Sin embargo todo esto es ajeno a nosotros mismos, exterior podría decirse, pero hay también una vida interior que nos hace querer ir más allá, trascender de nuestro

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cuerpo, una especie de insatisfacción permanente con lo que somos, es ese algo que está dentro de nuestro cuerpo, que entró en él cuando nacimos, que nos acompaña siempre y que se resiste a desaparecer cuando la muerte hace que quede atrás el cuerpo que utilizó. Es lo que nos impulsa a un más allá, origen de tantas preguntas, de tantas filosofías y de tantas religiones. Es nuestro yo.

- Pencas rebozadas Ya os comenté hace muchas páginas como se preparan las verduras, pero hoy quiero dedicaros este plato a base de acelgas que a mi me encanta. Se necesita sólo un manojo de acelgas y unas patatas.

Se separan los tallos blancos de las hojas verdes, quitándoles los hilillos y se parten en trozos que luego quepan en la boca, digamos de 7 centímetros, se pelan las patatas, se trocean y se pone todo a cocer en agua con sal. Al cabo de 20 minutos se sacan los trozos de tallo, llamados pencas, se untan de harina y huevo y se fríen con abundante aceite (rebozar, recuerdas… ). Se fríen con poco aceite unos ajos y las hojas verdes (rehogar, recuerdas… ).

Se pone en la fuente las patatas cocidas y aplastadas ligeramente con un tenedor, sobre esta base las hojas rehogadas dejando un hueco en el centro y encima las pencas rebozadas. Bonito, eh!, y rico.

VIAJE AL NORTE. Este fin de semana he ido de excursión con mis amigos a una zona del norte de España, zona de montañas y valles en que se asientan los pueblos y las gentes que aún se aferran a ellos buscando en el turismo rural una nueva fuente de ingresos.

Me he llevado una PDA que es una maquinita electrónica de reducidas dimensiones que sirve para todo y que he adquirido recientemente en base a la fantástica publicidad y buenísimas referencias que sobre ella hay en internet. Fijaros bien es ordenador personal, agenda, cámara fotográfica y de video, GPS, reproductor de música, magnetófono, radio, acceso a internet, correo electrónico, calculadora, se conecta a redes wifi y bluetooth, etc, o sea de todo y más.

Quería probar sobre todo el GPS, porque el que lleva mi coche se ha quedado ya para adorno de museo y pensaba sustituirle con el del aparatito, así que aprovechando que iba de pasajero y no tenía que dedicar mi atención a conducir pensé que era el momento ideal para aprender su funcionamiento de forma práctica. Antes ya me había leído en casa los siete manuales que la acompañan con un total de 500 páginas, escritas en un depurado estilo spanglish que había despertado en mi los peores augurios.

Como es habitual en estos manuales dedican varias páginas a explicar con todo lujo de detalles como se enciende el aparato, aunque no hay ni una sola para explicar como se apaga. Y la última tendencia en electrónica de consumo es que aparato que se enciende, mientras tenga batería, no se apaga jamás quedando fuera del control de su propietario.

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No se indica para que sirvan los programas, que supuestamente trae incorporados, ni como se utilizan aunque eso si dedica innumerables paginas a hablar de ellos y su relación con otros sin conseguir trasmitir ni una sola idea coherente. Y cuando se intenta hacer lo que parece que dicen nunca aparece en pantalla lo que supuestamente tendría que aparecer. Este defecto siempre ha sido patrimonio de la informática desde sus mas tiernos balbuceos y aunque hace unos años alguien intentó simplificar las cosas bajo la premisa de pulsar y ya... ahora se ha vuelto de nuevo hacia atrás alcanzando unas cotas de barroquismo nunca igualadas.

Debe haber profesionales dedicados exclusivamente a diseñar la política de desinformación con, imagino, fantásticos salarios dado el éxito conseguido con sus técnicas. Ya el propio nombre del aparato “pda” es en si mismo una mina en materia de información condensada. El problema se agudiza cuando el aparato como es el caso es teléfono también, porque entonces entra en juego un tercer factor llamado compañía telefónica dispuesta a sacar tajada y cobrarte a poco que te descuides cada vez que pones un dedo en el artilugio.

Unos días atrás ya me había dado cuenta que el palacio que había comprado estaba vacío y que lo que supuestamente hacía la máquina era sólo un anuncio de lo que podría hacer cuando estuviese amueblada con una serie de infinitos programas que habrían de comprarse aparte, así que en líneas generales la carísima maquinita servía para muy poco o para mucho si tenemos en cuenta la virtud que tiene de originar un gigantesco cabreo en el comprador cada vez que intenta hacer algo con ella.

La primera parada fue para ver una cueva natural de origen calizo, llamada cueva del francés. Hoy se puede acceder a ella a través de una cómoda entrada artificial y su interior se ha acondicionado para visitarla confortablemente, pero antaño no era así y su entrada natural es un agujero pequeño en el terreno a modo de pozo que desemboca después de una caída de unos quince metros en una gran sala. El nombre le viene a la cavidad de que en la guerra contra la invasión francesa los españoles organizados en guerrillas, método que parece ser uno de los inventos ibéricos más antiguos, se dedicaban a acosar al ejército francés y arrojaban allí a los soldados capturados vivos o muertos. Por ello cuando se redescubrió pasados muchos años se encontró un buen montón de apilados esqueletos perfectamente uniformados. Ahora vive en ella una familia de murciélagos que estaban colgados del techo en periodo de hibernación, cual estalactitas vivientes, cada uno en una esquina para no llevarse mal, es un bicho inteligente sin duda.

Anécdotas aparte la cueva, una más de las muchas que hay en esta zona kárstica, merece una visita y los alrededores permiten una vista panorámica bastante extensa que en un día de frío y viento como era el caso nos hace recordar el calor del hogar.

Nuestro objetivo era un pueblo minero de la cuenca carbonífera de los Picos de Europa que se formó, como consecuencia de antiguos plegamientos, en las estribaciones de la cordillera Cantábrica y al que llegamos a través de un paisaje de hayas y robles, no sin antes atiborrar nuestros exhaustos estómagos en uno de los bonitos pueblos de la zona.

Después de la sagrada siesta nos decidimos a dar una vuelta por las estribaciones de una antigua estación de esquí ahora abandonada donde arrancaba un manto de

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espesa niebla que se perdía en las alturas y visitar de paso un poco mas abajo una cascada de múltiples chorros que aprovechamos para sacar unas fotos con la pda, lo que me proporcionó el inefable placer de obtener unos videos no previstos del suelo, los dedos de las manos y unas magnificas rayas de lo mas surrealista. Además hasta varios días después no fui capaz de encontrar y poder ver las fotos y videos que había sacado y mucho menos de borrarlos, ¡divertido! ¿verdad...? “...!!!” Esto sintetiza lo que vino a mi boca, pero mejor no ponerlo con todas las letras.

A la vuelta fuimos a ver una exposición particular de un tallista de madera, antiguo trabajador de las minas, que nos enseñó su mujer y él mismo y que tiene algunas figuras en tamaño natural verdaderamente admirables, así como algunas maquetas móviles representando aspectos de las antiguas ferrerías y diversa maquinaria muy interesante.

Después de una cena propia de un picador de las minas, abundante hasta decir basta y bien condimentada nos fuimos a dormir como es de ley, máxime teniendo en cuenta que en estos pueblos no hay donde ir pasadas las doce de la noche y que nuestro cansancio unido al exceso gastronómico lo estaba pidiendo a gritos.

Nos levantamos relativamente pronto después de saborear desde la cama la luz, el silencio y la tranquilidad del campo y tras desayunar fuimos a ver el museo minero.

Sorprende encontrar en estos pueblos museos verdaderamente bien planeados y sumamente didácticos, que tienen que ver con las actividades tradicionales de la comarca y que contribuyen sin duda a dotar de un atractivo especial este tipo de turismo interior llevándonos un poco hacia nuestras raíces más profundas.

Aquí entre otros muchos atractivos pudimos ver el corte de una mina de carbón y nos explicaron las formas de laboreo, lo que nos permitió comprender bastante mejor lo que vimos en la realidad una hora mas tarde. Entramos en una mina acondicionada para turistas que a pesar de ello fue para mí una experiencia muy interesante. Se puede sentir lo que significa trabajar a cientos de metros de profundidad metido en un estrecho agujero sin mas luz que la producida por la linterna del casco absorbida en su mayor parte por la negrura del carbón y el polvo producido por el pesado martillo neumático en un ambiente de barro, humedad y ruido. Se percibe igualmente el riesgo permanente de derrumbe y posible explosión del grisú invisible, la sensación de que nadie podrá salvarnos si se produce la temible catástrofe, la angustia del ambiente enrarecido y la dureza tremenda del trabajo.

Caminar por las empinadas galerías de engañosa perspectiva derivada de que los puntales de madera que soportan el empuje del terreno no están verticales sino perpendiculares a la trayectoria de la perforación, es una sensación que produce mareo y muestra de manera palpable la tremenda fuerza que es la gravedad. Y si todo esto te lo muestra una joven vestida de minera cuya fuerza de expresión bien a las claras te dice que conoce la vida en la mina produce escalofríos.

Pero no menos dura y terrible era la vida de las numerosas viudas de los mineros que tenían como único recurso recoger el poco carbón que quedaba en las escombreras de las minas para malvenderlo en un sitio en el que lo único que había barato era el carbón, mujeres la mayoría cargadas de hijos que han pasado a la posteridad con un nombre propio. Sirvan estas líneas como doloroso homenaje al valor de estos hombres y mujeres que sustentaron la revolución industrial del siglo XIX en Europa y a

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los que hoy aún en muchos lugares del mundo trabajan en condiciones infrahumanas empujados por la necesidad, en minas de todo tipo y en los vertederos de algunas grandes ciudades.

Basta contemplar la foto de una mula de las que tiraban de las vagonetas de extracción para ver la imagen de la desolación y la desesperanza más absoluta y entender la enorme diferencia que representa haber nacido en uno u otro lugar. No hay razón para que el ser humano sufra de esas u otras discriminaciones de nacimiento y no se puedan corregir, mediante la generosidad y grandeza de miras de unos pocos, estas diferencias terribles que marcan vidas, erradicándose de una vez por todas la miseria de muchos y permitiendo para todos al menos la posibilidad de una vida digna.

Afortunadamente al menos en España y en este momento histórico no se dan estas trágicas circunstancias y la tecnología y los sistemas de seguridad social han venido a paliar en buena parte las diferencias entre sus habitantes, habiéndose transformado nuestro de país de tierra de emigración en tierra de acogida.

Tras la visita a la mina nos fuimos como es de ley a comer y a echar una partidita de mus que ya se sabe que las penas con pan son menos y nos volvimos a casa.

CURIOSIDADES Hoy he tenido curiosidad por saber que cantidad de comida compro en un año. Es un dato interesante que unido a una amplia despensa y un congelador de buen tamaño me podría ahorrar algún dinerillo. He tenido que reunir los tickets del supermercado y echar mano de la memoria, pero más o menos viene a ser esto: 250 huevos 45 Kg. de pan 15 Kg. de bollos y galletas 4 Kg. de pasta 3 Kg. de legumbres (alubias, garbanzos y lentejas) 4 Kg. de arroz 50 Kg. de carne 12 Kg. de pescado 3 Kg. de marisco 4 Kg. de conservas 110 Lt de leche 20 Kg. de lácteos de postre 6 Kg. de azúcar 2 Kg. de frutos secos 30 Lt de aceite 20 Kg. de patatas 30 Kg. de hortalizas 30 Kg. de fruta 12 Lt de cerveza 15 Lt de vino 2 Kg. de refrescos

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6 Kg. de café 3 Kg. de bombones, chocolate y cacao He llegado a la conclusión de que como la mayoría de las cosas no duran tanto tiempo no me va a quedar más remedio que seguir yendo al supermercado una vez al mes. Y que quizás mi dieta dista mucho de ser la adecuada, pero que le vamos a hacer uno es carnívoro y relativamente espartano en el comer. Sé de alguno que fácilmente come el doble que yo, pero como decía un sabio griego de la antigüedad de bonito nombre (Cleóbulo de Lindos): “La moderación es lo mejor” y ya puestos os diré que otro sabio, Solón de Atenas, decía: “Nada en exceso”, aunque seguramente ni uno ni otro hablaban de comida...

Una amiga uruguaya me ha hecho llegar un receta que he probado en la medida que me ha sido posible y que quiero transcribir aquí y no sólo en agradecimiento por el detalle y porque esta rica sino por su tratamiento lingüístico. Quiere ser de alguna manera un homenaje al idioma español de América cuyas variantes lo enriquecen y conservan. La cosa se desarrolló por Internet más o menos así: Olga: pues te enviare una receta, ¿tienes donde anotarla?

Caminante: aquí mismo, envía... la probaré Olga: pues cómprate un pesceto, ¿hay ahí ese corte?

Caminante: mal empezamos... ¿qué es un pesceto?

Olga: es como si fuera el lomo del animal, pero esta en otra parte, pregúntale al carnicero Caminante: o sea que es un lomo que no está en el lomo, ¿vaca?

Olga: si, viste ya aprendiste esto del pesceto Caminante: puedo asegurarte que aquí nadie ha oído hablar del pesceto, será un nombre local, pero no importa, venga la receta Olga: como te puedo explicar no lo sé, pero es alargado como el lomo, las demás pulpas son mas redondas, pero la haces con cualquier pulpa que encuentres, siempre de vaca Caminante: oh cielos, pulpas...! que es eso????

Olga: tampoco sabes?????, cuadril?

Caminante: tampoco Olga: ufa que difícil Caminante: será el culo de la vaca Olga: no, pero esta ahí en los cuartos Caminante: traseros, supongo... bien, si es así será una investigación interesante Olga: anda en primer lugar a una carnicería, si claro… ten una charla con el carnicero, ¿vale?

Caminante: tendré que buscar un carnicero uruguayo Olga: bueno cuando encuentres alguna pulpa que es carne que no tiene costillas le haces cortecitos y en ellos introduces una feta de panceta Caminante: una feta...!!!!!!!!!!!!!!! oh! Dios mío....!!!!!!!!!!!

Olga: el bacón que le dicen Caminante: bien, compro un trozo de carne y le pongo un poco de panceta, sigamos Olga: entendiste lo que era?

Caminante: imagino que es carne para asar

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Olga: y cortas bastoncitos de zanahoria y de morrones de cualquier color los hay verdes, rojos y amarillos Caminante: morronessssssssssss... !!!!!!!!!!!!!!!!!!! ¿q es eso??????????????? te juro que lo pondré en el libro tal cual.....

Olga: mira creo ustedes le llaman pimientos, que por cierto cuando estuve ahí quedé fascinada con los del piquillo, ¿entendiste que son los morrones?

Caminante: Supongo que te refieres al capsicum anuum, sigue, sigue...es fascinante será pimiento Olga: ve a la verdulería y debes de tener una conversación con el verdulero Caminante: buscaré un verdulero uruguayo...

Olga: ¿lo encontraras?

Caminante: es dudoso, francamente pero no importa debajo de la receta pondré la traducción Olga: como me haces reír bueno continúo, al centro del trozo de carne lo atraviesas y le colocas ciruelas secas de esas que vienen en paquetes Caminante: (quizás tu hija sepa lo que es el pesceto...)

Olga: seguro, puedes visitarla y te lo enseñará, si no le preguntaré como se llama ahí Caminante: buscaré ciruelas de California, las de aquí son todas bien jugosas Olga: esas mismas, luego por fuera lo condimentas con las cosas que mas te gusten, como ejemplo sal, pimienta, yo uso la negra recién molida Caminante: si no interpreto mal le hago un agujero a la carne de lado a lado para meter en el agujero resultante las ciruelas, ¡que erótico Dios mío...!

Olga: totalmente y te va a encantar, no puedo darte a ti una receta sosa Caminante: ya le pondré sal descuida…

Olga: pimienta negra recién molida, que es más zabrosa que la blanca, tomillo, romero, y salvia, todos esos condimentos que recomendaste tener en tu jardín Caminante: si, las negras son a veces más sabrosas que las blancas... me refiero a las pimientas, claro...

Olga: ya te interpreté, eres rápido y pícaro, pero no te creas que me quedo atrás Caminante: sigue, sigue…

Olga: soy bastante aprendida. Bueno, después que le pusiste todo eso también puedes untarlo con mostaza y si es de digion mejor, puedes hacerlo en el horno que ya se no es tu amigo Caminante: mostaza francesa, una receta internacional...!

Olga: bueno a mi es la que me gusta, soy de gustos muy variados Caminante: no, si a mi las francesas tampoco me desagradan...

