Reseña de Blade runner 2049

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Han pasado más de treinta años desde que Ridley Scott llenó los ojos de nuestros padres y abuelos con luces y product placement con ‘Blade Runner’, la película basada en el cuento de Phillip K. Dick donde Harrison Ford corría por pasillos y cuestionaba su existencia al ritmo de un soundtrack neo­punk­electrónico que cambió la ciencia ficción para siempre. En esta segunda parte titulada ‘Blade Runner 2049’ fue dirigida por el cineasta Franco­ canadiense Denis Villeneuve, director de cintas como Arrival, Prisoners, Sicario, y otras películas shidas (en serio, su filmografía ha sido un headshot tras headshot de awesomeness). También esta el fotógrafo Roger Deakins como director de fotografía, nominado 13 veces a los premios Oscar y frecuente colaborador de los Coen; y por último con música la compusta por Hanz Zimmerr, el genio que inventó la tonadita de Inception. PUM PUMMM. Se ve el respaldo del estudio a este proyecto al contratar a la Santa Trinidad del cine hollywodense contemporáneo. Incluso convencieron a Harrison Ford de retomar el papel de Deckard y al director original, Ridley Sott, de supervisar el proyecto que acabó siendo una de las cintas más largas de este año, con 168 minutos de alto y puro presupuesto. ¿Qué podría salir mal? Nada. En realidad la película es buena. No importa si no aguantaste el ritmo super lento de la original. Esta fiel secuela respeta el tono y el estilo visual de la original pero también se adapta al genero de thriller actual y expande la mitología a niveles estratosféricos. La trama toma lugar 30 años después de la primera película (¡igual que nosotros!), es el año 2049 y todo luce como la Indepe, las favelas y un planeta de Star Wars bajo un cielo nublado. Los replicantes, androides hiperrealistas diseñados para ayudar a los humanos son perseguidos y cazados por las fuerzas de la ley luego de una fallida rebelión. Mientras tanto, una nueva corporación fundada por Jared Leto en kimono, ha creado una nueva generación de androides obedientes sin los inconvenientes de los anteriores modelos. Rayan Goslin es K, un detective replicante asignado a cazar a los de su especie y sin remordimientos, que lidia diariamente con el rechazo de sus compañeros humanos y vecinos de departamento, la única humana que le muestra afecto es su superior al mando (Robin Wright). K vive con el holograma de una chica al estilo Siri o la película Her, una inteligencia artificial programada para amarlo incondicionalmente, y que también empieza a cuestionar su propósito, igual que K.


Como buena película Noir ubicada en Los Ángeles, la trama empieza con un caso que acaba convirtiéndose en un misterioso secreto que amenaza con cambiar al mundo: el nacimiento de un bebé replicante. La misión de K es la de encontrar al bebé que nació hace 30 años, antes que la corporación de Jared Leto lo use para sus malvados experimentos; mientras tanto, una oscura rebelión empieza a formarse en los barrios bajos de este mundo e involucra al detective Deckard (Harrison Ford), un agente que desapareció hace más de 30 años. Desde antes de su estreno recuerdo muy bien algunos encabezados que sugerían que está podría ser la película con mejor estilo visual de los últimos años. La verdad es que ‘Blade Runner 2049’ se ve muy bien, no, en serio, muy muy bien, cada frame puede ser enmarcada, y usado como álbum de banda electrónica. Roger Deakins prueba una vez más que es uno de los cine­fotógrafos más shidos a la hora de evocar la ciencia ficción y también rendir homenaje al viejo cine de Hollywood. A pesar de las casi 3 horas de duración, el ritmo es poco aburrido. Como una buena historia de misterio, nos van dando nuevas pistas con cada escena. Mi único inconveniente tal vez sea la actuación natural de Ryan Goslin como un androide sin sentimientos que parece que se la quiere curar todo el tiempo. También la película cae inevitablemente en los clichés que forman a las sagas hollywodenses que intentan construir un universo expandido para las secuelas y abusan un poco con la nostalgia de la original con caemos de personajes originales que aportan nada a los que no han visto la película. Ni hablar de los villanos estereotípicos y poco desarrollados, que solo nos los muestran haciendo cosas malas como matar personajes simpáticos o contando en voz alta su plan malévolo. Por cierto, el villano Wallace, había sido creado para David Bowie, pero se murió antes de empezar la pre y acabó siendo para Jared Leto, quien hace un buen trabajado imitando a un Bowie con pupi­lentes. Un punto a su favor en todo esto es Harrison Ford. El tipo ni siquiera lo intenta pero obliga a la audiencia a que la pasemos bien. Es incluso más entretenido imaginar que la motivación de su personaje es la de pagar esa nueva casa de verano en Londres. Desde Star Wars y próximamente en Indiana Jones, Harrison Ford llega para enseñarnos como se hace una peli de acción, golpeando a Ryan Goslin en la cara al ritmo de Elvis Presley. A todo esto, hay muchas cosas buenas en ‘Blade Runner 2049’, en especial elementos que se sienten como evoluciones de la película original.


¿En qué consiste estar vivo? ¿Debemos los humanos sentirnos especiales por el hecho de vivir? La película nos enfrente a estas preguntas siempre en búsqueda de sentido, pero a veces lo más cabrón es descubrir que nuestras vidas pueden no tenerlo, que el mundo es un lugar cada vez más cruel y que lo único que separa a un humano y a un androide de vivir es la voluntad de buscarle un sentido a nuestras vidas.


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