Olga: a ellos no los he probado por eso no puedo abrir opinión, pero la mostaza si me gusta, bueno pero esta carne la puedes hacer en una cacerola Caminante: cacerolas no tengo, solo cazuelas...

Olga: es lo mismo Caminante: dejaron aquí de fabricarlas el año 47 Olga: ¿que son de barro?

Caminante: no, no, metálicas Olga: bueno aquí las cazuelas las llamamos a las hechas en barro pero que van al fuego directo

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Caminante: también aquí las hay de barro, pero me tienes intrigado, ¿como se pone una cacerola al fuego indirecto?, ¿ríes?, ten cuidado que te va a dar algo...

Olga: tienes razón... no, riéndome no, no sabes lo bien que me ha hecho esto Caminante: bueno recapitulemos Olga: ok, doras y sellas la carne por todos sus lados Caminante: cojo un cacho de carne, le hago un agujero en el centro y lo lleno de ciruelas, por fuera le doy 20 puñaladas y pongo ahí la panceta y la unto de yerbas y mostazaza de Dijon...

Olga: mas o menos así, algo te va a salir Caminante: sangre seguro Olga: la doras Caminante: la a-doro... Supongo que con un poco de aceite...

Olga: eso mismo, pues la cocina con cariño es harina de otro costal, seguro que con aceite Caminante: bien, no basta con apuñalarla, hay que quemarla un poco para que sufra Olga: luego si la quieres sola le bajas el fuego suave hasta que se cocine a tu gusto Caminante: mejor sola si, con varias no creo que pueda Olga: a mi me gusta digo yo la vaca balando, pero no se a ti Caminante: ¿balando?.... será una oveja entonces..! ¿no será mugiendo?

Olga: no hombre, eres fatal, mugiendo... pero aquí se le dice balando, ¿no dejas pasar una?

Caminante: le hablaré entonces, de todas formas después del trato que le estamos dando yo creo que más bien aullará Olga: bueno la acompañas con lo que quieras ensalada, puré de papas, arroz, lo que tu mas quieras Caminante: la cacerola tapada imagino Olga: y también le puedes hacer una portuguesa y la cueces dentro de ella Caminante: espera, espera…

Olga: si quieres si, para que no te ensucie nada Caminante: tengo que poner una portuguesa en la cacerola, esto me va a costar, conozco una pero no creo que se deje...

Olga: ¿como la haces?

Caminante: bueno, cuando la portuguesa esta descuidada la beso Olga: muy bueno, me encanta tu sentido del humor Caminante: ¿que diablos es una portuguesa?

Olga: bueno te explico lo de la portuguesa, tal vez no sea tan sabrosa como las que tu conoces, pero va igual Caminante: no se si podré editar el libro en Portugal...

Olga: bueno yo tengo una prima brasilera y te lo podrá traducir, ella también ha escrito libros Caminante: van a pensar los portugueses que somos antropófagos e igual vienen a por mí...

Olga: pero no importa tú te preparas y ¡hala! te los comes tu primero Caminante: veremos... bueno continúa Olga: bueno, ¿con la portuguesa?

Caminante: si, si

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Olga: en tu cazuela pones un poco de aceite y ahí agregas cebolla cortada en bastones o como mejor te guste, eso no incide, luego le pones pimientos también cortados y ajo Caminante: (esto promete), antes o después de asar la carne?

Olga: sofríe eso, primero doras la carne, la quitas y ahí mismo procede con esto otro, ¿entiendes?

Caminante: Será una salsa, supongo Olga: Claro, cebolla, pimiento y ajo Caminante: ¿no le pones coñac?

Olga: también puedes agregar bacón picado, luego cuando eso está no dorado le agregas tomates picaditos sin su piel Caminante: mira, es un punto que no conocía, eso de estar "no dorado"...!

Olga: ya aprenderás algunas cocitas conmigo, en la vida siempre se esta aprendiendo Caminante: aprenderé cocitas y alguna cosita Olga: también Caminante: jeje Olga: bueno agregaste los tomates Caminante: agregué Olga: unos tres o cuatro Caminante: de que tamaño?

Olga: a todo eso le agregas las hierbas aromáticas que te gusten, más sal, pimienta y un poquito de azúcar para quitarle el ácido al tomate Caminante: los hay de 3, 7, 8, 10, 12 cms...

Olga: el que tengas, no soy pretenciosa *Caminante: los pondré como las buenas tetas Olga: eso mismo Caminante: ya sabes lo que la mano no cubre no es teta sino ubre..

Olga: lo sé pero por aquí creo son más bien tetitas Caminante: tomates tamaño teta de novicia… sigue Olga: eso mismo Caminante: ¿por qué lloras? ... no es una receta tan triste,,, Olga: no lloro Caminante: no te parece que después de poner panceta y hierbas en la carne, volverlas a poner en la salsa será demasiado?

Olga: no, no lo es, luego, ahí sí, le agregas cognac o vino o whisky y le pones un poco de caldo y le colocas el troco de carne Caminante: bueno pongo la carne en la salsa...

Olga: y la dejas si puede ser con la cazuela destapada Caminante: puede ser...

Olga: hasta que le des a la carne el punto que más te guste Caminante: ah........

Olga: pruébala Caminante: o sea que la saco antes de que se queme... (este punto no le conocías tu, eh...)

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Olga: si que lo conocí en mis tiempos mozos, también puedes agregarle, para hacer mas fina la receta, un poco de crema doble Caminante: sapristi...!!!!!!!!! sorprendente, ¿crema doble has dicho? ¿que es eso?

Olga: ¿como le dicen ustedes? ¿puede ser la nata? Ahora no te puedes quejar, te he dado una receta muy amplia que tu mismo la cambias a piachere Caminante: y tan amplia... lo que no sé es cuando meto a la portuguesa en la cazuela...

Olga: después que doras la carne la quitas y haces la portuguesa Caminante: ¿estas llorando?

Olga: pero de risa Caminante: ¿que hago con la portuguesa?

Olga: bueno la metes con la carne, creo te entrara Caminante: la desnudare primero Olga: seguro, pero bueno que no sea muy grande Caminante: bueno no me dejes en esta inquietud ¿qué diablos es la portuguesa?

Olga: ¿que quieres saber?

Caminante: que es la portuguesaaaaaaa...

Olga: pues hombre me he desangrado explicándote y no entendiste nada Caminante: ave maría purísima...!

Olga: es la salsa que lleva la carne Caminante: acabáramos......... una especie de salsa española o quizá salsa rubia...

Olga: bueno si quieres cambiarle el nombre ni problema de mi parte, fíjate le pones un poquito de azúcar rubia y ya está Caminante: tranquila, lo pondré literal en el libro, así como una breve reseña de la autora...

Olga: que bueno ¿me harás famosa?

Caminante: al menos nadie me hará responsable del resultado...

Olga: por eso no te preocupes me hago cargo totalmente Caminante: casi seria mejor llamarla brasileña y luego el que quiera que traduzca...

Olga: eso va a tu criterio Caminante: llamarla salsa uruguaya podría ser peligroso...

Olga: puedes llamarla TRINITARIA Caminante: si, carne, pimientos y salsa...uno y trino...

Olga: que donde vivo se llama Trinidad, ¿vas a cantar como los dioses, no te gusta?

Caminante: como los pájaros, por lo del trino...

Olga: como lo que quieras tu me entiendes, lo que pasa que tu eres muy detallista y yo soy mas vaga Caminante: ¿y a la carne mechada no le irían bien unos huevos duros?

Olga: también si te gustan puedes ponerlos, lo que pasa que por mi colesterol los obvié Caminante: una vez hecho el taladro por qué contentarse con las ciruelas pudiendo meter un par de huevos..?

Olga: igual no quedaría mal, eso se prueba Caminante: pero igual queda demasiado excitante

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Olga: pero eso es muy bueno o no te gusta?

Caminante: la cocina erótica la dejaré para el segundo tomo... jejeje Olga: de acuerdo Caminante: ya te diré el resultado...

Olga: hay muchas recetas excitantes y de postre están LOS HUEVOS QUIMBOS ¿los conoces?

Caminante: no, pero estoy preparado para cualquier eventualidad…

Olga: bueno eso va a quedar para tu segundo tomo, son exquisitos Caminante: no lo dudo...

Olga: aquí gustan mucho Caminante: yo como no soy uruguayo no conozco los gustos tan exóticos que tenéis vosotros...

Olga: ¿tú crees que son exóticos?

Caminante: por si acaso tendré los huevos a buen recaudo Olga: lo que pasa aquí hay muy buena cocina, cuida a los tuyos y muy bien Caminante: los cuido, los cuido... que son pocos y han de durar mucho Olga: pero no te preocupes no soy muy de los dulces, soy si de lo picantito Caminante: ya veo...

La conversación continuó por otros derroteros relacionados con la lingüística y que aunque interesantes no es del caso relatar aquí. Si lo es traducir al castellano la receta que tan amablemente me proporcionó mi amiga Olga. Hela aquí: - Carne mechada Os advierto de antemano que esta receta es laboriosa y hay que dedicarle una mañana así que ni lo intentéis si no tenéis una buena compañía y una botellita de buen vino para los ratos muertos. Lo primero es ir a la carnicería a por un redondo que suele pesar entre kilo doscientos y kilo y medio y haceros con una malla que necesitaremos después o un cordel. Así mismo nos hará falta un poco de panceta, un huevo, las ciruelas secas, dos cebollas grandes o cuatro pequeñas, una cabeza de ajos, tres zanahorias, tres tomates grandes maduros, un pimiento verde, laurel, pimienta, clavo, romero, tomillo, sal y aceite. Alternativamente un puerro, tocino o jamón y aceitunas.

Bien, con todo listo y la mesa de la cocina llena de cosas iniciamos la operación del mechado que viene de mecha. Consiste en taladrar la carne a lo largo e introducir dentro de los agujeros el beicon, el tocino, el huevo duro, las ciruelas y las aceitunas.

Para ello existen unas agujas y unos artefactos más sofisticados que hacen lo mismo más cómodamente. Hace falta mucha paciencia para hacer y rellenar las 5 o 6 mechas y acabareis con las manos y los brazos llenos de restos variados, así que conviene hacerlo en manga corta y con delantal.

Antes de hacer esto conviene preparar la salsa para que se vaya haciendo mientras mechamos y ahorrarnos así un montón de minutos. Para ello en la olla exprés si hacemos la variante rápida o en una cazuela grande para la variante lenta ponemos a pochar la cebolla en aceite con el resto de las verduras, muy picadito todo, junto con el laurel y a fuego suave para que se haga sin prisas.

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Antes aún ponéis el huevo en agua hirviendo para que de ponga duro ya que nos servirá en el mechado y para manejarlo bien no debe estar caliente.

Si sois de los que van haciendo las cosas sin haber leído la receta completa os habréis percatado de que este método de novela policíaca de dar los datos en orden inverso causa una ligera desazón y seguramente os estaréis acordando del autor que os devuelve la sonrisa desde allá donde me encuentre, aunque sea el otro mundo.

Una vez mechada la carne se mete en la malla o se ata con un bramante si no tenéis la malla, se le salpimenta y si queréis, aunque no hace falta, se espolvorea con ajo en polvo y harina y en la misma olla se dora la carne por todos lados para que forme la consabida costrita, o sea un par de minutos por cada lado y a fuego fuerte.

Ahora es el momento de añadir las hierbas aromáticas y el clavo, un vaso de vino blanco o de coñac si lo queréis mas sabrosón y otro de agua cerrar la olla y esperar 40 minutitos, o bien hacerlo en la cazuela tapada y esperar hora y media o dos horas, dependiendo del tamaño, dándole vueltas de vez en cuando. Otra variante es meterlo en el horno a unos 180º y esperar hora y media regándolo cada 15 minutos con su propio jugo para que no se seque.

Finalmente cuando pinchando con una aguja no salga sangre, señal de que está hecho, se saca y se hace la salsa pasando todas las verduras por la batidora, teniendo la precaución de retirar antes el laurel y demás hierbas que hayáis puesto, o por el pasa purés si queréis que la salsa tenga una textura mas gruesa.

Conviene dejar enfriar la carne para poderla cortar en rodajas cómodamente o dejarla para el día siguiente que es lo mas recomendable.

Además de con la salsa obtenida, la carne se puede acompañar con un puré de patata espeso, unos champiñones, etc. Al momento de comer se parte en rodajas finas, se pone la salsa por encima y se calienta en el microondas (o en el horno, o en la cazuela...).

Esta receta ni es fácil ni rápida aunque si divisible y no debiera estar en este libro, sólo se debe intentar a modo de trabajo fin de carrera para obtener la graduación. Pero como ya os dije me la contó Olga mientras se aprontaba un mate y representa otras muchas recetas que he recibido de muchas amigas y muchos países y que por su complejidad o por falta de ingredientes no he recogido aquí. Gracias a mis protolectoras por tantas aportaciones y por haber despertado en su alma ese sentimiento maternal que les ha llevado a intentar alimentarme.

Para los curiosos les explicaré que aprontar un mate es poner agua dentro de una caldera y ponerla al fuego para que hierva, luego al mate le pones la yerba y le agregas un poco de agua tibia o fría para que se hinche, luego pones el agua caliente en un termo y vas “sebando” el mate (cebando sería la traducción). Allá en Uruguay hacen ruedas de amigos con el mate, a mi amiga se le cayó un poco en el teclado, yo le pregunté si eso es hacer una rueda con el teclado y ella me dijo capaz que un día de estos pruebo a hacerlo. Como veréis dispone de un fabuloso castellano capaz de hacer las delicias de un castellano viejo como yo...

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LA MUERTE Hace nada meditaba sobre la vida y quizás sea hora de hacerlo sobre la muerte sin la cual apenas se sustentaría la cocina, idea un poco desagradable pero muy realista. Ni siquiera un vegetariano se escapa de esta situación porque nadie negará que una planta es un ser vivo e incluso el grano que podría germinar o el huevo del que podría salir un nuevo animal son seres vivos. Puede que la leche sea el único alimento que no supone la destrucción de otro ser. Es claro que los herbívoros se comen a las plantas, los carnívoros a los herbívoros, el pez grande se come al chico y los hombres todo lo que se les pone por delante.

A mi modo de ver la muerte es un concepto relativo y superable. Es el paso necesario para una transformación, así como de un pez muerto sale un plato maravilloso o de un trozo de carne un lujo gastronómico, igualmente de nuestra propia muerte sale la resurrección. Los antiguos alquimistas recreaban en sus manipulaciones con la materia este concepto que llevado a la química viene a decir que cuando dos elementos se combinan entre si para dar un compuesto nuevo los elementos que lo componen han tenido que desaparecer como tales, han muerto, y el nuevo producto obtenido tiene propiedades diferentes y distintas. Para nacer él han debido morir sus componentes. Basta recordar la sal común compuesta de cloro que es un gas muy agresivo y sodio que reacciona violentamente con el agua, la sal en cambio nos la comemos tranquilamente y la echamos en la comida y a puñados en el agua si nos apetece tomar un baño salado y reparador a estilo marítimo.

A nadie se le escapa la cantidad de gente montada en la superficialidad y la banalidad que son muertos en vida que no perciben su propio estado, aspirantes a la rutina vacía y engañosa de la nada diaria, pendientes del resultado del partido o a la telenovela diaria, esclavos del capricho de su poder. Pero hay una resurrección que pasa por la muerte de nuestro egoísmo, por la muerte de las prisas de lo urgente y de ahí por la resurrección de lo importante. Y como ese es mi pensamiento, a pesar de lo incrédulo que soy, tengo la vaga esperanza que nuestra propia muerte sea el paso necesario a una transformación de la esencia más intima de nuestro ser.

COMUNICARSE En otro tiempo me preguntaba si la gente que habla idiomas diferentes piensa de modo diferente, hoy se que no. El ser humano es universal y ni el idioma que habla, ni el lugar en que vive, ni el clima que soporta, ni la riqueza que posee, ni la raza, ni la religión, le diferencian en lo esencial. La diferencia básica esta en su educación, en su cultura y en su estado de desarrollo espiritual y mental. No hay mentes diferentes, el cerebro es básicamente el mismo y los comportamientos mentales son similares.

Sin embargo el lenguaje permite la comunicación y en eso estriba su importancia. Es claro que el grupo que quiere aislarse cambia de idioma a fin de crear una barrera excluyente. El idioma une o separa mucho más que cualquier situación geográfica, social o cronológica, y aunque sin duda es el patrimonio de un pueblo, lo ideal es que en el mundo se hable algún día un solo y único idioma. El ser humano tiende a la comunicación y cuando las palabras no sirven, existe el universal lenguaje de los

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gestos, o el de los dibujos, o el de la música, o el de las matemáticas, que abren otras realidades.

Si bien la estructura de la mente es la misma, no lo es la estructura del lenguaje y a veces esta condiciona a aquella en lo que a las formas se refiere que no en cuanto a las ideas. Hoy se siguen leyendo libros escritos hace miles de años y las ideas que transmiten son perfectamente válidas y comprensibles y su estilo y el placer que su lectura produce es la misma que si se hubieran escrito hoy. La música de hoy hunde sus raíces en sones escritos e ideados hace miles de años, sus efectos en nuestro cerebro son recreados y traídos de nuevo a la vida con un ligero cambio de maquillaje e incluso son recuperados tal cual en su pureza ancestral.

La mezcla y asimilación de idiomas diversos está hoy a la orden del día y aunque pueda parecer lo contrario no empobrece sino que enriquece el idioma propio. Esto ha sido siempre así, por ejemplo los españoles que fueron a la conquista de América que no sabían en su mayoría leer ni escribir, conservaron en buena parte el castellano antiguo, que a veces también se escribía de forma diferente de la actual, asimilando e incorporando infinidad de palabras de los idiomas autóctonos, que en una realimentación por retorno han enriquecido el español actual y no sólo el español.

Igual sucede hoy con muchísimas palabras procedentes del inglés que definen nuevos conceptos unas veces técnicos y otras no, con unos u otros matices.

Pero no es sólo una incorporación de palabras sino en muchos casos una fusión de idiomas como en su día ocurrió en África del sur con el afrikánder y hoy en USA y en Centroamérica con el spanglis, porque la gente necesita entenderse para comprenderse y ninguna barrera política puede impedirlo.

Así como viajar es una forma de comunicación, hablar lo es aun más y por eso debemos mantener los idiomas más extendidos para poder entendernos que es lo que más nos une, sin perjuicio a la larga de una posible fusión lingüística. Las personas que dialogan e intentan comprenderse nunca hacen la guerra, hacen el amor.

Sin embargo un cerebro culto y desarrollado utiliza un idioma preciso y rico y diferencia conceptos con claridad, da pena ver hoy la pobreza de vocabulario que utilizan muchos jóvenes que se apañan con poquísimas palabras. A mi me da la impresión que cuanto mas pequeño es el vocabulario, cuando escasas palabras sirven para todo la zafiedad de la persona y su brutalidad se pone claramente de manifiesto y la tolerancia disminuye al mínimo, cuando no hay ideas ni argumentos se utiliza el insulto más como un mecanismo de defensa que como un mecanismo de ataque.

A pesar de lo dicho que se refiere básicamente a la comunicación a distancia yo creo que la verdadera y directa comunicación es el tacto y tengo observado que los individuos que se tocan poco se vuelven egoístas y huraños. Y al igual que el niño pequeño necesita para su desarrollo el contacto con la madre, así las personas necesitan tocar para constatar la existencia misma real y efectiva de otra persona y trasmitir por esta vía un pulso de afectividad. Un toque establece un contacto. Por eso yo propugno el idioma del toque universal.

Para que no se os olvide esta idea os obsequiaré con una receta de mínimos pero con toque...

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- Seudofiambre Se mezcla con medio kg. de carne picada de cerdo y ternera a partes iguales, medio sobre de crema de champiñones y un cuarto de sobre de sopa de cebolla y un clavo, se le da forma de cartucho de dinamita que se envuelve en papel de aluminio. Se pone durante media hora aproximadamente en el horno, precalentado previamente a unos 200º. Se deja enfriar y se corta a ruedas. Puede comerse frío a modo de fiambre, templado con salsa de tomate, etc.

LA BIBLIOTECA La típica pregunta de que libro salvaría ud. si sólo pudiera salvar uno, es casi la que me estoy haciendo yo. Dispongo de una pequeña biblioteca del orden de 3.000 volúmenes, fruto de muchos años de pasión por la lectura que no tendré mas remedio que abandonar cuando me vaya de esta casa a un pequeño a apartamento que tengo preparado junto al mar esperando el ya cercano día de mi jubilación. Allí solo tendré espacio para unos 70 libros, así que deberé que deshacerme de la mayoría y lo haré con verdadera pena.

Nada podemos sacar con nosotros de esta vida y como un preludio de lo que vendrá tendré que dejar detrás de mi una de las partes más nobles de mis pertenencias.

Nunca he sido muy dado a poseer porque los bienes materiales son una atadura y un lastre, aparte de ser la carnaza que Hacienda busca con el máximo interés para hacerlos objeto de sus apetencias fiscales siempre insaciables.

Pero así como la ropa es imprescindible para abrigar nuestro cuerpo, así los libros son imprescindibles para alimentar nuestro espíritu. Se puede vivir sin ellos y también se puede ir desnudo pero ninguna de las dos cosas son muy recomendables a no ser que uno quiera tirarse a un pozo.

Quisiera que mi biblioteca cayera en las manos de alguien que disfrutara con su lectura y los conservara a su vez. Quisiera que siguieran siempre juntos como una gran familia y a la vez un legado que considero de gran valor aunque este no sea un valor material. Pero si no lo consigo al menos quisiera que fueran leídos y no acabase en la hoguera el esfuerzo grato de tantos años y las ideas y las enseñanzas de tantos escritores y maestros.

Una biblioteca puede ser recorrida de muchas maneras y yo voy a hacerlo para vosotros con la mía siguiendo mas o menos el devenir cronológico de la humanidad y tratando de elegir alguno de esos setenta libros que me llevaré. Habría que empezar con los libros de geología que es la historia del planeta y los que tengo sobre arqueología y antropología, destacando quizá entre ellos “El fenómeno humano” de Teilhard de Chardin. Tras él habría que poner alguno de los libros de arte y mas específicamente sobre la pintura y escultura del paleolítico. A continuación iría un pequeño pero interesantísimo libro sobre la invención de escritura llamado “Historia del alfabeto” de A.C. Moorhouse y algunos sobre las culturas asiria, egipcia, y centroamericanas.

Ahora vienen los grandes autores griegos, aquí me quedaré con la “Ilíada” y “La Odisea” de Homero, “Las Historias” de Herodoto y los “Diálogos” de Platón. Vendría

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aquí encajada la Biblia que quizás recordando el Génesis habría que colocar casi al principio. No pueden faltar “Las mil y una noches” y dando un salto en el tiempo están “Los comentarios de la guerra de las Galias” de Julio César, ambas crónicas casi diarias de dos guerras muy diferentes, el “Arte de amar” de Ovidio y El rapto de las Sabinas.

De aquí vamos directamente al renacimiento, pasando por una época oscura que me ha dejado una maravillosa edición de la “Divina Comedia” del Dante, algún romance de los que deja el alma conmovida, el poema del Mío Cid, bellas poesías entre ellas “Las coplas” de Jorge Manrique, el Decameron de Bocaccio y varios libros sobre la arquitectura gótica y sobre la catedral de Burgos.

De esta época tengo algunos indescifrables libros de alquimia como el "Mutus Liber “, “La Cabala” y un tratado de teología muy propio de aquellos tiempos, varios Quijotes, alguno ilustrado por Gustavo Doré precioso, y buena parte de los clásicos españoles de la edad de oro. Hay unos libros bellísimos sobre el patrimonio cultural y natural de Argentina, Brasil y México y una Historia de América, y no podía faltar “El Príncipe” de Maquiavelo.

A partir de aquí se entra ya decididamente en la novela, que en mis estanterías empieza quizás con “Robinsón Crusoe” de Daniel Defoe, “Rob Roy” e “Ivanhoe” de Walter Scott, “Notre-Dame de Paris” de Víctor Hugo, “El conde de Montecristo” de Alejandro Dumas, “El Señor de Bembibre” de Enrique Gil, “El libro de las tierras vírgenes” y ”Kim de la india” de Rudyard Kipling, “Los tigres de Mompracem” y “Sandokan” de Emilio Salgari, “Cumbres borrascosas” de Emily Brönte y “Jane Eyre” de Charlotte Brönte, “La isla del tesoro”, “Dr. Jekyll y Mr. Hyde” y “El Sr de Ballantrae” de Robert Louis Stevenson, “Salambo” y “Madame Bovary” de Gustave Flaubert, todas ellas novelas maravillosas con las que crecí junto con “Las narraciones extraordinarias” y “Los crímenes de la calle Morgue” de Edgard Allan Poe, “Moby Dick” de Herman Melville y “El Martín Fierro” de José Hernández.

Leídas en mi juventud y recompradas mas tarde “El retrato de Dorian Gray”, “El fantasma de Canterville” y “La importancia de llamarse Ernesto” de Oscar Wilde, la poesía de José de Espronceda y su inolvidable Canción del pirata “Con diez cañones por banda - viento en popa a toda vela - no corre el mar sino vuela - un velero bergantín...” y las Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer junto a sus “Narraciones y leyendas”, “Juanita la larga” de Juan Valera, “Peñas arriba” y “El sabor de la tierruca” de José Mª de Pereda, las obras completas del extraordinario Julio Verne, “Así hablo Zaratustra” de Friedrich Nietzsche, y un fabuloso libro de viajes llamado “La Biblia en España” de un curiosísimo inglés llamado George Borrow.

Con esto entramos prácticamente en el siglo XX y aquí están encuadrados la mayor parte de mis libros, los hay buenos y malos, incluso alguno aun no leído y que no se si me animaré a leer. Pero entre los que me llevaré, a no ser que acabe regalando la biblioteca completa, quiero citar un par de docenas de libros o autores que han dejado recuerdo en mi espíritu, son estos: Marcel Proust cuya extraordinaria sensibilidad se manifiesta con su obra “En busca del tiempo perdido” que ha sido mucho tiempo mi libro, mejor diría libros, de cabecera. Pío Baroja con dos libros muy distintos "Zalacaín el aventurero” y “El árbol de la ciencia”.

Daphne du Maurier con “La Posada de Jamaica” y su famosísima “Rebeca”. Arthur

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Conan Doyle con sus fantásticas “Aventuras de Sherlock Holmes”. Franz Kafka con “La metamorfosis” y “El proceso”. Hermann Hesse con “El lobo estepario” y “Siddharta” que a su vez conecta con diversos libros de filosofía zen y otras filosofías orientales que se entreveran en los estantes y que no citaré por no cansaros y Unamuno cuya filosofía destila un escepticismo doloroso y José Ortega y Gasset, para mi gusto uno de los mejores filósofos y ensayistas del siglo XX con su “España invertebrada” y “La rebelión de las masas”.

En materia de poesía Gustavo Adolfo Bécquer con sus “Rimas” y Antonio Machado poeta extraordinario para mi gusto del que dejo un pequeño fragmento en este libro, Miguel Hernández y García Lorca, desde los cuales pasando por Pablo Neruda y dando un salto en el vacío encuentro a Mario Benedetti. Y un “Refranero español” que es poesía y sabiduría popular en pequeñas píldoras.

Media el siglo XX con unos fabulosos autores con cuyas obras me he reído, divertido y meditado con su fina ironía y cuyas obras recomiendo encarecidamente: Miguel Mihura, Alfonso Paso, Enrique Jardiel Poncela y Alejandro Casona Otros libros dignos de leerse son “Nada” de Carmen Laforet , “El Aleph” de Jorge Luis Borges, “El principito” de Antoine Saint Exupery. “El viejo y el mar y “Adios a las armas” de Hemingway, “Al este del edén” y “Las uvas de ira” de John Steimbeck, “El tercer hombre” de Graham Greene, “Viento del este, viento del oeste” de Pearl S. Buck, diversas obras de Stephen King, “2001 una odisea en el espacio” de Arthur Clarke, “El nombre de la rosa” de Umberto Eco y un libro para mi extraordinario “El retorno de los brujos” de Louis Pauwels y Jacques Bergier Además está mi colección de libros de ciencia ficción y mis libros de viajes Están también, aunque dispuestos por las alturas de mis estanterías, los libros de la carrera que en su día consideré merecía la pena conservar, los hay que han resistido el paso del tiempo que en esta época de rápida evolución es casi milagroso, y otros que a su vez se han transformado en clásicos. Tengo maravillosamente encuadernada una tabla de logaritmos, vestigio prácticamente arqueológico, sustituida hoy por una calculadora electrónica, que a su vez ha dado paso a programas de computadora que resuelven casi cualquier problema técnico rápida y eficazmente sin que nadie, salvo unos pocos iniciados, sepan cómo, lo que extenderá la ignorancia universal a cotas nunca imaginadas.

Observando lo que guardé veo que me atrajo especialmente la física y la química, aunque hay libros de elevada especificidad que aun hoy considero interesantísimos. Y unos cuantos de conocimientos muy dispersos que me han procurado, creo, una amplia cultura, debido en parte a la época que me tocó vivir. Lamentablemente temo que tal y como hoy está la enseñanza nuestros descendientes no tendrán esa oportunidad de conocimiento, y sólo los pueblos que educan y enseñan adecuadamente a sus hijos tienen futuro.

Mas tarde me interesó la economía y tengo una estupenda colección de libros de autores ya clásicos en este campo, algunos ya muy superados en sus teorías económicas pero siempre interesantes de leer. Otro campo que también he explorado es el de la filosofía y aquí hay un amplio espectro del que un lector entrenado puede

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obtener magnificas enseñanzas y un libro que es la clave a mi modo de ver de su interpretación y que se llama “Pregúntale a Platón” de Lou Marinoff.

Hay así mismo libros de informática, cursos de dibujo, una enciclopedia, diccionarios entre ellos el ideológico de Casares, atlas, mapas y guías turísticas, y muchísimos libros, artículos y revistas que no siendo tan interesantes como estos de que he dejado constancia entretendrán al que expurgue en mi biblioteca.

Y algunas carencias de mi niñez que luego he ido rellenando de forma mas o menos autodidacta, como por ejemplo la música, la pintura, la botánica, la grafología, la medicina, la navegación o como encuadernar un libro.

LOS PLACERES ÍNFIMOS Nuestra existencia se suele componer de muchas aburridas rutinas y algunos sucesos novedosos, las primeras no dejan en nosotros ninguna huella, los segundos son breves y la mayor parte de las veces no nos recreamos en ellos como debiéramos ni los sabemos apreciar. Hoy quisiera hacer un recorrido por estos últimos y empezaré por el placer que se siente cuando un soplo de aire fresco que se cuela por la ventana abierta nos acaricia el cuerpo una tórrida noche de verano produciendo en nosotros una sensación de alivio que a veces se acompaña de un delicioso escalofrío.

Otra sensación agradable se produce cuando fríos, sedientos y cansados tomamos un sorbito de café caliente y le notamos resbalando lentamente por la garganta, recorriendo la tráquea y el esófago hasta llegar al estomago donde se expande, humedeciendo y calentando cada célula en su transitar, o lo complementario si es un refresco helado cuando el calor ambiental supera lo normal.

Y el silencio, sonido de la nada, descubridor de un mundo de mudas armonías que a veces nos sorprende en medio de un ambiente de ruidos permanentes como si fuera una burbuja de cristal. Y aquel sabor inesperado de algo que al ponerlo en nuestra boca parece que la llena activando todas las papilas gustativas y por unos instantes nos aísla del universo concentrando en el del gusto todos los sentidos.

A veces ocurre que la vista cansada puede recrearse en un paisaje verde o un mar en calma extendiendo su alcance en la distancia sin fin. O un efecto combinado de nubes, reflejos, sol y sombras que crea unos momentos de ambiente irreal en el paisaje urbano archiconocido dándole con una iluminación inhabitual una profundidad desconocida. Otras veces es la niebla que acorta la mirada y envuelve con sus flecos la distancia en una sorprendente y llamativa dimensión. ¿Recordáis ese pequeño placer de apoyar nuestras piernas cansadas en la mesa o ponerlas en la pared tendidos en la cama y notar como la sangre desciende aliviando las tensiones acumuladas en el esfuerzo? Yo lo sentí una vez en un hotel de Roma después de recorrer las siete colinas. ¿Y el placer del agua fresca de una poza del río o un baño en el mar cuando el calor aprieta? ¿O la umbría de un patio de Toledo, oasis de colores en el desierto de la planicie? ¿Y la siesta en la alameda mecido por los pájaros, acariciado por el rumor

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tenue de las hojas una tarde de primavera? ¿Y el calor vivo de la llama móvil en la chimenea y el crepitar de la madera que arde mientras fuera la nieve redondea de blanco y frío las aristas del exterior? ¿Qué me decís del placer de la observación del crecimiento de las plantas de nuestro jardín, aunque este se reduzca a una pequeña maceta con geranios? ¿Y el olor de la tierra mojada tras la tormenta? ¿Y la belleza de una flor? ¿Y el roce inesperado de una mano?

Estos despertares de los sentidos nos hacen estar vivos, gozar de la alerta, sentir el placer del descubrimiento, entregarse a sensaciones y sentimientos de delicia gratificante que nos dicen, como al niño pequeño, que merece la pena vivir.

- Pechugas con nata Este pequeño capricho es simple y se puede hacer en el microondas, lo que evita el uso del horno. Se trocea en filetes una pechuga de pollo y en una fuente adecuada se espolvorean con un poco de sal, pimienta y perejil los filetillos extendidos y se les añade un brick de nata, se mete al microondas y se deja cocer lo que sucede en quince minutos aproximadamente. El resultado supera todas las expectativas.

EL ADIVINO Ocurre en ocasiones que la gente me pregunta si puedo predecir su futuro y he comprobado que en general no es nada difícil. La suma de la experiencia de una vida ya larga, unas preguntas adecuadas, unas respuestas sinceras y saber ponerse en el lugar del otro nos permite sentir lo que el otro siente y llegar así a entender sus intenciones y las consecuencias que tendrán sus actos.

Así pues se pueden leer otras mentes por un mero acto de imitación consciente y de interpretación de su entorno. Esto nada tiene que ver con los charlatanes y cuentistas que invaden la televisión barata para sacarles las perrillas a los incautos de turno que son muchos.

Este proceso de imitación activa al parecer ciertas neuronas del cerebro del adivino y es en si un proceso natural y corrientísimo que practicamos a diario de manera inconsciente cuando miramos a nuestro interlocutor y decidimos si nos va a agredir o no, si nos cae bien o no, si es sincero o no, si entiende lo que le decimos o no, si nos escucha o si nos quiere. Proceso que a su vez es el primero que ejercitamos de niños cuando al imitar a nuestros padres aprendemos de ellos, no sólo lo que está bien o mal, sino una función tan básica como es aprender a hablar. Es el método por el cual se transmite la cultura y las tradiciones de una generación a otra.

Nadie nace aprendido, aprendemos primeramente por imitación y mas tarde aunque hayamos leído muchos libros y estudiado mucho, sólo viendo como lo hacen los demás podemos aprender a hacer las cosas con oficio y sin cometer errores. Nadie es original hasta que no ha aprendido lo suficiente como para poderse cuestionar lo que le han transmitido. Es entonces cuando se puede dar un paso más allá y mejorar lo que nos enseñaron o buscar otras vías. Es entonces cuando se puede ser original.

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Así pues sin necesidad de tarot, ni de método adivinatorio alguno se puede decir a quien pregunta lo que probablemente le pasará. Yo sin embargo le suelo hacer un conjuro porque eso da confianza y apoya su propia fuerza si el pronóstico es bueno, o ayuda a cambiar de camino si no lo es. Pero esto sólo es un truquillo de perro viejo.

Hace ya muchas páginas que no os enseño alguna recetilla y es hora de remediar esta carencia con algo que es ideal para días de calor y sumamente barato. Es el...

- Ajo blanco Se remoja un trozo de pan seco en agua durante unos minutos y se escurre. En el vaso de la batidora se coloca el pan, un puñado de almendras frescas peladas, dos ajos pelados y una cucharada de vinagre de sidra (los puristas no usan pan para esta receta que hacen exclusivamente con almendras). Se acciona el aparato a toda potencia hasta que quede una mezcla fina y uniforme, y sin dejar de batir se van añadiendo 200 cc de aceite de oliva poco a poco como si hiciéramos una mayonesa, a continuación agua helada hasta que la mezcla tenga consistencia de sopa ligera, medio litro aproximadamente. Se sirve poniendo un hilillo de aceite por encima a modo de adorno. Para pelar las almendras se meten en agua hirviendo unos segundos, los ajos se pelan y guardan en un frasco de cristal con tapa en la nevera y así no se estropean y los tendréis siempre disponibles.

EL JARDÍN Hace días unos jardineros me regalaron unas plantas que iban a tirar, se las pedí porque en la terraza del dormitorio tengo un macetero corrido que hace de balaustrada que estaba vacío desde hace ya tiempo. Días antes mirando mi casa desde la calle me di cuenta de lo feo que estaba, las plantas que en su día había contenido dejaron manchada la pared dando una sensación de vejez y abandono. Así que en parte por estética y en parte para no dar que pensar a los ladrones aproveché la ocasión para replantar la jardinera, aun a sabiendas de la esclavitud que supone adoptar un ser vivo, ya que automáticamente te haces responsable de sus necesidades que en este caso son el riego casi diario y el abono esporádico.

El caso es que una vez que llegué con las plantas a casa había que plantarlas y esto no se puede dejar para otro día porque disminuyen drásticamente sus posibilidades de supervivencia. Aunque cansado cogí las pequeñas herramientas y medio saco de substrato que compré y dedique casi tres horas a abrir hueco en la tierra apelmazada de meses, poner el sustrato, su poquito de agua, la plantita encima, un puñado de tierra, alisar aquello y demás operaciones hasta que todas quedaron en su lugar.

Después hubo que dar un riego en cantidad para que todo el macetero cogiera el grado de humedad necesario y volviera a recordar para que había sido construido.

En los primeros días no me quedó mas remedio que regar todas las noches que es un trabajo arduo, pero se ha visto compensado al ver como al poco tiempo aquellas plantas medio secas han empezado a echar pequeñas hojitas señal inequívoca de que la cosa marcha. De trece plantas sólo una parece que ha decidido no aprovechar esta segunda oportunidad y está cada día mas mustia aunque ha recibido el mismo trato que las demás, me parece que sus días están contados.

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Ahora de vez en cuando voy a visitarlas a ver como les va y he empezado a regarlas menos para que no se acostumbren a la buena vida. Pero me encanta verlas medrar y siento la satisfacción de la labor hecha. Los esfuerzos iniciales se han visto recompensados con los brillantes tonos que han cogido sus hojas y la belleza que de nuevo han traído a mi balcón que ya no parece viejo y hasta las manchas se le están quitando. Y es que no hay cosa mejor que una buena compañía.

Debajo tengo un pequeño jardín que hace tiempo se ha vuelto salvaje, mantener el césped era un latazo y me cansé. Decidí que tendría que buscarse solo la vida y aprovechar el agua cuando llueve. Sin embargo en ocasiones señaladas cojo la manguera y le riego, el me da las gracias con un fuerte olor a tierra húmeda y hojas limpias y las flores cuando las hay me envuelven satisfechas en su olor. El jardín es ahora parte de la naturaleza, unas plantas se han hecho fuertes y medran y otras, las menos, han desaparecido. Hay nuevas plantas venidas en semillas por el aire que viven un tiempo y son sustituidas por otras, pero su semilla esta ahí esperando el año que viene, cuando llegue su temporada y vuelvan a nacer.

Aunque parezca mentira el pequeño jardín es ahora mucho más acogedor y más auténtico y muestra como, si se la deja sola, la naturaleza domina el planeta, repuebla y crea vida. Con frecuencia nos olvidamos que sin la tierra que está debajo del cemento soportándonos no podríamos subsistir.

De esta mención a las plantas de mi casa no quiero irme sin recordar a las plantas de interior todas ellas heredadas y colocadas en su correspondiente maceta. Aunque en un principio estaban por toda la casa yo las reuní en el comedor para evitarme paseos al regarlas y con la esperanza de que dada mi inexperiencia en este campo se murieran pronto y me aliviaran el trabajo, pero han pasado los años y no se ha muerto ni una, a pesar de que las riego y poco cuando me acuerdo lo que suele suceder una vez a la semana. Cuando llego con la jarra de agua hay veces que me parece que saltan de alegría en sus tiestos igual que los perros mueven el rabo cuando les das de comer, y se conoce que para animarme florecen hasta los cactus.

Pero hay que tener cuidado con ellas porque si tardas mucho en ir a regarlas te ponen todo perdido de hojas secas y si te pasas un pelín con el agua te ponen la madera perdida y aunque debajo he acabado poniendo unos platos viejos para proteger la tarima del suelo parece que lo hacen a propósito y aunque al principio todo parece ir bien en cuanto te das la vuelta para marcharte oyes el chorrito de agua saliendo burlón del agujero del tiesto y es que de la panza sale la danza.

LA ÉTICA Muchas son las veces que en la vida hemos de tomar decisiones y muchas las veces que hacemos cosas que no son ajustadas a la ética es decir que son inmorales, aunque vagamente sabemos que lo que hacemos no esta del todo bien, resulta difícil ajustarse en nuestros actos a una actitud correcta de forma permanente.

Las razones son muy variadas y prescindiendo de aquellas decisiones que se toman de forma inmoral por expresa voluntad y de las basadas en una falta de principios que

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impiden reconocer que acción es buena y cual no, la mayoría se deben a una serie de presiones que llevan a las personas honestas a comportarse de forma inadecuada.

Pensando sobre ello puedo identificar como factores influyentes la urgencia, la información parcial, la exigencia del jefe para obtener resultados cualquiera que sea el método que se utilice, el mantenimiento de la reputación, la presión del poder y el dinero, el traspaso de la responsabilidad a otras personas, la justificación en actos similares que otros realizan con cierta frecuencia, etc.

Veamos ciertas frases mil veces oídas que justifican acciones innobles: Todos lo hacen, para justificar la corrupción, la mala educación y tantas cosas. No me queda mas remedio, para participar en la corrupción. Me obligan a hacerlo, para justificar por ejemplo un genocidio. Podía haber sido peor, para excusar un daño infringido. Nadie ha salido perjudicado, y claro si no hay victimas no hay daño aparente. Me debo a mis amigos, a mis jefes, a mi empresa… para justificar la falta de valentía, conservar el puesto de trabajo, etc. Si es tonto allá él, aceptando que la víctima tiene la culpa de nuestros actos. Ya se sabe que en campaña todo se exagera un poco, para justificar la mentira política. Antes él me trató mal a mí, para justificar lo injustificable. Ya tiene bastante dinero, para justificar el robo… Seguro que se lo merece… Algo habrá hecho mal él también… El que roba a un ladrón tiene cien años de perdón… El se lo ha buscado... Y tantas otras.

Quizás merezca la pena pararse a pensar como actuamos habitualmente porque pudiera ser que bajo un convencimiento de honestidad general estemos actuando de una forma absolutamente deshonesta de forma permanente.

Sin embargo reconozco que hay muchas circunstancias que modulan o matizan las decisiones, al fin y al cabo vivir no es una ciencia exacta con reglas determinadas y precisas, sino un arte y como tal, aunque las reglas generales ayudan a nuestro comportamiento, las actuaciones particulares hay que irlas inventando sobre la marcha y adecuándolas al momento y a las circunstancias, que para eso existe la libertad, aunque sea condicional.

LAS MOSCAS Bajo este título incluyo moscas, mosquitos, cínifes, tábanos e insectos voladores varios que tienen en común dos cualidades, la tendencia a picar al ser humano y la molestísima pesadez de la insistencia. Estos bichos en sus múltiples variedades existen en todos los ambientes, los hay en el campo, en la costa, en la montaña y como no en las casas, todo les sirve. Estoy casi seguro que si hay vida en algún planeta lejano será de la familia de estos molestos insectos.

Puedes estar solo en una habitación del tamaño de un salón de baile y como haya una mosca descuida que no compartirá contigo la habitación quedándose en alguna zona alejada, no, a los pocos minutos la tendrás encima molestándote y son rapidísimas y difíciles de matar, hacen unos giros inexplicables y tienen la facultad de desaparecer de tu vista escondiéndose en cualquier rincón y camuflándose con eficacia en la parte superior de los armarios o en las sombras y zonas oscuras de los muebles.

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Si hay una en la cocina no pienses que se estará quieta observando lo que haces ni mucho menos, te acosará, se posará en tu cara, volará delante de tu nariz y si puede te morderá, y que nadie me diga que no muerden las moscas, y no contenta con eso se posará en la comida y le da lo mismo si es carne o pescado, verdura o fruta, ella estará allí paseándose delante de ti para ponerte de mal humor, desconcentrándote y logrando en poco tiempo que dejes de hacer lo que hacías para rascarte aquí y allá hasta que consiga sacar en ti el mas fiero asesino. Buena sabedora de que allí no intentaras matarla con un insecticida, aunque la espantes volverá una y otra vez al mismo sitio, hasta que desesperado la tires una cazuela con la que romperás el cristal de la ventana aumentando si cabe tu cabreo. No intentéis matarla con un periódico o el trapo de la cocina porque el propio aire que desplaza facilita su huida. Sólo hay una cosa eficaz y es el matamoscas una especie de malla que deja pasar el aire pero no la mosca que queda espachurrada en la pared si sois lo suficientemente ágiles y rápidos y si bien acabará la molestia dejareis la pared lista para pintar.

Si por casualidad estáis al aire libre las posibilidades de acabar con ellas son nulas y acabareis marchándoos a casa con el cuerpo lleno de picaduras y aunque hay ciertos líquidos para untar tu cuerpo y ahuyentarlas lo cierto es que tú acabarás oliendo a insecticida lo que es desagradable para uno mismo y para los demás. He podido observar sin embargo que estos animales tienen tendencia a picar a las personas dulces de piel blanca, así que lo mejor es ponerse cerca de ellas y aunque la víctima tendrá el doble de abones de lo habitual tu saldrás con la mitad, ya se que es una crueldad, pero que queréis, es la guerra...

Pero donde la cosa se vuelve auténticamente irritante es en el dormitorio, paraíso de los sádicos mosquitos trompeteros. Aunque estés en la más absoluta oscuridad ellos te huelen, esperan a que te duermas y avisan de pronto su presencia con un vuelo rasante al lado de tu tímpano mientras hacen sonar su aguda y estridente trompetilla.

Es el preámbulo de una larga noche de vigilia. Si esperas a que te clave el aguijón y te chupe la sangre para intentar matarle dándote un tortazo a ti mismo acabarás con la cara amoratada, llena de pinchazos y con un cabreo monumental. Si metes la cabeza debajo de la sábana no garantizas que no te picará a través de ella y además quedarás medio asfixiado y cuando asomes la nariz para respirar el cínife te estará esperando y no fallará. Si optas por echar insecticida te tendrás que ir a otro cuarto a dormir, quedarás medio intoxicado y el maldito mosquito te seguirá mientras demuestra su alegría con vuelos musicales y acrobáticos a tu alrededor a no ser que le hayas echado el producto directamente encima y aun así no os conforméis con verle caer, rematadle, porque la mayoría de los productos solo les atontan temporalmente.

Yo tuve la experiencia en una ocasión de tener en el dormitorio un bicho volador de unos tres centímetros que me despertó posándose en mi boca. Os aseguro que fue una experiencia inenarrable despertarse con semejante beso y huelga decir que estuve a punto de tragarme el bicho, cuando espanté aquello y encendí la luz pude alcanzar a verle dando tumbos contra el armario camino de la ventana, me costó encontrarle pero al fin le hallé escondido en el pespunte de un visillo y no se me escapó, aunque tuve que lavar el suelo y los visillos al día siguiente.

Todos estos bichos tienen además la costumbre de posarse en la parte exterior de puertas y ventanas y tanto al abrirlas como al cerrarlas se os colarán dentro con una habilidad extraordinaria, aunque siempre os queda el recurso de cubrir las ventanas con una malla, pero en la puerta no cabe esta solución, así que hagáis lo que hagáis

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siempre tendréis alguno dentro dispuesto a dar la batalla. Quizás una de las pocas ventajas del invierno es que entonces desaparecen, aunque antes os habrán dado el otoño, porque si en verano son inaguantables en otoño son auténticamente insoportables.

Esto que os cuento ocurre en Europa pero si os encontráis en el trópico y no digamos en la selva, comprobareis que los bichos de allí, que suelen tener bonitos colores, acabarán durmiendo a cientos con vosotros y al despertar encontrareis debajo de vosotros infinidad de cadáveres que habréis ido sacrificando por la noche en cada vuelta que os deis, y daréis muchas, tiñendo la sábana de un color rojo desvaído con motitas negras, pero al fin uno se acostumbra a todo. Aunque si tenéis la suerte de contar con la compañía de alguna salamanquesa, de las llamadas geco en algunas zonas, os ayudará en esta lucha con su lengua y su apetito y además es un bicho inofensivo y tranquilo e incluso bonito, le encanta trepar por las paredes y lo que es más fundamental: ¡come insectos...!

Ante esta eventualidad os aconsejo dormir debajo de una gasa o tul que si bien no evita el ruido amenazador, si resulta francamente eficaz si no tiene ningún agujero. Es cierto que hay gente que esta forma de dormir le resulta claustrofóbica, pero a grandes males grandes remedios, además crea un miniespacio muy íntimo y sugestivo para una luna de miel.

- Croquetas He mencionado en algún lugar de este libro las croquetas que suelo comprar en el supermercado a pesar de que como os dije es difícil sacarles algún sabor o averiguar de que están compuestas. Hoy os quiero dar la auténtica receta que sólo utilizo cuando siento la soledad y me meto en la cocina dispuesto a pasar la tarde reponiendo mis menguadas existencias.

Las croquetas que vamos a hacer serán de pollo y jamón, aunque se pueden hacer de la misma manera con bacalao, bonito, restos de cualquier asado, huevo cocido e incluso verduras. El pollo en su caso es preciso cocerlo y partirlo al igual que el jamón en trozos pequeños pero identificables para que luego se vean en las croquetas al partirlas. Esto lleva su tiempo y hay que tomarlo con paciencia.

A continuación se hace la salsa bechamel de la siguiente manera: Se mezcla en una sartén 50 grs. aceite y 50 grs. de harina (dos cucharadas grandes) para unas 20 croquetas, yo ya que me pongo suelo hacer 50 o 60, calentando suavemente mientras se remueve con una cuchara de palo hasta que la harina este rubia, si se deja de remover es fácil que se pegue o se queme.

A la vez se hierven 500cc de leche y se van añadiendo lentamente a la mezcla agitando, cocer unos 15 minutos removiendo siempre en la misma dirección. Cuando hierva se pueden añadir unas setas lo que le da aroma o nuez moscada. Una vez espesada relativamente se agrega el pollo y el jamón, sal y pimienta. Se le da otra vuelta a todo y una vez homogeneizado y espesado, para que se pueda manipular sin que se rompa, se extiende la masa en una fuente formando una capa de unos 4 cms. y se le deja enfriar tapándola con algo, trapo, film transparente, etc. para evitar que forme una costra. No hay que ser impaciente porque te quemaras los dedos y no aconsejo tampoco enfriarlo en el refrigerador aunque se puede hacer.

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Ahora viene la segunda parte para lo cual es necesario disponer de tres platos uno con harina, otro con huevo batido y el último con pan rallado. Con un tenedor se corta un trozo de masa, se pone en la harina y con las manos se moldea dándole forma cilíndrica, a continuación se reboza en huevo y por último en el pan. En aceite bien caliente y abundante se fríen las croquetas hasta que se doren y se colocan en una fuente sobre un papel absorbente para que suelten el exceso de aceite.

Ya se pueden comer y recién hechas están muy ricas, pero se pueden conservar en el frigorífico sin problemas durante cierto tiempo.

MIS VIAJES AL OTRO MUNDO El otro día os conté mi viaje al norte de España que es en realidad un viaje de cercanías y hoy quiero ampliar mi relato con otros viajes que he hecho un poco mas lejos, no al cielo donde pienso ir en mi último viaje, sino a América que según Colón es el otro mundo en lo que no le faltaba razón. Cuando se emprende un viaje transoceánico hay que armarse de valor y de paciencia porque es absolutamente imprescindible viajar en avión, envidio un poco a aquellos intrépidos viajeros del siglo XIX y principios del XX que podían dedicar uno o dos meses a cruzar el charco vestidos de chaqué, anotando sus impresiones en un diario y disfrutando del aire del mar y de sus tormentas, que viajaban empujados por el viento envueltos en su murmullo, a veces violento, oyendo romper las olas en la proa del barco, el sonido persistente de las gaviotas, el crujido de las maderas y el silbido de las velas.

Hoy el tiempo es oro y hay que abreviar el viaje o las vacaciones se quedan en nada y en este negocio entra en funcionamiento la maquinaria perfectamente engrasada de las compañías de aviación. Lo primero es naturalmente proveerse del billete para lo cual no hay otra solución que acudir a una agencia de viajes donde descubres que hay infinidad de ofertas que incluyen hospedaje completo si tu estas dispuesto a ir donde ellos te quieren llevar. De no ser así el precio sube estrepitosamente cosa que no he comprendido nunca del todo porque digo yo si sólo vuelas ¿por que han de cobrarte más que si vuelas, te alojas en un hotel paradisíaco, comes y bebes hasta reventar e incluso te haces una excursión por los alrededores incluida en el precio? Este es uno de los misterios pero no el único. ¿Por qué, si quieres estar quince días en lugar de la semana de la oferta, te resulta mas barato ir y venir cada siete días que quedarte en el sitio sin moverte? ¿Es que el viaje intermedio de ida y vuelta no cuesta nada?

Y luego esta lo del overbooking o como se diga, que esto es para nota, ¿por qué, si tu has pagado por adelantado el billete, la compañía no te garantiza el vuelo y tenemos que confirmarlo y reconfirmarlo veinte veces? Imaginemos que cuando tomamos el tren pasara lo mismo y que una vez expedido el billete te dijeran ahora póngase en la cola a ver si le sentamos en algún sitio porque hemos vendido el doble de asientos de los que tenemos, pero no se preocupe que si no hay sitio dentro de ocho horas viene otro tren y ya le meteremos en él, o no… Digo yo que habiendo vendido y cobrado la totalidad de las plazas, si la gente tiene el capricho de no presentarse en el aeropuerto, pues ¿que problema hay? Que vaya y vuelva el avión vacío, que el combustible esta ya pagado y el beneficio asegurado. ¿O es que están autorizados a vender y cobrar la misma plaza tantas veces como se pueda?. A mi esto francamente me parece una grandísima estafa y un profundo desprecio a los clientes de los que

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viven. Pero es que además para ver cuantos no llegan a tiempo, te hacen estar en el aeropuerto dos e incluso tres horas antes de la partida, se ve que tu tiempo no tiene ningún valor (no lo tiene evidentemente para ellos). Me parecería mucho mas razonable que te dijeran, mire si no vendemos el 80% de las plazas no salimos porque perdemos dinero.

Por otro lado esta lo del espacio y no me refiero al espacio sideral. Cuando se diseña un avión se hace para un número de plazas determinado, bueno pues estas compañías han logrado juntando mucho los asientos que este número se eleve prácticamente al doble con lo que los que tenemos las piernas largas necesitamos una articulación adicional además de la rodilla para poder doblarnos en cuatro ocupando el ridículo sitio que queda entre dos asientos, y esto suponiendo que al pasajero de adelante no le de por tumbar su asiento porque en ese frecuente caso tendrás su cogote en tu barbilla. Esto en un viaje de una o dos horas se soporta más o menos, pero cuando el viaje dura nueve o diez hay que tener una salud de hierro para poderte poner de pie cuando llegas al aeropuerto de destino. Creo que llegará el día en que tengamos que hacer el viaje de pié como en el metro y aun podemos dar gracias a Dios que todavía nos dejan hacer pis de vez en cuando, pero creo que pronto los aseos se convertirán en dos flamantes asientos mas. Realmente no sé para que sirven los cinturones de seguridad porque ya prácticamente el personal no puede moverse.

Estas pequeñas molestias se acrecientan en los viajes largos en que te obligan a cerrar las ventanillas para que no puedas ver el exterior no se muy bien por qué ya que las nubes son muy bonitas y sus formas cambiantes entretienen mucho, te ponen dos películas absurdas que tienes que ver quieras o no y que incluso puedes oír si compras los auriculares, te ofrecen cual mercadillo una serie de objetos, perfumes, tabaco y alcohol, que ya pudiste comprar en las tiendas libres de impuestos del aeropuerto al doble del precio normal, y te dan de comer lo que llaman catering que es una serie de pequeños envases de plástico con unas migajas de comida dentro, medidas al gramo yo creo que con la idea de mantener vivo al pasaje hasta dejarlo en su destino, mas que nada porque resulta mas cómodo que bajen del avión por sus propios medios que tener que sacar los trescientos cadáveres.

Y por fin cuando llegas a tu destino tras pasar los tramites de la policía que suelen incluir un absurdo interrogatorio y frecuentemente la toma de una foto que debe ser un poema verla con la cara de cansancio que sueles tener, llega el momento de recuperar el equipaje para lo cual sueles tener que esperar entre media y dos horas según el país, lo que ha dado lugar a que la gente lleve consigo el equipaje que cada vez es de mayor tamaño, lo que tiene la ventaja adicional de que en caso de bache aéreo puedes quedar sepultado bajo un montón de maletas. Se ha logrado así que la bodega del avión vaya prácticamente vacía y yo pienso que podrían acondicionarla con literas e iríamos todos bastante más cómodos. Y aun queda la aduana que te puede obligar a vaciar la maleta, ser cacheado como un delincuente común, quitarte el cinturón y las gafas para que no pite el arco de seguridad que a pesar de todo pita siempre e incluso quitarte la dentadura postiza. Ahora además no puedes llevar un cortaúñas por aquello de los secuestros aéreos ni un cuarto de litro de colonia por si las bombas de ultima generación. En resumen una delicia. Menos mal que de vez en cuando alguna pasajera con hijo gritón arrastra consigo un oso de peluche de tamaño gigantesco que hace asomar una mueca de asombro a los sufridos pasajeros y un rictus extraño en la boca semejante a una vaga sonrisa que contribuye a relajar el espíritu tenso de quien

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se va a pasar medio día metido en un tubo a diez mil metros de altura confiando en que no se acabe el keroseno.

Sin embargo todo esto se soporta en aras al descanso relajado y exótico del Caribe si eres un turista común de los de cámara fotográfica que luego disfrutan como enanos dando envidia a sus compañeros de trabajo, turistas encarcelados en hoteles de lujo que apenas ven del país de destino algo mas que el mar caliente de color turquesa y eso si es que hace alguna visita guiada a las tiendas específicamente dedicadas al turismo y a algún que otro monumento cercano para justificar la compra.

Hay claro otro turista un poco mas cultural a quien recomiendo un viaje al Yucatán donde si es sensible podrá sumergirse en la cultura Maya y sentirá la fuerza poderosa del sol si es capaz de subir los 91 escalones de la pirámide de Chichén Itzá o ver los peces del coral y las tortugas marinas o disfrutar de la gastronomía local si se atreve a dejar fuera de si el agua envasada de los hoteles. Y si es aun mas osado un viaje a las ruinas de Copán en Honduras le pondrá en contacto con las fuerzas de la naturaleza y si al caer la tarde está allí aún, podrá sentir como el tiempo se detiene y pasa a través nuestro en un devenir lento y pacifico que puebla de paz nuestros espíritus y donde ecos de voces antiguas resuenan en nuestro corazón excesivamente civilizado.

Hay otro tipo de turismo mucho más gratificante que es el de quien va por libre, se aparta de los lugares para turistas, convive con la gente del lugar, experimenta. Para ellos hay un lugar mágico que ningún español debería dejar de visitar, es La Habana.

Una ciudad maravillosa si uno es capaz de ver a través del velo de su deplorable estado, sus calles porticadas, sus balcones, sus casas ruinosas de mil estilos escasamente valorados, sus innumerables columnas, sus palacetes hoy transformados en microviviendas, sus gentes cultas, amables y simpáticas, sus talleres de reparación de relojes, sus terribles guaguas, su parque automovilístico detenido en los años cincuenta con autenticas joyas de chatarra rodante, su clima, sus playas desiertas, su arroz, sus frijolitos vietnamitas y el inevitable cerdo, su olor a gasolina, todo es en fin una experiencia única e irrepetible que mucho temo que cuando entre en funcionamiento la especulación urbanística desaparecerá para siempre. Y que decir de la música maravillosa que podemos disfrutar en muchos teatros ignorados y en la misma calle y naturalmente en los variados Tropicanas donde el arte está en cada movimiento, con ese ritmo que los cubanos llevan en sus genes y el jazz, y el bolero siempre omnipresente y el mojito naturalmente.

El Caribe es un lugar único en el planeta y tiene para el español la ventaja añadida del idioma común cuyos variados acentos, giros, palabras nuevas y expresiones autóctonas le hacen no pocas veces difícilmente inteligible posibilitando una experiencia lingüística nada despreciable. Hay naturalmente en el mundo que vivimos otros lugares bellísimos que van desde Egipto a Argentina, desde Brasil a Grecia.

Todos deben visitarse si el dinero alcanza y a ser posible acompañados de un amigo o amiga del lugar, porque al final lo que verdaderamente queda es la amistad y es mejor recuerdo una conversación o una sonrisa que el mas hermoso monumento o el mas espectacular paisaje.

La experiencia de los viajeros que visitan un país cualquiera del planeta es tan diversa como el mismo viajero e incluso visitando los mismos lugares cada persona trae consigo una visión de su experiencia que oyendo sus narraciones se diría que han hecho viajes diferentes. Siempre hay un aire común ya que no en vano cada sitio tiene

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un carácter propio, pero ciertamente el recuerdo, que depende mucho de la disposición de ánimo con que se aborda el viaje o la intención no declarada que nos lleva a ese determinado sitio, apenas se parece. Las sensaciones no van sólo ligadas a aquello que se percibe globalmente sino a múltiples elementos casuales o circunstanciales que ocurren en el momento preciso en que estamos allí y que son irrepetibles. Aquel olor, aquella música que sale de un rincón ilocalizable, aquella persona de vestimenta llamativa para nosotros, aquella palabra oída al azar, aquel pájaro que surcaba el cielo tormentoso o soleado, el sabor de una comida exótica, aquella conversación casual que tuviste por una conjunción aleatoria de circunstancias, aquella casa que te acogió, la anécdota que te ocurrió, esa costumbre allí normal pero que a ti te resultó singular, aquella fiesta inacabable a la que te invitaron, todo contribuye a crear en ti una imagen única que finalmente se resume en un volveré, un está bien pero una vez es suficiente o un nunca mas.

A mi que he visto ya muchas piedras me atrae sobre todo la gente que encuentro allá donde voy y con quien me comunico y mis recuerdos no son sólo aquello que me traigo sino aquello que dejo y lo que dejo es siempre un poco de mi mismo que suele guardarme alguna persona querida en el fondo de su corazón. ¿Habéis probado a dar a alguien...lo que no os sobra?, si alguna vez lo hacéis veréis que los resultados son sorprendentes y volveréis a vuestras casas enriquecidos con una marca indeleble en vuestro espíritu.

Podría haber descrito aquí alguno de los viajes que he hecho o de los lugares que me han impactado más ya sea por su belleza espectacular o por otras causas, pero son muchos y para eso están las guías de viaje, o podría haberos contado alguna de las muchas anécdotas que me han sucedido, pero sólo he querido induciros a viajar de otra manera buscando mas bien sensaciones personales que diversión barata y ahondando en vosotros mismos, buscando el espíritu de las cosas, la conexión con el mundo interior y el alma de las gentes.

Viajar enriquece y da perspectiva a nuestra vida rutinaria generalmente muy limitada, así que cuando el cansancio se aposente en vosotros romped con todo coged el medio de transporte que tengáis mas a mano y marcharos lo mas lejos posible del mundo conocido, haced un paréntesis en vuestra vida y sed libres por un rato que sólo se vive una vez y por cierto de forma bastante estresante.

OLORES Y COLORES La gente sensible responde siempre sin extrañeza cuando le pregunto como huele la libertad o de que color es el amor. Esto no supone que las contestaciones sean idénticas, a decir verdad no suelen coincidir casi nunca. He llegado a pensar que las personas que ven los conceptos de idéntica manera sienten también de igual forma, pero no lo tengo muy claro. Quizás sólo depende del color o del olor que para ellos ha tenido el concepto en el momento de formularse la pregunta o en el que resultó ser más significativo, reflejaría por tanto un estado de ánimo.

Podríamos plantearnos la cuestión al revés, por ejemplo la persona que usa un perfume determinado ¿cómo se siente, o qué nos esta diciendo?. O bien el color de su vestido qué es lo que indica. Cuando vemos en la televisión un acontecimiento social

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donde va mucha gente y llevan modelos variopintos ¿qué nos sugieren sobre el carácter de ese hombre o esa mujer?. Si dos mujeres llevan exactamente el mismo modelo ¿es porque tienen el mismo gusto o sólo es que han ido a la misma tienda y se han dejado influir por el mismo y maquiavélico vendedor?.

A mi por ejemplo el olor que hay en el estudio de un pintor, mezcla de linaza y aguarrás me parece que es el olor de la libertad, ese otro olor de los libros que llevan almacenados mucho tiempo en una gran librería me trae imágenes de independencia, lo elemental y la sumisión diría que tienen los colores chillones, la incultura se me antoja que lleva el olor de un perfume fuerte y denso, la calma el olor del agua fresca.

El amor dicen que es blanco, la pasión roja y el número cinco verde y yo me pregunto si será verdad.

Indudablemente colores, olores, ruidos, sabores y el propio tacto influyen en nuestro cerebro y le excitan o le tranquilizan, le advierten o le sosiegan y él responde según patrones ancestrales de conducta. La seda tan suave es tan sensual como desagradable es el agudo chirrido de la tiza en la pizarra. Realmente la variedad que percibimos por nuestros sentidos es inmensa y la cantidad de información almacenada en nuestro cerebro inimaginable.

Muchas de estas asociaciones son adquiridas, como es quizá incienso-iglesia y al igual que la experiencia reflejan nuestra vida, pero hay otras que son innatas y reflejan posiblemente como es la especie humana y las razones de su supervivencia. En el fondo ya que cada persona vive una vida diferente tiene que tener un olor diferente, un gusto diferente y un sonido distinto. Si supiéramos bien lo que significan estas percepciones podríamos llegar a conocer a las personas sólo con olerlas igual que podemos conocer sus enfermedades mirando el dibujo del iris de su ojo.

En cualquier caso a mi el color que mas me gusta es el color de la sonrisa y que nadie me pregunte cual es, pero si os diré que es muy parecido al sabor de la ternura y al olor del amor.

En la cocina hay algo que mezcla olores, colores, sabores y libertad, y si bien no sirve para alimentarse no deja de ser un complemento que se puede degustar antes de comer o bien como base y divertimento de una cena especial. No tiene mucho sentido si uno esta solo, a no ser que este experimentando, y desde luego nunca debe practicarse si uno piensa conducir. Me refiero a los cócteles.

Su historia, la razón de su nombre e innumerables series de fórmulas para hacerlos con el nombre característico de cada una de ellas los podéis encontrar en muchos libros y no los repetiré yo aquí. Pero si os voy a explicar su fórmula básica, al igual que en su momento os expliqué otras técnicas culinarias.

- Cócteles Un cóctel básico tiene tres componentes, una parte de alcohol, dos partes de algún zumo o crema de frutas y unas gotas de algún brebaje especial. Y una buena coctelera, donde todo se agita y se mezcla con hielo suficiente para bajar su temperatura. Sobre esta idea se pueden variar las proporciones aunque no mucho, aumentar los componentes sin variar esencialmente las proporciones, buscando muchas veces cambiar el color por la mezcla o modificar algún aspecto del sabor y nunca se debe olvidar el tercer ingrediente sea el que sea.

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A modo de ejemplo os indicaré varios muy característicos, que podríamos clasificar como de aperitivo, como de copa larga y como cóctel propiamente dicho.

Un aperitivo clásico es el “Martín Dry” que son dos partes de ginebra, una de vermut seco y una vez en la copa unas gotas de limón, una aceituna y un trocito de piel de limón como adorno y contrapunto.

Otro aperitivo que a mi me resulta excelente para antes de comer es el “Negroni” precisa una copa mas larga y se compone de cuatro partes de vermut rojo, una de campari y unas gotas de ginebra, adornado con un trocito de piel de naranja y dos cubitos de hielo.

Para después de comer cuando se presenta una larga sobremesa o una partida de cartas podríamos elegir por ejemplo un “Irish cofee” que se prepara con una taza de café caliente azucarado, dos tazas de whisky, irlandés naturalmente, y dos cucharadas de nata que se hacen flotar por encima sin mezclarlas, no se debe cometer el error de poner medio vaso lleno de nata como suelen hacer en los bares.

Otro clásico es el “Gin tonic” que es muy sencillo y va bien para la noche, una copa de ginebra, una tónica y una rodaja de limón clavada en el borde del vaso que deja escurrir unas gotas en su interior, con dos cubitos de hielo. El “gin tonic” se transforma en “Gin fizz” si se sustituye la tónica por zumo de limón ligeramente azucarado.

Ambos se preparan directamente en vaso largo.

Para mi sin embargo un auténtico cóctel es el que se prepara en coctelera y se toma antes de cenar, e incluso si se prescinde de la cena. Uno que sirve para iniciar una hermosa velada es el “Alexandra” que se prepara poniendo en la coctelera con tres cubitos de hielo una parte de crema de cacao, dos de brandy y una cucharada sopera de nata líquida, se agita enérgicamente y se sirve espolvoreado con trocitos minúsculos de chocolate o bombón, no hay mujer a quien no le guste. Otro para soñar mirándolo es el “Laguna azul” que queda precioso en un vaso tallado y transparente y se hace con una parte de vodka y otra de curaçao azul con cubitos de hielo, que puede completarse o no con limonada. Y no me resisto a dejar constancia del famoso “Daiquirí” que se prepara con dos partes de ron blanco, una de zumo de lima y unas gotas de almíbar y el no menos famoso “Mojito” que tiene menos ron y una base de hojas de menta natural con hielo frappé, ambos originarios de la Habana.

Y por último dos cócteles, uno para el desayuno (suponiendo claro que uno esté de vacaciones, aunque hay quien dice que es bueno para la resaca de la noche anterior) el “Bloody Mary” que es una parte de vodka, cuatro de zumo de tomate, sal de apio, un par de gotas de tabasco y otro par de salsa Worcestershire. Y otro para inmediatamente antes de irse a dormir el “Between the sheets” (traducido: entre sábanas) una parte de coñac, una de ron blanco, una de cointreau y una gota de angostura o zumo de limón, agite bien con hielo triturado y que no le pase nada.

Para iniciaros en esto de la coctelería esta muestra puede estar mas o menos bien, pero tened en cuenta que la variedad de los cócteles es tal y su color, transparencia, opacidad, textura, sabor, olor, frescura tan sorprendente que si os asomáis a este mundo acabareis enamorados de él, hasta que el cuerpo aguante naturalmente.

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LAS NUEVAS MEDICINAS Una cosa que me fascina y que ya no podré disfrutar por haber nacido demasiado pronto son los nuevos campos que se abren en la medicina, que sin abandonar los métodos curativos basados casi siempre en las plantas, han abierto dos vías de investigación de resultados aun impredecibles. En un futuro próximo parece que las células madre, que convenientemente guiadas son capaces de transformarse en cualquier tejido de nuestro cuerpo, permitirán regenerar total o parcialmente cualquier órgano, aunque no creo que consigan poner pelo en la cabeza de los calvos. En un futuro más lejano vendrán los nanorobots de tamaño molecular, programados para sintetizar materiales, combatir virus, reparar genes defectuosos y curar enfermedades modificando el cuerpo humano defectuoso.

Son dos caminos que como todo podrán ser bien o mal empleados, aunque tengo fe en que serán utilizados para lo que han sido inicialmente concebidos, es decir para curar. Será casi milagroso ver como un riñón enfermo no necesitará de un trasplante sino que una inserción de células hará crecer uno nuevo en su lugar o un corazón dañado será reparado sin necesidad de una operación de alto riesgo con solo una inyección de células en el punto preciso o una pierna amputada empezará a crecer hasta construir una nueva al igual que la lagartija regenera su cola.

La construcción de nanomáquinas que irán en el interior de una cápsula que nos tragaremos igual que lo hacemos hoy con una pastilla hará realidad esa ciencia ficción de enviar un micro aparato al interior de nuestro cuerpo con la misión de combatir a los virus de cualquier tipo. Máquinas que servirán también para construir nuevos materiales casi sin fábrica alguna sintetizando los productos que deseemos y así podremos hacer papel sin talar árboles o crear aceros especiales sin contaminación alguna.

Se abre así el camino de la inmortalidad que dará paso a la conquista del universo y a una nueva civilización. Habrá que redefinir el concepto de viejo o al menos separarlo del concepto de edad. Es viejo el que, al igual que hoy, se pregunta si no es ya demasiado tarde para emprender una nueva tarea, y aquél para el que cuenta más el pasado que el futuro. Quizá haya que cambiar también el concepto de muerte y fijar criterios como podría ser: se declarará muerto a aquel que espere sin que nadie espere ya nada de él. Reflexiones estas que dan escalofríos porque la vida quedará así a merced del que mande y ya sabemos las decisiones que suelen imponer en cuanto creen tener una chispa de poder. Las tiranías modernas, disfrazadas muchas veces de democracia, con frecuencia utilizan el pretexto de protegernos para esclavizarnos y son de las peores. Tabúes y leyes con esta argumentación hay muchas y en todas las civilizaciones para nuestra desgracia. En un antiguo vitral se puede leer: Dios no está en la cima de la perfección, ahí sólo esta la soberbia.

Lamentablemente muchos no lo han leído y se creen dioses.

Sin embargo la longevidad abre nuevas perspectivas porque viejos y jóvenes convivirán juntos mucho mas tiempo y la posibilidad del rejuvenecimiento permitirá la realización de empresas comunes. El viejo es generalmente prudente, el joven audaz y la mezcla de ambas virtudes dará alas a la humanidad. Nada rejuvenece tanto como el aliento de la juventud, y si no que se lo digan al rey David. La salud se basa entre otras cosas en un cierto grado de tensión, es en realidad un estado inestable que se mantiene en el esfuerzo físico y mental. Cuando el cuerpo y la mente se dejan ir al

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mínimo esfuerzo ambos degeneran, por ello es preciso tener siempre ilusiones y proyectos que merezcan la pena y mantener ese equilibrio hacia adelante entre lo que se consiguió en el pasado y lo que se ha de lograr en el futuro, entre lo que se es hoy y lo que queremos ser mañana. Que no se alcance el objetivo previsto en nada desmerece nuestro cansino caminar, pero caminemos aunque sea despacio.

Esta breve reflexión debería ir acompañada de una comida de futuro que presumiblemente consistirá en unos polvillos disueltos en agua o en una pildorita para tragar, cosas estas que ya están las tiendas con el nombre de sopas deshidratadas o píldoras multivitamínicas, pero me resisto a ello. Una cosa es la cocina rápida y otra la cocina sin emoción. Os propongo un entrante de invierno rapidísimo y muy sano - Ensalada de invierno Cortamos un tomate en rodajas finas y unas láminas de queso que colocamos por encima, un pelín de aceite y lo metemos al microondas hasta que el queso se funda ligeramente. Queda así una ensalada caliente agradable de tomar.

Conviene rallar, o triturar en la batidora, el queso que se nos va quedando duro a lo largo del tiempo y guardarlo en frascos de cristal herméticos, si lo hacemos así podríamos haber sustituido la siempre incierta y azarosa cuestión de lograr unas láminas de queso de espesor homogéneo, por un espolvoreado de queso por encima del tomate, cosa rápida y sencillísima, con idénticos resultados.

El queso, si vemos que se nos acabará endureciendo porque compramos demasiado o ya era duro, también se puede trocear y guardar muchísimo tiempo metido en un frasco con aceite.

ANTIGÜEDADES Casi inevitablemente he venido hasta un punto que no debo eludir y es el de la vejez, palabra que no parece gustar a nadie y que he sustituido por ese eufemismo que tenéis ahí por título. Lo cierto es que a partir de cierto momento llegamos a eso, llámese viejo, anciano, mayor o simplemente antigualla. No es nada peyorativo, sólo significa que se ha vivido mucho y que se sigue vivo, que no es poco.

He de decir a renglón seguido que este estado tiene muchas ventajas y algunos inconvenientes. El principal inconveniente viene de la mano de la salud ya que como es natural el cuerpo se va desgastando como ocurre con cualquier máquina, pero si ciertamente está en buen uso, como sucede con muchos coches de segunda mano, aun puede dar mucho de sí. Y conviene utilizarle mucho porque es absurdo ahorrar a esas edades, de esta vida hay que salir muy gastado y apurar lo que la naturaleza nos ha dado, exactamente igual que no hay que ahorrar en emociones ni en experiencias.

No será necesario que os recuerde que sólo se vive una vez.

Puede uno instalarse en el victimismo plañidero y pasarse el día hablando de si me duele aquí o es allá, dando la turrada al que se pone a tiro, como suele ocurrir en los hospitales haciendo de uno mismo el centro de todo. O puede uno instalarse en valores universales, esos que deberían enseñarse en las escuelas, es decir: libertad, honestidad, justicia, solidaridad, amistad e incluso amor.

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Es cada vez mas frecuente la vida en soledad y al igual que las recetas de cocina, la superación de la soledad, necesita de muchos ingredientes. Sabido es que hay varias clases de soledades: La soledad en compañía que es una de las peores. La soledad rodeado de gentes y alboroto que es mucho peor que la del asilo. La del monje basada en el recogimiento y la meditación que procura la supervivencia espiritual. La soledad depresiva del que no sabe como convertir a la soledad en su más fiel amiga. La soledad compartida como ocurre entre los chateros de Internet, que no es mala cosa.

Pues bien a mi me parece que la soledad no debe ser un estado permanente de apartamiento del mundo, sino un estado de serenidad temporal entre dos aventuras.

La vejez, sobre todo si va acompañada de una jubilación amable, es una nueva etapa de la vida en que se debería producir una condensación de toda nuestra experiencia y ser el punto de partida a nuevos objetivos. Es el momento en que se puede abarcar el universo como si fuera tu propio barrio y llevar los conocimientos y afectos a todo el género humano, buscando la lógica de las cosas y encontrándole a la vida su sentido y su directriz. A mi no me seduce dedicar lo que me quede de vida a evitar el dolor, ni siquiera a encontrar el placer, sino en compartir y sondear la parte mas profunda del alma humana. Para ello hay que tener al menos dos almas, la nuestra propia y la de otra u otras personas. Hay por lo tanto que comenzar esa búsqueda y estar siempre alerta por si aparece.

Paradojas del tipo soledad-compañía, independencia-interdependencia, son ahora el pan nuestro de cada día y no puede uno volverse imprudentemente contra una realidad de salud, inteligencia e incapacidades que hay que reconocer y aceptar. Pero eso no significa que no tengamos que tomar ya muchas decisiones y tendremos que hacerlo con sentido común. ¿Qué quiere decir esto?. Os lo explicaré llanamente, por si después de tantos años aun no sabéis en que consiste el mecanismo de la decisión.

Hay dos tipos de decisiones las lógicas y las emocionales. Las primeras se basan en la obtención de conclusiones a partir la mayor cantidad posible de datos y de la experiencia, es en realidad el método científico, pero uno nunca tiene todos los datos y la lógica no discrimina que cosa es lo esencial, lo básico, que resulta así invisible a los ojos. Por ello finalmente la decisión última se toma de forma intuitiva, emocional.

Ambos métodos son complementarios, ya que sólo con el corazón nunca se ve bien.

Debemos fijarnos en los detalles de las situaciones y no sólo en el conjunto, aunque esto último permite tomar decisiones en situaciones complejas. Las decisiones que tomemos van a ser de gran importancia para nosotros mismos y para nuestro entorno próximo. Y si hay problemas humanos hay una regla de oro: los sentimientos unen, la inteligencia aleja, así que deberemos agudizar nuestro sentido de la percepción del mundo y de la realidad.

Así como hay turistas que vayan donde vayan se aferran a sus costumbres y desdeñan lo que ven, no haciendo la ida mas que para la vuelta. Así hay otros, pocos ciertamente, que viajan para ampliar su punto de vista y abrirse a formas nuevas de vida a veces inesperadas. Para mi esto último es una cuestión de supervivencia, ya que el viaje que hacemos es el viaje de la vida. Debemos hacer lo que nos concierne, lo que nos interesa, no lo que la gente cree que debemos hacer. Y sumergirnos en la muchedumbre conservando con perfecta naturalidad la independencia de la soledad y de la libertad. Donde está el deseo allí esta el camino. Tengamos la valentía de recorrerlo.

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Y para hacerlo y no deshidratarnos nada mejor que unos zumos que se hacen con la batidora con todas las frutas y hortalizas que tengamos a mano.

- Zumos de frutas Se hacen con naranjas, manzanas, lima, pomelo, fresas, peras, uvas, algún platanito, y si nos place un poco de azúcar.

- Zumos de hortalizas Se hacen con tomate, zanahoria, remolacha y cosas similares, con un poco de agua y sal.

A unos y otros se les puede añadir los domingos un poco de vodka.

- Batidos Se hacen con frutas, fresas, plátanos, papayas, kivis, mango y demás, con agua y kéfir, yogur o leche.

COSAS VIVAS Como habéis podido ver a lo largo del libro yo tiro mucho de los alimentos congelados, pero no siempre esto es posible, ni recomendable. Uso también mucho producto fresco pero ya troceado, fileteado o limpio, que se puede usar inmediatamente con escasa o nula preparación. Pero hay otra clase de alimentos que pueden necesitar de sistemas previos de acondicionamiento mucho más ancestrales y laboriosos, y es necesario entonces armarse de valor y de paciencia.

Tal es el caso de la caza y de la pesca. En este último caso el pez suele llegar muerto a nuestras manos y sólo se precisa desescamarlo y quitarle la cabeza y las tripas y acaso en alguna ocasión la piel o las espinas. No siempre es así porque a veces compramos o nos regalan marisco vivo y hay que matarlo antes de comerlo, lo que se suele hacer introduciéndolo en agua hirviendo y procediendo de paso a su cocción.

Con la caza la cosa se complica porque hay veces que compramos o nos regalan algún animal o trozo de animal y, suponiendo que esté muerto hay que quitarle la piel, eviscerarle, eliminar la parte no comestible, lavarlo bien y muchas veces dejarlo orear uno o varios días para que pierda el sabor excesivamente fuerte que si no tendría. Y si ocurriera que lo que nos regalan está vivo la cosa ya empieza a tomar otro cariz porque como es natural hay que proceder al sacrificio previo del animal.

La mayoría de la gente de hoy es gente de ciudad, y son muchos los niños de la actual generación que creen que el pato es una cosa de plástico que flota en la bañera, que la leche nace en un tetrabrick, que un pollito es eso que sale en la pantalla del pc infantil cuando pulsan la P y dice pío pío, y así sucesivamente, o sea que no han visto un animal en su vida, y cuando lo han visto para nada lo asocian con la comida que hay en el plato. Así las cosas si alguien nos regala un pollo o un conejo vivo de pronto nos encontramos con un auténtico problema para matarlo sin tener luego remordimientos toda la vida, por lo que a veces el pollo llega a convivir con su nuevo amo durante muchos años hasta que muere de viejo, momento en que se le hace un funeral porque ya prácticamente es un miembro mas de la familia.

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Sé de una persona que para evitar este terrible trauma decidió llevar el pollo a casa de un vecino de su pueblo con el fin de que lo matara, para lo cual lo metió en una cesta de esas con tapa y cuando iba caminando el bicho sacó la cabeza y gritó pío pío. El susto que se llevó la mujer al ver ese ser monstruoso asomando la cresta, mirándola con ojos amenazadores, amedrentándola con su canto y agitando las alas entre los mimbres causando un sonido pavoroso, fue de tal naturaleza que sin pensarlo dos veces le arreó en la cresta con el bolso que llevaba en la otra mano hasta que el pollo desapareció en el interior. La cosa es que cada vez que el pollo sacaba la cabeza ella le atizaba, y cuando finalmente llegó a casa del conocido el pollo ya estaba muerto, no se si de los carterazos o del infarto que le produjo la visión repetida de una mujer con la faz descompuesta y los ojos extraviados que le daba furiosos porrazos mientras profería extraños alaridos.

Sé de otros casos aun mas terribles, como el de aquella que arrojó el pollo desde la pasarela de la autopista para que lo atropellase un camión y estuvo a punto de causar la muerte de una familia completa de ánades salvajes que pasaba por allí y que debieron quedar estupefactos al ver un pollo kamikaze que se abalanzaba sobre ellos en vuelo rasante. O aquella que intentó matar un pichón con el cortapuros de su marido y estuvo a punto de cortarse un dedo de la mano mientras el bicho recorría la casa despavorido. O la que quiso matar un conejo metiéndolo en el horno y abriendo la llave del gas y casi hace volar el edificio con todos los vecinos incluidos.

Realmente en estos tiempos si alguien te regala un bicho vivo es que tiene muy mala leche y no te quiere nada bien. Y no es solo matarle, es que luego hay que desplumarle si es un ave o quitarle la piel si es un animal de pelo, trabajos estos bastante laboriosos que precisan de unos conocimientos técnicos considerables, a parte de mucho valor y sangre fría. Así pues si os obsequian con algún regalito “envenenado” lo mejor es llevarlo a la carnicería mas próxima a ver si os quieren hacer el favor, aunque sea pagando, y os lo devuelven debidamente troceado y si esto no da resultado casi lo mejor es donarlo a una institución de caridad que seguro que lo aceptarán porque necesidades hay muchas.

Todo esto viene a cuento porque hoy os quiero enseñar a cocinar un pollo entero e intentar una tímida reconciliación con el horno, y de paso mostraros las múltiples posibilidades que tienen sus restos. Lo primero es comprarlo muerto, desplumado y lo mas limpio posible y me refiero a su interior, que lo de fuera debería estar impecable y con las alas y muslos atados al cuerpo con un bramante. Con todo conviene antes de nada quitar alguna pluma o cañón que haya quedado adherido en la piel y mirar dentro del pollo donde a veces se encuentra uno el cuello o las patas. Hay quien le corta la curcusilla porque le parece algo indecente, pero eso es un capricho nada más.

- Pollo asado Poner a calentar el horno a 200º y mientras ahuecar la piel de la espalda y los muslos y poner dentro unas lonchitas de jamón de Jabugo con su tocino correspondiente, o bacón con una pizca de sal si no somos tan pudientes. Salpimentar el interior del pollo, previamente vaciado y meter dentro un limón entero sin abrir aunque no está de más pincharlo con un tenedor, colocarlo en una fuente adecuada sobre su espalda y colocar unos trocitos de tocino en la fuente alrededor del pollo, regarlo con vino blanco generosamente y meterlo en el horno alrededor de 40 minutos. Conviene a los 20 minutos abrir el horno y si no se ha achicharrado darle la vuelta. Ojo con esto porque

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todas las partes del horno estan muy calientes y es imprescindible ponerse guantes apropiados para no disfrutar de una hermosa quemadura como me pasó a mi.

Pasado este tiempo ver si esta hecho, lo que depende del tamaño del pollo y darle la vuelta encendiendo el gratinador, vigilando que no se nos queme. Cuando esté dorado le damos de nuevo la vuelta para que se dore por el otro lado, con lo cual el pollo está para comérselo y tiene un aspecto estupendo. Este proceso lleva, entre unas cosas y otras, casi dos horas que podréis aprovechar por ejemplo para preparar algún tipo de acompañamiento, tal que unas patatas fritas, unos pimientos ídem, una ensaladita si fuera verano, o lo que se os ocurra.

Como alternativa al horno está el uso de una cazuela grande y ponerlo en el fuego unos cuarenta y cinco minutos, pero en este caso hay que vigilar constantemente y darle muchas vueltas porque puede quemarse la parte en contacto con el fondo. O bien la olla rápida que hay regar previamente con limón y que posiblemente sólo necesite diez o quince minutos.

Cuando hemos terminado de comer queda muchísima carne, no sólo de lo que hemos dejado, sino de la que esta adherida a la carcasa. Con paciencia es el momento de desmigarla y reunirla toda en un plato separándola de los huesos y preparar a partir de ella desde unas estupendas croquetas hasta una lasaña, o incluso podréis guardar para una temporada, si sois capaces de hacer un escabeche, el pollo sobrante, listo así para comerlo frío o templado en cualquier momento.

Si no te gusta mucho la pechuga que a veces resulta un poco seca, puedes comprar solo muslos, quitarlos la piel, envolverlos en bacón y ponerlos en una fuente al horno hasta que estén bien tostaditos, sustituyendo por coñac el vino blanco.

Por último es posible utilizar el pollo desmigado para hacer una sopa sustanciosa, enriquecer un plato de garbanzos, añadirlo a un arroz o a una paella, o triturarlo junto con unas verduras cocidas para preparar unos “potitos” que gustan mucho a la tierna infancia. Y con los huesos, la carcasa y unas verduritas se puede hacer un caldo.

MEDITACIONES Es curioso la cantidad de mensajes que nos hacen llegar los políticos a través de la administración pública con el fin de mediatizar nuestras decisiones e inmiscuirse en nuestra vida privada, lo cual dice hasta que punto consideran a los ciudadanos, cuya representación ostentan, como un objeto que puede ser manipulado en su propio beneficio o como un medio para conseguir sus fines. Y demuestra lo pervertida que está la moral de quienes debieran dar ejemplo de virtud, porque si lo meditamos bien veremos que la utilización de las personas como “cosas”, esquivando su valor como personas es en si una de las reglas del mal.

Al igual que existen los diez mandamientos que son reglas de convivencia e intentan conseguir el bien, podrían hacerse otros mandamientos para hacer el mal y lo antedicho sería una de sus reglas de conducta.

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La cuestión no consiste en que los poderes públicos se ocupen de procurar nuestra salud o nuestra felicidad sino en que nos den mas libertad, pero claro esta idea no les gusta mucho.

Recuerdo aun cuando nos dijeron que el aceite de oliva era pernicioso y que había que tomar otros tipos de aceite, por cierto importados sin necesidad, en el marco de un acuerdo con otro país bastante poderoso. O cuando nos cuentan que hay que subir las tarifas energéticas para acordar los precios al coste real de las materias primas y a continuación celebran el suculento beneficio de las compañías, eléctricas, gasísticas y demás como muestra de lo bien que va nuestra economía y lo eficientes que son las empresas.

O cuando nos prohíben fumar porque perjudica nuestra salud, pero siguen vendiendo el tabaco con los impuestos elevados al doble, no sea que alguien deje de fumar y las arcas del estado se resientan. En algunos países incluso se pretende privar de la sanidad a los fumadores, aunque no de pagar su contribución a la sanidad pública, y facilitan esa misma sanidad gratuita a otro tipo de drogadictos o de gente que nunca ha contribuido.

O cuando nos dicen que tener dos casas, sin preguntarse los motivos, es poco social y os vamos a freír a impuestos por malos, a la vez que se alaba a los ocupas como modo de vida alternativo, aunque por supuesto nadie nos dice como va a acceder a la vivienda la gente que trabaja y paga. O se suben los tipos de interés por aquello de equilibrar la economía, la suya debe ser, a la vez que se informa de lo bien que va la banca. Yo nos cuentan que la construcción es uno de los motores de la economía y se alaba los fabulosos beneficios obtenidos por las constructoras y se indica que la edificación es la base de la financiación de los ayuntamientos.

O nos cambian la hora dos veces al año con la muletilla de que eso ahorra energía aunque nadie ha demostrado tal cosa, y sin tener en cuenta los nefastos resultados para la salud de tal práctica. O que consumir es malo, como si comer todos los días fuera delito, aunque añaden a continuación que la economía va bien porque el consumo interno es elevado y compensa la falta de exportaciones. O que circular superando los bajos limites de velocidad es peligroso y llenan las carreteras y calles de radares que nos multan automáticamente, aunque nadie se ocupe de mejorarlas y tenerlas en las buenas condiciones en que deberían estar, ni piense en que una buena parte de la atención que debería dedicarse a la conducción se dedica a ver donde están camuflados los radares o escondida la policía o simplemente a mirar el velocímetro para no pasarse. O decirnos que conducir bebido es nefasto lo que es cierto, pero no justifica la erradicación del vino como si fuera veneno y la subida de los impuestos de todo tipo de alcohol. O cuando nos dicen que los delincuentes son producto de la sociedad que tiene una deuda con ellos y hay que protegerlos, pero nadie se acuerda de proteger a los que cumplen las leyes.

O cuando hacen leyes que permiten que los estudiantes pasen los cursos sin aprobar y por tanto sin estudiar como si las cosas pudieran lograrse sin esfuerzo y luego se quejan de la falta de gente preparada para la vida laboral, aunque quien hace esas leyes ya sabe perfectamente que la ignorancia nos hace dependientes de los sistemas políticos, religiosos, sociales, económicos y de las trasnochados enfrentamientos históricos burdamente manipulados, que es en definitiva lo que pretenden. O cuando se tolera la falta de respeto a los profesores, a quienes se priva de autoridad, o se

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jalean como un arte las pintadas de fachadas y monumentos y luego se quejan de la cantidad de mujeres maltratadas o de los comportamientos incívicos e insolidarios.

Para sobrevivir sólo hay tres métodos: Luchar y enfrentarse a lo que venga, Correr y salir huyendo, O hacerse el muerto y esperar pasar desapercibido. Elija cada uno el que prefiera si es que puede escoger.

LA ESCUELA Como habréis podido comprobar son muchas las carencias que tenemos todos y sería una buena cosa que ya desde la escuela nos enseñasen todas las cuestiones que nos permiten la supervivencia y muchas otras que no suelen incluirse dentro de los planes de estudio pero que hacen la vida mas placentera. Eso sería infinitamente mejor que malaprenderlas con mucho esfuerzo a lo largo de la vida. Yo me he permitido hacer una recopilación por si alguna vez algún ministro de educación quisiera tenerlas en cuenta.

Es obvio que una materia esencial es la cocina y no insistiré en ello, pero creo que iría bien complementar este tema con la plancha, el como ordenar un cuarto, como hacer una cama y como coser un botón.

Cada vez se echa más en falta aquella vieja asignatura llamada educación o urbanidad que es esencial para relacionarse correctamente con la gente de nuestro entorno. Y que se enseñasen aquellos valores que son la esencia de nuestra tradición cultural más profunda, como por ejemplo la libertad, la justicia, la honradez, el respeto a los demás, la tolerancia, la cooperación, la amistad. Y eso de lo que se habla tanto y se enseña tan poco como es la conservación de nuestro patrimonio y de la naturaleza.

Además hay otros muchos asuntos que están asociados con nuestra vida de relación, tal es el caso de la música que debería incluir el aprender a tocar algún instrumento, leer una partitura, oír piezas variadas tradicionales, antiguas y modernas y de todos los continentes y ámbitos culturales y además en grandes cantidades. Otra cuestión que agradecerían muchos es que se les enseñase a bailar.

Va siendo urgente que los muchachos aprendan desde pequeños no sólo un idioma adicional sino a hablar y escribir el suyo propio correctamente. Así como el gusto por la lectura. También creo que se debería propiciar un acercamiento al arte de la pintura, la escultura, la arquitectura, el cine, el teatro, el diseño y naturalmente la literatura. El buen gusto no es una cosa innata, se aprende. Y es fundamental en esta vida saber diferenciar lo bueno de lo malo.

No estaría de más que las clases de educación física incluyeran algún sistema de defensa personal, unas clasecillas de escalada con búsqueda de plantas incluida, unos paseítos por el campo para aprender a distinguir entre una vaca y un cerdo y los nombres de las plantas y los árboles o encontrar unas setas, así como aprender a nadar y a pescar y no sólo el consabido fútbol.

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Es importante que se explique el uso de los preservativos, pero no menos importante es que se enseñe a ligar, es decir, como conseguir la atención de aquella persona que nos interesa, como acercarse a ella y como tratarla, sin parecer un borrico.

Tampoco les irían mal unas clases de economía práctica, que es una hipoteca, que es un aval, como funcionan los bancos, que es la bolsa, que son los impuestos, como administrarse bien, y que diferencia hay entre el valor de una cosa y su precio. Y desde luego como relacionarse con la Administración, que es una Escritura, los papeles que uno debe guardar con extremo cuidado, la utilidad de una factura, que es un contrato de trabajo y sus tipos y tantas cosas de la vida diaria que son imprescindibles cuando los jóvenes salen del nido familiar y se enfrentan a la dura lucha por la vida.

Hay así mismo otro aspecto que suele denominarse con el extraño nombre de bricolaje que incluye como arreglar un enchufe sin quedar electrocutado, como engrasar una puesta que chirría, como pintar una pared, como desatascar el fregadero, como cuidar una planta, como montar un mueble sencillo sin pillarse los dedos, como hacer un agujero en la pared sin destrozarla, como poner agua en el lavaparabrisas y en la batería del coche, los pegamentos, sus tipos y como utilizarlos para que no sea necesario acudir al cirujano a que nos despegue los dedos después de usarlos, etc.

Y claro se debería enseñar a pensar y a tener espíritu crítico.

VARIEDADES Mi cocina carece prácticamente de postres ya que los suelo comprar prefabricados, pero hoy quiero mostraros algo que aunque también puede comprarse, es entretenido y fácil de hacer y además sirve para desayunar. Esta recetilla tiene un fin terapéutico que es naturalmente salir de la monotonía ya que hacer siempre lo mismo es aburrido y poco estimulante, - Bizcocho con nueces Hay que echar mano de un recipiente semiesférico de esos que llaman bol y que se suelen usar para revolver las ensaladas, no confundir con el plafón de la luz porque este último tiene en el fondo un agujero y no queremos ir dejando un reguero a nuestro paso. Se ponen allí seis huevos, medio kilo de azúcar, tres cuartos de harina y un par de yogures, un vaso de aceite y un sobre de levadura. Se bate todo bien, a mano o con batidora, hasta que sea una pasta homogénea.

Ahora en aquel molde que nos sirvió para otras recetillas, convenientemente untado de mantequilla se vierte la pasta y sobre ella las nueces. Se coloca en el horno precalentado a 200º y se deja unos 30 minutos, vigilando mediante la técnica del ya está hecho, que recordareis de las primeras páginas, ¿o no?.

Se pueden sustituir las nueces por pasas o almendras trituradas o poner unos trozos de albaricoque en almíbar dentro de la pasta. Se puede añadir un poco de vainilla o un

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chorrito de limón o de jerez o de coñac o de café. Si hay invitados podéis espolvorear por encima azúcar glass (molida) o virutillas de chocolate (rallado).

No voy a terminar este libro sin daros la receta de la felicidad para los mayores, si bien creo que es una buena receta para los más jóvenes, aunque ya en su momento os hice algunas indicaciones, pero esta vez seré más breve y conciso. Sus componentes son los siguientes: Algún ejercicio físico para que el cuerpo se sienta bien y que debe ser adecuado a la edad y en ningún caso extenuante. Algún esfuerzo intelectual para que las neuronas se mantengan en buen estado, por ejemplo leer, meditar, pintar, discutir, analizar si el sueldo nos dará para llegar a fin de mes. Nada de monotonía porque una vida sin altibajos aunque sea cómoda es puro aletargamiento, podría ser viajar, visitar museos, ir a espectáculos. Mantener una red afectiva visitando a los amigos, a los hijos y también por qué no echando una partidita en la taberna.

Adaptarse a lo que uno tiene tanto en la economía como en la salud. Y no perder nunca la ilusión, ya que lo imposible puede suceder.

Otra cosilla de la que os voy a dar unas pinceladas es la costura, afortunadamente hoy se cose poco ya que vivimos en la civilización de usar y tirar, pero a veces es inevitable. Yo he tenido varias experiencias interesantes que os contaré y fruto de ellas unos consejos previos que a mi me costó aprender. Para adentrarse en este mundo se necesita aguja, hilo, tijeras y dedal. Las agujas han de ser del tamaño adecuado que es directamente proporcional al grosor de la tela, si la aguja es gorda los agujeros también lo son y eso puede ser una pega importante y el resultado fatal. El hilo debe ser resistente ya que en otro caso nuestro esfuerzo puede resultar poco rentable. Las tijeras de esas que cortan, con las de cocina la cosa no va nada bien. Y el dedal, aunque se puede prescindir de él, es cómodo para no clavarse la aguja mientras se la empuja a través de la tela, se pone en el dedo medio.

Mi primera experiencia fue con un botón de camisa, era una camisa de color verde y como es natural busqué un hilo verde de lo más parecido al color de la tela, con ese fin compré unas bolsitas que venden con cincuenta carretitos de todos los colores. Una vez elegido el hilo y calculada la longitud necesaria observando los demás botones, el número de puntadas, el exceso para el remate y algo mas por si me quedaba corto, llegó la hora de enhebrarlo. Esto es complicado, os lo advierto, hay que cortar el hilo al bies, o sea en diagonal, guiñar un ojo y apuntar al ojo de la aguja poniéndola a la altura del ojo abierto y empujar con decisión. Si la cosa no funciona después de 8 o 10 intentos es mejor comprar un enhebrador.

Después hay que anudar el hilo, esto es importante para que al tirar no se salga.

Luego si tenéis suerte y aun quedan las marcas de donde estuvo cosido el botón anterior es cuestión de colocarlo en el mismo sitio siguiendo el mismo tipo de cosido que tengan el resto de los botones ya que si no queda fatal, y si no hay suerte hay que pensar primero donde debe quedar el botón porque si no quedarán dos o tres arrugas permanentes cada vez que anudemos el botón y habrá que volver a empezar.

Una vez cosido el botón en la camisa que era el del cuello y admirar mi obra de arte me puse la camisa, me miré en el espejo y observé con espanto que el resto de los botones estaban cosidos con hilo blanco.

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La segunda experiencia fue para coser un dobladillo y la cosa se las trae porque las puntadas hay que hacerlas cogiendo un solo hilo del pantalón ya que en otro caso se notan por el lado derecho, se necesita muy buena vista. La tercera fue con una cortina que quise hacer con dos telas unidas, aquí descubrí los tipos de puntadas que para el hombre solo se reducen a dos una lineal que viene a ser como el punto y raya del Morse, o sea que cada puntada empieza en la mitad de la anterior, y otra mas o menos así “XXXX” que también exige que las patitas de las X queden unidas con una mini-puntada.

Ya se que parece difícil pero después de un estudio concienzudo del asunto lo conseguiréis con facilidad y con la ayuda de alguna experta costurera. Hay otras puntadas con nudito y demás pero ya son propias de un cirujano con práctica. La próxima experiencia la voy a hacer con lana porque quiero experimentar con un jersey, es un capricho que se me ha metido entre ceja y ceja, así que mejor será que no aparezca una risita en vuestra boca porque cuando estoy en estos trances no respondo mucho de mi.

LA MADERA Al venir a casa he visto en la acera tirado un trozo de tabla y me ha llamado la atención una imagen tan inusual en una ciudad. La madera tiene algo de ser vivo, es cálida y es siempre agradable de ver. Antiguamente era un elemento esencial que acompañaba la vida del hombre en todo lugar, estaba en las cunas de los niños, estaba en las vigas que sujetaban los pisos y la estructura de las casas, estaba en los muebles, en el asta de las herramientas, en el cayado de los peregrinos y los pastores, en los arados y en las fábricas, en los carruajes y en los barcos, era la energía de las cocinas y los hogares, sujetaba las campanas de las iglesias, y era también de madera el ataúd.

Hoy la madera se ve ya muy poco y ha sido sustituida por materiales diversos y por la electricidad, apenas quedan ya masas forestales que van siendo sustituidas por edificios y cemento. Empieza a ser un objeto de lujo y esto no deja de ser preocupante porque los árboles tienen una misión esencial en la buena marcha del planeta, dan cobijo a la vida salvaje y aportan una indudable belleza.

Me pregunto cuantas cosas bellas van quedando atrás en aras de la utilidad y de la especulación. Que ha sido de aquellas cartas de papel que llegaban a nuestros buzones con su sellito trayéndonos el latir de otra vida. Que ha sido de aquellos animales que pastaban libres en el campo. Que pasó con las ballenas y los peces que llenaban los mares de vida. Que fue de los pianos que había en las casas y de las manos que los tocaban. Donde están aquellos relojes de pesas que contaban los instantes. Y aquellos arcones admirablemente tallados llenos de recuerdos con olor a naftalina. He vuelto a ver mirando para dentro aquellas cubas donde maduraban los vinos y aquellos juguetes bellamente pintados que hicieron las delicias de tantas generaciones de niños.

La vida continúa desde luego, pero siempre hay un espacio para la nostalgia y una cierta preocupación por el futuro, aunque el hombre siempre ha salido adelante y así

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será espero en el tiempo por venir. No es oponiéndose al cambio como se avanza, ni aferrándose a la tradición, pero tampoco olvidando el pasado.

Por eso siguen siendo tan prácticas las cucharas de madera que no rayan las sartenes antiadherentes con fondo de teflón, ni se doblan con el calor como las espumaderas de plástico.

COINCIDENCIAS Aunque la vida parece un todo continuo en realidad no es así, se parece a la materia en el sentido de que esta formada por elementos discretos, cosa que no es de extrañar ya que somos precisamente materia. La vida se desarrolla en acontecimientos discontinuos que es lo que solemos llamar coincidencias.

La cosa es mas o menos así, en un momento dado estamos en un período de estabilidad todo va bien y cada día se parece bastante al anterior y no sentimos ninguna inquietud pero de pronto ocurre algo digamos que se rompe la lavadora, en breve plazo todos los demás electrodomésticos se averían también como llamados por una voz silenciosa y eso incluye el ascensor de la casa y se atasca el fregadero por si fuera poco.

O puede que hayamos cogido la gripe y es justo cuando tenemos mas lío en el trabajo y pensábamos irnos a hacer ese viajecito que nos teníamos prometido desde hace meses y enseguida estamos rodeados de gente griposa y de asuntos perentorios que resolver.

O quizás nos vamos de vacaciones y el coche no arranca y es en el momento que lo tenemos lleno de maletas y el taller está cerrado y acabamos perdiendo el tren que decidimos coger en el último momento porque los taxis están en huelga.

O cuando nos hemos metido en la hipoteca del piso y estamos sin un euro y sucede que todos nuestros amigos deciden casarse ese mismo año y hemos de hacerles el regalo correspondiente y comprarnos un traje decente para la ocasión.

O peor aun, nos echan del trabajo y pronto nos deja la novia y nos embargan el coche.

O mejor, nos toca la lotería aunque sea poco, nos gastamos el premio en la loto y a la semana siguiente nos toca también. Y así infinidad de veces parece que todo se junta ya sea lo bueno o lo malo.

Lo cierto es que a un periodo tranquilo le sigue siempre un periodo alterado en una sucesión de fases. El desencadenante del cambio suele ser trivial pero una causa mínima va originando una secuencia de acontecimientos que en el fondo se desencadenan unos como consecuencia de los otros, aunque aparentemente nada tienen que ver entre si. Finalmente nos adaptamos a la nueva situación y entramos de nuevo en la fase tranquila hasta que pasado un tiempo se produce de nuevo una cadena de alteraciones.

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Por ello hay que dejar siempre un margen para emergencias que inevitablemente se producirán. No hay plan que se cumpla a rajatabla porque interactuamos en un medio que no es ni estático ni uniforme, ni estamos solos en el universo. Lo que parecen coincidencias son solamente las ondulaciones del medio y consecuencias de nuestras reacciones y las de los demás, incluida la de la naturaleza que nos rodea.

En la cocina como en la vida a veces ocurren también estas coincidencias y es fácil que ese día de lluvia cuando estéis haciendo aquella receta maravillosa pero complicada, se vaya la luz porque cayó un rayo en el transformador, tropecéis con la rodilla en la banqueta de la cocina, se os caiga el teléfono al suelo cuando alguien os llama para decir que se fue la luz, metáis la mano en el guiso que ya estaba calentito y os manchéis la ropa de salsa. No penséis que es un día aciago sino simplemente que el ciclo ha cambiado y que habrá que afrontarlo con mucha templanza.

Mi última recetilla no tiene nada que ver con las coincidencias pero es que de pronto me acordé de que en ocasiones hago - Huevos escalfados Para ello hay que poner a hervir agua sin sal y cuando hierva a borbotones añadimos un poco de vinagre para que el huevo que meteremos dentro no entre en un estado de agitación que acabe rompiéndolo, se mantiene allí un minuto dándole vueltas con cuidado con una espumadera. Pasado este tiempo se saca y se coloca en un bol con agua fría para cortar la cocción y que la yema siga líquida, se tira el agua y se les deja ahí esperando.

En una sartén se rehoga cebolla y ajo, a los cinco minutos se añaden unas lonchas de jamón, se le da unas vueltecillas y se añade un botecillo de guisantes. Dos minutos mas y se añade un poquito de vino blanco y, cuando se haya evaporado, un poco de agua con una pizca de sal, se deja hervir todo a fuego lento y se añaden los huevos para que se templen.

No diréis que no es sencillo y rápido, queda un plato resultón y muy sabroso, no lleva muchos elementos y evita por una vez cenar el huevo frito de cada día.

EPÍLOGO Este libro se inició por casualidad y fue tomando vida propia, ahora que ya ha cumplido con la longitud que le fue destinada es hora de despedirse. Mi manera de pensar y mi experiencia de la vida, acertada o no, está aquí concentrada. He querido que quien me lea me conozca y medite si lo aquí condensado le puede ser de utilidad.

También he querido tender un puente intergeneracional para que el lector vea si hay alguna diferencia notable entre las personas de una y otra época y de una u otra edad.

Yo creo que no, el ser humano ansía siempre más o menos las mismas cosas, y seguramente aquellos que hace 4 o 5.000 años nos precedieron pensaban, deseaban

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y sentían cosas parecidas. El amor, el odio, el sexo, el pensamiento, la reflexión, la generosidad, el egoísmo, el miedo, la risa, el deseo de justicia, el de superación e incluso la estupidez son valores inmutables del ser humano. También el amor por la belleza y el arte, el deseo de trascender, el afán por descubrir y llegar más allá, el valor del sacrificio y tantas otras cosas.

Cuando hoy miramos aquel cazador viajero de hace 30.000 años que ha permanecido congelado en el hielo, pocas son las diferencias que podemos encontrar con el hombre moderno y todas accesorias, la mirada de sus ojos aun puesta en el camino y su determinación de seguir adelante en su soledad no son sino el reflejo de una canción bien conocida por todos cuya letra dice quiero, podré. La muerte le llegó antes pero su herencia está dentro de nosotros.

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TABLA DE RECETAS DEBIDAMENTE DESORDENADAS POR PÁGINAS - Ensalada....................................................................................................................10 - Gazpacho Andaluz....................................................................................................10 - Patatas Asadas al Microondas..................................................................................10 - Albóndigas................................................................................................................. 14 - Pudín de Pescado.....................................................................................................18 - Tostada con Paté.......................................................................................................19 - Espaguetis ó Macarrones con Tomate .....................................................................23 - Espaguetis al momento.............................................................................................24 - Espaguetis carbonara................................................................................................24 - Espinacas a la crema (bueno, casi...)........................................................................24 - Merluza Cocida.......................................................................................................... 24 - Puré de Patatas y Zanahorias...................................................................................24 - Purrusalda.................................................................................................................24 - Arroz Blanco..............................................................................................................24 - Superpuré para días de invierno................................................................................31 - Crema de Calabacín para días de primavera............................................................31 - Rollitos para días de verano......................................................................................32 - Alcachofas a la cazadora para días de otoño............................................................32 - Verduritas varias al ajillo............................................................................................32 - Fritada de verduras....................................................................................................32 - Anillas de cebolla.......................................................................................................32 - La tortilla de patatas..................................................................................................35 - La paella.................................................................................................................... 36 - Merluza en salsa VERDE..........................................................................................37 - Bacalao con tomate en ROJO...................................................................................37 - Besugo a la panadera en lecho AMARILLO..............................................................38 - Chipirones en su tinta NEGRO AZABACHE..............................................................38 - Dorada a la sal BLANCO PLATA...............................................................................38 - Pescado DORADO en salsa......................................................................................39 - Callos a la madrileña.................................................................................................62 - Lengua rebozada.......................................................................................................62 - Sesos rebozados.......................................................................................................63 - Carne estofada (llamada vulgarmente guisote de carne)...........................................64 - Filetes varios ............................................................................................................64 - Pechugas de pollo.....................................................................................................64 - Carne asada..............................................................................................................65 - Un postre...................................................................................................................67 - Patatas a la importancia............................................................................................73 - Marmitako..................................................................................................................76 - El suquet de peix.......................................................................................................76 - Seudo-Asado sin horno.............................................................................................78 - Sopas de ajo.............................................................................................................. 79 - Pavo al Whisky (cinco estrellas)................................................................................80 - Salmorejo de Córdoba...............................................................................................87 - Bacalao estilo Génesis..............................................................................................88 - Bonito encebollado....................................................................................................90 - Pastel de patatas.......................................................................................................94

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- Pastel de carne .........................................................................................................95 - Pastel con puerros.....................................................................................................95 - Pastel de pollo...........................................................................................................95 - Pastel de pescado.....................................................................................................95 - El huevo frito.............................................................................................................. 99 - La tortilla francesa...................................................................................................100 - Potaje de garbanzos................................................................................................104 - Alubias con arroz.....................................................................................................104 - Lentejas con patatas................................................................................................104 - Pencas rebozadas...................................................................................................106 - Carne mechada.......................................................................................................115 - Seudofiambre..........................................................................................................119 - Pechugas con nata..................................................................................................123 - Ajo blanco................................................................................................................124 - Croquetas................................................................................................................128 - Cรณcteles...................................................................................................................133 - Ensalada de invierno ..............................................................................................136 - Zumos de frutas ......................................................................................................138 - Zumos de hortalizas................................................................................................138 - Batidos.....................................................................................................................138 - Pollo asado..............................................................................................................139 - Bizcocho con nueces...............................................................................................143 - Huevos escalfados .................................................................................................147

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